DIXI (He dicho) XXXII

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VOLVER AL FUTURO

El cine, una encrucijada y el terror al caos

Revista DIXI (He dicho) / Número XXXII / Año X / Agosto 2011 / DistribuciÓn gratuita



VISITANOS EN>>> www.dixihedicho.com.ar SUMARIO

Compulsiones >>> Pag. 24

Laberintos >>> Pag. 8

TESIS >>> p.4 CALIGRAFÍAS >>> p.6 TENDENCIAS >>> p.16 DIXI EXHIBE >>> p.20

Individuales >>> Pag. 44

HIPÓTESIS>>>p.22 INTERVENCIONES >>> p.38 PROYECCIONES >>> p.40 POGOS >>> p.42

COORDINACIÓN: Laly Rosales EDICIÓN: Irene Bews DISEÑO GRÁFICO: Agencia Sintagma logo: Bruno Juliano COLABORADORES: Agustín Indri, Alejandro Nicolau, Ana Cristina Nores, Ana Vazquez Carranza, Bautista Eusebio, Bernabé Quiroga, Cecilia Gallardo, Daniel Dessein, Eulogia Tapia, Graciela Colombres Garmendia, Jorge Missart, Laura Rossi, Leo Miranda, Lucía Palenzuela, Máximo Olmos, Mercedes Colombres y Roberto Espinosa. DIXI es una publicación cultural de distribución gratuita. Año X, número XXXII. Agosto de 2011. Registro de la propiedad intelectual número 243.824. Hecho el depósito que marca la ley 11.723. DIXI es propiedad de Léxico (contenido creativo). Impresión Printer. Nuestro e mail es revistadixi@gmail.com / contenidocreativo@gmail.com Nuestro web site es: www.dixihedicho.com.ar Nuestro teléfono: + 54(9) 0381 155 776057. Tucumán-Argentina. Las opiniones son nuestras -o sea, de los colaboradores- y pueden ser reproducidas libremente citando la fuente.


TESIS / Meditación trascendental / (4)

El arca de Babel ----------------------

Algunos pertenecen al grupo que llamamos ario. Rubios, altos, de rasgos delicados ellas, de rasgos varoniles ellos. No importa si hace -20º, los arios usan elegantes sacos y mocasines, una mirada firme y una sonrisa limitada. Estos individuos vienen de lugares conocidos como “el primer mundo”; son occidentales por excelencia y definición; son civilizados, y usan botones y tarjetas para casi todo. Otros provienen de oriente y se cuentan por millones de millones. Tienen los ojos más chiquitos del mundo mundial, la piel clara y el pelo oscuro. Estos se destacan por sonreír casi permanentemente, preguntar “whele ale you flom?” y usar las mejores zapatillas del mercado. Además, comen con palitos. Finalmente -y recortando al máximo la lista-, venimos nosotros, que también somos occidentales aunque del tercer tipo. Creo que en el segundo lugar rankean los extraterrestres -ET, Alf, depredador, etcétera-. Yo era argentina hasta hace poco, ahora soy latinoamericana. Venimos del sur y por estos bosques nórdicos se nos puede reconocer fácilmente: vestimos como si estuviéramos en el Ártico y somos los ebrios más civilizados de la tripulación. Los que navegamos por estas aguas heladas, también conocidos como “international students”, nos juntamos por una mezcla de distintos motivos, entre los que se destacan la búsqueda de nuevas experiencias, el hambre de conocimiento, un antojo de nociva diversión o el apetito por devorar un planeta que no nos termina de llenar. Por lo que sea, estamos acá, en el mismo barco, pasajeros en tránsito hacia… ¿dónde era que íbamos?(dx)

Venimos del sur y por estos bosques nórdicos se nos puede reconocer fácilmente: vestimos como si estuviéramos en el Ártico y somos los ebrios más civilizados de la tripulación.

*La autora estudia la licenciatura en Ciencias de la Comunicación y colabora en DIXI (He dicho) desde el número XX.

Por Graciela Colombres Garmendia, desde Gotemburgo (Suecia)


TESIS / Latinajo

“Suspice, etiam si decidunt, magna” “Admira, incluso si caen, a los que emprenden grandes iniciativas” (Séneca)

TESIS / Epígrafe “Soy el grito, la rabia que recorre la sala rompiedo silencios en la ciudad que oculta todo. Un golpe seco sabe a desahogo. No hay más llanto; es ahora el momento de actuar”. Texto y foto: Agustín Indri

TESIS / Singular Un candidato puede ser competitivo, débil, de peso, electo, elegible, favorito, firme, flamante, ganador, independiente, natural, oficial, oficialista, perdedor, posible, presidencial, principal, prometedor, seguro, serio, triunfante y victorioso. Un candidato puede ser derrotado, descartado, designado, elegido, impugnado, proclamado, propuesto, seleccionado. Un candidato gana si es votado. (Redes, Diccionario combinatorio del español, Ediciones SM, 2005, página 430)


CALIGRAFÍAS / (6)

Poesía, pasión y aversión ---------------------Ardua tarea hablar de poesía. Ardua, porque, al mencionarla en la primera frase, corro el riesgo de perder alguna mirada que, quizás casualmente, se ha posado sobre este texto. La poesía, como género (sin importar quién la escriba, dónde la encontremos), parece provocar un fenómeno que nunca deja de sorprenderme: así como puede hacer que mucha gente permanezca debajo de la lluvia simplemente para escucharla (como sucedió, de hecho, el año pasado durante la primera jornada del Festival de Poesía celebrado en la ciudad de Rosario), genera, como contrapartida, rechazos absolutos. Lectores frecuentes, asiduos, capaces de sumergirse en las 800 páginas de una novela, sienten que hay allí, encerrado en un puñado de versos, algo que no es para ellos. De este modo, la poesía se ha ido transformando en una suerte de guetto, o en una “fiesta” reservada a unos pocos que, con invitación o sin ella, se atreven a leerla. Y a escribirla. Desmalezando (un poco) el terreno La poesía es la primera manifestación literaria de todos los pueblos que han vivido sobre la tierra. En tanto la oralidad es lo “natural” en las lenguas, los versos se presentaban más dúctiles como material para ser recordado. La aparición de este maravilloso artificio que conocemos como ‘escritura’ nos ha permitido otras creaciones, puesto que ya no era necesario conservarlas en la memoria: verba volant, scripta manent (las palabras vuelan, la escritu

Lectores frecuentes, asiduos, capaces de sumergirse en las 800 páginas de una novela, sienten que hay allí, encerrado en un puñado de versos, algo que no es para ellos.

*La autora es licenciada en Letras, docente, escritora. Administra las bitácoras mittendrinnen-entremedio.blogspot.com y lapatriagramatical.blogspot.com , y contribuye en el blog colectivo nuestracovacha.blogspot.com Colabora en DIXI (He dicho) desde el número XXIX.

