Cuaderno #26 - Artículos de revisión sobre el impacto económico de los desastres naturales

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CUADERNOS DE INVESTIGACIÓN INSTITUTO DE INVESTIGACIONES INTERDISCIPLINARIAS UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO EN CAYEY

ARTÍCULOS DE REVISIÓN SOBRE EL IMPACTO ECONÓMICO DE LOS DESASTRES NATURALES Editado por Yara I. Alma Bonilla

Cuaderno 26 Año 2022


En la serie Cuadernos de Investigación del Instituto de Investigaciones Interdisciplinarias de la Universidad de Puerto Rico en Cayey se presentarán resultados parciales y preliminares de algunas de las investigaciones auspiciadas por el Instituto, versiones preliminares de artículos, informes técnicos emitidos por nuestras(os) investigadoras(es) así como versiones finales de publicaciones que, por su naturaleza, sean de difícil publicación por otros medios. Los objetivos de la serie Cuadernos de Investigación son: a. Permitir la comunicación ágil y eficiente de los progresos, resultados, hallazgos, metodologías, producciones artísticas y otros productos de los proyectos de investigación y de creación que auspicia el III. b. Facilitar que los(as) investigadores(as) apoyados por el III, así como otras personas interesadas, puedan hacer referencia a sus trabajos aún antes de que hayan sido publicados en revistas arbitradas, libros u otros formatos de publicación. c. Que los Cuadernos sirvan a sus autores para compartir su trabajo, aunque sea en forma preliminar, con otros(as) colegas, agencias financiadoras y un público más amplio. Los(as) autores(as) son responsables por el contenido y retienen los derechos de publicación sobre sus respectivos Cuadernos. Copias de los Cuadernos se pueden obtener solicitándolos por teléfono, por correo regular o por correo electrónico al Instituto. También se pueden descargar de nuestra página electrónica en formato pdf.

Instituto de Investigaciones Interdisciplinarias Universidad de Puerto Rico en Cayey PO Box 372230 Cayey, PR 00737-2230 Tel. 787-738-2161, exts. 2615, 2616 Fax 787-263-1625 Correo electrónico: instituto.investigacion@upr.edu Página web: https://www.upr.edu/iii-cayey/ Diseño de Portada: Prof. Harry Hernández Encargado de la serie de cuadernos: Dr. Errol L. Montes Pizarro Directora Interina del Instituto: Prof. Vionex M. Marti ©


Tabla de Contenido Introducción .......................................................................................................................................... 3-4 por Dr. José G. Caraballo Cueto Referencias ......................................................................................................................................... 5 FEMA ante los huracanes Katrina (Nueva Orleans) y María (Puerto Rico): Tropiezos y lecciones ............................................................................................................................................... 6

por Jeylimar Fuentes Rivera & Katherine M. Correa Bonilla Sinopsis ............................................................................................................................................. 7 Introducción ...................................................................................................................................... 8 Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) .............................................................. 9 Declaración de emergencia ............................................................................................................... 9 Declaración de desastre .................................................................................................................

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Huracán Katrina en Nueva Orleans ................................................................................................ 10-11 Impacto económico a causa del Huracán Katrina (Nueva Orleans) ............................................... 11-12 Huracán María (Puerto Rico) .......................................................................................................... 12-13 Impacto económico a causa del Huracán María (Puerto Rico) ....................................................... 13 Respuesta de FEMA ante el Huracán Katrina ................................................................................. 13-14 Solicitudes válidas de asistencia individual .................................................................................... 14 Programa de ayuda individual y familiar ........................................................................................ 15 Asistencia de FEMA ....................................................................................................................... 15 Respuesta de FEMA ante el Huracán María ................................................................................... 15-16 Solicitudes válidas de asistencia individual .................................................................................... 16-17 Programa de ayuda individual y familiar .............................................................................. 17 Asistencia de FEMA ............................................................................................................. 17-18 Conclusión ...................................................................................................................................... 19 Referencias ..................................................................................................................................... 20-22

El Covid-19 no es el agente de la crisis sanitaria mundial: Primeras medidas sociopolíticas tomadas en Puerto Rico vis á vis Estados Unidos, Ecuador y China ....... 23 por Lyanabelle K. Bechara Díaz, Natasha C. Hernández Gómez & Christian E. Vergara Hernández Sinopsis ........................................................................................................................................... 24 Introducción .................................................................................................................................... 25-28

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Gráfico #1: Casos confirmados de COVID-19 en Puerto Rico .................................................... 29 Sección I: Puerto Rico vs. Ecuador ................................................................................................ 29-32 Gráfico #2: Casos confirmados de COVID-19 en Ecuador ........................................................ 33 Sección II: Puerto Rico vs Estados Unidos ..................................................................................... 33-36 Gráfico #3: Casos confirmados de COVID-19 en Estados Unidos ............................................. 36 Sección III: Puerto Rico vs. China ................................................................................................. 36-38 Gráfico #4: Casos de COVID-19 confirmados en la ciudad de Taizhou ..................................... 38 Conclusión ....................................................................................................................................... 40-41 Referencias ...................................................................................................................................... 42-45

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INTRODUCCIÓN por Dr. José G. Caraballo Cueto Los desastres naturales, como huracanes, terremotos y pandemias, pueden impactar sectores económicos (Belasen y Polachek, 2008; Groen et al., 2016; Guimaraes et al., 1993; Omer et al., 2020). Según el modelo teórico de Hallegatte y Ghil (2008), las economías en recesión están mejor preparadas para recibir el impacto económico de los desastres naturales que las economías en desarrollo. Sin embargo, a nuestro conocimiento, no existen investigaciones empíricas que hayan examinado dicha relación en una economía en recesión que haya experimentado tres desastres consecutivos: huracanes, terremotos y una pandemia. Como parte del programa IPERT, ofrezco un curso interdisciplinario donde investigamos la literatura económica relacionada y recogimos información concreta sobre la relación entre los desastres naturales y los rendimientos del mercado laboral.

Los estudiantes fueron integrados al proyecto de

investigación y en este cuaderno se ofrece los mejores trabajos de revisión literaria del curso. La economía de Puerto Rico ha estado bajo una depresión económica severa desde el 2006 luego de que una desindustrialización a gran escala declinara la economía hacia una espiral de deuda (Caraballo y Lara, 2018). Consecuentemente, dos huracanes categoría cinco, Irma y María, abatieron el archipiélago en septiembre de 2017. El Huracán María es, de hecho, el huracán más costoso que ha azotado a Puerto Rico y el tercero más costoso en la historia de E.E.U.U.[1][1] Sin embargo, dada la construcción que comenzó meses luego del huracán, el mercado laboral pareció resurgir. En el caso del Huracán María, se evaluaría si todos los sectores económicos o industrias se beneficiaron igualmente en términos de empleo.

En el caso de la serie de terremotos que

sacudieron el archipiélago durante enero del 2020, analizaremos como la actividad económica, en términos del mercado laboral y la economía en su totalidad, fue afectada. El epicentro de los terremotos en el sur de Puerto Rico se encuentra en una región que, aun antes del Huracán María, hubiese sido cualificado como uno de los sectores más pobres en todo los Estados Unidos de América (CIC, 2020). Por lo tanto, se espera que el mercado laboral de esta área esté concentrado en industrias de salarios bajos.

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En el caso del COVID-19, la epidemia importada que azotó a Puerto Rico durante el 2020, la primera mejor estrategia hubiese sido controlar las fronteras e identificar, tratar y aislar a los individuos infectados. Esto ocurrió en Estados Unidos con el Éboli, que nunca llego a convertirse en epidemia (CDC, 2019). Ya que esta oportunidad fue perdida, se tomó una alternativa de distanciamiento físico, para mitigar los efectos de la pandemia, la cual fue establecida el 15 de marzo de 2020, pero el gobierno no se preparó adecuadamente para atender el creciente desempleo. ¿Cuáles son los efectos de las políticas económicas adoptadas durante el extenso cierre del mercado laboral? Los dos objetivos principales de nuestra investigación son: Objetivo 1: Evaluar la literatura y datos existente sobre las consecuencias económicas de los desastres naturales, incluyendo las pandemias, en Puerto Rico. Objetivo 2: Determinar cómo los salarios de reserva y otros indicadores laborales cambian en respuesta al alto nivel de desempleo forzado relacionado al toque de queda, las medidas de distanciamiento y a las políticas de desempleo impuestas a nivel federal y local, en dos de las comunidades más pobres de Puerto Rico (El Caño en San Juan y La Luna en Guánica). En los trabajos de este cuaderno se atiende el Objetivo 1. El trabajo resultante del Objetivo 2 se presentará posteriormente.

