Revista sergio y ana 1611 by laexclusiva

TRAS 19 AÑOS de relación, LA PAREJA decidió dar el paso definitivo hacia el “sí, quiero” acompañada por sus dos hijos, hugo y mario, que VIVIERON CON MUCHA ILUSIÓN EL acontecimiento. EL MATRIMONIO TRANSMITIÓ A TODOS SU FELICIDAD EN UNA BODA LLENA DE RISAS Y MOMENTOS INOLVIDABLES.

EMOTIVA Y DIVERTIDA

BODA de

MADRID, 15JULIO2017

SERGIO y ANA

PREPÁRATE para

descubrir

algo NUEVO

LAEXCLUSIVADELABODA.ES

SUMARIO

EXCLUSIVA

Especial SERGIO y ANA

SERGIO

15 julio 2017

nos sorprendió por su tranquilidad en su puesta de largo.

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COMPLEMENTOS

originales, de la cabeza a los pies.

JUNTOS:

Ana, su madre, su tía Esther y sus hijos.

UNA BODA AL AIRE LIBRE,

en el jardín del Hotel Eurostars Monte Real.

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FELICIDAD

en sacos de arroz.

UN CÓCTEL

de lo más animado.

EL BANQUETE,

con sorpresas entre plato y plato.

¡AZÚCAR!

Para que no decayera la fiesta, los novios habían preparado un rincón muy especial.

LA GRAN ESTRELLA

La novia cumplió con su deseo de casarse de rojo.

EL MEJOR RECUERDO

un posado grupal con todos los invitados

LA EXCLUSIVA DE LA BODA marca registrada por Imagen and Media Comunicacion SL. © Copyright Leyenda | Todos los derechos reservados DEPOSITO LEGAL: CO 773-2017. Email: quiero@laexclusivadelaboda.es Edición impresa en Madrid 2017. Prohibida su venta y distribución.

EN ORCASITAS, EL BARRIO QUE LO VIO CRECER

Eran las 16.00 horas y, como no queríamos perdernos ningún momento de este día tan especial, nos desplazamos hasta el madrileño barrio de Orcasitas, a la calle Tolosa 24. Allí se encontraba el domicilio familiar del novio, el lugar que Sergio había elegido para su puesta de largo. Un cielo azul eléctrico, totalmente raso, y los 34º de temperatura anunciaban una tarde de sábado que iba a ser radiante en todos los sentidos.

Tranquilo y muy feliz Nada más entrar a la casa de Sergio pudimos ver ese ambiente de ilusión y nerviosismo propio de una boda. Sergio no estaba solo, le acompañaban su madre Juana, su hermano José y su hermana Raquel, con sus hijas, y sobrinas del novio, Nadia, Lidia y Mirella, ultimaban detalles sin dejar de mirar el reloj. Para nuestra sorpresa era Sergio quien más tranquilo estaba, ¡o al menos eso parecía! No dejaba de contar anécdotas, contagiando de tranquilidad a todos con la seguridad y buen humor que le caracterizan. “Los nervios van por dentro”, nos aseguraba el novio, muy feliz por lo que suponía este día: casarse, por fin, con Ana, la mujer de su vida. ¡Tan tranquilo estaba el protagonista que hasta ayudó a su hermano con el nudo de su corbata! “Yo no estoy acostumbrado a estas cosas ni a vestirme como un pingüino”, nos contaba Jose. Pero como alguien tenía que ayudar al novio con los complementos fue José quien, a pesar de no estar demasiado ducho en esta materia, asumió el papel encantado echándole una mano con los gemelos, el chaleco y en todo aquello que podía. Mientras, sus sobrinas -Nadia, Mirella, Lidia -esperaban a que su tío terminara de vestirse y lo contemplaban con orgullo. Sólo tenían buenas palabras para él. “Es un muy buen tío, muy alegre y simpático. Lo queremos mucho”, nos contaban.

“A la tercera va la vencida” Desde que Ana y Sergio se conocieron han intentado casarse hasta en dos ocasiones que no pudieron llevarse a cabo por diferentes motivos. Este 15 de julio de 2017 parecía que al fin se iba a hacer realidad el deseo de ambos. “Estoy ya listo papeles. Ya no me escapo ni me quiero escapar tampoco”, nos decía entre risas. “No creo que esta boda vaya a cambiar nada entre nosotros. Somos y estamos muy felices pero había que formalizar algo que consideramos que es necesario. Por otro lado nos hace mucha ilusión compartir este día con nuestros hijos y con todos aquellos que forman parte de nuestra vida”, continuaba. Ya listo para partir hasta Monte Real, Sergio nos habló también de su prometida. Tenía claro que era la mujer de su vida, una persona que le complementa, que le aporta lo que necesitaba en cualquier situación y, sobre todo, que pone mucho cariño en las cosas que hace, “con mucha energía y vida”. Además nos había confesado que esperaba sorprenderla en el altar con un anillo de diamantes que la novia no esperaba. Y esto sólo era el principio de un día que iba a estar repleto de sorpresas...