Por Laura Rossi, desde Rosario (Santa Fe)


ra permanece).. La poesía sobrevivió, de todos modos, al uso de esa “nueva tecnología” pero se produjo, en algún punto indeterminado de la historia, una ruptura. En algún momento, eso que interpelaba a tantas personas, dejó de hacerlo. La pregunta que estoy evitando hacer –porque temo no tener la respuesta, acaso- es por qué: por qué un género que apela a lo más primitivo en nosotros hoy es, para muchísima gente, un territorio (auto) vedado. Sin embargo, el asunto da una vuelta más sobre sí mismo: así como muchas personas declaran que ‘no les gusta la poesía’ o ‘que la poesía no es para ellos’, otros afirman adorarla y citan los versitos que vienen en los chocolates, o las frases desgastadas de las tarjetas prefabricadas de felicitaciones, como prueba de ello. Pocos géneros han sido tan mancillados, en este sentido, como la poesía. Muchos creen, incluso, que escriben poesía porque expresan sus sentimientos por escrito, cortando las oraciones por la mitad. Aunque no podamos definirla, muchos intuimos o sabemos que la poesía debe necesariamente ser algo más que eso, porque si todo fuera poesía, en definitiva, nada lo sería. Renovar la mirada El discurso escolar no ha contribuido a mejorar las cosas. En la escuela nos dan una definición de poesía y nos obligan a contar sílabas como si allí estuviera la clave del género. Para muchos, la poesía es eso: una suerte de tortura matemática incluida en las clases de literatura. Si a esto le sumamos la proliferación de pseudo-poetas modernosos que reniegan del pasado como niñitos caprichosos, mientras leen sus “poemas” compuestos por sonidos guturales sin sentido (y ojo, que si no les encontrás el sentido es tu culpa, porque no entendés el arte) y la intención deliberada de unos pocos de mantener viva la lógica del guetto, parecería lógico que los lectores “comunes” huyan despavoridos ante la sola mención de la palabra ‘poesía’. Borges decía que los libros son solamente ocasiones para la poesía. La poesía puede estar en los más diversos lugares y siempre tendrá algo para decirnos. No dejemos que la lógica del guetto nos amedrente: la poesía puede ser para todos, sólo hay que atreverse a mirar el mundo con nuevos ojos.(dx)


LABERINTOS / (8)

Un refugio para la lírica ---------------------Por Ana Cristina Nores-texto y fotos-, desde Valparaíso (Chile)

Pablo Neruda Fragmento de “A la Sebastiana” poema incluido en “Plenos Poderes”

Un día de 1959, Sara Vial y Marie Martner recibieron un pedido muy especial. “Siento el cansancio de Santiago. Quiero hallar en Valparaíso una casita para vivir y escribir tranquilo. Tiene que poseer algunas condiciones. No puede estar ni muy arriba ni muy abajo. Debe ser solitaria, pero no en exceso. Vecinos, ojalá invisibles. No deben verse ni escucharse. Original, pero no incómoda. Muy alada, pero firme. Ni muy grande ni muy chica. Lejos de todo pero cerca de la movilización. Independiente, pero con comercio cerca. Además, tiene que ser muy barata. ¿Crees que pueda encontrar una casa así en Valparaíso?”. Las dos mujeres aceptaron el desafío apenas terminaron de leer la carta y en seguida se lanzaron a la búsqueda de un apacible refugio donde Pablo Neruda, el gran poeta chileno, pudiese escribir algunos de sus más célebres versos.

No puede estar ni muy arriba ni muy abajo. Debe ser solitaria, pero no en exceso. Vecinos, ojalá invisibles. No deben verse ni escucharse.

*La autora estudia Ciencias de la Comunicación y colabora en DIXI (He dicho) desde el número XXVIII.

“Ya no pensemos más: ésta es la casa, ya todo lo que falta será azul, lo que ya necesita es florecer, Y eso es trabajo de la primavera”


El hallazgo Tenacidad y destino en iguales proporciones hicieron que Sara y Marie encontraran lo que su amigo buscaba. Era una obra a medio terminar en el Cerro Florida que, reformas de por medio, podría ajustarse a las expectativas del autor de “Canto General”. Su dueño original, el español Sebastián Collado, había soñado un hogar con muchas escaleras y una enorme pajarera en el último piso. Sin embargo, su muerte en 1949 truncó el proyecto, que quedó abandonado por largo tiempo. Años más tarde, Don Pablo –como lo llaman hasta el día de hoy los vecinos de Valparaíso- sucumbió ante el encanto que envolvía a la vivienda y decidió comprarla a medias con Marie y su marido, el doctor Francisco Velasco. El matrimonio tomó posesión del subterráneo, el patio y los dos primeros pisos. Neruda, por su parte, eligió los pisos tercero, cuarto y la torre por un motivo muy simple: desde allí, podría observar a “la novia del oceáno”, a la “reina de todas las costas del mundo” y descubrir sus secretos.

Neruda, por su parte, eligió los pisos tercero, cuarto y la torre por un motivo muy simple: desde allí, podría observar a la novia del oceáno .

La inauguración El poeta, especialista en poner nombre a las cosas, no vaciló. La casa llevaría el nombre de “La Sebastiana”, en honor a su primer propietario y constructor. Entusiasmado con la compra, se embarcó en la tarea de impregnar cada pared y cada rincón con su excéntrica personalidad, de la misma manera que lo había hecho con su casa de Santiago –“La Chascona”- y de Isla Negra, la casa-barco donde actualmente descansan sus restos y los de Matilde Urrutia, la mujer que lo acompañó hasta sus últimos días. El 18 de septiembre de 1961 todo estaba listo para recibir a los amigos que habían contribuido de una u otra manera a transformar esa obra gruesa y abandonada en el nuevo hogar de Pablo y su esposa. Cada uno de ellos fue incluido en una “lista por méritos inolvidables”, privilegiados testigos de la primera vez que Neruda recitó “A la Sebastiana”, poema de indudable belleza que escribió para homenajear a su nueva morada. >>>


LABERINTOS / (10) Whitman, un padre Medio siglo después de su inauguración, decenas de turistas de distintas nacionalidades caminan por los estrechos pasillos de la casa haciendo crujir la madera añeja del piso. Suben y bajan escaleras al tiempo que destacan, en diferentes idiomas, algunos de los cientos de detalles que el poeta pensó para sorprender a sus huéspedes. Algunos reparan en el caballito de carrousel que preside el living; otros, en la estufa diseñada por el propio dueño de casa. La mayoría se detiene por unos minutos alrededor de la mesa en donde se exhiben las copas de colores (Neruda decía que hasta el agua sabía bien envuelta en verde o rojo) y la vajilla de porcelana inglesa con que el anfitrión recibía a sus amigos. El sillón “la nube” es una de las grandes atracciones: aún conserva las manchas de tinta verde con que el Premio Nobel escribía teniendo como inspiración el mar adorado y el espíritu bohemio de Valparaíso. En el piso más alto, donde pasaba mucho tiempo trabajando, una pared capta la atención por llevar impresa una imagen de Walt Whitman. Cuentan que cuando la casa aún estaba en obras, uno de los hombres que trabajaba en la remodelación preguntó al escritor si se trataba de su padre. “Sí, en la poesía”, respondió Neruda.

Cada uno de ellos fue incluido en una lista por méritos inolvidables , privilegiados testigos de la primera vez que Neruda recitó A la Sebastiana , poema de indudable belleza que escribió para homenajear a su nueva morada.

