Maumiau 9

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Virtual Bread bunko magazine: Tu librerĂ­a de novelas ligeras en espaĂąol.

Historia y arte:

Laughtman

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CC 2017 Virtual Bread Mau Miau Historia y arte de Laughtman Ilustración de portada: Diseño de portada: Corrección de estilo: Editor: Diseño editorial:

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Agradecimientos especiales: Hideo Shirow Fulanito de tal Y a nuestros queridos lectores de prueba

Hecho en México. Licencia: Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional


Virtual Bread Presenta:

9 Historia y arte:

Laughtman


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Mina

se dirige al lugar que Lili le indicó. Recuerda los sabios consejos de su

amiga: -

No te dejes llevar por su apariencia, aunque se

vea de cuarenta y tantos años, en realidad tiene más de trescientos años de viejo. -

Aunque tenga más de trescientos años, se

comporta como si tuviera 14. -

Es un tipo muy mamón, no te va a dar lo que

quieres sin darle algo a cambio, lleva ropa interior de repuesto. – Eso me da miedo. -

Cuando regreses tráeme unas papas con sal-

sa de la que pica, de la otra no porque no me sabe. -

Te doy dinero ¿cuánto crees que cuesten?

¿10? Te doy 12, me guardas el cambio, si no te alcanza acompletale y yo te pago después – ella nunca paga. El lugar es bastante solitario, parece que nadie pasa por ahí a menudo. Tras seguir algunas pistas como los carteles fosforescentes con flechas, logra llegar, una densa neblina rodea el sitio, no se puede ver más allá de cinco metros.

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-

¿Qué es esto?

Nota que del cielo cae algo, como si fuera nieve, pronto se da cuenta que es ceniza. Delante de ella, la neblina deja ver a un niño que permanece inmóvil hasta que ella se acerca. -

¿Estás bien pequeño? ¿Estás perdido?

- No -

¿Qué te sucede? ¿Por qué luces tan pálido?

-

Es que saliste del humo y me asusté.

-

Ay, perdón, creí que no había nadie por aquí

¿Salí del humo? ¿Que no es neblina? -

Es humo, el abuelo hace tamales oaxaqueños

con leña y la madera seguía húmeda. -

Oh, ya veo… eh… y ¿tu abuelo es un brujo o

algo así? -

Aquí no hacemos amarres señora, deja de so-

ñar ¿Cómo supo que provenimos de un largo linaje de brujos inmortales? -

No vine por un amarre, no soy señora y de tu

familia de linaje hechicero, pues no parecen ser muy discretos. Sólo quiero deshacerme de un gato anaconda del Amazonas.

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-

Uy que loco, no pues va a tener que hablar con

el abuelo, es un inútil, pero es el único que está. -

¿Cómo llegó con tu abuelo?

El niño señala una ventanilla. - Gracias Mina se aleja y el niño comienza a cantar una extraña canción mientras salta la cuerda: -

Estaba la pájara pinta, sentada en un verde li-

món. Con el pico cortaba las hojas, con las cortaba la flor… - Cantaba el niño con cara inexpresiva. En la ventanilla de la caseta encontró una hoja con lo que parecían ser instrucciones enumeradas, tomó la hoja y leyó la primera: 1. Paga la cuota de $5 pesos (depositar en alcancía) Sin embargo surgieron grandes dudas en el interior de Mina ¿Por qué tengo que hacer esto? ¿Qué pasa si simplemente no pago? Rápidamente el niño dejó de cantar, volteó a verla lentamente y, con una mirada sombría gritó: -

No seas tacaña, deja cuando menos una mo-

neda de $5

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Ella sacó $5 de su bolsillo y los depositó en una alcancía en forma de cochinito con un bello decorado de calaveritas (cráneos). Ella continuó caminando hasta que llegó a una puerta y comenzó a leer el segundo punto de la carta. 2. Busca la llave e intenta entrar. Volteó hacia el lado derecho donde había unas jardineras llenas de piracantos, limoneros, rosas y sinnúmero de plantas espinosas. Volteó hasta el lado izquierdo donde estaba un precipicio inexplicablemente hondo. Optó por saltar la puerta (que no era muy alta) y continuar con su camino. Más adelante se encontró con un nuevo obstáculo, por lo que comenzó a leer el tercer punto de la carta: 3. Pasa entre los vidrios afilados sin cortarte ni tocarlos o rosarlos y continúa el camino. Frente a Mina había un pasillo ineludible lleno de cristales puntiagudos ultra filosos en la pared, techo y piso.

