Boletín mensual de tu Biblioteca
marzo 2011
MUJERES BELLAS
¿Sabes que la palabra tiquismiquis existe? Si buscas en el diccionario lo encontrarás: Tiquismiquis: 1. Reparos de poquísima importancia. 2. Expresiones ridículamente corteses o afectados. 3. com. Persona que hace o dice tiquismiquis.
CHISTES CORTITOS
Todas las flores del desierto están cerca de la luz. Todas las mujeres bellas son las que yo he visto, las que huelen a limpio y sonríen cuando las miran. Sin medidas perfectas, sin tacones de vértigo. Las mujeres más bellas esperan el autobús de mi barrio o se compran bolsos en tiendas de saldo. Las flores del desierto son las mujeres que tienen sonrisas en los ojos, que te acarician las manos cuando estás triste, las que cenan pizza en grupos de amigos y lloran sólo con unos pocos, las que se lavan el pelo y lo secan al viento. Las bellezas reales son las que no miden cuántas patatas han comido, las que se sientan en bancos del parque con bolsas de pipas, las que acarician con ternura a los perros que se acercan a olerlas.. Las que huelen a mora y a caramelos de regaliz. Las mujeres hermosas no salen en revistas. Y se ríen libres de los chistes de la tele, y se tragan el fútbol a cambio de un beso. Las mujeres normales desgastan las sonrisas mirando a los ojos, y salen en las fotos rodeadas de gente sin retoques, riéndose a carcajadas, abrazando a los suyos. Las mujeres normales son las auténticas bellezas. Las flores del desierto son las que están a tu lado. Las que te aman y las que amamos. Mario Vargas Llosa
Y después de esta preciosidad, dinos como son para ti las mujeres hermosas, ya sabes,en una cartulina, con buena letra, con algún dibujo o foto…
CARTA DE UNA MADRE
Queridos todos: Me voy!, si me voy , ¡SOLA!, nadie viene conmigo, ¿dónde?, a cualquier lugar, ¿hasta cuándo?, hasta que entendáis que en esta casa no hay reinas, ni reyes, ni cenicientas, hasta que sepáis recoger la ropa cuando os ducháis, hasta que sepáis ataros los cordones de los zapatos solos, en que cajón se encuentran las camisetas, la ropa interior, en que estantería está el gel de baño. Cuando entendáis, que si estoy hablando por teléfono no hay que interrumpirme, que para mí es tan importante como cuando a vosotros os llama un amigo y os vais a vuestra habitación para hablar sin ser escuchados. Cuando logréis reprimir el impulso de llamarme a gritos si se acaba la pasta de dientes o el papel higiénico Hasta hoy he pensado que si os lo ponía fácil, si hacía que vuestra vida fuera más cómoda, vuestro cariño hacia mí sería mayor, me he dado cuenta que no es así, con ese comportamiento lo único que se consigue es que cada día pidáis más: agua desde el sofá, el pijama a gritos desde el cuarto de baño. Palabra de honor que no me voy por cansancio, aunque sea una lata dormirse todas las noches pensando en la comida del día siguiente y hacer la compra a salto de mata cuando vienes del trabajo y, a la larga, pesa mucho la manía de ver siempre un velo de polvo en los muebles cuando me siento un rato en el sofá, y la continua atracción por la bayeta. Pero no es sólo por eso. No. Tampoco me voy porque esté harta de poner la lavadora mientras me desabrocho el abrigo ni porque quiera estar más libre para hacer carrera en mi trabajo.
Me voy para enseñaros a compartir, pero sobre todo me voy para ver si aprendo a delegar. Porque si lo consigo, no volveré nunca más a sentirme culpable cuando no saquéis notas brillantes o cuando se quemen las lentejas o cuando alguno no tenga camisa planchada que ponerse. No quiero que penséis que no os quiero, cada día desde que nacisteis, os he arropado al acostaros, os he levantado con un beso cada mañana, y seguiré haciéndolo porque os gusta y me encanta. Cuando estéis dispuestos todos los que formamos esta familia a compartir las tareas diarias y hayáis entendido que es esa la única manera de poder disfrutar juntos de nuestro tiempo, me llamáis y volveré con una sonrisa y los brazos abiertos. Un beso, mamá. Mª del C. M. S.