tras diez años de relación la pareja ha dado el paso hasta el altar para prometerse amor eterno
11072015
EL PASADO 11 DE JULIO DE 2015 EN SAN LORENZO DE EL ESCORIAL
la boda de RUBÉN y LETICIA
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LA EXCLUSIVA DE LA BODA es una marca registrada por Imagen and Media Comunicacion SL. © Copyright Leyenda | Todos los derechos reservados. Prohibida su venta y distribución.
SUMARIO
EXCLUSIVA
Especial LETICIA y RUBÉN 11 julio 2015
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RUBÉN SE PREPARÓ EN
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la casa donde ha convivido con Leticia durante 4 años.
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LA NOVIA,
muy nerviosa y sonriente.
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LA IGLESIA DE SAN BERNABÉ,
testigo mudo del enlace.
EL INTERCAMBIO DE LAS ALIANZAS,
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muy esperado.
28 LLUVIA DE ARROZ
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en una ceremonia de ensueño.
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MIRAVALLE
acogió a los 140 invitados en un entorno único.
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EL MENÚ
hizo las delicias de los paladares más exigentes
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LA TARTA NUPCIAL,
una sorpresa de su amigo Pichi, elaborada por él mismo.
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DOS PRÍNCIPES
El matrimonio posó para nuestras cámaras como auténticas celebrities.
LOS INVITADOS
en una instantánea única para el recuerdo.
LA EXCLUSIVA DE LA BODA marca registrada por Imagen and Media Comunicacion SL. © Copyright Leyenda | Todos los derechos reservados DEPOSITO LEGAL: CO 773-2012. Email: quiero@laexclusivadelaboda.es Edición impresa en Madrid 2015. Prohibida su venta y distribución.
MUY SEGURO Y TRANQUILO DOS HORAS ANTES DEL ENLACE, NOS ENCONTRAMOS A UN RUBÉN CASI PREPARADO Y CON LOS NERVIOS BAJO CONTROL
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Ya habían pasado algo más de dos años desde que le pidió matrimonio a Leticia y ahí estaba, a punto de encontrarse con su prometida en el altar. Aunque en esta cuenta atrás los nervios suelen hacer acto de presencia, el novio supo frenarlos hasta el último minuto. Era un paso que ambos afrontaban con gran ilusión y que habían estado organizando milimétricamente desde los últimos 24 meses por lo que no había lugar para el nerviosismo o la improvisación. Ahora sólo quedaba disfrutar de todo lo que estaban viviendo: un sueño cumplido.
EN SU NIDITO DE AMOR
Rubén es un hombre disciplinado y muy organizado, algo que quedo más que patente desde que entramos en su domicilio. Tanto su traje como los complementos estaban perfectamente distribuidos en el sofá del salón donde tantas conversaciones, risas, llantos y confidencias había compartido la pareja en los últimos cuatro años de convivencia. Rubén optó por preparse en la casa donde ha estado viviendo con Leticia desde el 15 de junio de 2012: en calle Cañada Nueva, 4, en su pueblo natal, San Lorenzo de El Escorial. Un gran paso del que se enorgullece. “Tras seis años de relación nada nos motivaba más que irnos a vivir juntos. Necesitábamos compartir el día a día. Gracias a eso hoy ambos nos conocemos a la perfección y sabemos que además de amor hay entendimiento y respeto”, nos confesaba.
EL TRAJE Y LOS COMPLEMENTOS
La elección del vestuario del novio no resultó complicada. Todo lo contrario. Rubén estuvo mirando por internet varias tiendas de ropa nupcial masculina. Conociendo a la perfección los gustos de Leticia, se dejó influir por su estilo y la búsqueda se centró en un traje de corte clásico y de color oscuro. Algo elegante y discreto que le favoreciera y satisfaciera los gustos de su prometida. Y lo encontró. Fue a la tienda con el modelo de referencia, se lo probó y el traje negro de José Clambor era, sin duda, el suyo. Fué el primero que testó y aunque después hubo más, lo tuvo claro. No era necesario buscar más. Al traje con chaleco en gris perla lo acompañó de una corbata con nudo ancho en rayas diagonales en plata y negro con pañuelo a juego, camisa blanca y zapatos negros de cordones, de Emidio Tucci. Como complementos estrella el reloj de Lotus que él mismo se compró para la ocasión y un detalle que nos conquistó: unos gemelos en plata con las iniciales de su futura mujer.
