Revista virginia y jose manuel v2 by laexclusiva

CERCA DE 170 INVITADOS ACUDIERON A LA CEREMONIA CELEBRADA EN LA IGLESIA PARROQUIAL DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN, EN LA LOCALIDAD toledana DE DOMINGO PÉREZ. POR SU PARTE, EL CIGARRAL DE LAS MERCEDES, EN la CAPITAL, FUE EL LUGAR ELEGIDO POR LOS NOVIOS PARA CELEBRAR SU ENLACE. UN LUGAR INCREÍBLE PARA UN DÍA INOLVIDABLE.

TOLEDO 200816

todos los detalles de la espectacular

boda de VIRGINIA y JOSÉ MANUEL en TOLEDO

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algo NUEVO

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SUMARIO

EXCLUSIVA

Especial VIRGINIA y JOSÉ MANUEL 20 agosto 2016

4 24

EL NOVIO

se preparó muy cerca de Virginia, en la Casa del Piano.

PREPARÁNDOSE

LLEGA LA NOVIA,

en su casa familiar.

absolutamente radiante.

24 CEREMONIA EN LA CONCEPCIÓN,

“la iglesia de Virginia”

32 CONFETI Y ARROZ,

símbolo de la prosperidad de la pareja.

42 50

EL BANQUETE

en el Cigarral de las Mercedes.

EXQUISITO.

El menú hizo las delicias de los paladares más exigentes.

¿SINGLE LADY?

La novia y sus amigas sorprenderieron a Jose con una coreografía del mítico tema de Beyonce que le dejó sin palabras.

DOS PRÍNCIPES

El matrimonio posó para nuestras cámaras como auténticas celebrities.

LOS INVITADOS

en una instantánea única para el recuerdo.

LA EXCLUSIVA DE LA BODA marca registrada por Imagen and Media Comunicacion SL. © Copyright Leyenda | Todos los derechos reservados DEPOSITO LEGAL: CO 773-2012. Email: quiero@laexclusivadelaboda.es Edición impresa en Madrid 2015. Prohibida su venta y distribución.

En la Casa del piano El 20 de agosto de 2016 brillaba el sol con intensidad en Domingo Pérez, una pequeña localidad toledana en la que, nada más llegar, se intuía que era un día grande. En el pueblo natal de Virginia, la novia, se unirían para siempre antes Dios por lo que el novio y su familia eligieron para prepararse una preciosa casa rural situada en Plaza de España, justo enfrente de la iglesia parroquial de la Purísima Concepción, donde tendría lugar la ceremonia en apenas una hora y media. Así que José Manuel, el novio, sólo tenía que asomarse a la ventana para ver cómo iban llegando los invitados. Antes tenía que prepararse para tan importante ocasión y cuando llegamos estaba terminando de hacerlo. Nos recibió con una amplia sonrisa y bastante nervioso, pero lo lógico y esperado para una jornada tan especial. Eso sí, para calmar los nervios lo tenía fácil porque junto a él estaban sus padres, hermano y abuelos que le apoyarían en lo que necesitara. Jose nos confesaba que se había levantado sobre las 06.40 de la mañana y, desde entonces, no había parado de ultimar detalles para que todo estuviera perfecto. “Más que nervioso estoy ansioso”, afirmaba. Miguel, su hermano gemelo, parecía estar casi más nervioso que él aunque parecía tenerlo todo bajo control: “Me he afeitado para que no nos confundan”, declaraba entre risas. Todo un detalle por su parte. A pesar de los nervios ayudó encantado a su hermano a terminar de vestirse ante la atenta mirada del resto de familiares que les acompañaban antes de partir hacia la iglesia.

UN NOVIO FELIZ

José Manuel estaba deseando que llegara la hora de marchar hacia la iglesia para encontrarse co Virginia: “Va a ser un día súper bonito y especial y estoy deseando que empiece”, afirmaba. Fuera, en la Plaza de España, comenzaban a escucharse el revuelo y las voces de los invitados que, poco a poco, iban acudiendo puntuales a la cita. Pero Jose no dejó que esto le distrajera de su misión: posar ante los fotógrafos así de sonriente. Su cara lo decía todo y es que no se podía estar más radiante y feliz.

CON LOS NERVIOS A FLOR DE PIEL

DOS HORAS ANTES DEL ENLACE, JOSE MANUEL SE PREPARABA PARA SU GRAN DÍA BAJO LA ATENTA MIRADA DE SUS FAMILIARES. Las 12:00, esa era la hora de la verdad. Y por si quedaba alguna duda, Jose Manuel iba a llegar antes que la novia. Tal y como manda la tradición, esperaría frente al altar la llegada de su prometida. Y no sólo porque se estuviera preparando a escasos metros de la iglesia, sino porque media hora antes de que el reloj marcara la hora en la que todo daría comienzo, el novio estaba prácticamente preparado. Su hermano Miguel le ayudaba a colocarse los tirantes: todo tenía que estar perfecto. Fue en estos últimos minutos cuando empezamos a ver a Jose más nervioso. Algo completamente comprensible ya que empezaba a ser consciente de que por fin había llegado el gran día.

IMPECABLE

José Manuel es una persona de ideas fijas y cuando vio el traje supo que era el que iba a llevar para dar el “sí, quiero” a Virginia: “Yo tengo las ideas muy claras y no me gusta darle vueltas a las cosas. Fui a mirar trajes con un amigo y cuando ví este, me gustó. No quise ver mucho más porque era absurdo darle vueltas. Creo que el primero que te impacta es con el que tienes que quedarte. Así que dicho y hecho. Optó por el primer traje que con el que se vio bien y tenemos que darle la razón porque estaba guapísimo. De corte clásico y en negro azulado, le sentaba como un guante. La camisa, blanca, estaban bordadas sus iniciales. Los complementos aportaban el toque de color: chaleco en gris perla ribeteado en rojo y con los botones a juego. Este toque tan original no fue una elección casual. Los detalles del chaleco combinaban también con la corbata y tirantes. Además lucía un reloj muy especial ya que era un regalo de la novia. Fue el que ella le regaló el día de la pedida de mano. Los gemelos son exclusivos realizados con un símbolo de cocina-chef. Realmente impecable.

SU HERMANO, GRAN APOYO

José Manuel estuvo arropado por toda su familia en los momentos previos a la ceremonia, pero había alguien que llamó más nuestra atención que el resto: su hermano Miguel. Y no sólo por su gran parecido con el novio ya que son gemelos, sino porque era evidente la complicidad entre ellos. Además de ser hermanos, son amigos y confidentes y el hecho de ser gemelos hace que su vínculo sea todavía más fuerte. Miguel estaba casi más nervioso que su hermano pero, sobre todo, su cara reflejaba felicidad. “Estoy nervioso la verdad, pensaba que no lo iba a estar, pero he dormido poco esta noche y para las seis de la mañana estaba despierto”, afirmaba. “Mi hermano también está nervioso aunque lo intente disimular, le conozco muy bien y se como está pero es normal. Hemos pasado toda la vida juntos, y aunque tengamos alguna diferencia, somos bastante iguales, muy parecidos”, nos decía. Al preguntarle por cómo es Jose Manuel, su respuesta fue rotunda: “Mi hermano es un trabajador nato, ¡es un crack!”

