Dossier de Ricardo Avila, hasta el 2007

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arte

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cronista del acontecer RICARDO AVILA BALTODANO Teléfono celular 370 2531 / Teléfono habitación 591 90 12 / Apartado Postal 61 7100, Paraíso, correo electrónico: < lfquiros@racsa.co.cr >


RICARDO AVILA BALTODANO Nace en San José, 1966

Selección de exposiciones individuales: 2005 Buses, Instituto Cultural de México, San José. 2005 Pintura, Galería Hotel Punta Islita, Guanacaste. 2005 Pintura, Colegio de Periodistas de Costa Rica, San José. 2004 De lo urbano y lo rural, Galería Alternativa. 2004 Pintura, Galería Hotel Punta Islita, Guanacaste. 2003 Ciudades de Italia, Casa Italia, San José 2000 Pinturas, Alianza Francesa, San José Obra reciente, Galería García Monge, San José Pinturas, Tribunal Supremo de Elecciones, San José Nocturnos y creencias, Salas del TSE, San José 1995 Alto, instalación y pinturas, Galería José Figueres 1994 Estación Venecia, Café del Teatro Nacional Selección de exposiciones colectivas 2007 Premios de anteriores versiones de Bienarte. Museo de Arte Y Diseño Contemporáneo, San José. 2006 Museo de Formas, Espacios y Sonidos. Antigua Estación del Atlántico. 2005 Quijotes del Siglo XXI, Galería Nacional y Museo de Arte Costarricense. 2005 Senderos de una Colección, Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, San José, Costa Rica. 2004 Bienal Centroamericana de Artes Visuales, Museo de Arte Contemporáneo, Panamá. 2004 Cuidado que pinta, o deconstrucciones pictóricas, Museo de Arte y Diseño Contemporáneo. 2004 Gina Gallery of International Naïf Art, Israel 2003 Bienarte 2003, Galería Nacional, Centro Costarricense de Ciencia y Cultura. 2003 Pinturas entre andamios, Mall Multiplaza 2003 Tecnologico 2: espadas de doble filo, TEOR/éTica 2002 Ciudades (in)visibles, TEOR/éTica 2000 Arte público, Av. Central de San José, BNCR. 1998 Arte Naïf Internacional, Affaires Culturelle, Principado de Mónaco. 1994 Juguetes por artistas, Museo de Arte y Diseño Contemporáneo 1993 Tre Artisti del Costarica, Instituto de Arte Fortunato Depero, Rovereto, Italia.

Ricardo Ávila, 2004, delante del mural del Museo Italiano de Arte Contemporáneo, Embajada de Italia, San José, Costa Rica.

Premios: Bienarte 2003, Seleccionado a la Bienal Centroamericana 2004. Murales: Parque Infantil Simón Bolivar, Ave. 10. Museo de Arte Contemporáneo al Aire Libre de Punta Islita. Embajada de Italia, San José, Costa Rica. Parque Cristobal Colón, Casa Italia, barrio Francisco Peralta, San José Taller de Serigrafía Alfieri, San José, Costa Rica. Empresa Jacks. Instituto de México. Museo de Formas, Espacios y Sonidos (MUFES). Colecciones: Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, Museo de Arte Costarricense, Casa Presidencial de Costa Rica, Ministerio de Cultura, Instituto Tecnológico de Costa Rica, Instituto de Arte Fortunato Depero, Rovereto, Italia, Coleccion A&J Mass, Vence, Francia. Colección de Andrés Pozuelo. Varias colecciones de arte naïf en el país y el extranjero.


