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ROMA 1960 UNA HISTORIA DE REMEROS CONTADA POR

ESTUARDO MASÍAS Y VÍCTOR PUENTE ARNAO

CAROLINA BOTTERI // CAMPEONA MUNDIAL

JOSÉ CORAZÓN UGAZ. DE ¿SEPOETA. PUEDE LACOMBATIR IRONÍA DE LA BALO CORRUPCIÓN SÁNCHEZ LEÓN EN LA ES SOCIEDAD? UN VERSO AFILADO. // JORGE//CARMONA. MUSEOS BAJO UN DIRECTOR EL MAR. QUISIERA LA CRUZADA HABER DE DOCUMENTADO ÁLVAREZ VON MAACK LA CONSTRUCCIÓN POR EL PATRIMONIO DE SACSAYHUAMÁN. SUBMARINO. // TRATADO // PALETA FRONTÓN. SOBRE EL HISTORIAS VUELO. CUANDO DE UN DEPORTE VUELAS EN QUE PARAPENTE, NACIÓ EN EL ELCLUB. VIENTO //PUEDE CRIANZA. SERMAMÁS UNA MUJER QUE ESCRIBEN ESQUIVA.


BOGAS QUE DEL LIMA SON

ÍNDICE

CLUB DE REGATAS "LIMA" – INSTITUCIÓN EMBAJADORA DE LA MARCA PERÚ

ESTUARDO MASÍAS Y VÍCTOR PUENTE ARNAO Un tándem. Un bote, dos remos, ningún timonel y los gritos de un entrenador entrañable. Esa fue la formación que acompañó a Masías y Puente-Arnao durante los seis intensos años que remaron juntos. Esa fue la fórmula que los llevó a Roma 1960.

RICARDO MARES

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Hace veinte años, voló por primera vez en Lima. Lo ha hecho también en Cusco, en los Alpes Suizos y hasta en la filial de San Antonio. Renunciar a una agencia de publicidad fue como un salto en parapente buscando la siguiente corriente térmica.

BALO SÁNCHEZ LEÓN Poeta, periodista, sociólogo. En ese orden. En esta entrevista, Balo habla sobre la vocación por la escritura, las ideas en la literatura, la dificultad de la poesía y el repaso de una vida entre la ironía y la reflexión.

JOSHUA SANTOS El judoca cerró el año pasado con una performance impecable. El autor de la nota se mide contra Joshua en un combate solo para comprobar que puede ser derribado a los siete segundos.



STAFF

EQUIPO EDITORIAL DIRECTOR Guillermo Illescas Dall'Orso GERENTE GENERAL Javier Rivera Orams SUBGERENTE DE IMAGEN INSTITUCIONAL & MARKETING Vanessa Velasco Vizcarra COMITÉ EDITORIAL Alfredo Silva-Santisteban Díaz . Carlos Otero Davis . Raúl Rachitoff Cavassa . Hirka Roca Rey . Rosario Espinosa EDITOR GENERAL Manolo Bonilla EDITOR FOTOGRÁFICO Alonso Molina SUBEDITOR DE CONTENIDO Carlos Fuller Maúrtua

CONSEJO DIRECTIVO PRESIDENTE Juan Antonio Ramírez-Gastón Wicht VICEPRESIDENTE Guillermo Illescas Dall’Orso DIRECTOR SECRETARIO Fernando Antonio Cauvi Abadía DIRECTOR PRO SECRETARIO Alfredo Silva Santisteban Díaz DIRECTOR TESORERO Luis Felipe Espinosa Burneo DIRECTOR PRO TESORERO Fernando Vallejo Barba DIRECTOR DE REMO José Antonio Negrón Caballero DIRECTOR DE DEPORTES NÁUTICOS Peter Kurt Schreier Reck DIRECTOR DE DEPORTES Ricardo Antonio Duarte Mungi DIRECTOR DE DEPORTES Gonzalo Rodriguez-Mariátegui Canny DIRECTOR DE DEPORTES Jorge Luis Álvarez Moncloa DIRECTOR FILIAL LA CANTUTA Juan José Vindrola Fernández DIRECTOR FILIAL SAN ANTONIO Juan Antonio Viacava Giraldo DIRECTOR VOCAL Carlos Vial Barredo DIRECTOR VOCAL Gabriel Seminario de la Fuente DIRECTOR VOCAL Álvaro Campos Salmón

JUNTA CALIFICADORA Y DE DISCIPLINA PRESIDENTE Alberto Varillas Montenegro MIEMBROS Carlos Siles Martínez Carlos Enrique Mesa Angosto Eduardo Diez Martínez Pablo Armando Cabral Larrea Gonzalo Félix García Calderón Moreyra Héctor Gerardo Padilla Freyre Juan José Descailleaux Brou Oscar Romero Caro

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Judit Zanelli Drago . Claudia Rizo-Patrón Kermenic COORDINACIÓN DE DEPORTES Andrés Talavera Villamonte REDACCIÓN Carlos Portugal . Daniel Robles Chian . David Hidalgo FOTOGRAFÍA Phoss . Marco Garro . Sanyin Wu . Alejandro León Cannock . Norma Lietzenmayer PRODUCTORA GENERAL. Katia Rosas Abad COLABORADORES Antonio Sorrentino . Úrsula Castrat . Ana Sayán . Antonella Carvajal CORRECTOR DE ESTILO Juan Manuel Gauger RETOQUE FOTOGRÁFICO John Cerquín JEFE DE PUBLICIDAD Nathalie Rufino Avalos Tel: 213.4567 anexo 418 nrufino@clubregatas.org.pe COORDINADORA DE PUBLICIDAD Mariel Cartolin Varas Tel: 213.4567 anexo 343 publicidad@clubregatas.org.pe EJECUTIVOS DE PUBLICIDAD José Luis Eyzaguirre Landázuri Tel: 213-4567 anexo 342 / Celular: 957800755 jeyzaguirre@clubregatas.org.pe Christian Fronda Tel: 213-4567 anexo 415 / Celular: 954643384 cfronda@clubregatas.org.pe Aissa Suárez Santander Tel: 213-4567 anexo 433 / Celular: 961975605 asuarez@clubregatas.org.pe Elizabeth Vela Tel: 213-4567 anexo 368 / Celular: 942668320 evela@clubregatas.org.pe AGRADECIMIENTOS Marathon Sports . BOZ . Salvatore Ferragamo . Vania Masías . CCPUCP . Santiago Barco . Fátima Foronda . Museo Naval . Federación Peruana de Hockey IMPRESIÓN Quad/Graphics Perú S.A. - RUC: 20371828851

REVISORES DE CUENTAS Santiago M. Collas Ambrossiani José Luis Bonifaz Fernández José Eduardo Aranda Tamayo

Club de Regatas "Lima" - Av. Chachi Dibós 1201, Chorrillos, Lima, Perú. Teléfono: 213- 4567 / Web: www.clubregatas.org.pe

Regatas es una publicación oficial del Club de Regatas "Lima".

LOS PERSONAJES QUE APARECEN EN ESTA EDICIÓN SON ASOCIADOS DEL CLUB. Nro. 253 – Abril 2015 Hecho el Depósito Legal Nº. 2001-2120 en la Biblioteca Nacional del Perú. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta revista.

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EDITORIAL

UN FUTURO EXITOSO PARA NUESTRO CLUB FORTALECER LOS VALORES ES NUESTRA GARANTÍA Por Antonio Ramírez-Gastón Wicht Sanyin Wu

En el último mes, realizamos una serie de actividades para celebrar el 140 aniversario de fundación de nuestro Club. Por ejemplo, organizamos una exhibición conmemorativa que mostraba la historia y evolución de la sede de Chorrillos y nuestras cuatro filiales. De manera parelela a la exposición, armamos un ciclo de conferencias y charlas que encargamos a distinguidos asociados y familiares. Lo que nos contaron, sus anécdotas y experiencias de vida, enaltecieron esta celebración. Expreso aquí nuestro agradecimiento a cada uno de ellos por su desinteresada y valiosa participación. Siempre decimos que el Club de Regatas “Lima” no es la suma de sus instalaciones ni los servicios que ofrece sino su gente. Es la membresía en pleno la que ha logrado todo lo que tenemos como patrimonio. Nos referimos al elemento humano que ha sabido conducirnos al éxito a través de estos 140 años: gente valiosa con valores muy claros. Por eso, uno de los temas que considero promocionar y profundizar mucho más es la Campaña de Valores. La grandeza y

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el fortalecimiento de nuestra institución es el mérito de sus asociados, de sus comisiones de trabajo, de sus colaboradores y de las Juntas Directivas. Es decir, calidad humana en la gestión, en el comportamiento y en su relación con el entorno. Recuerdo una de las exposiciones, la de Ana Sayán (que desde esta edición comparte con nosotros una columna de valores y crianza), donde comentaba que una persona puede ser muy talentosa pero, si no tiene valores, lo que construye no es sostenible. El mundo está cambiando. Lo podemos ver en los medios, con noticias no muy halagadoras. Por ello, debemos comprometernos con el fortalecimiento de los valores, empezando con la familia, en la casa y en el Club de Regatas “Lima”, nuestra segunda casa. El deporte y la cultura son medios idóneos para canalizar los valores que hemos estado trabajando en los dos últimos años: la responsabilidad, la cordialidad, la honestidad, el respeto, la lealtad, la puntualidad y la solidaridad. Debemos seguir creando conciencia de su

importancia en la formación de nuestros hijos y nietos desde muy pequeños. Solo así podremos garantizar el éxito en el desarrollo, evolución y crecimiento de nuestro Club. Solo así podremos seguir con la calidad de nuestros asociados y familiares, de los diferentes grupos de trabajo o de quienes van a ser los responsables de la gestión del Regatas “Lima”. Somos una institución referente, tanto en infraestructura, como en la práctica del deporte y en nuestra identificación con nuestra cultura. Por eso, estamos orgullosos y comprometidos con nuestro país. Debemos ser responsables en los procesos de formación para que cada uno de los miembros de la familia regatina sean mejores personas, brindando buen ejemplo y así convertirnos en referentes de la sociedad para lograr un Perú mejor. ¡Viva el Club de Regatas “Lima”! ¡Viva el Perú! Antonio Ramírez-Gastón Wicht Presidente



HISTORIAS

Escribe: Carlos Portugal

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Foto: Sanyin Wu

Ilustra: Judit Zanelli


UN

CAJÓN DE

HISTORIAS

Amistad, esfuerzo, tradición. El grupo de cajón del CRL cumple diez años.

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HISTORIAS

//UNO// Falta poco para el sunset y los bañistas observan, sorprendidos. La playa de Chorrillos se ha convertido en una crepuscular jarana criolla y más de treinta cajoneros golpean sin parar. En ese grupo están Ana María García y Aldo Gandolfo. El año 2010, Gandolfo regresó al país después de vivir casi medio siglo en Italia. Quería reencontrarse con las tradiciones del Perú así que comenzó a practicar cajón con A todo cajón, la agrupación del Club. La primera vez que vio a Ana María, su novia, fue en una pachamanca en La Cantuta. Aldo recuerda: «nos sentaron en la misma mesa y, después de conversar un rato, la invité a que se matriculara a las clases. Por supuesto, en la primera sesión la senté a mi lado». Ahí, en medio de percusiones, comenzó su noviazgo. Desde entonces no faltan a ninguno de los ensayos de los martes y han compartido escenario en varias presentaciones. Ellos no son la única pareja del grupo. Lucía Alonso y Juan Carlos Maldonado también comenzaron su relación durante las clases de cajón. Él no ensayaba, pero la acompañaba a todas las presentaciones, tomaba fotografías y filmaba al grupo. «Hasta le dieron un uniforme —cuenta ella, entre risas—. Incluso ha recitado en nuestras presentaciones». Se casaron el 14 de mayo de 2010. El grupo organizó una despedida de soltero en casa de Cecilia Cottle, la coordinadora. «Fue una sorpresa total cuando entramos a la boda y vimos que nuestros compañeros habían armado un cruce de cajones. Nosotros caminábamos por el pasillo y ellos tocaban a nuestro lado. Fue precioso», recuerda Lucía Alonso. «Son nuestra segunda familia», agrega Juan Carlos Maldonado. La amistad de los integrantes va más allá de ensayos y presentaciones. Cada cierto tiempo se reúnen en la casa de algún miembro para la tradicional

Inauguración de las Regatiadas Culturales del 2005. Fue la primera actuación en público del grupo.

//DOS// El esposo de Cecilia Cottle, el doctor Máximo Calderón, siempre fue cajonero y ha asistido a jaranas por mucho tiempo. Ella lo solía acompañar con la guitarra. Para las Regatiadas Culturales del año 2005, Cecilia tuvo la misión de organizar un espectáculo musical a gran escala. Por supuesto, pensó en un show lleno de peruanidad. «Queríamos tener cincuenta cajoneros en el

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De izquierda a derecha: Mirella Parodi, Denise de Rutte de Pastor, Cecilia Cottle de Calderón, Mery Talledo de Olivera, Carmen Rosa Carrillo, Yrene Monzón, Charlie Caillaux, Mariano Pastor, José Alayza, Maruja Salazar y Roxana Canessa de Mendieta.

reunión navideña y los cumpleaños. Dice Juan Carlos Maldonado: «Somos muy unidos todos. Incluso tenemos un chat en Whatsapp con el nombre del grupo: A todo cajón».

escenario. La pregunta era: ¿dónde los conseguíamos?». Comenzó indagando entre amigos y, poco a poco, logró convocar a un buen grupo, entre cajoneros experimentados y aficionados que querían aprender —varios de ellos continúan en A todo cajón hasta el día de hoy—. «Llevamos clases con Jorge Talaviña, de Perú Negro. No ensayábamos para aprender a tocar, sino para aprender una coreografía. Faltaba muy poco tiempo para la presentación y tenía que quedar bien». Ese fue el primer espectáculo del grupo y fue un éxito. A partir de entonces comenzaron a reunirse cada semana; primero los sábados y luego los martes. «Los martes por la noche son de cajón», asegura Cecilia Cottle, quien hasta el día de hoy sigue siendo la coordinadora del grupo. Carmen Rosa Carrillo participó en esa primera presentación del 2005. Se encontró con un afiche de la convocatoria mientras caminaba por el Club. Entonces recordó que en casa aún tenía el cajón que le había regalado a su padre. Las clases eran gratuitas, no tenía nada que perder, así que decidió inscribirse. Su madre, Carmen Rosa Pérez del Solar, la acompañó ese día, y no dejó de hacerlo durante nueve años. En octubre de 2014, ella falleció. «Fue mi compañera. A las seis y media en punto estaba tocando el timbre de mi casa para ir juntas a practicar», dice Carmen Rosa Carrillo. En el grupo la conocían como Ekeko: por decisión propia se encargaba de cuidar las pertenencias del grupo —ropa, relojes, celulares, carteras— durante las presentaciones. «A sus ochentaitantos años viajaba con nosotros en los buses. Fue muy triste para todos cuando se fue. Ahora, cuando tocamos, se siente su ausencia. Mi mamá tenía su propio sitio en la sala de ensayo. A veces miro y pienso que está ahí. Fue muy importante que esto nos uniera tanto». Ahora Carmen Rosa es acompañada por su hija, Camila. «Ella es una niña con habilidades diferentes y no sabes cuánto disfruta ir a las clases», dice. De alguna manera, el legado continúa.



HISTORIAS

//TRES// Existe el prejuicio de que el cajón se basa en la inspiración y no en el esfuerzo. Los cajoneros son vistos como parte de una bohemia nocturna basada en la improvisación. «Todo el mundo cree que te sientas en un cajón y ya tocas», dice Cecilia Cottle. «Eso es lo más alejado a la realidad». Antonio Vílchez es el profesor del grupo desde hace dos años y es, además, el director de la organización musical ADÚ: Proyecto Universal. «El cajón como cualquier otro instrumento, necesita de técnica y entrenamiento», asegura Vílchez. «Definitivamente, para adquirirlo se necesita de mucho sacrificio y empeño». A pesar de practicar solo un día a la semana, sus alumnos se esfuerzan por conseguir presentaciones impecables. Lograr que cuarenta músicos coordinen no es una tarea sencilla, se requiere concentración. «Sobre el escenario no se ve todo el esfuerzo que ponen. Solo se ve el resultado, que siempre está a la altura». Vílchez toca cajón desde niño; era un instumento recurrente en las fiestas de su padre. Se dedicó a ello de manera profesional a partir de los quince años. Ahora, cuando ensaya con el grupo A todo cajón, vuelve a vivir el mismo ambiente de su infancia. «Yo disfruto con la alegría que le ponen. Para llegar a los ensambles sí me pongo un poco serio, pero lo importante es que se enfuerzan sin perder la alegría». Desde su formación, el grupo se ha presentado 104 veces; en el 2014 lo han hecho en 23 ocasiones. Han tocado en hospitales, asilos y albergues. Los miembros del grupo no tienen ningún problema en manejar sus horarios para asistir a las presentaciones; ya sea que ocurran durante un feriado o un día laboral. A los ensayos no se falta y los martes por la noche son de cajón. Lo saben: para tocar bien hay que esforzarse.

De izquierda a derecha: Livia Rendón de Viale, Lenny Boissett, Dora Mústiga Zegarra, Juan Leo, Marucha Zoppi de Leo, Juanita Gerbi de Salgado, David Paredes, Nelly Martínez de Cáceres, Esther Román y Luis Dellepiani.

ALGUNOS DATOS 2005 PRIMERA PRESENTACIÓN EN LAS REGATIADAS

104 PRESENTACIONES FUE LA CIFRA QUE EL GRUPO ALCANZÓ DESDE SU FUNDACIÓN HASTA EL 2014.

//CUATRO//

//CINCO//

El cajón nació en el siglo XIV; sin embargo, recién se incorporó a ritmos como la marinera, el vals o el tondero a partir de mediados de la década de 1950. Más adelante caló con fuerza en la música criolla y se convirtió en un símbolo del criollismo. En el grupo del Regatas, Jorge Valverde es quien más sabe sobre la tradición del cajón. Él fue cuñado de Óscar Avilés y aún recuerda las jaranas que se armaban durante los cumpleaños del guitarrista. Ahí desfilaban las más grandes figuras del criollismo como Arturo Cavero, los integrantes de Los Morochucos y Augusto Polo Campos. Él se quedaba maravillado ante tales leyendas. Su padre también fue un fanático de la música criolla y llevaba su guitarra en el carro. «Algo que siempre me dio pena fue no haber aprendido a tocar guitarra», dice Valverde. «Pero tuve mi revancha con el cajón». Ahora pasa sus fines de semana en las peñas, acompañado por sus dos hijos y su esposa, Blanca Acevedo. Ella también forma parte de A todo cajón. «Tenemos ocho años practicando cajón y hemos armado un grupo maravilloso», comenta Blanca. «Da pena que ya no aparezcan nuevos cantantes de música criolla que cojan la posta. Pero siento que, de alguna manera, estamos haciendo una pequeña cruzada por la música criolla aquí mismo, en el Regatas». Fernando Aparicio es uno de los pocos jóvenes que participan en el grupo. Tiene quince años y comenzó a practicar a los seis. Durante mucho tiempo, Fernando se encargó de abrir las presentaciones de A todo cajón. Comenzaba a tocar él solo y, luego, era secundado por el resto del grupo. Él recuerda haber visto la primera presentación del grupo en las Regatiadas Culturales —la de los cincuenta cajoneros— junto a su abuela, Marieta de Aparicio. «Decidimos entrar al grupo los dos», comenta la mujer de 65 años. «Es una experiencia que nos ha unido. Es muy emocionante poder tocar música al lado de tu nieto».

El año 2013, Nora Regalado enviudó. «Me quería morir. Tenía un matrimonio feliz y, de pronto, ya no había nada». Un año después, por recomendación de una prima, asistió a un almuerzo por Fiestas Patrias. Los cajoneros del Regatas fueron los encargados de abrir el espectáculo y ella se quedó maravillada. Sobre el escenario estaba el oftalmólogo de su esposo, Máximo Calderón. Nora le dijo que quería participar. «Fui sin saber de qué se trataba. Pero todos los miembros del grupo son gente tan buena, nos une tanto la música, todo es tan alegre. Fueron ellos quienes me dieron las fuerzas nuevamente. Me recordaron que vivir valía la pena. Desde entonces me han pasado cosas maravillosas». Durante mucho tiempo ella no conoció a ningún miembro de la familia de su madre, los Gómez Velásquez. «Mi mamá fue desarraigada cuando tenía dos años y no tenía familia». Al entrar al grupo conoció a Morayma Gómez Velásquez, otra de las integrantes. Al enterarse del apellido, Nora no pudo evitar hacer la pregunta. «Los Gómez Velásquez somos tan pocos así que, por si acaso te pregunto. Eres algo de...». Comenzaron a indagar entre mamás, abuelos y tíos, hasta que llegaron a la conclusión de que ambas eran primas. Morayma le entregó un árbol genealógico y le presentó a toda la familia que Nora no había conocido por años. «De la nada, sobre mí, cayeron las raíces que había estado buscando», dice. Ahora, Nora tiene 55 familiares que nunca había conocido, incluida la hermana de su madre (que ella nunca pudo conocer). «La vida me había quitado a mi esposo, pero me devolvió a mi familia. Es increíble. Nunca me había sentido parecida a nadie. Ahora las veo a todas ellas y es como verme en un espejo. El cajón no solo me dio motivos para continuar después de la partida de mi esposo, también ha sido la puerta que me permitió ingresar hacia una vida que no conocía. No sabes cómo se alegraron los integrantes del grupo, no sabes cómo. De alguna manera, ellos también son mi familia. Ahora tengo más familiares que nunca».

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CUSTOM Sanyin Wu

GUSTAVO SALAZAR BÁDMINTON. 12 AÑOS. DIESTRO Defensa Traslado Mate Rapidez

En casa es Guga. Su mamá, Sandra De Souza Peixoto, le dice así. Su padre, Gustavo, como vicepresidente de la Federación Mundial de Bádminton, lo llevó a Pekín 2008 y a Londres 2012. Fue él también quien le enseñó por primera vez a coger la raqueta de bádminton cuando Guga tenía tan solo cuatro años. En esos dos certámenes olímpicos, el adolescente Salazar pudo observar a los más grandes exponentes del deporte de la pluma, como el chino Lin Dan, ganador de la medalla de oro en ambas competencias. En Río 2016, cuando ya tenga trece años, volverá a ver a los mejores. Eso lo estimula. Actualmente, el menor de los Salazar, a pesar de ser su primer año en la categoría, se ubica en el número uno del ranking Sub 15 y es el campeón sudamericano 2013 y 2014. Han pasado solo ocho años desde que se inició en la academia, tiempos en los que practicaba con su abuela, Josefina Delgado, la ex campeona mundial master en Dobles. «Ella me entrenaba en el Club, pero quien inició todo fue mi abuelo», recuerda Gustavo. Se refiere a Alfredo Salazar, antiguo presidente del CRL. Con él, se inició un breve pero intenso linaje. Su padre, durante su mejor momento, figuró entre los treinta mejores del mundo, y sus hermanas mayores, Michaela y Arantxa, también pasaron por el bádminton. Pero Guga va escribiendo su propia historia. Dos años después de empezar en el deporte, ya formaba parte del equipo de talentos del Club. Y luego de dos años más, viajó a Medellín con la selección nacional para participar en el Sudamericano. Allí ganó sus primeras dos medallas internacionales (oro y plata en la Sub 11). En el 2011, en Jamaica, fue campeón Panamericano Sub 11 en Dobles, junto a Nicolás Masías. Este año comenzó ganando el Primer Ranking Nacional, y aún le restan dos por jugar. Deberá quedar entre los cuatro primeros en ambos torneos, para clasificar al próximo Panamericano. «Es el campeonato más importante del año para mí». A sus doce años, Salazar ya ha encontrado a su mejor partner en el juego: Mateo Bossio. «Tengo mejor muñeca que piernas. Me es más fácil hacer tiros difíciles, tanto adelante (donde puedo rematar de frente todas las plumas o colocarlas) como atrás (en la defensa)». Sabe que debe reforzar la fuerza en las piernas para poder trasladarse por la cancha sin dificultades. Por eso, durante el verano, corría siete vueltas alrededor de la pista atlética del Estadio Nacional, y subía y bajaba tribunas durante veinte minutos. En cada torneo, cuando Guga enfrenta a un nuevo rival, su madre lo alienta para que lo siga de cerca, para que vaya a ver sus partidos, descifre su estilo de juego y nunca se confíe de un jugador que ya conoce. Ya le pasó una vez en Canadá. «Perdí contra un estadounidense al que le había ganado hace tiempo, pero mejoró muchísimo y ahora ya viene ganando tres veces seguidas el Panamericano Junior», recuerda. Esas son las derrotas que le molestan y lo llevan a cuestionarse. Porque un deportista de alta competencia pasa en limpio también sus errores. (A. Talavera)

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CRIANZAS

Por Ana María Sayán Especialista en Valores Humanos con Character First. Coaching Advisor & Family Consulting

LA ERA DE LA REBELDÍA Disciplinar a los hijos ha sido siempre una tarea difícil, pero en la actualidad parece haberse complicado aún más. Noelia tiene una niña de ocho años y sufre para enseñarle a ser ordenada. «¡Te he dicho que recojas tu ropa!», le gritó frustrada el día que su hija llevó su paciencia al límite. La rebeldía parece ser el sello de nuestra generación. Los padres, en su deseo de orientar a los hijos y no perder autoridad, luchan cada vez más con ellos. Roberto, padre de dos hijos de ocho y trece años, no suele ser tan tolerante. «¡Aquí quien manda soy yo!», parece ser su lema. Y en esta lucha no es raro que pierdan la paciencia, el control y cometan errores. Mary, madre de una nena de nueve años, le ha repetido varias veces, como en sermón, el imperativo «¡Obedece!». La consecuencia en todos los casos parece ser la misma: frustración y sentimiento de culpa. ¿CÓMO EVITAR LUCHAR CON LOS HIJOS? No es imposible lograr un equilibrio entre disciplina y amor. Con un poco de esfuerzo y perseverancia, la ardua labor puede ser menos conflictiva. Podemos empezar aplicando tres principios prácticos en casa. Por supuesto, de nada valen si no son aplicados con amor. Al final, la única razón por la que los niños realmente están dispuestos a someterse a la disciplina de los padres es porque la perciben como una muestra de preocupación y cuidado hacia ellos. 1. Reemplazar nuestras órdenes por preguntas y explicaciones. El objetivo es que nuestros hijos reflexionen y descubran el sentido de lo que deben hacer. Por ejemplo, en una clínica es mejor explicarle al niño que hay personas heridas con las que podría chocar en lugar de gritarle: «¡No corras!». 2. Poner las reglas claras. Ellos deben hacerse responsables de las consecuencias de sus actos. Define bien lo que esperas que hagan, los límites que tienen y las consecuencias de sobrepasarlos (la sanción jamás debe ser algo que los humille o que afecte su dignidad). Por ejemplo, si no cumple sus deberes escolares, no podrá ir a su reunión de amigos el fin de semana. 3. Ser firme y mantener lo dicho. El objetivo es que formen su carácter. Con ello, además, les demostramos que la manipulación no funciona, menos aún en asuntos decisivos para su formación. Hay temas no negociables, como el horario para levantarse e ir al colegio. Por más que inventen excusas o pongan mala cara, debemos mantenernos firmes. LA DISCIPLINA CORRECTA TRAE SUS BENEFICIOS Si perseveramos diariamente en estos principios, notaremos cómo nuestros hijos desarrollan hábitos sanos y refuerzan su autoestima y autocontrol. Si bien al inicio no será una labor sencilla, el esfuerzo definitivamente valdrá la pena. Los hijos se sienten satisfechos cuando logran satisfacer las expectativas de los padres; eso los anima a seguir. Ello se refuerza si los padres celebran sus logros con sinceridad. La disciplina es el motor de la fuerza de voluntad y el camino para lograr metas en la vida. Con ella, sus hijos ganarán respeto y admiración. Usted también lo hará, por supuesto, pero recuerde que la disciplina no es innata. Es una práctica que se desarrolla con tiempo y perseverancia, que debemos inculcar primero en nosotros mismos. Solo aplicándola con sabiduría y amor lograremos criar como siempre soñamos a nuestros hijos, los cuales —aún en medio de su rebeldía— la necesitan y esperan.

