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Tercer Encuentro nacional de defensores y defensoras de derechos humanos Memoria 27 y 28 de febrero de 2008

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Caracas, Venezuela


Tercer Encuentro nacional de defensores y defensoras de derechos humanos Memoria

27 y 28 de febrero de 2008

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Caracas, Venezuela


Contenido

Los Defensores y defensoras de derechos humanos en América Latina y la experiencia de El Salvador. Por el Dr. Benjamín Cuéllar, director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana

COFAVIC, 2008 Dirección general Liliana Ortega Mendoza

La actuación de la ONG ante la polarización. Polarización: instrumento de la dominación. Por el Dr. Carlos Genatios, directivo de la organización Ojo Electoral

El Rol de las Organizaciones No Gubernamentales de derechos humanos en situaciones de polarización política. Por el Dr. Arturo Peraza, s.j., director de la Revista SIC

Coordinación de la publicación Solbella Pérez y Elisa Ruiz Edición y distribución COFAVIC Diagramación Laura Pérez Impresión: Corporación Franquet Depósito Legal: If72920083231967 IBSN: 978-980-6703-07-0

Los Principales mecanismos de protección de los defensores y defensoras de derechos humanos disponibles en el sistema interamericano: Medidas cautelares y provisionales. Por el Dr. Carlos Ayala Corao, ex presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y Presidente de la Comisión Andina de Juristas

Los comités de víctimas en Venezuela: presente y futuro. Actividad en plenaria por Graciela Fajardo (Cofivanz), Jean Carlos Guerrero (Coprodeh), María Cecilia de Donato (Fundación Donato) e Yris Medina (COFAVIC). Moderador: Raúl Cubas, activista y familiar de víctimas de violaciones de derechos humanos

La Situación de los defensores y defensoras de derechos humanos en Venezuela. Por el Dr. José Gregorio Guarenas, coordinador de la Vicaría Episcopal de Derechos Humanos de Caracas

Las estrategias para hacer visibles los derechos humanos en los medios de comunicación de una sociedad polarizada. Por Tamoa Calzadilla, coordinadora de Investigaciones del Diario El Mundo

Las ideas expuestas en los trabajos recogidos en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de los autores y no corresponden necesariamente con los puntos de vista de COFAVIC.

Las estrategias para hacer visibles los derechos humanos en los medios de comunicación de una sociedad polarizada. Por William Echeverría, conductor del programa En la Mañana

Avenida Urdaneta, esquina Candilito, edificio El Candil, piso 1, oficina 1-A. La Candelaria, Caracas. Web site: www.cofavic.org.ve E-mail: cofavic@cofavic.org.ve Tercer Encuentro nacional de defensores y defensoras de derechos humanos

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Presentación

El “Tercer Encuentro nacional de defensores y defensoras de derechos humanos” es una actividad académica que se organizó a fin de propiciar el intercambio de experiencias y la capacitación de defensores y defensoras de derechos humanos en Venezuela. Este encuentro tiene una enorme vigencia en el contexto actual venezolano y cobró un especial significado para COFAVIC, porque se celebró el 27 y 28 de febrero de 2008, a 19 años de los trágicos hechos conocidos como el Caracazo, que dieron vida a COFAVIC. Con esta actividad formativa COFAVIC busca propiciar un espacio de discusión abierta y constructiva sobre la situación de los defensores y las defensoras de derechos humanos, los principales retos y dilemas que se presentan para las organizaciones no gubernamentales en el contexto actual; así como fortalecer los conocimientos que tienen los participantes sobre el sistema interamericano, como una herramienta esencial para la protección de los derechos humanos. También se destaca el importante rol que cumplen los familiares de las víctimas de violaciones de derechos humanos. Esta actividad está diseñada bajo una visión eminentemente interdisciplinaria y como eje transversal de la actividad se incluyó el importante rol que desempeñan los defensores y las defensoras de derechos humanos en el país. También se agregó una ponencia sobre el uso adecuado de los medios de comunicación social como instrumento para la denuncia. Sin duda, el mayor aporte fue la presencia de las diversas experiencias que cada uno de los participantes representa. Es un hecho inocultable que en nuestra región se continúan presentando casos de agresiones y actos de hostigamiento contra defensores y defensoras de derechos humanos. En Venezuela, en la actualidad, se ha ido configurando un peligroso patrón de represión contra los activistas de derechos humanos. Este patrón se ha ido determinando por el nivel de visibilidad, el acceso a instancias internacionales y la labor en el ámbito de derechos civiles y políticos. La congruencia de estos elementos es proporcional a las agresiones y a los actos de criminalizaciones sufridos. La permanente polarización que vive el país también ha servido para que diversos sectores políticos intenten sistemáticamente capitalizar las acciones de algunos grupos de derechos humanos o de personas que abogan por la justicia. Reconociendo la relevancia del trabajo del movimiento de de derechos humanos, la Asamblea General de la OEA se ha pronunciado en diversas oportunidades acerca de la importancia que asigna al respeto y protección a los defensores de los derechos humanos. En virtud de su Resolución AG/RES. 1910 del 10/06/03, la Asamblea General “reconoció la importante tarea que desarrollan en el plano nacional y regional, los defensores de derechos humanos y su valiosa contribución para la protección y promoción de los derechos y libertades fundamentales en el Hemisferio” y decidió reiterar su recomendación a los Gobiernos de los Estados miembros para que “intensifiquen los esfuerzos para la adopción de las medidas necesarias para garantizar la vida, la integridad personal y la libertad de expresión de los mismos...” Por su parte, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas también ha reconocido abiertamente la importancia de los defensores y defensoras de los derechos humanos y ha reafirmado el derecho y el deber de individuos, grupos e instituciones de la sociedad, en el fomento y la protección de los derechos humanos y libertades fundamentales universalmente reconocidos. La Unión Europea también ha considerado una línea especial de trabajo la defensa de los defensores de derechos humanos. Mandato que se recoge expresamente en el documento “Directrices de la Unión Europea sobre defensores de derechos humanos” del 9 de junio de 2004, que señala que “El objetivo de la Unión Europea es influir para que los terceros países cumplan sus obligaciones de respetar los derechos de los defensores de los derechos humanos y protegerles de los ataques y amenazas de agentes no estatales”. Está claro que hoy aunque persisten graves situaciones de riesgo para los activistas de derechos humanos, también es evidente que estos gozan en la actualidad de un marco de protección internacional más desarrollada y de mayor eficacia. Pero esto no basta, por ello resulta imprescindible una real articulación del movimiento no gubernamental. Esta publicación recoge las memorias de esta actividad. COFAVIC espera que esta iniciativa promueva un debate constructivo y útil entre la comunidad de derechos humanos y sirva para fortalecer los espacios de reflexión y acción conjunta. Liliana Ortega Mendoza COFAVIC

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Tercer Encuentro nacional de defensores y defensoras de derechos humanos

Ponencia:

Los defensores y defensoras de derechos humanos en América Latina y la experiencia de El Salvador

Benjamín Cuéllar, director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana

Gracias por permitirme compartir la experiencia de trabajo de derechos humanos en El Salvador, que data desde 1975. Hace 35 años como expresión organizada y visible, como trabajo conciente de que se está defendiendo derechos humanos. Quiero compartir con ustedes por qué en el trabajo que hacemos en derechos humanos hay una razón para ser optimista, a pesar de todo lo que pueda comentar. Y al hablar del trabajo de derechos humanos en El Salvador, podría remontarme a 1932 cuando murieron treinta mil indígenas y campesinos en un levantamiento en contra del Estado. Pero recordemos por lo menos hace cuatro décadas. Como en El Salvador era el territorio más pequeño de América continental, alrededor de 21400 km2, y muy lleno de gente, para ese territorio tan pequeño la cantidad de gente en ese momento 2 millones de habitantes, más o menos, se calcula era la más alta de América, un país pobre, violento. Documentación de OPS (Organización Panamericana de la Salud) da cuenta que El Salvador se ubicaba en los primeros tres lugares de los países con más homicidios por cien mil habitantes, que es una forma que tiene la OPS de medir los niveles de violencia. Con instituciones secuestradas por un grupo privilegiado de personas de poder económico y alto índice de impunidad. Esos eran, según la perspectiva nuestra, los ingredientes que estaban dentro de una olla de presión. Allí están esos ingredientes, se cierra la olla de presión, se le pone temperatura y la válvula de escape se pone a funcionar para que la olla no estalle. ¿Cuál era la válvula de escape de ese caldo de cultivo llamado El Salvador? Eran la inmigración y el mercado. La inmigración para Honduras, vecino hacia el norte, había alrededor de 300 mil personas originarias del Salvador en territorio hondureño. La población de Honduras era mucho menor que en El Salvador, estamos hablando que de un gran porcentaje de todos los habitantes era salvadoreña. Y el mercado. Años atrás, en la década de los 60, más o menos de 1968, se había creado el mercado común centroamericano, la voracidad de la clase poderosa salvadoreña, económicamente poderosa, o de los grupos de poder salvadoreño, se hablaban de 14 familias, la voracidad de esa clase dominante hizo que al final de cuentas, el resto de los países integrantes del mercado común centroamericano se preocupara de lo estaba pasando. El pulgarcito, así le dijo Gabriela Mistral o Claudia Gars, el pulgarcito de América estaba copando todos los espacios y ¿quién se tenía que preocupar más? Obviamente los hondureños, que tenían 300 mil salvadoreños y salvadoreñas metidas en su territorio. Con el pretexto de un partido de fútbol para la eliminatoria del Mundial del 70, se desarrolló lo que se llamó la Guerra de fútbol o la Guerra de 100 horas. Cien horas duró un enfrentamiento armado en el cual las tropas salvadoreñas entraron al territorio hondureño y avanzaban hasta que la OEA se metió y paró eso. ¿Cuál fue el resultado? Estoy hablando de julio 1969, se cerró la válvula de escape, las y los salvadoreños en Honduras regresaron a marcha forzada. La gente de El Salvador tuvo que regresar y se llenó de más gente el país y no se consiguieron con empleo, al contrario con la caída del mercado centroamericano, la situación se complicó. Cerrada la válvula de escape y con más cucharadas de población y de pobreza, la temperatura se empezó a calentar. Surgieron los primeros grupos guerrilleros e iniciaron su accionar incipiente, pero violento, en 1970. En 1972 se creó una coalición política, llamada Unión Nacional Opositora, que capitalizó realmente el descontento de la población y buscó por la vía legal, por la vía formal, por la vía electoral el cambio de la realidad. Un fraude en esas elecciones impidió que el cambio se pudiera impulsar por la vía pacifica, y se comenzó a desarrollar de manera más gradual la persecución política selectiva entre 1972 y 1974. Sobre todo a aquellos que participaron o eran sospechosos de participar en un intento de golpe de Estado fallido en ese año, después del fraude electoral.

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Ya en 1974, se dieron las primeras masacres en el campo salvadoreño, en las zonas rurales, 3 ó 4 masacres de 10 ó 15 campesinos en cada una, ejecutadas por cuerpos de seguridad. En 1975 ocurrió la primera masacre en la capital. Una manifestación de estudiantes universitarios, que aprovechando que en El Salvador se estaba celebrando el Concurso Miss Universo, salió a protestar en medio del concurso con el apoyo de otros sectores y en plena capital. A plena luz del día fue masacrada la manifestación. Junto a eso, surgió una fuerte y combativa organización popular, en agosto de 1975. Más o menos en los mismos días el padre jesuita Segundo Montes, y en ese entonces Rector del Colegio Jesuita, junto con un grupo de abogados jóvenes y estudiantes de derecho, entre los cuales está el ahora Presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Florentín Meléndez; y el ahora Director del Instituto de Derechos Humanos, Roberto Cuéllar, fundan la primera institución de derechos humanos en América. Aumenta la organización popular, la participación de la gente, crece el accionar guerrillero, se incrementa la represión, hay una nueva participación electoral en 1977 y se registra un nuevo fraude electoral. Nombran arzobispo a Monseñor Oscar Arnulfo Romero, quien se convierte a partir de entonces en la voz de los sin voces. En 1977 asesinan al primer sacerdote, el jesuita Rutilio Grande y comienza el asesinato de sacerdotes. Aparecen en escena otros grupos dentro de la sociedad que se definen también como organizaciones defensoras de derechos humanos, empiezan a aparecer unas de manera general, como la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador y otras con temas específicos, como el Comité de Madres de personas desaparecidos en el Salvador, el famoso COMADRES. Se registra más represión. Hubo un golpe de Estado en 1979, tras el triunfo de los Sandinistas en Nicaragua, que en el fondo lo que buscaba era detener el incremento de la participación de la gente. Se incorporan en la junta revolucionaria de gobiernos sectores progresistas, entre ellos se incorpora a junta revolucionaria de gobierno el Rector de la Universidad Centroamericana, en la cual yo trabajo actualmente, eso para octubre de 1979. Para enero de 1980, ya habían renunciado todos los sectores progresistas que se habían incorporado, al descubrir el rumbo verdadero que llevaba ese golpe de Estado de la juventud militar, ya que al final de cuenta, fue llevado por los militares de siempre. Se incrementa la represión masiva en el campo, se produce la primera masacre escandalosa, donde más de 800 campesinos son ejecutados. Hay narraciones impactantes de la Diócesis fronteriza del lugar en Honduras. Precisamente el Rector de la Universidad donde yo trabajo, era parte de esa Diócesis y él fue el que redactó el comunicado, y recogió testimonios, por ejemplo, de soldados que lanzaban niños al aire y con sus bayonetas atravesaban a los niños. En la ciudad se recrudecen las ejecuciones, desapariciones forzadas, las cárceles, la tortura, exilio y la represión selectiva del más alto nivel. Asesinan a Monseñor Romero, al Rector de la única Universidad pública, el Dr. Félix Riot y 6 dirigentes del frente democrático revolucionario, la oposición no armada. El jesuita Ignacio Ellacuria, Rector de la Universidad entonces, que se incorporó a la Junta, tuvo que salir del país. La UCA fue atacada con bombas y fue amenazada también. ¿Que pasó entonces?, los niveles de temperatura que tenía la olla de presión, llegaron a un punto tal que sin válvula de escape estalló. El 10 de enero de 1981, la guerrilla en una unidad un poco forzada por la circunstancia decidió lanzarse a una ofensiva, la primera ofensiva final, en una guerra de 12 años. Se militarizó en función de la vanguardia, un movimiento social que había costado sangre y más, construir. ¿Qué pasó con el trabajo de derechos humanos en esos años antes del estallido o cómo se puede caracterizar el trabajo de derechos humanos? Perdonen mis colegas que no están acá, pero es parte de la historia. Había un trabajo independiente de derechos humanos y otro dependiente. El independiente, el socorro jurídico cristiano y la oficina de tutela legal del Arzobispado, que posterior a la muerte de Monseñor Romero, fue fundada por su sucesor Monseñor Riveridano, en 1983. El denominador común de ambas instituciones, el pertenecer a la iglesia. Y por tanto, y allí viene el trabajo dependiente, no pertenecer orgánicamente o clandestinamente al FLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional), guerrilla; y por el otro lado, no pertenecer al Gobierno. Ejemplo de esta situación, la Comisión No Gubernamental, tenía cinco miembros en la junta directiva porque eran 5

