Fall Zone - Capítulo 0

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CC 2015 Marco Antonio Aster Crowley Virtual Bread Editorial Libre Fall Zone Historia: Marco Antonio Arte: Aster Crowley Ilustración de portada: Diseño de portada: Corrección de estilo: Editor: Diseño editorial: Logotipo original: Retoque de imágenes:

Aster Crowley Carlos Martínez Jonathan Yann Carlos Martínez Virtual Bread Carlos Martínez Carlos Martínez

Agradecimientos especiales: A nuestros queridos lectores de prueba México 2015 Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional


Virtual Bread Presenta:

Historia:

Marco Antonio Arte:

Aster Crowley


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Índice

Introducción

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Capítulo 0 11 Ilustración 1

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Ilustración 2 Ilustración 3

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Ilustración 4

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Promo

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Introducción Por Carlos Martínez

Fall zone ha sido para mi un trabajo que desde la primera lectura ha tenido bastante evolución, muy a pesar de las situaciones que lo han mantenido estancado; pero al parecer el esfuerzo habrá valido la pena en cuanto el primer lector de esta nueva saga lo tenga frente a sus ojos. Antes de comenzar me gustaría agradecer a Aster y Marco por la paciencia infinita que han mostrado a cada paso del proceso, y disculparme por tenerlo listo hasta este momento. Sin más por el momento, tienen en sus manos una novela ligera que seguramente les agradará.

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Capítulo 0 «Año 2104» CIUDAD CAPITAL

Todo

sucedió hace exactamente 4 años, esa noche oscura y fría 45 millones

de personas que habitaban Ciudad Óptima se vieron forzadas a salir de la comodidad de sus casas. Lo denominaron como el día en que todo se perdió; esa noche la humanidad cedió el 70% de su territorio y sucumbió a algo ante lo cual no estábamos preparados. Aquel día, cuando todos creyeron que era el fin, fue llamado el día EE.

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En ese entonces tenía 15 años, regresaba con mis padres después de haber salido por un tiempo de la ciudad, aquella noche estaba lloviendo de tal forma que se podría haber sido considerado como un aviso, un aviso de que algo peor llegaría. Los vidrios se empañaban debido al frío que había afuera, estábamos atascados en un embotellamiento y se podían oír las bocinas de los autos sonando una y otra vez, habían muchos camiones militares yendo hacia el centro de la ciudad; por un momento me pareció extraño pero al final terminé sin darle importancia. Eran alrededor de las 10 de la Noche cuando de pronto, una gran luz en el cielo nos dejó cegados por un par de segundos. Posteriormente un gran estallido resonó por toda la ciudad, todos estuvimos atónitos al ver que algo caía a gran velocidad, era como una enorme roca metálica que iba envuelta en llamas. Fue en ese momento cuando el pánico se hizo presente; la gente se empezaba a bajar de sus autos aunque estuviese lloviendo, ~12

solo por ver qué es lo que sucedía. En ese mo-



mento aquella roca impacto contra el suelo destruyendo un par de edificios cerca del centro de la ciudad. Unos rascacielos que estaban enfrente de la autopista donde veníamos nos tapaban la vista así que no sabíamos con certeza qué era lo que pasaba en el centro de la ciudad, mis padres estaban sentados en el auto,en su rostro se reflejaba la preocupación y el desconcierto al no saber qué pasaba. De pronto, una multitud de gente corría atemorizada en sentido opuesto al que íbamos, era claro que huían de algo. La gente que aún seguía en sus autos rápidamente salieron de ellos sin importar el clima, al igual que nosotros. Sólo escuché decir a mi madre “Sal del auto”, rápidamente lo hice y me tomó de la mano; empezamos a correr abandonando el auto, debido a la inmensa cantidad de gente era difícil moverse se escuchaban las sirenas de policía, estruendos que parecían ser disparos y los gritos de la gente huyendo. En ese momento escuchamos explosiones que ~14