LISTO PARA ENCONTRARSE CON LETICIA
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El novio quiso que su puesta de largo en su nidito de amor fuera lo más tranquila posible. Por eso prefirió que en este momento tan importante sólo les acompañarán sus padres: Juan Luis y Angelines. “El piso tampoco es demasiado grande. Con los 40 metros que tiene, no era conveniente reunir a demasiadas personas. Con mis padres y el equipo de fotografía y vídeo era más que suficiente para desenvolvernos sin problemas por el espacio”, nos contaba. Rubén es el primer varón de la familia en dar el paso al altar, un hecho que su madre vivió con mucha intensidad. “Es el primer hijo que se casa y lo noto. Estoy muy emocionada”. Y era para estarlo. Además de casar al benjamín, también ejercería de madrina, un papel que le enorgullecía especialmente. Tanto ella como su marido estuvieron muy atentos a Rubén. Ambos ayudaron a que su hijo estuviera impecable con su traje y complementos. Angelines colaboró con la colocación del chaleco, mientras que Juan Luis le echó una mano con la corbata. “Estoy deseando ver a Leticia. Seguro que está guapísima. Espero que le guste el traje y estar a la altura de sus expectativas”, nos decía entre risas. Y es que Rubén ha bromeado con su chica mucho en torno a su vestuario. “Cada día le decía algo distinto: que si era rojo, blanco, muy llamativo... No tiene ni idea de mi decisión y, conociéndome, se teme lo peor. Respirará tranquila cuando me vea. Es lo que ella quería para mi”, nos decía entre risas.
RUBÉN SOLO RECLAMÓ LA PRESENCIA DE SUS PADRES ANGELINES
En los preparativos del novio se respiraba mucha tranquilidad. Sus padres lo arrop nista de la jornada junto a su futura mujer.
ELINES Y JUAN LUIS PARA SU PUESTA DE LARGO
paron en todo el proceso que concluyรณ con un novio impecable dispuesto a convertirse en el gran protago-
EN LA CASA QUE LA VIO CRECER
Leticia pisó la casa de Santa Clara, 23 en San Lorenzo de El Escorial cuando tenía poco más de un año. Estaba dando sus primeros pasos. Comenzaba apenas a andar. Veintiocho años más tarde se encontraba en el domicilio familiar dando uno de los pasos claves en su vida: el del matrimonio. Aunque la ceremonia estaba prevista a las 12.00h, nuestra protagonista inició su actividad bien temprano. A las 07.00h estaba con Katia, su peluquera de toda la vida, haciéndose el recogido perfecto para su gran día. A las 10.00h llegó a la casa de sus padres ya peinada y maquillada dispuesta a enfundarse su vestido de Pronovias, modelo Tango, que tanto le impactó desde un principio cuando lo encontró navegando por internet. “Fue un flechazo. Cuando fui a la tienda a probármelo se confirmó. Era éste”. Aunque se probó más, se quedó con su primera y única opción. Al vestido lo acompañó con un ramo de rosas frescas blancas y rosas, unos pendientes en plata de perlas y unos zapatos que, aunque no eran de novia, los vio y le fascinaron por su diseño y comodidad.
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Preparada
Desde muy pequeña Leticia siempre había soñado con este día. El 11 de julio de 2015 había llegado al fin. Nos recibió a las diez de la mañana en el domicilio familiar con una sonrisa radiante. Estaba realmente espectacular. Le separaban tan sólo tres horas para el “sí, quiero” por lo que los nervios, en su caso, estaban a flor de piel. “Estoy atacada, histérica. No me sorprende porque soy muy nerviosa pero espero ir calmándome cuando llegue a la iglesia y vea que todo está en orden”, nos contaba. Nada más lejos de la realidad. Los nervios serían una constante casi hasta el final de la jornada.
LA NOVIA ESTUVO PERFECTAMENTE ACOMPAÑADA: SU FAMILIA Y SUS AMIGOS NO SE SEPARARON DE ELLA.
En la habitación donde se preparaba Cristina no cabía ni un alfiler. Uno a uno, familiares y amigos fueron desfilando para ver a la novia. La curiosidad y expectación pudieron con ellos y no pudieron aguantar hasta verla en la iglesia. Además fueron un apoyo imprescindible para ella, ya que gracias a las muestras de cariño de todos consiguió calmar los nervios en buena medida. Bajo estas líneas la vemos acompañada de su hermana Miriam y Felipe, su cuñado. Y por supuesto escoltada por el cortejo nupcial presidido por Daniela, la hija de la novia. Las damitas de honor estaban guapísimas, vestidas jugando con la gama de azules y blancos que serían la tónica de toda la ceremonia. Todos los vestidos habían sido elegidos a gusto de Cristina.
HIJA ÚNICA
Leticia estuvo muy bien acompañada desde el principio. Su madre Mari no se separó de ella ni un instante. Le acompañó a la peluquería donde también le peinarían y maquillarían y fue la encargada de colocarle el vestido. “Si para cualquier madre siempre es motivo de nervios y alegría compartir este momento, para las madres que solo tenemos una hija lo es aún más”, declaraba mientra abrochaba el vestido de Pronovias a su hija. Junto a ella, Mayte, tía de la novia y Marina, amiga, que quisieron estar presentes en los preparativos. La novia, encantada y radiante de felicidad.
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ESPECTACULAR
Hacía casi dos años desde que Leticia se comprara el vestido. La espera habia sido eterna, pero al fin se lo había enfundado, dispuesta a deslumbrar al amor de su vida. Los nervios aumentaban por momentos. Al caos habitual en estos casos, se sumó la pérdida del libro de firmas con las imágenes de la preboda que los novios habian preparado para que los invitados escribieran una dedicatoria en recuerdo a este día. El libro no apareció hasta que se dispusieron a salir. Estaba debajo de la chaqueta de Manolo, el padrino. Tras este percance, ya solucionado, comenzó a relajarse un poco. Empezaba a respirar hondo.
