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Siguiendo la línea de pensamiento de Platón en la carta séptima, cabe destacar el modelo que él plantea para el gobernante de un Estado. En esta carta, hace un repaso de la historia del Estado en cuanto a política: la censura del régimen imperante, el gobierno de los treinta tiranos, el juicio de Sócrates. Nada de lo que él ha vivido ha sido considerado, por él, bueno o justo para los habitantes de un Estado. Después de toda esta reflexión, considera que el espíritu de las leyes esta corrompido y es excesivo el numero de leyes promulgadas. Como conclusión en esta carta, propone como gobernante a un filósofo o amante de la sabiduría, ya que opina que solo este, será justo "tanto en el terreno político como privado". Así pues los filósofos tendrían que ocupar cargos públicos y el poder, cuando esto ocurra el ser humano irá en el buen camino.

Comparando con la actualidad, podemos destacar dos ideas: respecto a las leyes que Platón juzga como corrompidas y excesivas podemos encontrar en el actual sistema político una abusiva utilización de las leyes; el gobierno recurre a la ley para solucionar la gran mayoría de los problemas sociales, como por ejemplo la violencia de género, la ley del aborto, la ley penal del menor(cada vez que se encuentran con un delito grave entre menores y tienen un gran impacto mediático, recurren a dos soluciones: rebajar la edad penal del menor o extender las penas). Por otro lado podemos hablar de leyes corrompidas como por ejemplo el Plan Bolonia, o el sistema educativo que cambia con los cambios del partido político gobernante.

En segundo lugar, Platón recurre a los filósofos para gobernar el Estado, este modelo no identifica con los actuales cargos políticos importantes: ministros, senadores, diputados, el presidente, etc. Actualmente entre ellos no hay ningún filósofo, son abogados, licenciados en ciencias políticas, economistas, etc.; nada relacionado con la filosofía.