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miembros de cada una de las organizaciones que formaban el FLM trabajando en derechos humanos. A partir de la línea que cada organización le daba a su representante en la junta directiva. En 1985, el mismo Segundo Montes que había fundado el Socorro Jurídico cristino jesuita estaba trabajando en la UCA, y en 1985 fundó el Instituto de Derechos Humanos de la UCA. Lo fundó desde la perspectiva más ilusa, académica, de investigación y denuncia fundamentada, no a partir de trabajo de campo, ya sea recibiendo denuncias o yendo a investigar situaciones o casos de violaciones de derechos humanos; sino a través de la sistematización del trabajo de denuncia que realizaban otros organismos de derechos humanos. Segundo Montes, siempre lo reivindico como una de las persona más visionarias y más vigente en el trabajo de derechos humanos en América Latina, primero porque como les mencionaba y no es por arrogarse merito, porque al final de cuentas, el merito no es mío, ni tampoco soy muy nacionalista para decir que en El Salvador somos los primeros, son realidades y condiciones que se van dando en cada país, depende de la historia y de las realidades de cada pueblo. Pero Segundo Montes fue visionario, porque en 1975 desde el Colegio que regentaba pensó y actuó para la creación de esa organización de derechos humanos que nació muy oportunamente, en medio del calentamiento de esa olla de presión, que posteriormente estalló. Eso permitió de alguna manera prepararse para lo peor, para lo que venía. Y también fue visionario, porque fue el primero en América Latina, que supo ver en el fenómeno de la migración un problema social, un problema económico y problema político, la migración sobre todo a Estados Unidos; y es vigente porque el tema de derechos humanos sigue estando en la agenda de América Latina y en el mundo. El impacto que ha tenido la inmigración y sobre todo las remesas en las economías de nuestros países merece ser considerado en serio, por lo que ha sido y por lo que puede venir. Se desarrolló la guerra de 1980 hasta 1982, que se terminó por medio de negociaciones y acuerdo. Negociaron, bueno nunca un poderoso negocia con el débil, por lo menos yo no conozco ninguna experiencia, el poderoso le impone al débil las cosas, porque no las negocia, no acuerda ni cumple los acuerdos. Pero en El Salvador, la suma de varios actores, como un pueblo cansado de la guerra que quería paz, una guerrilla política y militarmente muy fuerte, quizás la más fuerte de América Latina en la historia de las guerrillas, una organización de Naciones Unidas que tenía un mandato del canciller soviético, agonizante ya la Unión Soviética, y el secretario de Estado de la Casa Blanca que textualmente le enviaron una carta a Javier Pérez de Cuellar, secretario general de la ONU, que interviniera para terminar la guerra. También otro actor que se sumaba, a hacer ese contrapoder, frente al poder político, económico y militar que tradicionalmente estaba El Salvador, fue la solidaridad internacional con la lucha del pueblo salvadoreño. Eso de alguna manera ayudó y puso en la mesa de negociaciones, pudiendo ver en el mismo nivel a los negociadores de la guerrilla con los negociadores del gobierno salvadoreño y se llegaron a acuerdos que le pusieron fin a la guerra; y que planteaban el diseño de un país distinto al donde se había llegado al horror de la guerra. ¿Qué pasó después? Se desmontó uno de los poderes, ese poder que se había constituido con la suma de todos estos actores, el llamado contrapoder, a mí no me gusta llamarlo así. El FLN, Frente Martí para la Liberación Nacional, el 1 mayo de 1984 ya convertido en partido político como parte de los acuerdos que interpusieron fin a la guerra, y logrado participación en la Asamblea legislativa, mostró ante la Nación sus contradicciones internas a través de las cámara de televisión cuando se pelearon por ver quién se subía y quién no a la Junta Directiva de la Asamblea Legislativa. Allí se separaron o hicieron pública la separación de dos de las cinco organizaciones. No quiero sospechar que era por los salarios mayores de la junta directiva, quiero creer que era por hacerle bien al país y al pueblo desde la Junta Directiva de la Asamblea. Y de allí en adelante comenzó el FLN a pelearse. Siempre he dicho que no se necesitó persecución política porque ellos mismos se perseguían entre ellos. La gente, que fue factor importante en su demanda de paz, les vendieron el cuento y se lo tragó, de que el fin de la guerra era la paz, y se desmovilizó. La solidaridad internacional se fue para otros lados, donde había otros incendios que apagar. Ya en El Salvador se había solucionado todo, la comunidad internacional empezó a preparar su salida y a incursionar en Guatemala y en Haití. Había otros problemas graves también en Europa del este, África, etc. y había que atenderlo. Y el trabajo en derechos humanos también se desmontó, porque el FLN había cambiado totalmente y habiendo utilizado el trabajo en derechos humanos como mecanismo para su causa y no para la causa de las víctimas. Cuando ter-

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minó la guerra y paso a otro plano, mis pobres colegas se quedaron sin línea, sin nada que hacer, sin estar acostumbrados a pensar qué hacer en una realidad distinta, sin recursos y con una cooperación internacional que se olvidó del trabajo de derechos humanos desde la sociedad y financió las Instituciones estatales que se crearon para ellos, sobre todo la Policía Nacional Civil y la oficina del Ombusman, el defensor del pueblo, llamada allá la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos. ¿Cómo está ahora El Salvador? Actualmente, el territorio es mas pequeño, porque perdió el Estado Salvadoreño un juicio en la Corte Internacional de la Haya con Honduras. Tiene alrededor de 400 kilómetros menos. La gente, mucho más. Antes había 2 millones 300 mil ó 500 mil, ahora en el último censo habla de alrededor de 6 millones, más del doble de lo que había antes. Tres millones de salvadoreñas y salvadoreños, es decir, una tercera parte de la población, no vive en El Salvador, vive en Estados Unidos. Pero aún así la población dobla a la de aquella hace cuarenta años. La pobreza. Hay dos El Salvador: uno glamoroso, reluciente, alegre, nocturno, ostentoso; y otro que es el verdadero rostro de El Salvador: doliente, pobre, violento, sometido a la inseguridad. Hace poco el Informe de Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) daba cuentas en 2005, de que el porcentaje de población que vivía debajo de la línea de pobreza era de alrededor 43% y bajo la línea de extrema pobreza acerca del 19%. Después sacaron unos cuadernitos donde decían que si se corregían algunos aspectos metodológicos para establecer los indicadores de pobreza en El Salvador la gente que estaba bajo la línea de pobreza alcanzaba 58% y en pobreza extrema alcanzaba 28%, estamos hablando que casi el 30% de la población. Pero además, hay otros elementos, ahora hay armas en el país, armas en cantidades industriales, la gente que viene del extranjero se asusta cuando llega al país y ve toda la gente armada, no toda la gente obviamente, pero vigilantes privados, civiles, etc., etc., Y esas son solo las que se muestras, las que se lucen, las que utilizan como parte de su equipo. El deterioro del medio ambiente y del ecosistema. Haití es el único país que esta por encima del El Salvador en el deterioro del ecosistema. Otro elemento es el desprecio por las víctimas, se habla en El Salvador de 75 mil ejecuciones arbitrarias de población civil no combatiente; 8 mil desapariciones forzadas; cárcel, tortura, desplazamiento interno y exilio, y no hay nadie que esté pagando por eso. En noviembre de este año se cumple 19 años de la masacre en la UCA, de la muerte de 6 sacerdotes jesuitas, Ignacio Ellacuria, el Rector, y Segundo Montes, entre ellos; dos mujeres, una niña de 14 años y su mamá. Y no hay nadie detenido por ese caso. Es el desprecio total hacia las víctimas y el premio a los victimarios. ¿Por qué les menciono esto como ingredientes de la situación del país actualmente? Porque a las víctimas que buscaron justicia en el nuevo El Salvador, que se promocionó como tal, llegaron a eso y la respuesta fue que no hay justicia para ustedes porque queremos cuidar la paz. Explíquenme cómo puede haber paz sin justicia. Peor aún en el caso de los victimarios, quienes generaron todo el horror de la muerte, desaparición forzada, tortura. En el mejor de los casos, les dijeron que por allá anda un Informe de la Comisión de la Verdad, que dice que lo que ustedes hicieron fue malo, hasta dicen que fueron violaciones de derechos humanos, pero lo pueden seguir haciendo porque no hay castigo. Sólo dos casos han sido condenados por la Corte Interamericana de Derechos Humanos el Estado represivo, genocida. Sólo por dos casos y el segundo caso, no es caso de la guerra sino de la post guerra. El general que firmó la paz, por un pleito patrimonial con una familia adinerada, mandó a matar al hijo en venganza porque no pudo robar la propiedad, protegido con total impunidad. Se dice que el que mata y queda impune vuelve a matar, este mató en la guerra, quedo impune y volvió a matar en la paz. Otro ingrediente que también existe en El Salvador de ahora es el crimen organizado. Hace un año casi, el 19 de febrero del año pasado, fueron incinerados 3 diputados del Parlamento Centro Americano y su conductor en Guatemala. Eso se llama crimen organizado, dicen que fue una equivocación. Y el otro ingrediente el escenario político electoral sumamente polarizado. Nuevamente El Salvador es una olla de presión, con más ingredientes que en el pasado, pero con la misma válvula de escape, inmigración, ya no para Honduras sino para Estados Unidos; y mercado, no es el mercado común centroamericano, sino los Tratados de Libre Comercio (TLC), deportaciones, endurecimiento de leyes migratorias, asuntos generacionales, costo del viaje, riesgo del viaje, para emigrar puede ser factores que reduzcan la posibilidad de salvación.

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Y en el caso del mercado, los tratados de libre comercio. Si ustedes estudian la realidad mexicana que tiene desde 1994 tratados de libre comercio con Canadá y Estados Unidos y me demuestran que la población campesina e indígena ha mejorado su condiciones de vida, y que eso va a ser la salvación del país, de la inmigración y el mercado, entonces yo me quedo tranquilo, pero hasta ahora nadie me lo ha podido mostrar, entonces estoy preocupado. ¿Qué deberían estar haciendo esos actores? Por un lado colocando en el centro de la actividad del Estado como su origen y fin a la persona humana, porque así lo manda la Constitución y porque así pueden concretarse los valores de la justicia y la solidaridad para toda la sociedad. Monseñor Romero dijo: “entréguennos al niño, antes de que le corten los brazos”. Esa lección no es la que han aprendido, han aprendido la otra la de endurecer leyes y reprimir las expresiones de descontento. Del otro lado qué deberían estar haciendo, conocer la historia del país, aprender de sus lecciones, pensar desde la realidad, y no desde la línea de arriba, actuar para construir un poder y así ayudar a transformar la realidad de todas las personas.En escenario es difícil, estamos a especie de final de fútbol, ahora estamos en calentamiento anticipadísimo de ambos equipos y van a entrar en la cancha muy caliente. El primer tiempo va a ser en enero elecciones de alcaldes, legislativas, y el segundo tiempo va a ser en marzo elecciones presidenciales, que probablemente como hay segunda vuelta, se tenga un tiempo extra, en el cual con un mal árbitro, que no le cree al menos un equipo y con barras bravas de los dos lados, el rojo y el escuadrón azul, entonces quién sabe lo que va a pasar. ¿Por qué he mencionado todo esto? Porque allí es donde hay que ubicar el trabajo desde los derechos humanos. ¿Qué se esta haciendo hoy en derechos humanos? Las ONG ya se pusieron o están por ponerse la camiseta roja, y como en el pasado, cuando estuvieron orgánicamente ligadas al FLN, ahora también. Lo que es bueno en nosotros es malo en los otros. En el pasado, públicamente, salieron algunos colegas justificando el ajusticiamiento de tres soldados estadounidenses, cuyo helicóptero había caído, derribado por un combate, pero que estaban vivos, y dijeron que había sido acto humanitario, porque estaban heridos y mejor matarlos. Así dicen ahora de que lo que en un lugar es violación a la libertad de expresión, en otros lugares no. Es insensato y suicida, porque se pierda credibilidad, confianza y liderazgo entre la sociedad. No se tiene en abundancias esas cosas, pero con esto, las cosas se ponen peor, y porque se ganan razones para el descrédito con una inocultable parcialidad política electoral, además se pueden abrir las puertas a las sospechas de un trabajo supeditado a intereses particulares, por encima de las demandas legítimas de las víctimas de violaciones de derechos humanos. ¿Qué se debería estar haciendo en el trabajo de derechos humanos? Nuestra propuesta es que hay que estar trabajando para informar, formar y transformar. Informar sobre cuáles son los derechos y deberes, cuáles son las instituciones que existen para hacer valer sus derechos. Cuanto le ha costado al pueblo salvadoreño tener esa institucionalidad, formar hábitos, costumbres, habilidades, capacidades, formar a la gente en esas habilidades y capacidades, para hacer uso de esas instituciones, para organizarse como comunidades, como grupos sociales y desde la organización hacer valer sus derechos y evitar la tentación de hacer valer la justicia por su propia mano. En El Salvador hay mano de obra sobrante, abundante, barata y con experiencia para resolver los conflictos y no complicarse con el engorroso tramite institucional que no siempre es exitoso, o casi nunca es exitoso. Y de eso ya hay frutos, defensoría de la niñez y de la adolescencia en varias comunidades, en varios municipios, comités de víctimas de masacre, comunidades en lucha en defensa de medio ambiente por contaminación por plomo, por rellenos sanitarios, condena del Estado Salvadoreño afuera del país, ya sea por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la Comisión Interamericana o los tribunales de Estados Unidos o de otros países. La gente en El Salvador no sale solo para buscar empleos u oportunidades de desarrollo, sino para buscar justicia porque en El Salvador no la encuentra. ¿Qué se requiere para trabajar en derechos humanos en ese escenario? Independencia y profesionalismo para lograr credibilidad y confianza de la sociedad, ética y transparencia para actuar con solvencia y ser referente legitimo, parcialidad con la víctimas para no hacer discriminación por motivos distintos a aquellos que generaron esas víctimas y pueden generar todavía más. Se requiere paciencia y tolerancia, porque trabajar en una línea de sociedad parcializada antes y ahora, en lo político, económico, social, histórico y mediático. Histórico me refiero a la versión que se da desde el poder, de la versión comunista, frente a la otra versión y la de las víctimas donde está. Entonces trabajar desde ese medio no es fácil, ser blanco de críticas infundadas, impensadas y malintencionadas, y a veces duele, y hasta cólera da, pero se