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REFERENCIAS Belasen, A. R., & Polachek, S. W. (2008). How hurricanes affect wages and employment in local labor markets. American Economic Review, 98(2), 49-53. Caraballo-Cueto, J. (2017). Reducing the race to the bottom: A primer on a global floor for minimum wages. Investigación económica, 76(300), 33-51. Caraballo-Cueto, J., & Lara, J. (2018). Deindustrialization and unsustainable debt in middleincome countries: The case of Puerto Rico. Journal of Globalization and Development, 8(2). CIC (2020). Perfil de los Municipios Guánica, Guayanilla, Penuelas, Ponce y Yauco. Obtenido de: https://drive.google.com/file/d/0B_9iTj3imMjtSVdXaDJMVVB3cXh4VWlGczJPaV FsWjNJeW9r/view CDC (2019). 2014-2016 Ebola outbreak in West Africa. Obtenido de: https://www.cdc.gov/vhf/ ebola/history/2014-2016 outbreak/index.html#anchor_1515001446180 Hallegatte, S., & Ghil, M. (2008). Natural disasters impacting a macroeconomic model with endogenous dynamics. Ecological Economics, 68(1-2), 582-592 [2][1] https://www.nhc.noaa.gov/news/UpdatedCostliest.pdf

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FEMA ante los huracanes Katrina (Nueva Orleans) y María (Puerto Rico): tropiezos y lecciones

Jeylimar Fuentes Rivera (1) & Katherine M. Correa Bonilla (2) INTD 4116: Impactos económicos de desastres naturales: el caso del huracán, terremoto y COVID-19 Dr. José Caraballo Cueto 29 de noviembre de 2020

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Sinopsis (2) Los huracanes se destacan por ser fenómenos atmosféricos que causan grandes impactos. Luisiana y Puerto Rico en los años 2005 y 2017, respectivamente, enfrentaron dos grandes e históricos huracanes, conocidos como los huracanes Katrina y María, respectivamente. Cada uno de ellos provocó un gran impacto en la región que azotó, de manera que hubo inundaciones, derrumbes, falta de electricidad, hambruna y hasta muertes. Así como hubo muchas personas afectadas, también se afectó la economía, la infraestructura y la población. La primera línea de ayuda tras el impacto de cada uno de estos huracanes es la Agencia Federal para el Manejo de Emergencia, conocida como FEMA, por sus siglas en inglés. Esta agencia trabaja proactivamente para suplir las necesidades fundamentales tras el paso de este tipo de desastre. Provee principalmente ayudas económicas para suplir necesidades en términos de infraestructura. Es por esto que, durante este artículo estaremos comparando la respuesta de FEMA en cada uno de estos huracanes, las ayudas ofrecidas, y a su vez evaluaremos cuántas solicitudes fueron aceptadas y denegadas. De igual forma, se estará comparando desde la categoría de dichos huracanes, la cantidad de personas afectadas, los daños provocados, las muertes derivadas de cada huracán y la manera en que cada desastre incrementó la migración afectando la población del país o el estado.

Palabras Claves: Katrina, María, huracán, FEMA, población, daños

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Introducción (2) Los huracanes son fenómenos atmosféricos que se forman cuando el aire cálido de la superficie oceánica se combina y se eleva provocando una baja presión en la superficie del océano (BBC MUNDO, 2015). A medida que va ocurriendo esta elevación los vientos comienzan a circular en direcciones haciendo que la tormenta comience a girar, y si las condiciones son favorables el proceso puede llegar a convertirse en una tormenta o huracán (BBC MUNDO, 2015). El huracán, uno de los desastres naturales más mortíferos, trae consigo un número de efectos como lo son los vientos destructivos, marejada ciclónica, deslizamientos y grandes inundaciones. Tras el paso de un huracán, el país, estado o región suele a terminar en un estado de emergencia en donde los estragos se ven reflejados en la cantidad de muertes a raíz del paso del huracán, pérdidas de empleo, falta de alimentos, y falta de hogar seguro. De igual forma se afecta la economía, la población suele reducirse y la infraestructura se hace más frágil. Cabe resaltar que luego de un fenómeno natural, como lo es un huracán, la mayoría de la población requiere una primera línea de ayuda que les provea de cierta forma sustento económico. En los casos de los huracanes María y Katrina la primera línea de ayuda fue la Agencia Federal para el Manejo de Emergencia, o FEMA. Esta provee principalmente ayuda económica para la reconstrucción de viviendas afectadas, mientras que otras compañías como por ejemplo Walmart, Salvation Army, Iglesias y grupos comunitarios brindan ayudas alimentarias. Una pregunta muy importante que nos debemos hacer es ¿Qué tan rápido se activan las ayudas? ¿Realmente son eficaces a la hora de la distribución de ayudas? En este artículo de revisión de literatura nos enfocaremos en cómo los estragos de los huracanes María y Katrina afectaron el ámbito económico, social, y poblacional, así como la reacción de FEMA ante los huracanes, su rapidez y eficacia a la hora de responder a la población con ayudas necesarias para la sobrevivencia.

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Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) (1) La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), es una organización federal que apoya a las personas y estados ante una emergencia (Federal Emergency Management Agency [FEMA], 2019). Se activa cuando el presidente de los Estados Unidos declara un estado, zona de desastre o hace una declaración de emergencia respecto al mismo (FEMA, 2019). Según, Ayuda Legal de Puerto Rico (2020) su función es proveer ayuda financiera y servicios directos a las personas y hogares afectados por el desastre, para así satisfacer las necesidades esenciales. Existen dos tipos de declaraciones para los efectos de FEMA: declaraciones de emergencia y declaraciones de desastre. Ambas declaraciones le dan la facultad al presidente de proporcionar asistencia federal. Sin embargo, la ayuda monetaria se otorga dependiendo del tipo de desastre (FEMA, 2020a). Declaración de emergencia La declaración de emergencia puede ser declarada por el presidente cuando este entienda que existe la necesidad de asistencia federal (FEMA, 2020a). Estas declaraciones refuerzan los esfuerzos de los estados para proveer servicios de emergencia (FEMA, 2020a). Estos servicios van dirigidos a la protección de vidas, la salud pública y la seguridad (FEMA, 2020a). La cantidad máxima que se provee por una emergencia es de $5 millones; en caso de que se exceda esta cantidad el presidente deberá notificar al Congreso (FEMA, 2020a). El gobernador del estado puede solicitar una declaración de emergencia con antelación al evento, si su impacto es inminente y se puede traducir a un desastre. Estas peticiones deben satisfacer todos los requisitos legales y regulatorios. Las peticiones tienen que demostrar las necesidades críticas de medidas de protección que exceden las capacidades del estado o jurisdicción (FEMA, 2020a). Declaración de Desastre El presidente declara zona de desastre respecto a cualquier evento natural, incluidos huracanes, tornados, tormentas, mareas altas, maremotos, terremotos, sequia, e inundaciones, entre otros. Esta declaración trae consigo programas de asistencia federal para personas, familias,

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infraestructura pública e incluye fondos para trabajos de emergencia y trabajos permanentes (FEMA, 2020). Huracán Katrina en Nueva Orleans (2) El 29 de agosto de 2005 uno de los huracanes más destructivos tocó tierra en territorio estadounidense. El huracán Katrina afectó grandemente los estados de Mississippi, Alabama y Luisiana, donde la peor parte la enfrentó la región de Nueva Orleans (Serrano C., 2020). Este histórico huracán hizo su entrada a las 6:10 de la mañana, como huracán categoría 5 con vientos sostenidos de 175 millas por hora provocando grandes estragos para la región (Serrano C., 2020). Katrina provocó alta marejada ciclónica e inundaciones muy impresionantes, ya que hubo regiones donde la cantidad de agua alcanzaba los 10 pies (Plyer A.,2016). Dado al gran impacto que tuvo este huracán se estima que un 80% de Nueva Orleans quedó inundada (Monge Y., 2005). Las viviendas fueron totalmente destruidas y se conoce que al menos 1,400,000 hogares perdieron el servicio de energía eléctrica (Mohoney & Calvo, n.d.). La verdadera pregunta sería, ¿Estaba Estados Unidos realmente preparado para este embate histórico? Para observar los efectos poblacionales que tuvo el huracán Katrina, se puede señalar que, para abril del año 2000, Nuevo Orleans contaba con una población de 484,674 habitantes, de los cuales 12.7% eran personas mayores de 65 años. (Gabe et al., 2005; U.S Census Bureau, 2010a). Esto resultó ser muy preocupante, ya que, así como el huracán desató un descenso poblacional, de igual forma, destapó la realidad de muchos. Datos muestran que existía una participación laboral de 61.7%, con una tasa de desempleo de 7.7%, de igual forma, se observaron los niveles de pobreza que muchos enfrentaron (U.S Census Bureau, 2010b). Lamentablemente, los habitantes más afectados en términos de pobreza fueron los Afroamericanos, ya que se estima que aproximadamente 310,000 personas fueron afectadas tras el impacto a New Orleans (Gabe et al., 2005). Mientras, un 61.5% de niños entre las edades de 0-17 años también experimentaron altos niveles de pobreza dado al paso del huracán Katrina (Gabe et al., 2005). Tras los embates de fenómenos atmosféricos, además de las pérdidas materiales, también se cataloga el impacto en términos de muertes provocadas por el desastre. De acuerdo con datos oficiales se estima que el huracán Katrina causó la muerte de aproximadamente de 1,000 a 1,800 personas, de las cuales un 40% fue a causa de ahogamiento, 25% por traumas y lesiones, y 11% 10


