Boletín "Expiración". Año 2012.

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Presentación La Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración cumple un año más con el mandato estatutario de editar su Boletín anual, realizado con la colaboración de los hermanos y que nos ofrece una oportunidad para reflexionar en público sobre la vida de nuestra Hermandad. No podemos decir que ha sido un año más en la vida de la Hermandad. Desgraciadamente el estado de nuestra sede canónica, la Iglesia de San Juan Bautista, ha marcado la vida, el sentir y la actividad de la Hermandad durante este tiempo. Primero, nos ha obligado a acomodar la imagen de nuestro Titular en Santa María en un lugar permanente para el culto que creemos especialmente apropiado para que los arjoneros puedan seguir encontrándose cotidianamente con el Señor de la Misericordia. En segundo lugar, el compromiso de nuestra corporación con la recuperación del templo que ha sido históricamente nuestra sede, nos ha obligado y nos obligará en el futuro a colaborar estrechamente en todas las iniciativas que se ha puesto en marcha con el fin de hacer realidad su rehabilitación. Que el Cristo de la Expiración nos de fuerzas para no desfallecer en este empeño. Por otro lado, qué duda cabe que los momentos difíciles por los que atraviesa desde el punto económico nuestro país , afectan también a la vida y proyectos de las Hermandades de Semana Santa, pero precisamente en estos momentos es cuando debe hacerse más claro que una cofradía es muchísimo más que la parte material, patrimonial y de exorno, y que su riqueza interior y espiritual, su compromiso cristiano, es el verdadero sostén sobre el que se asienta nuestra Semana Santa. Desde aquí queremos saludar también a todas las Hermandades de pasión, y a todo el pueblo de Arjona, y desearles que vivan en plenitud una nueva Semana Santa y que todos gocemos de nuestro encuentro interior y en la calle con el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor La Hermandad


Saluda del Consiliario “…El Hijo del Hombre, tiene que ser levantado en alto, para que todo el que crea en Él, tenga la vida eterna…” (Juan 3, 14) Queridos hermanos Cofrades del Santísimo Cristo de la Expiración, Señor de la Misericordia: Estamos viviendo, nuestro recorrido hacia la Pascua, en este tiempo de Cuaresma. En la meta, siempre nos espera, Cristo Resucitado. Pero, no sólo nos espera, sino que nos atrae, nos alienta, y siempre nos acompaña en nuestra vida. Hay una palabra, que resuena fuerte en este tiempo litúrgico:!Convertíos y Creed en el Evangelio! y sentimos la necesidad permanente de renovarnos. Y sobre todo, de cambiar el corazón. Esta palabra, para nosotros, los hermanos de la Expiración, tiene siempre un significado nuevo. Contemplar, con los ojos del corazón (no sólo con los de la cara) la Sagrada Imagen de nuestro titular el Santísimo Cristo de la Expiración. Al contemplar con los ojos de la cara, nuestra imagen de Cristo, podíamos caer en la tentación de admirar, sólo la belleza de una obra de arte; incluso la de aplaudir la genialidad del autor, habiendo plasmado con exquisito gusto y arte, al titular de nuestra Hermandad. Sin embargo (no se si habéis tenido oportunidad de hacerlo, yo, os lo recomiendo encarecidamente) al quedarnos a solas, con


nuestra imagen, y contemplarla con los ojos del corazón, al recorrer su cuerpo y su cara, con toda nuestra alma y nuestro ser, se aprecia algo más, que pasa desapercibido a curiosos, admiradores, y entendidos…nos encontramos ante nuestro Señor Jesucristo crucificado.

En sus brazos abiertos, casi desgarrados, descubrimos el abrazo a todos los hombres, abrazo de perdón y de misericordia, abrazo de amor y de reconciliación. Ya no hay enemigos. Él, crucificado, nos enseño a perdonar una, dos,


siete, setenta veces siete. Puso en nuestra tierra fermentos de fraternidad. Pidió, momentos antes de su muerte, “…que todos fuéramos uno…”, el gran principio de la comunión. Sólo si conseguimos ir conformando nuestra vida, a la de Cristo, seremos comunicadores y constructores de paz. A lo largo de esos cuarenta días, de preparación para su Pascua, él levantado hacia lo alto, nos atraerá seguro hasta su corazón misericordioso. Contemplando su cuerpo destrozado, en la cruz, nos prepararemos para asomarnos a las heridas del Cordero inocente que da la vida por sus ovejas. Y ante nuestra imagen de Cristo, nos asombraremos un año más de cómo todo un Dios no se sacia en su locura de amor por el hombre, sólo con haberse él mismo hecho hombre, sino que muriendo y resucitando nos levanta a todos del pecado, y contemplándolo en la cruz, y expirando, comprenderemos mejor el sufrimiento: el nuestro, y el de la humanidad entera. “Las heridas que su cuerpo recibió nos dejan ver los secretos de su corazón, nos dejan ver el misterio de su gran amor... ¿Qué dificultad hay en admitir que tus llagas nos dejan ver tus entrañas? No podría hallarse otro medio más claro que estas tus llagas para comprender que tú, Señor, eres bueno y clemente y rico en misericordia…nadie tiene una misericordia más grande que el que da su vida por los sentenciados a muerte y a la condenación. Luego mi único mérito es, la misericordia del Señor “. (San Bernardo) En esta Cuaresma y Semana Santa, Jesús nos llama a sus discípulos a tomar nuestra propia cruz y seguirle, Él sufrió por nosotros dejándonos ejemplo para que sigamos sus huellas. Él quiere asociar a su sacrificio redentor a aquellos que son sus primeros beneficiarios, nosotros. Eso es lo que realiza de forma excelsa en su Madre Santísima, asociada más íntimamente que nadie en el Calvario al misterio de su sufrimiento redentor.


Que esta imagen que a todos nos preside, y nos emociona, nos conceda la gracia de acercarnos tanto a Él, que tengamos entre nosotros sus mismos sentimientos, sus mismas actitudes y su misma vida. Que esta imagen del Santísimo Cristo de la Expiración nos conceda parecernos un poco más al Cristo vivo y verdadero a quien representa.

Miguel José Cano López Consiliario de la Hermandad .


NUEVA UBICACIÓN DE LA IMAGEN DEL CRISTO DE LA EXPIRACIÓN

Desde abril de 2010 en que se cerró al culto la iglesia parroquial de San Juan Bautista, hasta el 19 de Enero de 2012, la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración; como ha ocurrido con otras imágenes que tenían allí también su sede canónica, ha tenido que hacer una obligada peregrinación por casi todos los templos de Arjona. En 2010, se trasladó la imagen tras la estación de penitencia desde la iglesia parroquial de San Juan a la de San Martín, colocándose ante el cuadro de ánimas y sobre el


calvario que se utiliza para el quinario anual, allí ha permanecido durante todo este tiempo, hasta que definitivamente se le ha buscado una ubicación en la iglesia de Santa María del Alcázar, en la capilla de las Marías y frente al retablo de éstas, en el lugar que ocupaba hasta ahora el cuadro de la Virgen del Olivo, obra de nuestro paisano Juan de Dios Mercado Ramírez, que se ha colocado bajo la ventana de esta capilla.