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sale adelante, es más complejo para la gente verdaderamente enganchada con esta causa hacer valer las condiciones cuando es atacada de un lado y del otro. Hubert Lancier, dice esto: “el compromiso vital con las víctimas del cual me habló Susana Villagrán, es terrible, soñaremos con ellas, y con ellas nos despertaremos, movilizaran nuestra creatividad y nuestra ternura, serán el foco incandescente de nuestra preocupación, nos chuparan la sangre y energía, nos harán lloran y reír, y estaremos poseídos como uno puede estar poseído por el espíritu, mil veces la engendraremos pero también seremos engendrados por ellas, viviremos mil vidas”. Lancier, se murió hace tres años, siendo uno de los más grande optimistas que yo he conocido, a él le tocó el Japón de las bombas de Hiroshima y Nagasaki; la Camboya de Pol Pot, y el Perú de Sendero Luminoso, Fujimori y de las masacres de los penales, y a pesar de eso su optimismo estaba basado en ese compromiso vital con las víctimas. Ese es el que debe guiar nuestros pasos y el que a la larga terminar poniendo las cosas en su lugar. En El Salvador tenemos una vía, que se llama el Acuerdo de Ginebra, el primer acuerdo, no el último, el último establecía las herramientas para crear un nuevo país, pero el primero, el de Ginebra del 4 de diciembre de 1990, establecía que país había que construir, era un país sin guerra, para eso había que terminar la guerra, pero también había que democratizar, garantizar el estricto respeto de los derechos humanos y la reconciliación de la sociedad, cosa que todavía no se ha logrado. El trabajo de derechos humanos, y esto lo he platicado bastante con Andrés Domínguez, chileno, defensor histórico de derechos humanos. Andrés dice que el que se mete a este negocio creyendo que es una carrera de 100 metros, que mejor ni se meta. Se trata de una maratón de grandes obstáculos y sobre todo de relevo. Se tiene que buscar relevos, hay grandes obstáculos pero hay que buscar el relevo, no vamos a ser eternos. Y eso se me confirmó en una reunión que tuvimos en el Instituto Interamericano de Derechos Humanos, en ese trayecto maratónico, gobiernos irán y gobiernos vendrán pero las víctimas y la sociedad siempre estarán necesitando para apoyarlas y contribuir a su dignificación. Este trabajo debe constituir la expresión primaria de la contraloría social desde abajo y desde adentro en cualquier gobierno, fomentando la participación ciudadana y la defensa y/o el fortalecimiento de las instituciones. El trabajo en derechos humanos desde la experiencia de El Salvador, tiene que ser un trabajo en estas condiciones y en este contexto peligroso. Tiene que ser un trabajo que se aplique algo que puso de moda los dos gobiernos, este y el anterior en El Salvador, para combatir a las pandillas o las maras, mano dura y mano amiga. Mano dura para denunciar lo malo, lo que hay que denunciar, o que hay que cambiar, lo que hay que transformar y mejorar; y mano amiga con la población para fortalecer su organización; y mano amiga con las instituciones para fortalecer su desarrollo e impedir que vuelvan a ser secuestradas del todo. Hay que tender puentes, hay que ser ingenieros, construir puentes entre las instituciones, que a veces trabajan de manera des-coordinada y no pensando en función de ese fin último de la persona humana, sino pensando en los intereses del partido, del financiador, del empresario, etc. Hay que tender puentes entre instituciones y la sociedad, y hay que tender puentes, en sociedades polarizadas como las nuestras entre organizaciones de la sociedad o comunidades que están alejadas cuando deberían estar más unidas que nunca. Todo esto que le he mencionado en ese escenario, son las razones para ser optimistas. Les agradezco su atención.

Ponencia:

La actuación de la ONG (o del sujeto) ante la polarización. Polarización: instrumento de la dominación Carlos Genatios, directivo de la organización Ojo Electoral

“En la ciudad no existe la política como tal; todos están demasiado hambrientos, demasiado perturbados, demasiado enfrentados entre sí, como para pensar en eso” Paul Auster (El país de las últimas cosas) Hablar del rol de la ONG en situación de polarización es como hablar del amor en los tiempos del cólera: se trata del amor.

Freud: dominación y poder En 1932, entre las dos guerras mundiales, Einstein, preocupado por la paz, preguntó a Freud: “¿qué puede hacerse 1 para evitar a los hombres el destino de la guerra?” . En su respuesta, Freud vinculó la guerra a la dominación: en un inicio los conflictos se resolvían por la fuerza, como los animales. Ganaba el de mayor fuerza muscular, o más y mejores armas. La solución era matar al oponente. En la con2 frontación, está presente el “instinto de destrucción” . Al vencer, aparece la posibilidad de mantener atemorizado al vencido sin matarlo, para usarlo como esclavo (Dialéctica del amo y el esclavo de Hegel). El esclavo, frente a la amenaza de muerte, acepta someterse a la voluntad del amo. Poco a poco, el esclavo se hace indispensable, porque el amo depende de él para vivir. El esclavo se da cuenta de esto, y sabe que puede matar al amo, pero hay muchos esclavos. Si el amo también se da cuenta, puede matarlo, y poner a otro esclavo en su lugar. En esta situación, hay dos posibilidades para el esclavo: a) Se une con los otros esclavos en la confrontación contra el amo. Es una solución de fuerza. Los esclavos -o al menos una parte de ellos- pasan a ser los amos, y la historia continúa, se inicia otro ciclo de dominación. b) Ante la posibilidad de ser aniquilado, el esclavo negocia con el amo: “No te conviene matarme, porque yo ya sé el oficio. A un nuevo esclavo tendrás que enseñarle. Además, siempre podré ponerme de acuerdo con otros esclavos, y matarte”. Aparece la negociación. Se vislumbra un acuerdo más duradero que puede hacer posible la paz. La negociación tiene como fondo una amenaza que se evade: es la solución racional del miedo. Algo pierdes, todos ganan. Es el ganar-ganar, la dimensión de la política. Freud señala: “El hecho que los hombres se dividan en dirigentes y dirigidos es una expresión de la desigualdad inna3 ta e irremediable” , “es preciso poner mayor empeño en educar una capa de hombres dotados de pensamiento independiente, inaccesibles a la intimidación, que breguen por la verdad y a los cuales corresponda la dirección 4 de las masas” . El sujeto de la modernidad Con Descartes (1596-1650) se inaugura el sujeto que define el universo y construye la realidad. Lo que para los griegos es una estructura propia de la naturaleza producida por los dioses, para Descartes es oriunda del sujeto. Descartes inaugura al sujeto todopoderoso con capacidad de cambiar el mundo, e impulsar la historia, la de la dominación. Con capacidad de generar ideales y la esperanza de convertirlos en realidad. Después de la pregunta de Einstein a Freud vino la segunda guerra mundial, y el continente europeo, cuna de la razón y de la historia, quedó devastado. El sujeto moderno chocó contra su grandeza y su voluntad de destruir al enemigo. Los grandes proyectos se fueron a pique. En la destrucción del enemigo van la intolerancia, la polarización, el “estás conmigo o estás contra mí”.

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Al caer los ideales de grandeza, ya ni los vencedores pueden prometer nada. Se muestra el vértigo, porque el sujeto todopoderoso no está allí para resolver el destino, fracasó. En ese momento se constituye una nueva confrontación histórica: la guerra fría. Se consolidan dos bloques y aparece la cortina de hierro. El capitalismo se enfrenta al comunismo. Otro ciclo de confrontación, de dominación, de historia. El comunismo aparece lleno de ideales y esperanzas, para construir un mundo nuevo, pero para ello mantuvo enfrente a un enemigo, en una confrontación que le dio coherencia: la polarización. Esa coherencia va acompañada de miedo que se impone al sujeto. La caída del bloque soviético tiene mucho que ver con la caída de sus ideales. La separación entre la realidad y el ideal hicieron que los ciudadanos desenmascaran el discurso idealista, el cual perdió su sustento y con su caída se esfumaron los ideales y se desmoronó ese imperio. Caída del muro de Berlín Al caer el muro de Berlín desapareció el modelo económico-político del Este, y se disolvió el imperio soviético: apareció una nueva geopolítica que todavía se mueve: Montenegro en 2006 y ahora Kosovo. Ante el vértigo de la libertad, y el de la falta de confrontación, apareció otro extraño enemigo, más indefinido, más imaginario, más mediático: el terrorismo, el cual está más cerca de los fantasmas y de los miedos de cada quien. Como ejemplo, las armas de destrucción masiva que nunca existieron, con las que se justificó la invasión a Irak. Esa mentira y esa amenaza permitieron a Bush estructurar un enemigo, fortalecer su liderazgo y unificar su país en la polarización. Con el 11 de septiembre, los primeros que izaron la bandera de EEUU fueron inmigrantes musulmanes e indios, para hacer ver que no eran enemigos, que querían ser americanos y que tenían miedo. El miedo refuerza la unidad. O estás conmigo o estás contra mí. La polarización no permite que la realidad sea analizada, que se negocien salidas, y así garantiza la dominación del poderoso. Las grandes confrontaciones tienen mucho que ver con grandes proyectos de los poderosos, no de los dominados. El poder siempre ha necesitado de enemigos para mantenerse. Política y manipulación Para hacer política se habla de ideales, los cuales se muestran contradictorios en el discurso político porque difieren de la realidad. Los ideales procuran la perfección, la sociedad que se promete. Con ideales se seduce. Las contradicciones entre el ideal y la realidad, pueden llegar a ser insostenibles. Los ideales son una forma de mentir en el discurso político. La tarea del sujeto es descubrir esa verdad que está y al mismo tiempo se esconde en el discurso político y sus ideales, que se muestra en sus contradicciones. Como en la Unión Soviética, o como en el Djihad. Según Freud, los sujetos dispersos son “susceptibles de caer bajo el influjo de una identificación colectiva, por 5 poco que un objeto se halle puesto en posición de dominador común ideal” .Y son víctimas de la polarización. En la identificación está el esfuerzo del sujeto por lograr el amor del amo. El amo le dará una recompensa, ser uno de los suyos, ser recompensado con su amor. Allí el sujeto cobra un sentido, tiene esperanzas, y forma parte del colectivo de los que aman al amo. La identificación consiste en ubicar en el rol de amo a un personaje, con ideas, proyectos, ideologías, ideales, los cuales prometen al sujeto el reconocimiento del amo. El amo puede prometer la salvación eterna. En el Djihad, los jóvenes son dirigidos por sus líderes y se les promete la salvación eterna, el ideal les permite morir en el amor por Alah. Esto permite hacer política hoy. O se puede prometer el “hombre nuevo”. La identificación se ve reforzada por el miedo que puede producir la amenaza del amo. La presencia de fuerzas militares que atemorizan físicamente al ciudadano, es un ejemplo de ello, el uso de los poderes públicos y de los aparatos del Estado con fines intimidatorios también lo es. La vía para superar las relaciones de dominación tendrá que ver con fortalecer al sujeto para que construya su verdad, y participe con ella en sociedad, y no ser manipulado por la acción política ni por los ideales.

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Restituir la confrontación o negociar el futuro Negociar en política significa la coexistencia, el diálogo, la palabra para los oprimidos, y la responsabilidad de cada uno, la caída de los grandes ideales y de las identificaciones (los enamoramientos). Caen los grandes discursos que sostienen a los poderosos y el sujeto, más débil, tiene que desarrollar espacios para la convivencia. Se abre una nueva dimensión en la cual el sujeto debe desarrollar la ética y fortalecer su relato, debe superar su mutismo. El rol de las ONG es luchar por que se logre el desarrollo del sujeto, del ciudadano, y luchar porque nadie se lo apropie. La palabra es de cada ciudadano, y nadie hablará por él. La amenaza del amo de “o estás conmigo o estás contra mí” es eso, una amenaza que procura el miedo. Como cuando el señor feudal ofrecía protección a los campesinos: me das lo que te pido, te protegeré del enemigo, quien en fin de cuentas es principalmente enemigo del señor feudal. Lo mismo ocurrió cuando los ingleses desarrollaron su imperio, daban protección militar y diplomática a los países si aceptaban a la reina y se declaraban súbditos. Así mismo hoy: si callas y te vistes de rojo, eres de los míos y te recompensaré, con mis ideales del socialismo del siglo XXI que yo sólo sé. De los mudos de la miseria al poder de la palabra Es fundamental que los mudos dejen de serlo, que hablen. Los mudos de la miseria. El voto es una de las formas de hablar en democracia. Al hablar, el sujeto ejerce su condición social y desarrolla también su individualidad. Cuando el sujeto despliega su relato, se desarrolla y se fortalece, avanza en el camino de la separación de las identificaciones, pudiendo llegar a la caída de los ideales, como el que hace que los jóvenes se suiciden en la guerra santa del Corán. Nadie puede hablar por otro. Tenemos un mundo de mudos, de pobres sin palabras. En la actualidad hay en Venezuela iniciativas que apuntan a una transformación, los comités de organización popular, la alfabetización, los medios comunitarios, son un paso en esta dirección. Pero eso no sirve de nada si hay que vestirse de rojo obligatoriamente. Eso no justifica para nada que unos hablen por otros, o que se aplique una lista discriminatoria que señale preferencias electorales, que se discriminen personas por pensar de una u otra manera. La gente tiene derecho de asistir a las marchas de su preferencia, pero no es posible que algunos tengan que colocarse distintivos y asistir a ellas, para no ser discriminados, o para recibir ayudas, o para no perder las becas, o para no ser expulsados de las universidades recién creadas, las que por cierto surgen de los recursos que son de todos, del petróleo de todos. El hecho que en el pasado se hayan cometido muchos errores de discriminación política, no será nunca una adecuada justificación para cometerlos hoy ni mañana. No se puede aceptar el “o estás conmigo o estás contra mí”. Es un insulto a la inteligencia, al sujeto, a la vida, es echar atrás la historia. Para concluir, se incluye una frase del Mahatma Gandhi, el hombrecillo delgado que con su palabra y sin armas ni insultos sacó al imperio más poderoso del mundo, el británico, de su país: “Peor que las cosas malas de los hombres malos, es el silencio de los hombres buenos”. Rol de las ONG: ■ Ser ciudadanos activos que dicen la verdad, que no son aplastados por la división del “O estás conmigo o estás contra mí” y que piensan y hablan. ■ Agrupar ciudadanos que están dispuestos de decir conjuntamente verdades, basados en lo que ven y lo que entienden como individualidades, actuando en función del desarrollo colectivo y del desarrollo individual. Luchando por mejores condiciones de vida para todos, y por el esfuerzo que cada uno tiene que hacer para crecer, para ser libres. Así no serán objeto de identificaciones.

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Panel:

El Rol de las Organizaciones No Gubernamentales de derechos humanos en situaciones de polarización política Arturo Peraza, s.j., director de la Revista SIC.

Quería comenzar recordando el cómo es que llegamos a esta situación de aparente polarización política. Voy recordando así hechos como los del 27 de febrero de 1989, es decir, la polarización política no nació de la nada, no nació simplemente del discurso político del ciudadano Presidente de la República, sino que tiene como causas elementos anteriores que han ido de alguna u otra forma desarrollándose en el camino en dirección a la polarización. Hechos como el del 27 de febrero hicieron evidente una situación de desconocimiento y de discriminación social, política y económica de nuestra población. De alguna u otra manera repercutió toda la década de los 90. Termina así por explicar un problema que se vino evitando en la historia venezolana y que a mí me parece importante reconocer, porque sino se aborda la causa por la cual tiene éxito el discurso polarizante, en el fondo no podremos acabar con el discurso polarizante. El discurso polarizante solamente puede tener éxito si hay donde enraizarlo, si hay tierra abonada para que el mismo discurso tenga éxito. Sino, si no existe la tierra, por más que alguien intente un discurso polarizante, nunca podrá tener éxito, porque no tiene dónde enraizarlo. Y por esto es que uno trae a la memoria el conjunto de hechos sociales, político y económico, porque normalmente escucho a personas que son una referencia mediática referirse al 27 de febrero y a mí me horroriza darme cuenta que simplemente se le da la connotación de un acto vandálico. Entonces, me parece que eso es ausencia de un verdadero análisis de lo que ahí ocurrió, de lo que pasó y de los efectos de esos hechos. Y cuando uno no analiza los errores del pasado normalmente los vuelve a cometer. El hecho es que a la población venezolana se le sometió en la década de los 90 a una situación progresiva de exclusión, de discriminación social, económica y política. Esta discriminación tuvo manifestaciones importantes a nivel político ya para los Golpes de Estado del año 92. Incluso habría que resaltar la situación de permanente abstención que no ha sido de ninguna manera superada por el discurso político actual. La población venezolana estuvo acostumbrada durante años a una abstención a la situación política. Se empieza a notar como a finales de los 80, y específicamente durante los años 90, se da un aumento progresivo y sistemático de ausencia de participación en la etapa electoral. Y esos son indicadores del problema que se venía gestando. El hecho es que, no tengo duda de que el discurso político del ciudadano Presidente de la República enganchó en esta situación. Y enganchó en la dirección justamente de polarizar el discurso tratando de obtener ventajas políticas de esa situación, una situación real sin duda. El problema es que de eso, de esa situación, pueden pretenderse intentar caminos que busquen la solución dialogada y negociada del problema o se puede abordar el problema solo para obtener ventajas del mismo. Esa es la polarización. Esta misma polarización que fue aceptada por el otro grupo social, ha gestado un conjunto de situaciones en el país que más que haber resuelto los problemas, los ha empeorado. Uno tendría que hablar de una situación, especialmente si hay un indicador importantísimo de cuál ha sido el efecto que sirva de “punta de iceberg” de lo que ha gestado este discurso de polarización. Uno tendría que decir que es la violencia particular, que es de lo que antes se hablaba y que tiene que ver con la delincuencia. La delincuencia es un efecto inmediato y directo de este discurso polarizante. Porque al instalar un discurso violento en el que se configura la discriminación y el maltrato de personas, automáticamente se está modelando una estructura de cómo abordar el conflicto social: el conflicto social se resuelve a partir de la violencia. Puede ser violencia verbal, no violencia física, la que estamos viendo en los medios, pero es que la violencia que puede tener connotaciones meramente verbales a través de los medios de comunicación se puede transferir a otros grupos o a otros sectores, en violencia física. Y en el fondo sigue siendo eso, violencia.