de condiciones cardiacas, entre las cuales los más vulnerables fueron personas mayores de 74 años (Gabe et al., 2005; Plyer A., 2016). Esta información tiene mucho valor, ya que nos da a entender cuán fuerte fue el embate atmosférico y muestra tanto las causas directas de fallecimiento, como las indirectas. Nunca podremos expresar con certeza cuántas personas perdieron la vida, pero sí podemos observar la vulnerabilidad que se desata a raíz de los desastres naturales (Gabe et al., 2005). Si analizamos un poco estos datos, ¿se hubieran prevenido muchas muertes, si el gobierno federal hubiese actuado de forma más rápida? De igual forma, tras Katrina en los Estados Unidos, se observaron los efectos poblacionales: Se puede señalar que, para abril 2000, Nuevo Orleans contaba con una población de 484,674 habitantes, mientras que para julio 2006, justo un año después del desastroso huracán, se registró un descenso poblacional de 254,502 de habitantes (Plyer A.,2016). La mayoría de los habitantes migraron a otros estados en búsqueda de un mejor porvenir. Muchas personas se movieron de sus hogares y regresaron en unos días, mientras que otros tardaron meses en regresar. Los refugios albergaron a 273,000 personas, donde luego FEMA albergó a al menos 114,000 hogares (Plyer A, 2016). Impacto económico a causa del huracán Katrina (Nueva Orleans) (2) Las pérdidas económicas por Katrina muestran que fue uno de los desastres más costosos en la economía estadounidense (Anonymos,2006). Como ya hemos señalado anteriormente la catástrofe fue tan grande que afectó el turismo, la infraestructura, la vivienda y el sector energético por lo que la recuperación fue muy lenta. Se perdieron alrededor de 13.5 mil millones de dólares por viajes de negocios y a su vez 191 mil puestos de trabajos perdidos (Anonymous,2006). En vivienda se perdieron de 17 a 33 mil millones de dólares ya que cerca de 287 mil viviendas fueron destruidas, mientras que el sector energético sufrió pérdidas de 18 a 31 mil millones de dólares dado a que Katrina dañó 66 unidades productoras de la industria energética (Anonymous,2006). De igual forma, en infraestructura se estima que los costos por reparación rondaban entre 10 mil millones de dólares ya que muchos puentes, carreteras y edificios públicos colapsaron o sufrieron grandes daños (Anonymous,2006). Los desastres atmosféricos son claramente impredecibles, algunos pueden provocar más desastres que otros. Dependiendo de su fuerza se verán reflejados

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sus efectos, pero claramente podemos observar que entre más fuerte el huracán, así de catastróficos serán sus efectos. Huracán María (Puerto Rico) (1) Debido a su localización geográfica, Puerto Rico ha sufrido a través de los años constantes amenazas de tormentas y huracanes, y algunas como el huracán María, pasan de amenaza a realidad. El huracán María hizo entrada en Puerto Rico el 20 de septiembre de 2017 como categoría cuatro con vientos de 155 millas por hora y ráfagas de 210 millas por hora, dejando todo el país sin el servicio de energía eléctrica, sin comunicaciones y sin paso en las carreteras (García, 2018). Casas que no contaban con una buena infraestructura dejaron de existir, personas que se establecieron a orillas de los ríos perdieron sus pertenencias y algunas sus casas. Resultó ser el huracán más fuerte en alrededor de casi noventa años de historia (García, 2018). Cuando damos una mirada al pasado, los datos antes del Huracán María señalan que para el 2016 Puerto Rico contaba con una población de aproximadamente 3.5 millones de habitantes, de los cuales un 17% eran personas de 65 años o más (Caraballo & Rodríguez, 2019). Este porcentaje es preocupante cuando se toma en consideración las limitaciones físicas, ante un desastre natural, que enfrentan este grupo de personas. Aún más preocupante, los datos señalan que para el 2016 la participación laboral de los puertorriqueños era de un 44.8%, con una tasa de desempleo de 18% y un 5% de personas vivían bajo el nivel de pobreza (Caraballo & Rodríguez, 2019). Cuando analizamos estos datos es imprescindible cuestionarnos sobre como esas personas que viven bajo el nivel de pobreza lograron, si lo hicieron, sobrevivir un evento tan catastrófico para la isla. Desafortunadamente, se perdieron vidas debido al huracán María. Los datos oficiales del Gobierno de Puerto Rico señalan que solo hubo 64 muertes directas por el huracán (Farber, 2018). No obstante, las muertes directas no deben ser las únicas contabilizadas, pues las muertes indirectas también forman parte de las vidas perdidas a causa del evento.

Se estima que

aproximadamente 4,645 personas fallecieron a causa del huracán María ya sea de forma directa o indirecta (Sandberg et al., 2019). Cuando se habla de muertes indirectas se refiere a personas que murieron por falta de energía eléctrica, comida y agua potable, servicios médicos y/o falta de medicamentos y tratamientos, etc. ¿Qué hizo el gobierno estatal y federal para minimizar el 12


fallecimiento de tas personas? y ¿Cómo se hubiese prevenido tantas muertes? son preguntas que cada ciudadano puertorriqueño debe hacerse para juzgar, ya sea para bien o mal, al gobierno estatal y federal. Luego de que el poderoso huracán tocara a Puerto Rico, miles de familias decidieron abandonar el país en busca de mejores condiciones de vida. A un año del huracán, se estimó que alrededor de 142,000 personas o 4.4% de la población emigraron de la isla. Según la Junta de Planificación de Puerto Rico (2018) la gran mayoría de estos puertorriqueños emigraron a los Estados Unidos, estableciéndose especialmente en los estados de Florida, Pensilvania, Texas y Nueva York. Además, FEMA les proveyó estadía en Estados Unidos a los puertorriqueños que solicitaron dicha ayuda; 7,000 familias fueron relocalizadas en 1,000 hoteles en alrededor de 41 estados (FEMA, 2020b). Impacto económico a causa del huracán María (Puerto Rico) (1) El impacto económico del huracán María ha sido uno de grandes discrepancias pues no hay una cantidad exacta sobre las perdidas en la economía. La Junta de Planificación de Puerto Rico (2019) estimaba un impacto neto de $43,134.5 millones al 12 de octubre de 2018 y 41.4% del producto interno bruto (PIB), mientras que otros estudios totalizan la perdida entre $106,960 millones a $133,700 millones y 120% del PIB (García, 2018). Respuesta de FEMA ante el huracán Katrina (2) La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias se encuentra en las primeras líneas de ayuda tras desastres naturales que afectan la población y define sus funciones cuando el Presidente de Estados Unidos declara un estado de emergencia. Un día antes de la llegada del poderoso huracán, el alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin, anunció la evacuación inmediata de la ciudad por la amenaza del huracán Katrina (Monge Y, 2005). Pocas horas después de que el alcalde anunciara la evacuación, el presidente George W. Bush declaró estado de emergencia para el estado de Luisiana (Monge Y, 2005). ¿Realmente el estado estaba preparado para este embate histórico o acaso el estado de emergencia fue declarado muy tarde? El impacto provocó destrucción masiva: en Nueva Orleans 134,000 viviendas fueron afectadas y los daños totales se estima que fueron $135 mil millones de dólares (Plyer A.,2016). 13


Alrededor de 1,400,000 hogares perdieron su servicio eléctrico, y luego de 3 meses seguían de la misma forma. (Mahoney & Calvo, n.d; Monge Y., 2005). Este atraso se debió a que 75 mil millones de dólares, se destinó a ayuda de emergencia, pero no de reconstrucción (Mahoney & Calvo, n.d.). Esto provocó una gran ansiedad en los habitantes por lo que muchos no regresaron a sus viviendas y decidieron migrar a otros estados y comenzar de cero Gabe et al., 2005). Solicitudes Válidas de asistencia individual (2) Tras el impacto de tan mortífero del huracán, FEMA aprobó ayuda para 738,318 habitantes, donde la asistencia monetaria de reconstrucción fue de 3,748,469,422.65 dólares, pero resultó ser un proceso largo y tedioso para muchos, ya que el primer dinero repartido no fue dirigido a la reconstrucción (FEMA,2005; FEMA,2015). Además, según reportes del Congreso de Estados Unidos, para proveer ayudas monetarias FEMA manejó cuidadosamente los criterios de zonas de desastres para proveer las ayudas pertinentes.

Clasificaron las regiones afectadas entre

catastróficas, extensivas, moderadas y limitadas, en la que la catastrófica era una donde había una alta tasa de destrucción, la extensiva, se caracterizaban por viviendas sin techos, y donde las estructuras del sistema eléctrico fueron destruidas. En la moderadora, los daños fueron en los exteriores y, por último, la región limitada, en donde solo ocurrieron daños superficiales (Gabe et al., 2005). De acuerdo con los estimados de la población, más de 700,000 personas fueron impactadas por el huracán Katrina (Gabe et al., 2005). Aproximadamente 657,000 personas que vivían en el área experimentaron inundaciones.

Alrededor de 40,000 personas experimentaron daños

catastróficos, 9,700 personas experimentaron daños extensivos, mientras que 29,000 personas sufrieron daños moderados (Gabe et al., 2005). FEMA demostró manejar la emergencia muy ineficientemente, lo que claramente nos muestra que no estaban preparados para este desastre natural.

