Norte Magazine 62

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Diciembre de 2019 número 62

contenidos que pueden modificar tu visión de la realidad

La hora de la integración AHMED ZANNOUTI, LLEVAR LA POLICÍA A LA MEZQUITA PARA PREVENIR EL YIHADISMO

LAURINDO DOMINGOS, COMO SOBREVIVIR 31 AÑOS DE ILEGAL

pág. 6 ESTA REVISTA ESTÁ DEDICADA A LOS MIGRANTES Y SUS PERIPECIAS VITALES PARA INTEGRARSE

pág. 20


HIRI BATEN KONPROMISOA BILBAO

BALIOEN

BILBAO CIUDAD DE

HIRIA

VA L O R E S

EL COMPROMISO DE UNA CIUDAD www.balioenhiria.bilbao.eus


EDITORIAL

Construir Euskadi es cosa de todos La sociedad vasca comienza a integrar la diversidad. Esa es una de las conclusiones del último informe del Observatorio Vasco de Inmigración que mide las actitudes de la sociedad vasca hacia los extranjeros. ¿Es cierta esa afirmación? La mejora de las actitudes hacia la inmigración coinciden, por lo general, con las etapas de recuperación económica. Pero cuando llegan los momentos de crisis, los peor parados siempre resultan los migrantes, que, además, son los que peores condiciones sufren. eldiario.es en Euskadi ha querido dedicar esta revista a los migrantes, a la forma en que han logrado (o no) integrarse en la sociedad vasca, a sus peripecias vitales. Algunos han recalado en Euskadi tras un largo y peligroso viaje, otros en un cómodo avión. Pero todos se han tenido que enfrentar, en mayor o menor medida, a los mismos problemas. Y ahora, algunos miran la vida con optimismo; otros con cierto desasosiego, pero sin perder del todo la esperanza. A través de las siguientes páginas, los lectores podrán entender un poco mejor a esos migrantes que forman parte del paisaje de Euskadi, que tiene la obligación y la necesidad de abrir sus brazos a las personas que van a participar de la construcción del futuro de este país. Dessireé Lorena Petit Ortuñez, médica de familia que vino desde Venezuela. Ahmed Zannouti, un vitoriano marroquí, que llegó para trabajar de albañil, hoy es el gerente de un modesto negocio de reformas y preside la comunidad islámica Annour, en Vitoria. Gabriel José León Rosas, venezolano que ahora es contrabajista en la Orquesta Sinfónica de Bilbao. Laurindo Domingos Costa, nació en Guinea-Bisáu y se licenció en Ciencias Políticas por la Universidad del País Vasco, con un posgrado en Gestión de Cadena de Suministro tras varias condenas por tráfico de drogas…... Son algunas de las historias que aparecen en el número 62 de la revista de eldiario.es en Euskadi.

EDITA: EL DIARIO NORTE SL Director: Eduardo Azumendi Redacción: (redaccion@eldiarionorte.es) Publicidad: Iñaki de Urbieta (iurbieta@eldiarionorte.es ) Maquetación: Nexus Creativos (juanluisnexus@gmail.com)

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SUMARIO

PERFIL: AHMED ZANNOUTI

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PERFIL: MAMADOU DIA

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PERFIL: DESSIREÉ LORENA PETIT ORTUÑEZ

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PERFIL: LAURINDO DOMINGOS COSTA

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OPINIÓN: MARTA MACHO

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REPORTAJE: ÚTIMOS RUMBOS DEL AITA MARI

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PERFIL: GABRIEL JOSÉ LEÓN ROSAS

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PERFIL: ALEXANDRE MARIE SERGE ONDOA

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PERFIL

AHMED ZANNOUTI Llevar la Policía a la mezquita para prevenir el yihadismo

La entrevista se hace en su mezquita, entre libros sagrados. Los oratorios “no son lugares oscuros”, insiste Zanoutti. En 2017, invitó a agentes antiterroristas de la Ertzaintza a dar una charla contra la radicalización junto al imam local

IKER RIOJA ANDUEZA @ikerrioja

FOTO: SANTOS CIRILO

*El marroquí Ahmed Zannouti es representante de la asociación sociocultural Nour, una de las mezquitas más grandes de Vitoria. Promueve iniciativas para la integración de la comunidad

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PERFIL

Ahmed Zannouti es un vitoriano marroquí –“las nacionalidades son un papel”que llegó a España en 1999 como licenciado en geografía e historia para trabajar de albañil. El mercado de trabajo le sonrió y, a sus 47 años, es gerente de un modesto negocio de reformas. Su castellano seseante -pero de conceptos exquisitos- es una de las voces más autorizadas de la comunidad extranjera de la capital vasca. Ya en Marruecos era activista y en Euskadi ha seguido esos pasos. También su mujer. Preside la comunidad islámica Annour, que gestiona una mezquita y varias actividades sociales, y coordina todas las de Vitoria. Es miembro de Ados (comisión asesora del Gobierno vasco para la pluralidad religiosa), promueve la donación de sangre y ha servido cenas populares durante el Ramadán para que

los autóctonos pierdan el miedo a ese rito. Su historial no cabe aquí. “Yo no lo he tenido complicado. Había trabajo para todos y como hablaba otros

