Un camino de la nada

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II.

Un camino de la nada Cicatrices peque単as u単as que taladran la aurora un estallido de sal un resumen para tu ojo cansado una enmienda Bibi Lorenzano


Vertientes.

I Llegó de Córdoba salvaje e inocente. Traía un sabor de trigo y peperina. En su valija no había misterios, cargaba el elixir que amasa corazones. Un día más cortando el llanto, las penas en su canasta de sueños por romper la bahía que atraviesa el escozor . Seguramente es una bendita canción de amor.

II La pava desenfunda su inquietante y aniquilante espuma. Desangra tu vapor desesperado de mojarme a mí. Un helicóptero suspira envuelto en un raudal de gritos y lamentos. No estás. Ya no estás más.


III Comienza una nueva era, el horizonte marca un sol, los tiempos grises se esfumaron, porque estoy yo. Si el pasado me condena y el presente me atormenta, el futuro es un amigo para querer. Si los vientos se ventilan y las arañas se mutilan, puedo volver a creer.

IV Se acabó, se acabó, se acabó. Demasiado cielo para mí fuera del azul. Demasiado cielo para vos, dentro de tu mar. Se acabó, se acabó, se acabó. Se acabó: la música del miedo, la llama del silencio, la lágrima del sol. Se acabó, se acabó, se acabó.

(Baires, 2003, 2003, 2008, 2003)


Cae la última flor.

Me perdí en tu ausencia sabiendo los motivos de tu “no”. Un mensaje perdido trajo sus dudas. Un pergamino egoísta de posesión. Hoy suenan mis mensajes en tu fono y no hay respuesta para mí. Una desesperanza agita mis inseguridades. Siempre pierdo, siempre yo. Los caminantes llegan a la cima para encontrar la paz a sus miserias. Yo sigo mendigando sueños de un amor que ya se va.


Estás ausente en la mezquina tarde donde el letargo se detuvo. Aquí. Una leve respirada, una burla para un tonto enamorado. Estás ausente en la mezquina tarde donde no hay cruces para mí. Me siento vulnerable. Precipicios, reconstruyendo mi otro, caen las flores machitas.

(Baires, Diciembre 18, 2007)


Primavera. Primavera luz de corazones. Primavera de alegrías flor en soles. Primavera que alimentás mis sueños más febriles. Primavera que construís espacios de respirar. Primavera que te burlás de un otoño añejo de color azul. Primavera sin inviernos que destrocen la utopía. Primavera, puerta del verano, caminos por andar, aromas por danzar. [Música] Primavera, ojo al viento, sopla el tiempo, se hace tu sonrisa en luz y da el amor.

(Baires, Septiembre 21, 2009)


A través de la ventana. A través de la ventana puedo retener el aire, ese síntoma profundo que nutre la libertad. La calle vuela a mil, pero mis ojos son tortugas. Desde mi ventana embarrotada una paloma sale cada día y se come al halcón. No hay mensajes. Los aceros me limitan el lugar, pero mis ojos se filtran y no impiden andar aunque mis huesos se atornillen a cadenas. Resisto cada día al dolor (eterno compañero) y a la gente caminando en sonrisas, sin mirar, sin mirar, [sin mirar]


Resisto cada noche al dolor (vigĂ­a centenario, ya) y a los que me destrozan el honor, sin hablar, sin mirar, [sin mirar] A travĂŠs de la ventana puedo percibir ese lugar al que todos llaman esperanza...

(Baires, Agosto, 1999)


Transa N° 1000. Te pisotean, te sobornan, Te manosean, te aplastan. Lo veo claro, claro; aunque las golondrinas ya no están. Lo veo claro, claro; aunque los lirios ya se marchitaron. Te transan, te pegan, te entristece seguir, seguir. Te arrastran, te llevan como al insecto contra el radiador, te trituran.

Aún hay primavera, aunque las golondrinas ya no están; aún hay primaveras

A veces siento que pisoteo y que soborno, que manoseo y que te aplasto. A veces siento que transo y transo y transo, y que pego. Lo veo claro, claro; aunque los sueños ya no están. Lo veo claro, claro; aunque mis sueños ya se marchitaron.

Aún hay primavera, aunque las golondrinas ya no están; aún hay primaveras (Asunción, Noviembre 6, 1999)

Hacia la cumbre de lo que creemos (miedo).

Creo que aún se puede confiar en los demás Creo que los signos van torciendo a favor Creo que las miradas se volvieron a posar en mí porque un aura ha iluminado la escena con sabor.


