SEVILLA, 09JUNIO 2017
todos los detalles de
la esperada
BODA
de LIDIA y JUANLU
La pareja SE CASÓ EL PASADO 9 de juNio DE 2017 EN DOS HERMANAS, SEVILLA. La suya fue una CELEBRACIÓN emotiva pero sobre todo divertida y llena de deTalles y momentos INOLVIDABLES donde suS FAMILIARES Y AMIGOS DISFRUTARON DE UN DÍA ÚNICO JUNTO A ELLOS.
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LA EXCLUSIVA DE LA BODA es una marca registrada por Imagen and Media Comunicacion SL. © Copyright Leyenda | Todos los derechos reservados. Prohibida su venta y distribución.
SUMARIO
EXCLUSIVA
Especial JUAN LUIS y LIDIA
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JUAN LUIS
9 junio 2017
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se preparó en la casa que lo vio crecer en compañía de sus padres.
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LOS INVITADOS
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LA HACIENDA MONTELIRIO,
aguardaron impacientes la llegada de la novia.
sede del “Sí, quiero”.
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EL VESTIDO
de la novia, el secreto mejor guardado.
LLUVIA
de arroz a la salida de la ceremonia.
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EN EL CÓCTEL,
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UN BANQUETE
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UN TRIBUTO
un corner con fotos de ambos durante su relación. exquisito, solidario y con sitting personalizado.
más que merecido a la gran pasión del novio por su serie preferida coronaba la tarta nupcial.
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AMOR SÓLIDO
La pareja nos demostró durante la sesión que su amor es inquebrantable.
LA FIESTA POSTERIOR
se alargó hasta altas horas de la madrugada.
LA EXCLUSIVA DE LA BODA marca registrada por Imagen and Media Comunicacion SL. © Copyright Leyenda | Todos los derechos reservados DEPOSITO LEGAL: CO 773-2012. Email: quiero@laexclusivadelaboda.es Edición impresa en Madrid 2017. Prohibida su venta y distribución.
En la casa de sus padres
En el cuarto piso del número 37 de la avenida Kansas City, en Sevilla, nos esperaba Juan Luis, el novio, un tipo tranquilo, educado y muy simpático. Posaba sin rechistar para una legión de fotógrafos y lo cierto es que lo hacía como un auténtico profesional. En la cocina algunos restos de pizza -la jornada sería larga-, y café recién hecho. Luis, el padre de nuestro protagonista, nos ofreció una taza y se prestó a ser el primero en hablar de un día tan importante y feliz para su familia ante nuestra cámara. “Como padre no se puede pedir más. Lo vemos a punto de emprender una nueva etapa y el orgullo es máximo. La dinastía continúa y es muy reconfortante ver cómo da este paso. Mi hijo me ha dado dos alegrías muy grandes: cuando nació y cuando me dijo que se iba a casar. Recuerdo perfectamente el día que lo enseñé a afeitarse ¡y ya es todo un hombre!, declaraba emocionado.
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HOY NO HAY SIESTA A las 17.00 comenzaba el novio con su puesta de largo. El lugar elegido para esta ocasión tan especial, la casa que lo vio crecer y donde tan buenos recuerdos guarda junto a sus padres, que lo adoran, y con sus amigos, que no son pocos. Seguramente, este mismo día, hace un año, en este horario, se dispondría, como la mayor parte de los españoles, a disfrutar de una más que merecida siesta, pero hoy el escenario era bien distinto. Hoy estaba a punto de hacer su sueño realidad, el de casarse con su “princesa”, con su “nena”, que no es otra que Lidia. Así la llama cariñosamente desde que se conocieron (2011). La otra mujer de su vida, su madre, ya estaba lista con la mantilla negra esa que tantas veces había imaginado que se pondría en la boda de su único hijo. Con la naturalidad que le caracteriza, colaboró en todo lo que pudo para que su Juanlu estuviera impecable. Ella ya lo estaba.
EMOCIÓN A FLOR DE PIEL No era ni la ropa ni los complementos lo que más llamaba la atención de Juan Luis. Su entusiasmo y alegría prevalecía ante cualquier hecho. Estaba eufórico y, a menos de tres horas de su boda, los nervios empezaban a hacer acto de presencia. Cuando acabó con su outfit, nos contó, sin perder la sonrisa y con un brillo en los ojos muy especial, cómo había vivido todo el proceso y, sobre todo, qué significaba para él casarse con la mujer de su vida: “Formar una familia, un proyecto común, es un sueño que está a punto de materializarse. Con una persona maravillosa como Lidia a mi lado estoy convencido que nuestro matrimonio saldrá mejor que bien porque como nosotros siempre decimos, esto que sentimos hoy es para toda la vida”, nos confesaba.