“¿Alquilar siendo extranjero? Aunque hay estudios que dicen que el nivel de tolerancia es bueno, a la hora de la verdad sí, hay mucha gente con problemas”


REPORTAJE

idiomas latinos como el francés y algo de inglés, en unos meses hablaba castellano”, explica quien se siente afortunado por tener una vivienda en propiedad. Pero se obsesiona porque otros tengan esas oportunidades. “¿Alquilar siendo extranjero? Aunque hay

Zanoutti encabezó la contestación de la comunidad magrebí cuando en 2014 el entonces alcalde Javier Maroto acusó abiertamente a marroquíes y argelinos de defraudar ayudas sociales estudios que dicen que el nivel de tolerancia es bueno, a la hora de la verdad sí, hay mucha gente con problemas”, explica. No ve mucho mejor el mercado protegido: “Los meten en los mismos rincones y no es la mejor integración. Francia creó guetos y la factura se paga entre todos”. Otro caballo de batalla para él es la segregación escolar. En Vitoria, los colegios públicos concentran el 85% de los escolares extranjeros mientras la concertada gana premios de excelencia. “Con esas cifras, ¿qué futuro nos espera? No es un juego, es la educación. Estamos haciendo niños de primera y niños de segunda y mañana todos ellos están condenados a entenderse”. Zanoutti encabezó la contestación de la comunidad magrebí cuando en 2014 el entonces alcalde Javier Maroto, hoy dirigente del PP, acusó abiertamente a

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marroquíes y argelinos de defraudar ayudas sociales. “Los requisitos son iguales para todos. Da igual que te llames Iñigo o Mohammed. Hay muchos bulos. Para acceder a una ayuda son tres años, no es llegar y empezar a cobrar”, defiende quien reprueba a quienes usan la inmigra-


PERFIL

ción como gancho electoral. La entrevista se hace en su mezquita, entre libros sagrados. Los oratorios “no son lugares oscuros”, insiste Zanoutti. En 2017, invitó a agentes antiterroristas de la Ertzaintza a dar una charla contra la radicalización junto al imam local. “No se

puede dar un balón de oxígeno a ningún extremista. Prevenir es una de las mejores herramientas para una buena convivencia”, solemniza.



MONDRAGON, personas y cooperación Finanzas, Industria, Distribución y Conocimiento. Cuatro áreas de negocio en las que MONDRAGON está presente a través de sus cooperativas. Hoy en día, MONDRAGON es el primer grupo empresarial de Euskadi. Con marcas líderes en diversos mercados: Laboral Kutxa, Copreci, Danobatgroup, Eroski, Fagor, Maier, Orkli, Orona, Ulma, LKS, Orbea y Urssa, entre otras. Integrada por más de 250 empresas, con 143 plantas productivas en el exterior, y unas ventas superiores a los 11.000 millones de euros, constituye una referencia mundial del trabajo en cooperación.

www.mondragon-corporation.com


PERFIL

Mamadou Dia

“LOS JÓVENES AFRICANOS NO QUIEREN VIVIR EN EUROPA, ESTÁN FELICES EN SUS PAÍSES" Para muchos jóvenes africanos, la adolescencia no existe: los niños pasan directamente a ser adultos que dejan los estudios para hacerse cargo de su familia MAIALEN FERREIRA @maialenferreira


PERFIL

Dejar atrás una vida por llegar en cayuco a la Europa soñada. Es la historia de Mamadou Dia, uno de tantos africanos que en 2006 y con 22 años decidió embarcarse en una travesía desde su pueblo natal, Gandiol, en Senegal, hasta Europa, con la esperanza de que al pisar tierra española conocería la libertad. Actualmente, Mamadou es activista, ha estudiado Trabajo Social y ha escrito dos libros que narran la odisea que ha vivido: 3.052. Persiguiendo un sueño y A las 15:00. En 2013 tuvo la oportunidad de quedarse a vivir en España y se negó. En lugar de eso, regresó a Gandiol y fundó la ONG Hahatay, un proyecto creado para la cooperación al desarrollo sostenible del pueblo de Gandiol. Hahatay trabaja con dos áreas: “Gandiol como El Dorado”, que intenta que los propios ciudadanos vean al pueblo como el centro, la gran ciudad dorada que alcanzar, en lugar de mitificar los países extranjeros, y trabajar la migración de los africanos. Es decir, viajar con los jóvenes para que conozcan de forma digna Europa y, una vez vista la realidad, decidan si quieren quedarse o regresar a Senegal. “Los jóvenes africanos no quieren vivir en Europa. Están felices en sus países. Por motivos de guerra, por motivos de violencia, por otros tantos motivos, viajan. Pero no quieren.Yo me habría matado en un cayuco por venir aquí y tenía toda la posibilidad de quedarme aquí a vivir. En el año 2013 decidí volver a casa y vivir allí, soy feliz allí y no lo digo por quedar bien. Hablar un idioma que no es el tuyo, demostrar a la gente que no eres peligroso, que no vas a atentar contra su vida. Demostrar a la gente que sabes, que tienes estudios, todas esas cosas, enfrentarlo día tras día es bastante difícil”, ha explicado Mamadou, quien ha participado en el primer Congreso Internacional de Infancia

