Revista Border #2 TIEMPOS VIOLENTOS

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La realidad supera la ficcion

Cordoba, Argentina

Octubre de 2014

Edicion #2

TIEMPOS VIOLENTOS

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El

dilema de la página en blanco: karma de editores, pesadilla de escritores y ñoño time-cause de diseñadores. Esa huelga de inspiración desarticulada, distribuida en espacios que podrían contar mil historias, descifrar incontables personajes y sin embargo no lo hacen. Desesperación, y aquel sigue ahí, con su cara de colgado ante la pantalla limpia del monitor y sorteando entre el porno o el resumen de la fecha. Digo esto porque, al hacer una revista o cualquier cosa que contenga estos símbolos muertos que se leen, la mayor dificultad es redactar una linea editorial que te defina por lo que pretendés causar y no por otra cosa, que diga exactamente lo que querés decir y no desencadene una alegoría de mal gusto que sentencie tus parcialidades (extremidades). Sumado a esto, si el proyecto pretende nutrirse de lectores, las capas de honestidad de las que disponemos para justificar nuestras intenciones se tornan insoportables, como una mosca que se para en la punta de 5

tu nariz en medio de la mañana y te hace saltar de la cama puteando. Mientras elaborábamos el presente número, entre montañas de colillas quemadas y hojas desordenadas, nos detuvimos a pensar un minuto en algo que yo mismo había traído a las charlas que se pueden dar en tan deplorable contexto: “¿Se imaginan la cantidad de cosas que están sucediendo alrededor del mundo en este preciso instante?” Tan sólo pensarlo se me erizaba la piel. Imaginábamos a las máquinas iniciando la vida automática con el primer silbato refulgente: los hombres yendo a lugares en los cuales no quieren estar, los números de la bolsa recotizando cada movimiento, un yonqui volviendo a casa con el sol de la mañana irradiando calor sobre sus pupilas dilatadas; una madre dando a luz al tercer varón, un tipo recibiendo un premio, gente desapareciendo y apareciendo, escribiendo cartas, llenando estadios, componiendo, agitando


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B Der la botella de whisky o el vaso de Mc Donald’s cargado de monedas al tono de “nos estamos muriendo, pronto”. Imaginábamos, y disculpen la redundancia, todo esto de una manera algo romántica condensada en viajes, conspiraciones, planes, decisiones, consejos, reencuentros, historias... y nosotros acá, con las páginas en blanco. El primer número sucedió fugazmente, quedó registrado en la historia como un pdf que cuenta algo sobre el esfuerzo de un grupo de boludos. Ahora quedaba seguir rodando y alimentando esta bola de nieve, ese perro hambriento que mira el bife desde el fondo del patio. Quedaba el número dos y no teníamos ni idea de que queríamos de él, tres meses pasan rapidísimo. A partir de ahí la cosa fue más simple, cuando estás seguro de lo que querés hay demasiadas expectativas por cumplir y un vértigo increíble en cada diagramación. Entonces comenzamos

por lo que no queríamos, y nos pusimos a buscar ejemplos mientras reíamos a carcajadas de las estupideces que encontrábamos o nos asombrábamos de ciertas genialidades; pero eso no duraría mucho y la pregunta “¿desde qué lugar nos reímos?” no tardó en llegar a puerto. “Un Border está en contra” dije. Confieso que en el momento no tenía idea de qué carajo quería decir esto, pero creo que es esa insolencia o ese intento de ir mas allá de la inercia predeterminada. Aquella que nos hace preferir a Ambrose Bierce por sobre García Marquez, a los Melvins sobre U2, a un fanzine callejero hecho por un autor X por sobre Los Juegos del Hambre, a encontrar más consistente y significativo un grafiti pintado en el medio del centro que un cuadro del museo... a la subjetividad honesta por sobre la objetividad sugestiva. A demostrar que algo está cambiando y que no todo es lo que parece, en lugar de asegurar que la raza humana está thumbs up, y 6


revolearte un par de noticias por la cabeza. La supremacía de cuestionar todo, hasta aquello de lo que estamos realmente seguros y reivindicar de manera sustancial las viejas búsquedas sin olvidar nuestros tiempos violentos, es lo que nos moviliza. Ése es el motor del presente proyecto. En el preciso instante que te preguntaste por qué alguien tan talentoso no esta en ningún medio sólo por no llenar estadios o vender millones de copias de lo que sea (discos, libros, revistas, pulseras, servilletas dibujadas), nosotros estaremos ahí brindándole un espacio para que puedas leer lo que ese sujeto tiene para decir, y te alegres o te amargues, te sorprendas o te desilusiones junto a nosotros (él y nosotros). O simplemente pienses un poco. En busca de notas que hablen de lo que está pasando allá afuera salimos a la calle para nutrirnos de ilegalidad y prohibición sin escuchar a nadie, pateamos la hegemonía que vigila y castiga

y abrazamos la malicia vitalista. Tratamos de escaparle al certero azar discursivo para simplemente ver mensajes congelados en los muros de la ciudad, esos que descompaginan con cualquier signo de sobriedad impuesta y te dejan pensando todo el día. Mientras estábamos afuera las páginas se oxidaron y algunas personas murieron, entonces nos volvimos necrófilos y el Grunge se apoderó de toda estética. Escuchábamos el Bleach a todo palo y reconocimos el talento de la isla más odiosa del mundo, e impartimos el discurso artístico que nunca se casó con el pensamiento crítico y acaparó el bigote nazi de Mondrián o los anteojos del primer hipster. Al girar un detective porteño fanático del jazz miraba por la ventana y también decidimos sumarlo al segundo número, lo que aportó una ínfula del policial negro y colores oscuros. Resulta muy satisfactorio ver cómo mucha gente que respetás, y a quienes les creés hasta la última palabra en charlas de ebrios,

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B Der se suman a tu proyecto sin nada a cambio mas que el placer de darle vida a un plan delirante. Sentir que te creen y confían en vos se traduce a pulsión editorial. Las ganas de saltar desde esta pantalla hacia las vidrieras y los puestos de alguna feria con algo tangible son indescriptibles, están ahí, latiendo como el corazón de un hambriento animal salvaje. Pero aún queda mucho por crecer, un largo camino por recorrer y en el cual debemos decidir con cuidado cada paso que hacemos, cada detalle, cada color, cada letra, y sobre todo cada mensaje. Es por eso que nos propusimos sobrevivir a cada revista que hacemos como se pueda, hasta decidir finalmente quiénes somos y por qué estamos haciendo esto. Quizás el tercer número nunca sale y la cosa se quede estacionada ahí para siempre, pero queremos que sepas que, con regalarnos tu atención hasta el final de cada nota de la forma más sincera posible, ya formaste parte de algo diferente y hecho con

honestidad. El acto de darse cuenta es lo más importante que tiene el hombre, la sabiduría es lo único que nos dejaron. Si no te das cuenta a tiempo podes estar muy jodido, y cuando lo hagas, luego de una vida muerta, será demasiado tarde: “no hay nada más terrible que demasiado tarde” dijo Charles una vez. Sí el día de mañana esta revista se extingue y pasa a formar parte del pasado en un fallido intento de preguntar “¿cuánto falta para la revolución?” en forma de pliegos anónimos, te pedimos que te des cuenta que, mientras se mueve el mundo, mientras gente nace y otra muere, mientras reproducen discursos de doble filo, mientras la guadaña llamada realidad te corta las alas y cambio sólo te da bombas publicitarias o campañas contra el Ébola, hay un grupo de jóvenes haciendo una revista, soñando con ser las voces de su propia generación. ¿Será demasiado tarde? 8


Agradecimientos A nuestras familias y amigos por apoyarnos y confiar en nosotros. A Mariano por bancarnos en su casa hasta tarde, a veces incluso hasta el otro día. A Hernan Casciari, Juan Franco, Renzo Podestá, Nicolás Viglietti, Ezequiel Farjat, Guillermo Donicelli, Ernesto Heurtley, Javier Paez, Damián Conelly, Federico Gaumet, Qi, Dead Pop comics, Guillermo Bawden. A todos los referentes muertos que nos enseñaron a disfrutar de los detalles. A Emiliano Ciarlante. Porque esta revista también es una farsa.

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Hernán Casciari

Un héroe perezoso. por Franco Germán

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Al

día de hoy la tecnología asume un rol mas que importante en nuestras vidas sino fundamental, las configura hacia un nuevo paradigma que sacude la esfera comunicacional interconectada por dos billones de personas en el mundo y contando... La estira por un lado y la encoje por el otro en el sentido que nos amplia el radio y la velocidad de llegada de mensajes codificados en diferentes niveles de virtualidad con un gran número de personas, (incluso puede expandir ese número, como cuando te agrega a Facebook un tipo de Filipinas que no sabés de donde mierda salió y te das cuenta que eso sólo pudo ser causado por las dimensiones morrocotudas de la red social mas popular del planeta) pero también nos aleja más del otro, profana la intimidad relacional y el suspenso de la aventura hasta retraernos a lo obvio, lo cotidiano y lo aburrido. El reflujo constante de mensajes aplasta el misticismo de lo espontáneo y lo verdaderamente anecdótico con conclusiones insulsas y predecibles, al punto mismo de lamentarlo por las nuevas generaciones que no lograron vivir la retrotecnología deificada al día de hoy como el particular sonido del vinilo o rebobinar el casete con una lapicera. Porque la comunicación constante y saturada nos deja sordos y ciegos, nos une y nos desune como una típica dicotomía saussuriana, pero también nos hace tomar el camino más corto hacia el final. Esa intriga ansiosa que da un carácter más enriquecedor a la vida queda obviada, anticipada, y las historias que cincela la pluma del ser humano como sujeto histórico, como escritor conmovido por lo que pasa a su alrededor, carecen de ins11


