Mujer, iglesia, comunicación. Revista Sal Terrae. Junio 2019

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LAS MUJERES Y LA MISIÓN DE LA IGLESIA Mujer, iglesia, comunicación M aría Á ngeles F ernández M uñoz *

Fecha de recepción: abril de 2019 Fecha de aceptación y versión final: mayo de 2019

Resumen La comunicación, para la Iglesia católica, es una misión. Las mujeres, como miembros de la Iglesia, tenemos el derecho y el deber de dar respuesta a esa llamada poniendo al servicio del anuncio de la Buena Noticia nuestra fe, nuestro testimonio, nuestra profesionalidad y, por qué no, nuestra particular forma de comunicar. En este artículo repasamos brevemente la trayectoria comunicativa de la Iglesia y la participación de las mujeres en esta tarea, reflexionando sobre algunos aspectos que puedan dar respuesta a los desafíos de la Iglesia en este ámbito. Palabras clave: anuncio, misión, genio femenino, periodismo.

Women,

church , communication

Summary For the Catholic Church, communication is a mission. We women, as members of the Church, have the right and duty to respond to the call, putting our faith, will, professionalism and, why not?, our particular style of communicating to the service of proclaiming the Good News. This article takes a brief look over the Church’s communication trajectory and over the participation of women in said *

Periodista. Directora de Últimas Preguntas (TVE), Frontera (Radio Nacional) y Buena Nueva (Radio 5). mariaangeles.fernandez@rtve.es

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task. It reflects on some aspects that may respond to the challenges of the Church in this area. Key words: proclamation, mission, feminine genius, journalism.

Introducción Cuando, a comienzos del año 2001, comencé a dirigir el programa Últimas Preguntas, a propuesta de la Conferencia Episcopal, bastantes personas destacaban precisamente el hecho de que, por primera vez, una mujer estuviera al frente de un programa religioso en la televisión pública. Reconozco que, aún hoy, esto me sigue llamando la atención porque entiendo que este servicio para el que la Iglesia me ha propuesto tiene que ver más con un perfil personal y profesional que con el hecho de ser mujer. He de decir que, como mujer, siempre me he sentido parte de la Iglesia en plenitud, aunque, con una visión más amplia, hay algunos matices sobre los que me gustaría reflexionar con el único objetivo de que, humildemente, contribuyan al diálogo para crecer juntos. En el principio ya existía la palabra «¿Cómo creerán en Aquel de quien no han oído hablar? ¿Cómo oirán hablar de Él sin nadie que anuncie? ¿Cómo anunciarán si no los envían?» (Rom 10, 14) Las palabras de san Pablo nos interpelan sobre algo que, tanto a nivel teórico como práctico, creo que ya está asumido, y es que la comunicación para la Iglesia católica no debe ser una opción, sino que es parte sustancial de su misión. Las relaciones entre la Iglesia y los medios de comunicación reflejan un proceso que, según Jesús Iribarren (1968), se puede diferenciar en tres épocas y actitudes. En un primer momento, la Iglesia responde a los nuevos medios desde una moral de cautelas y prohibiciones. Le sigue una Sal Terrae | 107 (2019) 547-559


