Todos los detalles de una esperada, ORIGINAL y emocionante celEbración llena de sorpresas, diversión y, sobre todo, mucho amor
04062016
la boda de ana gutiérrez y alberto ávila
el pasado 4 de junio en Faunia, Madrid
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algo NUEVO
LAEXCLUSIVADELABODA.ES
LA EXCLUSIVA DE LA BODA es una marca registrada por Imagen and Media Comunicacion SL. © Copyright Leyenda | Todos los derechos reservados. Prohibida su venta y distribución.
SUMARIO Especial
LA EXCLUSIVA DE LA BODA
ANA y ALBERTO
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ALBERTO SE PREPARÓ EN
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el domicilio familiar que le vio crecer.
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EL NOVIO,
cobijado por los suyos.
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ÚLTIMOS RETOQUES
de una novia absolutamente radiante.
CEREMONIA Y BANQUETE
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en Faunia, Madrid.
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¡YA LLEGA
la novia!, alertaba el cortejo.
LIBRO DE FIRMAS
personalizado para recordar a sus invItados
EXQUISITO
El menú hizo las delicias de los paladares más exigentes.
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UNA FIESTA INOLVIDABLE
donde no faltó la tarta, el baile y mucha diversión.
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DOS PRÍNCIPES
El matrimonio posó para nuestras cámaras como auténticas celebrities.
CON LOS INVITADOS
en una instantánea única para el recuerdo.
LA EXCLUSIVA DE LA BODA marca registrada por Imagen and Media Comunicacion SL. © Copyright Leyenda | Todos los derechos reservados DEPOSITO LEGAL: CO 773-2012. Email: quiero@laexclusivadelaboda.es Edición impresa en Madrid 2015. Prohibida su venta y distribución.
En casa de sus padres
El 4 de junio de 2016 brillaba el sol en Madrid, y en el número catorce de la Avenida 25 de septiembre, esperaba un novio radiante de felicidad. Allí, en casa de sus padres, cerca de la madrileña calle de Alcalá, nos encontramos con Alberto, nuestro protagonista. Y es que a pesar de que los novios viven juntos, él prefirió pasar los momentos previos a la boda en la casa en la que había crecido. Terminando de prepararse y muy nervioso, nos recibía con su característica sonrisa mientras sus padres colaboraban en lo posible para que todo estuviera listo a la hora prevista. Muy aliviado, Alberto nos expresaba su alegría por la meteorología: “Por la noche no ha dejado de llover y cuando me he levantado y he visto que brillaba el sol me he quedado más relajado”, nos confesaba. Lo cierto es que el tiempo se había puesto de su parte . Estábamos disfrutando de un clima y temperatura espectaculares y típicamente primaverales.
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CASI LISTO, CON SU PADRE EN LA TERRAZA FAMILIAR
José Manuel ayudó a su hijo a terminar de vestirse. Allí, en la terraza del salón de la casa familiar, Alberto se puso los gemelos y los zapatos. Para esto último tuvo que recurrir a la ayuda de un calzador, que vino de las manos de Javi, amigo de la familia, que estuvo muy pendiente de que al novio no le faltara de nada. El hecho de que Alberto eligiera este lugar para terminar de prepararse no fue aleatorio, ya que nuestro fotógrafo lo eligió como espacio idóneo por tener la luz perfecta para que los protagonistas estuvieran impecables en las fotos. Eso sí, Elvira, la madre del novio, no estaba tan contenta con la elección. “He limpiado y preparado el resto de la casa y acabáis en la terraza” nos decía entre risas. Pero finalmente cedió: lo que hiciera falta para que su hijo tuviera el mejor recuerdo de ese día.
CON LOS NERVIOS A FLOR DE PIEL
DOS HORAS ANTES DEL ENLACE, ALBERTO ESTABA CASI PREPARADO Y LOS NERVIOS COMENZABAN A HACER ACTO DE PRESENCIA
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A las cinco de la tarde, dos horas y media antes del enlace, un novio sonriente y muy nervioso nos daba la bienvenida. Estaba terminando de prepararse y, aunque no lo parecía, cuando comenzamos a hablar con él nos dimos cuenta de que era un manojo de nervios. “Estoy bastante nervioso la verdad, pero con muchas ganas de que llegue el momento y ver a Ana”, nos decía. Mientras el fotógrafo de La Exclusiva disparaba fotos a traición, descubrimos que Alberto posaba como un auténtico profesional y a pesar de los nervios accedió a responder a todas nuestras preguntas. Estaba tan feliz que afirmaba que volvería a pedir a Ana matrimonio todas las veces que hiciera falta, aunque tuviera que pasar por instantes tan tensos como los que estaba viviendo. ”Merece la pena este momento y cuando la vea se me olvidará todo”, afirmaba.
AYUDANTES DE EXCEPCIÓN
Como era de esperar, el novio no estaba solo. Con él se encontraban sus padres: Elvira y José Manuel; y Javi y Ana, amigos de la familia de toda la vida. De hecho, Javi nos confesaba que a Alberto prácticamente le había dado el biberón. Todos estaban casi preparados y no dejaban de repetir a nuestro protagonista lo guapo que estaba. José Manuel, muy tranquilo, intentó tranquilizar a su hijo siempre que tuvo ocasión y le ayudó con los complementos. Mientras le ponía los gemelos no quitaba ojo a la gran sonrisa que lucía Alberto. “Está muy feliz, y nosotros también. Para mí verle así de contento es lo más importante”, aseguraba. Javi tampoco se separó de los hombres de la familia y estuvo muy pendiente de todo lo que necesitaban.