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Programa de Ayuda Individual y Familiar (2) Este programa recibió $8,292.59 asistencia aprobadas de FEMA donde el 70% fueron elegibles, mientras que específicamente en Nueva Orleans a raíz del impacto se aprobó $10,659.67 asistencias aprobadas de FEMA y el 76% fueron elegibles (Caraballo et al., 2019). Se puede observar que al menos una alta cantidad de personas recibió ayuda de acuerdo con su elegibilidad, pero la pregunta que debemos hacernos es ¿Qué sucedió con el aproximadamente 24% de población que no fue elegible? ¿Será que realmente hubo personas dentro de ese por ciento que sí necesitaba la ayuda y fueron rechazadas? Son preguntas que no lograremos contestar, pero que debemos hacernos. Esto porque, dado el impacto directo a de este mortífero huracán, se debe asumir que prácticamente todo el mundo debió haber recibido algún tipo de ayuda provista por el gobierno Federal. Asistencia de FEMA (2) FEMA otorgó $5.2 mil millones en asistencia para vivienda y gastos relacionados donde 3.7 mil millones fueron provistos para asistencia en el hogar y $1.5 millones fueron para los gastos relacionados (FEMA, 2015). La cantidad de $1.3 mil millones fue provista con el objetivo de mitigar el impacto y ayudar a las comunidades a reducir o eliminar riesgos a largo plazo en la reconstrucción de sus propiedades (FEMA, 2015). Por último, se brindó la ayuda de $11.7 mil millones de dólares para los proyectos de reconstrucción en cuanto a la asistencia del estado en proyectos públicos (FEMA, 2015). Las acciones de FEMA no fueron tan malas, pero aun así su respuesta fue muy lenta, mientras que las necesidades aumentaban cada vez más. Respuesta de FEMA ante el huracán María (1) El gobierno federal responde a los eventos naturales o emergencias a través de FEMA. Esta agencia es la encargada de proveer y coordinar la respuesta federal, manejar los recursos durante los desastres y planificar la recuperación del estado o territorio afectado por un evento, entre otros servicios (Farber, 2018). Cuando se aprueba el estado de desastre por el presidente de los Estados Unidos para un estado o territorio, FEMA toma las riendas del manejo de la emergencia. El exgobernador Ricardo Rosselló Nevárez declaró un estado de emergencia para Puerto Rico el 18 de septiembre de 2017, y el presidente Trump firma la declaración de emergencia 15


al día siguiente, 19 de septiembre de 2020. Esto significa que la activación de FEMA fue efectiva el 19 de septiembre de 2017, un día antes del desastroso evento. En Puerto Rico el huracán María arropó a toda la isla, causando no tan solo grandes pérdidas a nivel de gobierno, pero también en los hogares de los puertorriqueños (FEMA, 2020b). Como mencionado anteriormente, todo el país se vio afectado por la falta de energía eléctrica por lo que FEMA en conjunto con la Autoridad Energía Eléctrica de Puerto Rico ayudaron a la reconstrucción del sistema eléctrico (FEMA, 2020b). Sin embargo, fue un proceso arduo y desesperante para la mayoría de los puertorriqueños. A un mes del impacto, solo el 21% de los abonados contaba con el servicio de energía eléctrica; a dos meses, un 49% y a los 3 meses, un 65%; a octubre 10, 2020 un 99.99% de los abonados cuenta con el servicio (FEMA, 2020b). Este extenso proceso de reconstrucción de energía eléctrica fue uno de los causantes de las muertes indirectas. Personas con condiciones de salud que requerían el servicio eléctrico, pero no contaban con el dinero necesario para tener una planta eléctrica fueron afectadas. Solicitudes válidas de asistencia individual (1) A raíz de tanta necesidad en la isla, FEMA recibió alrededor de 1,130,398 millones de solicitudes válidas de asistencia individual, de las cuales un 64% reportaron daños en el hogar; 95% falta de utilidades; 3% daño en sus vehículos; 73% necesidad de alimentos y 7% necesidad de albergue (Caraballo & Rodríguez, 2019). Alrededor de 825,191 personas reportaron a FEMA que carecían de alimentos y agua para poder sobrevivir luego del catastrófico evento (Caraballo & Rodríguez, 2019). La respuesta de FEMA a estas solicitudes fue una laboriosa, desorganizada y sin un gramo de empatía hacia las necesidades de los puertorriqueños, pues perdieron el rastro de alrededor del 38% de sus envíos de productos básicos (Office of Inspector General, 2020). Esta pérdida de rastreo de los productos básicos representó una pérdida de alrededor de $257 millones (Office of Inspector General, 2020). En promedio los productos básicos que FEMA recibió en Puerto Rico para atender las necesidades de miles de familias tardaron 69 días en llegar a su destino final, los hogares de los puertorriqueños (Office of Inspector General, 2020). Esta desorganización es producto de la inutilización del Sistema de Posicionamiento Global (GPS, por sus siglas en inglés) para rastrear los envíos (Office of Inspector General, 2020). Además, no hubo un sistema

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de inventario ni se documentó las entregas de estos productos básicos (Office of Inspector General, 2020). FEMA no cumplió con su misión de salvar vidas antes, durante y después del evento. FEMA le falló a los puertorriqueños al no poder proveer agua y alimentos eficazmente luego del evento. Hubo retrasos de aproximadamente 71 días para la entrega de agua y 59 días para la entrega de alimentos (Office of Inspector General, 2020). FEMA envió a la isla aproximadamente 97 millones de litros de agua entre septiembre de 2017 y abril de 2018, en cambio, alrededor de 36 millones de litros de agua fueron los que llegaron para ser distribuidos (Office of Inspector General, 2020). Así mismo, en ese mismo periodo enviaron 53 millones de comidas, de las cuales solo 24 millones aproximadamente llegaron para ser distribuidas (Office of Inspector General, 2020). ¿Se puede culpar a FEMA por las muertes indirectas del huracán María? Programa de Ayuda Individual y Familiar (1) El Programa de Ayuda Individual y Familiar (IHP, por sus siglas en inglés) brinda servicios financieros y directos a personas y hogares que tienen gastos y necesidades debido a un desastre, y no cuentan con un seguro o el seguro no cubre un 100% (FEMA, 2019b). Este programa recibió 1,119,025 solicitudes válidas de las cuales sólo un 41% fue elegible y entregó una cantidad de $1,201,521,156 (Caraballo & Rodríguez, 2019). Sin embargo, la cantidad promedio que se entregó por hogar o individuo fue de apenas $2,608.28 (Caraballo & Rodríguez, 2019) ¿Por qué de 1.1 millones de solicitudes válidas solo se aceptó un 41%, y el promedio de ayuda recibida fue de tan solo $2,608.28? Asistencia de FEMA (1) FEMA aprobó una asignación de fondos $19,100 millones para asistencia pública, divididos en $700 millones para el recogido de escombros, $4,500 millones para medidas de protección de emergencia y $13,900 millones en obra permanente y gastos administrativos (FEMA, 2020b). Además, $39.2 millones fueron asignados para el Programa de Subvención para Mitigación de Riesgos, $2,000 millones para restauración de la red eléctrica, $766 millones para generadores de energía provisional y $121.5 millones para el mantenimiento de generados de estructuras críticas, $217 millones para la asignación para la misión de recogido de escombros (FEMA, 2020b). Finalmente, se asignaron $20,000 millones para el Programa de Subvención en 17


Bloque para el desarrollo Comunitario y $4,600 millones para el restablecimiento del servicio eléctrico y reparaciones de emergencia de la red eléctrica (FEMA, 2020b).

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Conclusión (1) Los huracanes Katrina y María forman parte de la historia como dos de los eventos más desastrosos y fuertes que han tocado territorio estadounidense. Ambos huracanes relucieron la falta de organización e ineficiencia de parte de FEMA. Luego de la pobre y lenta respuesta de FEMA en Katrina, se asumió que la agencia había aprendido la lección. Sin embargo, fue todo lo contrario pues con el paso del huracán María demostraron las mismas incapacidades para manejar un desastre. Dicho esto, una de las diferencias más significativas de la ayuda de FEMA entre los dos eventos fue la desigualdad en la asignación de fondos para las familias y la reconstrucción en Puerto Rico y New Orleans, respectivamente. Esta desigualdad se observa cuando se compara el por ciento de aprobación por parte de FEMA de las solicitudes válidas. A pesar de que Puerto Rico contaba con más solicitudes válidas del Programa de Asistencia Individual y Hogar que Luisiana, fueron elegibles un 68% para Luisiana y un 41% para Puerto Rico (Caraballo & Rodríguez, 2019). Este mismo patrón en donde las solicitudes válidas de Puerto Rico eran mayores, pero el por ciento de elegibilidad era mucho menor, fue una constante para FEMA a la hora de brindar ayuda. Si comparamos la respuesta de FEMA ante cada evento, se entiende que la respuesta a ambos eventos fue una desorganizada, laboriosa e inhumana, pues en el caso de Puerto Rico aproximadamente 69 días pasaron para que los puertorriqueños recibieran artículos de necesidad básica. A este extenso periodo de espera por alimentos y agua se le podrían atribuir las muertes indirectas del huracán María ¿será que nuestro estatus político va por encima de las necesidades de un pueblo? Solo resta esperar que FEMA asuma sus errores en la respuesta de Puerto Rico, para que así en un futuro no se repita la misma ineficiencia y desorganización; pues al final quien paga las consecuencias es el pueblo que vive en necesidad.

