Capturas-José Alberto Hernández

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Capturas : José Alberto Hernández – Primera edición -- San José, Costa Rica : Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, 2018. 68 páginas : fotografías ; 21 x 14 cm ISBN 978-9930-9646-1-3 1.Museo de Arte y Diseño Contemporáneo Catálogos. 2. Hernández, José Alberto - Trabajos fotográficos I. Título. SINABI/UT

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Esta publicación fue realizada para la exposición CAPTURAS de José Alberto Hernández, la cual tuvo lugar del 26 de mayo al 21 de agosto de 2016 en las salas ubicadas en los antiguos calabozos del Cuartel Bellavista. Fue posible gracias a una alianza de coproducción entre el Museo Nacional de Costa Rica y el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC). Por esta exposición Hernández fue reconocido en el 2017 con el Premio Nacional de Artes Visuales Francisco Amighetti 2016. Dirección MADC: Fiorella Resenterra Dirección Museo Nacional: Rocío Fernández de Ulibarri Curaduría: Adriana Collado-Chaves

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ÍNDICE 7

Presentación Rocío Fernández de Ulibarri Directora del Museo Nacional de Costa Rica

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Presentación Fiorella Resenterra Directora del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo

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Capturas Adriana Collado-Chaves Curadora del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo

16 Inventario 32 R.I.P. 42 Gráfica de encierro 53 Capturas: lo documental y lo inasible

Ernesto Calvo

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¿Para quién es la justicia? Sobre las Capturas de José Alberto Hernández Roberto Guerrero

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Capturas José Alberto Hernández

66 Curriculum del artista

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Como parte de su vocación de ser un museo relevante y actual, y con un impacto que vaya más allá de su mandato patrimonial, el Museo Nacional de Costa Rica decidió, en el año 2015, abrir sus salas de exposiciones temporales a creadores visuales contemporáneos, consciente de que entre las prácticas artísticas de hoy está la desarticulación de todo tipo de relatos socialmente establecidos, para luego proponer la construcción de nuevas formas de ver e interpretar la realidad. El ímpetu para cuestionar lo que simplemente está establecido por convención y para imaginar lo que aún no ha sido siquiera soñado por otros, es una característica de los verdaderos creadores. Pero solo cuando sus aportes saltan al dominio público, la creatividad adquiere un carácter transformador. Artistas como José Alberto Hernández, al exhibir su obra, nos ofrecen la posibilidad de modificar, mediante la confrontación con nuevas lecturas, nuestra comprensión sobre el pasado y el presente. Desde esta perspectiva el arte abre nuevas rutas en nuestras mentes, por donde se filtran, poco a poco, conocimientos, percepciones y tradiciones nuevas. El Museo Nacional de Costa Rica está decidido a que el público que nos visita viva experiencias lúdicas y de aprendizaje que lo sumerjan en la historia costarricense y promuevan el aprecio de su patrimonio cultural y natural, pero que también lo confronten con abordajes innovadores del entorno mediante nuevas miradas artísticas. Esta exposición cumple a cabalidad con tal propósito. La obra de Hernández despierta las memorias de los calabozos del antiguo cuartel que hoy es nuestra sede, al tiempo que nos invita a reflexionar acerca de cuánto han cambiado o no nuestras ideas respecto a la justicia, la ley y el orden.

Rocío Fernández de Ulibarri Directora del Museo Nacional de Costa Rica

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Por más de una década, el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) ha respaldado al artista José Alberto Hernández en el desarrollo de una larga investigación plástica y teórica, en torno a los límites y posibilidades de la fotografía para representar las distintas etapas del tránsito entre vivir y morir. La fotografía interviene ante el máximo dilema existencial del ser humano para oponerse a la completa desaparición de lo que es; eternizando objetos, lugares y seres en una segunda vida revelada en papel. Dos de las series que se mostraron en el Museo Nacional de Costa Rica se exhibieron por primera vez en las salas del MADC y la última surgió también al amparo nuestro. Celebro que el MADC esté acompañando una vez más al artista en esta nueva exploración. El interés del MADC y del Museo Nacional de Costa Rica por trabajar juntos ha dado origen a una muestra inédita, porque las series que se presentan en esta exposición solo han sido vistas por separado y no es sino hasta ahora que tendremos la oportunidad de tener una mirada global del conjunto; por tanto, se trata de una nueva lectura de toda la obra en exposición. Este tipo de resultados es justo lo que perseguimos cuando trabajamos dándonos la mano entre instituciones: cruzar los límites de nuestro conocimiento especializado para ofrecer al público nuevas experiencias de interpretación y aprendizaje basadas en la interdisciplinariedad. Así, proyectos como este no sólo redundan en una maximización de recursos institucionales sino en la creación de espacios de convergencia destinados a enriquecer la perspectiva de los visitantes.