Aunque estaba en el ánimo de la Hermandad, la construcción de un retablo para la que parece su ubicación definitiva en Santa María, hasta cuando sea posible nuestra añorada vuelta a la iglesia de San Juan, dicho retablo es un proyecto que ahora la economía de la Hermandad no puede asumir. Además, ya lo sabemos, a la imagen de Nuestro Titular le estorba cualquier adorno y luce imponente sobre el fondo de la pared desnuda de la capilla lateral. La imagen como la Hermandad que la venera es austera, sobria y llama a la oración silenciosa de todos sus devotos. De esta forma la imagen ha quedado ubicada en el único lugar desde donde puede iniciar su estación de penitencia, ya que su salida desde San Martín o el Carmen son materialmente imposibles por las dimensiones del paso y de las puertas de dichos templos. Aunque está asumido por la Hermandad este exilio obligatorio, se desea vehementemente que la imagen vuelva lo antes posible a su sede canónica en la iglesia de San Juan.


EL PERDIDO CRISTO DE LA EXPIRACIÓN DE ARJONA El desaparecido Cristo de la Expiración de Arjona, venerado hasta 1936 en la parroquia de San Juan, y el Crucificado de la Expiración de Martos, que lo era en la de Santa María de la Villa, fueron piezas de tan gran paralelismo que precisan un comentario paralelo. Ambas han suscitado tanto interés, como conjeturas la crítica, sobre todo en cuanto a cronología y definición estilística. El sabio sacerdote Don Basilio Martínez Ramos, sin apoyadura documental, afirma que el arjonero databa de finales del siglo XIX1, lo que contradice la afirmación rotunda, un tanto dogmática, que le hace proceder de la plenitud del naturalismo difundido por el gran escultor Pedro Roldán en el siglo XVII2. A nuestro parecer, tan definitiva aseveración no encaja con tan singular obra, y así surgieron dudas que expuse en mi libro La Escultura del Crucificado en el “Reino de Jaén” (s. XIII- s. XIX), donde se apuesta por una cronología de transición entre los siglos XVIII y XIX, dentro ya de los balbuceos neoclásicos3, y esto, fiándonos de cuanto nos dejó el periodo, de lo que es gallardía la Expiración de la jaenera parroquia de San Bartolomé y otras cuantas tallas dispersas generalmente por conventos, todas muy implicadas con la obra del malagueño, en Jaén afincado, José de Medina y Anaya (1709-1783). Sin embargo, las figuras de los dos Crucificados, aún manteniendo afinidades con los anteriores, denotan viso diferente. Y es que corresponden al movimiento Realista surgido en el corazón de Europa como reacción al Romanticismo, muy exitoso en París, pero escaso en 1

MARTÍNEZ RAMOS, Basilio; Santuario de los Mártires de Arjona. Edición de Antonio Rivas Morales, 2000, p. 250. 2 Así se dice que fue definido por el catedrático de la Universidad de Granada, Domingo Sánchez-Mesa, según apunta el libro de GONZÁLEZ CHINCOLLA, Diego; Memorial sobre las Iglesias e imágenes de la ciudad de Arjona ..., Granada, 1987, p. 137. 3 DOMÍNGUEZ, o. c. pp. 353-356.


nuestro país, si prescindimos de Cataluña, donde prendió. Son tallas que no desprecian lo anterior, antes bien le sirve de enfoque, de ahí las incertidumbres estilísticas que provocan. Desde luego, nuestras crucifixiones se inspiran en el tan repetido dibujo que el gran Miguel Ángel donara a la marquesa de Pescara, Vittoria Colonna (1492-1547), el primer crucificado vivo y expirante que encabeza la serie, conservado en el British Museum, del que le separa únicamente el particularismo interpretativo, que aquí siente más apego a la realidad seca y táctil, perfiladora con soberbia técnica de un preciosismo anatómico que hace cimbrear el cuerpo y bascular hacia atrás la cabeza, con rostro de correctas facciones y mirada transida. Algo que la crítica tuvo en cuenta ya en 1905: “...es la más notable efigie de la localidad, tan admirablemente tallada, que el más exigente anatomista pudiera tomarla para estudio”4 .

Crucifixión de V. Colonna. Hacia 1540. Grafito. Miguel Ángel. British Museum

Efectivamente, son versiones del dibujo miguelangelesco, pero a su vez inspiradas en la interpretación que en 1600 hace el pintor boloñés Guido 4

GONZÁLEZ SÁNCHEZ, Juan; Historia de Arjona y de sus Santos Patronos, 1905, edición de ANTONIO Rivas Morales, Granada, 1994. APÉNDICE, iglesia de San Juan.


Reni (1575-1642) en un cuadro que luce en la romana iglesia de San Lorenzo in Lucina. Una bellísima versión de aquella, refrenada en estridencias y aumentada en dulzura, muy divulgada en el periodo barroco. El eco llegó a la catedral de Jaén, donde existe una o dos copias de pintura al óleo y, además, la soberbia crucifixión expirante que pintó hacia mitad del siglo XVII el giennense Sebastián Martínez, sustituto de Velásquez en el favor real, que hoy preside el Museo diocesano.

Expiración. Óleo, (1600). Guido Reni. S. Lorenzo in Lucina. Roma

A todo esto, ha venido a dar respuesta un documento del Archivo de la Catedral de Jaén, referente al arjonero, y que nos es de capital interés para fijar la cronología exacta y para acercarnos al lugar común donde debieron confeccionarse, dice: “Exmo. e Ilmo. Sr. Obispo: Hace tiempo que la Sra. Dña. Manuela Talero y Alférez, feligresa de esta


parroquia, y constante bienhechora de esta iglesia, tiene el propósito de construir a sus expensas, una Capilla dedicada a la Imagen del Stmo. Cristo de la Misericordia y de la Buena Muerte, que se venera en esta iglesia; la venerada imagen es bellísima escultura de tamaño natural de gran mérito artístico y de muy especial devoción no solo para los fieles de este pueblo, sino también para los inmediatos; cuando se adquirió dicha imagen, hace diez años, se colocó interinamente en el sitio que hoy ocupa, que ni es adecuado ni conveniente y de tan reducido espacio que no permite mesa de altar ni retablo, por esto es tan aceptable y digno el proyecto de la expresada Sra.; para realizarlo no hay necesidad de extensiones fuera del templo, ni de hacer obras que perjudiquen sus muros; la capilla de las Ánimas es el local más apropósito para el objeto haciendo la reparación necesaria dándole más luz y aprovechando toda la extensión posible para edificar el magnífico retablo que ha de construirse; el cuadro de las Ánimas con su mesa de Altar quedará muy bien colocado en el testero lateral de la Capilla de San Antonio.- Doy a V. E. estos pormenores para expresar de la mejor manera el proyecto indicado, cuyo costo y el de la ornamentación necesaria, será a cuenta de la expresada señora Dña. Manuela que merecidamente suplica ser desde luego nombrada camarera de la Imagen del Santo Cristo, permitiéndome informar a su favor, y recomendar a V. E. I. la aprobación y autorización necesarias para efectuar tan importante mejora.- Dios guarde a V.E.I. muchos años.- Arjona 22 de septiembre , 1892.- Exmo. Sor. José Aguilar y Sánchez”5 Antes de proseguir comentando el escrito, conviene saber que, pese al consentimiento del Obispado, el Crucificado siempre siguió ubicado, hasta su destrucción en 1936, en el interino lugar, tras el postigo izquierdo del cancel de la artística portada plateresca, sitio angosto, donde siempre anduvo instalado, y donde está la réplica actual que en 1944 realizó el valenciano José Garcés. 5

Archivo de la Catedral de Jaén, legajo Correspondencia, Arjona. S. XIX. Cuaderno suelto.