La pintura de Ricardo Ávila (San José, 1966) que se exhibe a partir de mayo del 2004 en la Galería Alternativa de San José, se propone extender una temática muy propia de su talento: pinta un paisaje urbano cargado de color, naïf, pero detrás del cual a contrapelosubyace la visión de tantos males que aqueja nuestra civilización contemporánea. Ávila observa el centro del conflicto como nunca con sus escudriñadoras miradas a la urbe, a las barriadas, a las plazas, parques, paradas de autobuses, incluso escuelas, colegios y entramado habitacional, pues es ahí precisamente donde radica el problema, la violencia intrafamiliar, los acosos y maltratos a nuestra niñez con un acelerado incremento de la criminalidad juvenil: bandas de muchachos que desnudan a la metrópili actual de su escencia urbana (la que vivimos ayer, la mesura, el decoro, las fuentes de aguas límpias, los maceteros con flores; hoy nuestra capital huele a orines, a suciedades humanas, se encuentra contaminada de rótulos que anuncian se alquila, se vende, ya no quiero vivir aquí, es medible la pérdida cuando se percfibe el horror de convivir con la barbarie). Es una obra paradójica la que nos muestra este artista, no diría que para deleitarnos sino más bien para punzarnos a reflexionar, para percibir si en verdad existimos y tenemos conciencia de lo que significa vivir. Es una obra madura en la medida que detrás de su inocente apariencia y colorido, intrinca un laberinto de relaciones sociales y humanas.

Detalle de uno de los murales de Ricardo Ávila, en Paraíso, Cartago.

Parodia con su pintura a veces la actitud noticiosa de los medios televisivos, lo testimonia su pieza “Medios de Comunicación I y II”, instalación con la cual obtuvo uno de los premios de la IV edición de Bienarte 2003 y que le permitirá participar en la Bienal Centroamericana 2004 en Ciudad de Panamá a realizarse en noviembre del presente año; lo apreciamos en su obra “CNN El Mundo Informa” expuesta en “TecNOlógico 2: espadas de doble filo”, en Teorética 2003 y que actualmente forma parte de un conjunto suyo exhibido en “Cuidado, que pinta ó


deconstrucciones pictóricas” del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, curada por Ernesto Calvo.

Mural en el Museo Italiano de Arte Contemporáneo, 2004 Embajada de Italia, San José, Costa Rica.

Ávila imprime a la pintura una crítica sutil dicha con humor, con aparente liviandad pero que es incisiva, dirigida hacia varios blancos: como los programas gunbernamentales dirigidos a prevenir la violencia que gastan enormes presupuestos en campañas televisivas, radiales, impresas pero sin incídir realmente en cambios conductuales o actitudinales de nuestra sociedad. No hay que ir muy lejos para palpar la realidad, es suficiente caminar por las aceras de la capital para cerciorarse de que el deterioro social se apertrecha cada día más, está en las esquinas, se palpa en los resquicios de los edificios convertidos en tremendos basurales que como ciénagas se cierne el flagelo humano de cientos de muchachitos alimentándose de su inmundicia, bebiendo o inhalando porquerías que destrozan no sólo sus ya escuálidas figuras y neuronas, sinó también su espíritu engullido por la corrupción y el mal. Al dar una ojeada a la propuesta de “Lo urbano y lo rural” 2003, percibimos el conflicto: los chiquillos -chapulines, maras- son detenidos por la policía y miles de ojos los observan, ojos como los tuyos o los míos pero sin que cambia


nada en absoluto; todos miramos, nos ojeamos a nosotros mismos, estámos informados del asunto, nos lo gritamos en nuestras propias narices y se hacen grandes alardes, los políticos lo pregonan en sus discursos, pero nada cambia; como diría el aforismo eraclitiano de la permanencia: “Todo cambia, todo se transforma y a la vez todo permanence”. Por fortuna, no todo es cruel, no todo es flagelo, existe también el lado amable, la esperanza, un verdadero optimismo representado en la pintura “Parque recreativo” 2003 expuesta en esta muestra y que fue adquirido por Gina Gallery de Israel. Ahí el pintor retrata la otra cara de la moneda, la de los niños que se re-crean en amplias zonas de oportunidades y crecimiento; es verdad, se trata de un territorio que existe, es real, a pesar de aquellas miradas tristes de los niños y los adolescentes que las frecuentan. Con esta nueva exposición de Ricardo Ávila, él nos deja un documento muy importante, representa para los estudiosos del arte un verdadero laboratorio donde manifestar visualizaciones de un individuo creativo que puso en su ojo un pincel, al ver todo aquello que ocurre en el trazado de su ciudad.