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etapa en la que toma conciencia de las magníficas posibilidades que ofrecen los medios de comunicación. Finalmente, con el Concilio Vaticano II comienza una época de apertura que posibilita el inicio de una teología de la comunicación que se sigue desarrollando hasta nuestros días. El Papa Pio IX escribió en el año 1849 la encíclica Nostis et nobiscum, en la que consideraba que la libertad de expresión provocaba la indiferencia religiosa y corrompía las costumbres; por eso la Iglesia tenía que suscitar publicaciones que contrarrestasen su influencia. Quizá este es el motivo por el que, en el año 1859, el propio papa apoyó la iniciativa de los jesuitas de fundar la revista La Civiltá Cattolica y dos años después se funda L’Osservatore Romano. En 1877 se celebró un congreso de prensa católica en Italia, una de cuyas conclusiones más importantes fue impulsar una prensa confesional. En el año 1913 nació en España La Editorial Católica, en cuyo seno verían la luz El Debate, el diario Ya y otros periódicos regionales. Con el pontificado de Pío XI se puede decir que la Iglesia «entra en la era de las comunicaciones sociales»1 y los medios comienzan a introducirse en la acción pastoral de la Iglesia. En 1931, el papa inaugura Radio Vaticano. En España, en 1926, Ángel Herrera Oria funda la Escuela de El Debate por la que, hasta 1936, pasaron quince alumnas (entre ellas la religiosa e historiadora Cristina de Arteaga). La periodista Mercedes Gordon destaca de Ángel Herrera «su esperanza por el acceso de la mujer al periodismo, para infundir el genio femenino»2. El 14 de enero de 1935 se pone a la venta el primer número del diario vespertino Ya. Entre los profesionales de la primera redacción ya figuraba una mujer, Carmen Icaza, que llegó a ser una gran novelista y que, a través de la página femenina del periódico, realizó una campaña en favor de las madres solteras y de los niños con discapacidad3. Después se incorporarían otras como la citada 1. J. Díaz-Bernardo, Anunciar a Cristo en la aldea global, Estudio Teológico San Ildefonso, Toledo 2002, 39 2. R. Ortega, «Los mejores periodistas para los mejores periódicos»: El imparcial (2018), en línea, https://www.elimparcial.es/noticia/191091/sociedad/los-mejores-periodistas-para-los-mejores-periodicos.html (14 de marzo de 2019) 3. J. A. Martín Aguado y J. R. Vilamor, Historia del Ya. Sinfonía con final trágico, CEU ediciones, Madrid 2012, p. 22 Sal Terrae | 107 (2019) 547-559


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Mercedes Gordon, Julia Arroyo o Josefina Carabias, primera mujer corresponsal de España y galardonada con el premio Luca de Tena en 1952. Josefina llegó al periódico en 1958 siendo destinada a París. Para anunciar el fin de su corresponsalía y el inicio de una nueva etapa como columnista en YA, este periódico hace de ella un perfil profesional sobresaliente: “Pluma infatigable, amena y subyugante, su gran sensibilidad para la noticia humana, su estilo desenfadado y siempre ameno, su sentido de valoración del hecho, del suceso, del síntoma, se ponen desde ahora al servicio de YA desde el centro vital del periódico. Toda la vida madrileña y española será objeto de su atención (…) Sus crónicas han sido siempre un dechado de interés, intencionalidad y matices humanos... Una de las firmas más leídas y admiradas”4. Pío XII, dedicó la encíclica Miranda Prorsus a la radio, la televisión y el cine promoviendo el Magisterio referido a los medios de comunicación y el creciente interés por fomentar, a través de ellos, la acción pastoral de la Iglesia, y creó la Pontificia Comisión para la Cinematografía, la Radio y la Televisión. Él mismo utilizó por primera vez la televisión el 17 de abril de 1949, invitado por la televisión francesa. El interés del Papa Juan XXIII por los medios de comunicación se constata en los 54 textos que les dedicó a lo largo de su pontificado5. Pero es el Concilio Vaticano II, con el Decreto Inter Mirifica, el que marca el inicio de una reflexión más profunda de la Iglesia respecto a los medios y toma conciencia de que «forma parte de su misión predicar a los hombres con ayuda de los medios de comunicación social el mensaje de salvación y enseñarles el recto uso de estos medios»6. Esto se constata claramente en la Instrucción Communio et progressio que abre el horizonte a una dimensión que superaba los meros planteamientos morales y «asumía definitivamente la comunicación interhumana desde la propia 4. M. P. Diezhandino, «Josefina Carabias. Corresponsal»: Asociación de la Prensa de Madrid (2008), en línea, https://www.apmadrid.es/wp-content/uploads/2016/05/ Josefina-Carabias.pdf (23 de marzo de 2019) 5. N. Blázquez, Ética y medios de comunicación, Madrid, 1994,188 6. Díaz-Bernardo, op. cit., 51 Sal Terrae | 107 (2019) 547-559


