El dominical de cabeza de gato edición 1

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EL DOMINICAL

DE CARTAGENA / PARA EL MUNDO / 18 de junio de 2017

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EL DULCE OLOR DE LA PLAZA DE LOS COCHES

LA MASACRE DE ORLANDO UN AÑO DESPUÉS: UN ESPEJO

EL DÍA EN QUE EL PAÍS MÁS FELIZ DEL MUNDO FUE A CINE GRATIS



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/ DE CARTAGENA / PARA EL MUNDO

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/ EDICIÓN N°1 /

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/ DIRECTOR / JUAN DE DIOS SÁNCHEZ JURADO

/ ESCRIBIERON EN ESTA EDICIÓN /

/ ÍNDICE / LA MASACRE DE ORLANDO, UN AÑOS DESPUÉS: UN ESPEJO

Análisis acerca de las implicaciones del atentado ocurrido en el bar Pulse a un año de su ocurrencia .................................................................... 04

JULIO CÉSAR MÁRQUEZ ARIZA

Cartagenero. Comunicador Social. Integrante de la Corporación Colectivo Calleshortbus. Bloggero en http://desades.blogspot.com.co/

EL DÍA EN QUE EL PAÍS MÁS FELIZ DEL MUNDO FUE A CINE GRATIS

Una reseña de lo que fue la experiencia de cine gratis que ofreció Cine colombia el pasado 7 de junio, para celebrar sus 90 años.................... 06

EL DULCE OLOR DE LA PLAZA DE LOS COCHES

WILLIAM JOSÉ CASTRO TOPPIN

Realizó estudios en Literatura en la Universidad de Cartagena. Actualmente es docente y estudiante de Maestría en Educación. Gestor de espacios culturales, a través de la iniciativa Ktedra Cartagena.

Crónica acerca de la vida nocturna en una de las plazas más importantes del Centro Histórico de Cartagena de Indias......................................... 08

JUAN DE DIOS SÁNCHEZ JURADO

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE SHAKIRA Y HACER REGUETÓN

Las experiemntaciones de la cantate barranquillera con el género urbano han ayudado a darle el estatus del que goza hoy día........................... 14

ENTREVISTA CON UN LADRÓN EN CARTAGENA

Uno de los llamados amigos de lo ajeno explíca cómo escoge a sus víctimas y da un par de tips para escapar de un atraco............................... 15 CABEZA DE GATO

Director de la revista Cabeza de Gato. En el diario El Universal es autor del blog Alteraciones culturales y en la revista Hoja Blanca es autor del blog Nostrasladamus.

YEIDIS BOBADILLA GALVIS

Cartagenera. Estudiante de Comunicación Social en la Universidad de Cartagena.

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/ EL DOMINICAL / CABEZA DE GATO / OPINIÓN

LA MASACRE DE ORLANDO UN AÑO DESPUÉS: UN ESPEJO POR / JULIO CÉSAR MÁRQUEZ ARIZA

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ace un año intenté escribir este texto. Lo intenté mientras veía las noticias y escuchaba los testimonios. Fui en ese momento el espectador de una escena que me superaba, que me hacía sentir vulnerable, una vez más. En ese momento no pude terminarlo, eran demasiadas ideas, demasiados sentimientos encontrados. Pero cuando ha pasado un año, las ideas están un poco más claras. La masacre ocurrida en Orlando, Florida, aquel 12 de Junio de 2016, en la discoteca Pulse, que dejó el saldo de 50 personas y al menos otras 53 heridas, es solo la punta del iceberg. Todos lamentamos ese suceso y condenamos aquel acto de violencia y homofobia, como muchos otros. Nos dolía cada una de las víctimas, y nos duele hoy el luto de las familias. Nos dolió el cubrimiento mediático que insistía en llamar este acto de homofobia, como un crimen motivado por el extremismo islámico. Como si esto último fuese más importante. Nos dolía antes y nos duele ahora ser invisibilizados, aún en un caso como éste, cuando más alto debería elevarse la bandera de nuestra lucha. Por eso, era necesario escribir. 4 / EL DOMINICAL / CABEZA DE GATO / 18 DE JUNIO DE 2017