LOS COMPLEMENTOS
El novio no podía estar más guapo, y no es que lo dijeramos nosotros o sus padres, sino que las imágenes hablan por sí solas. Parte de la culpa de que estuviera así de impecable era del traje. Y es que Alberto acertó de lleno en su elección: un tres piezas en azul noche de la firma “Fuentecapala” que le sentaba como un guante. El toque original lo aportaba el estampado del chaleco, que casaba perfectamente con el resto del vestuario. La corbata, ribeteada en líneas diagonales y rematada con un brillante, no podía ser más elegante. Como complementos, Alberto eligió unos gemelos espectaculares regalo de la novia y zapatos negros. La decisión no fue sólo suya, sino que su familia y amigos colaboraron activamente para que el novio se decantara por esta opción. “Me probé tres y este fue el que se llevó la palma. Todos me dijeron que era el que mejor me quedaba, así que les hice caso”, nos decía. Elvira, muy pendiente de su hijo, colocó en su sitio la corbata y cuidó cada detalle para que el novio luciera así de espectacular.
LISTO PARA ENCONTRARSE CON ANA
Alberto tenía muchas ganas de encontrarse con su futura mujer. Sabía que iba a ser un momento mágico y que ella estaría guapísima. “Seguro que está preciosa, porque lo es, pero además estará emocionada porque es muy llorona. Sé que cuando la vea me va a impresionar”, confesaba. Teníamos delante a un novio que no podía disimular lo enamorado que estaba. “Aunque suene a tópico, lo nuestro fue un flechazo. Supe que me casaría con ella desde que la conocí. Cuando la vi tenía claro que era la mujer de mi vida y pensé: no se si será para mí, pero es ella. Y así fue, porque aquí estamos” nos comentaba entre risas. Para ambos, tanto el traje de él, como el vestido de novia, eran un secreto y sorpresa mutua, así que estaba deseando ver a Ana vestida de blanco. No podía negar que se sentía absolutamente feliz y emocionado, y no es de extrañar porque en apenas dos horas cumpliría el sueño de casarse con el amor de su vida. Tras seis inolvidables años de relación, por fin habían dado el paso. “Volvería a pedirle matrimonio las veces que hiciera falta”, afirmaba con total seguridad.
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“ESTOY UN POCO NERVIOSO PERO DESEANDO QUE LLEGUE EL
Sus familiares arroparon a Alberto en los momentos previos al enlace. Estaban feli
CON SUS PADRES.
Los padres del novio derrochaban orgullo y no quitaban ojo de su único hijo. Se les caía la baba: “No puede estar más guapo”, afirmaban.
MOMENTO”
ices y orgullosos y posaban encantados para las fotos. “Esta para el Facebook”, bromeaban.
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EN EL HOTEL NH, MUY CERCA DEL DOMICILIO FAMILIAR
El reloj marcaba las seis de la tarde, así que pusimos rumbo al encuentro con la novia. En apenas 20 minutos nos encontrábamos ante la entrada del hotel NH Ventas, en la calle Biarritz. No nos costó comprobar que efectivamente la novia se preparaba allí porque, nada más llegar, la recepcionista nos acompañó amablemente hasta el ascensor. Sabía que llegábamos en busca de Ana. Así que, casi sin darnos cuenta, estábamos llamando a la puerta de la habitación 301, en cuyo interior no se escuchaba demasiado revuelo. Pero nada más lejos de la realidad, porque nuestra sorpresa llegó al entrar, cuando pudimos comprobar toda la gente que había dentro. Un total de cuatro estilistas se afanaban en dejar perfectas tanto a la novia como a su madre. Nos las encontramos en plena faena y Ana, que no podía moverse de su asiento porque la estaban maquillando, nos recibía con una amplia sonrisa y aparentemente con los nervios bajo control. “Estoy super tranquila, como si ahora me fuera a ir al cine”, afirmaba entre risas. Y la verdad es que el ambiente era de lo más relajado. La radio se escuchaba a través del hilo musical y la novia y sus acompañantes disfrutaban de buena conversación. Pero los nervios no tardarían en llegar.
LA NOVIA DISFRUTÓ DE UNA AUTÉNTICA SESIÓN DE BELLEZA: CUATRO ESTILISTAS SE ENCARGARON DE LA PUESTA A PUNTO.
Ana estaba radiante incluso antes de maquillarse. Así es como nos recibía: con la cara lavada y luciendo una bata preciosa en cuya espalda se podía leer la palabra “Bride”, novia en inglés. Esta prenda tan original era muy especial porque es la misma que utilizó en su boda su amiga íntima y wedding planner, Arancha. A ella se la habían traído desde Nueva York y en esta ocasión era Ana la que tenía el honor de usarla. Dos maquilladoras y dos peluqueras se encargaron de que nuestra protagonista estuviera radiante, cuidando al milimetro cada detalle y consiguiendo el resultado que tanto ellas como Ana buscaban: naturalidad. “Ana es muy guapa, y hemos querido resaltar en ella su naturalidad. Tiene unos ojos y unas pestañas increíbles”, nos contaba una de las estilistas.
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LOS PENDIENTES
Regalo de una de sus mejores amigas y wedding planner, Arancha.
“Alberto es el amor de LA IMAGEN DE LA mi vida”
FELICIDAD
Quedaba media hora para que diera comienzo la ceremonia y Ana estaba Gloria y Pura, hermana madre preparada y deseando queyllegara el de la novia, se convirtieron en un apoyo incondicional para momento. Aunque al principio estaba Lorena sulos puesta dehabían largo. Atentas y tranquiladurante y relajada, nervios pendientes cada detalle y con ánimo de comenzado a de hacer acto de presencia y nos encontrábamos ante unade novia satisfacer las necesidades la novia, se mostraron emocionada y deseandoaver a Alberto: alegres y dispuestas que todo saliera a las mil “¡qué ganas tengo de verle!” repetía.padre de la novia, maravillas. Mientras, Domingo, Y esparó que para ella es el hombre deun su ambiente cálido, no de bromear creando vida, y lo tuvoymuy claro desde el primer confortable especial. momento. Si el novio nos contaba que su historia había comenzado cual flechazo, ella nos lo confirmaba.”Sin duda lo nuestro fue un amor a primera vista. Nos conocimos en el trabajo y desde el primer momento él se fijó mucho en mí y yo me fijé mucho en él. No podía dejar escapar a Alberto, y a la vista está que no me equivocaba”, confesaba Ana. Si bien ella ahora mismo estaba de los nervios, nos comentaba que sabía que el novio iba a estar como LA ABUELA NO ella o peor. “Seguro que está hecho un flan, porque le conozco, imagino que está más nervioso que yo, pero si pudiera le diría que esté tranquilo porque todo va a salir fenomenal, lo hemos preparado con muchísimo cariño”, decía minutos antes de salir del hotel rumbo a la ceremonia.