UN NOVIO CON IDEAS CLARAS “Yo quería casarme como se suele decir de pingüino y fuimos a una pri-

mera tienda que está en Juan Bravo, que se llama Guzmán y al entrar me fijé en el traje que estaba en un maniquí. Aunque me enseñaron cinco más, yo sabía que éste era el que me gustaba. Creo que más o menos me apaña así que no me lo pensé dos veces”, nos decía Sergio en torno a su elección. El novio había elegido un traje de chaqué de color azul, con chaleco y tirantes grises que combinarían con la camisa blanca. La corbata y gemelos rojos le otorgarían viveza al conjunto y empactarían perfectamente con el color del vestido de su prometida -aunque él aún lo desconocía-. Para el calzado, había optado por unos zapatos clásicos negros a los que sumó unos originales calcetines azul marino con lunares de distintos colores, fiel reflejo de su personalidad joven y alegre. Su regalo de pedida, un reloj suizo“TAG Heuer”, completaba su outfit.

CON SU PADRE EN EL CORAZÓN Y EN EL BOLSILLO

Además de los tradicionales complementos, Sergio llevaría consigo un detalle muy especial cargado de significado: una foto de su padre, Juan Ortiz Miguel que este 2017 cumpliría 75 años. El novio lo lleva siempre en su corazón y hoy, además, en su bolsillo con su imagen. “En este día me vienen muchos recuerdos de aquellos que ya no tengo junto a mí como es el caso de mi padre”, declaraba emocionado.

CON LOS SUYOS

Una vez preparados y antes de salir hacia el hotel, el novio y su familia, no quisieron perder la oportunidad de fotografiarse para dejar constancia de aquel instante único. Así de felices posaban Sergio y su madre, Juana, junto a sus hermanos mayores, José y Raquel, que no podían evitar emocionarse por la boda de su hermano. Cuando hablamos con José, no pudo contener las lágrimas mientras nos confesaba que le deseaba todo lo mejor a su hermano. Raquel, por su parte, nos dijo que esta boda era muy especial y que le hacía especial ilusión ya que era el último de los tres hermanos en casarse. Justo antes de salir, el novio recibió un paquete de parte de la novia. Eran unas galletas en forma de corazón con un mensaje: “La novia me conoce bien. Yo creo que pone aquí Gracias por ser parte de mi amor, pero exactamente no sé, voy a tener que abrir la caja pero si la abro me las como”, declaraba con una gran carcajada compartirda con los suyos. Sin duda, la novia había acertado con el detalle porque Sergio nos reconoció abiertamente que le encantan los dulces. Además de ser un goloso es un bromista. De esta forma le mandaba una dedicatoria a sus amigos, escrita en la parte de atrás de su ropa interior....

UN APOYO INCONDICIONAL

Sergio estaba exultante. Toda su familia lo acompañó hasta el último segundo antes de salir del domicilio familiar. como podemos apreciar en la imagen sobre estas lineas. De izquierda a derecha - su madre, Juana; su sobrinas Lidi

SIEMPRE JUNTOS

El novio y su familia se mostraban muy unidos. Para Sergio era muy importante tener un recuerdo de un día tan importante con todos. Nos pidió fotografiarse con el recuerdo que más le gustaba, una fotografía donde aparecía con sus padres por los que siente verdadera pasión. “Me encanta esta foto”, nos decía sin dejar de mirarla.

Esperaron y ayudaron a Sergio hasta que estuviera listo para después posar en una foto de familia todos juntos ia, Mirella y Nadia; su cuñado Uge con su hermana Raquel y su hermano José.

EN BUSCA DE LA NOVIA

A las 18.00 horas nos trasladamos hasta donde se estaba preparando la novia. Había elegido el domicilio de la calle Ordicia, donde actualmente vive la pareja con sus dos hijos; Hugo, de 6 años y Mario, de 4. Allí nos la encontramos rodeada de su estilista, la peluquera y su madre, Viky. Ana, se mostraba muy relajada mientras la maquillaban y peinaban. Habían sido seis meses de preparativos, y hoy era un día para disfrutar, para saborear minuto a minuto. Mientras, Hugo y Mario correteaban nerviosos y se asomaban para ver lo guapa que estaban dejando a su madre. Para entretenerlos se abrió una cesta repleta de golosinas.

UN LOOK CON MUCHA ENERGÍA

Ana había elegido un look con el que se sentía cómoda y se identificaba. Algo sencillo pero a la vez muy diferente y lleno de vida, como ella. Para el peinado había optado por un original moño alto muy sesentero, regalo de sus amigas Ana y Pili. “Ahora van todas con peinados muy parecidos y yo tenía que ser distinta”, nos decía entre risas cuando le confesábamos que nos recordaba a Ava Gardner. Mientras se preparaba, Ana se había enfundado un precioso batín cruzado de seda blanco. La novia estaba quedando guapísima y en la habitación, peluquera y estilista, iban alternándose para terminar de dejarla espectacular. Un pequeño ventilador ayudaba a enfriar el ambiente. El calor comenzaba a hacer acto de presencia. Su padre y sus hijos contemplaban la escena con gran interés dejándose fotografiar por nuestras cámaras con una enorme sonrisa.