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PARA TOMAR EN CUENTA • DISCIPLINAR A LOS HIJOS es un derecho que se gana pasando tiempos de calidad con ellos. • MIENTRAS MÁS NOTA UN NIÑO que su padre lo escucha, más dispuesto estará a escucharlo a él. • SOLO ALGUNAS VECES los hijos escuchan lo que dicen sus padres; en cambio, siempre los observan e imitan.

UNA PEQUEÑA RESEÑA Ana Sayán es coach de la International Coaching Community de Londres y especialista en Valores Humanos y Desarrollo Personal por el Character First Institute de México. Además de asociada del Club, es coach de Radio Corazón y conduce el programa Siempre en Casa de RPP Noticias. Fundó CRECE Consultores luego de ser desafiada por una sencilla pregunta de su hijo: «¿Cuándo me tocará el curso sobre cómo voy a cuidar a mi familia y cómo voy a criar a mis hijos?». Desde ese día ha luchado por preparar a hombres y mujeres para la empresa más grande de todas: saber dirigir con éxito su propia vida y la de sus familias.



MÚSICA

LO ANDINO LUEGO DE UN EXITOSO CONCIERTO HOMENAJE A JAIME GUARDIA, EL MAESTRO DEL CHARANGO, PEPITA GARCÍA-MIRÓ REVISA SU PROPIA TRAYECTORIA MUSICAL, ENTRE HUAYNOS, MARINERAS Y YARAVÍES. ¿ESTAMOS ABIERTOS A LA MÚSICA DEL INTERIOR DEL PAÍS? Escribe: Andrés Talavera

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Foto: Santiago Barco


Roberto Cáceres

LINAJE MUSICAL. Sus hijos, con excepción de Julián -que quiere ser parte del equipo de remo del Club-, también están ligados a la música.

El 28

de marzo, luego de casi tres horas de espectáculo en el Gran Teatro Nacional, Pepita García-Miró lloró sobre el escenario. A su lado estaba Jaime Guardia, el charanguero ayacuchano de 82 años que volvía a tocar después de dieciocho meses. «La emoción fue muy fuerte. Don Jaime es una persona inteligente, digna, con una memoria impresionante y un gran sentido del humor. Su recuperación, después de más de un año de enfermedad, fue el momento ideal para rendirle un homenaje en vida», dijo García-Miró días después. En ese pico emocional del concierto, sonaba «Gentil gaviota», tema que grabaron en el 2011 con Encantos Andinos, la banda que ambos conformaban. La portada de aquel disco estaba adornaba con un retablo ayacuchano. La cantante se encontraba profundamente emocionada y sus recuerdos la remontaron hasta la primera vez que lo escuchó, enfundado en un poncho de vicuña, a finales de los noventa, durante una presentación escolar. En ese momento inolvidable aprendió del charango gracias a los sonidos sublimes que Guardia le arrancaba al instrumento. Diez años después, Pepita García-Miró encontró la mejor manera de poner en valor el legado de la música andina en nuestros días: grabó junto a Jaime Guardia un disco titulado homenaje a la pachamama. «Creo que es necesario un cambio a esos quinientos años de indiferencia, de voltear la espalda y abandonar la cultura andina. Mi aporte es la música». No es la suya una contribución menor: ha apostado por artistas y músicos, muchas veces desconocidos en la escena local, para reunirlos a lo largo de las tres ediciones del festival Siete Mares en Lima. Un álbum posterior, Alas del viento, contiene una canción, «Del jardín abandonado», que ejecuta a dúo con Guardia. Durante ese concierto homenaje, García-Miró, acompañada por su guitarra y por dos integrantes de la banda Cosa Nuestra, ofreció tres piezas que serán incluidas en su próxima producción, su segunda como solista.

*** Pepita García-Miró creció en Chaclacayo, al lado de Chosica, en una época en que en las calles y mercados se escuchaba el quechua y desfilaban

polleras y ponchos. Chaclacayo era el primer paradero, una escalada obligada de las personas que migraban desde la Sierra Central. En casa de los GarcíaMiró, la nana Nestora —una mujer que trabajó con su familia durante varios años— le cantaba yaravíes de su tierra natal, Arequipa. Pepita tomó clases de folclore en su colegio, el internado peruano alemán Beata Imelda. Quizás a esta formación escolar se deba que, durante sus conciertos, baile acompasadamente los huaynos. En una agrupación andina nadie baila mientras interpreta la canción. Solo ella. Cuando tenía tan solo cinco años, aprendió a tocar la guitarra, gracias a las lecciones que le dio su hermana mayor. Luego incursionó en la kalimba, un instrumento de percusión con el que se presentó por primera vez en Lima. Pero siempre supo que el canto era lo suyo, si bien le costó un poco al inicio, músicos como Manongo Mujica, Enrique Luna, Héctor Veneros y Carlos Aguirre influyeron en su desarrollo. «Cada uno tuvo algo que enseñarme, eso que yo admiraba de su quehacer musical», admite García-Miró. Jaime Guardia también ocupa un gran espacio en su carrera. Durante cinco años, el charanguista visitó varias veces la casa de Pepita para enseñarle a cantar huaynos en quechua, su idioma original. «Al terminar, teníamos unas veinte canciones listas y la empatía entre ambos se había hecho muy fuerte», recuerda. Después fundaron Encantos Andinos, junto a Jaime José Guardia Crispín (hijo del charanguista), Gregorio Condori y Francisco de la Cruz. Han pasado quince años desde entonces y Pepita García-Miró continúa en una búsqueda indesmayable para que más personas conozcan los sonidos andinos y la particular sensibilidad de sus músicos. «Hay grupos que están haciendo fusiones notorias con los ritmos andinos, y en Lima la gente también se está atreviendo a bailarlos». Ella piensa que el yaraví es nuestra particular versión del blues norteamericano. Solo faltan aquellos productores que reconocieron el potencial de artistas como Ry Cooder, de Buena Vista Social Club, y luego lo exportaron y difundieron; o lo que pasó con Yma Súmac, la eximia soprano nacional.

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UN DESTINO DE

THE NEW YORK TIMES PARA LA REVISTA REGATAS

36 HORAS EN

South Ocean Boulevard

Escribe: Suzanne Carmick

Foto: Benjamin Rusnak

Distribuido por The New York Times Syndicate

El verano mental que se vive en esta isla de Florida

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36 HORAS

Desde que el magnate petrolero Henry Flagler convirtió la selva infestada de caimanes conocida como Lake Worth en un paraíso tropical para el 1% de la población (era la Época Dorada, después de todo), con hoteles palaciegos y un ferrocarril para servirlos, Palm Beach ha sido sinónimo de lo más grande y lo mejor: fortunas, joyas, escándalos. La isla de casi 26 kilómetros de longitud con mansiones extravagantes, comercios excelentes y caprichosos jardines es rica en historia e hitos importantes, desde la majestuosa propiedad Mar-a-Lago (completada en 1927 para el Marjorie Merriweather Post, actualmente club privado de Donald Trump) y el Paramount Theater (un excinema que alberga un tesoro de fotografías clásicas de estrellas de la pantalla) hasta la Iglesia de Saint Edward (donde asistían los Kennedy) y Green’s Pharmacy (donde John F. Kennedy disfrutaba de hamburguesas en la barra). Pero Palm Beach también es una pequeña joya que ofrece placeres simples. Puede andar en bicicleta en cualquier parte o dilatarse bebiéndose un café en la barra de un lugar y nunca estar a más de una o dos cuadras de la playa. Hasta el nuevo tranvía Orange Line que transporta pasajeros entre destinos de arte en Palm Beach y la vecina West Palm Beach incorpora un toque terrenal a este pueblo de alta categoría (¡y es gratuito!). Cuando la temporada termina después de Pascua, los lugares de estacionamiento y reservaciones para cenar vuelven a estar fácilmente disponibles (y ni hablar de los precios con descuento en restaurantes y hoteles), convirtiéndolo quizá en el mejor momento para visitarlo.

ROMPIENTES Y MÁS ALLÁ 7 p.m. Palm Beach es casa de muchos restaurantes finos, desde viejos favoritos como Ta-boo, sobre Worth Avenue, hasta emocionantes lugares nuevos como HMF, en Breakers, dado que no hay mejor bienvenida a la isla que una visita a este espléndido hotel, que ha estado albergando a la élite mundial desde 1896 (incluyendo a los Rockefeller, a presidentes y a Elton John). Entreténgase en el suntuoso vestíbulo y después vaya al que alguna vez fuera el celebrado Tapestry Bar, que actualmente es el lujosamente modernizado HMF (la iniciales de Henry Morrison Flagler), donde la clientela más joven viene a ver y a ser vista mientras prueba tapas tentadoras (pida los panecillos bao de pato con salsa ponzu color rojo sangre: 23 dólares) y los cocteles (el Redhead, con jugo de arándano, licor de naranja y vodka, viene coronado con una gruesa espuma de lima: 15 dólares). Si sigue con hambre, Cucina Dell’Arte sirve comida italiana en un ambiente animado. Guarde espacio para el bacche e sabayon (natilla marsala con bayas en una crujiente capelina de almendra). La cena para dos, con vino, aproximadamente 120 dólares.

UN POCO DE MÚSICA NOCTURNA 10 p.m. Termine su noche con música. Brazilian Court Hotel presenta a Raquel Williams, quien canta cabaret sentimental en el salón íntimo Cafe Boulud. En el elegante Cafe L’Europe, David Crohan preside maestralmente un piano de cola y, si tiene ganas de bailar, Cucina Dell’Arte tiene un concurrido paisaje de bares para entrada la noche y una esfera de disco.

Amici Market vende todo tipo de cosas, desde pollo marsala y panini hasta caviar y champaña.

VIERNES

SOBRE LA PLAYA 4 p.m. Tome un bocadillo y vaya a la playa. En Amici Market, Maurizio Ciminella, socio directivo y exrestaurantero local, sirve comida de todo tipo, desde pollo marsala y panini hasta caviar y champaña. Llévese sus cosas a la playa pública, donde los locales y visitantes comparten las olas y la arena, o recorra la amplia vereda (entradas sobre South Ocean Boulevard, entre Royal Palm Way y Hammon Avenue). Todavía es hora de alquilar una paddleboard por 20 dólares la hora en PB Boys Club, a una cuadra de la playa.

Red Head (jugo de arándano, licor de naranja, vodka y espuma de lima) en el Tapestry Bar.

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36 HORAS

Palm Beach también es una pequeña joya que ofrece placeres simples. Puede andar en bicicleta en cualquier parte o dilatarse bebiéndose un café y nunca estar a más de una o dos cuadras de la playa.

SOBRE WORTH AVENUE 1 p.m. Esta renovada avenida de negocios, galerías y restaurantes de lujo refleja el estilo arquitectónico de Renacimiento Mediterráneo (estuco encalado, techo con tejas rojas redondas) introducido por el arquitecto Addison Mizner hace casi 100 años. Es una «zona cero» para ver gente, así que enfóquese. Mientras contempla cómo Bentleys y Jaguars compiten por lugares para aparcar, quizás se pregunte por qué tanta gente lleva sus perritos a hacer las compras. Ah, y empañe vidrieras (y después gaste su dinero en los negocios de reventa de diseñador agrupados a la vuelta de la esquina de North County y Sunset; incluso hay un elegante Palm Beach Goodwill). Piérdase en las serpenteantes «vías» que salen de la avenida, saboree la música de las fuentes que gorgotean e imagínese que está en Italia. Continúe la fantasía con pizza de corteza delgada (pruebe la frutti di mare con calamares, vieiras y camarones: 23 dólares) en Pizza Al Fresco, un encantador oasis escondido en Via Mizner, mientras modelos pasean entre las mesas de afuera exhibiendo ropa de diseñador de la avenida. Ahora, estudie el excelente mapa de la Fundación Palm Beach Preservation que ha descargado (palmbeachpreservation.org) para explorar mejor la arquitectura y parquecitos del vecindario, especialmente Pan’s Garden. Después, entre al Colony Hotel (a una cuadra de Worth) para echar un ojo a su atrevido cambio de imagen, con brillantes colores de Florida y papel tapiz de hojas de plátano.

Terraza del Cafe Boulud, en el Brazilian Court Hotel.

SÁBADO

A LEVANTARSE 8 a .m. Ordene huevos benedictinos con rúcula (11 dólares) en el nuevo SurfSide Diner, sobre South County Road, o compre hojaldres franceses y un capuchino en Patrick Lézé, en el edificio Palm Beach Hotel, sobre Sunrise Avenue. Después, viaje aproximadamente 40 kilómetros al sur sobre la autopista interestatal I-95 hasta el humedal Wakodahatchee Wetlands (entrada gratuita). Esta reserva natural hecha por el hombre con un paseo marítimo pulula de aves acuáticas, caimanes y tortugas; más de 140 especies de aves han sido identificadas aquí, incluyendo a la espátula rosada. En primavera, las hembras atienden a sus crías en nidos y es posible acercarse bastante. Lleve binoculares, sombrero y bloqueador solar.

AREPAS, FALAFEL Y MÁS 11 a.m. En el camino de regreso, pare en West Palm Beach GreenMarket. Este mercado sumamente apreciado florece en la recién revitalizada área costera, actualmente destino peatonal y sitio de eventos anuales como el SunFest, un espectáculo musical (del 29 de abril al 3 de mayo; dentro de los artistas principales figuran los Pixies, Lenny Kravitz y Wilco). Pruebe los cafés de un solo origen de Rabbit Coffee Roasters; después haga fila en TocToc Arepas, donde vale la pena esperar las arepas de jugosa carne de cerdo deshebrada o de omelet vegetariano (6.95 dólares). ¿Alguien dijo falafel? Ahí cerca, sobre Fifth Street, en un escaparate de estuco, Mediterranean Market and Deli vende delicioso hummus casero, tabule, aceitunas, pita y más. Solo se sirve comida para llevar.

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El espléndido hotel Breakers funciona desde 1896.

CÁLMESE 5 p.m. Encuentre serenidad en la Iglesia Episcopal de estilo gótico inglés tipo «Bethesda en el mar», construida en 1925. Camine despacio por el patio y los enclaustrados pasajes cubiertos hacia el Jardín Conmemorativo Cluett, donde podrá sentarse en un pequeño gazebo y mirar hacia la fuente y estanque de peces. Cuando se vaya, mire hacia arriba e intente observar las gárgolas sobre el techo.


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Megayates en Dársenas Palm Beach

COCINA CREATIVA 7 p.m. Si logra hacer una reservación en Buccan, ¡Felicitaciones! El aclamado chef Clay Conley combina un bullicioso ambiente informal con platos chicos innovadores que reflejan miles de influencias. El menú incluyó recientemente crujientes mollejas estilo General Tso (17 dólares) y hot dog con panini, chucrut, queso Gruyère, mostaza y chile (12 dólares; un favorito de Butch Trucks, baterista de los Allman Brothers). Cena para dos, con bebidas, aproximadamente 150 dólares. Imoto, el “hermanito” de Buccan en la puerta de al lado, sirve platos de inspiración asiática, sushi y sashimi.

DEL OTRO LADO DEL PUENTE 10 p.m. Sobre la calle Clematis Street, en West Palm Beach, la vida nocturna puede ser estridente: una mezcla de restaurantes, cavernosos bares atestados y clubes de baile. El nuevo Alchemist Gastropub sirve comida reconfortante (tiras de tocino en la barra en lugar de cacahuates) y atrae una clientela después de cenar con cocteles y cerveza local en una atmósfera de taberna clandestina. Pare en Pistache French Bistro para empaparse del ambiente estilo parisino (bancas carmesí, madera oscura y latón) mientras bebe un Martini Francés de Pera (licor de St. Germain, vodka de pera, champaña: 13 dólares). Cafe Centro, en el distrito de artes Northwood, atrae fiesteros al piano bar con candelabro de cristal y cantante tipo Sinatra.

DOMINGO SALGA 8 a .m. Ocupe una mesa de la acera en Nick and Johnnie’s y pruebe la Crepe Madame (jamón, queso Gruyère, huevos fritos; 12 dólares) o el Amazon Bowl (yogurt, quinoa, frutos secos, fruta, coco; 16 dólares). Después, alquile bicicletas en Palm Beach Bicycle Trail Shop, sobre Sunrise (29 dólares hasta cuatro horas). Cruce Bradley Place para entrar a Lake Trail, una senda de casi 10 kilómetros de largo, y pedalee al norte frente al Sailfish Club, donde termina el camino; continúe sobre North Lake Way hacia la Ensenada, donde barcos entran y salen desde el Puerto de Palm Beach. Mientras pedalea de regreso al pueblo, note los setos vivos de ficus, artísticamente esculpidos o con forma de muros altos, y esté atento para ver arriba pelícanos y loros. Siga al sur cruzando Royal Poinciana, pasando frente al Museo Flagler, la espectacular casa de la Época Dorada de Henry Flagler (que ofrece una fascinante mirada a la vida de un titán industrial del cambio de siglo). Pare para admirar la ceiba de 186 años y después continúe hacia el complejo de la Sociedad de las Cuatro Artes, donde podrá recorrer los jardines botánicos y esculturales que rodean la biblioteca. Enfríese bajo los árboles de las vecinas Dársenas Palm Beach. ¡Eche un ojo a esos megayates!

ALMUERZO CON VISTA Medio día Posicionado sobre un clubhouse de dos pisos estilo Cayo Hueso en el Campo de Golf Par 3 Palm Beach, el nuevo restaurante Al Fresco es uno de los sitios para comer al aire libre más hermosos del área. Puede disfrutar la brisa sobre la cubierta techada que mira al océano y probar una especialidad italiana como los ravioles Al Fresco (queso burrata, rúcula, tomates secados al sol y salsa con chalote; 21 dólares).

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¡POLO, POR SUPUESTO!

Palm Beacch Bicycle c Trailil Sh Shop

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Palm Beach

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Cafe Boulud, C Brazilian B razilian Court ur Hotel 3 AT L A N T I C O C E A N

International n Polo Club

El Polo dominical empieza recién a las 3, pero para una experiencia local por antonomasia llegue temprano y mézclese con la clientela bien vestida del International Polo Club, en Wellington. Independientemente de si opta por el generoso brunch con champaña de 120 dólares en el Pavilion (2 p.m.) o por un asiento en el césped (el centro es lo mejor; 30 dólares), todos convergen en el campo a medio tiempo para pisotear pasto suelto (pisar el césped; traiga zapatos prudentes) y compartir champaña gratis y helado. Los brillantes ponis que pasan retumbando, el golpeteo de los mazos y los vítores de la gente hacen una experiencia inolvidable. Admisión general, 10 dólares.

Society o of o the he Four Arts

Grandview G Gra rand dvvie G Gardens de B Bed & B Break Breakfast re eakf e k ffa asst a st Al F Al Fresco Fres Fre resc sco sco sc att the tth he e Par Pa Par 3 11 Golf olf Course Co rse sse e

D. S . O C E A N B LV

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Area e of of detail deta de eta t i tail

FLORIDA

Bethesda-by-the Bet da-by th Sea

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West Palm m Beach

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HMF HM The Breake a rs

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Cu ucina Dell’Arte ’A FLAGLER MEMORIAL B R.

1:30 p.m.

Palm Beach Be each Dockss

Pan’s Pan n s Garden

Pizza Al Fre P Fresco sc

PB Boys Club ub Cafe L’Europe op an moto 8 Būccan/Im

Worth ort Ave. 6 Colony Hote Ho el

HOSPEDAJE El Brazilian Court Hotel (301 Australian Ave., Palm Beach; thebraziliancourt.com), un hotel histórico de diseño mediterráneo, ha ganado innumerables reconocimientos desde que abrió en 1926. Ubicado a cuadras de la playa y de Worth Avenue, con el Cafe Boulud y el Frederic Fekkai Salon en sus instalaciones, tiene 80 habitaciones y una piscina. Un estudio de lujo con cama king o queen puede oscilar entre 559 y 759 dólares en temporada alta, precio que se reduce hasta 199 dólares en el verano (no hay habitaciones dobles; se puede agregar una cama sobre ruedas sin cargo alguno). No incluye desayuno. Grandview Gardens Bed and Breakfast (608 Lake Ave., West Palm Beach; grandview-gardens.com) es un hotel boutique desayuno-cama localizado en el histórico vecindario de Grandview Heights, en West Palm Beach, cerca de servicios del centro y a 2,4 kilómetros de Palm Beach. Hermosamente conservado y ordenado: estilo mediterráneo, jardines tropicales, piscina, desayuno bufete incluido. Suites para cinco huéspedes: las tasas van desde 129 dólares fuera de temporada, hasta 215 en temporada alta. El codueño Rick Rose es un guía turístico oficial de Worth Avenue e historiador. Para pasear: Lake Trail, una senda de casi diez kilómetros de largo.

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BAMBINA

Por Antonella Carvajal «Ready for the unexpected»

ME PONGO

FURRY Cuando algo me empieza a gustar, lo veo por todos

lados. Puede ser un color, una forma, una marca o incluso un nombre. Inmediatamente me convierto en un detector de aquello que me gusta. En este último mes, me ha pasado con las cosas «peludas», llamadas, en inglés, furry. Lo peludo no necesariamente tiene que provenir de piel natural. Es más, la mayoría de lo que me ha estado obsesionando era de piel sintética. Hace poco, cuando estuve buscando inspiración en Internet para decorar mi habitación, encontré algo que llamó mi atención: una silla blanca de escritorio, pero adornada con una linda frazada, casi una alfombrilla peluda del mismo color. El detalle le daba un estilo muy romántico y dulce. Allí empezó mi relación con lo furry. Creo que lo peludo en una alfombra, en un chaleco, en un sillón, un cojín o en una frazada puede convertir un ambiente o un look en uno más acogedor y hogareño. En la semana de la moda en Lima, me enamoré de un abrigo de pelo rojo que presentó Roberto Etxeberria, el diseñador vasco que fue invitado al Lifweek de este año. Sin duda, muchas de las pasarelas internacionales también han apostado por lo furry para la temporada otoño-invierno 2015. Emilio Pucci, Jason Wu, Just Cavalli, Fendi y Marni, entre otras casas de moda, mostraron abrigos XXL peludos, casacas de colores de pelo, aplicaciones y detalles en las prendas, y

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accesorios con esta tendencia durante sus últimas presentaciones en las semanas de la moda en Milán, París y Nueva York. En esas mismas pasarelas empezó la fiebre furry hace un año, cuando It Girls como Miroslava Duma o Anna Dello Russo aparecieron con abrigos y accesorios peludos de distintos colores. Mi radar siguió funcionando y encontré muchas más cosas peludas, desde forros para botellas de agua (que seguro encontrarás en tiendas en Lima como Casa e Ideas, Sodimac o Zara Home), hasta alfombras para decorar habitaciones o cases para el celular, laptop o tablet. Descubrí llaveros peludos y no solo para colgar las llaves sino para decorar los bolsos más bonitos de tu armario. También me llamaron la atención los bolsos y clutchs peludos, perfectos para lucir la onda furry de manera sobria y discreta. No solo de noche puedes llevar una prenda furry. Por ejemplo, puedes usar una casaca peluda con jeans o con un vestido de coctel. Todo está en saber llevarlo con actitud. ¿DE QUÉ VA ESTO DE FLIPAR? Este espacio en la revista Regatas será una extensión de mi página de moda www.meflipalamoda.com. En la virtualidad, tengo un alter ego: Bambina Monella, donde quizás revelo mi personalidad más atrevida con fotos de mis looks y las cosas que hago en mí día a día. Este será un espacio más abierto para un nuevo público, para alguien que esté mirando el mar desde algún lugar del Club Regatas. Escribiré sobre lo que me llama la atención y lo que me inspira. Las flores, la arquitectura, los hombres, el olor del café, los quotestoliveby, las formas abstractas de las nubes, la decoración, el arte, estar en silencio,

la inmensidad del océano y así un sinfín de temas que mantienen alerta todos mis sentidos. Siento una gran necesidad de expresar todo aquello que me entusiasma. De esta manera, podré mostrarles mi punto de vista sobre distintas tendencias, no solo de la moda. Poco a poco voy aprendiendo cosas que no sabía o no quería entender, recolectando momentos que me han hecho crecer de una manera más humana, menos perfecta y más feliz.

