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JOHREI CENTER

Material de Estudio Orientaciones de: Kyoshu-Sama (4º.Líder Espiritual) Revmo. Yoichi Okada Presidente Mundial de IMM Rev. Tetsuo Watanabe

Material recopilado por: Yaneth Balaguera C.I. 12.396.341



En la orientación que dirigió a los participantes del Culto de Paraíso Terrestre, en Atami, el Cuarto Líder Espiritual (Kyoshu-Sama) hizo énfasis en la importancia que tomemos conciencia que somos una existencia divina, además de destacar la íntima relación que tenemos con nuestros antepasados. Es con profundo respeto que, con sentimiento de gratitud a Meishu-Sama, podemos conmemorar el día de hoy, que el Supremo Dios otorgó su personalidad divina a nuestro Maestro. Un año antes de ascender al mundo divino, Meishu-Sama nos habló sobre la llegada del Mesías volviéndose un solo cuerpo con Dios Supremo, teniendo así una visión del pasado, presente y futuro de la Obra Divina en todas sus dimensiones. Todos ustedes están esforzándose en formar parte de esta grandiosa Obra Divina, y al mismo tiempo, dedicándose en cuerpo y alma a sus prácticas diarias. Me siento muy feliz por eso. También me sentí profundamente emocionado con el empeño de todos ustedes, que comprendieron perfectamente el sentimiento de la Tercera Líder Espiritual, participando del perfeccionamiento y dedicando de todo corazón en la construcción del Suelo Sagrado de Heiankyo. El 8 de abril participé, juntamente con la Tercera Líder Espiritual, del Culto conmemorativo de la finalización de la primera etapa de construcción de los jardines del Suelo Sagrado de Kyoto. Con mucha gratitud a Meishu-Sama, expresé mi deseo que un número cada vez mayor de personas pueda tener contacto con este mundo de tranquilidad impregnado en el Heiankyo, y que podamos tomar conciencia que este sagrado lugar de tranquilidad es el paraíso existente dentro de cada uno de nosotros. Deseo también que pasemos a vivir con la seguridad de esa esencia en nuestro día a día. Este año conmemoramos 70 años de la fundación de la Iglesia Mesiánica Mundial y 50 años de la ascensión de Meishu-Sama. Realmente, es un año de profundo significado. Desde la fundación de la Iglesia hasta su ascensión, Meishu-Sama desarrolló la Obra Divina de Salvación de la humanidad y de la construcción del Paraíso en la Tierra a través de su Fuerza Absoluta, buscando colocar todo dentro de las determinaciones establecidas por el Dios Supremo. Además, así como afirmó antes de su ascensión, Él está emanando esa fuerza espiritual con una intensidad cada vez mayor. En este momento que vivimos, luego de Su ascensión, me gustaría, juntamente con todos ustedes, que nos transformemos en verdaderos instrumentos de nuestro Maestro, personas aptas en transmitir, de manera adecuada, esa Fuerza Absoluta. Para eso tenemos que aceptar, en cuerpo y alma, Su sentimiento impregnado en el siguiente poema: “Sepan que el origen de la fuerza ilimitada está dentro del alma, que nos liga al Dios Supremo”. No debemos olvidar, en ningún momento, que nuestro cuerpo nos fue confiado por Dios y que dentro de él existe una partícula divina. Si no fuese por eso, la Obra Divina de construcción del Paraíso Terrestre y de la salvación de la humanidad sería como la circunferencia de la palabra “SU”, pero sin el punto, o sea, algo sin espíritu, sin alma. El Johrei, la Agricultura Natural y las actividades culturales y artísticas, que son el centro de todo el trabajo en la Obra Divina, no son obras humanas, sino algo realizado por Dios, manifestaciones de la fuerza divina. Por eso deseo, desde el fondo de mi alma, que su expansión se fortalezca cada vez más. Veamos entonces de qué manera Meishu-Sama comprendía y sentía que, dentro de su propia vida, existía la presencia de Dios Supremo, Creador de todas las cosas y fuente de la Fuerza Infinita. Él escribió los siguientes poemas: “Dios está vivo y nos dio la vida para ser felices”; “Sepan que no somos nosotros los que damos vida al alma. Eso es hecho por las manos de Dios”; Dios es el dador de la vida, no hay cómo crecer de espaldas a Él”. Como podemos observar en esos poemas, primeramente nos enseña que Dios Supremo nos dio la vida y que la importancia de esta vida está presente en todo. Durante mucho tiempo viví sin comprender la importancia de esas palabras, orando, transmitiendo Johrei y creyendo que estaba siendo utilizado diariamente en la Obra Divina. Pienso que mi postura estaba completamente apartada de Meishu-Sama, desde el punto de partida de mi


pensamiento. Creía que vivía por mi propia cuenta, y que todo a mi alrededor sucedía gracias a mi esfuerzo. No puedo dejar de pensar que Dios Supremo es mi propia vida. La respiración y expiración que hacen que me sienta vivo fueron concebidas por Dios. Sin esa conciencia, ¿cómo podría ser verdaderamente utilizado por Meishu-Sama, quien manifiesta la Fuerza Divina? Él nos enseñó que esta vida es una vida espiritual y eterna, que trasciende el sentido apenas material de la vida y de la muerte, que es como nosotros pensamos. Al respecto, escribió los siguientes poemas: “Cuando entendamos que poseemos vida eterna, pasaremos a ser verdaderos seres humanos”; “Salvar personas es enseñar el camino de la vida eterna”. Además, en 1952, Meishu-Sama afirmó: “Como siempre manifiesto, existe una esfera de Luz en mi vientre. Ella es el alma del Supremo Dios y todos mis actos son comandados por Él. O sea, no existe diferencia entre la actuación de Dios y del hombre, y este es el verdadero estado de unión con Dios”. También escribió esto en un poema: “Soy hombre pero no soy hombre, soy Dios pero no Soy Dios cuando pienso sobre mí mismo”. Meishu-Sama entendía claramente que Dios no era sólo una existencia ideológica, sino que existía dentro de su propia vida. ¿No sería exactamente por eso que él captó el deseo del Dios Supremo, de extender la mano de la salvación a la humanidad, que, por propia ignorancia, viene menospreciando la existencia de Dios, y por eso se viene extinguiendo? Lo que siento a través de la postura de nuestro Maestro, de Sus textos, palabras, poemas y caligrafías, en fin, de todas las prácticas dentro de Su vida, es que él deseaba mostrarnos que Dios Supremo es omnisciente, que siempre estuvo vivo en el pasado, en el presente y continuará eternamente vivo en el futuro. No puedo dejar de pensar que MeishuSama nos está guiando para que podamos entender eso y saborear la alegría de ser instrumentos del Supremo Dios.

