Mensajero Ala Blanca - Enero-Febrero 2013

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Ungidos para dirigir

ALA BLANCA

Enero/Febrero de 2013

La publicación oficial de la iglesia de Dios de la Profecía

El desafío final: La Gran Comisión Atributos de un liderazgo ungido Transfiriendo la unción


Por: Obispo Randall E. Howard, Supervisor General

Ungidos para Dirigir Cuando se seleccionó el tema de la Asamblea de 2012, había dos pensamientos e inquietudes que llenaban nuestros corazones. Una de las inquietudes era nuestra convicción de que Dios no había terminado de obrar en este cuerpo con respecto al tema de nuestra Asamblea previa, “En Pos de Su Espíritu”. La otra inquietud fue la sensación de que Dios estaba obrando entre nosotros, en este movimiento. El Grupo de Trabajo de la Asamblea no pudo dejar de pensar en ninguno de los dos conceptos, por lo que fueron fusionados en el tema “Ungidos para Dirigir”. Analizaremos un poco ese tema, explorando sus dos ideas centrales. El liderazgo internacional de la Iglesia de Dios de la Profecía se siente impulsado a seguir exhortando a esta iglesia a renovar su ministerio y pasión por la persona y obra del Espíritu Santo. Intentamos hacer eso mismo en la Asamblea anterior, pero como todos ya nos hemos dado cuenta, este llamado no es para una sola ocasión. Así que, la palabra ‘ungidos’ en el tema de la Asamblea de 2012, lleva el peso de este llamado continuo a renovar la dirección y el ministerio del Espíritu Santo entre nosotros. El vocablo ‘ungidos’ desempeña bien esa función porque a menudo se emplea en las Escrituras para denotar la obra y el poder del Espíritu Santo. En la Biblia, los líderes fueron ungidos para tareas específicas. Se sabía que no eran capaces de realizarlas por sí solos, sino que el acto divino de la unción los capacitaría para enfrentarse al desafío del momento. Hoy en día nuestro desafío radica en la cosecha que tenemos por delante. Ya sea que hablemos del mundo occidental —donde la cosecha es muy difícil— o que hablemos del resto del mundo — donde la cosecha es abundante— la tarea es demasiado grande. La promesa de Dios es que la ‘unción’ del Espíritu Santo hará posible una gran siega en ambos contextos. 2 Mensajero Ala Blanca enero/febrero de 2013

La segunda convicción expresada en el tema de la Asamblea, “Ungidos para Dirigir”, es la idea de liderazgo, visión y enfoque. Nuevamente, los líderes de este cuerpo eclesiástico sienten que Dios nos está dando una visión para este momento particular en Su plan divino. Entendemos que esta red ministerial no puede hacer todo el trabajo y hacerlo con excelencia por sí sola. Sin embargo, creemos que Dios nos ha mandado a enfocar, agilizar e invertir todos los recursos posibles en las áreas que Él nos ha dicho. Esperamos que el tema de la Asamblea de 2012 nos haya comunicado la idea de un liderazgo divino. Es obvio que estamos viviendo en un tiempo especial. El cristianismo avanza en maneras nunca antes vistas y en lugares que nunca antes habíamos concebido. Sentimos que la Iglesia de Dios de la Profecía tiene un llamado que cumplir y una aportación que hacer a medida que “la tierra [se llene] del conocimiento de la gloria de Jehová” en estos momentos kairos [momentos decisivos]. El Rey se prepara para Su glorioso retorno al planeta Tierra. Es hora de que este cuerpo eclesiástico haga el mayor esfuerzo posible y sacrifique todo lo que fuere necesario para orar pidiendo que venga Su reino, desarrollar líderes para esta gran causa, y recoger eficazmente la cosecha en toda la tierra. La Iglesia de Dios de la Profecía se está levantando para responder a esta visión, sabiendo que hemos sido “Ungidos para Dirigir”.


La publicación oficial de la Iglesia de Dios de la Profecía

MENSAJERO

Ala Blanca Volumen 63, Número 1 enero/febrero de 2013

Contenido Internacionales

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Segmento informativo

2 Ungidos para dirigir Randall E. Howard, Supervisor General

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Madrid : Bautismo

3 Noticias internacionales

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Artículos

5 El desafío final: La Gran Comisión Benjamín Feliz

24 La visión comienza con usted Lauren Harding

8 El mayor ejemplo del liderazgo ungido Dennis Casey

25 El peligroso viaje inaugural Randall E. Howard

10 Ungido para ser líder: Sea victorioso Wallace Pratt

26 Dirigir a los niños — ¿Cuál es su plan?

13 Atributos de un liderazgo ungido Tony Comer

España

28 Las expectativas invisibles de un pastor Jason Vernon

La misión de la Iglesia de Dios de la Profecía en Madrid realizó un servicio de bautismo el 19 de agosto de 2012. El bautismo tuvo lugar en el río Eresma (Segovia). En esta oportunidad fueron bautizadas cuatro personas quienes estaban muy emocionadas por la bendición de bautizarse y aprovecharon el momento para dar testimonio del poder transformador de nuestro Dios en sus vidas. Damos gracias a Dios por todo lo que Él sigue haciendo en las vidas de nuestros hermanos que se congregan en la misión. Damos gloria a Dios porque Su fidelidad es grande. Solicitamos continúen orando por la iglesia en Madrid para que Dios siga tocando corazones y continúe abriendo puertas para que la obra siga creciendo en gran manera. Agradecemos a todos aquéllos que respaldan la obra para que el reino de Dios siga creciendo en España. Reporte por pastora Mariamne Alvino Sánchez

30 La matemática de Dios 14 Los dadores y los receptores DeWayne Hamby Garry Lovette 16 El cruce Ben Duncan 18 Transfiriendo la unción Mario Vega Los pastores Fernando Ramos y Juan Sandoval ministrando la oración inmediatamente después que los candidatos fueron bautizados.

22 Tomar la iniciativa Kathy Creasy Candidatos al bautismo de izquierda a derecha: Percy, Ruth, Alicia y Silvio.

PERSONAL EDITORIAL: Editor Ejecutivo: Randall E. Howard • Editor y Publicador: DeWayne Hamby • Editora Asistente: Pamela Praniuk • Revisión: Departamento Mundial de Lenguajes • Distribución: Josué F. Reyes, Virginia Marrero y Rafael Alvino • Diseño Gráfico: Sixto Ramírez y Perry Horner • Junta Editorial: Londa Richardson, Cervin McKinnon, Daniel Chatham, Tapio Sätilä, Perry Horner, Hanny Vidal, Shaun McKinley y Adrián Varlack. INFORMACIÓN: El Mensajero Ala Blanca es publicado bimestralmente por White Wing Publishing House con oficina internacional de redacción en: 3750 N.W. Keith Street, Cleveland, TN 37312 • México - Impreso por Editorial Ala Blanca (Franqueo Pagado -CRDF-031-98), Apartado Postal 134-018, México, D.F. C.P. 07421, MÉXICO. Tel: (52-555) 715-6346. • República Dominicana - Impreso por Casa de Publicaciones Ala Blanca, Carretera de Mendoza 222, Villa Faro, D.N., P.O. Box 1792, Santo Domingo, República Dominicana. Tel: (809) 592-0355. Correo electrónico: iglesiaprof@codetel.net.do. • Perú - Impreso por la Oficina Nacional de la Iglesia de Dios de la Profecía en Perú, Ave. Elmer Fausett 1620, Distrito de Bellavista, Callao, Lima, Perú. Tel: 01-451-0374. Correo Electrónico: iglesiadedios@gmail.com • Suscripción por un año $10.00 (E.U.A.) o su equivalente en moneda nacional. • Published bi-monthly by the White Wing Publishing House, 3750 NW Keith Street, Cleveland, TN 37312. **Printed in MÉXICO by Editorial Ala Blanca, Apartado Postal 134-018, México, D.F. C.P. 07421, México. Postage paid (CR-DF-031-98). Printed in the Dominican Republic by Casa de Publicaciones Ala Blanca, P.O. Box 1792, Santo Domingo, Dominican Republic. • Printed in PERÚ by The National Office of the Church of God of Prophecy in Perú, Ave. Elmer Fausett 1620, District of Bellavista, Callao, Lima, Perú • Subscription rate for one year: US $10.00 or its equivalent in national currency.

DECLARACIÓN DE FE: La Iglesia de Dios de la Profecía tiene sus raíces en la iglesia establecida por Cristo y bautizada en Pentecostés. Creemos en la autoridad profética y apostólica de la Biblia como la Palabra inspirada, infalible e inequívoca del Dios Trino y en su autoridad única en materia de fe, prédica y práctica. Afirmamos que Jesucristo es Dios encarnado y consubstancial con el Padre, que nació de una virgen y vivió sin pecado. Creemos en Su poder, Su muerte vicaria y expiatoria, Su resurrección corpórea, Su ascensión al Padre y que vendrá por Su iglesia. Creemos en Su reino milenario y eterno. Creemos que Él, con la participación del Espíritu Santo, es el único medio disponible al pecador para reconciliarse con Dios. Afirmamos que Jesucristo es la cabeza de la iglesia y que ésta, Su cuerpo, es llamada a ser santa y sin mancha, a andar como Él anduvo: en amor, humildad, tolerancia, obediencia y misericordia. Creemos en la unidad de los creyentes, en la realidad del cielo y del infierno, en la resurrección de los salvos para vida eterna con Cristo y de los perdidos para condenación eterna. © Todos los derechos reservados

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BRASIL ¡Cosecha! Los meses de marzo, julio y octubre fueron elegidos para fiestas, celebraciones, bautismos y recibir nuevos miembros en la iglesia. A continuación tenemos la oportunidad de compartir algunos relatos que nos enviaron algunos pastores sobre lo que sucedió en sus iglesias locales. Iglesia Posto da Mata–Bahia Nueve personas fueron bautizadas y añadidas como miembros de la iglesia local. La pastora María Laldino nos informó que realizó una cruzada evangelística en los alrededores e impactó el barrio de la iglesia local, resultando en un avivamiento. Itamaraju–Bahia El pastor Jorge Ferreira celebró un servicio de bautismo y nueve personas más se añadieron como miembros de la iglesia. Muy pronto se inaugurará una nueva obra en el pueblo de Limeira, cerca de la ciudad de Itamaraju.

Tenemos una iglesia local en la región que se destaca por el mayor índice de crecimiento de más de cien miembros. A principios del año pasado tenía menos de cincuenta. La región también está a la vanguardia por la apertura de nuevos puntos de predicación. Por lo menos dos nuevos puntos se abrieron este año. Sao Benedito−MG Tres nuevos miembros se añadieron después de ser bautizados en las aguas. La iglesia local pastoreada por Fernando García está experimentando un movimiento especial de Dios, y se ha convertido en una de nuestras iglesias dinámicas.

Rio Grande do Norte Catorce personas fueron bautizadas y añadidas a la Iglesia de Dios.

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Varias iglesias promueven cruzadas evangelísticas en las plazas con la intención de que lleguen las almas a Cristo. Además de predicar el evangelio y dar testimonio de Cristo, algunas iglesias proporcionan trabajo de acción social, promoviendo por ejemplo, días de acción global. En este día la comunidad recibe orientación médica, dental, psicológica y pastoral. Los niños también reciben materias adecuadas a su edad, entre otras cosas. Algunas iglesias locales, como la iglesia local en Serra en el estado de Espíritu Santo ha cosechado buenos resultados, convirtiéndose en una iglesia dinámica. Damos gracias a Dios por el espíritu de cosecha y la visión del reino.


Artículos

El Desafío Final: La Gran Comisión

Sermón de la 97ma Asamblea Internacional de la Iglesia de Dios de la Profecía

E Benjamín Feliz Presbítero General de Centroamérica, México y el Caribe de Habla Hispana

n unos pocos minutos esta Asamblea pasará a la historia. La mayoría de nosotros ya hemos empacado, y pronto nos iremos a nuestros respectivos hogares. Estamos por regresar a un mundo en caos, el cual necesita urgentemente a Jesucristo. El crimen y la violencia es un problema grande que se está desarrollando en Centroamérica. Los países de El Salvador, Guatemala y Honduras tienen los índices de criminalidad más altos en Latinoamérica. Para ilustrar la magnitud del problema, diré que el total de habitantes en Centroamérica es aproximadamente el mismo que en España. Sin embargo, en el año 2006, mientras que en España se registraron 336 asesinatos (o sea, menos de 1 por día), en Centroamérica se registraron 14,257 asesinatos (o sea, casi 40 por día) ese mismo año. A estas cifras se deben añadir las más de 60,000 muertes en México ocasionadas mayormente por la narcoguerra durante los pasados seis años. A esta situación tendré que enfrentarme cuando regrese. No sé a qué cosas tendrá usted que enfrentarse, pero sé

que hay cosas que todos estamos enfrentando: • En Europa estamos luchando contra el posmodernismo y una cultura que se vuelve indiferente e incluso hostil a la fe cristiana. • En África, la tierra padece por el sufrimiento y el tráfico de seres humanos. • En Asia, la tierra de muchos dioses, se hace poco lugar para el único Dios verdadero, o para Sus seguidores. • En Norteamérica, se dice que 3 millones de cristianos se apartan de la iglesia cada año. Ahora que estamos saliendo de este lugar y experiencia de cumbre, y regresando a nuestro mundo real para enfrentarnos a nuestros desafíos particulares, algunos de nosotros quisiéramos extender esta semana. Sería muy tentador quedarnos aquí para disfrutar Su presencia y este compañerismo. Sin embargo, hemos sido llamados y comisionados para alcanzar al mundo, llevar lo que hemos experimentado e impartirlo a los demás. Piensen en los discípulos. Nosotros hemos estado en la presencia del Señor. Ellos habían mensajeroalablanca@wwph.com 5


estado en la presencia física del Señor. Pero Él ascendió y luego envió al Consolador. No los dejó solos, sino que les dio la comisión de que hicieran la obra. Las célebres y últimas palabras de Jesús todavía nos hablan hoy. Las podemos encontrar en Mateo y Marcos. Así que, si usted tiene su Biblia a la mano, leamos Mateo 28:16-20: “Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”. En Norteamérica, mucha gente, antes de viajar, se asegura de que su membresía en la organización AAA está al corriente. ¿Sabe alguno qué es AAA? Es una organización que presta asistencia a los conductores que van de viaje. Si uno se queda sin gasolina, ellos le traen un poco. Si se revienta un neumático, ellos vienen para ayudar. Ahora, si ustedes me lo permiten, quisiera mencionar tres puntos para recordar mientras nos vamos de este lugar. Tal vez pueda llamarlos el ‘AAA’ [en inglés, y en español ’AUS’] de la Gran Comisión. Estas son cosas para recordar al salir de esta experiencia de cumbre.

