Carlos Falcó: "Formar parte de la élite no tiene que ver con un título"

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Sábado. 3 de marzo de 2018 • LA RAZÓN

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Marqués de Griñón «FORMAR PARTE DE LA ÉLITE NO TIENE QUE VER CON UN TÍTULO» Ha sido nombrado presidente de la más importante alianza de marcas de alta gama de Europa, cargo desde el que pretende redefinir el lujo: «Hace poco estuve elaborando aceite con mi hija Sandra en la finca. Después, hicimos una tortilla de patatas y nos sentamos al solecito a comer. Eso, para mí, es lujo» D. MENDOZA- MADRID

Hay que ser conservador en lo que merece la pena y, en lo demás, innovador a tope. Es lo que he practicado en mi vida»

Con las manos se escribió “El Quijote”. No es un desdoro trabajar con ellas, todo lo contrario, es una forma de cultura»

Lo ha dicho gente con más autoridad –como Vargas Llosa–: el nacionalismo es la peor forma de populismo»

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iez minutos en presencia de Carlos Falcó son suficientes para entender por qué proliferan titulares como «¿Cuál es el secreto de la juventud del marqués de Griñón?». Ni la voz, clara y fuerte, ni sus movimientos y gestos delatan sus 81 años. Es un hombre afable que disfruta de su trabajo y, aunque tiene buen humor, viene a lo que viene: a hablar de sus planes ahora que ha sido nombrado presidente de la Alianza de industrias culturales y creativas de Europa (ECCIA, por sus siglas en inglés) por su cargo a la cabeza del Círculo Fortuny, la asociación española que representa las marcas de lujo del país. –Uno de los objetivos de su presidencia es luchar contra las falsificaciones y a favor de la propiedad intelectual... –Es fundamental. Las cifras estimadas de fraude han aumentado mucho con el mundo online. Están ya en los cientos de miles de millones, por lo que nos aproximamos a montos como los del mundo de la droga. Todo ese dinero puede ir a financiar cosas mucho más peligrosas, como un atentado terrorista. Por eso creemos que el Parlamento y la Unión Europea tienen que hacerle frente. –También es importante para ECCIA recuperar los oficios más tradicionales… –Esto es válido para cualquier producto de alta gama, pero pongamos el ejemplo de un buen

vino: está hecho con mucho esmero y las podas, la recolección y la selección de los frutos se realizan a mano. Lo mismo ocurre con un bolso de Loewe, un Porsche o una pieza de joyería. En Europa la artesanía viene de más de mil años atrás. Estamos hablando de culturas en las que se inspiran las compañías de hoy y, al mismo tiempo, de innovación gracias a la tecnología. Es un momento fascinante en el que se deben unir tradiciones milenarias con el mundo digital. –La industria del lujo suele ser estable incluso en tiempos de crisis. ¿Cómo se beneficia de ello el europeo medio? –Con empleo creciente y estable. Hay un tema candente que es la deslocalización, es decir, una fábrica decide no seguir en Valladolid porque la mano de obra es más barata en otro país. La alta gama ha hecho la evolución contraria. En algún momento tuvo la tentación de deslocalizarse, pero rápidamente se dio cuenta de que ese comprador chino, que se deja en Harrods casi 4.000 euros por visita, quiere que lo que compra sea cultura europea pura. A esta industria le interesa proteger lo artesanal y no tiene intención de irse fuera porque no le conviene. En Francia ha habido problemas para encontrar artesanos porque las familias trabajadoras querían que sus hijos dieran el salto a la universidad y dejaran de trabajar con las manos. Pues no. Con las manos se escribió «El Quijote», con ellas se han creado todas

las obras de arte. No es ningún desdoro trabajar con las manos, sino todo lo contrario, parte de una forma muy elevada de cultura. Queremos comunicar esta idea a los jóvenes, que sepan que tienen futuro en ese sector y un lugar en el Círculo Fortuny. –¿Qué papel poseen los «millennials» en el lujo? –El «millennial» juega a lo digital. A lo mejor compra también físicamente, pero hace una primera selección online. Me comentaba un directivo de Louis Vuitton que las marcas de alta gama en Francia e Italia tenían dudas sobre la reacción de esa generación al lujo, temían que dijeran: «Eso es una cosa de los abuelos». Porque en algunos casos tienen una actitud bastante rebelde frente a las costumbres de los mayores. Pero no ha sido así. Entre otras cosas, porque una joven secretaria china, que después de milenios de pobreza por fin gana mil y pico de euros, lo primero que quiere es disfrutar de que ha llegado a poder comprarse cosas. –¿Es un símbolo de estatus? –Y de ilusión, es emocional. Estamos redefiniendo el lujo en España porque la Academia lo define como algo muy caro, básicamente inútil y a lo que solo tiene acceso poca gente. Se trata de una definición que no nos gusta, entre otras cosas, porque muchas veces el pueblo español llama lujo al hecho de volver a ver a un hijo que no ha visto en años. O, como contaba recientemente en una conferencia, hace