en Movimiento que Save the Children ha celebrado los días 20 y 21 de marzo. El senegalés recalca que los jóvenes que trajeron con Hahatay el año pasado, tras haber conocido Europa de primera mano, decidieron volver a casa y ahora están viviendo allí. Los que han venido con él este año, ha asegurado “también van a volver, porque no se está mejor en ningún sitio que en tu propia casa, pero viajar alimenta al ser humano”. Vuelos camuflados Una de las cuestiones que más sorprendió a Mamadou cuando llegó a España fue el hecho de que la gran parte de la población es consciente de que los migrantes provenientes de África -en su mayoría mujeres y niños- llegan a las Islas Canarias en cayucos, como hizo él, pero desconocen cómo logran entrar en la península. “Nos meten en vuelos camuflados y nos llevan a la península y nos van repartiendo en las distintas comunidades autónomas. El Gobierno lo sabe, sabe que la gente que meten en esos vuelos y que van a repartir en esas comunidades no tienen papeles y van a estar viviendo tres años o más sin protección ninguna. Lo sabían perfectamente. Son los mismos que dicen desde el poder que los migrantes están causando delitos, violencia, están amenazando a la sociedad, al bienestar social”, ha manifestado. Es consciente de que todos los jóvenes africanos que llegan a las costas europeas no logran integrarse en la sociedad de forma exitosa. Durante su estancia en España estuvo trabajando en una casa de acogida, en la que otros trabajadores sociales le indicaban que por muchos intentos que hicieran, había jóvenes que no mostraban interés alguno en estudiar

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PERFIL

o formarse para dedicarse a un trabajo. Cuestión que es normal para Mamadou dada la educación que los jóvenes africanos reciben en sus hogares, donde no existen los adolescentes y los niños pasan directamente a ser adultos que dejan los estudios para hacerse cargo de su familia. “Si han venido aquí es para ayudar a sus padres, para ellos que tú les metas en un piso y les des esto y lo otro es como que le estas frenando su vida, frenas su crecimiento. Este ha venido aquí porque se ha encontrado con una serie de problemas

en su familia y entonces quiere venir aquí para ser la solución de esos problemas. Él había dejado los estudios en Senegal para poder ayudar a su familia, entonces si viene aquí y le obligas a volver a los estudios, está viendo que está fracasando”, ha señalado. La solución ante estas situaciones, según Mamadou, radica en la sensibilización y preparación de los trabajadores que acogen a los jóvenes en su llegada a Europa para que sepan entender el contexto en el que están y los beneficios que hay detrás de la formación académica que les


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están ofreciendo. Muchas veces, ha contado, él mismo se siente como “si fuese un teléfono móvil con dos tarjetas” y se tuviera que poner la tarjeta europea para reflexionar y tomar decisiones como si fuese una persona que ha nacido y crecido toda su vida en España o cambiar el chip y meter la tarjeta africana para así pensar en cómo se le educa a un niño en África. Dos contextos culturales totalmente diferentes con los que Mamadou convive a diario, porque al igual que muchos otros inmigrantes, son las dos realidades que lleva dentro.

“Si han venido aquí es para ayudar a sus padres, para ellos que tú les metas en un piso y les des esto y lo otro es como que le estas frenando su vida”


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“YA NO ME PLANTEO VOLVER, ME HE HECHO UNA VIDA AQUÍ” DESSIREÉ LORENA PETIT ORTUÑEZ PATRICIA BURGO @patriciaburgo


PERFIL

“En el primer mundo tienes todos los medios a tu alcance�

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Dessireé Lorena Petit nos recibe en su consulta del área de Neumología del Hospital de Urduliz (Bizkaia) donde lleva un año ejerciendo como médico especialista. Esta venezolana de 32 años llegó hace siete a Madrid desde la localidad caribeña de Maracaibo para preparar el MIR. Eligió el Hospital de la Paz para realizar los 4 años de residencia, un periodo que recuerda con especial cariño, “recibí una formación excelente, en el primer mundo tienes los todos los medios a tu alcance. Además tuve la oportunidad de relacionarme con compañeros de todas las nacionalidades y de todas las partes de España”.