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El COVID-19 no es el agente principal de la crisis sanitaria mundial: Primeras medidas sociopolíticas tomadas en Puerto Rico vis á vis Estados Unidos, Ecuador y China

Lyanabelle K. Bechara Díaz Natasha C. Hernández Gómez Christian E. Vergara Hernández Universidad de Puerto Rico, Recinto de Cayey

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Sinopsis El COVID-19 ha significado una amenaza sanitaria mundial. Por ende, el objetivo de este trabajo es hacer un análisis comparativo de las medidas establecidas para combatir el COVID-19 en Ecuador, Estados Unidos y la ciudad de Taizhou, China, por un lado, y las de Puerto Rico. Este análisis se hizo a través de una revisión bibliográfica de artículos académicos sobre el COVID-19 y las primeras medidas que se tomaron en estos cuatro países.

Primeramente, Ecuador

experimentó un aumento exorbitante de casos ya que el sistema de control de la propagación no ha sido riguroso, y demoraron en tomar decisiones tan pronto se dio el primer caso positivo. Por otro lado, en Estados Unidos las decisiones de protección fueron mínimas debido al escepticismo del Presidente. En cambio, en Taizhou, China, el epicentro original de la pandemia, ha mostrado eficacia en el control de la propagación del virus. Las medidas poco convencionales y la veracidad por parte del gobierno para cumplir con estas han sido lo que ha hecho de China un país exitoso en mantener una salud pública. Nuestros análisis nos llevaron a la conclusión de que Puerto Rico tomó medidas similares a Ecuador y Estados Unidos. Al contrario, Taizhou fue una ciudad que atacó el virus con rapidez. Por ende, las medidas tomadas en esta pequeña ciudad pueden ser utilizadas como ejemplo a seguir. Palabras claves: COVID-19, crisis sanitaria, pandemia, medidas gubernamentales

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El COVID-19 no es el agente principal de la crisis sanitaria mundial: Primeras medidas sociopolíticas tomadas en Puerto Rico vis á vis Estados Unidos, Ecuador y China. Introducción En diciembre del 2019, el Departamento de Salud de la Ciudad de Wuhan de la Provincia de Hubei, en China descubrió un nuevo virus. Se identificó como parte de la familia de los coronavirus y le dieron el nombre de síndrome respiratorio agudo severo-coronavirus-2 (SARSCoV-2, por sus siglas en inglés). Según Koury & Hirschhaut (2020), “hasta el momento se conocían un total de 36 coronavirus. Los virus de la familia coronaviridae, conocidos como coronavirus, son virus de tipo ácido ribonucleico (ARN ) positivo de cadena simple, envueltos en cápside que pueden afectar un amplio rango de animales e incluso a humanos” (p. 3). Ahora bien, el 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la infección del COVID-19 como una pandemia. Para el 3 de noviembre de 2020 se han reportado alrededor de 3.3 millones de casos positivos al virus y 1.2 millones de muertes (World Health Organization, 2020). Aún no se ha descubierto una cura o vacuna en contra del virus; las organizaciones de salud solo disponen de algunas guías preventivas. Ciertamente, la aparición de esta pandemia ha obligado a los gobiernos a cambiar sus políticas públicas para mitigar el impacto del virus. No obstante, algunos países no han tomado las debidas medidas para poder reajustarse (Organización Internacional del Trabajador, 2020). Se podría aseverar que se ha construido una crisis sanitaria que afecta otros elementos sociales como la economía, la seguridad pública y la salud mental, entre otros. Sin embargo, el COVID-19 solo es un detonante de esta crisis. Lo que realmente ha provocado la crisis sanitaria mundial fueron las medidas precarias de los gobiernos. Según Declet Barreto (2020), “el COVID-19 encuentra a Puerto Rico debilitado y agotado para atender los más elementales problemas de salud pública que ya presentaba la población y que se complican con la pandemia global” (p. 5). Los problemas del sistema de salud en Puerto Rico se deben a la corrupción extrema que ha habido en la Isla. Según Colón Zayas (2020), “el gobierno lo único que ha hecho es imponer unas medidas de control sanitario que exigen la disciplina y la regulación del cuerpo, a la vez que los gobernantes bailan al ritmo de la corrupción” (p. 3). Ahora bien, un impedimento adicional para resolver la crisis sanitaria es la relación territorial entre Estados Unidos y Puerto Rico. El primer impacto fue en 1898, cuando hubo un 25


cambio de soberanía en la cual Puerto Rico pasa de las manos de España a las de Estados Unidos. El segundo impacto fue la imposición del Estado Libre Asociado (ELA): “con un arreglo colonialista intacto pero vestido de democracia, Estados Unidos cementó el rol de Puerto Rico como laboratorio social” (Declet Barreto, 2020). A partir de este periodo comenzaron los problemas económicos, pero la crisis se vio sumamente marcada en la década de los 80 “cuando Puerto Rico perdió́ las ventajas comparativas y el capital se fugó a Latinoamérica y Asia donde la globalización y el abaratamiento del transporte y mano de obra ofrecían mejores condiciones” (Declet Barreto, 2020, p. 3). Posteriormente, la crisis que se había construido obligó a los gobiernos de turno a aplicar “medidas neoliberales cada vez más nocivas para el bienestar público, [tales] como la venta de corporaciones y servicios públicos a inversionistas privados, oposición a la acción colectiva obrera, y el desarrollo de mega-proyectos fraudulentos plagados por esquemas de corrupción” (Declet Barreto, 2020, citando a Atiles-Osoria, 2016). Esto provocó un disparo de la deuda a 72,000 millones de dólares cuya solución fue la imposición de la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) en el 2016 para manejar la deuda pública. En las últimas décadas Puerto Rico ha sufrido varios desastres naturales, incluidos el huracán María y los terremotos en el área sur de la Isla (Declet Barreto, 2020). Estas adversidades aumentaron las disparidades en la atención médica entre las poblaciones vulnerables en muchas partes de la Isla (Cruz-Correa et al. 2020). Sin embargo, la llegada de la pandemia fue evidente en nuestra Isla a principios de marzo. El objetivo inicial de este trabajo es realizar una comparación con tres países totalmente diferentes a Puerto Rico. Por ende, se utilizarán las fechas proporcionadas por el gobierno y el Departamento de Salud de Puerto Rico (DSPR) para evitar ambigüedades y confusión en la misma. Nos enfocaremos principalmente en las decisiones del gobierno ante la pandemia del COVID-19 y los efectos, tanto positivos como negativos, que obtuvieron los respectivos países. En la Sección I, se comparan las decisiones más influyentes de Ecuador con Puerto Rico. En la Sección II, las de Estados Unidos con las de Puerto Rico y cómo influye el estatus de estos. Por último, en la Sección III establecemos comparaciones entre las decisiones tomadas por Puerto Rico y China, específicamente la ciudad de Taizhou. En Puerto Rico, el primer caso sospechoso se informa el 8 de marzo del 2020: una turista italiana que entró a la Isla en un crucero. A causa de esto la gobernadora Wanda Vázquez Garced declara el 12 de marzo del 2020 un estado de emergencia y recomienda a la población refugiarse 26


en sus hogares. El 13 de marzo del 2020 se confirma por primera vez en la Isla un contagio de COVID-19. Además, la orden ejecutiva OE-2020-023 emitida por la gobernadora del país, ordenó cerrar las operaciones gubernamentales, excepto aquellas relacionadas a servicios esenciales (Departamento del Trabajo y Recursos Humanos de Puerto Rico). Así mismo, ante la necesidad de asesoramiento médico se nombró un Comité Ejecutivo de Asesoría Médica COVID-19. El Gráfico # 1 presenta una línea de tiempo con las primeras medidas de control tomadas en Puerto Rico para combatir el virus. En el artículo Public Health Academic Alliance for COVID-19 Response: The Role of a National Medical Task Force in Puerto Rico se establece: Los objetivos [del Task Force] eran reducir y detener la transmisión del virus mediante la detección rápida de casos y prevenir muertes, proporcionar pautas clínicas sobre el manejo médico apropiado de los casos, incluidos los pacientes críticamente enfermos y minimizar el impacto de la epidemia en el sistema de salud, los servicios sociales y la comunidad en general (Cruz-Correa et al. 2020). El 21 de marzo se comunicó la primera muerte a causa del COVID-19. Al pasar los meses, las órdenes ejecutivas han ido cambiando, y los casos y muertes aún siguen aumentando. Para el 30 de noviembre 2020 Puerto Rico tiene aproximadamente 50,988 casos confirmados y 1,106 muertes (DSPR, 2020). Se puede observar que las medidas que tomó la gobernadora Wanda Vázquez fueron ineficientes pues la cifra de casos positivos ha aumentado en gran manera. Ahora bien, existen varios factores que propiciaron este aumento drástico de casos positivos en Puerto Rico. Un factor clave para entender este aumento es el sistema político desigual y la corrupción ya que la prioridad no son los ciudadanos, sino el lucro propio lo cual no se limita a Puerto Rico ya que muchos países de Latinoamérica se han visto afectados por el impacto de la pandemia. Ecuador fue uno de ellos, siendo el país latinoamericano con más casos inicialmente y, de igual manera, fue uno de los países con más casos a nivel internacional superando a Brasil y a Estados Unidos en los primeros meses de la pandemia. El virus no se tomó con la seriedad que se debía y, a pesar de que cerraron todos los puertos de viaje, no pudieron reducir los casos. En otras palabras, la cronología del COVID-19

