Cultura O marzo de 2013

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Revista cultural para la región del Oriente Antioqueño / No 15, marzo de 2013

Cultura O

del Oriente Antioqueño / No 13, enero de 2013

Susanita Dormilona Escultura de Alonso Ríos Técnica: Marmolina Título: Hombre leyendo Autor: F. Sánchez Caballero Técnica: Acrílico sobre lienzo


Editorial

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¿PORQUÉ APAGAR LOS CELULARES?

l pasado 15 de marzo este servidor realizó una protesta pacífica que pretendía que la mayor cantidad de personas d e l o r i e n t e Antioqueño apagaran su celular a las doce del Por: Miguel Ángel Ríos día de la fecha referida. Director Como primíparo en las artes de la masificación de contenidos en la internet, solo conseguí que 1734 personas confirmaran su participación y que la invitación se extendiera a 26.489, lo cual, para un primer intento es muy satisfactorio. La consigna era: No más abusos, descaros, maltratos, mal servicio y burlas por parte de las empresas de telefonía celular. Es el momento de protestar. Apaga tu celular durante 5 minutos el próximo 15 DE MARZO y demostremos que la voz del pueblo sí tiene valor. La paciencia se agotó, es hora de reclamar un servicio justo, eficiente y económico. Y aunque muchos no comprendieron el mensaje y me juzgaron por agitador, por desocupado, insolente y hasta por atentar contra serias empresas nacionales, pues me reafirmo en la intención que tengo y desde ya les anuncio la campaña que acabo de emprender para que el apagón de celulares sea a nivel nacional y la fecha pensada para tal proposito sera el

primero de mayo, día del trabajo. Y no será de 5 minutos, sino de 15. Y es que lo hago, no por simple capricho, sino porque siento la necesidad de expresar lo que muchos no se atreven, ya sea porque no poseen los mecanismos, porque no saben cómo hacerlo, porque no tienen quien los incentive o simplemente porque les da pereza y entonces es mejor callar, hacerse el pendejo y seguir soportando que nuestra telefonía celular sea la más costosa de América Latina y el servicio involucione, se deteriore progresivamente. Pero como nadie hace nada... Hace casi cinco años tuve la fortuna de hacer parte del equipo de producción del programa Relatos de Viaje que emitía el canal regional Teleantioquia y para la realización de muchos capítulos de este espacio recorrí gran parte del territorio antioqueño, en municipios apartados, p a r a j e s olvidados, geografías increíbles, sitios casi inaccesibles, y nunca perdí la señal con mi humilde Nokia 1100. Ahora, un lustro después,

CONTENIDO Cuento: El gallo de los huevos de oro Cuento: El espejo

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Luisa Fernanda Aristizábal:

La belleza “viajando a través de la carne” Reflexión: Los artistas Un pequeño análisis al imaginario colectivo (parte 2) Desde la torre: cuento El güeso gustador Programación Festival de Música Religiosa Marinilla Apropósito de: Pintor Javier Toro Crónicas del nuevo mundo: cosa de puercos Poesía: Poemario de Carlos Otero, No 2 Juan Manuel Guiral, pintor Educación gratis, casas gratis, ¿todo gratis? Apropósito de: Otra triste historia de arte

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cuando todo ha evolucionado y contamos con maravillas como las tablets, Smart Phones, Wii, Play Station 3, la televisión es de otra generación, los juguetes tecnológicos son cosa de locos, tenemos Windows 8 y ya se conoce lo que será el el Windows 9, cuando todo es más veloz, más pequeño y almacena mejor información y nos proporciona mejores imágenes, mejores sonidos y provee lo necesario para un óptima conectividad planetaria, nuestra telefonía avanza como el borracho: dando un paso y devolviéndose dos. En países como Argnetina y Estados Unidos los llamados “apagones de celulares” han dado resultados muy positivos, pero en Colombia nos ha faltado más compromiso con una iniciativa tan sencilla. Por eso, nuevamente los convoco a protestar pacíficamente en busca de mejores condiciones de conectividad y comunicación.

Cultura Director: Miguel Ángel Ríos Diseño Gráfico: María Alejandra Ríos Colaboradores: Carlos Eduardo Vásquez Luis Enrique Atehortúa Alonso Ríos Vanegas

E-mail: revistaculturao@gmail.com / Teléfonos 5617191 - cel. 3128360990

Un producto de:


MARINILLA

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EL GALLO DE LOS HUEVOS DE ORO

Cuento

Por: Carlos Eduardo Vásquez

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lgunos creen que cumplir todos sus deseos es lo que más les conviene. Pero, a veces, obtener lo que se busca puede hacer más mal que bien. “Ten cuidado con lo que sueñas”, me decía un familiar en mi niñez, “Porque a lo mejor… lo consigues”, remataba. Pues resulta que el fin de semana pasado estuve visitando una finca en el Oriente antioqueño. Nada inusual: dos cuadras de tierra, una casa principal de buen tamaño y al fondo, un corral de gallinas. Mejor dicho, dos corrales de gallinas, cada uno de ellos con cuatrocientas aves. “Trabajamos bajo un sistema de semipastoreo”, me contó el mayordomo y luego me llenó de una gran cantidad de datos adicionales. Yo que de producción de aves sé muy poco, mejor me entretuve en mirar la actividad frenética de las ochocientas aves a las cuatro de la tarde. A esa hora, un zumbido salía de las gargantas de las incansables plumíferas. De pronto, me fijé en un hermoso gallo negro con visos dorados y una imponente cresta roja. A diferencia de sus amigas gallinas, este ejemplar no estaba encerrado sino suelto por ahí. Largas plumas negras cubrían su cuerpo desde el cuello hasta la espalda y remataban en una cola de sólidas plumas arqueadas. Este vistoso animal, pese a que tenía toda la finca para andar a sus anchas, permanecía junto a la puerta de uno de los cercados y caminaba ostentosamente de un lado para

el otro. sem l a

Se moría de ganas de entrar a ejante “harén gallino”, pero malla se lo impedía. No logré ver otro macho en los corrales que amenazara su dominio, y por eso estoy seguro de que si hubi era

pod i d o entrar, el gallo negro se h u b i e r a el rey absoluto del

convertido en gallinero. Mientras tanto, al otro lado de la puerta del corral, una docena de ponedoras miraban el gallo con claro interés marital. Lo seguían si se movía a la izquierda o a la derecha como si fueran una sola ave. Cada dos o tres minutos se agachaba el galán y se agachaban las pretendidas. Algo incomprensible se tenían que estar diciendo, pues permanecían largo tiempo con los picos muy juntos y los cuellos a ras del suelo mientras la red metálica los separaba de su frenesí avícola.