Cuando un ataque como el de Orlando ocurre en un país que parece ser un adelantado en materia de derechos, nos preocupamos. ¿Qué nos espera a nosotros en este país del mal llamado tercer mundo? Quizás aquí no haya libertad para portar armas de fuego, y eso nos alivia un poco, pero no borra el peligro. Es que la violencia directa se ejerce, cuando la sociedad ha legitimado otras dos formas de violencia que trabajan en silencio (la estructural y la cultural). En Colombia, por ejemplo, los índices de violencia contra la población LGBT son serios. En un artículo publicado por el Periódico El Espectador en su portal WEB, el 10 de julio de 2015, se señaló que entre 2013 y 2014 hubo 164 homicidios a la Población LGBT y al menos 30 de estos fueron motivados por el prejuicio hacia la orientación sexual. En ese mismo artículo, titulado “No cesa violencia contra LGBT”, se mostraba un fragmento de un panfleto firmado por el Ejército Anti-Restitución de Barrancabermeja en el que los líderes de la población LGBT era seriamente amenazados: “A corruptos, viciosos, gais, que ahora se hacen llamar defensores


Cuando un ataque como el de Orlando ocurre en un país que parece ser un adelantado en materia de derechos, nos preocupamos. ¿Qué nos espera a nosotros en este país del mal llamado tercer mundo? Quizás aquí no haya libertad para portar armas de fuego, y eso nos alivia un poco, pero no borra el peligro. Es que la violencia directa se ejerce, cuando la sociedad ha legitimado otras dos formas de violencia que trabajan en silencio (la estructural y la cultural). En Colombia, por ejemplo, los índices de violencia contra la población LGBT son serios. En un artículo publicado por el Periódico El Espectador en su portal WEB, el 10 de julio de 2015, se señaló que entre 2013 y 2014 hubo 164 homicidios a la Población LGBT y al menos 30 de estos fueron motivados por el prejuicio hacia la orientación sexual. En ese mismo artículo, titulado “No cesa violencia contra LGBT”, se mostraba un fragmento de un panfleto firmado por el Ejército Anti-Restitución de Barrancabermeja en el que los líderes de la población LGBT era seriamente amenazados: “A corruptos, viciosos, gais, que ahora se hacen llamar defensores de derechos humanos, defensores de maricas o comunidad LGTB y de guerrilleros, defensores de sindicalistas […] personeros, presidentes de junta” (sic) los vamos a limpiar”. Evidenciando cómo el Conflicto Armado también tocó a una población con necesidades específicas y solo hasta ahora se empieza a hablar de ello.

También está el tendero que se ríe cuando escucha una voz demasiado fina en un hombre. La manera en que el sparring del bus se queda viendo cómo caminas para buscar un puesto. La señora que se ríe porque la otra es machorra. El taxista que dice que no recoge maricas. El papá de tu amiga que piensa que lo que ocurrió en aquella discoteca en USA estuvo bien. Y también, por supuesto, nosotrxs, cada unx de nosotrxs, cuando callamos ante estos actos de homofobia, o cuando permitimos que otrxs nos violenten. Lo de Orlando no pasó por casualidad. Fue el cultivo de muchas cosas. Y es por eso que debemos decir con voz firme y clara que fue: HOMOFOBIA. Llamar a ese tipo de violencia por su nombre, HOMOFOBIA, ayuda a visibilizar lo que muchos creen que no existe. Ayuda a que los dirigentes reconozcan que no se trata de un capricho cuando salimos a las calles a marchar, que no es un capricho cuando hablamos de necesitar garantías. Pero también, decir HOMOFOBIA, ayuda a evitar que se legitime la xenofobia contra los musulmanes y que se justifique la violencia en nombre del fin de los terroristas. No podemos ser víctimas de nuestra propia desgracia. Lo que ocurrió en Orlando es, a todas luces y, en primer lugar, un acto de HOMOFOBIA. Sin embargo, el colectivo LGBT puede enseñarle al mundo que en medio de la diferencia hemos aprendido algo, hemos aprendido a amarnos como humanos.