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Mina se preparaba psicológicamente para intentar pasar cuando se tropieza y tira los vidrios , mismos que parecían haber sido pegados hace años con plastilina. Pasó rápidamente y sin dudarlo hacia el último reto. Leyó la carta. 4. No te distraigas y sigue de frente De pronto, observó que algo se movía en un gran contenedor de cristal. Eran cosas pequeñas, blancas y esponjosas. -

Conejitos saltando y reproduciéndose a velo-

cidad Mach 3, Algunos de ellos con pequeña ropa de obrero, de mago, de oficinista o de gato(¿?). Mina no pudo evitar quedarse a jugar con los conejitos. Justo cuando Mina carga a uno de ellos entre sus brazos se dio cuenta de que aquél contenedor tenía un equilibrio deficiente, el contenedor cayó y se rompió, los conejitos corrieron por todas partes, y un gran hoyo comenzó a abrirse.

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-

¡cómo es posible que haya caído en esa estú-

pida trampa! Mina cae por una resbaladilla que la conduce a un calabozo que huele a pipí. -

Esto debe ser una pesadilla, aquí apesta a pipí

y estoy encerrada ¿Qué diablos voy a hacer ahora? A lo lejos se escuchaba un ruido, era metal que chocaba, como un motor viejo y oxidado cuyos pistones andan lento. -

Demonios, ese sonido se acerca, tengo que

hacer algo para salir de Aquí. Mina trata de escalar por dónde cayó, pero la resbaladilla estaba demasiado alta. El sonido estaba cada vez más cerca, una sombra de una persona con sombrero triangular se veía a lo lejos por el pasillo. -

No sé qué pasa aquí, pero siento que debo sa-

lir rápido o voy a morir. Ella busca desesperada por todas partes en la celda una llave o algo que le permita forzar la reja, no encuentra nada hasta que… -

¿Qué es eso?!

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Mina encuentra una pequeña compuerta con un letrero: “Para abrir la jaula, deposite su ropa interior usada en la compuerta” Mina hace cara de asco ante lo que ve, pero recuerda lo que Lili le dijo: “papas con salsa de la que pica” -

No, espera, antes de eso.

“Lleva ropa interior extra” -

¡Por fin un consejo útil de Lili!

Mina saca la ropa interior extra y la deposita en la compuerta, pero la compuerta la escupe y el letrero cambia: “Esto no es usado“. -

¿De qué hablas? Es ropa que compré hace

meses “pero está limpia” – el letrero cambia de nuevo. -

Entonces lo que quieres es ropa sucia, maldito

degenerado. “Quizás” -

Me niego a darte mi ropa sucia

“Muérete entonces” – el letrero parece molesto.

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-

¡Aaaaah! Maldito letrero no me puedes hacer

esto “Fuera de servicio” – el letrero ha hablado. -

¡Aaaaah! Bien, bien.

Mina comienza a quitarse la ropa interior por debajo de la exterior, finalmente logra sacarse las pantaletas tras mucho esfuerzo, justo después se pone la ropa que la compuerta rechazó. -

Aquí está, maldito letrero, recuerda que si sal-

go de esta con vida regresaré y te haré pedazos. Mina tira la ropa por la compuerta, tras unos segundos se escucha que el cerrojo de la puerta se desbloquea, pero el sonido aterrador sigue acercándose. El letrero cambia nuevamente: “Gracias por ofrendar sus prendas a industrias pepelato, líderes en ventas en Ebay de ropa íntima usada” -

Me das asco.

Mina sale corriendo, el sonido que se escucha cada vez más cerca, parece apresurarse, ella se siente acechada y corre más rápido.