Autoridad

En el idioma griego “exousia” significa el poder de la autoridad (influencia) y del derecho (privilegio). Jesús tenía autoridad. Habló con autoridad desde la primera vez que se levantó para leer en la sinagoga: “El Espíritu de Dios está sobre mí…” No tenía que defender o

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promover Su autoridad porque Él la tenía. Como discípulos y seguidores Suyos, nosotros estamos bajo esa autoridad. No hablamos en nuestro propio nombre, pues estamos realizando la misión que Él nos encomendó. Me acuerdo de una mujer policía que me mandó que detuviera mi automóvil una noche en que conducía de regreso a mi hogar. Con voz frágil me preguntó: “¿Sabe usted a qué velocidad estaba conduciendo, señor?” Yo le contesté: “No lo sé, pero creo que usted sí lo sabe”. Ella era de baja estatura y mucho más joven que yo. Tal vez alguno me pregunte por qué me detuve. Detenerme era lo más prudente que yo podía hacer. Yo detuve mi automóvil porque ella tenía la autoridad de darme el alto. Ella no hablaba por su propia cuenta, sino que tenía todo el respaldo del departamento de policía. Si yo hubiera tratado de huir o de forcejear con ella, me hubiera metido en gran aprieto, porque ella contaba con el respaldo de todo el gobierno. Así también sucede con nosotros. Nosotros hablamos la verdad en el nombre de Jesús. Si a alguien no le gusta, podemos decirle: “Presente su queja a Dios”. Pensemos en nuestros padres de la fe, en la iglesia primitiva y en los apóstoles. Ellos eran tenidos en poco por la sociedad. No eran aceptados. No disponían de estaciones de radio, ni prensa, máquinas de fax, automóviles, recursos financieros, planes, templos, fotocopiadoras o una organización central. Tampoco disponían de correo electrónico, Facebook, Twitter o LinkedIn. Tampoco tenían amistades influyentes. El poder eclesiástico del Sanedrín y el poderío militar del imperio romano eran sus adversarios. Pero, con todo, esparcieron el evangelio que cambió a Roma, y luego al mundo. No permitieron que nada ni

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nadie los estorbara. Estaban bajo la autoridad y unción de Dios. La única razón por la cual lograron transformar el imperio fue la ayuda divina y el poder del Espíritu Santo. Cuando el Espíritu descendió sobre ellos, les concedió todo lo que necesitaban para la jornada. Nosotros también lo hemos recibido. Jesucristo no dijo “alguna autoridad me es dada”, sino “toda autoridad me es dada”. Y antes de que Él nos enviara, nos dio el recordatorio de que hemos sido enviados con TODA autoridad. Es posible que usted no tenga todo lo que desee, o todo lo que usted piensa que necesita, o todo lo que los demás ministerios tienen, pero usted ciertamente ha sido comisionado por Aquél que tiene toda la autoridad de realizar su trabajo. Jesucristo le ha dado esa autoridad. Así que, mientras regresa al lugar de liderazgo que le fue asignado, recuerde las palabras de Jesús:

Lucas 10:19: “He aquí os

doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”.

Marcos 16:15-20:

“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios. Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían”.


Unción [en inglés, “Anointing”] El tema de esta Asamblea es “Ungidos para Dirigir”. Etimológicamente hablando, ungir significa sencillamente untar aceite a un cuerpo u objeto. Pero en el sentido bíblico, tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento, ungir con aceite significa la presencia del Espíritu Santo. Era un símbolo de la gracia de Dios siendo derramada sobre una persona. También significaba que la persona que aplicaba el aceite era un conducto de la gracia y poder sanador de Dios. No basta con que seamos reconocidos como líderes, o leamos los libros correctos, o sepamos cómo hablar. Usted necesita llevar la unción de Dios sobre sus hombros. No hay mayor necesidad en el púlpito de hoy que la de predicadores ungidos, hombres y mujeres que han estado con Dios y que han recibido una palabra fresca de parte de Él. Mientras va de regreso a su jornada, sepa que habrá problemas con los cuales tendrá que lidiar, y para ello necesita tener la unción. Usted los enfrentará, y dirá: “No tengo forma de determinar cuál es el curso de acción correcto”. Pero hay una unción sobrenatural que comenzará a manifestarse y a sobrepasar todo su entendimiento. Tal vez usted no ha podido determinar la solución, a pesar de tener la sabiduría de Salomón y la paciencia de Job. Pero sí tiene acceso al Espíritu de Dios y las huestes celestiales. Recuerde que la batalla no es suya, sino del Señor. Él peleará las batallas por usted. En 1 Juan 2:27 dice: “Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él”. Mientras usted luche contra el pecado y las cosas de este mundo, la unción habrá de protegerle.

Los sacerdotes realizaban sacrificios de animales. Tenían que lidiar con la sangre, el excremento, el olor del animal y el humo — todas esas cosas tienen mal olor. Pero cuando salían del sacrificio, no tenían ningún mal olor. Más bien, olían como aquella sustancia con la cual fueron ungidos. Así también sucede con nosotros cuando lidiamos con las demandas judiciales, las acusaciones, las divisiones y la traición. La unción que permanece en nosotros nos mantendrá frescos, motivados y enfocados en nuestra misión. La unción impide que nos distraigamos o contaminemos con las cosas con que lidiamos en el ministerio cada día. La unción nos protege y separa. La unción nos da acceso a todos los recursos del cielo. Tal vez dirá: “Yo no tengo el poder para manejar este problema”. A veces esa impotencia se apodera de nosotros. Pero sepa que usted sí tiene el poder de manejar su situación porque tiene la unción.

Siempre [en inglés, “Always”]

Ser líder es a veces un trabajo en el cual nos sentimos solos. El liderazgo tiene que ver con la toma de decisiones en el mundo real. El único problema es que cada vez que usted toma una decisión, va a haber alguien a quien no le guste. Los feligreses o subalternos pudieran titubear a la hora de seguirle y, como en muchos casos en la Biblia, tal vez le abandonen o incluso se vuelvan en contra suya. Pronto usted se encontrará a solas y vulnerable. Pero permítame recordarle que usted no está solo o sola. Dios está con usted. Parte de la garantía de la Gran Comisión es: “Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”. Los discípulos tuvieron miedo cuando se encontraron con la tormenta, pero Él siempre estuvo

con ellos. Los tres jóvenes hebreos estuvieron en el horno de fuego, pero Él estuvo con ellos siempre.

Daniel 3:25: “Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses”. Ese era el Hijo de Dios. Salmo 139:7-10:

¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra. Jesucristo nunca nos dejará ni abandonará. Aun en medio de nuestras pruebas, cuando nos enfrentamos con dificultades, Él siempre está con cada uno de nosotros. Él nos acompaña en cada paso del camino, aun en el camino más oscuro por donde transitemos. Cuando el tiempo de nuestro peregrinaje en la tierra llegue a su fin —como ya ha sucedido con muchos pioneros y seres queridos en nuestro movimiento— Él estará con nosotros.

1 Tesalonicenses 4:17: “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.

Salmo 23:6: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días”. Salga, y no tenga miedo al fracaso. De hecho, no podrá fracasar si se mantiene fiel a la Gran Comisión. Recuerde el acrónimo AUS de la Gran Comisión [AAA, en inglés]: Autoridad, Unción y Siempre. mensajeroalablanca@wwph.com 7


El Mayor Ejemplo del

Dennis Casey Supervisor de Australia y Sri Lanka

Liderazgo Ungido

M

e parece gracioso el que yo todavía retenga las peculiaridades culturales aprendidas en mi lugar de nacimiento —especialmente los refranes—, aun después de haber pasado la mayor parte de mi vida lejos del mismo. A veces, ciertos dichos se me escapan en las conversaciones, tales como: “Estoy feliz como una lombriz”, o “ser más tonto que Abundio, que vendió el coche para comprar gasolina”, “estar más aburrido que perro enjaulado”, y “ser más duro que el hormigón”. Cuando hablo con personas del otro lado del mundo, ellos comienzan a buscar un intérprete. Una de estas símiles la expresé cuando vi por primera vez el tema de esta edición del Mensajero Ala Blanca: “Ungidos para Dirigir”. Mientras consideraba el estado actual de la comunidad cristiana, dije en voz alta: “Los líderes ungidos son más escasos que los perros verdes”. Uno puede entrar en casi cualquier librería cristiana y encontrar muchos anaqueles llenos de material impreso o audiovisual sobre liderazgo ungido, bíblico y piadoso. No hay escasez de información sobre el tema, pero sí hay escasez de líderes ejemplares. El mundo ha presenciado la caída de muchas personas en las esferas más altas del liderazgo secular y religioso. Se ha convertido en un fenómeno tan común que ni siquiera nos conmociona cuando nos enteramos de que alguien ha abusado de su cargo y de nuestra confianza. De hecho, este mundo no habrá de mejorar, sino que habrá de empeorar. Pero se supone que la iglesia del Dios vivo vaya de gloria en gloria. La escasez de líderes ungidos debe causarnos inquietud, y esta inquietud debe llevarnos a ampliar el reino de Dios en estos últimos días mediante el liderazgo ungido y poderoso. Sospecho que hemos perdido de vista lo que debe ser el verdadero liderazgo. Como mencioné previamente, no hay escasez de grandes autores y materiales sobre este tema. Pero, ¿por qué no considerar directamente al Ungido, Jesucristo? A continuación, habremos de considerar cuatro aspectos del liderazgo ungido, usando a Jesucristo como nuestro modelo y guía. El liderazgo ungido: • Apunta a la fuente • Conlleva favor • Lleva un mensaje con poder y autoridad • Atrae a las personas

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El liderazgo ungido siempre apuntará a la fuente de la unción

En las primeras palabras de Jesús que fueron registradas en las Escrituras —“en los negocios de mi Padre me es necesario estar”—, podemos ver que Él no tenía Su propia agenda. Todo lo que Él hizo y habría de hacer apuntaba al Padre. Este patrón fue visto y oído a lo largo de Su ministerio. En el ejemplo de Cristo, el liderazgo ungido siempre apunta a la fuente de la unción. A Jesús —como alfa y omega y co-creador de todas las cosas— le hubiera sido fácil hablar por cuenta propia y edificar Su propio reino. Pero nunca perdió de vista Su propósito de revelar a Aquél que lo ungió y envió. Jesús anduvo, habló, comió, durmió, convivió y ministró para el beneplácito del Padre. Los líderes ungidos nunca deben procurar la gloria para sí mismos. Todo lo que hacen es para la gloria y honra de Dios. La gloria es para Dios, y solamente para Dios.

El liderazgo ungido conlleva favor

Los evangelios nos dicen que, tras el bautismo de Jesús, una voz celestial dijo: “Este es Mi hijo amado, en el cual tengo complacencia”. De igual manera, el liderazgo ungido debe tener el favor de Dios. El propósito de la voz celestial no fue para dar un anuncio a los que estaban en la ribera del Jordán, sino para que Jesús la escuchara y atesorara en Su corazón. Jesús salió de ese servicio bautismal y se fue directamente a los 40 días más difíciles de Su vida hasta ese entonces. Con 40 días de ayuno y guerra espiritual en el desierto, Jesús se preparó para el ministerio y la cruz. Yo creo que la voz de Su Padre —la cual le decía: “Hijo, estoy orgulloso de Ti”— fue un motivador poderoso en todo aquello que Cristo enfrentó y logró desde este día en adelante. En la vida de cada líder ungido se debe ver el favor del Padre. Y si tenemos un cargo de liderazgo en el reino de Dios, debemos estar oyendo Su voz de complacencia en lo que estamos haciendo. Nunca debe importarnos lo que el mundo diga o piense de nosotros. Pero ciertamente debemos estar atentos a la voz del Padre y hacerlo todo en una manera que reciba Su aprobación y favor.


El liderazgo ungido tiene un mensaje dotado de poder y autoridad

Él oyó la voz de aprobación de Su Padre en el río Jordán y soportó las aflicciones causadas por las batallas espirituales y físicas en el desierto. Luego se apareció en una sinagoga local de Nazaret, la ciudad donde se crió. Las Escrituras nos dicen que Jesús se levantó para leer un pasaje conocido del libro de Isaías. La gente del lugar vino a este culto semanal sin esperar que sucediese nada distinto a lo que habían experimentado toda la vida. Siempre habían asistido a la sinagoga por lealtad o costumbre. Es posible que las historias del libro de la ley les parecieran verdaderas, aunque no les pareciera ser relevantes para la vida diaria. Además, la camaradería era agradable y la comida era buena; así que venían semana tras semana, y año tras año. ¿Acaso no se parece a lo que hemos vivido? Desde el momento en que Jesús comenzó a hablar en aquella pequeña sinagoga, la gente supo que Él no era un hombre ordinario. Esos mismos versículos bíblicos habían sido leídos por generaciones, pero nunca conmovieron a nadie. Pero este día, un líder ungido de Dios leyó esas palabras, y las mismas cobraron vida. Se podría decir que impartió nueva vida a la congregación. Mediante las palabras del profeta Isaías, Jesús mostró de dónde provenía Su unción, al igual que el propósito y los resultados futuros de esa unción. Jesús no tuvo necesidad de gritar, saltar o correr en la sinagoga. Él acababa de leer un pasaje de las Escrituras bajo la unción del Espíritu Santo. Y la Biblia nos dice que los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en Él. Y cuando Él hablaba, lo hacía como ningún otro, porque hablaba con autoridad. Sus discípulos tuvieron esta misma unción y autoridad. Pedro y Juan fueron interrogados por los líderes religiosos de su tiempo, quienes les preguntaron: “¿Con qué autoridad habéis vosotros ministrado?” Con valentía, ellos contestaron: “Por la autoridad del nombre de Jesús”. Los gobernantes se maravillaron ante su denuedo, y reconocieron que habían estado con Jesús. El liderazgo ungido lleva un mensaje que da vida y esperanza a los que están sufriendo y pereciendo en este mundo. Un mensaje ungido es poderoso porque su origen y autoridad derivan del trono de Dios. Tal mensaje sobrevivirá a las tendencias religiosas de la actualidad, cambiará vidas para la eternidad y demostrará que hemos estado con Jesús.

