Suplemento Medicina Clinica. Seguridad del paciente

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Vázquez-Espinosa E et al / Med Clin (Barc). 2010;135(Supl 1):67-72

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Los criterios sobre la calidad de las GPC se han ido perfilando en los últimos años sobre todo a partir de la aparición del Instrumento AGREE (Appraisal of Guidelines Research and Evaluation, Instrumen­ to para la evaluación de la calidad de las GPC)6, y este instrumento ha supuesto una herramienta útil tanto para la evaluación de la calidad de las guías como para su elaboración7. Un proceso de selección de guías debería incluir las que cumplen atributos de multidisciplinariedad y acreditación científica y, posi­ blemente, debería formar parte de un programa estructurado de di­ seño de guías8. La evaluación de guías que abordan las fases citadas se puede hacer mediante instrumentos ya validados como el promo­ vido por la colaboración AGREE (www.agreecollaboration.org), que diferencia entre el continente o proceso (buen diseño) y contenido o resultado (su idoneidad para una buena práctica o producir una me­ jora de la calidad asistencial)9. Los protocolos clínicos o asistenciales facilitan la toma de decisio­ nes, disminuyen la incertidumbre y la variabilidad de la práctica clí­ nica, con lo que mejoran la calidad de la asistencia prestada10-13. Una de las circunstancias que más influye en la confusión termi­ nológica existente sobre los protocolos y la protocolización es la mul­ titud de definiciones de protocolo clínico existentes. En los últimos años las aportaciones más clarificadoras y ajusta­ das a la práctica han sido probablemente las definiciones realizadas por el IOM11,14 o las del acuerdo nacional canadiense sobre protoco­ los15. Todas ellas tienen en común acercarse a la definición a través de los elementos y atributos que debe reunir un protocolo. Por todo ello, el grupo de Saturno propone la siguiente definición16: “Un pro­ tocolo clínico es un instrumento de diseño de la calidad de la aten­ ción que explicita las normas de actuación que ayudan a profesiona­ les y usuarios a decidir de la forma más efectiva, eficiente y satisfactoria posible frente a problemas específicos de promoción, prevención y restauración de la salud, sirviendo además como guía

para la evaluación de la calidad en los casos en los que el protocolo sea aplicable”. La principal diferencia entre los protocolos asistenciales y las GPC es que, mientras los primeros son obligatorios, las GPC son recomen­ daciones que el profesional puede seguir o no. El ámbito de aplica­ ción también es diferente, los protocolos son de aplicación más local y las GPC, más general. En cualquier caso, hay acuerdo en agruparlos dentro del término protocolos clínicos junto con las vías clínicas o los algoritmos. Otro aspecto importante que destacar es que, para garan­ tizar la calidad de estos instrumentos, estén basados en la evidencia y se diseñen con una revisión sistemática de la literatura científica. La baja calidad estructural y las deficiencias estructurales invali­ dan en muchos casos la aplicación de las guías y protocolos. La causa fundamental es el desconocimiento de las personas que elaboran es­ tos documentos y que no se utilicen herramientas adecuadas. El objetivo de nuestro trabajo fue evaluar las guías clínicas y una muestra de los protocolos de lavados de manos de varios hospitales españoles en distintas autonomías, con base en el instrumento Guía AGREE y los criterios mínimos propuestos por Leal Hernández et al17 para la elaboración y el diseño de protocolos clínicos. No se ha pre­ tendido abarcar todas las guías existentes, ya que no ha sido fácil su localización, y creemos que existen muy pocas en España; los resul­ tados pretenden ayudar a mejorar las existentes. Con relación a los protocolos pasa lo mismo, existen obviamente en muchos hospitales españoles y la muestra obtenida puede poner de manifiesto los pro­ blemas encontrados y servir, como en el caso de las guías, para una mejora. Material y método Nuestra investigación se basó en un estudio descriptivo de eva­ luación (fig. 1).

18 documentos identificados en 9 comunidades autónomas, Ceuta y Melilla Faltan datos de 8 comunidades autónomas (42,1%)

3 guías (18,8%) 15 protocolos (81,2%)

18 documentos evaluados

De cada protocolo: Denominación Índice paginado Definición del problema Definición de la población diana Criterios de inclusión Plan de educación para la salud Organización y funcionamiento Recursos necesarios Normas de evaluación Periodo de evaluación Bibliografía Definición de protocolo Algoritmo o figura Extensión máxima Ausencia de defectos formales Grados evidencia Figura 1. Esquema general del estudio.

¿Guía clínica?

Evaluación de Guías de Práctica Clínica por AGREE

No Criterios de calidad estructural

Análisis de criterios cumplidos

Alcance y objetivos Participación de los implicados Rigor en la elaboración Claridad y presentación Aplicabilidad Independencia editorial


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