Cabeza de Gato Ed. Nº 4

Page 1

a z e b Ca de

Gato

p o T

14

Enseñanzas del señor Plátano Manual del buen cachetero Razones para no casarse

cultu ral b aja e n cal orías

tag ena

Es

pec

ial

Me río del 2012

Car

Entrevista: Opinión: Caribe Plaza: Ese barrio ficticio La Bobada Literaria Me cago en la p*ta madre

Revis ta

* Edición Nº 4 * Segundo semestre 2011

Horoscopopó Por: Walter Serner

ii

Cr ru ficcion uz z y ficcion C

* “Sra. de” * Bazurto: El grito desesperado de una ciudad * Esencias y apariencias * * Vota por mí * Yo no pertenezco a ese ismo * A Marbella siempre voy descalzo *


Cabeza de Gato es posible gracias al apoyo de:

Obviocabezadegato@hotmail.com

S ta

ED.04

ff Central Park V.I.P. Bar Café - Vive New York en Cartagena Centro, calle de la Tablada Nº7-34 Telefonos: 6606258 Email: gerente@wtslifefest.com Abierto desde las 4pm.

. Elaborados con la auténtica tradición italiana

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

. . . . . Deliciosos helados de crema y frutas. Sin aditivos ni colorantes artificiales. . . Calle del Estanco del Tabaco 35-28. Tel. 6602533 . Cartagena de Indias . gelateriaparadiso@gmail.com . . . Salvador Flores Carrasquilla*Gerente Transportes Rodríguez Torices . Juan Carlos Puello*Gerente Transportes Renaciente . Vilma Arrieta Sanabria, Abogada*Enrique Carrillo, Billares El David . Jorge Puerta* Cootransbol*Pedro Moya . Edgar vallejo*Leidys Espinosa Valest . Carolina Castro del Río*Remberto Osorio Zapata . . .

Director:

Juan de Dios Sánchez Jurado

Colaboradores:

René Segura David Alfaro Scordia Daniel Eduardo Barrios Díaz Julio Florez Echenique Celso Montoya Palencia Rosemary Maciá Villanueva Ana María Cuesta Juan Carlos Céspedes Acosta Carolina Castro del Río Edgardo Ramón Herrera Marrugo Rebeca González de León Ricardo Chica Gelis Luís E. Luna Alejandro Welsh Fernándo Martín Vázquez Omar Pineda Nieto Ricardo Sánchez Jurado

Gestión comercial: Tita Isabel Sánchez Zoyla Payares Muñoz

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .


El

ad

08 Portada

en

Pg.

Verdades y mentiras componen la historia de Cartagena. Las mentiras, con el tiempo, se han convertido en ficciones a partir de las cuales se explica la realidad de una ciudad que Especial desde hace 200 años, carga una cruz ii Cruz ficcion que no la deja avanzar libre-mente. uz y ficcion Cr En esta edición, recreamos algunas de esas pesadas ficciones.

Car tag ena

tro

04 Top 14 Pg.06

Pg.

Aprende las enseñanzas del señor Plátano, ríete del 2012, encuentra más de una razón para no casarte y, de paso, conviértete en el mejor de los cacheteros.

La vuelta breve

Con el número de palabras preciso para el buen entende-dor, la vuelta da un paseo pixelado desde Cartagena hasta Nueva York, pasando por una estación de trans.kk.ribe, mientras intenta un romance vitual y reflexiona sobre los mediocres.

20 Cine

Pg.

Poco a poco, la vida del barrio se ha ido mudando al centro comercial. Cada vez más, los anuncios publicitarios se adueñan del espacio público. Si eres de los que quiere respirar de tanta invasión consumista, échale un vistazo a No Logo, nuestro documental recomendado

22 Libros

Pg.

La sociedad en que vivimos nos propone una forma de felicidad parecida a un salto al vacío. El tiempo se mide en términos de técnología, ¿quién podrá decirnos a qué hora llegará el futuro? El reloj de Dick Tracy tal vez tenga algunas respuestas.

23 Música

Pg.

A quién le perteneces, Cartagena. ¿A tus propios?, ¿A tus extraños? Mientras te decides, hay una canción de Calle 13 que parece hablarte al oído. Escúchala bien, tal vez termines cambiándote el nombre.

26

Pg.

Opinión

¿Otro aburrido chiste regionalista? El stand up comedy en Colombia, pese a ser un género en pañales,ya parece haber agotado su fórmula. J unto al tema sexista, los regionalismos son la materia prima repetitiva de estas rutinas.

30 Horoscopopó

Pg.

Descubre el pronóstico de los astros en palabras de Walter Serner, nuestro astrólogo para esta edición. La experiencia dadaísta de averiguar qué tan mal huele el futuro.


to p1

Señor Plátano

iNFORMACIÓN nUTRICIONAL

pARA eL lECTOR áVIDO

4

dE cONOCIMIENTO bAJO eN cALORÍAS

3.

serás libre cuando 4.Sólo puedas creer en el señor

Morir a tiempo es la gran doctrina. Vive lo justo, vive lo suficiente, ni un minuto más, ni un minuto menos.

plátano, porque creer en el señor plátano es ser completamente libre, libre hasta de la libertad.

doctrina es: No importa, 5.La pero si importa, tampoco importa. No olvides esto y serás un hombre sabio y tranquilo.

6.

El tiempo no importa y todo es un instante.

vida es una característica 7. La de la materia la cual no tiene ningún propósito y, por eso, es mejor decir: “no importa”.

bien ser vegetariano, pero también está bien no serlo. 8. Está Además, el bien y el mal sólo existen en la ignorancia. somos animales racionales, la peor de las posibles 9. Sólo combinaciones y, por eso, sólo te puedo garantizar que no importa.

10.

Siempre que exista confusión a la hora de obrar con el no importa recurre al let it be. Déjalo ser es la respuesta.

es como dormir 11.Morir pero sin soñar, es el silencio total, no hay reencarnación, resurrección, ni vida eterna, así que vive tranquilo pues no importa.

12.

Poner la otra mejilla, como lo decía Jesús, es una acción proveniente del no importa, si no le importa recibir un golpe, no le importa recibir otro. Eso es puro no importa.

13.

Sólo soy el señor plátano, el sabio de sabios, el maestro de maestros, el que predica el no importa, la verdad sólo creo que no importa y no importa creer y eso es todo.

lleven una vida simple y no lo olviden: No importa. 14. Sólo Procuren no olvidar esta sabiduría. Y encuentren su propio san andresito island.

Tomado del libro Los diálogos del señor Plátano

1no

s E Ñ O R

p L Á T A N O

14

c u 4 t r o

tr3s

do2

La gente debería desayunar anfetaminas, almorzar ansiolíticos y cenar hipnóticos…

La naturaleza humana es la misma en todas partes, en todos lados hay un idiota…

Tener fe, es el mayor rasgo del complejo de Peter Pan.

dEL

dejes que los 2. Nunca pequeños problemas te intranquilicen. Y convierte todos los problemas en pequeños problemas

a las vacas 1. Amar porque son sabias, no por su leche, ni por su carne, amarlas porque saben el gran secreto de la vida y no les importa saberlo.

p o T

Por: David Alfaro Scordia

Por: René Segura

eNSEÑANZAS

04

Cabeza de Gato Primer semestre 2011

Humor negro antes del 2012

Y al octavo día… Dios se arrepintió de todo, pero por entonces no existía el Ctrl+Alt+Supr y ahora somos un archivo en su papelera de reciclaje.

5 i n c o

Al que madruga, se le hace la mañana eterna.

Si usted camina

6 por la calle junto a e alguien que está vestido igual que i usted, habla como s usted, se parece demasiado a usted y ambos parecen venir de otro planeta entonces… ¡usted es un Mormón!

nu9ve

och8

Políticamente soy muy conservador… me conservo muy bien de que la política no llegue a mí…

Yo fumo porque si no lo hago yo… alguien más lo hará por mí y eso me incomoda profundamente…

o Círculo vicioso: Si me deprimo, me pongo a escuchar música triste; si escucho música n triste, me pongo a beber y fumar como un si me pongo a beber y fumar, me c desquiciado; da la crisis de malparidez físico-existencial: si 1 me da la crisis, caigo en cuenta de que estoy si caigo en cuenta de que estoy solo, me 1 solo; deprimo; si me deprimo… d 0 c 1 2

Considero que la sinceridad es una virtud, pero en exceso se convierte en un defecto con vistas a potencial arma letal.

t No es que yo tenga un sentido r del humor muy lo que c negro... sucede es que no 1 tengo sentido del 3 humor.

s i e 7 e

mE rÍO dEL Con el tiempo el canibalismo será el método más eficaz para el Control de natalidad y el hambre mundial.

d10ez

Siempre procuro usar gafas oscuras para ver todo en escala de grises… así me convenzo de ser una persona neutral.

20 12

C Dos definiciones a fundamentales: Amor: 1 Sístoles y diástoles excesivos sin una 4 razón especifica. Sexo: r Una razón específica c para sístoles y diástoles excesivos. e


@cbzdegato

twitter:

rAZONES

gente se casa porque le han enseñado 1. La que, a cierta edad, dicha decisión parece

lógica. Sin embargo, ¿no es acaso la lógica enemiga número uno del romance?

pARA 3.

matrimonio implica sentar cabeza. Estar al 2. Elfrente de un sinnúmero de obligaciones. Correr alguna clase de riesgo se convierte cada vez menos en una opción. Una vida sin riesgos es la más tediosa de las experiencias.

nO cASARSE

En el matrimonio todo es demasiado legal. Notarios, testigos, sociedades conyugales, patrimoniales, capitulaciones, deber de fidelidad. Por naturaleza, para el ser humano lo prohibido es lo deseable. Tal vez si fuera ilegal, el matrimonio resultaría más atractivo.

En el noventa por ciento de

vez se pronuncia el “sí, 4. Una acepto”, empieza el terror de

6.

5. los casos, el matrimonio es una promesa que no se cumple. En realidad, el amor no dura hasta que la muerte los separe, si no hasta que no se pare.

saber que, en lugar de estar junto a alguien, en adelante se estará atado a alguien.

Tanta intimidad, tanta invasión del espacio termina por sofocar, lo cual produce como inevitable consecuencia, que el sexo deje de ser un placer y se convierta en requisito.

no significa ir en 7. Casarse busca de algo, si no huir de

algo. La soledad, la falta de plata, las malas lenguas, etc.

un desgaste físico y emocional. La 8. Implica mayoría del tiempo se anda en busca de

una excusa. Primero, para casarse, y luego, para seguir casado.

10.

monogamia es una especie de resignación 9. La y, como decía Balzac, la resignación es un suicidio cotidiano.

matrimonio es una de esas cosas que uno 11. Eltermina haciendo, a pesar de que le adviertan

que es perjudicial para la salud, como fumar o ingerir bebidas alcohólicas..

13.

12.

Los seres humanos somos más egoístas que corteses. Así que para evitar problemas, lo mejor es que cada quien lleve la fiesta por su lado.

mANUAL DEL BUEN CACHETERO

1.

No te midas en halagos para con tu patrocinador. Una lamboneada certera asegura una buena mandada.

2.

Más debe demorar tu patrocinador en preguntar, ¿será que pedimos otra ronda?, que tú en llamar al cantinero.

3. No andes con gente más mondada que tú. Corres el riesgo de que sea a ti a quien le cojan el cachete.

4.

A la hora de la vaca, debes ser quien recoja el dinero. Tu billete debe ser sólo un amague, para que al final no tengas que aportarlo.

5.

Es decir, cuando se acabe la rumba, incluso debes haber conseguido para el taxi.

6.

Tu frase favorita cuando alguien te hable de dinero debe ser: “De dónde flores, si no hay jardines”.

7.

La excusa del billete grueso nunca falla cuando necesitas que alguien te preste menudo.

Casarse es como comprar uno de esos productos que se ofrecen en televentas. No importa cuán insatisfecho quede uno, igual, nadie va a devolvernos el dinero.

corrupción en la política es como las mentiras en el matrimonio: 14. La Resulta imposible reducirlas a sus justas proporciones.

10.

Si en el trabajo recogen una cuota en tu ausencia, y alguien la sufraga por ti, manifiéstale que se la pagarás a fin de mes.

11.

Sólo no especifiques cuál, ni de qué año.

Aléjate con la excusa de ir al baño o hablar Pagar la por celular, cada Hazte la víctima. Cada vez cuenta es un vez que se vaya que alguien arme un plan, duelo que a comprar otra manifiesta que te mueres por pierde el botella. ir, pero no tienes plata. primero que saca la billetera.

8.

De tanto vivir junto a una misma persona, deja de ser tu pareja para convertirse en tu familia, y ya está visto que lo último que alguien quisiera es hacer el amor con un familiar.

12. 13. 14.

9.

Más debe demorar el dueño del carro en preguntar ¿quién se va conmigo?, que tú en haberte enganchado en el puesto del copiloto.

Si en un chance te piden colaboración para la gasolina o el peaje, es allí cuando la frase del punto 6. funciona perfecto.