El liderazgo ungido atrae a las personas

Además de todo el material que hay sobre el liderazgo, también hay muchísimo material sobre el iglecrecimiento. Tal parece que en las librerías locales aparece un nuevo libro cada semana sobre un enfoque nuevo para alcanzar a los perdidos. Sin embargo, cuando analizamos la vida y ministerio de Jesucristo, nunca lo vemos sin una multitud que lo acompaña. Con Cristo era todo lo contrario. En una ocasión, alguien me dijo: “Cuando quieras saber si eres un líder, echa un vistazo a tus espaldas y ve quiénes te están siguiendo”. Entiendo que es una contestación demasiado sencilla para una pregunta tan complicada, pero me parece que tiene algo de verdad. Parte de la unción en el liderazgo de Jesús consistía en Su capacidad de invitar a personas para que Le siguieran. No los invitaba a pasear, sino a seguirle en un camino que habría de cambiar sus vidas. La Biblia nos dice que cuando Jesús llegó hasta el lugar de trabajo de Pedro, Andrés, Jacobo y Juan, les dijo: “Venid en pos de mí…” Y el versículo que sigue dice que dejaron sus trabajos y a su padre, respectivamente, y Le siguieron. Tras muchos años de liderazgo tanto en el ámbito secular como el cristiano, conozco las dificultades que entrañan el reclutar a participantes. A veces es un proceso doloroso y tedioso. Pero cuando leemos los relatos del llamamiento de los discípulos, podemos ver una respuesta inmediata que cambia sus vidas. Es entonces que nos damos cuenta que había algo muy poderoso obrando en el trasfondo. La unción de Dios no solamente es poderosa y puede cambiar vidas, también puede invitar. En la voz de Jesús había algo que dijo a estos hombres: “No os preocupéis. No los abandonaré ni dejaré; confiad en Mí, y Yo les mostraré la gloria de Dios y les daré la vida eterna”. Estos hombres dejaron todo lo que conocían y encomendaron todas sus cosas, aun sus propias vidas, en respuesta a esas cinco palabras: “Venid en pos de Mí”. Tanto los pecadores como los cristianos habrán de responder aun ante las más sencillas palabras pronunciadas por líderes ungidos. Yo creo que el mundo anhela oír el mensaje ungido del evangelio proclamado por líderes ungidos de Dios. Quizás haya una escasez de líderes ungidos. Pero como piedras preciosas, creo que Dios tiene algunos diamantes sin pulir que sólo están esperando escuchar Su voz. Para realizar una misión noble, hay que poner todo el empeño. Los líderes ungidos habrán de renunciar a todo, y seguir a Cristo para traer a los súbditos de Su reino hasta las puertas de los cielos eternos. Respondamos al llamado.

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Ungido para ser Líder: Sea Victorioso

E

Dr. Wallace Pratt Supervisor Estatal de Idaho, Oregón y Utah

n 1985, un otrora adicto a las drogas y ex miembro de una violenta ganga llamado Misha fue puesto en libertad después de cinco años en un campo de trabajos forzados para prisioneros en Siberia. Para la mayoría de las personas, él era simplemente el hijo de una prostituta y de un padre fugitivo. Entonces, sucedió un milagro. Mientras pausaba para escuchar un culto en la calle en Moscú, se convirtió a Jesucristo. A la edad de 24 años, regresó a su pueblo natal en Rusia e inmediatamente fue recibido con odio y desconfianza. Muchas de las personas todavía se acordaban de su violento pasado. No obstante, a pesar de esa mala reputación, una amiga de la niñez, ya hecha toda una joven cristiana, aprendió a amarlo y se casó con este otrora racista. Lo próximo que sucedió es un testimonio extraordinario del poder salvador de Jesucristo. Mientras continuaba sirviendo al Señor, Misha se ganó la confianza de cada vez más creyentes por su perseverancia, celo y arduo trabajo para alcanzar a otros para Cristo. En 1989 organizó una iglesia llamada “La Casa de Compasión”. Pero, el verdadero milagro de este ungido líder

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no radica en la organización de dicha iglesia, sino en el impacto que Misha ha tenido en esta ciudad de 300,000 habitantes. Dondequiera que Misha va, la gente habla de él con amor y respeto. Su iglesia ha establecido, y opera actualmente, más de 24 ministerios en esta ciudad de mucha contaminación, la cual fue una vez el cuartel general de Vladimir Lenin y los bolcheviques. En una ocasión, Misha me dijo que creía en las palabras de Marcos 6:7, que Jesús le había dado poder para ser ungido y victorioso. Él demostró su fe, pues en seis años dio inicio a ministerios para alimentar y vestir a las personas sin hogar, dar medicinas y atención médica a la gente en la calle, establecer un hogar de refugio para mujeres maltratadas, un programa para colocar a niños fugitivos en viviendas, un sistema de transportación para los necesitados, un programa para darle asistencia a los ancianos, una escuela para enseñar inglés, y muchos otros ministerios. Además, él y su esposa tienen dos hijos y han adoptado a seis niños huérfanos. Aun así, él trabaja para el Señor a tiempo completo y vive recibiendo un salario de menos de 400 dólares al mes. Mientras yo recorría la ciudad y me reunía con oficiales del gobierno y hombres de negocio, mi corazón fue conmovido por un hombre ungido para dirigir. Todos conocían a Misha, y lo llamaban “el hombre de Dios”. En Marcos 16:15-18, Jesús comisionó a los discípulos: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”. Este pasaje bíblico produjo en mí un sentido de urgencia mientras me encontraba en uno de mis viajes en Rusia. En esa ocasión tuve la oportunidad de conocer a Dale Witt,


un tremendo y bondadoso hombre quien poco después perdió a su esposa. En ese momento, él era el Director Internacional de Avance Mundial. Una noche, mientras le escuchaba predicar, él compartió unas estadísticas que quise apuntar. He aquí algunas de ellas: cada día, 15 millones de cristianos alrededor del mundo le dicen: “¡Buenos días!” a Dios. Cada día, unas 15,000 personas aceptan a Jesucristo como su Salvador personal alrededor del mundo. De hecho, cada día se organizan 15 iglesias nuevas en el mundo. Esto me hubiera provocado suma felicidad si no hubiera sido por tres cosas sombrías que él también mencionó. La primera: el 95 por ciento de los cristianos nunca se ha ganado a nadie para Jesucristo. Más del 70 por ciento de las predicaciones en Norteamérica tienen que ver con el carácter cristiano, mientras que solamente el 10 por ciento tienen que ver con el poder liberador de Cristo y Su gracia salvadora. Él declaró que si seguimos evangelizando los niños y los jóvenes en Norteamérica al mismo paso de hoy, para el año 2035 los cristianos podrían ser el grupo religioso más pequeño del continente. Todo esto está sucediendo mientras que en la mayoría de las naciones está ocurriendo el más grande avivamiento de la historia. Al igual que muchos de ustedes, no quiero ser parte de una trágica posibilidad como ésta porque creo en el poder salvador de Dios. Necesitamos con urgencia tener la unción para dirigir a esta nueva generación para que comparta su fe creciente.

Las tres cosas que Jesús enseñó a Sus discípulos

De acuerdo a los evangelios, hay tres cosas que Jesús ordenó repetidamente a Sus discípulos. Desde Mateo hasta Juan, podemos verlo declarado en varias maneras o mandatos, pero el mensaje es el mismo. Por tanto, lo que Él enseñó a los doce discípulos todavía es relevante y también aplica a los que

somos Sus discípulos hoy. Lea este mandamiento de Jesús para todos Sus discípulos en Marcos 6:7-13. “Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos. Y les mandó que no llevasen nada para el camino, sino solamente bordón; ni alforja, ni pan, ni dinero en el cinto, sino que calzasen sandalias, y no vistiesen dos túnicas. Y les dijo: Dondequiera que entréis en una casa, posad en ella hasta que salgáis de aquel lugar. Y si en algún lugar no os recibieren ni os oyeren, salid de allí, y sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, para testimonio a ellos. De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para los de Sodoma y Gomorra, que para aquella ciudad. Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen. Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban”. ¿Puede usted observar estos tres mandamientos importantes? Salvación—Tenemos que LLEVAR A LOS PERDIDOS a Jesucristo. Liberación— Tenemos que ECHAR FUERA A LOS ESPÍRITUS INMUNDOS (al diablo). Sanidad—Tenemos que SANAR AL ENFERMO. Desafortunadamente, muchos cristianos están distraídos, y se han olvidado de que estas tres cosas son el enfoque principal de su iglesia. De alguna manera, se han extraviado, y han hecho de otras cosas su razón de ser. A veces las iglesias se preocupan más por su cena de confraternidad mensual que por las vidas que necesitan salvación. Hasta los pastores pueden verse atrapados en la faena de “mantener a todo el mundo contento”. Pero lo importante no es la manera de vestir, ni la manera de actuar en la iglesia, ni a dónde ir, ni enseñar a las personas a recitar las Escrituras. Lo importante es tener pasión por motivar y enfocarnos en estos tres mandamientos de Jesús. Si hemos sido ungidos para dirigir, entonces no nos conformaremos con estar en la iglesia o predicar en la iglesia.

Las cuatro áreas1 del liderazgo ungido

El apóstol Pablo toma el mandamiento de Jesús, y nos ayuda a ver cómo podemos cumplir con el mismo desde el nivel de cada iglesia local. De hecho, en el ministerio de Cristo y en la historia de la iglesia primitiva en el Nuevo Testamento, podemos identificar cuatro grupos como los causantes del crecimiento en la iglesia: Los que caminan — Este grupo fue simbolizado por Jesús cuando relató la parábola de “Los Peces y la Red” en Mateo 13:47-51. En la versión Reina Valera lo identifica como una “red”; era un tipo de red que literalmente se arrastraba en el fondo del mar. La mayoría de las veces, recogía los peces más sucios y feos. ¿Sabe usted quiénes son los “caminantes” en la iglesia? Ellos son los evangelistas, pastores, plantadores de iglesias, los que trabajan en las cárceles y los hospitales, y todos los que tienen la gracia para ir a los hogares y ayudar a los que sufren. Debemos ir a los lugares más sucios y feos y traer a las personas con la red del evangelio. Este es su llamado. No pregunte qué tipo de peces quieren los demás; usted ha sido “llamado” por Dios para traerlos a todos en la red. Los que sirven —Este grupo es representado por la historia de “El Lebrillo y la Toalla”. La misma tuvo lugar en la casa de Simón el fariseo en Lucas 7:36-38, pero tiene que ver con una persona marginada que estuvo dispuesta a servir en el ministerio y a la persona de Jesús. ¿Puede un creyente ser ungido para dirigir mientras sirve? Simboliza a aquéllos que quizás no estén en primer plano, o que no tengan dotes de predicador o de maestro, pero que son personas con vocación de servicio. Son creyentes que aman el servir para saciar las necesidades diarias de la obra de Jesús en su iglesia local y en la comunidad. Si no fuera por ellos, todas las iglesias se convertirían en lugares anémicos e irrelevantes para sus vecindarios. Esta mensajeroalablanca@wwph.com 11


actitud de siervos los lleva a dirigir con un estilo poco convencional, pues cortan el césped de la iglesia, reparan las luces de la iglesia, limpian los baños, o arreglan las flores del santuario. Pero Dios bendice a las personas que ven su acto de servicio como un llamado para ayudar a alcanzar a los perdidos. Son siervos que prestan ayuda al hacer algo que permite que otras personas puedan ir a los perdidos. Los que dan —Jesús usa el ejemplo del “Pan y la Canasta” en los evangelios para representar este grupo de personas. Esto tuvo lugar al aire libre, en medio de un monumental esfuerzo de parte de Jesús por alcanzar a los perdidos. Este tipo de necesidad requiere mucho más que una persona que cumple con su obligación normal de ofrendar. En Juan 6:5-11, Jesús identifica un jovencito que estaba dispuesto a dar su almuerzo al Señor sin saber cuál sería el resultado de su sacrificio. ¡Gracias a Dios por las personas que son dadores así como este jovencito! Un DADOR es alguien quien está ungido y que tiene un corazón para dar más que el creyente promedio. En muchos casos, es una persona exitosa en los negocios, o jubilada, o que haya sido bendecido/a con recursos y que reconoce que Dios desea usar dichos recursos para ayudar a financiar o apoyar la obra de Dios. Desafortunadamente, no damos suficiente reconocimiento a este grupo, ni los honramos apropiadamente por tener tal unción. Pero si queremos ir con poder, necesitaremos que nos ayuden con los fondos para los ministerios importantes. Los que oran —Este cuarto grupo es indispensable para alcanzar a los perdidos y ayudar al crecimiento de la iglesia. Ellos no son simplemente personas que oran. Son personas en la feligresía que

han sido especialmente ungidas por Dios para orar por la cosecha. Mucho antes de que comenzara el ministerio de Jesús, este grupo fue simbolizado por Zacarías cuando quemaba el incienso ante el altar. En Lucas 1:11-16 podemos ver el fruto de su ministerio ferviente y persistente. No podremos alcanzar a los perdidos ni veremos el crecimiento constante de nuestras iglesias hasta que tengamos este grupo fiel en cada iglesia, pues Dios los ha llamado a ocuparse continuamente en la oración e intercesión ante el Señor de la cosecha. Se debe promover este grupo en todas las iglesias hasta que sea común el verlos honrar a Jesús con el incienso de sus oraciones y el manto de pureza. Estas personas ungidas serán líderes en sus congregaciones porque crearán conciencia con respecto a los perdidos. Cuando hay un grupo ungido como este en la iglesia, el poder de Dios se manifiesta.

Un desafío para los que han sido ungidos para dirigir

Unos cuantos años atrás, estaba leyendo una revista juvenil que parecía un poco anormal y extraña hasta que entendí lo que estaban tratando de hacer. Habían hecho un compromiso de alcanzar la generación juvenil con un estilo diferente, empleando la música cristiana hip-hop. Su ministerio principal es una revista llamada ¿Cuál es la Palabra? En la edición de junio de 2005, presentaron un informe del “estado moribundo” de algunas iglesias en Norteamérica. En ese artículo hicieron la siguiente advertencia: “¿Sabía usted que el 95 por ciento de las personas que se convierten al cristianismo en los Estados Unidos lo hacen antes de cumplir los 25 años de edad? Si los cristianos no alcanzan a las personas con el evangelio antes de que cumplan la edad de 25 años, habrán de perder ese 95 por ciento”. Somos un pueblo que ha sido redimido (liberado); pero si somos

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ungidos para dirigir, entonces debemos quebrantar la atadura que controla a muchas iglesias y comunidades. Si nuestro Dios no nos redime del pecado, ni nos liberta de los espíritus demoníacos, ni nos da victoria sobre los obstáculos, ni nos da provisión en abundancia, entonces Él no es Dios. ¿Será que algunas personas están sirviendo a una “idea inferior” de Dios, pero no al poderoso Dios de Israel? Jesús, por medio de Sus acciones, se convertiría en el primer testimonio o testigo de Dios. Se convirtió en el primer mártir en esparcir el mensaje de una nueva visión de esperanza. Pastores, lleven los feligreses a la comunidad (así como lo hizo Jesús con Sus discípulos) para que sean mártires (uno que da la vida por Dios). Hijos de Dios, ¿dónde está nuestro sacrificio por la causa del evangelio de Cristo? ¡Dios quiere cambiarnos! Es tiempo de dejar de ser improductivos. Es tiempo de caminar con una nueva visión y confianza hacia el futuro. ¡Es tiempo de dirigir con unción! Nos encontramos en un momento crucial en la historia. Si no somos relevantes, nos habremos de extinguir. Cualquier persona que dude de esta verdad es porque no ha estado leyendo o mirando los medios noticiosos. Al viajar y reunirme con muchos creyentes nuevos, puedo ver que se han decidido a no quedarse limitados por la oscuridad y la irrelevancia. Se niegan a permitir que las peleas sobre las opiniones denominacionales, la historia pasada, o las personas negativas les haga perder el enfoque. Se niegan a permitir que su iglesia local herede una “mentalidad de visión pequeña”. Ellos van a salir con la unción del Espíritu Santo. Jesús nos ha otorgado el poder para redimir a las personas del pecado, sanar enfermedades, traer liberación a los adictos y traer una nueva generación de jóvenes y niños a los pies de Jesucristo. ¿Hay alguien que se encuentre listo para ser un líder victorioso? ____________ 1 S.D. Gordon. Quiet Talks on Service. Baker Book House: Grand Rapids, MI, 1980, págs. 87, 88.