ORIGINAL DE LA CABEZA A LOS PIES

Aunque el vestido seguía siendo una incógnita, en el dormitorio de Ana y Sergio ya estaban preparados todos los complementos que la novia iba a llevar en su gran día. Destacaban unos pendientes de brillantes y una pulsera plateada de Swarovski. Allí también estaban la liga - plisada y con vuelo -y el fajín, rojo. A Ana le encanta este color fuego, algo que pudimos comprobar a lo largo de la jornada. Y para el ramo no iba a ser menos. La novia había optado por un buquet de rosas rojas, un presente de su tía Esther - quien también le acompañaba en sus preparativos y que nos confesó estar algo nerviosa por su inminente intervención en la ceremonia. También llevaba un anillo de rubí que perteneció a su abuela Anastasia, un homenaje en su memoria. Por último, para sus pies, luciría unas sandalias de tacón alto de la firma Membur y en color plata, a juego con las joyas.

La novia iba a cumplir algo que siempre habĂa deseado: casarse de rojo.

LA GRAN SORPRESA

Ana lo había guardado en sumo secreto hasta entonces, pero ahora ya lo podía decir y mostrar: iba a casarse vestida de rojo, algo que, según nos confesó, había soñado desde siempre y que no dudó en hacer realidad. Ni su futuro marido, Sergio, ni los invitados, ni sus hijos, sabían nada. Por eso, iba a sorprenderlos a todos apareciendo en la ceremonia con este imponente vestido rojo de JovanI, una firma neoyorkina, regalo de sus padres. Desde que lo vio en la tienda, le fascinó y supo que quería casarse con él puesto. “He tardado un montón de años en casarme pero al final va a ser la boda de mis sueños”, nos contaba. Su tía Esther y su madre, colaboraron activamente en su puesta de largo. Hugo y Mario estaban completamente entregados a su madre. “Están con muchas ganas, contando los días. Han estado incluso más nerviosos que nosotros en esta cuenta atrás”, nos decía Ana.

No se podía imaginar cómo estaría Sergio al llegar al altar, pero tenía muchas ganas de verlo, a él y a todos los invitados que venían desde fuera para presenciar la celebración. Para ella era muy importante. Así de alegre se mostraba cumpliendo su sueño de casarse de rojo, instantes previos a abandonar el domicilio donde continuará viviendo junto a Sergio y sus hijos.

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CON SUS HIJOS

Además de la peluquera, su estilista y alguna ayuda más, a Ana le acompañaba su madre Viky, su padre, Felipe, su tía y su prima Esther y los más importantes, sus hijos Hugo y Mario. Ellos fueron los encargados de ponerle el broche final que, entre risas, besos y algún que otro piropo a su madre, colaboraron en la colocación del último complemento que le faltaba: los zapatos. Sobre las 19:20h todos juntos salieron de casa de la novia, apresurándose para llegar a tiempo a la ceremonia, en el Hotel Eurostars Monte Real.

San Juan de los PANETES, UNA BODA AL AIRE LIBRE TESTIGO MUDO DEL ENLACE

Un poco antes de las 20.00 horas, en los jardines del Hotel Eurostars Monte Real, ya se dejaban ver los primeros invitados. Al llegar nos encontramos con un set ceremonial de estilo americano en un ambiente mágico y distendido muy acorde con el carácter de los novios. La temperatura era de los más agradable y los novios no se habían olvidado de ningún detalle para esta celebración al aire libre con el color rojo como denominador común.

La iglesia elegida por la pareja para la ceremonia es, sin duda, un lugar emblemático de la capital aragonesa situado muy cerca de estaba la plaza del de Pilar. El set nupcial repleto sillas blancas. Al fondo destacabaEn una gran pérgola floral la imagen de la como escenario de la ceremonia con varios ramos de rosas que lo dederecha, la torre coraban. En el centro, un camino de pétalos de rosas conducía hasta el altar. Y para que todos se sintieran octogonal queda cómodos, los novios habían preparado abanicos y reflejada sobre uno sombrillas para combatir el calor, cubretacones-indisdeellas-, los ventanales pensables para y pañuelos para esas lágrimas de emoción irremediables. iban llegando los de cristal Según que se invitados iban tomando asiento en el jardín y espepueden raban, mirando hacia laencontrar puerta, a que en cualquier momento aparecieran los novios. en la calle Salduba.

Las dos damas de honor, las dos Cristinas, amigas Ăntimas de Ana, esperaban a que llegara la novia para acompaĂąarla hasta el altar junto al resto de cortejo nupcial. Su estilismo, un vestido semi-palabra de honor y transparencias, habĂa sido elegido con mucho cariĂąo por Ana. Ambas estaban muy orgullosas y agradecidas porque su amiga hubiera delegado en ellas ese papel tan relevante.

¡YA VIENE LA NOVIA!