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revelación»7. En 1960, se inaugura en Madrid la Escuela de Periodismo de la Iglesia, también impulsada por el ya obispo de Málaga, Herrera Oria. Allí estudiaron mujeres como la Catedrática de Filología María Dolores de Asís Garrote; Asunción Valdés Nicolau que, en 1983 se convirtió en la primera mujer en dirigir un telediario y diez años más tarde fue nombrada Directora de Relaciones con los Medios de Comunicación de la Casa del Rey, siendo la primera mujer alto cargo en la Jefatura del Estado; la reconocida periodista y analista política Victoria Prego o la escritora Soledad Puértolas. La década de los 70, en España, acoge el nacimiento de nuevos medios de comunicación, principalmente diarios y revistas y se constituye la Sociedad Anónima COPE. Ya en los 80 y 90 las universidades se llenan de mujeres. A diferencia de sus antecesoras, éstas encuentran un mercado laboral más amplio gracias a los medios audiovisuales que se expanden con rapidez. Encarna Sánchez se incorpora a la Cadena COPE y a finales de los 90 y principios de 2000 llegan voces como Mari Cruz Soriano, María Teresa Campos, Blanca María Pol y Cristina López Schlichting que, a día de hoy, continúa en la emisora dirigiendo con gran éxito el programa matinal del fin de semana. También a principios del nuevo milenio, la periodista Bárbara Álvarez dirigió en Radio Nacional los programas Frontera y Buena Nueva, dos de los espacios católicos de la emisora pública. En esta misma década de los 90 nacieron emisoras, de radio primero y televisiones después, en el seno de diversas diócesis españolas. Conozco bien los inicios de una de ellas, Radiotelevisión Diocesana de Toledo, donde buena parte de los profesionales contratados desde el inicio, especialmente en la redacción, fueron mujeres que asumieron y continúan hoy con la dirección y realización de la mayoría de los programas de ambos medios. Es importante destacar que, en mayo de 2012, el centenario diario de la Santa Sede, L’ Osservatore Romano, incluyó en sus páginas una publicación mensual dirigida por Lucetta Scaraffia, Donne Chiesa Mondo, iniciativa de un grupo de mujeres «con el objetivo de dar voz a las mujeres 7. Ibid, 172. Sal Terrae | 107 (2019) 547-559


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que, como Iglesia, trabajan en la Iglesia, abriéndose al diálogo con mujeres de otras religiones»8. En abril de 2019, el equipo editorial renunció a seguir publicando el suplemento porque, según su directora, las mujeres que componían el equipo se sentían «rodeadas por un clima de desconfianza y deslegitimación progresiva (…)9. Sin movernos de la Santa Sede, es interesante mencionar que, en el año 2015, el papa creó el Dicasterio para la comunicación que unifica a todos los organismos relacionados con la comunicación en el Vaticano. Esta Secretaría está formada por 17 miembros entre los que se incluyen dos mujeres, Kim Daniels y Leticia Soberón. Entre los diez cargos directivos que lo componen figura Natasha Govekar, como directora de la Dirección Teológico-Pastoral, quedando vacante el puesto de vicedirector de la Oficina de Prensa de la Santa Sede desde la renuncia, en enero de 2019, de Paloma García Ovejero. No puedo detenerme en citar a todas y cada una de las grandes profesionales que, desde esos inicios que someramente he apuntado y hasta el día de hoy, anuncian con gran talento y profesionalidad la Buena Noticia. Pero no quiero ni debo cerrar este apartado sin citar a Paloma Gómez Borrero, una de las primeras mujeres corresponsales, primero de TVE y después de COPE. Con su particular estilo acercó al gran público, desde el pontificado de Pablo VI hasta el de Francisco, la actualidad de la Santa Sede, enriquecida casi siempre por multitud de anécdotas y entresijos a los que pocos periodistas podían tener acceso, ganándose incluso la confianza de los propios pontífices. O, como escribió Rafael Ortega, con quien compartió cuatro cónclaves y más de un centenar de viajes: «Gracias a ella conocimos el lado más humano de los papas. (…) Siempre explicando, con su voz dulce e incontenible, las claves de la Iglesia Universal»10. 8. L. Scaraffia, «Querido Papa Francisco: cerramos Donne Chiesa Mondo»: Vida Nueva (2019), en línea, https://www.vidanuevadigital.com/tribuna/querido-papafrancisco-cerramos-donne-chiesa-mondo-lucetta-scaraffia/ (15 de abril de 2019). 9. Ibid. 10. R. Ortega, «Paloma Gómez Borrero. La periodista que vio al Espíritu Santo en la Plaza de San Pedro»: El debate de hoy (2017), en línea, https://eldebatedehoy. es/medios/paloma-gomez-borrero/ ((14 de abril de 2019). Sal Terrae | 107 (2019) 547-559