Su adaptación ha sido fácil, aquí ha conocido a su novio, un chico de Elorrio con el que espera poder hablar en euskera

Dessireé reconoce que es una emigrante privilegiada, “mis motivaciones para salir de mi país fueron profesionales, pero por el camino la situación allá se ha ido por el peor lado. Ahora no me planteo volver, además ya he me he hecho una vida aquí”. Se refiere a Euskadi, donde se trasladó hace un año para ejercer su profesión y donde se siente totalmente integrada. Profesionalmente está muy satisfecha y le cuesta recordar anécdotas negativas con los pacientes. “En Madrid los pacientes están acostumbrados a tratar con doctores de otros países. Solo

recuerdo un caso de uno que me dijo: Así está la Sanidad, que me va a ver alguien de fuera… Pero es algo súper puntual. Aquí en realidad te ven como algo exótico y te hacen preguntas por curiosidad, pero siempre con respeto”, cuenta sonriente.

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Cuando cuelga la bata, Dessireé también disfruta de su vida en Bilbao, donde reside y donde espera quedarse. “Aquí os quejáis de la lluvia, pero en Maracaibo nos quejamos del calor, 38º todo el año”, dice con algo de sarcasmo. Su adaptación ha sido fácil, aquí ha conocido a su novio,

un chico de Elorrio con el que espera poder hablar en euskera. “Estoy estudiando y ya he aprobado el A1, ahora por lo menos lo entiendo, que no es poco…” cuenta orgullosa.

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PERFIL

LAURINDO DOMINGOS COSTA

CÓMO SOBREVIVIR 31 AÑOS DE ILEGAL EN ESPAÑA SE AFIRMA UN HOMBRE CONSECUENTE, ALGUIEN QUE HA DEJADO ATRÁS UNA “MALA ÉPOCA” QUE AHORA SOLO LUCHA POR PODER TRABAJAR Y LLEVAR “UNA VIDA CORRIENTE” ALBA DÍAZ DE SARRALDE Hace 31 años que salió de Guinea-Bisáu. Viajó en el pesquero en el que trabajaba hasta Canarias y, después, a Huelva. Fueron allí a descargar la pesca, pero él decidió bajarse.Tenía ilusión y veinte años, había oído hablar de un nuevo mundo y quería estudiar. Después de unos meses en Madrid se fue a Portugal, donde vivía parte de su familia y se matriculó en la universidad. No llegó a empezar sus estudios porque vio más oportunidades en Madrid. Era la España de 1987, con los resquicios de la movida. Aquel movimiento envolvió a sus jóvenes con nueva música, estética, contracultura y libertad. A muchos también los hirió de vicio. “Empecé a llevar mala vida. Bueno, yo pensaba que era buena vida. Caí en un bucle, coqueteaba con drogas, lo que me supuso varias entradas en la cárcel” recuerda Laurindo con voz temblorosa y mirada perdida. “No traficaba para enriquecerme. Estaba

enganchado y dependía de eso”. Tras salir de prisión por primera vez no tenía permiso laboral. “Tienes vicios. Estás habituado a una vida y, cuando sales, tu situación te lleva a delinquir otra vez”. Cumplió dos condenas en cárceles de Madrid y Burgos y llegó a Bilbao en 1997. Salió por última vez en 2010, tras nueve años por diferentes penas acumuladas. Aquel año decidió no depender más. “Tomé la iniciativa de hacer una carrera y la saqué con nota”. Aunque no entró en el grado de Ingeniería Náutica, muestra orgulloso su título en Ciencias Políticas de la Universidad del País Vasco: “Me interesa la problemática que hay en África, tener instrumentos para mejorarla”. Se afirma un hombre consecuente, alguien que ha dejado atrás una “mala época” que ahora solo lucha por poder

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trabajar y llevar “una vida corriente”. Está a la espera de conseguir al fin el permiso laboral, porque mientras no tiene “ni ingreso alguno ni derecho a trabajar”. Sobrevive gracias a ayudas sociales: “No aspiro a eso. Sé que tengo armas para conseguir más y que esas oportunidades sean para quienes no tienen nada”. El año pasado se cancelaron sus antecedentes pero aún no le han concedido el permiso de trabajo. Aunque afirma que tiene numerosas ofertas, no puede dedi-

carse a sus salidas laborales y está a la espera de una oportunidad. “Se me ocurre un título” ríe, irónico: “Cómo sobrevivir 31 años de ilegal en España”. *Laurindo Domingos Costa tiene 51 años, nació en Guinea-Bisáu y se licenció en Ciencias Políticas por la Universidad del País Vasco, con un posgrado en Gestión de Cadena de Suministro tras varias condenas por tráfico de drogas

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El año pasado se cancelaron sus antecedentes pero aún no le han concedido el permiso de trabajo. Aunque afirma que tiene numerosas ofertas, no puede dedicarse a sus salidas laborales y está a la espera de una oportunidad

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OPINIÓN

MARTA MACHO Doctora en Matemáticas, profesora de la UPV/EHU. Dirige el blog “Mujeres con ciencia” @MartaMachoS

