Páginas de espuma cumple 15 años

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Páginas de Espuma cumple 15 años. Un sueño en pie que Encarni y Juan, Juan y Encarni, han ido construyendo con pasión y afecto. Su único propósito fue y es que la literatura cuente con un pequeño gran género a tener muy en cuenta. A lo largo de esta travesía, sus libros y autores nos han contado muchas historias. Ficciones de la realidad, insomnios, muertes, amores helados, sucesos fantásticos, técnicas de iluminación, pequeños milagros, viajes equivocados, bulevares, miradas nuevas, voces maestras. Cada uno de sus libros y todos han demostrado que la literatura es un drugstore en el que el cuento es un género abierto. Larga vida y que estas páginas nos cuenten otros quince años. Mientras tanto brindemos hoy con la espuma que estalla en dorado. Guillermo Busutil


Como norma habitual, en el ámbito de la cultura en nuestro país todo suele ir mal. Pero hay ocasiones en las que, de repente, todo va bien. Al final, casi todo depende siempre de las personas. El género del cuento en el mundo hispanohablante tiene la suerte de contar con Juan Casamayor. Desde que conocí a Juan, hace diez años ya, supe que era justo el pequeño gran hombre que necesitaba una grandísima pequeña editorial para llevar a lo más alto los más grandes cuentos cortos y las enormes minificciones de nuestra lengua. Juan es una máquina de engullir trabajo, un editor con el que da gusto trabajar y un amigo leal. A veces me pregunto cómo se las arreglarán en Estados Unidos, en Francia o Alemania sin un Juan Casamayor. Juan Jacinto Muñoz Rengel


Querido Juan: Un saludo mío siempre llevará Junifén; siempre llevará el brillo de los termómetros y las décimas de fiebre que nos consultábamos cuando con poco tiempo de difierencia nacieron nuestros hijos y nos llamábamos no para hablar de Cortázar o de la renovación del género cuentístico en el siglo XXI, sino para compartir la torpeza, la alegría, las dudas que brotaban en esos tiempos iniciales. Pero claro que siempre han estado allí los libros, los que hemos leído, construido, compartido. Y sabes que una de las mayores razones de mi felicidad y mi orgullo es formar parte de esa casa donde el cuento es reino, donde el cuento sale en su caballo y recorre el mundo y las muchísimas librerías del mundo donde llegan los títulos de Páginas de espuma. Lo cierto es que no puedo dejar de recordar una tarde de hace ya unos cuantos años, una tarde en la Feria del libro de Madrid cuando tu hijo y mi hija jugaron al fútbol con Fernando Iwasaki mientras tú y varios de tus autores descansábamos en el césped de El Retiro. Una situación hermosa, muy páginas de espuma, muy como de familia en tinta y página y relato y cuento. Esa tarde, y muchas otras tardes, el cuento y la belleza del cuento hicieron un hermoso gol. Así que recibe un abrazo. Tú lo sabes, pero te lo recuerdo. Tenemos centenares de goles por hacer.


Juan Carlos Méndez Guédez


Qué suerte la mía, poder construir una Casa de Muñecas siguiendo los impecables e inquietantes planos de Patricia Esteban Erlés, y qué suerte que Páginas de Espuma nos acogiese a las dos y a todas nuestras muñecas con tanto cariño y profesionalidad. Es una editorial y es una gran familia. Muchas felicidades por estos quince años y muchas gracias por todos los cuentos que lleváis al papel para que los demás los podamos disfrutar. Sara Morante