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Presencia de la mujer en el ámbito de la comunicación Según los datos del último informe sobre la profesión periodística11, al finalizar los estudios de Periodismo, el porcentaje de mujeres tituladas representa el 64%. El 26% de las mujeres contratadas en los medios informativos lo hacen como redactoras. Sin embargo, al analizar los puestos con algún carácter directivo, el porcentaje de varones duplica al de mujeres, más aún si nos fijamos en los Consejos de Administración. Esta situación tiene como consecuencia, a juicio de Elsa González12, «que los hombres reflejan la realidad, su realidad, en la política, la economía, en los deportes, en la información religiosa o en la cultural…». En cambio, en el ámbito de la comunicación corporativa, la situación cambia. Concretamente, de las personas con nivel de dirección, el 52% son mujeres por un 48% de hombres. Por otro lado, la crisis y la nueva realidad de la comunicación han conducido al modelo de autoempleo. En este sentido hay que destacar que un 33% de las agencias de comunicación españolas están lideradas por mujeres. Aunque no existen estudios concretos, esta situación se intuye semejante en los medios de comunicación católicos, en los que es muy significativa la presencia, cada vez más amplia, de mujeres al frente de los equipos de comunicación de las diócesis y de distintas instituciones eclesiales. Así mismo, conviene destacar que, desde hace poco más de un año, por primera vez en un medio de comunicación de la Iglesia española, dos mujeres ocupan cargos de alta dirección: Lucía Fernández del Viso es Directora General de Trece TV e Irene Pozo, Directora de Contenidos. También una mujer, Monserrat Lluís, es Subdirectora General de Contenidos en Cope y Silvia Rozas, Subdirectora de la revista Ecclesia. 11. “Informe Anual de la Profesión Periodística»: Asociación de la Prensa de Madrid (2017), en línea, http://corresponsalesdepaz.es/archivos/201712/InformeAPM-2017_2.pdf (16 de abril de 2019). 12. Elsa González ha sido presidenta de la Federación de Asociaciones de la Periodistas de España desde abril de 2010 hasta abril de 2018. Desde marzo de 2018 es miembro del Consejo de Administración de Telemadrid. En 2019 le fue concedido el Premio Bravo Especial por parte de la Comisión de Medios de Comunicación de la Conferencia Episcopal Española. Sal Terrae | 107 (2019) 547-559