Mural en el Parque Infantil, Simón Bolivar, Barrio Las Ánimas, Ave. 10, San José, 2004

Patentiza, ese conjunto de cuadros son testimonio real y serán -con certezaapropiados para que las futuras generaciones de artistas y teóricos del arte nos observen y traten de dilucidar el enigma que hoy nos embriaga, y al cual nosotros los individuos de este siglo no hemos podido tener ninguna claridad sobre sus provocaciones. Me parece importante esta muestra en la carrera que él, Ávila, apenas inicia a consolidar, a abrir ventanas y puertas, las que antes tocó sin recibir respuestas. Es un verdadero ho-menaje a uno de sus primeros mentores: Pedro Arrieta de quien recibió su voz crítica hacia lo nuestro, reafirma que en material de arte aún nos queda mucho que ver, y que el artista será el vigía perenne de la sociedad. Luis Fernando Quirós, abril 2004


Mural en la empresa JACKS, 2005, Pavas, Costa Rica.


Mural en las oďŹ cinas de la empresa JACKS, 2005, Pavas. Costa Rica.


Mural en el Parque Crist贸bal Col贸n, Casa Italia, 2005. Proyecto de la Municipalidad de San Jos茅 y la Embajada de Italia en Costa Rica.


Mural en el Instituto Cultural de MĂŠxico, San JosĂŠ, 2005


artista multifacĂŠtico


El Mundo Informa, 2003, instalación exhibida en la muestra “TecNológico 2: espadas de doble filo”, TEOR/éTica.

“Medios de comunicación I y II”, Premio de Bienarte 2003, que le permitió participar en un grupo de seis artistas nacionales en la Bienal Centroamericana de Artes Visuales, Panamá, 2004.


La visión de Bush, o el que busca la guerra... Instalación para la Bienal Centroamericana de Artes Visuales 2004, en el Museo de Arte Contemporáneo de Panamá.

La visión de Bush, o el que busca la guerra. 2004 Instalación con monitores, estructura de metal, inodoro de cerámica y plástico, y pintura acrílico. Medidas variables. El artista pone su pensamiento sobre las grandes paradojas que se desprenden de la visión política del Presidente de Estados Unidos, George Bush. Este artista busca expresar que, como se dice popularmente, “el que busca, encuentra”. El concepto encuentra explicación, además, en aquella profética imagen creada por Escher donde una mano dibuja a otra mano, osea lo que yo hago me hace; se dice también: crea cuervos y te sacarán los ojos. Ávila reflexiona ante esas problemáticas que parecieran no tener solución, y de ello se desprende el simbolismo de utilizar en


esta instalación un inodoro, pues cuando nos sentamos ante la televisión a escuchar las noticias, se experimenta cierta sensación de indefención, de no poder hacer nada ante tantas problemáticas que estan desatando la violencia y el terror en el mundo, otro tipo de terrorismo: el de la pobreza que es otra forma de violencia y de ultraje contra las más grandes masas humanas del planeta. Avila deduce que ante ese panorama, no nos queda más que sentarnos en el inodoro a ver la televisión. El Nuevo ídolo. 2004. Televisor en blanco y negro con mueble con patas, reclinatorio de madera y pintura acrílica. Medidas: variables Esta pieza trata una temática similar a la presentada en Bienarte 2003 con la cual Ávila fue seleccionado para participar en esta Bienal Centroamericana, Panamá 2004. Es la temática de los medios de comunicación masiva, que en algunas situaciones son sobrevalorados y convertidos en ídolos. Este artista los caricaturiza, pinta el mueble del televisor con ese tipo de dibujos animados de Disney; el objeto o “tv” troca en una mercancía más de ese mundo del mercado, con su cosmética y parafernalia que cosifica al usuario o espectador. El televisor lo coloca en frente del reclinatorio con el sentido de criticar hasta que punto es llevada esa relación del objeto con la persona, que llega incluso a reclinarse ante ese ídolo macabro, por todo lo que representa, y que a veces se trasviste de ovejita, pero que es un ogro devorador.