causaron que varios edificios se derrumbaran, el


pánico hizo que la gente se conglomerara más y sin querer fui arrastrado soltando la mano de mi madre. Tras de unos segundos la gente se dispersó entre calles pero yo ya estaba solo, por más que buscaba a mis padres no podía encontrarlos, supe que tenía que salir así que seguí corriendo mientras veía a más camiones militares yendo hacia varios puntos de la ciudad, no sólo era el centro el que había sucedido este tipo de situación. Corriendo sin un lugar a donde ir terminé perdido entre calles de la ciudad, alrededor se escuchaban estruendos, explosiones y se podían ver edificios ardiendo en llamas a lo lejos, estaba solo. De alguna manera me terminé adentrando en la ciudad, estaba lloviendo, tenía frío y no sabía que hacer, sólo podía ver humo, ruinas, fuego, seguía escuchando sirenas, había un par de edificios con unas grandes pantallas en la cual se veía la leyenda: “Abandonen la Ciudad” pero era obvio que yo no sabía cómo, así que lo único que podía hacer era seguir caminando sin rumbo fijo. Me preguntaba a cada instante dónde están mis

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padres, si se encontraban bien y si piensan en mí. Desconocía la hora , tampoco sabía en qué punto de la ciudad me encontraba y si había alguien que pudiese ayudarme. Necesitaba descansar por lo que entré en una pequeña área habitacional buscando a alguien que me pudiera ayudar o por lo menos una casa en la cual poder descansar un momento. Seguí caminando y encontré una pequeña casa, era más pequeña que la mía pero me sentí seguro en ella. Exploré un poco y parecía pertenecer a una familia humilde, no tenía mucho lujo pero era cómoda; me senté en el sofá a descansar, estaba consciente que debía seguir para buscar ayuda y encontrar a mis padres, pero aquel sofá era muy cómodo y no soporté el cansancio; entonces poco a poco el sueño me vencía, no quería dormir sabía que si dormía, algo me podría pasar, pero no podía más; en un instante sin darme cuenta caí en un profundo sueño y por un momento olvidé todo lo que pasaba. ~16

Estaba dormido, soñaba con Mamá y Papá es-


tábamos juntos, sonreíamos nunca pensé que eso algún día terminaría, aunque estaba dormido alcanza a percibir una voz, solo decía –oye, oye, ¿te encuentras bien?– en ese momento mis ojos comenzaron a abrirse, cuando recuperé un poco mi visión distinguí a un hombre; cuando recuperé totalmente el conocimientoasustado caí del sofá y retrocedí unos cuantos metros. Frente a mí estaba un señor de aproximadamente 40 años, tenía un par de lentes y me miraba con una cara de sorpresa. – ¿Estás bien?– Preguntó el hombre. –Sssi, ¿quién es usted?– Pregunté con un tartamudeo. –Mi nombre es Salvador– Contestó el hombre con una sonrisa en el rostro. No sabía que pensar, no sabía en ese entonces si ese hombre era alguien amable o alguien de quien debía cuidarme, no sabía si debía salir corriendo o seguir hablando. Mientras pensaba eso aquel hombre interrum-

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pió aquellos pensamientos con una pregunta. – ¿Cuál es tu nombre Muchacho?– preguntó desconcertado. –Aarón Leroy– le contesté con una voz firme. –Leroy... Leroy... ¿acaso eres el hijo del profesor Albert Leroy?– preguntó el hombre. –Sí, me separé de mi familia hace poco y ahora estoy perdido. Mi padre era un científico conocido por toda la ciudad, él era el Director del “Centro de Ciencias Aplicadas de Ciudad Optima”, salía muy a menudo de la ciudad para sus investigaciones, de hecho lo acompañamos en la última y apenas hoy regresábamos a la ciudad. -¿Qué haces aquí?- Pregunté. -Venimos de la unidad habitacional que está a varios kilómetros de aquí, buscamos refugio y víveres, al igual buscamos a alguna persona que nos apoye-¿Venimos...? ~18