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UN NOVIO CLÁSICO Para su boda nuestro novio quiso sorprender a Lidia -que no tenía ni
idea de su elección- con un traje negro semilevita de corte slim de la firma “Protocolo Sevilla”, modelo Carbayin, apropiado para una boda de tarde-noche. “Me probé alguno más con un aire más moderno pero no me veía con ellos. Cuando me puse éste, me sentí muy cómodo. Es muy acorde a mi manera de vestir. Soy un tipo clásico así que no podía ser otro”, nos decía mientras su madre le colocaba el corbatón, el complemento estrella. “Aunque pasen los años lo seguiré viendo como mi niño. Da igual el tiempo que pase”, declaraba la madrina que ya estaba impaciente por llegar a Montelirio. El chaleco es navarro semicruzado de color gris combinado con corbanda en tonos plateados y negros. El reloj que llevó es un regalo de su prometida. Se lo entregó tras la pedida de mano. Completó su outfit con zapatos de cordones en color negro también. Un novio sobrio pero muy elegante.
SUS PRIMERA PALABRAS
Durante su puesta de largo pudimos hablar con Juan Luis para, entre otros asuntos, preguntarle acerca de la organización para su boda durante este último año. “Siempre nos hemos puesto de acuerdo en todo lo que queríamos. Ambos lo teníamos bastante claro así que todo ha ido muy bien. Habíamos visto bodas en iglesias y no nos hacían mucha gracia. Queríamos libertad y no estar condicionados a tiempos y sin presiones”, nos confesaba. Podemos dar fe de que lo consiguieron.
CON LOS SUYOS
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Juan Luis estuvo acompañado de principio a fin por sus padres. Sólo había que verlos para darse cuenta que forma buena gana nos hubiésemos quedado un buen rato más, pero alguien muy especial nos estaba esperando: Lidia, l
LA MEJOR COMPAÑÍA
Juan Luis es el único hijo de Luis y Antonia, su mayor orgullo. Ambos coinciden en que, ante todo, su “pequeño, pues siempre será su pequeño aunque ya haya superado la treintena”, es una buena persona. Antonia estaba sencillamente espectacular con un vestido de Rosa Clará de la colección del 2017, zapatos rosa palo y una mantilla negra que combinó con un adorno floral en el cabello. Impresionaban sus pendientes de cristales de Swarovski.
aban una gran piña. La conexión entre ellos es envidiable. Estuvimos charlando con la familia distendidamente y de la gran protagonista de la jornada. Sobre la mesa del salón pudimos ver la invitación de la boda.
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LOS PREPARATIVOS DE LA NOVIA
La casa familiar de Lidia también está en Sevilla, concretamente en Ramón y Cajal. La avenida, a las 18:15 horas de la tarde, sobrevivía como podía a los casi 40 grados que marcaba el termómetro. Nuestro paso por el domicilio fue rápido. Lidia sólo podía pensar en que le quedaba alrededor de hora y media para el comienzo de su enlace. Su sonrisa lo decía todo. Pepa y Naza, dos buenas amigas de Lidia, estaban ya en la casa y no podían dejar de mirarla embelesada. Haciendo alarde de su simpatía no pudieron evitar gastar alguna broma que arrancó alguna carcajada a su amiga, a pesar de los nervios. Ya estaba peinada con un semi recogido, con una larga melena ondulada y un detalle de plata entrelazado en los rizos. La artífice de la creación: Eva, de peluquería Gianni.
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vestido y
complementos La encontramos ya completamente vestida y posando para el equipo de fotografía, bellísima y natural. Nuestra novia estaba preciosa. Lucía un vestido blanco roto de Pronovias con tirantas de pedrería y espalda descubierta. Nos fascinó la cola del diseño, muy larga y elegante. El gran secreto de este día era un regalo de su madre Margarita. Como complementos optó por un velo también de pedrería, una liga azul regalo de sus primos, un pequeño adorno color plata para su recogido rizado bajo y, lo más especial para ella, su anillo de pedida. De la elección del look y de cómo había vivido los meses de preparativos fue de lo primero que nos quiso hablar. “Fui a Pronovias porque es lo más típico de aquí de Sevilla. Me mostraron un catálogo con decenas de vestidos y no me convencía ninguno. Finalmente me probé tres vestidos y éste fue el tercero. Cuando aún no me lo había terminado de poner, me fascinó. Cuando me lo presentaron completamente, lo ví claro. Sabía que era éste y lo dije: ¡Ya tengo vestido!”, recordaba. La novia ya estaba casi lista y se sentía especial. “No me reconozco mucho porque casi nunca voy maquillada, pero me veo muy guapa, con mucha luz en la cara, como si brillase”, nos decía feliz y entusiasmada. Pepa y Naza no se separaron de ella en su puesta de largo, por algo son sus mejores amigas...