Atributos de un

Liderazgo Ungido Un liderazgo ungido seguirá el plan de Dios sin los títulos y posiciones prestigiosas, y sin el reconocimiento ni el aplauso. El concepto bíblico del liderazgo no encuentra lugar en el mundo secular o en las organizaciones religiosas tradicionales. De acuerdo a los estándares de este mundo, las cualidades del liderazgo incluyen la capacidad de dominar, manipular y controlar a los demás. Este mismo concepto demanda que las personas logren la grandeza por medio de maquinaciones despiadadas y que suban por la escalera del éxito mostrando una gran indiferencia por las personas a las que puedan destruir en el camino. Este es un juego vicioso y sin final en el intento de convertirse en el rey de la montaña. El liderazgo exitoso muchas veces se caracteriza por los grandes imperios financieros, los monumentos, la fama, y las multitudes que lo adoran y le rinden pleitesía. Sin embargo, encontramos un cuadro completamente diferente del liderazgo ungido en los textos sagrados de la Palabra de Dios. “Pero entre ustedes no debe ser así. Más bien, el que quiera ser más importante entre ustedes debe hacerse su siervo. El que quiera ser el número uno entre ustedes debe ser su esclavo; así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvieran, sino a servir a los demás y a dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:26-28, versión Palabra de Dios para Todos). Estoy seguro de que todas las personas que se encuentran dentro de los linderos de la fe cristiana estarán de acuerdo en que nuestro ejemplo supremo y exclusivo del liderazgo ungido se encuentra en Jesús. ¡No hay un ejemplo mayor, ni una descripción más perfecta del liderazgo ungido en toda la historia! “Quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas” (1 Pedro 2:23-25). Un liderazgo ungido seguirá el plan de Dios sin los títulos y posiciones prestigiosas, y sin el reconocimiento ni el aplauso. El liderazgo ungido no está buscando la aprobación de los hombres, sino la de Dios. El liderazgo ungido no tiene tiempo

“…Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:25-28).

para las rivalidades, los celos y la ambición carnal. Más bien, el liderazgo ungido está centrado en el ganar almas, el avance del reino y la proclamación del evangelio. El liderazgo ungido está preparado para sacrificar toda comodidad y conveniencia para que se cumpla la voluntad de Dios en su vida. El liderazgo ungido está preparado para morir por las ovejas, si fuera necesario, para garantizar su seguridad en este mundo. “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen” (Juan 10:11-14). El liderazgo ungido es sufrido, es benigno; no tiene envidia, no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor. El liderazgo ungido no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. El liderazgo ungido todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta (1 Corintios 13:4-7). Los líderes ungidos entienden que su ejemplo es el mensaje más poderoso, la lección más impactante y la instrucción más transformadora. El venerable apóstol Pablo escribió al joven Timoteo: “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza” (1 Timoteo 4:12). El liderazgo ungido está cubierto de humildad, y siempre está pendiente de darle la gloria a Dios y saciar las necesidades de los demás. “…revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo” (1 Pedro 5:5, 6). Finalmente, podemos ver los atributos y las recompensas de un liderazgo ungido en 1 Pedro 5:2-4: “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria”. Tony Comer Brunswick, Georgia mensajeroalablanca@wwph.com 13


A

través de los años he tenido la bendición de estar bajo el ungido liderazgo de algunos de los más inspiradores hombres y mujeres de Dios. Desde que tengo uso de razón, mi vida ha estado influenciada por ellos. No solamente fueron mentores inspiradores, sino también verdaderos líderes ungidos que entendieron cuál era su propósito aquí en la tierra. Comprendieron verdaderamente la Gran Comisión y transmitieron esa pasión a mi vida. Para un adolescente tímido e introvertido en una pequeña iglesia localizada en un pequeño pueblo sureño de los Estados Unidos no había muchas oportunidades de recibir mentoría bajo el cuidado de líderes fuertes y ungidos. Mi caso fue definitivamente la excepción a la regla. Parecía que con cada nuevo pastor, Dios estaba enviando la persona que yo necesitaba para que hablara a mi vida y me enseñara las lecciones importantes que me habrían de moldear para convertirme en el líder que soy hoy en día. ¡Doy gracias a Dios cada día por eso!

Los dadores

Una de las mejores cualidades de los líderes fuertes y ungidos es que ven el potencial de otras personas y fomentan dichas capacidades. Estos mismos líderes también reconocen que no trabajan para glorificarse a sí mismos, sino a Jesús. ¡Oh, Dios, danos más hombres y mujeres que puedan entender esto! La mentoría es un tema que necesita ser discutido en la mayoría de las iglesias. Quizás sea un tema desconocido para los líderes actuales, o tal vez tengan

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Los Dadores y los Receptores Una de las mejores cualidades de los líderes fuertes y ungidos es que ven el potencial de otras personas y fomentan dichas capacidades.

Garry Lovette Pastor de Adoración Iglesia de Cliff Haven Sheffield, Alabama


una actitud posesiva que impida la manifestación de un verdadero espíritu que levante a una nueva generación. Puede que haya líderes locales que fueron nombrados por un pastor anterior para que fuesen maestros o líderes de música, y que 50 años más tarde, sigan sirviendo fielmente en ese rol. De la misma manera, es posible que haya cientos de personas que entran por las puertas, y que están dispuestas a servir, pero que nunca han recibido la oportunidad de hacerlo. Esta puede ser una razón por la cual una iglesia tiene problemas con su tamaño e incapacidad de crecer, aun cuando se encuentra en una comunidad próspera. Lo que se suponía que fuera una iglesia creciente, inspiradora y llena de vida, se ha convertido en una iglesia menguante y aburrida por la falta de un liderazgo de servicio. El liderazgo ungido reconoce las posibilidades que existen en su área de servicio y rápidamente emplea a aquéllos que desean crecer y servir en su iglesia local. Estos mismos líderes ungidos no tienen temor de hacer los cambios necesarios para garantizar que más personas sean incorporadas y formadas para que alcancen el máximo de su potencial para el reino de Dios.

Los receptores

Los receptores pueden ser identificados como aquéllos que asisten a una iglesia local, ya sea regular o irregularmente, y que nunca se ofrecen para marcar la diferencia en esa iglesia en particular. Muchos parecen haber adoptado una actitud que dice: “¡Bueno, por lo menos deberías sentirte agradecido de que vine hoy!” Se conforman con simplemente ser cuerpos que ocupan espacio. Vienen a la iglesia para experimentar “un sentimiento de bienestar semanal”, pero nunca se

ofrecen para ayudar en nada. Nunca dejan de asombrarme los que piensan que las luces de la iglesia, las lecciones y los sermones preparados y ungidos, y el mantenimiento de la propiedad sucedieron por accidente. Todas estas cosas requieren que alguien tome la responsabilidad. Estas cosas requieren liderazgo. Por lo general, en la mayoría de las iglesias —no solamente en nuestro movimiento— hay entre un 15 y 20 por ciento de los miembros haciendo todo el trabajo. Hay algunas excepciones a este fenómeno, pero no las encontrará a menudo. La mejor manera de encontrar una de tales excepciones es ir a una iglesia que está creciendo, y que está tomando parte activa en su comunidad. Tras investigar más detenidamente el trasfondo de esa iglesia particular, descubrirá que el porcentaje de participación es mucho más alto. En algunos casos, llega hasta 70 por ciento. También verá que una de las razones principales por la cual esa iglesia está llena de vida consiste en que tiene muchos más dadores que receptores. Recientemente, leí un artículo acerca de una iglesia que supuestamente envió cientos de cartas que sencillamente aconsejaban a las personas a que buscaran otra congregación a la cual asistir, porque lo único que estaban haciendo era ocupar un espacio valioso. La supuesta carta decía que la misma fue enviada a los que eran tan sólo receptores. No podía creer que una iglesia hiciera algo así. Después de mucha investigación, descubrí que la historia era falsa. ¿Qué sucedería si una iglesia realmente hiciera algo tan radical? Sin lugar a dudas, tendría que enviar cartas a más de la mitad de los congregantes.

Habrá de venir un cambio

El gran avivamiento que se está esparciendo por la tierra no habrá de llegar a su iglesia local, a menos que usted acepte esta verdad: “La persona más importante no soy yo, sino Cristo”. Cuando aceptemos finalmente esta simple verdad, entonces descubriremos que grandes cambios comenzarán a ocurrir. Veremos de inmediato un potencial que no parecía existir antes. Dejaremos a un lado la actitud de “huelguista” y tendremos la pasión por alcanzar a los perdidos. Entonces desearemos ofrecernos como siervos en nuestras iglesias locales para que las mismas puedan convertirse en poderosos “centros de mentoría” y poderosas “estaciones de discipulado” para el reino de Dios y el avivamiento de los últimos días. El cambio habrá de venir a nuestras congregaciones a medida que comencemos a entender que tenemos que ser líderes ungidos y tener pasión por aquéllos que vendrán después de nosotros. Veremos inmediatamente la necesidad de capacitarnos para que podamos tener la mayor eficacia posible en el proceso del discipulado. Jesús dijo en Juan 6:38: “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la vo­ luntad del que me envió”. El ejemplo supremo del liderazgo verdadero y ungido de Jesús debe hacernos tomar una pausa para analizarnos. Debemos mirar hacia nuestro interior para determinar si en realidad estamos haciendo todo lo que podemos para Él. Debemos pensar en la pregunta: “¿Estaré cumpliendo yo con el llamado a ser un líder ungido, o estaré tan solo ocupando un espacio?” Así que, yo le pregunto: “¿Es usted un dador o un receptor?”

mensajeroalablanca@wwph.com 15


Ben Duncan High Point, Carolina del Norte

El Cruce

Salado, se acabaron, y fueron divididas; y el pueblo pasó en dirección de Jericó. Mas los sacerdotes que llevaban el arca del pacto de Jehová, estuvieron en seco, firmes en medio del Jordán, hasta que todo el pueblo hubo acabado de pasar el Jordán; y todo Israel pasó en seco” (Josué 3:14-17). Después de haber permanecido 40 años en el desierto, Josué le dijo al pueblo de Dios que tenía que consagrarse y prepararse para cruzar el río Jordán cuando vieran a los sacerdotes y levitas cargando el arca del pacto delante de ellos. Por medio de este milagro, ellos habrían de saber por siempre que Dios estaba con ellos y que les capacitaría para echar a los habitantes del lugar y conquistar la Tierra Prometida. Tras cruzar al otro lado, levantarían doce piedras donde habían estado los pies de los sacerdotes como memorial en la ribera del Jordán para que las futuras generaciones pudieran acordarse del milagroso y liberador poder de Dios (Josué 4:1-9).

Los sacerdotes de Dios entraron

Y aconteció cuando partió el pueblo de sus tiendas para pasar el Jordán, con los sacerdotes delante del pueblo llevando el arca del pacto, cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán, y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca fueron mojados a la orilla del agua (porque el Jordán suele desbordarse por todas sus orillas todo el tiempo de la siega), las aguas que venían de arriba se detuvieron como en un montón bien lejos de la ciudad de Adam, que está al lado de Saretán, y las que descendían al mar del Arabá, al Mar

Cuando los pies de los sacerdotes que llevaban el arca, el cual representaba la presencia de Dios, entraron al río Jordán, las aguas que venían de arriba se detuvieron como en un montón, y las del otro lado se apartaron o retrocedieron, creando así un pasaje sobre la tierra seca o un lugar por donde cruzar hacia el otro lado. De la misma manera, cuando Jesucristo —nuestro Sumo Sacerdote y la presencia misma de Dios— aceptó y entró en las limitaciones del tiempo y el espacio al ingresar en las aguas profundas de la humanidad, nos proveyó un camino para que pudiéramos llegar a Dios por medio de la cruz del Calvario. ¡El Infinito se hizo Finito! Aquel que había sido completamente Dios, ahora era también completamente humano. A José, el padre terrenal de Jesús, el ángel del Señor le dijo en un sueño: “…y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados…y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es:

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Dios con nosotros” (Mateo 1:21, 23). La cruz fue el lugar donde repentinamente las aguas del pecado de la humanidad se detuvieron y amontona­ ron frente a Su magnífica gracia. ¡Fue allí donde se encontró un camino del pecado a la justicia, de la muerte a la vida, y de las tinieblas a la luz! Se nos abrió una brecha en la cruz del monte Calvario. “El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados” (Colosenses 1:13, 14). ¿Ya cruzó usted? ¿Tiene una relación con Dios por medio de Su amado Hijo? ¿Ya le conoce como Salvador y Sumo Sacerdote? “Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos” (Hebreos 7:24-26).

