la boda de fran y NATHALIE se dieron el“sí quiero”, el pasado 9 de julio, en la iglesia san bernardo DE SEVILLA DE la que el novio es hermano
09072016 SEVILLA
El pequeño Gonzalo fue el otro gran protagonista de la jornada. Encantado y feliz por la celebración de su madre y Fran se lo pasó en grande, al igual que los 130 invitados que no faltaron a la cita en Malaspina, en la ribera del Guadalquivir
la novia iba espectacular con un vestido de corte clásico y espalda de encaje, muy favorecedor, de la firma de rosa clará
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SUMARIO
EXCLUSIVA
Especial NATHALIE y FRAN 9 julio 2016
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FRAN SE PREPARÓ EN
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la casa que le ha visto crecer.
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GONZALO,
el otro gran protagonista.
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LA IGLESIA DE SAN BERNARDO,
testigo mudo del enlace.
EL INTERCAMBIO DE LAS ALIANZAS,
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muy esperado.
28 LLUVIA DE ARROZ
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en una ceremonia de ensueño.
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MALASPINA
acogió a los 150 invitados en un entorno único.
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EL MENÚ
hizo las delicias de los paladares más exigentes
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LA TARTA NUPCIAL,
todo un clásico, que no faltó en este gran día.
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DOS PRÍNCIPES
El matrimonio posó para nuestras cámaras como auténticas celebrities.
LOS INVITADOS
en una instantánea única para el recuerdo.
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MUY SEGURO Y TRANQUILO DOS HORAS ANTES DEL ENLACE, NOS ENCONTRAMOS A UN FRAN CASI PREPARADO Y CON LOS NERVIOS BAJO CONTROL
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Enamorado y feliz, Fran recibe al equipo de La Exclusiva de la Boda a primera hora de la mañana. Se ha levantado muy pronto y ya tiene ganas de salir hacia la Iglesia. Todo está a punto para vivir uno de los momentos más especiales de su vida junto a Nathalie: el “sí, quiero”. Llevan juntos desde el 2011, y se comprometieron el 8 de enero de 2016. Ambos tienen claro que son el uno para el otro, por eso en menos de cinco meses, han preparado al detalle el que será, sin lugar a dudas, un día inolvidable.
EN LA CASA QUE LO VIO CRECER
La última noche de soltero, Fran quiso pasarla juntos a sus padres, en el piso del barrio sevillano que le vió crecer, madurar y enamorarse de la calle Guanahani. Desde hace unos años vive junto a Nathalie, y el pequeño Gonzalo, pero compartir los preparativos y las horas previas a la boda con sus padres era algo que siempre pensó que haría. Nuestro novio sevillano es el pequeño de cuatro hermanos. Es, además, el último en casarse. Sus padres, Carmen y Paco, están muy emocionados, aunque Carmen confiesa que “ella no quiere llorar”. Es un hecho que sienten devoción por su único hijo varón. Mientras le ayudan a vestirse para la ceremonia sus ojos transmiten una mezcla de alegría y orgullo: “es que es el chico”, nos cuentan. Con ese apodo cariñoso, “el chico”, llaman a Fran en su casa.
EL TRAJE Y LOS COMPLEMENTOS
Elegancia y sobriedad describen el fabuloso estilo del chaqué azul que eligió el novio para su gran día. Todo un clásico pero de un color que espera que sorprenda, para bien, a la novia, a Nathalie: “No se espera nada, cuando vea el color del chaqué se va a sorprender muchísimo”, confiesa Fran. Y es que el modelo del novio, así como todos los detalles y complementos han sido todo un secreto para su prometida. El complemento estrella es un reloj de bolsillo de plata: un regalo que Paco recibió al jubilarse y que entregó a su hijo como recuerdo. Una joya muy especial que Fran ha guardado durante años y quiso incorporar a su conjunto. El novio también lleva unos gemelos, regalo de sus tres hermanas, y una preciosa corbata drapeada en diferentes tonos de azulados.