-Oh, lo siento fuera están unas cuantas perso-



nas más, sólo son mi mujer y mis dos hijos que vienen conmigo, ven te los presentareEn ese momento Salvador me extendió su mano con una sonrisa en el rostro, una extraña sensación vino a mí no estoy seguro qué fue pero pienso que era felicidad. Cuando tomó mi mano y me ayudo a levantar sentí como si ya no estuviera solo. Salí de la casa junto con Salvador, afuera estaban 3 personas, las cuales me veían con cara de asombro y confusión al mismo tiempo; eran 1 mujer de no más de 35 años, hermosa es la única palabra que se me ocurre para describirla todo su cuerpo irradiaba una especie de aura de gentileza. Después de un par de segundos una sonrisa se ilumino en su rostro y una voz dulce y gentil me pregunto: – Ohh… ¡Hola! ¿Cuál es tu nombre? – Rápidamente conteste: –Le- Leroy... Aarón Leroy ~20


Por alguna razón me sentía mucho más nervioso que cuando Salvador me lo preguntó, sentía un poco de vergüenza porque casi nadie era amable conmigo y digamos que no era muy popular, ni siquiera con las chicas del colegio. –Él es el hijo del Profesor Albert Leroy– Aclaró Salvador. – ¡Mucho gusto!, yo soy Helena la esposa de Salvador– Dijo ella con una gran sonrisa en el rostro. – ¿Cuántos años tienes Aarón?– Preguntó ella. –15 años– Contesté rápidamente. Justo al lado de ella se encontraban un par de niños, los cuales se limitaban a mirar y poner cara de confusión. -¡Ah! ella es Rosario, es un año menor que tú y él es Isaac, tiene tu misma edad; ambos son nuestros hijos. – Dijo rápidamente mientras abrazaba a los niños. –Mu- Mucho gusto– Fue lo único que pude contestar.

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–Igualmente, el gusto es mío– dijo Isaac con una voz firme y sonriente rostro. Volteé a ver en dirección donde se encontraba Rosario pero ella se encontraba mirado al suelo, en su rostro se notaban muchos sentimientos: preocupación, miedo, tristeza eran los que más claramente se notaban, en ese momento supe perfectamente cómo se sentía. –Y, ¿qué haces aquí Aaron?– Preguntó Helena. – M-Me separé de mi familia entre toda la confusión de la gente en la autopista. E-estuve vagando por varias horas y encontré este lugar así que decidí entrar y esperar a que las cosas se calmaran un poco. Todos me observaron, sus rostros mostraban preocupación por mí y eso me hizo sentir algo... Felicidad. Miraba el suelo, pensando en que en algún momento llegaría a ver a mis padres de nuevo. ~22

–Aarón ¿No sabes que está pasando aquí?–


Preguntó Salvador con una mirada muy seria y vozn firme. –No… Si mi padre sabía algo, nunca lo menciono– Contesté seriamente. –Ya veo...– Dijo Salvador, se encontraba sentado con la mirada fija en la fogata que estaba en medio de todos. Rápidamente Salvador se puso de pie y dijo: –Bueno, que les parece si descansamos ahora, son las 3 de la mañana así que descansaremos en esta casa y temprano reanudaremos la búsqueda de suministros y nos dirigiremos fuera de la ciudad, posiblemente los militares nos ayuden.– Después de eso apagamos la fogata, recogimos todo lo que había afuera y entramos a la casa; Salvador y Helena se quedaron en el primer piso y yo subí al segundo junto con Isaac y Rosario, entramos a un cuarto el cual parecía de otro niño. Rosario se quedó en la cama, Isaac y yo nos

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recostamos en el piso, supongo que debieron de estar muy cansados ya que se quedaron dormidos casi inmediatamente, yo por el contrario no podía siquiera cerrar los ojos, algo me aquejaba y no sabía qué era. Me incorporé y salí al balcón que se encontraba al lado del pasillo tal vez si tomaba un poco de aire podría dormir, me recargué con los brazos en el balcón y al hacer eso me di que cuenta que desde ahí podía ver parte de la ciudad. No sabía que iba a pasar conmigo, no sabía si volvería a ver a mis padres, siquiera si podríamos salir de esta ciudad. Mientras todos esos pensamientos pasaban por mi cabeza Salvador abrió la puerta de cristal que se encontraba detrás de mí y me vio con sorpresa, pero casi inmediatamente cambió eso por una sonrisa. –¿Tampoco puedes dormir?– Preguntó mientras se paraba al lado de mí y se recargaba en el balcón. ~24

–No– Respondí.