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B Der piración, de recursos imaginarios. Anticipando cualquier suceso conmovedor con hambre de inmediatez, esa que se desprende directamente de ciertos cánones de la producción industrial del tiempo: todos los efectos juntos, toda la trama urgente, toda la acción repentina, todos los aderezos en una misma ensalada, todos los mensajes a tiempo, todo claro, todos acá a las ocho. Las historias se desvanecen en mensajes de texto, llamadas y, ahora también, WhatsApp (el producto y la marca son lo mismo). El humano vive sin tener nada nuevo para contar y habla estupideces sin ganas de escuchar a nadie. Es en el choque entre esta dimensión tardomoderna de la tecnología y los entendimientos contextuales para con el arte donde surgen los escritores de no ficción literaria, o realismo bien entendido: humor inteligente y absurdo prosaico recubiertos con un poco de esmalte ficcional que categoriza una historia de legible, al tiempo que transmite emociones y reflexiones que nos dejan boquiabiertos mirando al horizonte. Tal y como lo hacía la vieja literatura de la paloma mensajera pero agregando la cuota de cotidianidad y desencanto terrenal contemporáneo. Entre un puñado de escritores argentinos que realizan este ingenioso tratamiento de lo estándar se encuentra Hernán Casiari, quién nos deja sin excusas a la hora de crear escenarios retóricos mientras se pregunta, y se responde a sí mismo: ¿Qué mejor que una buena historia?

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Génesis En tus historias el realismo cotidiano se apodera completamente de la trama, algunas intimidades quedan reveladas a los ojos de miles de personas y pareciera que ya no queda nada por contar. ¿Vos creés que la vida de cualquier persona puede ser un cuento nuevo? El enfoque hace que cualquier vida anodina tenga sentido, la forma en que enfoques cualquier pelotudez que pase marcará la diferencia. Si le buscás una vuelta, y tenés ganas de buscársela, podés encontrar una buena historia. Yo mismo me sorprendí más de una vez encontrando cuentos en charlas o sucesos que 13

no tenían la menor importancia. Desde tus comienzos como un simple bloger exiliado hasta el día de hoy te volviste algo más masivo, algo más popular. ¿Ya te acostumbraste a cierto grado de famosidad? No creo ser famoso, mis libros no se agotan y la gente no me reconoce en la calle. Me encantaría ser famoso y agotar en todas las librerías pero eso simplemente no está ocurriendo. Tenemos muy poquitos libros y se van vendiendo de a poco. Hoy vino un montón de gente pero no es la fama la que llena mis salas, es gente que ha leído el blog. Somos una editorial alternativa


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B Der que hace cosas, nada más. ¿Escribirías para un proyecto independiente y autogestionado por un grupo jóvenes? Según, depende de muchas cosas. A veces si y a veces no, difícilmente escribo para otra cosa que no sea para mi blog. No escribo para otro medio, ni grande ni chico. Todo lo que escribo lo pongo en Orsai y después si alguien lo quiere, lo puede tener. En el caso de una revista que tiene un edificio de cuatro pisos le cobro mucho y si me lo pide alguien que está sacando una revista nueva le cobro cero. Si un cineasta con una productora muy grande por detrás quiere adaptar algo mío le cobro mucho y si viene un estudiante de cine le cobro cero. Pero no escribo “para”. Pienso que si alguien va a hacer un negocio con algo mío me tengo que llevar una parte y si alguien quiere intentar crecer en

su vocación con algo mio no le tengo que cobrar nada. ¿Qué lugar ocupa la honestidad a la hora de escribir? ¿Una persona que boludea en word se convierte en escritor cuando está dispuesto a ser honesto consigo mismo? Aunque estés mintiendo de punta a punta, si no lo hacés con las tripas, no sirve. Yo miento permanentemente cuando escribo, a veces cuento verdades y otras veces miento para que la historia no sea tan aburrida. Trato de que la ficción supere a la historia en sí, pero a veces no me sale. Si en el momento que estoy escribiendo supiera que no puedo hacer otra cosa que escribir, estoy mintiendo. Muchas veces nos encontramos con un libro que el autor sacó porque tenía un contrato por tres ejemplares y este era el tercero y tenía que salir como sea. Ese tipo está mintiendo. Aunque esté contando la más 14


cruel de las verdades, está mintiendo. Si hay algo que me parece que está bien y es honesto es no escribir siempre, sino cuando se me canta el orto. De esa manera no me arrepiento. Porque escribo cuando realmente tengo algo para decir, que puede no ser importante, pero yo me lo tengo que sacar de encima Tiene que quedar en otro lado y ya no en mi cabeza. La cultura best seller está afectando los modos de llegada de la literatura a las personas, las cosas no llegan si uno no parte desde el impulso intrínseco de la búsqueda, y las que llegan tienen tapas duras de manuales de autoayuda y libros de cocina. Desde tu punto de vista, ¿cómo ves la actualidad literaria? A mi me gusta cuando me cuentan buenas historias. No me importa si están en un libro, una película o una sobremesa. 15

A veces alguien me cuenta algo que no me interesa en una sobremesa y me aburro, fin. No opino sobre la literatura como actividad, he leído mucha basura y agradezco haberlo hecho porque es lo que me llevó a ser el narrador de la literatura que espero recibir. Yo creo que hay una industria, hay una fábrica y un mecanismo de lectura y, detrás de eso, un montón de gente que tiene la necesidad de leer cosas fáciles o sencillas. Pero me parece que está bien, mi vieja siempre leyó best seller. A veces yo los hojeaba y tienen una estructura y un trabajo, son como oficinistas haciendo un balance o algo así. Está bien, pero a mi no me saldría. No me veo levantándome a las 8 a.m. para escribir veinticinco páginas sin que importe si estoy triste, feliz o contento. Según Stephen King eso es lo mejor pero a mi no me sale. Soy muy perezoso, me gusta demasiado mirar fútbol y series; procrastinar y no estar haciendo lo que debería estar haciendo.


o

B Der Fumo mucho porro y a veces me olvido de escribir. ¿Osea que no estás dispuesto a salvar a tu madre? Ella también lee otras cosas. Me acuerdo cuando tenía ocho o nueve años en mi casa habían libros de Sidney Sheldon, esos libros gordos de tapa dura para vieja calentona con menopausia que quiere.

con los libros. Yo leo un libro por año, no leo más. Mientras te cuenten una historia no importa por donde te entren, por el culo o por los ojos da lo mismo. Si yo veo que mi hija está viendo tele y está entendiendo la trama y los por qué, está todo bien. No hace falta que una chica nativa digital este con papel muerto de árbol leyendo cuando tiene diez pestañas que abre y cierra. Su cabeza es más rápida que un libro, es cada vez más difícil concentrarse dos horas en un libro.

No puedo evitar pensar en esos escondites mágico-fantasiosos que se generan alrededor de las historias. Pareciera que, en determinado momento, el hombre busca un refugio para poder estar tranquilo, confiar en sus acciones, detener el tiempo y creer que no todo está perdido. El hombre busca refugiarse en lo que sea. Me pasa mucho con las series últimamente, más que 16


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Subtituladores y graffitis: dos caras de una misma remera.

E

n una charla del TEDx, Leonardo Oyola decía con mucho tino que consideraba verdaderos héroes anónimos a la legión sin nombre de “subtituladores” que pueblan la red. Conforman, junto a los redactores y correctores de Wikipedia (por ejemplo), los de la vieja guardia del Torrent y el colectivo con la cara de Guy Fawkes de Anonymous, parte de una vanguardia de vieja escuela que labura por sobre el plus con una recompensa simbólica por excelencia. No obtienen rédito por su trabajo directamente (u obtienen muy poco, más que un reconocimiento, un nombre o lo que recaudan con Ads), pero existen. Obviamente que dentro del grupo hay varios estratos: desde el soldado de vanguardia que sabe un idioma y trata de hacer un traspaso fiel hasta el comodín que usa Google translate copiando el formato de otro y le chanta algunos modismos para hacerlo más digerible. Desconozco cómo será en el resto del mundo, pero formando parte del mundo

hispanoparlante y con la cantidad de variedades, neologismos y nichos lingüísticos que tenemos no 18 18


sobre todo el de hoy: porque si algo caracteriza a los subtituladores es la rapidez, la inmediatez, el aquí y ahora. No son un fenómeno de nuestros tiempos, si bien puede parecerlo a simple vista: como muchos otros colectivos ignorados, han pasado desapercibidos durante muchísimo tiempo en los más variados formatos. Desde el tío que pirateaba discos enganchando caseteras, hasta el viejo que transcribía o traducía libros que no se editaban en el idioma.