El Espejo

Por: Carlos Duque, estudiante de Comunicación Social UCO

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orría. Ya iban siendo las 4, escuchaba el alboroto de los que habían llegado, bajé la colina a tropezones, mientras bajaba la quebrada, escuchaba los recurrentes: ¡por ahí! ¡Ahí! ¡Déjelo ahí! Estaban casi todos. Llegué y como me impacientaba tanto estar afuera escuchando los gritos, preferí entrar. En el corredor de tierra cercado con chambranas en guadua estaban los perros empantanados, las escopetas guindaban tibias de la pared y don Adán y José reposaban sus calorosos pies afuera de las

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Mi mente interpretaba de varias maneras la desesperada situación del gallo. La primera conclusión fue que este espécimen era un prisionero sin jaula. Irónicamente, el pobre animal no necesitaba ninguna reja que lo contuviera para ser libre. Por el contrario, lo que necesitaba era un hueco en la malla para poder colarse y acceder a su paraíso particular. Ese gallo era un prisionero del mundo exterior y jamás escaparía aunque muriese de desconsuelo junto a la puerta del gallinero. La segunda conclusión, en concordancia con la idea inicial, era que este gallo no podía estar junto a las gallinas porque podría morir extenuado. En realidad, lo que le convenía al casanova criollo era estar afuera del corral. En su cerebro gallinesco, nuestro personaje no entendía que cuatro centenares de "señoras" requiriendo sus servicios al capricho de sus urgencias representarían demasiada actividad para un pobre gallo de corral. Y es que éste no era trabajo para un gallo cualquiera, no señor... atender las ansias de tanta gallina junta, y complacer a todas sus congéneres de un solo tirón era una misión compleja y extensa. Era una labor para un protogallo, para un ave paradigmática, para un ejecutante gallístico superior... En otras palabras; una misión para el gallo de los “huevos de oro”.

botas mientras se tomaban una tasa de claro. Tan pronto entré a la sala, Wilmar me dice: ¡jum, hace rato se veía como un espejo, llegó usted y se dañó!. Nos desesperamos cada vez más, dos rayas endemoniadas no paraban de titilar y tan pronto gritábamos ¡muévalo! aparecía la llovizna que nos llenaba de impotencia. Le dije a Juan: Vaya muévalo usted, que usted sí sabe. Salió. Esperé unos segundos el obrar de sus manos prodigiosas, pero las rayas y la llovizna seguían intermitentes. Por un momento, me quedé lelo con la perilla, la giré dos veces y el espejo volvió.



Luisa Fernanda Aristizábal

LA BELLEZA “VIAJANDO A TRAVÉS DE LA CARNE” Por: Marbin Barros Lesmes

“El cuerpo es un universo en el que me puedo perder…”*

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l fondo de un microcosmos de gladiolos, san joaquines y rosales; en un derroche de rojos, amarillos y violetas, se puede presentir el alma fértil y juvenil de su figura. Al ojo desprevenido, podría parecerle que se trata de la usual “veinteañera” absorbida por el mundo contemporáneo del consumo y ocupada de asuntos superficiales; No obstante, al cruzar el umbral de su aposento, su más íntima realidad se manifiesta. La última habitación de una vivienda en el barrio “La Cooperativa” de Rionegro, hace las veces de taller, para que Luisa Fernanda, una joven de 23 años, despliegue su talento y creatividad con los que logra sobrecoger y deslumbrar incluso al más insensible de los seres; ya que tras de una aparente “simplicidad en el dibujo”, se devela una enigmática intención que –según sus propias palabras- constituye un llamado a la reflexión, sobre estar acá y sobre qué estamos haciendo… Su más reciente obra, “Viajando a través de la carne”, ha sido escogida entre muchas otras, como la mejor a nivel Oriente en la “Sexta Bienal Regional de Artes” que realizan en convenio La Universidad de Antioquia y Comfenalco; la cual ha tenido como tema para esta versión (2012-2013) el eslogan de “Moradores y Transeúntes”, recorridos por la geografía social y natural. La obra de Luisa Fernanda, aborda en su temática diversos aspectos que confluyen básicamente en tres elementos: El cuerpo, el espacio y el tiempo; interrelacionados por el eje transversal del interrogante; es decir, la obra en sí misma, consiste en la pregunta por el ser en el cuerpo que ocupa un espacio y un tiempo definido y que a la vez es espacio y tiempo de algo o para algo. En palabras más simples, es una obra sincera, liberada del esquema estilístico y el rigor intelectual, una fotografía del

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“Comenzar a explorar con los recuerdos de la infancia, huellas que quedan y han transcurrido en el cuerpo y pensamiento a través de los años sumando la experiencia del instante; da apertura a interrogar el ir y venir. estados anímicos del cuerpo donde se alude ala descomposición de la materia recordando su efímero instante por el espacio-tiempo como transformación necesaria del ser en su fluir” LUISA ARISTIZÁBAL

desasosiego interior, de la incertidumbre y el extrañamiento de un cuerpo y de una realidad insospechada e indeseada. A la vez, una interrogación a la cotidianidad del ir y venir pero sobre todo, una obra que alude a la descomposición de la materia, recordando su efímero instante en el espacio-tiempo como transformación necesaria del ser en su fluir… Ésta artista plástica auto-didacta, a través de su obra concluye que “El cuerpo es un universo en el que me puedo perder”* y deja claro que las artes plásticas tienen mucho futuro en el municipio de Rionegro, en el cual también habitan el maestro Juan Arango, quien obtuvo el segundo puesto y los jóvenes artistas, Fabián Osorio y Esteban Lara del “Colectivo psicosomático” que consiguió el tercer lugar en la Sexta Bienal Regional de Artes.



