Monolito XIII (agosto)

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Contenido: Obra en portada: Bouquet arte fractal (digital) por Gabriel Atés “Arka”. “El por qué volver para continuar dándose. O los motivos de un poeta locamente cuerdo” por Mario Islasáinz.

Homenaje al escritor Ricardo Garibay por Minerva Garibay y Ángel Gaona (introducción por Guillermina Cuevas). Reseña literaria “Discurso crítico y femineidad, en la lupa de los Placeres solitarios” por Cristina Arreola Márquez. Relatos: Valentina Marealta, Reyna Hernández Haro, Iván Landazuri, Jeannette Cabrera Molinelli, Dante Vázquez. Minificciones: Lilian Elphick, Norberto Luis Romero, E.J. Nieves

Poetas incluidos en esta edición: Miguel Córdova Colomé, David Soules, Ildegardo Flores Peña, Camila Charry Noriega, Mercedes Alvarado, Jonay Castro Casañas, Xavier de las Casas, Eduardo Segura García, Esther Ebenezer Gil Hernández, doN gellveR, Ricardo Esquer. Obra plástica por Gabriel Atés “Arka” y Díaz de Pedro. Serie fotográfica “El otro cielo” por Lucía Lascano. Astorieta por Sergio Astorga. Entrevista con el escritor mexicano José Luis Zárate y el editor y poeta mexicano Andrés Cisneros de la Cruz.


Editorial

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Con esta decimotercer edición, y después de la gran cantidad de colaboraciones que nos llegaron para este número, el Monolito está seguro que se le han sumado años de vida, y en ello, mayor crecimiento. La revista nació con una idea clara: juntar escritores jóvenes y de trayectoria, con variedad de estilos tanto en la plástica, en la poesía así como en la narrativa, con la finalidad de lograr una conjunción artística que lograra llegar y tocar al lector. Con la cantidad de visitas y lecturas que lleva el Monolito (más de 300mil) creemos que hemos conseguido llegar a una buena cantidad de lectores; y esto nos ayuda para seguir subiendo peldaños, pues la responsabilidad con ustedes es mayor. Por esta razón el Monolito comenzará a presentar reportajes culturales originales (a partir del próximo número), con el objetivo de mostrar las diversas expresiones artísticas -que a nuestro juicio sean de interés general- que se estén presentando en México.

Gracias por seguir apoyando con sus lecturas y visitas al Monolito. No olvides invitar a tus amigos de Facebook a que le den “Me gusta” a nuestra página.

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El por qué volver para continuar dándose. O los motivos de un poeta locamente cuerdo. Porque no hay locura más hermosa que darse.

Por Mario Islasáinz Orizaba, Ver, a 05 de agosto de 2014.

Hace tres años me detuve como idiota pensando que el jardín estaba tan enfermo que, de plano, no había razón para seguir, pero de pronto un rayo de jóvenes insertó en mí la necesidad que de cierto, reconozco, jamás abandoné, pero que pareciera; hoy soy el responsable de pedir donaciones para el colectivo “Conejo Clandestino”, por lo que y aprovechando este espacio que me brinda la Revista Monolito me atrevo a estas palabras dirigidas a quien corresponda: De pronto me sentí apenado al momento de escribir estas líneas, pues no sé pedir, pero al notar las carencias culturales que se padecen en esta entidad, me es imposible dejar brotar lo que ocurre y desconozco cómo hallarle el remedio, luego de 34 años de dar y darme para con todos los interesados en realizar sus sueños dentro de las Bellas Artes ya fuese un verso, un libro, un consejo o simplemente una lección acerca de cómo lograrlo; de pronto, y por cuestiones de la vida, terminó por resultarme imposible el continuar, de ahí que me lance hacia el corazón enorme de quien lea esto y que de darse el milagro, hará más grande lo que ya es nuestra tierra veracruzana. Por lo que me arranco sin mayor preámbulo y, porque consciente de las necesidades que Orizaba y la región padecen en materia de crecimiento, conocimiento intelectual, educación en las diversas opciones del Arte, creatividad y enriquecimiento de múltiples lenguajes mediante los cuales expresarse, solicito con el corazón en la mano, donaciones de libros, revistas de Literatura, Pintura, Historia y Arte en general, pues ya he dado un total aproximado de 10,000 ejemplares de mi propiedad reunidos durante los últimos años, para que tanto niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad, tengan libre acceso a ellos de manera gratuita; es decir, sin todos esos trámites engorrosos que normalmente se les solicitan y que en vez de motivarlos los ahuyentan de estas herramientas tan necesarias para su crecimiento como seres humanos, tan vital y más que necesario en estos


tiempos que transcurren, y en donde además se les ofrezcan de manera honesta y profesional opciones no existentes de: talleres de lectura, redacción, análisis de textos, obras y creación literaria especializada y no 5como se acostumbra, al simple capricho de dar sin saber qué es lo que se les ofrece y por personas que desconocen realmente su función, por lo cual terminan disfuncionando los que creen haber aprendido algo que no les servirá para nada, simplemente porque utilizando una metáfora de un servidor, se les cae la barda por no saber que necesitan de una mezcla para que amarre y perdure en pie el muro de lo aprendido. Asimismo, y con el afán incontenible que me afecta desde hace ya unos buenos años, a que el piso de este colectivo principalmente funcione como un espacio independiente de proyectos culturales realizables; es decir, desde un cortometraje animado o con personajes, una exposición gráfica, presentaciones de libros, ediciones de libros, coediciones, en fin, todo aquello que les permita a los interesados realizar realizándose y con la firme intención de promover los resultados a nivel nacional y hasta donde sea posible internacionalmente. Por mi parte me comprometo por entero (anexo un breve currículum vitae, todo comprobable), a brindarme totalmente en pos de lo que menciono para lo que será necesario además de libros, 2, o de ser posible 3 equipos de cómputo completos con sus escritorios y sillones, donación en efectivo para 1 línea telefónica con internet, 4 o 6 libreros rústicos, así como 6 mesas y 24 sillas, además de una sala para que la lectura sea amena (como en casa), del material señalado y una pantalla para proyectar películas, con la firme idea de que lo que me atrevo a solicitarle será de enorme utilidad para todas las personas que acudan a dicho espacio. Sé, que el inicio tal vez parezca difícil de lograr por lo económico, estoy harto experimentado en estos menesteres, ténganlo por seguro, pero lo que busco y pretendo es algo digno, que no lujoso, y sé también, es más, estoy seguro que de lograrse gracias a su benevolencia, visión y ganas de dar para mejorar el futuro de muchos, los resultados serán palpables en la historia por venir de nuestra querida tierra, ya que exagerando, las necesidades bien podrán ser cubiertas en su totalidad por sus corazones incluyéndolo todo. Sólo pido me dé usted la oportunidad de continuar sirviendo a todos aquellos que lo sabemos, desconocen cómo convertir un sueño en realidad, situaciones que con su apoyo serán enteramente posibles y palpables, no me cabe la menor duda. Agradecido de antemano, quedo de ustedes en espera de respuesta, su amigo y servidor: Datos del poeta Mario Islasáinz (6/dic/1959) Córdoba, Veracruz, México. Radica en Orizaba, Veracruz. México. Lic. en Psicología, en Letras y en Filosofía. Maestría en Literatura Hispánica. Publica desde 1981 para diversas revistas, Diarios y suplementos culturales nacionales como extranjeros. En 1987 obtuvo el premio de Literatura y Lingüística por la Universidad Autónoma de Puebla. Coordina talleres de creación literaria desde 1990.


Dirigió la revista literaria “Pasto Verde” de 1993 a 2003, obteniendo premios nacionales por el CONACULTA 6 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ en 1996 y en 1998.

Ha editado más de novecientas plaquettes y libros de escritores mexicanos y extranjeros en diversas colecciones de su editorial independiente “Letras de Pasto Verde” desde 1991 a la fecha. Tiene, a la fecha, publicados 22 libros, 20 poemarios, una novela y un libro de cuentos. Está considerado en más de medio centenar de antologías en el País como en el extranjero. Su obra poética ha sido traducida al náhuatl, inglés, francés e italiano. Promotor y difusor cultural independiente desde 1989 hasta la actualidad. Hoy es el coordinador de talleres de creación literaria del colectivo “Conejo clandestino”, en Orizaba, Ver.; encargado del área de donaciones para dicho colectivo. Tel. casa: 01272 72 4 58 58 Cel: 272 134 72 40 Correo electrónico: islasainz@yahoo.com Perfil en Facebook: https://www.facebook.com/islasainz?ref=ts&fref=ts Página del autor en Facebook: https://www.facebook.com/marioislasainz14


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Homenaje a Ricardo Garibay*

En el Archivo Histórico del Municipio de Colima, entre otras actividades culturales que programa el Dr. José Negrete, se realizó un homenaje al escritor Ricardo Garibay el 20 de junio del año en curso. Desde los más íntimos espacios y en el ámbito familiar, Minerva Garibay, hija del autor, nos regala un texto intenso de sorprendente equilibrio entre la emoción y la racionalidad. Entre otros premios, el escritor recibió también el Premio Internacional de Narrativa “Colima”, con su novela “Taib” y de su personalidad se ha dicho y escrito y publicado que era de fuerte carácter, y muchos términos duros se han utilizado para clasificar su obra pero, en mi opinión muy personal, quien logró la síntesis fue Emmanuel Carballo que conceptualizando a Ricardo Garibay como un hombre de “personalidad férrea, aguerrida y sonora, llena de sarcasmo, ironía y de una visión crítica ante su entorno”.

Guillermina Cuevas

*Ricardo Garibay (Tulancingo, Hidalgo, 18 de enero de 1923 - Cuernavaca, Morelos, 3 de mayo de 1999) fue un escritor y periodista mexicano. Estudió la licenciatura en derecho en la UNAM, donde además fue profesor de literatura. Jefe de prensa de la SEP. Fue conductor del programa de televisión Calidoscopio: temas de Garibay en Canal 13, Imevisión (México). Fue presidente del Colegio de Ciencias y Artes de Hidalgo, en Pachuca. Colaboró en Revista de la Universidad de México, Proceso (de la que fue cofundador), Novedades y Excelsior. Fue becario del Centro Mexicano de Escritores de 1952 a 1953, e ingresó al Sistema Nacional de Creadores Artísticos de México (SNCA) como creador emérito en 1994. Nota: en esta edición también se incluye el texto de Ángel Gaona.