Fiorella Resenterra Directora, Museo de Arte y Diseño Contemporáneo

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CAPTURAS He aquí al menos cinco capturas: la de las armas, la de la información aportada por el retrato de un detenido y expedientes judiciales, la de un instante en la vida de una persona privada de libertad, la de tantas memorias de los calabozos de un antiguo cuartel y la del tiempo apresado en la imagen. Es de este modo que la acción de capturar sintetiza la hermandad y complicidad histórica entre la fotografía y la justicia, tema ampliamente estudiado por el artista José Alberto Hernández y que se constituye en eje central de esta exposición. Desde su nacimiento la fotografía fue adoptada como un instrumento al servicio de la ley porque se creía que ella lograba reflejar la realidad de manera imparcial. Pronto la policía tuvo entre sus manos una nueva arma para combatir el crimen, una que también permitía “tener un objetivo en la mira”, “disparar”, “capturar” y “revelar” la “verdad” de los hechos. Sea por esta u otra razón, lo cierto es que desde sus inicios, la fotografía y el manejo de armamento compartan un lenguaje común. No pasaría mucho tiempo para que la sociedad decimonónica admitiera legalmente que la fotografía también podía ser arte, reconociendo tácitamente que la máquina fotográfica era manipulada de acuerdo al criterio y selección de un ser humano. Así que, en concordancia con sus fundamentos, la fotografía policial y la fotografía con fines artísticos, siguieron caminos diferenciados. En esta exposición José Alberto Hernández explora las fronteras entre el uso de la fotografía con fines judiciales y el uso de la fotografía para desarrollar un ensayo desde las disertaciones del arte, sobre los objetos, los sujetos y los contextos asociados a la comisión y penalización del crimen. Confluyen por primera vez en una misma exposición tres “capítulos” de una historia más amplia que el artista lleva varios años desarrollando. Cada “capítulo” es asimilable como una serie fotográfica cuyo hilo común es el dilema entre la vida y la muerte, la dualidad y fragilidad humana, y la duda de si la fotografía es capaz o no de representarlo. La idea del diálogo establece los tres pilares lógicos sobre los que se construye la muestra. El primero supone la reunión de tres colecciones fotográficas en un mismo espacio, creando interacciones dramáticas entre ellas. El segundo se refiere a la inserción de las fotografías en estas habitaciones que en el pasado fueron usadas por el ejército costarricense para vigilar armas y municiones, soldados en entrenamiento y presos políticos, pero ante todo para custodiar la ciudad.

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Este es el antiguo Cuartel Bellavista, escenario de múltiples sucesos épicos incluidos los de 1948 y 1949 y sitio emblemático del acto mediante el cual de un golpe se abolió el ejército y el cuartel se transformó en sede del Museo Nacional. Finalmente el diálogo refiere a la evolución del trabajo investigativo que llevó al artista a ser el facilitador-propiciador, pero no el autor de una de las series de fotografías, cediendo así la hegemonía de su mirada de fotógrafo ante un concierto de otras miradas, las de varias personas privadas de libertad que nos muestran “instantes” dentro de un centro penal. En esta exposición José Alberto Hernández decodifica el lenguaje de la fotografía judicial y lo utiliza para fines filosóficos y artísticos. Su trabajo no aspira a crear imágenes “objetivas o neutrales”, ni a usar la cámara para conseguir evidencias, pruebas o testimonios de la verdad. En cambio, su proceso creativo propicia que la fotografía se convierta en un lenguaje con el poder de abrir nuestra percepción del mundo y de la naturaleza humana a múltiples interpretaciones, haciendo de la libertad de expresión una herramienta que posibilita continuamente el debate para repensarnos desde el arte.

Adriana Collado-Chaves Curadora MADC

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Inventario 17


Inventario (2005-2007) Caùón. Subametralladora, marca Colt Decomiso SF. / Poder Judicial Ilford ASA3200 b/n sobre Kodak Endura Metallic Paper 100 x 150 cm

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Inventario (2005-2007) Revolver Marca Hi Standard, Sentinel R-102, Calibre 22 LR, No 11862454 Lesiones mortales / 2 de marzo 1988. AlcaldĂ­a de Coto Brus / Poder Judicial Ilford ASA3200 b/n sobre Kodak Endura Metallic Paper 100 x 150 cm

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Inventario (2005-2007) Puñal con empuñadura color negro, 9 cm de longitud, 2 cm de ancho y 1cm de espesor. Homicidio. 09 de noviembre de 1999 Juzgado penal de San Carlos / Poder Judicial Ilford ASA3200 b/n sobre Kodak Endura Metallic Paper Tríptico 150 x 300 cm

