EL BALANZÍN

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XVII. Getxoko Komiki Azoka • XVII Salón del Cómic de Getxo Número

14 Zenbakia

el Balanzín



El Balanzín, Getxoko Komiki Azokako aldizkaria, zintzo iritsi da beste urte batez haren hitzordura. Gure autorerik onenen lagin zabal bat dakar 14. zenbakiak. Aniztasun handiko garai batean bizi gara, non proposamenak nahastu egiten diren, eta horrek komikia muga berrietara darama. Zenbaitetan mezuak nahasi egiten dira, frogatzeko komikia oraindik ere euskarri gaztea dela eta jatorri desberdinetako belaunaldi berriak konplexurik gabe gerturatzen direla harengana, hura hazi arazteko.

Ahots berriak, dagoeneko ezagunak diren beste batzuekin konektatzen direnak (esate baterako, Víctor Santosena eta Iñaketena), eta bidegurutze zirraragarri bat erakusten digutenak, zeinetan aldaketak beti diren ongi etorriak. Abentura orria pasatzearekin bat hasten da. Goza ezazu.

Un año más llega fiel a su cita El Balanzín, la revista del Salón del Cómic de Getxo, que alcanza su número 14 con una nutrida muestra de nuestros mejores autores y autoras. Vivimos en un momento de gran diversidad en el que las propuestas se mezclan llevando el medio hacia nuevas fronteras. Los mensajes a veces se confunden para demostrar que el cómic es aún un medio joven y que nuevas generaciones procedentes de otros horizontes se acercan a él sin complejos para hacerlo crecer. En nuestro entorno conviven propuestas tan distintas como las de Jon Juárez, autor de la portada, Ruth Juan o Elisabeth Pérez Fernández, que se asoman a las viñetas con una mirada diferente. Nuevas voces que conectan con otras ya conocidas como las de Víctor Santos o Iñaket, que nos muestran un ilusionante cruce de caminos en el que los cambios siempre son bienvenidos. La aventura comienza al pasar la página. Que disfrutes.

N T R O

Gure inguruan oso proposamen desberdinak biltzen dira, hala nola azalaren egile den Jon Juárezenak, Ruth Juanenak eta Elisabeth Pérez Fernándezenak. Autore horiek bestelako jarrera batez heltzen diete binetei.

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TIRA Oskar Blanco

RECOMPENSA Victor Santos

MENDIAN Axpi

EL ÁNGEL CAÍDO Guión: Koldo Azpitarte Dibujo: Kike Infame

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JAQUECA Eli (Elisabeth Pérez Fernández)

UN DÍA TONTO Iñaket

EN PORTADA JON JUÁREZ Entrevista: Kike Infame

SIN TÍTULO Ruth Juan

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SUPERFICIALES Guión: LuisD Dibujo: Idoia Iribertegui

AZTIHITZA Asisko

MEZUA Álex F.

ADIERAZPEN ASKATASUNA Torretxua

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PAPA WAS A ROLLING STONE Roberto González

BETI BERDIN TABERNA Gastón

UN CUENTO VENEZOLANO Susanna Martín

ZULOA, 30 AÑOS Entrevista a Antonio Altarriba

Realiza: Aula de Cultura de Getxo. Ilustración de cubierta: Jon Juárez. Impresión: Gráficas IRUDI. DEP. LEGAL: VI 537-2010 Diseño: infame & co. Dirección editorial: Euskal Irudigileak. Cada viñeta-historieta es copyright ©2018 de su respectivo autor.

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EL ÁNGEL CAÍDO

A finales de Mayo, El parque del Buen Retiro adquiere todo su esplendor. Árboles y plantas florecen y el calor aun no es tan sofocante como en meses venideros.

Aquella tarde había una extraña quietud en el parque. No había niños correteando y hasta los ruidosos estorninos parecían ausentes.

No es que la vida me sonriera demasiado: llevaba dos años en paro y dada mi edad, algo más de cincuenta años, mis posibilidades de lograr un nuevo empleo eran cada vez más bajas.

Dado que mi mujer y yo no teníamos hijos, podíamos ir tirando con su sueldo.

Mi reconversión en amo de casa no había sido tan dolorosa como en un principio imaginé: tenía tiempo para leer libros y cÓmics de la biblioteca pública y siempre fui austero en mis gastos.

Un gran libro.


