Estética y Salud Junio 2011 - HOMBRE

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Complejos, ¿ personalidad o enfermedad mental?

salud

existe todo un diccionario de complejos que aluden a dioses y semidioses y personajes históricos Los más conocidos Sobre los complejos que existen, Domínguez comenta que el psicoanálisis, en cuyo seno proliferaron el surgimiento de múltiples complejos, a lo largo de su evolución teórica terminó por decantarse por únicamente dos: el complejo de Edipo y el de castración. Apunta que el denominado complejo de Electra, constructo jungniano, terminó por ser rechazado por el propio Freud, quien destacaba que el complejo de Edipo femenino no es simétrico al del varón y por ende, consideraba inapropiado el uso del término de Electra pues sugería una analogía entre ambos. Freud tomó el mito de Edipo Rey de Sófocles, para dar cuenta del conjunto organizado de deseos amorosos y hostiles que el niño experimenta respecto a sus padres, que marcan su identificación en tanto ser sexuado y su elección de objeto o de pareja. El complejo de castración en cambio, estrechamente relacionado con el anterior, se refiere a las preguntas que surgen en el niño a temprana edad -de tres a cinco años- sobre la diferencia anatómica de los sexos, esto desencadena un temor por la pérdida del falo en el varón, y en la hembra en la aparente constatación de que ha sido castrada. Por otro lado fue Alfred Adler, discípulo de Freud, el primero en mencionar los términos relacionados a la superioridad e inferioridad, usualmente muy señalados. Adler consideraba que nuestra incapacidad de valernos cuando venimos al mundo es el detonante en el complejo de inferioridad, el cual lleva a persona a sentirse de menos valor, con una tendencia a

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sobrecompensar y a destruir la imagen de otros para mejorar la propia. Caso contrario, el de superioridad es un mecanismo inconsciente que intenta disimular los sentimientos de inferioridad del individuo al proyectar una imagen súper positiva y confiada con expectativas muy poco realistas. Vale destacar que es posible que ambos se presenten en una misma persona, aunque no sean necesariamente vinculantes.

Érase una vez… En cuanto a la relación que existe entre la mitología y el nombre de algunos complejos, Domínguez lo atribuye a la atracción que sentía Freud por estas leyendas, basándose en la tragedia griega para orientar su elaboración teórica; hace también la salvedad de que fue Jung quien propuso el análisis de la mitología y quien apuntaló la noción de complejo, adjuntándole alguna referencia de tipo fabulosa. Y aunque Domínguez subraya que el psicoanálisis ha terminado por mantener el uso casi exclusivo del término para referirse a los de Edipo y castración, existe todo un diccionario de complejos que aluden a dioses y semidioses, personajes históricos y demás referencias culturales.

¡Que no te pase! Agar y Sara: Tendencia masculina a clasificar a las mujeres en dos grupos: las buenas e intocables a semejanza de la madre; y las malas, aptas sólo para la satisfacción sexual. Aquiles: Tendencia a ocultar la propia debilidad, la impotencia o la homosexualidad bajo la apariencia de invulnerabilidad o heroísmo. Aristóteles: Rebelión del hijo contra el padre o del discípulo contra el maestro. Brunilda: Tendencia de las jóvenes de querer ver en su novio un héroe, para luego del matrimonio desvalorizarlo sin razón. Caín: Peculiar psicología del primogénito, celoso del hijo segundo a quien considera como un intruso y un rival. Dafne: Miedo de las jóvenes hacia la sexualidad, también llamado angustia de la penetración. Elektra: Fijación afectiva de la niña en la figura del padre. Empédocles: Compulsión al suicidio por realzar la autoestima, apareciendo como un “héroe” ante sí y los demás. Eróstrato: Forma peculiar del complejo de inferioridad con gran incidencia criminal.


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