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Logra llegar a una escalera, sube por ella, parece no terminar, encuentra una puerta y sale por ella, al salir se encuentra con el exterior, al parecer subió por la torre de una fábrica. Esta como a 5 ó 6 pisos de altura, pero no logra ver nada por la neblina (humo). -

Demonios, qué pasa en este sitio, no se si su-

bir o bajar. Comienza a subir lentamente, en el camino encuentra una barreta de metal convenientemente tirada en el suelo de metal, la recoge y decide equiparlo desde su inventario. Llega a una puerta y recuerda las enseñanzas de su hermano: -

“cuando llegues a una puerta de una habita-

ción que no hayas explorado, puede que cuando la cruces te ataque un monstruo, no grites como desquiciada… te dije que no gritaras, maldita sea, no se puede contigo, lárgate que alguien más te de consejos”. -

¿Por qué grité aquella vez? – Mina intenta re-

cordar para qué diablos le servirían los consejos de Su hermano - ¿Qué me enseñaba en aquel momen-

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to? Hmmm, no lo recuerdo, mejor iré por el otro lado. Aleatoriamente, recuerda otro consejo de su hermano. -

“Si no abres esas puertas no vas a poder

avanzar en la historia ¡No jales el control, vas a tirar la consola! ¡Lárgate de una vez Mina!” -

Que extraño, creo que aquella vez me ense-

ñaba a jugar algo, no sé cómo ese consejo aleatorio puede aplicar en esta situación – Mina no es consciente de la parodia en la que está metida – es decir, éste es el mundo real, no un juego. Bien, entraré por la puerta. Mina regresa a la puerta e intenta abrirla. -

¿Pero qué pasa?

Ella no puede abrir la puerta, ya que el cerrojo está roto. -

Bueno, lo intenté.

Baja hasta encontrar otra puerta e intenta abrirla pero parece que está cerrada por el otro lado. -

Y a todo esto, - Mina reflexiona mientras baja

por el extraño pasillo – qué hago con esta barreta, es decir, está muy pesada.

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Llega a otra puerta intenta abrirla, pero el cerrojo está roto. -

¡¿Qué mierda pasa con estas puertas?! Para

qué ponen puertas que no se pueden abrir. Ya me aburrí de estas cosas. Poco más adelante hay otra puerta. -

De seguro esta puerta está indispuesta y voy

a tener que bajar por todo este maldito pasillo, y qué pasa con esta ruta trazada, sólo puedo regresar a donde estaba encerrada y por este camino, a quién engaño con esta jodida barreta, no voy a poder darle a nadie, es demasiado pesada – Mina abre la puerta – oh, se abrió. Mina entra y algo aparece de la nada. -

Waaaaaaaaaaaaaaaaaah – Ella grita como si

no hubiese futuro. Mina levanta la barreta y comienza a golpear a la cosa que se mueve en su dirección. -

Toma, toma, toma, ¡Waaaaaaaaaaaaaaaaaah!

Deja de retorcerte. La cosa se retuerce en el piso y Mina le da una última patada con la que desiste el movimiento. Ella

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comienza a correr. -

¡Espera! – Una voz le grita desde atrás.

- ¿EH? Mina voltea y se da cuenta que es un hombre tirado envuelto en una manta húmeda. -

Pero qué demonios hice. – Regresa al lugar

donde dejó tirada a la persona. -

¿Qué pasó? ¿Por qué me golpeaste niña?

-

U-usted corrió hacia mí con una manta extraña

color piel y parecía un monstruo, no es mi culpa, yo me defendí. La persona es un hombre como de 40 años, con unas pocas canas, pero lucía saludable (si ignoramos los golpes con la barreta). -

Pues qué querías que hiciera, la cocina se in-

cendiaba e intentaba escapar del Fuego. -

Pero si no hay nada de fuego allá atrás.

-

¿Ah no?