El bueno de Twain no quiso terminarlo pero por suerte, su albacea tenía menos escrúpulos.

En absoluto. Era UN hombrecillo divertido.

¿Es un experto en la obra de Mark Twain?

PERO en lo que soy experto es en los asuntos dEl Diablo.

¿Ve La estatua que preside ESa fuente?: Es excepcional, ¿sabe por qué?

Se llama El Ángel Caído y es la única estatua en un espacio público dedicada al Diablo. Veo en su rostro cierta incredulidad, así que permítame explicarle que no está aquí por un motivo casual.

Tampoco es casual que se erigiera sobre las ruinas de una ermita consagrada a San Antonio Abad, el fundador del movimiento eremítico

... uno de los más ridículos intentos del ser humano por alcanzar la santidad a través de la inacción.

¿Sabe a qué altura estamos sobre el nivel del mar? A 666 metros nada menos.

Es más honroso suicidarse, ¿no cree?

En todo caso, la inacción es muy del gusto dEl Diablo. Así consiguen los dictadores mantenerse en el poder.

Me cae usted bIen, José. ¿Puedo llamarle José, ¿verdad?


Como le iba diciendo, la inacción es el principio en el que se basa la connivencia y usted es alguien que cultiva la inacción con esmero.

No sÉ cómo ha averiguado mi nombre, pero debo irme a mi casa.

anochece y mi mujer acaba de salir de la oficina. No tengo tiempo para chalados.

Podríamos decir que es un auténtico eremita del siglo XXI.

¿Estás seguro de que tu mujer está en la oficina?

Cuando vuelvaS esta noche a casa, mírale las medias. Tiene una carrera en la nalga izquierda.

¡quita de en medio, atontao!

Me dirigí hacia mi casa confuso, con una profunda sensación de irrealidad.

Pregúntale por Samael, ella LO conoce como Samuel. Es un buen amigo de la infancia pero tiene las uñas un poco largas.

cuando me volví hacia el banco en busca del anciano...

¿CÓMO SE ATREVE?

... ESTE había desaparecido sin dejar rastro.

Entré en mi domicilio, y me senté en el salón, entre penumbras, a esperar a mi mujer.

THE END


¿TIENES JAQUECA?

Cuando un cerebro se sobrecarga, a veces parece que va a explotar.

Se hincha,hace ruido, gira y sobrevuela montañas y valles. de un gran globo,

Su dueño se queda colgando como si fuese la cabina

se deja llevar a un viaje somnoliento,

y después de unas horas,

mentolado,

ibuprofenado...

vuelve a la normalidad.

Tras mi primera gran jaqueca, grandes gafas de abuelo No me había dado cuenta inmenso que hay

me pusieron gafas. Unas grandes de esas de pasta parda marrón. hasta entonces del espacio entre mi ojo y mi ceja.

Antes de tener gafas, una señora me dio unas gotitas que hicieron desaparecer las manillas del reloj. Me sentí bastante torpe, mis oídos se abrieron para equilibrar la falta de vista y entonces, tras carraspear me dijeron: eres hipermétrope. NECESITAS GAFAS. Y me dejaron suelta por la calle dos días con los ojos eclipsados.

Jaqueca me pone la gente cuando grita. Jaqueca loca y el pelo erizado que llega al cuarto piso de lo largo que lo tengo, de lo erizado que me lo pone la gente cuando grita. Los italianos tienen la voz más aguda que los vascos. Es un dato que ya sabía y que estoy cerciorando estos días.


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Hay una diferencia abismal entre los estudiantes del centro lingüístico de los lunes y los estudiantes del centro lingüístico de los miércoles. Los del lunes beben champagné se visten de esmoquín y se peinan el tupé con un resoplido mientras sonríen son sus dientes nacarados y plasticosos, oh la la, chocolá.

Los del miércoles se aprietan las gafas en el puente de la nariz y se ponen rojos cuando hablan en público. Terminan todas las palabras acabadas en consonante alargando ésta al infinito con un “innnga” “ummma” “iiittttta” y así todo, yo les hago gestos de que así no se hace, pero nada. Tengo curiosidad por cómo serán los estudiantes del centro lingüístico de los martes. Cuando todas se van, pongo la música alta alta que grita, y la casita estrecha en la que vivimos se convierte en un cohete, se levanta un poco, y entonces en vez de vivir en un tercero, vivo en un cuarto o en un quinto, y los tejados de las casas de al lado se quedan abajo abajo abajo...

