reflexión JDC sobre cárcel en Alhué

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Pequeño pueblo dejado en las manos de la delincuencia Por: Juventud Demócrata Cristiana de Melipilla

Alhué es una ciudad donde aún permanece la esencia de la buena fe en las conductas de las personas. Alhué conserva una vida tranquila, con personas y familias trabajadoras, honestas y de buenas costumbres que llevan una existencia en armonía con su entorno natural y con sus vecinos. La existencia en paz permanente de esta ciudad se debe precisamente al hecho de que no está afectada por las enfermedades de las grandes ciudades, como por ejemplo: la delincuencia, el tráfico de drogas y los riesgos de vida elevados por contaminación. La llegada de una cárcel a la ciudad de Alhué significará un trastorno en su vida diaria. El número de prisioneros que albergaría sería cerca de 3.000. Pensemos en las personas y familias que visitarían a los prisioneros en la cárcel, si hacemos un cálculo pensando que solo una persona visitará a cada prisionero tenemos el siguiente resultado: ¡3.000 personas más! En una ciudad pequeña, que llegarán en masa a alterar el estado normal de una ciudad acostumbrada a una vida en apacible. Si pensamos en las familias de presos peligrosos que llegaran a vivir a la comuna es nuestro deber pensar en las consecuencias que esto puede generar en el orden, la seguridad pero también en las costumbres y valores que caracterizan a la comunidad local. Creemos que la llegada de esta gran masa flotante de personas hacia Alhué provocará un aumento en la delincuencia en ese lugar y sus alrededores por lo siguiente: -

Creer que las personas que visitarán a los prisioneros aumentarán la delincuencia no se fundamenta en un prejuicio hacia sus familias y amigos, (en esto radica lo fundamental), y acá esta lo delicado: la experiencia indica que muchas de esas personas que llegarán a Alhué sentirán más incentivo para delinquir por el hecho de que esa ciudad está abierta, está disponible, los


ciudadanos son confiados y ni siquiera utilizan rejas en sus casas, porque tienen un modo de vida distinto a la gran ciudad. Y lo fundamental es reducir el riesgo, y en este caso concreto el riesgo hacia las personas se incrementa exponencialmente. Si el Gobierno decidiera instalar una cárcel en Santiago se provocaría un gran revuelo y escándalo en la opinión pública, precisamente porque las personas tienen más herramientas para hacer los reclamos y protestas que corresponden. En este caso el Gobierno para evitar el problema ha optado por una estrategia mucho más simple (y cruel): exportar un problema que no es esencialmente de Alhué e instalar una cárcel en una ciudad donde las personas no tienen la capacidad de protestar masivamente. Es deber de los ciudadanos más informados, de las autoridades, y en especial de los jóvenes y las juventudes políticas acudir en ayuda de aquellos que no tienen la voz ni las herramientas necesarias para defenderse de este ataque brutal efectuado por las decisiones del Gobierno central hacia su existencia misma como pueblo. Conclusión: Con esta decisión el Gobierno está haciendo lo siguiente: permitir que una ciudad pequeña y con una existencia pacífica sea invadida por la delincuencia.

Melipilla, 14 de Junio de 2011


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