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DEJÓ DE MIRARLE
Lola, su madre, no se separó de ella en ningún momento y al igual que su hija, se puso en manos de Maribel, Cristina, Ana y Sara, las estilistas. Ellas fueron las encargadas de poner a punto a la novia y a su madre y además de maquillar y peinar a las protagonistas, les hicieron tanto manicura como pedicura. Todo tenía que estar perfecto y cuidaron hasta el más mínimo detalle. Lola fue la primera en estar preparada y se miraba al espejo muy sorprendida por el trabajo que habían hecho las maquilladoras y peluqueras. “¡Madre mía, si no parezco yo!”, decía sonriente sin retirar su mirada sobre su reflejo. Le preocupaba parecer disfrazada, pero entre todas pudieron convencerla de que estaba espectacular. Además de sorprendida estaba feliz por su hija y sólo tenía palabras de amor hacia ella. “Estoy más nerviosa de lo que creía pero sobre todo muy feliz. Ella siempre ha querido casarse y yo creo que le va a ir genial. Está guapísima, pero es que ella lo es, no hace falta que la adornen mucho”, nos contaba. Y efectivamente, el resultado no podía ser más natural. Si algo quedaba claro es que madre e hija pueden presumir de una belleza única porque no podían estar más guapas. Lola, una vez enfundada en su vestido azul, salió de la habitación para relajarse mientras su hija se vestía ayudada por las estilistas. Eran necesarias muchas manos para que todas las piezas del vestido de novia lucieran como corresponde.
San Juan de los PANETES,
FAUNIA, TESTIGO MUDO DEL ENLACE Y CELEBRACIÓN
TESTIGO DEL ENLACE Y RODEADOS DE MUDO ANIMALES Los novios, amantes de los animales, querían un lugar diferente para la celebración, y desde luego que lo consiguieron. La ceremonia y el banquete tuvieron lugar en Faunia, un parque temático de la naturaleza, ubicado en Madrid. Sí, habéis leído bien, un parque temático lleno de animales exóticos gracias al cual la pareja demostró que a originalidad no les gana nadie. Allí, en plena naturaleza los novios se dieron el “sí, quiero” rodeados de más de 700 especies de animales y más de 1.000 especies vegetales diferentes. El parque estaba a punto de cerrar sus puertas, por lo que además lo pudieron disfrutar como corresponde con la más absoluta intimidad junto a sus invitados. ¿A alguien se le ocurre un lugar mejor para casarse?
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La iglesia elegida por la pareja para la ceremonia es, sin duda, un lugar emblemático de la capital aragonesa situado muy cerca de la plaza del Pilar. En la imagen de la derecha, la torre octogonal queda reflejada sobre uno de los ventanales de cristal que se pueden encontrar en la calle Salduba.
GAFAS DE SOL
Los novios habían pensado en todo y en todos y la ceremonia estuvo plagada de detalles. Nada más empezar, tenían preparados varios regalos de manera que sus invitados disfrutaran del día como se merecía. Ejemplo de ello, estas gafas personalizadas con el logo de la pareja (A&A) protegerían los ojos de quien se las pusiera, del brillo del sol o, como rezaba el cartel que había junto a ellas, eran un buen método: “Para que nuestro amor no deslumbre a nadie”.
Y VEGETACIÓN
EL ÚLTIMO PASO
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Tras colocar la cola del vestido, Ana estaba lista para avanzar al encuentro de Alberto. Los gemelos Jorge y Manuel ejercieron de cortejo nupcial y, pizarra en mano, avisaban de que llegaba la novia, por si a alguien le quedaba alguna duda. Ahora todo estaba en marcha y la novia recorrió con paso firme y del brazo de su padre el camino de pétalos de rosa que hacía las veces de alfombra roja.
LA ESPERA
El lugar elegido estaba decorado a la altura de las circunstancias. El “altar” improvisado donde se ubicaría la pareja estaba cubierto por una tela blanca a modo de porche. Frente a él, varias filas de sillas harían que algunos invitados pudieran disfrutar de la ceremonia sentados. Sonaba música de jazz de fondo y familiares y amigos disfrutaban de la espera entre fotos e intercambio de impresiones. Pero de repente la música cambió y Alberto hizo su aparición en compañía de su madre y madrina con una versión de Peponi del tema “Paradise” de Coldplay. Todos los invitados le recibieron emocionados y repitiéndole lo guapo que estaba. Una vez ocupado su lugar en el set ceremonial, casi no tuvo que esperar porque en apenas un minuto apareció ella. Bajó del coche de su padre sin parar de sonreír, nerviosa y muy emocionada.
LA ENTRADA
Uno de los instantes más emotivos para novios e invitados.
EXPECTACIÓN Este fue, en palabras de los novios, el momento más bonito y especial de todos los vividos aquel cuatro de junio: la llegada de la novia. Ella le buscaba con la mirada pero los nervios hicieron que tardara más de lo que le hubiera gustado en encontrarlo, por lo que, en principio, en los primeros pasos, sólo vio a sus invitados. Él la observaba nervioso y emocionado. Pero finalmente, tras unos segundos que se hicieron interminables, Ana y Alberto se encontraron y se hizo la magia: se quedaron mirándose sin decir nada, como si el tiempo se hubiera parado. Familiares y amigos eran conscientes de lo importante de ese instante y no podían parar de apretar el botón de la cámara de sus móviles. Entre ellos el padrino que, una vez ocupado su asiento, tampoco dejó de tomar instantáneas durante toda la ceremonia.