15 en el Arno, y a un montón de monos saltando de árbol en árbol. Y miro por la ventana y me veo colgada de un globo y abajo veo a Dante





JON JUÁREZ Jon Juárez es uno de los ilustradores más singulares de nuestro entorno. Un autor que desarrolla un universo propio y que convierte cada uno de sus trabajos en toda una experiencia iniciática. Animador, ilustrador, historietista, hablamos con Jon Juárez para conocer mejor las diferentes aristas de su obra. ¿Cómo comienzas en el mundo de la ilustración? Dibujar no entraba dentro de mis planes. Con 19 años, compartía piso con dos chicas y un chico que decían que eran anarquistas y por aquel entonces, el programa de Telecinco Gran Hermano nos había noqueado, lo mirábamos con la boca abierta. 1984 me impactó tanto, que pensé que yo también tenía que escribir algo parecido: Artxe. La protagonista, era una chica que vivía dentro de un sistema cerrado, una cueva de Platón regida por una especie de Instagram primitivo y desquiciado. Pensé que, ya que no sabía escribir, podría hacerlo dibujado. Así que al año siguiente me inscribí en la Joso, pero tampoco me lo monté demasiado bien. Años después, la novia de un amigo me dijo que tenía dos amigas diseñadoras, y que buscaban a alguien para cubrir una baja. Por aquel entonces trabajaba colgado de una cuerda, pintando fachadas. Me pasé, les enseñé algunas chapuzas que había hecho en Photoshop, y estuve trabajando allí algo más de un año. Siempre que podía, metía algo de ilustración para ir practicando. Al final terminé profesionalizando mi propio aprendizaje.

En 2007 ganas un premio para artistas jóvenes del Gobierno de Navarra.

Esto fue justo antes de empezar en el estudio de diseño gráfico. Presenté un texto ilustrado, me da vergüenza solo de recordarlo. Era horrible, el dibujo y el texto. Pero fue bastante dinero, hubo canapés, y nos pagaron a mí y a un amigo un viaje a Madrid. Creo que supimos aprovecharlo. Colaboras en la revista The Balde, una revista muy visual que mezclaba euskera e inglés. Todo esto fue en la misma época, 2007-2010. Vieron lo que había hecho en Artxe y me dijeron que hiciera lo que quisiera. Me parecía increíble que alguien fuera a pagarme por vomitar mis pensamientos. Hice cuatro o cinco historias a lo largo del tiempo. Todas eran bastante extrañas la verdad, pero para mí tenían sentido. El hecho de no venir del mundo del cómic hace que tu estilo beba de otros referentes. Igual es que en realidad no vengo de ningún mundo en concreto. Yo solo quería aprender a mi manera, y fui equivocándome todo el rato. Yo lo llamo, Avance cangrejo. 19


El cacho de animación de Kill Bill fue todo un descubrimiento. El bueno de Tarantino me puso los pelos de punta, y hasta ese momento no imaginaba lo que una pieza de animación podía hacer por mis pelos. Yo estaba buscando un estilo para Artxe, así que volqué la pieza a un quicktime, y fuí pasando el clip frame a frame, como cuando era pequeño.

interés por el proyecto, y eso me hizo trazar una ecuación infalible: Raule era el autor de Jazz Mainard, yo necesitaba un trabajo. Me bastaba con estar a la altura. Hicimos cinco páginas de muestra de ED Bunker y Raule las movió por las editoriales franco-belgas. El proyecto les gustaba, pero mi dibujo se les hacía un poco infumable. Después de aquello tomé una decisión inapelable, volver a mis proyectos, autoeditar, y no depender de nadie. Me lo tomé tan en serio, que después de tanto esfuerzo, me ofrecieron hacer un cómic muy bien pagado sobre la carrera espacial para el mercado anglosajón, y decidí no hacerlo. Quería tener el control absoluto de la temática y de la autoría, de la producción, de la política... de todo..

Uno de tus primeros proyectos será un western, La balada de David hackehadadolnihe. En 2008, ya había empezado a dibujar Artxe, y estaba más o menos contento con el resultado, pero ahora dudaba de mi capacidad como guionista. Y entonces conocí a Breixo, que por aquel entonces era guionista en Globomedia y trabajaba en la serie de El Internado. Él tenía varios proyectos personales, o proyectos que habían descartado, y entre cinco que tenía elegí ese La balada de David Hackehadadolnihe. Me pasó unas 8 ó 10 páginas de guión y yo dibujé 12. Íbamos a firmar el contrato con Paco Camarasa, en de Ponent, pero cuando vimos las condiciones nos fuimos desinflando, Breixo empezó a hacer guiones de cine, y el proyecto se quedó en tierra de nadie.