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Inventario (2005-2007) Puñal Marca Mundial-Brazil Juzgado de instrucción Tibás y la Uruca / Poder Judicial Ilford ASA3200 b/n sobre Kodak Endura Metallic Paper Díptico 100 x 150 cm c/u

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Inventario (2005-2007) Revolver Calibre 32, Marca Long Ont, serie 415683 Averiguar Muerte. 7 de enero 1994 Juzgado InstrucciĂłn de Liberia / Poder Judicial Ilford ASA3200 b/n sobre Kodak Endura Metallic Paper PolĂ­ptico 100 x 225 cm


Inventario (2005-2007) Cuchillo Stainless Homicidio. 22 de octubre de 1993 Tribunal Superior Primero Penal / Poder Judicial Ilford ASA3200 b/n sobre Kodak Endura Metallic Paper PolĂ­ptico 100 x 225 cm

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Inventario (2005-2007) Ficha objetos. Homicidio Juzgado de instrucciรณn Tibรกs y la Uruca / Poder Judicial Ilford ASA3200 b/n sobre Kodak Endura Metallic Paper 100 x 150 cm

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Inventario (2005-2007) Navaja y cuchillos.Homicidio. 16 de Noviembre de 2003 / Poder Judicial Ilford ASA3200 b/n sobre Kodak Endura Metallic Paper DĂ­ptico 150 x 205 cm

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Inventario (2005-2007) Casquillos calibre 38 Homicidio calificado y robo agravado 14 de junio 1999 / Poder Judicial Ilford ASA3200 b/n sobre Kodak Endura Metallic Paper

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DĂ­ptico 150 x 200 cm


Inventario (2005-2007) Conjunto. Subametralladora Uzi, de fabricaciĂłn belga sin modelo ni serie visibles. Revolver marca Colts, calibre 357. Magnum, modelo Python, aparente serie 68698, gorra negra, walkie-talkie Motorola y una granada de mano 7.75 Co. Homicidio Calificado, robo agravado y otros / 03 de enero 1995 Juzgado de instrucciĂłn de Pavas/ Poder Judicial Ilford ASA3200 b/n sobre Kodak Endura Metallic Paper DĂ­ptico 100 x 300 cm

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Inventario (2005-2007) Casquillos y balas. Calibre 22. Lesiones mortales / 2 de marzo 1988 AlcaldĂ­a de Coto Brus / Poder Judicial Ilford ASA3200 b/n sobre Kodak Endura Metallic Paper 100 x 150 cm

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Inventario (2005-2007) Punta de Cuchillo. Homicidio. 22 de diciembre de 2002. Tribunal Superior Primero Penal / Poder Judicial llford ASA3200 b/n sobre Kodak Endura Metallic Paper 100 x 150 cm

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Inventario (2005-2007) Fusil M16, Calibre 5,56 mm Decomiso SF. / Poder Judicial Ilford ASA3200 b/n sobre Kodak Endura Metallic Paper DĂ­ptico 100 x 300 cm


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R.I.P.

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R.I.P. -Retratos Inconclusos Policiales- (2005-2011) J.C.A. (44) – 13 arrestos desde el 2004Kodak color Gold Max 400ASA sobre Kodak Endura Metallic Paper 100 x 150 cm

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R.I.P. -Retratos Inconclusos Policiales- (2005-2010) M.O.R. (29) -15 arrestos desde el 2003Kodak color Gold Max 400ASA sobre Kodak Endura Metallic Paper 88 x 120 cm

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R.I.P. -Retratos Inconclusos Policiales- (2005-2011) R.M.C. (38) -15 detenciones desde el 2002Kodak color Gold Max 400ASA sobre Kodak Endura Metallic Paper. 100 x 150 cm

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R.I.P. -Retratos Inconclusos Policiales- (2005-2011) F.A.D. (58) – 11 arrestos desde el 2005Kodak color Gold Max 400ASA sobre Kodak Endura Metallic Paper 100 x 150 cm

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R. I.P. -Retratos Inconclusos Policiales- (2005-2011) F. M.A. (35) - 8 arrestos desde el 2002Kodak color Gold Max 400ASA sobre Kodak Endura Metallic Paper 100 x 150 cm

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R.I.P. -Retratos Inconclusos Policiales- (2005-2011) K.J.C. (28) -11 arrestos desde 2002PelĂ­cula Kodak color Gold Max 400ASA sobre Kodak Endura Metallic Paper 100 x 150 cm

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R.I.P. -Retratos Inconclusos Policiales- (2005-2011) G.S.C. (34) -12 arrestos desde 2003PelĂ­cula Kodak color Gold Max 400ASA sobre Kodak Endura Metallic Paper