A pesar de las prisas de última hora, la novia llegó a las puertas del hotel justo a tiempo. Montada en un elegante Mercedes blanco que contrastaba con su vestido rojo, Ana dio, con una amplia sonrisa, los pasos necesarios para llegar hasta Sergio. Eso sí, antes lo hizo su cortejo nupcial formado por los pequeños Hugo y Mario, que le abrieron camino con un bonito mensaje sobre una pizarra en forma de corazón. Los niños lucían un conjunto muy veraniego de dos piezas: camisa blanca de rayas rojas y pantalón blanco de A Gatas con menorquinas rojas, de Pisamonas. Ana llegó hasta el altar cogida del brazo de su padre, Felipe. Detrás iban las dos damas de honor, las dos Cristinas, amigas íntimas de la novia.

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Tal y como manda la tradición, el primero en aparecer fue el novio, Sergio, que, agarrado del brazo de su madre Juana, recorrió el camino de pétalos hasta su lugar correspondiente. La banda sonora de su entrada fue “Amor eterno”, de Il Divo. Una vez situado, aguardó expectante la llegada de la gran protagonista.

NINGUNO PUDO EVITAR EMOCIONARSE Cuando la novia llegó al altar y se encontró con su futuro marido, se saludaron con dos efusivos besos. Sergio la miraba muy emocionado y le ayudó a colocarse el vestido. Ninguno de ellos pudo contener las lágrimas de emoción. Estaban radiantes, y el vestido rojo de Ana había sido una auténtica sorpresa para todos, incluido el novio que no paró de piropearla a su llegada.Todo estaba a punto. Y por fin, a las 20:15 horas dio comienzo la ceremonia.

SENTIMIENTOS A FLOR DE PIEL

La ceremonia estuvo llena de emociones, palabras bonitas, y lágrimas pero también de anécdotas, viejas historias y muchas risas. El maestro de ceremonia fue Javier Acedo, concejal y amigo de la infancia de Ana que, desde el inicio, condujo la celebración con cercanía y naturalidad. También intervinieron amigos y familiares que fueron tomaron el micrófono para compartir con los novios el amor que los une.

Lágrimas de emoción

y muchas risas

Javier Acedo fue el encargado de conducir la celebración. Su discurso, en su papel como maestro de ceremonias, arrancó con buenos deseos hacia la pareja, los hijos de ésta y un recuerdo indirecto pero explícito al padre de Sergio, muy presente en este día. Tras la bienvenida, le tocó el turno a Esther, tía de Ana que, cumpliendo con sus temores, intervino algo nerviosa con la voz entrecortada por la emoción. Cuando Acedo leyó las obligaciones los cónyuges, tomó la palabra Miguel del Río, un buen amigo de Sergio. Su discurso fue desde la amistad, desde la vida de dos amigos que habían vivido siempre muy unidos aunque a veces estuvieran lejos geográficamente. Cristina Yegros cogió el testigo. Ella ejercía de dama de honor. Es como una hermana para la novia, una persona clave en la vida de la pareja, tanto, que los novios se adaptaron a su calendario para fechar la boda. Por último, Daniel Hernández, amigo de Sergio y pieza clave en su historia de amor. Él estaba presente cuando Sergio conoció a Ana en una noche de fiesta. En tono de humor narró el primer encuentro. Sin duda un discurso de lo más divertido.

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PALABRAS LLENAS DE AMOR

Antes de prometerse amor eterno, los novios quisieron dedicarse unas palabras. Sergio rompió el hielo contando a todos como nació su historia, desde que se conocieron hasta que tuvo claro que quería pasar el resto de su vida con Ana y que se convirtiera en la madre de sus hijos. Fue un discurso fresco, sincero y con golpes de humor, pero también muy emotivo. Ana con las lágrimas en los ojos tenía preparado el suyo en papel “para que no se le olvidara nada”. Muy agradecida, confesó ante sus invitados que Sergio le hacía sentir muy especial y querida, junto a sus hijos, Hugo y Mario, y que era el mejor padre y compañero de vida que podía tener.

La sinceridad y el tono espontáneo de los discursos, junto con el clima agradable, hicieron que los invitados disfrutaran de la ceremonia, sobre todo Hugo y Mario, quienes no se perdían un detalle desde las primeras filas.

LAS ALIANZAS El encargado de portarlas era José Hoyos, primo

de la novia, de 24 años. Ana le prometió cuando tenía 6 años que, cuando se casara, él llevaría los anillos. 18 años después ha sido él quien se lo ha recordado a ella y está totalmente emocionado con su cometido. Sergio sorprendió a Ana con un espectacular anillo de brillantes. Pudimos apreciar su cara de sorpresa. El novio lució su anillo oro Blanco de Eleka Navarro.

SERGIO Y ANA

MARID O Y M U J E R Después, Sergio y Ana realizaron el ritual de la arena

con Hugo y Mario. Los cuatro mezclaron arena en un mismo recipiente en señal de unión eterna. Y tras los votos, donde ambos manifestaron su compromiso de permanecer siempre unidos junto a sus hijos, el intercambio de los anillos y las arras. Entonces, Javier Acedo pronunció las palabras mágicas, y fue enton-

ces cuando Ana y Sergio se fundieron en un beso. Y es que, tras 19 años conociéndose, otros muchos viviendo juntos y dos hijos en común, por fin, eran oficialmente marido y mujer. De este modo, tras el discurso final de Javier Acedo, deseándole felicidad, todos se pusieron en pie para aplaudirles y gritar al unísono “¡Viva los novios!