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Si existe algo grave que ha ocurrido a través de la polarización en nuestra sociedad, es que se ha ido convirtiendo en una sociedad más violenta y que cada vez nos va pareciendo más normal la violencia. Violencia que puede ser una violencia de los fines de semana a través de la delincuencia, pero que también se convierte en violencia policial, se convierte en violencia política, en violencia económica. Constantemente vamos aunando elementos de violencia que de alguna u otra forma no aportan solución sino simplemente aumentan progresivamente. Y a cada elemento de violencia se busca al mismo tiempo una nueva respuesta que es polarizante y violenta. Por tanto estamos trazando un círculo agravado en el cual las ONG nos estamos viendo en el medio de esas circunstancias. En todo caso también tendría que decir dos cosas: El discurso polarizante, además del elemento de violencia, que me parece grave, tiene otras dos connotaciones. Se podrían señalar algunas más, pero estas son simplemente las que quisiera destacar en este momento: la manipulación propagandística que significa que los grupos confrontados nos ponen en las circunstancias que hablaba Carlos Genatios: “o estás conmigo o estás contra mí”. Cada bando polarizado pretende exactamente el mismo objetivo. Ni los discursos ni acciones que intentan las ONG de derechos humanos son leídas bajo el prisma de esta polarización de “o estás conmigo o estás contra mi”; de hasta dónde me conviene tu discurso y por tanto lo publico en un conjunto de medios; o hasta cuánto no me interesa tu discurso y por tanto lo censuro. Esta misma manipulación genera una situación de discriminación, porque en el fondo todo grupo o todo terreno social están leídos en esta dirección de centrarse metas sociales de uno de los grupos polarizados, siempre y cuando seas leal a este grupo polarizado, y de lo contrario, eres desleal. Así la lealtad se convierte en el criterio fundamental para regir las relaciones sociales, no son los principios sino simplemente las lealtades. Aquí es donde quisiera narrar mi historia que de pronto puede esclarecer el camino de qué hemos hecho las ONG de derechos humanos. La primera situación que me viene a la memoria son los sucesos del 11 de abril del año 2002. En esa fecha se inició un proceso de persecución política a varios funcionarios públicos del gobierno de Hugo Chávez. Eso movilizó a las ONG de derechos humanos en dos direcciones: la primera de ellas, proteger personas, cuya vida o integridad personal podían correr riesgo. El caso de Tarek es un caso paradigmático en esa dirección. En mi caso particular me tocó ir a la embajada cubana a tratar de ver cómo se hacía para convencer a aquella “horda”, porque no tendría otra forma de calificar lo que vi en ese escenario: unos carros destruidos, un grupo de gente más o menos tomada y ciertamente una situación de agresión a una embajada, honestamente no puedo calificar de otra manera la situación. Cómo se les convencía de que se retiraran, porque aquello era un hecho que más bien complicaba toda la situación y adentro había niños, que eran los hijos del Embajador y los del secretario de la Embajada. Yo entré y conseguí a los niños en un estado de pánico y de terror. Y uno veía la circunstancia de que ahí podía encontrarse asilado u oculto alguna persona que tuvo que ver con los hechos o haber sido autor intelectual de los hechos del 11 de abril, pero eso no justifica de ninguna manera este tipo de actuaciones. Como eso, hubo gente que estuvo en la Disip, velando por la integridad de los detenidos, casos como el de Liliana Ortega, concretamente. Para explicar la segunda acción que nos tocó emprender, tendría que empezar diciendo que aquellos hechos del 11 de abril tenían un nombre y ese nombre era Golpe de Estado. Ese gobierno era ilegítimo y además había un conjunto de violaciones de derechos humanos a las personas que estaban siendo detenidas. Recuerdo perfectamente a Liliana Ortega, directora de COFAVIC, intentando dar una declaración por los medios de comunicación y ser automáticamente censurada. Y uno se da cuenta que no necesariamente se pueden leer del lado del gobierno este tipo de acciones, que el juego tiene que ver con que eso de “conmigo o contra mí”. En el momento en que ellos necesitaron apoyo de las ONG de derechos humanos, si algo puede agradecer, no es que hubo un apoyo al gobierno o a las personas concretas, sino por un principio básico fundamental que es justamente creer en la dignidad de la persona, tenga la condición que tenga y haya hecho lo que haya hecho. Que había que responder ante los órganos de justicia, este es un proceso distinto. En los defectos incurridos en aquella fecha, que significaban una clarísima violación al Estado de Derecho, a la democracia venezolana y a los derechos humanos. Por tanto no hubo otro remedio que pronunciarnos sobre este conjunto de hechos. Consta en los medios esos pronunciamientos, mucho antes de que el ciudadano Presidente de la República volviera. Claro, la experiencia fue que los aparentes “amigos” de los medios, que en aquel momento ya estaban

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siendo agredidos por el Gobierno Nacional y que muchas veces obtuvieron declaraciones de varios de los miembros de las ONG de derechos humanos a favor de la defensa de la libertad de expresión de los periodistas, cuando estuvieron en la otra posición, nos censuraron. Quisiera referirme a otro hecho, que es la situación de los funcionarios de la Policía Metropolitana, otro ejemplo de discriminación. Hay ocho funcionarios detenidos desde hace cinco años, hay un conjunto de tres o cuatro funcionarios que están detenidos desde hace tres años. Se propone el indulto de la Ley de Amnistía. Uno quisiera que a través de esto la situación se resolviera, pero tenemos claro que la impunidad no es el camino para resolverlo, sino hacer verdad sobre la situación de donde provino. Y este es el primer punto donde uno tendría que denunciar. Lo que nunca ha habido es la voluntad de hacer luz sobre la situación del 11 de abril. Lo que se ha pretendido es buscar chivos expiatorios. En este caso que nos estamos refiriendo, no se podría decir en estas circunstancias que se debe proceder a una amnistía cuando se está en la situación de imputación de violación de derechos humanos, porque si admitimos esa situación respecto a unos funcionarios, que en lo personal y subjetivamente, considero que no tienen responsabilidad penal porque después de tres años o cinco años, si el Estado venezolano no ha tenido capacidad para demostrar ni probar la situación de esos funcionarios y, amén de ello, los datos que uno dispone también parecen arrojar que ellos no tienen responsabilidad penal de los hechos ocurridos el 11 de abril, pues mi percepción personal es que ellos no son responsables. Pero el modo de salir del problema no es proponiendo una ley de amnistía. El modo que salir del problema es emitiendo una sentencia. Esa situación es lo que uno se encargaría de denunciar. Es complejo tener que decir a unos funcionarios que la ley de amnistía no cabe a pesar de que la estén pidiendo y se entiende humanamente que la estén pidiendo. Pero desde la perspectiva de derechos humanos no es posible avalar esto. Lo que yo sí reconozco es que existe una circunstancia violatoria de derechos humanos, porque han tenido que estar tres y cinco años sin posibilidad de juicio y eso no debe haberse hecho ante una situación de imputación de violación de derechos humanos, no le da derecho al Estado venezolano a tener privado de libertad a una persona durante esos cinco años. El problema es como buscar una posición adecuada. Uno se pregunta cuáles son los principios en medio de esta polarización que están moviendo a las ONG de derechos humanos, cómo es que priva ese conjunto de principios. Yo señalo por lo menos cuatro medidas fundamentales. Un principio fundamental es el principio de no discriminación, y eso tiene que ver con que no interesa cómo piensa cada quien ni que piensa ni cómo actúa, todos y todas tienen derechos humanos porque son seres humanos. Estoy dispuesto a defenderla, aún si no estoy de acuerdo con esa persona. Y probablemente con quien no esté de acuerdo, por esa no discriminación, lo defenderé por doble sentido. Segundo, otro principio fundamental que nos rige son los principios de integralidad e interdependencia de los derechos humanos. La interdependencia significa que yo no estoy dispuesto a vender derechos civiles por derechos sociales, económicos y culturales o viceversa. Debemos crear procesos de integración. Una reflexión importante, por lo menos visto desde América Latina y desde mi experiencia, es que nuestro trabajo se hace especialmente desde la perspectiva del desarrollo de los sectores sociales más empobrecidos. Eso no significa una discriminación, sino un reconocimiento de nuestra realidad social. Hay una inmensa masa empobrecida donde se hace raíz todo este conjunto de discursos que generan violencia política, social y económica. Es desde ahí que tenemos entonces que abordar el discurso y empezar a progresar en el camino de posiciones. Por eso, ese tema de que la iglesia se trata de una opción por los pobres y contra la pobreza, es el tema fundamental en materia de derechos humanos. Por último creo que tendría que decir que como ciudadano, siento que las ONG nos afirmamos desde la perspectiva que tenemos de participar. Tenemos derecho a participar, no como un bando político o como un partido político, sino porque tenemos derecho a la participación. Creo que nuestro Estado no entiende qué es el derecho a la participación, porque no entiende qué es un ciudadano y una ciudadana. Entiende simplemente lo mismo que se entendió antes, ¿de qué partido eres tú? ¿De qué grupo eres tú? ¿A qué bando favoreces? Pero en el fondo no ha entendido lo que significa un ciudadano y una ciudadana. Y en la medida en que todavía no lo hemos descubierto como sociedad, en esa misma medida las ONG nos vemos en el bando de tener que optar entre opositores y favorables al Gobierno, cuando no estamos dispuestos a ello. Lo único que debemos decir es que queremos ser ciudadanos y ciudadanas y que queremos ejercer nuestros derechos.

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Ponencia:

Principales mecanismos de protección de los defensores y defensoras de derechos humanos disponibles en el sistema interamericano: Medidas cautelares y provisionales

Carlos Ayala Corao, ex presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y Presidente de la Comisión Andina de Juristas

La intervención que acaba de hacer Carlos Genatios y Arturo Peraza es el preámbulo de mi exposición. Es decir, defensores y defensoras de derechos humanos usualmente se ven sometidos a presiones y a todo tipo de hostigamientos, algunos son sutiles, algunos son impedimentos para el ejercicio de sus funciones propias como defensores de derechos humanos, a veces pasan de hostigamientos a agresiones físicas, y lamentablemente en Venezuela eso puede terminar en la muerte de estas personas. Entonces hay que decir que si hay fragilidad para las víctimas de violaciones de derechos humanos, son los defensores que ponen el propio cuerpo, sus propias ideas, sus propias organizaciones, en defensa de las víctimas, y a menudo pasan ellos mismos a ser víctimas de violaciones de derechos humanos. No es excepcional que los mismos defensores pasen a sufrir atentados a su integridad personal, atentados contra su libertad, atentados contra todas las libertades, como la libertad de expresión y atentados contra su vida. Esto es tan claro que en Naciones Unidas desde el año 95 se adoptó una Declaración sobre los Derechos de los Defensores y Defensoras de derechos humanos. Básicamente esta Declaración reconoce que la actividad que desempeñan los defensores y defensoras de derechos humanos es un derecho y al mismo tiempo una obligación de los Estados, no solamente de reconocer y aceptarlo, sino que debe garantizarse la posibilidad de su ejercicio y garantizar el poder ejercer la defensa de los derechos humanos para que nadie tenga que sufrir hostigamientos, ni consecuencias en el ámbito de su personalidad. Es un consenso después de estos eventos históricos que mencionó Carlos Genatios, que de la reconducción del orden mundial hemos sacado un consenso básico de la humanidad sobre cuáles son los derechos que están por encima de los Estados que tenemos todas las personas independientemente de nuestro origen nacional, nuestras ideas políticas, nuestra raza, nuestro color, nuestro género. Al mismo tiempo se han creado consensos en relación a su protección internacional y al derecho a su defensa y ahí viene entonces el estatuto o el status de defensores y defensoras de derechos humanos. Actualmente hay un relator especial para defensores de derechos humanos que hace visitas a los países, recaba información, hace informes, recibe comunicaciones, las tramita con los gobiernos, y presenta su informe al Comité de Derechos Humanos, hoy en día en el sistema de Naciones Unidas al Consejo. Lo cierto es que a veces se pierde mucho en diplomacia. La sociedad civil reclama más activismo al sistema de Naciones Unidas. En el ámbito del Sistema Interamericano, hay una Unidad de defensores de derechos humanos en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La Comisión ha emitido informes sobre la situación de defensores y defensoras de derechos humanos en las Américas, con una serie de recomendaciones a los Estados en distintos ámbitos. Muchas de las cosas que hemos hablado aquí están reflejadas en esos informes y en las recomendaciones a los Estados. Luego tenemos que revisar qué hacer en situaciones de extrema gravedad, de urgencia donde se corra un peligro inminente en relación a la vida o a la integridad personal o al trabajo mismo de defensores de derechos humanos. Es decir, si todo lo que se ha conversado anteriormente llega a situaciones extremas, qué respuesta internacional puede haber en el sistema interamericano; cuando se ha roto la salvaguarda de su jurisdicción en un país por ejemplo; cuando se han roto las alarmas institucionales en el país, las advertencias públicas no funcionan; cuando las redes de solidaridad no sirven; cuando, por ejemplo, se ha pedido una medida de protección o cuando no se pueden pedir porque no se confía en el sistema; o cuando se estima que no es la medida de mayor protección.

