Con impronta de mujer: Buscadoras de la verdad

Page 1

Con Impronta de Mujer

Buscadoras de la verdad

Alicia Calero


Con impronta de mujer Buscadoras de la verdad Alicia Calero 2015

Dise帽o portada y maquetaci贸n de publicaci贸n: Nat Gaete Una publicaci贸n de Editorial Digital LetrasKiltras Todos los derechos reservados


Buscadoras de la verdad "El que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla" Isabel Allende, escritora (Chile, 1942)


1. “Women in Science”: Ilustración realizada por Megan Lee Studio que representa distintas científicas destacadas y sus temas de estudio, con el año de nacimiento.


La ciencia es una parte importante de nuestra cultura y de nuestra sociedad. Aunque no siempre nos percatemos de ello, cada vez es más relevante en nuestras vidas y en nuestro día a día, fuertemente marcados por los avances en medicina y tecnología. La ciencia es, a grandes rasgos, el conocimiento obtenido a través de la observación, el razonamiento y la experimentación. La ciencia es, a fin de cuentas, la búsqueda de la verdad. Muchas personas se han dedicado a la investigación científica a lo largo de los siglos y un gran número de ellas han sido mujeres que han realizado importantes contribuciones. Aunque el camino nunca fue fácil, pues muchas veces tuvieron que desarrollar estrategias propias para que su trabajo fuese aceptado. Ya en el antiguo Egipto se encuentran nombres de mujeres en la ciencia, como es el caso de Merit Ptah (Egipto, 2700 a. C.), que aparece en una inscripción como “médica principal”. En la Antigua Grecia, una de las personas más importantes de la cultura fue la matemática y filósofa Hipatia (Alejandría, 350 - 415). Interesada en la astronomía, se dedicó a redactar textos para los alumnos del Museo de Alejandría, siendo toda una valiente visionaria. A lo largo de siglos y siglos de historia, podemos encontrar nombres femeninos dispersos en tratados y textos científicos, aunque es a partir del movimiento de la Ilustración (siglos XVII y XVIII) cuando el trabajo de las mujeres empezó a desarrollarse con más fuerza. Un ejemplo destacable es el de la naturalista, exploradora y pintora Maria Sibylla Merian (Alemania 1647 Países Bajos 1717) que realizó detalladas observaciones y descripciones, con ilustraciones propias, de plantas y animales sobre todo de la metamorfosis de los insectos- tanto en Europa como en sus expediciones a América. Sin embargo, no es hasta el siglo XX cuando las mujeres científicas alcanzan su máximo exponente (Imagen 1). Podríamos nombrar cientos de ellas en distintas áreas, pero me limitaré a destacar aquellas que, ya sea por su trabajo o relevancia, han causado mi interés. Marie Curie (Polonia, 1867 - Francia, 1934) fue la primera mujer licenciada en física (y un año más tarde en matemáticas) en la Sorbona (Francia), la primera mujer nombrada profesora en dicha institución, la primera persona galardonada con dos premios Nobel (de física en 1903 y de química en 1911) y la pri-


2. “La actividad del radio”: Portada del comic de Jordi Bayarri (Valencia, España, 1972) realizado en 2014 sobre la vida de Marie Curie, dentro de la colección titulada Científicos.