• IR A LA PAPELERIE para renovar tu cuaderno de notas, apuntes e ideas brillantes y las no tan brillantes. Miguel Dasso 126, tienda 3 San Isidro. • ADQUIRIR NUEVAS ZAPATILLAS URBANAS para caminar más cómoda de casa al trabajo, del trabajo a la parada de autobús. Las mejores zapatillas urbanas —y, además, un must have de la temporada— son las New Balance, económicas y trendy. • SUBIR FOTOS NUEVAS de cosas que ya no uso en mi armario online. ¿Sabían que vendo algunas cosas de segunda mano en una web que se llama Traperas.com? Puedes encontrar mi armario como BambinaMonella. • RETOMAR MI LIBRO: hace semanas que lo tengo abandonado. Si te gusta un poco la psicología y los cuentos de hadas, te recomiendo leer el psicoanálisis de los cuentos de hadas de Bruno Bettelheim. • PROBAR EL SÁNDWICH DE COOKIES AND CREAM, un perfecto y atractivo postre de Cosme, el nuevo restaurante de James Berckemeyer.



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ABELARDO SÁNCHEZ LEÓN

EN UNA PISCINA LO

PROFUNDO ES LA

POESÍA

Es un escritor en ejercicio permanente. Ha cultivado desde crónicas periodísticas hasta la novela y la poesía, que es su campo natural. Hace un tiempo publicó un poemario inspirado en su experiencia al borde de la piscina del Regatas. El mismo espacio al que unos recurren para olvidarse de todo sirvió al poeta para contar escenas que revelan la naturaleza del tiempo, la edad, la vida que transcurre afuera. ¿Por qué es tan riesgoso nadar con la mente abierta? Escribe: David Hidalgo

Foto: Phoss

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ENTREVISTA

H

ay un gesto recurrente en Abelardo Sánchez León: una sonrisa que parece una condición crónica, un síntoma inofensivo de propensión a la ironía. Se manifiesta en un ruido breve y sordo, como una carcajada contenida. Por momentos parece la clase de muletilla gestual que obliga a la gente a toser o arrugar la nariz. Sánchez León sonríe. El gesto acentúa una línea de expresión que desciende desde la comisura izquierda de sus labios hasta la mandíbula, lo que le da un cierto aire sarcástico incluso cuando habla de temas serios. Puede estar diciendo algo tan dramático como «La literatura es fugaz, débil, como la vida», y de pronto el ruido, el leve espasmo de carcajada. El rasgo se acentuará esta tarde, en que el poeta llega de un almuerzo con viejos amigos y luce de buen humor. En el curso de la conversación, Sánchez León explicará que su sonrisa está allí para expresar la idea de que uno nunca debe tomarse demasiado en serio. En un artículo sobre tu último poemario, grito bajo el agua, el crítico literario Peter Elmore señala que tu poesía es «visceralmente confidencial sin por ello ceder al sentimentalismo ni al culto narcisista del ego». Eso es mentira (risas). Yo me inicié en la literatura en una época en que no había tantos reflectores. Había, sí, más crítica literaria. Incluso mi primer libro de poemas lo comentó José Miguel Oviedo a página entera, cosa que hoy es casi imposible. Pero ahora hay más luz y otra noción del éxito y de la competencia literaria. Entonces, ser tímido o retraído no es un buen negocio. Yo prefiero

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estar un poco en la sombra, pero tampoco tanto como para que se olviden de mí. Mirando hacia atrás, son casi cuarenta años de vida literaria ininterrumpida en el ámbito nacional. No soy un escritor internacional. Antes eso era para alguien como Vargas Llosa, algo lejano. Ahora el que menos está preocupado por ser publicado en España, por ser traducido. Es conocida tu resistencia a participar en premios. ¿Tiene que ver con eso? No sé. Yo creo que los premios llegan solos, como diría Alan (risas). Llegan cuando deben llegar. Hay algunos escritores que se precipitan, pero también hay cierto orden tácito de jerarquías. Los premios, si llegan, deben llegar en su momento. No hay que buscarlos. Elmore destaca tu mirada cruda hacia la edad y la vejez, especialmente a partir de este poema: «Saca la cabeza. Mira el burbujeante paisaje monótono/ de un carril abandonado./ No tiene apuro. No esperan su palabra o su vértigo./ Hace poco, hará un par de años,/ un muchacho lo miró con desprecio./ En sus ojos surcaba una flecha de odio». Eso tiene una anécdota. Este es un libro inspirado en la piscina olímpica del Regatas, en la que he nadado en los últimos años, donde también mis hijos han nadado. Uno de ellos falleció. Entonces un día me encontré con unos viejos que nadaban y me dije: «Estos viejos siguen nadando, y mi hijo ya no puede, porque no está». Ese fue el inicio de ese

verso, que es duro. Es como decir que a ellos no les corresponde, que le corresponde más a la juventud. Después me volví viejo yo también. Y bueno, hasta el último día uno tiene derecho a vivir y a enamorarse y a nadar y a ser feliz. Los adultos y los jóvenes piensan que los viejos no sienten nada, que están como muertos en vida. Yo creo que no. Ahora que veo a personas bastante mayores, les tengo respeto. En el poema «Otro día» dices: «Llegar a viejo es todo un tema/ es un aprendizaje ni lento ni apurado». ¿Cuáles son esas lecciones? Uno llega a viejo porque ha esquivado todos los accidentes de la vida y ha asimilado todos los rones y cervezas, y tristezas y penurias. Llegar a viejo significa ser un sobreviviente de una batalla en la que han muerto casi todos. Uno no llega a viejo virgen, uno llega a viejo golpeado. Me gusta el estilo de los viejos anglosajones, esos viejos derechos, erguidos, que miran de frente; no los quejumbrosos. La idea del paso del tiempo repercute en tu experiencia literaria. Hay libros que no se pueden escribir antes. Incluso mi última novela, resplandor de noviembre, no la hubiera podido escribir a los treinta años. Tiene que haber un tiempo transcurrido. En el libro grito bajo el agua hay muchas voces en tercera persona. Es decir, no soy solo yo, sino es la mirada de otros viejos que he observado. Ahora, la mirada hacia atrás es una mirada literaria. No hay escritor sin memoria. La memoria es la madre del arte,


dicen. Sin memoria no hay artista, por lo menos no hay escritor. Yo tengo un cierto aire nostálgico. Y claro, yo era mejor en el pasado (risas). Otro poema dice: «Y sin embargo, el tiempo no ha dejado de circular/ y se mide por metros recorridos./ Es un instante. Un momento./ Una cosa de nada y nada volverá a ser como era». Soy el único nadador que nada pensando (risas). He logrado sacar de una actividad totalmente monótona como la natación —ensimismada, con la cabeza metida en el agua— la sensación de que es un tiempo distinto: el agua circula, vas y vienes. Todos los nadadores tienen en la cabeza una noción ridícula del tiempo: «nado 500 metros en 15 minutos» o «has ganado por 58,3 segundos». El tiempo es casi un juego para un nadador. Todo sucede sin que te des cuenta. Todo sucede fuera. ¿Tu manera de practicar la natación es bastante metódica? No, es un desastre, nada metódica. Me viene de familia. Mi tío era el nadador Walter Ledgard. Nado desde chico, pero tuve problemas y traumas. Me ahogaba, sobre todo en las competencias, y por eso lo dejé. Luego he nadado como Master y mis hijos han sido nadadores. Ignacio vive de la natación. Es decir, siempre he estado vinculado a este deporte. Pero como dijo mi tío Walter: «Mal nadador, buen poeta». En alguna época dijiste que habías podido escribir gracias a un cambio de rutina. Todo es cuestión de físico, de resistencia. Hay una edad en que uno tiene las ganas de escribir y la energía para hacerlo. Pero se te pueden ir las ganas y se te puede ir la energía. Yo creo que mi mejor horario para la poesía son las mañanas, a las seis o siete. Siempre he conciliado trabajo con escritura. La narrativa siempre la he hecho en la oficina, donde la gente entra y sale y hace bulla. Uno llega a casa a las siete de la noche. ¿Qué vas a escribir a esa hora, si ya estás cansado? Cuando mis hijos estaban chicos, escribía por las noches. Ahora se ha vuelto muy complicado. No hay inspiración. Hay momentos del día que has asociado a escribir. En la computadora escribo todo: los artículos, las novelas, las crónicas. Incluso en la oficina, la poesía no; la poesía, que escribo a mano, es una concentración, un silencio. Luego la paso a la computadora, que es otra forma de escribir, perfilando versos en la pantalla.

A propósito de que hay una edad para ciertas cosas, recuerdo un poema tuyo que dice: «Las rebeldías han convertídose en apacible crónica, manuscrito a lo más para un artículo visceral». Eso fue cuando era joven, pues (risas). Yo siempre he vivido rodeado de rebeldes, sobre todo políticos. Siempre quise ser un rebelde, pero algo me hacía reflexionar sobre ese tema: cuán rebelde eres, cuánto tiempo, cómo negocias tu rebeldía. Además, trabajaba en una ONG donde todos eran de izquierda. Yo también, pero no me creía tan rebelde como ellos. Como me dijo una vez Diez Canseco: «Yo soy rebelde las 24 horas del día». «¡Y cuándo duermes!», le dije (risas). Siempre hubo en mí una dosis de realismo. De ironía también. Es una característica que muchos asocian contigo. Soy un poco burlón. Es un humor criollo, como decir: «No te lo tomes tan en serio: no vas a poder cumplir con lo que te propones si te lo tomas tan en serio». Esa es mi filosofía de vida. Albert Camus decía que la rebeldía es el estado más digno porque confronta al hombre con su propia oscuridad. Bueno, como me dijo una vez Peter Elmore: «La mejor poesía tuya sale cuando criticas el ambiente en que estás». Yo no me fui a vivir a Caja de Agua, no me fui a otro lado. Yo viví en el ambiente que he criticado, lo cual también supone una cierta dosis de valentía. Todos me decían: «Qué tal raza la tuya: criticas a los que trabajan acá. Eres una especie de cínico». Pero creo que es bueno criticar. Yo no he sido un gran rebelde: nunca he traspuesto una barrera formal de la sociedad. Y la gente que he observado, tampoco. Fueron rebeldes, pero por un tiempo. Yo nunca dije que me iba a ir al monte, porque me hubiera ido al monte. Entonces, mejor no lo digo. Esa es mi actitud ante la vida. Tú que has vivido en el extranjero, ¿cuál es tu experiencia con el ejercicio de viajar? Hay dos formas de viaje. El viaje sin retorno es el del migrante, el que se va a vivir e instalarse en otro lugar. Eso hizo mi generación, por razones que he entendido sociológicamente. Quizá para mí fue más fácil regresar que para ellos. Por ejemplo, para mí fue más fácil que para Elqui Burgos, quien regresó, pero le fue pésimo y se volvió a ir. El viaje con retorno es distinto; es más burgués. Yo soy un viajero a medias, así como un rebelde a medias. He viajado sabiendo que regresaba, que tenía una casa y un país

«Uno llega a viejo porque ha esquivado todos los accidentes de la vida y ha asimilado todos los rones y cervezas, y tristezas y penurias. Llegar a viejo significa ser un sobreviviente de una batalla en la que han muerto casi todos». REGATAS / 31


ENTREVISTA

Pero los amigos de mi generación solo tenían las cartas. En esa época uno se comunicaba con sus padres cada quince días. Te ibas y después de diez años volvías de visita. Ahora estás chateando todo el día. La noción de viaje ha perdido su magia, su leyenda: eso de irse, de no estar. Si en tu caso no hubo experiencia de desarraigo, ¿qué temas te dejó la experiencia? Vivir en el extranjero te da una libertad de estatus social. No significas nada socialmente, lo cual puede ser una maravilla, al menos por un tiempo. El mismo Ribeyro nunca estuvo integrado a la sociedad francesa, jamás. En su casa se comió papa a la huancaína hasta el último día en que pudo masticar. La buena noticia es que no tienes que cuidarte de lo que pensará la gente. Yo era un pobre diablo. Vivía por el parque universitario. Los peruanos también nos unificamos. Las diferencias sociales desaparecieron porque todos vivíamos lo mismo, con el mismo presupuesto. Conocías un Perú variadísimo y entrañable que en el Perú mismo no eras capaz de conocer. Alguna vez dijiste que en el Perú el pesimismo es una actitud inteligente. ¿Eso fue para un momento de la historia nacional o es un rasgo permanente? Diría que el peruano es pesimista y autocrítico. El peruano no cree que va a lograr las cosas. Ahora hay un lenguaje más yuppie, sobre el emprendedor y el éxito, que se traslada a la cultura, la pintura, la literatura. Ahora es posible publicar en el extranjero. Son metas que antes no se planteaba un escritor. Lo lograron Vargas Llosa, Bryce; Ribeyro, con las justas. Y Scorza también; pero mira ahora: no queda casi nada, nadie lo lee porque no hay libros de él. También hay que recordar eso: la literatura es fugaz, débil, como la vida. También eres sociólogo y leí con interés una entrevista tuya al economista Francisco Durand sobre el Perú y los empresarios en los noventa. ¿Cómo ves el proceso reciente del país? Algunos ya hablan del último boom económico como otra oportunidad perdida. En términos metafóricos, somos un país un poco superficial, un poco frívolo. Si una persona es frívola, no tiene consistencia interna. Creo que el Perú ha perdido la consistencia interna. Me refiero a valores, seguridad, solvencia para resistir los embates. Una persona que se ha formado mejor recibe mejor

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los golpes, que te van a llegar como país, como sociedad, como individuo. Si eres frívolo, si solo te guías de cosas superficiales, cuando viene una situación adversa no tienes mecanismos de defensa. El Perú ha descuidado una vez más la educación, la cultura, el arte. ¿Para qué sirven? Para hacerte una mejor persona, más fuerte. Yo no habría resistido lo que me ha pasado en la vida si no hubiera leído, si no me hubiera formado. Me da más capacidad de resistir los golpes, por lo menos los tres primeros (risas). En cambio, el Perú quizás no tiene ese temple, ese carácter, por las cosas que todos vemos. Te pregunto esto porque hace poco presentaron una reedición de todas las sangres. Y alguien recordó esta idea de Gustavo Gutiérrez sobre Arguedas: «En Arguedas habla este país inacabado que sigue bordeando la frustración histórica». Si uno abre el periódico, la amenaza sigue vigente. ¿Notas cierto placer allí? No voy a decir nombres, pero veo que en algunos diarios hay plumas a las que se les va la cara de placer porque nos vayamos todos al diablo. Hay algo de eso en el Perú. No nos convencemos de que podemos ser un país mejor, con más ingresos, menos desigualdad. El Perú es un país difícil, con una geografía difícil. Es una sociedad distante, que no se entiende, con una historia complicada. Más bien, es un milagro que el Perú exista (risas). Lo que está dentro de ese territorio bulle. Una vez estábamos en un recital José Watanabe, Enrique Verástegui y yo, y nos preguntamos quién de los tres era el más peruano. No sabemos (risas). Era el Perú de «todas las sangres»: un nikkei, un afroperuano y yo. Así es el Perú. Pero bueno, el Balo sociólogo no me interesa tanto. Pero podemos seguir viendo esto desde la literatura. Cincuenta años después, las fracturas descritas por Arguedas están en los periódicos. Arguedas también es un personaje. Su polémica con Julio Cortázar es un malentendido entre lo tradicional y el cosmopolitismo. Cortázar dijo que si hubiera sabido cómo era, no le habría respondido como le respondió. Volvemos a la idea de la fortaleza interna. A un argentino le puedes decir lo que sea y lo pasa, pero a Arguedas le dijeron eso y se desmoronó como un back del fútbol peruano. Arguedas era tremendamente inseguro. «Soy un forastero en mi propia patria» es su frase más profunda, y eso lo vuelve más peruano que todos: es un drama nacional. Creo que no tuvo la

paciencia de esperar qué pasaba con Velasco ni con Sendero. Son dos grandes momentos que él pudo haber vivido y sobre los que pudo haber escrito, pero se mató antes. No sé si se mató porque era demasiado lo que se venía, pero su destino era ser el Dostoievski peruano: el alma complicada, las entrañas removidas. Leer a Arguedas hoy, en el 2015, es sumamente interesante. Sin caer en anacronismos, la idea de que toda discusión sobre el Perú remite a la dicotomía entre Arguedas y Vargas Llosa es como si el debate no se hubiera enriquecido a la par con la historia reciente, como si no hubiera evolucionado a nuevos referentes. Así como se decía que Arguedas es el escritor indigenista porque había vivido la experiencia, Miguel Gutiérrez es un escritor que pudo ser el más cercano a la guerra interna, pero no ha escrito ese libro que explicaría el Perú que vino después. Sobre el nuevo Perú, tal vez el héroe discreto de Vargas Llosa, pero no tiene la carne revuelta que hace para mí la gran literatura. Mencionaba a Dostoievski porque los grandes escritores rusos son de mediados del siglo XIX. Ese gran momento ruso correspondía al gran momento de la sociedad peruana de los 50, los 80 y hasta los 90. Arguedas era el indicado para contarlo. Pero está Vargas Llosa, que es un Premio Nobel y ha escrito sobre todo eso desde la ciudad. ¿Te interesa explorar algún tema así? Quisiera verme como poeta. He escrito cinco novelas, no sé si buenas, malas o regulares. Creo que tres se defienden, pero es un gran esfuerzo: requiere constancia, escribir por lo menos cuatro días a la semana. He dejado descansar la novela y he regresado a la poesía. Tengo dos libros listos, uno medio narrativo, pero quiero creer que es de poemas, y uno de poesía pura. Y la poesía, a menos que sea social, es más personal, más confesional. No estoy pensando nada sobre el Perú. Eso se lo dejo a los sociólogos de verdad.



BIBLIOTECAS

EL PARAÍSO ES UNA BIBLIOTECA

LA PERIODISTA Y EMPRESARIA INGRID YRIVARREN PRESENTA «PARAÍSOS DEL SABER», UN LIBRO DE GRAN FORMATO QUE RECORRE LAS CINCUENTA BIBLIOTECAS MÁS EMBLEMÁTICAS DEL PERÚ. Escribe: Carlos Fuller

Fotos: Hans Stoll / Morgana Vargas Llosa

Biblioteca privada del economista Hernando de Soto.

Detalle de la biblioteca del Convento Santa Rosa de Ocopa, ubicada en el valle del Mantaro, en Junín.

Reloj de piso frente a los anaqueles de la biblioteca de la Catedral de Lima, en el centro de la ciudad.

En el prólogo, el escritor Mario Vargas Llosa hace un elogio a la biblioteca. Dice: «...conservo en la memoria el olor a cuero, a papel, incluso el ruidito de los carritos que los bibliotecarios arrastraban, llevando y devolviendo los libros de los lectores». Se podría escribir una semblanza de nuestro Premio Nobel haciendo un recuento de las bibliotecas de su vida: la de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (donde realizó sus primeras investigaciones), la British Library de Londres (su favorita), o la de su propia casa, en Barranco. No es sorpresa que el escritor haya decidido prologar paraísos del saber, un libro de gran formato que trata sobre bibliotecas peruanas. «Este libro rinde un merecido homenaje a esos lugares públicos o privados, pero siempre íntimos que, como el Aleph de Jorge Luis Borges, representan al universo». Hace poco más de un año, la periodista y empresaria peruana Ingrid Yrivarren comenzó a trabajar esta publicación, al lado de intelectuales como Fernando Carvallo, Alfredo Barrenechea y Alonso Cueto. El objetivo era seleccionar las cincuenta bibliotecas públicas y privadas más importantes del Perú. Para ello, Yribarren —que radica en México desde hace varios años, después de ser hija de asociado— realizó varios viajes a Lima en los que delimitó la lista de bibliotecas a reseñar. Con la ayuda de REGATAS / 34

los fotógrafos Hans Stoll y Morgana Vargas Llosa, Yribarren comenzó su trabajo de cobertura; visitó los espacios y se reunió con sus personajes, entre artistas, escritores, intelectuales y periodistas. paraísos del saber cuenta, por ejemplo, la historia de la biblioteca del pintor Fernando De Szyszlo, quien tiene un libro del poeta chileno Pablo Neruda con una dedicatoria que dice: «Este ejemplar es de De Szyszlo y será de él hasta que lo rompa o lo siembre». O la biblioteca del intelectual Luis Jaime Cisneros que, según cuentan, cuidaba sus anaqueles con químicos y ponía granos de pimienta negra detrás de sus tomos para ahuyentar a las polillas. Bibliotecas públicas como la Amazónica o la del Convento de los Descalzos; otras privadas, como las del escritor Alfredo Bryce Echenique o la lingüista Martha Hildebrandt. En este libro (a pesar de su gran formato) no hay rostros; las fotos en alta definición están reservadas para estantes, lomos de libros y viejas hojas de papel. Como cuenta Yribarren en su introducción, la visita a las bibliotecas privadas de estos personajes nos permite conocerlos en su intimidad y ámbito creador. Pero, además, hay una intención mayor: que, a través de este libro, accedamos «al conocimiento del alma peruana y, con ella, del espíritu de la humanidad».


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JOSHUA SANTOS

J U D O

C A D E

P E S O

Tiene veinte años y pesa 120 kilos. Luego de renunciar a los deportes colectivos, el número uno de los judocas nacionales encontró el camino hacia el equilibrio en el combate japonés de cuerpo a cuerpo. Hoy está decidido a tumbar a quien sea necesario hasta conseguir el cinturón negro.