Un año antes de ascender al mundo divino, el 5 de junio de 1954, Meishu-Sama reunió a los ministros y reverendos de la época en el Solar de la Nube Esmeralda. Contó a todos ellos sobre el misterioso cambio que estaba sucediendo en su cuerpo lo que no significaría nacer de nuevo, sino renacer en esta vida. Pocos días después, Él ofició el Culto Provisional de la Llegada del Mesías. Reconozco que Meishu-Sama ha alcanzado el estado de poder renacer en esta vida como el verdadero hijo que heredó la Obra del Supremo Dios. No existen palabras para expresar la importancia de este hecho. Siento que Meishu-Sama tuvo la indubitable percepción de que Dios permanece eternamente vivo. Yo también, en consonancia con ese sentimiento de Meishu-Sama, y traspasando las barreras físicas de la vida y de la muerte, preciso perfeccionarme para adquirir conciencia de la existencia de la vida eterna. Creo que es para adquirir esta formación que necesito pasar por diversos tipos de purificación y, al mismo tiempo, preciso purificarme de cuerpo y alma a través de la práctica del Johrei. El motivo que me lleva a hablar de este modo es que hasta hoy comprendía la existencia del que llamamos Dios apenas en palabras. Lo comprendía como una existencia que no podía ver ni oír. Para mí, Dios era una existencia vacía y sin emociones. Sólo cuando veía la manifestación de la fuerza del Johrei o cuando sucedía algo extraordinario, sentía que era la actuación de Dios. Por lo menos procuraba entender de qué manera estaba


aceptando el hecho de la existencia de Dios dentro de mí, o lo que podría hacer para tener contacto con esa conciencia de vida. Sólo lograba comprender la existencia de Dios como a un ser a quien debía pedir ayuda en momentos difíciles, o como un Dios que realiza cosas de mi agrado, o que actúa de acuerdo a mi voluntad o para satisfacerme. En realidad, no era el espíritu precediendo a la materia, sino, por el contrario, la materia precediendo al espíritu. Si no logro aceptar que Dios es el Padre que me dio la cosa más importante, que es la vida, será muy difícil relacionarme con Él. Pienso que preciso despertar de ese largo período de egoísmo, renovar mi sentimiento y admitir, obedientemente, que Dios no es sólo como nosotros decidimos en nuestro pensamiento. Debo volcarme hacia Dios aceptando que Él está vivo dentro de mí, en el aire que respiro y dentro del pensamiento que llena mi cabeza. Si no pensamos de esa manera, ¿cómo lograremos saborear la verdadera felicidad? Nos sentimos felices cuando mejoramos de salud, cuando sucede algo bueno en nuestro día a día, o cuando vemos resultados positivos en nuestras dedicaciones en la Obra Divina. Ciertamente eso es una alegría muy grande. Sin embargo, la verdadera alegría de haber recibido la vida es un sentimiento completamente diferente. La alegría que sentimos generalmente está relacionada a algo mensurable. Con el pasar del tiempo, y conforme cambia la situación, esa alegría se reduce y se va apagando. Entretanto, nosotros estamos aquí hoy por poseer una partícula divina otorgada por el Supremo Dios. Debemos tener conciencia de que ella es el propio Dios Supremo y que a través de ella nosotros recibimos la fuerza de la vida. El simple hecho que existamos ahora, en este mismo instante, significa que Dios también está vivo y está vertiendo en nosotros, juntamente con Su profundo e incalculable amor, la esencia de la vida. Dios, que nos ama profundamente, con seguridad no dejará de mostrarnos eso. Por eso, ya que logramos alegrarnos con las cosas que suceden en este mundo visible a nuestros ojos, no deberíamos dejar de sentir felicidad, alegría, tranquilidad y gratitud por estar vivos, por estar repletos de algo que es el más puro y eterno amor. No tendríamos como dejar de sentir felicidad por poder compartir este pensamiento de amor con las demás personas y cosas que existen a nuestro alrededor. Antes de dar preferencia a la propia felicidad y satisfacción, creo que sentiríamos la propia felicidad buscando alegrar a Meishu-Sama, o sea, hacer que Dios Supremo se alegre. ¿No debe ser esa nuestra verdadera postura? No obstante, ¿no nos estaremos resignando, creyendo que nuestra postura deba ser buscar la felicidad sólo en el mundo visible, ya que no logramos distinguir la verdadera felicidad?

¿Por qué la verdadera felicidad no brota en nuestro corazón? Nosotros vivimos hasta hoy con una conciencia egoísta, pensando que el sentimiento es algo nuestro, creyendo que fuimos nosotros los que lo cultivamos, desde que nacimos hasta el día de hoy. Sin embargo, Meishu-Sama enseña: “Nosotros somos la unión de un número infinito de antepasados. Y el hilo espiritual de este increíble número de antepasados está ligado a nuestro espíritu”. Así como se explica en la transmisión del código genético, en verdad, somos la unión de un incontable número de antepasados que comenzaron a existir desde la creación del Cielo y de la Tierra. No debemos olvidar que la conciencia egoísta que ellos crearon – y de todas las criaturas que pasaron por los varios procesos de evolución – está ligada, en el presente, a la conciencia egoísta de cada uno de nosotros por un hilo espiritual que traspasa la barrera del tiempo y del espacio. Dentro de estos antepasados, existen muchos que deben haber