To4

p

1

to p1

4


La vuel

ta

Poca parla

para el buen entendedor

Postales ve bre

del

TRANS.KK.RIBE Lot 052f xx W 30 L 32

mundo

Lot 051f xx W 30 L 32

06

Cabeza de Gato Primer semestre 2011

Por: Julio Florez Echenique Por: Daniel Eduardo Barrios

Nueva York

Un hombre instala una cámara fotográfica en la parte posterior de su cabeza. La cámara tomará fotos durante dos semanas. Cada minuto un chasquido anuncia que se tomó una nueva foto y que la página web http://3rdi.me/, en la que inmediatamente se montará la foto, fue actualizada. En las tardes, él se reclina sobre un mueble y yo tardo una hora viendo imágenes de un insulso sofá gris pegado a una pared amarillenta. ¿La ciencia al servicio del arte?

Cartagena

Tres diarios se disputan el mercado de los “periódicos populares” y sus precios oscilan entre $500 y $700 pesos. Deambula un chiste en la ciudad que afirma que, a menor precio, titulares más escandalosos y mayor zoom a la foto del rostro del cadáver del día, que a menudo les sirve de portada. ¿Gutenberg al servicio de la información?

Hollywood

Según la pagina web http://www.canalrgz.com, 20 millones de dólares financiaron una película casi tan absurda, como el hecho de que cualquier persona consciente de lo que iba a ver, efectivamente lo hiciera. Sí, gasté 90 minutos de mi vida viendo una parodia de Crepúsculo. ¿Cine de autor?

Corozal

Él desea seducirla, la quiere para él, la corteja con una canción donde no le promete ni el sol ni la luna, sino yuca, batatas, ñame, patilla y suero atollabuey, para garantizarle que ella no padecerá hambre cuando con él se vaya. Es el tío Pello, autor de una canción cuyo video en youtube tiene más de 100.000 visitas. ¿Que viva el amor?

Cartagena

Millones de años de evolución y la aparición del pulgar, dieron como resultado un homo sapiens que tardó dos horas de su vida viendo un estúpido mueble; una semana entera comprando tres periódicos que no le interesaban; 90 minutos viendo una muy estúpida película y convirtiendo un chiste recurrente en una ridícula canción. La evolución a veces falla. P.D.: Lo juro, no sabía que era una parodia de crepúsculo, es más, antes de verla ni siquiera sabía qué era Crepúsculo. Mea culpa.

Al paisaje de la ciudad se han incorporado las obras de construcción del sistema de transporte masivo Transcaribe. Agregar lo mucho que éstas afean el paisaje sería redundar. De prórroga en prórroga, la ejecución del proyecto avanza a paso lento e inseguro. Sin embargo, lo que me inquieta no es la finalización del mismo, lo que me preocupa es ¿qué haremos los cartageneros una vez empiece a funcionar? A la hora de evaluar nuestro civismo y sentido de pertenencia salimos rajados. A juzgar por la forma en que tratamos el transporte público que usamos hoy, es fácil prever cuál será el futuro de Transcaribe con sus usuarios. Será común encontrar en los asientos rayones de corazones encerrando iniciales de parejitas, números de teléfono de gente ofreciendo sus “servicios” o simplemente “anónimos” con nombre y apellido. Para solucionar el problema de movilidad producto del crecimiento desmesurado de la población y la poca capacidad del transporte público para sortear la demanda de usuarios, además de la poca existencia y mal estado de las vías, ciudades como Bogotá y Medellín implementaron los sistemas de transporte masivo como la mejor y única alternativa. No obstante, previo a la entrada en uso de dichos sistemas, las administraciones de estas ciudades se esforzaron por ejecutar campañas pedagógicas para concientizar al ciudadano del valor de toda la estructura y de la necesidad de que todos tengan el debido cuidado con buses y estaciones. En el caso de Bogotá, el trabajo fue arduo y tomo más de una administración para educar a sus ciudadanos en la aplicación de normas cívicas para la convivencia incluyendo la cultura del uso del transporte público. En cuanto a Medellín, sin palabras, si los paisas quieren algo más que a su propia madre, es a su metro. A la fecha, no existen en Cartagena ni se desarrollan programas, políticas o iniciativas en la ciudad para empezar a educar a los cartageneros sobre la importancia de una cultura de transporte público, por lo que apremia la necesidad de iniciar mecanismos de educación al ciudadano en el uso de todo el mobiliario e inmobiliario que constituye Transcaribe, de lo contrario, el futuro próximo de este sistema quizá incluya ventas estacionarias dentro de las estaciones o accidentes a causa de vehículos particulares o busetas que no respetarán el carril exclusivo para los tan esperados buses azules.


@cbzdegato

twitter:

Quisiera darle clic, pero no sé si gusta del ratón Por: Celso Montoya Palencia

Un amigo muy querido, uno de esos extraños seres que siempre tiene proyectos culturales en la cabeza y la energía ¿o la inocencia? para pretender llevarlos a cabo, se ve obligado a tocar con frecuencia las puertas de las oficinas públicas y privadas, hacer la antesala respectiva, hablar con el funcionario de turno y escuchar como respuesta: vuelva el mes próximo. A pesar de todo, mi

Mediocres y

hábiles

Lot 064g xx W 30 L 32 Por: Rosemary Maciá Villanueva

ta bre

ve

Lot 063g xx W 30 L 32

El día es caluroso, 3:26 de la tarde. Eso marca el reloj del conductor. Ella viaja en la cuarta ventanilla a la derecha, tiene gafas café oscuro y bolso café claro. Parece una CPU. Su cabeza es similar a un monitor con parlantes, aunque para mí son las orejas. Le digito el encendido, pero no sé si me observa a través de las gafas, yo creo que sí, porque sonríe y baila los hombros. Tal vez tenga 516 megas. La miro unos minutos, parpadea. El individuo que va a su lado solicita la siguiente parada. ¡Qué bueno! Tomo el asiento y la aprecio más de cerca. —Hola —le digo. Sonríe, y yo también. Con el reconocimiento de nuestras miradas abre su programa y de inmediato configura la página. Por un momento evade mi visual, pero logro copiar y pegar mi confianza en ella. Elige un cuadro de texto de pocas palabras y acepta el diálogo con encabezado y pie de página. Miro sus bordes y los sombreados: son perfectos. Las piernas parecen ajustadas a un buen marco y las caderas a una tabulación amplia. Me atrevo a asegurar que su estilo obedece al autoformato que ella misma se ha formulado. En el portafolio lleva documentos tal vez para una oficina pública. Así es. He visto la numeración y las viñetas de uno de esos papeles. Disimulo para que ella no se dé cuenta de que estoy atento a sus movimientos. Nadie ha notado que estoy pendiente de ella. Utilizo el zoom para ampliarla y lo regreso porque la veo pixelada. Saca del bolso un historial de conversación. ¡Uf, su ortografía y su gramática son pésimas, no vale la pena que la autocorrija! Quedaría peor. Me sorprende con la mirada fija en los documentos. Decido ubicarme en su opción, desde donde le solicito una vista previa para entrar a su archivo y guardar mi paquete de datos en el de ella.

La vuel

Eso sí, con un control de cambio, ventanas y barras de herramientas individuales, cada una con su clave para personalizar algunas carpetas. Por fin se hace a mi confianza y la invito a una fuente donde estemos centrados. La verdad es que su memoria posee suficiente espacio para guardar lo que dialoguemos. Maximiza sus íconos ocultos. Pienso darle clic, pero a lo mejor no le gusta el ratón, creo que es mejor manejarla a pedal para aumentarle la sangría. —¿Cuál es tu nombre? —le pregunto. Vuelve a mirarme y sonríe. —Dora —Regálame tu correo electrónico. —No tengo computadora. Acceso directo. Me ha enviado a la papelera de reciclaje.

amigo insiste en enfrentarse una y otra vez a la misma situación, porque él, que es muy terco, se niega a reconocer que la especie que más abunda en estos sitios no es el homo sapiens sapiens, es el mediocre habilis, y él aún no ha aprendido a convivir con ella. Físicamente ambas especies son iguales, pero en algún momento su evolución se bifurcó y el mediocre habilis descubrió que tenía una enorme habilidad para escalar posiciones con el menor esfuerzo, con otra gran ventaja: nunca entra en crisis existencial. No se cuestiona a sí mismo, ni se pregunta si realiza a conciencia la labor para la que fue contratado, su escasa o nula capacidad de introspección lo protege de la crisis. Lo único que en verdad le importa es conseguir para la papa y escalar posiciones. Además, adora figurar y ha descubierto que el área de la cultura es uno de esos territorios fértiles donde prosperar, ya sea como funcionario o como artista, pero no será uno de esos artistas que se arriesgan a conocer los extremos de la gloria o del infortunio ¡HORROR! El mediocre habilis no es uno de esos “locos”, es un individuo perfectamente adaptado, lo que le permite sentirse muy a gusto en algún área en la que pueda destacarse moderadamente, salir en el periódico local y, si tiene suerte, recibir uno que otro homenaje (el mediocre habilis disfruta como nadie su cuarto de hora). Aclaro que el área relacionada con la cultura no es el único hábitat del mediocre habilis, pero es donde se siente más seguro, pues no ignora que algunos de sus congéneres se arriesgaron a colonizar otros territorios y han sufrido grandes descalabros: se les viene abajo el puente en cuya construcción participaron, se les agrietan las placas de Transcaribe antes de entrar en funcionamiento o, gracias a ellos, algunos de los tubos del emisario submarino se encuentran vacacionando impunemente por costas centroamericanas. Mientras esto ocurre, mi amigo sigue recibiendo portazos todos los días y se niega a escuchar las voces sensatas que le recomiendan aprender a llevarse bien con esta especie en expansión.


08

Cabeza de Gato Primer semestre 2011

Cr ru uz z C

pec Es

ena tag

Verdades y mentiras componen la historia de Cartagena. Las mentiras, con el tiempo, se han convertido en ficciones a partir de las cuales se puede explicar la realidad de una ciudad que desde hace 200 a帽os, carga una cruz que no la deja avanzar libre-mente. En este especial, nos dimos a la tarea de recrear algunas de esas pesadas ficciones.

ial

Cruz & Ficci贸n

Car

Especial

y ii

ficcion ficcion


@cbzdegato

twitter:


Es

pe

Las lenguas del barrio

¿casarse bien?

ci “Sra. de” al

Una cruzyficción de Ana María Cuesta

Para las lenguas del barrio, la vecina ya estaba perjudicada cuando se casó. Tenía 27 años y cinco de amores el día que, de blanco, mató su apellido para asumir el “Sra. de”, que le garantizaba nuevos créditos, a cambio de compartir su cuerpo, su alma. Quedan pocas bodas inteligentes. Imagino cuánto pudo haber costado la suya, cuánto habrá invertido para llenarle las tripas y emborrachar a quienes sólo deseaban saber si se casaba preñada o no, con excepción del cura, que ya debía saberlo. Para mis vecinos fue una boda muy extraña, partiendo de que no se les invitó. El marido no tenía un solo peso, no tiene carro, no usa joyas, y hoy, tres meses después, no ha podido sacarla de la casa de la suegra, pese a todo lo que recogieron en la lluvia de sobres. Voy a la tienda por un mandado. Escucho a varios clientes comentando la boda. Al parecer, a todos les queda claro que por algo le urgió ir al altar, con ése, que no habría sido el único en perjudicarla. A tres calles de aquí recién falleció un anciano. Si las causas hubiesen sido naturales no se habría comentado. Pero era extranjero y había muerto por sobredosis. Llevaba dos años de su retiro viviendo con Esther, una soltera de cuarenta y tantos a quien conoció en una página de Internet. Lo sé porque un día, sacando unas fotocopias, vi que ella le ayudaba a suscribirse a la mujer que en estos momentos compra plátano y un cuarto de queso. Al anciano, que en paz descanse, poco se le veía en esta tienda. Sobre él no había suficientes comentarios, aparte de lo dicho por su viuda, que no logró tener el matrimonio ni la vida de reina que prometen esa clase de portales. Pero aprendió el inglés.

Si quiero ser feliz, no va a ser porque tenga un anillo y un marido que me conceda todo hasta que lo reporten en Datacrédito. Para eso estudio y trabajo y, de algún modo, crezco.

Supe de una que se inscribió en un curso para conversar mejor con los europeos, esos que arriban seducidos a una Cartagena -World Heritage Cityen busca de las tres llamas ardientes de pura pasión colombiana. Supe de otra que prefiere interactuar con latinos. Trabaja en empleos informales. No ha podido o no ha querido terminar sus estudios, y no por culpa de la crisis nacional. Su hijo no fue obstáculo para que un suramericano le concediera sus amores. El tipo era feo, poco interesante, con una autoestima lo suficientemente baja como para hacerse a una responsabilidad mensual con una completa desconocida. Con lo que él le mandaba, a ella apenas le alcanzaba para sus polvos, su ropa, su champú. Por eso, se fijó el propósito de actualizar su perfil en una de esas páginas, salir bella en todas las fotos y conocer nuevas personas. Lo logró. El día que pisó suelo extranjero, fue muy poco lo que compartió con Beto, aparte del tiquete de avión. Después del viaje, Beto siguió enamorado. Religiosamente siguió enviándole giros de ese sentimiento. Ella necesitaba vivir de algún modo y ahorrar para aumentarse los pechos.