LLENA DE CARIÑO
Nuestra protagonista no perdío la sonrisa a pesar del estrés y los nervios. Se rodeó muy bien de todos aquellos que la quieren como es el caso de su amiga Marina, esposa de uno de los mejores amigos de Rubén, Jorge, que, con su experiencia, colaboró en todo lo que pudo en la organización de la noda. Ella le regaló la liga con el lazo azul indispensable en un día como el de hoy.
Miriam, la hija de Marina y Jorge, una de las parejas amigas más cercanas a Leticia y Rubén, fue la encargada de portar las alianzas. Iba guapísima con un vestido blanco en tirantes con ribetes en rosa chicle, los colores oficiales del cortejo nupcial. Otros dos niños, mucho más creciditos, Paloma y Paco, primos de la novia, no escatimaron en muestras de cariño hacia Leticia.
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LOS SUYOS
Manolo y Mari, sus padres, en la imagen inferior, estaban exultantes. Casaban a su única hija y la emoción iba en aumento ahora que ya estaba preparada para salir al encuentro de Rubén. “Parece mentira que haya llegado el día. Recuerdo perfectamente cuando acompañé a mi hija a la prueba del vestido. No pude contener las lágrimas. Estaba preciosa, pero hoy lo está áun más”, nos comentaba Manolo que hoy ejercería además de orgulloso padrino. Para Leticia la figura paterna es clave en su vida, al igual que la materna. “Mis padres siempre me han ayudado en todo lo que han podido”. Pero para la novia sus tíos Paco y Mayte también son otro gran referente en su vida. Siempre ha estado muy unida a ellos. Tanto es así que la noche anterior a la boda cenaron en su casa de Fresnedilla de la Oliva para calmar un poco los nervios en la mejor compañía. La afición de la novia por los caballos ha sido uno de los condicionantes para que la vinculación con sus tíos y primos sea aún mayor. Paco sería el encargado de llevar a los novios hasta sus destinos.
San Juan de los PANETES,
LA IGLESIA DE
TESTIGO MUDO DEL ENLACE SAN BERNABÉ, DE EL ESCORIAL, TESTIGO MUDO DEL ENLACE Durante su etapa como estudiante, Leticia pasaba por esta iglesia casi todos los días. Desde entonces tenía claro que si algún día encontraba al hombre de su vida, este enclave sería el lugar elegido para su “sí, quiero”. Y ha tenido suerte porque no todos los deseos se cumplen, pero en su caso sí. Como Rubén no puso obstáculo alguno con su propuesta, la iglesia que alberga al patrón de El Escorial acogió encantado en su templo a novios e invitados que fueron apareciendo por la plaza que forma su entrada en torno a las 11.15 horas. El novio no se hizo esperar y sobre esta hora apareció en compañía de su madre y madrina para saludar a los suyos y tomar conciencia del momento que estaba a punto de llegar. Con él, muy de cerca, sus hermanas, Silvia, Susana, Rosi y su hermano Juan Luis, que junto a sus sobrinos aguardaban impacientes en la entrada.
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La iglesia elegida por la pareja para la ceremonia es, sin duda, un lugar emblemático de la capital aragonesa situado muy cerca de la plaza del Pilar. En la imagen de la derecha, la torre octogonal queda reflejada sobre uno de los ventanales de cristal que se pueden encontrar en la calle Salduba.
La fachada principal de la Iglesia de San Bernabé, un edificio religioso de estilo herreriano, construido por Francisco de Mora, uno de los colaboradores de Juan de Herrera en las obras del monasterio de El Escorial. Data de finales del siglo XVI y es todo un símbolo en esta ciudad de la sierra madrileña. La iglesia fue declarada Bien de Interés Cultural en 1983.
EL COCHE
de la pareja, su Kia Sportage, fue el empleado para trasladar a los novios a su destino. Hacía un par de años que Rubén se lo había comprado por lo que ya se había convertido en uno más de la familia. Además, los novios durante el trayecto se sentirían muy cómodos ya que conocían cada detalle del vehículo. El encargado de pilotarlo fue Paco, tio de Leticia, que no tuvo reparo en bromear con la novia en su recorrido hasta la iglesia. “Le decía: te imaginas que me pierdo y llegamos tarde”, nos contaba. La novia estaba tan nerviosa que apenas si recuerda el momento del coche. “El corazón se me salía. Estaba como en una nube”, nos contaba la protagonista.
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LA ENTRADA
“¡Ya llega la novia!, vociferó Silvia, hermana de Rubén, cuando vio el coche de la pareja acceder a la puerta principal. En ese momento todos los invitados se adentraron hasta el interior de San Bernabé para recibir a la novia en los bancos. Sólo María, vecina y amiga de toda la vida de Leticia, se mantuvo en la puerta muy emocioanda para recibir a la novia con un gran abrazo y besos. Silvia también permaneció fuera para organizar al cortejo nupcial compuesto por los sobrinos de Rubén y Miriam.
