Practicas Espaciales en los Margenes de la Oportunidad

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Editado por Markus Miessen y Shumon Basar Contribuciones de: Åbäke, Shumon Basar, Johanna Billing, Celine Condorelli & Beatrice Gibson, Keller Easterling, Francesca Ferguson, Justin Frewen, Stephen Graham, Joseph Grima, Mauricio Guillen, Michael Hirsch, Bernd Kniess & Meyer Voggenreiter, Armin Linke, Brendan McGetrick, John McSweeney, Markus Miessen, Matthew Murphy, Lucy Musgrave & Clare Cumberlidge, Hans Ulrich Obrist, Bas Princen, Wendy Pullan, Frank van der Salm, Luke Skrebowski, R&Sie(n) con Pierre Huyghe, Peter Weibel, Srdjan Jovanovic Weiss y Eyal Weizman

¿ALGUIEN DIJO PARTICIPAR?

Un reporte desde las trincheras del activismo cultural que describe el trabajo de algunos “practicantes espaciales”, que activamente traspasan las barreras del conocimiento local o universal.

Un Atlas de Prácticas Espaciales

www.dpr-barcelona.com

ISBN 13: 978-84-613-0827-9

Editado por Markus Miessen y Shumon Basar

dpr-barcelona

¿ALGUIEN DIJO PARTICIPAR? Editado por Markus Miessen y Shumon Basar

U N A T L A S D E P R Á C T I C A S E S P A C I A L E S



PRÁCTICAS ESPACIALES EN LOS MÁRGENES DE LA OPORTUNIDAD

Markus Miessen “Existen muchos indicadores que muestran un renovado interés social en la arquitectura, a medida que los arquitectos toman nuevamente en consideración fenómenos socio-políticos. Para los arquitectos de hoy en día, esta noción implica abandonar cualquier imagen modernista preconcebida del arquitecto como un ideólogo de los estilos de vida o dictador de gustos. En lugar de ello, el arquitecto deberá localizar sismográficamente e identificar las prácticas existentes, intereses y necesidades (…) La razón de esta proto-arquitectura –el enfoque conceptual, la pre-implementación– no comienza simplemente como un juego académico o intelectual, es de hecho, la única posibilidad para una arquitectura.” ¹

Hacia la Ciudad–un territorio de negociación El siguiente texto explora el papel del arquitecto en la práctica contemporánea. Se centra en las posibles implicaciones que podría tener el ejercicio de una práctica espacial, y al mismo tiempo busca estimular una actitud optimista y proactiva hacia prácticas con aplicaciones físicas y no-físicas. El texto documenta algunos movimientos recientes en la práctica arquitectónica y propone nuevas lecturas, a manera de extensiones de su significado territorial. Describe los movimientos para subvertir la norma histórica, siendo reactivo a una metrópoli que se muestra contraria a codificaciones abstractas de la ciudad, el espacio y tiempo, a partir de la reformulación del ensayo como una herramienta crítica de diseño. Históricamente, la arquitectura ha sido entendida con frecuencia como la profesión del diseño de edificios y entornos en consideración de sus efectos estéticos –relacionados con el principio de diseño y construcción. Bajo esta 1. Andreas Ruby, “W wie Wettbewerb”, en: Maria Hohmann y Stefan Rettich (eds.), Von A bis Z, 26 Essays zu Grundbegriffen der Architektur (Köln: Verlag der Buchhandlung Walther König, 2004), 142 (traducción propia).