LISTO PARA ENCONTRARSE CON VIRGINA

Junto a José Manuel había cuatro personas especialmente orgullosas y emocionadas: sus padres, Franciso Javier y María Victoria, y sus abuelos, José Manuel y Victoria; cuatro pilares fundamentales en su vida que no podían estar más orgullosos de él. Sus padres miraban muy atentos la sesión de fotos para la que posaba el novio antes de partir hacia la iglesia. No podían disimular la emoción. “Estamos muy bien aunque nerviosos, pero muy felices por el paso que va a dar Jose”. Pero además, Viky, como todos le conocen, tenía un papel imprescindible: era la madrina. Esa responsabilida hacía que estuviera todavía más nerviosa que su marido. “Estoy muy nerviosa, pero emocionada y feliz por poder acompañar a mi hijo en un momento tan importante en su vida. Eso sí, Jose también está super nervioso, porque le gusta tener todo bajo control y ahora está muy pendiente de que todo salga bien”, nos confesaba. Sólo tenían palabras de cariño para su hijo, y afirmaban estar muy orgullosos de José Manuel y del hombre en el que se ha convertido: “Es un chico muy responsable, muy trabajador, tiene la cabeza muy bien amueblada y es algo que siempre hemos visto. Sólo queremos que siga así, luchando por lo que quiere y consiguiendo sus metas como ha hecho hasta ahora. Estamos muy orgullosos”. Igual de orgullosa y sobre todo, emocionada, estaba su abuela Victoria. “Está muy nervioso y muy guapo. Estamos intentando que se relaje, que para eso estamos aquí. Es un niño muy bueno y me alegro mucho de que se vaya a casar. Espero que sean muy felices porque se lo merecen”, nos confesaba. Mientras hablábamos con ellos se iba acercando la hora de la verdad. Sólo quedaba media hora para que la familia al completo partiese rumbo hacia la Iglesia y ya estaban practicamente preparados. Por su parte Jose estaba deseando que llegara ya el momento de ver a Virginia: “Va a estar guapísima, de eso estoy seguro. Estoy ansioso por verla, deseando que llegue el momento”, nos decía con su característica sonrisa.

“ESTOY UN POCO NERVIOSO, DESEANDO QUE LLEGUE EL MOM

Sobre estas líneas vemos una entrañable instantánea del novio con dos de sus per muy felices y orgullosos de su nieto. Más arriba, el protagonista posa con sus orgu

MENTO Y ENCONTRARME POR FIN CON VIRGINIA. SEGURO QUE ESTÁ GUAPÍSIMA”

rsonas imprescindibles: sus abuelos, José Manuel, en honor a quien recibe su nombre, y Victoria. Ambos ullosos padres, Francisco Javier y María Victoria.

EN LA CASA QUE LA VIO CRECER

Domingo Pérez, un pequeño municipio de la provincia de Toledo, fue el lugar que vio nacer y crecer a Virginia. Así que a pesar de que la pareja reside en Madrid y el novio es madrileño, decidieron que la celebración tuviera lugar en el pueblo de la novia. Ella tuvo el privilegio de vestirse y pasar sus últimos minutos de soltera en la casa que la vio crecer: todo un lujo que hizo que estos momentos fueran todavía más emotivos. Y como era de esperar no estaba sola. Familiares y amigos, además de un total de un equipo de estilistas, se afanaban en ayudar a Virginia a lucir perfecta y espectacular en el día más importante de su vida. Sus padres y sus hermanos, ya preparados, observaban atentos los últimos retoques para la puesta de largo. Y a pesar de que todo estaba bajo control, el tiempo se echaba encima y las campanas de la iglesia el pueblo comenzaban a repicar, lo cual significaba que la ceremonia daría comienzo muy pronto: en concreto faltaban sólo quince minutos. Así que Virginia comenzó a ponerse todavía más nerviosa. Pero que no cunda el pánico porque tal y como manda la tradición, la novia podía permitirse llegar tarde a su cita. “No pasa nada porque llegues un poco tarde, que para eso eres la novia”, bromeaban los allí presentes. “Estoy nerviosa, pero más tranquila que ayer que estaba atacada. Estoy muy contenta, muy feliz, porque casarme siempre ha sido mi sueño y aquí estoy, casi ni me lo creo” afirmaba.

10 10

Virginia contó con los servicios de Seven Wedding para la organización de su boda. “Con ellas estoy más tranquila. Sé que con su asesoramiento y supervisión todo saldrá perfecto”, nos decía la protagonista en su puesta de largo.

Ultimando

Virginia había cuidado cada uno de los detalles con mucho cariño. Quería estar perfecta y por supuesto lo consiguió porque estaba radiante y guapísima. El toque ideal al vestido de Pronovias que había elegido fueron los complementos que añadió al look, algunos cargados de valor sentimental. Y es que la novia es una persona muy familiar y quería que toda su familia tuviera su lugar en un día tan especial. Los pendientes eran un regalo de su hermana Laura, mientras que la pulsera que llevaba se la había regalado su hermano Javier el día de Reyes. Además, uno de los complementos era más importante si cabe: la flor de azahar que llevó su madre el día de su boda. Era su forma de homenajear a una de las personas más importantes de su vida.

LA NOVIA ESTUVO PERFECTAMENTE ACOMPAÑADA: SU FAMILIA Y SUS AMIGOS NO SE SEPARARON DE ELLA.

En la habitación donde se preparaba Cristina no cabía ni un alfiler. Uno a uno, familiares y amigos fueron desfilando para ver a la novia. La curiosidad y expectación pudieron con ellos y no pudieron aguantar hasta verla en la iglesia. Además fueron un apoyo imprescindible para ella, ya que gracias a las muestras de cariño de todos consiguió calmar los nervios en buena medida. Bajo estas líneas la vemos acompañada de su hermana Miriam y Felipe, su cuñado. Y por supuesto escoltada por el cortejo nupcial presidido por Daniela, la hija de la novia. Las damitas de honor estaban guapísimas, vestidas jugando con la gama de azules y blancos que serían la tónica de toda la ceremonia. Todos los vestidos habían sido elegidos a gusto de Cristina.

LA FAMILIA, LO PRIMERO

Mientras las estilistas del equipo de Ana Díaz terminaban de maquillarle, Virginia nos explicaba que había querido que cada uno de los miembros de su familia estuvieran presentes y tuvieran un papel relevante en el día de su boda. En su honor llevó los pendientes de su hermana Laura, la pulsera de su hermano Javier y la flor de Azahar de su madre. Además su padre era el padrino, mientras que su hermana Alejandra, a quien vemos muy sonriente sobre estas líneas, sería la dama de honor. Con ello Virginia nos demostró lo importante que es su familiar en su vida. Todos, sin separarse de su lado en ningún momento, observaban atentos cada uno de los preparativos.