LIDIA:
“No me reconozco mucho porque casi nunca voy maquillada, pero me veo muy guapa, con mucha luz en la cara, como si brillase”, nos decía feliz y entusiasmada.
MARGARITA,
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MADRE Y MADRINA: “Siento mucha alegría por ella pero algo de tristeza también porque me quedo sin lo que más quiero. Lidia es una niña divina, encantadora, tiene el mismo carácter que yo, todo es bondad, todo es corazón, no tiene maldad ninguna y soy muy feliz porque la veo enamorada de Juanlu que para mí es el hijo que nunca tuve. La quiero, la amo y es lo más grande de mi vida”, nos confesaba su madre Margarita.
SU MADRE, LO MÁS IMPORTANTE El vestido de novia es, sin
duda, la pieza más especial en la vida de una mujer en el día de su boda y Lidia no se equivocó. Estaba preciosa con este diseño. Así se lo hizo saber, nada más verla, su madre. “¡Estás guapísima!”. Margarita no se quedaba atrás. Estaba muy elegante con un vestido azulina de media manga de la firma Nuevo Día Novias y una mantilla de color plata a juego con sus zapatos. Antes de salir la novia posaba para nuestras cámaras junto a su progenitora y amigas. Con todas ellas queríamos hablar pero el gran momento se acercaba y el coche ya había llegado a recoger a Lidia. El equipo de La Exclusiva puso rumbo, entonces, a la localidad de Dos Hermanas, donde los novios celebrarían su enlace.
En la Hacienda San Miguel de Montelirio, a tan sólo 15 minutos de la capital hispalense, se llevaría a cabo todo; ceremonia civil y banquete nupcial. Ya nos habían comentado que el enclave es impresionante, pero hemos de decir que se quedaron cortos. Al llegar nos encontramos con un auténtico paraíso de carácter andaluz con jardines llenos de vida, salones espectaculares y patios que nos trasladaban a otra época. Esta hacienda de olivar fue llamada antiguamente “El Hospicio de Indias”, nombre que recibió durante el tiempo que perteneció a la Orden de los Jesuitas quienes la utilizaban de residencia. En ella acogían, para descansar y curarse, a los monjes que volvían de las indias americanas. Además en la Hacienda se encuentra el actual Museo de Carruajes, un espacio único que alberga una colección de más de doscientos coches de caballos centenarios, considerada hoy día como la mejor muestra de carruajes antiguos de Europa. La Hacienda San Miguel de Montelirio estaba preparada para el gran día y brillaba con total esplendor gracias al sol que lucía con intensidad en este envidiable día primaveral.
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UNA ENTRADA DE PELÍCULA Al llegar a la espectacular hacienda nos encontramos con la mayoría de los invitados que aguardaban con cierta impaciencia la presencia de los grandes protagonistas que, por el momento, cumplían a rajatabla el horario establecido. El primero en pisar Montelirio fue el novio. El llegó en un Audi A4 de color negro conducido por su primo Jaime. Juan Luis se dirigió camino al altar, seguro, con paso firme y ante la atenta mirada de sus amigos y familiares, realizaba el recorrido junto a Antonia Era una madre orgullosa. Le acompañaba sonriente y muy pendientes de él, consciente de que estaban viviendo uno de los días más importantes de la vida de su hijo. Un instante íntimo donde las miradas de alegría, complicidad y agradecimiento eran constantes entre los dos y que compartieron encantados con todos los convocados. “Anoche apenas pude dormir. Me entraron los nervios de repente. ¡Hasta Juan Luis se sorprendía verme tan tranquila! Pero hoy todo ha cambiado”, nos desveló minutos antes a su llegada.
¡Y LLEGÓ LA NOVIA!
Cuando el reloj marcaba las 20.00 horas ya habían llegado a la hacienda todos los invitados. Ocho minutos después hizo aparición ella. Blanca, radiante y sobre todo feliz. Se bajó del Opel Insignia con la ayuda de Rober, chófer para la ocasión y el mejor amigo del novio. La acompañaba su inseparable madre y madrina y la esperaban su mejores amigas, esas que le habían acompañado desde primera hora del día. Con un nudo en el estómago fruto de los nervios del momento, caminó hacia Juan Luis . Mientras todos giraban su cabeza expectantes. Cruzó la mirada con sus invitados pero desde un primer instante buscó la de Juan Luis. “Tenía muchas ganas de verlo, estaba guapísimo”, nos confesó tras la ceremonia. Cuando llegó a él le sonrió, mirándole a los ojos y al son de Gabriel y su canción “Quiero vivir la vida amándote” que ya se ha convertido en todo un emblema de la pareja, un símbolo de su relación envidiable.