Escribe: Andrés Talavera

Foto: Alonso Molina

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DESTAQUE

T

engo veintisiete años y nunca he peleado. Y aquí estoy, de pie sobre el tatami de La Videna, con un kimono que quedaría mejor en otro cuerpo y un cinturón verde prestado. En el judo, la escala de niveles se mide por el color de cinturón que llevas. Comienzas con el blanco, pasas al amarillo, luego al verde, sigues con el azul, llegas al marrón y finalmente al negro. Estaba en el nivel tres sin haber ganado una sola pelea. Frente a mí se paraba Joshua Santos: un judoca de veinte años, cinturón marrón, de 1,94 cm de estatura y 120 kilos de peso, número uno del ranking nacional desde hace dos años y noveno en el ámbito panamericano, ganador de tres nacionales en la categoría adulto y tres más en la Sub 21, medalla de plata en el Campeonato Centro Norte 2014 en Guatemala, oro en el Nacional del 2013 en Chile y cuarto puesto en el Panamericano del año pasado. Mi imagen se parecía a la de su primer día de entrenamiento en el Regatas, hace casi cinco años. Claro, él pesaba en su primera clase 108 kilos, mientras yo llegaba a mi debut en combate con 71,5 kilos. Las peleas de judo duran un máximo de cinco minutos; la mía acabó a los siete segundos. Al inicio de una pelea, Santos siempre busca tumbar a su rival y lanzarse sobre él para buscar un wazari o un ippon —los tipos de caídas que otorgan puntaje en el judo—. Apenas nos acercamos, me aplicó un sasae, una de las primeras técnicas de lanzamiento que aprende un judoca. La suya no fue una decisión del momento: Santos ya había pensado en tres posibles llaves distintas antes de comenzar el encuentro. Él quería desequilibrar mi postura en diagonal y luego bloquear mi tobillo con la planta de su pie. Anton Geesink, el holandés campeón de los Juegos Olímpicos de Tokyo 1961,

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era un experto aplicando esta maniobra. Santos ha visto esas peleas old school en YouTube e intenta imitarlas a la perfección. Al reducirme de ese modo, Joshua Santos consiguió un wazari, el segundo mejor puntaje en el judo, que se obtiene cuando el oponente cae con la espalda casi plana. De no haber practicado caídas con él, quince minutos antes de la pelea, habría caído con la espalda totalmente plana, lo que hubiera significado un ippon, un lanzamiento perfecto. Tendido sobre el tatami, Santos me cubrió con sus 120 kilos y se posicionó hasta tener sus brazos alrededor de mi cuello. «Cuando jalas bien y agarras la arteria que corta la circulación de sangre al cerebro, se acabó la pelea», me comentó al finalizar todo. Un rival de nivel puede durar entre quince y veinte segundos siendo ahorcado; pero cuando la técnica se ejecuta a la perfección, solo dura entre cinco y diez segundos. En esos casos uno debe tapear —señal de rendición que consiste en golpear con la palma de la mano el pecho o el tatami—, antes de desmayarse. Santos ya tiene en su expediente el haber dejado sin conocimiento a un rival en el Regatas. Fue hace un año y medio, durante un entrenamiento. El ahorcamiento produce una de las sensaciones más desagradables y frustrantes que he experimentado: estar atrapado, querer moverte y no lograrlo, como si una pesada sábana te impidiera salir de tu propia cama. Santos también aprendió de esa manera: tapeando; soportando caídas, aceptando las derrotas. *** Joshua Santos jugaba de back central en el equipo de fútbol del Regatas. También incursionó como pívot de la selección nacional de básquet. Pero siempre se frustraba cuando el equipo perdía. «Una vez nos aniquilaron en un Sudamericano de básquet fuera del país», cuenta con vergüenza. A los quince años, cansado de depender de otros, decidió que los deportes de conjunto no eran lo suyo, así que se inscribió en la academia de judo. Insiste en que este deporte le enseñó, sobre todo, a tener autocontrol. Con el judo también sufrió grandes derrotas. La que más le dolió ocurrió durante el Panamericano del año pasado, contra un rival estadounidense. «Me lanzó y caí mal, sobre la rodilla. Me quedé con ese dolor en plena lucha, y el tipo lo aprovechó para

hacerme una barrida y retenerme en el piso. Caí en wazari», recuerda. Como esa pelea ha habido muchas otras. El día de hoy, Santos aún sufre las consecuencias de un esguince de tercer grado, producto de una mala caída, y tiene fisuras en el coxis. Esas lesiones lo obligaron a suspender sus entrenamientos, pero su receso médico no duró mucho tiempo. «Cuando dejo de entrenar me siento como un vago», dice. Si bien todavía le duelen esas viejas heridas, dice que puede soportarlas. Sin embargo, su mayor frustración la experimentó fuera del tatami. Un mes atrás, saliendo del Boulevard de Asia con dos amigos, Santos fue asaltado. Cerca de las cuatro de la mañana, mientras buscaban un taxi, dos sujetos salieron de una station wagon y se le acercaron. «Las pistolas me dejaron helado. Nunca en mi vida me habían cuadrado con un plomo», admite. Le quitaron el celular y la billetera. Antes ya le habían intentado robar, pero él había logrado defenderse de sus

«En peleas difíciles hay que saber medir al rival. Hay que atacar todo lo que se pueda, un ataque tras otro hasta desestabilizarlo» asaltantes y contraatacarlos cayéndoles encima. Sin embargo, aquella vez fue distinto. No hay nada más frustrante para el número uno del ranking de judo del país que una persona con la mitad de su peso y estatura le quite sus pertenencias: «Son cosas que ocurren. Al final me quedé tranquilo porque no me pasó nada. Uno tiene que controlarse. Yo antes era muy impulsivo. No soportaba ver a un tipo con esas intenciones o que un borracho intente faltar el respeto. Ahora me tranquilizo y les digo, de buena


manera, que no busquen problemas». En su colegio, el Santa María, a Joshua Santos lo consideraban intocable. Era joven, sabía pelear mejor que el resto y varias veces se sintió tentado por la idea de mostrar sus habilidades. Hoy el judoca, estudiante de Administración y Agronegocios, busca despojarse de esa imagen creada años atrás. «Me molesta haberme hecho esa reputación. Hay personas que hablan mal y no me gusta estar en la boca de la gente», dice. En los cinco años que lleva practicando judo, su desempeño ha ido en un marcado ascenso. Hace un año y medio comenzó su racha de medallas (nacionales e internacionales) y desde hace 24 meses es el número uno del ranking nacional. La exigencia es fuerte: pesar más de cien kilos y mantenerse atlético no es en absoluto tarea fácil. Santos sigue una estricta dieta que consiste en un gran vaso de jugo acompañado por cuatro claras de huevo, pan pita con jamón y una dosis de multivitamínicos en el desayuno. Luego visita La Videna para cumplir con su rutina física: levanta entre 170 y 180 kilos en medias sentadillas y 124 kilos en ejercicios de pecho. También realiza un circuito aeróbico y practica piques. «Para el judo se necesita tener mucho aire. En peleas difíciles hay que saber medir al rival, cerrar sus vías para que no pueda entrar. La idea no es atacar y sacar el cuerpo; la idea es atacar todo lo que se pueda, un ataque tras otro hasta desestabilizar a tu contrincante». Pero el límite es el tatami. Como se dijo, el judo le ha dado a Santos la capacidad de autocontrol. Ahora, su furia, su fuerza y su lucha no salen del cuadrilátero. *** La mirada de Joshua Santos nunca estuvo dirigida hacia mí. Probablemente solo serví de sparring para el judoca. Su mente, más bien, está fija en el Campeonato Sudamericano que se realizará en nuestro país este mayo. Entonces espera encontrarse de nuevo con Freddy Figueroa, el ecuatoriano que le arrebató la medalla de oro en el Campeonato Centro Norte de Guatemala el año pasado. «Él es una bestia. Pero luego de esa pelea, me di cuenta de que sí podía», asegura. A él ya lo tiene bien estudiado. A veces le funciona del otro modo. Así pasó en su último viaje a Georgia, cuando se enfrentó al número dos de ese país, un judoca de 160 kilos llamado Levani Matiashvili. Santos salió decidido a ganarle, pero no supo de él hasta el momento de la pelea. «El factor psicológico es importante, y si hubiera sabido quién era quizá habría salido con otra mentalidad». Quince minutos después de nuestro encuentro comenzó el verdadero entrenamiento en la Videna y Santos empezó su terapia con actitud. Para él, esa es la clave de toda victoria en el judo. Es una fuerza invisible que puede producir un quiebre en la pelea. Y cuando Joshua Santos detecta ese signo de inseguridad, en la mirada o en la postura tiesa del rival, es entonces que piensa: «Ahora sí, ya lo tengo».

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ELLAS

Además de asociada, Claudia protagoniza deliciosa fruta seca, película peruana que se estrena este año y que tuvo algunas escenas grabadas en el Club.

CLAUDIA DAMMERT

MUJER DE PELO SUELTO REGATAS / 40


En la obra mujeres de ceniza, que se presenta en el Teatro Marsano, interpreta a una mujer conservadora, pacata y bien enmoñada. Ella, en cambio, se ha pasado la vida dándole la contra a las convenciones sociales. La verdadera Claudia Dammert es la que aparece al final de la función, con el pelo suelto. Escribe: : Carlos Fuller

Foto: Sanyin Wu

LAS MUJERES SOMOS IMPREDECIBLES. Somos como el agua que fluye y cambia: con sus vaivenes, con cierta fuerza o cierta placidez. Los hombres, en cambio, son mucho más predecibles. Cuando al científico Stephen Hawking le preguntaron cuál era el misterio del universo que más le impactaba, él respondió que el cerebro de una mujer. Y ese es un hombre que se ha pasado la vida investigando agujeros negros. EN LA BÚSQUEDA DE MI IDENTIDAD FEMENINA ME HE CONECTADO MUCHO CON LA NATURALEZA. En este tiempo, las mujeres nos hemos vuelto quirúrgicamente descartables. La gran mayoría de las que dan a luz lo hace por cesárea; porque es más cómodo para el médico, gana más plata y puede programarlo. Cuando te aparece algo en el ovario o en el útero te dicen: «Mejor te lo saco. Total, ya para qué...». Las mujeres nos prestamos a eso, pero no pensamos en toda la energía que se nos escapa en el proceso. Yo creo que la divina unidad creadora puso las cosas por algo. HE VIVIDO CASI VEINTE AÑOS EN HUARIPAMPA, EN LA SIERRA. Mi relación con los campesinos siempre ha sido muy horizontal; muy de mirarnos a los ojos y abrirnos el corazón. Yo les preguntaba: «cuando siembras, ¿pateas a la tierra, la insultas?». Por supuesto, ellos me respondían que no; porque la tierra se molesta y la cosecha no sale bien. En ese momento yo preguntaba: «Entonces, ¿por qué le pegas a tu

mujer?». Tuve que ser muy cuidadosa y humilde, porque no podía llegar a un lugar desconocido a imponer mi punto de vista. Pero así como ellos me enseñaban su cosmovisión, yo también podía darles algo e intercambiar conocimientos. EL AÑO PASADO PUDE HACER UN RITUAL ANDINO. En ese momento, al lado del río Mosna, de pronto escuché una voz que me dijo una frase que se me ha quedado grabada (ya habíamos tomado San Pedro). Si algún día escribo un libro lo empezaré así. La voz me dijo: «El guerrero dejó de luchar, se entregó rendido al amor que hacía mucho tiempo lo esperaba. Por fin descansó y pudo volver a ser mujer». Existe esta idea de la igualdad de géneros. Pero a mí no me da la gana de ser igual a los hombres; no tengo por qué competir con ellos. Al contrario, quiero irme asentando en mi identidad y fortaleza femenina. Para mí, la igualdad es otra cosa. Las emociones, por ejemplo, sí son universales y eso es lo que nos amiga. HE ESTADO CASADA POR VEINTITRÉS AÑOS, QUE NO ES POCO TIEMPO. Pero llegó un momento en que mis amigas me preguntaban: «Claudia, ¿quién eres?». Mi hija me dijo que era una sombra de su padre. ¿En qué me había convertido? Decidir divorciarme fue algo fortísimo. Significó dejar de ser una sombra para volver a sentirme en conexión con mi propia luz; y que esa sombra que yo proyecte sea la mía. Ha sido un proceso muy difícil, muy duro, pero muy valiente. He recorrido el infierno pero, como

siempre he dicho, acompañada por ángeles. Y eso me da la autoridad para decirle a otras mujeres: sí se puede. EN MI DNI, DONDE DICE ESTADO CIVIL, HAY UNA LETRA D. Quiere decir: dispuesta y disponible. A mi me encanta bailar, por ejemplo. Hace poco mi hija me llevó a un local donde tocaban salsa y terminé con la proposición de matrimonio de un tipo que se me arrodilló ahí mismo. Mi hija me dijo: «Mamá, no puede ser, te saco una vez y mira lo que se arma». El problema es que desde mi divorcio me encerré a voluntad; un poco por miedo, para ser honesta. La gente me ve muy extrovertida, pero no soy una persona que tenga una gran vida social. Últimamente no he salido mucho, pero quiero empezar a hacerlo. ESTELA, MI PERSONAJE EN MUJERES DE CENIZA, ES MUY PACATA. Es muy fóbica, está repleta de miedos. Me divierte mucho ver la cara de la gente cuando recién entro al escenario: con el pelo todo amarrado, muy cerradita. Lo mismo me ocurre con la obra Akaloradas —que se presenta en La Estación de Barranco—, en la que interpreto a un personaje muy neurótico, que toma muchas pastillas, pero yo no las uso. También he interpretado a grandes alcohólicas, pero no tomo una gota de alcohol. A mis personajes los tengo adentro; y si no los tengo, los copio de lo que veo a mi alrededor. Al final de la obra, cuando salgo a saludar al público, me suelto el moño. Esa soy yo.

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JORGE ÁLVAREZ VON MAACK

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EN EL FONDO DEL

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MAR

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HAY UN MUSEO

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Un arqueólogo submarino en el Perú podría volverse millonario con las reliquias que encuentra en el fondo del océano, pero ganar dinero no es su intención. ¿Por qué Álvarez von Maack decide donarlas a un museo sin obtener ni un centavo a cambio?

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Escribe: Carlos Portugal

Foto: Alejandro León Cannock

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DESTAQUE

E

n 1980, Jorge Álvarez von Maack encontró bajo el mar el resplandor dorado del bronce. Durante una de sus jornadas de caza submarina en el mar de Chorrillos, vio el cascarón abierto de un barco que parecía bostezar. Tras el descubrimiento, volvió tiempo después a reconocer el lugar, luego consultó documentos y libros para imaginar cómo esos restos habían terminado ahí. Cuando supo que esa estructura derruida pertenecía al histórico navío San Martín, desaparecido en 1821 y una de las piezas más importantes de la causa independentista, pensó que era necesario rescatar los cañones restantes. Algunos ya habían sido extraídos por buzos y pescadores que los vendían al peso. Aquella primera acción suya se convertiría en un hito fundacional de su cruzada por la preservación del patrimonio oculto en el océano. Después le tocaría rechazar una propuesta sin escrúpulos, que ponía un precio a sus rescates. Pero no nos adelantemos. Álvarez von Maack no es un buzo sin experiencia. Su padre era un entusiasta pescador de cordel. Aprendió a bucear a los siete años, cuando su padrino le regaló un snorkel, unas aletas y un trinche. Ha sido campeón nacional de caza submarina, e incluso todavía mantiene el récord nacional de Apnea (la retención voluntaria de la respiración). La caza submarina es un deporte en el que cada respiro cuenta. Seis de sus amigos murieron ahogados. Quizás por eso, en 1992, tomó una decisión radical: dejar ese deporte y fundar el primer Instituto Nacional de Arqueología Marítima del Perú (INAM). La razón era obvia: un hombre que ha buceado todo el litoral, de Tumbes a Tacna, podría trazar un mapa mental de embarcaciones hundidas.

en las estructuras sumergidas donde es más fácil encontrar a las presas. La primera vez que Álvarez von Maack observó uno fue en Huacho, durante un entrenamiento. Quedó tan impresionado cuando el bote desapareció del horizonte que decidió sumergirse para ver todo el lugar de cerca. «Vi una hélice gigantesca dentro del mar. No podía creerlo». Después se acostumbraría a esos hallazgos acuáticos, como de sueño, en los que desfilaban partes de buques, cañones, platería, monedas, e incluso espadas camufladas entre los peces. Según la BBC, existen miles de millones de dólares en piezas que alberga el fondo del mar. La UNESCO estima que hay más de tres millones de barcos hundidos y sin localizar en todo el mundo. Ello explica que en las profundidades de los océanos abunden los buscadores de tesoros. Robert Marxs es un famoso cazador de tesoros que ha participado en más de tres mil búsquedas. En el 2003 le ofreció a Colombia rescatar el galeón San José por la mitad del tesoro, valorizado en cinco mil millones de dólares. Su compatriota, el norteamericano Greg Stemm, fundó hace más de veinte años la empresa Odyssey Marine Explorations, cuyas acciones en la bolsa de valores de Nueva York se disparan cada vez que encuentra un galeón. Estos hombres al acecho tienen aún hoy notoria presencia. Hace tres años, el hundimiento del crucero Concordia atrajo a varias mafias italianas, hipnotizadas por el botín que incluía las tiendas de joyería, los casinos y las seis mil obras de arte que adornaban las paredes. La promesa del dinero instantáneo en el mercado ilegal alrededor de la arqueología ha generado narrativas de nuevos y rápidos millonarios. Algunos programas de televisión que emite History Channel han aprendido a monetizar la historia. Las motivaciones económicas nos resultan más fáciles y cercanas de comprender que la preservación del patrimonio. Otras veces la realidad se confunde con la ficción. En la película into the blue, Paul Walker interpreta a un instructor de buceo que encuentra un tesoro bajo el mar, pero primero debe lidiar con narcotraficantes y mafias que quieren sacarlo de su camino. Incluso en la primera película de Indiana Jones, el arqueólogo es contratado para emprender la búsqueda de un ídolo sagrado en la selva amazónica. ***

*** Los campeones de caza submarina, como Álvarez von Maack, saben que cerca de los hundimientos revolotean los peces. Se forman arrecifes artificiales

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¿Qué empuja a un hombre a sumergirse en los océanos para hallar tesoros que posteriormente donará? Para comprender a Álvarez von Maack es necesario entender la distancia entre cada

una de las áreas en las que ha profundizado. Habitualmente, reaccionamos de dos formas ante una inquietud. Una es googlearlo, informarse y seguir despreocupadamente con nuestra vida. La otra no se satisface con abandonar el asunto, sino que insiste en él, profundiza en la información disponible, busca a un especialista en el asunto e insiste en participar en la empresa de dar con el preciado objeto. La vida de Álvarez von Maack es una búsqueda por tranquilizar sus inquietudes adoptando distintos papeles en cuestiones muy diversas, disímiles una de otra. Ha hecho de médium, de investigador de ovnis, de especialista en técnicas de radiestesia en un programa de radio. Estudió Administración, ha participado de exorcismos, defendió los Pantanos de Villa y las huacas de Miraflores, administra y mantiene en funcionamiento webs esotéricas y de ecología, se dedicó a la publicidad. Fue uno de los líderes de las protestas para proteger el Morro Solar, y cantó «Bertha Lou» y «Bésame mucho» con su banda los Zodiacs. «Mi abuela vivía en una casona antigua en el Centro de Lima que le había pertenecido a la Santa Inquisición. Crecí escuchando que ahí penaban. Desde entonces, creo, tuve curiosidad por los temas que no podíamos explicar de manera fácil», dice Álvarez von Maack, en su departamento en Miraflores. Su sala, con una decoración ecléctica, es la puesta en escena de sus aficiones: antigüedades, guitarras, cuadros, fotografías, objetos oxidados. Los fantasmas y el espacio lo intrigan. Fundó junto al papá de Sixto Paz el Instituto Peruano de Relaciones Interplanetarias en la década de los setenta. «El espacio y el mar son mundos diferentes. Si viniera un extraterrestre y viera nuestro planeta desde afuera, no lo llamaría Tierra, sino Mar. La vida en el mar es mucho mayor que la de la tierra». Para él, los buques que encuentra son como fantasmas que buscan ser conjurados. Las que sí fueron reales son las amenazas de muerte que recibió. Querían asustarlo. Algunos amigos le pidieron que abandonara el tema del mar. «Existe una mafia de cuello y corbata de señores que ni nos imaginamos», asegura. En 1985, el INAM logró ser coautor de un decreto supremo que anuncia que lo encontrado en el fondo del mar peruano debe ser cotizado, para pagarle un porcentaje a los rescatistas. El avance es claro: ahora las piezas se deben quedar en el país. Dicha institución empezó así la tarea de dar a conocer un problema. A finales de la década del ochenta, una mafia francesa llegó a las islas de Huacho —exactamente en la zona de La Gran Isla—, siguiendo las pistas de un pescador que


Entre la mafia de vendedores de piezas históricas o la filantrópica labor de la donación, él se inclinó por la segunda.

DEPORTISTAS. Él practica natación en la piscina del Regatas y su esposa, Ysabel Gutierrez, hace gimnasia. En la foto, sostiene la espada del Covadonga en el Museo Naval.

había encontrado una barra de plata. Diez años después, los restos de una embarcación inglesa fueron saqueados en la isla Lobos de Tierra frente a Chiclayo. Álvarez von Maack recuerda un rumor de la época: los pescadores tenían libras esterlinas para pagar cervezas. El saqueo es una preocupación mundial. Por eso, en el 2001, la UNESCO lideró una convención para proteger el patrimonio cultural subacuático con una normativa específica. Siendo un delito, el principal problema está en fiscalizarlo. Álvarez von Maack podría haber vendido las piezas que encontró, pero decidió no recibir ganancia alguna por su defensa del patrimonio. Su decisión no solo pertenecía a su fuero interno, sino incluso debió evadir tentaciones externas. Cuando encontró el cañón de bronce del navío San Martín, el dueño de un museo privado le ofreció a cambio un lujoso departamento en Miraflores. Pero él se negó y decidió donarlo al museo Naval. Actualmente, dos salas exponen sus rescates: la de la Independencia y la de Triunfos Navales. Esta última, abierta desde hace dos años, reúne los trofeos de los combates navales obtenidos durante las décadas finales del siglo XIX. Allí está, por ejemplo, la espada del Covadonga, un buque chileno hundido en 1880. Álvarez von Maack eligió donarla en lugar de venderla a varios chilenos que la querían comprar. «En el Perú, la arqueología submarina casi no existe. Lo de Álvarez von Maack es un importante esfuerzo en solitario que realiza también la Marina. Se podría decir que ahorita existen solo esos dos protagonistas», dice Fernando Casaretto, director del Museo Naval durante diez años. El benefactor de las profundidades no se compraría una casa propia hasta tres años después, pero el cañón aún continúa en exhibición. La elección estaba tomada: entre la mafia de recolectores y vendedores de piezas históricas sumergidas en el mar o la filantrópica labor de la donación, él se inclinó por la segunda. «Algún día mis nietos pasarán por el museo y dirán: “¡Esto lo encontró el abuelo!”. Esa es la soberbia que me basta».

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ALEJANDRA DANCUART ZIMMERMANN

LA DELANTERA DE LA SELECCIÓN NACIONAL DE

HOCKEY NO TIENE UNA CANCHA DONDE ENTRENAR

Escribe: Manolo Bonilla

Foto: Alonso Molina

¿Qué busca una estudiante de Administración en un deporte que solo tiene un puñado de jugadores en el Perú?

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DESTAQUE

H

ay una ventaja en los deportes fundacionales de cada país: no hay muchos ídolos a quien admirar. Uno los va construyendo en el camino. Que alguien elija un deporte con una federación constituida hace pocos años, que no cuenta con una cancha reglamentaria en Lima y que tiene una liga de solo cinco equipos, es una tarea reservada a pioneros. Hablamos de hockey en el Perú. El primero se llamó Paul Cabrera, un señor de 85 años que aún hoy sigue jugando por el Lima Cricket & Football Club. En tiempos más recientes, hubo una mujer, María Elena Zelaya, incansable promotora del deporte en los colegios. Y cuando esa mujer se topó en la vida de la niña Alejandra Dancuart Zimmermann, allí empieza esta historia. Alejandra tenía seis años. Antes había acompañado a su padre, que jugaba bádminton en el Club por las mañanas, antes de ir a trabajar. Los adultos le daban una raqueta que podía sostener a duras penas y era una postal linda de ver: la pequeña que intenta imitar a su papá. A diferencia del resto de niñas de su generación, que pasan una temporada ineludible en el ballet, ella se la saltó. En el primer año del colegio San Silvestre, su madre la anotó en el summer school. Consagraban un día de la semana a un deporte diferente. Los martes, básquet. Los miércoles, vóley. Los jueves, hockey. Aquí se detenía el calendario para Alejandra. Las clases las dictaba la miss María Elena, una mujer espigada, de sonrisa fácil, que no se amilanaba ante las audiencias breves: las cinco o cuatro pequeñas que se habían anotado en su deporte. Un palo de hockey oficial mide un metro, aunque existen tallas. El de Alejandra mide 36,5 inches. Lo ideal, para que no te reste movilidad en el juego, es que te llegue a la cintura. Pero entonces, las pequeñas sostenían una vara de sesenta centímetros. «Ahora que la veo enseñándole a otras niñas, me doy cuenta que su metodología sigue siendo la misma…», dice ahora Alejandra Dancuart, en un café del Club, horas antes de su entrenamiento en Villa. Se aclara la voz, la fuerza un poquito, como para imitar el

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acento de Zelaya y dice, como en orden marcial: «El palo en el suelo; mano izquierda arriba; derecha abajo... ¡posición de sumo!».

Le rompieron una ceja y tuvo una lesión en la pierna, pero también despertó algo interno: su pasión por el deporte. Cuando dice sumo, se agita en la silla, flexiona las rodillas y exhibe las palmas hacia delante. Después estalla en risas. Hoy Alejandra tiene 23 años y el entusiasmo de la juventud en cada palabra con la que describe cómo aprendió a jugar hockey. Ella le dice «brillo en los ojos». «María Elena lo hizo divertido y me sentí demasiado bien». El deslumbramiento de la niña de seis años, sin embargo, se diluyó con el verano y casi se olvidó del tema. Como la mayoría de sus primos son navegantes, ella lo intentó también aunque no le haya gustado tanto. Pasó lo mismo con el atletismo y el básquet. Al año siguiente, se emocionó al descubrir que el San Silvestre ofrecía un curso extracurricular de hockey y se anotó nuevamente. María Elena era la profesora de vuelta. Nunca más pudo dejarlo. Hizo suya la disciplina del deporte. En cuarto de primaria, ya participaba en competencias con otros colegios. «Me siento muy cómoda haciéndolo. Es un deporte rápido, tienes que correr y sientes la adrenalina del once contra once: pase, pase, gol…». Cuando la delantera de la selección nacional de hockey habla parece un hincha pasional a punto de dar la vuelta olímpica. Y sigue: «Es que si no eres mosca, te hacen el contragolpe y te meten gol».

Cuando terminó el colegio, Alejandra Dancuart siguió jugando. En el Perú, un torneo Nacional reúne cinco equipos de mujeres: San Silvestre Sports (exalumnas del colegio), el Cricket, el colegio Markham, el OMA (exalumnas del Markham) y desde hace ocho años, el colegio Mater Admirabilis de Magdalena, que volvieron el hockey su deporte oficial. La cronología de la selección de hockey en el país empieza en el 2003. No fue un inicio fulgurante, pero tampoco quedaron últimos cuando viajaron a torneos internacionales. Podían jugarles de igual a igual a los países de la región, excepto Argentina. Los periodistas especializados dicen que Luciana Aymar parecía jugar sobre patines cuando practicaba hockey sobre césped. Aymar, la mejor jugadora de Latinoamérica, encabezó a Las Leonas, la selección femenina de Argentina, durante su mejor cosecha de títulos en el mundo. Ese horizonte, en Lima, aún es imaginario. Recién en el 2012, Gianni Delucchi, como flamante presidente de la federación, decide revivir la selección de hockey en el Perú. Sin responder a razones lógicas, después de su debut a inicios del siglo XXI, el equipo nacional empezó a desvanecerse y los jugadores, hombres y mujeres, se dedicaron a los menesteres de la adultez. Ese desfase ahora le pasa facturas. Pero Delucchi quería remediarlo y convocó a todos los jóvenes que querían iniciar un nuevo proceso en el hockey. Alejandra fue una de ellas. Les dijo que venían giras importantes, que contratarían a un entrenador argentino y que se prepararían furiosamente para participar en el Sudamericano del 2013, para los Juegos Bolivarianos del mismo año y para la competencia World League del 2014. La idea era clara: consolidar una selección femenina con experiencia internacional. Durante ese tiempo, a Alejandra le rompieron la ceja en un entrenamiento y tuvo una lesión en la que se le inflamó una membrana en la pierna («lo peor de todo es que estuve todo un verano sin poder jugar»); pero también se consolidó algo interno: su pasión por el deporte. «Cada cuatro años cambiamos de palo, pero yo conservo los que usé en una victoria especial. Ahora tengo dos de Field y uno de Indoor (otra modalidad del hockey, mucho más dinámica, con menos jugadores, donde se usan las bandas)».