Golpe, saqueo y después… Don Pablo murió en septiembre de 1973, pocos días después del golpe de Estado que destituyó a Salvador Allende de la presidencia de Chile. Tras la llegada de los militares al poder, “La Sebastiana” fue saqueada en señal de repudio a la militancia comunista identificada con su dueño. Recién en 1991, luego de la recuperación democrática, fue restaurada y se transformó en casa-museo. Más tarde, la residencia fue ampliada con una plaza y un centro cultural donde se dictan clases de literatura y “vitreaux”, entre otras artes. “Podrán cortar todas las flores, pero no detendrán la primavera”, dijo alguna vez el protagonista de esta historia. Cuando la visita termina y es hora de dejar el corazón en las empinadas calles de Valparaíso, resulta inevitable pensar en esta admonición y en cuánta razón tenía su creador.(dx)



LABERINTOS / (12)

Imitación de Italo Calvino ----------------------

Por Máximo Olmos (texto) y LucÍa Palenzuela (fotos), desde SM de Tucumán

En Alexia, ciudad de pozos surgentes, las curiosidades se multiplican en las fuentes con tanta diversidad como tonos da la luna en un giro. Allí deambulan los transeúntes ávidos de sentir el sabor de las primicias del frutillar, el canto rebelde de la serpiente emplumada, el sonido callado en la oquedad de sus pozos, el aire fértil que queda, cuando dos se besan, después de beber la naranja del alba.

*El autor es editor y colabora en DIXI (He dicho) desde este número.

A Li “Aunque me ruegue suplicante, mi señorial Kublai, no puedo decirle cómo es el teatro que flota en el aire de aquella mujer. Quizás su signo sea el girar y por eso los bucles morados que se retuercen hacia el pecho. O quizás el signo de su teatro sea como el cuarzo: con una cara para cada luz que lo descubre. Pero aunque sean secas nuestras palabras o sea incierto nuestro signo, cabe entre su pausado y canturreado hablar, unas pistas, leves, como el sueño de ballena que retorna, y que nos canta semi dormida de sus profundidades”.


Todas las subterrรกneas napas, en la ciudad surgente, llevan el mismo deseo: dar tras las puertas, en el teatro de lo casero, un sorbo de curiosidad intensa del agua esta que despierta nuestros sentidos. Por eso cuando en Alexia alguien junta los cรกntaros de las manos y bebe, se le despiertan las ganas de alcanzar los arbustos comestibles y desprenderle sus jugos o salir a cazar, con celo predador, esas imรกgenes ondulantes que da el paisaje cuando alguna mujer riega enredando aguas con hojas. Todo el despertar de los sentidos comienza en Alexia a partir de la sed por beber. Nos prestamos con sentimiento a nuestras aguas y se multiplican en los rostros el estremecimiento que da esta naturaleza al ser. Entonces, cabe preguntarnos -mi estimado Gran Jan-, por ese callado temor que infunde en todos el quedarse sin agua. El sibarita, el farabute y el desmedrado han contado, ya lejos de la ciudad, que los enloqueciรณ beber demasiado, que el agua aquella es temeraria tanto en su escasez como en su abundancia. (dx)

Todas las subterrรกneas napas, en la ciudad surgente, llevan el mismo deseo: dar tras las puertas, en el teatro de lo casero, un sorbo de curiosidad intensa del agua esta que despierta nuestros sentidos.


LABERINTOS / (14)

(Anti)belicismo urbano ---------------------Salgo de trabajar a las seis de la tarde después de nueve horas de encierro en la oficina. Camino por una peatonal céntrica; como la mayoría de los días de invierno en Tucumán, la amplitud térmica torna incómodo el abrigo de la mañana. Ya ni recuerdo cuándo fue la última vez que llovió: la nube de polvo y hollín generada por la quema de cañaverales se ve y se respira. Mejor dicho, no deja ver ni respirar. Pero la contaminación no es sólo ambiental. En las calles atestadas de la ciudad, las campañas publicitarias de los políticos producen una agresiva contaminación visual y auditiva. Mientras camino me siento observada por esas miradas que no son nada amigables; por más que el fotógrafo haya hecho el esfuerzo de crear una imagen positiva, hay cosas que no se pueden disimular. Los jingles, los megáfonos y el enorme ómnibus oficialista que recorre la ciudad congestionan todavía más el tránsito y el ambiente público.

Y estos de la campaña se sumaron a los que componen una postal rutinaria: la señora que vende “jamble a dos peso”, los vendedores ambulantes que juegan a tirarse una pelotita a pasitos del campo minado por la “alfombra” de DVD piratas. El chico que reparte los volantes de la vidente “Doña Estrella”, el joven de traje que quiere venderme un perfume y que, por culpa de esos mitos urbanos que tanto respeto, no quiero que se me acerque. ¿Burundanga? Todos tienen derechos a vender, a trabajar, a postularse a lo que quieran, pero ¿yo? ¿Y mi derecho a caminar por la ciudad sin que nadie me grite al oído “vote a fulano o mengano” o me llenen de panfletos que recibo sólo por cortesía y para evitar que ensucien aún más la vereda? Ganas En menos de cinco cuadras siento que mis sentidos están agobiados por tanta información. Llego a la Plaza Independencia y la angustia

*La autora coordina DIXI (He dicho) desde el número XXXI.

Por Laly Rosales (texto) y Leo Miranda (dibujo), desde San Miguel de Tucumán


empeora por las carpas, las protestas, los turistas que se sacan una foto con el maniquí de los autoconvocados y otra con el fondo de la Casa de Gobierno. Hago unos pasos más y escucho a un adolescente decir “pero mirá, son frases de Alberdi”. Y ahí me detengo un rato y me alegra encontrar sus pensamientos exhibidos en paneles. Memorizo un fragmento que me emociona: “La razón por la cual sólo son libres los humildes es que la humildad, como la libertad, es el respeto del hombre al hombre; es la libertad del uno que se inclina respetuosa ante la libertad de su semejante; es la libertad de cada uno erigida en majestad ante la libertad del otro”. Cruzo la calle y llego a mi destino final del día, el Centro Cultural Rougés, la inauguración de la muestra de tres artistas tucumanos. Niños, adolescentes, adultos... todos admiramos las obras. Esa situación me calma. Colores armoniosos, pinturas, relieves. La charla con amigos en compañía de una copa de Malbec. Vuelvo a casa con ganas de leer más sobre Alberdi, de escribir, de pintar y de votar para que cambie lo que no me gusta de mi realidad.(dx)


TENDENCIAS / (16)