Como se puede deducir del texto, la imagen entró en Arjona en 1882, fecha que conviene a su estilo. Por lo tanto, se integra dentro de la gran renovación de imágenes que tiene lugar en el pueblo durante el último tercio del siglo, siempre siguiendo la pauta artística aconsejada por don José de Morales Prieto y Alférez Bustamante (1840-1918)6, el llamado “Cura Morales”, del alto estamento social arjonero, posiblemente redactor del leído documento como familiar que era de doña Manuela. Un hombre de cultura universitaria, con varias licenciaturas y doctorados, que se convirtió en prócer de la Iglesia, donde obtuvo prebendas. Fue canónigo en Jaén, Córdoba, Cuenca, Ciudad Real y Almería, poseyó capellanía de honor en la Casa Real, y el nombramiento de Caballero de las órdenes militares de San Juan y de Alcántara, dignidad, la última, de la que se jactaba como lo indica el marcaje de la cruz alcantarina en sus propiedades, tanto muebles (ornamentos, objetos de orfebrería, textiles...), como inmuebles, así lo acusa la fachada de su mansión, en la calle Travesía de los Santos, núm. 3, ahora Nazaritas, aún perceptible pese a la profunda remodelación que recientemente ha sufrido. Se instaló Morales en Madrid, donde practicó el mecenazgo como gran amante y entendido en el mundo del arte, conectó con los esteticismos desarrollados en la Real Academia de San Fernando, tan en realce a través de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, alentadas por una burguesía oficial que sentía más predilección por el tema de realismo tangible que por el idealismo clasicista imperante desde el siglo anterior. Hay que tener en cuenta que, si la segunda mitad de la centuria es tiempo feliz para la obra de arte, también lo es (en parte consecuencia de la anterior premisa) para que proliferen talleres alimentados por gran número de colaboradores que posibilitan la producción serial.

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GONZÁLEZ SÁNCHEZ, Juan; Figuras Ilustres. El Dr. Frey D. José de Morales Prieto. En Don Lope de Sosa, 1918, (Facsímil, Jaén, 1892.pp. 195-198).


Cierto, desde luego, que don José Morales conectó con los artistas del momento, concretamente se sabe que para la renovación, en 1880, de las tallas de San Bonoso y San Maximiano, patronos arjoneros, contactó en Madrid con los Madrazo y los Bellver7. El Cura Morales también frecuentó los talleres de obras seriadas, tan abundantes entonces en Barcelona, donde se hallaba el centro escultórico más interesante de la Península8 prestando gran atención a la imaginería de carácter un tanto historicista, aunque compaginando también con las novedosas formas del Realismo que tanto apego hacen al detalle preciosista y minucioso. La extinción de los gremios, y la facilidad del transporte ofrecida por el flamante ferrocarril, permitió la difusión de sus productos a los principales talleres instalados con afán industrial en Madrid y Valencia, y más aún, como sabemos, en la mencionada Barcelona. Así que a Barcelona acudió don José de Morales a encargar la Inmaculada que presidía la capilla de su patronato en San Martín, preciosa imitación murillesca que, como hija de su tiempo, fue realizada en pasta madera9. Y allí también es posible que lo hiciera para el caso del Crucificado, de San Juan, ahora sí obrado en talla según hemos podido leer en el documento anterior. Los principales miembros de la Escuela Catalana por entonces eran los hermanos Venancio (1826-1919) y Agapito (1833-1905) Vallmitjana, en su taller encontraron formación otras lumbreras como Rosendo Nobas (18381891), Manuel Oms (1843-1886), José Niceto Santiagosa (1823-1895), Jerónimo Suñol ( 1840-1902), amén de otros que fueron responsables de la imaginería urbana que exorna las grandes ciudades de Madrid y Barcelona. Era frecuente que en estos talleres, sobre todo en el de los Vallmitjosa, se contara con abundante número de 7

GONZÁLEZ SÁNCHEZ, Juan, Historia ... 1905. pp. 225-230. GAYA NUÑO; Arte del siglo XIX, Ars Hispaniae, vol. XIX, 1958, p. 195. 9 GONZÁLEZ CHINCOLLA, o. c. p. 79. 8


colaboradores posibilitando la multiplicación de los productos, a veces ocasionando reiteraciones de dudosa factura. Osadía es buscar relación o atribución de obra sin más apoyatura, pero pensamos que en este caso no estaría mal relacionar nuestros dos Crucificados con la realidad catalana, en base al detallismo anatómico que muestran, muy en concordancia por cierto con el Yacente del Museo Nacional del Prado, obrado por Agapito Vallmitjana.

Agapito Vallmitjana. 1872. Museo del Prado

En cuanto a la presencia de sendas imágenes en pueblos distintos, no conviene olvidar que en Martos, en 1869, el honorable y sabio sacerdote fue párroco en Santa María de la Villa, donde precisamente estaba instalado el Crucificado, una circunstancia que lógicamente nos lleva a pensar que en ambos casos él hiciera de comitente, máximo sabiendo que en esta localidad pasó a residir su hermano Fernando, y ya sabemos cómo alentaba a sus familiares a patrocinar sus anhelos artísticos. Así lo fue en el caso del Cristo arjonero que costeó su tía, en el del manto de la Virgen de los Dolores que también él proporcionó en 1882 desde Madrid con el importe económico de sus tíos doña Florentina Prieto y don Luís Alférez, y así debió ser también en el caso de Martos. Como hemos podido observar, la advocación primera del arjonero no fue de la Expiración, sino de la “Misericordia y Buena Muerte”. El hecho tiene explicación si sabemos, también por documento del Archivo


Diocesano10, que, con el título de la Expiración, ya existía de tiempo otro en Arjona, presidiendo la capilla del Hospital de San Rafael, muy venerado por cierto según se dice, y para el que, tras la Desamortización de Mendizábal, se solicita un retablo a los extinguidos conventos de Andújar.

Desparecido Crucificado de la Expiración de Arjona. (Fotografía anónima de 1905)

Al pasar el edificio hospitalario a sede del nuevo Ayuntamiento, se debió trasladar la imagen al construido el año de 1866 en la llamada “Casa del Rey”, un lugar que hemos conocido los arjoneros mayores regentado por las HH. de la Cruz, justo donde hoy se halla la Residencia de la Tercera Edad. Sin embargo, antes de la Guerra Civil la memoria de esta Expiración estaba perdida. Nada dice al respecto la historiografía local, a no ser que se trate del apelado “Señor de la Salud”, de brazos articulados, que cita don Basilio Martínez Ramos en la Capilla del lugar11, cosa extraña porque estas imágenes articuladas, suelen ser 10

Archivo de la Catedral de Jaén, Legajo Correspondencia, Arjona. Hoja suelta. MARTÍNEZ RAMOS, Basilio; Arjona, retazos de su Historia. Prólogo de Manuel Cárdena Perales, 2001, p. 107. 11


versiones de yacentes para poder significar el Descendimiento y Entierro de Cristo, aunque hay ocasiones, como en la localidad de Jódar donde, con el título de Expiración, se designaba a un Expirado protagonizando el drama litúrgico. El nombre actual, “Cristo de la Expiración y Señor de las Misericordias” debe corresponder a tiempos posteriores, quizá cuando se convierte, hacia 1924 ó 1925, en titular de la Cofradía que le honra.

Desaparecido Crucificado de la Expiración de Martos. Anónimo. (Foto. Autor desconocido)

Con lo expuesto sobre sendas imágenes intentamos subsanar la incomprensible ignorancia que las envuelve pese a su relativa juventud, apenas alcanzan el siglo y medio, sobre todo en el caso de Martos, que apenas si mantienen memoria los anales de la ciudad. José Domínguez Cubero Doctor en Historia del Arte, Consejero del Instituto de Estudios Giennenses, Miembro Correspondiente, área de Jaén, de la Real Academia de Bellas Artes “Virgen de las Angustias” de Granada.