Reflexión

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En El Carmen de Viboral LOSMUSEO ARTISTAS,DE Por David Ackert. EL LA CERÁMICA: os artistas son de las personas mas dinámicas y ARCILLA DECORADA A MANO faz de la Tierra. Tienen que Lllenas de valor sobreElaHISTORIA lidiar con mas rechazos en un año que lo que la mayoría de las personas en toda su vida.

Cada día se enfrentan al reto financiero de vivir con trabajos temporales, con la falta de respeto de la gente que cree que deben obtener trabajos "reales", y su propio miedo a no volver a trabajar nunca más. Cada día tienen que ignorar la posibilidad de que esa visión a la que se han dedicado toda su vida es un sueño muy lejano. Con cada año que pasa, muchos de ellos miran mientras las demás personas de su edad obtienen los valores de una vida normal (el coche, la familia, la casa, el nido…) pero ellos se mantienen aferrados a su sueño sin importar los sacrificios. ¿Por qué? Porque los artistas están dispuestos a dar su vida a un momento (a aquella línea, risa, gesto, o a aquella interpretación que le robe el alma al público). Los artistas son seres que han probado el néctar de la vida en ese momento detenido en el tiempo, cuando entregaron su espíritu creativo y tocaron el corazón de alguien más. En ese instante estuvieron más cerca de la magia, Dios y la perfección de lo que nadie jamás puede estar. Y en sus corazones saben que el dedicarse a ese momento vale mil vidas más.

David Ackert es un empresario estadounidense y e x p e r t o e n desarrollo de negocios. Él es el fundador de la Asesoría Ackert, que ha proporcionado entrenamiento y capacitación de desarrollo de negocios para las empresas de servicios desde finales de 1990. David ha escrito y contribuido a más de una docena de artículos en publicaciones como Los Angeles Times, The National Review, y el Diario, y ha sido citado en varias publicaciones especializadas y libros de negocios. Ha participado en numerosos paneles y, a menudo da conferencias sobre el tema de desarrollo de negocio, comunicación efectiva y manejo del tiempo. También imparte cursos de planificación estratégica y de marketing a través de UCLA Extension.


UN PEQUEÑO ANÁLISIS AL IMAGINARIO COLECTIVO DE ESTE SIGLO (Segunda parte)

Por: Oladier Ramírez Gómez En el imaginario colectivo podemos encontrar tendencias moralistas que pretenden darle una nueva interpretación de aquello que se ha definido como bueno y malo, es así como encontramos la tendencia generalizada de rechazar o aceptar conductas masivamente. Recuerdo que hace algunos años fue bien documentada por los noticieros colombianos la historia de una madre que buscaba desesperada a su hijo de apenas unos cuantos meses de nacido, el desenlace fue trágico, el padre de su hijo, su compañero sentimental, participó en el secuestro y posterior asesinato. Este hecho generó tanto rechazo en la sociedad que a los pocos meses se endurecieron las condenas penales para este tipo de delitos. Pero no solo rechazamos conductas, también aprendemos a aceptarlas, es así como las comunidades LGTB, viene ganando aceptación, situación que en el siglo pasado se rechazaba hasta jurídicamente y cuyas conductas generaban condenas penales. Pero es que los medios de comunicación han favorecido la aceptación, es mucha la programación televisiva que incluye a

personajes que adoptan estas caracterizaciones y que llevan al televidente a descubrir a personajes con igualdad de derechos. Otro aspecto que se ha venido generalizando es la manera de acercar a los hombres al rol de madres, y alejar el concepto machista, recuerdo haberme encontrado con varias producciones cinematográficas en las cuales la madre se encuentra ausente y es el padre quien debe asumir la responsabilidad de los hijos, la que más recuerdo es aquella producción de Nemo, el pez payaso, por no mencionar otras varias, en la cuales se destaca el papel del padre que es madre a la vez, -pero como no hacerlo-, si las tendencias globales exigen igualdad de derechos y son las mujeres las que vienen recuperando el espacio que les fue arrebatado cuando se les negó la participación y se les exigió sumisión y cuidado exclusivo del hogar. Hace unos 60 años la concepción, es decir el imaginario colectivo, marcaba otras tendencias y las mujeres ni siquiera podían ejercer el derecho al voto. El imaginario colectivo marca tendencias y aprueba conductas, pero también las rechaza, hoy por hoy se prefiere alejar el sufrimiento para darle cabida a los placeres, a aquellas sensaciones que estimulan, es más, gastamos millones de millones en medicamentos que alejen el dolor, y aquello que nos pueda afectar tiene que

ser sacado de nuestras vidas, es por esto que hay una tendencia a aceptar la Eutanasia, y el suicidio, alejar el sufrimiento a través de la muerte. Ahora bien, existen muchas otras tendencias revolucionarias que ostentan la condición de catastróficas y que de alguna manera aceptamos indiscutiblemente, aquello que nos hace pensar que las cosas como que no andan bien del todo en el mundo, crisis política, económica, religiosa, cultural… crisis…caos, aquella tendencia generalizada de aceptar que esta próximo el Apocalipsis. Situación que viene siendo profetizada desde siempre, pero que cada uno de nosotros siente que algo esta próximo a pasar. Solo espero que no se derive de las pretensiones de muchos que esperan que suceda.