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Comunicar con acento femenino Nuestra sociedad occidental, al menos en la teoría, tiene claro que mujeres y hombres somos iguales en dignidad y en derechos. Pero también es cierto que, por nuestra condición femenina o masculina, encarnamos de un modo distinto las cualidades humanas, asumimos y ejercemos nuestras virtudes y valores de forma diferente. La humanidad, en definitiva, se expresa siempre a dos voces. Si nos detenemos especialmente en el ámbito de la comunicación, los científicos trabajan en analizar el cerebro humano para tratar de comprender la forma de comunicar de los hombres y de las mujeres que, desde la simple observación, ya intuimos diferente, siendo quizá lo más evidente la mayor facilidad por parte de las mujeres a la hora de expresar los sentimientos. Creo que no es necesario aclarar que los valores que puedan estar más destacados en las mujeres son, ante todo, valores humanos que han de ser asumidos también por los hombres en la construcción de la sociedad y de la Iglesia en particular. Desde esta premisa comparto algunos breves apuntes sobre el modo de comunicar «las cosas de Dios» para las que, como dice el papa Francisco, «la mujer tiene una sensibilidad especial (…), sobre todo en ayudarnos a comprender la misericordia, la ternura y el amor que Dios tiene por nosotros»13. Entonces Jesús la llamó por su nombre: «¡María!» Ella se acercó y le dice en arameo «Rabbuní» –que quiere decir: Maestro. Jesús le dijo: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios.» María Magdalena se fue corriendo adonde estaban los discípulos y les anunció: «He visto al Señor». Y les contó lo que Jesús le había dicho (Jn 20 16-18). Desde aquel encargo hecho por Jesús a una mujer, todos los bautizados estamos llamados a dar respuesta a una misión: “Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda criatura». El papa Francisco ha expuesto la nece13. Francisco, Discurso a los participantes del seminario organizado por el Pontificio Consejo para los laicos, con ocasión del XXV aniversario de la Mulieris dignitatem, 21 de octubre de 2013. Sal Terrae | 107 (2019) 547-559


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sidad de «saber entrar en diálogo con los hombres y las mujeres de hoy para entender sus expectativas, sus dudas, sus esperanzas»14. Para ello es necesaria la empatía, cualidad tal vez algo más desarrollada en las mujeres, pero necesaria en todos para entablar un diálogo abierto, sin prejuicios, con todas las realidades del mundo de hoy y propiciar así el encuentro también con Dios. Un encuentro que puede ser reflejo del propuesto por Jesús cuando dialoga con la «mujer samaritana, sola e impura, cuatro motivos por los que ningún hombre quiere entrar en contacto con ella. Pero Jesús, hablando con ella de tradición y de cultura, la considera una interlocutora inteligente. Una vez que la mujer ha comprendido las palabras de Jesús, no lo sigue, sino que vuelve entre su gente, a la cual ofrece otro punto de vista; propone una nueva perspectiva cultural y religiosa (…). Solo cuando se restaura la equidad en las relaciones humanas, cuando se reconstruye el vínculo social y cuando se superan las disputas mezquinas, Jesús entra y se queda»15. Pero para que el encuentro llegue a producirse, entiendo como condición esencial en el punto de partida, la escucha. Antes de comunicar el mensaje evangélico, “se tiene que saber escuchar cómo los otros hablan y viven”, sugería el papa Francisco en El vídeo del Papa de diciembre de 2018. La escucha activa es un elemento indispensable en la comunicación eficaz y se refiere a la habilidad de escuchar no sólo lo que la persona está expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen. «La facilidad para asimilar la información que se recibe del interlocutor, la capacidad de comenzar una conversación sin propósito concreto, y de modularla mientras avanza, permite a las mujeres dominar el arte de la respuesta»16. Se trata, como hizo María en Betania, de poner en juego todos nuestros sentidos, de olvidarnos de todo lo demás, para acoger la esencia del 14. Mensaje del Santo Padre Francisco para la XLVIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 2014. 15. M. J. Delgado, «La mujer de Samaría y el judío Jesús» en N. Calduch-Benages (coord), Mujeres de los evangelios. PPC, Madrid 2018, 98. 16. Entrevista a Carmen Guaita. Maestra. Licenciada en Filosofía. Autora, entre otras obras, de «Desconocidas. Geometría de mujeres». Sal Terrae | 107 (2019) 547-559