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DESTAQUE

A los entrenamientos, tres veces por semana, asisten de veinte a veinticinco chicas, entre los 18 y 37 años. El actual entrenador es Luis Pacheco (tuvo a su cargo clubes de primera división en Inglaterra y es también uno de los pioneros en el país, junto a Paul Cabrera) y el preparador físico, Diego Martínez. Las delegaciones de mujeres y de hombres comparten la cancha, que la UPC les presta en Villa. En realidad, es una de fútbol que dividen en dos. Una cancha oficial debe ser constantemente «regada» para que la superficie facilite el desplazamiento de la pelota. El hockey en el país, como otros tantos deportes, busca su desarrollo por sus propios medios y muchas veces, a contracorriente. Sin embargo, este es un año especial. En octubre, el Perú será sede del Pan American Challenge 2015, que tendrá lugar en Chiclayo, en la cancha que se construyó para los Juegos Bolivarianos. *** Alejandra Dancuart estudia Administración en la universidad de Lima. Está en el séptimo ciclo. Lleva clases por las mañanas, para que no se crucen con sus entrenamientos por las noches.

Su primer recuerdo deportivo tiene lugar en el Club, cuando acompañaba de niña a su papá a jugar bádminton.

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Este verano realizó sus primeras prácticas y tuvo que hacer malabares para poder rendir en cada espacio. Quizás la descripción de su entusiasmo, casi infantil -expresado en un vendaval de frases, adjetivos y epítetos que van desde «es lo máximo», «me encanta», «si por mí fuera, que todos jueguen hockey»-, no estaría completa si no la vemos jugar, si no la vemos correr, si no la vemos anotar goles y celebrar. Si no sabemos, por ejemplo, que tiene una cábala antes de cada partido, tan obsesiva y compulsiva que asombra: colocarse la canillera derecha antes de la izquierda. En su cuarto hay algunas cosas de hockey; sus palos tirados en el suelo dan la bienvenida, sus medallas de las competencias escolares e interclubes, la de los Bolivarianos y los fotochecks que le dan como atleta. Su laptop tiene un wallpaper de Adidas con un palo de hockey. Entonces, ¿qué es lo que encuentra en ese deporte? Gracias al hockey encontró su pasión, una disciplina, una actividad física, amigos con los que comparte parrilladas y fiestas, y también encontró a su enamorado, Rodrigo. Él también juega hockey. Es volante de la selección nacional. Fue de los que asistió a la convocatoria de Delucchi en el 2012. Allí se conocieron y

meses después, en el intervalo entre partidos y entrenamientos, empezaron a salir juntos. «Conocer a Rodrigo, que juegue hockey, ha sido una parte fundamental de la relación. Hay una parte de nosotros que es totalmente hockey. ¡Qué mejor que eso! Puedo decirle que me fue mal en un partido, que fallé un gol, que jugué horrible; y no solo recibo consuelo, también consejo: “quizás debiste haber girado de esta manera, o cosas así”. Rodrigo habla en mi idioma». Quizás allí resida el elemento en común: el lenguaje. Es una pareja de deportistas que puede pasar una tarde de sábado viendo partidos de hockey de temporadas internacionales. Ven los partidos de las selecciones de Holanda, Alemania y Argentina en la World League y en el Mundial. Conectan el streaming a la televisión, preparan algo de canchita y listo: una velada romántica a su manera, como diría Sinatra. «Cuando lo escucho hablar, veo estrellas en sus ojos. Me emociona porque yo soy igual. A mí me emociona el deporte. Es verlo, sentirlo, es hablar, es contarle a alguien más, como ahora que te estoy contando todo esto».



LOS

ESTUARDO MASÍAS Dos amigos bogas se reúnen para recordar una pequeña gran hazaña. Fueron los primeros peruanos en cargar un bote en los Juegos Olímpicos de Roma 1960. Remaron juntos seis años y luego cada uno siguió por su lado.

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OLÍM

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VÍCTOR PUENTE-ARNAO

PIC O S Uno, en la medicina. Otro, en la agroindustria. Cincuenta y cinco años después, Tayo y Vitito reman contra el olvido de aquella jornada sobre el lago Albano.

Escribe: Manolo Bonilla

Foto: Alonso Molina

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E

l lago Albano en Italia se ve desde Google Earth como un óvalo azul. Tiene la forma de una papa. También hay un video, un largo travelling aéreo de la cámara, que termina casi zambulléndose en las aguas de aquel cráter volcánico. Es la escena final de un video promocional de las competencias de remo durante los Juegos Olímpicos de 1960. Ese agosto fue el primer año en que las competencias fueron transmitidas en televisión y aquel hallazgo en YouTube tiene un sentido revelador, como de viaje. En una de las orillas del lago se ubica el Castel Gandolfo, la residencia de verano del papado. El infranqueable palacio se extiende a lo largo de 55 hectáreas y se ha convertido en el espacio preferido de descanso episcopal desde hace 300 años. Situada a igual distancia de Roma que de El Vaticano, aquel fue el escenario de las regatas olímpicas durante Roma 1960. El mismo año del debate presidencial entre Kennedy y Nixon; y de la muerte de Albert Camus; dos peruanos llegaban por primera vez a Italia, esperanzados en replicar la buena racha que tenían en competencias sudamericanas. Eran dos muchachones bien plantados. Eran dos chorrillanos envalentonados.

CHORRILLOS, 1950 El terremoto del 24 de mayo de 1940 (8.2 en la escala de Ritcher con epicentro en

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la costa del Callao) arrasó con el 40 % del Centro Histórico de Lima y con el 80 % de Chorrillos. El malecón, por ejemplo, se desplomó como si fuera un huayco. Fueron muy pocas familias las que se quedaron. Como los Mujica, los Garrido, los Masías. Empezó entonces la reconstrucción. Chorrillos debía convertirse en una villa, con un tipo de arquitectura de amplios porches en la entrada. Eran las casas de veraneo para el balneario de la aristocracia de la ciudad. El Club también pasaría por un florecimiento similar en esa época. Ese año de violencia telúrica nació Estuardo Masías Marrou. Tayo –como le dicen sus amigos– vivió en Chorrillos desde niño. La casa de su papá estaba cruzando el puente de la bajada de Agua Dulce, sobre

«En el remo, como en la vida, no importa si ganes o pierdas. Si atraviesas la meta, muerto o agotado, habrás cumplido» el acantilado. Estudió en el colegio Santa María y cuando todavía era un adolescente se convirtió en deportista. Por aquellos años, en las competencias interescolares, Tayo ya se encontraría con otros jóvenes que también escribirían sus nombres en la historia del deporte nacional. Como Iván

Dibós, Enrique de la Puente y Víctor Puente Arnao. Este último, vivía cerca a la casa de Tayo, a una cuadra del malecón, al lado de la iglesia Matriz del distrito. Vitito –como le dicen sus amigos– estudiaba con los maristas en Barranco y era apenas un año menor que Tayo. Ambas familias también se conocían. Sus padres eran amigos y hasta sus hermanas frecuentaban las mismas fiestas. Estaba escrito entonces que Tayo y Vitito, a los ocho u diez años, se cruzaran en la vida del otro. No recuerdan con precisión la vez que se conocieron. Su amistad es de esas que uno encuentra tan naturales que poco importa el origen. En 1956, después de ver a otros remeros del Club surcando el horizonte del mar en sus botes, Víctor Puente Arnao empezó a practicar el remo. Antes se había formado en la natación, el ciclismo y el básquet, pero desde entonces se dedicó exclusivamente a ser boga. Dos años después, Tayo se subiría por primera vez a un bote. Aprendieron a remar en la poza de remo bajo la tutela del Colorao Muñoz, pero su entrenador fue Santiago Enrique Fitz Simon. El argentino provenía del Buenos Aires Rowing Club, era uno de sus miembros honorarios, y llegó a Lima para seguir comandando el desarrollo del remo en el Club. Esa había sido una tarea que empezó con un compatriota suyo, Roberto Alfieri, que falleció bajo los rieles del tranvía en un accidente automovilístico. Fue Fitz Simon quien unió a Tayo y Vitito y los subió a una embarcación. Eran amigos, tenían casi la misma estatura y edad, vivían cerca. Era un dúo a tomar en cuenta. Entonces empezaron los rigurosos y sacrificados entrenamientos de todo joven remero. También las travesías hasta La Punta en la moto o en el auto de Tayo. Por eso años, correr en Lima era menos reñido. Corrían contra el Naval, el Unión, el Caniotieri, el Universitario. Ellos ganaron


BUENOS MUCHACHOS. El doctor Víctor Puente Arnao fue el abanderado de la delegación peruana de Roma 1960. Conserva el pin que le dieron, un toalla y una servilleta de tela firmada por remeros y dirigentes en el Club antes de partir. Estuardo Masías tuvo una extensa carrera como Master después de su participación olímpica. También juega polo, aunque dice que es pésimo y que solo lo hace por jugar con sus hijos.

juntos en el «dos sin timonel» en varios campeonatos nacionales. En 1959, Tayo viajó a los Panamericanos de Chicago, donde los peruanos quedaron cuartos. Víctor se había luxado la columna, después de un accidente cargando el bote, y no pudo estar ahí. El año siguiente fue su consagración como tándem. Esta vez, sí llegaron juntos al Sudamericano de Remo de Melilla, en Uruguay. Era marzo de 1960 y el mejor bote de Argentina fue el mismo que había llegado segundo en los Panamericanos de Chicago 59. Antes de cumplir veinte años, los peruanos quedaron segundos en todo el continente. Meses después, vendría la noticia que cambiaría sus vidas y también modificarían los anales del remo peruano. En La Punta hay viento, oleaje, bruma y otras condiciones climáticas que intervienen en el

desempeño de los bogas. Por eso, Fitz Simon se despertaba a las cuatro de la mañana para ver el mar y adivinar cuáles serían las mejores condiciones para sus remeros. Cuando estuvo convencido, llamó a la comisión seleccionadora de los Juegos Olímpicos, integrada por los hermanos Gordillo, que también vivían en La Punta, para que certifique el tiempo de la regata. Tayo y Víctor se despertaron, levantaron el bote y se lanzaron al mar. En los dos mil metros de la antigua cancha de remo, marcaron un tiempo alentador: siete minutos y veinte segundos. Solo en un torneo en Australia, antes del 1960, un bote había hecho siete minutos y dieciséis segundos. En ninguna otra parte, alguien bajó de siete minutos y veinticuatro segundos. Estaban clasificados. Por primera vez, un bote peruano iba a participar en los Juegos Olímpicos.

En víspera de la competencia olímpica, cuando la preparación se intensificó, llevaron un bote a la playa de Pescadores para remar en la parte de atrás del muelle de Club. Allí había un remanso de aguas calmas, donde entrenaban por las tardes. Los dos jóvenes remeros estaban seguros de que harían algo bueno en Roma.

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ROMA, 1960 Habían llegado al lago Albano como si estuvieran en una carrera endemoniada contra el tiempo. El chofer italiano, militar, joven y gritón, conducía el vehículo que transportaba a los bogas peruanos como si estuviera en la Panamericana. Los acompañaba, el hacedor de remeros, el que dejó a su esposa en Argentina, el Viejo, Santiago Fitz Simon. Cuarenta y cinco minutos separan la villa olímpica en Roma (donde compartían cuarto con el resto de deportistas peruanos, bastante descuidados en la parte física según recuerda Tayo) de la localidad de Castel Gandolfo. Era la primera vez en Italia de Masías y Puente Arnao. Hay una imagen en blanco y negro de ambos, sosteniendo los remos como si fueran báculos. La habían tomado en Melilla, unos meses antes del viaje a Italia. El porte, la vitalidad del tándem, los cuerpos trajinados por el riguroso entrenamiento de Fitz Simon y el uniforme rojo y blanco completaban la estampa olímpica de una esperanza. Lucían bien, sonrientes, confiados y avalados por el esfuerzo y el talento. Los amigos chorrillanos habían llegado hasta Roma y ahora era el momento de demostrar ante otros «monstruos». Contratiempos ya los habían tenido: cuando en el aeropuerto les dijeron que sus remos -las extensiones de sus brazos- no habían llegado y tuvieron que prestarles otros de repuesto. Pero no era lo mismo. Como el cuchillo para

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un cocinero, las empuñaduras de sus remos se adecuaban a la geografía de sus manos. Pero ya estaban ahí, junto a otros seis botes, listos para correr la primera regata eliminatoria. Los primeros quinientos metros iban adelante, encabezando la carrera. Tenían recorrido el primer cuarto de la competencia. De pronto verían pasar a los otros botes por un costado. Sus paladas serían más furiosas aún, pero no lograrían superar la estela que dejaban los demás. Quedaron últimos en esa regata. Salvo Rusia, los otros botes que les ganaron fueron los primeros de toda la competencia olímpica. Las caras, agitadas por el esfuerzo de los dos mil metros, también estaban desencantadas. ¿Qué pasó? ¿Qué falló? Estaban en el pico de sus carreras, había sido un buen año, tenían un entrenador exigente. Incluso habían bajado su tiempo. Dicen que el error fue geopolítico. Años antes, Alemania había instaurado en el universo del remo otro tipo de preparación: el entrenamiento por intervalos. En Lima, Fitz Simon seguía el ejemplo de la escuela estadounidense. Y también ellos perdieron en sus carreras más emblemáticas ante los teutones. Mientras Tayo y Vitito se habían preparado remando largas distancias, para moldear la resistencia; los europeos hacían trabajos cortos de piques en tramos igual de breves. Quinientos metros a morir, paro; quinientos más y paro. Y así. Eso significaba mayor potencia y rapidez. Es como haber llegado para una partida de póker, con una


ETERNA JUVENTUD. Puente Arnao y Masías durante su participación en el Sudamericano Melilla (Uruguay). En la parte de atrás de esta copia original, figuran las firmas de ambos. A la izquierda, una fotografía de prensa registra para la posteridad su regata en Roma.


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buena mano, pero el resto de jugadores tenía una carta de más. En este caso, un pulmón más. Las reglas habían cambiado. En la segunda regata, la del repechaje, donde solo clasificaba el primero, les fue mejor, llegaron terceros, pero eso ya no bastaba. De regreso en Lima, les quedaban algunos años como pareja, en los que siguieron ganando. Fitz Simon consideró entonces que su bote debía ser de remo corto. Los puso en el «doble par» y salieron campeones nacionales en la categoría Senior. También fueron campeones sudamericanos, junto a Carlos Paz Soldán y Héctor Menacho. En esa época, remaban a 45 paladas por minuto. Pero después, también tuvieron que enfrentar el rigor de sus carreras. Víctor en Medicina y Tayo, en la Agraria de La Molina, preparándose para ser ingeniero agrónomo. Nadie juzgó su decisión, aunque algunos esperaban verlos competir en los siguientes Juegos Olímpicos. No se puede vivir del remo en el Perú. En 1968, se graduó el doctor Puente Arnao. Sus dos hijos empezaron en el remo tiempo después. El mayor asistió a cuatro Sudamericanos y un par de Mundiales; mientras el menor se anotó a la carrera de Medicina. En 1975, Tayo dejó de remar. Cuando sus hijos nacieron, quiso que sean bogas. Su entrenador fue también Fitz Simon. Incluso les mandó a construir un bote pequeño, de madera, que trepaba a un avión cuando ellos competían en Miami. Hace algunos años, ese mismo bote se había convertido en un pequeño monumento en la entrada de su casa en Chorrillos. Mucho tiempo después Tayo volvería a competir como Master durante veinte años, pero esa es otra historia.

CHORRILLOS, 2015 En la vejez, uno se define no solo por lo que recuerda, sino también por lo que olvida.

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Cincuenta y cinco años después, quise comprobar cómo la distancia del tiempo viste los recuerdos con nostalgia de aquello que no vuelve, que se escapa. Visité al doctor Víctor Puente Arnao en su consultorio en la clínica Anglo Americana en La Molina. Llevaba la camisa blanca de rigor y esa prisa que siempre parecen tener los médicos. Estaba allí para convencerlo de esta entrevista. Me dijo, contundente, que en ese bote habían dos personas y que él solo no podía hablar. Llamó a su amigo por teléfono. «Tayito, campeón…». En pocos minutos, tras sonoras carcajadas, los remeros habían accedido a estar juntos durante la conversación. Todo estaba listo. Al encuentro en la casa de Masías en Chorrillos habían llegado puntuales. Puente Arnao desde su casa en La Molina. Masías desde su hacienda en Chincha. Estábamos en la amplia terraza de una casa que reposa sobre al acantilado y mira la sede del Regatas. A solo cien metros de la antigua casa del papá de Tayo. Esa mañana, conversaban los dos remeros de un inevitable momento en sus vidas que los va a perseguir siempre. ¡Fueron los olímpicos de Roma 1960! Más allá del resultado (sorpresivo/desencantado/ pesimista), Tayo después cuidó con esmero una trayectoria de veinte años como boga Master. Por su parte, Víctor ejerció con solvencia el cargo que tuvo como presidente de la Federación de Remo durante quince años. Pero están aquí para hablar de lo otro, para mostrar fotos antiguas y recortes de diario, para recordar anécdotas y chistes que todavía no se oxidan. Pero eso es accesorio, esa ha sido la pequeña (o gran excusa). También están aquí para hablar de la amistad, infranqueable como los jardines de Castel Gandolfo. Una amistad, como el bote en el que se embarcaron, siempre necesita de dos. Es ingenuo creer que un hecho así, en su juventud, pueda ser indeleble durante el resto de sus vidas. Hubo más curtiembre en el camino. ¿Por qué remaban entonces? «Por hacer deporte», dijo Puente Arnao. «Porque éramos buenos», añadió Masías. «Pero juntos también funcionábamos. El espíritu de

cuerpo dentro del bote también seguía fuera. Éramos amigos. Y si dos amigos dicen que nunca discuten es porque nunca hicieron deporte pues. El remo genera competitividad, reacciones, exigencias mutuas y situaciones de stress, que son mínimas pero existen». Hay una pregunta que tampoco alcanzaremos a comprender. ¿Cómo dos deportistas se hacen amigos? ¿Será por las complicidades? ¿Por el esfuerzo compartido? Quizás hacía falta Santiago Fitz Simon para entender totalmente la ecuación, ese hombre que supo dirigir la alquimia de los cuerpos en un bote. Puente Arnao se convirtió en una suerte de médico de cabecera. El Viejo tenía un problema en el corazón y Vitito estuvo a su lado en la clínica, cuando murió. Solo unos minutos antes le había cogido la mano y le había susurrado: «Misión cumplida». La frase también aparecía en un cuadro suyo que había donado al Club. En el óleo aparece un remero, llegando al final de la regata. En el remo, como en la vida, no importa si ganes o pierdas. Si atraviesas la meta, habrás cumplido.

ASISTENCIA DE FOTO: ALEJANDRO LEÓN CANNOCK, SANYIN WU // PRODUCCIÓN: KATIA ROSAS // STYLING: ÚRSULA CASTRAT // AGRADECIMIENTOS: SALVATORE FERRAGAMO


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CLAUDIA PAREJA Y MARÍA EUGENIA MOYA

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D O S

A M I G A S

Q U E

N O

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P A R E C E N E N

N A D A

D I R I G E N G A L E R Í A

D E

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Que sean diametralmente distintas es, precisamente, lo que permite que Gonzalez y Gonzalez avance. Escribe: Carlos Fuller

Foto: Alejandro León Cannock


DESTAQUE

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a galería Gonzalez y Gonzalez tiene una filosofía. «Para nosotros, el artista está por encima del galerista», asegura Claudia Pareja, una de las dueñas, junto a María Eugenia Moya y Jota Castro. Esta es una ideología que se concibió desde mucho antes de que inauguraran en Lima. Gonzalez y Gonzalez funciona desde el año 2010 en el barrio de Lastarria, en el centro histórico de Santiago de Chile. Fue fundada por los artistas Jota Castro, Patrick Hamilton y la galerista Daniella González. Ponerle «Gonzalez» a la galería tenía un propósito: quisieron utilizar el apellido más común posible. En contraposición a aquellas galerías que ostentan el apellido de su dueño, Gonzalez y Gonzalez buscaba dejar al galerista en un segundo plano. El año 2014, sin embargo, dos de los socios dejaron el país y el proyecto entró en un hiato. El artista Jota Castro —que partió a Europa desde Yurimaguas a los dieciocho años— no tenía intención de abandonar el proyecto. Él es el único peruano en haber curado en dos ocasiones un pabellón en la Bienal de Venecia, y es reconocido internacionalmente por sus obras e instalaciones que denuncian problemas globales. Sin embargo, por mucho tiempo había sido un desconocido en el Perú, por lo que su intención era tener mayor presencia en el país donde nació. Ese mismo 2014, participó en la sección Project Rooms de ArtLima, donde conoció a Claudia Pareja y a María Eugenia Moya. La primera se encargaba de las relaciones públicas de la feria; la segunda trabajaba en el pabellón de video. Ambas son amigas desde el colegio y desde tiempo atrás tenían la idea de montar una galería de arte. El segundo tiempo de Gonzalez y Gonzalez nació durante ese encuentro. Castro abrió una sede en Bruselas, la ciudad en que reside, en la calle Víctor Hugostraat. Montada

como una galería privada, se inauguró con una muestra del artista belga Lore Vanelslande. Por su parte, Pareja y Moya tuvieron a su cargo la sede limeña. Gonzalez y Gonzalez se montó en una casa barranquina de fachada blanca y rejas en las ventanas, en el jirón Santa Rosa. La inauguraron a mediados de octubre de 2014 con una muestra llamada Tierra de Nadie, que incluyó piezas de Fernando Bryce y Alfredo Márquez, entre otros artistas chilenos y peruanos. Lograron mantener a varios miembros de la nómina original y sumaron nuevas figuras del panorama peruano contemporáneo. Han juntado a artistas figurativos y consolidados como Christian Bendayan; a performers jóvenes como Ivan Sikic y otros reconocidos internacionalmente como la cubana Tania Bruguera. Sus patrocinados están en Nueva York, La Paz, Madrid y Bruselas. «La idea es ser una plataforma de artistas latinoamericanos que los lleve al mundo», dice Claudia Pareja. A finales de 2014 participaron en la feria Untitled de Miami con obras de Huanchaco, Abel Bentín y Silvana Pestana, entre otros. Este año pretenden volver y, además, participar en ArtBo, en Colombia, así como en ferias locales. Este segundo tiempo de Gonzalez y Gonzalez ha llevado más allá su postulado inicial: el privilegio del artista sobre el galerista. Ni Jota ni Claudia ni María Eugenia se apellidan Gonzalez. Gonzalez no existe. Y ese es el punto. *** Hace unas semanas se inauguró la muestra Oro Negro, una individual de la artista Silvana Pestana. Ahora, en los cinco ambientes de la galería Gonzalez y Gonzalez se exhiben estatuas de niñas amazónicas bañadas en pan de oro,


esculturas con forma de cacao e imágenes de deforestación. Cada ambiente —los interiores y un pequeño patio— lleva las paredes impecablemente blancas y pisos de cemento pulido. Las paredes de esta oficina, en cambio, son grises. En una esquina, hay una escultura de Fernando Bryce con las palabras «Huáscar» y «Esmeralda» entrecruzadas; hay una obra de Abel Bentín, una escultura mutilada a la que solo se le ven las piernas; también hay planchas de esteras apoyadas contra una pared, que son los restos de una performance de Ivan Sikic. Un escritorio ocupa buena parte del espacio de este ambiente y, a cada lado, Claudia Pareja y María Eugenia Moya conversan despreocupadas, como dos amigas que se han reunido en casa. Están en plena sesión de fotos para esta revista; al ser dueñas de la galería se han tenido que acostumbrar a ellas. Claudia asegura que no es fotogénica. «Lo han intentado mil veces, pero no van a lograr que lo sea», dice. En ocasiones insiste que se muestre la obra de los artistas o a los mismos artistas, no a ella. Después de todo, esa es la filosofía de la galería. Pero ahora sostiene un jean rasgado entre las manos. Dice: «Apenas esto se acabe me pongo el jean de todos los días. Pero me matan si salgo en una foto vestida así…». María Eugenia responde: «Pero va con tu nuevo look. Como ahora eres galerista, también eres hipster». Luego se ríe de su amiga. Claudia responde: «¡Mentira! Tengo este pantalón desde hace años. Puedo probarlo». María Eugenia se sigue burlando: «¡Peor! Eres más hipster aún». Ambas son amigas desde hace veinticinco años. Tienen la misma edad, son asociadas del Club, trabajan en el mismo sitio y comparten la misma afición (el arte). Según Claudia, «literalmente» se

conocieron el primer día de kinder, en el colegio San Silvestre. Pero, fuera de esas pequeñas coincidencias, difícilmente se podría encontrar a dos personas más distintas. Uno se puede dar cuenta de ello solo con verlas juntas. Claudia es una mujer alta de mejillas pronunciadas y de pelo castaño oscuro, ondulado y corto. Ahora

«Ninguno de los tres dueños, ni Jota ni Claudia ni María Eugenia, se apellidan Gonzalez. Gonzalez no existe. Y ese ese el punto» lleva un pantalón negro holgado y un polo blanco; la tenida es casual, pero es el prototipo de la sobriedad. María Eugenia, en cambio, podría llamar la atención en cualquier multitud. Su rostro es alargado y lleva el pelo de varios colores —castaño oscuro, con un mechón verde y otro mechón azul—. Lleva un par de enormes botas, un vestido corto de verano, un piercing al lado derecho de la nariz y su cuerpo está repleto de tatuajes: en el brazo izquierdo, un enramado invadido por pequeños conejos y un elefante

rosado; en el brazo derecho, un ave; en la espalda, un venado; en la pierna derecha, un par de gatos que pintan sobre sus cuerpos; y más. . . Pero sus diferencias van más allá del aspecto. Es algo que se remonta años atrás, hasta sus días de colegio, a las clases de arte en las que, según Claudia, «María Eugenia era una genia» y ella, en cambio, «era una inepta». Siempre amó el arte. Sus padres la llevaron a museos desde muy chica, pero ella misma admite que nunca tuvo ningún tipo de aptitud artística. «Mientras yo hacía figuras con palitos, María Eugenia entregaba la réplica exacta de un ser humano y con un gesto particular». Eso puede explicar el camino que cada una de ellas tomó. Al salir del colegio, Claudia estudió Derecho y lo ejerció durante un año en un estudio de abogados; luego siguió durante otro año una maestría en Historia del Arte que no llegó a concluir y, más adelante, terminó la carrera de Psicoterapia Psicoanalítica. «Soy súper nerd», asegura. En su apartamento de Miraflores, hay una enorme mesa colmada con montículos de papeles, impecablemente ordenados. Contrario a lo que se pueda pensar, el trabajo de un galerista no solo tiene que ver con el glamour de las inauguraciones. En realidad, buena parte tiene que ver con altas dosis de burocracia, organización y papeleo: reunirse con clientes, tratar con artistas, coordinar participaciones en ferias de arte. Si bien ambas amigas se reparten la gestión de la galería, esa es la parte del trabajo a la que Claudia más se dedica y la que más disfruta: hacer de relacionista pública y un poco de tramitadora. «Es súper organizada» dice una mañana sobre su amiga la artista María Eugenia Moya, en la terraza de su casa, frente a los cerros de Casuarinas. «Yo, más bien, vivo un poco en Marte, muy distraída.