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La columna del Maestro

Desde la torre

EL GÜESO GUSTADOR Por: Alonso Ríos Vanegas

No me lo chupe ni me lo lamba, dos metiditas y me lo manda”, rezaba en un pequeño letrero de signos góticos sobre papel amarillento que enmarcado era en la cocina de doña Rosa. Al lado de la ventana y debajo de un enorme hueso bovino (el fémur o calambombo, como popularmente se le llamaba), amarrado de una cabuya que pendía de un clavo mohoso que había clavado en el muro el abuelo diez años atrás y que era ya un símbolo de un jirón de la historia de los primeros habitantes del barrio.

tiempos de los años treinta, durante la hecatombe económica, cuando el “güeso” era lo más barato y abundante y hasta lo regalaban en las carnicerías, pero yo lo compraba antes de que se lo llevaran los recicladores de despojos de res para pulverizarlos y hacer abonos y velas de sebo con los desperdicios”.

güeso gustador”, decía esto el abuelo, mientras de sus labios saltaba una risotada contagiosa y burlesca que humedecía sus ojos. Contar estas historias le producía en algunas ocasiones estridentes risas, pero también en otras, tristezas y nostalgia.

Colgado de una cuerda de la horqueta de madera, se deslizaba verticalmente en la

El trasegar del hueso por el vecindario se daba en las horas de la mañana: de la casa de doña Rosa, el mocoso se llevaba el hueso donde su mamá Ernestina, quien en la misma forma lo colgaba de una horqueta y repetía la misma operación, lo introducía dentro de la olla hasta que hirviera el caldo. Luego pasaba donde doña Olga, la viuda, en donde ni siquiera le mezclaban cilantro ni cebolla porque ni eso tenían. Como un santo al hombro se lo llevaba rutinariamente El Tuerto hasta la casa de don Alberto, el tullido, donde doña Rita, su madre escasamente le mezclaba a la sopa un huevo de la gallina saraviada, que lo ponía rigurosamente cada día en la cama del tullido, en el rincón, a los pies de don Alberto. Continuaba la ronda por varias casas y concluía el aromatizante hueso en la de don Isidro, El Gruñón, cuando el tarro (como también le decían al hueso gustador), estaba seco, blanco y desabrido; como don Isidro.

Sentado en un taburete reclinado contra el muro de la entrada de la casa donde pasaba parte de su existencia cuando estaba reposando de la rutina del trabajo, miraba el abuelo a los transeúntes que iban ininterrumpidamente por la calle. Nos contaba historias antiguas del barrio. Tenía la rara costumbre de que cuando estaba meditabundo, apoyaba el puño cerrado de su mano derecha sobre el pecho y con la uña del pulgar presionaba en el hoyuelo del mentón. Lo apretaba continuamente dando golpecitos con él, mientras más preocupación tenía; como queriendo obsesivamente agrandarlo. Era tal su persistencia con este tic, que con los años ese hoyuelo se agrandó como un pequeño cráter y fue en la edad madura el rasgo más característico en su rostro alargado y huesudo. Luego, levantaba la cabeza mientras daba bocanadas de humo del enorme tabaco que sostenía en su siniestra. Macilento, largo y grande, con un extremo acodado y con muchos tendones y nervios y un poco de carne; era así como nos describía el enorme hueso que se empleaba para darle un poco de sabor a la sopa, si es que sabor daba después de rotar por el vecindario. —“Yo era el primero en comprarlo en la carnicería de Tocayo” —decía el abuelo sentado en su taburete contra el muro al pie de la puerta, mientras aspiraba el puro—. “Duros

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gran olla, con un “añadijo” de agua y sal y unas cuantas ramas de cilantro y cebolla. Eso era todo para hacer la sopa del almuerzo y luego, a la hora de almorzar, nos servían la juagadura de hueso con un poco de agua de panela, y una pequeña arepa y listo para alimentar a toda la familia. Más tardaba Rosa en sumergir el hueso en la olla, que en llegar por el solar de la casa por donde estábamos unidas todas las familias de la manzana donde vivíamos, un culicagado lagañoso y barrigón, pidiendo a gritos que por favor le prestaran el hueso gustador, para su mamá darle también gusto a la sopa. Así, de casa en casa, todas las familias de la vecindad en la mañana utilizaban el mismo hueso, hasta dejarlo como un palo seco, blanco y sin ningún sabor ni olor. “¡Eso sí era pobreza dura! Así fue como criamos a los hijos con la esencia del

Triste final el del hueso gustador, cuando después de recorrer el vecindario dándole sabor y sustancia a las sopas, extinguía arrojado a los flacuchentos y vagabundos perros del vecindario que rabiosamente se lo reñían.



SEMANA SANTA EN MARINILLA PROGRAMACIÓN Jueves 21 de Marzo

Sábado 23 de Marzo

Capilla Cementerio Museo San Pedro Medellín Templo Nuestra Señora de Asunción

Domingo 24 de Marzo

Capilla de Jesús

Domingo 24 de Marzo

Capilla de Jesús

Domingo 24 de Marzo Lunes 25 de Marzo

Centro Comercial San Nicolás Rionegro Capilla de Jesús

Martes 26 de Marzo

Capilla de Jesús

Miércoles 27 de Marzo Capilla de Jesús Miércoles 27 de Marzo Teatro Simona Duque

Miércoles 27 de Marzo Municipio de Bello Jueves 28 de Marzo

Capilla de Jesús

Jueves 28 de Marzo

Capilla de Jesús

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Coro Infantil y Juvenil de Marinilla

4:00 p.m

Orquesta Filarmónica y Coro polifónico de Medellín Gran Orquesta Salvador Pasos Concierto Lírico Diver Higuita y Sofía Salazar Ensamble de Bronces La Tertulia Cuarteto de tubas A4 Imperial Banda de la Universidad de Antioquia. Fundación Prolírica de Antioquia Conversatorio tema Música Sagrada, ponente Maestro Alberto Correa Cadavid Francesca Canali de Italia (Flauta y Piano ) Joven Sinfónica de Colombia Francesca Canali de Italia (Flauta y Piano )

03:30 p.m.