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En situaciones de normalidad tales medidas de protección se pueden pedir a los cuerpos policiales, al Ministerio Público, a la Defensoría del Pueblo, pero qué hacer cuando no existe tanta confianza en las instituciones. Precisamente es en esas situaciones podemos recurrir a la figura de las medidas de protección urgente. En el ámbito de la CIDH, más por su práctica porque ciertamente no está expresamente contenido en la Convención Americana, se han adoptado la práctica de las medidas cautelares. Medidas cautelares que no están previstas, pero se consideran que son medidas inherentes a la función misma de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La propia Corte Interamericana ha validado esa práctica de las medidas de la Comisión Interamericana que son para casos de gravedad y urgencia. La Comisión, por iniciativa propia o a petición de alguna parte, le puede solicitar al Estado la adopción de medidas cautelares para evitar daños irreparables a las personas. ¿Cómo funcionan? Normalmente si se necesita la protección de un defensor, de una defensora o de un grupo de personas pertenecientes a una organización, se podrá dirigir una comunicación a la Comisión Interamericana, incluso si ésta no está en disponibilidad porque no es un órgano permanente, debido a que el presidente en consulta con los demás miembros puede adoptar la decisión. En el caso de Venezuela, la política de Estado adelantada por el Agente (es decir, por los abogados que representan al Estado), visible en declaraciones públicas y además por si fuera poco, en sentencias como la sentencia 1.942, desconoce el poder cautelar de la Comisión. Es decir, la posición oficial del Estado venezolano es que la Comisión no tiene facultades para dictar medidas cautelares. El comisionado venezolano Freddy Gutiérrez, en una conferencia, expresó esta postura y fue objeto de repudio no solamente de las ONG sino de la propia Comisión Interamericana, la cual le impuso una amonestación porque había expresado un criterio que ponía en desprotección a los defensores y defensoras de derechos humanos. Como esa es la política del Estado venezolano, nos preguntamos qué hacer. Hay un segundo estamento, las medidas provisionales de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que si están previstas en la Convención Americana, en el artículo 63.2, el cual dice expresamente que “en los casos de extrema gravedad y urgencia, cuando sea necesario estabilizar daños y reparar a las personas, la Corte en asuntos que esté conociendo, podrá adoptar medidas provisionales que considere pertinentes”. Pero si se tratase de asuntos que no esté sometidos a su conocimiento podrá actuar a solicitud de la Comisión. Esto significa que debemos documentar cada situación de extrema gravedad y urgencia relacionada con hostigamientos, amenazas, con situaciones de fragilidad de los defensores y defensoras de derechos humanos debemos documentar. ¿Cómo documentar una llamada por ejemplo? Guardando los mensajes o anotando el número de teléfono desde donde se originó la llamada. También se pueden presentar panfletos anónimos, agresiones verbales en la calle, pero cuando se va creando un clima de extrema gravedad y urgencia, hay que evitar daños irreparables. El mecanismo es documentar esa solicitud, presentar fundamentos de prueba que sean determinantes, para luego dirigirnos a la Comisión Interamericana, y ésta es la que acude y se dirige a la Corte Interamericana, si es que no hay ningún asunto pendiente, es decir, si no hay un caso pendiente. Si hay un caso pendiente, entonces podemos dirigirnos directamente a la Corte. Esto es importante desde el punto de vista procesal, que si estamos en un asunto pendiente ante la Corte, nosotros mismos como representantes de la víctima, podemos dirigirnos a la Corte. Sino, el mecanismo es que la Comisión es quien tiene que pedirlas. La Corte tiene diversas medidas provisionales de protección, lo interesante es ver en el caso venezolano cuáles son y qué peculiaridad ha existido. La señora Guerrero Galucci y Martínez Barrios sufrieron unas amenazas muy complicadas que se concretaron en heridas de bala, en un secuestro temporal por agentes policiales. La Corte, al conocer de estas amenazas contra esta defensora de derechos humanos, ordenó al Estado venezolano su protección y dijo que se trataba de medidas de protección que debían mantenerse vigentes mientras así lo dijera la Corte. En el año 2004 Carlos Nieto Palma, defensor de derechos de personas privadas de libertad, fue objeto de una serie de acosos, llamadas telefónicas, visitas de los funcionarios de la DISIP, convocatorias a sedes de la DISIP, donde fue interrogado intensamente, inclusive esos interrogatorios incluyeron preguntas sobre el financiamiento de su organización y cuál era la fuente del financiamiento; por qué estaba defendiendo a estudiantes detenidos que estaban manifestando en contra del Gobierno y por qué habían estado defendiendo a una muchacha que fue detenida

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en la plaza Altamira. Todo ello fue creando un clima de hostigamientos contra Carlos Nieto que llevó a que se solicitaran las medidas y estas fueran acordadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Desde el año 2002 Liliana Ortega y el equipo de COFAVIC, comenzaron a recibir llamadas, mensajes electrónicos anónimos manifestando amenazas contra la vida, siguieron una serie de pronunciamientos, de panfletos, publicaciones, algunas de ellas oficiales, insultos, y eso llevó a que la Corte Interamericana el 27 de Noviembre de 2002 acordara por primera vez las medidas provisionales. Las ha ratificado en diversas oportunidades. Quiero detenerme hacer una observación muy importante. Cuando la Corte Interamericana acuerda una medida de protección es un requerimiento al Estado para que le dé protección a la persona. La protección no puede ser impuesta por el Estado. Recuerdo un caso en ciudad de México, en el cual los defensores no querían la custodia policial y se acordaron ciertas medidas, que incluían un sistema de grabación de seguridad de la puerta para tener el control de quiénes entraban y quiénes salían y quiénes estaban por la zona; un sistema de rondas policiales; un sistema de teléfono donde se llamaría urgentemente a la policía para que acudiera en casos necesarios; y una persona contacto para coordinar la seguridad. Esto quiere decir que la medida de protección no puede implicar lo que el Estado quiere y cómo lo quiera. Por ejemplo, en casos donde haya habido un acoso policial, la protección no puede venir de ese mismo cuerpo policial. Es como si a Carlos Nieto le hubiesen puesto una protección de la DISIP, el mismo cuerpo que lo estuvo acosando. En el caso de la señora Galucci si podía ser la DISIP porque el acoso que sufrió venía de la Policía del Estado Guárico. Entonces, la medida debe ser planificada con la participación de la persona afectada. Surgió la segunda tesis del Estado venezolano que señala que como es un Estado soberano no debe informarle a la Corte las medidas de protección que haya adoptado. El Estado venezolano asumió que tampoco tiene que rendir informes, y solo puede él decidir sobre esas medidas, reafirmando así su posición de Estado soberano. Asumió así una actitud de rebeldía y no informó a la Corte de las medidas que estaba adoptando. Los abogados consideramos que estos límites son los que permiten hacer jurisprudencia y en el 2005 se aprobó una importante resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que incluyó varios casos de medidas provisionales en Venezuela, donde la Corte expresó claramente al Estado venezolano que un tratado de derechos humanos se debe cumplir de buena fe, que nadie había obligado al Estado venezolano a firmar la Convención Americana, pero siendo Estado parte debe cumplir las obligaciones de buena fe y quien determina la jurisdicción es la propia Corte, y no se puede alegar el derecho interno para justificar el incumplimiento, según lo estipula la Convención de Viena sobre el derecho de los tratados. A esto Venezuela respondió que no había ratificado la Convención de los Tratados de Viena, por lo tanto no tiene la obligación de no poderse excusar con su derecho interno. A lo que la Corte respondió que esas son normas hoy en día de derecho internacional consuetudinario, así que aunque no haya ratificado dicho tratado igual está obligado, por lo tanto debía cumplir con la Convención Americana y las órdenes de la Corte, de lo contrario, incurriría en una infracción a la Convención, y además hizo la advertencia que notificaría a la Asamblea General de la OEA, que el Estado venezolano estaba incumpliendo las órdenes de la Corte. Por último, el Estado alegó que ya no había peligro y que no tenía ningún sentido mantener las medidas provisionales y solicitó su levantamiento. La Corte aceptó la solicitud, evaluó la situación y en la próxima resolución concluyó que debían mantenerse en vigencia. El caso de Venezuela es un ejemplo del sistema engorroso que impone el Estado cuando hay medidas provisionales, tratan a la Corte Interamericana como un Estado extranjero y entonces el Ministerio Público asume la potestad de homologar la decisión de la Corte Interamericana. Así, visto que la Corte estaba exigiendo las medidas provisionales para COFAVIC, solicita al juez de control que conozca la solicitud, no la orden de la Corte, y acuerde las medidas. Entonces se convierte en un engorrosísimo procedimiento ante jueces de control, que es el que da la medida y controla el cumplimiento. La Corte le aclaró al Estado que en definitiva era esta quien decidía si había cumplimiento o no y que las medidas de protección deben ser acatadas directamente por el Estado venezolano por orden del tribunal internacional, y el juez de control no es competente para decidir sobre su cumplimiento. Hemos puesto en conocimiento a la Corte

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Interamericana que el Estado venezolano no se está tomando en serio las decisiones de un tribunal internacional con base en un tratado y está intentando, por solicitud del Ministerio Público, de homologar y crear un nuevo procedimiento en el derecho interno para poder ejecutar las medidas provisionales internacionales. La Corte ha ratificado, por ejemplo, que las medidas provisionales se mantienen en plena vigencia y produce su efecto útil hasta que este tribunal ordene su levantamiento y lo notifique al Estado. La Corte ha venido afirmando esta competencia. Sin embargo, al día de hoy hay esta duplicidad. El próximo 26 de marzo tenemos una nueva audiencia del caso COFAVIC y hace un mes una audiencia por el caso de Carlos Nieto, por ejemplo. Voy a terminar señalando un efecto interesante e indirecto que se presentó cuando solicitamos las medidas provisionales en el asunto de los internados judiciales. Cada vez que los defensores de derechos humanos dan un informe, participan en un juicio ante la Corte Interamericana, hacen un pronunciamiento, les cae encima las declaraciones de medios oficiales. En el caso de Humberto Prado, coordinador de Observatorio Venezolano de Prisiones, luego de la solicitud de las medidas, el Ministro de Interior y Justicia, el Director de Prisiones y el Diputado presidente de la comisión de derechos humanos, descalificaron a Prado, acusándolo de “traidor a la patria” y de que estaba conspirando contra el Gobierno. Cuando lo planteamos en la audiencia de las medidas de las personas detenidas en la cárcel de la Pica, se originó una reacción de uno de los jueces de la Corte, quien le llamó la atención al Estado por los hostigamientos y ataques verbales y morales. Y es interesante como en la medida provisional que obtuvimos para la cárcel de la Pica, después de la intervención del juez Antonio Cançado Trindade, la Corte dijo que es un deber del Estado proteger y respetar las funciones que puedan desempeñar las organizaciones no gubernamentales y otro grupo de individuos que defiendan los derechos humanos y las libertades fundamentales, incluidas las de personas privadas de libertad. Aunque no era una medida provisional para el Observatorio Venezolano de Prisiones ni para Humberto Prado, por el hostigamiento que se estaba recibiendo en este caso, la Corte dijo que estas organizaciones y estas personas constituyen un complemento a los esfuerzos realizados por el Estado en virtud de su posición de garante de los derechos humanos. Lo que dejamos como conclusión es lo siguiente: En sociedades polarizadas, en Estados de derecho desdibujados, en democracias frágiles, la consecuencia directa va a ser mayor fragilidad en el trabajo de defensores de derechos humanos. Estamos concientes de eso. Debemos hacer un trabajo a su vez para defender los derechos de los defensores y defensoras de derechos humanos porque están en la línea de fuego. Como no se puede obtener en muchas de esas circunstancias protección nacional, quedan entonces las medidas internacionales. En las Naciones Unidas está el Relator de defensores de derechos humanos, en la OEA, la Comisión Interamericana con las medidas cautelares y Corte Interamericana con medidas provisionales. Una vez que estas sean decretadas el Estado tiene la obligación de respetarlas, tiene que informar cada dos meses a la Corte, las ONG presentan observaciones sobre las medidas de cumplimiento y la Corte las analiza. Está presente el engorroso procedimiento intentado por el Estado venezolano, a través de un procedimiento interno judicial. Sin embargo, con estas limitadas capacidades en el área de trabajo, son los recursos que tenemos y con estas es que tenemos que trabajar.

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Panel:

Los comités de víctimas en Venezuela: presente y futuro Raúl Cubas, activista y familiar de víctimas de violaciones de derechos humanos

En este panel contamos con personas que forman parte de distintos comités de familiares de víctimas de violaciones a los derechos humanos de varias regiones de Venezuela. La dinámica planteada para llevar adelante este Panel es la siguiente: cada panelista va a tener 10 minutos para contestar unas preguntas que permitan hacer una síntesis de las distintas experiencias, y luego vamos a abrir la participación a todos ustedes para que intercambien y complementen esta rica experiencia de los comités de familiares de victimas en Venezuela. Me acompañan en el podio: el Comité de Familiares de Víctimas de Atropellos Policiales y Militares del estado Anzoátegui (COFIVANZ); este comité nace en el año 2002 y está registrado como ONG desde el año 2004 y nos acompaña Graciela Fajardo, en representación de este grupo, madre de Luís Gregorio Ojeda Fajardo, asesinado en enero 2001 por funcionarios policiales del estado Anzoátegui. También nos acompaña la Fundación Donato, organización creada en el 2004, agrupa a familiares de víctimas contra la impunidad, que luchan incansablemente demandando justicia y sanción a los responsables de las muertes de sus seres queridos. En representación de este grupo nos acompaña la Sra. María Cecilia de Donato, esta organización está ubicada en El Tigre, también en el estado Anzoátegui. Nos acompaña también, Yris Medina del Comité de Familiares de Víctima de los Sucesos de Febrero y Marzo de 1989 (COFAVIC), en representación de esta organización conocida por los sucesos del Caracazo de los que hoy se cumple un nuevo aniversario. Por último nos va a acompañar Jean Carlos Guerrero, quien es el director de COPRODEH, comité de Victimas de violaciones a los derechos humanos de Falcón. Jean Carlos es el hermanos de Jimmy Guerrero quien fue asesinado en enero 2003 por presuntos funcionarios de la policía de Falcón, este comité está funcionando en este estado en el año 2005. Tengo que agradecer a COFAVIC que me hayan vuelto a invitar a participar de este espacio, donde siempre comparto con ustedes; espacio del que formo parte, no como defensor de derechos humanos, sino en mi condición de víctima de violación de los derechos humanos y hermano de dos detenidos-desaparecidos durante la dictadura militar en Argentina, cuando tenían 18 y 21 años y que hasta el día de hoy se encuentran en esa inhumana y cruel situación. En mi caso particular, por haber sido luchador, social y revolucionario fui detenido y torturado en mi país de origen Argentina, permaneciendo como detenido-desaparecido, durante 2 años y medios en la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA). Tuve la suerte, de sobrevivir y poder contar esta experiencia, y durante años, aportar como testigo en juicios que se fueron realizando en Argentina durante estos últimos 30 años y que hoy se siguen realizando por una de las virtudes y características de los comités de familiares de víctimas, la persistencia, la perseverancia, y la memoria. Entonces, por eso me siento cómodo en este espacio porque estoy seguro que compartimos, las mismas angustias, los mismos dolores, y también similares experiencias de lucha para alcanzar, verdad y justicia. Hablar de las experiencias de los familiares de víctimas de violaciones de derechos humanos y recorrer el camino que uno ha realizado para lograr verdad y justicia es lo que quiero compartir. A 30 años de los hechos que me tuvieron como víctima, y víctimas a mis familiares, una de las cosas que salta a la luz es que ese tiempo que parece tan largo, se ha hecho corto porque los familiares durante todos estos años, se han organizado y luchado de distintas maneras. En el caso de la Argentina que es donde yo provengo y que conozco más la realidad, se han organizado como Madres de Plaza de Mayo, Abuelas, Hijos, ahora Hermanos. Todas esas organizaciones que tienen distintas formas sociales o jurídicas tienen en común que sus componentes son familiares de las víctimas; que son precisamente los más interesados en lograr y alcanzar justicia y verdad para sus y en memoria de sus familiares. Este fenómeno organizativo de los comités de familiares se repite en distintos países de América Latina, lo que nos indica que hay muchas experiencias comunes en la región. Alcanzar la verdad y la justicia es un proceso largo. En Argentina, por ejemplo, han transcurrido treinta años de las violaciones de los derechos humanos durante la última dictadura (1976-1983); y la semana pasada, gracias a la persisten-