A las escondidas en la red ---------------------UNO Probablemente sea como dice Mafalda: el patriotismo tiene mucho de comodidad. Amamos porque ya estamos aquí. Y aunque profesemos mucho o poco amor al suelo que nos sostiene, casi todos coincidimos en la importancia de estimular la actividad turística. De hecho, muchos se lamentan de que Tucumán haya perdido el rol de “escalón de entrada” al Norte. Quizá la preocupación sea honesta, pero ¿hacemos algo al respecto? Se pueden poner en práctica diferentes estrategias para seducir al turista. Ni siquiera hace falta demasiada inversión: una buena idea basta para generar tendencia en la red. DOS Aquí se cuela otra pregunta que a veces nos hacemos con mis amigos: ¿por qué no nos llega la información sobre un evento que nos interesa, si somos el público objetivo? Y -más o menos- nosotros sabemos a dÓnde buscar. Imaginen entonces lo que debe pasar un turista que posiblemente desconozca los nombres de lugares y teatros, su importancia cultural y el estilo de sus espectáculos. Se hace camino al andar, pero hace falta un poco de señalización. TRES Algunos ejemplos son más que ilustrativos. El teatro San Martín, uno de los más importantes del Norte, no tiene presencia en Internet. El Centro Cultural Virla -epicentro de muestras, obras, recitales- y el teatro Alberdi comparten la misma indigencia digital. Ambas instituciones tienen

*La autora es licenciada en Ciencias de la Comunicación, escribe en el blog Cierta esquina y colabora en DIXI (He dicho) desde el número XXX

Por Ana Vazquez Carranza, desde SM de Tucumán


páginas propias (www.seunt.com.ar/cc_virla.php y www.seunt.com.ar/teatroalberdi) desde hace relativamente poco tiempo (antes dependían del megasitio de la Universidad Nacional de Tucumán -www.unt.edu.ar-) y su contenido no se destaca por la actualización. Tanto el Centro Cultural como el Alberdi prefieren difundir su agenda a través de cuentas en Facebook. Si bien las redes sociales son de gran utilidad para la comunidad de referencia de estos espacios, con seguridad no sirven para comunicar actividades a los turistas. Por su parte, el Ente de Turismo sí tiene un desarrollo web importante (www. tucumanturismo.gov.ar), aunque es más fácil acceder al contenido desde el buscador Google que a partir de las referencias de la propia página. Este portal -muy ameno, dicho sea de paso- dispone de información variada y provechosa para las visistas (desde leyendas de la región hasta recorridos turísticos y noticias vinculadas con el sector); sin embargo, la actualidad más inmediata, los eventos del “finde a finde”, no tienen cabida en este espacio. CUATRO Los museos tucumanos ofrecen otras propuestas, quizá porque manejan plazos menos apremiantes. El Miguel Lillo, relanzado como MUL, renueva su presencia en la red: un sitio interactivo (www.lillo.org.ar) complementado con cuentas de Facebook y Twitter, donde regularmente se publican videos de visitas guiadas y datos curiosos sobre las colecciones que están en exposición. Muy lejos del MUL, el Museo Provincial de Bellas Artes Timoteo Navarro -cumplirá 100 años en 2016- y el Museo de la Universidad Nacional de Tucumán (MUNT) ni siquiera tienen página propia, déficit que, como en los demás casos, intenta suplir con actividad en las redes sociales. >>>

Imaginen entonces lo que debe pasar un turista que posiblemente desconozca los nombres de lugares y teatros, su importancia cultural y el estilo de sus espectáculos.


TENDENCIAS / (18) CINCO Tal vez sea una deformación profesional o la era digital que nos va malcriando hasta el punto de exigir que la comunicación sea breve y efectiva, simple a primera vista y ordenada por un diseño atractivo. Si fuera de visita a Tucumán, qué alivio sería encontrar una guía actualizada que me informe sobre eventos e intervenciones artísticas, lugares ubicados en un mapa, valor de la entrada... Tucumán se oculta bajo la parra de la Casa Histórica, detrás de las esculturas de Lola Mora, entre los árboles que bordean sus caminos. Nos estamos perdiendo la posibilidad de entrar a dÓnde nos puedan ver. Donde otros pueden empezar a querernos y apoyarnos. SEIS. SIET-OCH-NUEVEDIEZ ¿Por qué nos escondemos? ¿Será que somos celosos de nuestra cultura? O, por el contrario, ¿pensamos que no hay nada para mostrar? ¿Quizá simplemente no nos interesa? En todo caso, el misterio no es una buena estrategia turística. El que se escondió se embroma.(dx)



DIXI EXHIBE / (20)

“Perro verde”, de Jorge Missart (2009 / Acrílico sobre tela)



HIPÓTESIS / (22)

Cuatro simples ciclos ---------------------Por Alejandro Nicolau, desde SM de Tucumán

La otra vez, mientras buscaba los frutos de la casa de mi madre, apareció en el televisor el solemne fútbol inglés, un fútbol sin goles: aburrido, aburrido,aburrido.

SI ESTÁS EN LLAMA, LLAMA, porque a mí se me ha pegado un viento en el flequillo que le ha dado forma de bucle y, al final de este, un aire pop hermoso, y camino lentamente en la dirección correcta, porque todas las elecciones son correctas. Por ejemplo: estar en vos es correcto, no estar en vos es correcto. SI ESTÁS EN VIENTO, VIENTO. Gracias a este ejercicio se mantiene hermoso el hermoso bucle pop: salir al balcón y gritar tres veces el nombre Esteban (“Esteban, Esteban, Esteban”). El viento corre porque se llama Esteban, el viento corre y recorre, realiza los quiquirimichis conocidos y sigue a las voces que lo llaman, pero, antes de eso, ha pasado lo del flequillo en tu flequillo. SI ESTÁS EN AGUA NO SEAS EGOCÉNTRICO. Ponte a nadar sin pensar que te están viendo, la conciencia con la conciencia del agua, la sed saciada y salivada. A veces pienso que el agua en toda su dimensión es el ser vivo más grande de la tierra y que todos los demás seres van al antiguo dios líquido.

*El autor es dibujante y narrador, y colabora en DIXI (He dicho) desde el número XXX.

Entonces:


SI ESTÁS EN LA TIERRA, ESTÁS EN LA TIERRA. Recién ahorita, a partir de los 30, se ve la cosa en el horizonte como un último aviso que te reclama por última vez. La cosa se llama presente del ser, futuro del ser, deseo del pasado; la cosa se mueve a través de toda la tierra y se aparece en sueños en miles de formas distintas. La cosa te pide, te convoca, te castiga. Hay un bosque que nadie conoce pero, sin embargo, vive adentro de cada cabeza. El mío es frondoso, verde y tropical; me llama, lo veo y lo trato de entender. Me llama una llama. (dx)

El viento corre porque se llama Esteban, el viento corre y recorre, realiza los quiquirimichis conocidos y sigue a las voces que lo llaman, pero, antes de eso, ha pasado lo del flequillo en tu flequillo.