LISTO PARA ENCONTRARSE CON NATHALIE
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Quedan dos horas para ver a Nathalie, y Fran respira calmado, seguro y satisfecho de su decisión. Nos atiende tranquilo y sonriente, mientras posa divertido con sus padres. Su madre, Carmen, que es madrina por primera vez en una boda, confiesa que “la mantilla es bastante difícil de llevar” y nos asegura, tímida, que “me da vergüenza que todos me miren”. Su traje es un diseño hecho a medida en el que se han respetado todos los deseos de la matriarca, como la elección del color, un perfecto rosa buganvilla, casi rojo: “porque mi hijo es del Sevilla y quería darle una alegría”. Aunque Carmen afirma “tener la espinita clavada”, porque la modista incorporó cuatro pequeños lazos en la cintura del vestido a última hora y “eso no va mucho conmigo”. Pero sin lugar a dudas su mejor complemento es la sonrisa. Está radiante. Paco, su marido, por su parte, eligió un elegante chaqué con levita color negro. Con los nervios se cambió dos veces de camisa porque no daba con la correcta. Carmen bromeaba: “menos mal que teníamos plan B”. Ella está muy feliz de que Fran, “su chico”, haya encontrado el amor con Nathalie: “es una mujer maravillosa y ellos están muy bien juntos, espero que sigan así de bien y pronto me den un nieto”. Nathalie ya tiene un hijo, Gonzalo, que hace las delicias de todos.
carmen, la orgullosa madrina, feliz en su papel y guap
Su traje es un diseño hecho a medida en el que se han respetado todos los deseos d y quería darle una alegría”.
písima en su elección
de la matriarca, como la elección del color, un perfecto rosa buganvilla, casi rojo: “porque mi hijo es del Sevilla
MÁXIMA COMODIDAD: EN SU PROPIA CASA
Nathalie nos recibió con una sonrisa de oreja a oreja en el domicilio conjunto en el que vive con Fran y su pequeño hijo Gonzalo, mientras confesaba que estaba deseando ver a Fran: “cuando lo vea al llegar a la Iglesia espero no empezar a llorar”. Aunque la ceremonia era a las doce y media de la mañana, Nathalie comenzó muy pronto a peinarse, maquillarse y vestirse, acompañada en todo momento por su madre y su hermana. Su hijo Gonzalo revoloteaba alrededor, emocionado, al ver a su madre tan guapa enfundada en su maravilloso vestido. Un modelo regalo de la madre de la novia de la colección de 2016 de Rosa Clará. Nathalie eligió, además, unos estilettos de Pronovias y un tocado realizado a mano especialmente para ella. El velo, de delicado tul blanco, se lo prestó una amiga para la ocasión. Nathalie completó su look con unos magníficos pendientes en forma de gotas, regalo del novio, y una pulsera de brillantes de Swaroski. A la hora de elegir el ramo, de rosas blancas y nardos, se dejó aconsejar por el florista para darle el toque de elegancia y sofisticación acorde con su boda de corte clásico.
Gonzalo
no perdió de vista a su madre durante los preparativos
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Preparada
Nathalie estaba radiante. Siempre soñó con este día. Y supo, desde que conoció a Fran, que acabarían juntos en el altar para decir públicamente “sí quiero” y sellar su amor para toda la vida. Dice que no está nerviosa. Aunque se emociona con facilidad “no me creo que esté viviendo todo esto, estoy muy feliz”.
LA NOVIA ESTUVO PERFECTAMENTE ACOMPAÑADA: SU FAMILIA Y SUS AMIGOS NO SE SEPARARON DE ELLA.
En la habitación donde se preparaba Cristina no cabía ni un alfiler. Uno a uno, familiares y amigos fueron desfilando para ver a la novia. La curiosidad y expectación pudieron con ellos y no pudieron aguantar hasta verla en la iglesia. Además fueron un apoyo imprescindible para ella, ya que gracias a las muestras de cariño de todos consiguió calmar los nervios en buena medida. Bajo estas líneas la vemos acompañada de su hermana Miriam y Felipe, su cuñado. Y por supuesto escoltada por el cortejo nupcial presidido por Daniela, la hija de la novia. Las damitas de honor estaban guapísimas, vestidas jugando con la gama de azules y blancos que serían la tónica de toda la ceremonia. Todos los vestidos habían sido elegidos a gusto de Cristina.
SU FAMILIA, SU MAYOR APOYO Nathalie estuvo muy bien acompañada desde el principio. Su madre, Christine, no se separó de ella en ningún momento. Le ayudó a vestirse y a colocarse todas las joyas. Su hermana, Stephanie, la ayudó con el velo. Toda la familia estaba expectante. El padre de Nathalie, finalmente no pudo acudir al enlace, y fue su hermano Phillip quien hizo las veces de orgulloso padrino. “Estamos inmensamente felices de que Nathalie dé este paso tan importante con un hombre tan bueno como Fran”.