Por

Nicolás Viglietti

es un trabajo para desmerecer. Todo lo contrario: coloca para su disfrute el contenido de ayer y hoy, 19 19

Todos estos escribas paralelos, no-pagos e impulsados por el simple hecho de querer darle difusión a la idea (el concepto, el arte o lo que fuera), han existido desde que existen productores de contenido y el medio falla en hacer llegar eso al receptor promedio. O, quizás viéndolo de otra manera, que el escriba pirata quiera hacérselo llegar a alguien a toda costa y a su manera. Es imposible que no piense en graffitis y la pintada callejera como otra manera, otro subtítulo, quizá tan antigua como el del escriba pi-


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B Der rata. ¿Por qué no?, pensarlo de otra manera sería un absurdo. Donde uno basa la traducción o la difusión en un contenido determinado, el artista callejero utiliza de base la realidad misma, y su percepción para dejar impreso en un trozo de pared pública lo que quiere transmitir. Y si pensamos que el graffiti es tanto o más viejo como el Imperio Romano quizá otras sombras empiecen a reflotar. Es que, pensemos: ¿Hay diferencia entre un muchacho que escribe “Laura, nunca dejaré de quererte” o “River puto” a un ídem que subtitula un capítulo de Doctor House? ¿Hay real distancia entre la muchacha que escribe en un baño el teléfono de una amiga y aquel que sube a punto la primera temporada completa de Twilight Zone? Por la ciudad-pozo (si, Córdoba es un pozo) hay muchas pintadas características, como cada ciudad tiene sus artistas y sus subtituladores. En Rosario, le empecé a dar bola a estas muestras de arte

o de comunicación no verbal con un stencil que, en el furor industrial de los celulares con tapita, mostraba a un Nosferatu hablando a los gritos por uno. Ahora, pienso yo, ¿qué me está queriendo decir con eso el anónimo que tuvo los huevos de plantarlo en varios lugares de la ciudad? ¿Hay alguna connotación entre el vampirismo de vieja escuela, o la monstruosidad, o la quietud de los cadáveres con los que gritan por celular, o es sencillamente porque le pintó y lo quiso hacer? ¿Dónde empieza la traducción y termina la interpretación? Éste tipo pone “boludo” en el subtítulo, pero boludo es una expresión nuestra, intraducible. ¿Qué me estoy perdiendo de un idioma que desconozco para que éste anónimo me ponga “boludo” en vez de lo que está diciendo de verdad? La lengua es un laberinto minoico del que se hace difícil salir sin guía, y lo mismo pasa por el lado de la expresión callejera. Uno puede leer el célebre “puto el que lee” en varios lugares y no sospecha que haya una segunda o tercera lectura a algo tan simple o burdo: lo mismo con el no 20


tan conocido “demuestre con una sonrisa si alguna vez le rompieron el culo”. En la ciudad-pozo existe un anónimo que escribió casi todo el centro y varios barrios aledaños. Firma con un inequívoco “Pepino Carajo!” que lo hace muy reconocible y se dedica a dejar frases cortas, motivacionales y casi sentencias de vida, como para plantarse frente a la indiferencia masiva y dejar saber su opinión. Cuando recién llegué a esta ciudad estaba muy preocupado por encontrar trabajo rápido (sólo tenía quinientos pesos y un bolso con ropa para sobrevivir). Paré a tomarme un café después del mediodía porque estaba muerto y me atacó la duda y la desesperación sobre qué carajo hacía yo acá. Caí en el baño de ese café lleno de moscas para leer una frase de Pepino, que simplemente decía “Nunca te rindas, sé vos”. No me solucionó la vida, pero me hizo sonreír el hecho de pensar que había alguien ahí afuera, probablemente en una situación mucho peor o mucho mejor que yo, dejando miguitas 21

de pan simples y entendibles para toda la familia, en el caos del bosque silencioso que puede resultar una metrópolis. Años después me enteré de que este Pepino le había regalado a una señora conocida una estatua de la virgen con una de sus frases al pie. Quizá fuera él, quizá fuera un mensajero o quizá ni siquiera tuviera relación con el portador de la efigie, pero, ¿qué importa? El anonimato es otra de las cosas que son casi necesarias entre los escribas piratas. Nadie muere si uno de estos escribas piratas deja de publicar, compartir o difundir el contenido que producen, traducen o inducen, pero están ahí. Sin fecha de vencimiento ni de elaboración, tanto los subtituladores como los artistas callejeros son, existen, siempre estuvieron y probablemente siempre estarán. Quizá sean esporádicos y se recambien todo el tiempo, quizás haya gente con verdadera vocación y sea su hobby o pasatiempo. Quizá también, en un mundo medido en gran parte por la circulación de la moneda, el hecho de despren-


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o

B Der derse de la retribución y contar con ese capital simbólico le de otra característica que la mayoría desconoce. Porque, que no quepa la menor duda, éstos productores de contenido gratis lo hacen porque ellos quieren: no tienen un chumbo en la cabeza, ni económico ni autoindulgente, que les marque los pasos. Un pibe que pinta “La única iglesia que ilumina es la que arde” en la catedral no espera que la gente pare y comprenda su mensaje. Está. Es un gritito apenas entre tanta bulla y letra que vemos en el día a día. Lo mismo el artista que pianta el stencil del pingüino fumando en un rincón casi invisible de una esquina abandonada. No importa. El mensaje está y ellos lo hacen por ellos y para los que pueden pescar ese otro lenguaje, ese subtítulo urbano que hace que la ciudad sea legible desde ciertos ojos. Pasará el tiempo. El hombre inventará nuevas maneras de difundir contenido: ya sean sinapsis

sintéticas o sueños inducidos, ya sean sensaciones inyectables o inconscientes prestados, no podemos predecirlo y tampoco importa. Lo que sí parece importar es que éste subtítulo (tanto el urbano como el virtual) va a subsistir, lo viene haciendo desde hace añares y no creo que unos cambios rotundos le muevan el piso. Y sinceramente me hace feliz leer la ciudad en las paredes pintadas, no por acatar lo que dijera Rodolfo Walsh de que las paredes son la imprenta de los pueblos, ni mucho menos. Creo que todo es válido, y que el subtítulo puede tener carácter intransigente como ser peso pesado. Y también puede ser más o menos críptico. Como cuando uno sabe la lengua que hablan en el documental o la película que está viendo y le caza el sentido a lo que realmente se quiso decir. Pasa lo mismo tratando de descifrar el stencil enigmático de la horca, el símbolo pagano o el lema militante del tipo “go vegan” o “acá escuchan Lerner”. El periódico anarquista La Antorcha tenía un lema que com24


partía con publicaciones de carácter símil en la época: sale cuando puede. No hay que esperar publicación regular ni periódica porque no hay medios o, si los hay, tampoco hay que acatar el marcapasos de la rutina. Si al fin y al cabo (como sucede con esta revista) lo hacés porque querés y el resto, ¿qué te importa? Hace un tiempo, en Buenos Aires, me encontré con un ejemplar de La Protesta, otro periódico anarquista al que creía completamente desaparecido. Me acordé inmediatamente de una pintada hermosa en una esquina del centro de Rosario que rezaba “el poder no se toma, se escupe” en una fuente angulosa a mano. Me decepcioné bastante al ver que seguían levantando en andas a Bakunin, y que la edición en general dejaba bastante que desear: tenía un olor a formol que espantaba, aunque la fecha de edición fuera actual. Hice treinta metros y, sobre las paredes de una estación de tren, otra pintada con aerosol negro: “Se abrirán las grandes alamedas”, una cita de Salvador Allende inconclusa. Me 25

gusta pensar en códigos, me gusta descifrar lo críptico y me gusta aprender. Pero lo que más me gusta de toda esta legión de escribas piratas es que es literalmente imposible que yo me encuentre con ellos (o ellos conmigo), lo cual hace nuestra conexión más efímera aún. Es muy improbable que yo malinterprete o bieninterprete su mensaje, quedando en pelotas en medio de una avenida o alzándome de hombros. Nada tendría sentido si el subtítulo no se hiciera porque sí. Poder creer en las coincidencias o en la casualidad es otra cosa. Para quien va armando en su cabeza el trencito de ideas constantemente, uno de éstos subtítulos alcanza el conocimiento, la palabra o la idea justa, en el momento justo. Presten atención, que los

subtítulos dicen muchísimo más y muchísimo menos de lo que en realidad parece.


por Guillermo Donicelli

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o i

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o

B

Der

El arte conceptua una mierd

Hubo un divorcio al que nadie fue invitado, que no tuvo asidero en ningún programa de chismes y que careció de la típica figura del sujeto sacudiendo el whisky diciendo “son todas putas”. Según pudimos averiguar, sucedió entre el año 800 a. C. y el 1990 d.C. Opinan algunos investigadores que el divorcio entre el arte y el pensamiento crítico ocurrió incluso antes de su matrimonio, constituyéndose así en el primer divorcio preventivo. Otros chismógrafos de la posmodernidad aseguran que en realidad no era un matrimonio, sino una unión civil, para compartir obra social, herencia y esas cosas.

N

o hace muchos años, después

alguna razón, probablemente histórica,

con unos amigos en un bar

ción que tuvieron algunos de nuestros

de haber tocado la guitarra

cultural bastante independiente (ahora propiedad de algún paparulo con poco

interés en el arte), ingresé de rebote en una de esas interminables discusiones sobre política, fuego alimentado por

leña destilada de malta y cebada. Dis-

cusiones tales suelen tener un muy mal

destino deparado, y es que, en el ámbito del arte, es mucho más que una moda

el compromiso social y/o político. Por

posiblemente por culpa de la persecu-

artistas durante la dictadura, quizás por culpa de los nazis, o de un tal Schindler, cuya lista del supermercado coin-

cidía con algunos apellidos, o bien, por la relación entre los surrealistas con el comunismo, o entre los futuristas con

el fascismo, los artistas pasaron a estar asociados con diversos movimientos políticos.

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al es da!

Papá, ¿es el arte y la po-

un rollo de cinta de papel. Sin embar-

go, éste no es el punto importante. De

lítica una asociación ilícita?

hecho, a este respecto, no existe punto

Existen millones de formas posibles, y

importante, ya que no existen puntos.