ESPECTACULAR

Virginia tenía muy claro el tipo de vestido que quería y lo encontró lo personalizó hasta convertirlo en el vestido de sus sueños. Se trata del diseño Tona de Pronovias. un vestido muy sencillo al que ella añadió unos preciosos apliques en los hombros y una mantilla más larga que la cola del traje. Aunque en un principio fue difícil conseguir lo que quería, terminó por hacerse realidad y Virginia pudo lucir el vestido de novia que siempre había soñado. En blanco roto y de corte clásico, le sentaba fenomenal. Para el peinado las estilistas le hicieron un recogido romántico pero natural, muy acorde a la personalidad de Virginia que resaltaba todavía más su belleza. El resultado salta a la vista: estaba espectacular.

PREPARADA

Las campanas de la iglesia parroquial de la Purísima Concepción repicaban anunciando que había llegado la hora de la verdad. Ahora sí Virginia estaba lista y enseguida partiría al encuentro con Jose. Pero antes posaría para los fotógrafos que inmortalizarían unos entrañables momentos para el recuerdo. Sola o rodeada de su familia, la novia desprendía ilusión y nervios. Bajo estas líneas podemos apreciar en todo su esplendor lo guapísima que estaba. El ramo, diseñado y elaborado a su gusto por “Ortiz flores y eventos” aportaba el toque de color y daba luz a Virginia. Aunque no hacía falta porque la novia brillaba por sí sola. Eran las 12 del mediodía y aunque nuestra protagonista ya había hecho esperar al novio tal y como manda la tradición, había llegado el momento de partir hacia la iglesia. En muy pocos minutos estarían el uno frente al otro ante el altar: la suerte estaba echada.

MUY UNIDOS La familia al completo posaba feliz

en los minutos previos a la ceremonia. La complicidad entre ellos era evidente y nos dejaron claro que estaban muy unidos. Virginia quería estar rodeada de ellos en el día más importante de su vida y se preocupó en todo momento en darles el lugar que se merecían. Sus padres, muy orgullosos no podían contener la emoción cuando nos hablaban de su hija. “No estamos nerviosos, la verdad, emocionados sí pero nerviosos, no porque todo va a salir bien. Es un día para divertirse. Cuando nos dijo que se iban a casar nos pusimos muy contentos porque sabemos que es su sueño, ella siempre ha querido casarse”, afirmaban. Y es que Virginia se ha ganado el cariño de todos los que le rodean por su carácter y alegría. Para sus padres es, sobre todo, una buena persona y eso es lo que más les enorgullece “Virginia siempre se preocupa por todo el mundo y está pendiente de todos. No hay ni un solo día en el que al menos me mande un mensaje por whatsapp. Es muy detallista”, contaba Lola, su madre. Por su parte su padre, Pedro, sentía una gran responsabilidad como padrino: “no estoy nervioso, lo hemos ido preparando con tiempo, y me siento orgulloso, eso sí”, nos decía. Laura, Javier y Alejandra estaban encantados y se mostraban muy felices por su hermana: “La vemos muy bien y muy feliz, va a ser un día muy bonito. Estos días previos ha estado súper nerviosa porque quería que todo le saliera bien y estaba de los nervios. Pero por lo demás muy bien. Es el sueño de su vida y lo está cumpliendo”, nos contaban.

CORTEJO Aunque desde casa de la novia hasta la iglesia

apenas había dos minutos andando, Virginia estuvo muy bien acompañada durante todo el recorrido. Además de por su padre, fue seguida muy de cerca por sus damas de honor que cuidaron en todo momento de que la mantilla estuviera en su sitio y la novia pudiera hacer su entrada triunfal. Paula (de rojo) prima de la novia y Alejandra (de verde), su hermana, fueron las encargadas de tan importante misión.

Del brazo del padrino, Virginia avanzó con paso firme hasta la iglesia donde ya le esperaba José Manuel. Lo hizo bajo la atenta mirada de los vecinos de Domingo Pérez, que no quisieron perderse un día tan importante para todos. Los gritos de ¡guapa! y los tradicionales ¡viva la novia! sirvieron de banda sonora en su recorrido.

San Juan de los PANETES,

PURÍSIMA TESTIGO CONCEPCIÓN MUDO DEL ENLACE La ceremonia tuvo lugar en Domingo Pérez, un acogedor municipio toledano de unos 600 habitantes. La iglesia parroquial de la Purísima Concepción tenía un significado muy especial para los novios, sobre todo para Virginia. Y no es para menos ya que es el lugar en el que nuestra protagonista se bautizó, hizo la Comunión y la Confirmación, así que su boda sólo podía celebrarse en este lugar tan significativo y lleno de encanto. Un templo construído en el siglo XVI, de estilo “mudéjar rural” de tres naves con un exterior sobrio y robusto que el 20 de agosto de 2016 acogió una la ceremonia de Virginia y José Manuel.

La iglesia elegida por la pareja para la ceremonia es, sin duda, un lugar emblemático de la capital aragonesa situado muy cerca de la plaza del Pilar. En la imagen de la derecha, la torre octogonal queda reflejada sobre uno de los ventanales de cristal que se pueden encontrar en la calle Salduba.

El novio fue el primero en llegar a la iglesia y esperó paciente la llegada de Virginia. Saludando a todos los invitados, se encargó de dar la bienvenida a todos los que habían querido acompañarles. Su madre no le dejó solo ni un momento, ayudando a su hijo a calmar los nervios. Bajo estas líneas la vemos guapísima ejerciendo su papel de madrina y acompañada por Patricia, la novia de su otro hijo, Miguel.

LA ENTRADA

A las 12:00, coincidiendo con el repique de las campanas, Virginia y su cortejo nupcial se dirigían a la iglesia. En cinco minutos ya estaban allí por lo que finalmente no hicieron esperar mucho al novio. Unai y Asier, encabezaban la comitiva y anunciaban que llegaba Virginia. Ante la expectación de todos los invitados comenzó a sonar la música y la novia por fin pudo hacer su entrada triunfal y recorrer el camino hacia el altar de la mano de su padre. Allí, en el altar mayor, le esperaba un novio impaciente.

ENCUENTRO Sólo unos metros separaban la puerta del altar, pero a Virginia y José Manuel debió de parecerles muchos más, porque estaban deseando encontrarse. La novia, muy nerviosa y emocionada, puso el pie en la alfombra roja y recorrió esos metros interminables del brazo de su padre. Hasta que, por fin, se produjo el esperado encuentro y la pareja, que no podía dejar de mirarse, se saludó con un tímido beso en la mejilla. Virginia estaba tan nerviosa que no soltaba el brazo del padrino ni siquiera para besar al novio aunque finalmente lo hizo y su padre pudo ocupar su sitio a un lado del altar. Ahora sí podía dar comienzo una ceremonia muy familiar marcada por la emoción.

LA ESPERA José Manuel fue el primero en llegar a la iglesia y lo hacía acompañado de toda su familia. Los minutos previos parecía estar tranquilo y los pasó hablando con sus familiares y saludando a los invitados que se arremolinaban en la puerta del templo. Pero fue cuando se colocó con su madre junto al altar cuando los nervios comenzaron a reaparecer con intensidad. No tuvo que esperar mucho a que llegara Virginia, pero fueron unos minutos que se hicieron eternos. Fuera, en plaza de España, se escucharon vítores y aplausos y eso sólo podía indicar una cosa: se acercaba la novia. Así que Jose tomó aire y miró fijamente hacia la puerta. Sonó la música y allí estaba Virginia, guapísima y caminando con paso firme hacia él. Unos instantes que ambos guardarán para siempre en sus retinas.