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“estoy deseando verlo” Desde que Fran le pidiera matrimonio a Nathalie, el 8 de enero de 2016, tan sólo han pasado unos meses. Días de calma frenética que han dado mucho de sí para conseguir preparar cada detalle del Gran Día. En estos preparativos, Gonzalo, de siete años, ha ayudado mucho: “él está encantado con la boda, nos ha ayudado en todo y está tan ilusionado como nosotros por vivir este día”, afirma Nathalie. Y ese momento ya está aquí, 9 de julio, en Sevilla. Fran y Nathalie, se unirán como marido y mujer. Nathalie está deseando ver a Fran.
LLENA DE CARIÑO
Nuestra protagonista no perdió la sonrisa en ningún momento. Se rodeó muy bien de todos aquellos que la quieren: su hijo, sus hermanos, su madre y su sobrino. Todos repetían lo guapa que iba la novia, y además, lo hacían en varios idiomas. Su madre, Christine, nacida en Francia, hablaba en francés con su hija, recordándole mantener la calma y disfrutar mucho del día de su boda, “ma chérie”.
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LOS SUYOS
Son una familia que permanece unida a pesar de que cada miembro vive en una ciudad distinta de España. Precisamente el poder reunirse gracias a un acontecimiento tan especial como la boda de Nathalie con Fran hacía más emocionante si cabe la jornada. Su hermano y padrino de boda, Philip, estaba contento y relajado. Ayudó a su hermana a acceder al coche y, ya en el vehículo, camino a la Iglesia, compartieron confidencias. Y es que Nathalie es la pequeña de la casa, y su hermano mayor siempre le ha tenido un cariño muy especial. Por eso el verla vestida de blanco, y además, tener el honor de acompañarla hasta el altar, hizo que Philip se emocionara aunque intentara disimularlo bromeando.
San Juan de los PANETES, TESTIGO MUDO DEL ENLACE
UN TEMPLO CON HISTORIA
La iglesia de San Bernardo se encuentra situada en el barrio del mismo nombre, en el sevillano Distrito de Nervión. Cuenta con dos fachadas con dos bellas portadas de acceso, una a cada lado, ambas realizadas en ladrillo tallado. Los novios eligieron acceder por la fachda principal, que cuenta, como detalle, encima de la puerta, con una hornacina con la imagen de San Bernardo, el santo titular, y una talla en miniatura de la Giralda. Esta iglesia es sede de una Hermandad de penitencia, la conocida popularmente como Hermandad de San Bernardo, que realiza su salida procesional en la tarde-noche del Miércoles Santo de la Semana Santa sevillana.
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La iglesia elegida por la pareja para la ceremonia es, sin duda, un lugar emblemático de la capital aragonesa situado muy cerca de la plaza del Pilar. En la imagen de la derecha, la torre octogonal queda reflejada sobre uno de los ventanales de cristal que se pueden encontrar en la calle Salduba.
EL NOVIO LLEGÓ
EN ESTE FLAMANTE COCHE en compañía de su madre y madrina.
SAN BERNARDO,
TESTIGO MUDO DE LA FE DE LOS NOVIOS
Desde pequeño la Iglesia de San Bernardo ha sido muy especial para el novio. Fran es hermano de la Hermandad de San Bernardo, y tenía claro que se casaría en este templo. El novio llegó puntual y del brazo de su madre, a la Iglesia un poco antes de las doce y media. Allí ya le esperaban amigos y familiares, entre ellos, sus tres hermanas: Mari Carmen, Eva y Noelia, junto con sus maridos e hijos.
Los invitados fueron entrando de manera ordenada a la Iglesia, y es que los novios, querían que todos estuvieran dentro para esperar la entrada de Nathalie en el templo. El ambiente festivo era palpable. Y el glamour sevillano se dejaba notar en los vestidos y tocados de las invitadas, y en la elección del chaqué, como atuendo, de gran parte de los invitados. Un derroche de buen gusto del que hicieron gala, en especial, las hermanas del novio con tres looks muy diferentes pero muy llamativos. Mientras, la madrina y el novio recibían los halagos de sus seres queridos: “vais muy guapos”.
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LA ENTRADA
“Que llega la novia”, cuchicheaban los asistentes dentro del templo. El reloj de la Iglesia marcaba la una menos cuarto. Y el inicio de la marcha nupcial, confirmaba la entrada triunfal de Nathalie en la Iglesia. La novia, bellísima y visiblemente emocionada, se dirigió lentamente por el pasillo camino al altar, del brazo de su hermano Philip, con los ojos puestos en el novio, Fran, que le observaba desde el atrio de la Iglesia. Le precedía su simpático cortejo de niños pajes.