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óptica, el arquitecto es visto como aquel que diseña y supervisa la construcción de un edificio, la persona a cargo que propulsa una visión más amplia y tiene un estilo de vida tal, que permite a la pieza arquitectónica emerger como un producto único. Sin embargo, se puede localizar un punto de inflexión en este desarrollo que puede ser ubicado, aproximadamente, alrededor de la época de la inauguración del Museo Guggenheim de Bilbao en 1997. Un producto arquitectónico de marca diseñado por Frank Gehry, el Guggenheim sentó la base de una arquitectura con firma que puede ser aplicado genéricamente. Esto ha influido fuertemente en el nacimiento de una joven generación de arquitectos, en su mayoría europeos, que se han dado cuenta de que aquello que pensaban era un principio visionario de la profesión arquitectónica, se ha transformado, hasta desaparecer claramente dentro del sistema, produciendo un formalismo que puede ser aplicado genéricamente sin importar su contexto urbano, social y político. Lo que en determinado momento comenzó como una visión polémica, se transformó –en el transcurso de la década de 1980 y principios de los 90– en una producción formal e iconográfica de la arquitectura como una manifestación física puramente auto-referencial. Ya sea que se mueva desde la experimentación a la marca genérica, del genio virtuoso al vendedor ambulante, de la crítica ingeniosa al espectáculo mediático, esta supuesta vanguardia ha permitido la expansión virtual de un grupo de jóvenes practicantes interesados en una lectura alternativa de la práctica espacial. Decepcionados por la práctica existente y sorprendidos por los eventos políticos, económicos y ambientales que han sucedido en los últimos años, los nuevos profesionales han decidido, cada vez más, suprimir la imagen tradicional del arquitecto. Ya no están dispuestos a convivir con conceptos formales, mientras el resto del mundo está sumido en una crisis desesperada. Habiendo sido testigos del feliz “boom” económico a principios de la década de 1990, este activismo parece –por primera vez– comprometido con las realidades del nuevo siglo. Tomando en cuenta los mecanismos alternativos de cambio como un medio para modificar las condiciones espaciales existentes, estos jóvenes profesionales han comenzado a utilizar investigaciones paralelas y formas de participación no populistas para alimentar proyectos ambiciosos y con frecuencia, auto-generados. El hecho de implicarse en territorios políticos, sociales, legales, efímeros o educativos –con el fin de adquirir conocimientos que les permitirán proseguir sus investigaciones sobre derechos humanos, participación de la comunidad, diseño de políticas, ética de planificación, intervenciones espaciales o apropiación temporal de estructuras urbanas– les ha permitido realizar cambios

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“disentimiento emergente hacia las prácticas formales”

reales a pequeña escala. Este cambio en el papel en la práctica del arquitecto, usualmente ha sido generado por una visión idealista referente a la participación social. Aunque ha habido innumerables ejemplos de intervenciones urbanas participativas a lo largo del siglo XX, la diferencia con este tipo de prácticas emergentes, es su entusiasmo con respecto a su aplicación material y no material. Además, los proyectos previos de referencia tampoco se habían relacionado con la ciudad de una forma artística y psico-geográfica o eran incapaces de cruzar la línea de la participación esporádica, como los trabajos de Cedric Price, Eilfried Huth o el congreso IKAS.2 Desde mediados de la década de 1990, puede localizarse un desacuerdo emergente hacia la práctica formalmente conducida. Estas prácticas emergieron con frecuencia, como intervenciones a pequeña escala que estaban relacionadas con actividades micro-políticas con efectos a diferentes niveles – alterando las condiciones existentes al mismo tiempo que utilizaban la relación entre política y espacio. En lugar de entender la profesión simplemente como un compromiso con el diseño formal, estas prácticas intentan alentar un contrapunto a las teorías de la pérdida, que ha dominado el discurso urbano. Retirada formal de la academia “Si las universidades tienen una función social activa, esta es formar intelectuales. Si los intelectuales tienen una función, es generar ‘ideas’. Las ‘ideas’ son una forma de imaginación política y cultural que puede orientar a las sociedades cuando intentan gestionar el cambio.”³ Como una visible y clara irritación en la pantalla de radar de la educación arquitectónica a principios de los 90, el diagrama se transformó en un dogma colectivo en la mayoría de universidades. Se les pidió a los estudiantes que describieran meticulosamente sus proyectos –usualmente formales– a través de la narrativa verbal de un concepto, acompañado de diagramas visuales que determinarían su ejecución. Esta re-introducción de una técnica esencialmente modernista –pretendiendo que sólo hay una manera apropiada de hacer frente a una situación particular– solo subrayó y reforzó la imagen de una disciplina muy confusa, a la vez que sus profesionales intentan establecerla como el bastión de una elite. Entendiendo lo anterior, si uno pretende –por un momento– que no existe un discurso puramente tecnocrático o formal, resulta que la mayoría de los estudios académicos aparentemente fenomenológicos o con motivaciones 2. El “International Congress for Architecture and Urban Planning”; comenzado por Jos Weber y Freit Otto, autoproclamado sucesor del C.I.A.M. (Congres Internationaux d’Architecture Moderne, 1928–56) ha querido trabajar dentro de las emancipatorias y socialmente responsables tradiciones del Modernismo— discutiendo el alcance social de la arquitectura en lugar de