EL CORTEJO NUPCIAL
Sabrina, Miriam, Elsa, Melinda , Daniel y Diego (del que Leticia y Rubén son padrinos) fueron los componentes. La pequeña Claudia, aunque vestida para la ocasión, prefirió quedarse junto a su madre por timidez. Bajo la directrices de la mayor, Sabrina, todos ejercieron perfectamente su papel al igual que los novios que, en su encuentro, se dieron un beso en la mejilla tal y como marca el protocolo eclesiástico.
MIRADAS DE COMPLICIDAD Los novios no dejaron de compartir confidencias y dedicarse gestos cómplices. Por fin había llegado su día y parecía que todavía no se lo creían. Leticia estaba especialmente emocionada y Rubén estuvo muy pendiente de su futura mujer. Si para él era un momento único, para ella lo era más todavía por estar en su iglesia, el lugar donde siempre soñó que se casaría. Junto al inminente matrimonio, cerca de 140 invitados entre familiares y amigos que no perdieron de vista el desarrollo de la misa nupcial. Restaban tan solo unos minutos para que la pareja se diera el “Sí, quiero”. En los primeros bancos vemos como Silvia atiende a Elsa, la más pequeñita de la familia, en compañía de Melinda.
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UNA CEREMONIA LLENA DE AMOR
La ceremonia fue muy emotiva y sobre todo cercana y familiar. A este ambiente
contribuyó que los invitados, a pesar de ser muchos, eran familiares y amigos cercanos “todos los que están aquí es porque son importantes”, afirmaban los novios. El encargado de oficiar la ceremonia fue Florentino, casualidades de la vida, el profesor de religión de Leticia hace ya algunos añitos. Bajo su experiencia él fue quien llevó las riendas de un ritual que resultó ser más largo de los esperado. “Elegimos ceremonia, pero el cura llevó a cabo una misa, por lo que el acto se amplió más de lo previsto”, nos decía Rubén al término. Aún así, todos pudieron disfrutar de este esperado instante. La iglesia resplandecía más de lo habitual. Las paniculatas situadas en los extremos de los bancos con cinta ancha blanca que evocaba al velo de la novia, otorgaba de mayor presencia al lugar. La tía de la novia, Raquel, fue la persona encargada para la decoración de San Bernabé y del propio ramo de la novia. La expectación era máxima. Ya sólo faltaba que Florentino pronunciara las palabras clave.
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Palabras llenas de emoción
Contra todo pronóstico no fue sencillo para los novios encontrar aquellos dispuestos a superar su vergüenza o miedo escénico y pronunciar los ruegos o palabras de Dios. Finalmente fueron sus sobrinas Sabrina y Melinda las que se atrevieron a situarse sobre el altar, así como las primas de la novia Paloma y Marta. Ésta última tuvo un pequeño homenaje a Francisco, su abuelo fallecido el pasado 6 de mayo de 2013. A él, bajo petición de la novia, estuvo dedicado uno de los ruegos al señor.
LAS ALIANZAS
en oro blanco con los bordes dorados, símbolo de la unión eterna, las portó como una princesita Miriam. a la que vemos en la imagen inferior muy atenta al trayecto que tenía que hacer hasta Florentino.
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RUBÉN Y LETICIA
UNIDOS PARA SIEMPRE L
a ceremonia discurrió en un ambiente cercano y familiar y a las 12.50h llegó el momento más importante: el “sí, quiero”. Tras diez años de amor la pareja estaba sellando de esta forma su relación y a la vez cumplían un sueño, ya que desde la primera vez que se vieron fueron conscientes de que lo suyo no iba a ser un amor pasajero. El destino quiso que se conocieran y tras una relación intensa y duradera, unieron sus vidas para siempre con estas alianzas que llevaran siempre puestas en su anular en señal de su amor como marido y mujer. “Nuestra vida no va a cambiar, va a ser practicamente igual que hasta
ahora, pero era un paso que queríamos dar, sellar nuestro amor de manera oficial”, decía Rubén. La anécdota del intercambio de las alianzas vino de parte de Florentino, el sacerdote que, llegado el momento, intentó quitarle el lazo a los anillos para entregárselos a la pareja. Lejos de desanudarlos, el párroco agudizó la lazada por lo que dedicaron casi un minuto del reloj a esta tarea. Con algo de tensión por lo ocurrido, los novios se prometieron fidelidad y amor eterno en su intercambio. Tras los anillos, llegaron las arras en plata de manos de su sobrina Sabrina. Ahora sí, ya eran marido y mujer.
Cuando intercambiaron las alianzas, LETICIA y RUBÉN pronunciaron el “sí quiero” y se convirtieron en marido y mujer. Un final feliz TRAS DIEZ años de relación. MAYTE, TÍA DE LA NOVIA, LE PIDIÓ UN BESO A LA PAREJA TRAS LA BENDICIÓN DEL CURA. EL YA MATRIMONIO ACCEDIÓ ENCANTADO .