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EN PRIMERA FILA
Algunos de los invitados tuvieron el privilegio de disfrutar de la ceremonia sentados en los asientos preparados para la ocasión. Así que los padres de los novios y los familiares más cercanos fueron testigos de primera línea de las miradas de amor que se dedicaron Ana y Alberto desde que dio comienzo la celebración. Nadie quiso perder la oportunidad de hacer fotos para inmortalizar el instante. El ambiente que se respiraba en estos preliminares era maravilloso. La ceremonia daba comienzo.
EMOCIONADOS
Los novios no pudieron contener las lรกgrimas ante las emociones vividas.
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Palabras llenas de emoción
La ceremonia fue muy emotiva, cercana y familiar. A ello contribuyeron, sobre todo, las palabras que les dedicaron algunos de los familiares y amigos. Sin duda, Elvira y Lola, madres de la pareja, fueron dos de las protagonistas en intervenir que más emocionaron a Ana y Alberto. Lola fue la encargada de dar comienzo a la lluvia de lágrimas con un discurso cargado de sentimiento: “Has sido y eres preciosa, y poco a poco te has ido convirtiendo en la mujer que eres ahora. Eres ante todo una buena persona y por consiguiente una buena hija. Estoy orgullosa de ti”, decía. A continuación, y con los novios ya secándose las lágrimas, era el turno de Elvira, que sólo podía resaltar las cualidades de su hijo:”Alberto, tu nombre significa nobleza, así eres tú, además de amigo de tus amigos y con un corazón enorme”, afirmó. Tras ellas, fue el turno de Ana, amiga íntima de ambos, y Tomás, primo de Alberto y a quien él considera un hermano. Ambos, a pesar de su miedo escénico, emocionaron con sus palabras tanto a la pareja como a los presentes. El amor que sienten sus invitados por el matrimonio era más que evidente.
UN BESO DE PELÍCULA
La emoción estaba servida, pero todavía quedaba uno de los instantes más importantes. Había llegado la hora de la verdad. Alba, la sobrina de la novia, acercó los anillos a la pareja muy metida en su papel de dama de honor. Las alianzas de oro blanco iban metidas en una cajita de cristal personalizada con las iniciales de los novios. Tras saludar a sus tíos, la pequeña de la familia volvió a su sitio de lo más contenta con la misión cumplida. A continuación, y con todos en pie, Ana y Alberto intercambiaron los anillos y Sara Moros, maestra de ceremonias, entonó las palabras clave: “Os declaro unidos en matrimonio”. Los invitados aplaudieron entusiasmados mientras la pareja sellaba su amor con un beso de película.
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UNA CEREMONIA LLENA DE AMOR
Si en algo coincidían todos los invitados era en que había sido una ceremonia
llena de emociones. Sara Moros, la encargada de oficiar el acto y que contaba con unas cuantas bodas a sus espaldas, afirmaba exactamente lo mismo. Según nos explicaba, no recordaba una boda tan entrañable. “De todas las bodas en las que he participado me atrevería a decir que esta ha sido de las más bonitas. Ha sido especialmente emotiva porque todos, novios e invitados, estaban muy entregados. Desde antes de que llegara la pareja, ya se notaba la emoción en el ambiente”, afirmaba. Y tenía toda la razón porque fueron unos minutos totalmente mágicos. Ana y Alberto desprendían amor, sus miradas y gestos cómplices nos hacían testigos de un día único en la vida de la pareja. Familiares y amigos no dejaron de aplaudir y vitorear a los novios y a todos los que participaron en la ceremonia. Sin lugar a dudas, un ambiente inmejorable para que los novios se dieran el “sí, quiero”. Un entorno inigualable. Una temperatura perfecta. Un sueño cumplido del que cerca de 150 invitados fueron testigos.
FELICES
Los recién casados no podían dejar de sonreír. Incluso en el momento de firmar los documentos oficiales nos hicieron partícipes de su buen humor y complicidad. Sus caras desprendían felicidad.
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LOS TESTIGOS
Tras el “sí, quiero” y el intercambio de anillos, tanto novios como sus testigos deberían firmar los documentos oficiales. Así que uno a uno, tanto la pareja como sus madres, que habían sido las elegidas por Ana y Alberto para este importante papel, fueron pasando por la mesa para estampar su firma y dejar, de esta manera, constancia del enlace. Elvira y Lola, muy felices, ejercieron su papel encantadas, sin dejar de sonreír para las fotos que les pedía nuestro fotógrafo. Una de rojo y otra de azul, estaban radiantes y orgullosas por sus hijos, ya que sabían que ambos estaban cumpliendo un sueño. Las dos familias son ya una y era evidente la armonía entre ambas y la complicidad entre estas dos mujeres.
Los novios fueron recibidos por sus invitados bajo una lluvia de pétalos y arroz. Los aplausos y las felicitaciones de sus seres queridos hicieron, con el permiso de Bruno Mars y su “Marry you”, de banda sonora para este instante único.
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LOS NOVIOS FUERON RECIBIDOS POR SUS INVITADOS BAJO UNA LLUVIA DE ARROZ Y PÉTALOS DE ROSA. AUNQUE LO INTENTARON, NO PUDIERON ESCAPAR DE ESTAS GOTAS DE LLUVIA TAN ESPECIALES. Los invitados esperaban impacientes con las manos llenas de arroz para recibir a la pareja. Bolsitas con este tradicional ingrediente, símbolo de la fertilidad, se encontraban en cada uno de los asientos para que nadie se quedara sin lanzárselo a los novios. Por fin, Alberto y Ana, de la mano y absolutamente felices, atravesaron el pasillo que hacían sus seres queridos pero, sin que nadie se lo esperase, cambiaron de itinerario y se desviaron hacia el lugar por el que había entrado la novia, de modo que más de uno tuvo que correr tras ellos para bañarles en arroz. Lo intentaron, pero no pudieron escapar de acabar bajo la lluvia. Tras esta simpática salida era la hora de las felicitaciones. Todos querían dar la enhorabuena a la pareja. Entre besos, abrazos y palabras de afecto, los novios no daban abasto para responder a todas las muestras de cariño de sus familiares y amigos.