POR FIN JUNTOS FRENTE A LA INMACULADA

La iglesia de la Purísima Concepción había sido decorada por los novios y su familia al gusto de Virginia y Jose. Llena de flores blancas, habían engalanado el templo que estaba presididio desde la entrada con una espectacular alfombra roja. Pero si bien la decoración había corrido a cargo de los novios, había algo que no podían controlar: el calor. Y es que a pesar de que las iglesias suelen ser bastante frías, en la de Domingo Pérez la temperatura había ido subiendo por momentos. Por suerte la pareja había pensado en todo y había puesto a disposición de sus familiares y amigos unos originales “pai-pai” con los que abanicarse y hacer más llevadero el calor sofocante de aquel veinte de agosto. Así que los invitados no quitaban ojo de lo que estaba sucediendo pero, eso sí, sin dejar de abanicarse. Con este detalle los novios acertaron de lleno porque se preveía una jornada calurosa y los veintisiete grados que hacía en el exterior se sentían prácticamente igual en el interior del templo.

UNA CEREMONIA FAMILIAR Y EMOTIVA

La ceremonia comenzó sólo unos minutos después de la hora prevista, de modo que

la novia aunque pensaba que se iba a retrasar más de lo que le gustaría, consiguió estar casi puntual y no hizo esperar mucho a su futuro marido. La entrada de Virginia había sido un momento único pero todavía quedaba disfrutar de una ceremonia preciosa, que estuvo marcada por la emoción. El encargarlo de oficiarla, Don Jesús Torresano, buen amigo de la familia, ofició el acto de manera muy cercana, demostrando el cariño que tiene a la pareja, y esto hizo que todos disfrutaran de una ceremonia familiar y emotiva: “Yo ya no doy misa en este pueblo pero cuando Virginia me pidió que viniera a Domingo Pérez para casarles no me lo pensé y aquí estoy”, afirmaba el párroco. Así, fue hablándoles de la importancia del amor y, precisamente eso, el amor, se convirtió en la parte más importante de la liturgia. Porque eso es lo que se respiraba: amor en todas sus interpretaciones. Los novios no dejaban de mirarse y dedicarse miradas cómplices. Lo habitual era verles cogidos de la mano y ni siquiera el calor que hacía en el interior del templo, hizo que se separaran.

FÁTIMA,

primogénita de Yoli, amiga de la novia, formó parte del cortejo nupcial a pesar de su corta edad. Su madre nos confesaba que le ha hecho mucha ilusión que hayan contado con la peque: “Para mi la novia y sus hermanas son como mi familia. Virginia ha vivido el embarazo muy estrechamente conmigo y que haya pensado en Fátima lo llevaré siempre en el corazón”.

Palabras llenas de amor

Si algo se podía deducir en la ceremonia es que José Manuel y Virginia son una pareja muy querida entre todos los que les rodean. Y es que nadie quiso quedarse sin dedicar unas palabras a los novios. Así que, poco a poco, el altar mayor fue un goteo incesante tanto de amigos como de familiares que no quisieron perder la oportunidad de aportar su granito de arena y participar en la ceremonia a través de las lecturas. Ambos se mostraron muy emocionados ante las palabras que les dedicaban sus seres queridos. Ruth, prima del novio, Prados, tía de la novia encabezaron las intervenciones con las lecturas de los pasajes bíblicos. Julio, primo político de la novia, continuó con el salmo. De las peticiones se encargaron, por parte de la novia: Lorena y Cristina, primas; Laura, hermana; Sara y Lorena, amigas. Por parte del novio: Patricia, novia de su hermano. Por otro lado, Irene, Gloria y Sandra, amigas de la novia, le dedicaron, al término de la ceremonia, unas bonitas palabras al matrimonio. “Estamos contentas y emocionadas con el gran momento. Eres la primera de nosotras que se casa y queremos que sea un día inolvidable porque eres una gran amiga. Hace años que nos conocemos y desde entonces nos ha dado tiempo a vivir grandes momentos juntas, momentos que quedarán en el recuerdo y que esperamos seguir viviendo más de ellos”, les dijo Sandra. “Con los años te das cuenta de que la verdadera amistad no se trata de ser inseparables sino de poder estar separadas y que nada cambie. Se dice que el amor no consiste sólo en mirarse el uno al otro sino también ver juntos en la misma dirección. Os conocisteis en un momento concreto de vuestras vidas y hoy habéis decidido unir vuestros caminos y comenzar un viaje juntos”. pronunció Gloria. Por último, Irene comenzó con un agradecimiento: “Gracias por invitarnos a compartir este maravilloso día con vosotros. Os deseamos toda la felicidad del mundo para hoy y todos los días de vuestra vida. Si se os presenta alguna dificultad, sabemos que la podréis superar juntos y además tenéis que saber que si necesitáis apoyo nos tenéis a vuestro lado al igual que el resto de personas que os quieren. Como dice un conocido escritor: el amor no necesita ser entendido, sino simplemente demostrado y hoy estamos viviendo una ceremonia que refleja lo hermoso que es el amor en pareja. Pero nosotras con estas breves palabras queremos demostrarte lo bonito que es también el amor de amistad. Virginia y Jose, enhorabuena, ya estáis casados”.

LAS ARRAS

eran de bronce, regalo de la madre de la novia. La caja que las portaba fue pujada a San Sebastián en las fiestas del pueblo materno, Malpica de Tajo.

LAS ALIANZAS

Las alianzas, en oro amarillo fueron elegidos por los novios y elaboradas en un lugar muy especial ya que la joyería encargada de hacerlas conoce a la familia del novio desde hace muchos años así que estaban diseñadas con mucho cariño para la pareja. También era un diseño personalizado la talla de madera en la que llegaron hasta el altar: parte del tronco de un árbol serigrafiado con el nombre de los novios y la fecha del enlace. La hicieron Jandri e Iván, tio y primo de la novia y las letras las pintó a mano Laura, hermana de Virginia. Unai y Asier, hijos de Miguel Ángel (primo del novio) fueron los encargados de llevar arras y alianzas hasta el altar.

BSO

La música en la ceremonia la puso un grupo de folclore de jotas manchegas y canciones populares de la zona. La madre y la hermana de la novia habían querido sorprender a la pareja contando con un grupo de música tradicional manchega que llegaba de un pueblo cercano a Domingo Pérez. Esto aportó un toque todavía más especial, sobre todo para Virginia, que estaba casándose en su localidad natal, donde siempre había querido hacerlo y con la música tradicional de su tierra como banda sonora.