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sus aspectos constructivos y formales. 3. Paul Hirst, “Education and the Production of Ideas”, en: AAfiles 29, 44–5.


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Londres-campaña mediática para el proyecto Substitune® © Markus Miessen

sociales y políticas están aun moviéndose en el pasado: las facultades y su discurso interno rara vez son algo mas que polémicas incestuosas. En este microcosmos, gran cantidad de estudios prestan más atención al proceso y a la traducción conceptualmente rigurosa del proyecto que a su contenido en sí, sus posibilidades de afectar los cambios y su ética de implementación. Aunque ha habido una gran cantidad de proyectos académicos interesantes en la última década, solo han sido realizados por unos pocos estudios que buscan introducir un antídoto estimulante contra el panorama actual de formalismo y diagramas. Cuando Paul Hirst en su visionario ensayo “Education and the Production of Ideas”4 desarmó la retórica de John Major referente al “retroceso cultural en defensa del cambio”, argumentaba que “este cambio es puramente técnico y económico y nuestro éxito en los mercados define y circunscribe nuestra modernidad”.5 Se plantea una implacable convocatoria a los profesionales que están dispuestos a dejar atrás las modalidades tradicionales de pensamiento y cambiar la práctica en función de su implicación política y cultural: “sobre todo, el oficio no implica un retiro del mundo, como piensan muchos de los académicos que se oponen a los cambios que están teniendo lugar en las universidades. Si las universidades son para producir intelectuales capaces de jugar un papel en la regeneración política y cultural, estas no pueden permitirse estar aisladas de las preocupaciones de la gente”.6 Existen ecos de una lectura alternativa de la práctica arquitectónica, que podría verse reflejada en varios de los recién establecidos marcos de la 4. Paul Hirst, “Education and the Production of Ideas”, en: AAfiles 29, 44–5. 5. Ibid. 6. Paul Hirst, “Education and the Production of Ideas”, en: AAfiles 29, 44–5.