conseguido sentir alegría y gratitud por haber tenido contacto con el Supremo Dios. No obstante, muchos no sintieron esa alegría y partieron de este mundo sin haber alcanzado la verdadera tranquilidad de espíritu. La conciencia egoísta de esos antepasados se sedimentó, entre camadas, y hoy está ligada a nuestras células y a nuestra conciencia egoísta, haciendo que se creen nublamientos en nuestros pensamientos. Este hecho, a su vez, no permite que el sentimiento de gratitud y la verdadera felicidad broten en nuestros corazones. Esta situación nos hace ver que nuestra vida actual es el extremo final, en que somos responsables por cargar, en nosotros mismos, el egoísmo de estos millares de antepasados. Entretanto, analizando por el aspecto de poder volver al seno de Dios, al cual estamos ligados a través del hilo espiritual, podemos decir que cada uno de nosotros está en el camino de retorno, y que esa es la toma de conciencia que se nos pide hoy. Es por eso que debemos, juntamente con los antepasados ligados a nosotros, y a las millares de personas con quien Meishu-Sama permitió que tengamos afinidad, nos volvamos a unir a Él, y asumir la responsabilidad de retornar al verdadero origen de la vida, que es la tierra natal de nuestra alma. Es en este punto que encontraremos el continuo desarrollo rumbo a la formación individual, o sea, el perfeccionamiento para transformarnos en seres perfectos. Es por eso que, aunque el sentimiento de gratitud y felicidad florezca en nuestro corazón, no debemos olvidar el gran número de antepasados que están ligados a nuestra conciencia egoísta, y que vivieron de manera triste, dominados por las emociones. Debemos, por lo tanto, nunca olvidar que somos los intermediarios para pedir a Meishu-Sama para que ellos sean recibidos, purificados y verdaderamente salvados por la Luz de nuestro Maestro. Cuando percibimos a alguien con algún problema de orden físico o que carga un sentimiento egoísta, sombrío y obstinado, o cuando nos enfrentamos con personas cuyo comportamiento, postura o hábitos llegan a atormentarnos, debemos recordar que nuestros pensamientos están siendo interrelacionados por Meishu-Sama. Y debemos, aún, ver que Él nos está mostrando ese sentimiento imperfecto que la humanidad vino inconcientemente formando. Muchas veces vemos con desprecio a quien nos inoportuna, juzgamos tanto al prójimo como a nosotros mismos. Pienso que nuestro pensamiento y actitud acaban influyendo tanto a las cosas de la Naturaleza como a nuestro físico y nuestras emociones. Para que MeishuSama se manifieste, precisamos estar conscientes que somos imperfectos y aceptar que esas situaciones que nos incomodan fueron creadas para que seamos purificados. Y pedir que, juntamente con nuestros antepasados y el de las personas con quienes estamos involucrados, podamos ser purificados y salvados por Meishu-Sama, para así retornar al espíritu del Supremo Dios.

Sin sombra de duda, hasta hoy vine juzgando bajo mis propios puntos de vista las cosas que veía, escuchaba y sentía. También procuraba entender las Enseñanzas de MeishuSama con ese mismo sentimiento. Vine utilizando los sentidos de la audición y de la visión, que no son míos, como si me perteneciesen. Sin embargo, toda vez que millares de antepasados míos, que no entendieron la Verdad eterna y el ilimitado amor de Dios, están ligados a mí, a mi sensibilidad y, a los ojos de Supremo Dios, los puntos de vista en que se basan sólo pueden ser defectuosos. Manifiesto a Meishu-Sama que deseo ser utilizado por entero. En verdad, primero debería “devolver” mi conciencia egoísta, formada a través de la visión y de la audición que venía utilizando por cuenta propia y, entonces, pedir para que estas sean utilizadas como los ojos y oídos de Meishu-Sama. Pienso que así Él hará que mis ojos y oídos se vuelvan


capaces de captar la esencia del mundo invisible, adecuará mi manera incompleta de ver las cosas, mi manera desequilibrada de utilizar el sentimiento y mi entendimiento sobre las Enseñanzas, formándolas de modo que pueda corresponder a su espíritu. Precisamos tener siempre en nuestro corazón el poema de Meishu-Sama: “Aún cuando las cosas parezcan buenas a los ojos del hombre, no siempre estas corresponden a la Voluntad Divina”. Hoy celebramos el Culto de Paraíso Terrestre. El 15 de junio de 1931, Meishu-Sama escaló el Monte Nokoguiri, en la provincia de Chiba, donde recibió la revelación divina de la Transición de la Era de la Noche a la Era del Día, en el mundo espiritual. Cuatro años después, fundó nuestra Iglesia. Meishu-Sama escribió el poema: “Aún no siendo distinguida por los ojos del hombre, la Obra Divina ya se hace presente en nosotros y en el mundo espiritual” y explicó a través de este, que estaba llegando el momento de que, en el mundo espiritual, o, en otras palabras, en el mundo divino, se está concretando esa transición que, traspasando las barreras del tiempo y del espacio, se proyectaría, se reflejaría en este mundo material, transformando el mundo de oscuridad en un mundo de Luz. La civilización temporal daría lugar a la verdadera civilización, y la cultura “la materia precede al espíritu” sería sustituida por la cultura “el espíritu precede a la materia”. Nosotros también somos existencias proyectadas del mundo divino, en el cual nos fue otorgada una partícula divina antes de encarnar en este mundo. También recibimos el cuerpo que la contiene y nuestro sentimiento, en la forma de nuestra conciencia egoísta. Podemos decir entonces que tenemos, dentro de cada uno de nosotros, todas las dimensiones existentes entre el mundo divino y el mundo material. Y es así que nosotros, portadores de estas varias dimensiones, por estar ligados a Meishu-Sama, lograremos ser capaces de volver nuestros corazones hacia un mundo de Luz, un mundo donde el espíritu precede a la materia, saliendo de este mundo de tinieblas dominado sólo por las cosas visibles. Por eso, en este día tan especial, que es el Culto de Paraíso, debemos tomar conciencia que estamos concretando una transición de la Era de la Noche a la Era del Día dentro de cada uno de nosotros. Debemos comunicar eso a Meishu-Sama, con el corazón rebosante de gratitud. Y, purificando nuestro antiguo “yo”, sin volver a utilizar nuestro sentimiento como lo usábamos en la era de la noche, volvámonos hacia Meishu-Sama, olvidando nuestro falso comportamiento, debemos asumir nuestra verdadera postura y, con esa determinación, firmar nuestro compromiso de ser utilizados en esta nueva fase, en el modelo “espíritu precede a la materia”. Así, estaremos transformándonos en la fuerza motriz para la construcción del Paraíso Terrestre.

