Revista Lola y Beni

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CÓRDOBA, 22 SEPIT 2018

todos los detalles de la

boda ibicenca

LOLA y BENI

La pareja ha decido dar el gran paso de casarse tras diez años de relación y una bonita familia junto con Sergio y David. La fecha elegida, el último día del verano, el 22 de septiembre de 2018, en Córdoba, en un paraje único y especial: Torre Palomar de la Albaida. Fue un día caluroso, idóneo para la boda ibicenca que habían organizado a la que acudieron cerca de 80 invitados.


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SUMARIO

EXCLUSIVA

Especial LOLA y BENI

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BENI

22 septiembre 2018

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se vistió en un loft muy luminoso que reservó para su puesta de largo.

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UNA CEREMONIA

muy emotiva llena de sentimiento.

LOS ANILLOS DE COMPROMISO

sirvieron de alianzas.

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LA NOVIA

en casa de su hermano Rober en sus preparativos.

LLUVIA

de pétalos y arroz a la salida.

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CÓCTEL,

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BANQUETE

con las siglas de la pareja iluminando el jardín. El menú hizo las delicias de los paladares más exigentes

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SORPRESAS

Fue una tarde repleta de sorpresas de novios a invitados y viiceversa.

LA IMAGEN DE LA FELICIDAD

La pareja nos demostró durante la sesión de fotos que su amor es sólido y sin fisuras.

BAILE DE LOS NOVIOS: como dos profesionales.

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UN ESPACIO

LLENO DE LUZ

Aún no había llegado el otoño, tan sólo faltaban horas, pero lo cierto es que las temperaturas en Córdoba eran bastante elevadas propias del verano que hoy se despedía. Tuvieron suerte porque los dos fines de semana anteriores llovió en la ciudad. Una preocupación añadida que se sumó en la recta final. Pero finalmente, este 22 de septiembre se puso de su parte y el día, su gran día, amaneció con el cielo completamente despejado, una circunstancia idónea ya que Lola y Beni habían organizado con mucho mimo y dedicación una boda ibicenca con ceremonia y banquete a la intemperie. Pasadas las 16.00 horas, el equipo de la Exclusiva llegó a la calle Caño, en pleno centro de Córdoba. Éste era el lugar elegido por Beni para vestirse, un coqueto loft reservado para la ocasión donde además pasaría su noche de bodas. Al entrar llamaba la atención la luz del lugar. Era un apartamento moderno, minimalista y muy luminoso. Predominaba el blanco y no sólo en las paredes y mobiliario sino también en las personas que acompañaban al novio en los momentos previos.

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BAJO LA ATENTA MIRADA DE LOS SUYOS

Allí, vestidos como mandaba el protocolo, conversando y con aparente tranquilidad, encontramos a los padres de Beni, Juani y Benito, junto con Virginia y Rafa, hermana y cuñado del novio. Además el hijo de la pareja, Sergio, jugaba con sus primos para durante la espera. Todos estaban preparados, solo faltaba el protagonista. Mientras lo hacía, nos hablaba sobre la organización de la boda.


CON LOS NERVIOS BAJO CONTROL

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Estoy tembloroso, con la piel de gallina. No pensé que me iba a poner tan nervioso. Estos tres últimos meses han sido muy estresantes y parecía que nunca iba a llegar el momento. Ahora me siento como un flan. Siempre me he querido casar porque Lola es la mujer de mi vida. La quiero con todo mi corazón y nos merecemos una boda así


TRAJE Y COMPLEMENTOS

“La fechamos hace poco más de un año. A los dos nos gustaba mucho Torre Palomar tanto para la ceremonia como para el banquete y la única fecha que quedaba libre era el 22 de septiembre. Nos encantó el día así que fue ideal. Teníamos un año por delante para prepararla a nuestro gusto. Ha sobrado tiempo porque con la fecha ya cerrada hace un año, no ha sido hasta los tres últimos meses cuando nos hemos puesto las pilas con los detallitos. Ahí ha sido cuando hemos empezado a ponernos nerviosos, en este último trimestre. Nadie sabe nada acerca de cómo va a ser la boda. Hemos querido que sea una sorpresa a excepción de Mari Carmen, nuestra amiga y wedding planner con la que hemos contado para organizar la boda”. Lo único que saben los invitados es el lugar, el día, la hora y por supuesto, la temática, que quedó bien claro en la invitación Exclusiva. Es una boda ibicenca por lo que en el dress code queda subrayado el blanco como color bandera. Seguro que aparecen guapísimos con ese rollo veraniego ibicenco que siempre apetece”, nos explicaba Beni.

LOOK IBICENCO

Al ser una boda ibicenca no cabía duda que la mejor elección para el novio era el lino. Con este tejido, tan fresco y elegante, como referente en su elección, el novio optó por unos pantalones anchos y camisa con el cuello Mao también en color blanco que le quedaba genial. “¡Pareces un chavalín! ¡Estás guapísimo!”, le decían. A su outfit sumó complementos característicos de la isla: collares y pulseras de cuero que le aportaron el toque más auténtico y chic al conjunto. Uno de los collares se lo hizo y regaló Pastora, hija de Mari Carmen. El otro collar y pulsera se lo diseñó Lola.