12:30 p.m. 07:00 p.m.

03:00 p.m. 07:00 p.m. 04:00 p.m.

07:00 p.m. 04:00 p.m.

Por definir 05:00 p.m. 09:00 p.m.


El pintor Javier Toro fue el ganador 2013

A propósito de

del concurso que cada año realiza la Corporación Amigos del Arte de Marinilla para seleccionar la imagen del afiche del Festival de Música Religiosa. Aquí les traemos algunas de sus obras, de la serie MÚSICOS.

Resalto en estas obras el arte y la dedicación de los músicos de las bandas municipales, los llamados CHUPACOBRES. Recuerdo de mi niñez, la música popular Colombiana: los porros, cumbias, bambucos y la música de los clásicos interpretada por la retreta las mañanas festivas y domingueras, exaltando el espíritu en los espectadores, la alegría de las notas y sonidos en medio del olor de flores, rodeado de palmas, cedros y guayacanes. Estas obras las he trabajado en diferentes técnicas :Lapíz, óleo, acrílico y mixtas.” JAVIER TORO C. Marzo de 2013


CRÓNICAS DEL NUEVO MUNDO Por F. Sánchez Caballero

COSA DE PUERCOS

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ra el sueño de todos. Cada uno construyó el suyo con esmero en las primeras clases de moldes. Lo sobaron con cariño, lo pintaron con motivos ingenuos, lo acariciaron y nutrieron con perseverancia durante meses. Día a día, centavo a centavo, grano por grano, así como las gallinas llenan el buche; cada cual en la medida de sus posibilidades; unos con holgura, otros con sacrificio, pero siempre constantes. Con historias de dolor y de renuncias, poco a poco fueron llenando su alma de barro con ilusión. El día había llegado. Reunimos toda la manada de marranos de colores en el aula para el inventario general. Era claro que no bastaba con los buenos propósitos. Lo ahorrado no era suficiente. Pese a mi aporte generoso, debíamos recoger más fondos con urgencia, para la excursión de fin de año al parque ecológico los Katíos. Luego de muchas consideraciones y rotas las alcancías de arcilla, decidimos comprar un marrano de verdad; lo mataríamos, venderíamos su carne entre los familiares y parroquianos del pueblo, y con un poco de suerte duplicaríamos la inversión. Un viernes por la tarde, caminamos Cuti arriba hasta la finca

de un campesino que por tener un buen criadero nos habían recomendado. En pos del tan planeado embeleco, compramos el cochino más prometedor que pudimos pagar con nuestros eximios ahorros. Quisimos aprovechar la noche fresca para no sofocar al animal y evitar que perdiera peso. Esperamos. —Están de buenas, — nos dijo el campesino, — la luna está bonita, como pa´ jarriá puercos. Luego de tres horas al paso del condenado llegamos al pueblo, agotados y con poco tiempo para dormir, pues el animal debía estar sacrificado y descuartizado en la plaza antes del amanecer. A las tres y media de la mañana nos encontramos en el patio de doña Carmen para completar el trabajo. Afilamos los cuchillos, limpiamos el mesón, recogimos hojas secas de palma, cortamos leña, pusimos una olla grande en tres bindes de piedra para hervir el agua; hasta que un gran interrogante se deslizó entre todos y rondó el patio de cabo a rabo: — ¿Quién mataría al marrano? —Ninguno de nosotros tenía experiencia en esa

materia, pero como director de grupo, todas las miradas apuntaron hacia mí. —No hay alternativas, me dije, — alguien tiene que hacer el trabajo sucio. Tomé una mano de pilón y asesté un golpe certero entre ceja y ceja al animal. Pegó un chillido, se tambaleó de arriba abajo, dobló sus patas delanteras como pidiendo perdón, pero se resistió a caer. Tuve que propinarle un segundo y definitivo manotazo sin piedad. Uno de los muchachos decidió chuzarle el corazón para que la sangre saliera, por no sé qué teoría de que la carne se podía poner amarga. “Ahorro” (que así lo habíamos bautizado), sangró profusamente. Los demás compañeros del grupo noveno hacían lo suyo. Unos soplaban el fogón; otros con las palmas encendidas chamuscaban sus pelos sajinos; algunos le tiraban agua caliente en el pellejo soasado para que los demás, con cuchillos, rasparan su piel hasta dejarla lisa y rosada como el culo de un bebé. Todo iba a pedir de boca. Doña Carmen nos pegó el grito desde la cocina, para invitarnos a tomar el primer café de la mañana, que debía recuperar nuestro ánimo y energías. Todos se lo agradecimos con sinceridad en medio de chanzas. Como madre de uno de los muchachos, tenía posibilidades de ir a la excursión para que nos hiciera ese delicioso tinto, le decíamos. Bromeamos también con las muchachas del grupo pidiéndoles que hicieran chorizos con las tripas de “Ahorro” para optimizar todo y aumentar las ganancias. Pero la risa no