EL CORTEJO NUPCIAL
Gonzalo, el hijo de siete años de Nathalie, encabezaba el cortejo nupcial. Alegre, encantador y muy atento a todo lo que estaba sucediendo, fue el encargado de coordinar al resto de pequeños pajes. Mario portaba las arras, Paula, las flores, y Daniel y Marta cerraban el grupo intentando permanecer serios pero despertando la sonrisa de los más mayores.
DON MARIO Los novios no pararon de compartir confidencias y dedicarse gestos cómplices. Por fin había llegado su gran día y parecía que aún no se lo creían. Les acompañaban 130 invitados, casi todos allegados muy íntimos que no quisieron perderse la emotiva ceremonia religiosa. La oficiaba Don Mario, el párroco de la Iglesia, que les conmino durante la homilía sobre la responsabilidad del matrimonio, un maravilloso proyecto en común, dijo, “en el que cada cónyuge ha de servir de sostén al otro” porque “tan importante como amar es dejarse querer”, recalcó el sacerdote.
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UNA CEREMONIA MAJESTUOSA
La ceremonia fue muy cercana y familiar y tan dinámica que se hizo
muy corta. Don Mario supo dirigir la ceremonia de manera que creó un clima de recogimiento casi mágico. El templo de San Bernardo también hizo lo propio. Un entorno espectacular, de altísimos muros que terminaban en enormes bóvedas de piedra, y que ese día brillaba con luz propia gracias, en parte, a la decoración floral encargada por los novios. En cada banco, y a juego con el ramo de la novia, pequeños ramilletes, además de flores encargadas especialmente que adornaban tanto el altar como el pasillo de la Iglesia. Los padrinos, discretos protagonistas y testigos directos de la confirmación del amor de Nathalie y Fran, permanecían atentos por si los novios necesitaban cualquier cosa. Pero la feliz pareja tan sólo tenían ojos el uno para el otro.
LECTURAS DE BODA
La primera lectura estuvo a cargo de Loli, amiga de Nathalie. Estaba nerviosa, pero leyó con rotundidad y firmeza: “ el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. El salmo responsorial corrió a cuenta de Stephanie, hermana de la novia, que lucía un espectacular vestido tipo cóctel en tono blanco y rosado. Por último, Noelia, hermana del novio, con un vestido rojo estilo años 50, se encargó de leer la segunda lectura en la que se les decía a los novios que vivieran ya como “Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola carne es la meta de la esperanza en la vocación al matrimonio a la que habéis sido convocados”.
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Palabras llenas de emoción
“Que esa alegría permanezca siempre” les dijo Don Mario a los novios. Y es que Nathalie y Fran irradiaban complicidad y una serena paz contagiosa. “Mirad como se miran”, decían los invitados sentados en los bancos del fondo de la Iglesia. Y es que el amor que transmitían los novios no pasaba desapercibido para nadie.
LAS ALIANZAS
Las alianzas de oro rosa, casi idénticas, a excepción de que la de la novia llevaba un pequeño diamante incrustado, las portó el pequeño Gonzalo. Las joyas, compradas en la joyería Suárez, son regalo de los padres de Fran. La cajita un diseño propio de los novios.
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FRAN Y NATHALIE
UNIDOS PARA SIEMPRE Fran y Nathalie vivieron el momento más especial
del día cuando ambos pronunciaron los votos: “Yo, te recibo a ti...y me entrego a ti y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad y así amarte y respetarte todos los días de mi vida¨. Un juramento que les ha marcado para siempre y que estuvo acompañada por el intercambio de anillos. “El Señor bendiga estos anillos qué vais a entregaros uno al otro en señal de amor y de fidelidad”, decía Don Mario.
Seguidamente, Nathalie y Fran se colocaron mutuamente los anillos, mirándose a los ojos y sonriendo, mientras decían: “recibe esta alianza, en señal de mi amor y fidelidad a ti”. Y es que cada alianza es símbolo de la entrega recíproca, de la decisión de amarse, en lo bueno y en lo malo. La vidas de Nathalie y Fran, dice Don Mario, ya están unidas y “en manos del otro”, cada uno tiene en la propia mano la señal de la entrega del otro. Nathalie y Fran ya son marido y mujer.