MUY BIEN ACOMPAÑADO

Juani, la madrina de la boda, algo o más nerviosa que su único hijo varón, nos comentaba el gran amor que siente por su primogénito y la buena y excelente relación que le une a su nuera. Tocado incluido, llevaba un sencillo conjunto blanco de dos piezas. Juani agradeció el estilo de boda que habían preparado ya que, tal y como nos confesó, no aguantaba los tacones y los vestidos demasiado cargados. El que si estaba mucho más tranquilo era el padre de Beni. Su tocayo no era de dar consejos pero si animaba a su hijo y a su nuera a seguir respetándose para, juntos, continuar un camino próspero y feliz en familia. De un día como hoy esperaba, sobre todo, mucha diversión. “Para eso están las bodas, ¿no?”, nos decía. La nota de humor y la sonrisa intensa las ponía Virginia, hermana de Beni, tal y como lo conocen la mayoría de los que hoy le acompañarían. Con nostalgia y en tono distendido nos narraba divertidas anécdotas con su hermano. “Siempre andábamos peleándonos”, reía, pero mirándolo y con mucho cariño le deseaba una nueva etapa de ensueño. Virginia lucía un look muy desenfadado y algo hippie: vestido blanco con caída y adornos de plumas que destacaban junto con su espectacular melena. Rafa, su marido, aseguraba que Beni era un buen chico. “Con Lola, hacen una familia maravillosa”. No quería hablar demasiado y casi tuvimos que sacarle las palabras para que finalmente nos confesara que se encontraba bastante ilusionado por la boda y por los novios que se merecían “todo y más”. Al que tampoco le faltaba alegría era a Sergio, el hijo de Lola y Beni que, junto con su prima Alexandra y su primo Antonio, nos contaba, entre otras, lo bien que se lo pensaba pasar en la boda de sus padres. Estaba realmente entusiasmado. Según su padre, es el terremoto de la familia. No había más que verlo para darle la razón al su progenitor.

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SU FAMILIA, UNA PIEZA CLAVE EN SU VIDA

Por su parte, nuestro protagonista se confesaba nervioso. En el día de hoy daba un paso muy importante para ellos de la mano. Era la hora de marcharnos a casa de Lola. Con una sonrisa en la cara y emplazándonos a la celebración,


s. Con Lola ha vivido momentos únicos y también, junto a ella, había superado otros no tan deseados, pero siempre el equipo de La Exclusiva se dirigió a casa de la novia. ¿Estaría igual de nerviosa?


Los PREPARATIVOS

DE LA NOVIA Pasadas las 17.00 horas nos trasladamos hasta la casa donde ya se preparaba la novia, Lola. Nuestra protagonista se vestía en el domicilio de su hermano Roberto y su cuñada Conchi, un piso situado en una espectacular zona residencial rodeada de zonas verdes en la calle Juan Antonio Vigueras González, en la barriada de Fátima. “Como nuestro piso se lo hemos cedido a mi cuñada Virginia, a su marido Rafa, los niños y a mis suegros, nosotros decidimos vestirnos fuera. En cuanto se enteró mi cuñada Conchi, me ofreció su casa para vestirme y yo acepté encantada”, nos explicaba la novia. La casa era un revuelo de gente. Su madre, sus tres hermanos, su hijo mayor, sus sobrinos entraban y salían al patio donde se encontraba la novia. Todos parecían tener los nervios bajo control y se encontraban muy ilusionados con el enlace. Al padrino de la boda, Gonzalo, marido de su hermana mayor Ana, lo vimos tranquilo con el papel que le había tocado desempeñar. Es más, para él era todo un lujo y un honor. Por su parte, su cuñada Conchi nos contaba que estaba viviendo un día muy especial en familia, una familia muy unida y con un gran corazón. “¡Mi casa es su casa, hoy y siempre!”, exclamaba.

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Lola estaba en el patio de la vivienda dándose los últimos retoques antes de vestirse. Precisamente, su clienta y amiga Lola, impregnaba sobre la novia un maquillaje muy marcado que resaltaba sus ojos. El peinado era una de las grandes preocupaciones. Ella sabía perfectamente lo que le sentaba bien pero llevaba meses pensando qué hacerse. Es lo que tiene ser peluquera y estilista... Finalmente había optado por llevar la melena suelta. Un look fresco que le quedaba ideal, perfecto para el tipo de boda que habían organizado. “El peinado me lo he querido hacer yo porque es como más cómoda me siento. Me gusta llevar el pelo suelto y las ondas me fascinan. He apostado por que me maquillara Lola que es una clienta de mi salón a la que considero una buena amiga. Al ser mi día, me tenía que despreocupar y le pedí a ella que me maquillara. Es una gran profesional en su campo y sabía que sería una buena elección”.


vestido y complementos El vestido de Lola esperaba colgado en la habitación. Para esta boda ibicenca el modelo elegido era un original vestido de corte sirena con encaje blanco roto y con una caída espectacular. Los complementos que la novia había elegido para la ocasión eran de plata envejecida con piedras en tonos turquesa o “agua marina”, como los describía la novia. Además llevaría una original cinta en el pelo que había sido diseñada por ella misma y de la que colgaban charms muy divertidos que daban un aire boho chip al conjunto. “Desde un principio tenía muy claro como quería mi vestido. Se lo mostré a mi amiga y modista Manoli, quien me dio su aprobación. Es un vestido de corte de sirena. No lo quería vaporoso ni tampoco blanco inmaculado, así que éste me pareció ideal. El ramo lo hemos elegido entre mi amiga Mari Carmen y yo. A las rosas blancas, como eje central, le hemos sumado otras más silvestres para darle un aspecto más fresco y actual acorde con la línea ibicenca que hemos trazado. La liga me la ha hecho mi cuñada Virginia poniéndole su toque de originalidad. Los pendientes, anillo y pulsera, en tono turquesa, es un presente de mi suegra”, nos explicaba Lola.