“Reclinatorio” Instalación para la Bienal Centroamericana 2004 en Panamá.


Instalación exhibida en la muestra Cuidado, que pinta, o deconstrucciones pictóricas, Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, de San José, Costa Rica. 2004.


“Medios de comunicación“ muestra Cuidado, que pinta, o deconstrucciones pictóricas”, Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, de San José, 2004, curada por Ernesto Calvo.


Los cuestionados, 2004. Equipo de sonido intervenido con personajes cuestionados de la pol铆tica nacional. Colecci贸n del artista.


Museo de Formas, Espacios y Sonidos MUFES, 2006. Intervenci贸n a carros y m谩quinas.


“(IN)transitv“ 2005. Fotografía e impresión digital 100 x 90 cms. Colección JACKS.


“(IN)transito“ 2005. Fotografía e impresión digital 100 x 90 cms. Colección JACKS.


“¡Pide tu pollo, ahora!“ 2005. Fotografía e impresión digital 100 x 90 cms.


“¡Vive tu rollo, ahora!“ 2005. Fotografía e impresión digital 100 x 90 cms.


“Las andanzas de la palabra“ 2005. Instalación con máquina de escribir intervenida con pintura acrílica, tubo de base y cuadro colgando en la parte superior. Muestra Quijotes del Siglo XXI, Galería Nacional del Museo de Los Niños en colaboración con el Museo de Arte Costarricense.


Mural en Gráfica Génesis, 2005, San José.


“Mural de la guardería” Museo de Arte Contemporáneo al Aire Libre de Punta Islita, Guanacaste.


“Mural de la guardería”de Punta Islita, Guanacaste.


Mural del Parque Infantil Sim贸n Bolivar, San Jos茅.


Proyecto “RAE Ingenieros”, exhibido en la Plaza de la Cultura, San José, 2004



pintor de la ciudad yurbana la cultura


“Ciudades satélite”, 2002 Acrílico sobre tela. Colección privada.


“De lo urbano y lo rural”, 2003 Acrílico sobre tela. Colección Museo de Arte Costarricense.


“Parque recreativo”, 2003 Acrílico sobre tela. Colección Gina Gallery, Israel.


“No hayarás otra tierra ni otra mar. La ciudad irá en tí siempre” Cavafis

En la pintura de Ricardo Ávila, la ciudad está presente siempre, es una urbe irónica, mordaz, que nos habita y vive en nosotros sus moradores; al punto que nos evoca ese sugestivo verso de Constantino Cavafis: “la ciudad irá en tí siempre”. La metáfora urbana de Ávila no posee arriba ni abajo, es un constructo reinventado en la mente de un artista primitivo, donde el espacio de la imagen es revertido a su antojo, pero discurre la misma vida agitada, hacinada y violenta de la metrópoli contemporánea. El artista es sensible a las problemáticas de una infancia que quizás, le tocó vivir esas escenas que hoy rememora con algarabía de pinceladas, trazos, color y texturas. Acaso, no es esa misma dicotomía que provoca las migraciones rurales hacia los espacios urbanos, cuando reviven los conflictos pandilleros infantiles y juveniles: los “maras”, los “chapulines”, los “cipotillos” de las barriadas catrachas ajusticiados por la sociedad que quiere borrarlos de esa urbanidad que ellos no comprenden. Esta temática pareciera ser la que devela en su pintura: “Lo rural y lo urbano” 2003. Y, como si no sucediera absolutamente nada, las mujeres fisgonean desde las ventanas y los chiquillos se amontonan en las área recreativas, tan acechadas por la barbarie. A pesar de tantas reminiscencias hostiles, él recrea con desenfado en su pintura las “caritas” de la infancia, de frente, dando la cara; así mismos como somos en un ístmo entre mares tempestuosos y tierra de volcanes magmáticos como el corazón de este singular artista. La masificación edilicia opaca y maciza, las desgañitadas pitoretas del tráfico vehícular, los tumultos humanos son el paisaje de la urbe actual donde ya ni se puede respirar. Ahí pone su mirada el artista, como intérprete de sus vivencias, sueños y signos. Sus pinturas están repletas de camiones, autobuses, automóviles; pero tampoco faltan las colisiones y los congestionamientos en las esquinas, los semáforos e intersecciones de vías.


