La importancia de la Academia en la apuesta por un Sistema Moda

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La importancia de la academia en un Sistema Moda Recorriendo la Exposición de Dries Van Noten en el Louvre Por: Paula A. Trujillo T. (@PaulaTrujilloPT) para Generación, El Colombiano

“La mode est extrêmement riche, c’est une activité extraordinaire parce que l’on peut se nourrir sur le plan créatif auprès de multiples sources d’inspiration, exactement comme un colibri se nourrit d’une multitude de fleurs”[1]. Dries Van Noten La actual exposición en el espacio destinado al universo de la moda en El Louvre acoge a Dries Van Noten. Visitarla puede suscitar un texto en función por ejemplo de su relevante museografía y del ambiente que se crea desde el inicio gracias un jardín impreso que te da la bienvenida y te conduce por la muestra.

Recorrerla también podría llevarte a escribir sobre este diseñador “belga”, o quizás mejor amberino ahora que los nacionalismos están más vivos que nunca en un feudo llamado Europa al que lo une una moneda (no una unidad monetaria). Se podría hacer alusión a lo cerebral que lo han considerado algunos mientras otros lo describen como excéntrico. Quizás mencionar el premio que le fue concedido en el 2008 por el Council Fashion Designers of America; o analizar


porqué le apuesta al ready to wear (mientras otros como Gaultier anuncian que lo abandonan para centrarse en la Alta Costura y los perfumes). También podríamos concentrarnos en su interés por la sofisticación relajada y su convicción de que todo lo que diseñe se pueda vender sin que eso signifique no atreverse (de hecho su última colección “conjuga” la inspiración neo romántica y los estampados orientales, usa pan de oro y propone formas y materiales propios del folclor peruano). La Exposición que irá hasta el 2 de noviembre se titula Inspirations pues busca hablarnos de lo que ha nutrido el mundo de este diseñador[2] –incluso con dichos referentes presentes en la muestra- y también del proceso creativo de Van Noten, asunto que ya justificaría per se muchas páginas, pues éste es el tema del que hoy se habla en la escena mundial de las Industrias Culturales (ICC). Él, que se inspira en un recuerdo o en un viaje real o imaginado, que se nutre de las tradiciones étnicas sea de la India, de China o de México, o de la fuerza del rojo en Mark Rothko para luego jugar a la oposición hombre-mujer, considera que su proceso de creación “va más lejos”. Aunque el punto de partida puede ser muy literal o muy abstracto, lo que le importa es el “camino que sigue de apropiación”. Reconoce que en su proceso es indispensable “enriquecerse constantemente, visitar exposiciones, leer, discutir y crear un flujo constante de información y de estímulos”. Es aquí, en este punto, cuándo la visita al Louvre motiva nuevas preguntas tanto sobre el proceso creativo en el diseño de moda como en tantas otras disciplinas como la arquitectura, las prácticas artísticas, la música, el audiovisual o los video-juegos. ¿Cómo se crea? ¿Qué es eso de la creación? ¿Qué tanto hay de inspiración y que tanto hay de disciplina?[3] Pero también es el momento de cuestionar los procesos de formación que actúan a la manera tanto de cimientos como de conectores en el acto de creación, y es ahí cuándo se hace evidente la huella que dejó en Van Noten la Académie Royale des Beaux-arts d’Anvers. Sí, Amberes y su sello claro tanto en los denominados miembros del Antwerp Six –sinónimo de avant-garde en la moda- como con nombres más recientes. ¿Qué han encontrado en esta ciudad Martin Margiela, Haider Ackermann, Walter Van Beirendonck, Ann Demeulemeester, Dirk Van Saene, Dirk Bikkembergs, Marina Yee y Dries Van Noten, entre otros? ¿Qué hace que un entorno sea cantera de talento creativo reconocido mundialmente? ¿Cuándo tendremos los Six de alguna de nuestras ciudades latinoamericanas? En esta línea y con todo lo odiosos que son los listados de los “mejores del mundo” pues revelan tanto como lo que esconden y tienen mucho de política en su estructuración, vale la pena “echarle un vistazo” a las para algunos, diez mejores escuelas de moda del mundo: · · ·

-El Royal College of Art de Londres de la que han salido nombres como Philip Treacy, Erdem Moralioglu o Christopher Bailey. -Central Saint Martins también en Londres con graduados como Stella McCartney, Alexander McQueen, Phoebe Philo, Hussein Chalayan y el sin duda talentoso y en proceso de reaparecer en la escena internacional –aunque sea desde Rusia- John Galliano. -Parsons, The New School of Design en Nueva York aportando nombres como Donna Karan, Marc Jacobs, Tom Ford, Narciso Rodriguez y Alexander Wang.