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mensaje que el otro nos quiere transmitir, y «ser capaces de compartir preguntas y dudas, de recorrer un camino al lado del otro, de liberarse de cualquier presunción de omnipotencia y de poner humildemente las propias capacidades y los propios dones al servicio del bien común»17. Y para poder caminar juntos es bueno que nos comuniquemos con un lenguaje atractivo, que llegue al corazón o, como refleja Oscar Garibaldi en una de sus viñetas, abriendo corazones con la llave de las palabras18. Es necesaria una manera de contar historias que, sin caer en el sentimentalismo o la ñoñería, haga sentir a nuestro interlocutor. Resulta muy sugerente valernos de un lenguaje más popular, que no se descifra mediante conceptos, sino mediante símbolos y acciones. María de Betania, cuando unge los pies de Jesús con un caro perfume y después los seca con su cabello, no habla con nadie, su gesto es la palabra más elocuente. Y es que, qué mejor lenguaje popular que la expresión, con naturalidad, de la propia experiencia, del testimonio personal verdadero, sincero, sin prejuicios, respetuoso con el interlocutor, sin opiniones mediatizadas, ajeno a imposiciones interesadas sino dando razones de fe, amor y esperanza… ¿No es, acaso, el mejor argumento la propia experiencia de lo vivido? Recordemos a María de Magdala cuando, tras haber visto a Jesús Resucitado, va a contárselo a los otros discípulos «pero no hace un anuncio objetivo (ha resucitado), sino que les da testimonio de su experiencia: Yo he encontrado al Señor, Él me ha hablado”19. Solo desde nuestro encuentro personal con Dios, continuamente renovado, seremos capaces de salir al encuentro con nuestros hermanos. Y hemos de hacerlo con alegría y con esperanza, sintiéndonos felices con lo que somos y con lo que hacemos, identificadas con la tarea a la que hemos sido llamadas. 17. Mensaje del Santo Padre Francisco para la 50 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. 18. C. Guaita, Desconocidas, San Pablo 2010, 172. 19. A. C. Villa Betancourt, «Jesús y las mujeres: encontrarlo, seguirlo, ser sus testigos»: Consejo Pontificio para los Laicos, en línea, http://www.laici.va/ content/dam/laici/documenti/donna/teologia/espanol/jesu_s-y-las-mujeresencontrarlo-seguirlo-ser-sus-testigos.pdf (12 de abril de 2019). Sal Terrae | 107 (2019) 547-559


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Y es que, las mujeres llamadas a comunicar en el seno de la Iglesia debemos ser las primeras en creernos y asumir con gozo el papel que desempeñamos, la misión para la que hemos sido requeridas. Aludo de nuevo a la imagen del encuentro de Jesús con la samaritana, una mujer que, aunque se sorprende de que un judío se dirija a ella, no rechaza el diálogo; es más, enriquece ese encuentro con la sagacidad de sus preguntas. Y, después, cuando dejó su cántaro y corrió a la ciudad a contar a sus paisanos lo que había vivido, lo hace, «como sin querer imponerse, sin querer irritar, suscitando curiosidad. Con genio femenino supo escoger las palabras adecuadas para que aceptaran su mensaje»20. En 1988, el papa Juan Pablo II, dirigió el primer documento pontificio dedicado íntegramente a las mujeres, la carta Mulieris dignitatem, que es el punto de partida de las dos cuestiones que la teología de la mujer considera propias del genio femenino: la maternidad y el cuidado de lo humano. Entendiendo la fecundidad más allá de lo puramente biológico, nuestra labor comunicativa tiene que dar fruto; no tendría sentido si deja al espectador, lector, oyente o seguidor de redes sociales impasible, sino que ha de estar orientada también a propiciar un compromiso pleno y participativo. Perseguir sólo el tener más seguidores o me gusta está más cerca del narcisismo y la egolatría, de esa autorreferencialidad de la que tantas veces habla Francisco, que de la auténtica evangelización. Al que hay que dejar salir es a Jesús, a través del rostro de los hombres. Tiene que dejar de ser un misterio para pasar a la «mundanidad». Por otro lado, el cardenal Ratzinger, en la presentación de Mulieris dignitatem, destacaba que ante el peligro de una gradual desaparición de la sensibilidad por lo que es esencialmente humano, propiciado por el unilateral progreso material de la humanidad, se precisa que aparezca claro el genio de la mujer, su sensibilidad por el ser humano. Sin duda, nuestro trabajo en los medios de comunicación nos ofrece una oportunidad excelente de encontrarnos con historias forjadas a base de alegrías 20. Ibid. Sal Terrae | 107 (2019) 547-559


