Pensadores Griegos I - T. Gomperz

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El centro de gravedad de su influencia reside por cierto, conforme a su particularidad personal e individual, en la parte mencionada en primer término. Dentro de la escuela estoica, su influencia representa el polo opuesto a las tendencias radicales del cinismo. De su comprensión de la ley que rige todo lo que ocurre, se deriva el determinismo inexorablemente severo de esta secta, el que —como siempre— en todas las cabezas, excepto en las más claras, fue convirtiéndose en fatalismo. De ahí que propendiera a la resignación y casi al quietismo, como ya nos lo dicen los versos de Cleantes; de ahí 109 la sumisión voluntaria a las providencias del destino cuyos apóstoles han llegado a ser Epicteto y Marco Aurelio. También en Heráclito hemos encontrado los primeros indicios de la tendencia estoica de amoldarse a la creencia popular, a la que se da una nueva interpretación. Igualmente lícito es recordar a su discípulo en la época moderna, Hegel, con su "filosofía de la restauración", con su glorificación metafísica de lo tradicional en el Estado y la Iglesia, y con su sentencia tantas veces invocada: "Lo que es real, es racional, y lo que es racional es real" 87. Mas, por otra parte, también el radicalismo de los jóvenes hegelianos, como lo puede demostrar el ejemplo de Lassalle, se muestra estrechamente ligado a Heráclito. Por fin, el paralelo más contundente, el reflejo más exacto del efesio, producido en los últimos tiempos, se encuentra en el poderoso pensador revolucionario Proudhon, quien no sólo se asemeja a Heráclito como un huevo se parece a otro, en diversas y muy características doctrinas, sino que lo recuerda también muy vivamente en la disposición fundamental de su espíritu, como también en la forma paradójica de sus sentencias, consecuencia inmediata de aquella disposición 88. La solución de la contradicción es bastante fácil de hallar. La más íntima esencia del heraclitismo es comprensión de la multiplicidad de las cosas, amplitud del horizonte espiritual en oposición a toda clase de estrechez mental. La capacidad y el hábito de tan amplia visión panorámica tiene la pretensión, sin embargo, de reconciliarnos con las imperfecciones del curso del mundo no menos que con los rigores de la evolución histórica. Pues a menudo nos hace ver junto al mal el remedio, junto al veneno el antídoto; nos hace conocer muchas veces en el aparente antagonismo una profunda 1) Hegel. Cf. 328 y 334. 87

HAYM,

Hegel und seine Zeit, 357ss.; además,

HE-GEL,

Gesammelte Werke, XIII,

2) Proudhon. Sobre su parentesco espiritual con Heráclito, cf. nuestro estudio arriba citado, p. 1049-1055. 88


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