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100 x 150 cm



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Grรกfica de encierro

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Gráfica de Encierro (2011-2016) Taller de fotografía en centro penal Fotografía tomada por los internos durante el taller Participantes: J.M. / A.O. / G.D. / J.M. / J.D. Sublimación. Película 800ASA sobre placas de aluminio Chromaluxe 20.3 x 25.5 cm

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Capturas: lo documental y lo inasible Siempre me ha llamado la atención el contrapunto que el fotógrafo y diseñador José Alberto Hernández ha ofrecido entre sus propuestas gráficas, casi siempre alegres, coloridas, lúdicas, refrescantes, y su obra fotográfica, intensa, angustiante, por momentos depresiva, vinculada a temas que van de la morgue y la muerte, a los espacios hospitalarios y carcelarios. En su exposición Capturas, el fotógrafo José Alberto Hernández ha decidido poner a dialogar tres series interconectadas (Inventario, R.I.P.-Retratos Inconclusos Policiales-, Gráfica de Encierro), como parte de una investigación que ha realizado desde 2005, sobre temáticas que se acercan a los documentos judiciales, las armas, el retrato y en general el entorno carcelario. El espacio donde ha puesto a interactuar estas tres series fotográficas no ha podido ser más propicio, no solo a nivel museográfico, sino en sus connotaciones metafóricas: los calabozos del antiguo cuartel Bella Vista -hoy Museo Nacional- donde resuenan aún, entre su laberíntico recorrido, sus desdibujados grafitis, sus habitaciones diminutas y su humedad, algunos de los lejanos ecos de lo que se vivió en un pasado. Quizás por eso, las fotos en ese entorno ex-carcelario, ganaron en intensidades y lecturas, que es imposible de lograr en los espacios asépticos de un museo convencional. Por otro lado, tanto en Inventario como en R.I.P. –Retratos Inconclusos Policiales- y Gráfica de Encierro, hay una engañosa condición de “lo documental” dentro de la fotografía; archivos judiciales, armas decomisadas, retratos policiales y fotos realizadas por los reclusos, son de alguna manera “apropiadas” por el investigador-fotógrafo José Alberto Hernández, que las interviene y transforma: desde los detalles de las actas y los fragmentos de las armas, a la difuminación de los rostros retratados o las pequeñas imágenes de reclusos. Así, lo que se cuestiona en esta exposición es el estatus mismo de la fotografía como posibilidad de archivo neutro y documento fidedigno, o al menos la ingenuidad de pensar que esas imágenes nos permiten conocer la “realidad” de esos crímenes cometidos y su documentación veraz a partir de ellas mismas. En ese sentido, cada vez que me acerco a la investigación de este fotógrafo, no puedo dejar de pensar en el modo en que Michel Foucault elaboró sus agudas reflexiones sobre los vínculos entre delito, castigo y aislamiento en el régimen jurídico moderno (Vigilar y Castigar); pero

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también, en la manera en que tanto Foucault (La arqueología del saber) como Roland Barthes (La cámara lúcida), desde perspectivas diferentes aunque en sorprendente sintonía, advertían sobre la necesidad de poner en entredicho y cuestionar nuestra racional fe en los documentos, los archivos y la fotografía como objetivas fuentes de “verdad”. Así, lo que parecen proponer estos tres momentos fotográficos interconectados de José Alberto Hernández, es llevar a planos especulares lo que, de hecho, es ya una difusa “realidad”, suspendida en el tiempo y confinada en el espacio: la cárcel. Para ello, explota los dispositivos técnicos y expresivos que le ofrece lo fotográfico, sobre todo aquel que potencia lo fortuito y lo accidental, pero también lo buscado y lo manipulado como parte esencial de sus intencionalidades y significaciones: desde la ampliación abstracta a la fragmentación de la representación, del preciosismo del blanco y negro o la explotación del grano, a la sobreexposición y el velado de la película vencida, de la precisión profesional en la toma de un arma y su escenografía recreada in situ, a la espontaneidad técnica y vital en la toma aficionada de un preso. Ahora bien, lo que más me llamó la atención en las interacciones entre archivo, documento y ficción de estas series fotográficas en esos antiguos recintos carcelarios, fueron justamente esas pequeñas “capturas” fotográficas de los presos semi-anónimos (solo podemos intuir sus nombres por sus iniciales), que expone el fotógrafo en un sutil gesto de reconocimiento y visibilización de esas personas e imágenes. Ese “dar la voz”, en ningún momento apela a la explotación efectista de esos espacios y los sujetos en las difíciles condiciones que lo habitan, sino que más bien prioriza los cotidianos y pequeños detalles que captaron sus protagonistas-fotógrafos: desde una cama tendida a un techo que ofrece luz, de un viejo televisor a un desdibujado grafiti, de las abstractas rejas en una ventana a un árbol talado, o unas flores. Es en ese gesto de ceder la cámara -y la autoría- al “otro”, de convertir a esos presos en hacedores de imágenes en sus propios espacios vitales de confinamiento, de proponernos a través de un montaje poco convencional que hagamos un esfuerzo por detenernos a mirarlas y procesar las implicaciones de lo que vemos, es donde se hace evidente el modo en que el fotógrafo establece su empatía y compromiso con los temas que aborda. Una conexión y cercanía asumidas en medio de esas resbaladizas fronteras -estéticas y éticas- de la fotografía, donde colisionan lo documental y lo ficcional, lo poético y lo humano; donde podríamos cuestionarnos, además, cómo nos apropiamos de esas imágenes y reconocemos sus evidencias y veladuras, sus ambiguedades y paradojas.