Todo se veía tranquilo por el pasillo. -

Bueno, fue un buen simulacro, creo. Pero ¿tú

qué haces aquí niña? ¿Quién te dejó entrar? -

El niño de allá afuera me dijo que depositara 5

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pesos y podría ver al brujo. -

Entonces esa era la alarma de cliente, no de

incendio, lo que significa que los tamales quedarán aguados. -

Hablando de eso, hay un montón de humo allá

afuera, quizás deba revisar otra vez. -

Meh, me da igual que se queme todo, no son

mis tamales. -

Entonces usted no es el brujo.

-

Digamos que sí ¿pasaste por los retos del pa-

sillo? -

Sí, pero la pecera de conejitos era una maldita

trampa. -

Digamos que no soy el brujo ¿depositaste la

ropa interior usada en la compuerta? Mina sostiene la barreta fuertemente. -

Digamos que cuando lo asesine será en de-

fensa propia. -

Eh… pero soy inmortal ¿sabes?

-

Eso nos da más tiempo.

-

E- espera, espera, si pagas la cuota te ayuda-

ré, lo juro.

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-

A la mierda con su ayuda.

Mientras tanto, Atzin se encuentra afuera del departamento de Mina, Crium parece calmado. -

Escucha esclavo, traje todo mi arsenal para

contraatacar Atzin saca de una gran maleta frascos de vidrio. -

Es la potencia de un campo repleto de hierba

de gato, verás que por fin podré controlarlo. -

Espera Atzin, esto es demasiado peligroso, si

abrimos esa puerta es posible que nos coma, recuerda que ese gato genera tolerancia a la hierba. -

Pero esta es de la buena.

-

Espera ¿Qué quisiste decir con eso?

-

Nada, nada, no te preocupes y entra ahí, tie-

nes que quitarle la tapa a la botella y cuando vaya a comerte le avientas… -

Espera – Richie interrumpe. – ¿Dijiste “entra

ahí”? Por qué demonios me mandas a mi a hacer que me maten mientras tú te quedas aquí. -

No dije que me quedaría aquí, iré afuera del

edificio. -

¿Es decir que moriré solo?

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-

Deberías estar feliz, si mueres será una ofren-

da al dios gato. - Pero… -

Entra ahí de una buena vez – Atzin interrumpe

– ¿es acaso que quieres que me mate a mi? Si ese es el caso, está bien, vete a tu guardería bebé, que te den un beso en tu pompi y te arrullen mientras a mi me come el gato. -

¡Aaaah! Está bien yo iré, … es sólo que creí

que si hacíamos esto lo haríamos juntos. - ¿Juntos? El sol pasa a través de las ventanas e ilumina a Atzin y Richie quienes se ven el uno al otro en silencio. -

¿Y por qué yo haría algo tan peligroso contigo?

Atzin rompe la atmósfera. -

Es decir, si vamos los dos quién será el testigo

material, debe haber alguien que narre la historia. -

Está bien, está bien, entendí, me voy.

Richie toma las botellas y camina hacia la puerta. -

Bien Richie ¡Avísame cuando haya picado el

anzuelo y continuarás con el plan! -

¿Continuar con el plan? – Richie regresa frente

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a Atzin – Creí que sólo dormiríamos al gato hasta que Mina llegara. -

Pero de qué hablas esclavo, si esperamos a

que Mina lo solucione jamás reconocerá mi poder de liderazgo, y además puede que mate al gato. -

¡Desde mi punto de vista es mejor que se mue-

ra él que nosotros! -

Pero que esclavo tan sádico eres, ¿Acaso no

recuerdas lo feliz que eras con esos gatitos que tanto investigabas? -

¡Los investigabas tú, yo sólo fui empujado por

ti a hacer tonterías! Atzin parece sorprendida. -

Entonces… ¿Eso quiere decir que todo este

tiempo fue una mentira? Todo este tiempo fue un cruel engaño de tu parte, es acaso que ¿No te gustan los gatos? -

Yo jamás dije que me gustaran, tu diste por

hecho muchas cosas y me arrastraste aquí. Una lágrima rueda por la mejilla de Atzin. De nuevo todo es silencio. -

Voy a escuchar tu plan completo y veré qué

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puedo hacer para ayudarte a ti y a Mina ¿Entendiste? Pero no llores, de cualquier forma, esto es algo que se debe hacer, no podemos dejar que ese gato siga… -

Sí, ya cállate – Interrumpe de nuevo – mira, mi

plan es este, tú entras al departamento y… -

Quizás deba reconsiderar mudarme si salgo

vivo de esto – Richie piensa en silencio. En las afueras del edificio aparentemente abandonado Mina tiene de rehén al tipo loco que parece ser un gran brujo inmortal. -

¿Así está bien señorita Mina?