Si bien era conocida la afiliación

no todas ellas están dispuestas a vender

que Borges tuvo con el Golpe de Esta-

su orgullo a cambio de una perspectiva

do, poco trascendió su arrepentimiento,

política.

y mucho menos su visión literaria ajena (casi en su totalidad) a la política. Artaud fue conocido por su obra teatral,

Cuando me preguntaron cuál era

surrealismo por considerar que el arte

simple: en contra. Pero no “en contra de

mi postura política, mi respuesta fue

pero poco se habla de su separación del

algo”, sino “en contra” y punto. Porque

no debía estar contaminado por la polí-

mi distancia entre la política y yo es tal

tica.

que no tengo intención de comprome-

El tan vituperado arte por el arte

ter mi escroto al contacto de la lengua

coexistió con el arte político desde la

de la mencionada meretriz.

primera vez que se escribió La Ilíada y, en ese tiempo, a nadie le cuestionaban si era oficialista, opositor, anarquista o

Metí al policía porque estoy seguro

arte. No existe forma de estar a favor ni

a favor de la existencia del arte por el

policía.

en contra. Federico García Lorca hacía

de que más de uno recuerda a Fabián

ambas cosas sin pudor alguno; algo que

Schultz, el policía que apareció en la

ahora llaman “servicio completo”. Así

televisión cantando temas rosados.

Pero esto no significa que esté

también Shakespeare, Lope de Vega y

Si vamos a juzgar el arte a partir

de su afiliación política, podríamos decir que así como el Guernica es una obra

otros grandes, cuyos nombres no recuerdo porque mi memoria los discrimina. Pero, los que se cerraron en hacer sólo arte político, como Bertolt Brecht, si

de arte, todo lo que hizo Mondrian es

bien la Historia no desconoce su genia-

una poronga; yo mismo puedo hacer lo

lidad, acabaron como artistas de culto.

mismo si me dan un poco de pintura y

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o

B Der Papá, ¿Por qué hay un

Chespirito, pero no un Brechtito?

Si un músico hace pop en la ac-

tualidad, en un ámbito universitario, te encontrás con que se convierte en víc-

tima de una interesante mutación de la

discriminación de género. La aparición de un personaje como Micky Vainilla

en la televisión no hace más que acre-

centar este hecho, ya que con la frase “es pop para divertirse”, es fácil inscribirlo

-sin consenso- en una filiación política

y punto. Se me pianta un lagrimón al

escribir esto, pero el compromiso polí-

tico en el arte es parte del mismo mer-

cado del arte, por lo que el pop, termina siendo, en la actualidad, una forma más

pura de arte. Hacer arte de izquierda, en un momento en que el gobierno nacio-

nal se pone una máscara de izquierda (al mismo tiempo que Gieco, Galeano y los familiares de Plaza de Mayo se vuelven mainstream), es de derecha.

Papá, ¿por qué ser zur-

similar a la que se le atribuyó a Palito

do es de derecha?

para divertirse; una mierda de catálogo,

cripto a una categoría universal. Ser de

Ortega en los 70/80 (él sí hacía pop pero pop al fin).

Todos vimos caer a Charly Gar-

cía bajo las fauces de Palito Ortega y

sus psicofármacos, cuando preferíamos verlo caer desde el noveno piso.

Al principio de este artículo,

confieso que tendría que haber escrito que es posible que me tilden de gorila

por lo que escribo, pero me gustó la idea de ponerlo acá porque al fin y al cabo,

ser border quiere decir estar en contra,

Ser de derecha no es algo ads-

derecha no significa ser capitalista, neoliberal, fascista o un testículo de Zeus.

Ser de derecha viene de estar “a la derecha de”, por lo que adscribir al discurso hegemónico en el contexto en que se vive es estar a su derecha.

Para evitar esta discusión, en los medios se establecieron nuevos conceptos: “oficialista” y “opositor”.

Es decir -vengan de a uno-, ser oficia-

lista es ser de derecha, y zurdo es el que se opone. Pero, ojo, si tenés una sola

cuestión en contra del gobierno vigente, 30 30


ya sos de izquierda, porque apenas se

de izquierda); ellos vieron la guerra y el

traidor al movimiento.

minaron siendo víctimas de sus propios

nacionalismo como algo necesario y ter-

enteren de que cuestionás algo, sos un

discursos cuando el fascismo los adoptó

Pero papá, ¿esto

como artistas precursores de una “nece-

implica que Macri es de izquierda?

sidad nacional”.

Cuando Hitler invadió Berlín, su

Con todo esto quiero decir que

el arte se divorció de la política mucho

revolución (sí, era una revolución), era

antes de haberse casado, porque la rela-

bajo el nombre del nacionalsocialismo, un movimiento de izquierda que se

oponía a los que habían entregado todos los bienes de Alemania.

ción fue, es y será tan tormentosa que,

aún ante el más eminente psicólogo de parejas, el resultado no es más que un conjunto de frases, versos y melodías

Si Iorio defiende a los militares cuando

cubiertas de moretones y mentiras. Y

los militares no tienen éxito, entonces, es de izquierda.

Por esto, basándose en la mera etimología, acá, Calle 13 es de derecha, pero en

ante esta relación violenta entre el arte y la política, a los artistas que quieran trascender en la Historia, sólo queda

algo para decir: es equivalente el riesgo

su pueblo natal, es de izquierda.

de trascender como forro en la política

La relación amorosa entre el arte y la

que el riesgo de caer como pelotudo por

política, en muchas ocasiones se con-

no demostrar un compromiso.

vierte en una especie de síndrome de

Al fin y al cabo, cayeron como machis-

Estocolmo, como es el caso del grupo

tas tanto los obreros como Berlusconi;

de los surrealistas, quienes se subscri-

fueron catalogados como fachos tanto

bieron al partido comunista, demos-

los taxistas como Galtieri; y acabaron

trando saber poco menos que un pedo

en la misma bolsa de artistas, tanto los

de psicoanálisis y mucho menos gas

músicos como Palito Ortega.

metano de política. Lo mismo les pasó a los futuristas (quienes, cuando sur-

gieron como movimiento artístico, eran 31


Tengo una extra帽a sensaci贸n. Algo no anda bien

32


Ilustra Renzo Podestรก 33


o

B Der

Detesto esta combinación

Miro al agente. Sé que

de frío y lluvia. Enci-

no me quiere, más bien,

ma, esta lluvia finita.

nos odian. Nosotros lle-

Que es y no es. Que te

gamos, miramos un poco,

moja, pero no.

y ellos se tienen que

Ya tengo los hombros em-

encargar del trabajo su-

papados. Ni el piloto me

cio. Si yo me mojé en

salvó.

15 minutos, ellos tienen todavía para más de dos

- Inspector. Ahí está el

horas. Esperar la ambu-

cuerpo.

lancia, papeleo, etc. 34


Me acerco al cadáver, el olor desata en mí una serie de arcadas que me traen a recuerdo el caso de la señora Martínez quien, luego de varios días muerta, fue hallada por sus vecinos con la mitad de la cara masticada por sus propios gatos. Está muerto como Jimmy Hoffa, olvidado en el piso como un perro. Los ojos grandes y saltones mirando al infinito. La palidez extrema, a pesar de que la cara está en sombras, alumbra el radio de su triste final.

El humo que sale de una alcantarilla, lo envuelve, desordenando su pelo sucio y largo. Está flaco como si llevara años muerto. El olor que hay en esta calle, en realidad no es tan distinto al resto de esta ciudad o al living de la familia Martínez. 35


o

B Der

Tiro el cigarrillo. Me acerco y le reviso los bolsillos. encuentro unas monedas, una armónica y la credencial: algo con Rosseau, “¡Vaya apellido!” pienso. “Se vé que tenías muchos planes para esta noche, ¿no? y quizás Mucho más para esta vida... Me pregunto qué habrías estado pensando en el momento que despertaste hoy. El traba-

Me quedo quieto.

jo, los problemas, las

No puedo acercar-

mujeres, el alcohol, la

me. Esos ojos me

noche... en todo. Menos

miran fijo.

en el final”. 36


Cuando me quiero dar cuenta estaba hablando en voz alta, un uniformado me pregunta si estoy bien. No me tutea, apenas lo miro y guardo un silencio renegado. Coloco la credencial en la bolsa de evidencias y me guardo las monedas y la armónica, total a él ya no le sirven. Levanto la cabeza cada tanto para comprobar que no haya movido los ojos. Esa sensación de que cuando no lo miro, me mira. Me río de mí mismo, aunque, si hay algo que aprendí en mis años de servicio es que la realidad siempre supera la ficción. 37


o

B Der

Tiene una gran mancha de color rojo oscuro a la altura del hígado, no es más que una costra sucia de sangre añeja en el abrigo de lana. Me dirijo al agente sin dejar de mirar el cuerpo. - Tiene una herida de arma blanca en el lado superior derecho del abdomen. Lo mataron en otro lado y lo trajeron acá. Busquen algún rastro de sangre, a ver si ven de dónde vino. Buenas noches. Se va a quedar más de lo que creía, empapado bajo de la llovizna. Más razones para no quererme. De todas formas, ya me odiaba.

Continuará... 38


uenos Air s a Nueva York

De B

e

por Ernesto Heurtley

A

ños 40. Estados Unidos, recuperándose de la Depresión del 30. Crimen, pobreza. Con la influencia de directores del expresionismo alemán exiliados por el nazismo, surge un cine de

detectives privados, policías corruptos, femmes fatales, crimen, droga, prostitución, barrios bajos. La Buenos Aires de los 60 es un irrisorio paralelismo de facones y balas perdidas. Nadie está a salvo, luego de veinte años nadie se salva.