Ganas el Injuve en 2012 y te abre otras posibilidades de trabajo. Hice un recopilatorio con todo lo que había hecho para The Balde, y con otra historia corta que hice para El Balanzín, los presenté al concurso y me dieron el premio. Antes el Premio Injuve era bastante sonado, al menos esa era mi sensación, y poco después, me llamaron de algunas editoriales, y también de Bimba y Lola, para hacer un minicómic corporativo, Almanaque. Estaba bien pagado, pero era una cosa pequeña y pasó un poco desapercibido. Tenía que ser así. Al mismo tiempo hice el primer EP junto a Ángel Stanich, Camino Ácido, y la cosa laboral empezó cuajar bien.

Para poder dar salida a tus proyectos te diriges al mercado francés. Prácticamente me había quedado sin balas para el western. Pero, estando en Angouleme, Dargaud había mostrado 20


¿Cómo nació la colaboración?

Aun así, intento que mi portfolio no parezca un tablón de anuncios. No me gusta cuando se cosifica la autoría, me parece un asunto de mal gusto. Por otra parte, cuando miro mi portfolio, no veo ningún dibujo que me haya surgido hacer, todos son encargos. Esto es extraño, porque ocurre un fenómeno foucaultiano; quién te encarga un trabajo quiere algo parecido a lo que ya has hecho, y tu trayectoria estética, termina siendo una cadena que tú no has elegido, pero que al mismo tiempo te define. A veces me dicen que tengo un estilo reconocible, pero igual yo no me reconozco en él.

A Stanich le escuché de telonero en el bar Bukowski. Aún no tenía hecha ni la maqueta. Me gustaron las letras, y pensé que eran muy cinematográficas, o que y tenían una extraña conexión de estilo con mis dibujos. Hay algo en Stanich que lo hace auténtico. Le escribí al día siguiente y le propuse trabajar en el CD, Camino Ácido. Probablemente sea mi trabajo más autoral, y es el único trabajo que he forzado yo, o que no me han propuesto. A los pocos meses firmó un contrato con Sony. Después fui haciendo otras colaboraciones con él a lo largo del tiempo. Cuatro Truenos, Metralleta Joe... Hasta que sacó Antigua y Barbuda. Le tengo especial cariño, porque básicamente empecé a trabajar con Cámino Acido, y siento que con Antigua y Barbuda pude cerrar una etapa, o un ciclo. Hubo un punto de inflexión en ambos casos.

La animación tiene también mucho peso en tu trayectoria. Cuando volví de Barcelona a Euskadi por segunda vez en 2010, empecé a trabajar en una película, animando y haciendo fondos. Después de aquello estuve dando tumbos durante un año. Volví a trabajar en trabajos verticales, y diseñando un rocódromo. Luego vino la etapa del Injuve, y después, durante tres años estuve haciendo fondos para la serie de Angry Birds, gracias a Natacha Bustos. Estaba bien pagado y se hacía bastante rápido. Podía compaginarlo con los encargos que me llegaban de ilustración, y gané bastante dinero. Fueron años tranquilos. La misma productora me metió en otro proyecto que se ha estrenado ahora en 2018, Another day in live sobre Kapuściński en Angola. Allí hice de concept artist, trabajando el world building de la película. Cuando terminé mi trabajo en la película, me dediqué solo a los encargos de ilustración.

¿Cómo pasas del mercado editorial a la publicidad?. El dibujo es una herramienta del pensamiento, un código que transmite sensaciones y emociones, igual que la escritura, solo que el dibujo lo percibimos de forma diferente. Cuando una marca emite su mensaje a través de tu voz, lo hace a través de tu forma de reinterpretar el mundo. La publicidad es el arte de la ventriloquía. Cuando empecé a ilustrar, me prometí a mi mismo no hacer publicidad, pero no cumplí mi palabra. Al Bakunin que había en mí le pasó por encima un camión. Con el tiempo, aprendí que tampoco había más dignidad en el mundo editorial. Solo son sistemas diferentes de ganar dinero.