-

Sí, muchas gracias pequeño.

Grandes cacerolas quemadas llenas de tamales son transportadas con la magia del pequeño. -

No te dejes engañar con el “cara de niño”, en

realidad él tiene como 100 años. -

Abuelo, dices cosas muy crueles.

-

Guarde silencio viejo odioso o volveré aplicarle

la truena nueces. -

Eh… bueno.

Mina y el niño continúan con la faena para disipar

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el humo. -

Oye pequeño, y si es tan buen brujo por qué

no se desata y hace algo con nosotros. -

Yo nunca dije que el abuelo fuera un buen bru-

jo, dije que era el que estaba disponible, además no sé si lo notes, pero mi abuelo es un holgazán, es mejor para él que nosotros limpiemos su desastre. -

Oye, pero tu abuelo es muy joven, tu papá

debe ser muy joven y guapo ¿Cierto? -

Mi papá es un tarado, tiene como 400 años –

Mina está confundida – pero definitivamente es mejor brujo que él. Y… quizás sea de tu tipo. -

¿En serio? Eh… gracias, supongo que paso

por esta vez. -

Sí, deberías, papá está bastante loco, no tanto

como el gran abuelo. -

Esta familia me da un poco de miedo – Mina

piensa. Concluidas las tareas y una vez que el humo se disipó, Mina se dispone a terminar con lo que fue a hacer. -

Muy bien vejete, es momento de que me ayu-

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de -

No sé de qué hablas, jamás dije que fuera el

brujo que buscas. -

Usted no, pero su nieto sí.

-

¡Hola! – El pequeño saluda desde atrás con

una sonrisa traviesa. -

Compórtate como de tu edad, ya estas gran-

decito para hacer niñerías. -

Dile eso a tu hijo – Contesta el pequeño.

-

Terminemos con esta linda plática familiar, ne-

cesito de su ayuda. El tipo mira hacia el edificio. -

¿Tienes la llave?

-

¿Cuál llave?

-

El primer reto era conseguir la llave.

-

Decidí ignorar el primer reto y simplemente es-

calé por la puerta y la salté, -

¿¡Pero en qué estás pensando niña!? Crees

que los retos son para ignorarlos y seguir, así como así, no puedo ayudarte sin la llave. -

¿Qué tiene de especial esa llave? Igual lo en-

contré a usted.

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-

Es la llave maestra- interviene el niño -, con

eso se abre la puerta de la habitación del gran abuelo, verás, este viejito nunca ha hecho sus propios hechizos por lo que usa los del gran abuelo… -

¡Cállate niño! No metas tus mocos en esto,

mocoso. -

¡No le hable así al niño!

-

Mina, ¿puedes quedarte más tiempo? Me caes

muy bien. -

No pequeño, tengo algo que resolver en casa.

El abuelo permanece callado y luce furioso. -

¡Fue idea del niño el calabozo con la compuer-

ta! – Dice el abuelo. -

¿Es eso cierto?

-

Eh… sí, pero espera…

-

No puedo creerlo de ti.

-

Ahí están te lo dije, tiene 100 años y con cuer-

po de niño Es todo un perverso psicópata ¿no? -

Está bien, sí fue mi idea, pero jamás dije que

tendría que pedir ropa interior usada, tú fuiste el que decidió hacerle ese cambio con la ayuda de los hechizos del gran abuelo.