06 10

Cabeza Cabeza de Gato Primer semestre 2011 Primer

“No todos los extranjeros son malos. Sí. Tú eres linda, inteligente, trabajadora. Pero a veces, nena, no cae mal un hombre que te arregle la vida. Mira que tengo conocidas que se han casado bien”, me dijo una mujer a quien no sé si deba admirar más. Le dije que no quiero ser perfecta, que no quiero operar mis vacíos morfológicos sólo para agradarle a un tipo. Tampoco quiero ser su ama de casa o su hembra, a menos que sea por elección. Cambiamos de tema. La conversación acabó cuando le pregunté si sería capaz de meterse con un hombre “mondado”. Nos han acostumbrado a que ellos sean más atractivos por sus billeteras. No olvido cuando cierta conocida auguró que su pureza debía ser entregada a un tipo que viviera mínimo en Manga. Hoy tiene tres hijos, no está casada y disputa silenciosa, al mismo marido de la que ya no es más su confidente y continúa siendo su vecina. De mis compañeras, un par se estrenaron como madres. A ellas el Niño Dios todavía les pone en diciembre. La maternidad es menos difícil cuando cuentas con abuelos que te apoyan aún si has sido perjudicada. Mas se vuelve un sacrificio cuando tienes que renunciar a tu vida - crearte otra, como Esther, en su perfil de soltera busca-, y luchar sinceramente por ese universo que llevas dentro -como lo hará la vecina recién casada, si acaso el cura acierta en sus pronósticos-. De mí dicen que oculto algo, que me han visto en las discotecas bailando por placer. Y es que no tengo novio, y es que no ando en manada con amigas de las que sólo salen con esa variante de hombre que gasta premeditadamente. Dicen que mi casa es demasiado humilde para la forma en que me visto y para las horas en que salgo y que llego. Que si estoy perjudicada o no, eso también lo comentan, y me seducen sólo para averiguarlo. Definitivamente mis vecinos nunca esperarían de mí una tarjeta de invitación matrimonial. Y qué si no pretendo tener un hombre de “bien”, a imagen y semejanza de todos ellos. --Siguen sin despacharme. La tienda llena, se llena. Tengo unas vacaciones cortas en las que trapeo, cocino y escribo estas líneas. Dicen que el anciano murió por sobredosis de coca. No resistió la de alta pureza. Dicen otros que decidió terminar esa angustia causada por la vida con Esther, toda una amateur en la diplomacia internacional. Compro un té helado mientras mi mamá me espera con el mandado. Hace días me dijo que la juventud está para cosechar relaciones, aludiendo a que la mía se esfuma y aún no “atrapo” nada estable. Le digo que no tengo urgencia, que si quiero ser feliz no va a ser porque tenga un anillo y un marido que me conceda todo hasta que lo reporten en Datacrédito. Para eso estudio y trabajo y de algún modo crezco. Y qué si en esta tienda comenten algo sobre mí cuando de la espalda. No importa. Yo me amo como mujer. Y no quiero verme en rulos y bata fiando el almuerzo mientras me integro al chisme esperando que rayen mi cartón de Marlboro. Yo, definitivamente, no quiero convertirme en otra “Sra. de”.



un cartón en la mano, donde garabateado podía leerse PARE, se atravesaba a los autos con la agonía propia del hambre, tratando de ayudar a pasar a las personas, que a esa hora de la mañana se jugaban la vida cruzando la Avenida Pedro de Heredia camino al mercado. Era un pugilato entre los carros y la gente, donde a falta de autoridad y señales de circulación, este personaje encontró su cuchara de cada día. Pero era un servicio a la brava, sin previo acuerdo, ya que al frenar los autos para no atropellarlo, él aprovechaba y con ademanes imperativos hacía que los peatones cruzaran a “salvo”, después venía el cobro de la mano extendida con una cara de “me pagas o me pagas”, coacción que muy pocos estaban dispuestos a resistir. Bazurto, que así se llama el mercado público, parece una república independiente, un país caótico dentro de una ciudad que se enorgullece de ser Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad, donde la democracia encontró su lado perverso. Todos saben que es un sitio que desbordó su capacidad de uso, pero hay demasiados intereses económicos y políticos que impiden su traslado a otro lugar más propicio. El flujo de personas es constante y abigarrado, no hay ninguna clase de control y la ausencia de políticas de funcionamiento es evidente. Antes de entrar, esto es sólo un decir, porque “entrar” lo haces desde que te bajas del transporte, te tienes que enfrentar a un laberinto de motocicletas, que en lenguaje de subdesarrollo se denominan “mototaxis”, solución precaria a un desempleo cabalgante, que ningún gobernante local ha querido enfrentar, quizás por el costo en las urnas a la hora de las elecciones, esto sin tener en cuenta que el 95% de los crímenes que se cometen en la ciudad tiene la participación de un vehículo de esta naturaleza. Lo cierto es que el chorizo que forman las motos es impresionante. Cada quien hace lo que le da la gana, en pocos minutos puedes ver todas las infracciones habidas y por haber en cualquier código de tránsito del mundo. Después, si has resultado ileso en tu papel de torero espontaneo de carros, mototaxis, buses, “zapaticos” (así le llaman a unos taxis en miniatura, igual o más desordenados y peligrosos que las motos), cualquier cosa que tenga ruedas y sirva para llevar bultos, etc., debes prepararte para el acoso terrible de los vendedores ambulantes que te ofrecen mandarinas, bananas, galletas, agua, manzanas y todo lo inimaginable que se pueda vender. Es un Vietnam de la supervivencia, eres un Leónidas en Las Termopilas, y el truhán tras tuyo ofreciéndote a precio de robo un destornillador multiusos, un reloj de última hora, una cadena de oro caza idiotas, un vendedor de jugos con toda la higiene imposible, el gran “éxito” del Rey de Rocha (un equipo de sonido más grande que el Castillo de San Felipe)

Uu ff

pe Bazurto: El grito desesperado ci Una cruzyficción de al de una ciudad Juan Carlos Céspedes Acosta El tipo parecía sacado de una caneca de basura, con

12

Cabeza de Gato Primer semestre 2011

Lost in Bazurto

hh jj

Es

Ficción de mercado

h

f f u

U

y tú disparando noes cada cinco segundos, y te tropiezas con las mesas de los vendedores de minutos con celulares de dudosa procedencia, cds piratas en improvisadas discotecas, rodeadas de una nueva generación de enajenados que llevan el sello del “puro vacile efectivo”, más conocidos vulgarmente como “champetuos”, y basura y más basura, que brota a cada instante ahogándolo todo. Pero si crees que evadiendo esta primera presión estás liberado, te equivocas terriblemente. Allí pronto te emboscan los vendedores de ropa con todas las marcas legalmente clonadas y los vestidores al aire libre bajo la sofocante canícula de febrero, entonces descubres que estos malabaristas del espacio público tienen sus propias técnicas para saber si un jean es de tu talla con sólo colocarlo alrededor de tu cuello, y si decides llevarlo te aplican el nada novedoso sistema de precios “depende el marrano” donde tú, obviamente, eres el choncho engordado. Sacas tu pañuelo, si aún no te han metido mano en los bolsillos, secas el sudor que te cubre la cara, y de pronto estás frente a un tunante con una mesa, tres tapas de salsa de tomate y una pimienta de olor que invita al hijo bobo de alguien, con un anzuelo cantado

j j h

jj

h h f f u

U

diciendo: “Dónde está la bola, dónde está la bolita”, y ya te diste cuenta donde la metió y te vuelves un mar de dudas haciendo cuentas con tu bolsillo, quién quita que uno sea el tal hijo avispado, entonces aparece “alguien” que apuesta un billete de veinte y gana el doble, “huepucha, si yo sabía”, te dices para dentro. Cuando estás apunto de arriesgarte, los manes agarran su “escritorio” y salen como alma que lleva el diablo perdiéndose entre el hormiguero. Aparece un señor lloroso con dos policías reclamando por una plata que trajo del pueblo para comprar unas


@cbzdegato

medicinas veterinarias, “ponga la denuncia”, le recomiendan estos genios vestidos de verde. Al rato no queda nadie para echar el cuento y todo listo para la próxima historia anónima, y el empujón de una gorda que se abre paso con una canasta descomunal y un “¿qué te pasa?” a quemarropa para que sigas tu camino, que es ninguno, porque esta colmena se coloniza todos los días, y el paso de ayer, hoy es el puesto de venta de cualquiera que haya caído en cuenta que esto es una tierra donde impera la ley del más vivo, el más fuerte o el más inescrupuloso. En un momento determinado te preguntas ¿qué estás haciendo allí?, porque verdaderamente no recuerdas qué carajos viniste a comprar. Eres un sonámbulo que camina inmerso en una corriente que te lleva a placer, es una fuerza viva que te desplaza a su antojo por todas las arterias malignas del

comercio informal, y debes tener estómago de estudiante de medicina para salir con vida de la zona de venta de pescado, donde el piso es un jabón que te puede matar y la hedentina te deja sin alma porque pareciera que el mismísimo averno se te hubiera metido muy adentro; te llenas de pavor ante esos enormes cuchillos que destazan lo que se les cruce, entonces agradeces al primer santo del que te acuerdas (¡no, ése Santos no!) por ser una persona de paz, y literalmente huyes para ponerte a salvo no sabes bien de qué. Te detienes a tomar aire recostado a una pared de tablas, paseas la mirada y puedes apreciar una hilera de cantinas de mala laya, con sus meseras que parecen haberse peleado con las ropas y unos traseros descomunales que se disputan la clientela, que a esa hora de la mañana está compuesta por mayorista de cualquier producto, el prestamista que espera los intereses de su veinte por ciento, el alcoholizado, el ganador del chance de la noche anterior o el cabecilla de alguna banda de delincuentes. También notas la presencia de los “jibaros” que parecen unos gatos a la caza del adicto y salen presurosos a buscar las dosis escondidas en caletas a la vista de todo el mundo. Haces un inventario a tu cuerpo y a tus pertenencias y das gracias a Dios, a pesar que eres ateo, porque todavía estás intacto. Una modelo de Aguaslimpias se te acerca y coquetea contigo, pero tú sólo deseas algo frío para equilibrar el calor que te hierve por dentro. Le dices que quieres una cerveza nada más y ella va a buscarla disgustada por el “nada más”. Al primer trago te da por filosofar sobre la inteligencia humana y no te explicas qué le sucede a los habitantes de esta ciudad, cómo pueden convivir con una porqueriza en las salas de su casa, y en un momento de auto flagelación reconoces que tú también eres cómplice de esta debacle, por tu falta de compromiso, de dignidad, pues sabes perfectamente

Aa En un momento rgh determinado te preguntas A aaa a r g aa haaa ¿qué estás haciendo allí?, a a porque verdaderamente Aarghaaaaa no recuerdas qué carajos viniste a comprar. Eres un sonámbulo que camina inmerso en una corriente que te lleva a placer, es una fuerza viva que te desplaza a su antojo por todas las arterias malignas del comercio informal.

twitter:

que esos falsos patricios que se alzan como salvadores de la urbe, sólo les importa recuperar y aumentar sus inversiones. Tomas otro trago y sientes en la boca algo más amargo que la cerveza, descubres que es el sabor de la vergüenza, de la impotencia. Te pones los ojos de los visitantes y te sonrojas, porque aún tienes restos de decencia contigo. Apuras el resto de la botella y cuando vas a pagar descubres con horror que tu billetera ha desaparecido, entonces escarbas a conciencia en todos los bolsillos y un billete arrugado de dos mil pesos te salva la vida, pues alcanzas a imaginar lo que la lengua viperina de la mesera, que antes te sonría, hubiera podido hacer contigo. Denunciar, ¿para qué? Te acuerdas de los tombos: “ponga la denuncia” y sabes más allá de la ciencia que no recuperarás tu cartera jamás. Resignado marchas a la Avenida del Lago, parte posterior del mercado, piensas tomar un taxi para que lo pague tu mujer cuando llegues a casa. Al acercarte al borde de la carretera recibes el ramalazo de una fetidez desesperante y no te explicas cómo puede haber gente comiendo en los improvisados cambuches que muy rimbombantemente llaman restaurantes. Aguantando la respiración en lo posible detienes la mirada en una bandada de alcatraces enfermos, gaviotas sucias de fango y mariamulatas carroñeras, que se pelean los desperdicios arrojados por los venderos de toda índole y te preguntas si esta escena no es una alegoría de la vida en tu ciudad. Con esta reflexión paras un taxi y subes a él con la miseria de Bazurto pisándote los talones.