UNA IMAGEN PARA EL RECUERDO Tras la ceremonia, los novios posaron acompañados de todos sus invitados para dejarse inmortalizar en una instantánea única para el recuerdo.
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UN AUTÉNTICO FLECHAZO
Un poco más relajados, Ana y Alberto nos abrieron su corazón y nos dejaron descubrir cómo había surgido su historia de amor. Fue en su lugar de trabajo, ya que ambos son profesionales de la misma empresa. En mayo de 2010, hace casi seis años, el destino quiso que sus vidas se cruzaran. Aunque en realidad su primera toma de contacto fue de manera virtual, a través de correo electrónico, parece ser que desde aquel primer e-mail surgió el amor. Poco después se conocieron en persona y nada más verse ambos tuvieron muy claro que estaban hechos el uno para el otro. Tres meses después comenzaron una relación y desde entonces no se han separado. Una historia de amor a primera vista que casi seis años después quedaba sellada con el matrimonio.
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LECHAZO
Momento en el que explicamos su historia de amor. Momento en el
“Desde que nos vimos, los dos tuvimos muy claro que estábamos hechos el uno para el otro. Fue un amor a primera vista y hubo mucha química desde el principio.”
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Alberto Ávila Morales (34) y Ana Gutiérrez Llaneza (32)
supieron desde el momento en que se vieron por primera vez que la persona que tenían delante sería la que cambiaría su vida. Su historia comenzó de manera casual pero, sin ni siquiera haberse visto en persona, había algo que les decía que acababan de conocer a alguien importante. Comenzaron intercambiando correos electrónicos, ya que Ana era la secretaria del departamento en el que se incorporaría Alberto, y tuvo que tramitarle un viaje. Poco después, se conocieron en persona y confirmaron lo que ya sabían: estaban hechos el uno para el otro. Desde que empezaron a salir no volvieron a separarse. “Nuestra historia ha ido cada vez a más, no se ha apagado con el tiempo sino todo lo contrario, desde el principio conectamos mucho y eso ha hecho que cada vez nos queramos más”, afirmaban. Cinco años después, decidieron dar el paso de casarse, y aunque la que siempre había querido hacerlo era Ana, él decidió sorprenderle pidiéndole matrimonio un lluvioso día de San Valentín. “Yo siempre me había querido casar, pero él se hacía de rogar y yo ya lo había dado por imposible. Así que cuando me lo pidió no me lo esperaba y me puse a llorar como una boba”, nos contaba Ana. Pero de imposible nada porque Alberto por fin se decidió: “Fue un día lluvioso, no tan espectacular como este, pero por fin me atreví y le pedí matrimonio y por supuesto, volvería a hacerlo una y mil veces”, afirmaba el novio. Una historia de película que gracias a un día tan impresionante comenzaba un capítulo nuevo, una nueva vida ya convertidos en marido y mujer.
“Es divertida, es guapísima, y me encanta que vayamos a pasar toda una vida juntos. Desde que la conocí supe que era el amor de mi vida y que iba a ser para mí”
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“
“Alberto me sorprende cada día. Cuando estoy triste siempre consigue animarme, siempre. Por eso me enamoré de él, aparte de que es guapísimo”
“Ana me completa y me ayuda siempre. Es un apoyo muy fuerte y para mí lo es todo”
“
“Ana de fe Me d incon me si quer día ju un dí
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MUCHA QUÍMICA Alberto y Ana están hechos el uno para el otro. Se complementan a la perfección y son muy parecidos en todos los aspectos. Desde el primer momento hubo mucha química entre ellos, por lo que en su relación todo ha fluido de manera muy natural.
a me llena elicidad. da su apoyo ndicional y iento muy rido. Cada unto a ella es ía especial”
“Alberto me aporta diversión, confianza y seguridad. Hace que me sienta muy querida y especial y siempre consigue sacarme una sonrisa, incluso en los momentos más difíciles”
LA llegada DE
ANA Y ALBERTO AL CÓCTEL LA PAREJA HIZO SU ENTRADA TRIUNFAL AL SON DE LA MÚSICA Y DE LOS APLAUSOS DE TODOS SUS INVITADOS
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Mientras el matrimonio nos hablaba sobre su historia de amor durante la sesión de fotos, a escasos metros, en la Hacienda de Faunia, se encontraban sus invitados que disfrutaban del cóctel de bienvenida que había preparado la pareja. Y es que tanto la ceremonia como la sesión de fotos y el banquete se celebrarían en el mismo lugar, lo que facilitó que los novios gozaran de la comodidad de no tener que desplazarse más y poder compartir algo de tiempo con sus seres queridos antes de que diera comienzo la cena nupcial. Lo único importante era disfrutar. Dicho cóctel se celebraba en la terraza del salón donde poco después disfrutarían de una cena excepcional. La decoración era minimalista. Algunas mesas y sillas se repartían por la terraza de modo que quien lo necesitara pudiera disfrutar del momento sentado cómodamente. Alrededor de las mesas los invitados se repartían en grupos mientras dis-
frutaban de la comida y bebida que no paraba de circular de mano de los camareros. La velada discurría entre risas y buena conversación hasta que llegaron los novios y todos sus invitados les recibieron con un cálido aplauso. Estaban deseando que la pareja llegara para poder disfrutar al fin de su compañía. Por su parte los novios tenían finalmente la ocasión de relajarse y rodearse del cariño de sus seres queridos. Todo el mundo estaba encantado con el entorno. Empezaba a caer la noche, y la luz del atardecer convertía el momento en un instante único. Bandejas de comida y bebida se paseaban entre los invitados que pudieron deleitarse con toda clase de manjares. Además, los protagonistas de la tarde fueron los teléfonos móviles. Con ellos, familiares y amigos se fotografiaron sin parar para acumular recuerdos inolvidables de un día tan especial. Comenzaba la celebración y ¡de qué manera!