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-

¡La ropa interior limpia no vale nada, entiénde-

lo de una vez! Mina acumula fuerzas: -

¡Cállense ya! No vine a escuchar sus tonterías

– Grita furiosa – Cualquier invento que funcione con ropa interior femenina es malo de por si – Deja clara su postura – Ahora bien, ustedes son los hechiceros, necesito de su ayuda para resolver mi problema. Todos guardan silencio. -

Yo tengo que deshacerme de un gato anacon-

da gigante del Amazonas. -

¿Estás loca? Ni siquiera el gran abuelo se ha

enfrentado con ese gato, los brujos inmortales y los gatos gigantes somos enemigos naturales. El abuelo se libera de las ataduras de Mina y se levanta de la silla. -

Es verdad – El tipo tiene un semblante muy se-

rio. – Nadie puede deshacerse de ese gato, en teoría ni siquiera existe, es muy difícil verlo sin morir en el intento. El tipo da unos pasos mientras intenta verse cool. -

Mina, a decir verdad, yo te conozco y sé por

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qué viniste, tienes en tu casa a Crium, el dios gato gigante, no es un simple gato anaconda gigante del Amazonas. -

¿Cómo lo sabe?

-

Al igual que mi padre, mi hijo y mi nieto, yo lo

sé todo y puedo bla bla bla, todo el speech del hechicero – Su manera de acortar el diálogo – en fin, hay muchos que han venido a tratar de librarse del gato, así como tú, incluso de otras partes del mundo, por lo que vigilamos la trayectoria del gato desde hace mucho. Desafortunadamente yo no puedo hacer nada por ti o por el gato, es muy difícil de matar, atrapar o de librarse de él en estos tiempos. -

¿Es decir que no tengo escapatoria? ¿Debo

seguir cuidando de él hasta que me coma? -

No, tranquila, puedes pasárselo a alguien más,

como ha sido por generaciones, pasa de esclavo en esclavo, es por eso que siempre se ha considerado un dios, todos le sirven la diferencia es que él no da nada a cambio y a todo esto ¿Qué dios da a cambio algo? -

Pero yo no quiero que nadie más sufra lo que

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yo he tenido que pasar, es un infierno vivir y cuidar de ese gato, no se ponga filosófico. -

Hmmm, sabes, me caes bien, para ser sincero

sólo miro tu busto, pero en general quiero ayudarte. Existe alguien que puede deshacerse del gato pero que no le interesa hacerlo y ese es mi padre. -

¡¿En serio?! ¿Puede presentármelo?

-

La verdad es que no lo he visto hace meses,

estaba en una misión de vida o muerte que pondría en peligro el largo linaje de hechiceros inmortales. -

¡Convocó a 4 tipas odiosas para convertirlas

en chicas mágicas! -

¡Cállate mocoso, no reveles los planes secre-

tos! -

Tu abuelo tiene razón, eres un bocón. – Mina

interviene. -

En fin, el viejo tiene conocimiento del gato des-

de hace 200 años, sabe cómo destruirlo, pero no le interesa hacerlo, mi padre es el hechicero más poderoso del mundo, pero jamás diría sus secretos, ni a mí, pero sabes, es muy malo con la tecnología y la contraseña de su computadora es “shibari”.

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-

¿Qué significa shibari? – Pregunta Mina.

-

Tal vez luego te enseñe, pero lo importante

ahora es que quizás tengamos una oportunidad de conocer el secreto, ahora, la parte mala es… -

¿Que no tenemos la llave de la habitación de

su padre? -

Así es

-

Bien, empieza a oscurecer, creo que debemos

apresurarnos a encontrar esa llave – Mina está decidida. -

He, he, he, he, ellos buscarán la llave y yo con-

seguiré los hechizos del anciano sin problemas – Piensa el abuelo – desde que se fue el anciano dejó una barrera que no puedo esquivar sin la llave. -

Y usted también tiene que ayudar anciano.

-

Claro, sólo tengo que ir al bañ…

-

Nada de eso, su nieto me dio esto.

Mina coloca un collar en el cuello del abuelo. -

¡El maldito collar de castigo!