ARRAS

Fueron sus hijos, Hugo y Mario, los encargados de llevarlas. Eran monedas de 25 pesetas guardadas con mimo durante muchos años por la madre de la novia. El final de la ceremonia fue festejado por los novios y por sus invitados que los ovacionaron sin reparo.

TESTIGOS DEL “PARA SIEMPRE” Para ponerle el punto y final a la ceremonia sólo quedaba que los novios y los testigos firmaran el acta. Para ello, Ana y Sergio habían convocado a algunos amigos de toda la vida y otros más recientes, pero todos igual de queridos por la pareja. Los encargados serían: Guadalupe Cita, María José Cita, Carmen Quintela, José Miguel Herráez, Jose Luis Pradeiro y Arturo Pinto. Como amigos que son, todos ellos se mostraban muy halagados y orgullosos de que la pareja les hubiera otorgado tal responsabilidad. Así, entre risas y las enhorabuenas más tempranas, se fueron sucedieron una a una las firmas de todos ellos, hasta que les tocó el turno a nuestros protagonistas, que estamparon su rúbrica también con ilusión, incluso posaron cual celebrities para inmortalizar el momento. Mientras culminaba el protocolo, el resto de asistentes iba abandonando el set ceremonial formando pequeños grupos de amigos y familiares en la zona contigua donde tendría lugar el cóctel. Acababa de terminar la ceremonia y el ambiente ya era totalmente de celebración.

SACOS DE FELICIDAD

Todos, pequeños y grandes, lanzaron arroz a los novios augurándoles prosperidad en esta nueva etapa. Tanta era la felicidad que les deseaban que el arroz llegó en sacos y si no, que se lo digan al novio que desapareció ante la nube de arroz.

los novios dieron sus primeros pasos como marido y mujer ante la alegría de todos los suyos que no cesaron en muestras de cariño

Y, por supuesto, ¡aquí nadie se iba a librar del arroz! Una lluvia de arroz y pétalos de rosa cayó sobre los novios, como símbolo de prosperidad y de buenos deseos. Después, Sergio y Ana aprovecharon para saludar a todos los amigos y familiares y recibir los abrazos y felicitaciones por esta nueva etapa que acababan de comenzar en sus vidas. Así de sonrientes y felices pudimos ver a los novios, ya más tranquilos, tras la ceremonia, aguardando su salida. En su recorrido los protagonistas saludaron a los allí congregados que no cesaron en dedicarles innumerables muestras de cariño.

UNIDOS POR EL DESTINO, DOS VECES.

Nuestros protagonistas se conocieron en una noche de fiesta hace ya 19 años. Sergio le dio el número a Ana, que le encantó desde el principio. A Ana también le gustó Sergio, pero nunca lo llamó por vergüenza. Lo que ninguno sabí, es que cuando se volvieran a encontrar, un año después, en el mismo sitio, iban a pasar juntos el resto de sus vidas. Este 15 de julio de 2017, con sus dos hijos como testigos, acababan de convertirse en marido y mujer. Sin duda, era un día para enmarcar y no olvidar jamás.

LA MEJOR CASUALIDAD

“Ana derrocha vida y me complementa en todo”

PARA EL RECUERDO

Aunque Ana y Sergio llevaban viviendo juntos más de una década, para ellos este día suponía algo muy importante. Y es que, aunque se iban a seguir queriendo como siempre, hoy eran más conscientes que nunca de que se tenían el uno al otro, y de que, ambos, contaban con el mejor compañero de vida que podían haber elegido, la mitad que les complementa al cien por cien. Una alegría manifiesta que se dejaba ver en todas y cada una de sus fotos.

Ana Madroñero Fabian (42) y Sergio Ortiz Collado (40), Ella, de Barcelona y auxiliar de enfermería. Él, madrileño y empresario. Si algo de peculiar

tiene esta boda es que pudieron vivirla los hijos de la pareja, Hugo y Mario que disfrutaron más que nadie del evento y es que, según nos contaban sus padres eran los más peques quienes estaban viviendo la boda con más ilusión, llegando incluso a contar los días que quedaban para la boda. Así de contentos posaban junto a sus padres, tras haber participado activamente en la ceremonia y convertirse junto a los novios en los protagonistas de la jornada.A Sergio y Ana, su presencia en el enlace lo hacía aún más especial. Se sentían verdaderos privilegiados por este hecho.Para celebrarlo, habían decidido irse, el 26 de agosto, a disfrutar de un crucero Disney junto a los peques. ¡Casi nada!

