ARROYO 910 - LIBRO 20 ANIVERSARIO DEL ATENTADO

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NO TE MUERAS CON TUS MUERTOS Diana E. Susevich de Crupnicoff Hermana de Liliana Graciela

Vuelvo, hoy, 20 años atrás y recuerdo nuestro deambular, desesperados, buscando en hospitales y ambulancias, imaginándote herida, lastimada o pérdida. Y, a medida que las horas pasaban, recuerdo, alimentábamos la esperanza en la idea que estarías atrapada en un sótano, o en algún resquicio de entre los escombros en que veíamos - y no podíamos creer- que se había transformado lo que fue el edificio que albergaba la sede de la Embajada. Todo era confusión. Nadie recordaba nada. Los heridos que llegaban en las ambulancias, los sobrevivientes que pudieron salir de entre el derrumbe no sabían si te vieron, o dónde te vieron, si estabas o con quién y ya, llegada la noche, iríamos presagiando, sumidos en la más triste y desesperada angustia, aquello que, recién dos días más tarde, se confirmaría al encontrar tú cuerpo entre esas piedras en la que tu vida quedó atrapada. La bomba y el derrumbe robaron tu vida y a tus hijos, su mamá. A tus padres les robó una hija y a tú esposo, su compañera. Y a nosotros, toda tu familia y todos tus amigos, nos robó tú maravillosa presencia, tú amor, tú alegría, tú valentía y empuje. Y, entonces, nosotros, heridos, lastimados nuestros corazones, debimos aprender a salvar la vida por sobre la muerte, porque la vida, para los vivos, continua y sigue. Y los años pasaron y los que antes eran chicos, hoy ya son grandes y, también, padres. Los que éramos padres hoy somos abuelos y los que eran padres-abuelos hoy es bisabuelo, porque hoy solo queda uno.

“La tragedia, el horror vivido no podrán jamás ser olvidado. Tampoco deben ser relegados los justos reclamos de justicia para los, todavía, desconocidos culpables. Y tomo prestado esta cita que, alguna vez, leí: ‘no te mueras con tus muertos’.”


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