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programmes and structures, and although the territory possesses such structures in abundance, they have not been networked effectively. It quickly became clear that reliance on NHS funding was a major obstacle. This conclusion was based “One Londoner dies every thirty hours because of drug on the ineffective practice of drug-related funding, which is misuse.” (Greater London Authority) organised by territory rather than need. Since participants in This case study introduces a strategic framework design long-term drug treatment programmes must be registered for an alternative health structure as a result of an architect’s with the council, the homeless or those who live just across participation in the socio-political environment. Based on an the boundary between Camden and Islington councils are understanding of participation beyond models of consensus, effectively denied access to local services. To allow ease of it deals with both the individual and the institution, while access, both physical and bureaucratic, Substitune would proposing an interactive mechanism for collaboration that creates a fragmented urban service construct with customized clearly need to operate outside the framework of the NHS. A possible solution to these spatial and economic issues spatial projects. presented itself in the form of Boots, the UK’s largest chain As a reaction to the ongoing redevelopment of London’s of chemists, with 156 outlets in London alone. Currently the King’s Cross interchange, the introduction of a servicecompany’s storefronts serve as one of the primary sites for the interface attempts to create an economically independent dispensing of methadone, but it is not a role that sits easily health service, which operates autonomously from Boroughalongside the day-to-day provision of hair care and dental specific National Health Service (NHS) funding. This new products, aspirin and sandwiches. Nor, despite their ubiquity, methadone substitute programme caters for those users who do Boots branches provide any other service in the long line are unable to register with General Practitioners and rely of needs the typical methadone user will require, ranging from on services, which are accessible only to those registered initial assessment to diagnosis, treatment and monitoring. This with their local council. As a piece of urban infrastructure, potential spare capacity, combined with shortcomings in its a network of eight specific sites along the Euston Road current setup, identified Boots as a possible key factor within generates an alternative financing scheme, which crossthe local dispensing scheme, and formal meetings were held to references between the utilisation of an institution and real present the company with proposals. estate. Without following a stipulated morale, the project Policy issues raised in the research study were provides guidance on what is required to set up a health addressed in a symposium held at London’s City Hall (Greater service on three different scales of a fragmented, but unified London Authority). The symposium was set up as a result of institution. negotiations with both the GLA and related mayoral bodies (i.e. Substitune proposes an alternative approach to entrenched drug use and related problems associated with the the London Health Commission). Attended by representatives King’s Cross area, one which replaces the single, homogeneous of collaborating institutions and practices, the symposium control mechanism with a number of adjustable and responsive covered the central topics of prescription-drug distribution and urban health systems in a formal manner. Should the mechanisms spanning different fields, professions and scales. Substitune project go ahead, this session would be the first On an urban scale, this project takes as its starting point in a series of annual meetings in which the programme would the idea that a building does not necessarily emerge as an be evaluated and subsequently altered according to need and architectural envelope. The project generates its structure local change. It would effectively become a mechanism for from the existing statutory conditions (legal/political/ territorial framework) of the identified territory and calls for a controlling architecture over time. Investigating forces that influence, generate and control fragmented service building, which includes four facades along the city, the project attempts to stress the significance of the Euston Road, and a central core that acts as a warehouse political, economic and social mechanisms of change as an for controlled drugs as well as a dispensary for methadonealternative to the large-scale formal approach to transforming based programmes. By incorporating Boots—a nationwide chain of pharmacies—as a major economic factor Substitune’s the urban fabric. This continuous transformation of one’s own practice is part of the larger transformation of the cultural architectural application of a delivery centre joined with a landscape, which is the result of the instability of a society public health-centre/dispensary challenges the conventional understanding of the politically operated urban health system. that consists of many distinct and often conflicting individuals, institutions and spaces. The first component of this project entailed identifying key clients in the marginalised social envelope of the redevelopment—individuals who are either already on local programmes or willing to get into them. Setting up new structures necessarily involves respecting and utilising existing

Substitune ®

N. del T. “Un londinense muere cada treinta horas por el uso indebido de drogas” (Greater London Authority) El proyecto Substitune® presenta un marco estratégico para el diseño de una estructura alternativa del sistema sanitario. Surge como resultado de la participación de un arquitecto en el medio socio-político. Sobre la base del entendimiento de la participación más allá de los modelos

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de consenso, se centra en la persona y la institución, al tiempo que propone un mecanismo para la colaboración interactiva y se crea un servicio urbano fragmentado con la construcción de proyectos arquitectónicos específicos. Ver: http://www.studiomiessen.com/substitune.shtml Texo de la imagen traducido al castellano en: http://www. dpr-barcelona.com


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educación institucional. Lugares como el fluctuante marco de la Architectural Association de Londres, Rural Studio en Alabama, el Freies Fach en Berlín o el recién iniciado programa para la Investigación da la Arquitectura en el Goldsmiths College de Londres, esencialmente ofrecen bases para “funcionar como catalizadores de cámaras internacionales de tormentas de ideas para profesores, estudiantes, curadores y conferencistas invitados”, según comenta Birgit Sonna.7 Todo esto da origen a un entorno en el cual la experimentación y la especulación se promueven proactivamente. Los jóvenes profesionales que ahora comienzan a colonizar los diversos territorios educativos de los cuales han surgido, han identificado ya la falta de precisión en términos reales. Observando los cambios de intereses en el contexto arquitectónico, la enseñanza de la profesión en la actualidad, debería permitir la consideración de diversas lecturas culturales. Sin embargo, abandonar esta noción una vez se comienza a trabajar dentro de la práctica profesional, no sería solamente poco satisfactorio, sino equivaldría a capitular mientras se contribuye a la actual desolación de la vasta mayoría de la producción arquitectónica. Es en este tipo de instituciones, en las que una futura práctica alternativa será activamente promovida, en las que el papel del arquitecto será reinventado:

7. Birgit Sonna, “Neue Türen aufstossen”, en: Neue Zürcher Zeitung, Marzo 4 de 2005.

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“una multitud de lecturas culturales”

“El pensamiento casi fuera de campo de que la práctica arquitectónica puede tener un impacto en la sociedad, está basado en la idea de que la educación de un ‘arquitecto’ genera una narrativa que integra aspectos técnicos, sociales y artísticos –y que explica la observación de Umberto Eco del arquitecto como ‘posiblemente el último humanista’.” 8 Permitiendo el cambio Al darse cuenta de que la vanguardia había apostado todo por seguir los pasos de los grandes narradores del siglo XX, la nueva generación ha girado su atención hacia la realidad. En lugar de rendir tributo a las grandes narrativas, han comenzado a utilizar aspectos particulares de lo que se podría llamar una genuina geografía con el fin de estimular su trabajo. En un mundo impulsado por las más rápidas y eficientes telecomunicaciones y redes de TIC, la comunicación real entre las personas parece tener más dificultades que nunca. En una época en que los centros urbanos están cada vez más polarizados y dirigidos al aislamiento, este tipo de comunicación particular entre las personas y los estados, necesita ser revitalizado, ya que uno de los efectos secundarios de la globalización es la constatación de que hoy los problemas más acuciantes parecen manifestarse

Fachada urbana de Euston Road, en el centro de Londres; el dibujo muestra la relación entre los servicios de salud existentes y los abandonados © Markus Miessen

8. Ulrich P.W. Nagel, “U wie Universität”, en: Maria Hohmann y Stefan Rettich (eds.), Von A bis Z, 26 Essays zu Grundbegriffen der Architektur (Köln: Verlag der Buchhandlung Walther König, 2004), 127 (traducción propia).

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independientemente del lugar y la ubicación. El repentino crecimiento económico de la globalización ha permitido a profesionales curiosos aventurarse dentro de territorios que durante la época del modernismo permanecían abandonados. En contraposición a las principales críticas referentes a la globalización, se han dado cuenta que el nuevo imperialismo estadounidense ha traído también, efectos secundarios positivos: Internet y el acceso a la información, tanto virtual como físicamente, han permitido proyectos de investigación que antes de esto, parecían imposibles. Además, la introducción de los viajes de bajo costo permite el contacto directo con territorios extranjeros. De repente, se puede encontrar información sobre todo y sobre todos de forma casi instantánea. Quitándose de encima el peso del siglo XX, el mundo parece exactamente lo opuesto de lo que esperábamos de la globalización: un redescubrimiento de la especificidad que está basado en la creencia de que algunos problemas necesitan soluciones hechas a medida en lugar de meta-narrativas formales. Esta noción, basada en la geografía real del mundo, es parte del por qué uno puede denotar un creciente rechazo de los objetos de estilo puro en favor de una determinada y más precisa resolución

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“viendo el surgir de nuevos colectivos”

de los problemas a diversas escalas. Esta idea está generada por la confianza de que existe una posibilidad para las políticas espaciales proactivas. Esa línea de pensamiento implica por ejemplo, que si alguien se encuentra trabajando en un proyecto en Bosnia, entiende que se trata de una situación específica y, por lo tanto, también de participación con su patrimonio cultural y su contexto político. Este enfoque presenta un marcado contraste con los proyectos de diagrama, que eran puramente modernos en el sentido de que se llevaban adelante como las únicas, casi científicas, soluciones al problema y que se anteponían, anulando todo lo demás. Repentinamente, uno puede ser testigo de la aparición de nuevos colectivos que se ocupan de la política y el campo del diseño al mismo tiempo. En todos estos proyectos, la dimensión política se ha transformado en un factor importante –con un interés en el espacio público como zona de equilibrio, un territorio inclusivo que permita el diálogo: el practicante espacial como facilitador. En contraposición con la noción del arquitecto-estrella, el diagrama y un urbanismo de post-modernismo extremo, las implicaciones políticas se han transformado en una fuerza motora para el cambio.