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LA CUENTA ATRÁS

Mientras terminaba de vestirse, la novia nos comentaba cómo habían sido los preparativos de la boda y lo que suponía para ella dar este paso, tras una historia de amor de muchos años que ya había dado sus frutos. Para Lola, Beni era el hombre de su vida, luchador, muy pendiente de su familia y un padre entregado a sus hijos. Desde que se conocieron en 2008 siempre se habían llevado muy bien y juntos lo habían superado todo.


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EL GRAN AUSENTE

Loli, madre de Lola, vivía con ilusión y con más nervios que nadie estos momentos previos. Ella nos comentaba lo buena persona que era su yerno así como la fuerza y el coraje que tenía su hija. Todos se acordaban mucho en un día tan señalado como hoy del padre de Lola. Antonio Grande falleció hace trece años pero de alguna forma estaba muy presente en el corazón de todos ellos. Sobre la mesa encontramos varias fotos en la que se le podía ver. Antonio parecía contemplar cada escena de los preparativos de su hija. Lola había llevado a propósito las fotos a la casa de su hermano Rober. Confesaba que lo recuerda a cada instante y que siempre está muy presente en sus pensamientos, pero hoy quería tenerlo delante. “Me da tranquilidad”. Tanto la novia, como su madre, no podían evitar las lágrimas al recordarlo. “Echaré mucho en falta a mi padre. Era una persona muy especial, no sólo para mí sino para todo aquel que lo conocía. Fue un padre fantástico y un hombre extraordinario. Estaba muy unida a él y aunque no esté presente físicamente, me acordaré de él constantemente, en cada detalle de la boda, en cada paso que dé hacia delante porque sé que de manera indirecta, sin que se vea, ni se note, estará a mi lado. Pero no quiero estar triste porque sé que él hubiese querido vernos felices y alegres, así que eso haremos”, nos contaba la protagonista profundamente emocionada. “También, por supuesto, echo en falta a mi abuela Mati, una persona alegre, divertida y cariñosa. Se reía mucho conmigo, de mis tonterías pero ella no se quedaba atrás. Le faltaba tiempo para disfrazarse en una fiesta y tirar confeti y hacernos reír. Muy generosa, siempre estaba pendiente de todos y también estará presente en este día tan especial”, concluía.


El cariĂąo y la complicidad que se tiene esta familia era mĂĄs que evidente. Todos posaron encantados para nuestras cĂĄmaras con una novia radiante.

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ARROPADA POR SU MADRE, HERMANOS, HIJO Y SOBRINOS Los hermanos de Lola no paraban de entrar y salir de las distintas

estancias de la casa, aunque el patio seguía siendo el punto de encuentro de todos. Juntos nos explicaron los felices que se encontraban al ver a Lola dando el gran paso y lo cómplices que se sienten con respecto a la relación de su hermana con Beni. En este 22 de septiembre otro de los grandes protagonistas era David, el hijo que Lola aportaba a este matrimonio. David llevaría a su madre hasta Beni junto con su tío Gonzalo. La veía espectacular y nos contaba, en compañía de su prima, el gran amor que siente por su madre y el cariño que siempre ha recibido de Beni, que desde que lo conoció, lo ha tratado como un hijo. A una hora para el enlace, el equipo de Exclusiva partió desde el barrio de Fátima directo hasta Torre Palomar de la Albaida, el lugar elegido por esta pareja para celebrar la ceremonia y el banquete.


San Juan de TORRE PALOMAR DElos LA PANETES, ALBAIDA TESTIGO MUDO DEL ENLACE

Tras un corto trayecto por la carretera de Trassierra llegamos hasta el lugar elegido. El día era caluroso pero en Torre Palomar de la Albaida había un ambiente y temperatura de lo más acogedores. El olor propio de la sierra se entremezclaba con los tonos anaranjados de la tarde. En el acceso principal, al inicio de la escalinata decorada con grandes hojas verdes y bouquets blancos en cada peldaño, un cartel de madera daba la bienvenida a los asistentes en diferentes idiomas. Junto al cartel, un arco de bambú vestido con turquesa en un guiño al mar Mediterráneo. De hecho, parecía escucharse hasta su oleaje a través de los tres chorros que florecían junto a las escaleras formando una cascada de lo más bucólica. En una parte del jardín, situado en la parte superior, se ubicaba el set ceremonial protegido por una red de pesca marina, muy acorde con la temática ibicenca. El atril, forrado con césped artificial y ornamentado con flores y plantas silvestres, era de lo más original y aguardaba impaciente la llegada de los protagonistas. Frente a éste, el patio de butacas para los invitados. Sillas blancas de madera que contrastaban a la perfección con el entorno natural del lugar. Los invitados que iban llegando pudieron disfrutar de una limonada fresca que los novios habían preparado para su recibimiento. Bajo un árbol, pañuelos para las lágrimas de felicidad así como el arroz y los pétalos blancos para la salida de los novios tras el “Sí, quiero”.

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La iglesia elegida por la pareja para la ceremonia es, sin duda, un lugar emblemático de la capital aragonesa situado muy cerca de la plaza del Pilar. En la imagen de la derecha, la torre octogonal queda reflejada sobre uno de los ventanales de cristal que se pueden encontrar en la calle Salduba.



ENTRADA

Los invitados, ataviados para la ocasión, llegaban a este espacio único con vistas privilegiadas a la sierra de Córdoba. En el dress code quedaba claro que el blanco ibicenco sería el color estrella y todos cumplieron con él. Sus vestimentas daban una luz especial a la Albaida, aportando frescura y elegancia. Los cerca de 80 asistentes estaban deseando ver a los novios. Con puntualidad británica, Beni llegaba al lugar de la ceremonia, fundiéndose rápidamente en continuos abrazos con los suyos. Los invitados fueron tomando asiento y, a la hora prevista, las 19.30 horas, Beni recorría el pasillo junto a su madre Juani y su hijo Sergio a ritmo de Rozalen. La canción elegida para tan relevante momento fue la de “Comiéndote a besos”. La letra de este tema era toda una declaración de amor hacia la novia.

