Estrategia financiera

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¿Cómo afrontar la morosidad si eres una pyme? l

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Estrategia Financiera

Nº 318 • Julio-Agosto 2014


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En España, una de cada tres pymes cierra al año porque no le han pagado sus facturas a tiempo. El pago aplazado siempre ha existido, el problema aparece cuando el alargamiento de los plazos se hace excesivo, más allá de los dos o tres meses, entonces se pasa de la denominada “deuda joven” a un impago. ¿Cómo podemos afrontar esa morosidad para no tener que cerrar nuestra empresa y que el negocio sea viable? La prevención de la morosidad es uno de los factores fundamentales para evitar altos costes a las pymes Miguel Serrahima Gené Abogado y Director de Geseme Legal

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ada día, decenas de pequeñas y medianas empresas (pymes) acaban en quiebra en toda Europa porque no les han pagado sus facturas a tiempo. En concreto, en España una de cada tres pymes cierra cada año por problemas de liquidez derivados del retraso en el cobro de sus facturas, los números confirman que en los últimos años más de 60.000 pymes han cerrado a causa de la morosidad y con ellas se han destruido más de 600.000 puestos de trabajo(1). En los tiempos de crisis que corren las empresas luchan para conseguir más tiempo a la hora de hacer pagos en efectivo. En este contexto muchas pymes se ven incitadas a utilizar los plazos de pago a los proveedores como sustitutos de los créditos bancarios. Incluso así, la morosidad bancaria sigue creciendo y se sitúa en un 13%, que si se traduce a números exactos equivalen a 192 mil millones de euros que los bancos no recuperan(2). Por tanto, es un hecho que la morosidad es un problema de gran magnitud para todas las pymes de España, hasta el punto que la morosidad es la primera preocupación para el 50% de las pymes españolas(3). El pago aplazado siempre ha existido en el tráfico mercantil hasta el punto que se da por hecho que el pago aplazado es un fenómeno intrínseco de la actividad empresarial. El problema llega cuando en los últimos tiempos se ha producido un alargamiento excesivo de los plazos de pago, que acaba derivando en un incumplimiento del pago y que se ha traducido en una cultura de morosidad muy extendida en España. (1) Según estudio de la Confederación Española de Pequeñas

y Medianas Empresas (CEPYME). (2) Según datos proporcionaos por el Banco de España. (3) Según la “Radiografía de las Pymes 2013” realizada por SAGE. Nº 318 • Julio-Agosto 2014

España es el país de toda la Comunidad Europea con mayor premeditación a la hora de no pagar las facturas y retrasar los plazos de los pagos. Aun así, se estima que el 90% de la gente quiere pagar, tienen ganas de cumplir. Lo que hay que hacer es ayudarles a que puedan cumplir.

LA CLAVE: DEUDA JOVEN Ante tal panorama es evidente que se deben tomar cartas en el asunto por el bien financiero de la empresa. Para ello, la clave es actuar lo más rápido que sea posible ya que si las deudas son inferiores a 2 meses, el éxito de cobro de esa deuda se produce en un 87% de los casos; por el contrario, si las deudas son de más de 6 meses, se reduce el porcentaje al 50%. Es lo que conocemos como “deuda joven”. Cuánto antes decides actuar, mejor se puede prevenir la morosidad. Por otro lado, la empresa a la que le deben dinero tiene que procurar que su deuda sea una deuda que esté presente en el listado de deudas del deudor, de modo que no “quede en el olvido”, puesto que está demostrado que cuanto más antigua sea esta deuda menores posibilidades habrá de cobrarla. Por ello es importante que esta tarea se deje en manos de profesionales que se dediquen a trabajar activamente para que la deuda sea lo más baja y joven posible. Confiar en un equipo especializado que lleve el control y el seguimiento necesario de la morosidad de los clientes puede ser la mejor solución para muchas pymes que no cuentan con un departamento dedicado a los impagos y que deben dedicar sus esfuerzos a su actividad principal. Hoy en día muchas empresas trabajan con márgenes de beneficio muy reducidos. Si el margen de beneficio de una empresa es de un 10% y esa misma empresa acumula un % de morosidad de un 10% Estrategia Financiera

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Si las deudas son inferiores a 2 meses, el éxito de cobro es del 87%, si las deudas son de más de 6 meses, se reduce al 50%. Es lo que conocemos como Deuda Joven sobre el total facturado, el margen de beneficio es absorbido y anulado por el margen de deuda no cobrada a su vencimiento, una deuda que cuanto más tiempo pase mayores posibilidades tendrá de convertirse en impago y, por lo tanto, en pérdidas. Hay que destacar que cuando la deuda ya se convierte en algo “antiguo” se considera un impago más que una deuda y, por tanto, recuperar ese dinero es mucho más complicado. Por eso el objetivo primordial es mantener y estabilizar las deudas dentro de los márgenes de “deuda joven”, ya que es mucho más sencillo conseguir el cobro.

oportunidades de crecimiento, y adicionalmente en muchos casos existe un miedo a crecer como empresa para no agrandar aún más el problema de la morosidad. A todo esto hay que añadir los impuestos y la obligatoriedad de pagarlos trimestralmente con independencia de que se haya cobrado o no la factura y se le ha de sumar las nóminas de los trabajadores en plantilla, algo que puede suponer un problema ante la falta de liquidez causada por la morosidad de los clientes. A la vez, también existe un importante riesgo de perder proveedores a los que la empresa no puede pagar a tiempo como consecuencia de su falta de liquidez. Todos estos factores hacen que sin duda la morosidad tenga unos altos costes para la empresa que no recibe los pagos a tiempo y que van mucho más allá de la deuda en sí y es por eso que se han de depositar esfuerzos en la prevención de la morosidad.