El poder de Dios separa

Se ha descrito al río Jordán como un río sucio. Hay muchos contaminantes que llegan hasta sus corrientes, tales como las aguas residuales y la escorren­ tía agrícola. Esto hace contaminar las aguas cristalinas que se originan al norte del Mar de Galilea. Las aguas del Jordán estaban tan sucias que hasta Naamán el leproso no quería meterse en ellas cuando el siervo del profeta Eliseo le dijo que debía hacerlo para poder ser limpio de su lepra (2 Reyes 5:10-13). De hecho, en el verano de 2010 se advirtió a los turistas que era muy peligroso ser bautizado en sus aguas1. Estas corrientes sucias del Jordán de repente se detuvieron, y se juntaron en un montón lejos en la ciudad de Adam, la ciudad al lado de Saretán. Es interesante que Adam también sea el nombre del primer hombre, cuya traducción es “humano o humanidad”.2 Por otro lado, también es interesante que el nombre de la ciudad vecina sea Saretán, cuya raíz significa “perforar, o punzar”.2 El nombre


Jordán significa “el que desciende”2, por la manera en que desciende desde las Alturas de Golán hasta el Mar Muerto, la parte más baja en la tierra3. ¡Cuán maravilloso es que el Espíritu Santo utilizara de manera profética los nombres de estas ciudades al crear el relato histórico e inspirador de este cruce! Cuando la presencia encarnada de Dios entró en la humanidad, la suciedad del pecado fluía desde el principio con la transgresión de Adán, descendiendo desde las alturas espirituales de su hechura a imagen de Dios (Génesis 1:26, 27; 5:1-3), descendiendo hasta el mar de la humanidad, contaminando nuestras almas y arrastrándonos hasta lo más bajo de la desesperación, la destrucción y la muerte. Dios hizo que la humanidad fuese un alma viviente, un espíritu, como Él. Ahora el hombre caído sería hecho, o nacería, en la imagen del hombre caído, un alma muerta, sin espíritu. “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12). Más tarde, Jesús le explicó al educado Nicodemo que “tenía que nacer de nuevo” (Juan 3:1-8). Por ende, ahora la humanidad debe renacer espiritualmente a la imagen y semejanza de Dios. ¡Nuestro Salvador lo hizo posible! Así como la ciudad de Saretán, que significa “perforado”, estaba localizada cerca de la ciudad de Adam, así también Jesús estaba cerca del hombre caído Adán y sus descendientes caídos, y listo para ser perforado en la cruz del Calvario por usted y por mí. De hecho, la primera profecía mesiánica fue dada al momento en que Adán cayó —Génesis 3:15: “… ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”. Desde el principio Jesús estaba cerca, junto a la humanidad, para redimirla del pecado adámico y la ira de Dios ya que “Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5). Además, las aguas del río fluían hasta llegar al Mar Muerto, el más bajo punto geográfico conocido en la

tierra. De igual manera, la corriente del río del pecado que arrastró a toda la humanidad hacia el lago de fuego, la segunda muerte (Apocalipsis 20:4-6, 14, 15), hacia el punto espiritual más bajo de la eterna separación de Dios, fue interrumpida por la presencia misericordiosa de Dios. Sin embargo, aquéllos que depositan su fe en Él son bendecidos y la segunda muerte no tiene poder sobre ellos. ¿Está siendo usted arrastrado por sus pecados hacia el punto más bajo de su vida espiritual? ¿Se siente sucio e impuro por el pecado que hay en su interior? ¿Piensa que está demasiado lejos de Dios, y que está irremediablemente perdido? ¡Reciba ánimo! ¡El poder de Dios para salvar está disponible para usted en estos momentos! La Palabra dice: “…todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10:13), y “…mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia” (Romanos 5:20). Así como dice el himno: “Maravillosa es la gracia de nuestro amante Señor, gracia que sobrepasa nuestro pecado y nuestra culpa. Allí en el monte Calvario fue derramada. Allí donde la sangre del Cordero fue vertida. La gracia de Dios que nos perdonará y limpiará internamente. La gracia de Dios que sobrepasa todos nuestros pecados”.4

La promesa de Dios salva

Alrededor de dos millones de personas, o más, cruzaron el río Jordán en seco. Este fue el segundo evento en que Dios dividió un cuerpo de agua grande y profundo para proveer un camino para que Su pueblo pasara con seguridad hacia el otro lado. La primera ocasión fue más de 40 años antes (Éxodo 14:19-31) cuando Moisés recibió la palabra de Dios de que dirigiera al pueblo a través del Mar Rojo, mientras huía de sus perseguidores en su éxodo desde Egipto. Dios prometió salvar a aquéllos que confiaran en Él y lo obedecieran en aquel momento y ahora. “Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros

parezca no haberlo alcanzado. Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron” (Hebreos 4:1, 2). “Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna” (1 Juan 2:25). “…y esta vida está en su Hijo” (1 Juan 5:11-13). Los sacerdotes permanecieron firmes con el arca, la presencia de Dios, en medio del río mientras el pueblo cruzaba desde el lado oriental hasta el lado occidental del Jordán. De igual manera, nuestro Sumo Sacerdote, Jesucristo, la misma presencia de Dios, permanece firme en medio de nuestro mundo de pecado y muerte. Cristo imparte vida y gracia a todos los que vengan al Padre por medio de Él. ¡Él es el Mesías prometido! Podemos venir a Aquél que nos ayuda a cruzar el gran abismo que separa a Dios y al hombre, porque sólo Él es el mediador, el “puente”, el “viaducto”, “el intercesor” (1 Timoteo 2:5, 6). El mundo alega que hay muchos caminos que nos llevan hacia Dios y Su salvación. No obstante, la verdad es que solamente hay un camino. “Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). ¡No hay otro camino para cruzar sobre el abismo que existe entre Dios y el hombre! ¿En cuál lado del “Jordán” se encuentra hoy? ¿Está separado de Dios por causa de sus pecados? ¡Mire, con fe, a Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, quien entró en las aguas para crear un camino en seco y traernos del pecado a la justicia, de las tinieblas a la luz, y de la muerte a la vida! ¡Cruce el río hoy! ________________ ¹ (“River Jordan Baptismal Site Closes Over Pollution Scare”, ABC News, Simon McGregorWood, Jerusalem, 29 de julio de 2010). ² Interlinear Bible OT: ‘Adam’ 120; ‘Yarden’ 3383; ‘Tsarethan’ 6891. ³ La orilla del Mar Muerto, entre Israel y Jordania, está a 1369 pies /417.5 metros bajo el nivel del mar. Véase http://geography.about.com/od/ learnabouttheearth/a/extremes_2.htm. ⁴ Letra: Julia H. Johnston, en Hymns Tried and True (Chicago, Illinois: The Bible Institute Colportage Association, 1911), número 2. Música: Daniel B. Towner, 1910.

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Transfiriendo la Unción

Mario Vega Pastor de Misión Cristian Elim El Salvador

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gradezco el privilegio de poder estar con ustedes. Esta mañana me han pedido que hable sobre el tema “transfiriendo la unción”, y para ello quiero utilizar un pasaje de las Escrituras que se encuentra en 2 Timoteo 2:10, el cual dice:“Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna”. Cuando hablamos de transferir la unción a los nuevos líderes es importante ajustarnos al modelo de la Biblia. Allí encontraremos que hay dos cosas diferentes que tenemos que tener claras en cuanto a cómo nosotros formamos a nuevos líderes. Uno de esos caminos es el camino de la instrucción. Hay un fuerte énfasis hoy en día en este camino tratando de colocar conocimiento en las personas. Yo no tengo ninguna duda que el conocimiento y la formación teológica son importantes; sin embargo, esa no fue la manera bíblica de formar nuevos discípulos. El segundo camino de acuerdo al modelo bíblico es el camino del mentoreo. Y el mentoreo tiene que ver más con transmitir vida que con transmitir conocimiento. Este fue el recurso que el Señor Jesús utilizó. Los evangelios nos dicen que Él llamó a Sus discípulos para que estuviesen con Él, y solamente el hecho de estar con Jesús era la manera de

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ser formados. No estaban con Jesús para recibir algunas clases de doctrina o teología, sino para conocer como Él vivía. Ellos vivían, comían y dormían con Él y este compartir era lo que estaba formando la imagen de Jesús en ellos. Este camino del mentoreo es lo que transformó la vida de los apóstoles. De igual manera, siguiendo ese modelo de las Escrituras, nosotros también debemos enfocarnos en el mentoreo. Repito, esto no significa despreciar el valor que tiene la formación teológica; no obstante, debemos tener en el centro el tema del mentoreo. La formación teológica vendrá a ser un complemento del mentoreo, y a través del mentoreo es como podremos transmitir la vida del ministerio a las nuevas generaciones.


Hay temas importantes en esto del liderazgo. Uno de ellos es el tema del llamado. Sabemos que el llamado es el elemento clave para ser fieles en la obra de Dios; sin embargo, es muy difícil explicar en qué consiste el llamado del Señor. La persona que tiene el llamado de Dios sabe que lo tiene; pero si le pedimos a esa persona que explique en qué consiste el llamado es una cosa muy difícil. Por tal razón, el tema del llamado no puede ser enseñado de una manera académica; debe ser enseñado a través de la vida. Podemos abonar algunas ideas en este tema del llamado, y aunque tal vez no podamos definir lo que es el llamado, sí podemos decir lo que no es el llamado. En primer lugar, el llamado no es un deseo humano. Yo creo que todo llamado comienza con un deseo en la persona, pero ese deseo puede quedarse en solamente un deseo o crecer hasta convertirse en un llamado. Hay muchas personas que desean servir a Dios. Nuestras iglesias están llenas de jóvenes que desean servir a Dios, pero el que ellos sientan el deseo no significa que tengan el llamado. El llamado de Dios es algo que va más allá del deseo. También podemos decir que el llamado no es imitar la profesión de los padres. Esto sucede con mucha frecuencia en otras áreas de la vida. Por ejemplo, los jóvenes que tienen padres médicos terminan siendo médicos. El que tiene un padre que es abogado termina siendo abogado. Esto es algo que se puede entender porque es el modelo que estos jóvenes han tenido. Han compartido la vida profesional de su padre y están relacionados con esos elementos. El gran peligro es que los hijos de los que tienen un llamado de Dios quieran servir a Dios sin tener ese llamado. Creo que enternece saber que nuestros hijos quieren seguir nuestros pasos, pero repito: el llamado no es algo que nazca del hombre, no es un deseo humano. Yo creo que es una cosa hermosa ver cuando un padre puede heredar la iglesia que pastorea a su hijo; yo no tengo nada en contra de eso, creo que es algo muy lindo. El problema sería heredarle la iglesia solamente porque es el hijo, pues en ese caso sería ya como una herencia familiar. Se tiene que ir a algo mucho más profundo y es la necesidad de tener un llamado de parte de Dios. También tengo que añadir que el llamado de Dios no es completar estudios en un seminario teológico. Otra vez tengo que aclarar que no tengo nada en contra de la formación teológica, yo mismo soy un aficionado y promotor de la formación teológica, pero a la vez estoy muy claro que la formación teológica sola no puede constituir un llamado de Dios. Yo creo que una persona llamada por Dios le será muy útil la formación teológica; sin embargo, una persona que no tiene el llamado de Dios podrá tener mucha formación teológica pero será estéril dentro de la obra. Debemos

estar vigilantes ante el peligro de reconocer como llamados a aquéllos que completaron cierto nivel académico. Debemos asegurarnos que estas nuevas generaciones verdaderamente tienen un llamado de Dios. También es importante mencionar que el llamado de Dios no es una manera de ganarse la vida. Hoy en día tenemos universidades que poseen facultades teológicas. Eso también sucede en mi país El Salvador; estas universidades ofrecen la carrera de medicina, leyes y también de teología. Los jóvenes, ante esta oferta académica, pueden llegar a pensar que la teología es otra profesión más. Entonces viene la idea de que esa es otra forma de ganarse el sustento diario. Muchos piensan que así como un médico tiene su clínica y un abogado tiene su oficina, ellos pueden tener su iglesia para ganarse la vida. Pero el llamado de Dios es algo mucho más profundo. Y aunque he dicho que es difícil describir el llamado de Dios, quiero intentar dar unas ideas. En primer lugar, debo decir que el llamado de Dios es escuchar la voz de Dios. El llamado de Dios es algo muy íntimo, no tiene que ver con lo que las personas piensan acerca de nosotros, sino con lo que Dios quiere hablarnos a nosotros. No es lo mismo que una persona nos diga que tenemos cualidades para ser ministros a que sea el Señor quien nos diga que nos ha llamado para Su ministerio. Por lo tanto, el llamado es algo que viene directamente a la persona. Dios puede hablar directamente a una persona; Él no necesita mensajeros o mediadores para hablar a nuestra vida. El llamado es algo que viene a nosotros de manera directa. Jesús llamó directamente a Felipe. Jesús llamó directamente a Mateo y le dijo, “sígueme”. Jesús llamó a Pedro de manera personal. Jesús llamó a Juan y a Santiago de manera personal, y luego resucitado, llamó de manera personal a Pablo. Jesús no ha cambiado Su forma de llamar. Por lo tanto, debemos modelar en nuestra vida ese llamado para las nuevas generaciones. Que los líderes que están surgiendo puedan entender que en nosotros hubo un verdadero llamado de Dios. Que llegamos al ministerio no por la invitación de una iglesia, no por el nombramiento de una mesa directiva, no por seguir el camino de nuestro padre, no por haber completado estudios teológicos, sino porque hubo un llamado poderoso de Dios. Un llamado que transformó nuestra vida. Un llamado que cambió la dirección que llevábamos porque teníamos nuestro propio plan para la vida, estábamos siguiendo nuestros propios planes e ideales. Quizá nos encontrábamos estudiando alguna carrera universitaria, íbamos en otra dirección, pero al igual que Jesús se le apareció a Pablo en Damasco, Dios vino a nosotros en el aula de la universidad y nos habló diciendo, “no es aquí donde Te quiero; quiero algo diferente para ti”, y Él transformó nuestra vida. Él nos sacudió de una manera tal que nuestros amigos y familiares preguntaron, “¿Qué te pasa, por qué vas a echar

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a perder todos estos años?” Pero eso es señal que la voz de Dios ha venido a nosotros. Por lo tanto, el llamado de Dios es resultado de una relación íntima con Dios. También quiero atreverme a decir que el llamado de Dios, es un llamado a la cruz. El ministerio no es tan alegre como parece. Jesús dijo que si el grano de trigo no muere, no lleva fruto, pero si cae en tierra y muere entonces llevará mucho fruto. La vida del evangelio siempre surge de la muerte. Por eso es que la principal enseñanza que Jesús nos transmitió es que debemos morir. Debemos morir a nuestro yo, debemos morir a nuestros intereses. En 2 Timoteo 2:9, Pablo dice, “en él sufro penalidades hasta prisiones a modo de malhechor; mas la palabra de Dios no está presa”. Eso es el ministerio, sufrir penalidades y hasta prisiones. Hoy en día vivimos en un mundo donde hay mucha más libertad religiosa que hace muchos años. Sin embargo, siempre hay la necesidad que el “yo” muera, y esto es algo que no le agrada al ser humano. No nos agrada a nosotros. Estamos dispuestos a despojarnos de algunas cosas, incluso podemos despojarnos de ciertas pertenencias. Pero cuando se trata de negarnos a nuestros propios deseos, entonces es cuando Dios ha tocado un punto sensible en nuestras vidas. Pero el llamado de Dios consiste en negarnos a nosotros mismos. Esta es la razón por la cual normalmente las personas llamadas por Dios son aquellas que no deseaban servir a Dios. Mas aquéllas que sí saltan de deseos por servir a Dios, normalmente son aquéllas que no han sido llamadas por Dios. El ministerio no tiene ventajas para el ser humano porque la muerte nunca es ventajosa, pero no hay camino al trono si no pasa por la cruz. No hay domingo de resurrección si primero no hay un viernes de muerte. Además, para que hubiese un avivamiento en la isla de Malta, Pablo tuvo que ser