COMPULSIONES / (24)

FotografĂ?as de Cecilia Gallardo



COMPULSIONES / (26) “Un rechazo no es el final del mundo”. Jennifer consuela a un Marty McFly que mira al futuro con desesperanza aquel 25 de octubre de 1985. “¿Podré alguna vez triunfar como músico”?, se pregunta el muchacho. En la calle, en ese mismo instante, alguien vocea la siguiente consigna: “¡Salvemos la torre del reloj! El alcalde Wilson quiere modificarla. Treinta años atrás, un relámpago impactó en las manecillas y la máquina está detenida desde entonces. En la Sociedad de Preservación de Hill Valley creemos que el reloj debe ser conservado exactamente como está para honrar la memoria de nuestra ciudad”. *** “¿Cómo voy a conocer a alguien si no salgo a buscarlo?”, pregunta Linda a Lorraine. La mujer tiene preparada una respuesta letal: “eso simplemente pasará, tal y como yo conocí a tu padre”. La adolescente Linda relativiza la apreciación: “eso fue muy estúpido, el abuelo lo chocó con el auto...”. Lorraine replica: “aquel accidente debía suceder. Si mi padre no lo hubiese atropellado, ni vos ni Marty habrían nacido”. *** “Digamos que quieres ver la firma de la declaración de la Independencia o presenciar el nacimiento de Cristo. O remontarte a un día histórico para la ciencia: el 5 de noviembre de 1955”, propone el doctor Emmett Brown (“Doc”) a Marty McFly. “¿Qué?”, interroga su interlocutor. El científico contesta: “ese día inventé la máquina del tiempo. Lo recuerdo claramente. Yo estaba parado en el filo de la bañera sosteniendo un reloj. Todo estaba húmedo, resbalé y me golpeé la cabeza con el borde de la tina. Cuando desperté, tuve una revelación, una imagen en mi cabeza de este mecanismo que hace posible viajar en el tiempo: el condensador de flujo o flux capacitor”. *** “Todo es un sueño. Sólo un sueño muy intenso”, repite Marty McFly. Como telón de fondo, el megáfono suelta a los alaridos una propaganda política: “recuerden, ciudadanos, el futuro está en sus manos. Si usted cree en el progreso, reelija al alcalde Red Thomas...”. *** “Entonces, estabas en el baño con un reloj en la mano y te caíste...”, recapitula McFly. Pero a Doc le preocupa el viaje de vuelta al futuro: “esta es la solución para que la máquina vuelva a funcionar: un relámpago detendrá el reloj de la torre precisamente el próximo sábado a las 22.04. Tenemos que atrapar ese relámpago y desviarlo hacia el flux capacitor... El próximo sábado por la noche, regresaremos al futuro”. El plan le parece bien a Marty, que afirma: “entonces pasaré una semana en 1955...”. El Doc lo mira asustado: “no debes ver ni hablar con nadie. Cada cosa que hagas tendrá serias implicancias en eventos futuros. ¿Entiendes?”.


Todo lo que el cine puede llegar a ser ---------------------El cine puede ser muchas cosas: arma de guerra y de protesta, instrumento de crítica social o metáfora política. Por sobre todas las cosas, el cine es una máquina del tiempo capaz de trasladarnos a cualquier año y lugar: desde los comienzos de la humanidad hasta el final del futuro. El séptimo arte viaja de época en época con una energía inagotable. Y todo eso a cambio de actos mínimos como prender el televisor, comprar una entrada de cine, caminar al videoclub o hacer un clic (ilegal) en “descargar”. Los avances tecnológicos y el incremento de los medios de distribución han ampliado el acceso al cine. Todo está al alcance de la mano: el regreso a la niñez, las costumbres de la sociedad estadounidense de la década de 1920, la situación social de la Italia de posguerra… Una película puede devolver un tiempo perdido u olvidado, y recuperar una historia, una canción, un personaje, una frase o una escena esencial mientras relata el ayer, el hoy y el mañana. Todo eso ocurre en “Volver al futuro” (Back to the Future, 1985), entrañable pieza cinematográfica dirigida por Robert Zemeckis. Una película que se propone explícitamente viajar en el tiempo y que, con ese propósito, pasó a la historia, desde donde regresa insistentemente gracias a la memoria… ¡y a los reestrenos! La obra de Zemeckis renació en octubre de 2010 para beneplácito del público de todo el mundo. Sir Chandler, cinéfilo a morir y creador de la web “Cines Argentinos” (www.cinesargentinos.com.ar), movió algunos hilos y reservó un lugarcito en la máquina del tiempo para los fans del país. En virtud de su intervención, la película llegó el 14 de enero de 2011 a algunas provincias. Una hermosa casualidad -o el destino- me permitió asistir al acontecimiento en Rosario (Santa Fe). Desde luego no iba a perder la oportunidad de ver una película cuyo estreno original tuvo lugar cinco años antes de mi nacimiento.

*Estudia Cine, administra el blog cinerd.blogspot.com y colabora en DIXI (He dicho) desde el número XXXI.

Por Bernabé Quiroga, desde SM de Tucumán


COMPULSIONES / (28) Esto fue lo que pasó: 22:10 Llegada al cine. 22:17 Entrada en mano -y $26 menos en la billetera-. 22:27 Ubicación en la butaca. 22:32 La sala está llena de gente que, irónicamente, ya ha visto la película. 22:35 Se apagan las luces, silencio total. Retrocedemos tres décadas al ritmo de “It’s the power of love”. Cuando aparece el DeLorean (mágico momento que algunos espectadores se tomaron la molestia de inmortalizar con una cámara de fotos) viajamos a los años 50 entre risas, aplausos y festejos. La máquina del tiempo cinematográfica nos devolvía todo...¡Y en una versión digital de excelente calidad! Una inigualable historia sobre la superación de los miedos camuflada con inolvidables referencias a la cultura pop (Calvin Klein, Chuck Berry, Pepsi, Darth Vader, Van Halen, el planeta Vulcano). Una canción: Michael J. Fox rompiéndola con la interpretación de “Johnny, Be Good”. Personajes que dejaron una huella en el cine (George, el Doc Brown, Marty y su mamá que tiraba onda), frases que nos inflan el pecho cada vez que las escuchamos (“¿Caminos? A donde vamos no necesitamos caminos”) y escenas que nos llenan el corazón de recuerdos. Termina la función y el reloj vuelve a marcar el ritmo al presente. La realidad impone obligaciones y rutinas, y arrincona la imaginación. La ley aprieta pero no ahoga. La máquina del tiempo no se rompe ni se apaga. Siempre tendremos el cine. (dx)

Personajes que dejaron una huella en el cine (George, el Doc Brown, Marty y su mamá que tiraba onda), frases que nos inflan el pecho cada vez que las escuchamos (“¿Caminos? A donde vamos no necesitamos caminos”) y escenas que nos llenan el corazón de recuerdos.


Termina la funci贸n y el reloj vuelve a marcar el ritmo al presente. La realidad impone obligaciones y rutinas, y arrincona la imaginaci贸n.


COMPULSIONES / (30)

En la disyuntiva ---------------------Por Daniel Dessein, desde la ciudad de Buenos Aires

Martoni corrió enfurecido hacia mí y me empujó con fuerza haciéndome perder el equilibrio. Caí de espaldas al suelo. Un grupo de chicos nos rodeó y la mayoría de mis compañeras se acercaron para ver qué pasaba. Me paré, mareado, y vi cómo Martoni me desafiaba con sus puños en alto. Una disyuntiva de hierro se me presentaba de pronto, sin preámbulos. Tenía dos alternativas y pocos segundos para optar. Podía levantar mis puños, sabiendo que ese gesto derivaría en una lucha cuerpo a cuerpo (disciplina que me era totalmente extraña y probablemente no para Martoni), o podía esquivar el reto y asumir lo que vendría después, que no sabía bien qué era, excepto que no era nada bueno. No tenía motivos para trenzarme en combate singular. Martoni sí. Me decidí, por lo tanto, por la segunda de las alternativas que había analizado fugazmente. Minutos después comprendería que, aunque mi decisión había sido la más racional, también era la más equivocada. En los días que siguieron hice

Minutos después comprendería que, aunque mi decisión había sido la más racional, también era la más equivocada.