Es

pe

ci

al


Es

pe

Las ranas de Lady Gaga

14

Cabeza de Gato Primer semestre 2011

Cerraduras mentales

ci Esencias y aparencias al

Aprovechando uno de esos días en que la agenda cultural de la ciudad estaba agitada, cité a algunas amigas para tomarnos un tinto en el Parque de Bolívar, allí, porque el presupuesto no daba para más. Fui la primera en llegar, así que me senté en una de las bancas a esperar a las convocadas. La próxima en aparecer fue Andrea Echeverri. Traía una cara. Apenas me saludó, me dijo: “Imagínese que bajándome de la buseta de Socorro-Centro, en Los Alcatraces, el señor del jugo de naranja y la de los minutos me miraron raro, como si yo fuera algún bicho extraño. Alcancé a escuchar que dijeron: “mira a la hippie chibiada esa, con esa pinta parece mariguanera”. Y tú qué les dijiste, le pregunté. La única respuesta que me alcanzó a salir de lo profundo del alma, me responde Andrea, “a ustedes qué les pasa, ¿acaso no saben que no es un mandamiento ser la diva del momento?”. Todavía sumergida en el shock causado por la historia de Andrea, apareció Amandititita. Visiblemente enojada, llegó quejándose: “No entiendo a la gente de esta ciudad, cuando el colectivo me dejó en el Hotel San Felipe, una de las señoras que compartieron el viaje conmigo desde la Bomba del Amparo, con una risita bastante fastidiosa, murmuró: “Qué tal la tronco de gorda esa, y enana pa más cola, ella se cree que es una gran cosa”. Quise dejarlo pasar, pero un impulso repentino me hizo voltear y gritarle: “Y usted qué, ¿se cree la muy muy?, usa minifalda y se cree la muy muy…”. Cuando finalmente me disponía a emitir un pronunciamiento respecto de tan grotescos comentarios, llegó la que faltaba. Incluso cuando pensé que no existía nada que pudiera asombrarla, Lady Gaga, con lágrimas en los ojos, narró cómo, descendiendo de la mototaxi en la India Catalina, un grupo de personas que miraban atónitos su abrigo hecho con múltiples muñecos de La Rana René y uno adicional que usaba como sombrero, no pudieron contener sus lenguas quejumbrosas, y se atrevieron a decirle: “¿Ésta loca de dónde salió?, parece una extraterrestre, hasta bazuquera será”. En su inmensa confusión me preguntó, ¿bazuquera?, ¿eso qué es? Bueno, le dije, hasta donde mis conocimientos toxicológicos llegan, bazuquero es aquel que consume el popularmente conocido bazuco, una droga que se obtiene de lo que queda de extraer la cocaína base. Se consume en grandes cantidades por estos lares, porque es mucho más barata que la cocaína, obviamente. Perpleja ante semejante definición, la rubia Gaga afirmó: “No, pero ahí sí se equivocan, yo eso todavía no lo he probado”. No sabía qué hacer, era la anfitriona y todo lo que me contaron me daba una vergüenza enorme. Lo que primero que se me ocurrió decir fue: No se preocupen, eso aquí es normal. Sorprendidas, todas exclamaron en una sola voz: ¡¿normal?! Cómo

Una cruzyficción de Carolina Castro del Río

puede ser eso normal en una ciudad como Cartagena. Pues sí, es normal, les reiteré, cotidiano, pan de cada día. Miren, en Cartagena existe una línea vertical que representa la apariencia, la forma como a la gente le gusta que te veas, si a ti se te da por salirte así sea un poquito de esa línea, comienzan los problemas. Al parecer, existe un molde generalizado, salirse de él es algo así como un pecado mortal, por tu comodidad, lo mejor es seguir los lineamientos de esta sociedad reprimida y mojigata,

pues, de lo contrario, se te puede ir hondo. En esta noble e ínclita ciudad, un tatuaje es sinónimo de drogadicción, el pelo largo en los hombres significa homosexualidad automática. Una cresta, un piercing o llevar colores pocos comunes en el pelo, denotan sin ninguna duda que eres un delincuente. Aunque resulte difícil de creer, aquí ser gordo es malo y ser flaco también. La gente nunca está contenta con tu apariencia, lucir un poco diferente es inconcebible entre los habitantes de este terruño, si eres muy alto o muy chaparro, seguro te granjeas un apodo. Si el fin de semana te arreglas y sales con un grupo de amigas, sólo mujeres, porque simplemente no les da la gana salir con hombres, inmediatamente te conviertes en prepago. Los hombres te acechan por montones, como si por el hecho de salir sola, tuvieras la obligación de aguantarte su lata. Aquí, si yo voy por la calle y un hombre me falta al respeto, casi que convirtiendo mi cuerpo o, peor aún, mis órganos


@cbzdegato

twitter:

En esta noble e ínclita ciudad, un tatuaje es sinónimo de drogadicción, el pelo largo en los hombres significa homosexualidad automática. Una cresta, un piercing o llevar colores pocos comunes en el pelo, denotan sin ninguna duda que eres un delincuente.

genitales en algo comestible, las señoras conservadoras me van a decir que es mi culpa, por vestirme de forma provocadora y que, por eso, me tengo que aguantar. Si eres negro, corres el riesgo de que te impidan el acceso a una discoteca, y si aparte eres mujer, corres el riesgo de que unos niñitos atrevidos te disparen con balas de pintura. ¿Saben qué es lo peor? Que las mismas personas que te señalan, que te gritan improperios cuando caminas por estas callecitas llenas de gloria, son las mismas que ves sin falta todos los domingos en misa, escuchando la palabra de Dios, según la cual ese ser superior nos creó a su imagen y semejanza, un sermón que predican, pero jamás aplican. Entre los que te señalan, encontrarás incluso abogados, estudiosos de la ley que se aprenden de memoria el artículo de la Constitución que establece el derecho al libre desarrollo de la personalidad. Sin embargo, si ven a un hombre con pantalones más apretados de la cuenta, se lo quedan viendo con cara de fo. Ellas me escuchaban perplejas, cual niños ante las historias

de sus abuelos, porque eso parecían, historias del siglo pasado, pero que, increíblemente, ocurren en pleno siglo XXI. Y todavía los cartageneros se preguntan, cuál será la razón de nuestro estancamiento, por qué no podemos surgir, teniendo tantas cualidades llamativas en la ciudad. A mí sólo se me ocurre decir que, mientras la gente siga tomando los estereotipos como herramientas para juzgar a los demás, mientras sigamos teniendo con candado nuestras cerraduras mentales, no soportaremos los cambios obligados que trae consigo la apertura social. Basta de ese tipo de imposiciones, no podemos seguir pretendiendo que la gente use el lienzo en blanco que simboliza su cuerpo, para pintarlo con los óleos que te asigne la sociedad, todos tenemos derecho a elegir los colores con que queremos adornar nuestra piel, las texturas que nos protegerán del frio o el calor, o la altura de nuestras zapatillas. Pero bueno, mientras tanto ustedes no paren bolas, les dije ya para finalizar. Andrea, tú, afortunadamente tienes claro que

Es

pe

ci

al

debemos mirar la esencia y no las apariencias; Amanditita, tú no tienes ningún afán de ser una güera Televisa; y usted, mi apreciada Lady Gaga, usted simplemente was born this way. Y así, con la autoestima por las nubes, nos fuimos caminando las cuatro amigas, bajo la mirada curiosa e indignada de los ciudadanos de a pie reclamándonos algo. Bueno, a ellas, porque yo, lo único raro que tenía, era una camiseta que si la mirabas de lejos, parecía tener la imagen del Che Guevara, pero cuando la veías de cerca, te dabas cuenta de que, en realidad, era la cara de Don Ramón.


Es

pe

Ficción política

ci Vota por mí al

16

Cabeza de Gato Primer semestre 2011

casi como un ismo

Una cruzcyficción de Rebeca González de León

Viendo la forma tan particular de hacer campaña de muchos políticos Colombianos, específicamente los costeños, de esos que piensan que la mayoría del pueblo, debido a la pobreza siempre vota con el estómago (en época de elecciones votan a cambio de $20 mil o de un mercadito), me animo a lanzar mi campaña para la alcaldía de Cartagena, con la finalidad de darle a este pueblo sufrido algo diferente (o por lo menos mejorado), a lo que ha venido recibiendo. A ver cómo les queda el ojo con mis propuestas. Físicamente soy mejor parecida que la mayoría de aspirantes femeninas, por lo general, gorditas graciosas medio pícaras. A diferencia de ellas, yo he sabido bajar kilos a punta de dietas rígidas, nada de bypass gástrico. Además, no tengo bigote (hello, existe la depilación con cera). Mi oratoria es mejor que la de aquellos candidatos que ahora prefieren estar al frente de las encuestas y no detrás del micrófono. Bueno, por lo menos, no incito a la vulgaridad como otros que, de la noche a la mañana y sin la preparación necesaria, piensan que hicieron mérito suficiente para ser alcalde de una ciudad tan compleja como la nuestra.

Soy malgeniada, pero no tanto como para pegarle a un policía. Para liberar tensiones, le doy golpes a mi almohada una y otra vez (buena terapia que me recomendó mi psiquiatra), adicionalmente, tomó Prozac, lo que me mantiene feliz. Al igual que mis contendientes en las urnas, también me gusta salir a las calles a interactuar con la gente. Eso sí, no me gusta hacer campaña en redes sociales, no quiero que me pase como algunos, que siempre ganan las elecciones, pero en el Distrito de Facebook. Si en una época algunos cambiaron votos por abanicos, no se preocupen, les traigo algo mejor, nada de Sanyos, por cuenta de mi campaña, Mini Split para cada familia que me apoye. Aparte, cero mercaditos de bolsa plástica. Conmigo, bonos semanales para redimir en el Éxito (para los que me pongan menos de 10 votos) y bonos de compra en almacenes Carulla (para los que me pongan de 10 votos en adelante). El día de las elecciones, no los haré subir en los asquerosos buses de esta ciudad, pondré a su disposición dos mototaxis por familia, total, este fenómeno sigue creciendo sin contención por parte de las autoridades en Cartagena, así que, qué son diez mil motos más rodando por nuestras calles. Gestionaré ante el gobierno nacional un programa llamado “Roneros en Acción”. Como nos gusta tanto el trago, y sé que algunos canjean su voto a cambio de un buen trago, procuraré que aquellas familias que les gusta pegarse a la botella, les llegue mensualmente una dotación de licor nacional. Así, hasta a mis opositores los tendré contentos. Como los policías por estas tierras poco hacen, dotaré de armas a la población civil. Les tocará a mis simpatizantes defenderse a sí mismos de la inseguridad. Pero no se me estresen. Todos y cada unos de los habitantes de Cartagena tendrá chaleco antibalas, soy una persona responsable, si voy a mantenerlos borrachos y armados, lo más lógico es que, al mismo tiempo, les brinde protección. No los engañaré prometiendo que reduciré la pobreza, pero les prometo que mantendré a los pobres felices. Conseguiré que en las zonas marginales de Cartagena haya un circo por barrio, para que la familia Cartagenera se divierta de forma gratuita. Es más, le pediré a los demás candidatos que hagan de maestros de ceremonia en algunos de estos espectáculos circenses. Como ven, conmigo tendrán fiestas, ron, comida gratis y sonrisas. Conmigo a la cabeza del Distrito, tendrán una alcaldesa sexi, que sacará un calendario anual. Con las ganancias, crearé un fondo para garantizarle a todo aquel que se quede desempleado, un kit para que trabaje en los semáforos o invada el espacio público con alguna venta ambulante. Yo sí sé cómo reducir el desempleo. Así que no pierdan más el tiempo. En las próximas elecciones, ¡voten por mí! Por lo menos, agradezcan que me sobra sinceridad, una virtud que a muchos les falta a la hora de hacer campaña.


@cbzdegato

twitter:

Yo no pertenezco a ese “ismo”

Una cruzyficción de David Alfaro Scordia

Oigo a un conocido en plena Plaza de San Diego haciendo honores de su tan defendido comunismo. Lo miro con detenimiento y me doy cuenta de que lleva una “Club Colombia” en la mano derecha, mientras los dedos de la izquierda hacen malabares con un “Kool Frozen”, y me pregunto, a estas alturas del siglo XXI, ¿qué carajos es ser comunista? Esta es una duda enorme que tengo, sobre todo siendo estudiante udeceista, donde, al parecer, hacer gala de un comunismo de cartelera de papel periódico de $150 el pliego, es algo así como una moda. Sí, una moda. Porque resulta que apenas se entra a esa joda, es decir, el comunismo, usted detesta a U.S.A, le parece que el presidente de turno es un payaso, almacenes Éxito y Carulla son un demonio vestido de amarillo y verde, el Caribe Plaza es una mezquita imperialista, Comcel es un ratero porque le quita el saldo sino se lo gastó, La Habana le parece la capital del mundo, de la nada usted comienza a escuchar son cubano, Mercedes Sosa, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Mano Negra, etc. y las murallas, sobretodo el sector de las Bóvedas hasta el Santa Clara, se convierten en su segundo hogar. Ser comunista o aspirante a serlo, implica vestirse con los suéteres del Che Guevara, portar una mochila de hilo en cuyo interior va medio paquete de Boston, un yesquero de plástico fluorescente, no sé cuántos papeles con propaganda para aprender a reparar celulares (de esos que reparten en la calle de la Moneda cuando está más atestada de gente), algún librito de literatura latinoamericana, un Nokia 1100, con el teclado borroso, sin la tapa de la batería y con un papelito que sirve para acuñarla, una que otra factura del Éxito, un kilométrico sin tapa (que, por lo general, no escribe), cuatro tapas de Chrush Bamboocha, una de Águila y una libreta de anotaciones, que también sirve de diario, directorio telefónico y memorándums. No olvide que para estar en la moda comunista, debe usted llevar un jean viejo y unos zapatos Venus de $30.000, que venden en Bazurto (recuerde que si algún día tiene que correr porque se le ocurrió insultar a algún tombo en La Torre Del Reloj o en El Camellón De Los Mártires, son buenos para huir con eficacia). Al menos, eso creo yo por acá, que no entiendo lo que es ser comunista hoy día. Sin embargo, esos mismos seudo-militantes, también son de los que usted ve con un Blackberry, Converse de $160.000, camisa a cuadros en Tennis y una mochila Arahuaca de $ 120.000. Tienen conexión a internet, rumbean en Quiebra Canto, se toman su Coca-Cola imperialista, fuman Kool Frozen, se bañan con Protex Herbal y se limpian con papel higiénico Familia de $1.200, porque el Mío les parece demasiado áspero para su sensibilidad. Entonces, yo me sigo preguntando, con estos hábitos, ¿dónde queda la doctrina de Marx? ¿Será que estos seudo-comunistas sufren de memoria selectiva cuando pisan un centro comercial?, ¿será que el chip interno del comunismo hace interferencia con los circuitos cerrados de seguridad del Éxito y Carulla o con los páneles antirrobo de las entradas de esos almacenes?, ¿será que se les sobrecalienta el sistema comunista central o se les aparece el diablo de caricatura de la Warner al lado derecho del oído y los convence de pasarse al capitalismo? Quizá simplemente se dan cuenta que Cappuccino de Juan Valdez a $5.000 mata tinto de Tuchín de a $200.