VIRGINIA Y JOSÉ MANUEL

UNI DOS PAR A SI E M PR E L

a ceremonia discurrió en un ambiente cercano y distendido y cuando pasaban pocos minutos de las 12:30 horas del mediodía, llegó el momento más esperado: el “sí, quiero”. Los novios unieron sus manos y pronunciaron, con la voz temblorosa por la emoción, las esperadas palabras. Por fin, tras casi seis años de relación, la pareja se había convertido en marido y mujer. El primero en felicitarles fue Don Jesús, que estaba tan feliz como el resto de los invitados: “Enhorabuena, ya estáis casados”, sentenció, por si acaso había alguna duda. Jose y Virginia acababan de cumplir su sueño ya que desde

que se conocieron supieron que lo suyo no iba a ser una relación cualquiera: tenían claro que estaban ante el amor de su vida. Y ahora, con este enlace, estaban poniendo el broche de oro a su historia. De estaa manera sellaron su amor ante los suyos. La pareja de recién casados era la viva imagen de la felicidad. Mucho más relajados y ya convertidos en marido y mujer habían dejado los nervios de lado y comenzaban a disfrutar de su día. Solo faltaba testificar el enlace mediante la firma del acta matrimonial, otro de los instantes básicos del ritual eclesiástico.

TRAS INTERCAMBIARSE LOS ANILLOS Y PRONUNCIAR EL “SÍ QUIERO”, VIRGINIA Y JOSE SE CONVIRTIERON EN MARIDO Y MUJER, UN FINAL FELIZ PARA CASI SEIS AÑOS DE RELACIÓN. ESTABAN CUMPLIENDO UN SUEÑO QUE POR FIN SE ESTABA HACIENDO REALIDAD. LAS ALIANZAS, DE ORO Y ELEGIDAS POR LOS NOVIOS, SEGUÍAN UN DISEÑO TRADICIONAL PERO RIBETEADAS EN RELIEVE EN SU PARTE EXTERIOR.

LA FIRMA DE LOS TESTIGOS Tras finalizar la ceremonia, novios y testigos, en este caso también padrinos, Pedro y Victoria, procedieron a firmar los documentos oficiales para dejar constancia del enlace. Uno a uno fueron pasando por el altar para, además de estampar su firma, posar con la mejor de sus sonrisas ante los fotógrafos que inmortalizaban el momento. Tras las rúbricas del matrimonio y sus testigos comenzaron los posados en familia: la del novio, la de la novia, y la de todos ellos. Porque eso es lo que son a partir de ahora: una única familia.

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Tras la bendiciĂłn del sacerdote y la firma de los testigos, los invitados fueron abandonando la iglesia para esperar a los novios en la puerta principal y asĂ darles un poco de intimidad para que pudieran posar con su familia. Sobre estas lĂneas vemos a los reciĂŠn casados posando con la familia del novio.

Los novios fueron recibidos por sus invitados bajo una lluvia de arroz y confeti. Los aplausos y las felicitaciones de sus seres queridos hicieron de banda sonora para este instante Ăşnico.

MIENTRAS SUS INVITADOS SE PREPARABAN PARA RECIBIRLES A LAS AFUERAS DE LA IGLESIA, LA PAREJA ESPERÓ ENTRE CONFIDENCIAS Y MUESTRAS DE CARIÑO. Los invitados esperaban impacientes la salida de Virginia y José Manuel. Pero por suerte la pareja no les hizo esperar mucho y mientras familiares y amigos se agrupaban en el pórtico principal de la iglesia, los novios recorrieron la alfombra roja pero esta vez ya convertidos en marido y mujer. Nada más asomarse les recibió una lluvia de arroz y confeti y por supuesto, los gritos de ¡Vivan los novios! de sus seres queridos. Tras esta colorida lluvia los invitados se arremolinaron alrededor de los recién casados porque todos querían ser los primeros en abrazar y dar la enhorabuena a los recién casados. Pero mientras les felicitaban y comentaban lo preciosa que había sido la ceremonia, la música empezó a sonar de nuevo y en la plaza del pueblo todos los invitados y los vecinos de Domingo Pérez disfrutaron de una jota manchega en honor a los novios. Finalmente, y después de tantas emociones Virginia y Jose se dirigieron al coche nupcial que les llevaría hasta Toledo capital, donde se celebrarían tanto el banquete como la sesión de fotos.

TAL PARA CUAL

Cuando se conocieron no sabían que tenían en común tantas cosas. Y es que, caprichos del destino ¡los dos nacieron junto a un hermano gemelo! Así es, tanto ella como él tienen un hermano y una hermana exactamente igual que ellos. Precisamente gracias a esto empezaron a hablar cuando se conocieron un 25 de diciembre del año 2010. Desde entonces no se han separado y su historia podría servir de inspiración para cualquier película romántica. Ella, que por aquel entonces vivía en Domingo Pérez, nunca iba a Madrid el día de Navidad, y menos para salir. Pero en aquella ocasión decidió ir… ¡ y menos mal!, porque fue la noche en la que se vieron por primera vez. Su prima Cristina les presentó, y comenzaron a hablar y darse cuenta de que eran muy parecidos. “Los dos somos gemelos, y yo no creo en las casualidades. Si nos conocimos fue por algo”, nos decía Jose. Casualidad o destino, la realidad es que aquel 25 de diciembre de hace diez años nació un amor de esos que duran para siempre.

Momento en el que explicamos su historia de amor. Momento en el

“Desde el primer momento supe que Jose era una persona muy especial. Siempre habíamos querido casarnos y sentimos que había llegado el momento”

Una historia de amor con el destino como aliado

Virginia y Jose no tenían nada que ver, no se conocían, nunca se habían visto e incluso vivían en diferentes comunidades autónomas. Pero el destino quiso que sus caminos se cruzaran y que descubrieran que estaban hechos el uno para el otro. “Cuando nos presentaron, empezamos a hablar y descubrimos que los dos teníamos un gemelo. Eso no podia ser casualidad. Hubo mucha conexión y enseguida me dí cuenta de que era especial. Desde entonces no nos hemos separado y hoy hemos dado el paso más importante de nuestras vidas”, afirma Virginia. Tras tres años de relación se fueron a vivir juntos y desde entonces comparten su vida en la localidad madrileña de Móstoles. “Jose y yo nos complementamos a la perfección. Él es más tranquilo y yo soy más nerviosa. Siento que lo que a mí me falta lo tiene él y viceversa, no podría pedir más”, confiesa la novia. Según Jose“Virginia es muy alegre y cariñosa, fiel a sus ideas y persistente, no para hasta conseguir lo que quiere”. Solo tenían palabras de cariño y respeto hacia su pareja mientras disfrutaban de una romántica sesión de fotos en un marco incomparable: Toledo. La pareja eligió esta preciosa ciudad por sus bonitas vistas y sus monumentos únicos. Como dos principes medievales posaron entre las murallas de la ciudad imperial.Tras esta sesión inolvidable, no sabemos si se complementan o no, aunque ellos así lo afirmaban, pero de lo que estamos seguros es de que están plenamente enamorados. Sus gestos, sus miradas, sus muestras de cariño, eran las de una pareja que se quiere y se respeta. Una pareja que desde hace seis años no sólo celebra las navidades, sino también su aniversario y para los que a partir de ahora, el 20 de agosto adquiere un nuevo significado en su calendario: el día en el que cumplieron el sueño de convertirse en marido y mujer. La pedida de mano fue hace un año, en agosto de 2015, durante unas vacaciones en Tarragona.