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mordido por la serpiente en su mano. Alguien debe ser herido para que la vida de Dios fluya en las vidas de otras personas. Y, ¿quién es el que está dispuesto a derramar su sangre en el altar de Dios? ¿Quién está dispuesto a ofrecer sus venas para que su sangre sea derramada para que otros puedan vivir? Eso es una verdadera locura. Hace muchos años teníamos un pequeño programa en una emisora comercial. Después de nuestro programa seguía otro programa de otra entidad. En nuestro programa de solamente quince minutos yo estuve hablando de este tema y dije que Jesús nos había venido a enseñar a morir. Cuando terminó nuestro programa e inició el de la siguiente persona—y yo estaba escuchando ese otro programa—él/ella decía que si Jesús vino para enseñarnos a morir, entonces nadie querrá a Jesús, porque no hay ninguna persona que quiera morir, tampoco hay nadie que quiera aprender la lección de cómo morir, y lo que el hombre quiere es huir de la muerte, así que Jesús se quedará solo sin seguidores. Esa persona que hablaba tiene toda la razón. Las personas no quieren morir, pero el llamado de Dios es un llamado a la cruz. ¿Qué ganó Pablo con su llamado al evangelio? Toda su educación y reputación social quedó en nada. La reputación que él tenía como fariseo y miembro de la tribu de Benjamín, como él mismo lo dijo, era para él todo pérdida. Alguien diría, cómo es que un hombre tan brillante y de tanta educación perdiera todo eso. La respuesta es, porque tenía un llamado de Dios. El llamado de Dios es un llamado a la cruz. Pablo renunció incluso a cosas legítimas, porque el llamado de Dios no es solo un llamado a abandonar la vida de pecado, sino también a veces a renunciar a cosas totalmente legítimas. Como por ejemplo, Pablo nunca se casó y sabemos que la Biblia dice que “honroso sea en todos el matrimonio”. Pablo nunca tuvo hijos en la sangre y todos sabemos lo que en la cultura judía representaba tener hijos. Eso era algo muy importante, un elemento cultural fundamental de los judíos. Pero Pablo renunció a ello, y, ¿por qué lo hizo? Él lo hizo por amor al evangelio. Eso significa el llamado de Dios. Muchas veces tendremos que renunciar a nuestras preferencias personales. Hemos de renunciar a nuestra comodidad, pero todas esas cosas debemos reflejarlas en nuestra vida, pues no olvidemos que la formación del nuevo liderazgo es por el mentoreo. Entonces, ¿qué estamos modelando en los líderes emergentes? ¿Estamos generando líderes que solo verán por su interés, o estamos levantando líderes que siguen nuestro camino cuando estamos cargando la cruz? En eso consiste el verdadero llamado. Ahora bien, esto nos lleva a otro elemento importante y es el tema de la convicción. Aquella persona que ha recibido y escuchado la voz de Dios para el ministerio y ha decidido abrazar la cruz de Cristo es una persona que tendrá una fuerte convicción. Esto es algo muy necesario en la vida del ministerio,


porque hemos de afrontar muchas circunstancias, siempre estaremos en la mira de las personas. Es muy fácil estar sentado en la iglesia y criticar todo lo que usted hace, pero en medio de todo eso, debemos estar preparados para sobrellevar esa crítica. ¿Cómo podemos afrontar toda esa oposición? Solamente teniendo una firme convicción, y esa convicción solamente puede venir del llamado de Dios. Esa es la razón por la cual hay tantos ministros que abandonan el ministerio. Algunos dicen, “yo no tengo necesidad de estar soportando todo esto”, “yo no necesito tener que estar teniendo paciencia con las personas”, “yo puedo ganar mucho más dinero si entro al mundo de los negocios”. Estas son personas que no tienen una convicción firme. Pero para quien tiene el llamado de Dios, tiene una necesidad de hacer la obra de Dios. Debemos aprender del apóstol Pablo; él le dijo a los corintios que los amaría más aunque ellos lo amaran menos. También dijo, “dispuesto estoy a gastar lo mío, incluso a gastarme yo mismo por amor a ustedes”. Eso es convicción. Esa convicción viene del llamado de Dios; por lo tanto, nosotros debemos modelar ese tipo de llamado para que los líderes emergentes puedan ver lo que significa servir a Dios de verdad. Yo sé que las nuevas generaciones van a encontrar condiciones diferentes a las nuestras. La mayor parte de los que están aquí son la generación que tuvo que romper camino, son los que comenzaron a abrir iglesias, a hacer esfuerzos para adquirir una tierra y luego construir un edificio, y eso requirió esfuerzo y entrega. Hay denominaciones que han crecido mucho que ahora tienen un patrimonio bastante grande, edificios cómodos y agradables, imprentas, radios y canales de televisión, pero sabemos que eso fue el resultado del esfuerzo y el sacrificio. La nueva generación viene para heredar todo este patrimonio. Cuando ellos nacieron ya la iglesia era así. Ahora todo se ve cómodo. El problema es que ellos pueden tomarlo también cómodo, y así es como las denominaciones comienzan a morir, porque hace falta la pasión y cuando la pasión se acaba todo se convierte en una rutina; las personas ya actúan de manera mecánica. Se necesita aquella pasión de los fundadores, cuando pasaban noches enteras en oración, cuando tenían que caminar por largas horas para llegar al siguiente sitio de predicación y ahí no les esperaba una cama cómoda, algunas veces ni siquiera una cena caliente para después del sermón. Tenían que dormir en el piso pero al día siguiente se levantaban con alegría, y antes que naciera el sol, ya ellos estaban de rodillas, estaban orando por

los perdidos, estaban orando para que más vinieran al conocimiento del evangelio, orando para que las iglesias fueran edificadas. Ahora esas iglesias ya están edificadas y algunos solo vienen a recibir iglesias con cientos de miembros, estables económicamente, sin ningún esfuerzo que hacer porque todo está pagado. Por esta razón necesitamos líderes llamados por Dios. Líderes que tengan una pasión por Dios, una pasión que arda como un fuego en su interior y que siempre puedan ver más allá, que siempre tengan pasión por los perdidos, aun los que están dentro de las iglesias, porque ahora eso sucede. Tenemos personas dentro de las iglesias que no conocen a Jesús. Por eso necesitamos ministros apasionados, que no se dejen llevar por las apariencias, que no confundan el llamado de Dios a predicar el

evangelio, predicar el evangelio y no entretener a las personas, que puedan ver la diferencia entre una adoración profunda a Dios y un concierto musical. Son cosas distintas, y nosotros somos los que estamos modelando a esos nuevos líderes. ¿Qué clase de herencia les vamos a dejar? Por esa razón debemos salir de nuestra comodidad. Si hemos descuidado aspectos como la oración y la lectura de la Palabra, debemos volver a esas disciplinas antiguas, debemos arrepentirnos de nuestra comodidad, debemos volver a un verdadero amor por el Señor, tener una pasión por la santidad, una pasión por la presencia de Dios en nuestras congregaciones. Que las personas puedan sentir al Señor con tan solo poner un pie en nuestros edificios, que la nube de la gloria de Dios pueda estar en nuestras congregaciones, que nuestras ciudades sean sacudidas, que la obra de Dios sea una vez más centro de disputa. Que la prensa vuelva a burlarse de los predicadores, que la prensa vuelva a Continúa en la página 30

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Tomar la Iniciativa

En su libro Leads on Leadership, George Barna escribe lo siguiente: “La iglesia estadounidense se está muriendo debido a la falta de liderazgo robusto. Aunque tengamos en esta época oportunidades sin fin y recursos abundantes, la iglesia realmente está perdiendo su influencia. La razón principal de esto es la falta de liderazgo. No hay nada más importante que el liderazgo (espiritual)”. Sin duda alguna, esto es verdad, especialmente en cuanto al ministerio de niños. El liderazgo espiritual es importante porque alinea al pueblo de Dios con los propósitos de Dios. Él tiene propósitos maravillosos para los niños, y los puede encontrar en Su libro, la Biblia. Su voluntad es que cada niño Le conozca como Salvador (Mateo 18:14). Su voluntad es que cada niño crezca en Él (Lucas 2:52). Su voluntad es que cada niño ministre delante de Él (1 Samuel 2:18). Sus propósitos para con los niños son muchos y variados. Dios tiene propósitos generales para todos los niños, y propósitos específicos para cada niño individual. No obstante, los propósitos de Dios no se cum­ plirán a menos que los líderes espirituales procuren comprender cuáles son los propósitos de Dios para con los niños en su esfera de influencia y responsabilidad. Y tras comprenderlos, deben tomar la iniciativa de asegurarse de que se cumplan. ¿Cómo tomar la iniciativa y convertirnos en líderes espirituales que colaboren con Dios para asegurarse que Sus propósitos se cumplan en la vida de los niños?

Debemos aceptar el llamado de Dios al liderazgo. La mayoría de nosotros ya ha aceptado

Kathy Creasy Directora Internacional del Ministerio de Niños

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el llamado de Dios al servicio. Ya ministramos voluntariamente a los niños en nuestros hogares, familias y comunidades. Pero el liderazgo espiritual requiere mucho más que simplemente servir. Jueces 4 dice que los cananeos oprimieron cruelmente a los hijos de Israel por 20 años mientras Débora servía como jueza sobre Israel. Pero entonces, Débora tomó la iniciativa, y exhortó a Barac a que peleara contra el ejército cananeo y liberara a Israel de la opresión. Débora pasó del simple servicio y cumplimiento de sus responsabilidades al liderazgo espiritual. Ella discernió la voluntad de Dios, respondió en obediencia e influyó en otros para que hicieran lo mismo. Por causa de esto, el yugo de la opresión cananea fue quebrantado.


¿Cuál sería el resultado en las vidas de los niños y las familias si cada uno de nosotros tomamos la decisión de buscar la voluntad de Dios y dar un paso de fe valiente para hacer lo que Él ha puesto en nuestros corazones? Creo que Dios nos llama a mucho más que un simple compromiso de servir a los niños. Creo que nos llama a “tomar la iniciativa”: aceptar plenamente Su llamado al liderazgo espiritual. Nos llama a discernir Su voluntad para con los niños a quienes servimos (en nuestros hogares, congregaciones y comunidades), y asegurarnos de que Su voluntad sea hecha. Cuando así lo hagamos, todo plan del enemigo contra la vida de nuestros niños será desbaratado, y ellos serán libres para vivir y obrar según el propósito de Dios.

Debemos procurar y recibir la sabiduría de Dios. Craig Johnson, autor del libro Vertical

Leadership, dice: “El liderazgo vertical comienza al alzar los ojos al cielo y pedir la sabiduría de Dios”. Muchas veces desarrollamos nuestra visión ministerial, metas, programas y actividades basados en aquello que creemos que habrá de ser la mejor solución. Pero se nos olvida alzar los ojos al cielo para pedir y recibir la sabiduría de Dios. Se nos olvida rápidamente que en Juan 15:5, Él nos dijo: “...separados de mí nada podéis hacer”. Cuando los discípulos se enfrentaron a la dificultad de alimentar a cinco mil personas hambrientas (Lucas 9), ellos le recomendaron al Señor: “Despide a la gente, para que vayan a las aldeas y campos de alrededor, y se alojen y encuentren alimentos; porque aquí estamos en lugar desierto”. Pero Jesús tenía una mejor solución. ¡Alimentó a cinco mil personas con el almuerzo de un niño! Tal como los discípulos tuvieron acceso a la sabiduría de Dios por medio de su relación con Jesús, nosotros también tenemos ese mismo acceso. Santiago 1:5 dice: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”. La sabiduría de Dios está a nuestra disposición en cada situación en que estemos. Mientras servimos a los niños, debemos tomar una decisión. ¿Habremos de desarrollar planes según el razonamiento y las habilidades humanas? ¿O acaso habremos de buscar y aceptar la sabiduría de Dios? Sin lugar a dudas, nuestros planes habrán de “despedir a los niños”, pero los planes de Dios cubrirán todas sus necesidades.