Las ciudades satélites poseen los servicios urbanos: áreas comerciales, de recreo, oficinas bancarias, etc; y aunque todo queda a la mano, están incomunicadas entre sí. La gente se escurre para no posar su mirada en la del otro. Aún a pesar de esa desesperanza queda un goce (en la pintura de este artista) de una ciudad que desvanece y quizás vayamos de vuelta hacia lo rural, al campo desde donde percibir el aura brillante de su inmaterialidad. LFQ, enero 2003

“Ciudad caótica”, 2000 Acrílico sobre tela. Colección Arq. Oscar Pamio. “Ciudad cuadrada”, 2005. Serigrafía sobre papel.


“Área recreativa”, 1999 Acrílico sobre tela. Colección privada.


Buses en el Instituto de México

Este artista en diversas series de sus pinturas e instalaciones, conduce a una mirada cíclica para penetrar a la ciudad; son ojeadas a su realidad, a sus objetos y sujetos: edificios, parques, sitios recreativos, vías de circulación con sus autos, buses, bicicletas; ahí donde hay profusión humana insertándose en la vida cotidiana e intrincando en una trama pictórica donde igualmente existe tensión, crudeza, pero también se advierte la existencia de su lado amable: la pasión vivida por todos ellos, en tanto son sus ciudadanos, quienes la habitan. En esta muestra titulada “Buses” él recurre de nuevo y en particular a ese componente de los servicios urbanos, el transporte remunerado de personas -representado en los autobuses-, pero llama la atención que en su mayoría estos provienen de la ciudad de Panamá, con su característicos motivos y símbolos de la realidad social del vecino país. Quizás lo impresionó sobremanera aquel colorido y lenguaje tan popular, con el cual él se identifica en su propia pintura, y decidió deleitarnos con una muestra la cual nos envuelve, motiva, y transporta, nos conduce a reinventar en nuestro pensamiento el imaginario de aquella iconografía, capacidad de la pintura de evocar, de ser memoria de las naciones. El trazo duro de su dibujo –grueso y si se quiere brusco- crea movimiento perimetral de los planos de fuerte acentua-ción cromática y tectónica. Quizás con ese lenguaje Ricardo evoca el sentido del tiempo, el concepto de lo inacabado y por lo tanto de la “incompletud”, que es un carácter precisamente símil de cotidianidad, en la cual el tiempo puede que se desvanezca, que vuele, pero que en ocasiones nos apabulle. Es el pulso de la ciudad, su ritmo, cuando en un


recodo de este trazado urbano encontramos a un semejante que nos impacta, y nos devuelve a esa realidad que parece estar sumergida en el más profundo sueño, porque dicho sujeto vive su tiempo, el que -como en los cuadros de este artista- lo ve pasar desde su guarida, desde la ventana de su estancia, desde el autobús, el automóvil, que en Ávila son semántica de su lenguaje. Ávila es un artista muy productivo, él mira lo que hace para retomar diariamente su trabajo y así encontrar otros planos de expresión, alimentar otros acercamientos a nuevas visiones que aunque sean siempre dadas al mismo paisaje urbano, no son nunca las mismas. Él se reinventa y recurre a la exploración para desmembrar su lenguaje, siempre naïf, con una inocencia que no acaba a pesar de entrar a su plena madurez. Él es quien nos porta a la ciudad, la lleva adentro, como dijera el poeta de Alejandría Constantino Kavafis: No hallarás otra tierra ni otra mar. La ciudad irá en ti siempre. Luis Fernando Quirós, junio 2005




“Bus en Salzburgo”, 1988 Acrílico sobre tela. Colección privada.