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-L´École de la Chambre Syndicale de la Couture Parisienne (París) que, velando por los intereses del reducido grupo de creadores de alta costura, ha tenido alumnos como Yves Saint Laurent, Valentino Garavani, André Courrèges o Issey Miyake. -Bunka Fashion College en Tokio: Junya Watanabe y Yohji Yamamoto son sus nombres más reconocidos. -El Fashion Institute of Technology en Nueva York apalancando su nombre en diseñadores como Carolina Herrera, Calvin Klein o Michael Kors. -El Instituto Marangoni con sedes en Milán, Londres y París, con alumnos como Moschino y Domenico Dolce. -La Cambre junto con la Antwerp Royal Academy of Fine Arts en Bélgica. -Pratt Institute en Nueva York en el que la relación arquitectura-moda es estrechísima. -Beckmans College of Design en Estocolmo A este listado se sumaría casos que por sí mismos se están ganando un lugar. Comenzaríamos con Brasil por ejemplo con vocación de un lado por atender las necesidades de sus clúster o “polos económicos”, y de otro con su numerosa oferta de postgrados y especializaciones cortas. E incluiríamos también a Helsinki como Capital Mundial del Diseño en 2012, con políticas, eventos e instituciones como la Universidad Aalto –fruto de la fusión de la Helsinki School of Economics, la Universidad Tecnológica de Helsinki y la Universidad de Arte y Diseño de Helsinki-, trabajando en favor del tejido de las Industrias Creativas y Culturales[4]. Repasando este listado de territorios y conectándolo con los lugares dónde se decide mucho del aparato mundial de la moda, dónde se desfila y o dónde se crea, la conexión es altísima. Sin duda éste es un “círculo virtuoso”. Si es que se quiere realmente hablar de un Sistema Moda más allá de un nombre que “suena bien”, ¿qué relevancia tiene aventurarse territorialmente tanto a revisar críticamente como a repensar y a construir una verdadera oferta de formación -formal, no formal y claro, informal? ¿Hay que formar artistas o emprendedores o artesanos o patronistas? ¿O es que acaso en un único ser pueden cohabitar todos estos “perfiles”? ¿Hay que enfocarse en la “pertinencia educativa” para tener gente que siga haciendo lo que ya hacemos, sin importar lo estratégico de la realidad del sector? ¿O esa propuesta formativa tiene que ir sembrando las bases de cara a una renovada apuesta territorial aunque implique diez o quince años de “siembra silenciosa”? “Pour beaucoup, la mode est un art appliqué, mais pour d’autres c’est une forme d’art. (…) Ce qui importe est la vérité et la puissance de l’émotion à laquelle on est sensible et la façon dont on la transpose dans notre vie et dans notre production créatrice”[5]. Dries Van Noten Yendo incluso más lejos, ¿qué tanto importa hoy un diploma en el mundo de la moda versus unas aptitudes, unas habilidades y una solidez creativa? De hecho, ¿qué rol juegan entornos nuevos como el revolucionario programa MIT Open Course Ware o como Youtube, definido por personajes como Javi Creus como “el gran manual de instrucciones del mundo”? Entornos estos que nutren a la manera del colibrí de Van Noten, junto con los irremplazables “viajar, leer y conversar con”. Termina entonces este recorrido con la pregunta aún en el aire sobre quién debe ser un diseñador de moda, qué formación es la necesaria y la relevante, y cómo hacer de América


Latina un entorno/cantera para esos diseñadores. Hay nombres valiosos que reúnen tanto un sólido proceso creativos, como honduras conceptuales y lecturas transversales, además de hallarse en un entorno propicio que no sólo inspira, sino que atrae a otros creativos generando redes que se hacen notar mundialmente, y estimulan un aparato de incubación a la medida. Este Fashion Incubator permite que algunos creativos sigan su camino independiente, con las dificultades propias pero también con satisfacciones; y que otros encuentren partners que los complementen con el capital y la gestión empresarial necesaria para consolidar y expandir sus propuestas. Apostar sinceramente por un Sistema Moda no se subsana con una capacitación y algún curso. Implica sin rodeos ni dilaciones, afrontar estas preguntas. [1] “La moda es extremadamente rica, ésta es una actividad extraordinaria porque uno puede nutrirse de cara al proceso creativo de múltiples fuentes de inspiración, exactamente como un colibrí se nutre de una multitud de flores”. [2] Desde Gerhard Richter, Francis Bacon y Elizabeth Peyton, pasando por Elsa Schiaparelli, Christian Dior e Yves Klein, hasta llegar a Damien Hirst o la película de Kubrick, La Naranja Mecánica. [3] Por convicción y en los casos mundiales más estimulantes y sólidos que he conocido, la ecuación es simple: 1% de inspiración y 99% de transpiración, de trabajo arduo y transdisciplinar. [4] Diversas fuentes confirman que 40 mil personas trabajan en las Industrias Creativas –de las 607.991 que para el 2013 vivían en la propia ciudad de Helsinki-, que hay más de 80 festivales y que el volumen de negocios total del sector ascendió por ejemplo para 2007 a € 9,6 mil millones. Son las industrias de más rápido crecimiento durante los últimos años y ofrece más puestos de trabajo que construcción, financiación y logística. [5] “Para muchos, la moda es un arte aplicado, pero para otros es una forma de arte (…) lo que importa es la verdad y la potencia de la emoción a la que somos sensibles y la forma como la trasponemos en nuestra vida y en nuestra producción creativa”.


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