Los aplausos y vĂtores de los invitados recibieron a Ana y Alberto. Familiares y amigos se morĂan de ganas por estar con ellos.
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odo el mundo quería posar con la radiante pareja y los invitados más rápidos corrieron en busca de los novios para no quedarse sin su fotografía con los protagonistas. Las sonrisas están presentes en cada una de las imágenes que tomó nuestro equipo. En parejas, en grupos, con los novios o sin ellos, nadie quiso quedarse sin las cotizadas instantáneas. Mientras posaban con ellos les dedicaron los mejores deseos y demostraron que los novios son una pareja muy querida entre sus familiares y amigos.
FAMILIARES Y AMIGOS DISFRUTARON DE UNA FIESTA INOLVIDABLE NADIE QUISO QUEDARSE SIN SU FOTO CON LOS NOVIOS
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l ambiente era inigualable y así de orgullosos presumían de felicidad todos los invitados. En grupos, los familiares y amigos posaron junto a los novios en lo que se convertiría en un recuerdo inolvidable de este día tan especial. Entre conversación, felicitaciones y buenas palabras, los recién casados fueron recorriendo el cóctel para poder disfrutar de todos y cada uno de sus seres queridos. Alberto y Ana tenían muy claro que no solo ellos eran los protagonistas, sino también todos los que habían querido acompañarles en uno de los días más importantes de su vida. “Solo esperamos que todos disfruten porque hemos preparado esto para ellos, para que estén bien y recuerden este día siempre”, afirmaban.
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ara los novios lo más importante era celebrarlo con sus seres queridos, a quienes no descuidaron ni un solo instante. Un total de ciento cuarenta personas acompañaron a la pareja. Un número considerable de invitados pero del que, según afirmaban los novios: “no sobra nadie, todos los que han venido es porque son importantes en nuestra vida y les queremos aquí”. Nadie quiso perder la oportunidad de posar junto a los recién casados y tener un bonito recuerdo de ese día.
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Amigos y familiares, casi todos llegados desde Madrid y
alrededores, quisieron arropar a los novios y disfrutar con ellos de su día. Todos lucían la mejor de sus sonrisas y sólo tenían palabras de afecto para la pareja. Nadie se quedó sin posar ante nuestros objetivos. Sobre estas líneas, Ana, muy feliz y sonriente con su sobrino, Daniel. Abajo, los dos con los padres de Alberto, para quienes la novia es ya una hija más.
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as dos iniciales de los nombres de los novios que presidían el cóctel causaron auténtica sensación. No sabemos si estaban destinadas a esta labor, pero absolutamente todos los invitados se llevaron a casa un recuerdo posando con las dos letras. No hubo ni un minuto en el que estuvieran libres, y familiares, amigos, mayores, y no tan mayores, convirtieron estas figuras en un protagonista más. ¡Menudo éxito!
el banquete
Los novios se dejaron asesorar por el equipo de cocina de la Hacienda de Faunia, que no dudó en señalar a la pareja los mejores manjares. Una elección de lo más acertada, ya que los invitados pudieron disfrutar de platos selectos en consonancia con las preferencias de los recién casados. Un menú digno de los paladares más exigentes.
48 ENTRANTE: bogavante con muselina de aguacates y polvo de olivas.
DE PRIMERO: medallones de rape con langostinos salvajes y crema de almendras.
TEMÁTICA
El logo de los novios estaba presente también en el banquete. Habían personalizado todos los detalles de la boda con sus iniciales, y por supuesto, tanto en el seating como en la cena, debían estar presentes. Mirasen donde mirasen, los invitados sabrían en todo momento que estaban en la boda de Ana y Alberto… ¡por si a algún despistado se le olvidaba!
para continuar: Sorbete de cActus.
de segundo: Solomillo de buey con foie y patatas confitadas.
UN BANQUETE Rosa, la mejor amiga de Marina y Esther, hermana de Alejandro, preparadas para mostrar su videofriend. Un gran trabajó que logró su objetivo: emocionar a los novios y, de paso, a todos los presentes.
MUY MOVIDITO
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CUMPLEAÑOS
Nada podía hacer sospechar a Alzhara que su prima Lorena tendría el detalle de preparar una tarta temática especial por coincidir su 30 cumpleaños con el día de la boda. La novia, siempre detallista, encargó una tarta de fondant que recreaba una montaña que estaba siendo escalada por una simpática rubia con cierto parecido a Alzhara. Este bonito detalle emocionó a la cumpleañera quien no pudo evitar lanzarse a los brazos de los novios.
UNA TARTA PARA LOS MÁS GOLOSOS
El salón de la Hacienda de Faunia estaba ya lleno de invitados ocupando sus asientos a la espera de que la mesa principal recibiera a sus protagonistas. Estaba decorado de manera muy elegante en tonos blancos y beige. En cada mesa, un centro con flores también blancas ponía el toque romántico. Llamaban la atención las lámparas que iluminaban la estancia por simular estar hechas de vegetación, algo muy propio de un sitio como Faunia, que nos recordaban que estábamos “en plena naturaleza”. Tras unos minutos comenzó a sonar la música y Alberto y Ana hicieron su entrada triunfal en el salón, demostrando una vez más que son la viva imagen de la diversión. Tras el brindis de rigor pusieron a bailar a todo el mundo con su alegría y sus ganas de pasarlo bien y su recorrido hasta la mesa presidencial se convirtió en toda una fiesta. Al llegar a su destino saludaron a sus padres y suegros y, al fin, podía dar comienzo el banquete. Con todos los comensales ya en su sitio, empezaron a desfilar los platos que harían las delicias de todos. La cena estaba servida y las sorpresas, a punto de desfilar.