Ernesto Calvo

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¿PARA QUIÉN ES LA JUSTICIA? Sobre las Capturas de José Alberto Hernández “Entonces sin esconder nada declaré toda la historia de mi crimen. Me dijeron que lo escribiera, y lo escribí; ahora que he dado a conocer toda mi monstruosidad, y que todas las explicaciones de mi crimen están escritas, espero la suerte que me esta destinada, (…) lo acepto como expiación de mis faltas; si pudiera ver revivir a las infortunadas víctimas de mi crueldad, si para ello bastara sufrir todos los suplicios posibles; pero no, es inútil, nada más puedo hacer que seguir su mismo camino; así espero la pena que merezco y el día que pondrá fin a todos mis remordimientos.”1

El testimonio anterior data de julio de 1835; es de un condenado, Pierre Riviere quien escribe sus memorias en una cárcel de Francia. Michel Foucault lo recoge e integra con documentos del proceso penal de un muchacho de 20 años de edad que asesina a miembros de su familia. Foucault publica un dossier que permite conocer cómo los archivos permiten analizar las voces-verdades de lo institucional y sus aparatos –principalmente lo jurídico y médico–, lo social –la visión y declaraciones infundadas, estereotipadas y parcializadas de los otros– y lo personal –el discurso de “un criminal”–; para entender cómo los mecanismos de acción de las relaciones de poder-saber y los enfrentamientos y trasposiciones de discursos se integran en un orden político y estratégico. En este orden, el punto de partida de la Justicia, siguiendo a Foucault, es “la asimilación y apropiación cultural” del hecho delictivo según la lógica de desplazamiento del hecho al texto y hacia la memoria. A partir del hechoinfracción se traducen sus signos a la lógica de pensamiento de una institución, cuyos deberes son el castigo de todo aquello que contravenga a la Norma y la inserción de éste en la memoria colectiva.2 Las perspectivas foucaultianas posibilitan reconocer, en la obra fotográfica que integra la exposición Capturas de José Alberto Hernández, las mismas imbricaciones y batallas de discursos y poderes en la función y relectura de los archivos. Su obra es una investigación artística de muchos años en las que Hernández se ha acercado y profundizado en la observación de su objeto de estudio: el nudo entre violencia, criminalidad, vulnerabilidad y muerte. El artista usa a la fotografía como punto de colisión y colapso de la documentación y el archivo, de las nociones de verdad, de los discursos que

1 Memoria de Pierre Riviere. En: Foucault, M. Yo, Pierre Riviere, habiendo degollado a mi madre, a mi hermana y a mi hermano… Barcelona: Tusquets Editores, S.A., 2001, p. 137. 2 Morino, A. y Sen Samaranch, V. en Op. Cit. p. 10.

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se generan sobre la norma, la ruptura con la ley, el orden y el poder, y sobre todo, de la relación con la violencia y la muerte, como experiencias límite que revelan la precariedad de lo humano. La imagen fotográfica opera como un index del daño que los individuos pueden producirse unos a otros y de aquel generado por las condiciones estructurales de gobierno y regulación que supone la operatividad de ciertas praxis de jerarquía en la institucionalidad jurídica y, en un sentido más amplio, nuestra integración en el contrato social. En ese sentido, la muestra Capturas constituye un assemblage de acercamientos investigativos desde la fotografía, que en una primera etapa responde a una reinterpretación del archivo, partiendo de explorar lo comúnmente conocido: el hecho delictivo mediante la documentación de objetos decomisados en la serie Inventario. Como afirma Roland Barthes en el Mensaje Fotográfico, el sentido connotado surge de los objetos fotografiados, en tanto éstos son “inductores habituales de asociaciones de ideas o bien, (…) auténticos símbolos” que visibilizan claramente el hecho y que comienzan a proyectarse hacia una textualidad y memoria sobre el daño, la violencia y la muerte. En una segunda etapa, la serie R.I.P. -Retratos Inconclusos Policiales- profundiza en el aspecto de un texto de lo humano, en tanto que el retrato como género fotográfico alude a la constitución de un sujeto criminal. Las fotografías registran a sujetos borrados por el contrato social; a múltiples infractores que se resisten a los procesos de punición y normalización ante la criminalidad; y a cierta inoperancia del sistema que no puede reformar a sujetos que solo parecen estar destinados a delinquir. Estas imágenes más bien funcionan como anti-retratos que parecen encarnar las memorias de almas fisuradas y perdidas, que se desvanecen en y por un movimiento sin fin de la violencia estructural en el seno social. Finalmente, en la serie Gráfica de Encierro se observa un sofisticado desplazamiento de discursividades, en tanto que el artista propicia la construcción de relatos a partir de la participación de privados de libertad que registran fotográficamente sus propios espacios de confinamiento. Esta serie se centra en la memoria y funde miradas hacia lo interno de los sujetos –a veces hacia la penumbra de las celdas como metáfora de la experiencia del castigo y la purga; con otras dirigidas