La anécdota de la boda se produjo en el momento del intercambio de arras, símbolo de los bienes que los novios van a compartir. El pequeño Mario, sobrino de los novios, dejó caer las monedas y tuvo que ser ayudado por los pajes y los novios para conseguir reunirlas todas de nuevo. Un momento de risas que relajó las emociones vividas tras el “sí, quiero”
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IMÁGENES PARA EL RECUERDO
La alegría de los ya marido y mujer se contagiaba a modo de sonrisa entre los invitados. Tras la ceremonia religiosa, la familia directa de los novios quiso posar, como es tradición, ante el retablo del altar de la Iglesia. En el margen superior izquierdo podemos observar a la feliz pareja junto con las hermanas de Fran, sus cuñados y sobrinos, así como con el pequeño Gonzalo. La imagen central es la familia de la nueva pareja: unos orgullosos Fran y Nathalie junto con su hijo. En la instantánea del margen inferior izquierdo posa, muy elegante, la familia de Nathalie: sus hermanos Stephanie y Phillippe, junto con su madre, Christine, y su cuñada y sobrinos. En la imagen principal, son los novios, junto a los padrinos, los que copan todo el protagonismo. La risa abierta de Nathalie lo dice todo: es feliz. No podía ser de otra manera, es su día. Ellos son los protagonistas indiscutibles.
LA FIRMA
DE LOS TESTIGOS
Tras la ceremonia tocaba rubricar la unión de los cónyuges en la sacristía. Este era un momento muy importante, casi tanto como el sí quiero. Los testigos de los novios son las personas que verifican la autenticidad del amor de la pareja. Y de eso saben mucho, de sobra, los amigos elegidos por Nathalie y Fran para tal efecto. Los conocían a ambos, y sabían, y muy bien, el cariño infinito y el respeto mutuo que se profesa la pareja. Por eso, cuando los novios les pidieron a Fernando, amigo de la infancia de Fran, y a Raquel, amiga de Nathalie, que fueran sus testigos de boda, los dos amigos se alegraron mucho. Fernando aseguraba que “sabía que Fran me elegiría, vamos es que lo contrario me hubiera extrañado”, bromeaba. Raquel y Fernando cumplieron a la perfección con su encomienda, como 26 ya hicieron previamente al ejercer como testigos en la toma de dichos. También firmaron, los novios y padrinos.
Los novios fueron recibidos por sus invitados bajo una lluvia intensa de arroz. Los aplausos y las vĂtores de sus seres queridos hicieron de banda sonora para este instante Ăşnico.
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ASÍ QUEDÓ EL SUELO DE SAN BERNARDO Una capa de pétalos frescos de rosa y granos arroz cubría la escalinata y la calle aledaña a la puerta principal del templo. Los novios, junto con Gonzalo, se resguardaron de la lluvia de bendiciones, como puede apreciarse en la imagen inferior, subiéndose al coche nupcial.
NO TENÍAN PRISA EN SALIR. LA PAREJA PERMANECIÓ UNOS MINUTOS DENTRO DEL TEMPLO ANTES DE SALIR DEL BRAZO YA COMO MARIDO Y MUJER
Los invitados de arremolinaban en la puerta de la Iglesia, las hermanas de Fran, y la madre de Nathalie, habían repartido entre los asistentes unos saquitos con arroz, y flores frescas. la costumbre popular afirma que rociar a los novios con arroz otorga felicidad y buenos augurios a los recién casados. Los novios, por su parte, se hacían los remolones dentro del templo, hablando con los invitados rezagados que aún quedaban dentro y que querían felicitar a la pareja. Nathalie y Fran se sonreían cómplices. Fran, recordó en estos momentos a su abuela Pepita, a la que quería muchísimo y con la que le hubiera encantado compartir estos instantes de felicidad completa.
EN UN CUENTO DE HADAS Sevilla tiene un color especial. Y ciertos rincones de la capital hispalense lo corroboran. Los novios, enamorados de la ciudad bruja del sur de España, eligieron para su paseo de bodas el Parque de María luisa, un entorno natural de singular belleza en pleno corazón de la ciudad. Los árboles milenarios de este pulmón urbano fueron los testigos directos de las miradas cómplices de Fran y Nathalie que tras cinco años de noviazgo eran ya marido y mujer.
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Momento en el que explicamos su historia de amor. Momento en el que explicamos su historia de amor.
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“Siempre me da todo sin pedir nada a cambio. Me hace feliz con sus detalles. Es el hombre de mi vida�
Fran (35)y Nathalie (32). La casualidad quiso que Fran y Nathalie se conocieran hace cinco años. Sthepanie, la hermana de Nathalie, celebraba su cumpleaños e invitó a ambos a asistir. Debían conocerse ese día pero a penas hablaron. “Él llegó muy tarde y fue poco hablador, y yo poco paciente, la verdad”, confiesa Nathalie. “Evidentemente me encantó. Pero ella era el centro de todas las miradas, todos estaban pendientes de ella y yo pasé desapercibido... pero no me olvidé desde ese día de ella”, cuenta Fran. Y así el destino quiso que aquel mismo verano volvieran a coincidir: “me pareció muy guapo y me encantó que se acordara de mi nombre”, dice Nathalie. “Desde que la vi supe que estábamos hechos el uno para el otro”, se derrite Fran. Las historias de amor existen. Y para muestra la de esta pareja que desde el 24 de agosto de 2011 no se han separado nunca.