UN BRINDIS POR LA ESPUMA DE LAS PÁGINAS

Hace algunos años, con motivo de una conmemoración parecida, pero no tan rotunda –en ciertos espacios de la numerología, el quince tiene la virtud de descubrir lo oculto y alejar los males- cuando las cosas estaban menos claras y Páginas de Espuma comenzaba a asentarse, recordé que el primer libro de la editorial reunía cuentos del mar –yo tuve el gusto de ser su prologuista-, para afirmar que las olas de papel que forman su emblema editorial eran aviso de un mar abierto a muchos viajes literarios, sobre todo a los que podrían significar nuevos descubrimientos en los territorios del cuento. La escasa y valerosa tripulación, a la cabeza Juan y Encarni, ha seguido desde entonces numerosos rumbos, y es abrumadora la cantidad de cuentos descubiertos que, vivos y coleando, forman el catálogo de la editorial. Suelo decir que el cuento español atraviesa un momento histórico de especial calidad, con muy variadas propuestas y una enorme diversidad autorial, y no me cabe duda de que en el fomento de ese patrimonio le corresponde a Páginas de Espuma mucho protagonismo. Su interés por el género le ha hecho aceptar la publicación de todos los estilos, matices y subgéneros presentes, pero no olvidar la tradición. La más cercana a nosotros facilitándonos, por ejemplo, la cuentística íntegra de Miguel de Unamuno, Medardo Fraile o Fernando Quiñones, pero recuperando también a ciertos maestros clásicos, pues ninguna de las editoriales tradicionales se había atrevido a emprender la tarea, que me atrevo a calificar de


titánica, de reunir todos los cuentos de esa luminaria indiscutible de la modernidad que fue Anton Chéjov, o las novelas cortas de La comedia humana de Honoré de Balzac... La ocasión debe servir, por ello, para brindar por el esfuerzo, el talento y la buena mano demostrada por los tripulantes de este navío a lo largo de sus primeros quince años de fructíferos recorridos, y desear que la brillante espuma de sus páginas nos siga ungiendo a todos los que creemos que en el cuento está una de las sustancias más auténticas de la ficción literaria. Muchas felicidades, pues, y a seguir navegando con la misma pericia, y la misma osadía, y la misma fortuna. José María Merino Miembro de la Real Academia Española


Estoy más que seguro de que no invento lo que estoy a punto de contar. Cuando era yo pequeño, y hablo de tener unos cuatro años, mi madre me enviaba al jardín de niños cada mañana luego de darme de desayunar un licuado (eso que en España se llama, me parece, un batido) elaborado a base de leche, huevo y fresas. Apresurada, como buena mujer que se encargaba sola de cuatro hijos, yo el menor de todos, a veces no tenía tiempo, mi madre, para batir los ingredientes más de unos segundos en la licuadora. Y yo, que era un tirano de cuatro años, como me parece que suelen ser algunos críos a esa edad, me negaba a beberlo si descubría, por ejemplo, grumos. Nada: yo quería un batido perfecto, glorioso, de esos que a fuerza de molerse y molerse trastocan su contenido en aire. “Quiero el licuado con espuma”, repetía yo, para dejar claras mis exigencias. Lo repetí tanto que mis hermanos, que eran unos pillos, comenzaron a decirme el “Niño de la Espumita”, como si fuera yo una suerte de torero de la bajamar. Apodo, amigos, es destino. Casi treinta años después de ese momento, le hice justicia al sobrenombre. Publico mis cuentos en Páginas de Espuma desde el año del señor de 2007. Admiro la cruzada de la editorial para recuperar la Jerusalén del cuento de manos de esos descreídos que lo arrumban, escudados en razones de mercado que no son, ni fueron nunca, las de la literatura. Quiero a esa camiseta más que a la de las Chivas de Guadalajara y el Atlético de Madrid, que son los míos. Y cada


vez que me encuentro con Juan Casamayor o Paul Viejo en alguna parte del mundo, entre los libros y las cervezas de rigor, me encuentro en familia. Y es que, caramba, ya desde los cuatro años era yo el “Niño de la espumita”. Antonio Ortuño


Una tarde-noche en la calle Madera, 1º izquierda, el sueño de los cuentos: mar, ferrocarriles, infieles, animales… una casa alargada se estira y toca las dos orillas, suenan teléfonos. En la feria, más ilusiones y espacio que libros; pega el sol. El entusiasmo broncea. Se abre la casa y se cuelan nuevos cuentistas y clásicos, centenas de originales, un novato al año o el repescado ilustre; también ensayo, ciencia, algo de cine. Se suceden presentaciones, prensa, reseñas; aparece Ribera del Duero, brindamos. Llegarán muchas páginas. Y a vender cada libro como si fuera único. Y así que pasan quince años. ¿De quién es una editorial? Es el hogar que Encarni y Juan nos han dispuesto a todos nosotros, y también de Paul, de Cuqui, de los ausentes y cuantos arriman el hombro: sus relatos, una imagen, una idea, un poquito de propaganda. Gracias, gracias. Y las páginas se vuelven espuma. ¿De qué está hecha la espuma? (¿Por qué el cielo es azul?) Esa leve materia en la cerveza con sabor o en el mar que está vivo. ¿Y a dónde va la espuma, que viaja, añora, juguetea…; y adónde van los libros? No podemos vivir sin textos, sin cerveza o sin mar. Juan, Encarni, queridos, no queremos vivir sin Páginas de Espuma. Javier Sáez de Ibarra y Viviana Paletta