LA HISTORIA DE VALERIA

VIVIMOS UN MOMENTO ESPECIALMENTE PELIGROSO EN EL QUE SE MULTIPLICAN LOS MENSAJES XENÓFOBOS Y MISÓGINOS. ESTE MIEDO ATROZ POR PARTE DE ALGUNOS A PERDER SUS PRIVILEGIOS ESTÁ COMPLICANDO MUY ESPECIALMENTE LA VIDA DE LAS PERSONAS INMIGRANTES Y LA DE LAS MUJERES raban demasiado.Valeria y su marido vivían en una habitación, en una casa compartida, con sus pocos enseres almacenados bajo la cama. Ahorraban todo lo que podían para enviar el dinero a su familia. El marido de Valeria empezó a gastar dinero en bebida. Ese dinero que, en su mayoría, ganaba Valeria realizando un trabajo duro, poco valorado y mal remunerado. La situación no podía continuar de este modo. Así que decidieron que él regresaría a su país y ella se quedaría en España para mantener a su familia.Y así fue.

Valeria es nicaragüense, tiene 40 años. Abandonó su país y llegó a Europa hace quince años acompañada de su marido. En su ciudad no conseguían trabajo. Unos compatriotas habían viajado a España y se habían asentado en el País Vasco. No les iban mal las cosas. Al menos esas eran las noticias que llegaban a Valeria y a su familia desde Europa. Así que el matrimonio decidió probar suerte.

Valeria lleva diez años viviendo sola en Bilbao. Algún fin de semana, cuando pasea con sus amigas por la calle –también son nicaragüenses y también añoran a su gente y sus costumbres– tiene que soportar alguna grosería procedente de algún energúmeno que alude al color de su piel o a sus curvas.Y sigue trabajando, limpiando, acompañando y cuidando a personas ancianas. La mayor parte de sus ocupaciones son no declaradas; ella sabe que no le pagan siempre lo justo, pero no puede decir nada. Se ha mudado de casa, pero sigue viviendo en una habitación en la que guarda sus pocas pertenencias… y sus recuerdos. Sigue enviando dinero a su familia, pero tiene mucho cuidado de que su marido no sea el que lo recoja.

Valeria no pudo traer con ella a sus hijas. Dulce María, Claudia y Jessenia tuvieron que quedarse en su pueblo al cuidado de su abuela y sus tías. El sueño del matrimonio era ganar dinero suficiente, asentarse, legalizar su situación y con suerte traer a las niñas para crecer junto a ellos. Valeria empezó a trabajar enseguida. Conseguía trabajos en el sector de la limpieza y cuidando de personas enfermas y dependientes. Madrugaba, trasnochaba, dormía poco para no desaprovechar ninguna oportunidad de ganar dinero. Su marido conseguía algún trabajo esporádico en la construcción o descargando camiones, aunque esos empleos no le du-

Valeria ya no sueña con traer a su familia

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Oficina de empleo

a vivir con ella. Pero tampoco puede regresar a su tierra porque la vida de sus hijas depende de lo que ella gana. Cada tres años viaja a su país a visitar a su familia. Los billetes de avión son demasiado caros, no puede hacerlo con más frecuencia. Lamenta no haber podido celebrar con sus hijas tantos festejos familiares, tantos cumpleaños… y entretanto los años van pasando. Valeria viaja en este momento hacia Nicaragua. Le tocaba ese añorado viaje de reencuentros y emociones. No conoce a su nieto, al hijo de Dulce María, que tiene apenas un añito.Valeria no ha podido acompañar a su hija durante su embarazo. No ha podido conversar con ella en ese periodo tan especial. Solo conoce al pequeño Carlos Alberto a través de la pantalla de su teléfono móvil. Desde su asiento, en el avión que le lleva a Managua, repasa emocionada las fotos que ha ido recibiendo de parte de su familia du-

rante estos largos años… La historia de Valeria es una historia inventada, pero se ha nutrido de vivencias de varias personas, de historias contadas, compartidas, leídas o vividas. Muchas mujeres solas, como Valeria, trabajan lejos de sus hogares para mantener a sus familias. Muchas sobreviven con trabajos mal remunerados. Muchas de ellas han sufrido acoso, e incluso agresiones, sin posibilidad de denunciar por su situación laboral no siempre regular. Desamparo, desarraigo, explotación laboral, soledad, agresiones, racismo,… muchas de ellas habrán padecido muchas de estas situaciones, algunas de ellas debidas a su especial situación de vulnerabilidad. Por cierto, no olvidemos que todas y todos tenemos una estrecha relación con la migración. Quizás seamos descendientes de personas llegadas de otros lugares buscando una vida mejor o huyendo de

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OPINIÓN

Cursos de empleo

la persecución por motivos diversos. Quizás alguna de las personas más jóvenes que conocemos deba cambiar de residencia para encontrar trabajo. Quizás debamos desplazarnos para acompañar a un ser querido o escapar de una situación conflictiva. Comenzar una vida

la Migración. Un pacto que lleva por título Ofrecer lo que desearíamos recibir. El borrador de este pacto se presentó hace un año, el 18 de diciembre de 2018, coincidiendo precisamente con el Día Internacional de las Personas Migrantes. Desde entonces se ha trabajado intensamente para conseguir consensuar el texto final. Uno de los epígrafes de este pacto alude a las mujeres migrantes y, entre otros, anota:

La igualdad de género es un principio fundamental para nuestra convivencia, logrado con la lucha de millones de mujeres

La igualdad de género es un principio fundamental para nuestra convivencia, logrado con la lucha de millones de mujeres. Es un principio irrenunciable que debe garantizarse a toda la población femenina, independientemente del su país de origen.

nueva, en un lugar con una cultura diferente, con un idioma distinto, con costumbres extrañas, sin un entorno protector que nos ayude, no es fácil para nadie.Y muy especialmente, es difícil para las mujeres.

Vivimos un momento especialmente peligroso en el que se multiplican los mensajes xenófobos y misóginos. Este miedo atroz por parte de algunos a perder sus privilegios está complicando muy especialmente la vida de las personas inmigrantes y la de las mujeres.

El pasado 30 de noviembre, el lehendakari presentó el Pacto Social Vasco para

Las mujeres inmigrantes soportan situa-

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OPINIÓN

ciones doblemente complicadas. Son mucho más vulnerables que el resto de las mujeres y están más desvalidas que el resto de las personas migrantes. Pero su capacidad para salir adelante es grandiosa. Solo necesitan respeto, confianza y oportunidades para crecer. Recurro, para terminar, a una frase de la siempre inspiradora Rosa Luxemburgo. Las mujeres, y en particular las migrantes, necesitamos más que nunca luchar “por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y

Protesta de empleadas del hogar, en su mayoría inmigrantes


REPORTAJE

ÚLTIMOS RUMBOS DEL AITA MARI, EL ATUNERO RECONVERTIDO EN BUQUE DE RESCATE DE INMIGRANTES “CUANDO HABLAN DE QUE NO TENEMOS CONDICIONES DE SEGURIDAD PARA RESCATAR, YO RESPONDO QUE NO HAY OTRO BARCO CON MEJORES CONDICIONES”“ MAIALEN FERREIRA @maialenferreira

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ENTREVISTA REPORTAJE

El Gobierno español lleva un año poniendo trabas administrativas para evitar que el Aita Mari realice rescates, la misión para la que fue concebido. El último despacho, otorgado en octubre y al que ha tenido acceso eldiario.es, permitía al buque transportar ayuda humanitaria a las islas griegas, donde la situación de las personas migrantes y solicitantes de asilo se ha agravado en los últimos meses. Sin embargo, indicaba que “en ningún caso el barco podrá llevar a cabo otras navegaciones que tengan como propósito realizar operaciones de búsqueda y res-

cate u otras actividades que deriven con total probabilidad en tales operaciones”. A pesar de ello, el buque zarpó el pasado martes 12 de noviembre hacia el Mediterráneo central desafiando las prohibiciones del Gobierno que, como ya hizo en junio con el Open Arms, había impedido al buque realizar operaciones de búsqueda y rescate de migrantes bajo amenaza de multa de hasta 901.000 euros. Así, el Aita Mari, que se encontraba en la isla griega de Lesbos, donde había desem-

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REPORTAJE

barcado ayuda humanitaria, logró zarpar hacia la zona SAR maltesa para continuar realizando labores de salvamento “tanto de apoyo a otros barcos solidarios” como para “atender a cuanta embarcación a la deriva se encuentre”. El atunero convertido en buque de salvamento realizó el rescate de 79 personas que se encontraban a la deriva en una barca de goma en el Mediterráneo Central. Entre los migrantes había seis mujeres, una de ellas embaraza, y ocho menores de edad. Habían salido de Libia la noche anterior, el motor estaba roto y comenzaba a entrar agua. Tras varios días de espera, el Aita Mari pudo desembarcar el pasado 2 de noviembre en “puerto seguro”, el

puerto italiano de Pozzallo, en el sur de Sicilia. Un día con los marineros José María Zubia (1809-1866) fue un pescador vasco que se hizo famoso por la ayuda que prestaba de forma desinteresada a otros pescadores en situaciones difíciles durante las tormentas que sorprendían en la mar. Su lancha siempre estaba dispuesta para zapar en auxilio al extraviado y al náufrago. Sus heroicos rescates dieron nombre al atunero Aita Mari, de Getaria. A pesar de llevar su nombre, mucho dista el atunero de la txalupa que José María empleaba para rescatar a personas. Juan Rodríguez es el primer oficial del Aita Mari. Ha trabajado en el Mediterráneo durante más de un año frente a las costas de Libia y ha participado en dos rescates: uno abordo del Open Arms, de 575 personas y el segundo en el Dignity, de más de 900 náufragos. “Cuando hablan de que no tenemos condiciones de seguridad para rescatar, no hay otro barco que tenga mejores condiciones. Nos han hecho revisiones de todo y las hemos pasado. Tenemos balsas salvavidas, 500 chalecos, el propio barco