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IMÁGENES PARA EL RECUERDO
Al término, cuando Florentino dio por concluída la ceremonia, los novios se prestaron a posar con sus familiares más cercanos. Con un sonrisa de oreja a oreja, Leticia y Rubén inmortalizaron su recién estrenado matrimonio con los suyos. En la imagen superior izquierda, ambos con la familia de Leticia: Marta con su pareja, Manolo y Mari de la mano, Paco a sus espaldas, Yoli con su marido Juanjo, Cristian con su novia Patri. Presidiendo la imagen, la abuela paterna, Tere, que a sus 79 años, no faltó a la cita. En la imagen central, Leticia y su marido con los abuelos maternos de ésta, Luisa y Paco, el abuelo con el que mayor vinculación guarda la novia. En su infancia pasó muchas horas junto a él en su picadero. Al abuelo Paco lo vimos muy emocionado, con lágrimas en su ojos, cuando vio entrar a su nieta en San Bernabé. “Lo adoro”, nos confesaba Leticia.
LA FIRMA DE LOS TESTIGOS El
broche de oro a la ceremonia llegó con la firma de padrinos y testigos, pieza clave para formalizar el matrimonio cristiano. Tras la rúbrica de los novios y padrinos, Angelines y Manolo, se dió paso a la firma de los testigos principales, los padres de los novios que no habían ejercido de padrinos: Juan Luis y Mari acometieron orgullosos y encantados su papel. Cuando dejaron estampada su rúbrica en los documentos oficiales, llegó el turno de los testigos secundarios compuestos por Antonio, tio del padre de Leticia (y como un padre para ella), Mayte; Rosi, Silvia y Susana, las tres hermanas de Rubén, así como su hermano Juan Luis. María, amiga de Leticia, junto con los primos de ésta, Cristian y Marta, cerraron el protocolo para que al fin diese comienzo la celebración.
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Los novios fueron recibidos por sus invitados bajo una lluvia intensa de arroz. Los aplausos y las vĂtores de sus seres queridos hicieron de banda sonora para este instante Ăşnico.
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MIENTRAS SUS INVITADOS SE PREPARABAN PARA RECIBIRLES, LA PAREJA ESPERÓ ENTRE CONFIDENCIAS Y MUESTRAS DE CARIÑO PARA SER RECIBIDOS POR LOS QUE MÁS LES QUIEREN Los invitados esperaban impacientes la salida de Leticia y Rubén. La pareja no les hizo esperar mucho y mientras familiares y amigos se agrupaban en el pórtico principal de la iglesia, los novios recorrieron el pasillo central de San Bernabé hacia la salida pero esta vez ya convertidos en marido y mujer. Nada más asomarse por el portón, les recibió una intensísima lluvia de arroz, tan intensa que el matrimonio enseguida se metió en el coche pilotado por Paco para escaparse de este cereal símbolo de la fertilidad. “Habíamos repartido bolsitas en morado y fucsia para la salida, pero vimos bolsas grandes en manos de muchos invitados. No se pudieron controlar y nos regaron de arroz. Nos va a costar mucho sacar todo el arroz que se ha colado en los asiento del coche”, nos comentaron los novios cuando ya se acomodaron en el interior del vehículo.
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TAL PARA CUAL El destino quiso que los caminos de Leticia y Rubén se cruzaran en el verano de 2006 para no separarse jamás. Lo que comenzó siendo una tarde tranquila acabó convirtiéndose en un día que cambió sus vidas para siempre. Leticia estaba con unas amigas en la Lonja del Monasterio. Rubén, recién llegado de una escapada a Salamanca con unos amigos, se fue hasta allí para, entre otras, comentar en este entorno habitual para ellos, lo acaecido durante su estancia en la capital salmantina. Una amiga les presentó y Leticia dejó huella en Rubén. “Me pareció guapísima y aunque somos vecinos del pueblo, nunca la había visto quizás, porque nos llevamos cuatro años, no habíamos coincidido en ningún sitio. Me quedé con ganas de conocer a esa chica más y tuve la suerte de poder hacerlo un poco más tarde en las fiestas del pueblo”. Aunque a Leticia, Rubén le pareció un chico mono, no confió mucho en que su relación fuera más allá. “Era de esas pandillas de vacilones que no va conmigo”. Sin embargo, tras aquellos primeros encuentros con amigos comunes, llegaron otros más y Leticia pudo apreciar que tras ese “chulito” se escondía un gran corazón. Un hombre romántico y tierno con el que compartir el resto de sus días.