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y de dolores, de sueños y de decepciones, de fracasos y de esperanzas a las que, desde la verdad, hemos de tratar de dar respuesta con audacia y creatividad. Mirando al futuro Antes de finalizar, escuchemos de nuevo a Josefina Caravias, que muy acertadamente afirmó que “el cambió llegará cuando las mujeres puedan hablar de todo y alcancen grandes responsabilidades”21. También en la Iglesia ha llegado el momento de «pasar, del reconocimiento teórico de la presencia activa y responsable de la mujer en la Iglesia, a la realización práctica»22. Sin embargo, todavía hoy, cada vez que alguna mujer alcanza un alto cargo, salta a los titulares de la prensa, lo que quiere decir que aún es noticia. Así ocurrió, por ejemplo, cuando Paloma García-Ovejero fue nombrada, en agosto de 2016, vicedirectora de la Oficina de Prensa de la Santa Sede. La propia periodista declaró que prefería pensar que el papa le había pedido este servicio «por ser profesional, fiable, porque le he parecido la persona adecuada», entendiendo su nombramiento como un «síntoma de normalidad»23. Precisamente la presencia de mujeres como portavoces de las instituciones y organismos de la Iglesia es uno de los retos a los que, a juicio de la periodista María Ángeles López, urge dar respuesta en el ámbito eclesial, lo que supone un desafío también para las propias mujeres «que debemos salir del segundo plano, acostumbrarnos a decir sí a las propuestas que se nos hagan y dar un paso al frente en la asunción de visibilidad y responsabilidad». Potenciar la visibilidad de la mujer como portavoz, experta y líder de opinión es el reto de futuro 21. J. Murillo, «Mujeres pioneras. Periodismo hecho por españolas»: e-mujeres. net, en línea, https://e-mujeres.net/mujeres-pioneras-periodismo-hecho-porespanolas/ (23 de marzo de 2019). 22. Exhortación Apostólica Postsinodal Christifideles Laici de S.S. Juan Pablo II, 51. 23. I. Monzón, «La primera mujer portavoz del Papa: `Hubiera aceptado limpiar las papeleras de la oficina de prensa´»: El español, 2016, en línea, https://www. elespanol.com/mundo/europa/20160718/140986768_0.html (18 de febrero, 2019). Sal Terrae | 107 (2019) 547-559


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en el que también coincide Elsa González, que subraya que «la Iglesia católica debería ser ejemplo en este terreno». Poseemos un potencial, como señala Carmen Guaita, que ningún estamento debería desaprovechar. Y, como estos, podríamos seguir indagando en otros muchos aspectos de la comunicación en el ámbito de la Iglesia en los que las mujeres podamos expresar nuestras propias ideas, más allá de los sentimientos, y que sean tenidas en cuenta. Así, juntos, hombres y mujeres, sacerdotes, consagrados y consagradas y laicos, iremos dando respuesta efectiva y eficaz a las «profundas preguntas que desafían a la Iglesia y que no se pueden eludir superficialmente»24.

24. Exhortación apostólica Evangelii Gaudium del Santo Padre Francisco. Sal Terrae | 107 (2019) 547-559


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