Biografías En esta sección que inauguramos el año pasado, tratamos de rememorar la historia y los hechos más relevantes en las biografías de personas que entregaron parte de su vida y de su trabajo a nuestra Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración, Señor de la Misericordia.

JUAN PÉREZ FIGUERAS En enero de 1952, tuvo lugar la refundación de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración, Señor de la Misericordia, tras una larga interrupción desde comienzos de la guerra civil española. Un grupo de amigos dirigido por el prior D. Juan Antonio León, establecen la Junta de Gobierno y los nuevos estatutos de la Hermandad. Uno de dichos miembros, fue Juan Pérez Figueras, quien ocupó el cargo de Fiscal-Alcalde de la Hermandad. Hombre de firmes creencias, mantuvo sus promesas hasta el fin. Valga como anécdota recordar que, siendo un fumador de una cajetilla diaria, prometió en una situación límite (que desconocemos porque nunca habló de ello) que dejaría de fumar durante toda la cuaresma. Debió realizarse porque Juan, llegado el miércoles de ceniza, abandonaba


el paquete y el mechero y no los volvía a coger hasta que no daban las doce de la noche del sábado de gloria. Y así durante toda su vida. Padre de familia numerosa, ejercía su actividad profesional de agente comercial, trabajo que le ocupaba toda la jornada, pero siempre buscaba tiempo para lo que él consideraba lo más importante en la vida: familia, religión y amigos, en este orden, pero armonizándolos.

Si recordamos su actividad profesional, decir que ejerció durante muchos años como “Cosario” entre Arjona y Andujar, profesión que D. Antonio del Burgo citaba diciendo que: "No había pueblo que no tuviera su cosario, incluso los pueblos grandecitos tenían dos...”. Su labor no era otra que servir de enlace entre su localidad y la ciudad cabeza de partido judicial a donde llegaban los transportes públicos (Renfe, Líneas de autobuses, etc.) y representaba ante el comercio arjonero a los principales comercios de Andújar y otras ciudades: la droguería de Ramón Ruiz, la papelería e imprenta de Manuel Blanco, los bultos a enviar o recibir por Transportes Buitrago, los chocolates Virgen de la Cabeza de Jaén, la levadura para los hornos de pan, la cal viva (que vendía como nadie su esposa María Antonia en su casa de la calle “las Torres”), y sobre todo, la cerveza Cruzcampo. En definitiva, al cosario se le responsabilizaba del transporte de cualquier mercancía desde esa ciudad, Andujar, hasta el punto de destino, Arjona.


La profesión la aprendió y heredó de su cuñado Antonio Pérez “Patarrica”, de quien en cierta forma heredó el mote, como Juan “el cuñado de Patarrica”, pero sólo al principio ya que con el tiempo fue para todos “Juan Pérez”.Como medio de locomoción para cubrir el trayecto entre ambas ciudades, utilizó el carro, tirado por un caballo y que manejaba “el carrero”, hombre que le ayudaba en las tareas de transporte. Contaba Juan que su caballo era muy listo y que, sin guiarle, sabía que hacer cada día de la semana; y el domingo tiraba para otro lado porque sabía que no tenía que seguir la misma ruta.

Con el paso del tiempo adquirió un motocarro, que fue a recoger a Barcelona. Esto le dio una mayor autonomía, tanto para traer las mercancías como para repartirlas por el pueblo. Esto último lo hacía siempre por la tarde, acompañado por algunos de sus hijos pequeños que le ayudaban en la tarea. Al finalizar la jornada, si había misa vespertina se acercaba a la iglesia de San Juan, donde tenía su sitio


reservado por un reclinatorio, ubicado en la fila primera, a la izquierda de la nave central. Tras la misa y la charla en la sacristía, si el tiempo no lo impedía, acompañado del Sr. Prior, se acercaban a la confitería de Campos donde, en la trastienda y sentados en la mesa camilla, mantenían una tertulia con D. Antonio Campos y su señora hasta dar por finalizada la jornada. El poco tiempo libre lo dedicaba por entero a la Iglesia de San Juan: Bien a su hermandad del Cristo de la Expiración, (el Cristo de Juan Pérez, como decían las vecinas de las Torres) o a cuidar la imagen y los enseres de la Virgen de los Dolores, pues ejercía el cargo de Capiller de Honor del Altar y Camarín de la Virgen de los Dolores, otorgado por el Obispado de Jaén el 16 de junio de 1956, tres meses después de la inauguración de la iglesia de San Juan. Otra anécdota que demuestra su devoción al Cristo fue la que se dio durante el dificultoso parto de una de sus hijas: En aquella ocasión, encomendándose a su Cristo de la Expiración, le ofreció, si todo salía bien, ponerle el nombre de Misericordia, tanto si era niño o niña. Y así fue. Ahora su hija lo lleva con orgullo como segundo nombre (Porque el Sr. Prior le convenció de no ponérselo en primer lugar con el argumento de que a Cristo no le importaría que fuera en segundo lugar). Hombre tenaz, vio cómo el cielo premió su persistencia. Aquella fatídica noche cerrada de octubre de 1955, en la que un rayo provocó el incendio de la iglesia de Santa María, Juan estaba participando en las tareas de su extinción, cuando fueron a buscarle urgentemente porque acababa de tener un hijo. Después de seis hijas, no acababa de creérselo. La comadrona, doña María tuvo que enseñarle los atributos de su hijo varón para poder convencerle. Este hecho fue muy sonado en Arjona, al igual que el bautizo que celebró por todo lo alto. Como tantos otros, vivió el gran esplendor de la hermandad allá por los años 50 y 60, que sus hijos, los que le acompañaban en las tardes de reparto por el pueblo, recuerdan con precisión porque su padre, finalizada la jornada de trabajo, les llevaba con él a la Iglesia a revisar que todo estuviera en orden, pero también, lamentablemente,


su declive, justo cuando tuvo que dejar Arjona, en 1970, por los mismos motivos que muchos otros arjoneros: Sacrificar su modo de vida y buscar en Madrid un futuro mejor para sus diez hijos, ocho de los cuales son mujeres.

Falleció en 1988, y pidió ser enterrado en Arjona con la túnica de la Hermandad del Cristo de la Expiración, la que siempre había llevado con tanto orgullo. Curiosamente, aquel año había vuelto a Arjona en Semana Santa, después de muchos años de ausencia.

No hace mucho, me encontraba viendo la procesión del Cristo, y me asombré al oír la conversación de dos jóvenes relatando lo bien que iba el Cristo de “Juan Pérez”, cosa que me extrañó pues por su edad no lo pudieron conocer. Les pregunté por qué se llamaba así y sencillamente me respondieron que no lo sabían, pero que se lo habían oído decir a sus padres. Para los hijos de Juan Pérez, el primer recuerdo que tienen de la Semana Santa es su casa en la calle de las Torres oliendo a incienso, claveles y velas “Bellido”, que Juan iba preparando cuidadosamente para la procesión del Cristo de la Expiración, y cuya devoción nos ha transmitido a toda su familia.

Alfonso Nieves


VIDA DE HERMANDAD Quinario La Hermandad, como es habitual todas las cuaresmas y cumpliendo sus reglas estatutarias celebró el Solemne Quinario en honor de nuestro titular el Santísimo Cristo de la Expiración, Señor de la Misericordia los días 6 a 10 de Marzo. El domingo día 11, se celebró la Fiesta religiosa de final de quinario, dedicada como es habitual a los mayores. Este acto entrañable y lleno de sentimientos para con nuestros ancianos sigue mostrando cada año que es un colofón perfecto para el culto cuaresmal de nuestra Hermandad y al que este año, al celebrarse en Santa María, han podido acudir muchas de las personas que están en la cercana Residencia.