“Virginia es mi motor, siempre está ahí cuando la necesito, sabe escuchar y no sé qué haría sin ella”

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“

“Jose es una persona muy especial. Me encanta su sonrisa y sus ojos, es en lo primero que me fijé de él. Me cuida y siempre está pendiente de mí” “Virginia me aporta un toque de locura, es opuesta a mí y me complementa. Es la mujer de mi vida”

“

celebración CON VISTAS A TOLEDO

San Juan de los PANETES,

CIGARRAL DE LAS MERCEDES

TESTIGO MUDO DEL ENLACE

El banquete y la posterior celebración tuvieron lugar en un enclave de ensueño: el Cigarral de Las Mercedes. Se trata de una espectacular finca de cinco hectáreas de superficie localizada en una de las mejores zonas de Toledo. El Cigarral ofrece una impresionante panorámica de la ciudad lo que le convierte en un espacio único en el que todos pudieron disfrutar no sólo de la celebración sino de sus espectaculares vistas. Los novios lo eligieron por tener todo lo que estaban buscando: un entorno rural, rodeado de verde y bonitas flores y con unas vistas incomparables. Allí, rodeados de naturaleza, la pareja y sus invitados disfrutaron del banquete nupcial y de un cóctel previo en los jardines de la finca en el que pudieron deleitarse con el esplendor del lugar. Nadie quedó indiferente al descubrir el lugar que habían elegido los novios y es que además, no faltaba detalle y estaba decorado con mucho cuidado y con todo tipo de detalles personalizados para la pareja. Incluso había una mesa en la que quien lo deseara, podía dejar un mensaje para Jose y Virginia.

Los invitados no cesaron de asomarse a los balcones del jardín de la finca para disfrutar de unas vistas que hipnotizaban. La ciudad de Toledo fue un invitado más en una celebración de ensueño.

SU LLEGADA AL CÓCTEL LA PAREJA DISFRUTÓ JUNTO A SUS INVITADOS DE UN CÓCTEL DE BIENVENIDA AL AIRE LIBRE DONDE EL CALOR FUE UNO DE LOS PROTAGONISTAS

El matrimonio había preparado un cóctel de bienvenida al aire libre para sus seres queridos. En un marco incomparable, con la ciudad de Toledo de fondo, familiares y amigos de la pareja disfrutaron de este cóctel que sirvió de antesala para el banquete nupcial. Mientras la pareja disfrutaba de su romántica sesión de fotos, los invitados habían llegado ya al cigarral donde la espera estaba amenizada con música, comida y bebida de todo tipo. Finalmente los novios hicieron su aparición, y tras tomar algo para refrescarse, entraron en los jardines del cigarral donde les recibieron entre aplausos y vítores. Ahora sí, podían disfrutar de ellos mucho más tranquilos y no pararon de intercambiar opiniones y fotografiarse con todos. Nosotros también aprovechamos para recoger las primeras impresiones de familiares y amigos, que estaban absolutamente encantados con el enlace. En concreto había alguien que era, en parte, responsable de que

se estuviera celebrando este enlace. Cristina, prima de la novia, fue quien les presentó “Nos conocemos desde pequeñas y ella siempre ha tenido la ilusión de casarse. Estoy encantada de que esté cumpliendo su sueño. Además soy la celestina y no podría estar más orgullosa de serlo”, afirmaba. Pero había un invitado que no era demasiado bienvenido: el calor. Los termómetros rondaban los treinta grados y hacía un sol de justicia, así que la mayoría de los invitados intentó buscar la sombra para refugiarse del calor sofocante. Pero de todas formas, ni siquiera esto pudo estropear la fiesta. Todo eran risas y alegría. Había comida y bebida para todos los gustos y las bandejas con todo tipo de manjares no dejaban de pasearse entre los presentes. Un sinfín de suculentos platos que no dejaron indiferente a nadie. Eran casi las cuatro de la tarde, y así, entre comida, bebida y buena conversación se sucedió el cóctel.

DELICATESSEN Todo tipo de productos de la tierra hicieron las delicias de los invitados. Había para todos los gustos y nadie quedó indiferente ante los manjares que los novios habían elegido para el cóctel de bienvenida.

BUEN VINO Y ACEITE También la bebida era variada y había toda clase de opciones para que cada invitado eligiera lo que más le gustara: blanco o tinto, no había invitado que se preciara sin una copita en la mano. Pero sin duda, lo que más triunfó fue esta degustación de aceite de oliva virgen extra en uno de los corner habilitados.

odo el mundo quería posar con la radiante pareja y poco a poco fueron acercándose a los novios para no quedarse sin la ansiada fotografía con los protagonistas. En parejas, en grupos, con los novios o sin ellos, nadie quiso quedarse sin las cotizadas instantáneas. Como se puede apreciar, los invitados dejaron el listón muy alto con sus estilismos… ¡cuánto glamour! Llegados desde Madrid o Toledo, familiares y amigos quisieron estar presentes en el día más importante Jose y Virginia.

FAMILIARES Y AMIGOS DISFRUTARON DE UNA FIESTA INOLVIDABLE NADIE QUISO QUEDARSE SIN SU FOTO CON LOS NOVIOS EL ambiente era inigualable y así de orgullosos presumían de felicidad todos los invitados. Uno a uno, familiares y amigos posaron junto a los novios en lo que se convertiría en un recuerdo inolvidable de este día tan especial. Entre agradables charlas, felicitaciones, buena comida y sobre todo muy buen ambiente, los novios fueron recorriendo el cocktail para poder disfrutar de todos y cada uno de sus seres queridos. Y aunque no pudieron dedicar a todos el tiempo que se merecían, si que hubo fotos, ¡muchas fotos! Poco a poco todos los invitados fueron pasando por el objetivo de los fotógrafos consiguiendo instantáneas para el recuerdo de lo más originales, como la que vemos sobre estas líneas del novio con sus amigos. Un posado al más puro estilo “street band” que seguro que más de uno utiliza de fondo de pantalla… ¡no es para menos!

Virginia no quiso esperar al final del día para cumplir con una de las tradiciones más bonitas: regalar una répilica de su ramo de novia. Pero ella no había elegido una destinataria sino que lo haría el azar. De modo que puso a todas las invitadas en grupo y acto seguido se colocó de espaldas a ellas y lanzó su ramo para que alguna de ellas lo recogiera. Aquella que lo hiciera, según cuenta la tradición, sería la próxima en casarse. La afortunada fue Elena, prima de la novia, que muy feliz y emocionada se fundió en un abrazo con ella. “Estoy en edad de merecer”, nos decía entre risas. “No nos había contado que lo iba a lanzar y ha sido toda una sorpresa, me ha hecho muchísima ilusión. No tengo planes de casarme por el momento pero a lo mejor con esto de que he cogido el ramo puedo meter presión” bromeaba.

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Mientras las bandejas de comida y bebida se paseaban entre los grupos de invitados, los novios se fotografiaban con todos ellos sin cesar. Tanto, que a penas pudieron probar los manjares que los demás estaban saboreando. Pero no importaba porque lo que ellos querían era disfrutar de la compañía de sus seres queridos. El día era para eso, para celebrarlo todos juntos “ya habrá tiempo de comer”, decían. Y es que esto era lo que menos les preocupaba porque en pocos minutos empezaría el banquete nupcial. Mientras tanto, disfrutaron del tiempo que les quedaba en los jardines del cigarral posando con todos: los primos de la novia, los del novio, sus amigos, sus tíos, sus compañeros de trabajo… ¡los fotógrafos no daban abasto!

el banquete Los novios eligieron el Cigarral de las Mercedes por reunir todas las características que estaban buscando, entre ellas el menú, que no defraudó. A pesar de que Jose es cocinero profesional, confió en el equipo de cocina del restaurante, liderado por el chef Javier Medina. Una elección de lo más acertada ya que los invitados pudieron disfrutar de platos selectos en consonancia con las exigencias de los recién casados.