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Me limitaré a hablar de Ricardo Garibay como padre

Por Minerva Garibay

Creo que es ocioso intentar decir algo que un escritor no haya dicho ya de sí mismo en sus textos. Porque todo él o ella, está ahí. Leyendo los cuentos de Chéjov, podemos imaginar al médico de aldea viajero, observador, culto, irónico, amante lúcido de su pobre Madre Rusia, su compasión, su sufrimiento. Los calificativos que definieron a mi padre desde niño, fueron: temperamental, desmesurado, compulsivo, apasionado, exagerado. Así escribía y así vivía. En su vida personal y familiar, estos caracteres, contrarios a la prudencia y la mesura, implicaron intensidad en todo lo que hacía, decía y sentía. Fue mi madre quien, con su carácter apacible y bondadoso, equilibró la balanza y aplacó el estruendo, cuando él perdía los estribos. Nos insistía en recuperar un lenguaje culto, para comunicarnos en lo cotidiano. Él lo hacía de manera natural. Por ejemplo: No se dice “voltéate”, porque el otro tendría que pararse de cabeza, se dice “vuélvete”. No se dice “tirar”, sino “derramar” el agua. No se dice “gelatina” sino “jaletina”, no “tápate”, sino “cúbrete”, no “aviéntame el sueter”, sino “arrójame”. Nosotros, sus 5 hijos, tuvimos que re-aprender, con el tiempo y por nuestra cuenta, a hablar como todos los demás, porque sonábamos pedantes o fuera de lugar. En nuestra primera infancia, ya metidos en la cama antes de dormir, nos leía poemas de García Lorca, Machado, Juan Ramón Jiménez, etc. y leía dándole toda la intención a los poemas, concentrada toda su atención en ello. Eso hizo fascinantes a los poetas y a mi papá. Le gustaba leer en voz alta, y nos decía que era necesario hacerlo. Sobre todo la poesía. Decía que si uno lee en voz alta, la mente se abre y la lengua se desamarra, se aligera, se habla y se piensa mejor. Le gustaba la infancia, como tema literario y en su experiencia como padre. Sentía que la fantasía era algo absolutamente indispensable para darle interés y color a la vida. Luchaba por comunicar a los amigos o parientes esa capacidad de jugar, de fantasear, que, decía, todos tenemos y muchos olvidan. Recuerdo un 5 de enero en la


tarde, cuando entró corriendo a la casa, diciendo entre jadeos, que los tres reyes magos ya estaban cerca, que los 9 cascos del caballo de Gaspar los habían oído los radares, ya muy cerca de nuestra casa. Cada seis de enero los

juguetes llegaban con una carta escrita y firmada por cada uno de los Reyes Magos. El ratón que dejaba dulces a cambio de un diente caído, dejaba también una cartita con su firma. En la carretera hacia Acapulco, cuando nos íbamos acercando al final del viaje, nos decía probáramos nuestros labios, y si nos sabían a sal, era que estábamos ya muy cerca del mar. Una vez, llegó de un viaje que hizo en avión, y entre las cosas que nos contó, dijo que por la ventanilla del avión había visto pasar un ángel. Se esforzó por alargar nuestra infancia. Eso nos aportó una ingenuidad, no siempre benéfica. Cuando los de nuestra generación comenzaron a comprender las formulas y laberintos de la vida adulta, de la vida real, nosotros seguíamos navegando en un idílico reino de ficción. Repetía muchas veces para sí mismo, una palabra o una frase que había recogido en la calle o en algún libro. Saboreaba cada palabra. Se podía escuchar el placer que sentía al pronunciarlas. Decía que hubiera querido ser músico. Se ponía a cantar trozos de arias de ópera. Era muy afinado y con una voz de tenor bien impostada. Contaba que un día después de haber hecho mucho ejercicio, se bañó con agua helada y ahí perdió la voz. Nunca supimos cuánto de esto creerle, porque sabíamos que cualquier experiencia la condimentaba, la aderezaba, la colmaba de fantasía, de imaginación. Los que no lo conocían, abrían la boca maravillados cuando les contaba alguna anécdota que había vivido, mientras nosotros, sus hijos, nos mirábamos, cubriendo con silencio discreto su desmesura. Desde nuestra adolescencia nos puso a los escritores clásicos en las manos: Balzac, Dostoievski, Maugham, Jorge Issac, etc. Cualquier cosa que no fuera leer o escribir lo exasperaba. Cuando lograba conseguir algún trabajo eventual, porque de la escritura no vivía, renunciaba muy pronto, si no es que lo corrían antes. Por eso es que vivimos algunos períodos de pobreza extrema, en los que mi abuela paterna nos llevaba la comida que no había en casa. Hubo otros períodos de bonanza, cuando escribía para el cine. Era cuando podíamos ir de vacaciones. Lo llamativo de esto es que hubiera dinero o no, hubiera trabajo o no, lo vi escribiendo y leyendo todos los días de su vida, sin importar las circunstancias. Pero cualquier dinero que ganara, se lo daba íntegro a mi madre y él era feliz quedándose con lo necesario para ir a Sanborns cada tanto, a tomar café con algún amigo, y para comprar libros, a los que consideraba de primera necesidad, tan importantes como la comida, “porque los libros”, decía, “son el alimento del espíritu”. En todas las casas donde vivimos, que fueron muchas, había un cuarto de servicio, y lo primero que hacía era instalar ahí un escritorio y libreros, que aumentaron con el tiempo. El cuchitril más pobre, lo convertía en un oasis que se antojaba. Olía a libros. Vivimos a un padre que trabajaba en casa. Pedía silencio. No fue fácil ni para él, ni para nosotros, porque los juegos de cinco niños son ruidosos. Nos tocó a nosotros aprender a jugar en silencio, porque para él, nada, absolutamente nada era más importante, que el libro que estaba escribiendo.


Había mucho de infantil en él, de niño caprichoso e impredecible. Los adultos lo miraban con extrañeza, a veces ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ con 10 desconfianza, pero a los ojos de un niño, eso no es un defecto, al contrario, porque se le ocurrían cosas que

hacían reír o que rompían la rutina, como de pronto preguntar quién quiere ir a subir a las montañas de arena que había en un terreno baldío, o llegar con un burro a la casa como mascota, o con un búho o un perro San Bernardo. Cuando había algún ratón en la casa, inmediatamente lo bautizaba: Segismundo o Babieca. Junto a eso, era un hombre apasionado por la literatura, el mar, el vino tinto, la música, la conversación, el box, la pintura, las mujeres. Sentía amor por los indígenas, odio por los hombre que maltratan a las mujeres, indignación ante los políticos perversos, compasión hacia los animales. Quizás todos compartimos estos amores y odios, solo que él era ruidoso, vehemente, atravesado por una expresividad desbordante. Sus expresiones de dolor o de indignación eran como ver en vivo a personajes de Tragedia griega, sus manifestaciones de alegría eran igualmente llamativas, con exclamaciones y mucho ruido. Cuando alguna mujer le confiaba sus deseos de liberación, ya no la soltaba. Le hablaba con insistencia y énfasis acerca de sus cualidades y sus derechos. Lo decía convencido. Leyó a Simone de Beauvoir con mucho entusiasmo: ¡al fin, una mujer y escritora, se atrevía a hablar, a proponer, a vivir de manera diferente! Sin embargo, cuando se trataba de su familia, le costaba conciliar su inteligencia lúcida, con su conservadurismo y sus prejuicios y era consciente de la contradicción. Él tendría ahora 88 años, es decir, que le tocó vivir una época y un hogar rígido, patriarcal, religioso, tradicional, autoritario, y eso lo sufrió a fondo. Lo traía pegado a la piel y vivió atormentado por eso, y por eso mismo necesitó de un psicoanálisis por muchísimos años, para curar heridas que no sólo a él, sino a nosotros, su familia, nos lastimaron. Muchas veces sintió una culpa muy dolorosa, después de imponernos eso mismo que él rechazaba tanto. No había nada que viviera con indiferencia. No hacía “como si le interesara”, parecía no haber aprendido una diplomacia elemental, ésa que nos hace sociables a todos. Era anti-social en ese sentido. Para él, se trataba de convencer. No de opinar. Sentía que era su deber, su misión, hacer que los otros sintieran el placer que él estaba sintiendo con esa música, o ese poema, o ese atardecer, o que sintieran su misma indignación hacia tal o cual político o tal o cual injusticia. En la política y específicamente en los conflictos del 68, esa enjundia le aportó prestigio y lectores en las páginas de Excélsior y la revista Proceso. Pero esa manera de ser, también le valió muchos enemigos dentro del gremio literario. Era insobornable. Un día, tocó a la puerta de nuestra casa, un hombre que hablaba inglés, pidiendo ver a Ricardo Garibay. Era muy alto, de traje oscuro y con un portafolio en la mano. Una hora después salió de la biblioteca y mi papá nos dijo a qué había ido: a cambio de muchos billetes de dólares que llevaba en ese portafolio, él solamente tenía que escribir un artículo, a favor de la Unión Soviética como sistema político. El hombre se llevó sus dólares porque él se negó a escribir lo que le pedían. Unos días después, la Unión Soviética entró con sus tanques militares a Checoeslovaquia.


También por aquellas fechas, Emilio Azcárraga, Director de Televisa lo mandó llamar y le dio un cheque en 11 blanco para que él pusiera la cantidad que quisiera, a cambio de un programa de televisión a la semana, donde él

hablara de lo que quisiera. De ahí salió sin el cheque y jamás regresó a Televisa. Durante los últimos años de su vida, se sentaba en la terraza de su casa, en Cuernavaca, frente a un ciruelo centenario, plantado en el extremo del jardín. Lo miró durante meses, muchas horas por las tardes. Lo amaba. Dos semanas después de morir mi padre, el árbol se inclinó hacia la tierra y se quebró desde la raíz. Me es imposible no pensar en la tristeza del árbol. A la distancia, su recuerdo se me aparece como una especie de Don Quijote, indignado, vociferando, queriendo convencer a quien no quiere ser convencido de nada, reclamando, soñando con un país de lectores, de escritores, de buen gobierno y de todos amando a su lengua. Tan conmovedor y entrañable como ese personaje caricaturesco y enloquecido, sólo que en este caso, fue él mismo su propio personaje, echando mano de su oficio como escritor para cuestionar, y poner en evidencia a la sociedad de su tiempo. En los días de agonía y muerte de mi abuelo, mi padre cerró la boca y solamente escribió, encerrado en su biblioteca día y noche. En su ausencia, mi madre y nosotros, sus hijos, no nos atrevimos a romper ese silencio pesado, grave. En la casa se vivía un duelo parecido al de los viernes santos, en la época en la que él fue un creyente enardecido, y las 3 de la tarde, cuando Jesús moría en la cruz, mi papá elevaba los ojos al cielo moviendo los labios en silencio, en una especie de arrebato místico. Mi padre necesitaba poner en palabras escritas, todo lo que vivía, como única manera de darle sentido a la vida. Leía y escribía a diario, muchas horas, sin embargo, durante muchos años no publicó nada y vivía (vivimos) su impotencia, su frustración. Solo había publicado Mazamitla y El Coronel, dos libros pequeños de sus años de juventud. Los otros 50 libros, más artículos periodísticos, conferencias, programas de televisión y radio tendrían que esperar lo inesperado: meses después de la muerte de Ricardo Garibay Zendejas (mi abuelo), Ricardo Garibay Ortega (mi padre), comenzó a publicar, hasta el fin de sus días.


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Garibay y el cine* Por Ángel Gaona

Al igual que Bukowski, Garibay primero coqueteó con el cine y luego se burló de él. Dice Guillermo Vega Zaragoza: Nunca, nadie, en la historia de la literatura mexicana, escribió tanto y tan bien como él, y nunca una obra fue tan ninguneada por la cultura oficial, los suplementos y los estudios académicos como la suya. A la poética de Ricardo Garibay, -es decir a su visión particular del mundo-, se le ha denominado: “realismo iracundo”. De la vastedad de las aportaciones de Garibay al medio cinematográfico mexicano e internacional, habrá que mencionar los guiones que escribió o adaptó, para varias películas: La sonrisa de la virgen, dirigida por Roberto Rodríguez en 1957 con las actuaciones de María Gracia, Prudencia Griffel y Jorge Martínez de Hoyos. Un año después, se filman tres películas con argumento de Ricardo Garibay: ¡Viva Villa! y La Cucaracha bajo la dirección de Ismael Rodríguez, posteriormente se filmó La vida de Agustín Lara dirigida por Alejandro Galindo. En el 59 Ladrón que roba a ladrón del director Jaime Salvador. En el 60 El siete copas, dirigida por Roberto Gavaldón. Al año siguiente: Los hermanos del hierro –que después se convertiría en su novela Par de reyes-, y la adaptación de Garibay a la novela La mayordomía, que en el cine se llamó: Ánimas Trujano. Ambas dirigidas por Ismael Rodríguez. No fue sino hasta veinte años después, en 1998 que se filma El milusos que dirige Roberto G.Rivera. Siendo ésta la más rentable y taquillera de las películas en las que participó Garibay. La lista anterior no puede estar completa sin mencionar: La casa que arde de noche, estrenada en 1985. A pesar de estar basada en una gran novela, la película en manos de un director como René Cardona Jr. Resultó un auténtico desastre. De su paso por el cine, cuenta Leñero lo siguiente: Unas veces desde su casa, otras en las mismas locaciones, apresuradamente, Garibay tenía que tachonear el original y dar vuelo a su gran oficio de constructor de diálogos verdaderos. Lo transformó, lo enriqueció todo, -según cuenta Paco Ignacio Taibo-, pero tuvo que sortear los prejuicios de las estrellas y de las autoridades gubernamentales contra las palabras altisonantes. Cuando Garibay escribía “tetas”, María Félix repelaba: “Diga usted senos. No me gustan las palabras feas”. Cuando Garibay escribía: “Vaya y trague mierda”, María Félix gritaba que ella nunca iba a decir “mierda” desde una pantalla. Dolores del Río, por su parte, se negó a decir “puta”. Lo que dijo ante la cámara, fue “cuatro letras”. Además Jorge Ferretis, Director General de Cinematografía, se resistió a tolerar que un personaje