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“Cuando conocí la forma de ser de Rubén me conquistó. Es muy atento y siempre está ahí cuando lo necesito. Es el hombre que buscaba”
Rubén (33)y Leticia (29)
hace diez años que se conocieron. Vecinos de toda la vida, se pusieron cara por primera vez en 2006. Tras unos meses conociéndose, el 23 de diciembre de este mismo año, llego su primer beso, el que nunca olvidarán a la salida de la discoteca “Move it!”. Desde entonces su relación fue creciendo con el paso del tiempo y seis años después, decidieron alquilar un estudio en San Lorenzo y convivir, la prueba de fuego que ellos superaron con crecer. Tanto es así que el 30 de mayo de 2014, coincidiendo con el cumpleaños de Leticia, Rubén le pidió matrimonio con un anillo. Se arrodilló y se lo entregó justo cuando sopló las velas. La respuesta estaba clara. Leticia estaba deseosa de hacer realidad su sueño y casarse con el hombre de su vida. A partir de ese momento, los novios empezaron a organizar la boda y finalmente lo fecharon para este 11 de julio de 2015. Querían asegurarse el buen tiempo. Sol y clima cálido. Y lo consiguieron. De hecho, este 11 de julio hizo quizás demasiado calor, más de los esperado. Además, el 11 es un número muy significativo para nuestra protagonista. Es el día en el que se casaron sus padres (en su caso, mayo) y también coincide con el día de cumpleaños de su abuelo materno Francisco, por lo que... ¡dicho y hecho! Los novios, ya convertidos en marido y mujer se marcharon hasta la Casita del Infante, junto al Monasterio y que forma parte del Patrimonio histórico de El Escorial. En este entorno privilegiado, la pareja se dejó fotografiar y nos respondió a algunas preguntas para así conocerlos un poco más.
“Leticia parece muy fría, pero es muy cariñosa cuando rompe la barrera de la timidez. Es muy enfadica, pero se le pasa pronto”
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“
Leticia me ha dado la estabilidad que no había tenido hasta que la conocí. Es muy detallista y cada día me demuestra su amor. Soy muy afortunado Rubén es muy reflexivo. Analiza todo con calma para tomar una decisión. Me da mucha seguridad y confianza en mi misma
“
“Rubén mucha p conmig pasado momen complic y él siem estado a apoyán sacándo sonrisa”
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POLOS OPUESTOS Leticia y Rubén son el ejemplo perfecto de que los polos opuestos se atraen. Ella es tímida y bastante impaciente; mientras que él es un hombre muy sociable, paciente y reflexivo.
n tiene paciencia go. He por ntos muy cados mpre a a mi lado ndome y ome una ”
“Sólo con hablar de él me emociono. Le quiero y cada día estoy más feliz de que apareciera en mi vida”
“Mi único es objetivo es que ella esté feliz. Sabe que me tiene a su disposición para lo que quiera”
San Juan de los PANETES,
celebración EN
MiravalleTESTIGO MUDO DEL ENLACE Una finca en plena sierra del Guadarrama con una superficie natural de 20.000 metros cuadrados con cuidados y frondosos jardines con ríos, lagos, puentes, cascadas,… distribuidos en un gran Paseo Central que conduce a tres jardines privados. Este paraíso inigualable en plena sierra madrileña fue el lugar elegido por los novios para la celebración de unión matrimonial. “Estuvimos viendo varios sitios pero cuando descubrimos este y probamos su comida, no nos lo pensamos más. Calidad. naturaleza y atención era el marco ideal para festejar nuestra nueva etapa con los nuestros”, declara Rubén.
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La iglesia elegida por la pareja para la ceremonia es, sin duda, un lugar emblemático de la capital aragonesa situado muy cerca de la plaza del Pilar. En la imagen de la derecha, la torre octogonal queda reflejada sobre uno de los ventanales de cristal que se pueden encontrar en la calle Salduba.
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odo el mundo quería posar con la radiante pareja y los invitados más rápidos corrieron en busca de los novios para no quedarse sin su fotografía con los protagonistas. Las sonrisas están presentes en cada una de las imágenes que tomó nuestro equipo. En parejas, en grupos, con los novios o sin ellos, nadie quiso quedarse sin las cotizadas instantáneas. Mientras posaban con ellos les dedicaron los mejores deseos y demostraron que los novios son una pareja muy querida entre sus familiares y amigos.
FAMILIARES Y AMIGOS DISFRUTARON DE UNA FIESTA INOLVIDABLE NADIE QUISO QUEDARSE SIN SU FOTO CON LOS NOVIOS
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l ambiente era inigualable y así de orgullosos presumían de felicidad todos los invitados. En grupos, los familiares y amigos posaron junto a los novios en lo que se convertiría en un recuerdo inolvidable de este día tan especial. Entre conversación, felicitaciones y buenas palabras, los recién casados fueron recorriendo el cóctel para poder disfrutar de todos y cada uno de sus seres queridos. Leticia y Rubén tenían muy claro que no sólo ellos eran los protagonistas sino también todos los que habían querido acompañarles en uno de los días más importantes de su vida. “Sólo esperamos que todos disfruten porque hemos preparado esto para ellos, para que estén bien y recuerden este día siempre”, afirmaban.
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ara los novios lo más importante era celebrarlo con sus seres queridos, a quienes no descuidaron ni un solo instante. Un total de ciento cuarenta personas acompañaron a la pareja, un número considerable de invitados pero del que, según afirmaban los novios: “no sobra nadie, todos los que han venido es porque son importantes en nuestra vida y les queremos aquí”. Nadie quiso perder la oportunidad de posar junto a los recién casados y tener un bonito recuerdo de ese día.