Así mismo, según un estudio realizado por varias organizaciones que promueven y defienden los derechos de la población LGBT, entre ellas Colombia Diversa, se señaló que en 2015 se registraron 110 homicidios de personas LGBT, y se pudo constatar que al menos 43 de esos casos tuvieron como motivación el prejuicio. En Cartagena, el año pasado, un grupo de amigos y defensores de la población LGBT fueron víctimas del abuso de poder de un patrullero de la Policía Metropolitana que se atrevió a golpearlos e insultarlos en uno de los Baluartes de la Muralla del Centro Histórico de la ciudad. El proceso legal contra el sujeto aún no se resuelve. En este mismo sentido, cabe destacar que en Colombia teníamos un procurador que dejó clara su postura sobre los asuntos LGBT y que hoy quiere perfilarse como candidato presidencial; una senadora que recoge firmas para derrumbar algo que la Corte Constitucional ha garantizado —el derecho de los niñxs a tener una familia y ser adoptados sin importar la orientación sexual de la pareja adoptante— y unxs agentes de policía que trabajan a partir de sus prejuicios y no temen exceder sus competencias. Eso, aunque no lo creamos, es lo que subyace antes de un ataque como el de Orlando, Florida. Sí, señores. Esos pequeños datos y actos que parecen no hacer daño, van calando en el imaginario colectivo. Pero hay más. No es solo un asunto islámico. ¿Y la iglesia católica? ¿Y las iglesias cristianas? ¿Acaso ellas no ejercen violencia también? Una postura llena de odio oculta tras la palabra de Dios. En esta época de medios interactivos y redes sociales, los pastores se han vuelto populares y cada uno de sus estados genera cientos de reacciones que terminan siendo un mensaje que llega, es repetido y vaya uno a saber lo que resulte de aquello. Eso, sin mencionar el puesto que se han ganado los sacerdotes y los obispos en los medios de comunicación. Razón por la cual salen a preguntarles su opinión sobre cualquier asunto que atente contra la moral cristiana. Señoras y señores, todo esto antecede a un ataque como el de Orlando, Florida.

Llamar a ese tipo de violencia por su nombre, HOMOFOBIA, ayuda a visibilizar lo que muchos creen que no existe. Ayuda a que los dirigentes reconozcan que no se trata de un capricho cuando salimos a las calles a marchar, que no es un capricho cuando hablamos de necesitar garantías.

Hace un año cuando nos enteramos de este terrible suceso, pensamos en nuestrxs amigxs, hermanxs. En esa familia que nos ha tocado crear para que el mundo nos duela menos. Porque cuando se vive al margen, reunirse en colectivos es una forma de resistencia. En la tragedia logramos hablar de amor y de solidaridad, porque el amor y la solidaridad son las únicas herramientas que nos han dejado en medio de esta lucha por el reconocimiento y la reivindicación. Amor para reconocer en otrx un interlocutor válido, una vida que importa, una narración que me invita a existir. Solidaridad para ser capaz de entender que hay otras luchas que necesitan de nosotrxs para su propio ejercicio de reconocimiento y resistencia. La masacre de Orlando es una muestra cruel de lo que es capaz de hacer el odio en una persona cuando cree tener las razones correctas y la bendición de algún dios. Esperamos que Cartagena no se vuelva Orlando y que la tragedia de Pulse no sea recordada como un simple dato estadístico. EL DOMINICAL / CABEZA DE GATO / 18 DE JUNIO DE 2017 / 5



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EL DÍA EN QUE EL PAÍS MÁS FELIZ DEL MUNDO FUE A CINE GRATIS POR / WILLIAM JOSÉ CASTRO TOPPIN

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n una ocasión una mujer me dijo: “Llévame a tu lugar favorito en el mundo”. Quizás ella imaginó que la llevaría a cuestas empinadas y hermosos parajes exóticos. Sin embargo, me salió relativamente fácil y barato, la llevé a una sala de cine. Mi relación con la lectura es clave, y el cine es otra forma de lectura más, acudir a cine, o decidirse a leer algo, para mí, desde niño, es una alternativa para que mis sueños no mueran de frío, como le dice Don Gregorio a Moncho, en la cinta “La lengua de las Mariposas” de José Luis Cuerda.

El cine sigue generando sin dudas una especie de hipnotismo-fascinación, y en estos públicos vírgenes se siente aún más. Hacia el final pasó algo bello, se terminó la historia y el público hizo aplauso cerrado, lo que no es muy común de ver en las funciones comerciales de cine, y puede ser medido como un gesto de “cultura”. Dice Eduardo Galeano, que en un mismo día recuperamos y perdemos la esperanza, así de complejas son las cosas, a mí ese aplauso me la devolvió un poco, aunque fuese para una película llamada “El país más feliz del mundo”.