El tiempo que vivimos en este mundo es muy corto. Durante toda nuestra vida, ciertamente suceden cosas buenas y malas, y hasta cosas que parecen ser obra humana. Todo eso está dentro de los objetivos del Supremo Dios, y pienso que Meishu-Sama nos está mostrando que estamos siendo utilizados por Él. Del mismo modo que, si uno de nuestros antepasados no hubiese existido, no estaríamos aquí hoy, pienso que si una parte de nuestro pasado no hubiese existido, no seríamos lo que somos hoy. Todo mi pasado está ligado al “yo” del momento presente. Todo el futuro también se encuentra dentro de nosotros. Y ese futuro puede estar cerca como puede estar distante, pero quien tiene esperanzas o está deseando algo es nuestro “yo” del presente. Por eso, debemos cuidar mucho del “SONEN” del “yo” del presente.


Meishu-Sama nos dice, en sus Enseñanzas: “Nuestro Sonen, que es invisible, puede llegar no solamente a los confines del mundo, sino expandirse ilimitadamente en apenas un abrir y cerrar de ojos”. En uno de sus poemas, él declara: “Las fuerzas visibles son limitadas, mas las invisibles son ilimitadas”. El pensamiento, por ser invisible, logra traspasar las barreras del tiempo y del espacio y, a través del incalculable número de hilos espirituales, alcanza a los seres humanos, vivos, así como a los antepasados y todas las demás cosas. Esa fuerza, lejos de ser débil, es muy potente. Transmitimos y recibimos constantemente eso a lo que llamamos pensamiento, pero el alma alojada dentro de cada uno está ligada a Dios Supremo, permitiendo una comunicación continua, que nos transmite constantemente Luz a través del hilo espiritual. Si tomamos plena conciencia que Dios Supremo, poseedor de una maravillosa fuerza e inteligencia, está vivo dentro del “yo” del presente, con toda la vivacidad por toda la eternidad, sea cual fuera la situación que tuviéramos que enfrentar, nunca perderemos la noción de ser utilizados para que Meishu-Sama se haga presente. Así, con seguridad estará abriéndose un brillante futuro, repleto de esperanza. Me gustaría finalizar mis palabras orando para que el Supremo Dios, creador de todas las cosas, permita que todos puedan recibir la grandiosa Luz y la infinita fuerza de MeishuSama, y puedan saborear la verdadera felicidad de recorrer el camino de la vida eterna. Y que, juntos, podamos ser utilizados por nuestro Maestro como elementos ligados a Él por una fuerte y duradera afinidad espiritual. Muy agradecido a todos.


EL CAMINO DE LA SALVACION En su orientación, en el Culto de Otoño del Templo Mesiánico de Atami, el Cuarto Líder Espiritual de la IMM, Reverendisimo Yoichi Okada, afirmó que cada uno de nosotros es también un representante de los antepasados, pues actuamos como una guía que los conduce a Meishu-Sama. Para muchos de ellos, representamos la conexión para encontrar la tan esperada “cuerda de la salvación” que los conducirá al Paraíso. Mis felicitaciones por el Culto de Otoño. El día de hoy se está realizando una exposición de pinturas realizadas por la Tercera Líder Espiritual. Al apreciar aquellas magníficas obras, que irradian su conocimiento artístico adquirido, y toda su personalidad, confieso que experimenté una sensación muy agradable y acogedora. Además de interesarse por las diversas manifestaciones artísticas, ella también las practica. Como podrán apreciar, actualmente ella está dedicándose al estilo de pintura Norizome. Como alguien que siempre está acompañándola, siento que la Tercera Líder Espiritual está deseando mostrar a través de sus actos la importancia del mundo del Arte. Meishu-Sama enseñó que “El Paraíso es el Mundo del Arte”, y que “para poderse hablar de Paraíso, es necesario que todo sea artístico”. Además, explicó que el Johrei es el “Arte de la Vida”, que la Agricultura Natural es el “Arte de la Agricultura” y que el Prototipo del Paraíso Terrestre, o sea, la construcción del Suelo Sagrado es el “Arte de la Belleza”. Concluyó que la unión de estas tres artes hará posible la concretización del Paraíso Terrestre. Meishu-Sama daba mucho énfasis al mundo del arte porque yo creo que el quería enseñarnos la importancia del sentimiento con que debemos hacer que el alma, recibido del Supremo Dios, se manifieste, tanto en la Obra Divina centralizada en el Johrei como en las actividades de nuestro día a día, del mismo modo que se expresa en cualquier manifestación artística. Por eso, es importante pensar que vamos a hacer, pero más importante es pensar con qué sentimiento vamos a realizarlo. Es lo mismo que sucede con la creatividad en el Arte: ésta es transmitida o reflejada a través de las acciones y palabras del artista hacia el mundo de los fenómenos, el mundo de las formas. Por lo tanto, no debemos preocuparnos en acomodar la forma de las cosas, manifestando que “debemos hacerlo de esta o aquella manera”, o “debemos hablar de esta o aquella manera”. Independientemente de lo que vayamos a realizar, tenemos siempre que anteponer nuestro sentimiento más sincero y natural, reafirmar si ese sentimiento es real, y luego empeñarnos en aseverar: “No debo aparecer. Es Meishu-Sama quien tiene que aparecer; no debo hacerlo a mi manera, más bien buscar ser utilizado conforme a la Voluntad de Meishu-Sama”. Al mismo tiempo, tal como afirma nuestro Fundador en su poema: “El Reino de los Cielos es el mundo de la Belleza. Los sentimientos de sus habitantes son igualmente bellos”, pienso que cada uno de nosotros debería aprender con la belleza de la armoniosa Gran Naturaleza, en transformarse, así sea poco, en una existencia bella y de acuerdo con el arte creado por el Supremo Dios. Ahora bien, quisiera saber, ¿si Dios hiciese la siguiente pregunta: “¿Quién eres?”, cuál sería la respuesta? Podría ser algo simple: “Soy fulano de tal”, diciendo el nombre que habitualmente se utiliza en este mundo. En ese momento, si Dios respondiera: “Te conozco”, todo estaría bien. Pero pudiera ser que dijera: “¡No te conozco!”. Intencionalmente: la naturaleza humana, formada por la autoconciencia, o sea el YO, que respondió de manera consciente “Soy fulano de tal”, no es la esencia de la existencia llamada YO, sino un simple “recipiente” para que la esencia se exprese. En otras palabras, es la existencia más externa del YO. Es el mundo limitado creado. Entonces, viene la pregunta: ¿cuál es nuestra esencia? La respuesta es nuestro “centro”, el “personaje principal”, que Meishu-Sama define como la partícula divina que recibimos del Supremo Dios, la conciencia venida de la fuente de nuestra naturaleza divina, la invisible fuerza de la vida. Esa es la esencia que cada uno de nosotros recibió de Dios, nuestra verdadera “tierra natal”. Ese no es el mundo limitado, que fue creado. Es el Paraíso, mundo eterno e ilimitado, que todo lo crea.