Minutos más tarde, en el coche de su hermano Roberto, un Citroën C5, gris oscuro, llegaba Lola. Todo el mundo la esperaba. Era el centro de todas las miradas. La novia se bajaba del vehículo con la ayuda de su hermano. Subió la escalinata y, ya arriba, en compañía de su padrino e hijo David, se produjo un instante mágico.

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EL ENCUENTRO Christina Perri, con “A thounsand years”, fue la banda sonora de un encuentro que resultó de lo más emocionante. Beni no pudo reprimir las lágrimas y se fundieron en un abrazo muy sincero que fue aplaudido por sus seres queridos. Desde que Lola entró en el jardín donde tendría lugar la ceremonia, Beni no dejó de mirarla y sonreír tímidamente con bastante nerviosismo. Lola estaba espectacular.


EN EL ALTAR

Tras la introducción, llegaba el momento en el que algunos de sus seres queridos, probablemente los más destacados o valientes, entraran en acción. Sin duda, este iba a ser uno de los instantes más emocionantes de la unión matrimonial. La primera persona en dirigirse al atril fue Ana, hermana de Lola, que hizo un sentido recorrido por la vida de la novia contando sus vivencias, su relación y recordando momentos inolvidables como hermana mayor. Ana ejerció como tal, acordándose incluso de cuando le cambiaba los pañales. De eso había pasado mucho tiempo y ahora, allí estaba, frente a ella, feliz y enamorada del que es el hombre de su vida. Virginia y Tato fueron los siguientes en ocupar el atril.

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UNA CEREMONIA LLENA DE EMOTIVIDAD

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ran, el encargado de dirigir el enlace, amigo de los novios, comenzó su discurso de bienvenida resaltando no sólo el paso que iban a dar los novios, sino la calidad humana de los contrayentes. “Trabajadores, entregados, amigos de sus amigos…”. Palabras, todas ellas, que llegaron al corazón de todos. Fran mostró también su agradecimiento por formar parte de este día tan especial en sus vidas. Dijo sentirse un privilegiado. La ceremonia transcurría entre miradas y gestos de complicidad entre la pareja y sus familiares y amigos allí presentes. Un detalle fuera de lo común fue el hecho de que los novios no dieran la espalda a los congregados, mostrando así su cercanía, un gesto que los invitados agradecieron posteriormente. De esta manera llegaron los discursos de los suyos. Tras la intervención de Ana, hermana de la novia, apareció Virginia, hermana de Beni, que no había preparado nada pero su espontaneidad, carácter alegre y divertido hizo que todo el mundo riera con una sucesión de anécdotas de su hermano y sobre la pareja, que no dejó a nadie indiferente. Tato, primo de Lola, se dirigió a los novios para recordar con su prima esos momentos únicos y de diversión que habían vivido juntos por Córdoba: noches de fiesta, confidencias y momentos inolvidables que hoy exponía frente a ella con profundo cariño.


RITUAL DE ARENA Tras las bonitas palabras de los suyos, los novios

procedieron al ritual de la ceremonia de arena en la que de manera simbólica su amor quedó para siempre unido de manera indivisible. Sobre sus manos, tierra del pueblo de Beni y también del barrio donde se crió Lola, Fátima, dos de los lugares más especiales para esta pareja. La arena la vertieron en un tarro de cristal que seguro guardarán en un espacio destacado de su hogar.

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LOLA Y BENI

UNIDOS PA R A SIE M PR E Con este instante tan singular, llegó otro estelar. Teba, amiga de la pareja, invitó a Lola y Beni a situarse en el atril para declarar públicamente su amor antes del intercambio de alianzas. Eran los votos matrimoniales. La novia fue la primera en dirigirse a su inminente marido y lo hizo recordando los nervios del día en el que se conocieron y lo cálido que fue Beni desde un principio con David, al que siempre ha tratado como a un hijo. Se refirió a él como buen padre, excelente pareja y mejor compañero. “Te quiero más de lo que crees”, concluyó para fundirse en un beso. Beni no quiso prepararse ningún discurso para dejarse llevar por su corazón y por sus sentimientos. “Me gusta verte cada mañana al despertar. Gracias por alegrarme la vida. Eres el complemento que faltaba en mi vida”, le dijo.

También se refirió a su hijo Sergio como el mejor de los regalos que le había hecho. Reconoció estar nervioso y, al igual que Lola, selló su discurso con un sentido beso amparado por los aplausos de los presentes. Cuando la emoción se palpaba con fuerza en el ambiente, Teba procedió a la lectura más importante de la jornada, aquella que daba paso al intercambio de anillos. Una vez los novios dieron su consentimiento público, Teba los declaró unidos en matrimonio. Un nuevo aplauso dio paso a la firma de novios, padrinos y testigos, todo un cortejo que dejó constancia de lo que acababa de ocurrir. Junto a los padrinos, rubricaron las actas matrimoniales sus hermanos. Por parte de Beni, la benjamina Virginia, y por parte de la novia, sus tres hermanos, pilares básicos en su vida: Antonio, Roberto y Ana.

LOS ANILLOS

La imposición de las alianzas los unió para siempre. Se trataba de unas alianzas muy especiales para ellos, de oro blanco y amarillo, las mismas que usaron cuando formalizaron su relación.


EL BESO

Lola y Beni pusieron el broche de oro a la ceremonia con la que habian soñado durante más de un año con un romántico beso que fue celebrado por sus invitados que ya aguardaban impacientes la salida de los recién casados para bañarlos de arroz y pétalos.