No podía pues, dejar de asomarme, aunque fuese por un momento, a la iniciativa de Cine Colombia de un día de cine gratuito. Vivo cerca de Caribe Plaza, así que me asomé varias veces por allá, y entré a una sola función. Observé y la mayoría de los asistentes no eran los que uno se encuentra regularmente en este lugar, había niños y jóvenes muy pobres, muy humildes, abarrotando la sala, podía intuirse que varios venían de zonas como La Quinta, La María, La Candelaria, San Francisco, entre otros. En contra de los comentarios prejuiciosos, yo, que estuve allí observando un ratico adentro, pero sobre todo afuera, NO hubo un comportamiento que pudiera tildarse de “desastroso y terrible” por parte de estas personas. En términos generales, ocurrió lo que suele ocurrir cuando hay mucha gente joven de cualquier estrato, lo que suele ocurrir cuando a un lugar va muuuuucha gente (empiezas a darte cuenta de que aquello que incomoda a la gente de estratos más acomodados, lo que nos incomoda a los que regularmente podemos ir a cine, o pasar por uno de estos centros comerciales, es que “nuestros” espacios empiecen a ser “invadidos” por personas que a nuestro juicio son “indeseables”.

El cine sigue generando sin dudas una especie de hipnotismo-fascinación, y en estos públicos vírgenes se siente aún más. Hacia el final pasó algo bello, se terminó la historia y el público hizo aplauso cerrado, lo que no es muy común de ver en las funciones comerciales de cine

Cine Colombia se preparó bien, pusieron una película por hora en cada sala y eso permitió manejar adecuadamente el flujo de gente, aunque muchos de los empleados lucían estresados, y en cada sala había uno o dos policías. Entré a la película de las tres de la tarde, una cinta de la firma Dago García, que se presentaba como comedia, con registro de la corrupción en el país. Yo ya la había visto, por tanto, sabía que podía generar dificultades en el público asistente, ya que estaba un “poquito” más arriba del estándar intelectual de una película de Dago. Creí que muchos niños y jóvenes se aburrirían y comenzarían a registrar una conducta inadecuada o reprochable. No hubo la “toteadera” de risa, pero la mayor parte de la audiencia estuvo enganchada. Me parece que desde que se encendió la pantalla hubo en efecto de fascinación, no sé, son cosas que uno aprende a observar. Me atrevo a afirmar que había en esa sala muchas personas que nunca en su vida habían ido a cine o que al menos no lo habían visto en esas condiciones -flotaba algo en el ambiente de lo que se dice se sintió con las primeras proyecciones de los hermanos Lumiere o con las obras de Méliès.

Nunca había evacuado por las salidas de emergencia de Cine Colombia, la gente fue ordenada, siguió bien las instrucciones, tomé algunas fotos (lástima la cámara de mi celular y el servidor). Al ver a la gente marchar por estos túneles, dado el diseño estrecho de los mismos, la imagen me evocó claramente las escenas de archivo o fílmicas de cuando los judíos caminaban supuestamente hacia las cámaras de gas dentro del exterminio perpetrado por los nazis. Por fortuna acá se salía al punto donde empezaba una enorme fila en forma de largo torbellino que aguardaba por la próxima función gratuita. El público que salió a ver cine para aprovechar el regalo de Cine Colombia, era en términos generales el de los excluidos de la ciudad, aquellos cuyas vidas se circunscriben a sus barriadas, ese público que, al menos en ciudades como Cartagena, determina quién gana las elecciones. Hubo muchos niños negros viendo cine hoy. Antes he escrito textos en los que he contado cuántas personas negras había en la sala de cine a la que asistí y siempre son pocas. ¿Qué balance hacemos de eso? Hubo una vez un “idiota” que me preguntó por qué mis críticas de cine iban acompañadas de lo que pasaba en la sala, parece que no se ha dado cuenta de lo importante que es fijarse en cómo son los consumos culturales en una ciudad, para ver qué análisis sociopolíticos pueden resultar a partir de ello. EL DOMINICAL / CABEZA DE GATO / 18 DE JUNIO DE 2017 / 5


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EL DULCE OLOR DE LA PLAZA DE LOS COCHES POR / JUAN DE DIOS SÁNCHEZ JURADO