Nuestra esencia es ese tipo de existencia. En estos momentos vivimos utilizando nuestros sentimientos y el cuerpo físico como nuestra “vestimenta”, como un “recipiente” para que esa esencia se manifieste, evolucionando hasta llegar a “representantes de Dios”. Por eso, si hemos sido guiados por Meishu-Sama, recibimos permiso del Supremo Dios, fuimos llevados al camino de la salvación y logramos descubrir cuál es nuestra verdadera esencia, creo que deberíamos responder de la siguiente manera a la pregunta de Dios, de: “¿Quién eres tú?”: “¡Soy una persona comprometida con Meishu-Sama!”. Además, precisamos profundizar nuestra comprensión y conciencia sobre nuestra esencia, asimilándola cada vez más, cultivando una naturaleza humana digna de un verdadero “representante de Dios”. Si así lo hiciéramos, cuando Dios observe a cada uno de nosotros, tendremos más oportunidad que recuerde de quiénes somos y nos reciba en el Paraíso preparado por Él. ¿En qué situación se encontrará nuestra actual naturaleza humana? Hablando sobre mí mismo, mi corazón está dividido en dos grandes partes antagónicas: si por un lado existe felicidad, alegría y tranquilidad, por otro lado también existe rabia, sufrimiento, contrariedad y tristeza; si hay momentos alegres, existen también momentos de melancolía; si hay amor, hay también odio; si me agrada algo, también detesto otras; si tengo fe, tengo también duda e incredulidad; si existe esperanza y expectativa, por otro lado existe también la resignación; si tengo espíritu de obediencia, tengo también obstinación; si hay tranquilidad y paz, también hay intranquilidad y preocupación. Creo que tengo un poco de humildad, pero ciertamente soy presuntuoso. He dado miles de vueltas debido a los sentimientos antagónicos existentes dentro de mí. Ciertamente, esos sentimientos fueron el alimento que dio forma a esta naturaleza humana llamada YO, pero no puedo afirmar que se presentan de manera armoniosa. Además, incluso deseando separar, organizar o disciplinar esas mis fases antagónicas, usando mi sentimiento tan frágil e inestable como parámetro, nunca logré el resultado esperado; y lo peor es que parece que ellos están siempre luchando entre si en mis sentimientos. Sin embargo, cuando pensé en la razón por la cual vivía prisionero en las garras de esos sentimientos antagónicos, descubrí que no podía quedarme más aceptando tranquilamente la Enseñanza de Meishu-Sama: “Somos la suma de millares de antepasados. Los hilos espirituales de esos millares de antepasados están ligados a nuestro espíritu”. Esto, porque la autoconciencia de ese incalculable número de antepasados, que empezaron a existir desde el inicio de la humanidad, está ligada a la autoconciencia de mi YO actual. La humanidad vino hasta hoy menospreciando la existencia de Dios, guerreando entre si y generando confusión y caos. Siento que el sentimiento de desorden y desarmonía de esos millares de antepasados es el mismo sentimiento que poseemos hoy. Y, como nos dejamos envolver por ese sentimiento, dejamos también de adquirir la verdadera tranquilidad y alegría eterna. Por lo tanto, ¿cuál será el sentimiento que precisamos tener? Pienso que, si nacieran sentimientos negativos, como rabia y odio, o intranquilidad e indecisión dentro de nuestro corazón, no hay necesidad alguna de negar esos sentimientos o intentar sofocarlos. Tenemos que hacer como Meishu-Sama nos enseñó: crear un “segundo yo”, para observar nuestros sentimientos como si fuese otra persona. Esto no es tarea fácil para nadie, pues cuando uno se esfuerza en exceso en tratar de reflexionar o ser prudente, termina siempre escondiendo sus sentimientos en las profundidades del corazón. Y peor: a pesar que nuestros sentimientos y emociones ocurren dentro de nosotros siempre creemos que estos se generan afuera, o sea, el motivo está al lado, o en la situación de nuestro entorno y así no logramos divisarlos como un problema dentro de nosotros mismos. Uno de los entrenamientos básicos que debemos realizar, por lo menos una vez al día, es mirarnos a nosotros mismos como nuestro “segundo yo”, pues como somos la suma de nuestros antepasados, sentimos los varios tipos de sonnen de cada uno de ellos como si fuesen los nuestros. Y eso hace posible que ellos sean perdonados, purificados y salvados. El Supremo Dios nos envió a esta Tierra para formar a cada uno de nosotros, discípulos de Meishu-Sama, como Su representante y, al mismo tiempo, utilizarnos como punto de apoyo para realizar la construcción del Paraíso Terrenal. Además, podemos decir que cada uno de nosotros es también un representante de los antepasados, pues actuamos como guía que los conduce a todos ellos a Meishu-Sama. Para muchos de ellos, nosotros