*El autor es editor de La Gaceta Literaria. Colabora en DIXI (he dicho) desde este nÚmero.

Una tarde de noviembre, cuando estaba en sexto grado, salí al recreo con paso tranquilo y con la mente distraída. No advertí que en el camino que llevaba a los baños había una figurita de Kempes que pertenecía al gordo Martoni, de séptimo. Mis zapatos estaban sucios y la marca de una de mis suelas quedó estampada en la cara del “matador”.


un aprendizaje veloz de los códigos caballerescos que la mayoría de los varones preadolescentes suscribía ciegamente. Imperaba entre ellos una idea decimonónica del honor y del valor que potenció, con el tiempo, mi vergüenza por ese conflicto precoz que no supe resolver. Un mes después se estrenó “Volver al futuro” y me torturó la escena en que el padre de Marty Mc Fly, alentado por quien ignora que será su hijo años más tarde, cambia su vida a partir de un golpe que le propina al villano Biff y que no figuraba en la versión original de su itinerario vital. Durante mucho tiempo me pregunté cómo se hubiese modificado mi historia si aquella tarde levantaba, aún como un acto reflejo, uno de mis puños.

Pienso, además, en Borges y en su tesis de que dos o tres escenas son las que definen las vidas de los hombres.

Hoy, después de ver el reestreno de “Volver al futuro”, rememoro mi incidente con Martoni. Pienso, además, en Borges y en su tesis de que dos o tres escenas son las que definen las vidas de los hombres. Pienso en el desarrollo literario de esa idea en sus cuentos de “Historia Universal de la infamia”, en el reverso de mi biografía y también en el de la de Borges (que es “El Sur”) o en la variante extraordinaria de la escena de Mc Fly y Biff que es “La otra muerte”. Las historias que pudieron ser pero que no fueron tienen tanta legitimidad, y muchas veces todavía más, que la que tuvo lugar. Esta última no suele ser más que el fruto del capricho o del azar. Tardé mucho en asimilar que no deberían importar los hechos, que lo que le devuelve un poco de sentido a este universo desbocado es solamente aquello que merece ser, que, con la debida perspectiva, no es menos verdadero que lo que fue.(dx)


COMPULSIONES / (32)


Big-Bang

---------------------Por Irene Bews, desde SM de Tucumán

Me he remontado a la causa de la consecuencia, al origen del efecto, con el objetivo de hallar los antecedentes que deciden y explican mi participación en el mundo. He sido observadora omnisciente del pleistoceno de mi pasado con la esperanza vana de encontrar el big-bang que desencadenó mi universo. He visto las entrañas de mi árbol genealógico; he recorrido países y siglos espiando a los antepasados de mis antepasados. He revivido muertes, nacimientos, mudanzas. He observado con especial interés la adversidad y la prosperidad; las catástrofes, y los ciclos de progreso y paz. He seleccionado una veintena de decisiones esenciales con la intención de desbaratar los eslabones de la cadena de acontecimientos que terminaban -o continuaban- en mi persona. Quería yo romper la lógica de las operaciones que me habían destinado a vivir en circunstancias que consideraba perniciosas para mi bienestar y el de mi posteridad. Así llegué a desplegar una serie de hipótesis sobre la mecánica del pasado. Como si de una máquina y de certezas apodícticas se tratase, fantaseé con torcer ciertas secuencias y anular otras. Me convencí de que, en el momento justo, mi instinto de supervivencia y mi sentido de la historia me ayudarían a ejecutar los movimientos correctos. >>>

*La autora es periodista y editora de DIXI (He dicho)

Vuelvo al futuro tras intentar corregir el sistema que configura mi historia. He viajado en el tiempo para encontrar el hecho que, encadenado a otro anterior, determinó un hecho sucesivo, fundamento a su vez, de los hechos posteriores que condicionan mi presente.


COMPULSIONES / (34)

La ley que gobernaba todo el sistema también gobernaba mi eventual intervención en él: nadie sabe a dónde va mientras teje su destino.

Pero cuando me disponía a editar los tiempos pretéritos creció en mí un temor que no había calculado: el caos. La incertidumbre se apoderó de mi empresa. Súbitamente advertí que no podía controlar los resultados de mis pequeñas acciones. Que la ley que gobernaba todo el sistema también gobernaba mi eventual intervención en él: nadie sabe a dónde va mientras teje su destino. Punto negro Si eliminaba una causa quizá cambiaba radicalmente la consecuencia. En todo caso, no podía entender hasta qué punto afectaba la construcción de mi presente. En última instancia, pensé que perdía el control cuando creía que más lo ejercía. Mis manos temblaron. La hipotética tijera cayó al vacío. De pronto me imaginé a mí misma en las fauces de un agujero negro. No me vi y no pude soportar el pensamiento de mi inexistencia. Un delirio abrasador desalojó al razonamiento recto que me había convencido de la necesidad de emprender el viaje. Recordé a Einstein y su admonición: “Dios no juega a los dados”. En un intervalo lúcido entré desesperadamente en una biblioteca; en un tratado de Física encontré una definición de la mecánica ondulatoria (de una misma causa no se deriva siempre un mismo efecto, sino que existe una variedad de posibles efectos) que controvertía el determinismo histórico en el que había cifrado mis expectativas. Nada podía detener el castañear de mis dientes.



COMPULSIONES / (36) En mi cabeza sucumbía la arquitectura del proyecto que concebí en noches de largo y narcótico insomnio. Me sentía traicionada por la sentencia de Ovidio: “las causas están ocultas; los efectos son visibles para todos”. Vencida por el cambio de perspectiva, aterrorizada por las derivaciones que no alcanzaba a prever, busqué la vía de regreso a la coyuntura que infructuosamente había intentado enmendar.

Me sentía traicionada por la sentencia de Ovidio: ‘las causas están ocultas; los efectos son visibles para todos .

Vuelvo al futuro en menos tiempo del que se precisa para narrarlo. Allí me esperan días que pasan como bandadas de gaviotas; vientos que inventan los destinos de todas las velas. Y un libro de Ana María Matute que he dejado en la página 183, antes de leer que no se puede extirpar la capacidad de amar sin extirpar también la de llorar.(dx)



INTERVENCIONES / (38)

Como la luz violenta del relámpago

---------------------Por Roberto Espinosa, desde San Miguel de Tucumán

Frida quiere ser médica, pero en el lecho, donde su cuerpo astillado se repone, sólo hay un espejo y pinceles.