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nos duró mucho. Al regresar al solar, nuestro cochino ya no estaba. Miramos hacia todas partes pero el marrano no se veía por ningún lado. La incertidumbre nos invadió por completo. Habíamos perdido nuestra inversión en un santiamén. — ¿Quien pudo robarlo en tan pocos segundos?... Molestos nos dividimos en pequeños grupos hacia todas las direcciones posibles. Seguimos pequeños rastros y senderos; traspasamos cercas, solares y linderos hasta que lo vimos a unos doscientos metros por la cancha de fútbol gambeteando a la muerte, todo pelado, sangrante como un nazareno y con un irregular bamboleo como las procesiones de Mompox, (dos pasos para adelante y uno para atrás). Con una expresión distante y sin protestar se dejó conducir hasta la muerte, donde ahora sí encontramos su corazón sin consideraciones. Fue una experiencia dolorosa. Sin decirnos nada, supimos que no estábamos hechos para eso y por supuesto no teníamos madera de carniceros. Con las pocas ganancias que obtuvimos de “Ahorro” y perturbados aún por la traumatizante experiencia, planeamos nuestra siguiente estrategia. Decidimos invertir en otro marrano quizá más grande, pero flaco, de tal forma que con la comida sobrante de cada una de las casas de los nueve integrantes del grupo, a la vuelta de quince días, el animal ya debía estar como una bola de manteca. Esperamos hasta que la luna estuviera “buena pa´ jarriá puercos”. Volvimos a la

finca de nuestro amigo campesino y le compramos el cochino más flaco, barato y con futuro que había en el Urabá chocoano. Lo pusimos “Calabazo”, debíamos llenarlo de suero y agua-masa hasta reventar. Era dócil y sin aspavientos. Trompi largo, peli mono y culi chupao. Andaba con flojera, como contando los pasos y se quedaba donde uno lo ponía. Agitaba el rabo con destreza y tenía una mirada perdida y lejana como muchacho con lombrices. — Es que de chiquito, los demás no lo dejaban mamar —, nos dijo el campesino, justificando su lamentable aspecto. Lo internamos en el solar de doña Carmen. Todos cumplidamente le llevábamos tanta comida como para reventar a un batallón, pero ese animal parecía no tener fondo. Todas sus energías las malgastaba sacudiendo el rabo, para espantar la nube de moscas que lo acompañaba a todas partes, o restregando su culo estrecho en la cerca. En quince días no había subido ni una onza. Desesperanzados acudimos al medico del pueblo para que diagnosticara a tan singular paciente. Contrariado palpó sus costillas flacas tan rápido como le fue posible, nos recomendó un purgante para esa diarrea eterna que le mantenía los codillos cagados, y un refuerzo mineral, que porque a ese animal le faltaba “fuerza en los jarretes”. El tiempo apremiaba. Pasamos de la inquietud al desconsuelo. Si “Calabazo” no engordaba en quince días más, toda nuestra inversión estaría en riesgo y la excursión en entredicho; así no podríamos vendérselo al carnicero, ni a nadie, ya que tenía más tocino un mosquito y no estábamos de humor para

matarlo. Lo purgamos, le pusimos un reconstituyente, le dimos vitaminas, le picamos un quintal de yucas ruches, contratamos toda el agua-masa sobrante del restaurante de mujeres… Y nada. Reunido con los muchachos del grupo, en busca de soluciones extremas para nuestro “problema extremo”; uno de ellos planteó medio en sorna que en el solar de su casa había un nido de abejas africanas. A falta de propuestas, sin meditarlo mucho y puesta en consideración, la descabellada idea se aprobó por mayoría. Esperamos al viernes por la tarde entre oscuro y claro. Después de bañado Calabazo lo amarramos al árbol y con piedras, emparazcamos a los abejorros que se ensañaron con el marrano y le entraron a punta de aguijonazos y clavo. A corta distancia y con trapos en la cabeza, todos esperábamos con palmas secas y hojas verdes de mataratón para producir bastante humo. Cuando lo consideramos oportuno nos abalanzamos sobre él con las palmas encendidas ahuyentando a las abejas y apaciguando sus chillidos. Calabazo se sopló de inmediato, al fin estaba como queríamos. Hinchado desde la trompa hasta el rabo, parecía una bola de manteca. Quince minutos más tarde ya lo estábamos negociando a muy buen precio con el carnicero, de quien tuvimos que ocultarnos un tiempo. —Me vendieron un animal enfermo, —nos dijo semanas después, cuando lo tropezamos a boca de jarro, —amaneció flaco, con fiebre, y sin fuerza en los jarretes. Fin

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SAN NICOLÁS, el centro comercial que apoya la cultura en el Oriente Antioqueño los espera


Poesía

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CARLOS OTERO POEMARIO No 2 A MARA Tanto me pides que no te quiera que quisiera no quererte, pero entre la vida y la muerte eres musa y primavera. Y mi corazón se desespera al sentir el no tenerte y se sumerge cual fierro inerte, ¡ay mi amada! y sólo verte, es lo único que anhela. Y así como el polo se descongela mi corazón se desconsuela al sentirte lejana y ausente, pues quieres viajar hasta perderte por los confines del mundo, y a tu suerte, mientras aquí mi alma se congela.

SONETO AL NATALICIO DE MERCEDES MATAMOROS ¡Valiente guerrera! Sola ella escribe en el mundo incauto que no quiere ver, y paso a paso también sobrevive viviendo el encanto de todo su ser. Ella baila sobre un mundo en declive que vive su miedo ocultando el placer; tomando palabras, ¡placer proclive!, denuncia lo que oculta el anochecer. Ecos tiranos su pluma pervive, son versos de fuego, versos de mujer, gritan por más pasión que los cautive como el dulce seno que los vio nacer: de alma tan grande como el mar Caribe que nació en Cienfuegos y de fuego es.

MERCEDES MATAMOROS

SONETO 1. VEN HACIA MI MI AMADA

SONETO 4. TAN SÓLO CON UNA MIRADA

Ven hacia mi mi amada en esta tarde morena y lejana apartemos el frío que distancia nuestras miradas y liberemos el amor que de nosotros emana.

Gracias por escucharme con tranquilidad, gracias por escucharme sin palabras, y calmada, porque ambos sabemos que se puede encontrar la verdad tan sólo en una mirada.