CASO PRÁCTICO Grupo Geseme es una empresa con más de 50 años de experiencia y con una plantilla con más de 100 trabajadores que ofrece servicios de prevención en diferentes áreas: salud, laboral, etc. La empresa se encontraba generando 500.000 € de morosidad

LA IMPORTANCIA DE MANTENER EL CLIENTE Uno de los principales miedos de muchos empresarios es tener que reclamar ese pago que no se ha realizado por temor a que se puedan romper las relaciones y perder a un cliente potencial. Para ello es importante que el equipo profesional que se dedique a trabajar en la recuperación de los impagos entienda la importancia que tiene cada cliente y su relación con el deudor sea siempre con un trato correcto, con estricta confidencialidad y con grandes dosis de ética profesional. Se ha de tener en cuenta que lo más importante es no perder la relación con ese cliente y que el mayor activo con el que cuenta hoy en día cualquier empresa son sus clientes sean o no morosos. A través de insistencia, negociación y comprensión, se consigue acelerar y recuperar los impagos a la vez que se mantienen las relaciones con el cliente.

LOS COSTES DE NO COBRAR A TIEMPO Los retrasos en el cobro de facturas suponen un alto coste para las empresas y no todas las pymes son conscientes del coste que representa el hecho de que un cliente no pague a tiempo. Que un cliente no realice sus pagos para la empresa supone una falta de liquidez. Es posible que para conseguir recuperar este dinero la empresa acuda a pedir algún tipo de crédito, lo que implica un coste adicional. Asimismo, la empresa puede perder oportunidades de trabajar con otros clientes que sí que pagarían y, por lo tanto, limita sus

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Cuando la deuda ya se convierte en algo “antiguo” se considera un impago más que una deuda y, por tanto, recuperar ese dinero es mucho más complicado Se creó e implantó un protocolo de actuación hecho a medida de la empresa que permitió reordenar todo el tema de facturación. De este modo, con un apoyo adicional destinado a la gestión de la morosidad y con el propio equipo de facturación de la empresa siguiendo las indicaciones oportunas se mejoró el cobro de los impagos, así como la dinámica y forma de trabajo en este aspecto. Si reflejamos las acciones realizadas en números vemos que en un año pasó de los 500.000 € de deuda acumulada a solo 80.000€. Por lo tanto, se recuperaron 420.000 € con la implantación del protocolo que actualmente ofrece la propia compañía a través de su servicio Geseme Legal a sus propios clientes después de la experiencia vivida. Una vez la situación se normalizó, se pudo hacer una proyección a un año vista. Lo normal sería tener una deuda acumulada de 120.000€, pero gracias al trabajo realizado, las mejoras dentro de la empresa y el hecho de tener gran parte de la deuda en deuda joven y bien gestionada, los 120.000 € de deuda acumulada se transforman en una deuda alrededor de 30.000 €. A partir de este caso vivido por la propia empresa, especializada en servicios de prevención, decidió reforzar su posicionamiento como empresa proveedora de servicios de prevención de toda índole, facilitando a sus clientes un nuevo servicio de prevención de la morosidad que va más allá de un trabajo puntual puesto que con el tiempo permite que la empresa tenga una mayor masa de deuda recobrable, sobre la cual existirán mayores % de recobro y, por lo tanto, aumentarán los niveles de tesorería y liquidez de la empresa.

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al año. Se trataba de una deuda estancada puesto que cada mes la gestión interna que se hacía a la hora de trabajar la deuda no era del todo correcta. Al igual que sucede en muchas pymes- este tema no se gestionó del todo bien, así que los meses iban pasando sin recibir ningún cobro y esto hizo que cada vez fuera más difícil recuperar la deuda. Y es que, para sus deudores, la empresa se encontraba cada vez más baja en la lista de prioridades de forma que la deuda joven (se considera deuda joven en torno a los 2-3 meses) se convirtió en deuda antigua. Llegado este punto, empezó a tener problemas de liquidez en su tesorería pero evitó convertirse en deudora de sus propios proveedores -hecho habitual en muchas de las empresas que tienen problemas con la morosidad-. Pero la solución no fue del agrado de la empresa puesto que tuvo que pedir créditos al banco para poder pagar las nóminas. Esto supuso el punto de inflexión para la compañía puesto que siempre había evitado el apalancamiento bancario y no había recurrido nunca a pedir créditos de empresa a los bancos. En el momento que lo tuvo que hacer se puso en marcha una maquinaria para buscar una solución y se contactó con un equipo especializado en morosidad.

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Acceda a: Gestión del pool bancario en el nuevo escenario económico La morosidad de la banca batió su récord en 2013 Dos nuevas normativas pueden poner en peligro la mejora de la morosidad Todo lo publicados sobre #morosidad y #pymes

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