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cia de los familiares de las víctimas, se ha logrado llevar a juicio oral a militares de la Marina que cometieron la primera masacre en una dictadura anterior, en el año 1972, la recordada masacre de Trelew. Este fue un hecho que se presentó como un intento de fuga, la Marina fusiló a 19 prisioneros políticos y quedaron tres sobrevivientes. Luego esos tres sobrevivientes fueron desaparecidos durante la otra dictadura militar. De aquellos hechos, no queda nadie vivo, sólo quedan los familiares y los represores. Hace dos años los familiares reabrieron las causas que no habían sido investigadas durante siete gobiernos democráticos y dos periodos de dictadura. Nunca se había investigado ni política ni judicialmente, sólo un libro del escritor también desaparecido, Francisco “Paco” Urondo, dio cuenta de los testimonios de esa masacre. Cuando la Corte Suprema de Justicia dictaminó la inconstitucionalidad de las leyes de obediencia de vida, posibilitó que crímenes que se habían cometido como estos hace 35 años, pudieran investigarse. Esta semana está comenzando el juicio oral. Los padres de tres de las personas que activaron esta demanda tienen todos más de 85 años y los que los acompañan son los hijos y compañeros de los desaparecidos. La justicia es posible, pero sí y solo sí, los familiares persisten en mantener la memoria y en hacer todas las actividades, ya sea de denuncia en los medios de comunicación, acciones judiciales ante los tribunales nacionales e internacionales, y también todas las actividades de educación y solidaridad hacia el resto de la sociedad donde se cometen estas violaciones a los derechos humanos. La mejor manera de aprender es nutrirse de las propias experiencias. Durante estos 35 años nunca nadie en Argentina supo donde estaba el militar responsable de la masacre de Trelew, no daban cuenta de él ni las autoridades ni las investigaciones de la Fiscalía. ¿Saben cómo cayó en manos de la justicia? Por la memoria de un familiar. Cuando la Fiscalía ordena la detención de los presuntos implicados, tenía el domicilio donde se localizaba a ese marino 30 años atrás, procedieron a allanarlo y cuando allanan el domicilio encontraron viviendo en él a un matrimonio joven de 30 años. Al recibir a los funcionarios, estos dicen que buscan al marino responsable de los hechos y el muchacho que abrió la puerta exclama que él era hijo de desaparecidos, y recordó que sabía donde vivía esta persona, porque fue esa misma persona la que le vendió el apartamento. Por eso pienso que la memoria de las víctimas y la lucha que mantuvieron los familiares por más de 30 años, permitió que este capitán fuera detenido. La Fiscalía inmediatamente procedió con la información de esta víctima “de la otra dictadura” (1966-1973) a detener al militar represor y de esta manera comenzar a realizar celebrar el juicio oral. En síntesis, los comités de familiares tienen en común la persistencia, la paciencia y la memoria como atributos de su accionar. Y para comprobar que esta realidad se encuentra presente en la experiencia venezolana, ahora cada representante de los comités de víctimas va a tener 10 minutos para explicar su experiencia para que todos podamos revisar y aprender de las mismas. COFAVIC redactó unas preguntas orientadoras que me he permitido agrupar en dos bloques: ¿Qué ha motivado a los familiares a organizarse en comités o en fundaciones? ¿Para qué lo hacían, si para unir fuerzas, para hacer presión y dar a conocer sus casos delante la opinión pública, como manera de acompañarse y compartir el dolor y compartir una misma situación tan desgraciada? Después que compartan la experiencia que tienen, deberán resumir qué ventajas ven en esa forma de organización que ustedes han adoptado y también, los obstáculos que han tenido. La última parte tiene que ver con el objetivo del panel, y se trata del futuro de estos comités y de la lucha que llevan adelante. Les pedimos que compartan con nosotros qué aspectos creen que se deben fortalecer dentro de las organizaciones para sostener esta lucha en el tiempo. Si deben lograr mayor reconocimiento público, si deben alcanzar mayor solidaridad del resto de la sociedad, si enfrentan problemas de financiamiento. También lo relacionado a fortalecer la motivación y la perseverancia para no caer en la desesperanza, que es lo que los violadores a los derechos humanos pretenden: olvidar esta lucha y que caigamos en la desesperanza.

Graciela Fajardo, por COFIVANZ Mi nombre como dijo el señor Cubas es Graciela Fajardo. Soy madre de Luís Gregorio Ojeda Fajardo, quien murió el 20 de abril 2001, ajusticiado por funcionarios de la policía del estado Anzoátegui. Pasados unos pocos días tuve que caminar mucho y convertirme en una persona muy distinta a lo que era antes, pero mi afán de tener algún día justicia

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y que no haya impunidad, que no hayan más muertos, que no hayan más madres que lloren a un hijo y que este dolor que yo siento y que sienten muchas madres se termine, que no haya más impunidad. Ese es mi fin y mi norte. Como miembros del comité nos agrupamos con el deseo de tener compañía, de ayudarnos mutuamente, de hacer fuerza ante las instituciones del Estado, porque a una sola persona es más fácil decirle que no, que decirle no a muchas. Somos muchas personas que empezamos en el comité, pero lamentablemente unos se han cansado y se han ido. Han venido muchos pero algunos se han quedado y otras se han retirado. De la etapa inicial en 2001 cuando empezamos, solo quedo yo. Después de eso vinieron muchas más personas que están luchando porque queremos justicia y que no haya impunidad. Si algún día se termina con la impunidad, también se terminará con la inseguridad porque esto es lo que la genera.

Jean Carlos Guerrero, por Coprodeh Mi nombre es Jean Carlos Guerrero, pertenezco al comité de derechos humanos del estado Falcón. Mi transformación de víctima a defensor de derechos humanos ha sido una experiencia conmovedora, ya que mis inicios como activista comienzan justamente con la muerte de mi hermano a mano de funcionarios del estado Falcón. Había una práctica en el estado Falcón con muchos otros falconianos pero como la ciudadanía no tenía, o hemos perdido a través de estos mecanismos de defensa, esa sensibilidad humana que hemos hablado en la mañana y esa capacidad de solidaridad con los demás, no nos hacemos solidarios sino hasta que no vivimos la experiencia. Decimos, bueno, me tocó, también yo puedo ser víctima, me doy cuenta que puedo ser víctima, y comienzo a conseguir los mecanismos para tratar de conseguir justicia en un país tan injusto como el que tenemos nosotros. Es ahí justamente donde comienza mi preparación junto al equipo de COFAVIC, que empezó a brindarme ese conjunto de herramientas y de información para ir preparándome y abonar un camino importante en lo que era una lucha por la protección de los derechos humanos en el estado Falcón. Ahí nacemos como organización, justamente por la necesidad de reclamar justicia, justamente por sentir de que una sola voz en un Ministerio Público, no hace ningún eco. En la medida que pudiéramos unir esfuerzos, en la medida que pudiéramos agruparnos como familiares y como víctimas, y empezar a exigir al Estado que respondiera ante los hechos que estábamos viviendo, iba a ser una piedrita en los zapatos de quienes están encargados de la justicia. Justamente con esa visión, con esa creencia, es que nos agrupamos como organización no gubernamental. Justamente con esta experiencia conocí que no solamente en la muerte de mi hermano violaron su derecho a la vida sino otros derechos como por ejemplo el del debido proceso, hicieron una ejecución arbitraria respecto a su vida, un conjunto de derechos que violaron cuando le cercenaron la vida. Desde ese momento hemos estado trabajando en esa lucha por lograr justicia equilibrada, gracias a esa formación que hemos estado recibiendo. Hablando un poco de las metas y las fortalezas, obviamente una debilidad enorme son los mecanismos de impunidad que emplea el Estado como respuesta a cada una de las diligencias que podemos hacer ante el Ministerio Público. Es importante resaltar que muchas veces ni si quiera a las víctimas le muestran sus expedientes, solo reciben la información que da el fiscal del caso. Ni siquiera dejan que uno toque el expediente. Como organización también nos encontramos con esa limitante, a veces tenemos que recordarles que el COPP establece la posibilidad de ejercer acciones a favor de las víctimas. Además este Código nos da características de víctimas y aún así la Fiscalía nos niega el expediente. Ante la falta de respuesta se limita nuestra acción. Las diligencias tardan años en llegar al expediente, eso empieza a ser una limitante porque empieza a aguarapar el guarapo, no tanto de nosotros sino de las víctimas, que se sienten insatisfechas porque no tienen respuesta, porque sienten que el Estado no está actuando y que nos hacen ver que es como una pelea. Nosotros tan pequeñitos y ellos tan grandes y empezamos a tener miedo, a abandonar el trabajo. Como organizaciones también es una debilidad el financiamiento. Sin embargo, la motivación nos ayuda a seguir en la lucha, de querer mirar hacia delante, de querer conseguir de alguna u otra manera el acceso a la justicia. En el caso de Falcón hay 250 víctimas reconocidas por el Ministerio Público y solo 3 están en etapa de juicio y uno está terminando juicio, con lo cual se hace evidente la impunidad, lo que obviamente, nos afecta nuestro trabajo como ONG.

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María Cecilia de Donato, por la Fundación Donato Soy María Cecilia de Donato, presidenta de la Fundación Donato. El 28 de marzo de 2003 asesinaron a mi esposo en cinco minutos, yo me salvé milagrosamente porque se encasquilló el arma. Empezó así la penosa lucha por la justicia, a pesar de haber visto y reconocido a los asesinos de mi esposo, y haber tenido la ayuda de la población de El Tigre, que de alguna forma me retribuía todo el esfuerzo que yo le di a través de mi farmacia. Conté con el apoyo de la sociedad, que llenaron de denuncias a los cuerpos policiales y estos no actuaban. El esfuerzo con el Poder Judicial, que hasta ese momento con mi mera formación de farmaceuta, no tenía ni siquiera la mínima noción de cómo era la justicia venezolana. Pasado más de ocho meses y suspendidas las audiencias, recibo una llamada que dice que para la próxima audiencia habían dado 50 millones para dejar libertad a los asesinos de mi esposo. En ese momento tomé la decisión de declararme en una huelga de hambre en los tribunales de El Tigre. En ese momento me consigo con un grupo de personas, que al igual que yo, eran víctimas del Poder Judicial, de esa impunidad. En total reunimos 36 casos, algunas personas se han cansado, se han retirado, otras hemos seguido nuestra lucha, al punto que en el 2004 y 2005 hicimos una huelga frente al Tribunal Supremo de Justicia. Logramos la intervención del Circuito Judicial Penal de El Tigre y la destitución de los 7 jueces penales. Eso no bastó, porque a pesar de eso, a pesar del caso de la Sra. Luisa Fernández, a quien le asesinaron un hijo hace nueve años y medio y recientemente se repuso la causa; seguían escondiendo los expedientes en El Tigre y los jueces nuevos siguen en la misma corrupción. Sin embargo, seguimos nuestra lucha. Mi caso fue radicado a Caracas. Ya hay sentencia firme para los tres responsables. La sentencia no me repone de mi dolor, simple y llanamente el muchacho que asesinó a mi esposo era un muchacho de 20 años y al verlo me pregunté qué pasaba con él. ¿Por qué este muchacho de 20 años llegó a hacer eso?, aunado a que ya tenía dos muertes más, un profesor y una señora que estaba embarazada. ¿Por qué los cuerpos policiales en el momento que hubo el primer asesinato no lo había capturado, si todo el mundo lo sabía? ¿Qué pasaba con él? ¿Por qué no había antecedentes penales? Todo eso me llevó, más el dolor de las otras víctimas, a fundar la Fundación para luchar contra la impunidad de un Poder Judicial que supuestamente tiene un COPP perfecto, pero la Fiscalía está cargada de casos y no actúa como debe actuar. Donde los cuerpos policiales no protegen del crimen, más bien desaparecen pruebas. Hay un gran problema, una sociedad venezolana que se ha acostumbrado a la violencia, que pretende solucionar el problema de la impunidad con más violencia, que toma la venganza en sus propias manos y que, diariamente, nos viola derechos humanos; y nosotros no respondemos como sociedad, sino queremos hacerlo de manera individual. En El tigre hay asesinatos todos los días, tenemos policías que violan derechos humanos; un alcalde que viola leyes, que se cree impune; y una sociedad que muchas veces llamo la sociedad de los cómplices, porque avalan todas esas arbitrariedades sin darse cuenta que están en contra de ellos mismos. Ahora que terminó mi juicio, he tomado la decisión de crear en El Tigre un club de víctimas, porque en la mayoría de los casos hay mucho miedo de las actuaciones de los funcionarios; otras personas le dejan a Dios la justicia. Quiero que tengamos la oportunidad de reunirnos y darnos un apoyo espiritual, moral y para hacer entender, poco a poco, que los derechos humanos hay que defenderlos y que queremos un país mejor. Para eso tenemos que seguir luchando y para un país mejor necesitamos el respeto a los derechos humanos, el respeto al ser humano y que no importa si en algún momento de nuestras vidas nos ataque algo de la violencia. No podemos responder con la misma violencia, tenemos que tratar de todas maneras de desmontarla. Yo me pregunto en qué nos habíamos equivocado mi generación, porque la mayoría tuvimos oportunidad de estudio y de desarrollo. Creo que la falta estuvo en cómo funcionar como una sociedad. Actualmente ese es el problema, no funcionamos como sociedad sino de manera individual. Si el policía nos amenaza, tratamos de sobornar al policía; y así seguimos en esa cadena. Esta es la razón por la que sigo en esta lucha, a pesar de que mi caso terminó. Les digo a mis hijos, que a veces se traumatizan porque he recibido una amenaza y varios ataques a nuestras propiedades, que si Dios en marzo del 2003 me dejó con vida es porque algo tenía que hacer en este mundo. Yris Medina, por COFAVIC Mi nombre es Yris Medina, soy fundadora de COFAVIC. Mi lucha como defensora en derechos humanos empieza el

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2 de marzo del 1989, cuando asesinan a mi esposo dentro de mi casa con mi bebé de tres meses en sus brazos. A mi hija, gracias a Dios, no le pasó nada. Hoy tiene 19 años. Para nosotros tampoco ha sido fácil estar donde estamos ahora. Para aquel tiempo no tenía ni idea de qué era lo que estaba pasando. Tenía 19 años de edad y vivir esa experiencia fue muy traumático, pero tuve que levantarme y dejar ese dolor atrás para salir a defender el caso de mi esposo, porque lo mataron injustamente. En esa época llegaron a mi casa dos personas, entre esas, Liliana Ortega. Ella me anima a denunciar el caso ante la Fiscalía, a unirme con otros familiares y empezar una lucha para aprender nosotros mismos a ir a una Fiscalía y a buscar respuesta por los hechos del 1989. Entonces, nos agrupamos un grupo de mujeres y hombres familiares de víctimas, y otras personas que colaboraron con nosotras. Ha sido un camino largo, hicimos muchas cosas para ser escuchadas. En la Fiscalía nos decían: “Ahí viene el grupo del sacudón”. Era difícil y humillante, pero eso no nos detuvo y seguimos adelante. Eso nos levantó para seguir haciendo muchas cosas, como encadenarnos afuera de Miraflores para que se abriera la fosa común en el Cementerio General del Sur, y se vieran los cuerpos que estaban enterrados. Luego de escuchar a los representantes de otros comités, siento que todo esto ha dado muchos frutos. A raíz de la experiencia de 1989, hemos podido llegar a otros estados con nuestro trabajo de derechos humanos. Ha sido un trabajo para nosotros bastante lindo y satisfactorio. Nuestro mayor logro ha sido que la gente haya conocido sus derechos humanos. Nosotros que en aquel tiempo no conocíamos el significado de la frase derechos humanos. En mi caso, siento que he crecido enormemente, siento una gran capacidad de pararme donde sea y hablar, promover y educar sobre derechos humanos. En COFAVIC hemos avanzado mucho, pero el camino todavía es largo y falta mucho por recorrer.