Debemos superar los obstáculos con una fe valiente. En su libro Crazy Love, Francis

Chan pregunta: “¿Qué cosa hice yo hoy que me exigiera tener fe?” Él desafía a sus lectores a que cada día hagan algo que los saque de sus zonas de comodidad y los obliguen a depender de Dios. Como líderes espirituales que sirven a los niños, debemos preguntarnos lo siguiente: “¿Qué estamos haciendo nosotros que nos exija tener fe?” Es tentador mantener el ministerio en la manera en que está: hacer lo que siempre hemos hecho, hacer lo que otros han hecho exitosamente, hacer lo que causará el menor conflicto posible, o hacer lo que se espera de nosotros. Pero la fe valiente procura conocer la voluntad de Dios y luego se dedica a cumplir fielmente lo que Dios ha mandado. Josué y Caleb, junto con otros 10 espías, rindieron un informe sobre la tierra de Canaán. Describieron el fruto y los habitantes de la tierra. Aunque la tierra estaba llena de gente fuerte y de ciudades grandes y fortificadas, Caleb hizo una declaración llena de fe: “Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos” (Números 13:30). Caleb no tenía la mira puesta en los riesgos ni en los obstáculos. A Caleb no le interesaba evitar el conflicto ni complacer a los demás. Más bien, su deseo era ver el cumplimiento de las promesas de Dios en su vida y en la vida de aquéllos a quienes servía. ¿Cuál sería el resultado en las vidas de los niños y las familias si cada uno de nosotros tomamos la decisión de buscar la voluntad de Dios y dar un paso de fe valiente para hacer lo que Él ha puesto en nuestros corazones? Los líderes espirituales toman riesgos, dirigidos por Dios, y superan los obstáculos con el fin de dirigir al pueblo de Dios hacia las promesas divinas. Para que se cumplan los propósitos de Dios en la vida de los niños en nuestros hogares, congregaciones y comunidades, debemos ir más allá de sencillamente servir. Debemos tomar la iniciativa. Debemos ser líderes espirituales que procuren y reciban la sabiduría de Dios. Debemos aceptar las promesas de Dios para nuestros hijos, y vencer los obstáculos con una fe valiente. ¿Acepta usted tomar la iniciativa? mensajeroalablanca@wwph.com 23


C

uatro años atrás, yo no tenía la menor idea de que Dios me estaba atrayendo hacia un ministerio que habría de convertirse en mi llamado y pasión. Teníamos un promedio de tres a cinco niños asistiendo a los cultos del miércoles en la noche. No fue sino hasta meses después cuando, durante una Escuela Bíblica de Verano, mientras veía a 60 niños inconversos que habíamos recogido en la comunidad, yo pude sentir que Dios depositó en mi corazón una pasión por alcanzar a los niños. En ese momento no teníamos un ministro de niños y yo sentía que Dios me estaba llamando para que aceptara la responsabilidad. Teníamos que superar múltiples obstáculos, pero nuestro grupo de voluntarios principales tomó la decisión de moverse en fe y comenzar un ministerio de alcance por autobús. Dios había usado el primer acto de obediencia para provocar cambios maravillosos en nuestra iglesia —incluyendo dos eventos de alcance anuales que atraen a más de 300 niños de la comunidad, y la Escuela Bíblica de Verano, cuya asistencia ha llegado a más de 100 niños. Dios proveyó todos los fondos y los voluntarios necesarios en cada actividad. Hoy podemos servir comida, tenemos maestros para clases de alumnos preescolares y de primaria, y tenemos el apoyo y los recursos para un proyecto de renovación y transformación del salón de nuestro ministerio de niños. En la actualidad tenemos con regularidad de 18 a 25 niños, de 10 a 15 jóvenes, y 10 voluntarios los miércoles en la noche. El mes pasado, Dios nos trajo a 16 niños nuevos. ¡Alabado sea el Señor! Dios es fiel cuando le obedecemos. Estas son algunas de las lecciones que hemos aprendido en esta jornada: Sea el agente del cambio que usted quiere ver en su iglesia. Usted puede mirar alrededor y sentirse desilusionado, o ser un agente de cambio. Tal vez se encuentre con un sinnúmero de obstáculos en su camino, pero Él proveerá para cada necesidad de acuerdo a Sus riquezas en gloria. Si la situación parece difícil, entonces tome la decisión de ser el agente del cambio que usted quiere ver. Comprométase, sea positivo, y llénese del amor de Cristo. No deje que nada ni nadie le impida ejercer el ministerio al cual Cristo le ha llamado. Pablo dijo que había una puerta abierta para un

gran ministerio, y que muchos se le oponían (1 Corintios 16:9). La visión comienza con usted. Anímese a ser líder. Sea el líder que Dios le ha llamado a ser. Si usted mira a su alrededor, y se da cuenta de lo que el Señor quiere que haga, acepte el desafío. Si no hay visión, el pueblo perecerá. Dios necesita líderes que puedan captar Su visión e inspirar a otros para que se unan en las cosas maravillosas que Él quiere lograr por medio de Su pueblo. En la Biblia, Dios constantemente inspiró a hombres y mujeres comunes para que llevaran a Su pueblo a hacer cosas extraordinarias. Dios hace el llamado, imparte la visión, y supera los obstáculos; lo único que tenemos que hacer es escuchar y obedecer. ¿Estaremos preparados para la obediencia extrema que nos llevará hacia la abundante provisión de Dios? No substituya el maravilloso plan de Dios con el plan suyo. Mire a su alrededor. ¿Qué es lo que Dios quiere hacer a través de la iglesia en su vecindario y comunidad? Ore por esto. Estudie la Palabra. Enfóquese en algo y piense en grande. ¿Cómo le ha colocado Dios estratégicamente para alcanzar a los perdidos? Escriba una declaración de visión que resuma en unos puntos breves el propósito y el plan de su ministerio. Esto servirá como el fundamento de todo lo que usted haga y el punto focal de todos sus esfuerzos. ¡Apasiónese y emociónese! Su entusiasmo y pasión son la mejor motivación para los que le rodean. La emoción es contagiosa. Los voluntarios y los miembros de la congregación serán motivados a una mayor participación, responsabilidad y apoyo a medida que usted les recuerde la grandeza del propósito para el cual están trabajando juntos. Nadie será motivado a menos que usted crea en la importancia de su propio llamado, la urgencia de su propia misión, y la magnitud de su propio impacto. ¡Comparta la visión! Aproveche toda oportunidad disponible para hablar de ella. Hable de los principios fundamentales. Hable de las Escrituras. Hable de estadísticas. Cuente testimonios. Hable de las victorias y los logros. Comparta los honores. Mientras más sepa la gente de su visión y de cómo Dios la está haciendo realidad en su ministerio, más querrán ser parte de la misma.

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¡Tenga por seguro que Dios hará cosas maravillosas! Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El plan de Dios es alcanzar a los niños. Si somos fieles y obedientes al llamado que Él nos ha dado, Él lo hará realidad. Lauren Harding Pastora de Niños Iglesia de Dios de la Profecía de Pine Grove, Crossville, Tenesí

La Visión Comienza con

Usted


El Peligroso Viaje Inaugural

Randall E. Howard Supervisor General Acabo de mirar un segmento de un programa acerca de la vida silvestre el cual usó un título un poco similar al de este editorial. En este programa se describía la historia de diferentes animales mientras nacían sus crías y comenzaban a hacer sus primeros movimientos para salir del “nido” (para algunos), y se unían al mundo y los demás adultos. Yo miraba gansos del ártico que parecían estar cubiertos solamente con una pelusa mientras se lanzaban por los altos, y seguían a sus padres, para comenzar la vida de vuelo. Pero la parte más interesante era cuando observaba una madre cocodrilo regresar al lugar donde había enterrado sus huevos unos 60 días atrás porque había escuchado el gemir de sus crías mientras luchaban al tratar de salir de sus huevos. La madre cocodrilo no solamente estaba sintonizada con este gemir subterráneo, sino que regresó a descubrirlos y ayudarlos a salir del cascarón. Entonces, ella hizo algo maravilloso. Ella sabía que tenía que moverlos del lugar donde estaban vulnerables y donde habían varios predadores, y llevarlos al río donde

podrían sobrevivir y crecer con mayor facilidad. Ella tomaba a cada uno de sus bebés en su boca, aunque sus dientes eran bien largos, afilados y protuberantes. Ella cuidadosamente ponía en su boca a tres o cuatro y los movía hacia un lugar seguro al otro lado del río. Obviamente, el Creador ha puesto características de Su corazón en Su diseño de la creación. De hecho, nosotros podemos apreciar partes de estas características que se relacionan a nuestra visión de ministrarle a nuestra niñez. Considere unas cuantas conmigo. La madre cocodrilo es un ejemplo primordial de algo que está suficientemente documentado en la naturaleza—el impulso y la pasión de una madre por sus recién nacidos. No parece haber costo o sacrificio demasiado grande ya que todas las especies están dispuestas a dar su vida por la seguridad y la vida de sus crías. Dios ha puesto en el interior de las madres el instinto de que ellas deben producir, proteger y proveer para que una nueva generación pueda extender la vida de su especie. ¿Cuán impactante sería si la familia cristiana tuviera un impulso y una pasión similar por la reproducción de una fe sólida en cada generación futura? Sin lugar a duda que esto sería expresado, así como lo vemos en el reino animal—en inversiones y sacrificios, donde ningún costo sería demasiado grande para asegurar la fe de nuestra descendencia. En este documental, el enfoque estaba en el peligroso viaje inaugural para cada animal recién nacido. Ellos debían viajar a pesar del gran riesgo desde su lugar de nacimiento hasta llegar a un lugar habitable para

la vida de su especie. Los padres estaban activamente involucrados, dándole prioridad a sus vidas para hacer que esta transición fuera una experiencia exitosa. Para nosotros en la familia de Dios, yo puedo ver un paralelo al viaje desde la niñez hasta la adolescencia y la vida de adultos. Así como cada especie tiene predadores, nosotros tenemos un enemigo que su mejor oportunidad para robar, matar y destruir viene cuando los nuestros están jóvenes e indefensos. Fácilmente podemos ver que Satanás ha enfocado su arsenal en la juventud, tratando de destruirles temprano en sus vidas. Espero que el pueblo de Dios pueda abrir los ojos a lo que es normal en el reino animal bajo el diseño de Dios. Nuestros niños son un tesoro tan precioso que ninguna inversión será demasiado grande. Nuestros mejores esfuerzos deben estar orientados a estos pequeñitos los cuales a largo plazo traerán la mejor ganancia. Debemos levantar una contraofensiva hacia el gran esfuerzo del enemigo. Nuestro futuro está en juego y la próxima generación está vulnerable. No podemos esperar. Tomando en cuenta estos conceptos, la Iglesia de Dios de la Profecía ha declarado que la cosecha juvenil es el enfoque principal de nuestro esfuerzo ministerial. Pastores y líderes laicos, por favor presten atención al sentimiento del corazón divino que fue depositado en el reino animal. El Creador está vitalmente interesado en nuestra juventud. Su corazón está motivando el nuestro, por lo que nosotros también podemos estar interesados.

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Dirigir a los Niños — ¿Cuál es su Plan? Dirigir el ministerio de niños es mucho más que desarrollar programas y reclutar personal. Se requiere tener visión —o sea, comprender lo que Dios quiere hacer en los niños y las familias— y luego encaminar a los niños, las familias, los voluntarios y la congregación. A continuación, compartimos lo que algunos ministros de niños dicen sobre sus planes ministeriales:

Missty Brogdon, Pastora de Niños RTP Community Center, Durham, Carolina del Norte Al dirigir los niños, mi enfoque principal consiste en dirigir mi equipo de líderes. Mis líderes me han enseñado esto: Que si les ayudo a definir su llamado y desarrollar sus puntos fuertes, y si todos nos hacemos responsables los unos por los otros, habremos de tener un personal feliz y dinámico que se dedique a formar a cada niño con que nos encontremos. También percibo la necesidad de ser un ministerio “enfocado en la familia”. Eso exige un cambio de cultura en nuestra iglesia. Creo que mi responsabilidad consiste en empoderar a la familia para que hagan discípulos a sus hijos, pues esto es mucho más eficaz que intentarlo nosotros solos.

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Amy Morgan Gateway COGOP, Gold Hill, Carolina del Norte Me he comprometido a ayudar a los niños a tener una verdadera experiencia de salvación. Este es el fundamento sobre el cual debemos edificar. No podemos hacerlo sobre una reacción emocional; tenemos que hacerlo sobre una verdadera relación con Jesucristo. Kenneth Freeman, Pastor de Niños Abundant Grace Ministries, Collierville, Tenesí Me he comprometido a incorporar a los niños en la familia de fe de la congregación local. Las actividades intergeneracionales y los estudios bíblicos permiten que los niños y sus familias se beneficien de la sabiduría de los ancianos mientras que, al mismo tiempo, se conectan con las familias de los estudiantes adolescentes.


Karen Coley, Directora de Educación Infantil Roberts Tabernacle, Westmoreland, Tenesí Me he comprometido con un enfoque de ministerio a la familia que sea factible y sostenible. Ese compromiso ha llevado a nuestro ministerio a reconocer los acontecimientos significativos de una familia tales como: el nacimiento de un bebé, la primera Biblia, la profesión de fe, pasar de la niñez a la adolescencia, pasar del ministerio de niños al ministerio juvenil, la graduación de la escuela secundaria, y el compromiso de mantener la pureza y guardar el corazón. En el pasado, solíamos pasar por alto estos acontecimientos sin darles el debido reconocimiento. Solíamos hacer muy poco esfuerzo por “edificar un altar” para recordar, celebrar y consagrar este acontecimiento. Ahora sacamos tiempo para un breve pero profundo reconocimiento mediante una ceremonia para la familia y la iglesia. Susan Graham, Directora del Ministerio Nacional de Niños y Jóvenes, Reino Unido Mi plan para dirigir a los niños consiste en dar: el entrenamiento necesario para los líderes, apoyo para los padres, oportunidades de servicio para los niños y una comprensión del clima cultural cambiante para los pastores. Ryan Green, Pastor de Niños Summerville Family Worship Center, Carolina del Sur

Joan Harris, Pastora de Niños Keith Street Ministries, Cleveland, Tenesí Me he comprometido con crear un ambiente Cristocéntrico y amoroso para los niños. Mi deseo es que se sientan conectados, mediante su crecimiento espiritual, con Cristo y su iglesia local. Sharon Deveaux, Pastora de Niños Directora Nacional del Ministerio de Niños Islas Bahamas Mi plan consiste en ayudar a los niños a comprender la importancia de la oración y la lectura bíblica para el crecimiento espiritual. También deseo involucrar a los jóvenes en el desarrollo del liderazgo, de manera que nunca carezcamos de ministros de niños. Lauren Harding, Pastora de Niños Pine Grove COGOP, Pine Grove, Tenesí El enfoque de nuestro ministerio consiste en alcanzar a los niños y jóvenes en la comunidad con el poder transformador del evangelio, formarlos mediante la enseñanza de la Palabra de Dios y, por último, ayudarlos a crecer en Cristo al aceptarlos como miembros de la familia eclesiástica y mostrarles el amor incondicional de Dios.

En Summerville Family Worship Center, estamos enfocados en la familia. Nos esforzamos por conectar lo que la familia hace en el hogar y en la iglesia (Deuteronomio 6). mensajeroalablanca@wwph.com 27


Las Expectativas Invisibles de un Pastor

Una expectativa es la creencia de que alguien habrá de alcanzar algo o que debe alcanzarlo. Con respecto al liderazgo, una “expectativa invisible” ocurre cuando un líder tiene expectativas que no son notificadas claramente a su equipo. Yo he experimentado las expectativas invisibles, y sé cuán frustrantes pueden ser. Mi primer encuentro con las expectativas invisibles ocurrió cuando trabajaba en el mundo de la mercadotecnia. Recuerdo haber trabajado por tres meses en un proyecto en particular. Cada semana mi jefe inspeccionaba mi trabajo y me decía que estaba haciendo un buen trabajo. Me agradecía por mi esfuerzo. Pero cuando leyó mi proyecto final, dijo: “Yo esperaba más de ti”. Las palabras no me alcanzan para decirles cuán mal me hizo sentir. Yo creía que estaba haciendo un buen trabajo, pero por razones desconocidas, mi jefe no estaba satisfecho. Muchos ministros de niños pueden identificarse con lo que sentí. Ustedes procuran la claridad, la afirmación y el aliento. Trabajan arduamente semana tras semana, y comoquiera no saben si están dando en el clavo. Quisieran preguntarle a sus pastores preguntas tales como: “¿Lo estoy haciendo bien?”, “¿Está usted complacido con lo que estoy haciendo en el ministerio de niños?”, “¿Qué desea usted que hagamos?”, “¿Cree usted que yo sea un líder capaz y cualificado?” A veces usted va de la iglesia a la casa sin saber si está cumpliendo con las expectativas de su pastor. Ya sé

La visión debe ser evidente Quisiera compartir cuatro expectativas invisibles que los pastores tienen para en la vida de usted y de con sus líderes de niños. cada miembro de su Expectativa Invisible #1: Los equipo. pastores esperan que los líderes de niños tengan una visión clara.

que no soy su pastor particular, pero sí soy pastor. Sé que su pastor tiene expectativas de usted, ya sea que las mencione o no.

