La imitación y su significado cognitivo

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1 LA IMITACIÓN Y SU SIGNIFICADO COGNITIVO: Soledad Hernández Bermúdez Universidad Autónoma de Madrid Madrid - España Diciembre 2005 consultafilosofica@gmail.com Resumen: Tras dedicar breves líneas a la caracterización de la capacidad imitativa, me centraré en explicar y desvelar el tipo de conocimientos que permite adquirir y manejar, esto es su finalidad. Vendré luego a intentar explicar sus porqués para que podamos comprender no sólo su utilidad sino también su funcionamiento y cuáles de nuestras características mentales son las que posibilitan el desarrollo y puesta en práctica de dicha capacidad. Finalmente argumentaré e intentaré defender, que no debemos decantarnos siempre por un único mecanismo de cognición, sino que nuestra mente se sirve de muy diversos mecanismos para su intelección. Tanto la simulación como la teoría pueden darse en un mismo individuo en diferentes momentos y son dos maneras de aprehensión de la realidad tan válida la una como la otra. La imitación parece así la noción clave para comprender la relación entre acción y teoría de la mente. Introducción: Para muchos diccionarios, imitar es simplemente realizar una acción semejante a otra, tomando la primera como modelo, o bien, copiar las acciones de una persona o animal, esforzándose en mantener el estilo. Sin embargo, después de hacer un breve repaso por las características y los porqués de la imitación, veremos que ésta es, como aparato conceptual, algo bastante más complicado de lo que aparenta a simple vista. Para Mehler y Dupoux, la imitación, no es una conducta simple 1, sino que consiste en poner en relación ciertas estimulaciones sensoriales con un programa motor, susceptible de producir movimientos que se correspondan con los que se acaban de percibir en un congénere. Más esta capacidad no puede sostenerse si se apoya solamente 1

“Nacer sabiendo: introducción al desarrollo cognitivo del hombre”_ J. Mehler y E. Dupoux_ Alianza Editorial_Psicología minor_ Madrid_ 2003_ Págs. 126 en adelante.


2 en un número finito o no de características físicas, sino que debe apoyarse también y sobre todo en unas características psicológicas muy concretas y propias sólo de algunos seres vivos que son, las que a mi entender, la posibilitan. IMITACIÓN COMO CANDIDATA PERCURSORA DE LA INTENCIÓN Para comenzar a discernir aquellas características que pertenecen en exclusiva a la imitación, creo que sería muy productivo, diferenciarla en primer término tanto de la simulación como de la emulación, la planificación de acciones... etc. Quizás fuera conveniente comenzar aclarando que la imitación, de la misma manera que otras muchas capacidades de los seres vivos que sirven para la cognición, es susceptible de múltiples graduaciones y matices. Esto es, que podemos hablar tanto de una imitación automática, mecánica y por ende innata y sólo propia de los primeros meses de vida, como de imitaciones que se dan bajo el control siempre voluntario y consciente del sujeto a partir siempre de los nueve meses posteriores al nacimiento. Como mecanismo cognitivo la imitación es harto asombrosa a la vez que sutil y de una complicación nada desdeñable. Para poder hablar de ella con propiedad deberemos saber diferenciarla muy bien en primer término de la simulación, que resulta ser al menos un grado mayor que la imitación, pues la primera no consiste en la mera copia de acciones o movimientos sino que además está rodeada de un carácter exclusivo de teatralidad, es decir, que simular no es simplemente una mera copia de una acción o actitud sino una representación de algo que se realiza fingiendo o imitando lo que no es, es decir con carácter metafórico irónico o negativo si se quiere. La imitación es también distinta de la emulación, puesto que emular requiere una pretensión de superación de la persona, acción o comportamiento visto. Además debemos darnos cuenta de que la imitación no requiere planificación o proyecto de acción alguno. Un individuo cualquiera no necesitará nunca planear sus movimientos o reacciones para poder imitar, sino que su imitación será un acto directo que no requerirá ni proyección ni prácticas imaginativas nunca, sólo la posesión de ciertos mecanismos mentales (que intentaremos desvelar posteriormente) que la posibilitan.