Dibujo mostrando la relación entre la nueva estación de servicio, el edificio de un hospital re-apropiado y el vestíbulo interactivo © Markus Miessen

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Arriba: Four Gateways; cuatro fachadas urbanas © Markus Miessen

Page 285: Diagram illustrating the operational changes designed in order to create a framework for delivery. © Markus Miessen

© Camden New Journal (Enero 22 de 2004)

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CCTV monitorizando, York Way/ Euston Road © Camden Council

Dibujo que muestra la delineación del territorio de acuerdo a Triage; aplicación específica de la disección de servicios urbanos por cuatro puntos. © Markus Miessen

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Simposio organizado en Greater London Authority (Ayuntamiento); con participación de expertos de la Comisión de la Salud de Londres © Markus Miessen

Reuniones semanales con representantes del Foro de Desarrollo de King’s Cross © Markus Miessen

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Diagrama mostrando los cambios operacionaless diseùados para la estructura de repartos. Š Markus Miessen

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El nuevo protagonista “Mata a tus ídolos: no trabajes en sus oficinas!” 9 Dentro del discurso contemporáneo, una fuerte resistencia a la lujuria de los objetos puros constituye la columna vertebral de un creciente número de proyectos que frecuentemente surgen de iniciativas propias. Es probable que sean temporales e informales, contingentes y efímeros en su naturaleza y con mucha frecuencia, implican un interés político y local. Estas sub-prácticas particulares ni adoran a los arquitectos estrella ni intentan emularlos. Se podría argumentar que el centro de su actividad se encuentra en la voluntad de exponer e ilustrar –por medio de sus propios proyectos– que las formas tradicionales de la profesión se encuentran con frecuencia dominadas por objetivos superficiales. Al mismo tiempo, esto también implica que muchos arquitectos aún permanecen dentro de una burbuja de autocontención, que concientemente los aísla del mundo real –un mundo con problemas reales. Pero habiendo dicho esto, ¿Cuáles son las consecuencias de estas sub-prácticas y de qué forma se integran y surgen de la cultura actual? Más allá de la simple oposición a un enfoque puramente formal, se objeta la idea de que existan términos como alta y baja cultura. La ambición social de estos profesionales está enraizada en un entendimiento más heterogéneo de la sociedad y consecuentemente, de la ciudad. Los protagonistas de estas prácticas urbanas socio-políticas toman en cuenta las culturas populares y marginales. Basan su trabajo en la sociología urbana, que adapta las organizaciones y experiencias de sus ciudadanos y propaga una relación más directa con la ciudad. Mientras impulsan una práctica que va más allá de una mera representación, también han comenzado a crear posiciones desde su propia libertad personal. En lugar de entenderse a sí mismos como un personaje singular dentro de la infraestructura de una oficina, se sitúan a sí mismos dentro de redes de profesionales que está conscientes de que –como parte de marcos de colaboración– amplían sus horizontes colectivos con plataformas discursivas propias y proyectos participativos. A través de estas actividades también han logrado inventar un nuevo sistema de acreditación. No se trata solamente de cómo las personas se ven a sí mismas, si no también de cómo se llaman a sí mismos con el fin de describir su profesión. Desde que las zonas periféricas se han vuelto más interesantes, hemos podido ser testigos de una sobre-especialización 9. Martin Kaltwasser, en: AnArchitektur, Camp for Oppositional Architecture (Production and Use of the Built Environment), (Berlin: Vice Versa, 2004).