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en Ecuador y la de Puerto Rico son parecidas. No obstante, Puerto Rico tuvo más limitaciones por el estatus. Estados Unidos, por otro lado, tardó demasiado en legislar medidas para controlar el COVID-19 ya que el presidente Donald Trump nunca tomó en serio la amenaza del COVID-19 y se dedicó a responsabilizar a otras naciones por la propagación del virus. Ciertamente, si las medidas en contra del COVID-19 se hubiesen implementado con tiempo o se hubieran tomado con la seriedad que ameritaba, muchas muertes pudieron haberse evitado. Es indispensable establecer comparaciones entre las medidas de Puerto Rico y las de Estados Unidos porque hay un patrón específico con respecto a la toma de decisiones. Esto significa que muchas medidas tomadas en Estados Unidos se vieron reflejadas en Puerto Rico. Ahora bien, para poder hacer un análisis bien estructurado, presentaremos información sobre países desarrollados cuyas medidas lograron mitigar el aumento de casos de COVID-19, para así reconocer las fallas del gobierno insular. En este caso, brindaremos información de las medidas tomadas en China, específicamente en el territorio de Taizhou ya que fue uno de los primeros territorios en ser afectado por el COVID-19. Este ejemplo es excelente para nuestro análisis comparativo porque al ser ambos espacios tan pequeños pueden de alguna manera reflejar sus respectivas medidas. Desafortunadamente, los efectos del COVID-19 en cada espacio tomaron polos opuestos: Taizhou pudo superar la crisis y Puerto Rico se sumergió en ella más todavía. Taizhou tomó unas medidas sumamente rápidas que pudieron sacar a la población de la crisis. La comparación de estos tres países crea una nomenclatura perfecta ya que tenemos tres marcos comparativos distintos: una república no colonial sufriendo las mismas condiciones que Puerto Rico, por mala administración; una nación hegemónica cuyas medidas provocaron un colapso en todos los sistemas incluido el de su colonia; un pequeño territorio dentro de una nación poderosa que podría ser el espejo de Puerto Rico.

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Sección I: Puerto Rico vs Ecuador Las decisiones de los gobiernos han sido las herramientas que han ayudado o empeorado la situación del COVID-19. El gobierno de Puerto Rico desde la aparición de los primeros casos del COVID-19 ha estructurado órdenes ejecutivas con el fin de disminuir el contagio. De la misma forma otros países como Ecuador han tomado decisiones gubernamentales ante la pandemia. El caso de Ecuador es importante, pues sus contagios han aumentado de manera exorbitante independientemente de las medidas tomadas por el gobierno. Ecuador tiene una población aproximada de 14 millones de habitantes y su gobierno se rige de manera presidencialista, lo que quiere decir que optan por una división de poderes. En cambio, Puerto Rico es un territorio no incorporado de los Estados Unidos con un gobierno libre asociado y una división de poderes, y alrededor de 3.2 millones de habitantes. Ecuador comenzó a sentir los estragos de la pandemia con su primer caso, que fue una turista proveniente de España el 29 de febrero 2020. Los contagios siguieron aumentando con el pasar de los días, de manera rápida y el gobierno declaró un estado de emergencia. El 13 de marzo del 2020 la Ministra de Salud, Catalina Andramuño, anunció la primera muerte por el virus. La persona fallecida fue el primer caso reportado en el país (Ogonaga & Chiriboga, 2020). No 29


obstante, no se tomaron medidas en contra del virus hasta el 13 de abril 2020, cuando se estableció un “sistema de semáforo” para las provincias. Este sistema de semáforo implica que cuando se designe el color rojo tendrán estrictas medidas contra el virus, el amarillo algunas medidas y el verde muy pocas medidas. En el caso de Ecuador, en la primera medida tomada, se utilizó el rojo, con restricciones, toque de queda, aislamiento, clases en línea y vigilancia militar. Ecuador cuenta aproximadamente al día 30 de noviembre del 2020 con 188,138 casos y 8,891 muertes (Ministerio de salud de Ecuador, 2020). En contraste, Puerto Rico, informó su primer caso sospechoso el 8 de marzo del 2020: una turista de Italia que llegó a la Isla en un crucero. Al no tener las pruebas y las herramientas necesarias para confirmar los casos, estos siguieron aumentando. De manera preventiva la gobernadora Wanda Vázquez Garced el 12 de marzo del 2020 declaró un estado de emergencia en Puerto Rico. El primer caso, fue confirmado el 13 de marzo del 2020 junto a otros también provenientes de viajes al extranjero o turistas. “Dos días después, se estableció una orden de refugio para Puerto Rico en un momento en que la OMS estableció que el patrón de transmisión en Puerto Rico aún se clasificaba como casos esporádicos” (Cruz-Correa et al. 2020). El DSPR informó la primera muerte el 21 de marzo del 2020, que fue el primer caso sospechoso en la Isla. Al 30 de noviembre del 2020, Puerto Rico cuenta con aproximadamente 50,988 casos confirmados y 1,106 muertes (DSPR, 2020). Aunque la población de Ecuador es cerca de 11 millones más que la de Puerto Rico, los contagios han sido de manera apresurada en los dos países. El 14 de marzo del 2020, Ecuador suspendió todo tipo de entrada de viajes aéreos y marítimos. Asimismo, las personas que llegaban por la frontera terrestre debían llevar una cuarentena preventiva. En Puerto Rico, se cerraron casi todos los aeropuertos, pero se mantuvo abierto en todo momento el aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín en la capital, San Juan. Cabe destacar que este aeropuerto es federal y el gobierno de Puerto Rico no tiene completa potestad para decidir si cerrarlo o no. Éste es uno de los aeropuertos más importantes y el puerto de entrada principal de la Isla. La única decisión tomada por el gobierno fue exigirles a los pasajeros una cuarentena preventiva de 14 días. El cierre de los aeropuertos era de suma importancia para evitar el contagio del COVID-19, ya que, en otros lugares como Europa, Asia y Estados Unidos ya habían reportado contagios muchas semanas atrás. Esto es demostrado en gran

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manera, por el hecho de que los primeros casos en Ecuador y Puerto Rico fueron provenientes de personas extranjeras contagiadas que viajaron al país. El COVID-19 es un virus que se transmite fácilmente si no se lleva la distancia correcta y el protocolo a cabalidad. El gobierno de Ecuador controló una de las vías de transmisión más evidentes del virus sin importar las consecuencias económicas y turísticas que podrían tener. En cambio, este no fue el caso de Puerto Rico, pues cerrar los aeropuertos no es costo-efectivo para la economía de la Isla. Ello ha afectado el país, pues las personas siguen viajando de turismo con una gran probabilidad de portar el virus y contagiar a todos a su alrededor. Tanto Puerto Rico como Ecuador utilizaron el cierre total de todos los servicios públicos excepto los de mayor necesidad con el fin de detener la creciente ola de contagios. Según Ogonaga & Chiriboga (2020), “la República del Ecuador, la noche del 16 de marzo de 2020 dispuso cerrar los servicios públicos, excepto los de salud, seguridad, servicios de riesgos y aquellos que, de emergencia”. De la misma forma, Puerto Rico desde el 15 de marzo de 2020 proclamó un cierre total de los servicios públicos teniendo como excepción los servicios esenciales. Los dos países tomaron prácticamente la misma decisión ante el virus. No obstante, las personas no acataron las órdenes en su totalidad en ambos países. Esto afecta negativamente las decisiones en contra de la pandemia, pues los contagios seguirán incrementándose. Una de las resoluciones más efectivas de Ecuador fue una desinfección masiva y lugares designados para desinfección vehicular. Por otro lado, el gobierno de Puerto Rico no optó por esta decisión y simplemente se le orientó a la población sobre la importancia de llevar a cabo el lavado de manos y desinfección personal y comercial. Las medidas contra la pandemia entre estos países han ido aumentando con el paso de los meses; algunas medidas han sido efectivas y otras, no han tenido efecto alguno. No obstante, algunas decisiones buenas tomadas por los gobiernos y en parte, debido a sus malas decisiones tomadas, las consecuencias de la pandemia han sido inmensas. En ambos casos el impacto sobre la economía y la salud ha sido muy negativo. Dicho esto, la disrupción económica de estos países viene desde hace mucho tiempo atrás.

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Según Alvarado & Arévalo (2020), citando a Correa et al. [En] el caso de Ecuador, antes de la pandemia enfrentaba una coyuntura económica llena de urgencias fiscales y con un ambiente internacional muy difícil, que estrangulaba las cuentas externas, el ambiente social, exacerbado por un manejo económico recesivo y una gestión gubernamental caracterizada por la improvisación. Puerto Rico a su vez, enfrentaba una deuda millonaria, desigualdad en su población, corrupción en el gobierno y una Junta de Control Fiscal liderando este panorama. “Más aún, el sistema de salud debilitado y las divergencias en la capacidad de prueba y la financiación federal de la salud en la Isla representan enormes desafíos” (Cruz-Correa et al. 2020). Este historial de dificultades económicas ha empeorado la situación del virus. No tan solo por la carencia de ayudas y herramientas para combatirlo, sino que, a causa del cierre total de comercios y trabajos, la economía ha decaído en gran manera. “De igual forma, se comprobó que la actividad económica es un claro dinamizador de los contagios de COVID-19, debido a la forma en la cual estas actividades se desarrollan operativamente” (Ponce et al. 2020). Si observamos el Gráfico # 1 (Casos Confirmados de COVID-19 en Puerto Rico) y lo comparamos con el Gráfico #2, que desglosa Casos Confirmados de COVID-19 en Ecuador, en Puerto Rico los picos de contagio han sido constantes y estos se han mantenido en gran aumento. No obstante, Ecuador ha tenido picos más bajos y menos constantes. Este solo cuenta con un pico de contagios alto en abril 12 mientras que en Puerto Rico son incesantes y no muestran ninguna mejora.