Son éstas el tipo de incongruencias que no entiendo. Cómo es que a pesar de ellas, aún sigan jodiéndole la vida a quienes ellos consideran “imperialistas”. Puede que yo no entienda muy bien lo que es ser comunista, lo que sí tengo claro es que nunca me ha llamado la atención serlo. Me aburre hasta el extremo del bostezo oír hablar a un seudo-comunista, no me gusta el cine de revoluciones, por el contrario, me parece jartísimo. Me gustan mis Converse, mis suéteres de Tennis, mis manillas de Agatha Ruiz de La Prada, mis gafas Ray Ban, la Coca-Cola y el Marlboro Rojo. Artísticamente, prefiero ser repugnantemente elitista, teñirme el pelo con Igora, usar Salvador Dalí Eau de Toilette y, en lo posible, evitar coger buseta. Si todo lo anterior me vuelve un repugnante imperialista, pues entonces diré que lo soy, por lo menos, no soy un seudo-comunista.

Es

pe

ci

al

Esos Esos mismos mismos seudo-militantes, seudo-militantes, también también son son de de los los que que usted usted ve ve con con un un Blackberry, Blackberry, Converse Converse yy camisa camisa Tennis. Tennis. Rumbean Rumbean en en Quiebra Quiebra Canto, Canto, toman toman Coca-Cola, Coca-Cola, fuman fuman Kool Kool Frozen, Frozen, se se bañan bañan con con Protex Protex Herbal Herbal yy se se limpian limpian con con papel papel higiénico higiénico Familia Familia porque porque el el Mío Mío es es demasiado demasiado áspero áspero para para su su sensibilidad. sensibilidad.


Es

pe

Un asunto de miradas

Los cuernos de la casa ajena

18

Cabeza de Gato Primer semestre 2011

A Marbella siempre voy descalzo

ci

Una cruzyficción de Edgardo Ramón Herrera

al

oy el sol descansa sobre la nívea fachada de la casa en el H parque. En la cornisa del balcón se observan musgos y bombillos

Alguien en lo alto tiene que estar muerto de risa. Esos ojos te miran de pies a cabeza y voltean indiferentes, es un truco, ya te han calificado. navideños. Bastoncitos y grandes lazos saturan la escalera. No se trata de economía. Los precios de este lugar no son muy diferentes a los de la otra Todo daría por cerrar los ojos y abrirlos en enero. playa, la de la otra gente, la de clase, estilo, tetas monumentales y culos cero kilómetros, justo Detesto diciembre, la gente se enloquece más de lo normal y lo al lado del tercer fogón del infierno. En serio, el tipo tiene que estar muerto de risa. podrido sale a flote. Esta playa es distinta, quienes la visitan no lo comentan entre sí, pero lo saben. Es un En el sardinel de la entrada una mujer mendiga. Está descalza, secreto a voces. Lo advierten al caminar por ciertas calles del centro. Si los observas con su cabello revuelto. Algo me dice que no es un ser de la calle. Me cuidado puedes leerlo con claridad en el brillo de sus ojos: “Esta ciudad no es nuestra, jamás pide agua y me pregunta si puedo regalarle unos zapatos viejos. lo ha sido”. Titubeo unos segundos frente a ella. Dios, acortando un poco ¿Podrías culparlos? Es un asunto de miradas. Sólo tienes que sentarte en temporada de esa falda raída y quitándole las mangas a la blusa, Dios todo cruceros en cualquier parque del centro, comprobarás que hasta los policías te miran como poderoso, esta mujer podría detener el tráfico. Su voz, sus ojos, la bicho raro. manera como mueve sus manos, toda ella es un misterio. Dice La casa ajena tiene cuernos y embiste. Incluso los vendedores de tinto piensan que les que ha salido huyendo de su casa, que no tuvo tiempo de ponerse quitas espacio a los tipos descoloridos que les pagan dos mil pesos por un vasito de café. algo en los pies. Necesito cerrar los ojos y abrirlos en enero. Desde la cocina se perciben variados aromas. Me pregunto si La gente corre despavorida y abandona aquello que le ha costado la mitad de su sangre, haría bien en dejarla entrar y tomar asiento. Cuántas veces me deambulan por allí algunos días y deciden llegar justo a tu casa y pedirte un par de zapatos habré preguntado lo mismo frente a alguien así, todavía no he viejos. A ti, que corres despavorido y huyes de todo a una playa cercada por el abandono, a conseguido abrir la reja y hacer pasar al primero. estar junto a aquellos que se saben del otro lado, y aún así Los vecinos nos observan, ella lo advierte, sonríe. Hay más tacto en esta mujer que sonríen y discuten y prometen votar por fulano o zutano en las en cada uno de ellos. Sin decir sí o no, voy rápido, traigo el agua y algo de comer. Ella próximas elecciones. recibe el vaso y bebe con ansia. El olor de la cocina lo llena todo. Todavía pensando En algún momento tendré que regresar y sentarme frente al si debería invitarla a pasar, veo cómo sus ojos se pierden en el delicioso aroma. enorme plato de variadas carnes y ensaladas, escuchar las Me entrega el vaso. Le prometo conseguirle los zapatos. En esta época de aguas faldas rumorosas que atraviesan el salón, abrir los regalos; Dios, mansas la mierda sube rápido hacia la superficie, le digo, ¿lo has notado? Ella me cuatro enormes regalos en un mal año que aún demora en mira de aquella manera, la de una visita inesperada que llega a la hora de la comida. terminar. *** Poco a poco se irá la imagen de esa mujer descalza y sus No sé en qué momento he salido sin rumbo y llegado a esta playa, quizá huyéndole manos que hablaban. Pronto se desvanecerá el recuerdo de a ese engañoso aroma de la cocina. Esa partícula brillante de la arena que resalta esos ojos que perturban y que, a veces, creo reconocer en los aún más sobre la piel negra y mojada siempre ha llamado mi atención. Marbella está espejos, o debajo de esas cejas que se levantan y te ofrecen por repleta. Me pregunto si yo también habría olvidado los zapatos frente a un cuerpo la mañana la invariable taza de café. conocido y aún tibio tumbado en el suelo, si no habría pensado en ellos luego de esquivar el fusil, luego de esquivar esos ojos entrecerrados que te recorren y te saben sin fuerza. Esos ojos caminan por doquier, me los he topado en el cine, en la biblioteca, en los pasillos del supermercado. Los he visto atrapados en un hermoso cuerpo como el de la mujer de los zapatos, los veo en los bañistas que acuden a esta playa, en el chico que ahora esparce el aceite de coco sobre la espalda de la mujer. Ojos que desconocen su pasado y repiten la historia.


@cbzdegato

twitter:

Il

us

tr e

Street Street

art art

i

Getsemani Getsemani


Ci

No Logo

n

20

Cabeza de Gato Primer semestre 2011

Vuelta al barrio

e

Por: Juan de Dios Sánchez Jurado

CaribePlaza, ese barrio

Ficticio

E

n 2001, la escritora, economista política y periodista Naomi Klein, publicó el libro No logo: El poder de las marcas. La obra es un ensayo crítico y reflexivo en contra de las grades marcas, sus métodos de crecimiento y sus estrategias para captar un mayor número de consumidores. En 2003, No logo fue llevado al cine a manera de documental. En la cinta, la propia Naomi narra cómo desde finales del siglo XX, las grandes marcas, estilo Nike, Mc Donalds o Tommy Hilfiguer, un día dejaron de vender un producto, para empezar a comercializar un estilo de vida y, en el proceso, terminaron adueñándose del espacio público, al tiempo que dieron origen a nuevas formas de explotación laboral, imponiendo una dinámica capitalista en la que lo único que importa es que las marcas puedan impactarnos a todos y estar en todas partes. Una de las ideas de No Logo se centra en exponer el hecho de que, por cuenta de las estrategias de mercadeo, cada vez contamos con menos lugares para relacionarnos como ciudadanos y no como consumidores. Para Naomi, poco a poco las grandes marcas han invadido la esfera de

lo público, al punto de dejarnos sin espacios en los que podamos decidir libremente no estar expuestos a algún tipo de anuncio publicitario. Este fenómeno, bautizado por la autora canadiense como bombardeo de marcas, incide de manera directa en la noción de democracia, advirtiendo que cuando se pierden los lugares de reunión libre, cuando la idea de lo público se desvanece, las posibilidades de decisión también se desdibujan. Según se desprende del libro y del documental, el ejemplo más patente de lo anterior sería el centro comercial. Un lugar diseñado para imitar el vecindario, decorado con fuentes, bancas y farolas, que dan la idea de un espacio de libre tránsito, pero que, en últimas, resulta el epítome de la privatización. Esta idea de que las marcas y sus feroces estrategias de mercado han invadido nuestras vidas, es incluso verificable en una ciudad del tercer mundo como Cartagena, en la que, gradualmente, la vida del barrio se ha ido mudando al centro comercial. Y es que aquellos eventos o motivos de congregación que antes tenían lugar

lugar en el barrio, léase el día de los disfraces, la novena de aguinaldos, el parque o la iglesia, se han ido trasladando al centro comercial. No en vano las diferentes secciones que componen el Caribe Plaza fueron bautizadas con los nombres de nuestras plazas públicas, San Pedro, San Diego, Santo domingo. La idea es que la vida se traslade al centro comercial, de manera que no sólo nos veamos en la necesidad de acudir a él cuando queramos comprar algo, si no que, prácticamente, vayamos mudando todo nuestro itinerario a este vecindario ficticio, en el que las marcas puedan tenernos todo el día, todos los días, sometidos al imperio de sus anuncios publicitarios. ¿Quién que viva en los barrios aledaños al Caribe Plaza, La Castellana o La Plazuela, recuerda cuándo fue la última vez que un 31 de octubre, un niño tocó a su puerta para pedir un dulce? Ahora, la celebración de esta fecha consiste en que los papas lleven a sus pequeños piratas, policías, fantasmas o superhéroes, a congregarse alrededor del evento planificado por el centro comercial. Lo mismo pasa con la novena de aguinaldos. No hace mucho, en los barrios de Cartagena el espíritu de la navidad aún era una excusa de reunión para los vecinos, quienes incluso se unían para armar un pesebre en el que cada noche de la novena, los miembros de la comunidad


@cbzdegato

twitter:

Su objetivo es uno sólo: trasladar todos los aspectos de nuestra vida, incluso la fe, al interior de sus almacenes, de manera que vivamos al cien por ciento en función de consumo. pudieran cantar, comer juntos y entregarse regalos. Hoy en día, la novena se fue a vivir al Éxito, Sao o Carrefur más cercano, y el evento ya no se relaciona tanto con un tiempo para reflexionar sobre el nacimiento de Jesucristo, si no que se ha convertido en una excusa para, de paso, ir a hacer mercado. Ni hablar de la misa, cada centro comercial en Cartagena tiene los domingos por la mañana un espacio para los más católicos, quienes luego de rezar y darse golpes de pecho, pueden inmediatamente dedicarse a estudiar el evangelio del marketing y caer en la tentación de gastarlo todo en productos de última colección o con descuentos. No más el pasado febrero, durante las fiestas de la Candelaria, una estatua de la Virgen fue ubicada en un lugar privilegiado del Caribe Plaza. No creemos que esto precisamente obedezca a la gran devoción que por dicha patrona profesen los administradores de ese centro de compras. Resulta evidente que su objetivo es uno sólo: trasladar todos los aspectos de nuestra vida, incluso la fe, al interior de sus almacenes, de manera que vivamos al cien por ciento en función de consumo. Algunos dirán que cada quien es libre y que si prefiere celebrar la novena o ir a misa en el centro comercial es por su propia decisión. Sin embargo, esto resulta cuestionable cuando,

tal como afirma Naomi Klein en No logo, nos hemos ido quedando sin el poder de escoger. Cómo podríamos tenerlo, si las marcas son ahora igual que la montaña de Mahoma, si no vamos a ellas, ellas encuentran la manera de llegar hasta nosotros. Hasta nuestras casas, a través de internet o la televisión. Cada vez es mayor la intromisión de comerciales dentro del tiempo del noticiero o la novela. Se han fijado que incluso cuando ya se supone que acabó el corte comercial, hay otro que se inmiscuye entre el “ahora sigamos con tal programa” y el programa en sí. Durante las transmisiones de los partidos de futbol, entre jugada y jugada, siempre hay espacio para una pauta comercial más. Y si salimos a la calle, la cuestión no es muy diferente, cada vez son más los autobuses en Cartagena que, en lugar de la típica iconografía de buseta que las caracterizaba, ahora llevan algún anuncio publicitario estampado en el parabrisas. Ya no se puede ni esperar el bus tranquilamente, los paraderos son hoy vitrinas de comercio diciéndonos qué vestir, dónde ir, qué bebida tomar. Y así, sucesivamente, cada lugar que no es el centro comercial, se va pareciendo más a uno. Sólo hay que echarle un vistazo a las universidades, cada vez con menos espacio para salones de clase y más para cajeros automáticos o grandes cadenas de café o comidas rápidas. En las tiendas de barrio, no sólo te venden la gaseosa, aparte tienes que admirar el gran logo de la marca estampado en el refrigerador. En la rumba, cada vez son más los sitios cuyas mesas y sillas van decorados con la marca de algún whiskey o vodka que te dice: tómame. Hasta nuestro propio cuerpo, usando ropa, zapatos y accesorios en los que el estampado de la marca es cada vez más grande, convirtiéndonos en anuncios publicitarios ambulantes. Siendo esta la situación, si como dice Naomi, cada vez

Ci

n

son menos los lugares en los que no somos concebidos como consumidores, dónde queda el poder de decidir no estar bajo la influencia del mercado. Tendríamos que enclaustrarnos en nuestra habitación, cerrar puertas y ventanas y arroparnos de pies a cabeza. La pregunta entonces sería ¿qué hacer?, ¿cómo enfrentarnos a los grandes monstruos del marketing? Ya existen en el mundo movimientos de resistencia en contra de las grandes marcas, grupos de activismo dedicados a reclamar el derecho a espacios en los que podamos ser concebidos como personas y no como consumidores, y a desenmascarar prácticas de explotación laboral como las maquilas, en las que las grandes multinacionales del primer mundo subcontratan mano de obra a precio de risa en países del tercero, estableciendo una relación de trabajo muy parecida a la esclavitud y que le sirve a estas corporaciones para invertir lo menos posible en la elaboración de sus productos y poder gastar millones en campañas publicitarias que las ubiquen en el mercado como la mejor opción, como el estilo de vida más deseable. Por lo pronto, en Cartagena, donde las franquicias de las grandes marcas apenas están llegando, proponemos reclamar y recuperar el barrio como lugar de congregación, en el que podamos relacionarnos como humanos y ciudadanos, prefiriendo llevar a nuestro hijos a divertirse al parque de la cuadra, compartir un almuerzo y unas bebidas con nuestros vecinos a la sombra del árbol en la terraza de alguno y, mediante estos pequeños actos políticos, demostrar que, obligatoriamente, no tenemos que a ir un café de marca para sostener una conversación o hacinarnos en la zona de comidas de un centro comercial para tener un rato de esparcimiento en familia.

Este documental puede ser visto en el siguiente enlace: http://topdocumentaryfilm s.com/no-logo-brands-glob alization-resistance/

e


L

ib

ro

s

Lipovetsky

El reloj de Dick

Tracy Por: Ricardo Chica Gelis

Cuando era niño me encantaba leer las caricaturas de Dick Tracy, que aparecían en el periódico de los domingos. Me encantaban los avanzados recursos tecnológicos del súper detective de gabán amarillo, en especial, un reloj que recibía y emitía imágenes y audio, en cualquier parte donde Dick estuviera. Para siempre me quedé con esa idea fantástica e increíble y jamás pensé que viviría para verlo. Al menos, no tan pronto, es decir, unos treinta años después.

22

Cabeza de Gato Primer semestre 2011

La era del vacío

aparatos hechos en China que son centros de comunicación y entretenimiento, que caben en la palma de una mano y que no pasan de los cincuenta mil pesos. Más que nunca la humanidad está interconectada, pero, la crisis de soledad e incomunicación se hace cada vez más patente. Se promueve en la televisión abandonar el castigo físico en la crianza de los niños; hoy más que nunca se comprende el punto de vista de jóvenes y adolescentes, pero, es en esa población donde aumentan los suicidios. El individualismo cunde, lo que no necesariamente es egoísmo, más bien, es un asunto de estilo de vida que consiste en la fugacidad. En 1983, el filosofo francés Guilles Lipovetsky publicó su famosa obra La era del vacío, que versa sobre lo efímero y lo frívolo, una aproximación a la realidad contemporánea, a la vida cotidiana que se caracteriza por la cultura de masas: de ahí que sea tan importante en su obra el estudio del gusto y de la moda, como elementos que marcan nuestro tiempo. Vale la pena leer este libro, del cual pueden obtenerse pistas que nos ayuden a comprender en qué consiste el mundo que nos tocó vivir. La invitación a esta lectura, en especial, va para los docentes de la ciudad, sobretodo, los de primaria y bachillerato. Yo me imagino que los estudiantes esperan que uno como docente ofrezca algunos referentes, algunas explicaciones de porqué el mundo es como es. Si las cosas son así, por supuesto, somos un fracaso; pues, en general, nosotros tampoco tenemos claridad de qué exactamente nos pasa. No entendemos bien qué significan las noticias. Hay una pérdida general de referentes, o son insuficientes frente a la magnitud de los acontecimientos. Confeccionamos nuevos relatos, que se quedan cortos frente a la envergadura de la incertidumbre. Es por eso que va en alza la demanda de consultas a sicólogos y siquiatras. Es por eso que tenemos a disposición un supermercado espiritual que nos ofrece terapias con luces de colores, con frutas, con aromas y esencias. De ahí que la gente busque en el cielo las soluciones que fueron prometidas en la tierra: tan irónico, pues, hoy, más que nunca, es fácil comprar un televisor de tecnología LED o 3D. Sólo espero que Lipovetsky me ayude a comprender en qué diablos se convirtió aquel reloj fantástico con que Dick Tracy combatía el mal en la ciudad.

De hecho, en la Cartagena de los años setenta, imaginábamos el año dos mil, demasiado lejano y con cierto optimismo. No como ahora, pues, en este siglo se ve bastante cerca el año 2050. Cuando uno escucha la noticia de que Bocagrande será una isla dentro de noventa años, por cuenta del aumento del nivel del mar, se percibe una amenaza lejana, pero, no tanto. El reloj de Dick Tracy palidece frente al Blackberry. Si uno camina por la calle de los relojeros en el sector de la Matuna, e s fácil encontrar

Más que nunca la humanidad está interconectada, pero, la crisis de soledad e incomunicación se hace cada vez más patente.


@cbzdegato

twitter:

Cartapropia

a

Por: Juan de Dios Sánchez Jurado

Cartagena suena a Cart-Ajena, a hija de nadie. Para rematar, hasta ese nombre es ajeno, prestado de otra ciudad al otro lado del Atlántico.

ús ic

City not for sale

El más reciente trabajo discográfico de la agrupación Calle 13, trae una canción llamada “Latinoamérica”. El coro pertenece a las voces de la colombiana Totó la Momposina, la peruana Susana Baca y la brasilera María Rita. El tema, pese a referirse al continente del que toma el nombre, a veces nos da la impresión de estar dirigido particularmente a Cartagena. Sobre todo la frase que dice: “Soy lo que dejaron, soy toda la sobra de lo que se robaron”. Y es que, a nuestro parecer, los cartageneros nos hemos dado a andar así, viviendo de las sobras de lo que se robaron o de lo que nadie ha querido robar. Entonces nos preguntamos, por qué esta forma de ser, por qué esta manera de asumir la ciudad como si no nos perteneciera, por qué esta facilidad para irla perdiendo así, por pedacitos, para cederla, venderla o regalarla de a poco, a cambio de migajas con las que únicamente alcanzamos a solucionar el problema del diario. Y es que parece que, históricamente, hemos preferido pensar con el estómago, en lugar de reclamar a la tan llamada Heroica como nuestra y negarnos a malvenderla, negarnos a optar por seguir los consejos del hambre a la hora de canjear el oro por espejitos. Buscando posibles respuestas a esa falta de pertenencia, se nos ocurre pensar que, con el nombre que nos tocó, no podría ser de otra forma. Cartagena suena a Cart-Ajena, a hija de nadie, animal sin dueño, terreno baldío. Para rematar, hasta ese nombre es ajeno, prestado de otra ciudad al otro lado del Atlántico, que no era la nuestra, pero se nos parecía. Ese bautizo nos jodió desde el principio. Creemos que, a lo mejor, terminó por convencernos de que no merecía la pena afilar uñas y dientes para evitar que, de afuera, llegaran otros aquí a implantar su negocio redondo: comprar nuestra ciudad a precio de huevo, para luego revenderla a postores aún más extranjeros, a quienes poco les cuesta meterse la mano bien adentro del drill, con tal de firmar el título de propiedad de un metro cuadrado que les asegure la vista de alguna de nuestras mejores y anaranjadas nubes de antes de caer la noche. Así sea sólo para venir a vivirlo dos semanas al año, porque, a juzgar por el estado en que permanecen algunas casas restauradas del centro, parece que no las habitaran ni los fantasmas.

M

Pensando en esto, merodeando la ciudad precisamente a esa hora de las nubes anaranjadas, llegamos por los lados de la muralla en los que aún se puede transitar libremente. Con ese paisaje, no es necesario hacer mayor esfuerzo para entender porqué todos quieren un pedazo de esta bendecida por la naturaleza. Dónde más podría sintonizarse esta brisa que a ratos suena a fiesta de tambores; dónde más este sol, caliente y oloroso como un pan recién salido del horno, culpable del claoroscuro que hace que hasta sus ruinas registren en cámara mejor que cualquier palacio en cualquier parte del mundo; dónde más esa lluvia que sólo sabe caer para proponerle una danza al mar y las palmeras; dónde más este calor, abrigo natural para los huesos, temperatura amable que acoge bajo sus alas, con la misma nobleza, a propios y extraños. Todos quieren un pedazo de esta Cartagena. La otra, la que no es turística, ni portuaria, ni industrial, esa nos la dejan conservar, ésa, al menos por ahora, puede seguir siendo nuestra sobra. Abandonamos la muralla, presos aún de la ensoñación a la que nos condujo semejante visión.

Sin embargo, nos envuelve también un sentimiento de nostalgia. Pensar que quizá la próxima vez que queramos venir a ver la ciudad desde aquí, tengamos que pagar o simplemente no nos permitan el acceso porque al final dejamos privatizar hasta la última piedra. Entonces, vuelve a sonarnos “Latinoamérica”, con esa música de Visitante y en esas voces unidas de Residente, Totó, Susana y María Rita. Se nos ocurre que a todos los cartageneros nos vendría bien escuchar a menudo esa oda que parece cantarnos directo. Bastante provecho sacaríamos de aprenderla de memoria, sobre todo el coro que dice: Tú no puedes comprar al viento/Tú no puedes comprar al sol/Tú no puedes comprar la lluvia/Tú no puedes comprar el calor/Tú no puedes comprar las nubes/Tú no puedes comprar los colores/Tú no puedes comprar mi alegría/Tú no puedes comprar mis dolores. Tal vez así, de tanto entonar estos pregones, poco a poco, nos convenzamos de que esta ciudad en la que nacimos, es un pedazo de tierra que vale la pena, un pedazo de tierra que se puede compartir, sí, pero sin dejárselo arrebatar. Tierra en la que, este año, podríamos preferir no creer más en discursos políticos hechos de pura saliva. Tierra que, no obstante hoy, quienes vinimos a este mundo en ella sólo podemos disfrutar de sus sobras, es posible recuperarla, reconstruirla a punta de trabajo orgulloso, transformarla y adueñarnos de ella de manera que, un día, tengamos que cambiarle el nombre, abandonar ese otro prestado por algo así como Cartapropia, que declare, con todas sus letras, que se trata de una tierra (como debería serlo toda Latinoamérica) que canta, lucha, progresa y que, definitivamente, no está más en venta.


Ent

re

Bobada literaria

24

Cabeza de Gato Primer semestre 2011

Entre al blog o sígalos en twitter

Compartir Informar sobre mal uso Siguiente blog» Crear un blog Acceder

vis ta

La Bobada Literaria (ganas de preguntar)

Más de diez mil seguidores en Twitter y mil lectores diarios del blog pueden estar equivocados o solamente leyéndolos para acumular odio. Hablamos con Iván Hurtado, Carlos Vallejo y Daniel Páez, creadores de La Bobada Literaria, quisimos averiguar si al opinar sobre cultura, política o actualidad nacional, lo hacen en serio o, en realidad, están haciéndose los bobos.