PEDIDA DE MANO

El novio le ha pedido la mano a Ana hasta en tres ocasiones. La primera fue hace siete años en la cena de Nochebuena -día del cumpleaños de la novia- que se no se esperaba nada. No pudieron casarse porque “nos quedamos embarazados”. La segunda, en 2015, en Disneyland Paris, delante del castillo de la Bella Durmiente. Además de sus hijos estaban Mickey y Minnie como testigos. El anillo tenía la cara de Mickey, “todo era ideal pero por circunstancias tampoco lo pudimos llevar a cabo”, nos cuentan. En enero de este 2017 llegó la tercera, y esta sí que fue la vencida. Sergio le entregó un anillo de oro blanco con 12 brillantes y una princesa de Marca Luz. La novia por su parte le hizo entrega de un reloj Tag-Heuer Gran Carrera, Edición Limitada.

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“Sergio es un chico cariñoso, divertido, con mucho humor, gracioso y rarete en algunos aspectos. Me aporta cariño, estabilidad y tranquilidad.” “Ana es una persona con buen fondo, muy buena madre, buena cocinera, algo irritante, bastante manirrota y muy entregada a su familia. Nos cuida mucho a los tres”

“

â&#x20AC;&#x153;La ceremonia ha salido como nos la habĂamos imaginado, incluso mejorâ&#x20AC;?

RISAS Y UN AMBIENTE ÚNICO TRAS EL “SÍ, QUIERO”

UN CÓCTEL MUY ANIMADO EN LOS JARDINES DEL HOTEL EUROSTARS MONTE REAL

Después de la ceremonia, en el mismo jardín donde se había celebrado la unión matrimonial, dio comienzo el cóctel. Los invitados iban juntándose en grupos y enseguida empezó un desfile de bandejas con manjares que no dejó indiferente a nadie. Después de la ceremonia todos disfrutaban al aire libre sobre césped del hotel. El lugar era perfecto tanto para pequeños, que correteaban libres, como para grandes, que reían y degustaban los suculentos aperitivos mientras compartían recuerdos con los novios. Nosotros aprovechamos para hablar con alguno de los asistentes. Javier Acedo, el amigo de Ana que los casó, nos confesó haberlo dado todo en la ceremonia y les auguró a los novios un futuro muy prometedor. Tam-

bién hablamos con Juana, la madre de Sergio, quien estaba muy contenta de ver a su hijo pleno y de ya no“tener que planchar sus camisas”. Viqui, la madre de Ana, estaba radiante y no quiso perder la oportunidad de dedicar, ante nuestros micrófonos, unas palabras de amor para los protagonistas. Otro grupo con el que hablamos fue el de las antiguas compañeras de trabajo de Ana ¡con las que se cambiaba los turnos para ver a Sergio hace casi 20 años! Por eso se sentían una parte importante de la historia de amor. Sus amigos del viaje a Egipto, llegados desde Galicia, también se mostraban muy ilusionados de poder estar en el enlace. “Son unas personas maravillosas”, nos decían.

Los invitados disfrutaban del cรณctel y de la buena temperatura en el exterior del hotel.

Que no sólo era un

día muy feliz para Sergio y Ana y que lo era para mucha más gente, estaba claro. Y es que sólo hay que ver las fotos que los novios se dejaron hacer con familiares y amigos durante el cóctel para darse cuenta que este enlace, era una fantástica noticia y una gran alegría para todos los seres queridos que les acompañaban.

EL DÍA ACOMPAÑÓ Y TODOS DISFRUTARON DE UNA celebración INOLVIDABLE los novios QUISIERON FOTOGRAFIARSE CON TODOS SUS INVITADOS Después de la ceremonia y tras el cóctel, el ambiente era más distendido y festivo. Además, la temperatura era perfecta para disfrutar de la velada al aire libre. El lugar elegido para la celebración era perfecto. Por eso, antes de entrar al banquete, los novios quisieron hacerse una foto general con todos los invitados. Así de elegantes y contentos posaban grandes y pequeños. Después de todas las instantáneas que se habían hecho, Sergio y Ana, que posaban en el centro con sus dos pequeños, Hugo y Mario, se habían convertido en unos profesionales de los objetivos derrochando alegría y naturalidad ante las cámaras.

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¡PATATA!

EL aperitivo dio para mucho. Hubo tiempo para anécdotas, risas, saludos, enhorabuenas, abrazos... Incluso para inmortalizar el día con el original photocall que Ana y Sergio habían preparado. Se trataban de sus iniciales, a tamaño gigante, que tuvieron mucho éxito entre los invitados llegados desde Madrid, Barcelona, Benidorm, Galicia, Asturias, Fuenlabrada de Los Montes (Badajoz), Valladolid, Vitoria y Palma de Mallorca. Todos querían fotografiarse con ellas de recuerdo. ¡Y si podía ser juntos a nuestros protagonistas, mejor! Por eso, los novios no pararon durante todo el cóctel de posar y hacerse fotos disfrutando como niños.

EL BANQUETE

Sobre las 22.00 horas, los invitados fueron pasando al salón para disfrutar de la cena. Las mesas estaban decoradas, como no podía ser de otra manera, con un centro de rosas rojas. En cada puesto de comensal, además de una bonita etiqueta con el menú, encontramos caretas de cartón con la caricatura de Ana y Sergio, una sorpresa que les habían preparado los amigos de Sergio. Además había una tarjeta con unas palabras de agradecimiento a los invitados, ilustradas con un original dibujo relaizado por Mario.