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Sección II: Puerto Rico vs. Estados Unidos Estados Unidos se convirtió en el nuevo epicentro del COVID-19 el 21 de abril de 2020 con una cifra aproximada de 213,144 casos positivos (Allam, 2020). Este aumento paulatino de casos positivos se debe a las medidas indecisas que ha tomado el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump con respecto a la pandemia. Según la cronología publicada por Zaheer Allam, Estados Unidos tuvo varios periodos donde se tomaron medidas que repercutieron en los estados. Para marzo 9, ya había 24 estados con COVID-19 “incluyendo Arizona, Washington D.C, Colorado” (Allam, 2020, p. 3) y, finalmente el 13 de ese mismo mes el presidente Trump declaró un estado de cuarentena (García Encina 2020). No obstante, la cuarentena total no se estableció hasta el 24 de marzo. Las fechas de cuarentena entre Puerto Rico y Estados Unidos fueron cercanas, ya que en Puerto Rico se implementó el 15 de marzo. Ahora bien, muchas medidas tomadas por Estados Unidos repercutieron a Puerto Rico. Esto se debe al vínculo económico que hay entre Estados Unidos y Puerto Rico. Por ende, es sumamente pertinente discutir las posturas de Donald Trump con respecto al COVID-19 y cómo las medidas que implementó afectaron a Puerto Rico. De igual manera, discutiremos las maneras en que Estados Unidos pudo haber evitado el aumento drástico de casos positivos. La correlación entre casos positivos y las fechas de medidas importantes de 33


Estados Unidos, las podemos ver en el Gráfico #3. Para el 24 de marzo (día que se declara la cuarentena) se puede observar una merma en el aumento de casos. Sin embargo, los mismos fueron aumentando paulatinamente y para la finalización de la cuarentena el 16 de abril ya había entre 25,000 y 30,000 casos positivos. No obstante, luego de esta fecha la tasa de casos positivos se duplicó. Ahora bien, la autora Carlota García Encina (2020) establece en su artículo EE.UU frente al COVID-19 los errores que cometió Estados Unidos desde que la OMS “declaró la pandemia a nivel mundial por el COVID-19” (p. 2). Pero antes, es pertinente mencionar que desde que surgió la pandemia en Wuhan, el presidente tomó la situación de manera escéptica. Una vez se declara la pandemia mundial Trump “echó primero la culpa a China y después a la [Unión Europea] por propagarlo” (García Encina, 2020). Sin embargo, el presidente no pudo crear un plan de medidas con respecto al COVID-19. Dos días después, el presidente declara el estado de emergencia y lo primero que hizo el presidente fue “liberar 50,000 millones de fondos federales a través del Stafford Act” (García Encina, 2020, p. 2). García Encina establece que el presidente Donald Trump cometió un error tomando estas medidas económicas porque “desde entonces las apariciones del presidente de EE. UU. reflejan un cambio radical ante esta crisis, con un semblante mucho más serio, advirtiendo sobre la prolongación de la crisis y sobre la recesión económica que se les viene encima” (p. 3). El efecto del Stafford Act se reflejó cuando el gobierno tuvo la necesidad de reabrir la economía el 24 de abril de 2020 (Allam, 2020). Ahora bien, en ningún momento de la pandemia Trump se inmutó en tomar las medidas necesarias de protección ante el COVID-19.

Uno de los ejemplos de esta indiferencia fue que el presidente mantuvo los

aeropuertos abiertos (García Encina, 2020, p.4). En cambio, la única respuesta fue restringir el paso a viajeros europeos y asiáticos (García Encina, 2020, p. 4). Estas medidas van más allá de la protección de una nación porque tienen que ver con un problema racial. La medida de mantener los aeropuertos abiertos repercutió a Puerto Rico porque fue el único servicio que no pudo cerrar operaciones. Colón Zayas (2010) establece que “cerró a cal y canto la Isla (menos su aeropuerto) mediante una orden ejecutiva”. Con esta referencia pudimos evidenciar que la orden ejecutiva cerró todos los servicios en la isla excepto el aeropuerto. Otro error sumamente grande fue la escasez de pruebas diagnósticas (García Encina, 2020, p. 5). Cruz Correa et.al (2020) establecen que “a pesar de que la comparación de capacidad de diagnósticos del COVID-19 es difícil a través de los estados (…) Puerto Rico se quedó atrás en el número de pruebas que se hicieron” (p. 9). En 34


otras palabras, pudimos ver cuáles fueron los errores principales cometidos por el presidente Trump gracias a su actitud incrédula respecto a el COVID-19. La falta de medidas en Estados Unidos fue uno de los factores, alternos a la corrupción, que agravó la crisis en Puerto Rico. En cambio, Redlener et al. (2020) establecieron las maneras en que las altas cifras del COVID-19 en Estados Unidos pudieron ser evitadas. Según los autores, para el 16 de octubre se habían reportado aproximadamente 210,000 muertes (p. 2). Primeramente, establecen un análisis comparativo de las muertes por cada 100,000 personas comparado con otros países desarrollados (p. 4). Los autores establecen que “Estados Unidos tiene actualmente la novena tasa más alta de mortalidad proporcional” (Redlener et al. 2020, p. 4). Los resultados dentro de esta investigación comparativa establecen que 176, 290 muertes pudieron haber sido evitadas (p. 5). Ahora bien, existen varias razones establecidas por el autor que explican el incremento de casos de COVID19. Al igual que García Encina (2020), Redlener et al. (2020) establecen que hubo una insuficiencia en la capacidad de pruebas. No solo eso, sino que enfatizan la insuficiencia en el rastreo de casos. El rastreo de casos positivos fue otro de los problemas reflejados en Puerto Rico. Colón Zayas (2020) establece que “a la crisis de la corrupción, se sumó la demora en comenzar a rastrear los enfermos” (p. 1). Otro de los problemas establecidos fue la respuesta tardía, respecto a lo cual infieren que “si las pautas de distanciamiento social y otras medidas de control se hubiesen introducido en una o dos semanas… los investigadores estiman que 62% de los casos confirmados… hubiesen sido evitados” (traducido de Redlener et.al, 2020 citando a Pei, 2020). La escasez de mandato de máscaras fue otro error cometido lo cual establecen que la falta de mandatos para el uso de máscaras contribuyó a las muertes del COVID-19 (Redlener et al. 2020, p. 8). Por último, todas estas medidas fueron obviadas gracias al fracaso en las medidas políticas durante la pandemia del COVID-19. Como ya hemos mencionado anteriormente, las medidas tomadas por el gobierno federal nos competen porque las políticas tomadas en Puerto Rico son un reflejo de las que se tomaron en Estados Unidos. Identificamos un patrón específico en las medidas tomadas. La fecha de la cuarentena fue relativamente igual. De igual manera, los fallos con respecto a las pruebas y el rastreo se vieron en Puerto Rico de manera exponencial. Es decir, si en Estados Unidos había escasez, en Puerto Rico se duplica ya que “para el 25 de junio de 2020, el total de pruebas por millón de personas era de 3,845” (Cruz Correa et.al, 2020). También, la decisión de mantener los 35


aeropuertos abiertos por Estados Unidos repercutió en hacer políticas de cierre de aeropuertos; no obstante, el gobierno de Puerto Rico tampoco hizo nada para tener un control de personas que entraban al país (Colón Zayas, 2020). El último factor que acabó de agravar la crisis fue la reapertura económica donde se ve una duplicación de casos en ambos países (Allam, 2020). Con esta información pudimos concluir que los casos exponenciales en Puerto Rico no solo se vieron afectados por la corrupción política sino que también porque las consecuencias en Estados Unidos por la indiferencia de Trump fueron barreras para tomar medidas en Puerto Rico.

Sección III: Puerto Rico vs China El primer caso de COVID-19 mundialmente se reporta el 8 de diciembre del 2019 en la ciudad de Wuhan de la provincia de Hubei en China (Yu & Li, 2020, p. 491). Según Yu & Li (2020), las festividades, el flujo de población a gran escala y en el nivel nacional, y las actividades comerciales y culturales fueron factores importantes en la propagación del virus en China y a través del mundo (p. 491). Sin embargo, el país no comenzó a tomar medidas de prevención hasta enero del 2020. La falta de conocimiento (pues se creía que era similar al flu) y la subestimación del riesgo de infección del virus fueron los factores que influenciaron la falta de toma de decisiones en las primeras etapas de propagación. Para el 20 de enero del 2020, la Comisión Nacional de Salud de China organizó un panel de expertos para visitar Wuhan, quienes confirmaron que se trataba de un nuevo virus (Yu & Li, 2020, p. 491-492). De ese momento en adelante, China 36


comenzó a tomar medidas preventivas para el control de la propagación del virus. De enero a abril, China experimentó cuatro periodos: incubación, brote, control y disminución de COVID-19 (Yu & Li, 2020, p. 492). Independientemente de la falta de toma de decisiones en las primeras etapas de la pandemia, en comparación a todos los países del mundo, China ha mostrado preparación y eficacia en controlar la propagación del virus COVID-19. Esto se debe a que el gobierno de este país, con la ayuda de las autoridades locales de las provincias, implementó medidas poco convencionales para controlar la epidemia. Por “medidas poco convencionales” nos referimos a las decisiones tomadas por el gobierno que generalmente no se implementan con regularidad. Según Yu & Li (2020), la primera medida que se tomó fue el lanzamiento de una respuesta de emergencia de salud pública que autorizaba al gobierno a tomar medidas drásticas como movilizar y expropiar todo tipo de personal, materiales, transporte e instalaciones para bloquear el área de la epidemia. A esto le siguió el 23 de enero del 2020, una orden del gobierno municipal de Wuhan en la cual suspendía la operación del transporte público, el aeropuerto, la estación de tren y las autopistas. Con esta orden, los ciudadanos de Wuhan entraron en una cuarentena. La tercera medida informal que se tomó fue la movilización médica a nivel nacional. Se construyeron dos hospitales improvisados especialmente para el tratamiento de pacientes graves; la expropiación de gimnasios y estaciones de autobuses para construir hospitales de refugio para pacientes con síntomas leves, y la expropiación de hoteles y apartamentos de estudiantes universitarios para aislar a miles de sospechosos con el COVID-19.