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EL ENCUENTRO
Mientras se acercaban no podían dejar de mirarse y sonreir. Hubo aplausos espontáneos, vítores de “guapa”, muchas fotos con los móviles y una más que evidente emoción. Habían sido muchos meses de preparativos y al fin había llegado el momento de verse, abrazarse y casarse. El encuentro en el altar fue de los momentos más emocionantes. Por eso, ni los novios, ni las madrinas, ni algunos de los familiares, pudieron evitar soltar alguna lagrimilla. Todo estaba saliendo según lo previsto. Pepa y Naza fueron las encargadas de colocarle la cola del vestido para que luciera en su máximo esplendor. los encargados de que la novia luciera bien la cola.
palabras DESDE EL cariño
Tamara Chamorro fue la encargada de oficiar la ceremonia. Consiguió desde un principio que todo resultase cercano, agradable y que novios e invitados estuvieran a gusto en este día tan señalado. No fueron las suyas las únicas palabras dirigidas al matrimonio durante el acto civil. Por el micrófono desfilaron amigos de la pareja que se prestaron encantados a proceder a las lecturas que habían preparado concienzudamente desde que los novios le anunciaron que intervenerían en su boda. Era un honor pero también una responsabilidad. Fueron cuatro los elegidos: Pepa, Robe, Naza y Paco.
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UNA CEREMONIA LLENA DE SENTIMIENTO
A
ntes del “Sí, quiero”, la emoción estaba servida. Los novios se disponían a escuchar con suma atención las palabras de los suyos. Tras la entrañable y personalizada introducción de la maestra de ceremonia, Tamara Chamorro, -les recordó pasajes de la vida de ambos que provocó risas y lágrimas a partes iguales- llegó el turno de las intervenciones de sus amigos. Pepa, la mejor amiga de Lidia, fue la primera en entrar en escena con un discurso lleno de anécdotas, bromas y sentimiento. Sonaba Memorias de África. Como el de Juan Luis y Lidia es un amor de película, siguieron las bandas sonoras. En esta ocasión uno de los temas más bonitos de la saga Crepúsculo acompañó a Roberto, el mejor amigo del novio, en su lectura. Naza, por su parte, les habló del nuevo capítulo que iban a comenzar leyendo el pasaje final de El Principito. La ceremonia continuó y llegó uno de los instantes más divertidos. Paco, amigo de la pareja y muy especialmente del novio, cerró las lecturas con una poesía que había escrito él mismo durante sus trayectos en tren desde Madrid a Sevilla. Arrancó muchas carcajadas.
EL RITUAL DE ARENA La ceremonia tocaba a su fin con el ritual de la arena, símbolo del
amor de la pareja. Dos tipos de arena, representando a cada uno de los cónyuges, se fueron mezclando a ritmo de la banda sonora de Gladiator. Chamorro explicaba: “La arena que tenéis en vuestras manos representa la vida que tenéis por separado: vuestros sueños, vuestras pasiones, vuestro coraje y todo aquello que os ha hecho ser lo que sois ahora. Ahora quiero que con ella rellenéis el recipiente más grande. Este cuenco de arena es el que une vuestra existencia a partir de hoy y para el resto de vuestras vidas”.
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A LAS 20.45 HORAS,
UNIDOS PARA SIE MPRE
L
o más significativo y emotivo estaba a punto de sucederse. Era el momento de pronunciar los votos e intercambiar alianzas. “Cuando te conocí había dejado de creer en el amor verdadero, pero apareciste tú para hacerme creer que los sueños se cumplen. Prometo quererte cada mañana cuando despiertes a mi lado y seguir diciéndote cada noche, buenas noches, mi vida. Prometo seguir siendo yo y que tú sigas siendo tú. Prometo convertir tú y yo en nosotros y en lo que pueda venir si ese es nuestro
destino. Prometo amarte siempre como lo he hecho cada segundo en estos seis años, pero esta vez para toda la vida”, le aseguró Lidia. Juan Luis arrancó directo: “Nena, eres el amor de mi vida y tengo mucha suerte de tenerte a mi lado. Hoy quiero prometerte amor y fidelidad. Trabajar cada día nuestro amor y hacer de ti una prioridad en mi vida. Prometo estar contigo siempre porque tú y sólo tú eres la dueña de mi corazón. Te amo princesa”, sentenció acompañado del aplauso de los presentes.
LAS ALIANZAS
Los anillos eran de oro amarillo, de una conocida joyería sevillana, un regalo de la madre de la novia.