BIENVENIDOS

Sobre cada plato había una pequeña rama de olivo y un detalle personalizado para cada uno de los comensales, con el que se los novios querían darles las gracias por acudir a una cita tan importante para ellos.

50 ENTRANTE: Gazpacho de tomates amarillos con ceviche de langostinos y vegetales.

DE PRIMERO: Bacalao con mahonesa de anguila Y ANTES DEL SEGUNDO: Frappé de maracuyá o cactus

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Presidiendo el cóctel de bienvenida los invitados podían encontrar el lugar en el que les tocaría comer. La decoración romántica y bucólica aunque muy sencilla y elegante, contaba con toques rústicos y rurales, muy en consonancia con el entorno.

DE SEGUNDO: Solomillo de cerdo con mostaza y crujiente de hierbas.

postre: Frambuesa, yogurt y migas de té verde.

UN BANQUETE Rosa, la mejor amiga de Marina y Esther, hermana de Alejandro, preparadas para mostrar su videofriend. Un gran trabajó que logró su objetivo: emocionar a los novios y, de paso, a todos los presentes.

DE LO MÁS ANIMADO

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CUMPLEAÑOS

Nada podía hacer sospechar a Alzhara que su prima Lorena tendría el detalle de preparar una tarta temática especial por coincidir su 30 cumpleaños con el día de la boda. La novia, siempre detallista, encargó una tarta de fondant que recreaba una montaña que estaba siendo escalada por una simpática rubia con cierto parecido a Alzhara. Este bonito detalle emocionó a la cumpleañera quien no pudo evitar lanzarse a los brazos de los novios.

UNA TARTA PARA LOS MÁS GOLOSOS

Todo estaba saliendo a pedir de boca y después de un día de emociones había llegado la hora de reponer fuerzas, o lo que es lo mismo, de sentarse a disfrutar del banquete nupcial. El salón elegido para la ocasión estaba decorado en tonos neutros siguiendo la tónica de la decoración del cóctel. Con el blanco como color principal y combinado con tonos ocre y dorados el resultado era muy elegante. Las flores y las lámparas de araña que recorrían el techo aportaban el toque romántico que la ocasión merecía. Ya eran las cuatro de la tarde y el tiempo comenzaba a echarse encima así que sin más dilación los invitados fueron ocupando sus asientos. Cuando finalmente los invitados ocuparon su lugar correspondiente, empezó a sonar la música. Los novios estaban a punto de demostrar a todos su sentido del humor y sus dotes como bailarines. Ante la sorpresa de los presentes entraron al ritmo de la canción “Madre Tierra” de Chayanne y con coreografía ensayada incluída, pusieron en pie a todo el salón. Al final todos los invitados acabaron bailando, con coreografía o sin ella, lo importante era disfrutar. Y es que como dice la canción, hay que disfrutar de “las cosas buenas que tiene la vida….”

TARTA NUPCIAL

El momento mรกs dulce

UNA PAREJA CÓMPLICE

Mientras procedían a cortar la tarta, Virginia y Jose demostraron la gran complicidad que les une. Entre confidencias y muestras de cariño respondieron a los vítores de sus invitados cortando el preciado pastel. Sus miradas, sus gestos, y su manera de reírse juntos hicieron más que evidente el amor que sienten el uno por el otro. Habían sido muchas horas de emociones y ahora los novios estaban por fin relajados, exprimiendo cada minuto de uno de los días más importantes de sus vidas.

oco a poco el banquete estaba llegando a su fin, pero antes de que se aproximara la hora de la barra libre, había que cumplir con la tradición: como en toda buena boda que se precie los novios cortarían la tarta. Así que todas las miradas se dirigieron hacia una de las zonas del salón donde, bajo un techo de luces, la tarta nupcial esperaba a que los novios le hincaran el diente. Ahí estaba, sencilla y elegante. De tres pisos y en color blanco, recorrida por flores rojas y rosas. Virginia y Jose agarraron juntos la espada y de manera firme procedieron a su cometido. Sus invitados aplaudieron mientras los novios posaban felices tras cumplir con su misión.

Una imagen vale más que mil palabras. Marina y Alejandro, bailando como dos tortolitos o...¿como dos patitos?

LAURA Y ALEJANDRA recibieron el ramo de la novia muy emocionadas. “Lo vamos a guardar como un pequeño gran tesoro”.

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UNA TARDE LLENA

DE S O R P R E S A S LOS NOVIOS NO DEJARON DE SORPRENDER A SUS INVITADOS

Jose y Virginia habían cuidado cada detalle de la celebración con el máximo

cariño. Querían que todos sus invitados se sintieran especiales igual que ellos por lo que tuvieron muchos detalles con ellos a lo largo del día. Pero para ellos también había sorpresas. Uno de los momentos más emotivos llegó con un vídeo recordatorio de los mejores momentos de su vida y de su relación que habían preparado sus amigos y hermanos del novio. No sólo ellos se emocionaron viendo estas entrañables imágenes sino que el resto del salón también lo hizo. Y es que una historia tan bonita sólo podía despertar buenos sentimientos entre todos los que estaban compartiendo con los novios un día tan especial. Familia y amigos arroparon a la pareja y demostraron ser un grupo muy unido. Virginia y Jose se deshicieron en atenciones hacia sus seres queridos durante todo el banquete, levantándose continuamente de su mesa para acercarse a las demás y poder conversar con los que más quieren. A continuación, Virginia hizo entrega a sus dos hermanas de su ramo de novia, que dividió en dos. Una parte para Laura, y otra para Alenjandra, la benjamina. Ambas se emocionaron visiblemente y nos contaron que lo guardarían para siempre como un pequeño gran tesoro. “Somos cuatro hermanos y nos adoramos. Siempre estamos en contacto. Sabíamos que Virginia, siendo tan detallista, nos sorprendería con algo y mira, ni más ni menos que su ramo”, nos contaba entre risas la mayor. Fue una sobremesa repleta de sobresaltos.

FLORES PARA EL RECUERDO

Los recién casados estaban rodeados de todos sus seres queridos, las personas que ellos querían que estuvieran en el día más importante de sus vidas. Pero desgraciadamente hay personas muy queridas y relevantes para la pareja que ya no están entre nosotros y a los que Jose y Virginia iban a echar mucho de menos en una jornada tan especial para ambos. A todos quisieron hacerle un bonito homenaje en forma de flor. Entregaron rosas a los familiares de estas personas con el objetivo de que se las depositaran simbólicamente el espacio destinado a su memoria. Todo un detalle de la pareja que supuso uno de los instantes más emotivos del día. Este bonito homenaje estaba dedicado, por parte de la novia a: Millán y Carmen, Julián y Lorenza, abuelos maternos y paternos; Loli y Santi, hermana y prima del padre, Helo, hermana de la abuela paterna; Israel, primo; Ángel, tío y por último, Blas, amigo de la familia. Por parte del novio: Francisco, abuelo paterno, Leoncia, tía abuela; París, bebé de unos amigos recientemente fallecido. En un primer momento se pasearon por las mesas y entregaron rosas de color para las madres y la abuela del novio. Posteriormente, rosas blancas para los familiares de los difuntos.