representamos la referencia para que encuentren la tan esperada “cuerda de la salvación”, que los llevará al Paraíso. Por eso debemos siempre observar, en la posición de ese nuestro “segundo yo”, todos los pensamientos y emociones que surgen en el interior de nuestros corazones, incluso aquellos que no sean tan agradables, incluso aquellos difíciles de ser aceptados; sin simplemente querer eliminarlos. Además, no podemos “romper relaciones” con aquellos antepasados que se distanciaron de la Luz, o que no logran recibir las maravillosas bendiciones de la vida. Tenemos la responsabilidad de informarles que necesitan reflexionar, pues están siendo salvados y perdonados por Dios a través de MeishuSama. Para informar sobre eso a los antepasados, precisamos hablar dirigiéndonos a nosotros mismos, pues, a pesar de haber ellos perdido su cuerpo carnal, están presentes dentro de nosotros, como conciencia y sonnen. Así, para “juntos” ser purificados, precisamos retornar al trono del Supremo Dios, que es el padre de toda vida, centralizándonos en Meishu-Sama, o sea, entregándonos a Él en cuerpo y alma. Con relación a ese “juntos”, no podemos olvidar que nuestros antepasados están ligados a todos los antepasados de las demás personas que viven sobre la faz de la Tierra, o sea, el individuo YO existe “junto” no sólo con nuestros familiares, nuestros amigos y conocidos, en fin, personas con quienes poseemos afinidad: existe “junto” también con todas las demás personas que viven sobre la faz de la Tierra, y todos sus antepasados. Desde la creación del Cielo y de la Tierra la humanidad vino manteniendo su cuerpo físico, utilizando todas las cosas creadas por Dios, beneficiándose de las incontables bendiciones divinas. Incluso así, no se puede negar que también se apoderó y utilizó todo de acuerdo a su conveniencia y bienestar. Y, dentro de las cosas que fueron manipuladas inescrupulosamente por el ser humano está el dinero. La razón es simple: las personas tienen como parámetro de evaluar la materia con el valor del dinero, o sea, hoy en día este substituye las cosas creadas por Dios. Por eso, precisamos cultivar dos cosas: el sentimiento de gratitud con relación a todas las cosas con las cuales tenemos afinidad, y el deseo de retornar “juntos” al origen de la vida. Así, cuando cada individuo logre estar consciente que es representante de todas las cosas y de toda la humanidad, y que tiene relación inseparable con esas cosas, estará apto a lograr servir verdaderamente como “representante de Dios”. Para que podamos transformarnos en alguien verdaderamente calificado como “representante de Dios”, debemos liberarnos del conflicto que existe dentro de nuestra naturaleza humana debido a su dualidad, o sea, a nuestra tendencia a la alternancia entre los sentimientos antagónicos – el bien y el mal. Es importante estar siempre atentos a esto, pero, aunque queramos alcanzar la perfección de nuestra naturaleza humana en este mundo, esto es imposible. Aun procurando siempre tener buenos sentimientos como la fe, la sinceridad, la gratitud, el amor altruista, sentimientos antagónicos a estos estarán siempre persiguiéndonos. Esto, porque la autoconciencia y su manifestación, que es la naturaleza humana, son productos del mundo “creado”, que es el mundo material, lugar donde las fuerzas del bien y del mal viven en conflicto, donde las cosas son divididas y limitadas, y nada es eterno. Para que podamos vivir en el Paraíso, donde es posible recorrer por el camino de la vida eterna, no existe otra alternativa a no ser rogando al Supremo Dios, que es la conciencia del origen de toda vida, para que nos permita crecer, aceptando esa nuestra naturaleza humana, aunque eso sea un pedido egoísta a ser hecho. Tomar esa firme decisión es la fe que preciso tener. Si perdiera esa fe, para mí significa que nunca lograré alcanzar los resultados tan esperados como ser humano. Entonces, ¿qué necesitamos hacer para que Dios acepte esa nuestra naturaleza humana, aún no perfeccionada? Es allí que reside el gran significado de la existencia de Meishu-Sama. Decimos que las Enseñanzas son de Meishu-Sama, pero en verdad estas son Enseñanzas del Supremo Dios. Precisamos entender y creer en eso. Meishu-Sama transmitió las Enseñanzas del Creador de la manera más adecuada a la época, y de acuerdo a las condiciones de aquellas personas. Dictaba los textos, los revisaba varias veces, y luego, así como en la actualidad damos especial cuidado a Sus diseños y caligrafías, las guardaba muy bien protegidas en una caja especial. Además, llamó a sus textos “GOSHINSHO” y “KAMI-NO-FUMI”, dos expresiones que significan “Palabras de Dios”, y explicó a los miembros sobre la importancia de leerlos ávidamente.