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n dulce aroma domina el ámbito. Son las 10:30 p.m. del jueves 9 de junio de 2016. Aún no empieza en forma el fin de semana, pero la Plaza de los Coches, corazón del Centro Histórico de Cartagena de Indias, luce tan abarrotada y festiva como en un jueves de Bando en Fiestas de Noviembre. Quisiera sentarme, pero las bancas están ocupadas por mujeres acomodadas de a tres, todas con la espalda erguida, las piernas cruzadas, vestidas con atuendos fosforescentes hasta bien arriba de la rodilla. El aroma dulce que domina el ámbito les pertenece, así como creo que, en últimas, a esa hora, les pertenece cada metro cuadrado de la Plaza de los Coches. Es el dulce olor de las prostitutas que cada noche se apoderan de aquel espacio para pavonear sus siluetas. Sirenas que en lugar de cantar, se perfuman hasta el último centímetro del cuerpo para atraer a los hombres. La Plaza de los Coches es, a esa hora, el único lugar del Centro Histórico que puede jactarse de oler tan bien.

El personal que pulula en la plaza se confunde con las músicas que en ese momento se pelean por el título al mayor volumen. Bachata, reggaetón y electrónica, por cuenta de las terrazas en las azoteas de cuatro edificios; salsa a todo timbal en Donde Fidel; el acordeón de un conjunto vallenato en busca de clientes; el rock en The Club Pub; el casco de los caballos cocheros sobre los adoquines. Músicas que nacen del suelo hacia el cielo y viceversa, vuelan, se arremolinan y chocan contra las murallas de la Torre del Reloj. La música golpea las paredes de las edificaciones con tal insistencia, que podría pensarse que algún día las hará polvo. Está confirmado, de noche, la Plaza le pertenece a los que viven de y para la rumba. El lugar es una bolsa de valores en la que se realizan a viva voz o en secreto todo tipo de transacciones vinculadas al placer.

Aprovecho una banca recién desocupada para sentarme. Me acompañan un par de tuchines que cuentan las monedas ganadas vendiendo café y cigarrillos. Mientras ellos conversan acerca del próximo partido de la selección Colombia, yo me dedico a mirar y admirar a las prostitutas. Casi todas mestizas, sólo un par de rubias de piel acaramelada en las que es difícil no detenerse. Todas con el busto a flor de escote y traseros hinchados. Todas con el cabello largo hasta la cintura, encaramadas en tacones que les servirían para alcanzar los frutos de un árbol muy alto. Las que no están sentadas se pasean de un lado a otro. Su pinta y la de las turistas que a esa hora transitan por allí no es muy diferente.

Cartagena es un lugar húmedo y caliente que alborota la libido de quien la visita. La Heroica somete a sus visitantes a una arrechera perenne y a una ansiosa búsqueda de satisfacción. La confusión de olores, sonidos y voluptuosidad visual, tiene un impacto afrodisíaco del que es difícil escapar. Es lo que el Caribe le hace a sus turistas y que en Cartagena tiene un efecto potente. Nadie que la visite por unos días tiene la intención de trabajar. No hay ánimo distinto al de la rumba y el placer. Por eso les van tan bien a las prostitutas. Por eso, quizá las únicas foráneas que vienen a trabajar a Cartagena, son las prostitutas que llegan para aprovechar la bonanza.

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EL EFECTO CARTAGENA


Reconozco varios acentos en las chicas que están cerca de mí: Paisa, caleño y venezolano (según reporta el diario El Universal, en 2016 se ha incrementado el ejercicio de la prostitución en Cartagena por parte de venezolanas, la mayoría de ellas indocumentadas). La diferencia entre las que llevan más tiempo trabajando en Cartagena y las que acaban de llegar está en los zapatos. Una local le dice a una recién llegada que porta unos botines cerrados, que procure hacerse a un calzado más acorde con el clima o se le van a cocinar los pies. En mitad de la plaza, alrededor de un policía, circula un manojo de prostitutas como si jugaran en el bosque mientras el lobo está. Una turista posa en medio de la plaza para una foto. El fondo de la imagen será la Torre del Reloj y las prostitutas. No podría imaginar un fondo más emblemático.

Sí, pasan muchas cosas en la Plaza de los Coches, algunas menos santas que otras, pero por lo pronto está viva, resiste allí con su fiesta y su gente, en un Centro Histórico del que se ha querido expulsar la vida de los cartageneros para comodidad de los turistas.