Los dos levantamos la mirada hacia el cielo; a pesar de que había humo negro saliendo de algún lugar de la ciudad el cielo se lograba distinguir muy bien, era una noche estrellada, hubiera sido una noche perfecta si no fuera por lo que sucedía. Después de un par de segundos así Salvador empezó a hablar: –Ellos son lo más importante para mí...– Dijo Salvador con una voz muy suave. –¿Te refieres a... Helena, Isaac y Rosario?– –Si, no se que haría si algo les pasara...– Aunque Salvador parecía muy fuerte, su rostro reflejaba preocupación. –¿Cómo llegaron aquí?– Pregunte. –Ahh... Fue tan rápido, los niños estaban en su habitación cuando de pronto toda la casa empezó a temblar, y al asomarnos por la ventana, oímos gritos y unas cuantas explosiones, así que tomamos lo que pudimos y salimos corriendo, es casi seguro que nuestra casa ya ni siquiera exista– Mientras me decía eso, estoy seguro que

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estaba a punto de que una lagrima se le escapara, pero lo comprendía así que no dije más. –Gracias– Dijo después de un par de minutos. – ¿Mmm? ¿Porque?– Preguntó Salvador. –Porque antes de que ustedes llegaran me sentía muy solo, tenía miedo, no sabía qué hacer y gracias a ustedes que han sido tan amables, ya no me siento así. – Contesté yo con una sonrisa discreta. En ese momento Salvador puso una mano sobre mi cabeza y dijo: –No te preocupes, saldremos de esto... TODOS JUNTOS– Dijo con una gran sonrisa mientras me miraba. –Entremos...– Dijo Sentía ganas de llorar, pero por alguna razón no me sentía triste, sólo podía sentir que había alguien en quien confiar en estos momentos y que podía recibir su ayuda. ~26

En ese momento, no se si fue por suerte o pura


casualidad mire hacia la calle que se encontraba a la derecha y vi un par de luces rojas muy brillantes que se movían, por un momento pensé que eran personas así que volteé a decirle a Salvador, pero al ver su rostro lo noté impactado, me desconcertó mucho así que le pregunté: ¿qué te sucede? Él se limitó a contestar: – SON ELLOS – – ¿Son ellos? – Rápidamente giré para ver qué sucedía y al ver las sombras que pasaban casi imperceptibles, me di cuenta que obviamente no son humanos, era una especie de bestia con forma de hombre, pero se veían mucho más altos, y robustos por las sombras, se podía notar que tenían una especie de caparazón, es todo lo que podía ver por la oscuridad y la distancia. –Tenemos que salir de aquí...– Dijo atropelladamente Salvador. –Por qué, ¿qué son esas cosas?– Pregunté preocupado.

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–No tengo idea, pero... Esas “Cosas” estaban cuando tuvimos que huir. – Salvador corrió y despertó a Rosario, Isaac y Helena, tomó todo lo que pudo y de su maleta saco lo que parecía ser un rifle de cacería; salimos por la puerta de atrás siendo lo más sigilosos posible. Todos teníamos miedo pues la única forma de huir era pasar por el plantío de maíz que se encontraba enfrente, el problema es que debíamos cruzar la calle donde se encontraban esas “cosas”. Todo iba bien, casi no hacíamos ruido y esas “cosas” aun no nos notaban, antes de cruzar nos detuvimos. –Si algo llega a salir mal, quiero que corran y no paren por nada– Asentimos con la cabeza. –¡Muy bien! ¡Vamos! Comenzamos a caminar lentamente para ha~28