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Con Fango intentas volver al cómic. Fango tiene tres bloques recopilatorios que reúne aquellos primeros cómics cortos que hice entre 2007 y 2012, y algunos fracasos más. Entre bloque y bloque, existe un hilo conductor que al final ha terminado teniendo mucho más peso que los propios bloques recopilatorios originales. Lo terminé hace tres años. Me hacía gracia lo que estaba escrito, pero el conjunto no terminaba de cuajar. Ha sido un ejercicio de catarsis personal. La paradoja de Fango es que tiene más sentido si no está editado. Fango es filosofía de portal, es un guión que habla de los grandes temas de la vida sin tener ni puta idea de nada. Aun así, mientras estructuraba Fango en 2015, rememorando mis fracasos, tuve una idea feliz, un chispazo que me hizo retomar el western. Tenía doce páginas dibujadas de un soldado que llegaba a un pueblo y se veía envuelto en una pelea. Y de repente, sabía por qué estaba allí, todo cobró sentido para mí. Bauticé esta nueva historia: Caramanchada.

siento satisfecho, aunque no llegue a interesarle a nadie cuando lo publique. Desde hace tiempo escribo y dibujo para mí. Si voy a pasar mucho tiempo alrededor de un tema, me gusta no tener claro cuál es mi punto de vista, me gusta no estar de acuerdo con el propio discurso de la obra, y explorar las contradicciones. Dibujar te permite percibir la realidad desde una escala temporal distinta, ralentizada. Creo que moralmente la coherencia está demasiado sobrevalorada. Yo puedo tener dos ideas diferentes sobre un tema, las dos al mismo tiempo, y entender por qué. Si la respuesta es buena retomarás viejos proyectos. Quiero hacer un proyecto más de cómic, eso seguro. Caramanchada ha estado bien como aprendizaje, pero no es el proyecto que tenía en mente. Tengo otros proyectos, pero soy realista, y me conformaría con terminar un proyecto más. Por otro lado, no me veo haciendo un cómic al año, creo que esa no es mi batalla. La realidad se compone de acción y ficción, y la ficción se paga con una moneda muy valiosa, la acción.

Te presentas a la beca de La Maison des Auteurs y la ganas con este proyecto.

¿Qué haces ahora en Barcelona?

En 2017 toqué fondo. Tenía Caramanchada aparcado en una carpeta, porque no encontraba la manera de avanzar con él. Así que, cuando vi la convocatoria, probé suerte casi por supervivencia, y salió bien. Angouleme ha sido mi chaleco salvavidas porque me estaba ahogando.

Nunca he jugado a la lotería, pero este año, en navidades, estando en Angouleme, me llamaron de Barcelona para participar en unas dinámicas de trabajo. Me abrieron las puertas de la biblioteca de Alejandría y no pude decir que no. Hace 4 años no tenía teléfono móvil, no tenía Instagram, y ahora estoy en Barcelona hablando de ciencia ficción. No se cuanto durará esta suerte en el tiempo, porque soy lo más parecido a Mowgli en Silicon Walley. En mi opinión, existe una tendencia que intenta solucionar el futuro, creo que la clave no está en querer domesticar el futuro, sino en imaginarlo. El futuro necesita desatarse de las cadenas del solucionismo, proyectarse.

¿Cómo fue la experiencia? Muy buena, aunque llegamos a Angouleme con una niña de un año debajo del brazo, y embarazados de otra renacuajo. No teníamos a nadie con quien dejar a nuestra hija, y Leire (Salaberria) también tenía trabajo. Trabajamos a turnos. Yo me levantaba muy pronto, sobre las cinco, y trabajaba hasta que nuestra hija se despertaba de la siesta. Luego Leire, lo hacía durante la tarde-noche hasta que se le cerraban los ojos. El ambiente en la Maison era muy bueno, este año había muchos autores de Oriente Medio, y el choque cultural siempre es enriquecedor.

En realidad, no es un cambio de registro, consiste en dibujar y escribir, usar mis herramientas del pensamiento para concebir ideas. Siempre trabajo muy pegado a la metáfora, y a veces el resultado termina siendo algo parecido a un cómic o un texto ilustrado. Procuro alejarme cada vez más del dibujo, es un proceso demasiado lento y fatigoso, pero no lo consigo, el dibujo corre más que yo.