50 46 DE PRIMERO: Salmorejo cordobés con taquitos de ibérico.

ENTRE PLATOS: MERLUZA DE PINCHO CON PISTO AL PIL PIL TRADICIONAL.

UN SITTING PERSONALIZADO

Para que los invitados conocieran la disposición de las mesas, Ana y Sergio habían preparado personalmente, unos marcos con el nombre de los invitados y la mesa asignada, que habían adornado con una foto suya en forma de corazón.

DE SEGUNDO: JARRETES DE TERNERA LECHAL LACADO CON PATATAS LIONESAS.

postreS: SURTIDO DE TARTAS Y HELADO DE MANGO.

UN BRINDIS MULTITUDINARIO Rosa, la mejor amiga de Marina y Esther, hermana de Alejandro, preparadas para mostrar su videofriend. Un gran trabajó que logró su objetivo: emocionar a los novios y, de paso, a todos los presentes.

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CUMPLEAÑOS

Nada podía hacer sospechar a Alzhara que su prima Lorena tendría el detalle de preparar una tarta temática especial por coincidir su 30 cumpleaños con el día de la boda. La novia, siempre detallista, encargó una tarta de fondant que recreaba una montaña que estaba siendo escalada por una simpática rubia con cierto parecido a Alzhara. Este bonito detalle emocionó a la cumpleañera quien no pudo evitar lanzarse a los brazos de los novios.

UNA TARTA PARA LOS MÁS GOLOSOS

Cuando los 130 invitados ocuparon sus asientos aparecieron los novios

unidos de la mano al ritmo de “The show must go on”, de Queen. Justo en el estribillo de este tema mítico que la pareja adora, alzaron sus copas de champán para brindar con todos los asistentes que los recibieron entre aplausos y con las caretas de cartón con la caricatura de sus rostros. Fue, sin duda, uno de los momentos más divertidos y emocionantes del banquete que sólo acababa de comenzar. Ana y Sergio, superada la sorpresa, se dejaron fotografiar con ellos y aprovecharon para brindar con cada mesa de manera personalizada. Al término de la canción, el matrimonio ocupó su asiento en la mesa presidencial desde donde no dejaron de recibir muestras de cariños de los suyos.

SOPRANO Y TENOR

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UNA SORPRESA DE NOTA

Apenas había comenzado la cena, cuando de repente, un tenor y una soprano, aparecieron en el banquete para sorpresa de todos. Fue un instante mágico captado por todos los móviles de los presentes. Pero estos cantantes se atrevieron con todo. Pasaron del lírico a los grandes clásicos de la zarzuela española, arrancando un aplauso detrás de otro. La cena se enfriaba, pero eso daba igual. Muchos se levantaron animados de sus mesas para atreverse con un vals. Tras interpretar varios temas, los dos artistas se dirigieron a la mesa presidencial donde estaban los novios con los padrinos. Tras felicitar a nuestros protagonistas, tenor y soprano cedieron sus micros a Sergio y Ana. Llegaba otra de la grandes sorpresas de la velada.

María y Victor Los entregaron Unacantantes imagenmuchísimo vale más que disfrutaron un ramo de flores a sus milun palabras. Marina y dos de momento madres, Viqui y Juana, que Alejandro, bailando como entrañable. Los no pudieron contener las pequeñines hicieron lágrimas de emoción. dos tortolitos o...¿como entrega de multitud de dos patitos? regalos personalizados para la pareja.

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UN BONITO DETALLE

A SUS MADRES los NOVIOS APROVECHARON EL

PARÉNTESIS MUSICAL PARA AGRADECER A SUS MADRES SU DEDICACIÓN Y CARIÑO

Los novios habían querido darle una sorpresa a sus madres para demostrarle lo agradecidos que estaban por todo lo que habían hecho a lo largo de su vida por ellos. Comenzó a sonar el tema de Tamara, “Gracias” cuando Ana y Sergio le entregaron un precioso ramo de gladiolos blancos a cada una de ellas. Después el matrimonio cogió el micro para dirigirse con unas bonitas palabras a sus respectivas madres. Sergio le dijo a Juana que era la persona más importante de su vida y que la adoraba como madre, que gracias a ella se había convertido en lo que era hoy. Por su parte, Ana dejó claro a su madre, que un día como hoy, ella también era la protagonista y que para ella, era la mejor madre y la más guapa. También le dio las gracias a sus padres por su apoyo en momentos tan importantes como el de hoy, o como el nacimiento de sus hijos. Juana y Viky solo tenían palabras de agradecimiento

y estaban muy emocionadas con la sorpresa. Aprovechamos para hablar con ellas. Viky nos dijo que había sido una sorpresa preciosa, y nos habló de que Ana era la hija más emotiva de todas, aunque a las tres las quería muchísimo. Juana, madre de Sergio, nos comentó que era una sorpresa que no se esperaba, ¡aunque sus hijos no dejaban de darle sorpresas y que estaba muy agradecida de tener un hijo como Sergio. Después, el cuñado del novio, Uge, nos quitó el micro y empezó a entrevistarlas él mismo. Y, tenemos que decir que, para nuestro asombro, ¡se le daba bastante bien! Después de la entrega de flores, el banquete prosiguió su curso con platos deliciosos que todos elogiaron. Pero las sorpresas no acabarian aquí. Casi nadie se iba a librar: hermanos, amigos, e incluso ¡nuestros protagonistas! La noche sólo acababa de comenzar.