exclamara: “¡Tiene poca madre!”. Eran palabrotas y en el cine mexicano están prohibidas las palabrotas. Garibay 13 terminó convenciéndolo de que no, de que eso era, simplemente, “frescura del lenguaje”. Cuenta Garibay. Llegué

a tener detrás de mí, asomados por arriba de mis hombros, a la misma María Félix, a Pedro Armendáriz y al Indio Fernández. Iban aprobando y desaprobando parlamento por parlamento, según me salían de la pluma. Ismael me había dicho, blandiendo el guion: Desde aquí hasta acá no les gusta, toda la secuencia entre el coronel Zeta y Valentín Razo, que no, que parecen putos. Y María, que no filma la secuencia de la entrega, que es pura pornografía. Escúpase orita los cambios mientras iluminan el set. -¡Leñe, son más de quince páginas de diálogos! -Para usted es pan comido. No sea güevón. Y les avisaba a las estrellas: -Ya está haciendo los cambios Garibay. En 1978 publica La glorias del gran Púas en editorial Grijalbo, dando inicio a una batalla por los derechos de autor y las regalías entre el escritor y el personaje retratado en el libro. Sin la participación de Garibay, en el 82 se filma la cinta de título homónimo con Rubén Olivares en el papel protagónico y Roberto G. Rivera en la dirección. En esta película, el autor total es interpretado por otro “autor total”, Manuel “El Güero” Castro en la que quizá sea una de las pocas actuaciones rescatables y respetables, del que fuera, -sin dudarlo-, el más conspicuo director del cine de ficheras. Un “alarde garibayesco” llamó Vicente Leñero a la larga conversación, sin grabadora, que sostuvo con Rubén Olivares, y señala que más que periodismo se trata de una “novela non-fiction”. La singular bio-pic es salvada musicalmente por Pepe Arévalo y sus Mulatos. “Era yo vivaz y cobarde y vivía cercado de pesadillas”, decía Garibay de sí mismo al recordar su infancia. Al hablar de su incansable búsqueda literaria y existencial rememoraba su admiración a la cólera de Vasconcelos, que fue sin duda su propia cólera contagiada, el ariete de una descomunal soberbia sin escrúpulos decía, convertida en humildad de santo ante la página en blanco y ante la creación literaria: objeto único de mi pasión. Garibay cultivó ese don de charlista excepcional hasta su muerte: en conferencias que cobraba siempre, aunque fuera a preparatorianos pobres, en sus talleres literarios a mujeres arrobadas, en sus pláticas por televisión pausando cada frase, en sus comilonas con los amigos –mucho vino- donde Garibay terminaba convertido siempre en el hombre del micrófono, en el narrador de hazañas mentirosas pero todas verosímiles. De su incursión en la poesía Garibay expresó: Cuando comenzaba Proceso publiqué varios poemas. Gentes me aplaudieron y yo me sentía bien, hasta que fui a dar a Rubén Bonifaz, que me dijo: “Hay que trabajar esos poemas maestro. Al carajo con la inspiración”. Me entró una conciencia de inferioridad muy pesada, y una vez más dejé los versos…

*Texto leído en el Archivo Histórico del Municipio de Colima, en el Homenaje a Ricardo Garibay realizado el 26 de Junio del 2014.


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Discurso crítico y femineidad, en la lupa de los Placeres solitarios Escritura: Los silencios. [Mario Bellatin1]

Por Cristina Arreola Márquez

El libro Placeres solitarios de Mar Pérez es un compendio de relatos en los que se puede ver retratada la condición actual de la mujer bajo la concepción de un ojo crítico y demandante. Publicado tras haber resultado ganador del concurso de Cuento “Refugio Barragán de Toscano” en el 2013, nos encontramos frente a un libro que si bien puede ser devorado en una sola tarde “solitaria” por su corta extensión, su componente narrativo exige el detenimiento y análisis en cada uno de los seis textos que se nos presentan, pues aunque todos responden a una misma necesidad y se conjuntan por un eje medular, que es examinar la imagen femenina en la sociedad actual en la que la lucha por la equidad de género parece haber encontrado ventaja en algunos de los aspectos cotidianos; estos textos nos develan que existe a su vez esa contraparte que nos recuerda la necesidad de continuar con esa batalla social, la realidad de un triunfo no obtenido.

Si el título Placeres solitarios puede hacer referencia a situaciones de melancolía o incluso de erotismo, en este caso el sentido verdadero del título encuentra relevancia hasta que llegamos al último punto del libro, ya que lejos de encontrarnos con un discurso oscuro, la voz narrativa que predomina en estos relatos mantiene una 1

De la novela El hombre dinero (2013).


claridad incesante y, en algunos momentos, hasta podemos hablar de una necesidad de transmisión de enseñanzas, 16 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ elemento muy común en la tradición oral. Por ello es que a los placeres que Mar Pérez concede el carácter de

solitarios van desde la labor de la escritura, el proceso de creación e inspiración, hasta la lectura e incluso en un plano extradiegético, la situación en que nos encierran las tecnologías actuales y los medios de comunicación que han evolucionado al correo electrónico y el Facebook. Desde el índice, los títulos incluidos ya nos advierten la referencia femenina, como nos lo demuestra “La equis”, “Oh Diosita” y “Modelo setenta”, textos en que además de ofrecernos la narración desde una voz femenina, expone actantes en este mismo género en distintas etapas de la vida. El primero de los relatos que compone el libro, “Oh Diosita” denota una caracterización superior a la feminidad, con el Diosita en mayúscula inicial, lo cual representaría un golpe a la cultura religiosa occidental. No debe ser gratuito el hecho de abrir el compendio de relatos con uno que en sus pocas líneas refleje ya el sentido total, con la clave al final del mismo: “Sonríes, y yo también, ya nos vamos entendiendo: mis designios son inescrutables y el milagro, el único que te he dado, acaba de ocurrir ahora” (2014, p. 15). ¿Cuál es ese milagro? La fortuna de haber perdido la electricidad y todos los aparatos eléctricos debido al corto circuito, no se ve develado; sin embargo, será conforme avancen las siguientes páginas que se vislumbra lo que comento líneas arriba, acerca del placer de la lectura y la escritura, que una vez fundida la televisión se pueden retomar.

Uno de los textos que mejor

representan el entorno en que se

desarrolla la acción es “Pérdida total”;

un relato que no se ajusta a los

estándares canónicos en su estructura,

pues el tratamiento del tema así lo

exige al retratar el proceso creativo

entre escritor-editor, sin la voz de un

narrador específico, los diálogos van

dibujando la historia alrededor de

Malvina Gutiérrez, quien mantiene

correspondencia con su hermana, su

editor y la casa editorial que ya le

exige su nueva producción; pero todo

esto se desarrolla mediante correos

electrónicos y mensajes personales y

públicos

Facebook

en

las

redes

sociales

y

Twitter:

“Malvina

Gutiérrez escribió en el muro de

Patricio Murguía: Inbox” (p. 26). Esta

escritora se enfrenta a la decisión de

vivir sola y no con un marido que la

mantenga, como hace su cuñado con

su hermana Magaly, quien además de

todo la llama “cotorra”. La situación

se vuelve cada vez más insoportable

luego del aparente suicidio de su editor y la falta de comunicación con su hermana y el resto de sus contactos. Quizá en “La Equis”, “Mi lectura” y “Modelo setenta” sea donde encontremos más claramente el trabajo crítico ante los roles tradicionales de la mujer, e incluso aquellos que ante la modernidad han venido a modelar los intereses femeninos. Claro ejemplo de ello lo vemos en “Modelo setenta”, un relato que busca hacer una


analepsis de la historia de cierta mujer de la vida pública dedicada al modelaje, que bien podría encajar en muchos 17 nombres conocidos en la actualidad. Destacando el acceso a los estupefacientes, las cirugías, los trastornos

alimenticios, el aborto, entre otros elementos que se vuelven clave en este tipo de personajes, el ritmo de este relato va acorde al paso de los hechos; con tal velocidad se llega a la perdición y muerte que no hacen falta los signos de puntuación para relatarlos, estrategia bien empleada por la autora en este texto que viene a cerrar la circularidad del libro que inició con el milagro de hacer desaparecer la televisión y concluye con una mujer que encontró su perdición frente cámaras y reflectores. Mar Pérez, escritora radicada en Zapotlán el Grande, Jalisco, además de poner en la mesa la condición del género femenino, uno de los factores más estudiado en la actualidad, nos ofrece los Placeres solitarios que muchos compartimos, por lo que hacen de éste, su primer libro publicado, uno más de los que compongan nuestra selección personal.

Pérez, M. (2014). Placeres solitarios. México: Amate editorial


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Cazador de olvido Por Valentina Marealta

Diez años después o antes, ¿acaso importa?, del falso regreso de Alicia, TweedleDum se volvió cazador del tiempo. «Cuando se está maldito, no se tiene nada que perder» se dijo. La venganza por los relojes detenidos en el País de las Maravillas se la cobró a todos los segundos, minutos y horas a su alcance. Los masacró inventando juegos, canciones y charlas. Sus pequeños cuerpos cayeron y se apilaron por las esquinas oscuras de los círculos. Cuatro sillones después o antes, ¿acaso importa?, ya enfrentaba también días y semanas. Aunque estas batallas lo dejaran muy herido, no había vuelta atrás. Su misión ya era su razón de ser. Sin embargo, un bolígrafo soleado se dio cuenta de que los meses se le estaban repitiendo una y otra vez. Le preocupó estar adelantando o atrasando, ¿acaso importa?, su muerte. Su pelo se le caía y le volvía a crecer tan pronto como en tres sombrillas, pero le tomaba largos cepillos de dientes que le creciera un centímetro de las uñas. El abanico pasado se miró al espejo por primera vez o última, ¿acaso importa?, en doce azulejos. No se veía diferente a como se hubiera visto si no hubiera comenzado nunca a aplastar minutos con sus formidables pies descalzos. Su cuerpo y su rostro envejecieron como si nada. La figura del reflejo le hizo preguntas extrañísimas que él no pudo contestar. ― ¿Ese siempre fue el color de mi overall? ¿Siempre fue este mi nombre? ¿Alguna vez, ―tragó gordo, ―tuve un hermano? ―No podía recordarlo. Tuvo una epifanía que lo aterró. Matar el tiempo deshilacha la memoria, pero no le hace nada a los años.


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Cuatro compases de una farsa

Por: Reyna Hernández Haro Somos escenario y destino, Un par de pasos quietos que se ocultan en un callejón. La ciudad se ha hecho de nuestra carne, huele a caricia abandonada, Somos una grafía esquiva en la pared. -Gidalthy Alba, Coordenadas de un país sin sombra

COMPÁS UNO Un vaso de borgoña más y salgo de este sitio. En ocasiones quisiera perderme como la fresa en el líquido rojo, aguardar en el fondo, ahí, entre la multitud. Finjo atender la charla de Pablo y sus amigos. No es mi mundo ni mi vida… no es la máscara que pretendo cada noche. Un vaso más de borgoña, sí, para adormilar los sentidos, para considerarme parte de este círculo de “cuicos” como dicen en Chile y ser de la farándula trasbambalinera. “¡Hagamos chin-chin por este nuevo programa!” dice Pablo a todos. Levanto maquinalmente la copa con mi sonrisa ensayada. Un vaso de borgoña más, sólo uno. Mi admiración por Pablo me hacía pensarlo inalcanzable. Con maestría hacía de las filmaciones un arte, entonces él pensaba en cambiar ideas, en ser protagonista de la Historia; entonces… pensaba que se podían hacer cosas nuevas en la televisión. “¡Ya no estamos en dictadura por la chucha!” gritaba exasperado cuando alguno de nosotros actuaba con cierta timidez en el plató. Ahora, viejo lobo de mar, ya no le importan los ideales ni Allende ni el socialismo, se ha sumado a ser parte de esa estadística conformista de derecha. Pablo comenzó a perderse tras la muerte de su madre. De súbito se alejó de todos sus amigos, abandonó proyectos, canceló tarjetas. Se le veía ebrio por las calles, lejano y sucio. Quienes le admirábamos sentíamos tristeza de verlo así; aquel laureado director se estaba desvaneciendo ante nuestros ojos y no podíamos hacer nada, no nos permitía hacer nada. Lo había encontrado así, en su etapa de oscuridad tórrida. La borgoña circula por toda mi conciencia, inundándola. Le pido a Pablo que vayamos a casa, me increpa de manera diplomática: “¿no ves que hoy es mi noche?” Sí, su noche, siempre su noche…” ¿Quieres recostarte un poco?” viene la oferta de la anfitriona quien se acercó tímida tras la escena exasperante. Fran es una linda persona,


aunque viva en un mundo de novelita romántica y olor a margaritas. Su vida con Marcel acá en París le acostumbró 22 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ a tenerlo todo. El sueño me hace presa sin escapatoria alguna. Descansaré al menos por un rato, antes de tomar

un taxi que me lleve a la casa. ¿Un taxi? ¿Qué estoy pensando? Me encuentro muy lejos de mi lugar.