3 DIFERENTES NIVELES DE IMITACIÓN Utilidad y finalidad de la imitación: El control de la capacidad de imitar, permite conocer el entorno y manipular esos conocimientos en beneficio propio. Según parecen sostener algunos autores, como J. Proust, el control de esta capacidad imitativa permite una doble habilidad posterior: la adquisición de saberes-hacer diversos y además, conocimientos conceptuales del entorno posibilitados por el entorno mismo. Yo aventuro que la capacidad imitativa posibilitará también que podamos llegar a comprender la existencia de ciertas relaciones intencionales que se den en el ambiente, algo que será muy fructífero para nuestros futuros desenvolvimientos en nuestro entorno. Es innegable el hecho de que la imitación represente para nosotros una de las mejores y más rápidas formas de aprendizaje. Aunque, y no esta de más aclararlo, no es un mecanismo tan perfecto y constante como lo pretenden los simulacionistas o los conductistas. La capacidad imitativa fomenta y facilita la comprensión del medio, la aprehensión tanto del otro como de uno mismo, y todo ello mediante dos pasos o bajo dos niveles: Pareciera como si, en un primer nivel, la imitación fomentara la aparición de actividades de simulación, donde el niño simularía o haría como si fuera otra persona. La nueva adquisición simulativa permitiría la producción de teorías al respecto. Si esto es así, se puede decir que la imitación produce teorías de la simulación, en las que el individuo se representa una situación o acción con personajes y crea una posible respuesta poniéndose en el lugar del otro o en los zapatos del otro y adelantándose así a su respuesta o reacción. Además de esto, en un segundo nivel, la imitación fomentaría la formación de saberes-hacer o capacidades que llegan a integrarse en la memoria para automatizarse posteriormente, convirtiéndose así en actividades cotidianas que no requieren concentración ni consciencia para su producción, sino que son cuasiautomáticas, sistemáticas y autodirigidas, como por ejemplo: lavarse las manos, conducir, atarse los cordones de los zapatos... etc. Esto daría lugar también a otro grupo de teorías ya no de la simulación sino teorías sobre la teoría. Tanto la Teoría de la simulación como la Teoría teoría, aparecen casi siempre


0 como incompatibles. Como puede verse claramente, no tienen ese carácter para mí. Yo considero que ambas teorías no sólo no son incompatibles sino que ambas se necesitan la una a la otra para hacerse posibles. Sin el juego de la simulación, sin la experiencia reiterada del “como si” no hay posibilidad de que posteriormente y a través de la memoria, se cree una teoría y se aprenda a leer la mente del otro para anticipar sus acciones. Así pues, lo que estoy queriendo afirmar es que la copia, la imitación, la simulación, y otras son los comportamientos base que hacen posibles el desarrollo de la teoría de la mente y que posibilitan la existencia de mecanismos de sabotaje, engaño, falsas creencias, representaciones y metarrepresentaciones... E. Pacherie expresa esta misma idea de forma muy parecida cuando afirma que la posición intermedia según la cual el proceso de adquisición es un proceso de simulación y el producto final, una teoría no le parece particularmente difícil de sostener.2 Mecanismos mentales que permiten la imitación: Pareciera que muchos mecanismos mentales intervienen a la hora de hacer posible la imitación. Se me ocurren algunos como: la consciencia de sí como agente y la diferenciación entre yo y el otro, también tomado como agente, la visión de segunda persona, la capacidad de reflexividad... etc. Algunos de éstos mecanismos son tan complejos que pudieran muy bien ser tema de otro artículo, aquí sólo me dedicaré a caracterizarlos de la forma más extensiva que pueda pero teniendo en cuenta siempre que mi prioridad es solamente hacer entender los procesos imitativos. Para imitar de forma satisfactoria parece importante haber inteligido primero la relación directa entre el movimiento corporal propio y la estimulación sensorial motora que venga al caso. Será también de la máxima importancia que exista una consciencia de sí como agente, esto es, que el sujeto debe verse como aquel que realiza la acción, y ser consciente del otro personaje como distinto a él, pero capaz de realizar acciones del mismo tipo. A. Gomila nos habla de la perspectiva de la segunda persona de la atribución mental y pone como ejemplo la experiencia cinematográfica. Yo creo que su idea es clave si queremos comprender el enorme proceso mental que debe realizar el agente de 2

“Subjectivité et conscience d’agir:approche cognitive et clinique de la psichose”_ Grivois et Proust_ Puf éditions_ Presses Universtaires de France_ 1998_ Paris_ Pages 242 y siguientes.