Meishu-Sama era consciente que los textos que escribía no eran simples enseñanzas o doctrinas escritas por el hombre, sino que todo era de lo más sagrado, redactados a partir de la Voluntad de Dios. Por eso, ante todo, Él mismo puso en práctica todas esas Enseñanzas. La práctica del Johrei, de la Agricultura Natural, de las actividades artísticas y culturales y de la construcción de los prototipos del Paraíso Terrestre, que estamos desarrollando actualmente, fueron heredadas de Meishu-Sama, quien también las practicó. Por eso, para purificar, evolucionar y desarrollar nuestra naturaleza humana, para que esta luego pueda ser aceptada por Dios, debemos tomar conciencia de todos Sus deseos y unirnos a Él, entregando en Sus manos esta naturaleza humana que nació de la autoconciencia. Nosotros también precisamos aprender con la postura de Meishu-Sama, que buscó la Voluntad Divina, y tener como objetivo nacer nuevamente en el Paraíso. Nosotros, en este mundo material, deseamos ser útiles a la Obra Divina de MeishuSama, que es la construcción del Paraíso Terrestre y la salvación de la humanidad, pero en realidad, esta es la Obra Divina que proyecta sobre la faz de la Tierra, o sea, en este mundo material, el Paraíso del mundo espiritual. Estamos aquí, en este mundo material, para ser “representantes de Dios” para servir como instrumentos y base de apoyo de la Obra. A propósito, ¿dónde quedará el Paraíso? ¿En un lugar distante del Universo? Como también nosotros venimos del mundo divino, que es eterno e ilimitado, el Paraíso está presente dentro de cada uno de nosotros. Pero es invisible, y aceptar lo que es invisible es muy difícil. No logramos ver ese Paraíso invisible dentro de nosotros, pero precisamos comprender y aceptar que este realmente existe. Así, existe la necesidad de, cada uno, dentro de si, pensar repetidamente sobre eso, pues el sonnen constante posee una profunda relación con una gran creatividad. Quiero estar siempre pensando de la siguiente manera:  El Paraíso eterno e ilimitado que vengo buscando está presente como “vida espiritual” en esta vida actual, que no es sólo “vida carnal”. Como nací sobre la faz de la Tierra como un punto existente en algún lugar de mi cabeza, que ciertamente está ligado al Paraíso, que es un mundo bastante considerable, mi pensamiento ahora, en algún lugar, está ligado al Paraíso;  Como Meishu-Sama está intentando utilizarme como Su instrumento, le entregué aquella cabeza que vine utilizando hasta hoy de manera egoísta, y acepto a Meishu-Sama como mi propia cabeza. Por lo tanto, que me enseñe y me guíe;  Deseo retornar al mundo divino, que fue el inicio de mi existencia, unirme a Meishu-Sama, que está empeñándose en proyectar en esta Tierra el Paraíso, que actualmente entró en una etapa totalmente nueva de la Creación, luego del fin de la Transición de la Era de la Noche hacia la Era del Día. Deseo, juntamente con las demás personas, ser recibido por Él y servir en el cumplimiento de esta nueva etapa. Desearía que cada uno de ustedes, de acuerdo a su sensibilidad, piense en cómo volver su atención al Paraíso existente en su interior. Los pensamientos que provienen del Paraíso sobrepasan la comprensión expresadas en palabras nuestras, simples seres humanos, y están muy por encima de lo que estemos pensando en este momento. Es por eso que no debemos hacer esfuerzos inútiles en tratar de entenderlos. Si logramos confiar y dejar todo en manos de Meishu-Sama, quien retornó al mundo divino, aseguro que desde allá Él estará organizando nuestros pensamientos y enviará Su poderosa fuerza. Estaré orando para que todos los aquí presentes, todas las personas y todos los seres sean bañados por la Luz de la salvación y reciban las infinitas bendiciones de Dios, y también para que podamos ser utilizados en la Obra Divina de Meishu-Sama, que está basada en el Gran Plan de Dios. Finalizo mis palabras alabando de corazón el nombre del Supremo Dios y de MeishuSama. Muy agradecido.


CULTO A LAS ALMAS DE LOS ANTEPASADOS SUELO SAGRADO DE GUARAPIRANGA REV. TETSUO WATANABE 1 DE NOVIEMBRE DEL 2005 ¡Buenos días! ¿Cómo se encuentran todos? Primeramente, deseo felicitar a todos por la emocionante participación en este significativo Culto a las Almas de nuestros Antepasados. Entre hoy y mañana, estaremos recibiendo aquí a más de 50 mil personas, representantes de todas las regiones del Brasil. En este momento me gustaría presentarles a los caravanistas llegados del exterior. Son 108 misioneros que vienen de 13 países: Angola, San Tome, Mozambique, Sudáfrica, Inglaterra, Portugal, Alemania, España, Argentina, Corea del Sur, Japón, Perú y Estados Unidos. También se encuentra entre nosotros el ministro Takeichi, del Japón, quien es miembro de la comisión revisora de cuentas de la Sede General. ¡Sean todos bienvenidos! Durante mi estadía en Japón, informé a Kyoshu-Sama que muchos miembros y frecuentadores se sienten muy emocionados con la iniciación de la segunda etapa de construcción del Suelo Sagrado de Guarapiranga, como prototipo del paraíso. Kyoshu-Sama se sintió muy feliz y dijo que espera mucha dedicación y empeño de todos los brasileños para la realización de esa construcción. Nuestra comisión de construcción decidió empezar por las zonas de estacionamiento y alojamiento, para recibir a las personas que vendrán a dedicar en la segunda etapa de construcción. El alojamiento tendrá capacidad para recibir a 500 personas, y el estacionamiento a mil ómnibus y 2,500 autos. Esta zona de estacionamiento no será un simple patio lleno de buses, sino un área de 200 mil metros cuadrados, con muchos árboles y servicios de apoyo, lo que ciertamente hará disminuir considerablemente el congestionamiento que existe actualmente para ingresar al Suelo Sagrado. El proyecto ya está listo y será presentado a la Prefectura para la aprobación de la obra. Desde el año pasado vengo hablando sobre los dos puntos básicos de la doctrina mesiánica, que Kyoshu-Sama viene orientando, y que son: - Todos tenemos la partícula divina - Somos la suma de millares de antepasados Kyoshu-Sama dijo que si todos los miembros practicasen esos dos puntos, la atmósfera espiritual del mundo entero se transformará de la noche al día. Entonces, pregunto: ¿Están ustedes practicando esas dos enseñanzas? Quien está lográndolo, ¿puede levantar la mano? Pocos… Muchos me han manifestado que no es fácil practicarlo. Cuando dije en este mismo lugar: ¡Vamos a transmitir 10 Johrei por día! Ustedes de inmediato lo pusieron en práctica, ¿recuerdan? Como esos dos puntos son cosas abstractas, se hace difícil ponerlos en práctica. Cuando la gente conoce una enseñanza, la comprende y luego cree, logra ponerla en práctica. “El hombre depende del pensamiento”, ¿no es cierto? Todo comienza en el pensamiento, por lo tanto la práctica comienza en el SONNEN. Esa práctica no depende de otra persona, depende de uno mismo. Como el día de hoy realizamos el culto a los antepasados y estamos con el pensamiento volcado hacia ellos, desearía explicar mejor lo que significa “Nosotros somos la suma de millares de antepasados.” La mayoría de personas cree en la existencia del Mundo Espiritual, pero piensa que los espíritus se manifiestan sólo a través de médiums o posesión o arrime. O incluso, cuando algún antepasado se aparece en sueños para darnos alguna señal. Sin embargo, Meishu-Sama enseñó que el verdadero espiritualista no es aquel que sólo cree viendo o escuchando a los espíritus. Sino aquel que logra percibir la existencia del espíritu, a través