Carlos Falcó en las torres Kio, en Madrid, donde se encuentran las oficinas del Círculo Fortuny, del que es presidente

poco estuve elaborando aceite con mi hija Sandra en la finca. Después, hicimos una tortilla de patatas con el nuevo aceite y nos sentamos al solecito a comer. Eso, para mí, es lujo. Es lo que buscamos: el lujo como una experiencia. Y que tenga que ver con la calidad de vida. La humanidad siempre ha buscado mejorar su calidad de vida y un objeto o servicio de lujo forma parte de dicha búsqueda. –España y Europa en general atraviesan momentos convulsos en términos políticos. En su opinión, ¿amenazan los populismos al lujo? –Lo ha dicho gente con más autoridad –como Mario Vargas Llosa, en «El país», el último domingo–: el nacionalismo es la


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LA RAZÓN • Sábado. 3 de marzo de 2018

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UN SECTOR QUE MUEVE 812.000 MILLONES EN EUROPA

Michael Ward De Seynes (Inglaterra) (Francia)

Andrea Illy (Italia)

ALBERTO R. ROLDÁN

peor forma de populismo. Europa ha vivido una primera mitad del siglo XX horrible, con dos contiendas mundiales y guerras civiles como la española, y se ha creado la Unión Europa precisamente para quitar fronteras y competir en este mercado global. Se ha hecho un trabajo lento y difícil, pero admirable, que es preservar las identidades, las lenguas y las culturas de cada región y, al mismo tiempo, avanzar juntos hacia la posibilidad de una pensión digna, seguridad, infraestructuras, educación, en fin, todo lo que acompaña a los valores europeos, que son los más cercanos al humanismo. –ERC propuso en el Congreso suprimir los títulos nobiliarios. Usted, que ostenta dos,

¿qué función cree que cumplen en la sociedad de hoy? –Daba por hecho que ERC o Podemos tendrían esa posición. No aceptan tampoco a la Monarquía. Los títulos nobiliarios actualmente no tienen ninguna prerrogativa especial. A lo largo de la historia se han mantenido nombres muchas veces relacionados con un lugar, como en mi caso, ya que Griñón era un pueblo que antes pertenecía al reino de Toledo. Hoy significan algo como, por ejemplo, preservar esa encina milenaria que tengo en El Rincón o los propios edificios; algunos de los que tenemos en la familia datan del siglo XVI. Es, como dicen, una herencia envenenada, porque cuesta dinero mantenerla, aunque forma parte de cómo

nos han educado: hay que ser conservador de lo que merece la pena ser conservador y, en lo demás, innovador a tope. Es lo que he practicado en mi vida. –¿Entonces no le quita el sueño decidir qué títulos heredarán cada uno de sus hijos? –Tengo nada más que dos, y uno tiene que ir al mayor. Son cinco hijos, así que la mayoría no va a tenerlos, está claro. Creo que no pasa nada. Hoy en día formar parte de la élite de una sociedad no tiene nada que ver con tener un título nobiliario, sino con lo que haga la persona por la sociedad. –Está desarrollando una línea cosmética basada en el aceite de oliva en la que también participa su esposa, Esther.

–El aceite como cosmético tiene una historia milenaria. Lo usaban Nefertiti, Cleopatra y, en la época actual, Sophia Loren. Hemos revolucionado, junto con las universidades italianas que nos asesoran y gracias a la tecnología, la manera de extraer la vitamina E y el resto de antioxidantes del aceite para favorecer el cuidado de la piel. Estamos en la fase de investigación y las pruebas han sido muy positivas. –¿Qué papel tendrá su pareja en la empresa? –Ella fue mánager de un spa y este es un mundo que le gusta mucho, le interesa, además de que lo practica (risas). Ayuda a probar los productos y está involucrada en el proceso de diseño de los envases.

Von Arnim (Alemania)

«A veces cito a Michael Ward, CEO de Harrods, que cuando fue presidente de ECCIA, dijo: “El sector de la alta gama es el Silicon Valley de Europa”», afirma Falcó. Ciertamente, el volumen de ventas de dicha industria a nivel global alcanza los 1,16 billones de euros y, con 812.000 millones, Europa representa el setenta por ciento. ECCIA está conformada por asociaciones de lujo de cinco países que son dirigidas por personajes de élite de cada uno: Michael Ward representa a Reino Unido; Guillaume de Seyne, vicepresidente ejecutivo de Hermès, a Francia; Andrea Illy, presidente de Illycaffè, a Italia; Valentin von Arnim, CEO de Iris von Arnim, a Alemania; y Falcó, a España. De los 14 sectores que componen la industria, España se ubica en el top tres: «El primero en facturación es la industria alemana de coches, el segundo, la alta moda, y el tercero, para mi alegría, el sector de vinos y destilados. Aunque el vino representa el 80 por ciento de las ventas», explica Griñón.


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