Comentarios finales, por Raúl Cubas Un aspecto coincidente es que casi todos hicieron referencia a un antes y un después de las violaciones de derechos a sus familiares. La compañera Graciela Fajardo decía “soy una persona distinta a la que era antes de que me sucediera esto”. Creo que eso es una constante en la experiencia de los familiares. Habría que acotar que no solo se es una persona distinta, estoy convencido que la mayoría son mejores personas que antes, porque trascendieron de lo individual a lo colectivo, creen y practican la solidaridad para con los demás. Se dedicaron no solo a sus casos, sino a los casos de los demás y de la sociedad en su conjunto. Se ha desarrollado un proceso que los ha transformado de víctima a defensor de derechos humanos. Sobre las ventajas, hay coincidencias que el beneficio fundamental de agruparse y de organizarse es la fortaleza de la unidad, de poder actuar con otros u otras que tienen el mismo problema. Evidentemente el obstáculo fundamental es el tema estructural de la impunidad que es el gran desafío a vencer. Destaca como obstáculo relacionado con la impunidad, la denominada sociedad de cómplices de la que hablaba la representante de la Fundación Donato. El tema de que la violencia ha venido siendo aceptada como una pauta normal de vida. Ya nadie se asusta de la cantidad de gente que muere los fines de semana, ya nadie comenta cuando se denuncian situaciones de violación de los derechos humanos o de casos de grupos de exterminio. Casos como el de Barinas y Portuguesa, por ejemplo, no son tema de discusión ni de preocupación en el ámbito nacional. Por eso vencer esa sociedad de cómplices debe ser parte de la estrategia para fortalecer los comités. Como obstáculos, también están todas las situaciones que viven los defensores de derechos humanos que tienen que ver con los ataques y las amenazas, con el tema de la limitación de los recursos, ya sea de financiamiento para aquellos que están más estructurados o de recursos para aquellos que hacen fundamentalmente labor humanitaria voluntaria. Cabe destacar que los recursos financieros son importantes, pero siempre digo que el recurso más importante es el ser humano, el familiar que esta ahí todos los días. Hay experiencias en América Latina de comités, de grupos de familiares, que obtienen los recursos que dan los propios integrantes y el resto lo logran venciendo a esa sociedad de cómplices, o captando una parte de esa sociedad que es solidaria. El tema de lograr solidaridad o empezar a vencer esa sociedad de cómplices también puede ayudar a vencer el problema del financiamiento.

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Ponencia:

Situación de los defensores y defensoras de derechos humanos en Venezuela José Gregorio Guarenas, coordinador general de la Vicaría Episcopal de Derechos Humanos de la Arquidiócesis de Caracas

La Vicaría de Derechos Humanos de Caracas, junto con otras organizaciones como COFAVIC, ha venido desde hace aproximadamente 6 años presentando información ante el sistema interamericano de derechos humanos sobre la situación de los defensores y defensoras de los derechos humanos en Venezuela. La investigación denominada Situación de los Defensores y Defensoras de Derechos Humanos en Venezuela, abarcó un período de diez años entre mayo de 1997 y mayo de 2007. Si bien es cierto que la Vicaría prestó la imagen para respaldar el Informe, en la investigación participaron muchos investigadores de otras organizaciones como PROVEA, COFAVIC y una persona con la que ustedes acaban de compartir, Raúl Cubas, quien estuvo trabajando con nosotros durante un tiempo bastante intensivo en la elaboración del informe. Esto es un elemento positivo del Informe. El informe hace una investigación con base en un periodo de 10 años, dos años del gobierno del ex-presidente Caldera y ocho años del gobierno del presidente Hugo Chávez. También contiene un resumen de los antecedentes históricos acerca de cuál ha sido la relación entre las organizaciones de derechos humanos y el Estado venezolano. Como de alguna manera hemos venido trabajando e incidiendo en algunos campos, la investigación pretende dar a conocer cifras para sensibilizar, porque una de las grandes dificultades que nosotros hemos encontrado con la investigación, es que el tema no está en la opinión pública. Pareciera que el tema sobre la situación de defensores y defensoras de los derechos humanos es invisible, inclusive para algunas de las organizaciones con las que hemos venido trabajando. La investigación también abarcó la categoría amplísima de Naciones Unidas, referida al papel de los individuos encargados de promover y proteger los derechos humanos. Esta Declaración hace una interpretación más amplia del concepto, es decir, va mucho más allá de las organizaciones clásicas de derechos humanos, estamos hablando no solamente de las organizaciones que se constituyen para hacer defensa, sino también de comités de víctimas de familiares, que se constituyen para defender sus propios casos; también de sindicalistas que se organizan para defender los derechos de los trabajadores; y de campesinos y campesinas que se organizan para defender el derecho a la tierra. La investigación fue como cuando se ven caer las gotas de agua que luego se convierten en un río. En el día a día, no era notorio el impacto sobre la situación de los defensores; efectivamente, teníamos algunos casos emblemáticos como los expuestos por Humberto Prado, COFAVIC, la Sra. Gallucci y otros de Anzoátegui, pero una vez hecha la investigación completa, resultó ser como un río, un río que además preocupa porque en esa década descubrimos que fueron asesinados setenta y dos defensores de derechos humanos. Esta es una cifra sencillamente impresionante. Cuando comentamos esta investigación con colegas del exterior, nos dicen: “Bueno, si esto estuviese pasando en Argentina o Guatemala, -por ejemplo- ya estuviese ardiendo Troya”. Sin embargo, nosotros todavía no reaccionamos frente a estas cifras. La investigación también abarcó algunas categorías como atentados, descalificaciones, amedrentamientos, amenazas y criminalización, tratando también de establecer la relación entre el Estado venezolano y las ONG durante el período gubernamental de Rafael Caldera y los primeros dos o tres años del gobierno de Hugo Chávez. En ese tiempo, fue una relación de prácticamente hacer silencio ante los señalamientos que hacían las organizaciones de los derechos humanos sobre la situación en Venezuela. Los ataques, la descalificación y todo tipo de amenazas que les he mencionado, están muy relacionados con el trabajo que realizan las organizaciones, es decir, que aquellas organizaciones que presentan públicamente informes sobre la situación de derechos humanos, son las que más intimidación reciben; las organiza-

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ciones que son usuarias permanentes del Sistema Interamericano, también son objeto de estas amenazas. En la medida en que una organización es menos visible, disminuyen sus posibilidades de recibir ataques. Si por el contrario, gana en notoriedad como por ejemplo es el caso de Provea con su Informe Anual, el Observatorio Venezolano de Prisiones con sus informes permanentes sobre la situación carcelaria, COFAVIC con sus pronunciamientos públicos en materia de derechos humanos y todas con presencia activa del Sistema Interamericano, se expone -al igual que ellas- a una situación de mayor vulnerabilidad. Otra de las causas incidentes en este panorama, es el origen de los fondos de financiación. Muchas de las descalificaciones están vinculadas a la presunta recepción de fondos del “Imperio”, lo cual se asocia por añadidura a “traición a la patria” y a “propósitos desestabilizadores”. Es así como la relación entre esta primera etapa hasta el año 2004, no fue más que de una respuesta casi sin importancia. En la época del gobierno de Caldera, los defensores de derechos humanos fueron señalados como defensores de delincuentes. Por ejemplo, el Dr. Asdrúbal Aguiar aseguró que las organizaciones de derechos humanos -especialmente COFAVIC- eran escritorios jurídicos con fines públicos; en otra oportunidad mencionó que vivían de las víctimas, pero más allá de esto, no hubo ninguna otra repercusión. A partir del año 2004, las descalificaciones no provienen solamente de funcionarios adscritos al Poder Ejecutivo, sino también de todas las autoridades de los distintos poderes públicos. Cabe recordar las declaraciones en “Aló, Presidente” del Presidente de la República, donde mencionó que las organizaciones de derechos humanos eran traidoras a la patria. Esto trajo consecuencias inmediatas, como la no actividad pública de algunos activistas porque tenían temor a ser objeto de amenazas. Actualmente hay aproximadamente unos 24 defensores con medidas cautelares y provisionales; por primera vez en la historia, esto se ve en Venezuela. De los 72 defensores asesinados, 6 fueron defensores de comités de familiares de víctimas, 52 defensores de derechos laborales y 14 del derecho a la tierra. En 7 casos, se presume la responsabilidad directa del Estado y en los 65 restantes, se presume la participación de agentes no estatales. La responsabilidad del Estado por omisión es evidente en todos los casos, porque no se ha realizado una investigación oportuna y transparente. En todos los casos no se ha superado la etapa inicial de investigación y en aquellos donde se ha superado, existe un archivo fiscal que, de acuerdo a lo que establece el Código Orgánico Procesal Penal (COPP), no cierra el caso sino que lo mantiene allí hasta tanto se encuentren elementos que permitan seguir con la investigación. Esto es totalmente absurdo, porque ya no se moviliza el caso. Por ejemplo, después de dos años y medio, el caso del asesinato de Joe Castillo, sigue en la misma situación. En el caso de los desaparecidos en Vargas en 1999, el archivo fiscal está en las mismas condiciones. Los archivos fiscales son un paso más hacia la impunidad. En total, se registraron 213 casos de ataques a defensores, 101 afectaron a ONG, defensores de comités y familiares, 180 a defensores de derechos laborales, 16 a defensores del derecho a la tierra y unos 5 a defensores de otros derechos, como por ejemplo la asociación civil “Súmate”, la cual por el origen de sus fondos, ha sido perseguida y criminalizada. En el Informe también se refleja cómo se hace uso de la justicia penal para amedrentar a los defensores. Quienes tienen medidas cautelares y provisionales, convierten sus vidas en una visita constante a los tribunales penales, porque en la mayoría de los casos, como COFAVIC, el Sr. Carlos Nieto y la Sra. Gallucci, son citados para que demuestren y prueben que han sido objeto de amenaza y esto, salvo que sea un ataque directo como una llamada telefónica, un e-mail, o una carta amenazadora, es muy difícil de probar. Las autoridades, - especialmente el Ministerio Público - durante estos últimos años, se han dedicado con permanente insistencia a citar a estos defensores para que prueben las amenazas. Es un amedrentamiento sostenido, porque el mismo hecho de la citación abre la posibilidad a que seguidamente sea abierta una averiguación penal por simulación de hechos punibles, si las amenazas no alcanzan a ser fehacientemente probadas. En estos casos, se transfiere la carga de la prueba a la víctima, como es el caso del Dr. Carlos Ayala Corao; eso deja al activista en una situación de vulnerabilidad frente a la justicia. El Informe tiene una serie de recomendaciones, porque uno de los elementos importantes en cualquier investigación no es sólo denunciar, sino proponer. Estas recomendaciones permitirán, si el Estado lo asume seria y responsablemente, aplicar instrumentos importantes para garantizar el trabajo de los defensores.

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Panel:

Estrategias para hacer visibles los derechos humanos en los medios de comunicación de una sociedad polarizada Por Tamoa Calzadilla, coordinadora de Investigaciones del Diario El Mundo

Los derechos humanos son unos temas que me llaman la atención. En mi carrera lo he abordado y por eso traje aquí unas ideas, no traigo verdades absolutas, traigo ideas para compartir y reflexionar sobre esta cifra terrible de 10% de cobertura de un tema que debe ser crucial para los lectores y para todos. Traje ideas de mi experiencia en los medios y el abordaje de estos temas, el trabajo con organizaciones de derechos humanos. Pero creo que lo fundamental es escucharnos, porque lo más importante es lo que ustedes tengan que decirme, qué preguntarme y eso nos va a enriquecer tanto a ustedes como a mí, quiero llevarme algunas ideas para ver si cambia este porcentaje. Mi ponencia la titulé Periodismo y derechos humanos, concierto a cuatro manos, por que se trata de un trabajo conjunto. Traté de hacer un diagnóstico de lo que puede estar pasando. Dicen que cuando se habla de dos, hay que empezar por uno mismo, entonces empiezo por la parte de los periodistas. Creo que opera mucho el desconocimiento de los temas de derechos humanos dentro de las redacciones, no todos conocen los alcances que tiene una palabra para destruir el trabajo de muchos años. Por ejemplo, a la hora de hablar de presos y no privados de libertad; a la hora de hablar de discapacitados y no de personas con algún grado de discapacidad; o algunos otros términos que para ustedes pueden resultar muy importantes y que un periodista no lo maneja y no conoce la importancia del alcance de investigaciones que ustedes llevan adelante. El tiempo del periodista siempre está encima, no sé si ustedes tendrán experiencias con periodistas, que los llaman y les piden una cantidad de datos y ustedes preguntan para cuándo y el periodista responde: “era para ayer”. Eso opera en detrimento de la calidad de las informaciones que se publican, porque por lo general, son las declaraciones de alguien y no da tiempo de contrastar y la cifra es la que dan por teléfono, o van a una rueda de prensa y ese periodista tenía tres pautas más que cumplir. Ese tipo de cosas como autocrítica son uno de los grandes males que nos atañen a los periodistas y en cuanto a los temas que ustedes les atañen no es diferente. Muchas veces ustedes verán que el periodista a la hora de evaluar lo escandaloso muchas veces está por encima de lo que ustedes consideran que es noticioso. Eso también opera en los periódicos y en la dinámica diaria el jefe llega y uno le dice aquí hay un hecho muy importante porque se logró que se aprobara una ley; y el jefe dice: “aja, pero a quién va a meter preso”. Uno responde, es probable que a algunos violadores de derechos humanos, pero el jefe dice: “nómbrame a alguien” y a veces sale algún nombre de alguien importante que ustedes pueden ver como una cosa un poco traída por los pelos o de pronto colocan ese nombre en el titular, aunque el periodista se haya esmerado por colocar la información apegada a lo que escuchó en la rueda de prensa. También ustedes pueden ver que pareciera que los periódicos no están interesados en hacer seguimiento a las informaciones, que llegaron, cubrieron un evento o rueda de prensa y no pasó más nada. Al mes o cuando se cumple un año de esa tragedia o de esa violación importante de derechos humanos puede que se publique algo. A veces porque la víctima está reclamando otra vez atención de los medios de comunicación, porque nadie le hizo seguimiento a la información. Eso también pasa en los periódicos y tiene que ver con lo escandaloso, con lo inmediato, con lo que va a vender inmediatamente. A nadie le importa si ha pasado un mes de que la víctima está reclamando algún derecho. Eso ocurre y nosotros estamos conscientes. Hay otra parte que está de lado de las asociaciones. No sé si ustedes han oído nombrar lo que es un “caliche” o han estado en una rueda de prensa en la que los periodistas digan esto está “calichosísimo”. Es un término muy común entre periodistas. Lomito es cuando la noticia es lo máximo, cuando va a abrir el periódico, va a estar grande en la primera página o colocada arriba o en el primer negro en el caso de los noticieros de televisión. Caliche es todo lo contrario, cuando la noticia no tiene gran alcance, por los personajes que están involucrados en los hechos, tal vez porque no hay decisión importante o no hay una medida dura contra nadie. El desconocimiento de esta otra parte de lo que es la vi-

