Cuerpo y Tierra

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Museo del Árbol CUERPO y TIERRA La Fatalísima Magazine

Foto LFQ 2019 Playa Puerto Viejo Matapalo


LFQ. Tronco en Playa Conchal, Guanacaste. 2019.


Las revistas La FatalĂ­sima y Museo del Ă rbol, presentan el proyecto

Cuerpo y Tierra

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Cuerpo y Tierra en el arte contemporáneo

En las distintas muestras de arte producidas y/o publicadas por Museo del Árbol (museo virtual en internet, con su revista del mismo nombre en línea desde 2010), y La Fatalísima on line (revista de arte contemporáneo en la región centroamericana), fueron abordados temas como “Tierra, Árbol, Raíces”, 2016, y “Jardín de Pueblo”, 2016, ambas expuestas en la Galería Nacional, San José, Costa Rica. Además, se realizaron las exposiciones virtuales “Subir al Árbol”, 2017, y “Bajo la Sombra del Árbol”, en ese mismo año. Para la presente edición, marzo, 2019, ambos proyectos se vuelven a reunir en esta publicación donde fluye la idea central de esta nueva propuesta del género virtual: “CUERPO y TIERRA”. Se trata de la metáfora del cuerpo, la memoria, el jardín, el árbol, el bosque que van a ser extrapolados a la materia origen: la tierra, sus texturas, verdores, enjambres, raíces, tectónicas, pero también fracturas y materias como las maderas, piedras, arenas, polvo, y barro. El vocablo cuerpo es sinónimo de composición, “corpus” o forma, desde esta percepción es muy amplio el abordaje, y nos permite visualizar distintas interpretaciones, así como la creatividad de los artistas invitados.

Propuesta de Maurizio Bianchi para la muestra Tierra, Árbol, Raíces, 2016. Galería Nacional.


Muestra Tierra, Árbol, Raíces, 2016. Galería Nacional.

El arte es una construcción intelectual, por lo tanto, se puede pensar en el cuerpo de la obra, e interpretarlo en una forma material o inmaterial, dimensión poseedora de lecturas sugestivas, abiertas y no lineales. Trataremos por lo tanto la idea de límites, fronteras o bordes, como el dibujo de Juanma Cardona en el cual un bosque en un islote es bordeado por muros de planos irregulares que generan un efecto óptico, pero a la vez, protege a las piedras y árboles de las aguas.


Tronco. Detalle. Playa Avellanas, Guanacaste. 2019.

De manera que le invitamos a disfrutar estas fotografías y documentos que propician la idea de Cuerpo y Tierra, como un binomio que desprende la imaginación y creatividad de artistas, fotógrafos, escritores, e intelectuales, para el deleite y estética que suma al sentido de calidad que buscamos imprimir a nuestras vidas todos los días. Rolando Castellón y Luis Fernando Quirós Curadores


LFQ. Tronco en Playa Conchal, Guanacaste. 2019.


Vista de sala. FotografĂ­a cortesĂ­a de Gustavo Araya Montezuma.


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La artista Marta Albán comparte dos fotografías, una de un tronco que adquiere la forma de un caballo, encontrado en una finca cerca de su propiedad en Casa Mata, Cartago, y otro tronco de árbol agujereado, el cual evoca todas esas vicisitudes que abriga la vida en la naturaleza cuando un árbol cae, por la acción del tiempo.


Marta Albรกn. Tronco Caballo, 2018, Casa Mata, Cartago.

Marta Albรกn. Tronco hueco, 2018, Casa Mata, Cartago.


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Este artista nos comparte una fotografía en la cual aborda la idea de las raíces, parte fundamental del cuerpo del árbol, en este caso, en el aire, en tanto la tierra se desprende y pareciera que en el momento más inesperado, el cuerpo del árbol va a colapsar.


Ricardo Ávila, Tronco en el río. 2018.


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Milton Ávila encuentra la forma del árbol en el mismo cuerpo de un ceibo barrigón (Pseudobombax septenatum), ubicado en Barrio Luján, San José. .


Milton Ă vila, Tronco de un ceibo. 2018.


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Maurizio Bianchi nos demuestra que con un trozo de zacate y una retĂ­cula de concreto, simboliza el cuerpo de todo un jardĂ­n.


Maurizio Bianchi. El JardĂ­n, 2017. FotografĂ­a digital.