Por primera vez acabas un proyecto. Bueno, Fango es un proyecto terminado, más que este en realidad. De Caramanchada aún me queda trabajo. Son dos álbumes, terminé el primero, pero aún tengo que hacer el segundo libro. Mi idea era que ambos volúmenes salieran con poco tiempo de diferencia, pero me temo que de nuevo la realidad ha ido más rápido que yo con el dibujo, y Caramanchada corre peligro de quedar también desfasado. Aun así creo que tiene muchos aciertos, y me

¿Proyectos? Siempre he pensado en cómo replantear las reglas del juego de otra manera. Panel Syndicate, es una fuente de inspiración, y me gustaría trabajar en esa dirección, retorciéndola. Pero en realidad, mi único proyecto ahora mismo es Caramanchada. El resto son ensoñaciones. 22




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ZULOA y las librerías especializadas Es habitual, al hablar del mundo del cómic, hacerlo sobre autores y autoras, sobre editores e incluso sobre distribuidoras, pero no es tan común dedicar la atención a los libreros, cómplices necesarios con el lector para el funcionamiento de nuestro querido medio. Aprovechando los 30 años (pasados) de la librería Zuloa de Vitoria, hablamos con uno de nuestros grandes expertos, Antonio Altarriba, para conocer un poco mejor su nacimiento y la importancia de las librerías especializadas en el actual momento de bonanza del cómic. ENTREVISTA A ANTONIO ALTARRIBA. ¿Cuándo conoces la librería por primera vez? La conozco al poco de abrir. Soy muy amigo de Iñaki Ortubai, hermano de uno de los socios que abrieron la tienda por primera vez. Habíamos coincidido en la época en algún fanzine y me comentó que su hermano Josu tenía intención de abrir la librería. Vitoria ya tenía antecedentes de otras tiendas. La primera librería creo que fue Totem, la que abrió El Guaje. Como al señor Roca le fue tan bien con la revista del mismo nombre, creó una red de tiendas. En España habría unas 20 o 30 tiendas. Esa franquicia tenía el cartel con el mismo tipo de letra que la cabecera de la revista. Después abrió Kini la tienda de Crash y también la frecuentaba. Posteriormente abrió Zuloa en la calle Pintorería. Tenía la librería un toque de distinción con respecto a las otras tiendas: tenía una sección de discos selectos. 36


¿Cómo era aquel equipo? Era gente joven con inquietudes que además de tener cómics, libros y discos organizaban actividades como presentaciones o exposiciones. Desde el principio tuvieron la idea de ser dinamizadores culturales. Una de las presentaciones más divertidas que recuerdo que he hecho la hice en Zuloa cuando me dieron el premio de la Sonrisa Vertical de relato erótico. La presentación la hizo una pareja de cómicos de Vitoria que se llamaban Los Ñake y llevaban unos micrófonos que simulaban ser unas pollas y se iba pasando al público. Fue muy divertido. Fue una etapa en la vida de Imanol Pradells, Josu y Juan Ibarrondo. Cuando se fueron, solicitados por otras cosas, le traspasaron la tienda a Gorka y Txintxu y se trasladaron al local que tienen ahora. Zuloa mantuvo la misma filosofía en el sentido de que continuaron con la zona de libros y la de cómics y consiguieron lo que creo que es su tesoro, la sala de abajo. Es una sala a la que le están dando una gran vida en un momento en el que la actividad cultural en la ciudad no es muy grande. Tienen una programación que está muy demandada y con un público fiel. Es un espacio pequeño y agradable. La novedad es que Gorka ha dejado la librería porque ha abierto una galería de arte. En ella tiene material de su padre, Nestor Basterretxea, y su idea es la venta y gestión de su obra y la de otros grandes nombres de su generación. Txintxu sigue con la tienda y creo que les va bien. ¿Cómo era el ambiente en el que nació la librería? Mi visión igual está un poco condicionada. Para empezar yo era más joven. Me da la sensación de que la vida en la ciudad era más inquieta culturalmente. Zuloa abrió hace 30 años y en Vitoria había mucho movimiento de fanzines. Había autores como Bernardo Atxaga, Fernando Aramburu o Iván Zaldua dando vida cultural a nuestro entorno. Cuando hacíamos fanzines los llevábamos a la tienda y hacíamos presentaciones. Estamos hablando de un momento en el que no había Internet. Cada semana teníamos que quedar para sacar adelante las cosas. Igual es nostalgia mía, pero creo que era una época más viva y Zuloa se convirtió en un referente. Otro referente que nace en la época es el TMEO. Es cierto. No sé cuándo se trasladó a Vitoria, porque los primeros números se hacen en Pamplona, que es dónde vivía Ernesto Murillo. Recuerdo que en el Crash de Kini estaba ya el almacén y el fondo de distribución de la revista. En aquellos años, dentro del mundo del cómic también estaba viva Ikusager y, aunque no tuviese mucha incidencia en la ciudad, sí que solíamos presentar los álbumes en la librería.El recuerdo que tengo de aquellos años es que había mucho movimiento. Zuloa sobrevivió a la crisis del cómic de autor de los años 90. Así es. Estoy leyendo una tesis en la que se habla precisamente de la crisis y se habla de la red de tiendas especializadas que ya existía en aquellos años para superarla.