Se recuerda a todos los hermanos, la importancia que para nuestra Hermandad y de acuerdo con sus Estatutos tiene la celebración del Quinario. Por ello, desde estas páginas, exhortamos a todos los hermanos a que con su presencia y compromiso colaboren cada año a dar a esta celebración religiosa el sentido y el realce que nuestro Titular merece. Igualmente desde estas páginas agradecemos el trabajo de los miembros de la Hermandad que cada año se encargan de preparar la Imagen y de su exorno para el culto. CASA HERMANDAD El cierre al culto de San Juan, ha puesto de manifiesto la importancia de contar con un espacio propio en el que tener nuestros enseres y que sirva de encuentro a todos los hermanos. La Hermandad sigue trabajando por hacer de nuestra Casa hermandad un lugar digno y de puertas abiertas para todos los hermanos. En la tarea de su mantenimiento, y dentro de nuestras posibilidades económicas, se está intentando terminar con el adecentamiento de la pintura de la fachada y la incorporación de un azulejo artístico con la imagen de nuestro titular.

Página web Recordamos que la Hermandad tiene una página web, alojada en el Portal Arjonero, donde podrás encontrar noticias relacionadas con la hermandad, galería de fotos y videos, datos sobre su historia y archivo documental. Para acceder a ella pincha en la pestaña “Enlaces” del Portal Arjonero o directamente a través de esta dirección: http://www.portalarjonero.com/indexcristo.html


FE Y TRADICION Cuantas veces hemos oído hablar a nuestros padres y abuelos de sus vivencias, de sus anécdotas y de cuánto ha cambiado la vida desde que ellos eran jóvenes. Es cierto todo o casi todo ha cambiado, pero hay cosas que nunca cambiarán, esas cosas que nuestros mayores nos han inculcado desde que nacimos. Es algo que sin darnos cuenta tenemos gracias a ellos. Recuerdo cuando era un niño, al irme a la cama me ponía a rezar junto con mi madre, ella rezaba y yo repetía cada frase, que entonces no tenían mucho sentido para mi, pero ahora se han convertido en oraciones que me reconfortan, me dan paz y fuerza para continuar en mi camino. También recuerdo a mi abuela rezando el rosario y me reía al escucharla, parecía un papagayo repitiendo el ruega por nosotros, ahora se cuanto significado guardan esas palabras del Santo Rosario. Y qué puedo decir de esos Domingos, casi empujado a ir a misa por mis padres, que aunque en muchas ocasiones me aburrí como una ostra, hoy día solo puedo dar gracias a mis padres por haberme obligado a ir, la eucaristía es lo que nos mueve cada día, es el mismo Dios y su fuerza la que nos empuja a caminar. Todo lo que he aprendido de nuestros mayores es lo que yo sin darme cuenta hago ahora con mi hijo. Y pienso que gracias a la tradición nos llega mucha parte de la fe que hoy día tenemos. Procuremos guardar esas tradiciones que nos llevan a la fe, y que hoy día muchas ya se han perdido. Es normal que la vida cambie, no podemos ir en contra del progreso, pero no dejemos que nada ni nadie nos quite lo que es nuestro, nuestra tradición, nuestra fe.


En las escrituras también nos recuerdan en algunas citas la importancia de las tradiciones. Primera carta de los Corintios 11,2: “Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mi y conserváis las tradiciones tal como yo las he trasmitido’’. Segunda Carta de los tesalonicenses 2,15: “Hermanos manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta”.

Desde mucho tiempo atrás guardamos estas verdaderas tradiciones. En la Navidad, cuando ponemos el nacimiento, los adornos, vamos en Nochebuena a la misa del gallo, toda esta tradición no es sino para recordar el nacimiento de nuestro Dios, nuestra fe. También en Semana Santa tenemos nuestras tradiciones, desde el


miércoles de ceniza que comienza la cuaresma, recuerdo ir a la iglesia a que el cura nos llenara el pelo y la frente de ceniza, todos salíamos sacudiendo la ceniza sin saber el significado de esa cosa tan simbólica. Y como no mencionar las procesiones, todo los amigos queríamos salir en la procesión vestidos de nazarenos a cada uno le gustaba una procesión en particular, hoy en día muchos de esos amigos pertenecemos a una hermandad y vivimos la procesión con mucha solemnidad y respeto a esta estaciones de penitencia que con mucho fervor salen a las calles. Por ultimo, y dando un toque de atención hago referencia a algunos cultos olvidados en su tradición y fe, como es el quinario al Santísimo Cristo de la Expiración, Señor de la Misericordia. Demos ejemplo a nuestros hijos como así lo hicieron nuestros padres con sus tradiciones. Hagámoslas también nuestras para que no se pierda la asistencia a este culto tan importante para nuestra hermandad. Solo una cosa mas, dar gracias a Dios por que sin El nada es posible y nosotros solo podemos hacer cumplir su voluntad. Un saludo, un hermano. PAZ Y BIEN


OTRAS EXPIRACIONES

Continuamos esta sección con el objeto de conocer otras Hermandades que tienen como titular al Santísimo Cristo de la Expiración, y que por una u otra razón nos resultan cercanas. En esta ocasión, nos detenemos a conocer algo más de una cofradía de la provincia de Jaén como es la COFRADÍA DE LA EXPIRACIÓN DE BAEZA. Una cofradía que goza de una gran devoción en Baeza y cuya estación de penitencia es uno de lo momentos álgidos de la Semana Santa de esa hermosa localidad Patrimonio Histórico de la Humanidad. Además esta Cofradía es, como la nuestra, un ejemplo de seriedad y recogimiento en su estación de penitencia en la tarde del Viernes Santo. Resulta de especial interés por ser una de las primeras en tener esta advocación en Andalucía

Venerable y Antigua Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración de Baeza “En el nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas y un solo Dios verdadero, y de la Santísima Virgen María, nuestra Señora Madre de Dios y niversal Señora nuestra abogada...", con este invocación comienzan los primeros Estatutos de la Cofradía Penitencial de "La Expiración de Jesucristo Nuestro Redentor", fundada en el Convento de Nuestra Señora de la Merced, de la ciudad de Baeza, el 30 de Marzo de 1603. La diferencia más notable de esta hermandad con relación a otras existentes en Baeza en la misma época, fue la exigencia estatutaria de pertenecer a la nobleza de la ciudad para poder ingresar como hermano. Tras un periodo no determinado de tiempo de práctica desaparición, los hermanos de la Esclavitud de Nª Señora


de la Merced, reorganizan la cofradía en 1830. Utilizan para ello los antiguos Estatutos, que son adaptados y reformados, y la misma imagen de crucificado que aún sin hermandad había seguido recibiendo gran devoción popular.

Tras un periodo no determinado de tiempo de práctica desaparición, los hermanos de la Esclavitud de Nª Señora de la Merced, reorganizan la cofradía en 1830. Utilizan para ello los antiguos Estatutos, que son adaptados y reformados, y la misma imagen de crucificado que aún sin hermandad había seguido recibiendo gran devoción popular. En 1836, tras la Desamortización de Mendizábal ruina del Convento Mercedario, la Cofradía decide trasladarse a la Parroquia de San Pablo donde reside desde entonces. En 1910, reforma de nuevo sus Reglas y transforma en parte sus fines sociales convirtiéndose en Cofradía y Sociedad Religioso-Caritativa y Benéfica del Santísimo Cristo de la Expiración. Los actuales Estatutos por los que se rige la hermandad fueron aprobados en el año 1995.