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Daniel Campos Tioli realiza el skecht de una mĂĄscara, que antepone la idea del cuerpo humano, pero tambiĂŠn de un chaman en trance ceremonial.


Daniel Campos Tioli. Mรกsquera, 2018. Skech con rodillo.


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La idea de límites, fronteras o bordes, como el dibujo de Juanma García en el cual un bosque en un islote es bordeado por muros de planos irregulares que generan un efecto óptico, pero a la vez, protege a las piedras y árboles de las aguas.


Juanma GarcĂ­a. Islote. 2018. dibujo.


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Ensaya con el cuerpo de la foto, una composición de tendidos de cables eléctricos, la silueta de casas y árboles, el firmamento y la luna, propiciando un efecto quizás hasta místico a la imagen. La fotografía al lado fue tomada en el tronco de un árbol en su jardín, donde los bejucos y abundantes nudos de raíces implican tensión contrapunteando con los tendidos eléctricos..


Dinorah Carballo. Paisaje construĂ­do. 2018. FotografĂ­a digital.


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Cada 2 de febrero, vienen peregrinos y peregrinas de muchas partes del Guanacaste hasta el poblado de Nambí, para acompañar a San Blas, patrono de Nicoya, en su recorrido hasta la Ciudad Colonial, de camino entre Nambí y Sabana Grande me encontré este hermoso árbol, testigo silencioso de lo miles de peregrinos que con fe, acompañan a su patrón ya sea por agradecimiento o con la expectativa de algún milagro por cumplir.


Cristina E. DĂ­az. En el Camino. 2019. FotografĂ­a digital.


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Márvin Castro creó un muro-escultura que transportó desde la península de Nicoya hasta un parquecito infantil en Zapote, y asemeja esos vestigios de las glorias pasadas que sobreviven a pesar de las tantas inclemencias del tiempo y la historia.


Mรกrvin Castro. Muro. 2018.


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El artista Amit Ganjoo de la India, nos comparte un conjunto escultórico en cerámica, titulado “Amistad”, 2019; se trata de la tradicional iconografía de los tres monos de la filosofía Oriental: No escucho, No veo, No hablo. Son tres cabezas que adosan una especie de casco protector, pero además del simbolismo adoptado, emerge del interior gestos de una angustia ancestral, un dolor cultural ante la grieta o herida del tiempo y la incertidumbre, tan persistente dentro de las manifestaciones artísticas actuales.


Amit Ganjoo. Amistad, 2019. Escultura en arcilla.


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Leonardo González, nos comparte “En el infierno también crecen las flores, el Jardín de Berta Cáceres”, 2018; en cuyo estado, el artista hondureño explica: “Me dirigí al occidente del país, a La Esperanza Intibucá, donde nació Berta Cáceres, recolecté plantas endémicas del lugar, luego las trasladé al espacio expositivo, donde construí un jardín hidropónico con ellas”.


Leonardo González, “En el infierno también crecen las flores, el Jardín de Berta Cáceres”, 2018;


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Del dúo Materia Primera recordamos su instalación en la muestra Injertos Art’ en natura, realizada en 2014 en el Jardín Lankester en Cartago, en la cual ensayaron las propiedades de un material como el yeso, sacando negativos de la forma de plantas o troncos, y en uno de los casos esos dobles fueron dejados en el riachuelo que atraviesa ese parque, desmaterializando su forma.


Materia Primera. Propuestas en INJERTOS Art’ en natura, 2014. Jardínes Lankester.


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Apreciaremos algunas piezas de Moyo Coyatzin, “El Jardín de Pitóes”, 2018, en la zona de Porto, Portugal, las cuales demuestran esa sensibilidad del autor por colectar materias naturales o industriales con las cuales componer el cuerpo de un paisaje de símbolos.

Moyo Coyatzin. Instalación Jardín de Pueblo. 2016.


Moyo Coyatzin. Jardín de Pitóes. 2018. Porto, Portugal.

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ARTEAnónimo MMG/Pitóes Norte de Portugal JUNIO 2019


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Un chayote se aprecia como metรกfora de la sexualidad femenina, sugerente cuerpo seductor, por parte del artista Jairo Miranda.


Jairo Mirandfa. GerminaciĂłn 2018. FotografĂ­a digital.


G u i l l e r m o V A R G A S - H A B A C U C

Para esta edición serán recuperadas algunas piezas que estuvieron expuestas en anteriores eventos, pero que abrigan nuevos significados, como “La Regadera”, 2005, de Guillermo Vargas Habacuc, Bienarte, 2005, en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC).