UNA NOCHE REDONDA Durante la velada el equipo de La Exclusiva rodeรณ el salรณn mesa por mesa para captar las mejores sonrisas de los comensales.
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INVITADOS INQUIETOS Ni los novios ni sus invitados aguantaron mucho tiempo sentados en sus mesas y casi desde el comienzo de la cena el salón fue un ir y venir de gente. Las ganas de fiesta eran casi mayores que las de cenar, y si no que se lo pregunten a los amigos del novio, que no dudaron en hacer volar a Alberto por los aires al primer descuido de la novia. Ana temió seriamente por la integridad de su marido… ¡Y no nos extraña!
La pareja no quiso Una imagen mĂĄs que olvidarse de vale Arancha, mil palabras. Marina y amiga y wedding Alejandro, bailando planner gracias a la como cual todo estaba saliendo dos tortolitos o...Âżcomo ados pedir de boca. patitos? AcompaĂąada de Santi, su marido, estaba feliz por haber podido ayudar tanto a los novios.
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UNA VELADA LLENA
DE SORPRESAS El regalo de sus amigas fue uno de los más especiales
Los novios habían preparado regalos para todos sus invitados de modo que tuvieran un recuerdo para siempre de un día inolvidable. Así que nada más empezar el banquete, cuando apenas se había servido el primer plato, comenzaron las sorpresas. Los recién casados querían tener un detalle muy especial con algunos de sus amigos, en concreto, con los que estaban a punto de ser papás. Así que obsequiaron a Lara, Jesús, David y Noelia, con unos originales baberos gracias a los cuales los bebés, a su llegada al mundo, podrían presumir de haber estado en la boda del año. Pero había un futuro papá que estaba solo. Era Guille, que había tenido que acudir al enlace en solitario por una razón de peso: su chica, Gema, había salido de cuentas hacía dos días, así que estaba de los nervios esperando la llamada que le avisara en cualquier momento de que la pequeña Vera estaba a punto de llegar. Para ella, para Vera, los novios aparecieron con un precioso vestido en blanco y rojo. Todos los “papás” estaban encantados con el regalo y agradecidos a la pareja por haber tenido ese gesto tan bonito con ellos. Por su parte, Ana y Alberto estaban felices por poder alegrar a sus amigos con pequeños gestos como este: “son personas importantes para nosotros y agradecemos que hayan venido a celebrar este día con nosotros a pesar de las circunstancias”, afirmaban.
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Ana tenía otra sorpresa preparada para una de las mujeres más importantes en su vida: su hermana Sara. Le regaló un álbum de fotos con los recuerdos más emotivos en la vida de ambas. En esta página, Lara y Jesús muestran orgullosos el regalo de los novios para su futuro bebé, Darío, quien nacerá en apenas dos meses. “Conozco a Ana de la época del colegio, íbamos juntas a piano, y me hace muy feliz estar aquí tantos años después celebrando este día con ella”, afirmaba en compañía de su pareja.
Adriana había pensado en todo y, junto con los muñecos representativos de la pareja, la tarta venía acompañada por una moto en miniatura en honor a Bryan, amante de las dos ruedas. Basta con observar las figuras para ver que su posición no es la habitual, sino que simulaban viajar en en este vehículo. Adriana estaba encantada con el resultado “¿Te gusta?”, preguntaba a su marido.
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ALUVIÓN DE
FLORES
Uno de los instantes más emotivos de la jornada se
vivió durante el banquete. Fue con el segundo plato cuando las emociones afloraron de nuevo entre los invitados. Ana y Alberto querían reconocer y agradecer a sus madres todo lo que habían hecho por ellos, para lo cual les obsequiaron con un precioso ramo de flores que hizo que se emocionaran tanto ellas como el resto de invitados. Pero había algo que nadie se esperaba: había dos ramos más. Estos regalos iban destinados a las mujeres más importantes en la vida de los novios, y por ello no podían olvidarse de Araceli, amiga de la familia a quien Alberto le une un vínculo muy fuerte. “Me hace muchísima ilusión y no me lo esperaba, he llorado como una niña pequeña”, confesaba mientras
se secaba las lágrimas. Pero había un ramo más esperando encontrar a su dueña, y nadie se esperaba lo que iba a suceder. Fue toda una sorpresa porque era un regalo de Alberto para la novia. Y tenía toda la lógica del mundo porque si hablábamos de mujeres importantes para Alberto, Ana era una de ellas si no la que más. Y así se lo demostró, con este gesto tan romántico. Por último, faltaba por entregar el ramo más importante: el de la novia. Así que Ana fue directa hasta la mesa donde se encontraba Miriam y, una vez allí, se fundió en un abrazo con su amiga que estaba muy sorprendida con este gesto. “No me lo esperaba, porque me voy a casar pero va a ser algo muy íntimo. Me ha hecho mucha ilusión”, afirmaba.
Los invitados esperaban pacientemente a algo muy importante: el postre. Y desde luego que mereció la pena la espera, porque la tarta nupcial no llegó de manos de los camareros ni del “maitre”, sino que dos cocineros muy especiales salieron de la cocina empujando la bandeja que portaba la tarta. Eran nada más y nada menos que ellos, los novios, vestidos de chef y bailando sin parar… ¡Que tiemble Chicote! Como manda la tradición procedieron a cortar la tarta y se la dieron a probar el uno al otro mientras no dejaban de bailar. Aunque había que tener cuidado porque no estaban comiendo con un tenedor ni una cucharilla, sino con una espada de tamaño considerable, así que menos baile… ¡y a comer!