En 1992 se adhiere la Devoción del Señor de las Necesidades, encargándose desde entonces de los Cultos y Fiestas que tienen lugar en la Ascensión del Señor. Realizaron su Casa de Hermandad en un solar contiguo a la Capilla de las Necesidades, donde estuvo situado el Convento de la Merced. Entre los enseres de mayor valor hay que destacar, aparte del libro original de estatutos de 1603, un sudario de seda, bordado en oro fino y pedrería, verdadera joya del siglo XIX. También bordado el magnífico Estandarte que data de la reforma de 1910 y que fue restaurado en 1990. La impresionante imagen del Cristo de la Expiración es, con toda seguridad, la original de 1603, realizada dentro del manierismo imperante en la época. Está atribuida al escultor Sebastián de Solís, quién alcanzó gran fama en la diócesis jiennense gracias a la calidad de su obra. La imagen del Cristo de la Expiración es de las más antiguas de este tipo iconográfico de Andalucía y está considerada como una de las de mayor calidad artística. E l Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Madrid la restauró y catalogó como "Bien Cultural" en 1992. El Paso del Cristo de la Expiración está magníficamente tallado por el sevillano Antonio Durán, en madera de caoba barnizado en su color, con candelabros arbóreos de tulipas y cabeza de querubines. Ocho angelitos escoltan los 4 medallones centrales con sendos plafones de plata que representan escenas de la Pasión, el escudo de la ciudad y el mercedario de la cofradía. Las capillas de las esquinas cobijan imágenes de los Evangelistas, realizadas por Manuel de los Ríos y el resto de los motivos plateados son obra del cordobés J. Ibáñez


La imagen es portada por 38 costaleros, que cargan sobre los dos hombros y no sobre la cerviz. La Hermandad cuenta con una espléndida banda de cornetas y tambores desde hace 25 años y cuenta además con una banda infantil que abre el cortejo. Su hábito de estatutos fue remodelado en 2008 volviendo al original del s. XVII y es: túnica de color blanco, con escapulario con escudo mercedario, bocamangas y capirote en color rojo burdeos y cinturón de piel negro. Hace su estación de penitencia en la tarde noche del Viernes Santo. Más en información en: http://www.expiracionbaeza.es


LA CRUZ Y CRISTO CRUFICIFADO EN LA LITERATURA En esta sección queremos abrir nuestras páginas a algunas de las contribuciones que la literatura ha hecho sobre el tema de la Cruz y Cristo crucificado, símbolos de nuestra Hermandad.

AL CRISTO DEL CALVARIO "En esta tarde, Cristo del Calvario, vine a rogarte por mi carne enferma; pero, al verte, mis ojos van y vienen de mi cuerpo a tu cuerpo con vergüenza. ¿Cómo quejarme de mis pies cansados, cuando veo los tuyos destrozados? ¿Cómo mostrarte mis manos vacías, cuando las tuyas están llenas de heridas? ¿Cómo explicarte a ti mi soledad, cuando en la cruz alzado y solo estás? ¿Cómo explicarte que no tengo amor, cuando tienes rasgado el corazón? Ahora ya no me acuerdo de nada, huyeron de mi todas mis dolencias. El ímpetu del ruego que traía se me ahoga en la boca pedigüeña. Y sólo pido no pedirte nada. Estar aquí junto a tu imagen muerta e ir aprendiendo que el dolor es sólo la llave santa de tu santa puerta". Gabriela Mistral (1889-1957)


UNA CRUZ SENCILLA Hazme una cruz sencilla, carpintero... sin aĂąadidos ni ornamentos... que se vean desnudos los maderos, desnudos y decididamente rectos: los brazos en abrazo hacia la tierra, el astil disparĂĄndose a los cielos. Que no haya un solo adorno que distraiga este gesto: este equilibrio humano de los dos mandamientos... sencilla, sencilla... hazme una cruz sencilla, carpintero. LeĂłn Felipe (1884-1968)


El misterio desvelado ¿En qué consiste el misterio de la Semana Santa? ¿Dónde reside el secreto de esta forma peculiar de celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo? Procesiones, costaleros, nazarenos, tronos, imágenes, incienso, tambores y sones musicales, etc., son resultado y manifestación de un hondo sentimiento de religiosidad popular, de tradición, de devoción y de historia. Pero ¿basta con esto para desvelar el misterio, el secreto profundo de la Semana Santa? Si el secreto residiera en esas cosas, sería superfluo, puro adorno. Si quitamos el manto, el bordado, las imágenes, las flores, la cera, los pasos, los dorados, las telas…. ¿Qué nos queda? ¿Nada? Porque nada sería, si a nuestra celebración de la Semana Santa no la sostuviera un fuerte sentimiento cristiano, un sentimiento cofrade. Ese es el verdadero tronco sobre el que descansa el árbol maravilloso de nuestra Semana Santa. Muchos no entienden qué es ser cofrade, incluso puede que haya algunos cofrades que tampoco lo entiendan. Porque para serlo y sentirlo, no creo que baste con acudir a la Iglesia una hora antes de la procesión, tomar el cirio o la vara, caminar con el rostro cubierto y olvidarse hasta el mes de marzo o abril del año siguiente. No creo que sea suficiente para sentirse costalero con acudir a los ensayos, cargar con el peso y regresar a casa


rendido por el esfuerzo, y con los hombros o los lomos doloridos, para mañana sacar pecho, de lo bien que andaba “mi virgen” o “mi cristo”. No creo que para sentirse hermana o camarera solo haya que vestirse de mantilla, coger un rosario y caminar hasta notar las mil y una agujas que se clavan en los pies para que mañana me digan ¡qué guapa ibas! ¡qué hermosa iba la procesión con tantas mujeres en la fila! Siendo importante, no creo que baste ese esfuerzo. Porque para ser cofrade, costalero o nazareno, no se ha sentir el dolor en los pies o en los hombros, sino en el corazón, donde se sienten las emociones fuertes y donde nace la esperanza.

Ser cofrade es dar testimonio de vida y de fe cristiana, compartirla con los demás y pregonarla a los cuatro vientos. Hacer una estación de penitencia es un acto que nos


entronca con la forma de manifestar la fe un pueblo, pero no es adorar al Cristo o la Virgen que llevamos sobre nuestros hombros, sino verlo y reconocerlo en todos nuestros actos y en nuestro prójimo, en tantos y tantos Cristos anónimos, y en tantas y tantas Madres desagarradas. Porque el mundo que nos rodea está lleno de Jesús y Marías. Ya no hay flagelaciones, ni crucificados, pero nuestro mundo es un escenario en el que miles de seres humanos mueren por algo tan dramático como el hambre o la enfermedad, en la injusticia de la miseria más absoluta y ante el escándalo de nuestro despilfarro. Un mundo de niños explotados como esclavos en trabajos no remunerados, de niñas y mujeres esclavas de la prostitución; de inmigrantes cuya única meta es encontrar un puesto de trabajo digno y un nuevo horizonte de vida, de jóvenes hundidos en el infierno del paro, la droga y la marginación. ¿A cuántos de ellos crucificamos cada día? ¿Cuántos “cristos” humanos? ¿Cuánto dolor provocado a tantas “marías” de carne y hueso? ¿Cuántas veces nos lavamos las manos, indiferentes ante ellos, como hizo Pilatos? Afortunadamente existen hombres y mujeres que luchan cotidianamente por la esperanza de un mundo más humano, para calmar la sed de este mundo, para el que ya no sirve solo la caridad, sino que exige justicia. Y en esa tarea creo que las Hermandades y Cofradías, juntas o por separado, tienen mucho que decir y hacer, con contribuciones directas o con participación en proyectos solidarios, con independencia de que también se utilicen medios y recursos en mejorar el patrimonio artístico de nuestras hermandades. Así contribuiremos a que tenga algo de sentido lo que, como cofrades, hacemos.