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“estímulo para la acción”

acompañada por la invención de descripciones laborales y nuevos nombres: estrategas espaciales, administradores de campos y diseñadores de conceptos saturan esta nueva economía espacial. La razón para esto es bastante simple, si quieres hacer algo con cierta conciencia, debes ser un especialista. Sin embargo, gracias a su programática sobreposición de disciplinas, también son capaces de acceder a otros mercados con clientes potenciales que se mueven en ámbitos como la urbanización y políticas de vivienda, culturas regionales, ecología y tecnología o estrategias de desarrollo rural. Con esto se reta a la sociedad en su obediencia a las convenciones y a las instituciones que desafían la verdadera creación de la arquitectura y a sus creadores, con su ilusión de una virtud controlada. Estas especificidades de un contexto cultural en particular están siendo utilizadas dentro producciones arquitectónicas y espaciales determinadas. Ya sea que hablemos de When Faith Moves Mountains de Francis Alÿs, o de The Strip de Jeanne van Heeswijk, de Grenzgeographien de Philipp Misselwitz o los proyectos de AnArchitektur que abordan la razón de ser y el efecto de los edificios, estos proyectos muestran impactos análogos de practicantes espaciales que han sido generados en diversos contextos profesionales.10 Entre estas profesiones, la línea fronteriza se ha disuelto. Se debe entender que la mayor diferencia que tienen con una práctica convencional es la relación entre individuo y lugar, espacio y ubicación, localización geopolítica y la narración apoyada por su contenido social. Estos mecanismos para estimular el cambio en un lugar en particular son estudiados por una amplia gama de disciplinas que –por lo menos según la descripción del trabajo del arquitecto– no tienen nada que ver con la profesión. Pero en lugar de utilizarlas como plataformas para externalizar el concepto intelectual, se utilizan de forma creativa para estimular e informar acerca del trabajo. Como estímulos para la acción, la superposición de disciplinas se utiliza con el fin de enriquecer a profundidad los proyectos, mientras el papel convencional de los arquitectos se transforma en el de un mediador entre diversos grupos de expertos y think tanks creativos. Como un nuevo provocador de conciencias, estos profesionales crean puentes entre concepto e implementación. Este nuevo tipo de profesionales no trae las respuestas o modelos para los cambios ideológicos. Simplemente se aleja del proyecto moderno abordando implacablemente los intersticios de situaciones físicas particulares, acercándose a ellas con herramientas y técnicas personalizadas. Con la creciente especialización de las disciplinas, se puede esgrimir un argumento repetido con frecuencia: si existen especialistas para todo – ¿para qué 10. Proyecto para Geological Displacement; el 11 de Abril de 2002, 500 voluntarios fueron llamados para mover una línea de dunas de arena ubicada en los alrededores de Lima. Este peine humano avanzó empujando hacia adelante una cantidad exacta de arena con toallas con el fin de mover la duna de su posición original. El desplazamiento ha sido de proporciones infinitesimales pero no su resonancia metafórica.

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Propuesta final enviada al Director General de Boots en Boots Healthcare, Nottingham © Markus Miessen

necesitamos a un no-especialista que se acerque a cuestiones específicas, que de hecho no están incluidas en su cartera de conocimientos? Precisamente el hecho de ser no-expertos, es lo que los habilita a interactuar con situaciones y problemas como profesionales amateurs11, tal como los describe Shumon Basar en su artículo que forma parte de este libro. Sus actividades dispersas y la aplicación de conocimientos externos, les permite abordar los problemas de forma creativa, saltando escalas desde los objetos individuales hasta la planificación de áreas estratégicas. El margen de la oportunidad Incluso si algunos de los antecedentes ideológicos y teóricos relacionados con las prácticas espaciales descritas en este texto se remontan a lo largo de la historia del arte y la arquitectura, veremos que el discurso actual es fundamentalmente diferente. Este se filtra directamente y transforma la práctica. Desde mediados de la década de 1990, se ha mantenido como un proceso enteramente efímero. Actualmente, la práctica espacial no solo utiliza las investigaciones experimentales relacionadas con las condiciones transitorias de la sociedad urbana, si no que también aplica estructuras materiales e inmateriales con el fin de cambiar algunas configuraciones específicas. Presenta tanto la noción desarrollada de las técnicas de investigación como la consecuente aplicación del pensamiento analítico, que transforma las condiciones efímeras y físicas de cada día. Aunque esta práctica aún se mantiene al margen, su distinción y valor es su impacto directo. Es ahora tarea para las nuevas generaciones seguir transformando la práctica, permitir a los estudiantes y futuros profesionales comprender y utilizar estas ideas como una plataforma crítica y estimulante para su futuro trabajo y volver a calibrar la obsoleta relación autor-obra. 11. El término es de Loose, relacionado con las teorías de Edward Said acerca de la representación, ver: Edward Said, Representations of an Intellectual—The 1993 Reith Lectures (New York: Pantheon Books, 1994).