Ven hacia mi, mi amada en esta tarde morena y distante para que brille nuestro amor con ganas y enceguezca todo con su fuego deslumbrante.

sin palabras quiero decirte que te quiero, que me tienes el alma anonadada, que siento tu presencia como el brillo de un lucero que se aparece ante mi en medio de la nada.

Acerquémonos un poco y juntemos nuestras palmas y sintamos de nuestro amor el peso que sobre nuestros corazones cabalga.

hay tantas cosas que se dicen con las palabras calladas, como los "te quiero" de un amor sincero, como el "adios" de un amor que acaba,

Y así cerca, en medio de esta calma démonos un beso hasta que retumbe el alma.

con mi mirada mi futuro te entrego y te digo que yo espero dejar en tu alma mi mirada grabada.

Poetisa, dramaturga y traductora cubanoespañola, nacida en Cienfuegos (Cuba) el 13 de marzo de 1858, y fallecida en La Habana el 25 de agosto de 1906. Asidua colaboradora en los principales medios de comunicación cubanos (en los que publicó numerosos escritos bajo el pseudónimo literario de "Ofelia", sobresalió en su época como una de las voces más fecundas y personales de la lírica hispanoamericana escrita por mujeres. Tomado de http://mcnbiografias.com

Cultura

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PERSONERÍA Rionegro

LA NUEVA GENERACIÓN

del periodismo en el Oriente

Javier Custodio Soto Director Mi Boutique


JUAN MANUEL GUIRAL

N

ació en Rionegro, Antioquia. Es hijo de Manuel Guiral y Alicia Restrepo, estudió desde muy pequeño en la Casa de la Cultura de su municipio y luego en la escuela de Bellas Artes de Medellín. Continuo sus estudios de Artes Plásticas con el mastro José María Parrado en Bogotá, se interesó tambien por el dibujo con énfasis en la figura humana en la Universidad de Antioquia. Al regreso de los estudios en Bogotá dictó talleres de dibujo y pintura al óleo en su taller Guiralarte, actualmente es docente de la Casa de la Cultura en Rionegro. Ha expuesto sus obras

en Bogotá, Valle del Cauca y en el Oriente Antioqueño. El arte para este artista Rionegrero es creatividad, simplicidad, calidad. Es la habilidad para poder plasmar en cualquier espacio todo lo bello y hasta lo feo que nos rodea transmitiendo así un mensaje y por qué no decirlo un compromiso con la humanidad de sensibilizar aquellos que teniendo ojos no saben observar ni mucho menos apreciar el paraíso en el cual vivimos hoy porque mañana no sabemos en qué lo hemos transformado. Con su sensibilidad a través de la pintura ha sabido aprender y


transmitir sus conocimiemtos descubriendo así en sus alumnos talentos ocultos llenos de espontaneidad y que disfrutan este mundo mágico y extaciante como es la pintura, para así contribuir con un granito de arena a la educación artística. J M Guiral se convence cada vez más al crear cada una de sus obras que el artista es simplemente el instrumento en manos del creador y que sin esta dualidad no podría ser posible exteriorizar este mundo real y fantástico en el cual vive rodeado del óleo, los acrílicos, vinilos, cabuya, madera, entre otros, convirtiendose éstos en sus mejores aliados.



Columnista Invitado

Por: Luis Enrique Atehortúa Sánchez Docente UCO

Gratuidad: calidad de gratuito; gratuito: de balde o de gracia, arbitrario, sin fundamento; de balde: gratuitamente, sin coste alguno, estar de más, estar ocioso”. (tomado del diccionario RAE). Estas son alguna de las definiciones de la palabra de moda hoy por hoy en Colombia. Si hacemos una retrospección, a las gentes que con gran tesón y entereza construyeron una nación como la nuestra, les costó y mucho. Les costó caminar, atrochar, construir, poblar, trabajar muy duro, aprender y estudiar, entre otras muchas cosas más, para dejarnos lo que hoy por hoy se conoce en todo el planeta como una nación llamada Colombia ó ¿“locombia”? Resulta muy loable, basado en los derechos fundamentales y la

EDUCACIÓN GRATIS, CASAS GRATIS, ¿TODO GRATIS…? constitución que la educación básica es gratis. Hasta ahí digamos que bien. Pero este cuento de la gratuidad acá ya está tocando órbitas insostenibles, insospechadas y hasta ridículas. ¿cómo así que un país cuyo tiempo útil al año es de aproximadamente el 34% de los días del año no se labora (52 domingos, 52 sábados, 8 festivos y 10 puentes; para 122 días, días que no todos laboran y la mayoría que lo hacen son muy mal remunerados); sin contar, vacaciones ni paros ni cierres de vías ni otros eventos, no se produce en un 100%, no se lee mucho, no se aprovecha bien el tiempo… se atreve desde el gobierno central ahora dizque a regalar casas; entre otras politiqueras dádivas y cuya finalidad es muy clara a sabiendas de los antecedentes del gobierno inmediatamente anterior? Nos siguen metiendo los dedos a la boca, nos siguen creyendo tontos. Ahora, vienen a comentar que un país como Colombia, que tradicionalmente ha exportado café, flores y demás, aparte de no soportar con inflación, devaluación, balanza de comercial y de pagos deficitaria, entre otros fenómenos económicos y ambientales como el

clima; está en crisis dizque porque las federaciones no cuentan con los recursos para sostener el “chuzo”. Pero si hay para dar “algunas cosas gratis”. Es el colmo que mientras muchos se quiebran el cogote trabajando para un sistema corrupto y mal administrado, resulta que otros; como el sistema de salud y pensiones, enriquecen a los grandes potentados del país. Sí deberían existir cosas gratis pero con reciprocidad. Aportamos al sistema y tenemos que rogar para que nos atiendan porque ya ni pagando. Tenemos que aportar para la pensión, pero nos alargan la “vida útil” para que no accedamos a ella. Los paros y las marchas, aunque son constitucionales y también un derecho, para desconocerlas entonces dice el gobierno “que fueron infiltradas” lo que no dicen es por quién. Ahora le está cobrando a los cafeteros, los floricultores, ¡San Andrés! nada de la buena salud y la buena pensión que la mayoría pagamos y muy cara!!! Cuándo será que en Colombia vemos una oferta que diga por ejemplo: “SE OFRECE EMPLEO GRATIS” Nos tratan como si no fuéramos capaces de trabajar y ganarnos las cosas por nuestros propios medios. No seamos tan pendejos…votos es lo que necesitan. Como dijo el bobo: “de eso tan bueno no dan tanto”.