“Bús de Paraíso”, 1998 Acrílico sobre tela. Colección André Mass, Vance, Francia.

“Asís”, 2003, muestra “Cittá D´Italia. Acrílico sobre tela. Colección privada.


“Rotondas” 1997. Acrílico sobre tela. Colección privada.

“Rotondas 2” 1997. Acrílico sobre tela. Colección privada.


Serie “Estación Venecia” Expuesta en el Café del Teatro Nacional. Acrílico sobre tela. Colección privada. Puente Rialto “Estación Venecia” Expuesta en el Café del Teatro Nacional. Acrílico sobre tela. Colección privada.


Ciudad en Alemania. 1995. Acrílico sobre tela. Colección Arq. Oscar Pamio.

“Kinderland” Alemania. 1995. Acrílico sobre tela. Colección Arq. Oscar Pamio.


“Pagando la promesa”. 1995. Muestra “Nocturnos y creencias” Tribunal Supremo de Elecciones, San José. Acrílico sobre tela. Colección privada.

“Creencias”. 1995. Muestra “Nocturnos y creencias” Tribunal Supremo de Elecciones, San José. Acrílico sobre tela. Colección privada.


Autorretrato como turista en Turín. 1999. Acrílico sobre tela. Colección privada.

“Salve María, mi hermana”. 1999. Acrílico sobre tela. Colección privada.


“Cristo” serigrafía, 2003 “Cristo” 1998. Acrílico sobre tela. Colección André Mass, Vance Francia.


“Bodegón”, 1998. Acrílico sobre tela. Colección Gina Gallery, Israel.


“Nocturnos y Creencias”. 1995. Muestra Tribunal Supremo de Elecciones, San José. Acrílico sobre tela. Colección privada, Turín, Italia.


“Cristo Negro de Portobelo, Panamá”. 1995. Acrílico sobre tela. Colección privada.


“Cristo Negro de Guatemala”. 2000. Acrílico sobre tela. Colección privada.


“Mi gemela con muñeca”. 2000. Acrílico sobre tela. Colección privada. “Mi esposa. 2000. Acrílico sobre tela. Colección privada.


“El maestro de clarinete”. 2000. Acrílico sobre tela. Colección privada.

“Autorretrato, vendiendo pinturas”. 2000. Acrílico sobre tela. Colección privada.


“Turistas”. 1999. Acrílico sobre tela. Colección privada.

“Pasajeros subiendo al bus de Cartago”. 1999. Acrílico sobre tela. Colección privada.


“Tegucigalpa”. 2001. Acrílico sobre tela. Colección privada.

“Artista viajero por Salzburgo, Austria”. 1995. Acrílico sobre tela. Colección privada.


“Bar nocturno”. 2004. Acrílico sobre tela. Colección privada. “El avión”. 1999. Muestra en la Alianza Francesa, San José. Acrílico sobre tela. Colección privada.


“Duomo di Milano”. 2003. Cittá D´Italia, Casa Italia, San José. Acrílico sobre tela. Colección privada.

“Firenze”. 2003. Cittá D´Italia, Casa Italia, San José. Acrílico sobre tela. Colección privada.


“Mi hermana al espejo”. 1998. Acrílico sobre tela. Colección del artista.


dossier de prensa

El PEDRIODICO. Guatemala. Artículo de Lucrecia Coeño.


Viva, La Nación. Artículo de Dorian Díaz sobre los murales en San José.



ANCORA, La Naci贸n. Portada de la Naci贸n Domingo 9 de Octubre del 2005, al lado portada del suplemento ANCORA.



Suplemento en La Estrella. Panamá. Artículo sobre la Bienal Centroamericana de Artes Visuales en Panamá. Al lado artículo en Áncora, La Nación.


Viva, La Naci贸n.


Revista Su Casa. Artículo sobre la participación nacional en la Bienal de Artes Visuales de Panamá 2004.





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