El lado oscuro de la ciudad se entremezcla con los sollozos y las

bocinas que no se enteran. El alto contraste, las luces y las sombras. Todo reflejado por esa fotografía tan particular, usada como elemento guionístico, sobre todo, para definir la psicología de estos personajes sórdidos. Esas imágenes donde casi siempre es de noche y sólo un farol la corta brutalmente son la máxima expresión del cine en blanco y negro, antes de ser relegado por el technicolor. Pero la incertidumbre arrasó con todo, incluso con el color de la ciudad a través de mis ojos, mientras el televisor se ve radiante me atrevo a decir que el paso del tiempo ya no importa y lo hago (“el paso del tiempo ya no importa”) y como demostración veo una caja gritando, oscilando entre mentiras y 39


o

B Der verdades. En Buenos Aires la tierra entra por debajo de la puerta sin pedir permiso y lo peor es que siempre trae algo entre manos. Algo macabro, cubierto de sangre y promesas erradas.

Si bien las bandas sonoras de estas películas eran orquestaciones

modernas, al estilo de Broadway, el jazz aparece como la música ambiente. Esa música que se cuela en segundo plano desde las radios, en las jukebox de las cafeterías, donde Sally camina con la cafetera en la mano, ofreciendo otra taza a los parroquianos. El jazz llega a la pantalla grande, como no podía ser de otra forma, subrepticiamente. De esta forma, subliminal, el jazz moderno, se transforma en la banda sonora del film noir, aunque extemporáneamente. Con un desfasaje de unos 10 años, casi nada. Acá suenan voces de poetas derrotistas, silbaculos de corazones rotos y los gritos silenciados del peronismo poscripto, esos que no dejaban pensar a Córtazar; esos con los que yo no puedo dejar de pensar. De todas formas, es su música. Ya saben, los gringos, la que les queda mejor. Sobre todo, porque el jazz nació en esos ambientes, lúgubres, de bajo fondo.

Cualquier escena de The Maltese Falcon (1941), de John Huston,

podría tener de fondo la trompeta de Dizzy Gillespie. O de la radio del auto bomba de Touch of evil, (1958), de Orson Welles. Recién en los años 50, se popularizaría el género, de la mano de la irrupción de la televisión, en todos los hogares del New Deal america40


no. Las series policiales son las preferidas para reunir a la familia. Papá fuma, los niños ya tienen sus piyamas puestos, mamá mira de reojo mientras cose. Muchas de estas series exitosas toman canciones del Crime Jazz como tema principal. Peter Gunn (1958-60), Staccato (195960).

A su vez, el cine comienza a verse influenciado por el jazz. Muchos

compositores de bandas sonoras lo toman e incorporan sus arreglos a las Big Bands. Pasan de la pantalla chica a la grande. De Main Theme a Banda Sonora. De sonar de fondo a música principal. The Wild One (1953) deLászló Benedek, con Brando como estrella y la música de Leith Stevens; The Man With the Golden Arm (1955) de Otto Preminger, con Sinatra y Kim Novak, y música de Elmer Bernstein; o Anatomy of a murder (1959), también de Preminger, con James Stewart y música de Duke Ellington. Se van arrimando Stan Getz, Quincy Jones, Count Basie, el primer Miles Davies, hasta que deja de ser definitivamente música de parias o de outlaws, de lado B, y es asimilada, ya entrados los’ 60, por los intelectuales y estudiantes hijos del Mayo Francés.

El oficial mojado, mira alejarse el auto del detective. Ordena que

metan al muerto en la ambulancia. Se queda los zapatos del finado, que están en buen estado, y se aleja caminando. No hay mejor lugar para secarse y tomar algo fuerte que el piringundín del Bajo Flores, debajo del puente del tren.

41


o

B Der

por

Franco Germán

“Metanoia es una revista que empe forma evitó autodefinirse. Siempr vilizada por una fuente irraciona incertidumbre, al misterio, a lo los textos que he escrito la idea no configurarse como un sistema c ciones, pero eso no importa. El n nuevas significaciones que lleven

¿Cuál fue el leit motiv que te llevó a editar Metanoia? Antes que nada soy dibujante, dibujo desde que tengo memoria y siempre me interesaron ciertas temáticas ligadas a lo prohibido, a lo obsceno y lo grotesco. Una fijación similar a la del niño que dibuja pijas en los pupitres del colegio. El disparador inicial que dio vida a la revista fue la experiencia de haber trabajado de forma paralela y completamente independiente en el Hospital Neuropsiquiátrico Provincial de Córdoba y en el Penal de San Martín en el año 2011 dictando un taller de 42


ezó como una propuesta antipsiquiátrica, pero de alguna re digo que es vitalista y existencialista, que está moal. La idea del proyecto es dar un lugar a la duda, a la desconocido... por eso en las cosas que he publicado y a es perturbar, conmover y desestructurar, para justamente cerrado de certezas definidas. Por ahí subyacen contradicnúcleo es la duda y el pensamiento motorizados por generar n al lector a otro nivel de reflexión”. Emiliano Ciarlante, editor de la revista Metanoia.

dibujo e historietas. El taller estuvo guiado siempre por la idea de trascender la visión de caridad burguesa y light que a mi personalmente, me repugna. No son más que nuevas formas de autoritarismo que continúan inferiorizando a los pacientes psiquiátricos, yo siempre busqué el contacto directo sin ninguna interferencia moral o cultural. Algunos de estos jerarcas de la compasión que caminan por los pasillos del Neuro sólo buscan reputación o aprobar la tesis de psicología, contribuyendo a perpetuar el orden establecido. 43


o

B Der Publicaste textos y dibujos de los pacientes con los que trabajaste también Si, comencé a trabajar desde la Feria de la Cañada haciendo publicaciones por fuera del internado con dos pacientes y publicamos Ardtrux #1 y #2 que son poemas, canciones y dibujos de un paciente psiquiátrico llamado Ricardo Albarenque; y “Los estados de la locura”, un libro que reúne relatos cortos de Oscar Levit. En los cuales él describe distintas experiencias alucinatorias sin una cierta linealidad o estructuramiento y yuxtaponiendo distintos estados de consciencia con emociones, sensaciones e imágenes.

¿Se exteriorizan algunas preguntas personales con la revista? Todo el tiempo, el primer tester de la revista soy yo. Me propongo a hacer algo que me movilice, disfruto estar en situaciones de peligro y vulnerabilidad. Ya sea en la vida real como dentro de mi propia mente, creo que es ahí donde nacen las cosas más valiosas y orgánicas. Uno pierde el control y, como dicen los budistas zen, da un paso al vacío. A partir de ahí abordo muchas temáticas que van desde las cárceles, el sistema psiquiátrico y los movimientos okupa, hasta las drogas, la pedagogía y la filosofía tomadas desde un punto más arriesgado.

¿Te sentís como una especie de lubricante político entre ciertos círculos de intelectuales o lectores y marginados? Al darle voz a los que no la tienen. Yo creo que es un poco peligrosa esa idea en tanto que puede transformarse en una suerte de formulamiento discursivo y desescandenar una fetichización de la marginalidad que no me interesa en absoluto. A mí me interesa la experiencia humana, y eso puede ir desde publicar una carta de 44


denuncia de un preso hasta publicar el texto de algún filósofo desconocido. En algún momento llegué a considerarla una revista “marginal”, pero después rechacé eso porque quiero que la revista esté viva. Y es justamente por esa búsqueda dubitativa y vulnerable que gente tan diversa lee Metanoia. Cuando uno asume esos estados, alcanza ciertas formas de universalidad en lo que dice. Mis lectores van desde el tipo más lumpen que vive en la calle hasta académicos recibidos en la UBA. Creo que esa variabilidad en el público tiene que ver con el hecho de que la revista está orientada hacia la búsqueda de la pregunta y no de la certeza absoluta.

Leyendo el prólogo de la revista pude observar que no está hecha para confirmar ninguna ideología, ningún dogma u especificidad acerca del mundo y la cultura. ¿Acaso creés que desde la gestación de significado mediante la expresión gráfica y literaria no es posible cambiar el mundo? ¿Ni siquiera algunas unidades? No pienso en términos de cambiar el mundo sino en el aquí y el ahora. No quiero abstraerme ni aspirar a una cuestión tan megalómana. Sé que en el fondo soy una criatura, y al reconocerme como tal busco las experiencias en la inmediatez. Por eso es que trabajo de forma directa, mis intervenciones en el neuro y en las cárceles las realice con el contacto directo. Prevalece una cuestión ligada al corazón muy vivencial, no tanto ideológica ni política en el sentido estricto de la palabra, sino que es la misma naturalidad y sinceridad con la que te estoy hablando a vos ahora. Hay una frase en la Metanoia #2 que fue muy famosa en los sesenta y dice: “Todo aquel que habla de revolución sin referirse a la vida cotidiana tiene un cadáver en la boca”. La construcción es en el día a día, lo cual me impide por antonomasia pensar en términos de cambiar el mundo. Por eso digo que prescindimos de banderas, multitudes congregadas, ideólogos, líderes carismáticos, gurúes, intelectuales o figuras que estén ofreciéndonos 45


o

B Der un camino hacia la salvación o el despertar espiritual o lo que sea. Toda la gente vive “hacia” como proyectando un futuro abstracto. Eso a mi me choca y trato de traer todo al presente.

Como si hubiese una revolución utopista esperando por la humanidad en alguna meseta semántica Como si te estuvieran pajeando perpetuamente y fantaseando con un orgasmo que simplemente nunca va a llegar. En uno de los últimos textos que escribí, hablo de que siento a las personas cada vez más abstraídas en la palabra y el discurso certero. Muchas veces, esas certezas no hacen más que fragmentarnos y separarnos. Hoy por hoy todos están autodefinidos: kirchneristas o anarquistas; lesbianas o veganos. Establecemos fronteras ilusorias y dimensiones de significados que poco tienen que ver con la existencia real. Hay una frase de Aldous Huxley que dice: “somos todos pecadores naufragando en el mismo bote cósmico”. La idea de pecador no me gusta mucho, pero el hecho de que estemos todos nadando en esto que es el mundo y, mires donde mires, vas encontrarte con un océano de incertidumbres me sensibiliza. La ideología muchas veces peca de sectarizarnos y abstraernos en cuestiones que nada tienen que ver con la vida cotidiana.