Cabeza de Gato: ¿La bobada de los colombianos es genética o adquirida? La Bobada Literaria: Es adquirida de los genes. ¿Para qué tenemos peor tino los colombianos, para escoger al ganador de un reality show o para escoger a nuestros dirigentes políticos? El mejor tino de los colombianos es el Tino Asprilla. Del resto, no somos tan buenos escogiendo políticos porque no son tan importantes en nuestras vidas como los concursantes de los realities. A qué presentadora de noticias salvarían del diluvio y por qué. A Vicky Dávila, para ver cómo habla del diluvio en tono coquetón. Ah, pero si ya lo hizo con la tragedia invernal. En ese caso, mejor salvamos a una presentadora que se llama Illia Calderón, sólo por su nombre. ¿Hay algún escritor colombiano que les guste? Sí, cualquiera que redacte comunicados de prensa. Pocas cosas son más divertidas. Si les propusieran moderar alguno de los diálogos del Hay Festival, ¿qué tema les gustaría tratar?, ¿con qué escritores les gustaría conversar? Nos gustaría conversar con Albert Camus, porque

afortunadamente ya se murió. Hablaríamos sobre la peste que son los escritores colombianos. Cuál es el festival cultural más bobo de Colombia y por qué Festival cultural es redundancia y la suma de esas dos partes significa bobada. Igual, hay muchos festivales que pueden llevarse el primer puesto: Las líneas de su mano, Festival Malpensante, cualquier festival de cine, cualquier festival hecho en Cartagena. Hace poco reseñaron cómo sería si algunos de los más reconocidos escritores colombianos sacarán su propio perfume. ¿Cómo se llamaría el perfume de La Bobada Literaria y a qué olería? Smells like stupid spirit. Olería a aguas negras. ¿Se consideran los bullies de la literatura en Colombia? No, porque el Bulli hace comida molecular. De fundarse la Asociación Colombiana de Víctimas de La Bobada Literaria, quién sería su presidente y por qué. Vladdo, porque él es muy buen ciudadano y no le gustan los toros y nosotras somos muy antipáticas y nos burlamos de sus trinos y sus caricaturas (que son peores aún que los chistes del Hombre Caimán). Les gusta opinar mucho sobre política, ¿han pensado alguna vez aspirar a algún cargo de elección popular? Nos gusta pensar en aspirar. ¿Es verdad que Nohemí Sanín escribe en su blog? Noemí nos manda cosas con frecuencia, pero son demasiado bobas, incluso para nuestro blog. ¿Quién es su amor platónico? Platón. ¿Piensan que Colombia algún día dejará de ser tan boba? En ese caso, ¿Desaparecería la Bobada Literaria? Por suerte para nuestro blog y por desgracia para la humanidad, Colombia nunca dejará de ser un albañal. En el caso hipotético de que llegue un político decente, inteligente y al que dejen trabajar, tendrían que pasar al menos cien años para que esta bobada deje de ser tan boba.

Responde José Gabriel Ruiz-Navarro, su ficticio director Cabeza de Gato: ¿Cómo surge la idea de crear La Bobada Literaria? José Gabriel Ruiz-Navarro: En una charla por Messenger (no es broma y, si lo fuera, sería muy mala). A cuántas manos se escribe el blog, quiénes son tus colaboradores A cinco manos, uno de los colaboradores es manco. Si te diera un termómetro de popularidad para medir la aceptación que ha tenido la bobada entre la gente, ¿cuál crees que sería el resultado? ¿Los quieren o no los quieren? Casi diez mil seguidores en Twitter y mil lectores diarios del blog pueden estar equivocados o solamente leyéndonos para acumular odio. Tal vez no somos tan populares como la cheer leader pero sí somos tan populares como el bully. La pregunta es, ¿por qué vía se usa el termómetro que mide la aceptación? ¿Piensas que Colombia es un país con la suficiente madurez para asimilar el sarcasmo y el estilo de humor que maneja La Bobada Literaria? Es tan maduro que mucha gente aún cree que hablamos en serio. ¿Hasta dónde crees que llegue la bobada literaria? Hasta que el alcohol termine de podrir nuestros cerebros


@cbzdegato

twitter:

REQUIÉSCAT in

dance

Co nv er so

Debo entender que ahora lo que hay, son forasteros que van a los hostales con la cara tapada y un papel donde afirman su sanidad; Lo que se camina ahora es el duelo de las impiedades, el malestar de los testamentos reducidos a carne blanca; Lo que van a caminar es el sabor del pegamento; Lo que van a caminar son el alambre de los ahorcados; lo que deben caminar es el discurso de la vaca y la vela como preámbulo de la masacre que también es la mía. ¿Una pretensión al tamaño de los juicios? ¿Un orgullo que se ha dictado en el primer intento? Madre, sólo soy un narrador de historias. Eso es lo que han hecho por generaciones los que no han comprado un disco de Louis Armstrong, ni vendido cds piratas de Nirvana. Como tienes cincuenta y un años y no has tenido diez hijos, puedes entender que es bueno afirmar que hay un buen decir de los sedantes, un buen decir del coño, un buen decir de los superhéroes, un buen decir de la liturgia; Pero entonces allí es cuando el trabajo es un abuso; cuando la cosa es pérdida; fotonovelas? ¿Un ardid melancólico para las estrellas sin cuando la cosa es una respaldo? revelación nacida al abrir las Pregúntame de la criatura que no se defiende en las neveras, y salen esas luces barberías. sin sudor, que guían hacia Y sólo poder llegar a ser mensajero de un día para los un mundo bueno; el de las casos de infamia, desconcierto y peligro; y nada más dar lentejas y las papas, de los la protección a curadores de libros y adictos a la garbanzos enmohecidos y el pornografía; jugo de tamarindo; con estas ¿Una benevolencia para un mal que no discrimina? mismas fuerzas que te digo, ¿Una decena de razones para armar los recursos dan las galletas, es que se legítimos del deseo? desea, es que se baila, que Entiéndeme por querer desear otra vez el mundo se muere de mala manera, y capitán; acaso lo que se ha perdido son las tragedias que se va al cielo con los comienzan con un huevo en la mano y chicle en la otra; mestizos.

Ilustración: Omar Pineda Nieto

Pregunta si el pelo creció como quiero; Pregunta si es que ese camino en la gloria se hace sin miedo. Yo te digo que hay un buen decir del coño, un buen decir de la marihuana, un buen decir de una lámpara entre las manos: Tumba y marihuana son del reino de la cruz, el término por las tijeras clavadas. ¿Y las maneras de llevar la nariz? ¿Y el tiempo de tapar la boca? Hay un país seco donde banqueros caen de ascensores para estrellarse de cabeza en buses rojos. Pregúntame de la guardia para los escritores santos; Yo te digo que, en medio del desastre, las mujeres de los hijos tristes saltan de las ventanas a los andenes para tomarse un cuerpo que las ate. Pregúntame del violador reclutando tigres: En este tiempo no hago víctimas de conciencia. En este tiempo sólo vendo cuchillas de afeitar a los desahuciados del karaoke; ¿Una muestra de la sociedad del dolor? ¿Un encuentro de la genealogía perversa en el ritmo de la vida? Acúsame de equivocarme en las canciones; De dar pie a la humillación; con un reguero de palabras inocentes, los huesos van cediendo a la escatología del deber, quedando un solo y conciso campo de fríjoles en una tierra de escaparates sin puertas; Acúsame de no querer que cante la chica del mundo que es la emperatriz travesti del bullerengue; Que da malos consejos para los malos colores; Para los malos pedalazos de su bicicleta estática; Acúsame de querer que cante la chica del mundo que es la emperatriz travesti de la campaña; Que da por confiada las escrituras de su auto; Por pérdida, los tiquetes gratis para su gracia sin freno, actual, cínica; ¿Una muestra de la alegría en la comunidad de las

Un poema de Luís E. Luna


Yo

o

Stand up comedy

26

Cabeza de Gato Primer semestre 2011

repetitivo

Otro aburrido pi chiste

regionalista

Por: Juan de Dios sánchez Jurado

no

El otro día viendo Los Comediantes de la Noche, caí en la cuenta de que, no obstante el stand up comedy en Colombia es una figura relativamente nueva, parece estar perdiendo frescura debido a la sobre explotación de algunos argumentos en casi todas las rutinas. Junto al tema sexista y los apuntes de familia, los chistes regionalistas se constituyen en el lugar de eterna recurrencia para los exponentes de este ahora televisado estilo de comedia en el país. La secuencia inicia generalmente con la frase “este era un día un costeño, un pastuso, un paisa, un rolo”, seguida de una situación en la que, por obra y gracia del cuenta chistes de turno, el representante de la región que corresponda actúa como se supone que actúan los de su lugar de procedencia. El costeño es hablador, rumbero, flojo y vivaracho. El pastuso es ingenuo. El paisa recursivo y medio ególatra. El rolo acartonado. Todo lo anterior apelando a la risa fácil, en la medida en que, como quiera que los estereotipos aludidos han sido delimitados con tanta insistencia en estas rutinas, resulta sencillo predecir el final del chascarrillo. Lo anterior, lógicamente, en tanto la gracia del chiste, en lugar de radicar en la sorpresa, se funda sobre la base de lo predecible. Entonces la risa llega casi de ante mano, el auditorio conoce la fórmula, ríe por osmosis, celebra la repetición con una especia de carcajada ad nauseam. Como se trata de hacer reír, la exageración hace parte del territorio, es decir, en el escenario que plantea el humorista, el arquetipo del costeño, del pastuso, del paisa, del rolo o de cualquier otro es llevado al extremo. De esta manera, la rutina se convierte en una herramienta para perpetuar el chiché que desde que Colombia es Colombia se nos ha vendido como definición de los

habitantes de cada una de sus regiones. A punta de situaciones trasnochadas, el chiste regionalista se afana por totalizar una población, una idiosincrasia, un modo de ser, al punto de resultar abrumadora su pretensión de encasillar a cada colombiano dentro de sus lugares comunes. Si bien el discurso humorístico recurre a la caricaturización del detalle, en pro de hacerle un zoom que devenga en risotada, la propensión al sectarismo del no chiste regionalista contribuye al logro de un nuevo concepto de identidad colombiana. Si bien la naturaleza y el origen del stand up comedy suponen la configuración de situaciones desde un estilo provocador, sarcástico, en ocasiones vulgar y lleno de improperios, de tanto visitar las mismas secuencias, los representantes de este estilo de comedia, más allá de lo políticamente incorrecto, incurren en lo tangencialmente ofensivo, cuando sus

gags se limitan a la burla gratuita generada a partir de bromas forzadas en las que un pastuso puede llegar a ser más tonto que una piedra. Pese a que aún no supera las dos temporadas, el programa Los Comediantes de la Noche, en ocasiones, parece repetido. El stand up en Colombia alcanzó su punto más alto en La Pelota de Letras, de Andrés López, pionero de este género en el país, quien hábilmente se valió de nuestra supuesta cultura popular, para hacerse parte de la misma, alcanzando un nivel de identificación entre el público que lo llevó a vender miles de copias del DVD, agotar boletería en varios teatros dentro y fuera del país, dar pie a segundas y terceras partes, transmisiones por televisión, ring tones y demás formas en las que la audiencia se apropió de esta creación. Tanto así que, consecuencialmente, este montaje representa, al mismo tiempo, el agotamiento de la fórmula. La pelota de letras abarcó cada lapsus de la cómica de pie colombiana, dedicando un extenso capítulo a la cuestión regionalista y la manera de abordarla, a un grado en el que los representantes subsiguientes de esta corriente parecen estar dedicados a rendirle un tributo repetitivo al montaje de López que, a estas alturas, en lugar de hacer reír, cansa. Aunado a la niñez de este género de comedia en el país, y los cánones televisivos a los que de manera repentina ha tenido que adaptarse, las rutinas de los comediantes de la noche son aún performances inacabados, en construcción, obligados a pulirse sobre la marcha, implementando el sistema de ensayo y error que, lógicamente, se refleja en que la representación de los arquetipos regionales a las que acuden suelan ser burdas, poco afiladas y con un trayecto de perfeccionamiento todavía por recorrer. En este sentido, su auto impuesta misión de retratar la realidad resulta fallida por cuanto, a la fecha, con el nivel de desplazamiento forzado o voluntario que afronta Colombia, los hechos que se plantean no corresponden a la mixtura poblacional y de temperamentos que experimenta el país, es decir, a estas alturas, puede considerarse que los colombianos aprendimos a definir nuestra personalidad más allá de la influencia que pueda ejercer en ella nuestro lugar de origen. En esta medida, el stand up comedy, pese a ser un género en pañales en el país, es dueño de un proceso creativo que ha preferido la repetición por encima de la innovación y el cultivo de un público conformista, en lugar de propender por una audiencia exigente.

A punta de situaciones trasnochadas, el chiste regionalista se afana por totalizar una población, una idiosincrasia, un modo de ser.