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Hoy en día se dicen muchas cosas sobre la visión. Se define como una idea clara y desafiante sobre cómo puede y debe ser el futuro. Los pastores esperan que los líderes de niños tengan visión. No basta con tener un excelente culto semanal de niños. Tampoco bastan las decoraciones y canciones hermosas. Tampoco es suficiente interesarse por los niños. Usted debe tener una idea clara sobre el futuro de su ministerio de niños. Lo primero que se hace para llegar a ser un líder visionario es recibir la visión. Jeremías 42:3 dice: “para que Jehová tu Dios nos enseñe el camino por donde vayamos, y lo que hemos de hacer”. Esto se hace al oír la voz de Dios. Trate de alejarse de las comunicaciones electrónicas y dedique tiempo con Dios. No use el teléfono ni el correo electrónico. Dedique este tiempo a la oración. La oración es el punto de partida de toda visión. Todo logro ministerial significativo nace en la oración. Durante este tiempo, pídale a Dios que le ayude a contestar algunas de las siguientes preguntas: “¿Dónde debe estar nuestro ministerio en cinco años?”, “¿Qué metas grandiosas quiere Dios que mi equipo alcance este año?”, “Si tuviéramos un sinfín de recursos y líderes, ¿qué tendríamos que hacer?”, “¿Qué me impide alcanzar mis sueños?”, “¿Qué debemos dejar de hacer?”


También recibimos la visión al escuchar a otros. Asista a conferencias, lea libros y ciberbitácoras, y reúnase con su pastor regularmente. Lo segundo que se hace para llegar a ser un líder visionario es comunicar la visión. La visión debe ser evidente en la vida de usted y de cada miembro de su equipo. Alguien dijo una vez que, durante la Segunda Guerra Mundial, si un soldado desconocido se aparecía repentinamente en la oscuridad, y no podía declarar su misión, se le disparaba sin vacilación. Me pregunto qué sucedería hoy si implementáramos esa regla en el ministerio de niños. Una vez que usted reciba la visión, tiene que comunicarla una y otra vez. Comunique su visión por varios medios: desarrolle una declaración simple que indique el rumbo que ha de seguir, comparta historias, emplee boletines y correos electrónicos, aproveche la ventaja de los medios sociales, comparta la visión en las reuniones de líderes, y ore junto a su equipo por la visión. Lo tercero que se hace para llegar a ser un líder visionario es implementar la visión. La IBM ha revelado tres causas de su éxito empresarial. La compañía comenzó con una idea clara sobre qué podía y debía ser en el futuro. Tras ver y comprender este cuadro, la compañía se preguntó qué debía hacer para convertirse en la compañía ideal, y comenzó a actuar de esa manera desde el comienzo. No fue por casualidad que la IBM llegó al éxito: ella actuó como una compañía exitosa desde el principio. Para que su ministerio de niños llegue a ser un ministerio exitoso, tiene que comenzar a actuar de esa manera desde hoy.

Expectativa Invisible #2: Los pastores esperan que los líderes de niños recluten y desarrollen equipos ministeriales robustos.

He aquí algunas expectativas específicas que debe recordar mientras desarrolla su equipo. Usted no cumple con las expectativas de su pastor cuando trata de hacer el ministerio

por su propia cuenta. Si su ministerio de niños depende solamente de usted, entonces usted no es un líder del ministerio de niños, sino que simplemente está ocupando un cargo. Usted tampoco cumple con las expectativas de su pastor cuando se cree ser la persona más importante de su ministerio. Lo más importante es su equipo. Los mejores líderes son aquellos de quienes la gente apenas tenga conocimiento. Los líderes buenos trabajan arduamente y reciben reconocimientos. Pero los líderes grandiosos trabajan arduamente para que sus equipos sean reconocidos. Rick Warren dijo una vez: “No espere que la gente se interese en la visión suya, a menos que usted se interese en sus vidas”. Su visión no habrá de funcionar si usted trata a los miembros de su equipo como personas sin importancia. Así que, llámelos, envíeles mensajes de texto, o cuide los niños de ellos. Haga lo indecible por hacerles entender que usted los valoriza. Usted tampoco cumple con las expectativas de su pastor cuando no maneja piadosamente los conflictos en su equipo. Las amarguras, celos, rencores, divisiones y peleas pueden arruinar un ministerio. Yo le pido a mis líderes que se comporten piadosamente, que echen a un lado el orgullo, y que hagan lo correcto.

Expectativa Invisible #3: Los pastores esperan que los líderes de niños dirijan con organización y excelencia.

Para que su ministerio de niños cambie, usted tendrá que cambiar primero. ¡El cambio comienza con usted! Su ministerio de niños es simplemente un reflejo de su persona. Dirija con organización y excelencia al trabajar “para” su ministerio de niños y no “en” el tal. Pase tiempo en la oración, planificación, en recibir e impartir la visión, y en dirigir su equipo. Piense como el restaurante McDonald’s. Usted puede ir a casi cualquier McDonald’s en el país y encontrar el mismo nivel de excelencia

en su comida. Mi hijo de tres años nunca ha estado en un McDonald’s donde no le haya gustado la comida. ¿Estará su ministerio tan organizado que pueda ser compartido e implementado con excelencia en alguna otra parte? Esto requerirá roles y responsabilidades claros para su equipo. Organice el salón de su ministerio de niños. Un salón organizado le hace saber a los nuevos visitantes que usted sabe lo que está haciendo. Elimine las cosas innecesarias. Aun Jesucristo mismo no trató de saciar todas las necesidades. Usted debe saber en qué cosas Dios desea que se enfoque.

Expectativa Invisible #4: Los pastores esperan que los líderes de niños tengan una relación fervorosa e íntima con Jesucristo.

Usted puede enseñar a un niño todo lo que sepa, pero éste sólo reflejará lo que usted es como persona. Un escritor famoso dijo una vez: “Un líder que esté ajeno a las cosas de Dios será completamente incapaz de enseñarlas a otros”. John MacArthur dice: “El pueblo llegará a ser lo que fueren sus líderes”. El profeta Oseas enseña que el pueblo será como el sacerdote. Jesucristo dijo: “...todo discípulo, después de que se ha preparado bien, será como su maestro” (Lucas 6:40, Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy). Nunca pierda su pasión y amor por Jesucristo. El mariscal de campo Ferdinand Foch dijo: “El arma más poderosa en el mundo es el alma humana cuando tiene fervor [por algo o alguien]”. ¿Tiene usted fervor por Dios? Usted no podrá impartir lo que no tiene. Estos pasos le capacitarán para ministrar con una unción y confianza nuevas. Mientras dirija a su equipo, hágale saber claramente cuáles son sus expectativas. Al final de cuentas, Dios ayudará a su equipo a desarrollarse y dirigir un poderoso ministerio de niños. Jason Vernon RTP Community Church Durham, Carolina del Norte

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Viene de la página 21

ridiculizar el evangelio, porque cuando el mundo nos elogia es porque ya somos parte de él. El Señor está aquí; Él desea que nosotros modelemos a la nueva generación pero que lo hagamos a través de poseer un verdadero llamado, a través de nuestra capacidad de abrazar la cruz de Cristo. La mejor lección para los líderes emergentes será cuando rechacemos el camino cómodo para seguir el camino de la cruz, el camino del sacrificio. Entonces estos jóvenes nos preguntarán, pastor: ¿por qué hace eso? Y podremos responder, “porque Dios me llama a ese camino; porque cuando muero, vivo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte; porque cuando soy pobre, entonces soy rico en Dios”. Esto va en contra de la mentalidad del mundo, pero eso es el verdadero llamado de Que las personas Dios. Eso provocará en nosotros pasión, puedan sentir al despertará en nosotros Señor con tan solo hábitos de oración, una cercanía con Dios, poner un pie en platicar día a día con Él, recibir instrucciones nuestros edificios, frescas de Cristo y tal que la nube de la vez direcciones que gloria de Dios pueda no serán agradables a las personas, pero que estar en nuestras son las cosas que Dios desea que Su pueblo congregaciones. escuche. ¡Decididos a trabajar con entrega! El apóstol Pablo decía que de día y de noche él enseñaba el evangelio por las casas y por el templo, trabajando con sus manos para ganar su sustento y no poner tropiezo para que el evangelio pudiera ser creído. Para los judíos se hizo como judío, a los gentiles como gentil, para los que no tenían ley como si él no tuviera ley, para los que estaban bajo la ley como si él estuviera bajo la ley. Pablo no hablaba de sus derechos ni de sus preferencias, su única preferencia era que de todas maneras pudiera salvar a algunos. Su deseo era que la salvación llegara. Así que hoy podemos orar hermanos, diciéndole, “Señor, ayúdame a modelar la nueva generación”. Ellos no van a seguir las palabras que les digamos, ellos imitarán lo que nosotros hacemos. Por eso cuidemos nuestra conducta porque esa es la manera en que podemos formar a otros, y lo querramos o no, ya lo estamos haciendo. Podemos mentorear positiva o negativamente. Ya lo estamos haciendo y estamos haciéndolo con nuestra vida, con nuestro modelo, con el ejemplo que brindamos. Quiera Dios que podamos corregir lo que haya que corregir, reforzar lo que es positivo y nunca alejarnos del valor del llamado de Dios al ministerio.

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La Matemática

P

ara una persona con una habilidad para las matemáticas bastante mediocre en los años en que realmente era necesario, yo en la actualidad disfruto en trabajar con números. Cuando estoy en mi automóvil tengo un ojo puesto en el medidor de velocidad, uno en el reloj, y el otro en la carretera (para ver si está prestando atención). Yo he aprendido a cómo llegar lo más rápido posible con la menor cantidad de paradas. Cuando una revista es publicada o se comparte una entrada del blog, yo miro las estadísticas fidedignamente para ver si los números aumentan o disminuyen. Muchas veces saco la calculadora en mi teléfono o computadora mientras comparo los precios, o hasta para concluir cuál es la manera más económica de viajar, trabajar o hacer las cosas. A mí me gusta ser preciso en cuanto a los números, ya sea la cantidad de galones de gasolina necesarios para llegar a algún lugar (demasiado), cuántos discos compactos hay en mi colección (más de 2,000), cuántos niños mi esposa y yo hemos tenido (tres niñas), o cuántas bodas voy a tener que pagar (tres). Yo he aprendido a depender y a conformarme a las matemáticas porque de todos los temas de la escuela, la matemática era una de las que yo no podía debatir. Esto es algo sólido, e inalterable. Las personas pueden estar en desacuerdo en cuanto a los eventos de la historia, algunas de las reglas de la gramática pueden evolucionar, y algunos de los conceptos populares de la ciencia pueden ser probados erróneos, pero uno más uno es dos, siempre ha sido y será. Fin de la discusión, ¿verdad? Nosotros planificamos nuestras vidas de acuerdo a las reglas que nos han sido dadas, especialmente en


de Dios

DeWayne Hamby Editor Administrativo

cuanto a los precedentes probados por el tiempo de la matemática y la fuerza de la gravedad. Nosotros vivimos con lo que conocemos. ¿Una batalla de uno contra mil? De acuerdo a las posibilidades no se puede comparar. ¿Una comida de cinco panes y dos peces? Con eso solamente se puede satisfacer el estómago de una familia. ¿Más tiempo? Aun con todas las técnicas de manejo del tiempo creadas en la historia, ¿qué persona puede añadirle aunque sea un minuto extra al día? Si no tenemos cuidado, nosotros también asignamos valor a las cosas tomando en cuenta calculaciones. Noventa y nueve personas en este lado y una en el otro; ¿a dónde van a ir sus recursos? En un banquete casi repleto de cosas que llamen la atención, ¿quién puede mirar entre medio del brillo de la decoración para prestarle atención al que está llenando las bebidas? ¿Cómo es que dos moneditas de una viuda pueden ganar el cariño de un Dios de recursos ilimitados? En medio de un mundo de cal­culaciones inmovibles e incues-

tionables, Dios llega, y de alguna manera, no solamente se convierte en algo negociable, sino que muchas veces es sorprendente. ¿Quiere ganar algo de tanto valor como su vida? Piérdala. Hasta la simple ecuación de uno más uno se descarta cuando dos personas se unen delante de Dios en matrimonio. La Biblia dice que hay cosas que son imposibles para el hombre, pero posibles para Dios. Durante la batalla entre Israel y los amonitas registrada en Josué 10, las leyes de la matemática, el tiempo y el espacio fueron todas suspendidas. “Ese día en que el Señor entregó a los amorreos en manos de los israelitas, Josué le dijo al Señor en presencia de todo el pueblo: «Sol, deténte en Gabaón, luna, párate sobre Ayalón». El sol se detuvo y la luna se paró, hasta que Israel se vengó de sus adversarios. Esto está escrito en el libro de Jaser. Y, en efecto, el sol se detuvo en el cenit y no se movió de allí por casi un día entero. Nunca antes ni después ha habido un día como aquél; fue el día en que el Señor obedeció la orden de un ser humano. ¡No cabe duda de que

el Señor estaba peleando por Israel!” (Josué 10:12-14, NVI). En una de nuestras revistas anteriores, Sophia Smith compartió el testimonio del día que los doctores le habían dado solamente de cinco a quince por ciento de probabilidades de vida en los próximos cinco años. Han pasado ya siete años de este diagnóstico y todavía ella está fuerte. Unas revistas antes que esa, nuestra correctora, Marsha Robinson, compartió la historia del día que los doctores le dijeron que tenía “cero por ciento de probabilidad” de estar viva al otro día. Eso sucedió 830 noches atrás. Las personas que trabajan en la profesión médica usualmente no les gusta asustar a las personas—ellos dependen de la ciencia y de los números para hacer sus diagnósticos. Pero cuando nosotros hayamos tomado todas las piezas de información a nuestra disposición, examinamos todos los escenarios que podamos imaginarnos, agotamos todas las opciones, y no encontramos la solución, todavía no hemos terminado. Permitamos que Dios venga y trabaje con nuestros números.

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