Creo en los Beatles y creo en tu poder Creo en las oraciones que digo al fin Creo en los amigos que siempre aguantan cuando me azotan las agujas del viento. Creo que hoy puede ser un gran día Creo que todo está por comenzar cuando menos lo esperemos ya estaremos en camino hacia la cumbre de lo que creemos.

pero temo porque el enemigo acecha dando vueltas está Soy yo mismo que no Creo porque temo aún en mi tibio reflejo verde. Creo que una risa es vertical y un guiño es ancestral Creo que las vertientes se encuentran en mares cálidos y que sin quererlo, una vez más, me entregué a la pasión Creo que es el cambio que está abriendo el encuentro.


pero temo porque el enemigo acecha dando vueltas está Soy yo mismo que no Creo porque temo tengo miedo de mis miedos tengo miedo de perder por ir tengo miedo de ganar y no crecer tengo miedo de creer aún en mi turbio reflejo verde.

Creo que un latir se acerca Creo que los amigos lo saben bien Creo que alguien piensa en mí…

(Baires, Mayo 13, 2008)


Natural. Fui donde el verde reclama, aliento de los vientos sobre mí, un giro, una sonrisa, tu mirada. Entendí que existía un misterio, un glorioso camino del amor, una diablura del tiempo. Sentándonos no somos nada. Mirando arriba no somos nada. Envueltos en sinsabores no somos nada cuando la nada es una búsqueda imposible de roer. Fui a destiempo, será mi karma que anuncia el presagio de un diluvio universal. Se besa el hacha con la cordura que entrelaza los sueños y el devenir. Una nube no para, un mendigo se duerme en el andén, una trinchera nos invita a refugiarnos, se desvanecen mis alertas, se transforman mis sórdidos caníbales en miel, se aclara, resabios de una sombra que durmió. Y si al final pude dar un paso al costado. Y si al final pude descubrir mi mal. Y si al final bajé del carrusel sin mi sortija. Y si al final ya no seguí al rebaño. Y si al final el viento sopla una vez más, en mi cara, la aguja de este cuerpo se siente natural.

(Baires, Septiembre 11, 2008)


Los nuevos ríos. Alguien nos presentó. Me refugié En un gin mientras los árboles lo cubrían todo, Mientras tus labios buscaban mis ojos, Mientras me enamoraba una vez más. ¿Fue solo una noche entre tantas tuyas? El tiempo pasó inocente, otros labios te besaron, Otras manos intentaron lo que temí: acariciarte. Te soñé en el mismo bar, Inventé mil frases para nunca decirlas, Llevé hasta el cielo un torrente de mis nuevos ríos, Caí como las hojas grises, sin sabor, sin saber. Sangró mi cuerpo, se entristeció el sol, Una espina se clavó al son de sus pétalos Marchitando la oportunidad, la causalidad, Entre los dos siento que permanece, aún. Duendes revolotean sobre las solitarias almas, Cupidos que dan felicidad; no se desvanecen Las chispas del fuego del amor cuando hay amor. Recuerdo que te enamorabas de mí en el pasado (eso dijiste si me hubieras conocido ayer), puse todas las trabas a tu corazón y arrojé la llave al desierto de la soledad. Ahora sintonizo el dial y no te escucho, Ruge mi almohada con los ojos cerrados, Beso tu risa y tus labios se enamoran en los míos.


Te vi sin mirarte, te vi sin buscarte, Enmudecí frente al silbido de tu corazón. De cuelgue clavaste tu mirada en la mía, Una quimera y mis tormentas fueron, Que el viento lo devore todo, Surjan nuevos ríos hacia el mar, un encuentro de los solitarios corazones.

(Asunción, 1999)


Planteos. Existo, luego pienso. Aprieto el pomo por el medio. Filosofía de la vida fácil. Un kía errante que quiere jugar. Existo y ya soy parte del encierro. Es un misterio que aún siga el juego. Mi soledad cabalga y el tiempo es una excusa que nos ponemos para sufrir.

(Asunción, Agosto, 1999)


Un cielo. Aunque a veces te preguntés cómo hacer, él siempre llega a tiempo. El absurdo los engañó tanto, tanto, que no basta sonreír. Cuántas veces tuviste que morir, cuánto poco fuiste vos. Buscás siempre un eclipse que provoque algo a tus sentidos, pero los astros se confabularon en no escucharte más. Buscás un cielo donde reposar con libertad una sábana de estrellas, en complot.

[tanto]

Buscás, buscás, buscás. … Para qué...?