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LA FIRMA DE NOVIOS Y TESTIGOS

Una vez los novios dieron su consentimiento público, Teba los declaró unidos en matrimonio. Un nuevo aplauso dio paso a la firma de novios, padrinos y testigos, todo un cortejo que dejó constancia de lo que acababa de ocurrir. Junto a los padrinos, rubricaron las actas matrimoniales sus hermanos. Por parte de Beni, la benjamina Virginia, y por parte de la novia, sus tres hermanos, pilares básicos en su vida: Antonio, Roberto y Ana.


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Finalizaron, de este modo, la ceremonia y los nervios. Los invitados, emocionados, y con una sonrisa de oreja a oreja en sus caras, se posicionaron al final del pasillo para recibir a los novios como se merecían: con una espectacular lluvia de arroz y al ritmo de “Las cosas más pequeñitas” de Nolasco.

en un día para recordar siempre

Los novios fueron sorprendidos por la cantidad de arroz que les tenían preparada. Kilos y kilos de arroz les aguardaba. Beni y Lola se tomaron con humor la sorpresa. Aunque prepararon con cariño los cucuruchos de pétalos blancos personalizados con sus nombres, el cereal símbolo de la prosperidad matrimonial, fue el verdadero protagonista de la jornada. La imagen del atardecer era preciosa. Ya Lola, durante los preparativos, nos adelantaba que la hora de finalización de la ceremonia estaba más que estudiada. “Nos gustaba la idea de casarnos atardeciendo y aquí, la puesta de sol es espectacular. Pensamos que podría ser romántico y con encanto”. Acertó. El sol se escondía entre las montañas de Trassierra. Era el momento de aprovechar las últimas horas de luz natural para proceder a la que sería su primera sesión oficial de fotos ya convertidos en marido y mujer. La sesión se llevaría a cabo allí mismo, dónde mejor…


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AMOR

SÓLIDO Lola y Beni se conocieron hace diez años y medio. Era febrero de 2008. Su primer encuentro fue virtual, a través de Internet. “Coincidimos en un chat y rápidamente empezamos a escribirnos”, nos contaban los recién casados. Sin verse físicamente, estuvieron hablando a través de la pantalla de su ordenador durante dos semanas. Cada día que pasaba los unía más. Era como si se hubieran conocido en otra vida. Las conversaciones fluían con una naturalidad tan pasmosa que Beni empezó a sospechar. “Fue muy gracioso. Cuando llevábamos dos semanas chateando, él empezó a pensar que podía tratarse de una broma de alguien porque no se creía que podía ser cierto que nos lleváramos tan bien”, nos explicaba la novia. En ese momento, Lola le pidió el teléfono y lo llamó al instante para que, por primera vez, tras 14 días, escuchara su voz. “Fue un momento mágico que siempre recordaremos. Fue una sensación extraña porque sin apenas darnos cuenta nos estábamos empezando a enamorar, tan sólo hablando por teléfono. Aún no nos habíamos visto en persona y ya sentíamos mucha ilusión por hacerlo”, continúa la protagonista. Pero su encuentro no ocurrió hasta dos meses más tarde, añadía Beni. “Aproveché que tenía que llevar a mi padre a Córdoba para una revisión médica. Fue ese día cuando quedamos para conocernos. Nuestra cita a ciegas”, reía recordando aquel encuentro que hoy les había traído hasta aquí. “Él estaba bastante más nervioso que yo y en cuanto nos vimos le planté un beso -yo siempre he sido más impulsiva-“, subrayaba Lola. Al poco tiempo Beni dejó su pueblo para irse a vivir a Córdoba con ella, no sin antes conocer a David, que en ese momento tenía seis años. “Lo ha criado como un hijo más. Lo quiere con locura. Ha luchado mucho para que sea el hombrecito que es hoy”, confesaba la novia emocionada sin dejar de mirar a su ya marido.

Un año después de irse a vivir juntos, apareció Lola con un paquetito envuelto en forma de regalo. Al abrirlo, Beni se quedó bastante sorprendido. Primero pensó que era un bolígrafo extraño. Un par de segundos más tarde, descubrió que aquel “bolígrafo” anunciaba la llegada a sus vidas de Sergio, el hijo que tienen en común y que, junto a David, le da toda la fuerza y energía en su día a día. “Somos una familia. Nos sentimos muy orgullosos de lo que hemos creado”, nos decían. La familia necesitaba un nuevo hogar y cuando Sergio cumplió tres años –hoy tiene 9- se compraron una casa en el barrio de la Fuensanta, en Córdoba en la que confesaban) “no podían ser más felices”.


“Beni es muy familiar, tiene muy claro siempre lo que quiere. No le gusta estar solo, necesita estar rodeado de la gente que quiere y siempre se ofrece para todo el que lo necesite�

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Ellos son Lola Grande Domingo (41) y Beni Ferrera Fernández (36).

Ella es cordobesa de pura cepa. Él, también, pero no de la capital, sino de una pequeña aldea de Fuente Obejuna, El Porvenir de la Industria. Ambos residen desde hace seis años en un piso propio en el barrio de la Fuensanta, en Córdoba y ahí seguirán haciéndolo tras su “sí, quiero”. Lola es estilita y cuenta con su propio centro de belleza en pleno centro de la ciudad de las tres culturas: el Salón de belleza Lola Grande, situado en la plaza de San Miguel. Beni es trabajador agrónomo y recientemente combina su pasión por el campo con su actividad como montador en una empresa organizadora de bodas.