UNA IMAGEN PARA EL RECUERDO Tras la ceremonia, Lidia y Juanlu posaron con sus familiares en el altar mayor ubicado en los jardines de la Hacienda San Miguel de Montelio para dejarse inmortalizar en unas instantáneas únicas para el recuerdo. Antes de ellos se prodigaron las felicitaciones y los abrazos muy sentidos y cariñosos entre sus seres queridos que volvieron a aplaudir para cerrar la celebración.
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LLUVIA DE ARROZ Y CONFETI MULTICOLOR
Los asistentes a la ceremonia formaron un colorido pasillo donde, por fin, hizo presencia la lluvia. Una lluvia de pétalos y arroz de la que los novios intentaron resguardarse sin éxito. Pequeños y mayores tenían preparadas varias bolsas con arroz y pétalos.
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LA PAREJA DABA feliz Y emocionada SUS PRIMEROS PASOS COMO MARIDO Y MUJER
Antes de salir, los novios tuvieron un momento íntimo en el que hicieron un balance muy superficial de lo acontecido. Juan Luis no paraba de sonreír mirando a su ya esposa, repitiéndole, una y otra vez, lo guapa que la encontraba. Estaban mucho más relajados y eso se notaba en sus caras y en su forma de hablar. Fuimos testigos de numerosos gestos de cariño entre ellos, un estado que contagiaba a los presentes. Ambos resaltaban los momentos inolvidables de su enlace, en un enclave único: “Las palabras de nuestros amigos; encontrarnos con toda la familia y seres queridos... son momentos que jamás olvidaremos. Estamos muy agradecidos”, nos decían. De este modo, y cuando la cola del vestido lucía por entero, estuvieron listos para el desfile, sin saber la gran avalancha de gente que les esperaba. Aún cubriéndose no pudieron evitar que el arroz y el confeti llegase hasta ellos. Cuando la lluvia apenas había cesado, los invitados les reclamaron un beso y ellos aceptaron encantados.
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PARA SIEMPRE
El año pasado, en el día de su quinto aniversario, Juan Luis se arrodilló, sacó un anillo de su bolsillo y pidió matrimonio a su chica. Ella no lo dudó ni un segundo. Un ¡sí! enorme los comprometió. Desde entonces ha pasado más de un año de mucho trabajo, pero también de mucha ilusión. Si algo llama la atención de nuestros protagonistas de hoy es lo mucho que se quieren. Se adoran. Juan Luis y Lidia “son para siempre”.
“Juan Luis es la mejor persona que he conocido nunca. Es muy noble y me lo ha dado todo. Me aporta el equilibrio que siempre he buscado�
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Ellos son y Lidia Fuentes Guerrero (30) y Juan Luis Cadena Pérez (32) ELLA, Técnico de Selección de personal en una Consultora de RRHH. él, Camarero en un Restaurante. ¿Cómo empezó todo?
Nos lo contaron ellos en una pequeña entrevista que conseguimos hacerles tras su primera sesión de fotos como marido y mujer. “Nos conocimos hace 6 años, un domingo 22 de mayo de 2011. Una amiga de la novia conocía a un amigo del novio y una tarde en el Kiosquito que hay en el puente de Triana nos enconramos con estos dos amigos en común. Así pasó”. A la novia le causó una buena impresión porque la hacia reir fácilmente. A él le gustó ella desde el principio. Esa semana estuvieron hablando por redes sociales y se empezaron a conocer y ese mismo viernes, un 27 de mayo quedaron con todos los amigos para la inauguración de una discoteca de Sevilla, Bilindo, a la que al final cambiaron por Antique. Allí, después de toda una noche de risas y bailes los novios se dieron el primer beso”, ese que piensan repetir cada noche antes de dormir. Son puro romanticismo...
“No hay nada que nos haga más ilusión que formar una familia”
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“Quiero a Lidia porque es única. Estoy seguro que este nuevo viaje que empezamos ahora será para siempre”
¿Hubo pedida de mano?
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“Si,el día que hacíamos cinco años. El 27 de mayo de 2016 íbamos paseando por el puente Triana, igual que el día que nos conocimos, porque íbamos a celebrar el aniversario en el Restaurante Abades, en la calle Betis. Mientras cruzábamos el puente, nos paramos para hacernos una foto. Él estaba tan nervioso que le temblaba la mano mientras la hacía. De repente se puso de rodillas, sacó el anillo y me dijo: ¿Quieres casarte conmigo? A lo que respondí con un sí rotundo bajo la atenta mirada de los turistas que pasaban por el puente que acabaron aplaudiendo y haciendo fotos. Más tarde fuimos a cenar al Abades que fue de lo más romántica”, nos aseguró Lidia. Al día siguiente a su pedida, comenzaron a preparar lo que hoy es una realidad.