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“un espectro de experiencias y disciplinas”

La práctica de la arquitectura en su forma actual, es válida e interesante. Sin embargo, existe una urgente necesidad de un profundo compromiso a futuro con las complejas estructuras de la ciudad, no para conquistarlas si no para añadir sistemas que guíen los diferentes aspectos de la ciudad que no deberían dejarse en manos de otros. La práctica espacial debería verse de forma más abierta, debería incluir un espectro de referencias y disciplinas que produzcan resultados imprevisibles que sean más diversos que el hecho constructivo como una forma de arte aislada. Ahora más que nunca, existe una seria necesidad de realizar una lectura holística de la ciudad que valore la fricción y los procesos de incertidumbre. Estas valiosas variables no deberían simplemente conquistarse mediante la superposición de “archipiélagos” de orden. Una nueva práctica solamente surgirá como la síntesis fuera de restricciones por un lado (imagen, economía, legislación y normativas) y la liberación por el otro (geografías de contención globalizadas, áreas en las que la modernidad ha fallado y unos medios de comunicación poderosos e irreprimibles). El surgimiento de una generación y unas tendencias que tienen diferentes aspiraciones en términos de éxito y operatividad podría ser al final solo una táctica más o un canal diferente para mediar con una imagen impulsada por la razón, puramente existencial, de encontrar un hueco en el ya sobre-saturado mercado. Aunque actualmente este enfoque parece ser el único fetiche post-diagrama convincente, aún es muy pronto para concluir si es un proyecto enteramente genuino. Pero viviendo en el mundo actual, tan altamente politizado, parece ayudar al descubrimiento de huecos a llenar entre la práctica convencional y el desempleo. Este texto debe ser entendido como un plan de acción para el futuro. En lugar de escribir en contra de los arquitectos estrella, representa una declaración condicional que muestra la cartografía de una nueva generación. Necesitamos hacer una re-calibración de la imagen de los arquitectos estrella con el fin de permitir que surjan este nuevo tipo de prácticas. El no ser vistos como arquitectos es con frecuencia, la forma más exitosa de hacer las cosas. Si en el pasado, fueron las grandes Guerras Mundiales y los momentos de estancamiento urbano y socio-cultural los que vieron a generaciones de arquitectos y artistas ponerse a la altura del reto de dar sentido a un mundo herido y sediento, los profesionales de hoy también deben hacer frente a grandes retos. Mientras los medios de comunicación nos dicen constantemente que nos encontramos bajo una amenaza permanente, lo que llama y divide críticamente nuestra atención en un Primer Mundo que se desarrolla y polariza cada vez más rápido, son los fallos, lo incompleto, lo lamentable y extraordinario; mientras buscamos cada vez con mayor concentración, nuevas ventanas de oportunidad.

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dpr-barcelona es una compañía editorial nueva e independiente con sede en Barcelona, especializada en libros de arquitectura, arte y ciencia, en constante búsqueda del trabajo de arquitectos emergentes y proyectos innovadores. Con alcance internacional y fundada por dos arquitectos, todos nuestros libros son producto de un intercambio creativo entre editores, autores y diseñadores, contando con colaboraciones académicas, que hacen más completa la información presentada en cada libro.


La presentación de ¿Alguien Dijo Participar? fue una acción cartográfica simultánea realizada el 11 de Septiembre de 2009 en cinco puntos del globo.

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