CONOCER A LA PERSONA
Trabajamos y vivimos con personas todo el tiempo. Ministramos personas, influenciamos personas. Pero también somos influenciados por personas y convivimos con personas. Conocer a la gente es fundamental para nuestro trabajo en el Señor. Muchas veces oímos a las personas pero no sabemos discernir si dicen la verdad o no, si han sido sinceras, si están escondiendo algo, si están manipulando, si se están victimizando, si realmente necesitan ayuda, etc. El discernimiento espiritual sirve para saber de qué espíritu son las personas. Necesitamos ese discernimiento especial que viene del Espíritu. Una vez, los discípulos de Jesús quisieron hacer caer fuego del cielo para consumir a los samaritanos. Jesús los reprendió y les dijo: “ Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea”. Lucas 9:55-56 Muchas veces no sabemos qué espíritu opera en nosotros mismos, mucho menos sabremos el de los demás. Veamos qué dice la Biblia acerca de Jesús.
Juan 2:23 Debido a las señales milagrosas que Jesús hizo en Jerusalén durante la celebración de la Pascua, muchos comenzaron a confiar en él. 24 Pero Jesús no confiaba en ellos porque conocía la naturaleza humana. 25 No hacía falta que nadie le dijera cómo es el ser humano.
Jesús tenía un mensaje para todos en particular. A Nicodemo le habló de nacer de nuevo del Espíritu, a la mujer samaritana del habló del agua de vida, al joven rico le habló de vender todo y dárselo a los pobres. Cada uno se llevó su propio mensaje personal de parte de Jesús. No hay una receta única para todas las personas. Debemos entender el ser humano y su condición para darle una respuesta adecuada a cada uno. No hay una sola receta para todos.
Cuando un obrero cristiano se relaciona con una persona, la tarea primordial y básica es percibir la verdadera condición de ella ante Dios.
• La mayoría no conoce su condición espiritual • Lo que la persona diga tal vez no sea confiable. • Es por eso que necesitan que nosotros les diagnostiquemos qué tienen y les demos el tratamiento correspondiente. • No debemos ser necios pensando que podemos ayudarle a todo el mundo en todos los casos.
驴Por d贸nde comenzar?
1. Nosotros somos los instrumentos de Dios
No tenemos instrumentos de medición como los médicos. Nosotros somos los instrumentos de Dios para saber la condición de las personas. Nuestro discernimiento viene del Espíritu Santo que está en nosotros. No viene de ideas personales ni de la experiencia en consejería. Cada persona es distinta, pero Dios la conoce personalmente, así que puede revelarnos cuál es el verdadero problema que tiene y cuál es la solución adecuada para él o ella.
2.Conocer el perfil de la persona ¿Cuál es su característica principal? Permitir que hable para conocer su corazón
No es lo mismo escuchar que oír. Oír es usar el oído, el órgano de la audición. Escuchar es percibir detrás de las palabras. Por eso debemos hacer hablar a las personas prestando atención no solo a las palabras sino a lo que no dice, a los gestos, a la postura corporal, a sus manos, sus ojos. Cuando una persona habla, lo hace desde su corazón y muestra lo que hay allí. “De lo que está lleno el corazón habla la boca”, dijo Jesús y es verdad. Jesús dijo también cuando quería hablar algo importante: “el que tenga oídos para oír, que oiga.” O sea, presten atención no solo con su órgano auditivo, sino con todo el corazón.
3. Dar los que tengo
Dios ha trabajado contigo desde que le conociste y mucho antes también. Todas tus experiencias con el Señor son tu capital para ayudar a otros. ¿Has pasado por una enfermedad grave? Entonces conoces la experiencia y puedes ayudar al que lo está padeciendo. Pero no solo es la experiencia lo que cuenta sino cómo te ayudó el Señor a salir de eso, cómo te habló, qué medios usó para sanarte, etc. Al final la gloria no se la debe llevar la experiencia en sí, sino la intervención de Dios en medio de la experiencia. Todo lo que te ha pasado en la vida junto al Señor, es tu capital para ayudar y comprender a otros.
CONOCER A LA PERSONA