Cuando seamos capaces de reconocer en los hombres de carne y hueso al Jesús del madero, el misterio se habrá desvelado... Y entonces, nuestro corazón sí estará lleno y preparado para salir a la calle pregonando con cornetas y tambores, con marchas alegres y fúnebres, con entusiasmos y silencios, que vino y murió para salvarnos. Y nos meteremos debajo de un paso para mecerlo y bailarlo de forma maravillosa, para dar testimonio de nuestra fe como el pueblo llano sabe hacerlo, de forma directa, entrando por los sentidos, por el espectáculo visual del arte en la calle, por el aroma de la flor en primavera y del incienso. Y volveremos a extasiarnos con la belleza de un paso y de una imagen en la calle. Y entenderemos que es en la diversidad, en la diferencia, en el respeto al carácter de cada hermandad, -y no en la competencia por el adorno o por lo externo- donde reside la fuerza del conjunto de nuestra Semana Santa, nuestra fuerza como cofrades. PMP


REFLEXIONES COFRADES De acuerdo con el art. 28 de nuestros Estatutos, este Boletín debe ser un instrumento de formación cristiana. Para ello abrimos esta sección con la finalidad de traer algunos textos de reflexión y formación cofrade. En particular recogemos por su sencillez y claridad algunos fragmentos de las reflexiones extraídas de un interesante librito escrito por Antonio Soto Cartaya y que ha resumido como texto de formación cofrade José María Rodríguez Izquierdo, bajo el título “Reflexiones ante Jesús Crucificado”.

REFLEXIÓN PRIMERA El Misterio de la Cruz es el Misterio del amor llevado al extremo, por nuestro Padre Dios, hacia nosotros los hombres. Además es enseñanza para la humanidad de cómo hemos de estar dispuestos a llegar al desprendimiento de todo por amor. La Cruz no sólo es la cátedra en la que se nos revela la salvación del mundo, sino también la cátedra desde la que Jesús nos enseña cómo debe ser nuestra vida llena de amor, del que no espera nada a cambio. REFLEXIÓN SEGUNDA La Cruz es alegría, porque gracias a ella hemos alcanzado la vida. No es necesario vivir la Cruz como la vivió Nuestro Señor Jesucristo; pero sin embargo, es necesario que estemos dispuestos a crucificarnos en nuestras pequeñas o grandes cruces que la vida nos depare cada día, diciéndole a Dios lo mismo que Jesús: “Si es posible, que pase de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Evangelio de Marcos 14,36). La Cruz no hay que buscarla, pero sí hay que abrazarla por amor, y así se convertirá en alegría. REFLEXIÓN TERCERA Todo cristiano, si de verdad quiere vivir en el mundo de modo consecuente con su fe, tiene que estar dispuesto a ayudar a todos a llevar la Cruz de cada día, con mucho amor, y con la alegría de saber que lleva a cabo el mandamiento de Dios, cuando Jesús dice:


“Amaos los unos a los otros, como yo os he amado” (Evangelio de Juan 13,34). REFLEXIÓN CUARTA Donde esté un cristiano desarrollando su trabajo o profesión, debe ser el testimonio de un cumplimiento lo más perfecto posible; y si comete algún error, asumirlo con humildad, sin desviar hacia otro su responsabilidad. Tiene que tener muy claro, al ejercer su trabajo o profesión, que está dando un servicio al hermano, al que debe su amor, y esto se ha de manifestaren un trato exquisito y una actuación impecable. Hay que ver en el que nos necesita por cualquier circunstancia a Cristo en la Cruz, que en ese momento nos llama. Tengamos en cuenta que esta será la Cruz que debemos abrazar con la alegría del que sabe que, al atender a un semejante, se está atendiendo al mismo Jesús que dijo: “...lo que hagáis con alguno de estos a mí me lo hacéis...” (Evangelio de Mateo 25,40). REFLEXIÓN QUINTA Recordemos las palabras de Jesús: “El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su Cruz cada día, y se venga conmigo” (Evangelio de Lucas 9,23); y precisamente a esto estamos obligados los que libre y voluntariamente somos cristianos. Ante esta exigencia, podremos fallar una y mil veces, pero nuestra postura debe ser la de abrazarnos a la cruz de cada día, con la alegría del que sabe que “El Señor es nuestro Pastor y que con Él nada nos puede faltar” (Salmo 23,1). REFLEXIÓN SEXTA La manera más auténtica de tomar la Cruz será amando a los que nos rodean, sin esperar nada a cambio; como Jesús, que no sólo lo dio todo por nosotros, sino que en la Cruz supo perdonar a los que de alguna forma intervinieron en su Pasión y Muerte. REFLEXIÓN SEPTIMA A tanto nos obliga la palabra de Jesús: “Toma tu Cruz y sígueme”; que, antes de perjudicar a un hermano, aun en lo más mínimo, debemos estar dispuestos a lo que sea necesario; porque en


el abrazo a esa cruz que se nos presente, está nuestra respuesta positiva a Jesucristo, nuestro Hermano Mayor, que nos dice: “Sed perfectos como vuestro Padre del cielo es perfecto” (Evangelio de Mateo 5,48). REFLEXIÓN OCTAVA El camino de la Cruz o se recorre con mucho amor o se hace insoportable. No dudemos que al final está Jesús para acogernos, y no sólo en el último día, sino que esa acogida se nota al sentir interiormente la alegría de saber que estamos haciendo su voluntad y que Él está con nosotros. En estos tiempos, cuando el hombre y la mujer están de vuelta de tantas cosas, y tan desengañados de un mundo en que el único dios es el poder y el dinero, es necesario que los cristianos seamos valientes en manifestar nuestra fe, y que oremos, y demos testimonio de lo que somos con nuestras conductas, con nuestros posicionamientos, con nuestros criterios y con nuestras acciones, diciendo de este modo a todos que Cristo vive y que su Buena Noticia (el Evangelio) sirve en todos los tiempos. El cristiano ha de manifestar ante los demás que es distinto de los que no lo son, y debe llevarles a la pregunta: ¿por qué?; para llegar a la conclusión de que se comporta así porque es un cristiano. Seamos tolerantes, lo cual no quiere decir que aceptemos todo lo que vemos y oímos, pero sí que comprendamos a los demás, y sepamos vivir la alegría de los hijos de Dios, ya que no hay nada más negativo que un cristiano triste. REFLEXIÓN NOVENA El cofrade debe ser fiel cumplidor de las Reglas de su Hermandad, a la que libre y voluntariamente pertenece. Tiene que tener en cuenta que, donde haya un cofrade, debe haber un testigo de Cristo ante los demás hombres y mujeres que lo rodean. Para lo cual debe ser, ante todo, humilde y servicial, sin caer en la falsa humildad o el servilismo. Por tanto, debe ser consciente de sus propios méritos y aptitudes, como dones de Dios, pero sin pretender por ello los primeros puestos, sino ser los primeros en estar siempre dispuestos a servir a los demás y a la Hermandad en aquello que en cada momento lo necesite, “Pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve” (Primera carta de Juan 4,20). El cofrade debe vivir su Hermandad como su comunidad en el seno de la