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Amigos y familiares quisieron arropar a los novios y
disfrutar con ellos de su día. Todos lucían la mejor de sus sonrisas y sólo tenían palabras de afecto para la pareja. Nadie se quedó sin posar ante nuestros objetivos. A la izquierda de esta lineas el matrimonio posa con sus respectivos padres en la Casita del infante, al término de su sesión oficial de fotos como marido y mujer. En la imagen inferior, con Susana, hermana pequeña de Rubén con su marido, su hija Elsa y Diego, ahijado de la pareja.
el MENÚ
Elegido concienzudamente por la pareja hizo las delicias de los paladares más exigentes.
SALÓN LA ROTONDA
En esta magnífica carpa situada en los jardines, rodeada por frondosos árboles y una cuidad vegetación se celebró el banquete. Acristalada por los laterales, permitió ver a los comensales sus impresionante jardines desde el interior.
44 ENTRANTES: VIEIRA RELLENA DE FRUTOS DEL MAR GRATINADA.
DE PRIMERO: LUBINA HOJALDRADA CON PICADA DE LANGOSTINOS Y GAMBAS.
DE SEGUNDO: SORBETE DE LIMÓN.
postre: MEDALLONES DE SOLOMILLO DE BUEY Y PASTEL DE PATATA AL PARMESANO.
UN BANQUETE Rosa, la mejor amiga de Marina y Esther, hermana de Alejandro, preparadas para mostrar su videofriend. Un gran trabajó que logró su objetivo: emocionar a los novios y, de paso, a todos los presentes.
MUY MOVIDITO
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CUMPLEAÑOS
Nada podía hacer sospechar a Alzhara que su prima Lorena tendría el detalle de preparar una tarta temática especial por coincidir su 30 cumpleaños con el día de la boda. La novia, siempre detallista, encargó una tarta de fondant que recreaba una montaña que estaba siendo escalada por una simpática rubia con cierto parecido a Alzhara. Este bonito detalle emocionó a la cumpleañera quien no pudo evitar lanzarse a los brazos de los novios.
UNA TARTA PARA LOS MÁS GOLOSOS
Todo estaba saliendo a pedir de boca y después de un día de emociones había llegado la hora de reponer fuerzas, o lo que es lo mismo, de sentarse a disfrutar del banquete nupcial. El salón elegido para la ocasión estaba decorado en tonos neutros siguiendo la tónica de la decoración del cóctel. Con el blanco como color principal destacaba el color chocolate y ocre de las cortinas y detalles de mantelería. En cada mesa un centro de flores naturales multicolor aportaban el toque romántico y el ambiente necesario para una velada de estas características. Los invitados habían ido tomando asiento en sus respectivas mesas y, sin darnos cuenta, sonó la música…¡los novios hicieron su entrada por la puerta principal, del salón Rotonda! Debido a la duración de la misa y de la sesión de fotos apenas pudieron estar diez minutos en el cóctel. Todos estaban deseando verles entrar para festejar su amor y poder comenzar el almuerzo que se vislumbraba delicioso. Entre los aplausos de los 140 invitados inauguraron el banquete brindando con champagne en compañía de sus padres que posaron así de sonrientes una vez instalados en la mesa presindencial. La BSO de este momento la puso todo un clásico: Wet, wet, wet con su tema “Love is all around”.
UNA TARDE REDONDA Durante la velada el equipo de La Exclusiva viajรณ entre las 15 mesas para captar las mejores sonrisas de sus comensales.
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UNA NOCHE REDONDA Durante la velada el equipo de La Exclusiva viajó por los diferentes “países” para captar las mejores sonrisas de sus “habitantes”.
EL RAMO PARA SU “HERMANA” oli, se quedó sin palabras cuando vio acercarse a su sobrina hasta su mesa. A pesar del cariño que se tienen, no se esperaba que la novia le fuera hacer entrega de un recuerdo tan importante el día de su boda: el ramo. Y es que para Leticia, más que una tía es su hermana, la hermana mayor que nunca tuvo. “De pequeñas siempre me protegía y cuando hacía cualquier travesura, ella era quien me defendía”, nos confesaba la novia minutos más tarde. Para Yoli, su sobrina es también como una hermana pequeña. “Yo tengo hermanos, pero no hermanas. Cuando nació Leticia pasaba mucho tiempo con ella y lo que nos une no se puede describir con palabras. Me ha dejado impresionada con el detalle. No lo olvidaré jamás”, nos contaba la homenajeada.
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LA TARTA NUPCIAL
HECHA A MANO POR UN GRAN AMIGO DE LA PAREJA Tras el banquete llegó uno de los momentos cumbre: la tarta nupcial que fue una auténtica sorpresa para los novios y es que la había preparado con sus propias manitas, Pichi, gran amigo de Rubén desde la infancia que cuenta con su propia repostería en San Lorenzo, la “Pastelería Paco Pastel”. El amigo no quiso pasar la oportunidad y dejó atónitos a la pareja con este centro artístico con flores y cisnes elaborados con caramelo que bordeaban una tarta de nata, la preferida de la novia.