A propósito de OTRA TRISTE HISTORIA DEL ARTE

DAIRO ÁLVAREZ Artista plástico

N

o solamente le pasó al gran Maestro Alonso Ríos Vanegas, a quien que no le han prestado atención para una donación que él ha querido hacer de una escultura en Marinilla, donde reside hace más de treinta años; sino que eso parece una tradición en este pueblo. Basándome en una cronología del artista Rafael Sáenz del investigador y licenciado en filosofía y letras Miguel Escobar Calle, al igual que de un texto de Luz Análida Aguirre Restrepo, cuya profesión gravita entre la escritura, la docencia y la investigación en materia de las artes plásticas, les extraje algunos apartes sobre Rafael Sáenz: El Artista educador en la Universidad de Antioquia: fue músico, pintor y educador, pero, según él mismo, un simple hombre de campo, de tradición familiar perteneciente al Oriente Antioqueño. Sáenz (1910-1998 Medellín) se formó en el Instituto de Bellas Artes de Medellín, recibió las influencias del maestro Humberto Chaves, coetáneo de comprometidos artistas con el entorno social de su momento como Carlos Correa, Débora Arango, Ignacio Gómez Jaramillo y Pedro Nel Gómez, este último a quien admiró demasiado por la fuerza y el dinamismo de sus obras y sus ideales americanistas. La crítica local le llamó el pintor de Antioquia. Todavía la familia tiene la pequeña finca en el Alto de Belén, lugar en donde pasaba los fines de semana y quiso vivir al final de sus años. El mayor deleite de Sáenz fue pintar formas concernientes a la naturaleza nuestra: paisaje, flora, fauna y formas de vida. En la década entre 1950 y 1953 la empresa Textiles Fabricato lo incluyó dentro del grupo de empleados para el diseño de motivos inspirados en la flora nacional. En el mes de agosto de 1985 fue distinguido con el premio a las Letreas y a

A propósito de la editorial de CULTURA O de febrero titulada NI REGALANDO ARTE LO RECIBEN, el artista plástico Dairo Álvarez envió a nuestra revista un artículo que recuerda una situación similar vivida por uno de los más grandes pintores que ha tenido nuestro departamento: Rafael Sáenz las Artes concedido por la Secretaria de Educación Departamental. Varias instituciones del Departamento, entre ellas la Gobernación, la Secretaría de Educación y Cultura y el Museo de Antioquia, lo eligieron como una de las figuras más relevantes de Antioquia. En septiembre de 1991 obtuvo el premio Medalla al Mérito concedido por el Instituto de Bellas Artes. Hasta finales de los setenta, Rafael Sáenz estuvo interesado en los procesos educativos del arte. Quiso donar su obra al Oriente Antioqueño, región de donde eran oriundos sus ancestros, pero ni en Rionegro ni en Marinilla fructificó su idea, a pesar de que para Sáenz, los municipios de esta región estaban en la obligación de convertirse en polos de desarrollo cultural con el fin de equilibrar el gran auge material al que estaba abocado todo el sector. Por esta razón en los inicios de los años ochenta decidió donar cincuenta acuarelas y óleos a la Casa de la Convención de Rionegro, la cual había pertenecido a los abuelos maternos del artista. Pero en 1981 la prensa denunció el descuido de las obras que donó a Rionegro, que permanecieron sin enmarcar, sin fichas técnicas y afectadas gravemente por las humedades. En 1982 roban uno de sus más queridas obras, el óleo Adán y Eva, la cual sustrajeron de la Casa de la Convención, y aunque la pintura fue recuperada tiempo después quedó de manifiesto la poca vigilancia que estos tesoros tenían razón por la cual el maestro Jorge Cárdenas convenció a Sáenz para que rescataran las obras e hicieran parte nuevamente de la colección

Rafel Sáenz de su autor en Medellín. Decidió entonces ofrecerla al Municipio de Marinilla, pero para hacer efectiva dicha donación pidió construir un museo que albergara una escuela taller, en el que a la vez se propiciara la venta de obras y se aglutinara el trabajo de los artesanos de la región. Siempre pensó en las instituciones que podían hacer viable ese emporio cultural y entre ellas mencionaba al Concejo de Marinilla, Extensión Cultural Departamental, Medellín Cultural, los bancos, las empresas industriales con sede en Marinilla y Rionegro, Colcultura y personas pudientes y altruistas de la zona. Nada de esto se pudo cumplir y pasaron a ser parte de los sueños y proyecto frustrados en esta zona del departamento. 1 Luz Análida Aguirre Restrepo, Doctorado en filosofía, en historia del Arte 2 Miguel Escobar Calle, licenciado en filosofía y letras, investigador en temas literarios, artísticos y fotográficos.

Bebedores, acuarela

Del libro Rafael Sáenz Moreno: maestro y pintor, se puede leer el siguiente párrafo: “Aconsejaba siempre a los noveles artistas llevar una libreta de apuntes y un lápiz para que dibujaran todo cuanto les impresionaba en su paso por la vida, sus exámenes muchas veces consistían precisamente en revisar la libreta”. “A pintar se aprende pintando.” -decía el maestro Sáenz.

Cultura

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