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REPORTAJE

con capacidad para 120 personas en condiciones de seguridad y una depuradora del agua que produce 3.000 litros de agua al día. Además de un hospital con equipo sanitario, cosa que Salvamento Marítimo no tiene”, explica Rodríguez, mostrando cada una de las instalaciones del barco. “Es algo mediático, nos paran por temas políticos. Las cifras que dan de muertos reales no son las que se dan. Porque se dan las listas de cadáveres que han aparecido, y desaparecidos hay un montón. Las cifras son irreales, habría que multiplicar el número de muertos por dos o por tres por lo menos”, detalla el primer oficial. Jon García Andonegi es el cocinero de la tripulación. No sabe de medicina ni de navegar, él ayuda con lo que puede, que es cocinar.Y no es poco. Eso sí, cuando hay un rescate, dice “todos vamos a ayudar a la gente”, ahí no importa quién se dedique a qué. “Es inhumana la situación que está atravesando toda esta gente. Gente que pensaba que había escapado de la guerra, de la miseria y hambre, y muchos se encuentran con un vacío legal que no les brinda ninguna ayuda. Es la respuesta de los gobiernos, de Europa en General”, señala Andonegi mientras hace café para los voluntarios y amigos que se han acercado a ver el barco, que aún no zarpa.

haciendo ahora, porque estamos dejando morir a la gente”, señala Amaia Iguaran, una de las voluntarias. “Es el único barco vasco que sale al Mediterráneo, eso te engancha.Yo empecé a colaborar con ellos, les dije que quería ir a una misión, estuve en Pasaia tres días de sukaldari. Me parece tan injusto en esta Europa, que un gobierno de izquier-

“Es inhumana la situación que está atravesando toda esta gente. Gente que pensaba que había escapado de la guerra, de la miseria y hambre” das español esté dejando morir a gente en el Mediterráneo. Eso te da más fuerza”, apunta Iguaran, quien es activista en la plataforma Ongi Etorri Errefuxatuak, además de cooperante y responsable de Educación y Género de la ONG Ayuda Mas.

Cuando realizan un rescate, por la mañana, a los rescatados les dan té caliente y arroz, “lo más sencillo de hacer”, dicen, pero la cuestión se complica cuando son 500 las bocas que alimentar. “Como pasó en la Segunda Guerra Mundial, que ahora recordamos el Holocausto, que vamos a Auswitch, que no tengamos que ir al Mediterráneo dentro de 30 años porque lo que se está I 34 I


PERFIL

GABRIEL JOSÉ LEÓN ROSA “Siempre hay alguien que te recuerda que no eres español”

“Cuando estás en España y toca renovar los papeles llegan las peripecias. Empiezas a darte cuenta que no eres uno más en el trato que recibes en los trámites de renovación. Ahí te enteras de que siendo extranjero las cosas no funcionan igual que con los ciudadanos nacionales”. EDUARDO AZUMENDI @eduad4

FOTO: SANTOS CIRILO

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AS Gabriel José León Rosas (Caracas, 1979)

“No es lo mismo venir a España a estudiar, como me ocurrió a mí, que a viajar para buscarte la vida de cualquier manera”. Gabriel José León Rosas (Caracas, 1979) tiene ahora 39 años y desde los 19 está afincado en España, cuando ingresó en la Escuela Superior de Música Reina Sofía, en Madrid para perfeccionar su formación musical como contrabajista. En la actualidad tiene la doble nacionalidad hispano-venezolana, está casado con una vasca, tiene una hija de tres años y es contrabajista en la Orquesta Sinfónica de Bilbao, en la que lleva desde 2003. Es decir, a los ojos de cualquiera se trata de una persona plenamente integrado en la sociedad española. Sin embargo, Gabriel

“No es lo mismo venir a España a estudiar, como me ocurrió a mí, que viajar para buscarte la vida de cualquier manera”

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PERFIL

asegura que “siempre hay alguien que te recuerda que no eres español”.

Sinfónica de Bilbao”. Este tipo de racismo también lo ha vivido en el supermercado – “he tenido que hacer la compra un par de veces con el guardia jurado detrás” – y en la música clásica. “En las orquestas hay jerarquías y

“Cuando estás en España y toca renovar los papeles llegan las peripecias. Empiezas a darte cuenta que no eres uno más en el trato que recibes en los trámites de renovación. Ahí te enteras de que siendo extranjero las cosas no funcionan igual que con los ciudadanos nacionales”.