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hacia la luz, al anhelo de lo exterior, a la esperanza y recuerdo del espacio de la libertad y la regeneración. Las imágenes hechas por los privados de libertad permiten interpretar un mundo de lo cotidiano –que no es encontrado, no es visto o descubierto por el habitual proceder del fotógrafo, sino que es vivido desde la carne del abyecto– que diluye esa materialidad pesada del estereotipo del monstruo, enfermo o depravado que ha sido producto de una construcción social del castigo; y mas bien nos recuerda la existencia de una humanidad posible, a partir de la conciencia de que nadie es completamente bueno o malo. En Capturas, la fotografía, afortunadamente, pierde su estatus de signo de objetividad y distanciamiento en el registro de la realidad y la verdad. La relatividad de las realidades se impone como una potencia junto al desmontaje emocional. En una obra artística que parte del daño, la violencia y la muerte, surge una gran duda sobre a quién le pertenece la justicia. Estamos acostumbrados a reconocer que ésta se ejerce para quien es violentado de cualquier manera. Pero, ¿Qué pasa cuando la obra artística funciona como un desmontaje de la memoria cultural y de las relaciones de poder-saber, cuando el arte y sus discursos abren espacios de reflexión sobre la incertidumbre; mediante la posibilidad de crear nuevas revisiones de los hechos y de los textos, desde la conciencia de la primacía de una vulnerabilidad de lo humano que se desplaza pendularmente y cruza transversalmente a víctimas y victimarios? Cuando parece que la única certeza es que la Justicia y sus regímenes institucionales solo se hacen justicia a sí mismos y a sus mecanismos de funcionamiento.

Roberto Guerrero

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CAPTURAS Este proyecto expositivo integra tres series fotográficas y da continuidad a una investigación personal más amplia, desarrollada por más de quince años. Cada serie comprende un momento diferente y está compuesta por un resultado fotográfico independiente, sin embargo, a su vez se entrelazan como parte de una misma reflexión conjunta, desde los objetos, los sujetos y los espacios. La serie Inventario (2005-2007), está integrada por un registro documental de armas y objetos seleccionados (pistolas, cuchillos, balas, fichas catalográficas, etc.) implicados en délitos reales cometidos en Costa Rica y que son inventariados por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) a manera de catálogo registral. Utilizando como punto de partida esta serie fotográfica, presenté la tesis “La presencia de la muerte tras lo fotografiado” (2005), en la Universidad de Costa Rica, siendo un repaso temático y referencial sobre la manera en que la fotografía “revela” o “vela” aspectos sobre lo intangible humano. En la serie R.I.P. -Retratos Inconclusos Policiales- (2005-2010), aparecen posando frente a la cámara individuos que la policía de nuestro país ha detenido por reincidir en la comisión de múltiples delitos. El azaroso tratamiento de la toma fotográfica, sumado a un deterioro intencional y provocado de los materiales fotoquímicos, así como la intención de mostrar la imposibilidad del aparato fotográfico y del sistema social para ejercer control sobre la naturaleza humana, transformó a estas imágenes en (anti)retratos policiales: un álbum de rostros difusos e indeterminados que poco o nada ayudan en la identificación del perfil delincuencial. Finalmente, la última serie Gráfica de Encierro (2011-2016), fue producida en conjunto con personas privadas de libertad en un centro penal de Costa Rica y surgió como producto de un taller de fotografía que impartí entre los meses de marzo-abril del 2011, gracias a la gestión del programa educativo del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) y la anuencia para poder impartirlo del centro penitenciario. Los participantes al taller tuvieron la oportunidad de observar