Ella no sabe ese 6 de julio de 1907, cuando toca por primera vez la luz en Coyoacán (México), que una cama, una mesa quirúrgica y pasiones contrariadas gobernarán su destino. Frida mira hacia sus 6 años y se ve en el lecho arrinconada por la poliomielitis. Una pierna más corta que la otra despierta la burla de los chicos del barrio. Frida quiere ser médica, pero en el lecho, donde su cuerpo astillado se repone, sólo hay un espejo y pinceles. “Me pinto a mí misma porque estoy a menudo sola y porque soy el tema que mejor conozco”. El “rana-sapo”, gigante y barrigón, luce 42 años, 20 más que ella. Diego Rivera es ya un muralista y un mujeriego de fuste. Abandona a la actriz Lupe Marín y se casa con Kahlo el 21 de octubre de 1929, derrotando la resistencia de su futura suegra. El amor les fagocita el alma. Frida pinta y escribe: “nada comparable a tus manos ni nada igual al oro verde de tus ojos. Mi cuerpo se llena de ti por días y días. Eres el espejo de la noche, la luz violenta del relámpago; la humedad de la tierra...”. Poco antes, se ha afiliado al Partido Comunista. Poco

*El autor es periodista y escritor. Colabora en DIXI (He dicho) desde este número.

En el espejo, los ojos negros desbarrancan al dolor. Un shock de imágenes reverbera en el parpadeo sembrándole escalofríos en el cuerpo. Un tranvía estrella a los pasajeros de un ómnibus. Un pasamanos atraviesa la espalda de una muchacha de 18 años, partiéndole la columna, la cabeza del fémur, las costillas, la pelvis y una pierna. Horizontes de lágrimas sacuden las manos de Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón y comienzan a convertirse en óleos.


después, ambos parten a Estados Unidos. Tertulias con Henry Ford y Rockefeller. Un embarazo perdido -al que sucederán otros- le anuncia la imposibilidad de tener hijos. El viejo Trotsky se esconde en la casa de Rivera. Kahlo alerta los deseos del viejo revolucionario, dispuesto a batallar aún en las lides del

Espejo de la noche Primeras infidelidades. Frida las soporta penosamente, hasta que la relación de Diego con Cristina, su hermana, desborda el vaso de agua. 1936. El viejo Trotsky se esconde en la casa de Rivera. Kahlo alerta los deseos del viejo revolucionario, dispuesto a batallar aún en las lides del amor. “Ni los aristócratas, ni las celebridades del arte y de la política ni Rockefeller ni Steinbeck ni Reed me impresionaron tanto como Trotsky, el hombre más excepcional que conocí en mi vida”, dirá luego de que este fuese asesinado. En su afán por equilibrar el tanteador de las infidelidades, ella busca la pasión con la esposa del surrealista André Breton. Rivera la estimula a exponer. “Ella pinta mejor que yo”, afirma el muralista. “Ni tú ni Derain, ni yo, sabemos pintar una cara como lo hace Frida”, le escribirá Pablo Picasso a Diego. 1939. Divorcio. Ella parte a Europa. Pero el amor es más fuerte. “Mi Diego: Espejo de la noche. Tus ojos espadas verdes dentro de mi carne, ondas entre nuestras manos. Todo tú en el espacio lleno de sonidos -en la sombra y en la luz-. Tu te llamarás auxocromo, el que capta el color. Yo, cromóforo, la que da el color... Tu palabra recorre todo el espacio y llega a mis células que son mis astros y va a las tuyas que son mi luz”. Se casan por segunda vez. Las 32 operaciones minan sin tregua su cuerpo. Una pierna amputada en el 51. Morfina y una botella de coñac diarias; luego, dos. Pinturas y dibujos, un diario, reflejan la tragedia. Stalin y Marx tratan de llenar su ausencia de Dios. El sufrimiento de Frida estremece al gigante “rana-sapo”. En sus brazos, ella dice: “no amé lo suficiente, no bailé lo suficiente, no pinté lo suficiente”. Ultimos días. Ha dejado de pintar autorretratos. Sobre la carne roja de una sandía escribe: “¡viva la vida!” El 13 de julio de 1954 se convierte en inquilina de la muerte.(dx)


PROYECCIONES / (40)

Buen día, Miguel Abuelo

---------------------Pocos pioneros del rock nacional han sido tan dejados de lado como Miguel Abuelo, un músico que no siempre ha sido valorado como merece por los anales de la historia argentina. Recordado más por hits altamente pegadizos como “Lunes por la madrugada” e “Himno a mi corazón”, pocos conocen los primeros 10 años en la música de Abuelo, que se destacó antes que nada como poeta original y extraordinario, y gran innovador en un género musical que daba sus pasos iniciales. “Buen día, día”, el documental de Sergio Costantino y Eduardo Pinto busca justamente rescatar el verdadero valor artístico y poético del extravagante músico más allá de las canciones y la actitud transgresora que lo hicieron famoso ante las masas. Así, mientras su hijo Gato Azul recorre en moto la ciudad solitaria en busca de las huellas de su padre, el documental intercala imágenes, frases y filmaciones rescatadas del olvido para contar los comienzos de Miguel Abuelo. Como testigos privilegiados de esta historia aparecen en el documental Cachorro López, Luis Alberto Spinetta, Pipo Lernoud y Horacio Fontova: sus experiencias componen la genésis de los mejores años del rock vernáculo.

Pocos conocen los primeros 10 años en la música de Abuelo, que se destacó antes que nada como poeta original y extraordinario, y gran innovador en un género musical que daba sus pasos iniciales.

*La autora es periodista y escribe en DIXI (He dicho) desde el número I.

Por Mercedes Colombres, desde la Ciudad de Buenos Aires


Parafraseando a Marechal Una simpática anécdota recuerda incluso el surgimiento de Abuelos, que nació casi por accidente a partir de una propuesta de un productor musical que ofreció a Abuelo grabar un disco cuando este aún no poseía grupo propio. “¿Tenés banda?”, inquirió el productor al músico. “Sí, se llama Abuelos de la Nada”, improvisó el artista tomando el nombre de una frase de “El banquete de Severo Arcángelo”, de Leopoldo Marechal: “padre de los piojos, abuelo de la nada”. El documental reconstruye sus años en un orfanato; su encuentro en una pensión con otros músicos del que surgiría su primera banda; un alocado paso por Francia donde, en virtud de un mecenas generoso, Abuelo difundió varios discos, y la vuelta a la Argentina con la segunda y tercera formación de Abuelos. También hay una fugaz aparición bastante olvidable de Andrés Calamaro, que en su momento reconoció la figura del autor de “Lunes por la madrugada” con la canción “Miguel” , pero que, infelizmente lo llama “sólo un buen bailarín” (¡!) ante las cámaras de Costantino y Pinto. La anécdota no pincha el homenaje que Abuelo se ganó en buena e indubitable ley. (dx)

¡PLUS!