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En estos momentos hay una saturación de novedades. Es algo que pasa en muchos países. En Francia tienen este problema multiplicado. Allí los libreros ya empiezan a hablar de kilos de libros y es difícil de gestionar. Hay cajas que se quedan sin abrir porque no tienen espacio para exhibirlos. Hay un desajuste entre los editores, que pelean por no dejar espacio libre a la competencia. Esto lo hacen aumentando el número de autores a los que cada vez pagan menos. Aumenta la producción, los títulos... y lo único que disminuye es la retribución de los autores. En este contexto las librerías tienen un problema de exceso de producción. En Zuloa veo que hacen una selección y no pueden tener todo lo que sale, sino que piden lo que su público puede demandar y si les piden algo más específico lo van buscando.

También son claves las librerías especializadas a la hora de crear una red de distribución, esencial para el cómic. En la tesis se habla de cómo estas librerías sustituyen a los kioscos desde los 70. Creo que la primera librería que abre es Taj Mahal en Zaragoza en el 74 y a continuación Albert Mestres abre Continuará en Barcelona. A partir de allí, las librerías van creciendo y convirtiéndose en el refugio de los incondicionales del medio. Yo creo que el boom del cómic de autor se ve en los primeros años ochenta y la crisis empieza a finales de la década y se mantiene hasta la aparición de editoriales como De Ponent o Sins Entido a mediados de los noventa. Con el comienzo de siglo llega Astiberri también y abren un camino a la esperanza. Muchas librerías muestran de un modo transversal propuestas contraculturales. Eso es. Estas tiendas surgen en la Transición tras la muerte de Franco. La cultura alternativa, de propuesta, que llevaba muchos años de represión, encuentran en el cómic, el rock o las drogas un modo de enfrentarse a una sociedad muy apolillada. Las librerías especializadas se hacen eco de todo ello y participaron en la organización de festivales. Los salones empiezan a florecer en todos sitios y se empiezan a hacer otras actividades más allá de la venta de cómics. Fue un red alternativa a la cultura oficial. Todo coincide en una época en la que muere el dictador y llegan nuevos aires de fuera y hay una nueva generación que viene con muchas ganas de expresarse y tiene muchas ganas de quitarse de encima el estigma de la censura. En esos momentos se ven imágenes que hoy serían difíciles de mostrar.

¿Cómo ves el futuro de las librerías especializadas? Actualmente los cómics los puedes encontrar en librerías generales, algo hasta hace poco impensable. En su momento se comentó que podía ser competencia pero creo que es bueno que haya una diversificación. Creo que es importante que haya un equilibrio entre la librería especializada y las generales que puedan conseguir lectores nuevos. Mucha gente aún tenía los prejuicios contra el medio y la apertura a estas librerías está acabando con ellos. Yo creo que las librerías especializadas, las generalistas y las grandes superficies se están repartiendo el público y que es bueno que existan todas las opciones porque cada una de ellas llega a un tipo de lector diferente.

Los fanzines muestran la realidad de la calle. Los fanzines estaban muy extendidos entre los jóvenes como medio de expresión, una expresión que es a veces un poco bestia pero tiene su lógica. Yo he colaborado mucho en fanzines, sobre todo literarios, pero siempre he estado muy en contacto con el mundo de la imagen. Para nuestros fanzines literarios nos hacían ilustraciones gente como Mauro, que hacía ya los Tbeos Kopon. Recuerdo un número de Lux Demoniorum en el que hicimos unas postales de la ciudad vistas por autores de locales y funcionó muy bien.

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Santa Eugenia plaza

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