@cbzdegato

twitter:

Me cago en la puta madre porque nunca nací. No tuve infancia, ni muchas otras cosas que por derecho debiera haber tenido. Por todo eso, me cago en la puta madre. Y digo más, me cago en la bandera. En la bandera que quieran y en donde quieran. Y al que no le guste que se muera bien muerto. Que lo agarre un tranvía y lo desparrame por alguna avenida en hora de almuerzo, para que todos esos idiotas que como yo trabajan de nueve a dieciocho, lo vean y se escarmienten. Es importante aclarar algo desde el principio: no espere explicaciones. ¿Cómo que no nació? ¿A que se refiere? ¿Es una metáfora? Por favor no joda. Ni yo la entiendo. Sólo sé que este que soy yo en realidad no soy. Y no quiero caer en pedorradas de mierda de hablar de psicoanálisis, de salir del closet o cualquiera de esas boludeces modernas de que todo el mundo va a terapia y se conoce a sí mismo y se frota las tetas. Horas y horas hablando y nadie nunca te tira la posta, porque, en realidad, estamos todos en bolas. Pero lo único cierto es que yo no soy yo. Nada más insoportable que una certeza Por: Alejandro Welsh que niega. Aborrecible es saber que nunca voy a saber quién soy. ¿Cómo podría, si mierda como este, los padres pelota, todo el mundo sigue con esta locura nunca nací? Podría decirse no se salvan. Pero tampoco que, por más que me esfuerce, no le entonces que soy infinitaquiero caer en el lugar común encuentro un sentido. Pero volviendo al tema mente joven, o viejo y en del idiota que hace de los padres, y de que no se iban a salvar, lo definitiva, importa un carajo. berrinches y dice: “mis papis único que voy a decir es que mis padres son Yo no soy el boludo que no me bancaron cuando dos pelotudos. Y remarco cuando digo que mi miraba con lujuria el quise ser un pop star”. A ese madre es una pelotuda. Pero no más que transformer importado del estúpido le pido educadayo o Ud. Quizás un poquito más que yo, compañero de la primaria mente que se vaya a lavar las pero que Ud. no sé. Habrá que analizar que tenía un papá narco; yo tetas. Digo que los padres caso a caso. no soy el boludo que quería son los culpables pero por Para resumir este texto y ponerle un fin, las zapatillas de onda; yo no otro lado, los entiendo digo que los padres nos hacen los boludos soy el boludo que sin saber porque, en definitiva, son tan que somos porque sus padres los hicieron un carajo de nada, decidió (?) boludos como Ud. o como yo. boludos y así retrocedemos hasta el pelotudo seguir una carrera y desde El tema es que los padres de Adán que no era más que un pollerudo. Y entonces se metió en un al final de todo, no somos quienes somos y de sus padres eran también túnel que lo llevó a un trabajo somos tan estúpidos que sufrimos por gente unos boludos. La humanidad que lo empantana cada vez que no es, pero que cree que es. ¿Qué se es una sucesión de boludos, más en un mundo falso puede hacer al respecto? Escribir, cantar, uno detrás de otro. Y al plagado de mediocres y gritar, hacer música o cualquier otra cosa que parecer no paran de coger y tristes. Y la razón por la que disfrutemos y que por un instante nos haga eso trae el crecimiento yo no soy ese boludo es felices y nos haga olvidar que en realidad exponencial de una cantidad porque no puedo ser tan somos unos boludos de mierda. Y durante el inusitada de boludos como boludo. Si lo aceptara tendría otro 99% del tiempo, cuando estemos Ud. y como yo que pueblan que tirarme por el balcón. encarnando a ese boludo que queremos este mundo. Y nadie sabe Y cómo no podría ser de tanto, podemos, con todo orgullo, decir: me qué carajo tiene que hacer y otra manera en un texto tan cago en la puta madre. en vez de relajarse y parar la

Me

la

cago en

puta madre

Digo que los padres son los culpables,pero por otro lado, los entiendo porque, en definitiva, son tan boludos como Ud. o como yo

Yo

o

pi

no


Cu e

nt

0

Un hombre simple

Simplemente estalla

El detonador

Sicótico

Un cuento de Fernando Martín Vázquez

típicamente míos, según la opinión ajena. De todos modos, siempre le rindo tributo trayendo su imagen a la conciencia cuando hago algo a su estilo… Como afinar la guitarra y jugar con las cuerdas, modulando el ajuste de cada clavija para hacer resonar, mágicamente, otras cuerdas. No es magia, cada sistema tiene su frecuencia, me decía. Y esto lo hace diferente o similar a otros sistemas. ¿Cómo un lenguaje? Claro, como un lenguaje… o un idioma, más bien. ¿Por ejemplo? Cuando sintonizás la radio. Cada emisora tiene un idioma electromagnético propio; entonces vos desde tu radio, al sintonizar, modificás el idioma de tu aparato para que éste entienda el idioma de la emisora y así reciba los mensajes. Sentado en el fastuoso palco de madera y pana bordó, siento la sensación de repasar un libro ya aprendido;

28

Cabeza de Gato

Primer semestre 2011

donde no sólo se evocan los conceptos inherentes a la lección, sino también la esencia del contexto en el que ese libro fue leído. Todos aplauden. Tengo que aplaudir también. *** Uff. La puta digo. No puede ser. Suspiro. No puedo más. Miro la hora. Hoy no. Hoy no… Me quedo un rato más. Miro la hora. Me doy vuelta. Abrazo la almohada. Me doy vuelta. Miro la hora. Remordimiento. Abrazo la almohada. Me tapo la cara con la sábana para que no me dé la luz. Los electroshocks. La morgue. Los perros se escapan. Algo camina por el techo. La casa se incendia. Uff. Qué sueño de mierda. La puta digo. Miro la hora. No puede ser. Suspiro. Ya son las once. Celular. Suena. Ya me están llamando. Buscando. Persiguiendo. Practiquemos la voz de ultratumba. Uno, dos, tres, probando… ¿Holaaa? Bzz Bzz Bzz. Si, Martín. Disculpame. Estuve vomitando toda la noche. ¿A vos no te cayó mal lo que comimos ayer? Bzz Bzz Bzz. Sí. Lo repetí toda la tarde y hoy… para qué entrar en detalles. Bzz Bzz Bzz. No te preocupes. Me tomo un sertal o alguna pastilla y voy para la oficina. Mi cuerpo. Mi existencia física ahora se mueve horizontalmente, en transporte público automotor, junto a la existencia física de otros. Anónimos. Huelen, se mueven y miran por la ventana. Caras grasientas y ropa de segunda. Los espíritus se vuelan por la ventana mientras los cuerpos anónimos se trasladan como ganado. Sin embargo, la vaca no sabe a dónde la llevan y tampoco sospecha nada; simplemente le atormenta el viaje. No como a nosotros. A


@cbzdegato

twitter: nosotros nos gusta viajar. Mi cuerpo, a través de sus ojos, percibe las señales visuales y luego, alguna parte del cerebro procesa la información que ingresa, la identifica y activa el piloto automático. Ya nos acercamos a destino. Tripulación, preparar cabina para el aterrizaje, cross check y reportar. Mediante su mano derecha, mi cuerpo pasa l a tarjeta de identificación por el lector electrónico y obtiene el permiso, traducido en una luz verde, para ingresar a l a corporación. Yo también podría pasar por el costado d e la línea d e molinetes, pero la corporación necesita saber cuándo entro y cuándo salgo; por eso paso a través del molinete, como corresponde, para no romper el contrato social. Ahora mi existencia física se mueve verticalmente, junto a la existencia física de otros. Se abre la puerta del ascensor y mi cuerpo ya está listo para amalgamarse con el sistema nervioso de la corporación. En un nicho. En piloto automático. Ahora practiquemos voz y actitud de ultratumba. Agarro los palillos de la batería, le guiño el ojo a Johnny y a Joey y… One, two, three, four! Permiso, Martín. Sí, pasá. Acá estoy, llegué. Contame cuál es el plan. ¿Pero te sentís mejor? Sí, más o menos. Gracias. Sigo con un poco de malestar. Bueno, no. Nada… ¿…? Mirá… E staba viendo que e l reporte éste, a l final tenía la apertura que necesitaba ver Claudio, así que nada… ¿Entonces…? ¿Necesitás que vaya haciendo algo? Nada… ¿…? Organizate con Esteban para seguir con el análisis del pliego que llegó de Brasil. Dale, perfecto. Recupero en orden cronológico notas mentales tomadas durante la conversación con Martín, mi jefe. Mi líder. Mi segunda conciencia, que día a día me corrige o me aprueba. Estéril cordialidad corporativa. Por un momento, sospecho que no era imprescindible mi presencia. Me pregunto para qué carajo me llama este hijo de mil putas a mi casa, cuando estoy durmiendo, sintiendo remordimiento y no quiero levantarme para ir al laburo. Voy a empezar a venir al laburo con un machete. Lo voy a afilar todas las mañanas. Confirmo, a partir de sus dubitativos circunloquios, que mi presencia no era imprescindible y yo podría haberme quedado tranquilo en casa, simulando una descompostura. Ya tendré oportunidad de recagar a trompadas a este infeliz. Mi mente se cuartea, se separa y se desdobla entre el ser y el deber ser. Lo voy a matar. A golpes. Una buena: La mañana pasa rápido en el laburo cuando uno llega a las 12:07. *** Navidad. Año nuevo. Tiempo d e balances. Petardos, cohetes. Mechas. Algunos las encienden. Bum. Explotan los petardos. Bum. Todos se estremecen. Bum. Y aquél se ríe. Se ríe. Ja ja ja. ¡Se ríe! Ja Ja Ja. Es un hombre simple. Simplemente EXPLOTA.

Cu e

nt

0

Ilustraciones: Omar Pineda Nieto


A

El futuro

st

30

Cabeza de Gato Primer semestre 2011

huele mal

Horoscopopó

ro

Walter Serner

(1889 - 1942) Escritor y ensayista alemán. Entre otras narraciones eróticas y criminales, su novela más popular es La tigresa: Una extraña historia de amor. Así mismo, su Manifiesto o Manual para embaucadores (o aquellos que quieran llegar a serlo) fue un i mportante texto del dadaísmo. E n homenaje a s u gran sentido del humor e ironía, el horoscopopó se vuelve dada, presentando algunas d e las más sugerentes frases d e este manual hecho para embaucar.

s

Aries

Tauro

Cuando estés mal, harás bien en intentar ocultarlo. Pero si gozas de éxito, a tú alrededor surgirán odios y envidias, así que finge un malestar pulmonar o un dolor de riñones y cómprate una sepultura: toda enemistad se desvanecerá.

Cuídate de todo tipo de revistas. Son más listas e inteligentes que los periódicos y por eso son capaces de volver idiotas a miles de jóvenes, y a ti de cansarte. No le des al camarero de un bar elegante una propina demasiado alta. De lo contrario pensará que eres lo que eres.

Géminis

Cáncer

Llegar más allá de los sesenta años no causa ningún placer y, de hecho, es a menudo un malheur. Ten esto en cuenta cuando tengas treinta y no seas avaro contigo mismo. (Además, los ahorrativos jamás triunfan.)

A menudo, ser cobarde es el mejor medio para salvar la vida. Sé valiente sólo cuando valga la pena; convéncete de que la valentía no es más que la estúpida inclinación a luchar de forma dispareja o contra la mayoría.

Leo

Sagitario

Aquel que afirma que la vida es bella y los hombres buenos es, o bien un imbécil, o bien uno del que deberías tener mucho cuidado. De cualquier pesado te podrás deshacer fácilmente si le dices que estás esperando a un proxeneta a quien debes dinero.

Si te preocupa que alguien sospeche de ti respecto a una cuestión desagradable, mete tu brazo en una venda y di que te lo rompiste en seis partes en un accidente de tráfico. Todos se compadecerán de ti y olvidarán la sospecha.

Virgo Sólo un chapucero o un tacaño intenta persuadir a una mujer durante horas en la banca de un parque. Podría tenerla en quince minutos si la llevara a un buen hotel, cuya elegancia le será imposible resistir.

Libra Si estás seguro de que nadie se enterará, duerme con quien te dé la gana. Pero sólo puedes mostrarte con una mujer a quien tus peores enemigos querrían ver también a su lado.

Capricornio No permitas que tu vida se vuelva demasiado regular. Podrías encontrar satisfacción en ello y en un año tener una panza y un hijo. Todo derrumbe ocurre de prisa. Y a menudo cae el más fuerte sin poder ponerse de pie de nuevo.

Acuario

Escorpión

Si no eres hermoso, todo será el doble de difícil para ti. A menudo, sin embargo, podrás ahorrar la mitad de tus fuerzas si pones a una persona hermosa a tu lado y si, de ser necesario, logras que se haga pasar por ti.

Si uno de tus acompañantes se comporta de repente de forma rebelde contigo, el mejor remedio, si todo el resto fracasa, es hacerle beber un buen laxante (sin que lo sepa). Si se te escapa un gas en sociedad, pregunta a tu vecino: “¿Perdón?”. (Si no prefieres callar, no hay un mejor remedio.)

Dirige tus chistes también contra ti mismo. Tienen el efecto de un purgante espiritual. Pero evita hacerlo fuera de tu círculo. Pronto se comenzaría a hacer tus chistes contra ti mismo.

Piscis


Historias Libros Cine M煤sica Humor y mucha Opini贸n al mejor estilo de

Obviocabezadegato@hotmail.com

@cbzdegato @cabezadegato


@cbzdegato

@cabezadegato

Obviocabezadegato@hotmail.com


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.