cer el menor ruido posible.Íbamos perfectamente


pero de pronto, Isaac resbalo con una lata, el sonido del aluminio chocando contra el suelo llego a oídos de esa “cosa”, volteo y vio tirado a Isaac comenzó a correr a una gran velocidad, lo cual causo que Issac queda paralizado por un momento, el alboroto llamó la atención del otro que estaba a su lado, al momento que pasó por un ligero resplandor de luz se podía ver la figura humanoide con grandes músculos y unos grandes y espantosos ojos rojos, cuando se encontraba a unos 10m de Isaac se escuchó un estruendo, y posteriormente se vio “sangre” si se le puede llamar así,saliendo de la pierna derecha de esa “Cosa”. Salvador había acertado le había acertado un tiro lo que dió algo de tiempo a Isaac para reaccionar. –¡CORRAN!– Gritó Salvador. Isaac se levantó y nos adentramos en el plantío, Helena corría lo más rápido que podía mientras tomaba de la mano a Rosario, salvador corría mientras disparaba repetidamente.

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En ese momento se escuchó un grito desgarrador. –¡AAAGGGHHH! Volteé a ver qué pasaba y para mi sorpresa noté que una de esas “cosas” habían agarrado a Salvador, intentaba defenderse pero no podía, esa “cosa” lo mordía y golpeaba, cuando intenté ir en su ayuda el me noto y grito: –¡NO- NO VENGAS! ¡CORRE FUERA DE AQUI!– Cuando me dijo eso, tomo el rifle y lo aventó los más lejos que pudo. –¡TÓMALO Y HUYE!– Dijo, así que corrí rápidamente por el rifle, era muy pesado y aunque alguna vez tome una práctica de tiro con mi padre no sabía cómo usarlo. –Sal- Sálvalos, por- favor...– Fue lo último que escuche de Salvador mientras seguía siendo devorado por esas cosas. Seguía corriendo con el arma en brazos, cuan~30

do de pronto escuché otro grito pero ahora más



agudo. –¡AHHHHHHHH!– Voltee rápidamente y al igual que ha salvador vi que habían atrapado a Helena, ahí estaba también Rosario viendo con pavor como devoraban a su madre. Cuando la bestia la notó, gruñó, en ese momento apunté el arma que por un golpe de suerte dio justo en el rostro de la bestia. Corrí a donde se encontraba Rosario y la tomé de la mano. –¡HUYAMOS!– Le dije mientras la jalaba En ese momento corrimos y por fin salimos del plantío y ahí estaba Isaac con un rostro lleno de pánico, la bestia que había devorado a Salvador lo estaba buscando mientras que el empezó a correr fuera del plantío. –Corramos y escondámonos rápido– Dije mientras buscábamos algún lugar donde poder refugiarnos. ~32


Vimos un pequeño granero y nos escondimos, es cosa seguía afuera podía ver su sombra merodeando, lo único que podía hacer era apuntar el arma a la puerta del granero, aunque sabía que si nos encontraba estaríamos perdidos, de pronto la sombra desapareció, abrí un poco la puerta para echar un vistazo y vi como aquella cosa retrocedía. En ese momento sentí un gran alivio. –¿Están bien?– Les pregunte a Rosario e Isaac. –S-Si– Contestó Isaac mientras se dejaba caer y se sentaba viendo hacia el techo. Miré a Rosario y en su rostro no veía más que terror. Me hinqué enfrente de ella. –Tus padres fueron unas grandes personas, estoy seguro que estén donde estén se encuentran felices de que ustedes hayan sobrevivido, no te preocupes saldremos de esta, yo te protegeré– Le dije a Rosario. 33~


En ese momento, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y empezó a llorar mientras ponía su rostro sobre mi pecho, Isaac igualmente comenzó a llorar mientras apretaba los dientes y miraba el techo, yo aunque quise ser fuerte no pude contener mis lágrimas, por mi cabeza sólo pasaba una cosa, asesinar a esas cosas, aunque sabía que en mi estado actual no podía hacerlo. Cuando Rosario dejó de llorar, se quedó profundamente dormida, Isaac se recostó sobre el suelo y también durmió, también me recosté en el suelo y cerré mis ojos deseando que todo lo que sucedió esa noche fuera un sueño. –Mamá, Papá, ¿Dónde están?– Me desperté de golpe, bajo la puerta se podía ver claramente la luz del sol, pero fuera de aquella puerta se escuchaban voces, se acercaban cada vez más hasta que se pusieron enfrente de la puerta, abrieron de un golpe la puerta lo cual causo que los destellos de el sol me dejaran sin ~34