PEDIDA DE MANO Beni quería casarse y a Lola

le daba un poco de pereza el trámite.Nos lo narraba ella misma: “Él siempre ha querido que nos casáramos pero yo no le prestaba mucha atención aunque era consciente de que teníamos que formalizarlo. La primera idea era hacerlo de una manera muy íntima, con nuestros hermanos y padres. Pero Beni empezó a trabajar con una empresa organizadora de bodas y surgió la idea de empezar a organizar la nuestra. Yo ya dejé de querer algo íntimo. Me hacía más ilusión hacerlo con más familiares y amigos y me entró el gusanillo de hacerlo algo más espectacular. Lo que más nos atraía era la idea de que nuestros hijos nos acompañarían en este día tan importante, así que nos animamos y aquí estamos: con mucha ilusión y ganas de compartirlo con los que más queremos”.

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Beni me aporta seguridad. Es muy observador y eso hace que raramente se equivoque. Yo al ser más impulsiva me pasan las cosas desapercibida. Él me aporta ese punto de reflexión que a veces me falta. Yo siempre bromeo diciendo que yo soy el Sí personalizado y él no”

“Cuando estoy con ella siento bienestar y serenidad. Le encanta ser pegosa y me hace reír, aunque cuanto intenta contarme un chiste normalmente termino fastidiándoselo. Me gusta abrazarla, estar con ella y entre los dos nos complementamos a la perfección


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“Lola es muy cariñosa conmigo. Nuestros caracteres son diferentes. Yo soy más serio, en cambio ella siempre mete su puntito de gracia a las cosas. Aunque somos cabezotas, nos entendemos rápidamente. Yo diría que es demasiado sensiblona, es de lágrima fácil pero es una de las cosas que le hace ser tan especial.”


LOS INVITADOS DISFRUTARON DE UN CÓCTEL ÚNICO EN

TORRE PALOMAR

CUANDO ACABÓ LA SESIÓN DE FOTOS POR LOS JARDINES DE LA ALBAIDA, LOLA Y BENI SE UNIERON A LA CELEBRACIÓN

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Torre Palomar de la Albaida es todo un clásico en Córdoba y un lugar privilegiado en la ciudad. Beni ya había trabajado allí organizando bodas. Le parecía un lugar muy bonito, amplio, con diferentes ambientes y tenía claro que si se casaba, sería aquí. El año pasado llevó a Lola para que conociese el lugar y quedó encantada. No hubo más que pensar. Una hilera de setos diferenciaba las zonas ajardinadas de la zona donde tendría lugar el banquete. Colindando con el espacio donde se había celebrado la ceremonia, se llevaría a cabo el cóctel de bienvenida con mesas altas y una decoración sencilla, muy elegante y con marcados toques vintage. Los novios ya podían conversar muchísimo más tranquilos con los.

invitados. Mientras, no dejaban de pasar bandejas con canapés que los novios habían seleccionado para su boda, combinando armónicamente calidad de producto y presentación. Mientras los invitados disfrutaban de los deliciosos bocados, conversaban animadamente en pequeños grupos. Nos llamó la atención los primos de Beni. Aunque coincidían en que la ceremonia había sido preciosa y muy emotiva, bromeaban con la idea de que a partir de ahora la vida de la pareja iba a cambiar. “¡Lola te ha cazado!”, les decían entre risas. Ya nos advirtió la novia que los primos de Beni iban a amenizar mucho esta celebración por su carácter jovial y su particular humor.



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Los amigos de Beni se lo estaban pasando en grande. Se notaba en sus caras y en sus risas continuas. Coincidían en que Lola había tenido un papel esencial en la vida de su amigo. Para ellos, Beni es una persona única, amigo de sus amigos, un chico muy divertido con el que habían vivido mil y una experiencias. Hoy lo veían algo nervioso aunque también nos alertaban que solo era cuestión de tiempo, que “ya estaba comenzando a soltarse”. “En breve podremos verlo más tranquilo y gozar con él al cien por cien”. Ahora mismo es normal que esté centrado en que todo salga bien. En la fiesta ya será otra cosa”, nos decían.


FAMILIARES Y AMIGOS DISFRUTARON DE UNA celebración INOLVIDABLE los novios aprovecharon para hacerse fotos con los invitados Junto a un impresionante corner con una gran variedad de quesos nos encontramos con Tato, primo de Lola, que junto con su hermana Beatriz recordaban los momentos vividos con su prima. Los tres compartieron infinitos e inolvidables recuerdos de su infancia y adolescencia. No faltaba la bebida ni la comida en el cóctel, desde bocados más tradicionales como fuet o salmorejo hasta las clásicas frituras o canapés con mezclas de sabores dulces y salados con los que se deleitaban los invitados. La temperatura animaba a disfrutar de la velada. Mientras esperábamos para pasar al banquete pudimos hablar más tranquilos con Lola, clienta de la novia, y su maquilladora en el día de su boda. Para nuestra protagonista, la mayoría de sus clientas son amigas y ésta es una muy especial. Su tocaya no podía ocultar la felicidad del momento.


AL AIRE LIBRE

El banquete estaba preparado en otra de las zonas exteriores ajardinadas de la hacienda. En esta boda nada dejaba de sorprender y llamaba muchísimo la atención la cantidad de detalles que había en cada uno de los espacios elegidos. La zona del banquete era un espacio ajardinado e iluminado en su justa medida, que con bucólicas guirnaldas, llenaban de encanto el lugar compuesto por mesas rectangulares vestidas de blanco y con motivos florales. Sobre los platos de los invitados, auténticas joyas de artesanía: unas piedras de diferentes tamaños y formas pintadas a mano por Lola, con colores muy alegres y divertidos. Un detalle personalizado que todos al verlas valoraron de inmediato.