COMPÁS DOS Es rico verla dormir, quieta, sin tantas ideas locas salpicándole la cabeza. Me gusta cuando calla, así puedo recorrer su cuerpo sin pensamientos. Lo único hermoso de ella son las curvas de sus caderas. He aprendido a querer su personalidad, aún sin acostumbrarme. Nos imagino como parte de un filme francés, ella leona y yo un cachorro a su lado. Ahora, en silencio, ella me parece tan perfecta, tan frágil, tan diferente y ese cuadro que arma con Fran... Natalia no es como Francisca, no es refinada ni elegante; pero sí joven e inteligente, eso me basta ahora. La veo recostada en esta cama, que fue mía tantas veces, es el rostro perfecto de una Brigitte Bardot moderna. -Me asustaste, darling– adoro esos ojos azules– no te vi entrar -Fran, disculpa, vi que Nata estaba un poco molesta -No te preocupes, lindo, ella está tranquila. ¿Quieren quedarse esta noche? Hace frío y estamos tan lejos… Además, hace tiempo que no nos visitan. Fran, ¿qué pretendes? Cacho cada movimiento tuyo. Eres tan sutil, tan insinuante. Sé que aún me deseas, m’ijita rica… ¿Quedarnos? ¿Un ménage a trois? ¡Chucha! Marcel, siempre Marcel… Lo único complicado en nuestra relación es tu doble juego. Seríamos tan felices sin tu culpa doblemoralista, es sólo cuestión de cuerpos. -Fran, te agradezco, en verdad; pero creo que sería mejor llevarme a la Nata para no incomodarlos. Luego te llamo para tomar-té y platicar del nuevo proyecto.

RITMO Valparaíso huele a sexo que se regala a cuentagotas, a piel-mar. Antes no presté atención a la música como ahora. Letras tristes contenidas en ritmos alegres, vaya. Soy presa de las sensaciones contrariadas, del amor clandestino, de los besos que se entregan en las esquinas. Valparaíso resuena en cohetes y risotadas desde sus pequeñas casas colgantes.

Él me mira desde lejos, sé que me mira, sigue mis pasos como señuelos en el vacío. Intento en este viaje no involucrarme más en historias dañinas. Vine a Chile para resurgir cual Ave Fénix de las cenizas que México me ha dejado. No quiero más atados amorosos en mi mente. Él me mira desde lejos, hace ya un tiempo,


escabulléndose entre el pentagrama de esta cumbia porteña. Se puede perder la vida en el juego excitante de la 23

persecución. Él me mira desde lejos, lo sé.

Una trompeta seduce la noche con su canto. Afuera se escuchan los pasos en el vacío. Es él, quien espera arrullando las estrellas. Surge en medio de la noche como un fantasma que sigue mis pasos. Se escucha el susurrar de sus labios invitándome a la aventura. Él, quien antes no era alguien inunda ahora mi pensamiento con el suave sonido nocturno. Una trompeta me invita a salir.

Carlos esta noche hace de Valparaíso una bachata romántica. Con la trompeta en la mano, me habla de la historia de sus elevadores, de las casitas colgantes, de la predestinación numerológica. Carlos con su voz de luciérnaga, guía mis pasos entre las empedradas callejuelas. “Valparaíso es una sinfonía” dice acercándose un poco más, “escucha lo que te habla el viento, el mar, los bares, las risotadas o Pedro Navajas en esta esquina”. Mi boca se imanta con la suya, perdiéndose, atemporal. Ahora no pienso en la estancia artística ni en el futuro, ahora no pienso en los estudiantes caídos. Mañana regresaré a la rutina con sus luces opacas, con la poesía muerta y la voz en silencio.

La mañana quiere llegar a sorprendernos en la desnudez de las calles. Intento decirle a Carlos mi nombre “eres la Pincoya que me embruja con sus ojos, la sirena nocturna de este mar” me interrumpe. Guarda mi anonimato, es preferible. Vagamos entre las multitudes carnavalescas del puerto hablando de música y poesía, me repite continuamente que mis ojos han sido su aire esta noche moribunda.

COMPÁS TRES Fran se veía regia anoche en la habitación sosteniendo esa copa; de pie, con su vestido entalladito, era una reina. Aún recuerdo cuando hace años me citó en su casa para que le ayudara con la escritura de un guión, cuando aún nos encontrábamos a escondidas de su hombre. Aprovechó que me encontraba por la ciudad. ¡Nada de guión hubo esas tardes! Estaba seductora, sonreía y acercaba su piel tan suave. Era obvio que terminaríamos juntos. Aún recuerdo que ese verano nos vimos tres o cuatro veces en su casa con el pretexto de esta escritura. Olía a coco su piel, como ayer. Pienso que ahora tiene que ser mía en la habitación principal, no quiero andar entre visillos. ***


París es triste en su nocturnidad silenciosa, solitaria y huidiza. En invierno todos visten de negro y las calles se 24 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ llenan de lejanía. Pablo no ha pronunciado nada en todo el viaje. Miro por el ventanal pasar las pequeñas luces

de los autos, prendo la radio, es mejor ponerle música al paisaje sombrío. Primeros acordes y comienzo “Por la esquina del viejo barrio los vi pasar”. La música es la seducción del pensamiento. -Ya po Nata, estoy manejando – a Pablo no le gusta mi seducción ni mis palabras, nunca ha creído en ellas. Se pone serio. La canción me hace recordar añejos momentos en Valparaíso, la cadencia de los movimientos en una esquina lejos del bar. Hace cuatro años y aún me aferro a esa única noche. Pienso si habrá verdad en la predestinación numerológica. El olor a mar que inundaba la noche, los fuegos pirotécnicos, los gorros y máscaras carnavalescas. Aquí sólo huele a vino y humedad, me falta el color de ese puerto. Recorro la noche tras estos ventanales prisioneros. Las callejuelas medievales son mi única compañía, Pablo se ha perdido en sus pensamientos. Santiago, París, Madrid, Londres… son el mismo escenario en que interpreto a la joven esposa del director. Reuniones, risas discretas, sarcasmos laborales; soy el complemento exacto de su rodaje. ¡México!, gritan eufóricos cuando me miran a su lado. Ser extranjero hasta de tu propio país se convierte en el statu quo preferible del nuevo rico, aunque la exigencia es doble cuando se vive con otro extranjero. ¿Qué opina de la reforma educativa en Chile? ¿Cuál es su apreciación de la lucha contra el narcotráfico? “Narcotráfico” palabra clave para captar la atención de todos los invitados. Rostro serio y pensamiento articulado, se da una opinión ambigua como cualquier otra cosa a la que pregunten los reporteros. ¿Qué me ha motivado para seguir con esta farsa?

COMPÁS CUATRO Siento un leve dolor de cabeza y esa sensación a desprenderme del mundo. Las piscolas con el sett de producción ayer parecían un poco cargadas. Pablo se levantó temprano de nuevo y sin alimento alguno, lleva tres días con un horario extraño. Aún ello, aquí continúo sin preguntar, es preferible que así sea. Necesito urgente un café, de pronto esta premura acalla los pensamientos que me inundan. Que Pablo se desaparezca por temporadas nunca me deja del todo satisfecha. Vamos, el ceño fruncido no me ayudará en la entrevista con esta reportera de El Clarín. ¡C'est la vie! *** Fran viene como ráfaga fresca de viento añejo, ¡puff! Parece que me convierto en poeta ahora. Ni siquiera es posible pensar en una infidelidad, pienso. Me gusta que quede en ese punto medio del ser y no en esta historia. No es posible decir que tres días de visitarla en su casa pueda pensarse en una relación amorosa. O ¿acaso lo es? Uno camina en el pasado como queriendo estar en el futuro con esa persona, y aún así, este presente me es insatisfecho. Nunca he podido mirar a una mujer sin ver las probabilidades que tengo de liarme con ella.


La situación con Natalia me parece entretenida, me fascina su juventud y la adaptabilidad a los diversos escenarios 25 que le propongo. Para ella será su gran oportunidad de interpretar el papel protagónico de esta gran telenovela,

porque es eso, una telenovela mexicana o colombiana que se teje a partir del drama. Ahí está ella, actuando el papel de la mujer joven que tiene el romance más importante del director viejo. Tiene la seducción fresca en su cuerpo y boca, pero no llega a ser suficiente, como no ha sido suficiente ninguna otra. Algunos piensan que soy exigente… sí, quizá sí lo soy. Uno simplemente busca ser querido y comprendido. Tengo muchas amigas, claro uno no puede estar en este medio sin tenerlas ¿qué diría la prensa de mí si no fuera de esa manera? Aunque hay de amigas a “amigas”. Me fascinan las mujeres cuya imagen es hermosa, estética, lista para las cámaras, pero me vale callampa si llegan a tener pensamientos más allá de las luminarias. Me emociona y comienzo a disfrutar cuando los paparazis me persiguen junto a alguna de esas bellezas, es excitante, mucho. Eso es lo que me atrae de Natalia, siempre está dispuesta al “flash”, la cámara es la que sostiene esta relación. En cambio, con Francisca hay historia, nos conecta la chilenidad. Me descubro pensando en su cuerpo, ¡chuchas! Cada que vengo a esta ciudad añoro mi país, como si me situara en exilio. Se me revuelven las ideas, Fran me descontrola. ¿Qué es esto de estar en Europa? Me siento hipomaniaco, como si estuviera al filo de un puente listo para saltar y ella es la mano que me detiene. Toda una escena de película barata. La busco y se escurre, la tengo y no la quiero más, no sé cómo describir la sensación que ella me produce. Estos días que hemos compartido en su habitación vuelven a mí las emociones de cuando estaba en Chile, cuando vivía mi madre… ¿Habrá finalizado Nata su entrevista?

RIMA “Tus ojos eran mi aire y mi fuego, pero también mi agua” Esa voz tenue acercándose, esa voz es de una noche de trompeta con olor a mar; sé que la conozco, la recuerdo de hace cuatro años cuando una trompeta seducía a la luna. Él me mira atento, luminoso, ilusionado. No sabemos qué decir, no quiero. Si el tiempo es posible detenerlo, deseo se condense en su mirada.

“Me gustas cuando callas”, expresa. Han pasado tantos años y no puedo articular algo sensato. Su presencia evoca la piel erizada de aquella noche porteña. El café-realidad se derrite en mi mano. Hablamos breve momento de las principales noticias en nuestras respectivas vidas. Le cuento de Pablo y él me habla de su trabajo en la música. No existe un espacio más minúsculo que éste. Sonríe con la misma sonrisa que recuerdo de tiempo atrás. El tiempo es tiempo en nosotros.


“¿Lo amas?” No lo sé explicar. Le platico, en cambio, de mi próxima entrevista y cómo recuerdo Sudamérica. 26 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ Quedamos de encontrarnos otro día, con mayor tranquilidad. Él me escribe el número de su celular en una

servilleta y pide el mío. Este bistró se ha convertido en mi Valparaíso cercano, en la música nocturna, en el tiempo detenido en que ambos bailamos por las calles. “Quisiera saber de ti más seguido”, se retira.