En la revista pude observar una cierta aberración por el discurso intelectual, pero hablando con vos me doy cuenta de que usás varios intelectuales malditos o “desplazados” de la esfera educacional para enlazar tus ideas. ¿Creés que los intelectuales son los verdaderos náufragos que pretenden entender el mundo desde una isla llamada universidad y a la cual es 46


obvio que el barco de la revolución nunca rescató? En la universidad no hay nada. Es un circo o un montaje en donde básicamente el sistema se apropia de cierto impulso rebelde de la juventud, lo manipula y lo manufactura. Como dice Enrique Symns: es la cuna del poder y la tumba del saber. En cuanto a los intelectuales, por más que la revista se posicione como “anti-intelectual” peca de ser intelectual en muchos sentidos. Pero si, los intelectuales me parecen personas narcisistas que no escuchan y viven sumergidos en una dimensión de conceptos inertes y fosilizados. Yo siempre digo que son brujos de magia negra y la palabra es su hechicería favorita. Aquella que tiene la capacidad de articular fonemas para convencer a la gente y manipularla. El lenguaje en realidad es eso, un hechizo.

Metanoia nº III. Imagen inspirada en un grabado anónimo del Siglo XIV y reversionada por Ciarlante. 47 47


o

B Der Barthes dijo que el lenguaje era fascista por naturaleza Si claro, y antes de Barthes lo dijo Burroughs, y lo anticiparon pensadores como Nietzsche, Bakunin, Heidegger y Krishnamurti entre muchos otros. Muchos se dieron cuenta de que es una construcción simbólica e ilusoria que no hace más que fragmentar la consciencia, establecer categorías y definiciones con el fin de extinguir el contacto directo con el devenir, por algo Burroughs decía que era un virus. Pensemos en el niño por ejemplo, maneja toda una serie de lenguajes corporales, sonoros y visuales que son completamente desplazados por la hegemonía de la palabra. Por eso el primer texto de la Metanoia #3 dice “esta revista es una farsa”. No hay más que palabras… si la experiencia de leer la revista se traduce como un nuevo bastión de certezas indiscutibles, entonces fallé y soy un hechicero más.

Trato de usar el lenguaje como una ínfula de activación.

¿Crees que el modelo económico actual es nocivo para la expresión artística? Absolutamente, creo que ya es hasta ilusorio pensar en el mainstream o el under; en la cultura o en la contracultura. Las formas de expresión alternativas y discursivas transgresoras han sido hábilmente absorbidas por el sistema y forman parte de un shopping center cultural. Esa es una de las preguntas de la revista: ¿cómo hago para crear algo que escape de esa tendencia generalizada a convertir todo en un producto empaquetado y estandarizado? La gente ya lo tiene introyectado y eso es lo peor, no son solamente “los capitalistas” como si fueran personas tan lejanas, somos todos nosotros. 48


Tenemos interiorizado el virus del poder. Inevitablemente todo lleva a que te transformes en un producto, la gente lo exige. Muchas veces me entrevistan y pongo incómodo al entrevistador porque me niego a ser una cajita feliz.

Cuando uno hojea la Metanoia #1 pareciera que la gente internada en el neuropsiquiátrico es la única que está cuerda en la sociedad y no son más que víctimas o, como los llamás vos, “corderos sociales” de un mecanismo residual que los encierra para salvaguardar sus convicciones y certezas acerca de cómo debe comportarse el ser humano. Entiendo la locura como un mensaje codificado: metáforas de ciertos aspectos reales y tangibles de la vida cotidiana que pueden manifestarse en la forma de delirios, alucinaciones y paranoias. David Cooper decía que los esquizofrénicos paranoides son conscientes más que nadie de la persecución real que existe en nuestra sociedad. Uno está perseguido o potencialmente perseguido todo el tiempo. No te persiguen hoy, te van a perseguir mañana. Todo el discurso sobre la democracia y los derechos humanos es un gran telón distractor mientras el sistema continua mesmerizando la vida, controlando, vigilando, regulando, reglamentando y segregando. La vida continua siendo mutilada en sentidos reales y simbólicos. El paranoide sólo está revelando un hecho concreto: la persecución existe. Y por más que te hable de extraterrestres o de presencias demoníacas está exponiendo la cruda verdad. Yo simplemente empecé a escuchar esos mensajes con total receptividad. El acto de escuchar es el acto más sabio que uno puede realizar cuan49


o

B Der do trabaja en estos entornos. Pero no hablo de escuchar desde la otredad indulgente, sino de escuchar sin instalar ningún tipo de filtro perceptual en el relato de la persona. Todas las experiencias que tuve entrevistando a gente privada de su libertad generaron un intercambio muy interesante que me movilizó y me llevó a compartir esas experiencias a través de la revista.

¿Cuando hablás de “cultura eutanásica” hacés referencia a la primacía del “use y tire” con la que opera la sociedad? ¿Cuál es el nivel de impacto que tiene la psiquiatría psicofármaca en las relaciones de poder del sistema capitalista y la consumación de una estrategia instrumentalista que priva a ciertos individuos de su libertad por considerarlos un peligro para la sociedad? Básicamente es una visión produccionista y utilitarista en la cual la ecuación es simple: si no servís sos descartado. Un antecedente claro de esto es el rol que tuvo la psiquiatría dentro del nazismo y en la eliminación sistemática de enfermos mentales por calificarlos como cuerpos inútiles para la comunidad. Por un lado el sistema aísla lo que no le sirve y lo convierte en un residuo pero a su vez, y creo que es lo más interesante de todo esto, esos entes residuales son funcionales para el sistema, necesita que existan esas figuras: el loco, el criminal, el drogadicto... la sociedad entera está fundada sobre los vestigios del maniqueismo. Esa idea de que la realidad está dividida por dos principios opuestos: el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, lo sano y lo insano, los normales y los anormales. Como explicaba Foucault, sin la existencia de la figura mítica del criminal, ¿de qué manera se justificaría el control policial y la vigilancia? El poder necesita de sus monstruos. 50


El residuo social desplegado y aislado es funcional en un sentido ontológico, cumple el rol de sostener la oposición ilusoria entre dos principios como la locura y la cordura. La sociedad necesita de los locos para proyectar en ellos su propia putrefacción.

Hacés una fuerte crítica de la sociedad de consumo y su maquinaria propagandística creadora de realidades alternativas. ¿Creés que nos volvemos imbéciles porque se nos impone una visión naif del mundo, o que en muchos casos elegimos voluntariamente vivir alienados? Es decir, el imbécil, ¿nace o se hace? Tengo sentimientos encontrados para responderte, por un lado pienso que gran parte de toda esta mentira es adquirida: uno nace en un estado de cierta pureza e inocencia y progresivamente es mutilado por las instituciones como la escuela y la familia, en primera instancia. En este sentido el contexto sociocultural, como decía Mallarme, nos obliga a claudicar el éxtasis. La niñez es un éxtasis de plenitud y aprendizaje que es eliminado por el filo de una guadaña que dice “realidad”. Por otro lado, percibo a la estupidez humana como algo heredado genéticamente, de corte evolucionista y que tiene que ver con el desarrollo del Neocórtex. Justamente lo que nos diferencia del resto de los simios. Esta nueva capa del cerebro implica una serie de nuevas variables en la supervivencia y nuevas capacidades que, a su vez, son como una condena. El lenguaje, la moral, el castigo, el tabú, la religión, la idea del tiempo, son frutos de esa nueva invención evolutiva. Aunque a veces encuentro esta visión contradictoria y no sé qué creer. No sé si la sociedad te implanta un chip que te estupidiza o si realmente hay una predisposición evolutiva a ser un estúpido. 51


o

B Der ¿Por qué el reloj es una máquina infernal?

La idea de la temporalidad es humana. Uno no vive en el presente sino que carga con el peso del pasado entendido como la crianza o la cultura donde nació, y se proyecta hacia el futuro, hacia la realización de un proyecto de vida... no vivimos la inocencia del devenir. Es como si hubiera una línea de tiempo establecida en nuestras consciencias. Llego a creer que hasta planeamos nuestra propia muerte. Sin darnos cuenta trazamos las coordenadas temporales de nuestra miserable existencia como una planificación de la cual no podemos escapar. Por eso los esquizofrénicos paranoides hablan siempre de “esa radio” que uno tiene instalada en el cerebro.

La democracia está degenerada en dictadura del mercado: “compre, obedezca, no piense, trabaje”, quién no se atenga al lema es un terrorista, un inadaptado o un enfermo. ¿Qué valores tendríamos que aprender para escapar de esta tendencia que nos va a convertir en hormigas subnormales con la tarjeta de crédito entre los dientes? Personalmente creo mucho en el instinto y la intuición como formas de conocimiento y percepción excomulgadas por la sociedad moderna. La creatividad y la búsqueda del placer no como hedonismo capitalista sino en otros planos más profundos. Las cuestiones más simples e incategorizables son las que guían mis acciones, y creo que a través de esas voluntades uno puede llegar a generar momentáneamente una vía de escape. Sin dudas el mayor detonador tiene que ser de carácter irracional e intuitivo.

Recién me decías que ya no sabés en qué creer, ¿cómo te defi52


nirías en términos políticos? Algunos dicen que soy anarquista pero no me siento cómodo con esa categoría, los anarquistas muchas veces caen en ciertas formas de dogmatismos de las cuales yo prefiero apartarme. Me considero más un vitalista, un existencialista, un explorador, un creador, un comunicador... un ser en construcción. No pretendo autodefinirme, he leído un montón de autores de distintas vertientes ideológicas y filosóficas pero yo sólo soy un ser en construcción. Todos somos devenir.