50 42 DE PRIMERO: lenguado relleno de verduras con salsa de chalota.

ENTREPLATO: SORBETE DE LIMÓN.


con mucho gusto

Los invitados que ya estaban bastantes impactados con la gran cantidad de detalles decorativos que se habían encontrado en esta boda, aún no eran conscientes de lo que les deparaba en la cena. Eran 80 comensales en total, todos ellos de Córdoba capital o del pueblo natal de Beni, El Porvenir de la Industria. Una de las razones por los que Lola y Beni se decantaron por Torre Palomar de la Albaida para celebrar su enlace era por la variedad de ambientes que ofrecía, distintos espacios dentro de una misma línea, que con el exquisito gusto decorativo de los novios, se convirtió en todo un acierto.

PARA CONTINUAR: pluma ibérica con salsa al Pedro Ximénez, acompañada de timbal de patatas.

POSTRE: tarro artesano de Kínder Bueno Y cristal artesano de tarta de queso y frutos rojos.


UN BANQUETE DE LO MÁS ANIMADO Rosa, la mejor amiga de Marina y Esther, hermana de Alejandro, preparadas para mostrar su videofriend. Un gran trabajó que logró su objetivo: emocionar a los novios y, de paso, a todos los presentes.

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CUMPLEAÑOS

Nada podía hacer sospechar a Alzhara que su prima Lorena tendría el detalle de preparar una tarta temática especial por coincidir su 30 cumpleaños con el día de la boda. La novia, siempre detallista, encargó una tarta de fondant que recreaba una montaña que estaba siendo escalada por una simpática rubia con cierto parecido a Alzhara. Este bonito detalle emocionó a la cumpleañera quien no pudo evitar lanzarse a los brazos de los novios.


UNA TARTA PARA LOS MÁS GOLOSOS

Los invitados iban entrando en el espacio escogido para el banquete. Las caras eran de satisfacción. Muy divertidas, las tías de Lola nos contaban que iban a darlo todo y que estaban muy contentas de vivir junto a su sobrina este día. A ellas no les impresionaba ninguno de los detalles que encontraron ya que, según nos explicaban, Lola era así y siempre estaba pendiente de todo. “Es una artista y muy detallista. No esperábamos menos”. Los novios hicieron acto de presencia, de la mano y eufóricos con gestos divertidos y de complicidad que todos disfrutaron. Se notaba que Beni empezaba a relajarse. Sus seres queridos los recibieron entre sonrisas, aplausos y vítores de celebración, que llegaba a su punto álgido con la cena. El matrimonio brindó con champán por su felicidad. Lo hicieron con copas personalizadas, un diseño y regalo de Virginia, hermana de Beni. El servicio de catering Dávila era exquisito. Amabilidad y alta calidad de servicio para unos invitados que además sabían reconocer todo el empeño y dedicación que los novios habían puesto en la elección de cada plato.


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INSTANTÁNEAS

que no dejaron de sucederse a lo largo del banquete.

Para los novios, la presencia de cada uno de sus invitados era clave. Era un número grueso, 80 asistentes, pero como bien subrayaban los novios: “No hay ningún compromiso. Todos los que nos acompañan son importantes para nosotros. Estamos encantados con que están aquí en un día tan destacado”, nos decían. Todos ellos eran cordobeses.


LOS BRINDIS

Rosa, la mejor amiga de Marina y Esther, hermana Alejandro, por la felicidad de los de recién casados no dejaron de preparadas para mostrar su sucederse durante la velada. videofriend. Un gran trabajó que logró su objetivo: emocionar a los novios y, de paso, a todos los presentes.

Los novios se decantaron en la prueba del menú por platos deliciosos y diferentes y, sin duda, acertaron. Durante la cena fueron varias las ocasiones en las que los invitados reclamaron un beso a los novios. Una demanda que no puede faltar en cualquier banquete que se precie.

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CUMPLEAÑOS

Nada podía hacer sospechar a Alzhara que su prima Lorena tendría el detalle de preparar una tarta temática especial por coincidir su 30 cumpleaños con el día de la boda. La novia, siempre detallista, encargó una tarta de fondant que recreaba una montaña que estaba siendo escalada por una simpática rubia con cierto parecido a Alzhara. Este bonito detalle emocionó a la cumpleañera quien no pudo evitar lanzarse a los brazos de los novios.

Toda una tradición a la que Lola y Beni sucumbieron encantados. El ambiente era único, íntimo y muy familiar. Los tíos de Beni no podían dejar pasar la oportunidad de felicitar a los novios por la emotiva ceremonia y por supuesto por el lugar elegido para la celebración.


UNA TARTA PARA LOS MÁS GOLOSOS


Una imagen vale mĂĄs que mil palabras. Marina y Alejandro, bailando como dos tortolitos o...Âżcomo dos patitos?

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UNA NOCHE LLENA

DE SO R P R ESAS que se cruzaron entre invitados y novios a lo largo de la velada con la música como denominador común Durante el banquete no faltaron las sorpresas. Sin duda, la más emocionante fue la que recibió Loli, la madre de Lola, a la que entregaron un espectacular ramo dirigido a la gran ausencia del día: Antonio Grande, el padre de la novia. De nuevo las lágrimas tuvieron que contenerse. Conchi contemplaba la escena sin esperar lo que estaba a punto de sucederle. Lola quiso demostrarle lo importante que era para ella entregándole, nada más y nada menos, que su ramo de novia. El mensaje estaba claro. La cuñada de la pareja lo recibió entre risas y bastante sorprendida. “Ha sido un detalle precioso. Estoy muy agradecida”, nos decía. Por su parte, a los padres de Beni les regalaron varios complementos. Se trataba de una bonita pulsera para Juani y un simpático llavero para Benito que nos lo mostraba con satisfacción. Era otro homenaje más que merecido por su dedicación y cariño a lo largo de toda su vida. Los niños también fueron los protagonistas. Por un lado, Sergio, el hijo de la pareja se quedó sin

palabras cuando al abrir un sobre rojo encontró un pase para todo la familia a Isla Mágica, uno de sus mayores deseos que esa noche fue cumplido. Por supuesto también iba dirigido a su hermano David. Un día en familia que suponía otra aventura para los cuatro y muchísima ilusión para el pequeño de la casa que se quedó estupefacto. Con la misma ilusión recibieron José y Rocío, primos de Beni, una pareja muy unida a los recién casados, regalos para el bebé que esperaban. En una bonita caja encontraron varios presentes como peluches y sonajeros.