FADE-OUT Todas las tardes ella le espera con la sonrisa ensayada en el confortable sillón de la inmensa sala. Sin variar, él atraviesa el umbral de su hogar respirando con fuerza. Se abrazan, se entregan en un apasionado beso y ella prepara la mesa mientras él habla de su día en el plató. Ella a todo pondrá atención, afirmará con la cabeza interpretando la dama de casa que pretende ser; él en cada anécdota maximizará sus hazañas cual héroe de ficción encarnizado. Así, al final de la cena, ambos se levantarán para prepararse a dormir. Un poco de conversa, un poco de televisión y el tic-tac indicará que es tiempo. Nuevamente, se abrazarán, se entregarán en un apasionado beso y se dirán "hasta mañana, amor". Durante la noche, cuando él duerma, ella tomará su celular para dejar escapar su inconsciente. Ese alguien que ocupa sus pensamientos ahora llegará para formar un trío perfecto. Escribirá a ese otro que reposa en su pasado. Añorará los tiempos añejos de vagar por las calles porteñas con la música en sus venas. Se necesita de un otro para dejar de sí, para ser-en-si. A Pablo no le importará, si algún día lo sabe, que ella se encuentre con Carlos; de hecho, lo espera. Ese será su argumento para dejar a Natalia, mientras ambos (o los tres, o los cuatro) continúen con este juego del deseo que los ata.


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Las mujeres lluvia

Por Iván Landazuri Para Binniza Vama

1. Las mujeres lluvia son inesperadas, una mañana atraviesan tus colinas circundantes para llegar a ti, riegan tus áridas tierras, reverdecen tus valles y un día sin avisar se mudan dejando atrás solo un rastro de nubes grises detrás. 2. Sus manos huelen a tierra mojada, su cabello a café de olla y su entrepierna a bosque de cornisas 3. Siempre que abrazas a una mujer lluvia su cuerpo se diluye entre los brazos, son escurridizas y no hay recipiente que las pueda contener. 4. A veces son suaves y refrescantes, a veces hostiles y temperamentales. Las condiciones atmosféricas en que se manifiesten dependen de su siempre caprichoso estado anímico. 5. Cuando una mujer lluvia llora, no hay dique ni presa capaz de contener su llanto, se forman arroyos, ríos, lagos y mares que después se tragan ciudades enteras. 6. Sus besos siempre son húmedos, sus labios son una mezcla de agua de montaña y de mar. 7. No hay cornisa, ni paraguas que te proteja del llanto de una mujer lluvia. 8. Su amor es impermeable. 9. Cuando se enojan en sus ojos se advierten las tormentas. 10. No hay puertos seguros cuando una mujer lluvia se cruza en tu viaje. Puedes terminar varado en medio de la nada o en las venas fluyentes del Misisipí. 11. Las mujeres lluvia esconden un arcoíris bajo la blusa. 12. Jamás te dicen cuando algo las molesta, debes leer la consistencia y forma de las nubes que las rodean para saberlo. 13. A las mujeres lluvia no les gusta que las vean llorar, se encierran en los baños 14. Cuando se enamoran, a veces por las mañanas dejan pasar un par de rayos del sol. 15. Su rencor puede convertir cualquier sitio en un pantano lleno de caimanes. Pero su amor puede inundar los pisos hasta convertirlos en lagos de cristalinas aguas dulces.


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Dependencia Por Jeannette Cabrera Molinelli

Había esperado varias semanas hasta que pasara aquel macho que tanto le gustaba. La primera vez que lo vio fue en uno de esos días en que corría feliz por los campos. Lo admiraba, le encantaba su cuerpo y su húmedo pelaje. Sabía que uno como él era justo lo que necesitaba. ─Está bueno, buenísimo. Eso es lo que deseo ─decía.

Vio que se movía de un lado a otro, como siempre lo hacía, balanceándose con la brisa, espantándose de las moscas, meciendo la cola hasta darse en los dos costados. Aguardó con paciencia hasta que se le acercó y cuando pudo sentir su olor de cerca, sigilosamente se agarró de su piel negra y brillosa, empapada con el sudor del trabajo. Estuvo quieta por varias horas sin que él se diera cuenta. Comenzó a recoger y extender sus patas, y cautelosa, se encogía y se estiraba caminando escurridiza entre cada pelo del animal. Él se dio cuenta, ya era inevitable. Pestañeó, movió los ojos en espanto, tensó el cuerpo como para separarla, pero ella se agarró fuerte asegurándose un lugar muy cerca a los músculos del cuello para reanudar su procesión. Una vez en el cuello, justo por donde pasan las venas que dan vida, lo mordió y enterró su lanza. Exaltado e inquieto, él sacudió la cabeza de lado a lado buscándola, agitó el cuello, tensó el cuero para desprenderla y pateó el suelo varias veces, ya al punto de la desesperación. —Quieto, querido, quieto. Te necesito, no soy nada sin ti. Llévame a donde quieras. Eres todo en mi vida.

Poco a poco y sin apuros llegó hasta el oído. Se regodeó allí por largo tiempo y tuvo todo lo que necesitaba, creció y desbordó su confort, con abundancia plácida, sin esfuerzo alguno, totalmente dependiente del animal. ─Amor mío, eres mi todo. No sé qué haría sin ti. Eres mi vida —con voz dulce y cariñosa le susurraba.


Al cabo del tiempo el caballo comenzó a bajar de peso y su piel se puso opaca, andaba cabizbajo y con el paso lento. La sangre le faltaba. Ya no comía las yerbas del campo. Sus ojos parecían cristales en desgracia.

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Su amo observó cuán desmejorado estaba. Pidió lo llevaran al rancho para examinarlo y vio que tenía garrapatas por todo el cuerpo. Había que ser agresivos con la infección. Lo sumergieron en una solución química muy fuerte de piretroides y por varios días le pusieron inyecciones de inverpectina. Pronto el caballo escuchó una voz que le decía: —Adiós, mi amor, lo lamento, porque no había nadie en el mundo que te quisiera más que yo.


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Dion Por Dante Vázquez I Vestía de negro y la ausencia de maquillaje le daba a su cara un toque casi mortecino. Sonreía de cuando en cuando, jugaba con un collar de plata con incrustaciones carmín que colgaba de su cuello y miraba con atención una pieza extravagante como ella misma.

En la parte inferior de un candil de alambres retorcidos pendía una lámpara ovalada en forma de lirio medio cerrado. En la parte superior, una diminuta vela encendida dentro de una bombilla de cristal permitía que una leve capa azul océano cubriera la habitación donde estábamos. Y bajo aquella flor artificial un recipiente circular color negro, sobre un banquito cuadrado de madera oscura, recibía un hilillo escarlata que caía suave.

Delgada. Cabello largo y castaño oscuro. Sin un brazo. Algunos centímetros más baja que yo. Nariz afilada. Cejas delgadas. Boca pequeña. Ojos grisáceos. Me encantó tanto que olvidé que nuestro encierro no era casualidad, sino precaución por parte de los dueños de la galería de arte IKUS que está en la Col. del Valle. Afuera una manifestación popular, en contra del alza al precio de la gasolina, estaba siendo reprimida por la policía. —Preocupa el nivel de inseguridad y miedo en la ciudad, ¿no? Bueno, lo importante es cada vez más ciudadanos informados se unen a la lucha.

Ella no le dio importancia a presencia ni a mi comentario. Sin embargo, ante su indiferencia mi respiración se agitó discreta. Ansiedad. Deseaba acariciarla, darle un beso ligero, desnudarla, encontrarme frente a sus senos y pubis, y lamer su vulva núbil hasta provocarle un orgasmo. —Así como los seres humanos que se encuentran por azar y buscan valientes afirmarse y negarse en Otro, un pueblo capaz de reconocerse a sí mismo parte del Sistema puede detenerlo y generar un cambio dentro de éste — dijo seria—. La voluntad e iniciativa posibilitan el descubrimiento y la creación de un nuevo orden.


34 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ Antes de acercarme a ella, para charlar mejor, respiré una… dos… tres… cuatro… cinco veces… En verdad lucía

hermosa.

Hablamos de lo que nos disgustaba y de lo que no. Nos dimos breves detalles de nuestras historias personales. Nos contamos anécdotas graciosas y otras no tanto… Al final conversamos casi una hora. Noté temor y desconfianza en su voz, por eso evité (en un par de ocasiones) proponerle ir a dar un paseo (y luego a casa) cuando afuera hubiera calma.

Su belleza interior me pareció excéntrica e inusual: a sus 18 años se pensaba como instante. Como partícula parte de una estructura inmensa en la que Todo está interconectado para una Nada, en la Creación.

¡No! ¡No! ¡No! No pude contenerme más. Le hice saber mis intenciones. Se asustó y se quedó callada hasta que nos despedimos. Sabía que podía ocurrir. Fue un acto atrevido.

Me disculpé; ella me dio una notita.

II Nos encontramos a solas otra vez.

Primero su blusa, luego su pantalón de mezclilla y sus converse; después su ropa interior de algodón pronto estuvieron en el suelo. Su piel olía a almendra. Sus labios sabían a cítrico almíbar. Su cuerpo temblaba con cada caricia mientras su respiración se aceleraba y perdía en el ritmo de Air conditioning, de DIIV. Su tacto era cálido y suave, como de sol, como de viento. Se veía maravilloso el rubor natural de sus mejillas. Se desarmó sobre mi pecho, y se apagó durante unos minutos.

Comimos helado chocolate. La abracé fuerte. Sonreímos y nos dijimos adiós.


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Una Astorieta es la impronta de un Antojo comprimido, vamos, es una historia secreta que emerge como lĂ­nea y se concluye como palabra. El profeta de las cabras contaba que la creatividad de los rebaĂąos sigue el impulso de la mano. La Astorieta es pues: el hijo prĂłdigo que surge del papel en blanco.


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Por Sergio Astorga


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“Todo es fantástico”


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José Luis Zárate Herrera* (1966. Puebla, Puebla. México). Es uno de los escritores mexicanos más reconocidos y respetados dentro del género de la ciencia ficción, aunque también ha desarrollado trabajos literarios de otros géneros. Su obra abarca ensayo, poesía y narrativa, y permite considerarlo parte de un movimiento renovador en la literatura mexicana de finales del siglo XX, que abandona el nacionalismo imperante hasta aquel momento y busca volverse más universal y cosmopolita. Como entusiasta de la literatura fantástica en general ha trabajado en diversas oportunidades por la divulgación de esta clase de literatura en su estado natal y en su país, y es uno de los socios fundadores de la Asociación Mexicana de Ciencia Ficción y Fantasía y del Círculo Puebla de Ciencia Ficción y Divulgación Científica. José Luis Zárate ha obtenido varios premios nacionales e internacionales, entre los que destacan el Premio Más Allá (1984), el Premio Kalpa (1992), el Premio MECyF (1998 y 2002) y el Premio UPC de ciencia ficción (2000). Sus novelas de mayor renombre son Xanto, novelucha libre (1994), La ruta del hielo y la sal (1998) y Del cielo oscuro y del abismo (2001), que forman una trilogía, llamada por el autor "Las fases del mito", sobre personajes icónicos de la cultura popular. En ellas el Santo (el luchador/superhéroe fílmico mexicano), el conde Drácula y Superman, respectivamente, son vistos desde la perspectiva que tendrían los habitantes de sus propios mundos ficticios. Entre sus libros de cuentos destaca Hyperia (1999), que toma elementos de muchas vertientes distintas de la ciencia ficción y se convierte en un panorama muy completo de los intereses del escritor y del estado del género fantástico a fines del siglo XX.

*Biografía tomada de Wikipedia


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Nos interesa conocer tu definición de literatura fantástica: Ouch. La verdad no la tengo muy clara. Verán, nada es real. Son letras ¿saben? Madame Bovary y Campanita son de la misma materia de las que están hechos los sueños, si soñaras con un teclado en la mano y una excelente mecanografía. Pienso en lógicas internas, que desarrolles tu premisa sin importar cuál es. ¿Cuáles son las reacciones de una mujer que descubre que su vida no tiene sentido? O ¿cuál es la reacción de una mujer que descubre que todos la han olvidado y por ello pierde sustancia? Es el papel del escritor desarrollar esa premisa de una forma atractiva. Seguir la lógica de su propio relato. Todo es fantástico, según lo veo yo.