del sentimiento. Lo que muchas personas no saben, es que sus antepasados están vivos dentro de ellas, manifestándose en todo momento. ¿Sabían ustedes que nuestros antepasados se comunican con nosotros a través de nuestro sentimiento? Normalmente creemos que todo lo que sentimos, deseamos y pensamos son cosas nuestras, ¿no es así? Pero en verdad, todo eso es manifestación de nuestros antepasados, y no lo estamos percibiendo. Como dijo Kyoshu-Sama, es importante estar consciente de que somos la suma de millares de antepasados, y que aunque no posean ya un cuerpo material, continúan viviendo dentro de nosotros, como conciencia, pensamiento e información genética. Por ejemplo: ¿Aquí no habrá alguien que ya recibió Johrei y empezó a llorar, sin saber por qué Y después de llorar sintió un alivio, un bienestar que nunca antes había sentido? Aquel llanto pudo haber sido la manifestación del agradecimiento del algún antepasado, por la Luz que estaba recibiendo a través del Johrei. ¡Así es como ellos se manifiestan! Cuando hubieran antepasados iluminados y de nivel elevado, estos se manifiestan a través de nuestra alegría, nuestro buen humor, nuestros sentimientos positivos, de perdón y agradecimiento. Por otro lado, si hubiera algún antepasado sufriendo, precisando de nuestra ayuda, él se manifiesta en nuestra tristeza, en nuestra preocupación, en nuestra rabia, en los pensamientos errados que tenemos. Pero no percibimos que son manifestaciones de nuestros antepasados, y reaccionamos como si fuese un sentimiento personal: “Ese es MI pensamiento”; “Ese es MI sentimiento”, e intentamos resolver las cosas a nuestra manera, dejando a los antepasados decepcionados y tristes. Lo que deseo explicarles hoy, es cómo podemos salvar a nuestros antepasados percibiendo esas manifestaciones en nuestros sentimientos y pensamientos. En primer lugar, se precisa crear una segunda persona, para observar todos los sentimientos, de afuera hacia adentro. Así, cuando percibiera algún sentimiento negativo dentro de su corazón, esa segunda persona dirá: “Ese sentimiento es una manifestación de los antepasados que están sufriendo y necesitan de ayuda”. Luego, decir a sus antepasados que están dentro de sí, que van a encomendar ese sentimiento a Meishu-Sama para que lo purifique. Después, encomiende ese sentimiento a Dios y Meishu-Sama, pidiendo: “Por favor, Meishu-Sama, recibe este sentimiento negativo de mi antepasado y purifica sus máculas, para que él sea salvado”. Por eso necesitamos de Meishu-Sama. ¿Entendieron? Pensar así, es el camino para convertirse en un verdadero espiritualista. Me gustaría que todos los mesiánicos realizaran esa práctica. De ese modo, si lográramos encomendar a Meishu-Sama, uno a uno, todos nuestros sentimientos negativos, tengo la seguridad que vamos a estar cumpliendo nuestra misión como representantes de los antepasados aquí en la Tierra, guiando a cada uno de ellos al camino del Paraíso. Para muchos antepasados, nosotros somos la única esperanza para ser recibidos en el Paraíso. Además, a través de esa práctica, podremos eliminar muchas máculas espirituales, tanto nuestras, como la de nuestros antepasados, y hacer a nuestra partícula divina emanar su mayor brillo, e irradiar la verdadera felicidad a todos lo que están ligados a nosotros. El Culto a las Almas de los Antepasados acaba de finalizar, pero eso no significa que sólo los volveremos a encontrar el año que viene. Como ya mencioné, ellos están junto a nosotros todos los días, manifestándose a través de nuestros sentimientos. Nuestros antepasados ya recibieron el permiso de Meishu-Sama para servir junto con nosotros, y ser útiles a la Obra Divina. Y es por ese motivo, que ellos nos encaminaron.


Kyoshu-Sama manifestó que, si todos los mesiánicos practicaran los dos puntos básicos de nuestra doctrina, el mundo espiritual cambiará; por lo tanto, me gustaría dejarles a todos ustedes una práctica diaria de pensamiento. ¿Podrán practicarla? Esto es: Todos los días en la mañana, al levantarse, pensar: 1º. Poseo la partícula divina, soy representante de Dios en este mundo, y las otras personas también lo son. 2º. Soy la suma de mis antepasados, por lo tanto soy el representante de todos ellos y quiero que se manifiesten a través de mis pensamientos y sentimientos, para yo encomendarlos a Meishu-Sama. 3º. Junto a ellos, quiero servir a la Obra Divina, como instrumento de Meishu-Sama. En la noche, antes de acostarse, agradecer por haber servido a la Obra Divina, junto con todos nuestros antepasados. Reafirmando todos los días ese sentimiento. Ahora, quiero preguntar a todos los antepasados que están aquí presentes: ¿Entendieron bien lo que les dije? ¡Uy, (casi) nadie respondió…! ¿ustedes no son los representantes de ellos? Entonces, pregunto de nuevo: Señores antepasados, ligados a todos los descendientes aquí presentes, ¿entendieron bien lo que dije? ¡Mis felicitaciones! Entonces, señores antepasados, pueden estar tranquilos pues sus descendientes van a abrir la puerta de la salvación para comprender aún más la manifestación de sus sentimientos. Señores representantes de los antepasados: Sé que todos ustedes van a tener mucho trabajo, encaminando uno a uno a sus millares de antepasados. Pero sé que al final van a sentir una felicidad incomparable, porque esa felicidad que sentirán, es la suma de la felicidad de millares de antepasados. ¡Muchas gracias y buena misión a todos!


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