visión por un par de segundos, cuando recuperé


la vista vi que eran parte del ejercito de Ciudad Optima. En ese momento sentí una gran tranquilidad. –¿Están Bien?– Preguntaron. –Sí– Respondí claramente. – ¿Cuáles son sus nombres?. –Ella es Rosario, el Isaac y yo soy Aarón Leroy. –¿Leroy? ¿Eres pariente del profesor Leroy? –Soy su hijo, ¿sabe algo de mi padre? –No, desafortunadamente no sabemos nada de éll –Ya veo– Dije en voz baja mientras bajaba la cabeza. –Vengan, los llevaremos a un lugar seguro. Fuimos con ellos, nos llevaron en un Buggy militar, mientras recorríamos la ciudad sólo veíamos las ruinas de varios edificios, carros abandonados e incluso uno que otro cuerpo desmembrado. A las afueras de la ciudad se hallaba la base secreta que menciono Salvador dentro de una cueva, al entrar vimos que había una increíble cantidad

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de gente, donde se escuchaban gritos y llantos, las caras de las personas mostraban miedo y nada más. Fuimos y nos sentamos en un par de bancas que se encontraban ahí, ahora no sabía qué hacer, estábamos los tres solos. –¿Aaron?– Escuché como alguien pronunciaba mi nombre. Levante mi cabeza y vi a una señorita con bata blanca, con un par de lentes y cabello obscuro y largo. –Eres Aarón Leroy, cierto. –S- Sí y usted ¿quién es? –¡Ohh! Qué alegría que estés bien, yo soy Miranda Steimberg, era la asistente del laboratorio de tu padre ¡Tu padre hablaba tanto de ti, que de inmediato te reconocí! –¿Mucho gusto?– No sabía que más decir. –¿Mmm? ¿Ellos quiénes son?– Refiriéndose a Rosario e Isaac. –¡Ah! Son un par de amigos, ella se llama Rosario y el Isaac, ellos y sus padres me ayudaron cuando estaba perdido, después de que me se~36

pare de mis padres.


–¡Oh! Ya veo, y sus padres ¿Dónde están?– Preguntó mientras que miraba hacia los lados. Baje la mirada y conteste fríamente. –Fueron devorados anoche por unas “cosas” humanoides. –Así que ya tuviste contacto con los EXTRAS– dijo. –¿EXTRAS?– Dije confundido. –Ven hablemos. –¿Qué pasara con Isaac y Rosario? –No te preocupes, les haremos un chequeo médico y les daremos algo de comer. –Los veré después, vayan con ellos, los ayudaran– Dije con una sonrisa. Mientras ellos se iban, entré a una sala al parecer de reuniones con Miranda, me senté y me comenzó a explicar, al parecer los EXTRAS son una raza extraterrestre más desarrollada la cual tiene características humanoides, hay varias clases de extra y todos tienen un atributo diferente. Al parecer los EXTRAS que nos encontramos ayer eran

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de la clase RAPTOR y WALKER. –¿Cómo saben todo esto? –Capturamos unos cuantos anoche –¿Aarón, conoces la última investigación de tu padre? –N- No –El proyecto Perfectum Hominem, es una investigación que tu padre lleva haciendo por años y por fin la pudo completar. Consiste en aumentar, la fuerza y los sentidos del ser humano, esto estaba pensado usarse para fines militares, pero creo que es hora de usarlo –¿Te gustaría ser parte del proyecto? –Con eso podré eliminar a esas “cosas” –No lo sabemos, pero es posible En ese momento vinieron a mi mente, Papá, Mamá, Salvador, Helena, Rosario e Isaac, esas personas que me apoyaron de alguna forma, necesito regresarles el favor, necesito ser más fuerte, ayudar a aquellos que lo necesiten, y eliminar ~38

a aquellos que se lo merezcan me he decidido...


–Con ese posible basta... –¿Mmm? – ¡Me uniré!, ¡cuenta conmigo! ¡Eliminaré a todas esas cosas!

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Aar贸n

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