“Cuando estás en España y toca renovar los papeles llegan las peripecias. Empiezas a darte cuenta que no eres uno más en el trato que recibes en los trámites de renovación. Ahí te enteras de que siendo extranjero las cosas no funcionan igual que con los ciudadanos nacionales”

Gabriel reconoce que ha tenido “suerte” al tener contrato y trabajo. En ese sentido, todo le ha venido rodado. “Sí, es verdad, pero la mirada recelosa sigue ahí. Hay muchos tabúes a la hora de hablar, pero es necesario dar la alerta. Mira te voy a contar una anécdota, que creo que es muy ilustrativa. Tengo un grupo de rock y después de un concierto cuando estaba metiendo los instrumentos en mi furgoneta me interceptan dos chavales y me dicen: ‘Dónde vas con eso? ¿Es tuyo?’ Les respondo que sí, que justo acabo de tocar. Entonces vieron que se acercaban mis compañeros de grupo con más instrumentos y se disculparon. Estoy acostumbrado. Se juzga demasiado fácil por el color de la piel o el acento”. En esta línea, también recuerda cuando vivía en un edificio en Bilbao ubicado en la zona ‘noble’ de la capital vizcaína. “Por mi forma de ser y mi posición económica no encajaba en el perfil de los vecinos de esa casa.Y me di cuenta cuando ningún vecino se montaba conmigo cuando coincidíamos para coger el ascensor. Siempre ponían alguna. Un día le pregunté al portero de la finca qué es lo que pasaba y me dijo que había recibido varias quejas por mi presencia en la casa, no entendían por qué vivía en ese edificio. El piso me lo alquilaron unos socios de la Orquesta

es un mundo muy competitivo. Hay directores que te pueden hacer la vida imposible por tu color, tu raza…incluso por la religión. Un director llegó a parar un ensayo para dirigirse a mí y decirme: ‘Esto no es un tango, es Mozart’. Solo lo hacía conmigo”. *Gabriel José León Rosas (Caracas, 1979) es contrabajista en la Orquesta Sinfónica de Bilba. En su tiempo libre recorre España con su grupo de rock ‘James Room & weird antiqua’

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ALEXANDRE MARIE SERGE ONDOA

“LA INTEGRACIÓN ES UN INTERCAMBIO; HAY QUE ESFORZARSE Y SUPERAR LA IGNORANCIA” PESE A QUE SUS OJOS A VECES CONTRADICEN A SU SONRISA Y DEJAN ENTREVER QUE LA VIDA NO ES FÁCIL, Y MENOS PARA UN INMIGRANTE, LO TIENE CLARO: “LA INTEGRACIÓN ES UN INTERCAMBIO; HAY QUE ESFORZARSE Y SUPERAR LA IGNORANCIA”. MIGUEL M. ARIZTEGI Alexandre Marie Serge Ondoa es el vivo ejemplo de que el efecto llamada no es tal, sino efecto expulsión más bien. Tiene 40 años y una vida de peripecias que le han llevado a escapar de su Camerún natal hacia Europa con un visado del Vaticano, a recalar en Pamplona sin saber una palabra de castellano ni tener permiso de trabajo, a rehacer su vida en la capital navarra y a volver -de visita- a África. Aunque esta vez no como refugiado político, sino como asesor de un programa de higiene hospitalaria, una formación que aprendió él mismo gracias a la Fundación Gaztelan, que gestiona la Obra Social de la Fundación La Caixa.

Mundo para apaciguar a jóvenes que buscan su camino en la vida-, Alexandre habla en primera persona de los males que asolan nuestro mundo: un sur empobrecido que padece sistemas políticos corruptos, un norte que se cierra en sí mismo y es incapaz de encontrar soluciones, migraciones masivas forzosas, ignorancia, miedo al diferente, populismos… Pese a que sus ojos a veces contradicen a su sonrisa y dejan entrever que la vida no es fácil, y menos para un inmigrante, lo tiene claro: “La integración es un intercambio; hay que esforzarse y superar la ignorancia”. Y la frase, como su vida, es de ida y vuelta: se dirige tanto a las acomodadas sociedades del norte como a los inmi-

Con una fuerza vital que contagia -no extraña que colabore con Médicos del

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grantes que “se limitan a relacionarse con sus compatriotas y no hacen por formar parte de su país de acogida”. Desde luego, no es su caso, sociólogo de formación, habla inglés y francés, y gracias a su más reciente formación en limpieza hospitalaria ha logrado un contrato en el Hospital San Juan de Dios de Pamplona. Pasear con él por el edificio implica una serie continua de interrupciones de sus

compañeros de trabajo: choques de manos, abrazos, bromas… para todo el mundo tiene una frase agradecida e inspiradora. Sin duda cae bien.Y aunque el proyecto de cooperación en la ciudad ghanesa de Koforidua le llevó el pasado octubre allí para hablar de cómo hay que gestionar la limpieza y los residuos en un centro hospitalario para evitar que se convierta en una trampa mortal, lo más importante fue otra cosa: “Creo que lo-

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gramos convencer a los trabajadores de limpieza de que su labor es tan importante como la de los médicos, que no son de menos categoría, que forman parte del hospital”. Su próximo reto será traer a su hija de 8 años y a su hijo de 5 con él.

Sociólogo de formación, habla inglés y francés, y gracias a su más reciente formación en limpieza hospitalaria ha logrado un contrato en el Hospital San Juan de Dios de Pamplona

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