Motorizado por los valores que transmite el sistema educativo el hombre es deshumanizado cada vez más y más. ¿Se puede evitar que el poder corrompa en algún punto al ser humano? Soy una persona muy vinculada con los niños. En la Feria de la Cañada, donde trabajo todos los fines de semana, les enseño a dibujar y juego con ellos mientras trato de desentrañar lo que decís: sí es posible evitar de alguna forma que las estructuras sean inoculadas en la consciencia del niño, y realmente no sé qué responder. Muchas veces me encuentro a mí mismo completamente estructurado. Me cuesta medir la situación porque sé que ya me cagaron la cabeza con la normalidad y la cordura. Veo a los niños y pienso en qué puedo hacer para que ellos puedan crecer de otra forma o qué les puedo aportar desde mi lugar para que evadan ciertos imperativos sociales. Creo que la creatividad es una forma de desafiar todas las formas de estructuramiento mental. Uno, a medida que va creciendo, desarrolla hábitos mentales que se traducen en el cerebro como circuitos eléctricos cerrados que se repiten. Eso es lo que el sistema quiere: generar circuitos cerra53


o

B Der dos. La creatividad, cuando es genuina y sincera, nos permite sabotear esos circuitos y abrir nuevas redes. Tenemos millones de neuronas que no usamos y no sabemos lo que puede haber en ese terreno baldío inexplorado. Entonces creo que la creatividad nos ayuda a explorarlo y desarrollar nuevos hábitos que quizás puedan desembocar en un cambio real. Volviendo a tu pregunta, creo que siempre que existan estructuras de poder habrá una alta probabilidad de que éstas devengan en corruptas.

Lo que siempre me sorprendió de los niños son las franjas generacionales y no puedo evitar pensar, contraponiéndolos con nuestra propia generación (90’s), en que ellos son un fruto de su propio contexto, y así como nosotros somos hijos del vaciamiento cultural o la Guerra del Golfo, ellos son hijos de la hiperconectividad criados por el smartphone y los efectos especiales. Mi visión de la historia humana se basa en un eterno retorno, algo así como un patrón que se repite todo el tiempo. No creo en el evolucionismo histórico. Si bien las tecnologías han avanzado, siguen bombardeando la Franja de Gaza. Como si la historia humana fuese un bucle repetitivo. No hay un objetivo ni una linealidad en la historia, sólo ciertos modelos que se repiten por siglos y siglos. En Dublin, una vez pude conocer un museo histórico donde, entre todas las cosas maravillosas que tienen, hay unos cuerpos del año 3.500 a.C que se mantuvieron en buen estado por cierto fenómeno geológico. Pertenecían a personas linchadas o sacrificadas en rituales religiosos, y mientras veía muertos sin tetillas, dientes o uñas y los cráneos machacados, pensaba en que esos mecanismos de violencia racionalizada y premeditada son parte 54


Contratapa de la revista Metanoia nยบ III. 55


o

B Der de patrones autodestructivos, que parecen ser inherentes al ser humano.

¿Cómo fue tu experiencia en Europa? Entiendo que desde tu lugar, y considerando que el “Primer Mundo” es el engranaje principal de la hegemonia, la exégesis fue digna de inspiración y aprendizaje. Viví un año en Suiza, fue una experiencia muy interesante. Acá desde los medios nos bosquejan a la sociedad suiza como un referente o un modelo a seguir, pero a mi me pareció un lugar decadente en el cual la gente esta corroída por el materialismo y completamente mediocrizada. Hay una falta de vitalidad y apasionamiento. Es verdaderamente angustiante. Si bien no soy patriótico o latinoamericanista, existe un vínculo de pertenencia muy fuerte al que yo no pude escapar. Los alemanes le llaman heimat, una palabra que no tiene traducción y refiere a esa especie de romanticismo que alguien establece con todo aquello que lo rodea en la crianza y el crecimiento. Eso fue lo que me hizo volver acá, inevitablemente.

Siento un gran cariño por esto, sea lo que sea.

¿Cómo ves el nivel de concienciación ante el machismo? ¿Cuáles creés que son las causas por las que la situación de explotación de la mujer se mantenga generación tras generación? Hay un texto de Ted “Unabomber” Kaczynski llamado El truco más ingenioso del sistema que explica de una forma muy clara algo que yo sentía hace tiempo pero no encontraba las palabras para descodificarlo: de alguna forma, a esta altura de la historia, el machismo ya no es funcional al sistema hegemónico. 56


Esto quiere decir que el sistema mismo cayó en la cuenta de que el racismo, el machismo y otras formas convexas de discriminación o segregación le son contraproducentes porque generan respuestas negativas por parte de ciertas minorías. Lo que es realmente funcional son todas las políticas inclusivistas, y supuestamente progresistas, que asimilan a esas minorías marginalizadas dentro de los engranajes de la maquinaria para generar más y más plusvalía. Lo que Unabomber intenta decirnos es que, hoy por hoy, el sistema ha encontrado una solución práctica para autoregularse y ejercer un control aún más determinante sobre la población... me pareció un texto muy revelador.

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Ya no lo soporto, necesito respuestas. Estรกn adentro, debo salir. Nunca es tarde

58


Ilustra Renzo Podestรก 59


60


T

odos los que pirateamos estupideces hemos leído por ahí el rumor que dicta que estamos viviendo una era en que la televisión de ficción internacional está viviendo una época dorada.

Esta noción la podríamos limitar dentro de lo que fue la gran explosión iniciada con The Sopranos, en 1999, la cual repuntó con The Wire y encontró su punto más alto con series como Breaking Bad, Mad Men, Game of Thrones o True Detective, por proponer algunos ejemplos. Bueno, todo bien con eso, pero déjenme parar un poco la moto. En mi opinión no es que se está viviendo una Golden Age o un sentimiento renacentista. O sea, las buenas series existieron desde siempre. Al mismo tiempo, en la actualidad, también las grandes historias coexisten con series de alto nivel de pedorraje (hola, Arrow, si te das por aludida hacete cargo). El foco de atención deberíamos ponerlo, entonces, en el hecho de que cambiaron los hábitos de consumo y también hay una mayor inversión en términos de producción. Esto lo podemos empezar a ver desde una concatenación de elementos aparentemente dispersos: por un lado la evolución constante de los aparatos audiovisuales domésticos, por el otro la hiperconectividad y, por 61


o

B Der último, un factor no menos importante que dicta que ciertos estamentos narrativos no son tenidos en cuenta dentro de los nuevos cánones hollywoodenses donde priman los robots dándose piñas, las ciudades destruyéndose una y otra vez y los superhéroes batiendo rollos existenciales. La tele yanqui, por ende, fue formando progresivamente un nuevo páramo de construcción ficcional, liberado de ínfulas 3D y pochoclos recalentados. Aparte claro, en el contexto del norte cualquiera con un poco de dinero puede acceder a esos televisores que son como mini-cines HD y, al mismo tiempo, hay una zona liberada basada en suscripciones al cable o cuotas prepagas a canales web del tipo Netflix. Así que la cosa ya no pasa tanto por ver una película rodeado de entes mascadores de nachos, sino que ahora la cosa pasa por una suerte de sedentarismo unificado: ¿Para qué ir a un cine a ver gente en malla si puedo delirarme un fin de semana entero viendo una serie en donde puedo conocer a los personajes con profundidad y hasta me puedo permitir entenderlos u odiarlos? Estamos asistiendo a la era del ermitaño hiperconectado. Y si las series no son la expresión totalizante de ese concepto, por lo menos es el costado en donde las nuevas formas de entretenimiento adquieren un rasgo de semi-adoración. Nos quedamos en casa, nos bajamos tal serie y engordamos como chanchos suspendidos en el tiempo diegético que nos da tal o cuál historia. Y somos felices por eso. La experiencia de ser testigos de un relato audiovisual serializado pasa entonces por la acumulación de temporadas, tramas, sub-tramas, cliffhangers, mcguffins y progresiones dramáticas de toda índole que implican, ya no tanto una quieta observación, sino una exploración participante. Hoy los nuevos televidentes siguen una serie y las opciones en 62


los modos de seguimiento son los que prevalecen. Puedo elegir seguir una serie semanalmente o morfármela en tres días. Si a esto le añadimos tres gramos de red social y una pizca de sentimiento comunitario ¡pum! tenemos algo así como un ghetto para no sentirnos tan solos con nuestras propias imbecilidades. Esta suerte de vicio engendró una costumbre de parte de los productores. Temporadas de entre 13 y 24 capítulos, nuevas estrellas incorporándose a los elencos conforme avanzan las temporadas (y si provienen del cine o están en sus horas bajas, mejor), y todo un sinfín de recursos narrativos que a veces mejoran las historias y otras las condenan al olvido. Las series, de esta manera, se convirtieron en una nueva disciplina tan o más importante que el cine o el teatro. Y esto los yanquis lo han explotado hasta el hartazgo, generando a veces alargamientos innecesarios, personajes de más o incluso resoluciones medio tiradas de los pelos (véase el caso de Lost o el de Dexter, pensando algunos apresuradamente). Esta clase de alargamientos vienen de la mano del hecho en el que una serie también impone una marca, una franquicia. Algo relacionado al arranque de todo el aparato productivo-promocional que recae en merchandising, juegos, comics, etc. Así que mientras más se alarguen las historias, más se va a facturar. Todo este preámbulo no es al pedo. Me es necesario a la hora de hablar del caso de las series británicas, donde comenzó a operar una metodología de laburo opuesta a las costumbres estadounidenses.