¿A qué lector quieres llegar con tu literatura, qué otro lado les quieres mostrar con tus obras? Yo era un gordito aislado que tenía ganas de que el mundo fuera muy interesante (y lo es, pero no de la forma en que lo creía), como lector en esos años en que no se me ocurría siquiera escribir, quería un atisbo de maravillas. Eso quiero ser, llegar a un lector de ese tipo, a alguien que vea un destello de un horizonte más grande, complicado, enorme, secreto, oscuro, brillante de lo que parecería a siempre vista, por medio de alguna de mis palabras.

¿Quiénes son tus influencias literarias o de qué otras artes te prestas para inspirarte? Tres básicamente. Jorge Luis Borges, Lewis Carroll, Chesterton. Los tres desarrollan premisas lógicas hasta sus últimas consecuencias que, muchas veces, llegan al delirio y lo desorbitado. Amo a Stephen King y sus hermosas páginas que parecen paja y al parecer no narran más que el día a día, qué belleza. Amo el cine. Soy


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de una generación visual y mi imaginación se nutre de luces en una pantalla gigante. La música es imprescindible (de toda pero sobre todo OSTs). Menciona algunos de los escritores que en la actualidad están cultivando el género fantástico: Alberto Chimal, of course. Imprescindible Bernardo Fernández BEF, increíblemente divertido Verónica Murguía, woao, qué prosa tan maravillosa.

Principalmente trabajas el género del microrrelato en tu obra, ¿podrías describirnos qué es un microrrelato para ti? Bueno, trabajo de mole, de chile y de manteca. Microcuento, novela, ensayo, cuento largo, de todo. Para mí un microrrelato es un golpe sonoro que rebota en la montaña enorme del lector, es un relámpago que ilumina durante un instante los paisajes internos de quien lo lee. Es una colaboración autor/lector en donde uno da un fragmento y el otro lo llena de significados. ¿Qué busca el microrrelato, qué elementos narrativos se conjugan en una minificción? La belleza estética, por supuesto. Ésta puede ser desde el presentar un universo en un grano de polvo, hasta jugar con las memorias colectivas. Hablo del micro-micro relato. 140 caracteres o menos.


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¿Qué elementos narrativos? Los que sirvan al propósito del lector, tan variados como pueda uno permitírselos.

Existe una discusión entre lo que es literatura comercial y la literatura apegada a ciertos estándares, la cual reprueba a menudo el producto a través de internet por considerarlo efímero. ¿Cuál es tu opinión al respecto?, pues cultivas la llamada twitteratura en la práctica y has presentado conferencias al respecto: ¿Qué es más bello, un copo de nieve que se derrite o un diamante eterno? Depende de tus parámetros estéticos. A mí me gustan ambos. Entiendo que algunos deseen leer las fechas de caducidad en los envases del hecho artístico, pero para mí no es importante.

¿De qué forma relacionas o te vales de la fotografía para crear obra literaria? ¿Cómo se da dicha relación? Una imagen dice más que mil p… nahh. La fotografía nos muestra una porción del instante escogida por el fotógrafo, es huku para los ojos. Uno puede leer tantas cosas es una imagen y eso es lo maravilloso. Que no es una lectura única. Mil veces me sorprendo al descubrir lo que cada quien ve en una imagen. Cada interpretación es un ojo nuevo y me gusta eso para inspirarme. Qué tantas versiones pueden sacarse de cada imagen.

¿Qué viene para ti, qué estás escribiendo actualmente? ¿Hay proyectos nuevos en puerta? Muchos. En fechas inmediatas una novela de amor entre Juana de Arco y Gilles de Rais.


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Ah, se nos olvidaba: ¿y el pato? Al principio tenía un fin estético -el máximo contraste se logra con amarillo sobre negro-, para los avatares de Twitter en donde acostumbran poner fotos que, al ser diminutas, no se aprecian detalles. Pensé en algo que fuera rápidamente identificable: el patito de hule (pensé en una abeja pero dada mi atlética figura podrían creer que yo era Pistachón Zig-zag). Después me puse a pensar en la imagen y me gustó lo que significaba.

El patito de hule significa que es el momento de jugar: en el baño el pato está vivo, es un pato de verdad con aventuras reales, donde puede enfrentarse a submarinos y ballenas o navegar plácidamente haciendo cuack cuack.

Los minicuentos (y en si la literatura) es un juego parecido. Vamos a jugar. Te cuento una historia y veamos a dónde nos conduce. Es un juego serio (muchas aventuras de los juguetes son tragedias pero al mismo tiempo divertidas en la imaginación). Es un contrato en donde todo es posible. Al gustarme mucho el horror siempre pensé en usar símbolos como murciélagos o monstruos, pero un patito de hule me parece perfecto para decir: es el momento en que tú y yo veamos adónde nos puede llevar la imaginación.

Z

Gracias, José Luis Zárate, por la entrevista.


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Del libro K de Lilian Elphick

Serie “Lugares”

K en tierra de nadie

Está oscuro. Oigo el chillido de los ratones. Hay excrementos, cadáveres, llantos de hombres solos. Afuera, el humo de los hornos. Barracón número 5, Birkenau. Mi última patria después de muerto. Sé que Ana y Margot Frank tienen tifus y ya no necesitan mantas para cobijar su horror. Mañana moveré piedras de aquí a allá, sin propósito alguno. Un kapo gritará su látigo en mi espalda. Una mañana me arrestaron. Todos fuimos a los trenes de la muerte. Josef Mengele movía el pulgar hacia arriba o hacia abajo. Me preguntó si tenía un hermano gemelo. Le respondí que sí, que su nombre era Gregorio. ¿Y dónde está, entonces?, bramó. Escondido, señor, en un cuaderno. Nunca lo podrá encontrar.


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K en el adiós Gregorio y K en una estación de trenes. K: —Toma las llaves. G: —… K: —Recuerda llevarte la maceta de los lirios. G: —¿Los blancos o los morados? K: —Ambos. En una casa cerrada todo lo vivo muere. G: —Sube. El tren parte. K:—No vayas a escribir arriba de lo escrito. G: —¿Qué podría escribir yo? ¿Revertir mi esencia? K: —Y los manuscritos… Ya sabes lo que tienes qué hacer. G: —Sí, K, aunque me costará mucho hacerlo. Voy a morir. K: —Adiós, Gregorio. Al fin de cuentas, siempre estuviste a mi lado. G:—¿Puedo preguntarte adónde vas? K: —No tengo idea.

K sube al tren. La estación se llena de humo.

A Diego Muñoz por La habitación azul


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K en la risa

«El arte es un espejo que se adelanta, como a veces los relojes». Carta de Franz Kafka a Max Brod, julio de 1912.

Había que reír, Gregorio, abrir la boca y pronunciar la carcajada. Tú sabes a lo que me refiero; tú y la manzana incrustada en el caparazón recreado, manoseado, ultrajado por mi mano escritora.

Había que reír mientras te dictaba las frases de tu propia vida, pequeño inútil. Miraba y escribía, miraba y escribía, mientras la risa se desgranaba sola en esos papeles del olvido, tan inmaculados, sin la sangre que nacía de mis pulmones y pulsaba por salir al mundo y salpicarlo. Había que reír mientras mis hermanas tatuaban su juventud en el ghetto de Łódź y mi padre recordaba a sus ancestros carniceros en los mostradores de su negocio textil.

Yo pensé en el fuego y sólo obtuve llamaradas.

A Pau


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El beso

Al abrirse las puertas del ascensor me echó atrás el tufo a podrido, pero jamás sospeché que proviniera de mi propio piso. Dejé la maleta y avancé con cautela por el pasillo mientras intentaba recordar el número de la policía, por si acaso. Mi asistenta había prometido venir y ocuparse del gato y de mis peces, pero era evidente que no había cumplido y había sido el gato quien pretendió hacerse cargo de la pecera. Descubrí su cuerpo en avanzado estado de descomposición, se había arrastrado hasta un rincón y allí había expirado. Le habían devorado los ojos en un santiamén y conservaba prendida en el morro, como un piercing, una piraña reseca.


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j

El ca ón consignado

Lleva aquí, junto a otras cajas, maletas y bultos más de un año. Las filas de pequeños orificios practicados en dos de los lados, además de la leve respiración que oigo cuando pego la oreja a la madera, me señalan que contiene algo vivo. No me atrevo a abrirlo, además lo prohíbe el reglamento, pero lo que sea acabará muriendo de hambre, sed y encierro, y cuando ocurra lo sabré por el olor. Cada tanto se revuelve ligeramente, cada día con menor intensidad, señal que se le está agotando la energía y con ella la vida. Cuando deje de manifestarse lo echaré de menos, estaré más solo que nunca en la consigna, pero prometo que no lo abriré jamás.


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Monstruos cotidianos I a Carmen R. Marín

Definición:

a) Para el bebé recién nacido, el temor que se siente al ver que papá chupa del mismo lugar en la noche. b) Para un niño de cinco años, aquello que ha visto en la película animada de Disney, Monster Inc. c) Para la niña obesa, el reflejo al mirarse al espejo. d) Para el joven gay a punto de salir del closet, una conversación pendiente con su padre. e) Para la viuda que ha perdido al marido tras treinta años de matrimonio, cuando un Testigo de Jehová toca a la puerta y le promete la resurrección del esposo.


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Hoyos Arte fractal (digital)


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Bosque Arte fractal (digital)


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Ola Arte fractal (digital)


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Cerebro Arte fractal (digital)


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Textura Arte fractal (digital)


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Me llamo Gabriel Atés (Mar del plata. Argentina), mi pseudónimo es Arka y soy un artista visual autodidacta. Comencé a pintar grandes graffittis en paredes; más tarde me dediqué a pintar cuadros expresionistas abstractos sobre tela, experimentando con diferentes materiales tales como resinas, pintura sintética y acrílica, a veces combinándolos.

En mi obra busco resultados inesperados, aprendiendo o explorando técnicas sobre la marcha, intentando agotar las posibilidades que se me plantean, como por ejemplo cuando imprimo mis trabajos digitales sobre tela y luego utilizo medios tradicionales para potenciarlos.

Disfruto del proceso de creación y recreación con la sensación de que en realidad no estoy involucrado, como si fuera un espectador o alguna suerte de instrumento irreflexivo mientras las formas y colores aparecen de repente, el todo elaborándose a sí mismo.

Contacto con el artista: https://www.facebook.com/ArkaCoolArt


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Los nidos de la cigüeña Óleo sobre lienzo (60x60 cm)


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Hielo y fuego Óleo sobre lienzo (60x60cm)


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Obra del cuarto creciente Ă“leo sobre lienzo (73x60cm)


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Paisajes de la memoria Óleo sobre lienzo (60x60cm)


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Poema a la mujer pintora Ă“leo sobre lienzo (73x60cm)


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Luis Manuel Díaz de Pedro (Barcelona. España. 1974).

Formación artística: Autodidacta. Primera obra al óleo en 1986, con 12 años, un bodegón.

Currículum de exposiciones: No doy datos, si bien entré en el circuito de galerías dejé ese camino hace ya dos años momento en el cual creé mi propia galería situada en Segur de Calafell, Tarragona, España. Desde entonces ése es mi lugar de exposición permanente donde cualquiera puede visitar las obras y comprar alguna si así lo desea. El motivo de este hecho es la importancia que tiene para mí no desligar al artista del público, un galerista puede hacer bien su trabajo pero el público siempre prefiere ser atendido por el artista, al crear mi propia galería he conseguido ese objetivo y he visto como la gente queda muy agradecida de conocer a la persona que ha pintado ese cuadro que van a comprar. No descarto futuras exposiciones en otros lugares, pero hoy no tengo ninguna prevista.


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Miguel Córdova Colomé

Luz roja

Danzas ante mis lunas con tus ojos oceánicos. Hipnotizas mi alma reflejando en el cristal la sangre de mi ser.

Cánticos que se elevan en la eternidad, chillido intermitente que se zambulle al vuelo, se elevan junto al plumaje azul de aquellos coches que avanzan después del guiño.