RECUERDOS REALIZADOS

A MANO

Como recuerdo de este día, Lola había vuelto a usar sus talentosas manos para sorprender y entregar un regalo único a sus invitados. Para las mujeres y las niñas, la novia había elaborado unos collares de cuerdas de colores con abalorios y piedras de canto rodado recogidas en el río Guadalquivir. Por su parte, los hombres y los niños también tendrían su presente para recordar siempre esta fecha: unas pulseras de cuerdas de cuero también con abalorios. Unos presentes que iban en la línea del estilo de boda que habían diseñado. Por un momento hasta creímos escuchar las olas del mar. La temperatura era perfecta y los detalles entregados y outfit nos trasladaban a la costa.

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MUY

DULCE Los novios quisieron cumplir con la tradición que

aún sigue muy presente y vigente en la mayoria de las celebraciones nupciales: el corte de tarta. En su caso era una tarta de dos alturas. Lola y Beni se pusieron en pie para proceder al corte tras una sucesión de bromas que dejaba claro la excelente relación que les une. Lo hicieron bajo la atenta mirada de sus invitados que no pudieron evitar aplaudir este momento imprescindible en un banquete. El brindis no se hizo esperar.


los más peques

de la boda

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Ya bien entrada la noche y con algo de relente que empezaba a caer sobre las zonas exteriores de la hacienda, se habilitó la barra libre. El baile estaba a punto de comenzar y se llevaría a cabo en una de las instancias interiores de Torre Palomar. Antes de acceder al salón, conseguimos capturar una instantánea con los más peques de la boda que pudieron disfrutar de lo lindo con lo que Lola y Beni habían preparado para ellos: pintacaras y un photocall con todo tipo de atrezzo estival.


PHOTOCALL

IBICENCO

Si las zonas exteriores de Torre Palomar de la Albaida nos deslumbraron por su belleza, la zona interior escogida para el baile y la barra libre no iba a ser menos. Se trataba de un espectacular salón con aire rústico donde los invitados fueron llegando una vez finalizada la cena. Como viene siendo habitual en este tipo de espacios, no faltó una amplia oferta de bebidas, así como la mesa de chuches así como un photocall de lo más ibicenco, donde el ir y venir de invitados, tanto niños como mayores, era constante.


BAILE NUPCIAL

Cuando todos empezaban a entrar en calor con la música, Beni y Lola ocuparon el centro de la pista. Sonaba “Llueve de alegría” de Malú y Alejandro Sanz. Notas románticas que marcaron los pasos iniciales de la pareja y que dieron paso a un remix de lo más divertido, acompañado con una coreografía que les salió a pedir de boca. En este remix tan trabajado se escucharon cuatro temazos muy distintos al primero que revolucionaron a los invitados: “I have nothing”, de Whitney Houston, “Jump on it”, de Will y Carlton, “Gangnam Style”, de PSY y por último, “Echa pa´llá”, de Pitbull. Fue un baile muy emotivo y divertido, donde no faltaron los gestos de amor, complicidad y cariño ¡Y es que no era para menos!

SECUENCIA COMPLETA:

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Esta historia de amor era el ejemplo de superación, entrega, dedicación y lucha. Un relato que compartían hoy ante los ojos de sus familiares y amigos, que emocionados, los contemplaban con expectación. El baile dividido en dos partes dejó sin palabras a los presentes.


LA FIESTA POSTERIOR

Minutos más tarde, Beni sorprendía a Lola con el montaje de un video que recopilaba muchos de los momentos vividos desde que se conocieron en 2008. Él mismo le dio paso micro en mano. La expectación por ver el resultado de su trabajo era total en la sala, sobre todo la de la novia que no puedo contener las lágrimas ante tantas imágenes para el recuerdo. Era una verdadera declaración de intenciones, una auténtica declaración de amor que Beni había querido mantener en secreto hasta este momento.

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Ahora sí, tras tantas emociones y sentimientos compartidos, los novios dieron rienda suelta a la diversión. El día estaba siendo único e inolvidable. No faltaron detalles, ni emociones. Junto a ellos estaban los que tenían que estar. Era un día inolvidable como lo sería su luna de miel: un road trip por España. “Nos apetecía mucho hacer un viaje por España y conocer las ciudades y pueblos con encanto que tenemos, que no son pocos. Hemos planteado una ruta que parte desde Córdoba y que nos lleva hasta Galicia. Luego bordearemos el Cantábrico y bajaremos por la parte de Valencia hasta Almería, que es la única provincia de Andalucía que nos falta por conocer. Además, nos encanta la gastronomía de nuestro país. Cualquier ciudad de España es perfecta para deleitarse con platos exquisitos”, nos contaron los novios antes de marcharnos. Seguro que cumple con las expectativas.Desde el equipo de Exclusiva os deseamos todo lo mejor

¡Sed muy felices!



22 septiembre 2018


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