Manteadlo, manteadlo, manteadlo. Mantead al Papa de los cuentos y a su Encarnación femenina. Mantead al aguerrido gestor de egos Y al sufrido escudero que nos sigue en nuestros bolos. Mantead a quien en secreto, según apuntan ciertos rumores, enciende cirios a la Pilarica para que sobre nosotros se precipiten ventas y reseñas. Pero sobre todo mantead a quien para mantener la reputación beoda Del gremio de cuentistas Nos empuja con su ejemplo a depredar sin desmayo destilerías y bodegas. Manteadlo para que siga, quince años más por lo menos, acogiéndonos En la Casa Mayor del Cuento. Que la fuerza os acompañe, espumosos. Mercedes Abad


Juan y Encarni, editores por encima de todo, amigos por encima de todo, personas por encima de todo, magos por encima de todo. Encarni y Juan, espumosos y espumantes. Juarni y Encuán, simbiosis perfecta, combinación mágica. Pagineros idealistas. Librescos y librontes. Páginas de Espuma, lugar verdadero. Mi casa, la nuestra. Gracias de corazón de parte de esta autora vuestra, sin duda la más trastornada a quien, por mis muertos, habéis acogido con la soga al cuello. Felicidades. Flavia Company


Que una editorial independiente española cumpla 15 años es digno de celebrarse, no por lo que tiene de milagroso, sino por el secreto que encierra tan esotérica efeméride: un aliento de esperanza, una ilusión renovada, el compromiso con un mundo mejor y más sabio. Felicidades, Juan. Un abrazo forcoliano. Javier Fórcola


Me encantaría mandarles un agradecimiento muy especial a ambos por haber sido esos editores irrepetibles que apoyaron mis cuentos y me dieron la posibilidad de publicar mi primer libro. Un escritor recibe ese acto de confianza solo una vez en su vida, y me alegra que fueran ellos los que me lo dieran. Pero también un agradecimiento como lector apasionado de cuentos, porque su apuesta por acercar los libros de cuentos a los lectores españoles ha sido ganadora. Una editorial como Páginas de Espuma tenía que aparecer en algún momento, y Juan y Encarni, hace ya quince años, tuvieron esa feliz idea. Por muchos años más de amor al cuento, un abrazo fuerte.” Miguel Ángel Muñoz


Juan y Encarni: Gracias por confiar en las elipsis, por atender al humo y escuchar la nieve. Porque las elipsis son el alma del cronista, en el humo suenan voces y tras la nieve se oye el mar. Gracias por levantar una casa de espuma con las ventanas abiertas para que vuelen montes y valles, naves y ausencias. Quince años de letras corriendo mundo desde un callejón. Juan y Encarni: Gracias por ser la casa del cuento. Pablo Andrés Escapa


Páginas de Espuma, con Juan Casamayor a la cabeza, en su momento ha sido la utopía del cuento en España, y a estas alturas vamos comprobando que el género de la brevedad puede llegar tanto o más lejos que ese pretendido corredor de fondo que es la novela. La utopía de Páginas de Espuma se ha instalado en nuestras vidas gracias al buen ojo de Juan y de todo el equipo, y ahora somos mejores lectores. Ronaldo Menéndez


Para un autor, el editor es su padre. Los lazos que los unen son de papel, que no de sangre, pero como bien saben los niños cuando juegan a "piedra, papel y tijera", el papel es más fuerte que la piedra. Yo acabo de llegar a los brazos de Juan y de Encarni, a tiempo para celebrar su aniversario y desearles un futuro tan venturoso como los últimos quince años. ¡Felicidades, familia! Nuria Barrios