Guillermo Vargas Habacuc. La Regadera, 2005. Video instalación Bienarte 2005, en el Museo de Arte y Diseño Contempoáneo.


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La idea de proyectar con esta información una nueva muestra virtual, motiva a replantear propuestas cuyas visualizaciones demuestran conexión con el suelo o la tierra, y el cuerpo humano, pero también el cuerpo intelectual, o teórico, ese que especula y reconstruye discursos renovados y fogosos como los considerados por lo popular. Apreciaremos fotografías “Las Manos”, 2019, de Asdrúbal Vargas, un humilde agricultor de la zona de los Santos, Sur de la provincia de San José, quien publica en su página de Facebook facetas muy cotidianas: “Con estas manos llenas de tierra y callos, con mis uñas que son como la hoja de una segueta, pero día a día daré gracias a Dios porque lo que me gano es para traer el sustento a la casa, y jamás me dará pena decir que soy campesino agricultor, como mis padres”.


AsdrĂşbal Vargas. Manos de Agricultor, 2018. FotografĂ­a con celular.


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Cuerpo y Tierra, 2019. Participa Juan Carlos de la RAAS, Nicaragua, trabaja con barro y utilizando los “comales“ como moldes.


Rafael Ottón Solís. Cuerpo y Tierra. Fotografía digital.


A l e j a n d r o V I L L A L O B O S - C A B E Z A S

Alejandro encuentra en Corozalito una raíz acolochada y que sugiere el rostro de una figurilla fantasmal. Además un troinco marino sugiere una de esas criaturas marinas.

Alejandro Villalobos Cabezas. “Tronco”, madera encontrada en Corozalito.


Alejandro Villalobos Cabezas. “Cebeza en tronco�, madera encontrada en Corozalito.


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El grafista ruso residente en Berlín, Valeri Scherstjanoi, en algunas de sus piezas trabaja con signos o letras de los alfabetos, abordando la idea del cuerpo de la palabra, pero sin que exista la comunicación expresa, en tanto lo que interesa es componer una trama vivencial de profunda huella histórica central a la escritura. También rastrea fotografías pasadas al alto contraste, donde persiste un signo que se repite, que superpone generando texturas y representaciones del cuerpo del paisaje.


Valeri Scherstjanoi. Paisaje de un sauce llorĂłn. 2019. FotografĂ­a alto contraste.

Valeri Scherstjanoi. Signos, dibujo a tinta. 2018.


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Uno de los talentos de Rodolfo Uder es encontrar maderas en el bosque seco guanacasteco, que ttransporta hasta su taller en ParaĂ­so de Santa Cruz, y que transforma en arte, como este pronco Ser y No Ser, partes que se complementan en uana unidad estĂŠtica.


Rodoklfo Uder. Ser y No Ser. 2000. instalaciรณn con tronco de madera encontrada.


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La artista Zoleila Solano Ramírez, espuso en la Galería Nacional“Jardín de Pobre”, 2016. Se trata de un conjunto de acuarelas de plantas de caño, que el municipio pasa cortando y rociando con herbicida, pero ella las pintó apreciando también una belleza diversa en ellas.

Zoleila Solano, y LFQ. Jardín de Pobre. 2016. Galería Nacional.


Zoleila Solano, JardĂ­n de Pobre. 2016. GalerĂ­a Nacional.


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La artista Bitty Tassara va a las playas, y en especial en Caldera y Puntarenas, a recoger basura y objetos de la playa, con ellos construye su imaginario de naves y barcas que estรกn en la memoria, convirtiendo al objeto en un amuleto de la memoria.


Bitty Tassara. Nave, 2018. Objetos encontrados y extraĂ­dos de la basura que llega a las playas del PacĂ­fico Central.


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La revista Museo del Árbol, propuso a Otelo Quirval captar en un ensayo fotográfico el tema abordado para esta edición de marzo 2019, explorando, en muy diversas situaciones o simbolismos, y encontrado en troncos, ramajes, terrenos, piedras, arenas, bejucos, el imaginario del cuerpo y sus intrínsecas relaciones con la materia origen del planeta.


Otelo Quirval. Tronco en Playa Callejones, ParaĂ­so de Santa Cruz, Guanacaste.


Otelo Quirval. Troncos en Playa Junquillal, Santa Cruz, Guanacaste.