UN EMOTIVO HOMENAJE PARA LAS PERSONAS QUE YA NO ESTÁN

Y LOS NIÑOS...

Los peques de la casa también tenían su lugar en la celebración, de hecho algunos de ellos habían formado parte del cortejo nupcial. Y por supuesto, también los novios se habían acordado de ellos. Les obsequiaron con un “pack” compuesto por cubos de rubick y jaboncitos de animales. Un regalo que los más pequeños recibieron con mucha ilusión. No hay nada como la imaginación de los niños.

PABLO Y JAVIER

primo y hermano de la novia ayudaron a repartir los regalos mesa por mesa ya que los novios no daban abasto. Aquí vemos a Javi, hermano de la novia, acompañado de su primo cesta en mano. Ellos fueron los encargados de entregar las cervezas personalizadas a sus destinatarios.

REGALOS

PARA TODOS

Está claro que un día tan especial iba a ser recordado por todos los presentes pasara lo que pasara. Pero, por si acaso, los novios obsequiaron a sus invitados con toda clase de recuerdos serigrafiados con la fecha del enlace. Para ellas había diferentes jabones artesanales con olores de todo tipo y para ellos botellines de cerveza personalizados de modo que parecía que los novios tuvieran su propia marca de cerveza ¡fue todo un éxito! También se entregaron puros, cigarrillos y chapas con mensajes muy divertidos Los novios y sus ayudantes recorrieron el salón para repartir los presentes y aprovechar para ver cómo lo estaban pasando sus invitados. Todos les recibían con vítores y cánticos, quedaba claro que el día estaba yendo muy bien y que el ambiente ya estaba más que animado.

ESTA “LADY” YA NO ES SINGLE

Estaba a punto de terminar el banquete y nadie se imaginaba que estaba a punto de tener lugar uno de los momentazos del día. La novia tenía preparada una sorpresa que nadie se esperaba. Todo empezó con el novio sentado en una silla en el centro del salón. ¡Jose todavía no era consciente de la que se le venía encima! Mientras nuestro protagonista, nervioso, no sabía muy bien qué estaba pasando. La novia, su hermana y otras cinco amigas se colocaron frente a él y comenzó a sonar…. ¡”Single Ladies”, de Beyoncé! Las chicas habían ensayado la coreografía de la canción y lo clavaron. “La idea fue de mis amigas, y me pareció muy divertido, así que estuvimos ensayando y al final creo que ha salido muy bien”, decía Virginia tras su gran actuación. El baile puso en pie a todo el salón que no dejaba de aplaudir alucinando con lo que estaba pasando. Un baile de alto voltaje que fue el colofón de un banquete de alto nivel… ¡Menuda marcha!

Finalmente Virginia sacó a bailar al novio que estaba alucinando con lo que estaba viendo. Algo tímido al principio, accedió a salir a la pista de baile y terminó bailando con su mujer al ritmo de la música.

BAILE

NUPCIAL

El día estaba saliendo a pedir de boca, los novios estaban encantados y sus invitados más todavía “estamos muy felices por como ha salido todo, queríamos que todo el mundo disfrutara y creemos que así está siendo, ha salido todo perfecto y estamos encantados. Ahora sólo queremos que todo el mundo baile hasta que no pueda más”, nos decían poco antes de que diera comienzo la barra libre. A unos metros del salón donde se había celebrado el banquete, en la misma finca, estaba la discoteca donde iban a poder darlo todo al ritmo de la música más actual. Pero para que esto sucediera, los novios tenían que inaugurar la noche con su baile nupcial. Así que cuando todos sus invitados estaban ya degustando alguna bebida, hicieron su entrada en la pista. Familiares y amigos hicieron un círculo rodeando a la pareja y Virginia y Jose comenzaron a bailar agarrados su baile más romántico hasta el momento. Pero no eligieron un vals tradicional, ellos ya habían demostrado que eran unos bailarines profesionales durante todo el día y en esta ocasión no iba a ser menos. Así que sorprendieron a todos bailando a ritmo de bachata. La voz de Juan Luis Guerra en su canción “Tus besos” puso la banda sonora a este momento inolvidable.

SECUENCIA COMPLETA:

Los novios demostraron una vez más su destreza en la pista de baile, pero no querían ser sólo ellos los que bailaran así que comenzaron a sacar a todos los demás a hacer lo propio. El padrino bailó con su hija muy orgulloso y feliz, no podía pedir más porque el día había salido perfecto. El resto de invitados siguió su ejemplo y se lanzó al centro de la discoteca a bailar con los novios y sus famliares. Se daba así el pistoletazo de salida a una fiesta inolvidable.

UNA FIESTA INOLVIDABLE Había muchas ganas de fiesta y eso se notaba. Los novios y sus invitados no pararon de bailar, reír, disfrutar y celebrarlo, y es que todos eran conscientes de que era un día único e irrepetible y había que exprimirlo al máximo. Una marcha envidiable que dejó claro que el punto fuerte de familiares y amigos de los novios era divertirse. Baile, photocall, charlas al aire libre… todo estaba permitido y eran muchas las opciones para que la diversión estuviera asegurada.

Eran ya las 21:00 horas, pero aún no había anochecido y brillaban los últimos rayos de sol, así que novios e invitados alternaron durante un buen rato los bailes dentro de la discoteca y las risas y locuras en el exterior. Todavía quedaban ganas de fotos, en esta ocasión, ya sin nervios de por medio, más desenfadadas y divertidas. En el centro vemos a los hombres de la famlia con un regalo de la novia muy original: los padres de los novios y sus hermanos habían completado su “outfit” con unos calcetines en los que se podía leer el parentesco de cada uno de ellos junto a la fecha del enlace. Por ejemplo, en los del padrino, nos quedaba claro que era “el padre de la novia”. Virginia puso así el toque divertido a sus hombres, pero hizo lo mismo con las mujeres de su vida ya que para ellas hizo una versión en forma de pegatinas en la suela del zapato. Está claro que a original… ¡a Virginia no le gana nadie!

En la recta final del día todos demostraron que la fiesta es lo suyo. Y es que había ganas de fiesta para rato. Los novios confesaban estar encantados ya que lo que ellos querían era eso: disfrutar. “Queremos pasárnoslo bien con todos los que han venido a acompañarnos. Hay que bailar hasta que el cuerpo aguante”, afirmaban. Sus deseos fueron órdenes. Un día único: “Ha sido un

día maravilloso y especial y no lo vamos a olvidar nunca”, nos decían entre baile y baile. Y dicho y hecho porque no había nadie que no estuviera en pie, bailando, riendo, celebrando y en definitiva, pasándoselo en grande. Los novios cumplieron sus expectativas, y seguro ya estaban pensado en su Luna de miel a Tailandia que comenzaría en solo dos días. ¡Buen viaje!

20 agosto 2016