Sí, pasan muchas cosas en la Plaza de los Coches, algunas menos santas que otras, pero por lo pronto está viva, resiste allí con su fiesta y su gente, en un Centro Histórico del que se ha querido expulsar la vida de los cartageneros para comodidad de los turistas. Algunos concejales del Distrito de Cartagena y varios propietarios de hoteles aledaños al sector han propuesto que haya mayor vigilancia en la plaza, que se apaguen los equipos de sonido de las discotecas, que se prohíba el consumo de bebidas alcohólicas (como ocurrió mediante decreto del Alcalde Manuel Duque en la Plaza de la Trinidad) y que se expulse a las prostitutas de allí. Y yo me pregunto, ¿debe la plaza renunciar a sus dinámicas, que al final no son ajenas a otros destinos del Caribe, para que los huéspedes de los hoteles boutique puedan dormir?, ¿para que los guardianes de la moral puedan estar tranquilos? Si la ciudad se apaga, si se expulsa a la gente, si sólo queda el silencio, dejaría de ser Cartagena. Pero la pugna por el espacio y el silencio es la historia de esta ciudad, donde una pequeña población dominante se cree con poder para desplazar a otra mayoritaria a la que considera un estorbo. Qué sería de la Plaza de los Coches sin las prostitutas que endulzan el ambiente con su olor y la iluminan con las pegatinas doradas que portan en la piel. A dónde llevarían el rubor de sus mejillas y el rímel acentuado en el borde de los ojos por el que parecen un séquito de Cleopatras. Qué sería de la Plaza de los Coches sin este puñado de princesas egipcias que la visitan cada noche para estar allí, de pie, como vigías, más firmes que la Torre del Reloj, como si fueran ellas las que en realidad marcaran EL DOMINICAL / CABEZA DE GATO / 18 DE JUNIO DE 2017 / 11


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la hora de la ciudad. Sin prostitutas y sin los lugares de fiesta cuya economía depende de ellas, sería la Plaza de los Coches un lugar muerto, carente de humanidad. Un aburrido montón de adoquines, privados a la fuerza de la danza de estas estrellas terrestres, cuyo número se multiplica y reduce a lo largo de la noche. Son tan sigilosas al momento de aparecer y desaparecer, que cuesta darse cuenta. El ritmo de su negocio nunca es demasiado evidente, entonces, ¿a quién molestan?

perfumando la Plaza de los Coches. Que se paren donde quieran, que la vida nocturna siga corriendo por su cuenta. A las prostitutas, la noche de la Plaza de los Coches les pertenece porque la han adquirido por prescripción. Pasadas las doce, en mitad de la plaza, el policía, las prostitutas que no han conseguido cliente y las que han vuelto en busca de un nuevo servicio, se mueven como en un ajedrez coreografiado. Frente al bar Tu Candela, un par de hombres desciende de un taxi. Uno le dice al otro con un marcado acento mexicano: “Todas las viejas que ves aquí son putas”. Lo dice extendiendo los brazos, como si diera a su amigo la bienvenida a un parque de diversiones. En la banca de al lado, observo la charla amistosa entre un gringo y dos puticas. Digo observo, porque aquella conversación se da en lenguaje de señas, pulgares arriba y cabezas que asienten.

La razón por la que muchos turistas vienen a Cartagena es porque hay prostitutas aquí, ofreciendo sus paraísos de a 200 Algo hay en la desigualdad según la dólares el rato. Si les obligaran a cual se construyó el mundo que tiene a abandonar la plaza, ¿qué quedaría? esta plaza llena de hombres vendiendo mercancías y de mujeres vendiendo el La razón por la que muchos turistas vienen a Cartagena es porque cuerpo. A las autoridades distritales de hay prostitutas aquí, ofreciendo sus paraísos de a 200 dólares el rato. Si Cartagena les resultaría fácil prohibirles obligaran a abandonar la plaza, ¿qué quedaría?, hoteles de habitaciones vacías en una ciudad que perdiera uno de sus mayores atractivos. les estar aquí, pero bastante les Una plaza sin música, sin fiesta, sin cartageneros. En ese escenario, ¿el costaría ingeniárselas para proponersilencio y la calma para qué? Mientras se trate de prostitutas mayores les otras opciones de trabajo de edad y su actividad sea por voluntad propia, hay que dejarlas seguir 12 / EL DOMINICAL / CABEZA DE GATO / 18 DE JUNIO DE 2017