“Nathalie me hace ser mejor persona. Me apoya en mis decisiones y me sigue en mis locuras. Es la pareja perfecta�
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“
“Ella es la mejor persona, siempre dispuesta a ayudarte. Risueña. Cariñosa. Es una madre perfecta: divertida, dulce, y muy femenina”
“Fran es un hombre integro, paciente, atento y cariñoso. Es un luchador. No le gusta discutir y no le cuesta pedir perdón”
“
“Fran si estado a He pasa momen y él siem ha most su apoy incondi
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GONZALO, CLAVE EN SU RELACIÓN No hay dos sin tres. Esa es la clave de la fórmula de esta preciosa familia. El pequeño Gonzalo quiere por igual a Nathalie y a Fran y se alegra mucho de su matrimonio.
iempre ha a mi lado. ado por ntos duros mpre me trado yo icional”
“Sólo con hablar de él me emociono. Le quiero y cada día estoy más feliz de que apareciera en mi vida”
“Mi único objetivo es que ella esté feliz. Sabe que me tiene a su disposición para lo que quiera”
San Juan de los PANETES,
celebración EN
TESTIGO MUDO DEL ENLACE Malaspina
Junto al río Guadalquivir se alza el restaurante Malaspina. Terraza al aire libre y salón que aúnan de restauración de altura con vistas privilegiadas en un enclave icónico dentro de la ciudad de Sevilla. “Fue un flechazo cuando lo vimos. Queríamos que la celebración de neutra boda fuera en la capital, en Sevilla, pero que no fuera el típico salón de celebraciones, ni un impersonal Hotel. Al visitar Malaspina, lo tuvimos claro. Es un enclave inigualable”
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La iglesia elegida por la pareja para la ceremonia es, sin duda, un lugar emblemático de la capital aragonesa situado muy cerca de la plaza del Pilar. En la imagen de la derecha, la torre octogonal queda reflejada sobre uno de los ventanales de cristal que se pueden encontrar en la calle Salduba.
TEMPERATURA INFERNAL
Los termómetros no dieron tregua a la pareja. Una ola de calor vino para quedarse en Sevilla el día de la boda de Nathalie y Fran. Pero ni los más de cuarenta grados de la jornada fueron un impedimento para que novios e invitados disfrutaran en el ardiente enlace.
UNA LOCALIZACIÓN Y UNAS VISTAS PRIVILEGIADAS En el Muelle de las delicias, junto al Río Guadalquivir, y a los pies de la noria del Puerto de Sevilla, se abre paso el moderno restaurante Malaspina.
Todo el mundo quería posar con
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la flamante pareja en el cóctel de bienvenida y los invitados más rápidos se apresuraron a obtener una instantánea para el recuerdo con los protagonistas de la jornada. Entre ellos, la familia que quiso ser la primera en fotografiarse con los recién casados. Nathalie y Fran posaban sonrientes, con unos y con otros, derrochando simpatía. Prueba de ello son algunas de las divertidas fotos que podemos ver en esta misma página.
FAMILIARES Y AMIGOS DISFRUTARON DE UNA FIESTA INOLVIDABLE NADIE QUISO QUEDARSE SIN SU FOTO CON LOS NOVIOS
Fran y Nathalie tuvieron difícil resistirse a las peticiones de sus invitados.
Por turnos, y por grupos, la pareja se dejó fotografiar, muy sonriente, con todos sus amigos. Se respiraba un ambiente festivo indescriptible. Las familias de los novios charlaban entre sí, felicitándose mutuamente por el enlace. Los amigos comentaban en corrillos la buena pareja que hacían Nathalie y Fran, y entre risas, copas y aperitivos deliciosos, recordaban anécdotas conjuntas. La alegría llevaba a brindar a intervalos al grito de “¡Vivan los novios!”. Los buenos deseos comenzaban a sucederse: “Qué siempre sigan así de enamorados”.
P
ara los novios era muy importante compartir, y celebrar, su gran día junto a sus seres queridos. “Queríamos que nos acompañaran nuestros amigos de siempre, nuestra familia, la gente que de verdad nos importa y las personas que nos acompañan en nuestro día y han vivido de cerca nuestra relación”. Cristine, la madre de la novia, no cabía en sí de orgullo mirando a su hija “estoy inmensamente feliz por ella, se merece lo mejor”. Por su parte, la bella Stephanie, hermana de la protagonista, repetía sonriente “¡la quiero tanto!”