“Buen día, día” repasa la trayectoria del músico Miguel Abuelo y su huella en el rock nacional Duración: 95 minutos / Blanco y negro-color Dirección y guión: Eduardo Pinto & Sergio Costantino


POGOS / (42)

“Camino”, la fiesta infinita de ‘los simios’

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Mano e Mono, la banda tucumana que armó la fiesta con “Clara”, “El regreso del gordo Tomás” y “Enamorado de la milonga”, quiere que la noche dure 100 años. O mil. Un lustro después del primer disco (“Mano e Mono”), “Camino” confirma que los músicos simios no han perdido ni una pizca de su ya legendario espíritu pachanguero: señores y señoras, no se sienten ni se retiren, que aquí hay show para rato. Diez pistas jubilosas y pegadizas -como no puede ser de otra manera- componen este segundo trabajo discográfico de los liderados por el histriónico percusionista y compositor Federico Falcón. El mismo que, sin dudar, define la diversidad de ritmos desplegados en el álbum con una etiqueta provocadora: “fusión afrolatina”. En ese rótulo entran el son cubano, la rumba, la cumbia y el reggae. E híbridos que desbordan todo intento categorizador, pero no fallan en su propósito ensencial: sacar a bailar. Grabado entre septiembre de 2008 y julio de 2010, “Camino” expone los condimentos necesarios para hacer que el cuerpo hable. O, mejor dicho, se deje raptar por melodías envolventes y letras entregadas a emociones de todos los días. Sí, la cabeza no tiene nada que hacer por aquí: las únicas vueltas mentales admitidas en esta fiesta son las provocadas por las mezclas letales del barman y su coctelera. Aún así, los Monos despliegan sus mensajes. Hablan, por ejemplo, de costumbres tucumanas como “mostrar la silueta los domingos por ‘la 25’” (“Vendan sus almas”) o de sueños frustrados... ¡por un atentado! (“La rumba del derrumbao”). Para mayores certezas, dicen que “en la música está la salida del laberinto del corazón”.

*El autor colabora en DIXI (He dicho) desde el número XXVII.

Por Bautista Eusebio, desde San Miguel de Tucumán


En “Camino” se expresan, efectivamente, muchas sensaciones, pero ninguna de ellas supera al imperativo que atraviesa el disco desde el primer hasta el último tema, y que puede ser resumido como una convocatoria a permitir que la música cure mufas, amarguras, lamentos y desengaños. Mano e Mono recompensa a los valientes con un premio indispensable y que, sin embargo, el dinero no puede comprar. Se llama diversión y se vive sin culpa ni timidez.(dx)

¡PLUS!

Mano e Mono son Rudy Vera, Omar Vega, Pablo Yurko, Federico Falcón y María Gabriela Quiroga. “Camino” se consigue en los siguientes puntos de venta de San Miguel de Tucumán: Yamamusic, Draco, Centro Cultural Virla y Manu.


INDIVIDUALES / (44)

Un actor en Aureliano

---------------------La épica asociada al personaje Aureliano Buendía viene al pelo para la historia que comienza con esta línea escrita de sopetón. Sin embargo, conviene hacer una honesta disgresión: querido lector, esto no es García Márquez... Retribuya la sinceridad leyendo hasta el final (hay teóricos convencidos de que el primer párrafo es la única oportunidad para atrapar a quien posó sus ojos sobre el texto). Nadie está queriendo usar al autor de “Cien años de soledad” en vano. Lejos de aquí una profanación tan imperdonable. Y sin embargo, en Aureliano (que no Macondo) ocurrió este encuentro con César Romero, nombre y apellido de un hombre que destila teatro como derrama sangre la puñalada recién infligida (¡tragedia!). La reunión consiste estrictamente en una invitación a cenar. Romero ha sido convocado tanto para que cuente cosas maravillosas que pasan por el agua y no se mojan -sobre su oficio de actor, director, productor, docente y propietario de una sala independiente -como para degustar el menú de este pintoresco restaurante-bar con nombre garciamarqueano. El convidado no es de piedra ni la tiene fácil: a él le ha tocado “debutar” en el formato de “entrevista gourmet” que DIXI (He dicho) presenta desde este ansiado y rezagado número XXXII (mejor no hablar de ciertas cosas). A lo largo de la noche llegarán a la mesa cinco platos -elegidos por la casaque son enumerados (por orden de aparición) sin más trámite: 1) Lomito en pan de focaccia con queso, salsa picante y tomate 2) Pinchos de pollo con pimientos rellenos 3) Lomo a la naranja con papas 4) Torre de panqueques 5) Mousse de chocolate

*La autora es periodista y escritora. Escribe en DIXI (He dicho) desde el número XXVII.

Por Eulogia Tapia, desde San Miguel de Tucumán


Hay que decir que los paladares inexpertos de Romero y sus interlocutoras no son para nada perezosos. La imagen de la vajilla vacía, de los comensales sonrientes y de las bocas entusiasmadas dicen más que mil palabras. Especialmente aplaudidos fueron los pinchos y la torre, quizá las propuestas más novedosas de la cocina de Aureliano. Romero, además, elogió la decoración rústica del establecimiento. Hacia el final, hizo hincapié en la iluminación: “estas lámparas me gustan mucho” (¿¡cómo no iban a llamar su atención unos apliques fabricados con páginas de “Cien años de soledad”!?). Pidamos imposibles La extensa carrera de este joven artista tucumano de 34 años comenzó en la exploración de las raíces culturales de una bisabuela gitana. Naturalmente, Romero se hizo “bailaor” de flamenco. Después, se acercó al teatro, actividad en la que se siente un autodidacta y que abordó desde todas las facetas imaginables. Incluso, llegó a transformar su vivienda particular en una sala del “off” (en contraposición al “on”, este anglicismo designa al circuito teatral alternativo). “Casa Luján nació a partir de una propuesta de mis alumnos”, recuerda Romero entre bocado y bocado. La creación de ese espacio vino a mitigar un problema crónico e inveterado del teatro en Tucumán: la escasez de escenarios.


INDIVIDUALES / (46) En ese ámbito autogestionado ensaya el grupo Suvastateatro, que el 13 de agosto presentó “Los sueños de Cristina”, obra surgida a partir de la pieza “Señorita Julia”, de August Strindberg. “No tiene nada que ver con la presidenta”, precisa espontáneamente Romero, que participa de la puesta en calidad de director general y productor ejecutivo. “Los sueños...” dan pie a una conversación sobre el método de trabajo que aplica el dueño de la residencia donde funciona Casa Luján. “Desarrollamos cuatro postulados: historia, intuición, memoria y semblanza. Lo primero es el trabajo en la construcción del personaje; lo segundo es lo que se percibe; lo tercero es la indagación en el texto y lo cuarto es la reflexión que escribe el actor en función de su experiencia. Por ello en mis ensayos siempre hay un cuaderno”, explica el protagonista de “Cómo mirar al sol tras el vestido”. Después, dará otras definiciones dignas de registro y lectura. Dirá Romero que el teatro (a veces) plantea una guerra de vínculos y que (casi siempre) supone confianza, complicidad y entrega. “Actuar es un impulso de creación colectiva”, reflexiona. Y matiza: “toda obra se enfrenta al cliché, al tópico, al estereotipo y al discurso repetido. El reto máximo es contar de un modo original los temas universales”. La meditación enciende el aire de Aureliano Buendía, santo y seña del arte de lo imposible: el realismo mágico.(dx)

¡PLUS! Aureliano Buendía tiene espacios techados y a la intemperie; recovecos y piecitas. Patio acogedor, terraza perfecta. El bar abre todos los días de la semana en Córdoba 1.059, San Miguel de Tucumán. Reservas: (0381) 421-4706 Casa Luján funciona en Saavedra 74, San Miguel de Tucumán. Reservas de entradas para “Los sueños de Cristina”: (0381) 438-1543



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