REGALOS DE PEDIDA DE MANO: Un anillo para la novia y un reloj para el novio.Tras la pedida de matrimonio, el novio le regaló a la novia un álbum de fotos que le había preparado durante seis meses, haciéndole fotos a la novia sin que ella se diera cuenta, con unas tarjetitas donde le pedía matrimonio en 69 idiomas distintos.
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“
“Juan Luis es amable, paciente, romántico, detallista, muy buena persona y siempre ve el lado positivo de las cosas” “Lidia me aporta absolutamente todo: tranquilidad, calma, momentos divertidos e inolvidables y sobre todo mucho, mucho amor”
“
cerca de 200 invitados DISFRUTARON DE UN AMBIENTE ÚNICO EN
UN CÓCTEL DE ENSUEÑO LA VELADA COMENZÓ CON UN DISTENDIDO CÓCTEL EN EL MUSEO DEL CARRUAJE DE LA HACIENDA SAN MIGUEL DE MONTELIRIO
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Mientras el matrimonio nos hablaba sobre su historia de amor durante la sesión de fotos, a escasos metros, se encontraban sus invitados que disfrutaban del cóctel de bienvenida que había preparado la pareja. Y es que tanto la ceremonia como la sesión de fotos y el banquete se celebrarían en el mismo lugar, lo que facilitó que los novios gozaran de la comodidad de no tener que desplazarse y poder compartir algo de tiempo con sus seres queridos antes de que diera comienzo el banquete nupcial. Llegado este momento lo único importante era disfrutar. La ubicación no podía ser mejor. El museo abrió para albergar a los invitados. Mesas y s illas para
quisieran disfrutar del previo cómodamente sentados. Alrededor de las mesas los invitados se repartían en grupos mientras disfrutaban de la comida y bebida que no paraban de circular de mano de los camareros. La velada discurría entre risas y buena conversación hasta que llegaron los novios, brindaron y todos sus invitados les recibieron con un cálido recibimiento. Estaban deseando que la pareja apareciera para poder disfrutar al fin de su compañía. Ahora los novios tenían la posibilidad de relajarse y rodearse del cariño de sus seres queridos. Comenzaba la celebración y ¡de qué manera! La felicidad era el denominador común.
Los invitados esperaban la llegada de Juan Luis y Lidia al cóctel. Era el momento de intercambiar palabras con los protagonistas. Había ganas de desearle todo lo mejor. En el pasillo de los jardines, antes de acceder al museo , nos encontramos un bonito cartel con un mensaje que nos conquistó: “Juanlu y Lidia, contigo de aqui al infinito”. Ya en el interior, un corner que los novios prepararon con una recopilación de fotografías que hablaba de su historia de amor.
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MUY AGRADECIDOS POR SU PRESENCIA
185 invitados procedentes en mayor parte de la capital hispalense quisieron acompañar a la pareja en el día de su boda. Eran 40 amigos y 60 familiares. Los demás amigos de sus padres, niños y otros compañeros de vida que no faltaron a la cita. Los novios se mostraron muy agradecidos por ello y así se lo hiceron saber en el transcurso del córctel.
Aprovechamos este momento
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de distensión para hablar con algunos de los invitados para que nos contasen cómo estaban viviendo este día y que nos dijesen algo sobre los novios. Si algo nos llamó la atención fue que al hablar de la pareja a casi todos se les saltaron las lágrimas mientras hacían hincapié en lo buenas personas que son y en lo guapos que les veían en este día. Algunos no podían ni terminar de hablar. Todos coincidieron en desearles lo mejor en esta nueva etapa que comenzaban y les dijeron que siempre estarían a su lado para lo que necesitasen.
FAMILIARES Y AMIGOS DISFRUTARON DE UNA celebración INOLVIDABLE los novios aprovecharon para hacerse fotos con los invitados Cuando entramos al lugar en el que se estaba desarrollando la copa de bienvenida, nos quedamos sin palabras. Majestuosidad es una palabra que se queda muy corta. El espacio era un Museo de Carruajes real con más de doscientos coches de caballos de época. La visita cultural perfecta acompañada de ricos aperitivos, entre los que no faltó el queso, el jamón ibérico, las croquetitas y huevos de codorniz, entre otros tantos manjares, ofrecido por el catering Saboga. También hubo cervecita bien fresquita, vino y numerosas tapas frías y calientes para abrir boca, pero sobre todo muchas ganas de pasarlo bien. Los novios continuaban saludando a los suyos y aprovecharon para fotografiarse con muchos de ellos. La noche solo acababa de comenzar.
