Revista Ejércitos - Nº 1

Page 70

Misión Española en Afganistán

dios, acostumbrarse a la torreta, el juego de sectores o el manejo de la Browning. No les han dejado prepararse pero aprenden rápido y en misión, cuando el pellejo depende de estar alerta, nadie hace las tonterías que muchas veces se cometen en maniobras. Badghis y San Gregorio se parecen, pero todos conocen la diferencia. En plena noche se desayuna –hay que ver la cara del cocinero, por obligarle a levantarse a esas horas- y se preparan con la máxima discreción posible los vehículos, el armamento y las pruebas de radio. Se enlaza con todos los demás y si todo es correcto, aun hay tiempo para terminar de ajustarse el equipo. Jefes de Escuadra y de pelotón se reúnen. El pelotón Husky, con King Kong al mando está dispuesto y como ellos, los demás.

La interminable hilera de VAMTAC, así como los escasos MLV –el grueso de IVECO Lince irá llegando después-, acompañados por varios KAMA3 de origen ruso, los VEMPAR y media docena de Ford Ranger del ANA se extiende por un valle de kilómetros. Un paisaje de interminables y uniformes colinas cubre 360º a nuestro alrededor. Tras esto, un precipicio insondable y los vehículos que pasan a escasísimos centímetros de una muerte segura. No se van a detener por ello –y menos viendo que los afganos pasan como si tal cosa con sus destartalados Toyota- y siguen adelante hasta alcanzar nuestro destino, un poblado en el que mientras la infantería da seguridad, otros se sacan fotos y entregan algo de material médico y de ayuda humanitaria. Los fusileros y los vehículos se

reparten por las diferentes cotas, tomando posiciones y solapando sectores de tiro. Los tiradores de élite –un eufemismo que intenta disimular que en España apenas hay gente con un nivel adecuado de instrucción para manejar los Accuraccy y los Barret se apostan en las alturas. Apenas hay contratiempos. Un vehículos ha encallado, pero el conductor logra sacarlo del atolladero tras alguna discrepancia con el Jefe de Sección, un teniente más pollo que el más nuevo de sus soldados, con el cerebro lavado por cinco años de academia y que sin embargo, a lo largo de la misión irá aprendiendo a dejar hacer y a mandar cuando ha de hacerlo. Todo se cuece en los pelotones y al final, estos quedan muy lejos de sus dominios, así que no le queda más remedio que delegar y con-

70 Ejércitos del Mundo


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.