Por el oficio, por la apuesta, por la confianza, por el apoyo, por el entusiasmo, por el cariño, por las letras, por el barrio, por los aperitivos, por los bulbos de tulipán, por quince años de cuento, pero, sobre todo, por los gintónics. Gracias, Encarni; gracias, Juan. ¡Felicidades y a por quince años más! Alberto Marcos


Истинные таланты всегда сидят в потёмках, в толпе, подальше от выставки... С Днем Рождения, дорогой Хуан. El verdadero talento siempre está en la sombra, sentado entre la multitud, alejado de los focos... Feliz cumpleaños, querido Juan. Antón P. Chéjov


Juan Casamayor es la emocionante constatación de que un gran editor, a lo que aspira en secreto, no es a editar un libro, sino a editar la vida. Contigo, Juan. Por el amor a los libros y por el amor a la vida. Por quince años. Por quince olas. Por quince soles. Por que nada ni nadie desmienta tanta luz. Con todo el cariño y la admiración de tu amigo: Eloy Tizón


802 páginas. 334.339 palabras. La primera frase, tuya, dice: “Hello ,hello. ¿Cómo va todo, mucho ruido con el Ínter?”. La última, también tuya: “No vuelvo a beber tequila”. Entre medias, cosas como “Estos días estoy que no puedo más”, o “Cosas peores hemos hecho”, o “Voy a bañar a Fernando”. 330 000 palabras. Casi mil páginas. Esas es la conversación que tengo guardada. Pero imagina todas todas todas las palabras tuyas que recuerdo. Aguanta 15 años más, y las leemos juntos. Paul Viejo


EL EBRO GUARDA SILENCIO (original) El Ebro guarda silencio al pasar por el pilar la virgen está dormida, la virgen está dormida no la quiere despertar Dos besos traigo en los labios a mi virgen del Pilar uno me lo dio mi madre, uno me lo dio mi madre el otro mi soledad Con trigo de Cinco Villas viene de Sierra de Luna y en los collerones lleva campanas, campanas, campanas las cinco mulas

EL CUENTO GUARDA SILENCIO O LA JOTICA DE PÁGINAS DE ESPUMA (la de Isabel González) El cuento guarda silencio nadie lo quiere editar Juan y Encarni no están dormidos Juan y Encarni no están dormidos lo van a resucitar Dos besos traigo en los labios dos más me van a faltar dos son para Juan y Encarni para Cuqui y Paul dos más Con micros y antologías ya no les falta ninguna y hasta en Valencia cantan naranjas, naranjas, viva Páginas de Espuma


Enlace a Manolo Escobar cantรกndola https://www.youtube.com/watch?v=M9IVt9PwphU Isabel Gonzรกlez


Clara: dicese de la amiga que, extravagantemente, dice lo que piensa. Obligado: participio antónimo de sí mismo, cuando se trata de la susodicha amiga. Paginas: países donde nadie le miente al ciudadano. Espuma: sustancia altamente alucinógena, para fortuna nuestra. Andrés Neuman


Juan Casamayor es uno de los hombres de mi vida, es decir, una de esas personas que cambió en mí muchas cosas importantes y por la que siento un cariño siempre creciente. Él es maño, yo soy porteña. Pero, aunque compartamos la ñ, somos muy distintos. Nos conocemos desde el Por favor, sea breve 1, y hemos trabajado los tres, incluyendo a Encarni, discutiendo cuando había que discutir, apoyándonos cuando era necesario y siempre, estoy segura, queriéndonos por encima de todas las cosas. Su labor en torno al cuento es casi heroica y, su presencia en el panorama editorial, algo que nos hacía falta y que los cuentistas nunca agradeceremos lo suficiente. Con él he defendido un género que amamos, el cuento, con él espero seguir publicando muchos libros más. Y, como si esto fuera poco, es una de las pocas editoriales donde ser latinoamericano es exactamente lo mismo que ser español. Tengo tres casas: en una está mi familia de origen, y está en Argentina, en otra, la familia que formé, y está en Madrid y, por fin, tengo una casa donde están mis cuentos, y esa es, sin duda, Páginas de Espuma. Clara Obligado


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