Turismo Planificar es fácil. Muchos lo hacemos, algunos, todo el tiempo. Otros eligen dejarse llevar por el destino. Los que formamos parte de ese primer grupo, el que necesita conocer y saber todo de antemano cuando abandonamos ese umbral de confort nos sorprendemos. Les propongo descubrir conmigo San Martín de los Andes para abandonar por un momento eso ‘de saber para entender’ y, entonces sí, dejarse llevar… En la Patagonia aprendí básicamente eso. La dinámica de lo impensado. San Martín de los Andes ofrece mucho, y lo mejor de todo, es que la mayoría de lo que ofrece no está en las guías de turismo tradicionales ni en la colección de fotos del lugar más completa que
exista. Lo mejor que tiene esta ciudad ubicada al sur del Lago Lácar, a 20 km del centro de esquí Chapelco, a 190 kms de San Carlos de Bariloche y a unos 1.575 km de la Ciudad de Buenos Aires, está justamente allí y, para ello, no tenemos más opción que visitarla. Y volviendo a esta idea de no programar, la primera sorpresa la encontré al llegar a Aeroparque. El vuelo que nos dejaría en el aeropuerto de Chapelco tuvo que reprogramarse y unirse con el que iba hacia Bariloche. El viaje ya mostraba su primer síntoma de imprevisibilidad. Y el inesperado cambio nos regaló un hermoso paseo por el Camino de los 7 lagos. Siete que son 12, si contamos el lago Nahuel Huapi y 4 más a los que se pueden llegar por desviacio-
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nes del camino principal. Pasear por la nueva traza de la modificada Ruta 40 (ex ruta nacional 231) y encontrarse detrás de sendas curvas con los lagos Espejo, Correntoso, Escondido, Villarino, Falkner, Machónico y Lácar es un verdadero placer para los sentidos. Un plus para quienes ya lo recorrieron es volver a hacerlo por la nueva traza, asfaltada y con adecuadas banquinas en toda su extensión, excepto en sólo 13 kms. Realizar esta ruta implica toparse con diversa flora autóctona, una paleta de colores en sus cerros y lagos que parecen mares ya que, en la Patagonia todo es inmenso, todo es grandioso. Luego de llegar a San Martín de los Andes, nos esperaba otra grata sorpresa de la mano
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