3. Cecilia Helena Payne Gaposchkin, astrónoma. Fuente: Smithsonian Institution.


mera mujer elegida miembro de la Academia Francesa de Medicina. Su carrera científica se basó en el estudio del magnetismo y la radiación, junto con su marido Pierre (Imagen 2). Trabajando juntos descubrieron dos elementos químicos (el polonio y el radio) y fue la primera persona en utilizar el término “radioactivo”. Está considerada una de las personas más importantes en el mundo científico. En 1925, Cecilia Helena Payne-Gaposchkin (Inglaterra, 1900 – EEUU, 1979) (Imagen 3) se convirtió en la primera persona en lograr un doctorado en el área de astronomía en el Radcliffe College (actualmente parte de Harvard) gracias a su disertación sobre las “atmósferas estelares”. Esta mujer, que inicialmente había estudiado botánica, física y química, estableció en su tesis que el hidrógeno era el componente principal de las estrellas. Científica activa donde las haya, desarrolló toda su carrera académica en Harvard, donde en 1956 alcanzó el puesto de profesora asociada, hasta finalmente convertirse en directora de departamento. La americana Barbara McClintock (EEUU, 1902 - 1992) (Imagen 4) se doctoró en Botánica en 1927 por la Universidad Cornell. Recibió numerosas becas con las que continuó sus investigaciones sobre la genética del maíz en esta Universidad, así como en la Universidad de Misuri y el Instituto de Tecnología de California. En los años cuarenta y cincuenta, descubrió el proceso de transposición génica (movimiento de los genes de un lugar a otro dentro de las estructuras en las que se organizan), empleando estos descubrimientos para explicar cómo los genes determinan ciertas características visibles de los organismos. Estas investigaciones fueron recibidas con escepticismo por parte de sus colegas, por lo que dejó de publicar sus datos en 1953. Años más tarde, otros científicos publicarían sus mismas conclusiones, demostrando la validez e importancia de sus resultados. Finalmente, le fue reconocido el mérito con numerosos galardones, entre ellos el premio Nobel de Medicina o Fisiología de 1983. La española Sara Borrell (1917 - 1999) (Imagen 5) tuvo que sufrir no solo la infravaloración de ser mujer, sino también la situación de trabajar en un país donde la ciencia no estaba -y aún no está- suficientemente valorada. Fue doctora en Farmacia, profesora e investigadora del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la mayor institución pública dedicada a la investigación en España y la tercera de Europa) y experta en estudios bioquímicos y clínicos de hormonas esteroides, siendo miembro del Comité Internacional del grupo de Hormonas Esteroides desde su creación en 1963. Discípula del importante académico y médico Gregorio Marañón (España, 18871960), obtuvo reconocimiento a nivel internacional, siendo solo reconocida en su país por los círculos más próximos a su trabajo.


Así como la ciencia es la búsqueda de la verdad, su historia también refleja la verdad de nuestra sociedad: un gran número de casos de machismo, envidia y discriminación. Durante años, universidades de prestigio internacional como Princeton (EEUU) prohibieron el acceso de las mujeres a las carreras científicas. La propia Marie Curie no hubiera conseguido su primer Nobel si su marido Pierre no hubiera luchado por ello tras el anuncio de la concesión del premio, originalmente para Pierre y su otro compañero de investigación -también hombre-. Aún en nuestros días, las jerarquías científicas son masculinas y el ascenso profesional de las mujeres es más complicado que el de los hombres, al encontrarse con el llamado “techo de cristal”. En un momento concreto de la carrera científica, gran número de mujeres abandonan (fenómeno que se conoce como “leaking pipe”) o se quedan estancadas, al toparse con esa barrera invisible y difícil de traspasar: aunque pueda parecer mentira, su trabajo no es reconocido como el de sus compañeros varones. Otros factores, como la dificultad para la conciliación de la vida profesional y familiar, agravan esta situación. Pero no todo está perdido. Instituciones y empresas privadas dedican grandes esfuerzos a combatir esta desigualdad. La UNESCO y la firma L’Oreal, por ejemplo, otorgan premios a la excelencia para mujeres científicas. Gracias a iniciativas como estas, al aumento de la presencia femenina en la universidad y a la incorporación de medidas para la igualdad de género, actualmente puede percibirse una tendencia positiva en el ámbito científico. La lucha por la igualdad –no sólo de género, sino en su sentido más amplio- es fundamental en cualquier aspecto de la cultura de una sociedad, pero aún lo es más en el mundo de la ciencia. Pues, ¿cómo va a buscarse la verdad desde un pequeño grupo reducido de personas? En un mundo diverso, en una sociedad diversa, sólo a través de esa diversidad puede avanzarse en el conocimiento.


4. Sello de la botรกnica Barbara McClintock realizado por el servicio postal de EEUU en 2005.

5. Sara Borrell, investigadora del CSIC, en 1946. Fuente: Archivo de la familia Borrell.



ACERCA DE ALICIA CALERO



Hay niños que vienen con un pan bajo el brazo, Alicia vino con un lápiz. Siempre ha estado creando con esas manos tan gastadas que tiene: desde versos hasta esculturas, pasando por todas las artes. Tiene todo tipo de textos publicados por la red (reseñas y poemas en los blogs Azuldemar y las Afinidades Electivas y artículos en algunos números de la revista "El Síndrome de Stendhal"). Sus poemas han sido publicado también en papel en las antologías "Versos en el aire" y "GiraPoema: Haz rodar una poesía". Podéis encontrar un gran número de sus obras bajo los nombre "Acalilecora" para textos y "Som Somni" para los materiales más visuales. Su blog personal es Som Somni. Letras, palabras, imágenes y puede ser visitado en la siguiente dirección: http:acalilecora.blogspot.com.es/



Con impronta de mujer

Buscadoras de la verdad Alicia Calero 2015

Una publicaci贸n de LetrasKiltras Ars longa, vita brevis


Una publicaci贸n de LetrasKiltras 2015


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.