En la siguiente banca, una Cleopatra le cuenta a otra, con alegría, cuánto ganó el día anterior. “Le conté al tipo que mi hija estaba de cumpleaños y me regaló quinientos mil pesos”, dice, “con eso pude comprarle las medicinas a la niña, está un poco mejor, pero aún no puede hablar”. Pienso en las familias que se benefician del duro trabajo de estas mujeres. Algo hay en la desigualdad según la cual se construyó el mundo que tiene a esta plaza llena de hombres vendiendo mercancías y de mujeres vendiendo el cuerpo. Injusto o no, vender el cuerpo es su fuente de sustento y sería difícil que se dedicaran a otra cosa a menos que alguien les tendiera la mano. A las autoridades distritales de Cartagena les resultaría fácil prohibirles estar aquí, pero bastante les costaría ingeniárselas para proponerles otras opciones de trabajo. SIEMPRE HAY OTRA PARTE De repente se apagan las músicas de las azoteas. De un par de patrullas descienden varios miembros de la Policía, el CTI, Migración, Secretaría Distrital del Interior, Salud y del Establecimiento Público Ambiental. Ingresan con prisa al bar Club V.I.P. La plaza se llena con las personas expulsadas de ese y otros bares, con cara de haber sido condenas por el delito de querer pasarla bien en Cartagena. La escena parece sacada de un capítulo de la serie Narcos. Por un instante imagino que se trata de una redada para capturar al mismísimo Chapo. El operativo termina un rato más tarde, con la captura del propietario del Club V.I.P. y el sellamiento de ese y otros establecimientos, por incumplimiento de las normas de ruido.

La plaza entra en letargo. Apenas sobrevive la salsa de Donde Fidel con la mitad del volumen. Los expulsados de la rumba deambulan de un lado a otro sin saber a dónde ir. A la mayoría parece que se les adelantó la resaca. “Ya se aguó la noche”, dice una Cleopatra que se ha sentado a mi lado. Me atrevo a preguntarle qué pasaría con ellas si la presión de las autoridades sobre el sector terminara por prohibirles estar aquí. Mi pregunta la pone pensativa y un poco molesta. Por unos segundos se queda reparando el paisaje lleno de sus colegas. Creo que en ese instante piensa en su historia, en la de sus compañeras, en cómo fue que eligieron ese oficio, en quienes se benefician de su trabajo, en los peligros que corren, en lo poco rentable que resultará aquella noche debido al sellamiento de los bares en donde suelen pescar clientes. Luego se vuelve hacia mí y responde: “No sé qué pasaría, supongo que nos iríamos a otra parte, siempre hay otra parte”. Entonces se levanta y se marcha, con expresión de tenacidad y congoja. La sigo con la mirada hasta que toma la Calle de Las Carretas y la pierdo de vista. Ya no le veo, pero la estela de su dulce olor se queda acompañándome.

Ya se aguó la noche”, dice una Cleopatra que se ha sentado a mi lado. Me atrevo a preguntarle qué pasaría con ellas si la presión de las autoridades sobre el sector terminara por prohibirles estar aquí. EL DOMINICAL / CABEZA DE GATO / 18 DE JUNIO DE 2017 / 13


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LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE SHAKIRA Y HACER REGUETÓN POR / JUAN DE DIOS SÁNCHEZ JURADO

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n su momento, “La Tortura” resultó un experimento exitoso, no sólo a nivel musical, al fusionar el reguetón con acordeón y guitarra española, también por la temática de la letra, que mostraba a una mujer con un carácter fuerte, capaz de superar la infidelidad de su pareja, declarándole que no lloraría más por él. Lo anterior era refrescante no sólo dentro de las temáticas del reguetón, también dentro del panorama lírico del pop latino, en el que la mujer suele representarse como un ser sufrido y abnegado en una relación de pareja (“a otro perro con ese hueso y nos decimos adiós… yo no voy a llorar por ti”). Por el lado de “Hips don´t lie”, por cuenta de Shakira, la mujer tiene voz en la dinámica del cortejo que tanto describe el reguetón, en el que suele escucharse únicamente la voluntad y el punto de vista del hombre que ve a la mujer como un objeto. En “Hips don´t lie”, Shakira plantea un cortejo de igual a igual, es decir, un cortejo en el que la mujer pasa de ser objeto a sujeto en la dinámica de la seducción. Wyclef Jean representa al hombre que seduce, que alaba el físico de la mujer y quiere tener algo con ella (“ella es tan sexy, la fantasía de todo hombre”); Shakira representa a una mujer dueña de su cuerpo, capaz de decidir libremente si quiere acceder o no a los galanteos del hombre (“sé sabio y sigue leyendo las señales de mi cuerpo”). 14 / EL DOMINICAL / CABEZA DE GATO / 18 DE JUNIO DE 2017

