Durante el siglo pasado, una joven pianista daba conciertos por toda Alemania con éxito considerable. Para lograr más éxito aún, se presentaba como alumna del famoso pianista y compositor Franz Liszt. La verdad es que ni siguiera lo había visto nunca. En una ciudad donde se había presentado de esa manera, descubrió, para su sorpresa y horror, que el famoso músico se alojaba en el mismo hotel donde ella se encontraba. Se llenó de pánico. Estaba casi segura de que su engaño sería descubierto y divulgado y que su carrera musical llegaría a su fin. Completamente desesperada, decidió recurrir a la misericordia del gran maestro. Temblando y muy confundida, fue a la habitación de Liszt y, en medio de sus lágrimas, le confesó el fraude. “Vamos, vamos. Veamos qué podemos hacer”, dijo Liszt con amabilidad, y la condujo hasta el piano. “Permítame escucharla”. Ella se sentó y comenzó a tocar una de las piezas que había preparado para el concierto. Mientras escuchaba, Liszt hizo algunas observaciones ocasionales y algunas sugerencias. Cuando hubo terminado, le dijo: “Ahora querida: Te he dado una lección de música. Verdaderamente has sido mi alumna”. Antes de que pudiera recuperarse, Liszt le preguntó: “¿Ya tienes impreso el programa para tu concierto?” “No”, contestó ella. “Todavía no”. “¡Magnífico!”, respondió el maestro. “Imprímelo como de costumbre; pero añade que contará con la colaboración de tu maestro y que el número final será ejecutado por Franz Liszt en persona”. El concierto fue un éxito sin precedentes. Liszt manifestó bondad hacia una joven pianista que había errado. Maestros: En estos tiempos, Dios nos insta a mostrar un espíritu tal hacia nuestros alumnos. Y, como dice Pablo en 1 Timoteo 4:14: “No descuides el don que está en ti. Sé diligente en estas cosas, entrégate del todo a ellas, para que todos vean tu aprovechamiento”. Y Pedro añade: “Cada uno ponga el don que ha recibido, dispensando fielmente las diferentes gracias de Dios. Si alguno enseña, enseñe conforme a la Palabra de Dios; si alguno ministra, ministre conforme a la virtud que da Dios, para que en todo él sea glorificado por Jesucristo, a quien pertenece la gloria y el imperio por los siglos de los siglos” (1 Pedro 4:10, 11). RELATO MISIONERO CLAUSURA: Invitemos al Maestro de los maestros, a Cristo Jesús, e irradiemos su carácter en nuestro diario vivir. REPETICIÓN DEL VERSÍCULO DE MEMORIA DE LA SEMANA (congregacional) “Los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte” Hebreos 8:5
Programas para la
Escuela Sabática 2013
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