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Los muñecos que presidían la tarta nupcial eran un reflejo de los gustos y aficiones de la pareja. El novio aparece con un balón de fútbol en la mano, sin duda una de las aficiones de Rubén. Junto a él, la novia que sujeta el ramo y se echa la mano a la cabeza en señal de sorpresa.
Mari no pudo evitar Una imagen vale emocionarse antemĂĄs el que mil palabras. Marina abrazo afectuoso deysu Alejandro, bailando como yerno. dos tortolitos o...Âżcomo dos patitos?
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UNA TARDE LLENA
DE SORPRESAS El regalo a sus padres fue uno de los más especiales del día
El cariño que esta pareja les tiene a sus padres quedó más que claro a lo largo de la jornada. En primer lugar fueron ellos y no otros los padrinos de la boda. En segundo lugar, le hicieron cómplices a su entrada en banquete con el brindis de apertura. Por si fuera poco, tras el corte de tarta nupcial, la pareja desapareció durante unos minutos para sorprenderlos una vez más con otra muestra de afecto y cariño. Sonó la música de Celine Dion, “I´m alive” y con los primeros compases de este clásico del pop de los 90, el matrimonio apareció en el salón principal de Miravalle en compañía de su sobrina mayor Sabrina, para hacerles entrega de un regalo muy especial. Para las madres, unas orquídeas y para los padres, unas copas de vino con los nombres de los recién casados grabados en el frontal. Los padres no pudieron contener la emoción y abrazaron a los protagonistas en un sentido agradecimiento por el detalle que, sin duda, no olvidarán jamás. Juan Luis, rompió a llorar y la madre de Leticia, Mari se contuvo hasta que le abrazó su yerno. Un bonito homenaje a unos padres que han dado la vida por ellos. Por si fuera poco, los novios entregaron a sus respectivos un marco de fotos de cristal con algunas de sus mejores fotos de la preboda donde están rodeados del animal más importante en la vida de la familia de Leticia, el caballo.
LA LIGA
Las amigas de la novia, capitaneadas por María y Marina, se encargaron de quitarle la liga a Leticia para, a través de los cánticos entre las mesas, recaudar algo de dinero para el viaje de novios de la pareja. Los amigos del novio hicieron lo propio con Rubén, en este caso, con su calzoncillo pero hay que decir que las chicas hicieron su cometido mucho mejor, aventajando con diferencia a ellos en la recaudación.
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PARA ELLOS Y PARA ELLAS
UN RECUERDO
De este 11 de julio de 2015. Tras el banquete llegó el turno del regalo para los invitados, o lo que es lo mismo, la manera de que todos se llevaran a casa un recuerdo de un día tan señalado. Leticia y Rubén habían pensado en todo, y prepararon dos detalles únicos y muy prácticos. Para ellos un sacacorchos y para ellas, pashminas en diferentes tonos y colores para que pudieran elegir. Los encargados de distribuir los regalos entre las mesas fueron los padres que asumieron este papel encantados. Por su parte, Angelines y Mari con cestas y cajas en sus brazos repartieron los pañuelos multicolor y los típicos alfileres. Por otro lado, los consuegros Juan Luis y Manolo se pasearon entre las quince mesas para hacer entrega de los sacacorchos. Todos los regalos iban serigrafiados con el nombre de los novios la fecha del enlace y los lugares donde se celebró la boda.
BAILE
NUPCIAL
Aunque Rubén le propuso a Leticia prepararse alguna que otra coreografía en pareja y con amigos, la novia prefirió improvisar y dejarse llevar por la magia de una canción que enamora desde los primeros acordes. Se trata de “Hasta mi final”, de Il Divo. Una banda sonora más que romántica para abrir la pista de baile y la barra libre. Sus invitados no perdieron de vista el baile improvisado donde las miradas de la pareja lo decían todo. Estaban más que felices y enamorados. Tras la primera parte de la canción, los novios cambiaron de pareja. En este caso se fueron en busca de sus padres, que ya se habían sumado a la pista con sus respectivas parejas. Les quedó espectacular y sobre todo, lleno de emoción.
SECUENCIA COMPLETA:
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Con todos los invitados en la pista de baile ansiosos por comenzar la fiesta, Leticia y RubĂŠn llegaron cogidos de la mano listos para demostrar sus dotes como bailarines.
¡QUE COMIENCE LA FIESTA! 60
La música sonaba a todo volumen y nadie podía resistirse a mover las caderas al ritmo de rumba, pop e incluso reggaeton. El novio en compañía de su gran amigo dio muestra de su humor y desparpajo en el centro de la pista. La diversión estaba asegurada.
La fiesta duró en Miravalle hasta las 20.00h, momento en el que los novios se desplazaron hasta un pub en el centro de San Lorenzo que habían reservado para la ocasión. En “El Desván”, continuo la fiesta pero antes, en Miravalle, familiares y amigos lo dieron todo en la pista de baile. Nadie se marchó antes de tiempo, ni siquiera los más pequeños de la celebración, que lejos de estar cansados, disfrutaron como todos de la velada. ¡VIVAN LOS NOVIOS!
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11 julio 2015