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Divertidas,
alegres y desenfadas, disfrutaron como locas el enlace de su hermano. Ellas son: Mari Carmen, Eva y Noelia, y las podemos ver en el margen derecho de la página. Las tres se deshacían en elogios a su pequeño hermano pequeño. Recordando, entre risas, los tiempos en los que le costaba comer fuera de casa, o emocionándose al revivir cuando les comunicó que se casaba con Nathalie. “Nuestros mejores deseos, chico, que seas muy muy feliz”.
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UNA INSTANTÁNEA ÚNICA PARA EL RECUERDO
con todos los invitados. Al fondo, el violinista que puso la nota mágica durante el cóctel.
el MENÚ
Elegido concienzudamente por la pareja hizo las delicias de los paladares más exigentes con el tataky y la presa ibérica como principales.
ESTILO Y DETALLES
Los detalles marcan la diferencia y Malaspina se anotó un tanto con la delicada puesta en escena del salón de bodas con vistas al río. Otra tanto más por la elección de la mantelería blanca con toques buganvillas: todo un éxito.
46 ENTRANTE: Tabla de quesos nacionales e internacionales.
DE PRIMERO: Tataky de atún rojo de almadraba con mahonesa de soja.
segundo: Presa con parmentier de aceite de trufa y foie
POSTRE: Trampantojo de chocolate.
UN BANQUETE Rosa, la mejor amiga de Marina y Esther, hermana de Alejandro, preparadas para mostrar su videofriend. Un gran trabajó que logró su objetivo: emocionar a los novios y, de paso, a todos los presentes.
MUY MOVIDITO
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CUMPLEAÑOS
Nada podía hacer sospechar a Alzhara que su prima Lorena tendría el detalle de preparar una tarta temática especial por coincidir su 30 cumpleaños con el día de la boda. La novia, siempre detallista, encargó una tarta de fondant que recreaba una montaña que estaba siendo escalada por una simpática rubia con cierto parecido a Alzhara. Este bonito detalle emocionó a la cumpleañera quien no pudo evitar lanzarse a los brazos de los novios.
UNA TARTA PARA LOS MÁS GOLOSOS
La celebración transcurría a pedir de boca. Los comensales disfrutaban de la
buena comida, regada con buenos caldos elegidos a conciencia para la ocasión, resguardados del calor vespertino de Sevilla en verano al cobijo del fresco salón de Malaspina. Los novios, comentaban lo “bien que está saliendo todo”, y lo “natural que ha resultado esto de casarse”. A la madrina, Carmen, le brillaban los ojos cada vez que mirada a su hijo y a su ya nuera. Y aprovechaba , entre plato y plato, para alternar con unos y otros despojada ya de su mantilla. Muchas invitadas, liberadas por el protocolo, también se retiraron sus tocados al entrar en el salón. Otras, las más presumidas, continuaron de gala. La madre de la -novia, Cristine, abrazaba, cariñosa a cada instante a su hija: “estás preciosa, hija mía”. Los novios, emocionados, también hicieron hueco para visitar cada una de las mesas, levantándose de sus sillas. Unas sillas en las que podía leerse lo que ya todos sabían: que eran “señor” y “señora de”, y ellos, tan orgullosos.
LA TARTA NUPCIAL EL COMIENZO DE UN DULCE MATRIMONIO
Gritos de “¡qué se besen!” anunciaban el instante de cortar la tarta. Fran y Nathalie vivieron este momento arropados por la madre de la novia y Gonzalo que no se perdía un detalle de todo lo que estaba pasando.
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Con mucha ternura Fran ayudó a cortar la tarta a Nathalie. Luego, ambos se ofrecieron mutuamente una pequeña porción. ¡Son todo amor!
Los amigos y Gonzalo Una imagen vale se quedaron muymĂĄs que mil palabras. Marina sorprendidos ante y bailando como elAlejandro, detalle de los dosnovios. tortolitos o...Âżcomo dos patitos?