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TODO UN CLÁSICO: TODO UN CLÁSICO, ACTUALIZADO
TARTA NUPCIAL
El ambiente no podía ser mejor y la cena estaba casi llegando a su fin. Eran muy pocos los invitados que continuaban sin moverse del asiento y la mayoría iban de mesa en mesa. No faltaban los vítores a los novios y los bailes, y la llegada de los novios vestidos con gorro de cocinero y delantal blanco fue la gota que colmó el vaso: ahora sí que iba a ser imposible que nadie se sentara a comer, había demasiadas ganas de fiesta. Aunque eso sí, el postre fue muy tentador y la mayoría volvió a su sitio unos minutos para degustar un manjar tan exquisito. “Está riquísima”, dijo el matrimonio en su cata.
VÍDEO
SORPRESA
Cuando todos pensábamos que el banquete había terminado, nos avisaron de que quedaba la última de las sorpresas que habían preparado Ana para los invitados y para Alberto. La novia seguía demostrando originalidad en cada detalle con sus seres queridos y, en esta ocasión, la sorpresa venía en forma de vídeo. Ana había grabado a sus familiares y amigos en diferentes tesituras para después unirlo en un montaje de modo que todo cobrara sentido. Todos los presentes estaban entregados mientras se proyectaba la grabación y las risas y los aplausos se escucharon en todo momento. Después de esta demostración no nos cabe duda de que la novia se podría dedicar al cine, porque habían hecho esta sorpresa con tanto cariño que el resultado fue todo un éxito.
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Mientras el vídeo despertaba las risas de todos los presentes, Ana y Alberto se pusieron en pie para poder verlo mejor y, sin soltarse de la mano, disfrutaron comprobando lo felices que estaban sus invitados gracias a la grabación. Las muestras de cariño y los gestos de complicidad fueron una constante en esta pareja, que no desaprovechó ninguna ocasión para demostrar lo enamorados que estaban.
ORIGINALIDAD Y DULZURA Quedaban pocos minutos para que tanto los novios como sus invitados abandonaran el salón de la Hacienda de Faunia y pusieran rumbo a la pista de baile, donde disfrutarían de la barra libre. Allí, además de bebida y buena música, les esperaban más sorpresas, como un candy bar de lo más completo gracias al cual podrían reponer fuerzas cuando las horas de fiesta hicieran efecto. Este detalle tan dulce hizo las delicias de pequeños y mayores porque no hubo nadie que se quedara sin probar las golosinas y caramelos. Pero además, poniendo el toque divertido, había preparadas unas chapas de lo más original donde se podían leer frases personalizadas que despertaron las risas de todos.
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RECUERDOS MUY PRÁCTICOS
PARA TODOS
Tras la proyección del vídeo, aprovechando que todos los invitados habían vuelto a sus respectivos asientos y estaban algo más tranquilos, los novios procedieron a repartir los regalos que harían las veces de recuerdo de un día tan especial. Para ellos, Ana y Alberto pensaron en unos prácticos pen-drives con el logo de la boda. Para ellas, bálsamo labial personalizado con las iniciales de la pareja, y unas bailarinas más que cómodas gracias a las cuales podrían deshacerse de los tacones y bailar hasta el amanecer. Ahora nadie tendría ninguna excusa para disfrutar de la noche. Así que mesa por mesa los novios, y algunos amigos que ejercieron de ayudantes, fueron repartiendo los regalos gracias a los cuales todos los invitados tendrían un recuerdo más que original de una fecha tan señalada.
ANTES DE COMENZAR UNA NOCHE CALENTITA...
UN PASEO POR EL ÁRTI Los novios habían elegido el lugar más original que puede haber para celebrar el baile y la fiesta posterior al banquete. Estando en Faunia, todos podían deducir que la decoración tendría que ver con los animales, pero lo que nadie se imaginaba es que fueran a estar toda la noche…¡bailando entre pingüinos! Así es, en la zona donde habitan los pingüinos de Faunia es donde tendría lugar la barra libre. Toda una sorpresa que nadie se esperaba. Los más pequeños estaban encantados y los mayores no daban crédito a lo que estaban viendo. Uno a uno fueron posando con los simpáticos animales mientras estos, a pesar de las horas intempestivas, saltaban al agua y hacían reír a todos los que les contemplaban. Una experiencia única que dejó a todos alucinados y que difícilmente volverán a revivir. Gracias a Ana y Alberto, todos los que acudieron al enlace de la pareja podrán afirmar que han bailado en el Ártico… ¿cuánta gente puede contar algo así?
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ICO
ยกQUE COMIENCE LA FIESTA!
SECUENCIA COMPLETA:
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Con todos los invitados ensimismados por los pingüinos, Ana y Alberto hicieron su aparición en la pista de baile y la música comenzó a sonar. La pareja bailaba agarrada una balada de lo más romántica ante la atenta mirada de sus invitados. Pero a mitad de la canción la música cambió de tercio para dar lugar a una mucho más movida. Los novios habían preparado una coreografía original y divertida que despertó los aplausos de sus seres queridos. Y es que a pesar de que confesaban que no habían ensayado, clavaron los pasos de baile y demostraron tener una gran destreza como bailarines. El último paso de la coreografía consistía en sacar a bailar a sus familiares y amigos, que por supuesto, accedieron encantados. Ahora sí… ¡que empiece la fiesta!
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Las ganas de fiesta eran evidentes y nadie se quedó sin salir a la pista de baile. Mayores y pequeños se movían sin parar al ritmo de las canciones más actuales. Y entre canción y canción, familiares y amigos fueron pasando uno a uno por el photocall que habían colocado los amigos de Ana junto a la pista. Los invitados posaron encantados ante las cámaras ataviados con sus mejores galas, ya que había todo tipo de pelucas, gafas y complementos. Un broche de oro para un día inolvidable. Un 4 de junio de 2016 que, sin lugar a dudas, todos recordarán siempre.
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