Otelo Quirval. Tronco en Playa Avellanas, Santa Cruz, Guanacaste.


Otelo Quirval. Tronco en Playa Conchal, Santa Cruz, Guanacaste.


Otelo Quirval. Tronco en Playa Conchal, Santa Cruz, Guanacaste.


Otelo Quirval. Maderas de el puente en Playa Avellanas, Santa Cruz, Guanacaste.


Otelo Quirval. Maderas de el puente en Playa Avellanas, Santa Cruz, Guanacaste.


Otelo Quirval. Tronco del ĂĄrbol de pochote, en BahĂ­a de los Piratas, Matapalo Santa Cruz, Guanacaste.


Otelo Quirval. Tronco del ĂĄrbol de pochote, en BahĂ­a de los Piratas, Matapalo Santa Cruz, Guanacaste.


Otelo Quirval. Tronco del ĂĄrbol de pochote, en BahĂ­a de los Piratas, Matapalo Santa Cruz, Guanacaste.


Otelo Quirval. Tronco del ĂĄrbol de pochote, en BahĂ­a de los Piratas, Matapalo Santa Cruz, Guanacaste.



Otelo Quirval. Excavando en ruta de acceso a BahĂ­a de los Piratas, Matapalo Santa Cruz, Guanacaste.


P e r f o r m a n c e F O R M A y S U S T A N C I A Por Yasser Salamanca San José Costa Rica fue el epicentro de las acciones performáticas que se mantuvieron desde el 18 al 24 de febrero a través del IV festival de performance “Forma y Sustancia”. Un evento que se desarrolló con la participación de 22 artistas provenientes de diez países, Latinoamérica y Europa. Durante siete días los espacios de presentación artística se extendieron hacia distintos puntos de la capital: Parque las Mercedes, Galería 24/7, Parque Central, Casa Caníbal, El Farolito, Avenida Central.


Forma y sustancia se ha consagrado como un festival internacional de arte en acción que se celebra a modo de bienal, contando con cuatro ediciones, cuyo génesis fue en Guatemala, prosiguió en El Salvador, volvió a Guatemala, y tomó en su cuarta edición la escena Costarricense. La diversidad de trabajos entre los artistas participantes trajo a luz las acciones que se han venido esculpiendo desde sus propios contextos, desde sus propias realidades, en su propia gestación creativa, hasta llegar aquí, en una perspectiva común planteada por el performance. Este festival se ha caracterizado por una importante participación femenina, y en esta cuarta edición fueron trece mujeres performances quienes acudieron al encuentro. En este sentido a manera de muestra hemos decidido exponer algunas de las acciones realizadas por estas, sin menospreciar la calidad y la participación de otros géneros, cuyas construcciones artísticas nos generarían suficiente material para desarrollar otros artículos.


Números al vacío, fue el nombre del performance realizado por la Mexicana Erika Bulle quien ha venido trabajando desde hace cinco años el concepto de la gordofobia como consecuencia de la obesidad. Realizó su intervención sometiéndose a 28 perforaciones de agujas con flores, estas fueron dispersas entre sus brazos y piernas, hasta culminar con tres de ellas incrustadas en su frente. La artista posaba de pie su obesidad y con ella un atuendo al estilo medieval, según nos dice, un alter ego denominado “gorda filosa”, mientras se entregaba a las flores punzantes, cuyos pétalos naturales habían sido previamente impregnados de un color metálico. Las agujas entraban y salían recorriendo aproximadamente un centímetro por debajo de su piel. En su atuendo solamente sus senos y sus genitales estaban cubiertos y sostenidos también por flores de grandes proporciones, en su cabeza mostraba un aro, una coronilla de largos pétalos puntiagudos. Una vez concluidas las inserciones la artista empezó a desplazarse a través del público entregando una tijera a la persona que ella indicaba, posteriormente él o la elegida cortaría con esa tijera una de las flores de aquel inmenso jardín corporal, dejándole solamente un trozo de aguja mantenido bajo su piel. Cada partícipe que ejecutaba un