Esta voz femenina libre, capaz y determinada, es la que ha seguido usando Shakira a lo largo de sus incursiones en el reguetón. En “Chantaje” se describe a una mujer que lleva totalmente las riendas de una relación que ni siquiera desea tomar en serio (“conmigo ves, nunca se sabe, un día digo que no y otro que sí”), pese a los ruegos y al deseo del hombre, quien le exige que se decida a estar exclusivamente con él (“sabes manipularme bien con tus caderas, no sé por qué me tienes en lista de espera”). En “Perro fiel”, Shakira interpreta a una mujer que decide tomarse su tiempo a la hora de acceder físicamente a los galanteos y propuestas amorosas del hombre, interpretado por Nicky Jam (“quiero saber cuánto me vas a insistir, y hasta donde llegarías por mí”). Shakira le dice que debe demostrarle en realidad cuáles son sus intenciones con ella antes de dar un sí y además le describe pormenorizadamente qué es lo que ella está buscando (“yo no pido nada extraordinario, solo un hombre de verdad, que se tire por mí al barro, que cambie las bombillas y hasta que me lave el carro”)... Siga leyendo en www.cabezadegato.com


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ENTREVISTA CON UN LADRÓN EN CARTAGENA POR / YEIDIS BOBADILLA GALVIS

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e inquietaba saber cómo hacía para escoger a quién robar, a lo que, emocionado, me respondió: “Eso es lo más fácil”. Contó que cuando una persona tiene plata o lleva algo de valor, eso se nota, no porque lo lleve, sino por cómo actúa por llevarlo. Un planteamiento muy interesante. Continuó diciendo que para llevar a cabo los hurtos, prefiere hacerlo en moto, porque es más cómodo y porque hay lugares que se prestan para eso. Por ejemplo, a veces, cuando está aburrido, le dice a uno de sus “vales” que lo acompañe hasta la entrada del Mercado de Bazurto, donde el susto de la gente al ver un “solito o pescaito” (armas artesanales que emplea) o la ausencia de la policía, hacen que su oficio sea más sencillo. Posteriormente comenzamos a hablar del popular “quieto”. Y usted, lector, ¿sabe qué es un quieto?, ¿sí?, ¿no?, pues Brian sí sabe. “Quieto” es la palabra que no tiene reversa, que oficializa el robo, que paraliza el corazón de la posible víctima. Se apoyó en las manos para explicarme mejor y fue entonces cuando decidió llevarlo a otro nivel. Se levantó, sus ojos cambiaron, me miró fijamente, su tono se volvió amenazador. Con las manos encrucijadas, como quien agarra un puñal, me agarró y me dijo: “Ey, mama, quieto es quieto, dame todo ahí y no te lo hagas pegar”. Debo admitirlo, esta vez fue mi corazón el que se paralizó, no sabía qué

hacer y llegué a pensar que no volvería a ver mi celular. Fue entonces cuando en medio de risas se sentó nuevamente y me dice: “Y así es como se atraca”. Recomendaciones para no ser víctima de un robo Luego pasamos a otro tema, ¿cómo se evita un atraco?, o ¿cómo salir bien librada de uno? Si me lo preguntaran a mí, realmente no sabría qué decir, como están las cosas en La Heroica, si sales bien librado, considérate Leyenda. Pero, para Brian, escapar de un robo no conllevaba mayor complique. Había varias opciones. “La primera es gritar, gritar y gritar”, me explicó. A lo que yo le contrarresté, diciéndole que si el otro sujeto está armado, podría herirme. Su risa nuevamente me interrumpió, al parecer, mi argumento le resultó muy cómico. Afirmó que aunque se sienta chacho, guapo o todopoderoso, cuando lo hace, si alguien grita, lo desestabiliza, “ahí comienza el algarete y lo más probable es que las cosas no se den”, siguió explicándome, “la mayoría de la gente está aburrida y para cascarlo a uno no tienen remedo”... Siga leyendo en www.cabezadegato.com EL DOMINICAL / CABEZA DE GATO / 18 DE JUNIO DE 2017 / 15


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