EL RINCÓN DE LOS MÁS PEQUEÑOS

Y como nuestros novios no se olvidaron de ningún detalle, los más pequeños también tuvieron su sorpresa. Una mesa llena de juegos, manualidades, rotuladores para dejar volar su creatividad. Tampoco nos quisimos perder sus trabajos, y hemos de decir, que había muchos originales y muy creativos. Padres de la boda, ¡atentos! ¡Más de alguno tenéis a un artista en casa!

UN RECUERDO DULCE

Para que nadie se olvidara de este dĂa, Ana repartiĂł a todos los invitados un tarro de miel, cosecha de primavera, de las colmenas de su pueblo. Decorado de una manera artesanal, con una tapa de tela, del color que tanto le gustaba a Ana y una bonita etiqueta con los nombres de los dos.

LOS PRÓXIMOS...

Llegó el momento de entregar el ramo y la novia se paseó por las mesas manteniendo la intriga hasta el final para dárselo a la elegida. ¡Aunque la sucesora ya estaba más que decidida! Sería su hermana pequeña Sara a quien le hizo mucha ilusión, y no pudo evitar alguna sonrisilla irónica al “captar la directa”, como ella misma nos contaba. Ella, por su parte, pensaba sorprender a su hermana Ana con una tarta deliciosa, y de repente, ¡se vio en el papel de sorprendida!

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UNA TARTA NUPCIAL ÚNICA

La tarta de esta boda podemos asegurar que ¡era

única y exclusiva! Y es que Sara, la hermana de la novia, la había preparado con mucho cariño especialmente para la ocasión. Haciendo honor a su profesión, la había traído desde Barcelona y consiguió con este detallazo que todos se chuparan los dedos en la boda de su hermana mayor. La tarta además de deliciosa, estaba repleta de detalles: de cuatro alturas, con gran cantidad de corazones rojos y en su base, unos pequeños y simpáticos muñecos que representaban a Ana y Sergio, con sus dos hijos - Hugo y Mario que contemplaron la escena conmovidos por las bengalas y la estampa de amor de su padres.

LOS AMIGOS SON LOS AMIGOS

y en esta boda, como casi en todas, se hicieron de notar. En este banquete, las sorpresas eran el acompañante de todos los platos. ¡Y el postre, no iba a ser menos...! De repente, los amigos de Sergio aparecieron con una barca, homenaje a una vieja anécdota que todos recuerdan con mucho cariño y que quisieron tener presente en la boda de Sergio, el protagonista de la misma que colaboró encantado. El novio tuvo que remar contra viento y marea para escaparse de ellos. Quien no se escapó de sus amigas fue Ana, a la que todas juntas rodearon para cortarle la liga, ¡en lo alto de la mesa! Nos regalaron una imagen preciosa llena de elegancia.

BAILE NUPCIAL MIX

De repente, las luces se apagaron y comenzó a sonar un vals. Los novios, en el centro de la pista, inauguraron el baile. Tras éste, una bachata sirvió de comienzo para el popurrí que Sergio y Ana habían preparado. Después una salsa y un hip hop. Con mucho, pero que mucho ritmo, los novios defendieron cada tema con gran estilo y una compenetración envidiable. ¡En algo tenía que notarse que se conocieron bailando! Incluso se atrevieron con el clásico “Soy una taza” junto a Hugo y Mario ¡Con el “Y.M.C.A” el baile quedó más que inaugurado para todos!

SECUENCIA COMPLETA:

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Los novios defendieron con mucho ritmo y una compenetraciĂłn absoluta todos los temas del popurrĂ que habĂan elegido para la apertura de la barra libre.

“¡AZÚUUCAR!”

El baile siguió hasta altas horas de la noche. Ana y Sergio lo habían previsto y para que no desvanecieran las fuerzas, habían preparado un Candy Bar, con apetecibles gominolas y bombones. ¡También habilitaron un photocall y fotomatón que dio mucho juego.

Y así fue como nosotros les dejamos ¡divirtiéndose! Sabemos que un día como aquel nunca se iba a olvidar. Por si acaso, todos los invitados posaron con sus caras más divertidas el photocall para quedarse con un simpático recuerdo. Si hay alguien a los que jamás se les fuera a olvidar el día, era a Hugo y Mario, que no pararon de reír, correr, saltar, bailar y participar en todo durante el día. Y es que esta boda, más que de dos, fue de cuatro. ¡Enhorabuena por transmitir tanto y hacer que todo el mundo se lo pasara así de bien!¡Hasta siempre! ¡Sois increíbles!

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