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LAS INSTANTร NEAS no dejaron de sucederse a lo largo del cรณctel.
el banquete
Juan Luis y Lidia se decantaron por una cena riquísima basada en la cocina tradicional con toques innovadores que hizo las delicias de los paladares más exigentes. Los novios estuvieron rodeados de cerca de 200 familiares y amigos que no quisieron perderse esta boda tan esperada tras seis años de relación. Todos disfrutaron de lo lindo de un banquete pensado para cada uno de ellos.
50 46 Entrante: GAMBAS BLANCAS DE HUELVA. LANGOSTINOS TIGRE.
DE PRIMERO: MILHOJAS DE LUBINA CON SALMOREJO CON HUEVO Y JAMÓN.
Salón y sitting
El espacio elegido era espectacular en sus dimensiones. La temática caballista y andaluza continuaba presente y los altos techos de madera resaltaban la grandeza de este enclave. Las decoración de las mesas era muy sencilla y elegante con sillas coloniales en color blanco. Supieron cuál era su mesa asignada gracias a un simpático sitting con una temática muy cinematografica y audiovisual. A través de títulos de películas y series de televisión, las preferidas por nuestra pareja, agrupaban a los invitados. La mesa de Juan Luis y Lidia era “Bola de dragón”. El novio, como seguidor de estos míticos dibujos, es el responsable de ello.
DE SEGUNDO: PRESA CON PASTEL DE PATATA, ESPÁRRAGO TRIGUERO CON SALSA AL PEDRO XIMÉNEZ.
POSTRES: BROWNIE DE CHOCOLATE Y TARTA DE QUESO CON FRUTOS ROJOS.
UN BANQUETE DE LO MÁS ANIMADO Rosa, la mejor amiga de Marina y Esther, hermana de Alejandro, preparadas para mostrar su videofriend. Un gran trabajó que logró su objetivo: emocionar a los novios y, de paso, a todos los presentes.
CUMPLEAÑOS
Nada podía hacer sospechar a Alzhara que su prima Lorena tendría el detalle de preparar una tarta temática especial por coincidir su 30 cumpleaños con el día de la boda. La novia, siempre detallista, encargó una tarta de fondant que recreaba una montaña que estaba siendo escalada por una simpática rubia con cierto parecido a Alzhara. Este bonito detalle emocionó a la cumpleañera quien no pudo evitar lanzarse a los brazos de los novios.
Una vez todo el mundo había ocupado su lugar, los novios hicieron aparición en el salón con un gran aplauso y al ritmo de la Gozadera. Lo que pasó después… ¡Juzgar vosotros mismos! Nosotros creemos que había ganas de fiesta, ¿o no?
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UNA TARTA PARA LOS MÁS GOLOSOS
Alrededor de las 23:00 horas los comensales comenzaron a tomar
asiento en sus mesas. La cena sería en un enorme salón diáfano decorado con carruajes de exhibición. Los invitados quedaron encantados y sorprendidos, especialmente cuando en sus respectivas mesas encontraron unas simpáticas narices rojas y una tarjeta en la que se podía leer: “Vuestras narices se convertirán en sonrisas para los niños hospitalizados”. Lidia y Juan Luis, además de guapos son solidarios y regalaron a cada uno de sus invitados la sonrisa de un niño con una donación a la Fundación Theodora. Los asistentes se lo pasaron pipa bromeando con sus narices y haciéndose selfies. Como dice la tarjeta: “Un día sin sonreír es un día perdido”.
Rosa, la mejor amiga de Marina y Esther, hermana de Alejandro, preparadas para mostrar su videofriend. Un gran trabajó que logró su objetivo: emocionar a los novios y, de paso, a todos los presentes.
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CUMPLEAÑOS
Nada podía hacer sospechar a Alzhara que su prima Lorena tendría el detalle de preparar una tarta temática especial por coincidir su 30 cumpleaños con el día de la boda. La novia, siempre detallista, encargó una tarta de fondant que recreaba una montaña que estaba siendo escalada por una simpática rubia con cierto parecido a Alzhara. Este bonito detalle emocionó a la cumpleañera quien no pudo evitar lanzarse a los brazos de los novios.
Entre plato y plato, mรกs y mรกs fotos el recuerdo. UNA TARTApara PARA LOS
Mร S GOLOSOS
María y Victor Los entregó unaque Unanovia imagen vale más disfrutaron muchísimo réplica de su ramo a sus milun palabras. Marina y de momento mejores amigas. Alejandro, bailando como entrañable. Los pequeñines hicieron dos tortolitos o...¿como entrega de multitud de dos patitos? regalos personalizados para la pareja.