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kintsukuroi, de Abel Bentín.

Presentada en la muestra Paisajes Violentos (diciembre de 2014).

Me cuesta un montón ordenarme. Necesito hacer siete cosas en el día y me demoro todo el día en hacerlas. Claudia hace las siete durante la primera hora, después de levantarse, y no entiendo cómo». Si bien su aspecto llama la atención, María Eugenia se califica a sí misma como tímida. En la «Declaración del artista» de su página web, dice que se lleva mejor con los animales que con las personas, y que a lo largo de su vida ha luchado contra la ansiedad social. Pero una vez que entra en confianza habla con mucha soltura sobre cualquier tema, desde sus últimas lecturas hasta de sus propias obras. Luego de graduarse en Comunicación Audiovisual, estudió en la escuela de arte Corriente Alterna y, más adelante, el 2011, se trasladó a Chicago, a estudiar en el School of the Art Institute. Desde entonces, y tras su regreso a Lima, María Eugenia Moya se ha dedicado, sobre todo, a hacer instalaciones. Dice que lo que más le interesa de este medio es la posibilidad de experimentar con la luz. Pero se le hace tan difícil explicar sus piezas que prefiere mostrarlas en su celular. Una de ellas, Fórmula de volumen para un octaedro, muestra varias versiones de este poliedro en luces de neón turquesas, verdes y violetas; la obra quedó finalista del Concurso de Arte Contemporáneo Joven organizado por la Municipalidad de Miraflores, en noviembre de 2014. Otra, La memoria de Tiresias (un tronco hueco en el que se proyectan imágenes de copas de árboles), se presentó en setiembre de 2014 al circuito alternativo Arte Bienal en Lima (ABLI).

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Debido a su trayectoria, el mayor aporte de María Eugenia a la galería es lo que ella llama trabajo de backstage; es decir, todo lo referido al montaje y producción de las obras que muestran. Dijo Claudia: «Ella es la técnica del equipo. A mí me odian las computadoras. Si alguno de nuestros artistas nos envía un video en HD para un proyector específico, María Eugenia se encarga. Es más fácil que yo entienda chino antes de entender qué es un dpi. En todo caso, somos un buen equipo y hemos tenido la suerte de que nos interesen cosas distintas». Dijo María Eugenia: «A veces me pregunto por qué no tengo una mente súper práctica y organizada como la de Claudia. Yo ando todo el día en las nubes, apunto las cosas en todos lados y aun así se me olvidan. Pero luego pienso que si tuviera esa mente quizás no sería una artista». *** Una de las muestras más arriesgadas que ha presentado Gonzalez y Gonzalez se inauguró a inicios de febrero de 2015: Dislocación. Se trataba de un compendio de obras de artistas jóvenes. La propuesta era experimental y además de los soportes clásicos —como pintura y fotografía— incluyó instalaciones y performances. Francesca Dasso presentó una video-instalación con proyecciones dentro de un mototaxi e Ivan Sikic construyó una casa de esteras para pasar una noche en la galería. La muestra llegó a

tener tanto impacto que, incluso, llegó a ser parodiada por el blog satírico El Panfleto (y, en estos tiempos, eso significa ser popular en Lima). Desde su concepción, Dislocación fue una de las muestras que más apasionó a María Eugenia Moya. Los soportes utilizados eran sus preferidos y, desde mucho antes, ya había visto todas las obras que se iban a presentar. La muestra era más importante aun porque ella misma iba a participar con una instalación. Las socias acababan de llegar de Miami —de participar en la feria Untitled—, faltaba un mes y medio para la inauguración de Dislocación y María Eugenia no tenía nada que presentar. «Yo puedo ser muy relajada para todo, pero cuando se trata de mi trabajo me entra una ansiedad horrible. De hecho me pasé una semana entera mirando el techo sin saber qué hacer, hasta que, poco a poco —leyendo, investigando y apuntando— comencé a sacar algo». La pieza se llamó Dulce et decorum est pro arte Mori, que traducido del latín vendría a ser algo así como Es dulce y glorioso por el arte morir. Se trataba de una reinterpretación de un tema recurrente en la historia del arte: la muerte y la doncella (en la que se suele mostrar a la figura de la muerte seduciendo a una mujer). María Eugenia eligió varias obras con este motivo —desde artistas medievales hasta pintores contemporáneos— y los proyectó a través de lentes, con filtros de distintos colores. Y así, sobre una pared blanca de la galería, se pudieron ver etéreas luces de colores, azules,


amarillas y verdes, algunas muy definidas y otras que eran solo manchas sin forma; pero todas eran resplandecientes y todas representaban a la muerte y la doncella. Una versión propia de María Eugenia Moya. Se podría decir que el rol de Claudia Pareja es el de una galerista en todo el sentido de la palabra; que Jota Castro y María Eugenia Moya, más bien, son una especie de socios híbridos, a medio camino entre el galerista y el artista. Así funciona Gonzalez y Gonzalez. Y todos parecen estar conformes con el acuerdo, Claudia más que todos: «Yo puedo dedicarme al 100% a la galería porque no tengo otro interés que compita, pero María Eugenia, en cambio, compite con querer desarrollarse como artista. Eso es algo que se concertó desde el comienzo y me parece genial, porque es una excelente artista. Al contrario, quiero que produzca más obra para poder representarla. Al final, esa es la idea de Gonzalez y Gonzalez: que esta sea una galería de artistas, que el artista sea lo primero».

paseo de la justicia, de Abel

Bentín. Presentada en la muestra Paisajes Violentos (diciembre de 2014).

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TRATADO SOBRE EL VUELO v

RICARDO MARES PUBLICISTA

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e

b Escribe: Manolo Bonilla

Foto: Marco Garro

El viento es una mujer esquiva. Ricardo Mares ha dedicado igual tiempo a dos disciplinas que han marcado su vida: el parapente y la publicidad. Hace veinte años, convive con ellas. No es un tipo que practique varios deportes extremos o que ponga a prueba su físico en escaladas por los Andes, o su arrojo en las olas de la costa norte. Es mucho más tímido y precavido en lo que hace. Hay una frase que puede resumir su filosofía: «prefiero estar en tierra, pensando que quiero volar; a estar volando, pensando que no puedo salir de allí». El primer modelo en el mundo fue un paracaídas cuadrado que solo permitía descender. Lo usaron los montañistas en los Alpes Suizos en la década de los ochenta, para descender de la montaña planeando. Eran como unos colchones extendidos que no planeaban casi nada. Mares voló allí en 1996. También lo ha hecho en el norte de Italia, Iquique, en Urubamba y hasta en la filial de San Antonio. Hoy hay tres variantes del parapente dependiendo de las características de la vela: cross country (donde se establece un recorrido y gana el que lo hace en menos tiempo); acrobacia y recreativo (los paseos del malecón en tándem, por ejemplo). En el parapente, la altura es tu combustible. Lo difícil es que no ves el viento. Los tablistas, por ejemplo, pueden ver las olas antes de meterse al mar. Los pilotos, en cambio, deben saber reconocer ciertas cosas visibles como el movimiento del mar, las banderas, las nubes y hasta los árboles. La incertidumbre es esa: no poder controlar el viento. En la publicidad, tampoco puedes controlar a la gente. Sus preferencias y opiniones no las puedes manejar. Puedes tratar de provocar ciertas emociones, pero igual hay un factor volátil: nunca vas a saber si una campaña será exitosa.

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«Antes existía el estereotipo del publicista manipulador y perverso. La tendencia hoy es generar contenido, ya no solamente vender. Una marca es una personificación de un producto o servicio inanimado. Creas este concepto, la personalidad de marca, que se conduce como una persona para que se relacione con otras personas. La publicidad es una interfase para que ambas hablen. Porque el humano personaliza las cosas con las que se relaciona, te encariñas con las cosas, extrañas las cosas. Y la marca aprovecha justamente esa forma de interactuar para que sea amiga de sus consumidores», dice Mares, quien próximamente viajará a Francia como jurado del Festival Internacional de Creatividad Cannes Lions 2015. En Lima, el espacio al costado del Parque del Amor, es una bendición poco usual en el mundo del parapente. Frente a Larcomar, Mares puede alcanzar alturas de veinte metros sobre el nivel

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del mar. En Barranco, se eleva sobre los cien o doscientos metros. No hay sitios así en otras capitales. Esa bonanza es aprovechada por instructores y turistas. Pero en el interior del país, como Cusco, Huaraz o Pachacamác, la situación es totalmente distinta. «Miraflores es como nadar en piscina. Cerca a los Andes, en las montañas, es como nadar en un mar bravo». El reto es mayor e implica también mayores riesgos. No hay caminos, ni infraestructura o un hospital bien equipado en caso de accidentes. No solo eso: problemas que, mal que bien, pueden solucionarse con mayor inversión. En el Perú, a diferencia de la cuna del deporte en los Alpes Suizos, la geografía jode. El terreno de las sierras promedia los tres mil metros sobre el nivel del mar. Cuando Mares sube con la vela, el aire se enrarece y el sol quema más. ¿Qué es lo que se necesita para que el planeo sea constante? «En la costa, el viento choca contra

el acantilado y sube como en una rampa. Si te mantienes allí vas a seguir volando. Si vas hacia el mar, pierdes altura. Detrás de los edificios, el viento es un desorden. En la montaña, en cambio, hay columnas de aire caliente, que no se ven, pero puedes identificar por la nube que origina o los pájaros volando en círculos. Allí hay una corriente térmica conocida. Te diriges hacia ella y empiezas a rodearla para subirla y llegar a la cima», dice Mares. Cuando dejó la agencia de publicidad McCann, tras once años de trabajo, para abrir la suya, True, fue como un salto al vacío. Como si estuviera en la cúspide de una térmica y se lanzara a planear, esperando encontrar buenos vientos. Hoy True ya tiene tres años.


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DEPORTES

VELA PARA TODOS Como cierre de actividades por el mes de la vela, se organizó en el Club el tradicional Desfile Náutico

El domingo 15 de marzo, sobre las once de la mañana, distintos tipos de embarcaciones, pertenecientes a los distintos modelos de la vela, esperaban la señal de partida en la Playa 3. Un total de 130 participantes, entre embarcaciones de Optimist, Windsurf, Sunfish y Laser, acompañados por dos catamaranes, cinco veleros y ocho lanchas a motor, dieron inicio al Desfile Náutico, partiendo a modo de caravana hasta llegar al muelle, ubicado en la Playa 1. En el desfile también estuvo presente la banda de la Marina de Guerra del Perú, quienes acompañaron a las embarcaciones durante todo el trayecto. En cuanto a los resultados en Optimist, uno de los veleristas ganadores fue Stefano Viale, quien ocupó el primer lugar en la categoría Infantil. Del mismo modo, siguiendo en la Infantil, fue Adriana Carneiro quien se llevó el primer lugar en la rama femenina, seguida por Adriana Barrón y Luciana Díaz. Por otro lado, en el Windsurf, fue Gabriel Sousa quien obtuvo el primer lugar en la

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preselección, mientras que Paul Castriquius lo hizo en el Interacademias. Días después, desde el mar de Paracas, los más experimentados también corrían sus propias regatas. Varios deportistas del Club obtuvieron el primer lugar. Uno de ellos fue Nicolás Schreier, quien culminó como ganador de la división Open. Así también lo hicieron José Dávila en la categoría Master y Alessio Botteri en Youth, mientras que Camille Barclay fue la mejor en la segunda división. En Sunfish, la sorpresa del campeonato fue Lucas Murdoch, quien obtuvo el primer lugar del podio, seguido de Alex Zimmermann y Guillermo Cappelleti. La clase Laser también organizó su mes de la vela en Paracas. Al final del certamen, Jean Paul de Trazegnies se llevó el título en Radial, mientras que Javier Arribas y Renzo Sanguineti subieron al podio como segundo y tercer lugar, respectivamente. En total se logró una participación de 244 participantes entre todas las actividades y competencias.


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DESFILE

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DEPORTES

MEDALLAS ARGENTINAS Siete bogas del Club alcanzaron el podio en torneo de Mendoza

Una medalla de plata y tres de bronce fue el saldo que dejó la participación de la delegación celeste de Masters y Menores en la edición número 69 de la Regatas Internacional de La Vendimia. El torneo se llevó a cabo el sábado 7 y domingo 8 de marzo en Mendoza, Argentina. La rama femenina fue la que más resaltó en el torneo. Paula Parks consiguió la medalla de plata con su segundo lugar en Singles. La celeste de dieciocho años marcó un tiempo de 2’49”24 en la categoría Libre, que solo fue superada por Michele Estebaster, del Club Mendoza de Regatas. «A pesar de que Single es un bote difícil para mí, sí quería ganar la medalla de oro. Con mi entrenador habíamos venido trabajando mucho para que me fuera mejor en esta modalidad», declaró Parks. Es cierto que la celeste no está acostumbrada a las regatas en esta embarcación; sin embargo, asegura que esa dificultad le fascina, pues representa un reto para ella. Por otro lado, en Damas Junior, la dupla conformada por Arantza Valera e Isabella Haleski obtuvo una medalla de bronce en la modalidad Doble Par, promediando un tiempo de 2’41”15 en la regata. En la rama masculina, la pareja compuesta por Fernando Raffo y Andrés Gordillo logró la primera de las medallas de bronce. Los bogas, ambos de quince años, se quedaron con el tercer lugar en la modalidad Doble Par, categoría Menores A. Marcando un tiempo de 2’39”54, solo fueron superados por Cr. Bigornia y Stadio Italiano. Del mismo modo, David Olaechea y Renzo Brigneti obtuvieron una medalla de bronce. Ellos terminaron en la tercera posición de la regata Junior Doble, con un tiempo de 2’19”20.

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La delegación de bogas en Argentina



DEPORTES

MEDALLERO EN CALI Importantes resultados para nadadores celestes

En un torneo que agrupaba a más de mil nadadores colombianos, el Regatas logró una

NADADOR

CATEGORÍA

ORO

PLATA

BRONCE

Mirena Pun

Juvenil A1

3

-

4

Daniela Salmón

Juvenil A2

2

1

2

Valeria Mejía

Juvenil A2

2

1

1

Flavia Romero

Juvenil A2

2

1

-

Belén Torres

Juvenil A2

2

1

-

Doménica Vallejo

Mayores

2

1

-

Andrea Pinto

Mayores

2

-

1

Alejandra Valle

Mayores

2

-

1

Alessandra Gallegos

Mayores

2

-

-

Ana Paula Arce

Juvenil A2

2

-

-

Camila Salcedo

Juvenil A1

-

-

2

Vanessa Fort

Juvenil A1

-

-

2

Ana Paula Meier

Juvenil A1

-

-

2

Julio Mejía

Juvenil B2

-

-

1

Darma Alvariño

Juvenil B1

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1

destacada participación. Se trata del XXXIII Torneo de Natación Ciudad de Cali (denominado Olga Lucía Angulo), que tuvo dos competencias paralelas: Absoluto y por Categorías. La competencia se desarrolló del 25 al 29 de marzo bajo una premisa: la competencia no se paralizaría por lluvias, salvo por la caída de rayos. Pese a la altura y a los climas extremos de calor y lluvia, la delegación celeste logró 49 medallas (22 de oro, 10 de plata y 17 de bronce). En el Campeonato Absoluto, Alejandra Valle, de 20 años, logró una medalla de oro y dos de plata; mientras que Darma Alvariño, Flavio Romero y Belén Torres obtuvieron una medalla de plata cada una. «Era alucinante ver a tantos nadadores locales, los únicos extranjeros éramos nosotros. Los últimos días nos tocó una lluvia torrencial que no detuvo las competencias», cuenta Alejandra. Su relación con la natación empezó a los cuatro años, cuando sus papás la inscribieron en la academia del colegio. En el campeonato por Categorías, Valle repetió el plato y obtuvo tres medallas más (dos de oro y una de bronce). Allí también brilló la adolescente de trece años, Mirena Pun, de Juvenil A1, que consiguió tres medallas de oro y cuatro de bronce. Por otro lado, Daniela Salmón, de Juvenil A2, ganó dos medallas de oro, una de plata y dos de bronce. «No bajé todos mis tiempos, pero fue un muy buen resultado. Había un montón de nadadores y hacía mucho calor. Pero nos divertimos y nos exigimos», cuenta Salmón, de 15 años. En total, la delegación del Club tuvo 21 nadadores. «Esta es una experiencia muy importante para nuestra equipo desde todo punto de vista técnico y de adaptación», dice José Torres, coordinador de Natación del Regatas “Lima", que viajó acompañando al equipo junto a las entrenadoras Giuliana Belaunde y Sandra Crousse.

El cuadro pertenece al campeonato colombiano por categorías.


VAN POR MÁS

La pareja Winder-Cuba obtiene una medalla de oro y sube en el ranking

PODIO. En el primer puesto: Mario Cuba y Katherine Winder. En la tercera casilla (izquierda): Luz María Zornoza al lado de Andrés Corpancho.

Para Katherine Winder y Mario Cuba no hay límites. Nuevamente, la dupla celeste destacó internacionalmente y obtuvo una medalla de oro en Dobles Mixtos. Esta vez, la hazaña ocurrió en Cuba, en el marco del decimosexto torneo de bádminton de Giraldilla, realizado del 25 al 29 de marzo en La Habana. El primer lugar se decidió en apenas cincuenta y nueve minutos. En su primer encuentro, Winder y Cuba dejaron en el camino a otra dupla nacional, Martín del Valle y Daniela Macías —también celestes—. El favorable marcador de 21-14 y 21-12 les permitió acceder a la semifinal. En esta nueva instancia, se enfrentaron a otra pareja peruana, conformada por José Guevara y Dánica Nishimura. Los derrotaron en diecinueve minutos, con marcadores de 21-9 y 21-11. Por su parte, la celeste Luz María Zornoza, junto a Andrés Corpancho, se ubicó en el tercer puesto en la competencia. Mientras tanto, Winder y Cuba debían enfrentar en la final a los turcos Ramazan Ozturk y Neslihan Kilic. Sin

embargo, una lesión en la pierna de Kilic frustró la contienda. «Nosotros no los conocíamos, pero ya los habíamos estado observando. Teníamos una estrategia preparada: había que presionar y arriesgar en el saque de Ramazan y buscar los ataques contra Neslihan», comentó Cuba, luego de haber obtenido la medalla de oro. Gracias a este triunfo, la pareja ahora se ubica en puesto 38 del Ranking Internacional. Buscan seguir subiendo puestos para llegar en las mejores condiciones a los próximos Juegos Panamericanos. Por otro lado, en la categoría Dobles Varones, Cuba y Marín del Valle compartieron el tercer puesto con la pareja nacional conformada por Corpancho y Guevara. Hay que destacar, asimismo, el desempeño de Daniela Macías, quien consiguió dos medallas de bronce. La primera la obtuvo en Singles (compartió el podio con la checa Zuzana Pavelkova), y la segunda en Dobles, junto a Dánica Nishimura (compartieron el tercer puesto con la dupla de los guatemaltecas Florencia Bernatene y Daiana Garmendia).

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DEPORTES

UN GRUPO FUERTE Tenimesistas del Club vuelven de Ica con cinco medallas

Con una delegación celeste conformada por catorce representantes del tenis de mesa, se obtuvieron cinco medallas en la quinta edición del Torneo Gran Prix “Copa Ciudad de Ica”, realizado del 21 al 22 de marzo en dicho departamento. «Nos fue bastante bien. Todos nuestros jugadores pasaron sus respectivas series, lo que demuestra un avance en su juego», comentó Marissa Cambiaso, coordinadora del tenis de mesa en el Regatas “Lima", quien aseguró que este viaje se realizó con la finalidad de servir como forma de integración para los nuevos deportistas que ingresaron a la selección celeste. Cambiaso, luego de liderar sus respectivas series, consiguió dos de las cinco medallas que se lograron en el torneo. El primer lugar lo consiguió en la categoría 50 años, luego de derrotar en un apretado encuentro por 3-2 a Silvana Romero, del Sirova Tenis Club, mientras que la medalla de plata la obtuvo en la categoría 40 años, siendo derrotada por Nancy Shiroma, el AELU. Del mismo modo, Juan Liyau sigue manteniendo su altísimo nivel al conseguir dos preseas. El tenimesista de dieciséis años, que también lideró en sus dos series, logró la medalla de oro en la categoría 18 años al derrotar por 3-1 a Moisés Duffo de Joola Perú, mientras que en la categoría Libre obtuvo la medalla de plata, tras caer en un intenso encuentro por 3-2 ante Julio Raúl Li, del Club Independiente. Por otro lado, la medalla de bronce la consiguió Rodrigo Hidalgo en la categoría 15 años. Tras dejar en el camino a rivales como Juan Diego Cerpa y Carlos Alonso Fernández, el celeste de catorce años no pudo contra Felipe Duffoó y cayó derrotado por 1-3. Sin embargo, queda claro que es otro de los tenimesistas que proyecta un gran futuro en este deporte, pues además participó en las categorías de 18 años y Libre, clasificando primero en sus series. El resto de la delegación estuvo conformada por: Lara Paz, Santiago Mejía, Sebastián Mejía, Nicolás Arce, Diego Guerrero De Luna, José Ignacio Huby, Esteban Coronado, Mauricio Mayta, Raúl Feijoo y Rodrigo Mayta, Mauricio Gavilano.

PRUEBA PREVIA

Los karatecas celestes consiguieron medallas de plata y bronce en torneo nacional El último 29 de marzo, se celebró una nueva edición

Augusto Dalmau, Ricardo Checa, Gianfranco Fiscalini y Daniel Morón REGATAS / 80

del Campeonato Nacional Infantil y de Verano Juvenil y Mayores. Este torneo fue una gran oportunidad para que nuestros karatecas conocieran a los rivales que enfrentarán en las siguientes competencias del año. En esta ocasión, los celestes regresaron con tres medallas de plata y cuatro de bronce; un balance positivo, considerando que el gran objetivo era llegar de la mejor forma al Campeonato Metropolitano del 25 de abril (al cierre de esta edición no se contó con los resultados de dicho torneo). En la categoría 12 a 13 años, Ricardo Checa logró llegar a la final de la modalidad Kata y consiguió la medalla de plata. Por su parte, en la modalidad Kumite —de combate—, dos celestes también se ubicaron en el segundo lugar de sus respectivas categorías: Daniel Morón (categoría 16 a 17 años) y Augusto Dalmau (categoría 18 a más). Hay que destacar, de igual manera, a los karatecas que consiguieron bronce: Niara Moxter, Micaela Villalobos, Fabio Dongo (los tres en la modalidad Kata) y Gianfranco Fiscalini (en la modalidad Kumite).


CAMPEONAS, DE NUEVO La selección femenina de básquet superó un mal año y se llevó la Liga

DE PIE: Duberli Mazuelos (preparador físico), Consuelo Vélez, Alejandra Martínez, Mariano Yvanicki (DT), Daniela Scamarone, Francesca Bellatin y Romina Mansilla. HINCADOS: Víctor Marca (utilero), Francesca Protto, Andrea Tagle, Daniela Porras, Verónica Cosmópolis, María Alejandra Lora y Gabriela Duarte.