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UNA TARDE LLENA
DE SORPRESAS El regalo DE GONZALO EMOCIONÓ A TODOS
Que los amigos son muy importantes para esta pareja es algo que quedó más que demostrado con el gesto que tuvieron, a los postres, con dos de sus parejas más intimas. Fran y Nathalie se guardaban, como no podía ser de otra manera, lo mejor para el final. La guinda del pastel vino en forma de regalo para dos de las parejas de su grupo de amigos que se casan también este año. Se tratan de sus inseparables: Kiko y Reme, que se darán el sí quiero el 7 de agosto de 2016, y de David e Inma, que harán lo propio el 20 de agosto. Ambas parejas recibieron un cuadro con una pareja de clips de playmovil vestidos de novios: “Ha sido un detalle precioso, me ha hecho llorar. En nuestra boda también les sorprenderemos con algo, no decimos más”, aseguraba una de sus amigas. Y si para Fran y Nathalie sus amigos son como su segunda familia, para describir lo que sienten por Gonzalo no tienen palabras, pero si gestos, como el que tuvieron con el pequeño que también recibió un cuadro con una pareja de recién casados pero con un pequeño niño en medio. Una representación gráfica de su propia familia. Fran y su madre quisieron darle un recuerdo para agradecer a Gonzalo “su paciencia, ilusión y ayuda” con los preparativos de la boda.
EL RAMO PARA SU “HERMANA” Stephanie se quedó sin palabras cuando vió aproximarse a su hermana con el ramo: “si, si, es para ti”. Stephanie apenas si pudo contener las lágrimas y agradeció con un efusivo abrazo a su hermana el detalle de haberle dado el ramo. Tras unos segundos de vibrante silencio, comenzaron las bromas generalizadas acerca de que Stephanie debía ser, por derecho, la próxima en casarse. La interesada recogió las “indirectas” entre risas, ruborizada por tener la atención de todos los comensales. Novia y hermana posaron sonrientes para las fotos.
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EL PARAÍSO DE LOS FUMADORES
No podían faltar los buenos puros y los cigarrillos. La barra libre dio comienzo con olor a tabaco y puro, cortesía de los novios para los invitados fumadores. Con la pizarra que se ve en la imagen, diseñada por Nathalie, se ofrecían los cigarros.
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PARA ELLOS Y PARA ELLAS
UN RECUERDO
Si al comienzo del cóctel se habían ofrecido a las invitadas paipais de colores para hacer más liviano el calor, en el momento de la fiesta, los novios habían preparado unas bolsitas preciosas, con protectores de tacón para las chicas. Era, sin lugar a dudas, el complemento perfecto para las horas y horas de baile que quedaban por delante. Tres tallas y dos modelos para elegir. Todo un detalle diseñado por la propia novia. Cada bolsita contenía, además, la fecha impresa del enlace.
BAILE
NUPCIAL
Suena “Tan sólo tú”, de Franco de Vitta y Alejandra Guzmán. Por el salón de baile comienzan a dispersarse los grupos de invitados y hacen hueco. Fran y Nathalie se acercan para bailar. Es su canción de boda y su elección no es casual, tiene para ellos un significado muy especial: “desde que la escuchamos al inicio de nuestra relación supimos que sería la canción de nuestro baile”. La pareja se mira extasiada, mientras se mueven armoniosamente, y la canción dice: “Entregando tu vida para hacerte con la mía...”. Único. Irrepetible, un baile que quedará en sus retinas, y su memoria para siempre.
SECUENCIA COMPLETA:
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Fran y Nathalie captaron las miradas de todos con su romรกntico baile de bodas. Su hijo gonzalo no les quitaba ojo.
¡QUE COMIENCE LA FIESTA! Marchosos, desenfados y con ganas de pasárselo muy, pero que muy bien. Así vivieron los amigos de la pareja la fiesta de su boda. El grupo “Los aguafiestas” puso la banda sonora al final del mágico día de Fran y Nathalie. Canciones de los setenta, ochenta y grandes éxitos de los noventa hicieron que todos corearan y bailaran a ritmos de estribillos inolvidables.
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CANDY BAR, MÚSICA EN DIRECTO Y PHOTO INSTANT
La madrugada sevillana fue testigo de que la boda de Nathalie y Fran tenía ganas de marcha. Los invitados confesaron a la Exclusiva de la Boda, ayudados por el pequeño Gonzalo, que se lo estaban pasando muy muy bien. Y es que los novios habían pensado en todo, un candy bar puse el toque goloso a los amantes del dulce en las fiestas. Además, la posibilidad de retratarse, entre baile y baile, en el photo instant, con unas copas de más, se convirtió en la atracción de la noche. ¡Sonría por favor!
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Gorros, gafas, bufandas de boa y alegría, mucha alegría, y ganas posar ante la cámara con la mejor sonrisa. Los invitados más atrevidos no dudaron en posar y dejar un recuerdo con su foto para los novios.
9 julio 2016. Sevilla