-

Así es, quien se lo ponga tendrá control so-

bre las acciones del que lo traiga, así que usted está a mis órdenes. Bien anciano, busque la llave entre esos arbustos espinosos.

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-

¿Por qué en esos arbustos espinosos Mina?

– Pregunta el niño mientras el abuelo se acerca violentamente a los arbustos con espinas. -

Pues verás, tenía que comprobar que el collar

funcionaba y si le decía que buscara en un lugar fácil podía haber fingido. -

No tengas tanta fe, él ni siquiera se esfuerza en

fingir. -

Ya veo, igual es divertido verlo hacer algo.

- Yep. En el departamento de Mina las cosas no se ven más sencillas, Richie ha escuchado el plan de Atzin y es bastante malo. -

Cómo diablos pretende que haga todas esas

cosas para distraer al gato, definitivamente no tengo posibilidades de sobrevivir si sigo su plan. Richie entra al departamento muy lentamente, se siente un leve temblor en el piso, son los ronroneos de Crium. Richie camina entre la chatarra que hay en el piso y encuentra lo que buscaba. -

Ahí está – Richie contempla un horno eléctrico

pequeño, camina sigiloso hasta llegar, extiende sus

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manos y cuida no hacer el más mínimo ruido. – Llevaré este pequeño horno con botellas de concentrado y se lo daré a comer. – Piensa mientras extiende los brazos hacia el objeto. -

¡Esclavo #3, te tardas demasiado! ¿Ya te mo-

riste? – Grita Atzin desde afuera. Crium despierta de golpe, Richie está por cargarse en los pantalones, suelta la mochila en la que llevaba el concentrado y sale corriendo. -

¡Mierda! ¡Estás! ¡loca mujer!

Sale del departamento y cierra con fuerza. -

¡Esclavo! ¿Qué pasó? ¿Establecieron las ba-

ses para mi dominio? -

Estás enferma, ¡justo cuando iba a darle algo

del concentrado gritaste y se despertó! -

Hmmm, creí que ya estarían el la parte de dis-

cutir los términos de la rendición, bien, no importa, mientras estabas ahí yo pensé en un plan mas divertido. - ¡ENFERMA! Con los ridículos hechiceros inmortales, Mina sigue la búsqueda de la llave de la habitación del gran abuelo.

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-

Creo que es mejor que nos detengamos aquí,

ya es casi de noche y no creo que encontremos nada a esta hora. -

¿Estas segura, señorita Mina? Quizás esta sea

la única forma de deshacerte de ese gato. -

Sí pequeño, siento que se alguna forma yo

debo hallar la manera de resolverlo. -

Bueno, además el efecto del collar se termina-

rá en 10 minutos. -

Se terminó ya – Grita el abuelo desde los ar-

bustos espinosos. – Pero hace como una hora pensé en otra manera en que te puedo ayudar. Mina y el pequeño hechicero miran con desconfianza. -

¿Y cómo vas a hacerlo sin magia abuelo?

-

Muy fácil…

Lo miran fijamente esperando lo peor. -

¡Con adivinación!

-

Sabía que no podría confiar en usted – Mina

está desilusionada. -

No, señorita Mina, él único poder útil de mi

abuelo es la adivinación, él ayudó a encontrar a la

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pequeña Paulette detrás de la cama. -

¡Increíble! ¿Pero eso cómo ayudará a desha-

cerme del gato? -

Bueno, creo que lo último que puedo hacer por

ti es decirte la ubicación real de la empresa Logistics -

Ese era mi primer plan

-

¿En serio?, bueno pudimos haber hecho esto

antes y yo no te hubiese llenado la cabeza de falsas esperanzas… -

Si no me hubieses interrumpido cada vez que

hablo -

En fin, te daré la dirección… ¡Mañana!

-

¡Qué! – Mina volvió a caer en el engaño.

-

Su estúpido poder sólo funciona desde la ma-

ñana hasta el medio día. – El pequeño hechicero específica. Mina tendrá que esperar hasta que el abuelo se encuentre en forma para realizar sus monerías, mientras tanto Bety ha despertado y quiere hablar con Mina.

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BETY

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