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David Soules

Primer instinto

Como el cráneo de un Titán en la caverna es la égida que cae sobre mi pecho; no se agolpa, ni truena como el trueno, la avalancha de vagones que se escampa en el espacio raído de nuestros otros cuerpos. Pero yo no soy el cráneo, ni siquiera soy el viento que cabalga errante.

Soy volátil como el genio, soy efugio hostil del hombre, y cadavérico busco halarte en mí hacia Venus o al Olimpo, memorarte en mi mortero de fantasmas,

que además quiero perderme entre esos pétalos de fuego, que son descanso, que son distintos de los míos.

* Diáfana es mi lápida, en su inmenso candil intento devorarte, sobre aquella bellísima


brújula del sueño cuando éste, en un augurio no se marcha.

Soy mastín que en la galera entra, justo ante la aureola de tus ojos.

* Así que ven… híncate ante mí, deshazte del afligido despojo de madera que –sin remedio– hoy te acompaña, que quiere ser don, único, ilustre, del dulce adiós de las calles;

y venera lo que no soy, si voy y vengo del sonido en que descansan estas lágrimas, se ausentan.

* Pues soy, a su vez, el idilio pendenciero cuyo manto desvanece lo imposible de nosotros, lo perenne… en pleno hallazgo del paraíso.

* Y soy un muérdago, un arpón lanzado al mar en el viraje presuroso, impredecible de las aguas del Egeo, donde las aves hilvanan su beldad en un falaz refugio de sangre.

Soy el brebaje desnudo que absorbe también tu rostro.

*

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Porque soy nadie cuando no hay nadie: soy un responso, 66 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ ese taladro intempestivo en que se invoca

tu asonancia

soy la mentira en mitad del iceberg una ocasión para llorarte así, de verdad, en cualquier noche

y que las varas de mimbre a la par te lloren irremediables, sin fin; que te cobijen en su más puro y arduo sentir de estrellas.

* Por eso vuelve, hazme tu lid, en la profunda paz del primer instinto.

Seré tu lastre, así que arrójame al camino de lo eterno.

Mírame, amigo, y disculpa si beso tus párpados: yo soy la muerte que se arrepiente de serlo.


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Ildegardo Flores Peña

Tú tan bella y la vida se desmorona. ……………

Quisiera mandar todo a la chingada pero no porque ese todo me incluye. …………. …Y desde entonces la vida no es como la pintan. ………….

-Para qué escribir si no te leerán-dije-para qué nacer si no cumplirás


tu destino68 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ -alguien

respondió-. ………….

Aunque yo sé que si yo vivo en ti es como seguir muriendo por qué derrites todo mi existir en uno de tus besos. Chiches vallenatos Qué mejor manera que desgastarse amando. …………….

En estos días no sale el sol sino tu rostro. Tres tristes tigres

Ay Esperanza si no fuera por ti nadie se levantaría


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Camila Charry Noriega

Del libro Detrรกs de la bruma

Secretos

Yo guardo secretos, madre, que me matan esta fugacidad es una manera de nombrarlos: tanto deseo de todo y la nada ya tan dentro.


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Mercedes Alvarado

Palabras I Una a una despeñándose todas las letras que el tiempo nos vio hilar (porque el tiempo se define también en las palabras) el lenguaje se nos hizo un hueco hondo desde donde estaba el corazón hasta los días que no respiramos (también la distancia se arquea en las palabras) hasta la noción de una fecha póstuma en que las cenizas vuelven sobre sus formas para reconstruirnos infinitamente más allá de nuestro propio nombre.

II A tu cuerpo no puedo nombrarlo – ¿cómo decir de una piel que no ha sido


en mis manos? –. Tu cuerpo como posibilidad probable como sonido de selva apenas escuchado, a lo lejos, desde mi ciudad concurrida por sombras de futuros que alzan apenas unos metros para perderse en el ruido de mí, distorsionado y cierto, que te busca en las contracciones de la garganta en el trayecto de los labios en la lengua esta lengua propia que sin poder nombrarte te conoce.

III Tus palabras construyen barricadas fuertes como tu voz o como la mirada con que no me miras.

A mí no me levantas una casa pero tenemos tus palabras siempre cercándonos quitándonos de quienes fuimos haciéndonos camino;

no alcanzamos calificación ni adjetivos somos un verbo gerundio -sólo un verbosiempre acabándonos encontrándonos dejándonos

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desgastándonos 72

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hablándonos.

El mundo está pobre de muros para contener nuestro temblor.


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Jonay Castro Casañas

Crónica de un cuarto en llamas

Hasta un pedazo de hielo del mismísimo Ártico desprendería más candor bajo la que fraguar con éxito aquella relación surgida a través de un teclado. Ella interpretaba un papel mal construido, sobre actuado hasta el vómito. No pudiendo evitar de forma alguna su fortuna de pesares y años dañinos. Él era como era. Nada. Un millón de formas y personalidades adoptadas con precisión a lo largo de los diversos estamentos sociales en los que había habitado, intentando buscar consuelo a sus males entre hipotéticos sucedidos de Internet y tragos de vodka cada noche de viernes. Ahora podía cantarse las verdades a la cara sin tapujos. Ni todos los excesos o restricciones del mundo lograrían jamás darle sentido a su vida. Buscaba la paz, como quien busca un lugar exacto sin brújula; como quien busca un rostro conocido a ciegas, como quien busca vaciar los océanos con un cubo de playa. Cuanto más al azar dejaba las cosas idéntico resultado obtenía, tanto como cuando intervenía


para que las cosas sucedieran. Supo por fin, que no era más que un despojo somnoliento; 74

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que un ser viviendo entre fantasías de una vida mejor, anclado en el anonimato de su cuarto durante la semana, y hundiéndose entre hielo y vodka cada viernes que asomaba su figura a la hedionda sociedad nocturna y pueblerina de la capital. Demasiados nombres de mujer, tecnología, y mierda rebosante hasta desear el no ser. Demasiada actividad cerebral en vano. Ella volvería a ser en su vida, otro mal paso, otro espejismo, otro simulacro que le llevaría a enfrentarse de nuevo al espejo para volverse a reinventar. Eso, y alguna noche extraviada en la cama de cualquier pensión.


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Xavier de las Casas

De donde vengo “ay escuelas de perros, y les dan educación pa' que no muerdan los diarios pero el patrón, hace años, muchos años que está mordiendo al obrero” >>>ALÍ PRIMERA<<<

De donde vengo, las canciones alegres, las hacia el viento, cuando las balas cesaban, y se desplomaban los techos.

El dolor de vivir, se confundía con las lágrimas diáfanas, las lágrimas brillante de nuestro existir.

De donde vengo las madres yacen en el suelo llorando el barro con odio, a lo lejos veo la esperanza como un letrero en la pared, cae, cae… esperanza en llamas, corroída por las marcas del fuego violento.


76 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ De donde vengo,

no hay pérdidas, no hay victorias, ni ganas de llorar por lo que hubo, y lo que se perderá. Juan Carlos cuenta los días, pero por mero aburrimiento, esto es puro desgaste cuando a los trece (13) aprendés a pisarle al gatillo.

De donde vengo solo hay promesas de un incierto, silencios asesinos, y uno que otro abuelo que lo ve todo… y calla con gran ironía.

De donde vengo, no vengo, pues huir es el mejor veneno, todos por la tv saben de dónde vengo, un lugar donde nacen muchos, y se crían pocos, un lugar famoso en los cuentos, en los poemas, y lo libros de literatura para derrotados.

De donde vengo, nos duele la tierra que llevamos en los pies, en la ceguera, en la guerra, en la chequera.

¿qué llevamos en el pecho? No las manos…


De donde vengo había gente, ahora solo hay caníbales. Cuando viene el sol rojo, deprisa se esconde el día, y como una sombra siniestra, el miedo detrás de las puertas, se apodera en asedio,

yo tranco la puerta con un azadón, no va y sea que entre el diablo, y le arrebate la inocencia a mi hermana mayor, no ha habido que comer en tres lunas, y las hostilidades resuenan más fuerte al otro lado de la montaña, mamá reza al dios sordo de los ciegos, y mis hermanos han aprendido, que aquí es prohibido quejarse.

escucho zumbar el cielo, parece ser que los cuervos de acero están cerca, a mi padre lo enterramos hace tres días lluviosos. No sabemos si vendrá el tirano, o el heraldo del tirano a darnos calma.

yo solo se cantar, y cantar, en contar con alegría la tristeza, …cantando moriré, pero en realidad… ¿no sé cómo estoy vivo?

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Eduardo Segura García Agotado suspiro Ando resuelto en el asfalto inexistente, meditando apenas un brillo, ciega pregunta roce inmediato que roba el viento. He escuchado voces mendigando, por un espacio, un poco de aliento. Me envuelve la esfera que en mi he creado, traspasándome matan la paz, incrédula serenidad de mi tristeza.

No dicen nada, voces de la nada que no pueden ni tocarme, han de morir gritando su nombre, el verbo que no conozco, rezando aquella figura de roca y carne que silencia en el invierno de su sexo. Navegan inciertas balsas alimenta vidas como buitres, cual ruiseñores robando de la flor el néctar.


Ha de morir de ceguera el eclipse al ver tu alma y mi palabra en la noche conjugados.

Callará entonces, robará mi más puro elemento, infinito destello perdonado. Fuiste soledad fiel acompañante, fuiste vida y yo te fui gozando.

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Esther Eben-ezer Gil Hernández

Amar, morir y revivir El filo de tu nombre en la garganta, tu silueta en la pupila derramándose en la lágrima, la mañana desmembrada en tres partes, en tres partes el corazón, en tres pasos lo nuestro, amar, morir y revivir… lo nuestro siempre al pie del abismo, un paso detrás del otro, lo nuestro se desdibuja a ratos, lo nuestro nunca ha sido fácil. ¡La tierra nunca nos vio con ojos buenos...! Morimos de amor en alta mar, flotamos cara abajo, hasta reencarnar reconciliados en sargazo… llenamos las bocas ansiosas, para transmutar en almeja o pez… Lo nuestro nunca ha sido fácil, pero hay días que amanezco de más complicada… Te dibujo en la arena y a cada rato el mar te me devora…


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doN gellveR

Última voluntad y testamento Serie de poemas incluidos en el libro Florilegio de boradores incompletos

Las piezas de este trabajo fueron creadas durante el primer verano del siglo XXI en la isla prisión de Rikers de la ciudad de Nueva York donde el autor estuvo disfrutando una sentencia por asaltar, secuestrar e intentar violar un corazón muerto.

doN gellveR

TENTACIÓN

En una pesadilla donde la libertad se pierde despertar es un sueño.

CASTIGO

Cuando las rejas son el presente el tiempo pasa con eterna paciencia.


NADIE 82

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Esperando por una visita, cualquiera es alguien quien se convierte en todo el mundo.

LLANTO

Sin evidencia el dolor es enjuagado en la ducha.

PUNTO DE VISTA

Cada recluso vigila los guardias hasta que ellos completan la sentencia.

ESCAPE

El túnel de la vida promete una luz al final. La muerte es la recompensa.