Para las basquetbolistas celestes, el 2014 fue un año para el olvido: se perdieron los dos campeonatos del año ante el Real Club. «Nos caímos todas al piso», comenta Daniela Porras, una de las capitanas del equipo. «Fue un año complicado porque nuestro entrenador tomó la difícil decisión de renunciar y estuvimos varias semanas sin saber quién nos iba a dirigir». El cordobés Mariano Yvanicki, quien tomó la posta en la dirección técnica, tuvo la ardua tarea de iniciar una transición; llegó con la Liga ya empezada y, de hecho, perdió la final. Este año, sin embargo, ha comenzado con un triunfo: las celestes se acaban de coronar campeonas de la Liga Nacional de Básquet Femenino. «Esta vez, desde el inicio de la temporada, ya teníamos claro qué quería de nosotras y qué teníamos que hacer. Nuestra mentalidad ha cambiado y eso se ha notado en la cancha», agrega Porras. En la fase de grupos, el desempeño del equipo fue arrollador: ganaron todos los partidos disputados. Más adelante, los triunfos fueron más complicados. En semifinales se enfrentaron a Universitario; perdieron el primer partido,

pero ganaron los dos siguientes, con lo que obtuvieron el pase a la final. En esta instancia se enfrentaron al clásico rival: el Real Club. Nuevamente, las celestes comenzaron perdiendo; sin embargo, se sobrepusieron y ganaron los tres siguientes encuentros del playoff. «Esa primera derrota nos hizo entrar en razón», comenta Gabriela Duarte, otra de las capitanas del equipo. «Todas trabajamos y, además, sacamos tiempo para entrenar casi todos los días de la semana. Es un sacrificio muy fuerte y no merecíamos perder». Al final del último encuentro, en el Coliseo Dibós, Gabriela fue condecorada como la mejor jugadora de la temporada. Así, el trofeo de la Liga nuevamente regresa a Chorrillos. El triunfo ha sido el resultado del esfuerzo de cada una de las celestes de la selección. Eso lo sabe muy bien Daniela Porras. «Luego de haber perdido dos campeonatos seguidos, fue muy emocionante volver a ganar. Fue el fruto de nuestro propio trabajo. Al final, todo el esfuerzo y todo el sacrificio valió la pena», dice la capitana.

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DEPORTES

TRÍO DE PESO Tres medallas en campeonato nacional de Judo

Compitiendo ante diecinueve clubes, la delegación de judo del

Luis Mendiola y Paulo Cateriano

Regatas consiguió tres medallas en el Campeonato Nacional 2015, categoría Avanzados, celebrado en La Videna. Fue una manera de cumplir con los objetivos técnicos y tácticos que se entrenaron durante los últimos meses, consolidando el esfuerzo y trabajo duro del cuerpo técnico del Club. Los dirigidos por los sensei Ricardo Inami y Henry Villena destacaron ante oponentes que pertenecían al preseleccionado nacional de Judo. Tales son los casos de Joshua Santos, Luis Mendiola y Paulo Cateriano, judocas que destacaron y que grabaron el nombre del Club en el podio. Santos logró la medalla de oro en la categoría +100 kilos, manteniendo de esa forma su primer puesto en el ranking nacional de su categoría, mientras que Mendiola y Cateriano consiguieron una medalla de bronce en sus respectivas categorías. «Estaba muy nervioso, con mucha presión, porque estoy en la Federación Peruana y tengo que mostrar resultados», comentó Cateriano, quien busca regresar al primer lugar de la categoría 90 kilos. Él, junto a Santos, pertenece a la preselección nacional. Muestra de ello fue la de derrota casi instantánea de su rival, que cayó en ippon sobre el tatame a los treinta segundos de iniciado el combate. Por otro lado, Mendiola hizo lo propio en la categoría 81 kilos. Destacó en una serie que contó con ocho competidores, ganando dos encuentros y perdiendo tan solo uno.

HAY FUTURO

La categoría Sub18 triunfa en el Campeonato Nacional de Bochas Las figuras más jóvenes de las bochas

Los celestes César Ríos y Ricardo Chávez.

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peruanas demostraron que también tienen juego. El último 13 de marzo se celebró una nueva edición del Campeonato Nacional Sub15 y Sub18. Bocheros de Lima y provincias se reunieron en el Club de Bochas Banco de la Nación para vivir una verdadera fiesta de este deporte, alentados por sus familiares y aficionados. La categoría Sub18 fue para el Regatas. Los juveniles Ricardo Chávez y César Ríos obtuvieron cinco medallas entre los dos y dejaron en alto el nombre del Club. Chávez, de diecisiete años, fue el celeste más destacado de la jornada: consiguió una medalla de oro en la categoría Bochazo de Precisión y otra de bronce en Tiro Progresivo. Por su parte, Ríos (también con diecisiete años) regresó con tres medallas: una de plata en Tiro Progresivo, una de bronce en Individual y otra de bronce en Bochazo de Precisión.


COMBATE DORADO Primeros puestos celestes en ranking nacional de esgrima

Víctor Ramirez, de nueve años, y Felipe Scaccabarrozzi, de catorce.

Todo empezó en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, en las que el bisabuelo Víctor Flores participó como esgrimista. Se cuenta que clasificó a la ronda final; sin embargo, toda la delegación peruana renunció por ciertas injusticias con la selección de fútbol. Fue esa la historia que el bisnieto, Víctor Ramírez, escuchó desde niño. Ahora tiene nueve años y recién hace un año inició su relación con el florete. Cada vez que combate recuerda la historia del bisabuelo que nunca conoció. En el torneo por el primer Ranking de Menores y Mayores del 2015, que convocó a diecinueve esgrimistas celestes, Víctor Ramírez obtuvo su primera medalla de oro. Los celestes que llegaron al podio fueron Eduardo García (una de plata y una de bronce en Mayores), Mariano Aliaga (bronce en Mayores) y Nicolas Palza (bronce en Mayores). En esta

última categoría, María Luisa Doig ganó dos medallas de oro, mientras que Laura Zevallos alcanzó el tercer lugar. En Infantil A, Víctor Ramírez quedó primero en florete y segundo en espada. En Infantil B, Isabella Bullard se llevó la medalla de plata y María José Villacorta consiguió el oro en espada y el bronce en florete. En Infantil B, Felipe Scaccabarrozzi trajo dos medallas, de oro y de plata, y Matías Shion, dos de bronce. Lo de Scaccabarrozzi, de catorce años, ha sido una sucesión de triunfos. El año pasado, en el Sudamericano, obtuvo un par de medallas de oro. «Este deporte requiere bastante estrategia. Cada vez hay más movimientos que aprender y siempre va a ser difícil. Eso es lo que más me gusta», afirma el joven esgrimista.

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DEPORTES

TAEKWONDO

Los taekwondistas celestes consiguen medallas fuera de Lima

TODO QUEDA EN FAMILIA. Liliana Fernández Cornejo junto a su hijo Lorenzo López Dolz. A la derecha: Rommy Hübner junto a sus hijos Arahel Boza y Aittana Moya.

La delegación del Regatas regresó de Tacna con siete medallas de oro, siete de plata y cinco de bronce. El 29 de marzo se celebró el Campeonato Nacional Zona Sur, un torneo que le permite a los taekwondistas sumar puntos en el ranking para clasificar a la preselección nacional, que se definirá al final del año. Más de 300 deportistas de todo el país participaron en este evento y, entre ellos, estuvieron 19 celestes. Hubo competencias en dos modalidades: Poomsae (combinación de técnicas sin adversarios) y Kyorugui (combate). En esta última, destacó Jaçira Myer y Terán, quien consiguió la medalla de oro tras vencer a su rival con un puntaje de 14 a 0; su hermana, Juçara Myer y Terán, obtuvo una medalla de plata. Por su parte, los hermanos Rodríguez Escalante también destacaron en la misma modalidad: Miguel obtuvo la medalla de plata y Francisco se quedó con una de bronce. También en Kyorugui, Aittana Moya Hubner consiguió una medalla de oro, tras ganar su pelea por 9 a 0. Por último, Camila Zamalloa consiguió una medalla de plata, a pesar de seguir recuperándose de

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una lesión. Cerraron la tabla Armando López-Torres y Amadeo Boza Hubner que obtuvieron el bronce. En la modalidad Poomsae, Luis Flores Coronado se consagró con una medalla de oro. Daniel Vargas, y Giacomo Calvi también quedaron terceros. Por el lado de las mujeres, Liliana Fernández-Cornejo y Rommy Hubner Throne consiguieron medallas de oro, también en Poomsae. Finalmente, las hermanas Alarco Alarcón también tuvieron una gran participación: Diana se quedó con una medalla de bronce y Esther con una de de plata. Hubo celestes que destacaron en ambas modalidades. Como Lorenzo López Dolz, quien se llevó el oro en Poomsae y alcanzó el segundo puesto en Kyorugui. Por su parte, Arahel Boza Hubner consiguió una medalla de oro en Poomsae y una de plata en Kyorugui. «Se cumplieron los objetivos», comenta Johnny Castillo, quien entrena a la selección desde 1996. «Las academias de taekwondo se están movilizando mucho para que sus alumnos lleguen a la preselección, por eso el nivel ha subido».



EXPO

140 AÑOS EN UNA GRAN EXHIBICIÓN UNA MUESTRA EMBLEMÁTICA POR EL ANIVERSARIO DEL CLUB DE REGATAS "LIMA" MEZCLA HISTORIA Y TECNOLOGÍA EN UNA SOLA MUESTRA Recorrer

la historia del Club en un solo espacio. Eso es lo que propone la exhibición ubicada en la terraza del Hall Principal de la sede de Chorrillos. Inaugurada el 7 de abril con motivo del 140 aniversario de la fundación del Club, es una iniciativa para organizar, sistematizar y documentar la cronología e historia del Regatas “Lima". Cuenta con una muestra fotográfica que cuenta la evolución de la emblemática sede en Chorrillos, el nacimiento de sus tres otras filiales (La Punta, La Cantuta, San Antonio y Villa Deportiva, en orden cronológico) y las hazañas deportivas y culturales de nuestra organización. Además, en una ocasión sin precedentes, aprovecha al máximo modernos recursos audiovisuales de la museografía contemporánea. Por ejemplo, el holograma del fundador del CRL, Vicente Oyague y Soyer, que daba un pequeño discurso de bienvenida a los asistentes; imágenes en 3D; una pantalla panorámica donde se proyectaban breves piezas documentales desde una plataforma táctil; y un Tótem Social para selfies personalizados (que más tarde se compartían a través de nuestras redes sociales). Esta es una muestra para recordar, emprendiendo un viaje emocional y nostálgico a través 140 años de historia institucional.

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Guillermo Illescas y Gloria Talledo

Juan Carlos Galfré y Juan José Salazar

Alejandro Sánchez Salazar y Antonio Ramírez-Gastón flanqueados por las anfitrionas de la exposición


Presidente del CRL, Antonio Ram铆rez-Gast贸n

Jaime Gjurinovic y Juan Pedro Novaro

Pantalla panor谩mica donde se proyectan los documentales

Carlos Cockburn y Ram贸n Ferreira

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EXPO

Carlos «Gaviota» García

Mariela y Jorge Muñoz

Hernán Arízaga

Luis Salcedo, Guillermo Illescas y Carlos Levi

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Tótem social


CHARLAS EN EL

CRL SABERES, EXPERIENCIAS DE VIDA Y LECCIONES PARA SENTIRSE ORGULLOS DEL REGATAS De manera paralela a la exhibición por los 140 años del Club, se organizó una serie de conferencias y charlas. Los ponentes eran destacados asociados en los distintos rubros de las humanidades, la política, la cultura y el deporte. Fueron semanas de intensa conversación y aquí reproducimos breves relatorías de esas conferencias, como una forma de registrar su paso y sus voces. Escribe: Daniel Robles Chian

Fotos: Sanyin Wu

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HISTORIA Y REGATAS 02

CHARLAS EN EL CRL

01

LUIS GIAMPIETRI ROJAS VICEALMIRANTE EN RETIRO

ROXANNE CHEESMAN ECONOMISTA

«LA VOCACIÓN DE MIGUEL GRAU POR LA NAVEGACIÓN MARÍTIMA Y LA DEFENSA DEL PERÚ»

«EL CRL PRESENTE EN LA GUERRA DEL PACÍFICO»

La vida de Miguel Grau fue un ejemplo de profunda pasión por el mar y por el país. Desde muy pequeño, acompañó a su padre, el militar colombiano Juan Manuel Grau Berrio, al puerto de Paita. Este trabajaba como jefe de aduana, mientras su hijo se distraía escuchando los relatos de los viejos marineros sobre las estrellas del cielo de la ciudad. El deseo de saber hasta dónde llegaban aquellas estrellas lo llevó, con tan solo nueve años, a realizar su primera expedición marítima con una tripulación. Una de sus labores fue lavar la cubierta; comía carne salada, el agua era limitada y la embarcación naufragó. Aún así, el futuro Caballero de los Mares logró regresar a Paita. Este incidente no lo alejó del mar: viajó a Hong Kong, Macao, Singapur, Panamá, New York, entre otras ciudades. Transportó desde guano y salitre hasta mano de obra desde la China. Durante su vida demostró preocupación por la defensa de la democracia y las buenas prácticas en el Perú: como miembro de la Marina apoyó al Presidente José Balta contra el intento de levantamiento de los hermanos Gutiérrez y como congresista (representando a Paita) denunció el mal estado en el que se encontraba la flota peruana. Sus últimos instantes de vida los pasó en el desigual Combate de Angamos, luchando por la soberanía del Perú. Y aún en aquellas circunstancias de guerra, el Caballero de los Mares tuvo la hidalguía de ser misericordioso con sus adversarios. El 8 de octubre es un día especial para el país: en esa fecha se fundó la Marina de Guerra del Perú y, años más tarde, Grau falleció defendiendo a su patria. La Marina hoy imita su ejemplo.

REGATAS / 90

Durante la década de 1870, Chorrillos era el balneario de moda; era el distrito al que los limeños acudían para celebrar grandes timbas y fiestas a lo largo del año. Grandes personalidades visitaban Chorrillos, entre ellos Ramón Castilla. El año 1879, sin embargo, estalló la Guerra del Pacífico y muchos peruanos no dudaron en enrolarse en el Ejército y en la Marina para defender al país. Entre ellos estuvieron los asociados del CRL. Setenta de los ciento diecinueve asociados que había entonces se alistaron y, por su coraje, se los eximió del pago de la cotización mensual. José Vicente Oyague y Soyer, entonces presidente del Club, formó parte de los cuerpos de reserva de la Décima División y tuvo la misión de resguardar la hacienda Vásquez, donde se encontraba el cuartel general del presidente Nicolás de Piérola. En ese momento, la sede del CRL era un salón alquilado del Hotel Terry. Ángel Camacho, más conocido como Víbora, era un trabajador del Club que cuidaba las instalaciones y los implementos deportivos. Cuando los chilenos ocuparon el edificio, Camacho se inmoló y dinamitó el Hotel Terry para evitar que los enemigos se llevaran el botín. Por haber realizado aquel acto heroico, se le concedió el nombramiento de Socio Honorario durante la presidencia de Julio Noriega Pazos. Debido a las consecuencias de la guerra, el año 1883 se decide disolver el Club; de los cincuenta y tres sobrevivientes solo veintinueve se encontraban en Lima y no se podía realizar el desembolso necesario para recuperar el material perdido durante la guerra. Sin embargo, gracias a la perseverancia de sus asociados, el Club vuelve a nacer en 1894. Gracias a ello, ahora podemos celebrar sus 140 años de vida.


HISTORIA Y REGATAS 04

CHARLAS EN EL CRL

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ALLAN WAGNER TIZÓN DIPLOMÁTICO «LA ACTIVIDAD SOCIAL Y LA DIPLOMACIA: ¿FRIVOLIDAD O INSTRUMENTO DE RELACIÓN?»

JOSÉ LUIS SILVA MARTINOT EX MINISTRO DE COMERCIO EXTERIOR Y TURISMO «ESTRATEGIA DE LA MARCA PERÚ»

La diplomacia es una labor que puede ser poco comprendida. Cuando el común de la gente piensa en el trabajo de un diplomático imagina cócteles, porque esa es la parte más vistosa del trabajo. Aprovechando la celebración por los 140 años de vida del Regatas, Wagner estableció una relación: el objetivo de la vida social en nuestro Club es el ocio, mientras que el de la diplomacia es el negocio. De no ser de esa manera, la vida social de un diplomático sería una simple frivolidad que el Estado no tiene por qué pagar. Esta se rige en función a los objetivos que debe cumplir la política exterior del Estado; y, en este sentido, tiene el objetivo de abrir puertas y mantenerlas abiertas. En su caso particular —en las dos ocasiones que fue Canciller— siempre ha procurado ir a las reuniones sociales con mi jefe de gabinete. Estos momentos sirven para intercambiar opiniones con otros delegados sobre temas de coyuntura nacional y mejoran el análisis sobre el país al que estás acreditado. Además permiten realizar micro despachos; es decir, pequeñas gestiones o coordinaciones que evitan tener que realizar una reunión en oficina. Lo que subyace es lograr los objetivos de tu país y esto se hace a través de acuerdos que sean beneficiosos para ambas partes. De no ser de esta manera, los acuerdos no serán duraderos y no habrá paz. Hizo además una última comparación con la vida en nuestro Club. La actividad social diplomática —así como la actividad social en el Regatas— debe regirse por valores. La diplomacia está basada en la confianza y esta, en la sinceridad. Sin ellas, no puede construirse nada duradero.

Durante su gestión, el Club de Regatas “Lima" fue nombrado como la primera institución embajadora de la Marca País. ¿Qué significaba eso? El reconocimiento de su rol a lo largo de la historia como formador de talentos deportivos. Atletas y deportistas del Club ganan más de cien torneos nacionales o internacionales al año. Los embajadores (peruanos destacados en las artes, la cultura y el deporte) ya eran los ejes para promover la identidad nacional y el turismo. Por mencionar algunos: Inés Melchor, Juan Diego Flórez, Sofía Mulanovich, Virgilio Martínez y Carlos Alcántara. Desde finales del 2010, el gobierno difunde estas potencialidades no solo para atraer más turistas, sino para desarrollar el comercio exterior y la inversión extranjera. La decisión de colocar el nombre de nuestro país como nombre de la marca no fue arbitraria. Según Silva Martinot, la palabra Perú tiene alta sonoridad, lo que permite recordarla con facilidad. Luego de una intensa campaña de publicidad, que incluyó la producción de dos grandes spots en Perú (Nebraska) y en Loreto (Italia), una encuesta señaló que ocho de cada diez peruanos conocía la Marca Perú. Pero el país tenía otro motivo para sentirse orgulloso: los productos agrícolas. La palta, la piña, el tomate silvestre –exclusivo de nuestro país-, el cashew o también llamado marañón, el maíz –tenemos el territorio con mayor variedad en el mundo-, entre otros. Dos años después, nuestra nación fue reconocida como el mejor destino culinario del mundo en los World Travel Awards.

REGATAS / 91


FILIALES Y CULTURA 06

CHARLAS EN EL CRL

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JUAN VIACAVA Y JAVIER NAVARRO DIRECTOR DE SAN ANTONIO Y DIRECTOR DE LA ESCUELA DE AMAZONAS Y CHALANES DEL CRL

JOSÉ VEGA Y LUIS ICAZA EX DIRECTORES DE LA FILIAL DE LA CANTUTA

«EL CABALLO PERUANO DE PASO»

El crecimiento de la filial La Cantuta se debe al trabajo constante y conjunto de varios directorios. En 1964, el Club cumplió ochenta y nueve años y, entonces, comenzó la búsqueda de una filial de campo. El objetivo era darles a los asociados un local para disfrutar del Club durante los meses de invierno. Tras recibir varias ofertas, se decidió adquirir un terreno de veintitrés hectáreas, en Chosica; un espacio elegido, sobre todo, por su clima templado y potencial de expansión. En este terreno había novecientos paltos, ciento cincuenta manzanos, cien perales y cincuenta higueras. A lo largo de los años, la filial ha pasado por una serie de ampliaciones. Actualmente, La Cantuta cuenta con ciento setenta y cinco hectáreas, que incluye las laderas de los cerros que delimitan la quebrada (esta área es siete veces más grande que el terreno original, comprado en 1964). La filial cuenta con diversas instalaciones, entre ellas, cincuenta y cinco bungalows, cinco piscinas, diez canchas de tenis de arcilla, cuatro canchas de paleta frontón, una cancha de básquet, dos canchas de fulbito de césped y un Skate Park. Para mantener su componente natural, la filial posee un bosque de eucaliptos con 1500 árboles; ahí se puede observar la fauna local, compuesta por pájaros, zorros y vizcachas. Además, hay ciento noventa mesas de campo a disposición de los asociados para hacer parrilladas —cincuenta de ellas cuentan con lavaderos incorporados—. Nuestra filial de campo es el fruto de una filosofía de trabajo: los directorios pueden pasar, pero La Cantuta es un espacio familiar que siempre quedará.

Javier Navarro comenzó a montar a los ocho años. Siempre quiso evitar que una esclerosis en su columna lo dejara en una silla de ruedas cuando tuviera cincuenta. Lleva más de sesenta años practicando este deporte y su pasión es tan grande que ha realizado cabalgatas desde Tumbes hasta Ica. El argentino Carlos Lecuona de Prat, criador y jinete, cambió su cría de caballos de polo por una de Caballos Peruanos de Paso. Tomó esta decisión cuando se enteró de que su hijo sufría de espina bífida e hidrocefalia. No tenía sensibilidad en los miembros inferiores del cuerpo. Él puede dar fe de los beneficios de esta afición: gracias a la equitación su hijo logró caminar. Este tipo de caballo es originario del Perú, descendiente de aquellos que fueron introducidos por los españoles durante la época colonial. A diferencia de los caballos de trote, estos no tienden a expulsar al chalán o a la amazona, más bien, lo contienen; lo cual es una ventaja para aquellos que recién se inician en el mundo de la equitación. En el CRL, la Escuela de Amazonas y Chalanes se fundó en septiembre del 2013 y, durante este tiempo, se han organizado varios eventos en el filial de San Antonio. En ellos, más de cuatrocientos asociados han podido cabalgar a través de las dunas. A pesar de su corta existencia, más de ciento diez personas ya se han matriculado en la academia y mantienen esta tradición. Por todos sus beneficios, el Caballo Peruano de Paso es un símbolo y un orgullo nacional.

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«UN PARAÍSO EN INVIERNO»


FILIALES Y CULTURA 08

CHARLAS EN EL CRL

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ÓSCAR POMAR ABOGADO «COMPROMISO CON EL DEPORTE»

MARCELA Y JOSÉ CHOCANO UNA FAMILIA EN EL DEPARTAMENTO DE ACTIVIDADES CULTURALES «VOCES DE UNA FAMILIA CULTURAL»

La filial Villa Deportiva nació por una necesidad específica: que el CRL tuviera un espacio para que sus deportistas pudieran practicar fútbol y tenis. Sin embargo, con el pasar de los años, las instalaciones han ido creciendo y, con ello, sus objetivos. Hoy es un centro polideportivo de primer nivel. Todo comenzó el año 2003, cuando el CRL acordó la compra de un terreno en el kilómetro veinte de la Panamericana Sur, propiedad del Banco Financiero. Tres años después, se inauguraron dos canchas de fútbol de grass sintético y ya existían cinco de tenis. Entonces las instalaciones aún eran bastante primitivas: no existían los vestuarios y los futbolistas tenían que bañarse con mangueras de agua. El año 2012, sin embargo, la filial entró en una nueva era: el ex entrenador de la selección peruana, Sergio Markarián, estuvo presente en la inauguración de la iluminación artificial de la cancha de grass natural. Ese mismo día, también, se inauguraba el coliseo polideportivo. Esta nueva ampliación abrió el campo para la práctica de nuevos deportes como el karate, taekwondo, vóley, baloncesto, tenis de mesa, entre otras disciplinas. Durante la gestión actual, Villa Deportiva no ha parado de crecer: se han inaugurado canchas de squash y un nuevo gimnasio. La filial ha sido sede de importantes acontecimientos; entre ellos, una clínica organizada por el Club Juventus de Italia y una exhibición del tenista español Rafael Nadal. Ha pasado más de una década desde la adquisición de Villa Deportiva. Su desarrollo ha implicado una gran inversión; sin embargo, los deportistas del Club ahora cuentan con todas las facilidades para practicar sus disciplinas a nivel profesional.

En sus dieciocho años de existencia, el Coro Pequeños Cantores y Juveniles se ha caracterizado por realizar presentaciones de primer nivel dentro y fuera del Club. La agrupación hizo su debut en 1997. Entonces presentó su repertorio a capella en la terraza de la piscina olímpica. Más adelante, el 2004, sus integrantes —niños y adolescentes de cuatro a quince años— presentaron el espectáculo Antología de la Zarzuela. Aquel fue un gran año para la agrupación, pues también realizaron una noche de villancicos junto a la agrupación Jóvenes Concertistas del Perú. Hubo varias otras presentaciones emblemáticas. El año 2010, la agrupación participó por primera vez en el Concurso de Música Nueva Acrópolis; y en el 2012, en el Festival de Coros Internacional del Centro Cultural Ccori Wasi. Actualmente, el Coro Pequeños Cantores y Juveniles cuenta con cuarenta integrantes y la edad máxima se ha ampliado hasta los veinticuatro años. El año 2014, se decidió realizar presentaciones individuales de varios de sus miembros. Un integrante destacado es Daniel Barnaby, quien se incorporó al coro a los cinco años y alcanzó el registro de soprano en el año 2006. Además, cinco tenores de la agrupación fueron invitados al décimo quinto aniversario de la fundación del Coro Polifónico del Colegio de Abogados de Lima. Actualmente, nuestro coro es dirigido por el cubano Andrés Arriaza. El maestro ha decidido separar al conjunto en dos grupos, de acuerdo a la edad y al tipo de voz. El objetivo es que, en un futuro, se pueda crear el Coro Polifónico de mayores. Además, también se proyecta la creación del Coro de Habilidades Especiales. La idea es que no existan impedimentos para formar parte de esta gran familia del Club.