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UNA NOCHE LLENA
DE SORPRESAS que se cruzaron entre invitados y novios a lo largo de la velada con la música como denominador común
Tras las lubinas llegó el sorbete y ahí se lió… Se lió de mano del animador y dj de la fiesta, Jesús Chavero. Éste actuó como maestro de ceremonias en la entrega de los regalos de los novios a sus imprescindibles. Al ritmo de “Acompañame” y servilletas arriba, Chavero leyó una carta muy especial. Pero, ¿quién era el destinatario de esas palabras? Sí, eran para Pepa, Nazaret, Beatriz y Jessica, amigas de la novia. Las lágrimas hicieron aparición, evidentemente. Pero aún había más sorpresas. 13 amigos del novio, sí 13, recibieron un detalle de parte de Juan
Luis, una foto-recuerdo de la despedida de soltero. Ellas también quisieron recordar la despedida de Lidia. Al fin nos explicaron qué significaba ese cartel de ‘Caution’ que las chicas usaron a modo de centro de mesa y que tanta gracia hizo a la novia. “Una noche que salimos de marcha, al regresar al al bungalow donde nos alojábamos nos encontramos con este cartelito. Nos hizo mucha gracia por el mensaje y se convirtió en el símbolo del viaje. Nos apoderamos de él y queríamos llevárnoslo pero no cogía en la maleta”, nos decían entre risas.
BONITO HOMENAJE
El corte de la tarta puso el punto dulce a la velada. Un brindis con todos los invitados fue la guinda a este momentazo: el punto de partida para más sorpresas. Así, Toñi, Luis y Margarita, padre y madres de los novios, recibieron una emotiva carta de parte de sus hijos acompañada de una preciosa rosa para ellas y una placa para él. Para los más pequeños hubo chuches y juguetes. Esta familia son todo amor.
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TARTA DE UNA TEMÁTICA MUY DULCE
DRAGÓN Z
L
os novios llevaron a cabo el tradicional corte de su tarta. Si la mesa de los novios era la de “Bola de dragón” los muñecos de la tarta no podían ser otros que Son Goku y Bulma, los protagonistas de la serie. Además de ser la serie preferida en la infancia de Juan Luis, compartían con ellos el amor incondicional y puro que se tenían. Así lo demostraron cortando la tarta de queso y frambuesa y entregándoselas en un cruce de cucharas que levantó las sensibilidades de los presentes. “¡Qué bonito!”, les decían. Por supuesto le reclamaron el beso y ellos accedieron sin rechistar. Sonaba la canción “Me quedo contigo”, del cantante cordobés Antonio José.
BAILE
NUPCIAL El reloj marcaban más de las una de la madrugada y la barra libre ya había comenzado. Tras tanto comer, beber y reír ahora tocaba ¡¡bailar!! Pero primero les tocó a ellos, evidentemente, a nuestros protagonistas, que dejaron a todos los presentes boquiabiertos con un mix de estilos que habían ensayado durante meses con todo el cariño. Desde ‘Bailar pegados’ hasta ‘Backstreet Boys’ pasando por ‘Dirty Dancing’. Lo hicieron genial. Se notaba que lo habían practicado y ¡mucho! porque parecían profesionales. Un despliegue de sensualidad y ritmo que enloqueció a los invitados que rápidamente se hicieron con la pista de baile.
SECUENCIA COMPLETA:
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Con todos los invitados observándolos y fotografiándolos en la zona de baile habilitada, Lidia y Juan Luis demostraron, en compañía de los suyos, su amor y su gran sentido del humor.
LA ÚLTIMA SORPRESA DE LA NOCHE
Cuando inauguraron el baile, LIdia fue sorprendida por Margarita, su madre. En un caballete se encontró con la foto de su padre Manolo y su abuelo Rafael con ella de pequeña junto a un bonito mensaje. No pudo evitar emocionarse...
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UNA FIESTA INOLVIDABLE
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Tras las sorpresas, la fiesta siguió y ya no paró hasta bien entrada la madrugada. En el patio ya estaba todo listo para el baile: disco-móvil, una pista muy espaciosa, mesas para disfrutar de la barra libre, ¡incluso animador particular! Los invitados no podían esperar más para arrancarse. Así que, poco a poco, todos fueron sumándose al baile, que, diez minutos más tarde, ¡parecía un festival o una guerra porque de repente apareció un militar! Pero tranquilos, sus bombas eran musicales. La diversión estaba asegurada.
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A las 2:30 horas nos marchamos y lo hicimos enamorados de Juan Luis y Lidia, de su gente y de su boda. Sólo hay que observar como se miran, cómo se tocan y cómo se besan para saber que Lidia y Juan Luis son de esas parejas para siempre, de esas que pasean su amor allá donde van y de las que contagian su felicidad. Fue un honor compartir con ellos este capítulo de su relación, que no tenemos dudas será, como ellos mismo dijeron, PARA TODA LA VIDA. ¡Sed muy felices!
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