La cuarta medida fue proporcionar apoyo financiero a la

comunidad médica y a la industria farmacéutica. Como última medida, se creó el artículo informativo “Directrices de Prevención Pública para la Neumonía COVID-19” para orientar al público (p. 492-494). Estas medidas poco convencionales fueron implementadas, no solo en Wuhan, sino en otras ciudades de China como lo fue en la ciudad de Taizhou la cual, después de Wuhan y Xiaogan de la provincia de Hubei, fue la tercera ciudad más afectada por el virus (Lin et al. 2020, p. 632). Para efectos de este trabajo hemos decidido tomar la ciudad de Taizhou para compararla con Puerto Rico. La ciudad de Taizhou, para el 2018, tenía alrededor de 6 millones de residentes (Lin, et al. 2020, p. 632), mientras Puerto Rico para el 2020 se estima una población de alrededor 3.2 millones. Puerto Rico tiene un territorio de 9,104 km2 mientras la ciudad de Taizhou tiene un territorio de 37


10,038 km2. En comparación con Puerto Rico, la propagación del virus debería ser mayor en la ciudad de Taizhou debido a que esta tiene una densidad poblacional mayor siendo de 587.72 km2, y Puerto Rico teniendo una densidad poblacional aproximada de 351.49 km2. Sin embargo, la ciudad de Taizhou mostró ser más eficaz en el control de la propagación del virus COVID-19. Según Lin et al. (2020) las decisiones tomadas por el gobierno de la ciudad de Taizhou de la provincia de Zhejiang en China sugieren que controlar la transmisión del virus por casos importados y la transmisión dentro de la comunidad son la clave para controlar una propagación en sus comienzos (p. 632). La ciudad de Taizhou reportó su primer caso el 21 de enero y tres días después ya habían confirmado 18 casos. En respuesta, el 23 de enero el gobierno estableció una sede para el control y prevención del COVID-19 la cual estaba encargada de organizar las respuestas de emergencia de acuerdo con las decisiones del Consejo del Estado Chino. Para el 24 de enero, se implementaron nueve medidas de control en respuesta al aumento de casos. Estas medidas incluían la cobertura de seguro médico para todas las personas contagiadas sin importar cuál era su estatus de seguro médico anterior al igual que la priorización de los pacientes con el virus en hospitales; el cierre de lugares públicos y actividades de reunión; se cerraron los hoteles, estaciones de transporte y aeropuertos. Para el 29 de enero se ordenó el cierre de las escuelas y para el 31 de enero, el cierre de los negocios no esenciales (Lin, et al. 2020, p. 632-633). El Gráfico # 4 presenta una línea de tiempo de las medidas de control ya mencionadas.

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Después de analizar los datos del Gráfico # 4 y el Gráfico # 1 (línea de tiempo con las decisiones tomadas por el gobierno de Puerto Rico), varias diferencias son evidentes.

En

comparación con Puerto Rico, la ciudad de Taizhou, una vez se reporta el primer caso, observa un aumento significativo acelerado de casos confirmados de COVID-19. Es probable que esto se debe, como mencionado anteriormente, a que la densidad poblacional en Taizhou es mayor. Sin embargo, después de una semana y media, ya habían tomado todas las medidas preventivas necesarias y obtuvieron como resultado la disminución de los casos. En Puerto Rico, el primer caso importado de COVID-19 se da el 9 de marzo (Institute for Health and Metrics Evaluation: COVID-19 Projections, 2020) y es una semana después que se da la primera respuesta de control con un cierre de servicios no esenciales, el trabajo a distancia en las empresas privadas y públicas, el comienzo de la educación en línea y un toque de queda de 9:00 p. m. a 5:00 a. m. A pesar de la implementación de estas medidas, los casos de COVID-19 siguieron aumentado esporádicamente. La razón por la que la ciudad de Taizhou ha sido exitosa en el control del virus es por las medidas de control informales establecidas por el Gobierno de China pues este tomó el control completo de la población, situación que en Puerto Rico es políticamente imposible. En Puerto Rico, es posible que las fiestas familiares, las reuniones informales, la negligencia de los ciudadanos y otros factores culturales y sociales continúen influyendo el aumento de casos hoy día.

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Conclusión Las decisiones que tomó cada país determinaron las cifras de casos confirmados de COVID-19. De igual modo, las medidas tanto de Ecuador, Estados Unidos y Taizhou funcionan para hacer un análisis robusto de la crisis sanitaria en Puerto Rico. En la primera sección observamos las medidas tomadas por el gobierno ecuatoriano. Uno de los fallos principales fue la tardanza del gobierno ecuatoriano en declarar un estado de emergencia. Ahora bien, la declaración de estado de emergencia (12 de marzo de 2020) en Puerto Rico fue relativamente cercana al primer caso reportado el 13 de marzo. No obstante, los casos sospechosos comenzaron el 8 de marzo, pero no se pudieron comprobar al momento por la falta de pruebas diagnósticas en la Isla. Para el 30 de noviembre las cifras de Ecuador duplicaban las de Puerto Rico, pero hay que tomar en consideración que la población de Ecuador es mucho mayor a la de Puerto Rico. Por ende, si tomamos esta variable en consideración las cifras son bastante proporcionales. A través de esta comparación pudimos establecer un detonante en común: los problemas económicos que enfrentan ambos países. Quiere decir que uno de los factores que afecta el incremento de casos de COVID19 son los problemas económicos causados por el capitalismo y por la corrupción de los gobiernos. Ahora bien, Estados Unidos es un país bastante desarrollado económicamente.

No

obstante, lo que afectó en este caso las cifras de COVID-19 fue la negligencia e indiferencia del presidente. Pudimos ver que en Estados Unidos hubo un manejo casi nulo a inicios de la pandemia debido a las posturas del Presidente. Por estas razones, hubo una escasez de pruebas, rastreo, mascarillas y otras medidas que pudieron asegurarles a los ciudadanos estadounidenses protección ante el COVID-19. Es fundamental establecer una comparación entre Estados Unidos y Puerto Rico ya que la Isla es un territorio de la nación norteamericana. Por estas razones, toda medida que implique alguna inversión se verá reflejada en Puerto Rico (Declet Barreto, 2020). Por un lado, la falta de pruebas y rastreos, al ser una inversión económica significó un problema en Puerto Rico ya que no había suficientes. Por otro lado, la imposibilidad de cerrar el aeropuerto federal tiene que ver con las medidas de Donald Trump. De igual modo, pudimos estimar que el ideal anexionista hace que Puerto Rico siga los pasos de Estados Unidos. Por estas razones, hay una concordancia con las fechas de Órdenes Ejecutivas. En este caso, no hay un vínculo entre los problemas económicos sino una influencia porque las decisiones económicas que tomó Estados Unidos con respecto al COVID-19 repercutieron a Puerto Rico. 40


Por último, no existe similitud alguna entre las medidas de China y Puerto Rico; sin embargo, escogimos este país porque, en contraste, tuvo un progreso sumamente rápido. Taizhou fue una de las ciudades más afectadas por el COVID-19. En esta ciudad, se implementaron nueve medidas para combatir el COVID-19 que contemplaban construcción de hospitales y cuarentena inmediata; no obstante, las medidas de control fueron severas. Ahora bien, China es un país con un progreso económico bastante evidente. Quiere decir que el presupuesto alcanzaba para construir un hospital solo para personas con COVID-19. En cambio, Puerto Rico ni siquiera tiene presupuesto para una orden de pruebas rápidas. Quiere decir que, a pesar de que la ciudad de Taizhou es un ejemplo a seguir, las realidades de ambos países son sumamente divergentes. En resumidas cuentas, pudimos llegar a la conclusión de que existen dos factores iniciales que afectaron a Puerto Rico. Por un lado, al igual que en Ecuador, la crisis económica marcada por el capitalismo neoliberal y la corrupción gubernamental fue una limitación para establecer medidas pertinentes. Por otro lado, el ser un territorio de otro país nos condena a tener menos herramientas que el país colonizador. Debido a que Estados Unidos no tomó casi ninguna medida para subsanar la crisis sanitaria por el COVID-19, Puerto Rico se vio igualmente afectado.

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