Suplemento Medicina Clinica. Seguridad del paciente

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Alonso-Ovies A et al / Med Clin (Barc). 2010;135(Supl 1):45-53

50 Tabla 3 Priorización de fallos según la puntuación de riesgo NPR Fase del proceso

Fallo

G

O

D

NPR

Formación teórico-práctica Formación teórico-práctica Formación teórico-práctica Incorporación a la plantilla Selección de personal Selección de personal Acogida

Programación inadecuada de aparatos de UCI Interpretación inadecuada de las alarmas Desconocimiento del sistema informático Plantilla con personal experimentado insuficiente Selección de enfermeras sin experiencia en UCI Simultaneidad de varias incorporaciones de nuevas enfermeras Ausencia de plan de acogida

10 10 10 9 10 9 8

7 7 6 8 7 7 7

8 7 6 5 5 5 4

560 490 360 360 350 315 224

D: detección; G: gravedad; NPR: número de priorización de riesgo; O: ocurrencia.

– Programación inadecuada de los aparatos de UCI, con EA potencial­ mente graves (NPR = 560) y posibles errores en el tratamiento (NPR = 560). – Interpretación inadecuada de las alarmas, cuyos efectos igualmen­ te pueden ser EA potencialmente graves (NPR = 490) y posibles errores en el tratamiento (NPR = 350). – Desconocimiento del sistema informático, con errores o que no se apliquen tratamientos y cuidados (NPR = 360). – Plantilla con personal experimentado insuficiente, con inadecuada asistencia a los pacientes por sobrecarga asistencial (NPR = 360), errores por excesiva carga de trabajo (NPR = 315) y falta de super­ visión a los nuevos profesionales (NPR = 240). – Selección de enfermeras sin experiencia en UCI, con el efecto de inadecuada atención a los pacientes y errores en general (NPR = 350). – Coincidencia de varias incorporaciones de nuevos enfermeros, que genera turnos descompensados, con inadecuada atención a los pa­ cientes (NPR = 315). – Ausencia de plan de acogida, que genera desconocimiento de las tareas y las funciones que los nuevos deben realizar (NPR = 224). En nuestro AMFE, las acciones recomendadas para disminuir el riesgo fueron varias en cada modo de fallo (tabla 2). Una vez estudia­ das, se podrían resumir en cuatro acciones fundamentales: a) plan de acogida y formación de las nuevas incorporaciones; b) tutela/super­ visión; c) plan de responsabilidad progresiva, y d) participación del SMI en la selección del personal de nueva incorporación. Plan de acogida y formación de las nuevas incorporaciones. Este plan es flexible, tanto en contenido como en duración, acorde con las ca­ racterísticas del nuevo profesional (conocimientos y experiencia), al igual que en función de si la incorporación es programada o impre­ vista, y de la duración del contrato. El plan de acogida estaría com­ puesto por: – Manual de acogida: recoge las características de nuestro SMI, tanto físicas como organizativas, y las de nuestros pacientes, el perfil de competencias de cada categoría profesional y los circuitos estable­ cidos en la Unidad. – Competencias y objetivos que los nuevos profesionales han de cumplir: especifica las diferentes competencias que un profesional de nueva incorporación al SMI debería adquirir tras recibir el plan de acogida y formación. – Plan de formación: este plan incluirá una evaluación previa de co­ nocimientos, formación teórica y formación práctica, evaluación de los conocimientos adquiridos por el nuevo profesional y valoración de su grado de satisfacción en referencia al plan: Evaluación de conocimientos y experiencia previos para ajustar según ello la formación necesaria. Para ello se realizará una entrevis­ ta personal realizada por la supervisora de la unidad y un ejercicio tipo test.

La formación teórica consistirá en clases de carácter eminente­ mente práctico para explicar las características peculiares de nues­ tros pacientes, de los procedimientos y protocolos específicos de UCI, de los aparatos, dispositivos y sistemas de monitorización que se uti­ lizan y el sistema informático. Esta formación teórica se complementa con un Curso de Cuidados Críticos para Enfermería, curso anual de 12 h de duración, diseñado para las nuevas incorporaciones al SMI, pero abierto para el resto de la enfermería, para ampliar y profundizar conocimientos en esta ma­ teria. Formación práctica: para llevar a cabo esta parte de la formación es necesario que el nuevo profesional se incorpore “doblando” el puesto (antes de que el compañero abandone la plaza), para no res­ ponsabilizarse directamente de enfermos sin haber recibido la for­ mación. En esta parte práctica tomará contacto con los pacientes y se familiarizará con aparatos, técnicas, registros, sistema informático, etc. Tutela/supervisión. Para llevar a cabo el plan de acogida, tanto teórica como práctica, es necesario personal que se dedique a ello, formado y con amplia experiencia laboral en nuestro SMI, preferen­ temente personal de enfermería experimentado. Por un lado, son necesarios “profesores” que impartan los conocimientos teóricos en forma de clases adaptadas a los conocimientos del profesional nuevo, y por otro, para la formación práctica, son precisos “tutores” a pie de cama que enseñen primero y supervisen después los cui­ dados y las tareas realizados por el profesional recién incorporado. Este tutor se verá “doblado” por el “alumno”, de forma que una nueva incorporación en esta fase de formación nunca sobrecargue de trabajo al resto de la plantilla y reciba una atención personalizada, lo que acelerará el periodo de aprendizaje, evitará estrés, mini­ mizará el riesgo de errores y mejorará la seguridad de nuestros pacientes. Plan de responsabilidad progresiva (PRP). Todo personal de nueva incorporación, haya recibido el plan de formación o no, cuando se haga cargo del cuidado de pacientes ingresados en el SMI, lo debe hacer de forma gradual, siguiendo este plan. Lo que el PRP persigue es que durante diferentes fases de un periodo establecido, el perso­ nal nuevo vaya haciéndose cargo de pacientes con grado de dificul­ tad y carga de trabajo progresivamente crecientes, es decir, en una fase inicial sólo debería atender a pacientes menos complejos/graves y con menos dispositivos para, en una fase final, ser capaz de llevar a aquellos de mayor complejidad y gravedad. Esta progresión en la res­ ponsabilidad hará que en los primeros días disponga de más tiempo para afianzar conocimientos y seguir su formación ayudando a otros compañeros más experimentados que atiendan a los pacientes más complejos. Participación del SMI en la selección del personal de nueva incorpo­ ración. Como última de las acciones de mejora, se planteó la posibi­ lidad de que el SMI (supervisora de la unidad) participara conjunta­ mente con las Direcciones de Enfermería y de Recursos Humanos del hospital en la selección del nuevo personal. Para la selección prima­


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