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sión de la noticia es lo que hace que el periodista vaya a un encuentro al que ustedes lo hayan llamado y se encuentran con que es un caliche. Hay una máxima en el periodismo norteamericano que dice “Good news no news”. Que una buena noticia no es siempre una noticia para un periódico. Por ejemplo, siempre recuerdo un caso cuando estaba de pasante en El Nacional, cuando el Metro le daba por echarse a perder todas las semanas en el año 1996. Llegó un momento en que la información de que fallara todos los días se volvió “calichosa” y en un momento pasó una semana sin fallar porque llegó un material de Francia o Alemania, no lo recuerdo bien, y la noticia fue “El Metro no falló en una semana”. Solamente así esa buena noticia es noticia, solamente cuando cambia, cuando no es la regla. De resto, las buenas noticias, que algo funciona bien, no siempre es una noticia. Por lo general, el periodismo crítico se caracteriza por señalar lo que está mal, pero sobre todo señalar violaciones de parte de los poderosos, léase del Estado, del poder económico, del poder eclesiástico. Muchas veces los hechos que no entran dentro de ese marco de ideas, cuesta mucho que entren como noticias, aunque a ustedes les parezca que es una muy buena noticia o que es un logro. Puede ser un logro para ustedes que han estado un largo rato esperando una sentencia, es una buena noticia para ustedes pero no siempre para el periódico. En ese caso, propongo trazar unas estrategias. También hay unos estigmas en cuanto a los luchadores de derechos humanos y las organizaciones. Hay una que se ha recrudecido en este período gubernamental que es el financiamiento. Ustedes lo deben estar viviendo. ¿A ver quién te paga? ¿Eres el brazo ejecutor de quién? Puede ser una cosa muy fastidiosa y esto es algo que hay que aprender a manejar con los medios porque es algo que hoy en día se ha vuelto muy importante. Yo creo que en este caso lo mejor es la transparencia, no esconder nada, decir quién financia cada actividad, decir para qué y mostrar resultados. Hay otro estigma que ustedes viven mucho y algunos periodistas también lo vivimos y es que ustedes defienden a los “malandros” y a los criminales; y ¿quién defiende mis derechos humanos? Hay otro que es la confusión de qué es violación de derechos humanos y qué es delito común. Traigo unos datos que hay que tomar en cuenta en esta relación entre periodistas y defensores de derechos humanos. Así como ustedes escogen un odontólogo porque es mejor que el otro; o una maestra para sus hijos porque entiende mejor sus problemas; igual pasa en los medios de comunicación. Hay periodistas que están más sensibilizados con temas de derechos humanos y otros que no; hay otros que son “recuperables” y otros que no. Todavía hay gente que cubre sucesos que le parece buenísimo cada vez que matan a unos “malandros”, les quitan las cabezas y aparecen muertos de siete tiros. Y preguntan ¿qué fue lo que hizo? y les dicen: “Fue un ladrón del banco tal” y dicen “Muy bien hecho”. Uno discute y les dice: “Ese policía no debió hacer eso, eso no está dentro de la Ley”. Para ellos eso no está en discusión. Entonces, yo los llamaría a identificar dentro de los medios, a la hora de colocar sus noticias, qué periodistas son sensibles a ciertos temas y qué periodistas no y por supuesto trabajar con los primeros. Hay otra cosa que son los espacios para colocar algunos temas que no son tan calientes, que no metieron preso a nadie, que no es un escándalo, pero ustedes consideran que sí es una buena noticia que vale la pena destacar. En las guardias de los sábados y los domingos existe poco espacio, pero también es cierto que hay pocas noticias. Entonces puede ser un momento que ustedes aprovechen para hacer un contacto de antemano con un periodista que esté de guardia y ofrecerle una información de este tipo, esto puede resultar la panacea para el periodista el fin de semana. Información en masa Con respecto a las ruedas de prensa y actividades de cobertura, cada vez los medios son más competitivos y los profesionales también. Las ruedas de prensa son algo que nos uniforma a los periodistas. Todos van a recibir la misma información y todos se van con lo mismo y el mismo material. Existen periodistas a quienes no nos gusta eso, y allí me incluyo, porque nos gusta tener algo diferente. Prefiero buscar un valor agregado, que el medio donde yo saque la información sea más competitivo y que la gente cuando vea la información la vea en mi medio y no en otro. Vale más que una ONG de derechos humanos invite a una actividad concreta o algo en lo que uno pueda establecer una diferenciación mayor, que alguien que esté en una rueda de prensa dice algo y todo el mundo escucha las mismas preguntas y escriben lo mismo.

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Para términos confusos o ilegales Si quieren que un mensaje salga claro y existe un término que quieren que se destaque, que no se tergiverse y que salga tal cual, es preferible que lo den por escrito como apoyo a la entrevista o a la rueda de prensa, pues para el periodista es más fácil cuando está “encochinado” -encochinado es cuando llega la hora de cierre y tienes que entregar el artículo- y en ese momento es más fácil que uno vea el material y copie las cifras o copie la frase, a buscarlo en la grabación o en los apuntes. La parte gráfica es muy importante y si ustedes pueden darles a los periodistas cifras que ya tienen analizadas, preparadas y comparadas, mucho mejor para el periodista y para ustedes porque la información sale como ustedes quieren. El silencio desinforma Es importante que siempre estén dispuestos a dar una respuesta, lo cual no significa contestar lo que sea. Estamos llenos de charlatanes en todos los ámbitos y como periodistas identificamos cuando hay un charlatán que responde cualquier pregunta. A veces es importante una respuesta que ayude a formar. A mí me ha ayudado muchísimo cuando yo he llamado a estas personas defensoras de derechos humanos y me explican, por ejemplo: “Nosotros defendemos derechos civiles y políticos”. Eso es importante porque no todos conocemos y ustedes sí lo manejan y uno puede orientarse mucho mejor con una respuesta como esa y no con un: “Eso no me corresponde a mí”; o “No te puedo declarar”; o “Ese no es mi ámbito”. Ese tipo de respuestas pueden alejar al periodista. Las respuestas que puedan explicar u orientar hacia dónde uno pudiera conseguir la información, creo que es lo mejor. Ustedes hacen una labor de divulgación, pero también de educación, con respecto a los periodistas. Cuando busquen a un periodista no sólo piensen que van a divulgar esa información que tienen en la mano, sino que también van a formar a ese periodista para la causa que ustedes quieren. Testimonios Mucho más que la declaración del líder de la ONG, es importante tener el testimonio de la víctima a la que se le vulneraron los derechos o la que está pendiente de esa resolución. Lo mismo, pero diferente Estaba comparando el trabajo que hacen las ONG y el trabajo de los periodistas y existen algunas semejanzas y diferencias. Una es que los defensores están de uno de los lados de las partes en conflicto. Los periodistas debemos escuchar a todas las partes y sacar una información que sea plural, en consecuencia, junto a la información de los defensores también debemos agregar las opiniones de otras personas involucradas en el caso. También trabajamos a tiempos distintos. El periodista es un neurótico del tiempo. Ustedes se dedican a esa causa y pueden tener tiempo de procesar mejor algunas cosas. Ustedes practican la justicia de una manera y nosotros, aunque perseguimos al final la justicia, llegamos a ella a través de la búsqueda de la verdad. En esa búsqueda de la verdad es cuando tenemos que escuchar esa pluralidad de informaciones, de datos. En cuanto a las semejanzas. A parte de lo que decía la psicóloga de que sufrimos la misma neurosis, por principios, ambos, tanto periodistas como defensores, defendemos los derechos humanos, somos enanos luchando contra el gigante del Estado y, por supuesto, somos blancos de ataques, de amenazas. La justicia nos hermana aunque tenemos diferentes maneras de llegar a ella. Una vez escuché que a un periodista lo acusaban de antipatriota por revelar un secreto de Estado en Estados Unidos. Y había un periodista que decía lo contrario, estos periodistas son más patriotas porque defienden a la patria de sus gobernantes de turno. De alguna manera esta lucha contra las violaciones de derechos e irregularidades por parte del Estado nos hermana en el patriotismo.

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Panel:

Estrategias para hacer visibles los derechos humanos en los medios de comunicación de una sociedad polarizada William Echeverría, conductor del programa En la Mañana

Los defensores de derechos humanos son noticia y son noticia porque, definitivamente, la calidad de la información que ustedes puedan brindar va a depender de algunos elementos que les quiero presentar. Quiero dividir mi presentación en dos fases: voy a hablar del tema de la comunicación interna y externa dentro de las organizaciones a las cuales ustedes pertenecen; y luego voy a presentar una propuesta que tiene que ver con el tema que estamos trabajando los periodistas. En la comunicación interna de las organizaciones, hay distintas etapas que ustedes pueden desarrollar: La primera es recopilar la información. Estoy seguro que ustedes manejan una gran cantidad de información, de casos concretos de violaciones a los derechos humanos. Esa información hay que sistematizarla, es decir, hay que ordenarla y clasificarla. Eso les va a permitir crear bases de datos, que son estadísticas confiables, basadas en encuestas que ustedes puedan utilizar o que puedan perfectamente citar. Después de esa recopilación, ordenación y clasificación de la información, de esa creación de esa base de datos, vendría el tema de cómo ir ordenando cada una de esas áreas en las que ustedes están manejando información. Por ejemplo, a mí siempre me gusta prepararme previamente para tratar de no hacer preguntas necias, como sucede a veces con los colegas. ¿Cómo te sientes?, preguntan después de que a una persona le mataron a la familia. Antes de entrevistar a Liliana Ortega, revisé la página web de COFAVIC. Allí supe que ella daba un porcentaje dentro de COFAVIC sobre la cantidad de condenas sobre el caso del 27 de febrero de 1989, equivalente al 1%. Esa es una estadística que me llama la atención como periodista, pero la fuente de la información es COFAVIC. ¿Pero qué hizo COFAVIC? Hizo este trabajo con los familiares del año 89 y ha ido contabilizando tantos y tantos casos. Eso da para elaborar una información que es distinta. No se trata de la opinión de alguien sobre un tema, sino una información más profesional. El problema que tenemos los periodistas y la mayoría del gremio es que pareciera que ese tipo de información no se maneja, no importa. Pero ustedes como representantes de organizaciones sí pueden brindar esa información, clasificar esa información. Por ejemplo, el porcentaje de venezolanos presos sin sentencia. Sobre esto hay distintas fuentes, pero en la medida en que esto sea una información contactada que tenga fuentes creíbles, que se citen casos específicos. Ustedes pueden hacer una rueda de prensa sobre la cantidad de venezolanos que están presos y sin condena, pero si además tienen la oportunidad de tener el testimonio de 5 ó 6 familiares; con ese paquete de información pueden coordinar, identificar quiénes son los periodistas que pueden hacer reportajes y que tienen más espacio dentro de cada uno de sus medios de comunicación. Una vez que se tiene una base de datos, ¿Cómo decir la información? ¿Cómo la digo? ¿Y a quién se la voy a decir? Me interesa un periodista de un medio impreso, de un medio radial o de un medio televisivo. Allí es cuando personas encargadas de las comunicaciones tienen un gran trabajo, pues no es lo mismo cuando usted habla con un periodista de TV, de radio o de medio impreso. Son códigos totalmente distintos. En un medio impreso usted tiene la posibilidad de extenderse más, bajo cualquier modalidad, ya sea conferencia de prensa o cuando el periodista conversa para una declaración más profunda; mientras que en televisión son segundos. Les voy a referir una técnica que nosotros percibimos hace muchísimo tiempo, cuando estábamos de reporteros. Había un Fiscal General de la República que tenía un mensaje pre-elaborado. ¿Qué significa eso? Que dentro de su discurso no improvisaba. El Fiscal llegaba con un discurso previo, preparado y de manera muy inteligente te daba el titular de la noticia. En una oportunidad dijo: “En Venezuela no hay Estado de derecho”. Ese Fiscal decía esa frase dentro de un discurso, la repetía y la repetía. Existen unas técnicas de entrenamiento para enfrentar de manera efectiva y eficiente el contacto con los medios de

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comunicación, para saber cómo decir la información. Por eso existen periodistas que trabajan en esa área y que brindan ese entrenamiento. Existe otro elemento que entra dentro de esta comunicación interna y es el análisis del entorno, es decir, conocer el momento cuando el tema educativo va a ser noticia, pero no solamente va a ser noticia, sino que va a ser un detonador de unas nuevas manifestaciones de calle. ¿Cómo saberlo? Porque existe todo un debate que comienza a perfilarse entre las posiciones que tiene el Gobierno y las posiciones que tienen quienes critican al Gobierno. Eso te permite olfatear, sí soy una organización de derechos humanos que defiendo el derecho a la educación y tengo un dato bueno preciso que puede ser noticia, puedo llamar a un periodista y ofrecerle esa información. Esos son los temas que con la lectura del periódico se puede saber que eso va a suceder y no hay que ser astrólogo, sino conocer la dinámica de los medios de comunicación. Eso es la comunicación interna, pero en la comunicación externa hay que: identificar periodistas sensibles al tema, buscar el acercamiento institucional, hacer un trabajo de lobby, identificar periódicos, radios, televisoras, periodistas específicos. Una vía es la formación o sensibilización a periodistas sobre temas de DDHH, convocar a ciertos periodistas para hacerles entender o que comprendan el tema de los derechos humanos. Esos acercamientos institucionales son importantes con los periodistas. Les voy a poner como ejemplo el caso de Liliana Ortega. Yo sé que ella como defensora maneja mucha información, pero no solamente la voy a llamar para entrevistarla, sino que la llamo también para una consulta. Cuando el periodista logra esa cercanía y esa confianza, es cuando sabe que Liliana Ortega es una fuente confiable. Allí se establece una relación con esa fuente, llámese Liliana Ortega, Carlos Correa o Andrés Cañizales. El periodista puede recurrir a ellos y posiblemente ellos te presenten cierta información y eso va a servir para tu trabajo diario y esa es una manera que ustedes tiene de tratar de poner los temas que te interesan bajo la voz de los periodistas. Es una manera de involucrar a los periodistas en temas de derechos humanos. Por otra parte, ustedes son noticia. Quiero hablarles de mi experiencia como productor nacional independiente. Yo vengo a pedirles ayuda, entiendo que aquí hay muchas personas que tienen muchas cosas que decir, entonces cuenten conmigo, pues sencillamente muchas veces la flojera de los propios periodistas genera que tú no tengas una agenda alternativa y por eso aparecen las mismas personas declarando en radio, televisión y prensa. Porque es duro, porque le cuesta al periodista reportear o porque le da flojera. Entonces uno lo que intenta es justamente llegar a la base de cualquier fenómeno, al mercado, puedes entrevistar al economista, pero debes irte al mercado. Puedes hablar de derechos humanos, pero también tienes que ir con las víctimas y sentir lo que significa ese dolor tan complejo en esa dimensión de ser humano.

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