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videos sobre la historia del retrato fotográfico y conocer acerca del trabajo de algunos artistas contemporáneos; seguidamente cada interno recibió una cámara fotográfica compacta “de un solo uso” (film incorporado), con la que pudiesen hacer un autoregistro del espacio habitado. Las fotografías obtenidas no victimizan la condición del privado, tampoco representan una denuncia sobre el sistema carcelario, sino que han quedado más cerca de narrar una cotidianidad, una añoranza o un sentimiento dentro de una realidad cautiva. Estas tres series, dialogan e interactúan entre sí como un ensayo visual sobre delito, archivo y fotografía, y al mismo tiempo, integran y forman parte de un solo cuerpo de reflexión más amplio (La Presencia de la Muerte tras lo fotografiado, Tesis Universidad de Costa Rica), que abarca generalidades sobre temas humanos vistos desde la fotografía, sumado a otros debates relacionados con la producción de imágenes y su (in)capacidad para referir a la fragilidad, la violencia, la vida o la muerte. Agradezco a los cinco participantes del taller de fotografía: J.M. / A.O. / G.D. / J.M. / J.D.

José Alberto Hernández

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José Alberto Hernández (1978) José Alberto Hernández es diseñador gráfico y fotógrafo costarricense, graduado de la Escuela de Artes Plásticas de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica, donde obtuvo su licenciatura (2005). Como diseñador se ha especializado en el sector artístico, cultural y social, donde desarrolla el concepto visual, producción y edición de sus encargos. Como fotógrafo se ha caracterizado por desarrollar un ensayo fotográfico temático. Ha expuesto individualmente en el Museo Nacional de Costa Rica (2016), Museo de Arte y Diseño Contemporáneo –MADC- (1999, 2007 y 2011), TEOR/éTica (2003), San José, Centro Cultural de España (2012), Costa Rica. Internacionalmente cuenta con exhibiciones en The Museum of Contemporary Art -MOCA- de Los Ángeles, IDB Cultural Center, Washington DC; Art Museum of Americas -OEA-, Estados Unidos; Museo de Arte Contemporáneo y Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago, Chile; Central de Diseño/Matadero, Madrid, España; Basta-cultural centrum, Bardejov, Slovakia. Museo de Bellas Artes de Taipei, Taiwan; Centro León, Santiago de los Caballeros, Museo de Arte Moderno, República Dominicana; MUCARoma y Museo Franz Mayer en México DF; Centro de Artes Visuales de Yucatán, Centro Cultural de España, Guatemala, Museo de Arte Contemporáneo de Panamá, Museo de la Casa Brasileña, en São Paulo, Brasil, y en Fugaz Monumental Callao, Limaphoto, Perú. Ha sido auspiciado en dos ocasiones por el programa de Becas en Artes Plásticas del Ministerio de Cultura de Costa Rica, y ha participado de múltiples proyectos creativos internacionales como Landings, Sal para la sopa y Footb-all mix, con artistas y diseñadores destacados del mundo. Tiene a su cargo la imagen gráfica del Centro Cultural de España (AECID) en Costa Rica, así como de la Fundación Ars TEOR/éTica, su trabajo como diseñador lo ha llevado a ejecutar encargos gráficos y editoriales para instituciones como los Museos del Banco Central; Museo de Arte Costarricense, Ministerio de Cultura y Juventud, libros de arquitectura, catálogos de arte contemporáneo, diseño-promoción para eventos nacionales de teatro, cine, música, y festivales internacionales como la XXII Edición del Festival Iberoamericano de Teatro de Cadiz, España 2007, o del encuentro Enredados Semana Mundial de Centros Culturales AECID, Madrid 2011. Recientemente se ha especializado en diseño de identidades gráficas culturales, tal como la que realizó en 2015 para la X Bienal Centroamericana de Arte Contemporáneo. Ha sido distinguido con el Primer lugar en la Primera Bienal de Diseño PuntoD CR Diseña 2011, publicado por la Editorial Taschen en Latin American Graphic Design, un compendio representativo de los artistas gráficos más importantes de Latinoamérica, y seleccionado en numerosas ocasiones de manera consecutiva para exhibir su trabajo en las principales bienales de diseño del mundo entre ellas Bienal Iberoamericana de Diseño BID Madrid, Bienal Internacional del Cartel México, Poster Quadrennial Bardejov Slovakia. En 2015 fue designado Embajador del Diseño Latino y nombrado miembro del Comité de Diseño Latino por el Foro de Escuelas de Diseño, Universidad de Palermo, Buenos Aires-Argentina. Recibió el Premio Nacional de Artes Visuales Francisco Amighetti 2016 por su trabajo y aportes desde la fotografía con la exposición CAPTURAS. Más información: www.josealberto-espaciosvacios.com