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TRADICIONES PERUANAS 10

CHARLAS EN EL CRL

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LIVIO PASTORINO SUMILLER Y CATADOR DE PISCO

FEDERICO SALAZAR FILÓSOFO Y PERIODISTA

«PISCO ES PERÚ»

«EL ORDEN EN EL REGATAS Y EL DESORDEN EN EL PERÚ»

Los primeros registros sobre el pisco datan de inicios del siglo XVII. Sin embargo, la palabra existía desde mucho antes de la llegada de los españoles. En la lengua quechua, se usaba la palabra pisscu para referirse a las aves y, con los años, se comenzó a emplearla para denominar las botijas usadas por los pobladores para fermentar chicha. Desde 1548, en el Perú, ya existían plantaciones de uva que permitían la producción del aguardiente bandera. Nuestro destilado solo puede elaborarse con uvas pisqueras, que son ocho y se dividen en «aromáticas» y «no aromáticas». Las cuatro aromáticas son Italia, Torontel, Moscatel y Albilla; mientras que las no aromáticas son Quebranta, Mollar, Negra Criolla y Uvina. Las únicas zonas del mundo donde se produce este último tipo de uva —la Uvina— son los distritos de Lunahuaná, Pacarán y Zúñiga. La uva Quebranta es la que más se produce en el país, mientras la Moscatel es la que se produce en menor volumen. Existen tres tipos de pisco: el Puro, el Mosto Verde y el Acholado. El primero se obtiene de un solo tipo de uvas pisqueras; el Mosto Verde, de uvas pisqueras con fermentación interrumpida; y el Acholado, de la mezcla de distintas variedades de uvas pisqueras. Es más costoso producir un Mosto Verde que uno Puro, pues un litro del primero requiere cerca de siete kilogramos de uva, mientras que idéntica cantidad del segundo requiere el doble. En el Perú, las regiones de Lima, Moquegua, Ica, Arequipa y Tacna son las únicas zonas que cuentan con las características necesarias para producir la uva pisquera y, en consecuencia, pisco. Solo cuatrocientos ochenta y cuatro productores de estas zonas tienen el derecho a utilizar la denominación de origen.

El CRL es una institución modelo que se ha sostenido durante ciento cuarenta años gracias a las buenas prácticas de sus asociados. El respeto por las normas internas lo ha consolidado como una de las instituciones más duraderas, eficaces y eficientes de nuestro país. La antropología filosófica separa el Derecho en el orden legal —las leyes— y el orden normativo. El éxito del CRL radica en este último aspecto: posee normas creadas a partir de sistemas de valores compartidos por sus asociados. Estos son el producto de la convivencia y generan cohesión social entre sus miembros; hace que las normas se cumplan con mayor facilidad, lo que repercute en el progreso del Club. Un segundo factor que promueve la institucionalidad es que sus integrantes —al observar que la normativa genera resultados positivos— consideran conveniente mantener el respeto de estas reglas. En cambio, en instituciones donde las reglas no brindan resultados, los integrantes considerarán innecesario respetarlas. La tradición es un mecanismo que ayuda a transmitir los valores; es una fuente de poder vinculante y de estabilidad en las sociedades e instituciones. A través de este mecanismo, los valores y la cultura grupal se transmiten de padres a hijos, y se mantienen en el tiempo. La normativa interna no parte de una sola mente o autoridad, más bien, es el resultado del aporte conjunto de los asociados, quienes comparten prácticas de conducta ideal. Las actividades culturales y deportivas que promueve el Club fomentan el desarrollo de disciplinas grupales con reglas establecidas. El CRL (en su condición de club) es un orden cerrado; y el Perú, un orden abierto. En este sentido, la exitosa institucionalidad del Regatas es un ejemplo que podría ser aplicado en el orden abierto de nuestra nación.

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TOMÁS UNGER ESCRITOR Y DIVULGADOR CIENTÍFICO

CHARLAS EN EL CRL

SABERES 12

IVÁN DIBÓS MIER MIEMBRO DEL COMITÉ OLÍMPICO INTERNACIONAL (COI)

«NOCHE DE CARROS EN EL CRL» «EL ESPÍRITU DEL OLIMPISMO EN EL REGATAS "LIMA"» El primer motor de combustión interna y el primer automóvil se crearon después de la fundación del CRL. En 1876, un año después del nacimiento del Club, el alemán Nikolaus Otto inventó el motor de combustión interna que, 139 años después, aún se mantiene vigente. En 1886, el alemán Karl Friedrich Benz fabricó el primer automóvil y, un año después, John Boyd Dunlop entra en la historia al inventar el neumático inflable. Un dato para los amantes de la velocidad: el año 1899, el belga Camille Jenatzy se convirtió en el primer piloto en manejar a más de cien kilómetros por hora en un automóvil. En aquella oportunidad, logró su hazaña con un vehículo eléctrico. La primera mitad del siglo XX fue una época de gran evolución para los automóviles; de hecho, muchos de los vehículos fabricados en ese tiempo aún pueden ser útiles en la actualidad. El norteamericano Henry Ford fue el artífice de la primera gran producción en masa; entre 1908 y 1919, su compañía fabricó más de dieciocho millones de ejemplares de su modelo Ford T. Este auto tenía el acelerador en el timón y los cambios en el pie; su precio era accesible y los repuestos podían solicitarse por correo. Su influencia fue tan grande que, durante aquellos años, algunas personas usaban la palabra Ford para referirse a cualquier tipo de automóvil. El gran revolucionario del ámbito de los motores fue Henry Leland, quien aplicó su conocimiento sobre construcción de herramientas de precisión para armas. Él compró la fábrica Ford y le puso de nombre Cadillac. Actualmente, en nuestro país hay dos millones y medio de vehículos; y en el mundo, mil millones. La gran mayoría son de combustión interna; sin embargo, es muy probable que los vehículos eléctricos ocupen su lugar en el futuro.

Desde la fundación del CRL y del COI, ambas instituciones han promovido y difundido valores similares. El año 1894, el pedagogo francés Pierre de Coubertin fundó el COI con el objetivo de promover el deporte y el esfuerzo físico; dos aspectos que él consideraba fundamentales para la formación de buenos atletas y líderes dentro de la sociedad. El CRL, por su parte, nació con un objetivo afín: contribuir al desarrollo personal a través de actividades deportivas y recreativas, promoviendo el respeto a la naturaleza y las buenas relaciones con la sociedad. A lo largo de su historia, varios deportistas del Club han participado existosamente en los Juegos Olímpicos. El tirador Juan Giha fue el último peruano que obtuvo una medalla —de plata— en Barcelona 1992. Sin embargo, recientemente, varios atletas participaron en los Juegos Olímpicos de Londres 2012: los badmintonistas Claudia Rivero y Rodrigo Pacheco, los nadadores Mauricio Fiol y Sebastián Jahnsen, el remero Víctor Aspíllaga, la velerista Paloma Schmidt y el tirador Nicolás Pacheco. La clausura de una competencia olímpica es uno de los eventos más vistos y sintonizados alrededor del mundo. Los casi diez mil deportistas que están en el estadio son aplaudidos por noventa mil espectadores y son observados por cinco mil millones de personas a través de la televisión. El símbolo de los Juegos Olímpicos —los anillos de colores entrelazados— representa a los cinco continentes unidos. Ese es un mensaje en común: las piedras angulares del CRL y del COI son la confraternidad y la sana competencia.

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CHARLAS EN EL CRL

SOCIALES

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EXPO

ARTE Y MISTICISMO EN LA SELVA LA MUESTRA DE YOLANDA RAZZETO EN EL CRL La

inspiración para Y olanda R azzeto se encuentra en su propio jardín. En Tarapoto, la ciudad donde nació, solo le basta con mirar por la ventana para descifrar su próximo cuadro. La primera vez escuchó un colibrí; más tarde, papagayos. Empezó a pintar a los siete años. Sus trazos reflejaban lo que veía en las portadas de los vinilos que había en casa. Más adelante, cuando viajó a Lima para estudiar Decoración de Interiores en la Universidad Católica, también llevó clases en paralelo en la Escuela de Bellas Artes. En 1976, expuso por primera vez en el Museo de la Santa Inquisición. Después viajó a Nueva York, a inicios de los ochenta, para seguir produciendo su obra que luego expondría en la galería Revel. Luego de catorce años viviendo en Estados Unidos, se trasladó a Nagoya, en Japón, donde exhibiría cuatro muestras en

cuatro galerías distintas. Luego de esos periplos, Yolanda Razzeto decide regresar a Perú para reencontrarse con la selva. Desde el 2006 vive, de vuelta, en Tarapoto. «Había pasado de la nieve del Central Park a todo lo mágico de la selva. Hay tantas historias de duendes, de luciérnagas que son hadas... Lo que yo quería era detenerme y observar todo para luego pintarlo». La muestra que expuso en la Sala de Exposiciones del Regatas “Lima" hasta los últimos días de marzo se llamó Magia en la Selva. Casi una treintena de óleos de formato medio, entre los que destacan La reina amazónica (un hada montando un otorongo); El descanso (una sirena dormitando) y Magia en el jardín (un hada fusionada con un colibrí). Lo de Razzeto, en esta última etapa, ha sido reencontrarse con la selva de un modo profundo mediante sus creaciones de corte impresionista.

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ZARZUELA

SIMPLEMENTE ZARZUELA

EL GRUPO DEL CRL PRESENTÓ «LA ROSA DEL AZAFRÁN», «LUISA FERNANDA» Y «LAS LEANDRAS» COMO PARTE DEL PROGRAMA DE ACTIVIDADES POR EL ANIVERSARIO DEL CLUB. Bajo

la dirección de Caridad Herrera, y con la coordinación de Laura Rey de Ugarte, el grupo de Zarzuela del Club de Regatas “Lima” se presentó en el Auditorio del Club durante las noches del viernes 17 y sábado 18 de abril. Para esta ocasión, acompañados como siempre por el pianista Alexis Alvarado, los integrantes regalaron un espectáculo de Antología para todos los asistentes: La Rosa del Azafrán, Luisa Fernanda y Las Leandras. Tres obras distintas caracterizadas por los momentos instrumentales, los de canto y los diálogos que realizan los intérpretes –además de los vestuarios típicos de la época española–, sello distintivo del género. Las sopranos fueron Adriana Arce, María Luisa Barúa, Norma Barúa, Liliana Choza, Nina Miranda, Coty Raspa y Judith Rojas. Por otro lado, en el grupo de los contraltos, estuvieron María Inés Calle, María Luisa Padilla, Laura Rey y Benny Vegas. El grupo de tenores estuvo conformado por Néstor Pinillos, Gen Tulumba, Domingo Salaverry Martínez y Domingo Salaverry Rubio; mientras que los bajos fueron Eduardo Borra, Mario Castro, Federico Cáceres y Carlos Herrera.

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Las mujeres de la obra.

Fernando y Adriana Esparza, Jorge Días y Rosario Castillo

Román Echavarría y Ada Cedrón

Nancy Schiefer, Patricia Santillana y Katherina Schiefer


Cecilia Brain

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TEATRO

Foto: PUCP

VOCES DEL SOL MITAYI FUE EL CONCIERTO QUE REUNIÓ A UN GRUPO DE PEQUEÑOS CORISTAS EN EL GRAN TEATRO NACIONAL. QUINCE JÓVENES DEL REGATAS ESTUVIERON ALLÍ, EN EL ESCENARIO. La

noche del sábado 11 de abril, en el Gran Teatro Nacional, la Pontificia Universidad Católica del Perú presentó mitayi. la caza del venado, que también es el disco de música peruana, cantado e interpretada por niños, adolescentes y jóvenes del Coro Voces del Sol. Dicha agrupación contó con quince coristas del Regatas, todos bajo la atenta tutela de la directora coral, Claudia Rheineck. Esta agrupación, embajadora oficial de la Marca Perú y respaldada por el Ministerio de Cultura, participó el año pasado en el Festival Internacional Iguazú en Concierto; se ha presentado dentro del marco de las conferencias medioambientales de la COP 20; y formó parte de una serie de conciertos que la Sociedad Filarmónica de Lima organizó durante la temporada 2013. En el espectáculo también participaron dos buenos Luchos. Nos referimos a los destacados músicos nacionales Lucho Quequezana y Lucho González, guitarrista de la cantante nacional Chabuca Granda. Ellos acompañaron a los jóvenes coristas para crear una fusión de estilo clásico/popular dentro del repertorio nacional. De esa manera, las voces del coro se complementaron con los ritmos instrumentales de González y Quequezana. Entre los integrantes del coro estuvieron los siguientes asociados del Club: Camila Abram, Almudena Díaz, María José Aramburú, Drazen Balarín, Rodrigo Barbosa, Andrea y Vanessa Blume, Rodolfo Botteri, Paula Drassinower, Gilliane Fort, Francesca Ghio, Lucía Rheineck, Alejandro Aramburú, Catalina Del Busto e Inés Pareja.

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LIBRO

MEMORIA DEL CIELO SE PRESENTÓ EL LIBRO HELICÓPTEROS EN EL CIELO DE QUIÑONES La noche del miércoles 18 de marzo, el Salón Regatas estuvo repleto. Además de contar con la presencia de varios asociados, se recibió a un grupo de invitados de lujo: los miembros del Grupo Aéreo N°3. El motivo de la reunión era la publicación del libro del General Mario Muñiz Ortega, Helicópteros sobre el cielo de Quiñones. Cusqueño de nacimiento, Muñiz fue Jefe del Estado Mayor de dicho grupo. Desde hace más de cuatro décadas, esta asociación se encarga de las operaciones de búsqueda y rescate (SAR) en territorio nacional y, desde hace diez años, en distintos puntos de Latinoamérica. El libro narra una serie de anécdotas que buscan crear conciencia sobre la importancia de sus helicópteros en la historia del país y de la Fuerza Aérea Nacional. La presentación contó con introducciones del ingeniero Juan Inchaustegui, el cineasta Federico García Hurtado y el periodista Gilberto Muñiz. Cada uno, desde su propia experiencia, contó su relación con el autor y leyeron extractos del libro. Cerca del final, el vicepresidente del Instituto Americano de Arte, Danilo Guevara, agradeció al autor, quien recibió los aplausos del público.

SUSPENSIÓN ASAMBLEA GENERAL EXTRAORDINARIA El Consejo Directivo informa a los señores asociados la suspensión de la convocatoria de la Asamblea General Extraordinaria para los días sábado 25 y domingo 26 de abril de 2015, en relación a la designación como asociados honorarios de los ex-Presidentes hasta una nueva fecha. Por otro lado, el Consejo Directivo informa a los señores asociados que la Asamblea General Ordinaria de Asociados siempre se realizará el domingo 26 de abril de 2015, conforme a los términos de su convocatoria.

Chorrillos, abril de 2015

PRESIDENTE DEL CONSEJO DIRECTIVO

SECRETARIO DEL CONSEJO DIRECTIVO


FIESTA

UNA FIESTA POR LOS 140 AÑOS EL CLUB DE REGATAS “LIMA” CELEBRÓ UN NUEVO ANIVERSARIO Y LO HIZO A LO GRANDE Más de mil quinientos asociados se dieron cita la noche del sábado 11 de abril para ser parte de la fiesta más importante de este 2015. El Club de Regatas “Lima” festejaba sus 140 años de vida institucional. Los asistentes comenzaron a llegar a la Terraza 1 desde las diez de la noche para ir ocupando, una a una, las mesas reservadas, esperando la gran velada que inició con un divertido flashmob, protagonizado por los mismos asociados del Club y la animación de las hermanas Fiorella y Bárbara Cayo. Así fue calentándose el ambiente, que llegó a su punto máximo cuando apareció Jerry Rivera sobre el escenario. El reconocido salsero con cara de niño dio inicio a su espectáculo a la una de la madrugada e hizo bailar a todos los asistentes con lo mejor de su repertorio, donde no pudieron faltar temas como Ese, Día y noche pienso en ella, Mi libertad y Dame un beso.

REGATAS / 102

Pamela Sánchez y Pablo Cueto

Dos momentos del flashmob inaugural por el aniversario.


María Fernanda Suárez, Ana Paula Arce y Mariana Antúnez

Nicole Metuaze y Gabriela Kemish

Catherina Romero, Romina Escudero y María José Canales

Pia De La Torre, Milagros García y Carla Terrones

Francisco Pastor, Milagros Perochena, Denise de Rutte y César Pastor

Cinthia Guerrero y Úrsula de Olazabal


FIESTA

Hora Loca de Motorola

Carmen Yuli y Jaime Ortiz

Stefanie Zalaya y Óscar Nuñez

Patricia Conterno y Galantino Gallo

Alejandro Tudela y Rocío de Tudela

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MEMBRESÍA ASOCIADOS FALLECIDOS Carlos Chueca Sotomayor Guillermo Roberto Revilla Salleres René Agustín Figari Fort Raquel Schwartzmann Vda. de Guerra Alicia Zevallos Vda. de Ramírez Gastón Irma Vega Vda. de Vega-Peña

Godfrey José Hemmerde Clarke Manuel Bachmann Alfaro José Ignacio De La Riva Díaz Fernando Enrique Viale Ballón Benno Wilde Rolle James Mc Donald Checa

Miguel Agustín Merino Tapia Jorge Gustavo Alba De La Torre Bueno Primo Augusto Robles Ramírez Margarita Rivadeneyra Vda. de Figallo Gloria Esperanza Espinoza Vda. de Indacochea Estenio Pinzas Gallardo

Juan Cristóbal Rosas Figueroa Rafaela Ludowieg Vda. de Dammert Luis César Valdivia Espinosa

Susana Dolores Castro Vda. de Carbajal María Teresa Melgar Vda. de Gallo Jessica Vivar Vda. de Serra Katherine Claudia Schiefer Vda. de Garland

Lucía Ema Ortega Vda. de Villanueva Daisy Roach Tillmanns Vda. de Rubio Dolores Zoeger Vda. de Carneiro Manuela Concepción Dongo Vda. de Bedoya

María Teresa Scerpella Vda. de De La Riva

Carlos Fernando Schwalb Tola Beatriz Braschi Vda. de Barreda Alfredo Juan García-Corrochano Miller Ernesto Justo Maldonado María Teresa Porras Vda. de Malatesta Gladys Simon Vda. de Musiris Alfredo Manuel García Goicochea

Ricardo Rodríguez Quintas Seoane Javier Rizo Patrón Cabello Alejandro Moises Reyes Naturalich Carlos Santiago Félix Payet Meza René Medina Zuleta Antonio Martínez Sánchez Juan Natalio Chiappe Corigliano

Washington Alfredo Galdós Jiménez Arturo Ricardo Sulopulos Valdivia Arnaldo Ricardo Muñoz Rodríguez La Rosa María Laura Josefina Ramírez Vda. de Portal

Mario Jorge Guzmán Wilcox María Elena Gambetta Vda. de León Hugo Humberto Hesse Ramírez Edgardo Darío Flórez Pineda Julián José Marcos Carrión Canessa

María Emperatriz Villafuerte Vda. de Field Francisco Protto Alcerreca Fernando Ignacio Ezeta Tirado Jaime Vicente Pinillos Bovais Juan Enrique Pendavis Perales

Gustavo Antonio Arana Holder Pedro Rolando La Rosa Velarde Álvarez

María Belén Alcorta Dulanto José Miguel Almenara Cueto Daniela Apestegui Vidal Alessandra Araneta Benavides María Pía Arévalo Trillo Gabriel Barreto Bentin Andrea Benavides Watmough Esteban Boza Dibós Andrea Alessandra Briceño Bernedo Daniela Roxana Cabrera Chávez Fernández Claudia Inés Changanaqui Arriola Diego Eduardo Coronado García Rodrigo Francisco Corzo Chávez Denisse Darc Gómez Antonio De Los Rios O’niell Valerie De Rutte Dalmau Francesca Di Gianvito Campodónico Stefano G. Di Gianvito Campodónico

Matías Andrés Echecopar Vázquez Andrea Fiorella Edery Mannarelli Antonella Giannina Edery Mannarelli Sergio Ferreyros Matuk Arianna Fontanella Rivero Giancarlo Gazzo Goicochea Andre Gabriele Genit Hemmerde Aida Lucia Hamann Amezaga Tamara María Infante Perales Fabrizio Andrés Jeri Elcorobarrutia Carolina Gladys Pilar Lazo Paredes Andrea León Barandiaran Sanchez Mitzi Geraldini Lizarzaburu Petrozzi Lorenzo Llosa Bellido Janice Luna Victoria Viale Andrea Luque Barrantes Jimena Málaga Bekich Luis Rodrigo Málaga Suero

Juan Carlos Manrique Landavere Daniela Patricia Martens García Jorge Carlos Maurer Tubino Paula Mejía Gensollen Mauricio Mendieta Canessa María Del Pilar Miranda Granda Alejandro Moral La Torre Luciana Moreno Pérez Maite Arantxa Navarro Luna Aldo Fabrizio Nosiglia Gómez Daniela Del Carmen Novoa Castañeda Julio Cesar Ornano Massa Tomas Orrego Gianella Renzo Alfredo Paino Díaz Ariana Palacios Chávez Taffur Andrea Pardo Moore Claudia Valeria Pérez Reyes Silva Daniela Pirina Pérez Reyes Silva

Mario Alonso Rangel Hurtado Ema Rizo Patrón Minaya André Marcel Robilliard Escobal Nicolás Juan Salazar Chirinos Lucila Teresa Martina Salazar Jakob Carlos Andrés Sánchez Enrico Ariana Caridad Santillana Morales Fernando Andrés Sayán Cárdenas Ítalo José Sayán Rodríguez Alfonso José Schwalb Freire Pamela Torres Alva Fiorella Alessandra Ugaz Poblete Grecia Camila Ugaz Poblete Aldo Augusto Valle Ibáñez María Gracia Zapata Hermosa Valeria Zegarra Chaparro

NIETOS DE ASOCIADOS

AJENO

Brunela Mariana Esposito Luna Juan Pablo Rivero Misaglia Cynthia Fiorella Suazo Costa Luis Daniel Villa Morales

Sandro Agustín Cogorno Falcone Manuel Antonio Cubas Baglietto Renzo A. Dongo López De Castilla Flor De María Fernández Combe

VIUDAS DE ASOCIADO Cecilia Madueño Vda. de Dibós Ida Matteucci Vda. de Chiappina Jeanette Teresa Montauban Vda. de Figari Mary Gladys O'Neill Vda. de Schreier

ASOCIADOS VITALICIOS Hortensia Marcela Rivera Vda. de Espinosa Óscar Weiss Borda Herrmann Hamann Carrillo Geri Ciabatti Salocchi Bertha Consuelo Noriega Vda. de Jenkel Rafael Isidro Briceño Arata José Ernesto Bustamante Mazzini

ASOCIADOS PREVITALICIOS José Antonio Arróspide del Busto Carlos Alfonso Ugas Delgado Teófilo Humberto Barrios Vásquez Hernando Enrique Ugarteche Crosby Alfonso Manuel de los Ríos de Romaña

HIJOS DE ASOCIADOS

Iván Andrés Gandolfo Muic Circe Cecilia Lora Coroando Hernando Montoya Urbina Renato Vladimir Rivera García

John Edwin Tamayo Ortega Víctor Federico Tarazona González

REGATAS / 105


GRUPOS

Roberto Camino

Miguel Dammert

Jorge Velaochaga

Fernando Cortez, Javier Noriega, Luis Noriega, Roberto Camino, Joao Da Silva y Beto Noriega.

EMULANDO AL PRÓCER A las seis de la mañana, cuando el día comenzaba a

Luis Noriega Hoses

asomarse por la playa Pescadores de Chorrillos, treinta y cuatro nadadores ya se preparaban para ingresar al mar y dar inicio a la octavza edición de la Ruta Olaya, la competencia más larga y dura de las pruebas de aguas abiertas en el Perú. Una travesía de nado que bien puede durar cinco horas con veintiún minutos –como lo hizo el ganador– o nueve horas con cuarenta minutos. Entre los inscritos, diez asociados del Regatas “Lima", nadadores de toda la vida, se habían preparado durante casi un año para emular la trayectoria que realizó el héroe nacional José Olaya. «Eran 23 kilómetros los que se debían recorrer hasta la playa Cantolao, en el Callao. Es un reto bien exigente, tanto en lo mental como en lo físico, que implica mucho entrenamiento previo y mucho esfuerzo en el momento de la competencia. Luis Felipe Cornejo

REGATAS / 106

Germán Rodríguez

DIEZ ASOCIADOS DEL CLUB PARTICIPARON EN LA RUTA DE OLAYA

Hay mucho sufrimiento, pero también hay una satisfacción indescriptible cuando ves la llegada», comentó Roberto Camino, coordinador del grupo de nadadores Master del CRL. Camino, de cuarenta y un años, participó por primera vez y logró finalizar la travesía en el cuarto lugar de la categoría Sin Aletas (seis horas y cuarenta y nueve minutos). Entre otros resultados, en su tercera edición nadando junto a su padre, Javier Noriega, de 31 años, obtuvo el tercer lugar de la línea general y la primera posición en la categoría con aletas. El resto de valerosos participantes de esta travesía fueron Miguel Dammert, Luis Noriega, junto a sus hijos Luis y Javier, Germán Rodríguez, Fernando Cortez, Jorge Velaochaga, Luis Felipe Cornejo, Roberto Camino y Ricardo Bustamante. Javier Noriega




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