Iglesia. En ella ha de encontrar dónde realizar su oración comunitaria, para obtener las fuerzas necesarias para abrazar la cruz de cada día con la alegría de sentirse hijo de Dios. Por consiguiente, debe participar en los actos de la Hermandad. El otro punto que debe cuidar es el de la acción caritativa y social. Para ello debe estar dispuesto a colaborar con su aportación económica y con su oración y entrega personal. Por ser las Hermandades de Penitencia comunidades que tienen un claro sentido penitencial, hemos de estar dispuestos, mientras nuestras fuerzas físicas nos lo permitan, a realizar la Estación de Penitencia (o Procesión de Semana Santa), no como ostentación, no por “espíritu cofrade”, no por simple amor a nuestras “tradiciones”, ni siquiera por tradición familiar; sino por la razón de acompañar a Jesús y a María, su Bendita Madre, y que quieren testimoniar públicamente su fe. El cofrade siempre debe estar en posición de servicio. De ahí que seamos humildes y no solicitemos puestos de privilegio en la Estación de Penitencia (o Procesión), sino que estemos dispuestos a ocupar el lugar que se nos señale con alegría, ya que esa pequeña cruz nos hará más semejantes al Señor y a la Virgen que acompañamos, y que no vinieron a ser servidos, sino a servir. Nuestro espíritu cofrade nos exige sacrificar nuestro gusto, para que nuestro discurrir penitente sea acorde con nuestra auténtica devoción. Quien no proceda de esta forma no ha entendido nada sobre el Misterio de la Cruz de Cristo, a quien veneramos. No olvidemos que los primeros serán los últimos. REFLEXIÓN DÉCIMA Donde esté un cristiano y un cofrade debe hacerse presente el mismo Jesucristo, porque con nuestra actuación sabremos poner en práctica, abrazando la Cruz, los principios de vida que aparecen en la oración que se ha atribuido a San Francisco de Asís: “Donde haya odio, ponga yo perdón, donde haya discordia, ponga yo armonía, donde haya error, ponga yo verdad, donde haya duda, ponga yo la fe, donde haya tiniebla, ponga yo la luz, donde haya tristeza, ponga yo alegría donde haya desesperación, ponga yo esperanza; que no me empeñe tanto en ser consolado como en consolar,


en ser comprendido como en comprender, en ser amado como en amar; porque dando se recibe, olvidando se encuentra, perdonando se es perdonado, y muriendo se resucita a la vida. Así debemos ser los cristianos, quizá podamos parecer “bichos raros”; pero que de esta forma, los demás puedan decir: son consecuentes con la fe que dicen profesar. CONCLUSION Todo lo que se propone en las anteriores reflexiones, sólo se puede llevar a cabo cuando seamos hombres y mujeres conscientes, ya que para que exista un buen cristiano, primero tiene que haber una buena persona. Para ser una buena persona, ante todo como ser humano, se ha de sentir defensor de los derechos humanos: si ama lo que es justo y lo defiende, si es un buen ciudadano, si acepta y respeta las leyes, siempre que estas no conculquen algún legítimo derecho, si es tolerante y amante de la paz, si es prudente y magnánimo, si defiende el ecosistema de nuestro planeta, y si ama la libertad. Todo esto le lleva a ser consciente de sus obligaciones sociales, y en consecuencia, dispuesto a trabajar por el bien de la sociedad, cuando esta lo necesite Tiene que amar y respetar, como un gran bien, la libertad, que ha de saber ejercer con el límite de no impedir la libertad de sus semejantes. Ha de ser amante de los derechos y defensor de ellos, pero consciente de que estos derechos conllevan unas obligaciones. El que tiene esta forma de ser está en el buen camino para ser un buen cristiano, ya que sólo le falta impregnar sus posturas de la trascendencia de Dios. No podemos tomar la cruz sin ser conscientes de nuestra humanidad, que está abierta al gozo de ser Hijos de Dios. Tenemos, pues, que saber discernir cuándo hay que “dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César” (Evangelio de Mateo 22,21),


NORMAS PARA LA ESTACIÓN DE PENITENCIA La Procesión es uno de los actos de culto más importantes que realiza la hermandad, por consiguiente todos los hermanos han de poner el mayor empeño en que el propio culto al Titular de nuestra Hermandad sea el que ocupe la parte más importante de la procesión y que todos los demás elementos queden supeditados al mismo. En la noche del Jueves Santo nuestra Hermandad procesionará dentro del mayor orden y devoción a nuestro Titular, procurando sea un ejemplo de Hermandad y Fe cristiana en la conmemoración que da nombre a la Hermandad, la Expiración de Nuestro Señor Jesucristo. Podrán tomar parte en la estación de penitencia los hermanos con edad y capacidad suficiente para realizarla en su totalidad. Deberán de vestir el hábito de la Hermandad con el mayor decoro y seriedad, debiendo calzar calcetines y zapatos negros (con tacón bajo para las hermanas) y usar guante blanco. El hábito de la Hermandad se compone de túnica de color blanco con cinturón, puños y botonera en el pecho de color morado; caperuz y capa de color morado, y guantes blancos. El escudo de la Hermandad irá prendido en la capa sobre el brazo izquierdo. Los anderos del Cristo habrán de vestir camisa blanca, pantalón y chaqueta de color oscuro y corbata de color negro, guantes blancos y Crucifijo de la Hermandad. Los hermanos han de salir de su domicilio con la antelación suficiente para llegar a la Iglesia como mínimo media hora antes del inicio de la Procesión.Durante el trayecto de ida y vuelta a la Iglesia observará en su actitud la mayor compostura. Durante el recorrido de la procesión, el nazareno conservará con el que lo precede la distancia que le haya sido marcada por el Fiscal de filas, y la línea con su compañero de fila contraria. En las paradas, el farol de luz permanecerá apoyado en el suelo y se portará en la mano al toque de campana del Fiscal de filas. Ningún hermano podrá separarse, ni aún momentáneamente de la procesión. Si por causa justificada le fuese absolutamente necesario hacerlo, deberá pedir permiso al Fiscal de filas correspondiente.


Todos los hermanos deberán guardar en todo momento silencio, observando una actitud devota y respetuosa conforme al carácter del acto al que concurren. No hará señas o gestos, ni dará ni recibirá nada. Para la mayor brillantez y verdadero sentido cristiano y cofrade de nuestra Procesión se ruega a todos los hermanos, y a todos aquellos que vistan nuestro hábito nazareno o porten el paso de nuestro Titular, cumplan en el mayor grado posible las anteriores reglas, acordes con el carácter que siempre ha mostrado nuestra Hermandad en su estación de penitencia.

ORDEN DE LA HERMANDAD EN SU ESTACIÓN DE PENITENCIA Cruz de Guía y dos faroles. Hermanos menores con faroles de luz Guión de la Hermandad Hermanos con faroles de luz (en medio de las filas irán los penitentes portadores de cruces)  Presidencia del paso  Grupo de Capilla Musical “Santísimo Cristo de la Expiración”  Paso del Santísimo Cristo de la Expiración    

RECORRIDO Y HORARIO APROXIMADO DE LA PROCESIÓN 23 horas: Salida desde la Iglesia de Santa María 23.15 h. Escaleras y calle Los Mártires 23.30 h. c/ Ramón Contreras 23.45 c/ Puerta Mengibar-San Martín 24. h.: Paseo General Muño-Cobo 0.30 h. Cervantes y Plaza de la Constitución 0.45 h Damián Parras-Profesor Laguna 1.0 h. Profesor Laguna-Plaza Bernabé López 1.30 h. Plaza de San Juan 1.45 Barbacana 2.00: Entrada en el templo del paso del Cristo


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