1 la imitación. Para Gomila se da un proceso muy especial cuando vemos una película, porque no sólo nos podemos describir como espectadores, sino que al mismo tiempo y de modo vicario, somos participantes de esa acción o experiencia de los personajes de la historia. Sospecho que para imitar realizamos exactamente el mismo mecanismo, puesto que es a través de él como comprenderemos de manera implícita y práctica, (también parcial, limitada y a veces, porqué no, incorrecta) las razones y el proceso de la acción, dando pleno sentido así a lo que vemos, a nuestro mundo. Problemas imitativos en el autismo: Si como decíamos, es necesario para imitar simularse a sí mismo en la situación del otro, algo que es requerido de forma primordial para hablar de teoría de la mente, parece que estamos ante un problema en el caso de las personas con autismo, pues es éste justamente el ámbito donde comienzan a percibirse ciertas dificultades e incapacidades. Esta perspectiva de segunda persona en la atribución mental es precisamente en la que los autistas demuestran tener las mayores dificultades. A. Rivière explica en La mirada mental que los autistas tienen en realidad una enfermedad de la imaginación, puesto que no alcanzan a ponerse imaginariamente en la piel de otros personajes. Debemos recordar además que las personas con trastornos graves del desarrollo poseen problemas también de motricidad fina. Ambas capacidades, se requieren para realizar tareas de imitación. Comprender una acción requiere descifrar y atribuir intenciones y si además queremos imitar, es necesario ser capaz de autoatribuirse la misma supuesta intención del otro. Todo este complejo trámite es necesario incluso para realizar el acto más simple de imitación voluntaria como puede ser mover un brazo para alcanzar un objeto, o hacer una mueca. Podemos concluir así que la imitación, debe ser la clave para el estudio de los problemas que acarrea el autismo. No sería difícil de sostener la afirmación según la cual el hecho de que los autistas tengan problemas con la imitación se debe a que están fallando los mecanismos que la hacen posible: o bien la diferenciación entre la consciencia de sí y del otro, o bien la comprensión de la agencia, o bien la perspectiva de la segunda persona de la atribución mental. Dentro de estas posibilidades, creo que es


0 correcto decantarse por la perspectiva de segunda persona de la atribución mental, pues me parece que puede ser éste el mecanismo base de la comprensión y el aprendizaje. Sin embargo, E. Pacherie, va más allá y explica que es la fragilidad y el fácil olvido de las representaciones motrices, el mecanismo que parece estar al frente de la responsabilidad de los problemas imitativos en el autismo. Las tareas de imitación en autistas nos hacen concluir que éstos tienen mayores dificultades en realizar correctamente imitaciones de movimientos corporales puros que en realizar imitaciones de acciones sobre objetos. Si esto es así, vendría a corroborar mi hipótesis según la cual el mecanismo defectuoso, por así decirlo, es el que se encarga de realizar las atribuciones de segunda persona, es la falta de imaginación a la que se refería Rivière, porque resulta ser justo en el momento en que la tarea o test introduce personajes, cuando aparecen los mayores problemas de comprensión. Referencias: 

A. Gomila. La perspectiva de segunda persona de la atribución mental.

A. Rivière y M. Núñez. La mirada mental. Aïque. Buenos Aires. Argentina. 2001.

B. Thierry. “De la relation entre le développement des facultés d’attribution et les prémices de l’évolution culturelle chez les primates” en Neurosciences et théorie de l’action de J. L. Petit.

E. Pacherie. “Représentations motrices, imitation et théorie de l’esprit: le cas de l’autisme” en Subjectivité et conscience d’agir: Approches cognitive et clinique de la psychose de H. Grivois y J. Proust. Puf. Paris. 1998.  E. Pacherie. “Troubles del’agentivité et troubles de la conscience de soi: quelques hypothèses sur les liens dans l’autisme” en Neurosciences et théorie de l’action de J. L. Petit.

J. Mehler y E. Dupoux. Nacer sabiendo. Introducción al desarrollo cognitivo del hombre. Psicología Minor. Alianza. Madrid. 2003.

R. Griffin. “Social learning in the non-social: imitation, intentions and autism” en internet.


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