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Lecturas en la web relacionadas y recomendadas a propósito de CAPTURAS De cara a la última instancia: José Alberto Hernández en la fotografía contemporánea. Luis Fernando Quirós. Revista Escena Universidad de Costa Rica. https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/escena/article/view/27468/27642 La Presencia de la Muerte tras lo fotografiado. Tesis de Licenciatura, Universidad de Costa Rica. Ensayo y notas reflexivas del artista sobre sus propias series fotográficas https://issuu.com/chepe1978/docs/tesis2005conanexos

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EQUIPO MADC 2016: Dirección: Fiorella Resenterra | Administración: Susana Cascante | Curador jefe: Daniel Soto

Morúa | Curadora adjunta: Adriana Collado-Chaves | Comunicación y diseño web: Eunice Báez | Educación: Antonieta Sibaja Diseño gráfico y fotografía: Adriana Artavia | Contrataciones: Esteban Vásquez | Contabilidad: Jessica Vindas | Recepción: André Reyes | Jefe de custodios, museografía y registro de colección: Osvaldo López | Encargado de taller: Jhonny Paniagua Custodios y montaje: Luis Diego Fallas, Alexander Fernández, Arturo González, Sandra Lezcano y Wilberth Segura.

JUNTA ADMINISTRATIVA MADC 2016: Presidenta: Sylvie Durán | Vicepresidenta: Karina Salguero-Moya | Secretaria: Loida Pretiz | Vocal 1: Jurgen Ureña | Vocal 2: María José Chavarría. JUNTA NACIONAL DE CURADORES: Eunice Báez | Rolando Barahona-Sotela | Adriana Collado-Chaves | Marta

Rosa Cardoso | María José Chavarría | María José Monge | Fernando Ramírez | Fiorella Resenterra | Daniel Soto Morúa y Diego Van der Laat.

JUNTA FUNDACIÓN PRO MADC 2016: JUNTA FUNDACION PRO MADC 2016: Presidenta: Karina Salguero-Moya Secretaria: Adriana Gómez | Tesorera: Gisella Salazar | Vocal 1: Jurgen Ureña | Vocal 2: Diego Van der Laat.

CRÉDITOS DE ESTA PUBLICACIÓN: Curaduría y conceptualización del catálogo: Adriana Collado-Chaves | Textos de presentación: Fiorella Resenterra y Rocío Fernández de Ulibari | Textos: Adriana Collado-Chaves, Ernesto Calvo, José Alberto Hernández, Roberto Guerrero. | Diseño gráfico: Adriana Artavia | Fotografía: Archivo del artista, Adriana Artavia.

AGRADECIMIENTOS DEL ARTISTA: Al equipo del Museo Nacional que con buena disposición sumó su trabajo para dar vida a esta muestra: a Henry Cordero y Carlos Hernández de montaje, a Elmer González de diseño gráfico, a Wendy Segura encargada de prensa y relaciones públicas, a Lidilia Arias de museografía y a doña Rocío Fernández de Ulibarri, directora del Museo Nacional, que creyó en el proyecto y le dio su apoyo incondicional. Al equipo del MADC por su creatividad, capacidad de trabajo y disponibilidad. A Eunice Baez, comunicación, Adriana Artavia, diseño. A Osvaldo López y a Johnny Paniagua, por sus extraordinarios aportes y soluciones para el montaje. A Adriana Collado-Chaves que con su espíritu inquieto, constante y perspicaz, se encargó de realizar una curaduría excepcional, comprometida con la razón de ser del arte y la investigación; a Fiorella Resenterra por siempre creer en el trabajo honesto de los artistas y estar siempre dispuesta a tomar riesgos y respaldarlos. A Daniel Campos y Roxana Arrieta por la gestión especial para poder realizar el proyecto desde sus orígenes. Roberto Guerrero y Ernesto Calvo por sus esfuerzos para dar a conocer el proyecto. A Rolando Barahona por saber tocar el espíritu. A José Luis Campos y Alejandro Batalla por dar una asesoría legal desinteresada. David Vargas y Erenia Corea, amigos cercanos que desde su empresa Vector 4 colaboraron con los brochures y letras vínilicas. A Luis Fernando Quirós por sus constantes revisiones y reflexiones escritas sobre todo mi proceso como artista. A Javier Cordero por el respaldo y calidad que Masterlitho siempre ha dado a mis publicaciones. A mi mamá y papá, Ana María Campos y Martín Hernández, y especialmente a mi esposa Celia Jiménez, pilares de mi vida. A Luciano y Julián, siempre a mi lado.

MUSEO DE ARTE Y DISEÑO CONTEMPORÁNEO. Ministerio de Cultura y Juventud. Ubicado en el Centro Nacional de Cultura. Avenida 3, calles 11 y 15, San José, Costa Rica. info@madc.cr | www.madc.cr | Teléfonos (506) 2257-9370, (506) 2222-3489. Fax (506) 2257-8702, TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS MADC 2016. Impreso en Masterlitho Junio 2018


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