(Asunción, 1999)


Liverpool. Pasaron algunas historias y algunos misterios, pasaron los tragos, el polvo, el incienso, pasaron las águilas con su tequila, pasaron tu hermosa sonrisa y tus labios. Algunos meses más tarde te encuentro, en donde menos te fui a buscar. Reíste por mí, me hiciste reír, reíste por mí, reíste por mí. No fue el mismo bar, fue algo parecido. No es un cabaret, pero es tu motivo. Pasaron las hojas del calendario como robando presagios, las horas por vivir, pasaron mil cuerpos extraños y nunca pensé más en ti. En Liverpool enciendo un humo normal, me invitas a algo anormal. Normalmente no hago caso a ese tipo de invitaciones. Un fuego imprevisto detona y no podré dar. Pienso en el diablo, susurra: “avanti guerrero, no hay tiempo en el juego”.

(Asunción, Julio 4, 2000)


Efluvios. Bien, ¿dime cuál es el significado? ¿Dime cuál es? Vamos, no pierdas el tiempo mintiéndome, no pierdas el tiempo. Un cielo azul no existe, ni el paraíso de Eva y Adán, ni la costilla, ni la serpiente, ni una manzana, ni tus huellas. ¡Ey!, ¿cuántas veces pagaste el amor? ¡Ey, cuántas veces! Ven, acaricia mi luna. ¡Ey!, acaríciala. Nene, tantas veces maldijiste mi alma que no alcanzo a comprender. Nene, tanta furia dejaste en mi cama que el infierno parece un bebé.

(Asunción, Mayo 17, 2000)


Vuayer. Un haz de ojo cruzando el cuarto. Una simple mirada para atraparte. La misma canción sonando en el Winko, volviendo a nacer como mi amor ayer. No hay palabras, no hay sospechas, ella atraviesa las puertas y deja su huella. De rodillas imploro el perdón, el funeral de mis pasiones llegó, la consecuencia de mi decadencia. ¿Fue amor? ¿O solo fue el juego de dos? Un resbalón cualquiera da, pero nunca uno tras otro. Una pequeña plegaria, una confesión, las nubes lo opacaron todo y el tiempo se llevó los sueños. Te llamo en la distancia, María Fernanda. Un pobre tonto enamorado que quiere volar. Tengo la sensación que esta película la vi, triste final. Ella es feliz. Él sigue solo.

(Asunción, 2000)


Plegaria. si supiera dónde estás sería un pez, si fuera un pez no tendría sed porque tendría agua, [si le asusta el reflejo que culpe al espejo] sos hasta donde puedes ser... no te diste cuenta todavía estoy cerca tan cerca... [tan cerca] el azar es caprichoso y aprovechando las alas del viento que me traen junto a tu parada me puedo ver feliz [me puedo ver feliz] tus alas traen el mar a los que no podemos ir y el agua cae para limpiar [no es una mañana más porque ayer fue de lo mejor] si no entiende el fuego del amor seguirá en la vía de las sombras frías por siempre y un poco más también [también] [la lluvia tiene olor a melancolía la lluvia tiene dolor de melancolías]


no te diste cuenta todavĂ­a tan cerca... tan cerca que no se distingue

pues de tanto doler ya no duele mås y si lo que ha sido no es no deja de ser tampoco [tocame] [‌] no hay que poner el ojo donde no se van a conectar con los tuyos, mejor es dejar entrar los verdaderos, los que te miran y te dan la oportunidad de responderlos

(Baires, Junio 21, 2010)


Om. Atravesando la puerta encontrarás el ansiado elixir la medida justa el sabor extraño nada te preocupará el tiempo es vano .

mirarás paredes que hablan calladas silencios que anidan en tristes moradas y las jaulas cierran porque un frío alegre arremeterá barrotes

Con todo. La barba luciendo al sol, el humo del secador lleva su cruz hasta el extremo, más cerca; y el alma se queda sola. Universo del cuerpo pendiendo en el vaho… Y buscando el OM.

(Baires, Mayo 3, 2001)


Tedeschi Loisa, Diego Publicado en © Tres de un par imperfecto. Poemas al agua 1º edición – Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 306 p.; 17 x 24 cm. © 2014 Bubok Publishing S.L.

ISBN 978-987-33-4963-8 1. Literatura Argentina. 2. Poesía. 3. Narrativa. I. Título CDD A860 Impreso en Argentina / Printed in Argentina Impreso por Bubok Fecha de catalogación: 07/05/2014


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