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Ricardo Esquer

Cada mañana el sol salta

con paso normal atraviesa el cielo en un día desde la sierra madre al mar bermejo en la misma dirección de los ríos de ostimuri –llevan el relato solar sumergido en sus frentes especulativas sueñan que vuelven de la muerte después de bañarse en una sangre ya quieta– ríos como astros ocultos entre las olas nocturnas y el sol atrapado bajo el horizonte abstracto de un mundo sin luz

cuando la sombra baña la costa difícil un viento caliente desde la llanura y el pecho de la sierra a la altura de los ojos serenan al oleaje incesante y frío el último resplandor apaga su sangre ya oscura –mujeres y hombres comunes caminan por las aceras forman grupos y organizan saraos y borracheras aprovechando que el sol ya no los mira–

pero en cuanto despega el día


una mirada quemante dispersa los grupos ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ arde84en las calles una soledad solar

capaz de secar los cauces entre los rudos corazones entregados a la fábrica de sus casas y a traer hijos al infierno –mujeres y hombres ríen sólo por la noche salen sillas a los patios mecedoras a las aceras pobladas bajo un cieloscuro vacío–

agradecida por la sombra la tierra entre los pechos fluyen caudales gigantescos agitadas jorobas mezclan estrellas y limo arrulla la brisa desde el mar

y cuando los más jóvenes platican al viento y nombran los hechos del día obstinados silencian –otro río subterráneo– la esperanza de repetirlos mañana


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“La poesía mexicana tiene tantos caminos sin explorar que como editor el trabajo es arduo”


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Andrés Cisneros de la Cruz. 1979. Poeta. Libros: Vitrina de últimas cenas (2007), No hay letras para escribir tu epitafio (2008), Como la nieve que dejan los muertos (2009 y 2010), Ópera de la tempestad (2011), La perra láctea (Inferno Ediciones, 2012) y Fue catástrofe (Rojo Siena, 2013). Estudió Letras Hispánicas en la UNAM y Comunicación Social en la UAM. Es segundo lugar en el Certamen Internacional Relámpago de Poesía Bernardo Ruiz, 2008, mención honorífica en el Concurso Nacional de Poesía El Laberinto, 2004, y en el Concurso Nacional de Poesía Jaime Sabines, 1999. Y segundo lugar en Premio Nacional de Poesía Temática Tinta Nueva 2011. Incluido en 40 antologías, entre ellas, Descifrar el laberinto (2005), el Anuario de Poesía 2007 (FCE, 2008) y Las semilla desnuda (2010). Organizador del I Debate Independiente de Crítica Poética 2013, del Torneo de Poesía (Adversario en el cuadrilátero), de los Miércoles Itinerantes de Poesía, y compilador de 40 Barcos de Guerra y de Torneo de Poesía 2007-2010. Antología de poetas sobre el cuadrilátero (2013). Colaborador del programa Luces de la ciudad y Radio Etiopía.


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I

¿Qué te impulsó a sumergirte en el mundo de la edición independiente?

El mundo de la poesía independiente no existía tal como lo conocemos ahora, hace diez años. En aquel tiempo era como un trazo disperso de proyectos que no les interesaba en lo absoluto enfrentarse con el "espacio central" de la poesía, y los que tenían la intención, se quedaban en el intento. Al menos en la Ciudad de México, estaban las revistas y proyectos que venían de los 90, y que ya consolidados tenían una perspectiva muy confusa de lo "marginal" y lo "oficial", porque en sus revistas encontrabas poetas muy bien acomodados en el sistema, así como poetas universales, latinoamericanos, estadounidenses (pues venían de este vínculo todavía latente de la tradición que generó El Corno Emplumado, en relación estrecha con los beat), y el espacio para voces recientes no estaba definido, o llanamente, no había espacio para estos poetas emergentes. Es decir, las posibilidades para publicar sin ocupar los aparatos estatales o universitarios eran casi nulos, pues los fanzines y autopublicaciones corrían de manera sesgada y sólo entre los mismos grupos que los producían. Con ese panorama, crear una revista de poesía independiente que uniera el libro objeto, el conflicto, así como la investigación y difusión de grupos literarios no conocidos, y la publicación de autores emergentes, era necesario y sobre todo urgente. Así surge la idea de formar Verso Destierro.

¿Cómo nace el proyecto de Verso Destierro y qué busca transmitir a los lectores con las obras que publica?

Es en ese momento cuando decidimos (Adriana Tafoya y un servidor) entrar de lleno en una investigación de campo para buscar todo ese panorama poético que de primera instancia no era visible. Y de 1998 a 2002 nos dedicamos a conocer, entrevistar, indagar entre grupos underground, así como en reuniones poéticas en ciudad Neza, Iztapalapa y zonas alejadas del centro de la ciudad de México; en el Tianguis del Chopo, en las calle de Argentina, en Gante, etc., y encontramos lo que andábamos buscando: otra forma de hacer poesía que no era una réplica de la "tradicional poesía" publicada en los aparatos ya instituidos. Y es ahí donde nace Verso Destierro como revista; un proyecto que no sólo era un espacio para voces emergentes, sino también para poetas que pese a su calidad, no tenían un lugar en el "escaparate" de la historia general de la poesía, pero sobre todo lo que


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concebimos fue un proyecto de conflicto, que "obligara" a la gente de a pie a voltear hacia la poesía que estaba por surgir en ese campo de batalla que estábamos generando, y al mismo tiempo que pudiera abrir la expectativa del lector general de librería y darle una visión ampliada del espectro poético nacional. Lo que creamos no fue un proyecto marginal, sino de empuje; con la firme intención de catalizar ese hervidero de impulsos aislados y ser un umbral para su crecimiento, y al mismo tiempo donde se planteara de manera estructural un pensamiento autónomo para la concreción de otras formas de vida y crítica. Por eso a Verso Destierro lo acompaña la frase: "poesía para evolucionarte y ser".

Verso Destierro sale a la calle -en diversos foros al aire libre y espacios cerrados-, a hablar, decir la poesía, y en ello encontrar público, ¿por qué de esa iniciativa? Lo que hizo posible que naciera Verso Destierro es el hecho de que se distribuye de mano en mano, y que incluso antes de nacer, tanto Adriana como yo, renunciamos a nuestros trabajos anteriores, para sobrevivir netamente de la poesía y reunir el dinero para lo que sería el primer número de Verso Destierro en 2004, con el tema de "Existencia". Desde 1995 para mí la calle y la poesía han sido un modo de vivir, sobrevivir y hacer vivir la poesía, y desde el año 2000 no aventuramos a soltar las amarras del mundo instituido para encontrarnos de frente, únicamente con nuestro trabajo editorial y poético con la gente; y la gente está en la calle, en las plazas, en los cafés, cantinas, en el metro: por eso gran parte de las personas que hemos ido conociendo a lo largo de estos doce años ha sido en los espacios públicos y no en las reuniones culturales. Decidimos abandonar los trabajos convencionales para sobrevivir y dedicar 100% de nuestro tiempo a la poesía para vivir. ¿Qué opinas del libro electrónico, de las plataformas digitales que están generando especulación con respecto a la futura eliminación del libro-objeto? ¿De qué manera afronta la “modernidad” Verso Destierro? Para Verso Destierro el libro objeto ha sido siempre su motivo de ser. El reto para nosotros era generar un libro objeto que al mismo tiempo pudiera tener un tiraje de 2 mil ejemplares, y por eso cada número de la revista tiene un diseño distinto y es un objeto en sí; pero también lo realizamos con la idea de que los lectores convencionales lo puedan adquirir y su costo no se excediera. Porque ha pasado eso también, que un libro, únicamente por ser


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uno de cien, aunque la calidad no sea óptima, te lo venden al triple de precio. Para nosotros la idea es hacer un libro de arte, bello, de buena calidad y sencillo para que sea accesible. Respecto a las plataformas digitales, puedo decirte que las ocupamos. Son complementos importantes y que agilizan la promoción y difusión de la poesía, así como los eventos en general, y que por supuesto tienen su encanto. Pero la edición digital está en su etapa primaria. Hacer un pdf y publicarlo no es editar digitalmente, es tener un libro digitalizado. Editar de manera digital libros es todavía algo que no se alcanza a vislumbrar. Por ahora es un soporte para el libro tal como lo conocemos. El editor (en particular el editor independiente) del futuro tendrá otro tipo de retos y que tienen que ver con la generación de softwares de hardwares emancipatorios. Porque el editor oficial ocupará los hardwares y softwares confeccionados exprofeso. Porque las empresas tienen el dominio de las estructuras que ocupan casi todas las personas en su computadora y han ajustado todo para que se automaticen las actualizaciones de software que son usadas para "incluirse" en una red social, pero también al capital activo y vida laboral del país; por eso los editores independientes del futuro tendrán que ser programadores para buscar modos de hacer libros en formatos y estructuras diferentes. Holográficos tal vez; libros laberinto o realidades virtuales de palabras (donde partitura e interpretación se concreten, ¿por qué no? en un mismo plano) y planteen inherentemente retos ontológicos. Al final el punto crucial del creador y el editor (que es otro tipo de creador) es: ¿para qué haces las cosas?, y preguntarse si las estructuras ya confeccionadas sirven para el propósito de tu creación. II

Para ti, ¿qué es la poesía? Es un lento y largo proceso de desenajenamiento. Y en cada paso se requiere un acto de transformación: creaciones que darán soporte al proceso de tus reestructuraciones. La poesía es evolución; pero la evolución no es total. El desarrollo humano es un ecualizador en el que caben todos los estados por los cuales ha cruzado a lo largo de su historia; y ese ecualizador puede percibirse tanto socialmente, como en el individuo. La poesía es una herramienta para transformar la realidad.


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¿Quiénes son tus influencias y por qué escribir poesía?

Cuando uno se casa con una idea de influencia se une a una escuela, de la cual podrá derivarse o integrarse, pero que asume como punto de partida para la ontogénesis. Sin embargo la influencia, desde mi punto de vista, no se asume como una particularidad, sino como parte de un cauce sensorial completo. Para mí las lecturas que perduran profundamente son las que logran empatizar con mi propia guerra y me aportan herramientas para entender o vislumbrar con mayor claridad el entorno estético que me contiene. La literatura rusa fue un impacto, Gorki y Dostoievski, Chejov, luego Strindberg, o en España (las crónicas poéticas de Azorín) o el esperpento de Valle Inclán, lo monstruoso de Dámaso Alonso; lo grotesco de Buero Vallejo, las lecturas de Beckett, Sartre, Camus, Ionesco, aquella antología de poesía inglesa realizada por Isabel Fraire, o de la poesía francesa el Adán negro, surrealismo del trance, del ritual social. Walt Whitman y León Felipe, César Vallejo y Miguel Ángel Asturias, italianos, Papini, Calvino, en el cine, Tarkovski, Fellini, Ripstein, Greenaway, Egoyan, Agelopoulos, Kieslowki, Jodorowsky, etc., y Yolanda Lastra con su sociolingüística. En la poesía mexicana cuando descubrí a Enrique González Rojo Arthur, Ramón Martínez Ocaranza y Orlando Guillén, cambió mi panorama; me hizo revisar de otro modo a los estridentistas, poeticistas e infrarrealistas; a la misma Espiga amotinada. Leer a poetas como Horacio Espinoza Altamirano, Norma Bazúa, Abigael Bohórquez, Max Rojas, Aurora Reyes, te cambia. Porque escribir poesía es abrir el pozo de tu mente para que puedas ver desde afuera el caudal de tus pensamientos, la figura de tus emociones: hacer un balance y trazar en el plano de una página (un árbol) el diagrama de tus transformaciones. El esquema de tu propia arquitectura. La crítica al árbol cerebral, la poda de la flor de los pensamientos. ¿Qué sigue para ti en el corto plazo como editor y promotor cultural y tanto más como autor?

Esto apenas comienza. La poesía mexicana tiene tantos caminos sin explorar que como editor el trabajo es arduo para revisar "las historias" de la poesía mexicana, tanto en lo poético como en lo social; y la poesía se está reestructurando, está en un momento vital, donde tomará muchos caminos, y sobre todo cambiará la forma de


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leerse, porque lo que se consideraba centro en un futuro será sólo un fragmento de lo que será la poesía. Por eso, con Verso Destierro estamos realizando Debates de Crítica Poética Independiente y crítica de facto. La visión dictatorial quedará atrás en algún momento, si la idea de "independiente" no se estanca en ser solo un "margen" o una modo "alternativo" de publicar, sino que en realidad el poeta asume su autonomía como una forma de vida, una estética particular que garantizará una proliferación de especies poéticas, una riqueza nunca antes vista en el jardín de la poesía. De igual modo las estructuras se enriquecerán, el Torneo de Poesía Adversario en el cuadrilátero, que es el único en el mundo en plantear la poesía cual "deporte intelectual", tomará su importancia, y por qué no, tal vez en un momento estará como deporte, no como loas al deporte, sino como deporte dentro de los Juegos Olímpicos. Eso más que un reto, es una posibilidad, y México será sede de ese epicentro. Y la poesía será y es testigo de la forma en que libramos la guerra más violenta y cabrona que puede haber, la de transformar la vida.

Muchas gracias, Andrés Cisneros, por la entrevista.


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Contacta con el editor para más información sobre la convocatoria

Página en Facebook de Mario Islasáinz https://www.facebook.com/marioislasainz14?fref=ts


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