corte, recibía una hostia de color, las cuales eran transportadas en una bandeja por parte del colaborador de la artista, cada hostia era un múltiplo y representaba cada día del mes durante los cuales proliferaban las agresiones invocadas por la gordofobia, según palabras de la artista. De esta forma Bulle hace referencia al simbolismo de la herida que causa la palabra, el insulto, ante los cuerpos que no encajan dentro de los conceptos y esquemas de belleza femenina que mantiene férrea la sociedad actual. En una crítica ante el consumismo y la mercantilización humana, la performance Brasileña Van Jesús se trasladó hacia la avenida central, donde se hace tumultuosa la afluencia de personas, pero resulta prohibido la permanencia de vendedores. Allí se dispuso a mostrar un pequeño afiche que decía: compro tu libertad, pago en euros. A la vez que vociferaba su anuncio dirigiéndose a cada transeúnte y agregaba diciendo “solo por hoy”. El llamado de la performance hizo que se acercara un joven estudiante de teatro, aceptando vender su libertad por diez euros, una vez concretado el trato, el joven tenía que permanecer inmóvil por treinta minutos, permanecer ese tiempo de su vida en un mismo lugar, uno señalado por la artista. Las personas caminaban y observaban


la acción, en aquel lapso de tiempo acudió otro interesado, esta vez se trataba de un vendedor de “chunches” que se trasladaba en una silla de ruedas, este había sido atropellado por un vehículo hacía veinte días, aceptó estacionarse por media hora en el sitio indicado y así poder llevar el dinero a casa. Van Jesús señala que la acción de comprar la libertad de las personas por diez euros, surge también como una denuncia ante la falta de un justo salario mínimo en los países europeos. Después de visitar el viejo continente la artista percibió cómo allá la vida es mucho más controlada y se presenta una menor libertad de movimiento al estar en espacios públicos. Nos expresó que su estancia en aquella región le hizo reflexionar en cuanto el precio que ella estaba pagando por estar allí, por permanecer bajo controles y restricciones que comúnmente no se producen tan severos en la región Latinoamericana. Volteamos a ver hacia el norte, hacia Nicaragua, en un performance realizado por Illimani de los Andes, llamado “Milagro de Dios”. Según nos cuenta, el nombre proviene de un cementerio situado en la zona oriental de la ciudad de Managua, el campo santo más reciente en la capital, aquí se aglomera una gran parte de los manifestantes caídos, casi trecientos jóvenes enterrados


en este lugar, producto de la reciente crisis sociopolítica de este país. De los Andes colocó trecientos cubos de hielo sobre un cuerpo semidesnudo que yacía boca arriba (simulando la muerte), estos permanecieron durante casi una hora hasta alcanzar a derretirse y convertirse en pequeñas banderas azul y blanco, las cuales estaban contenidas congeladas dentro de cada cubo. A la vez que la acción se desarrollaba y la artista proseguía colocando suavemente el hielo sobre el cuerpo masculino acostado sobre la tierra, Se proyectaba en simultaneo una serie de videos grabados en las calles de Nicaragua, fragmentos de los momentos más álgidos de la crisis que explotó desde el pasado abril, las masivas manifestaciones y algunas de las intervenciones mediáticas de personajes que han tenido relevancia ante tales acontecimientos, así como el llanto y el aire desgarrador que envolvía el espacio de los que contemplaban impávidos los cadáveres, aquel dolor irremediable ante los jóvenes caídos, ejecutados a la distancia por las certeras balas de la policía nacional. Illimani se ha caracterizado por trabajar la temática del dolor, marcada principalmente por la pérdida de su propia hija, de acuerdo a su testimonio. La acción metafórica de calentar la muerte ha sido recurrente



en sus intervenciones de performance. La pérdida que ha tenido cada madre en la reciente crisis sociopolítica, se entrelaza con su pérdida personal, la herida revive violenta ante los nuevos días nos dice, además se entremezcla con la desesperanza de cada nicaragüense que se ve obligado ver en su país un lugar tan preciado, pero a la vez sumergido sucesivamente hacia la repetición nefasta de su historia. Fotografías de: Mat Kar. Textos: Yasser Salamanca, periodista y teatrista.


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ARTEAnรณnimo MMG/Pitรณes Norte de Portugal JUNIO 2019

Mural de Moyo Coyatzin en Pitรณes, Portugal, 2019.



Museo del Árbol La Fatalísima Magazine CUERPO Y TIERRA Curadores Luis Fernando Quirós y Rolando Castellón Diseño Gráfico: LFQ Fotografía: Mat Kar, Otelo Quirval y autores citados Textos: LFQ y Yasser Salamanca. Colaboradores: IV Festival de Performance Illimani de los Ándes Alex Chávez Villalobos Marzo 2019


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