63


o

B Der TIME

P

odríamos decir que el común denominador de las series inglesas pasa por pensar en el simple hecho de que los ingleses son quizá los pioneros en enfocarse primero en las tramas y luego en todo lo demás. Y desde ahí persiste un concepto de closure a rajatabla: una serie determinada está planteada así o asá y no importa que tenga un rotundo éxito o que sea desconocida. Se la lleva hasta el final y cuando terminó listo, no hay más. Y no pidas más, no mandes cartas ni llames por teléfono. ¡No-hay-más! Por eso es muy usual ver que los ingleses invierten dinero en series de temporadas cortas, de entre tres y ocho capítulos, las cuales las exprimen al máximo y consiguen sacarle la mejor calidad técnica, narrativa y actoral. Al mismo tiempo, estas reglas provocan algo superador: cualquiera con una buena idea, un poco de plata y algo de conexiones puede hacer una serie. Incluso la BBC, el servicio público de radio, televisión e internet de la corona que a su vez se subdivide en varios canales, financia proyectos indies basados en una sinopsis más o menos llamativa. Por lo tanto se parte de la base de que las ideas y las historias son los puntos a tener en cuenta. Esta noción, casi sin querer queriendo, provocó una suerte de nueva narrativa que, desde hace por lo menos una década, viene generando series que te dejan sitiado, expectante y rotundamente entretenido, más que nada porque, además, tratan de contar otras cosas. 64


Y con otras cosas me estoy refiriendo a otras. Simplemente por una cuestión cronológica podríamos comenzar destacando a Psychoville, del 2009: ese maremoto narrativo y esquizoide dividido en dos temporadas en donde dos actores interpretan a varios personajes, como un hombre-niño que es asesino en serie y que vive con su madre, un millonario coleccionista de peluches o un payaso manco con un malhumor antológico, a los que se suman una gorda que tiene un muñeco bebé al que lo cuida como si fuera un bebé real y un enano enfermo que cree tener el poder de la telequinesis. Todos estos seres hechos mierda reciben una carta que solo dice “Sé lo que hiciste”, palabras suficientes para detonar una escalada de incongruencia, locura y muerte que concluye con un final que te deja sencillamente estúpido. O como Hit & Miss, esa pequeña gran serie protagonizada por Chloe Sevigni en donde ella es un transexual que sobrevive siendo asesina a sueldo y se entera de la noche a la mañana que tiene un hijo. Entonces debe debatirse entre seguir en un mundo de sordidez o hacerse cargo de una familia, ya que su ex novia (la madre del nene) murió de cáncer y dejó a varios hijos más a la deriva en un pequeño pueblito plagado de malos rollos y gente de dudosa moralidad. Asistimos entonces a un doble trauma en el que se explora la problemática de la comunidad transgénero y al mismo tiempo la pobreza extrema de los pueblos post-industriales que recaen en mini-mafias y oscuridades diversas, todo embellecido con una fotografía espeluznante y una música dispuesta en el momento exacto. Yéndonos para el lado inverso podemos encontrar la crítica a la hipermodernidad total y la tecno-paranoia contada en Black Mirror, esa serie de capítulos autoconclusivos que remiten directamente a la clásica serie The Twilight Zone y en donde los usos que el hombre le da a la tecnología a veces provocan historias desoladoras, surrealis65


o

B Der

Hit & Miss 66


tas o incluso terroríficas. Son temporadas cortas de tres capítulos en donde ves, por ejemplo, al primer ministro teniendo que enfrentar el dilema de tener que garcharse a un chancho en vivo y en directo por cadena nacional a cambio de que liberen a una princesa, a una pareja que se quiebra en base a un nuevo aparato que es como una especie de chip implantado detrás de la oreja que permite grabar absolutamente todo, o un muerto que puede hablar a través de una red social del tipo Facebook. Son historias que rozan algo así como un sci-fi costumbrista que pega palazos quirúrgicos a los nuevos modos de relacionarnos con las personas mediante la alienación tecnológica. Si nos vamos para el lado del policial no puedo dejar de destacar dos series: por un lado Broadchurch, del canal ITV, la historia que forma parte del sub-género llamado feel bad TV (en la que podríamos englobar a The Fall, Run e incluso Hit & Miss) y que se caracteriza por ambientes ominosos, climas depresivos, tempos descomprimidos y personajes que cargan siempre alguna que otra psicopatía o adicción escondida. En el caso de Broadchurch la premisa es bien simple: se explora cómo afecta a una comunidad la desaparición de un nene de 11 años. Dos detectives tratan de indagar qué fue lo que pasó y, como ocurre en esta clase de historias, la resolución quizá sea menos importante que la exploración psicológica de los personajes. Esta serie va a tener una remake en Estados Unidos, y lo loco del asunto es que el detective Hardy será interpretado por el mismo actor que la serie original, David Tennant (a quien quizá recuerden como uno de los últimos Doctor Who).

Por otro lado, se vuelve imprescindible mencionar a Luther, la serie protagonizada por Idris Elba. Acá el morocho que encarnó a Stringer Bell en The wire es John Luther, un tipo que a pesar de ser extremadamente inteligente al mejor estilo Sherlock Holmes, no deja de mandarse cagadas. Tenemos acá al clásico personaje border obsesivo 67


o

B Der y plagado de errores que lleva sus investigaciones al extremo, como hiciera Doctor House en sus mejores tiempos. Es capaz de resolver casos analizando fotos, utilizando el método por el cual David Bowie componía sus canciones, así es como llega al punto de rociarse de nafta con tal de que un terrorista no vuele todo al carajo. Hay una asesina serial de por medio y casos que van y vienen, pero que siempre confluyen o se cierran de acuerdo a hasta dónde es capaz Luther de finiquitarlos. Por último, no quisiera cerrar esta nota sin mencionar, destacar, recomendar e implorar por el ano de dios que vean una de las últimas gemas de esta década. Me refiero, por supuesto, a Utopia. Este thriller conspiroparanoico creado por Dennis Kelly sigue a cuatro tarados comiqueros que de repente se ven envueltos en un raid de persecuciones, tiros y sangre por doquier mientras averiguan la clave encerrada dentro del comic llamado “Los experimentos de Utopia”, publicación en la que supuestamente está cifrado el fin de la humanidad. La cosa se quedaría en tramas propias de Grant Morrison o elucubraciones narrativas tomadas de Philip Dick si no fuera por su espectacular fotografía y su banda de sonido proto-pesadillesca compuesta por el chileno Cristobal Tapia de Veer, que acompaña a la permanente sensación de indefensión y terror a lo impreciso a la que los personajes se someten de principio a fin. Decir que en esta serie nada es lo que parece sería caer en el cliché, pero lo cierto es que cada capítulo condensa una suerte de idas y vueltas enloquecedoras que se acrecientan todavía más en su segunda temporada, donde los supuestamente buenos de repente son malos y viceversa. Y claro, por sobre todas las cosas impera el hallazgo de pensar y repensar el dilema moral en el que caen todos los involucrados en esta trama. Y ese dilema moral reside en decidir si destruir a la hu68


manidad o no. Y por qué en ambos casos, ya que realmente los tipos te convencen de que, después de todo, el fin del mundo no es tan malo. ¿O sí?

Decir que hoy por hoy estamos viviendo una era dorada quizá sea algo excesivo. Más pertinente sería decir que se están contando otras cosas, o que por lo menos hay menos miedo o menos subestimación del público. Todo depende del cristal donde se mire, ya que después de todo estamos hablando de historias que tienen una recepción mínima por estos lados. Sin embargo ahí están, al alcance de todos. Como es natural en las creaciones de todo tipo, simplemente se trata de rasquetear un poco. Mientras tanto, los productores estadounidenses han tomado nota de todas las experiencias narrativas dentro de lo audiovisual que se están desarrollando en Inglaterra y empezaron a cambiar paulatinamente sus métodos. Basta con mencionar a True Detective como ejemplo de eso, una serie que consta de ocho capítulos y que tiene todo un halo de feel bad TV de principio a fin. O por qué no, la serie feel bad TV yanqui por antonomasia, The Killing, cuya temporada final se cierra con un moñito con sólo seis capítulos. Falta un poco todavía para que los yanquis bajen sus pretensiones moralizantes y dejen de censurar tetas, sangre y puteadas (o lo que es peor, que dejen de poner tetas, sangre y puteadas al pedo o que no se justifiquen del todo con el contexto de sus historias), así que, mientras tanto, siempre nos quedará el Reino Unido para descubrir un submundo de historias al borde. 69


70


El negocio de los videos juegos tiene la capacidad de movilizar todo tipo de divisas en cifras increíbles por todo el mundo. -Si te gustan las estadísticas un sitio web en donde pueden ver el flujo de divisas por todo el mundo a raíz de la compra/venta, producción, realización, promoción, etc., de videojuegos ese es Newzoo.com-. Esto explica por qué los dispositivos tales como un simple joystick se mantienen a un precio relativamente bajo respecto a otros periféricos de control. Es la regla de oferta y demanda la aplicable aquí. Dada la cantidad de consumo de dispositivos de juegos, los consumidores (“gamers”) no sólo mantienen en oferta los juegos y dispositivos para jugar sino que también ese rubro se convirtió en el rincón de los experimentos tecnológicos. Si alguna empresa desarrolla un microchip nuevo, seguramente lo pensará para el mercado gamer, y luego, al funcionar bien allí, la prueba estará ampliamente superada, ya que ningún otro rubro dentro de la informática tiene tanta exigencia técnica como el de los videojuegos. A raíz de eso, cuando se va a comprar una computadora nueva y se consulta en algún foro específico de Internet para reducir el margen de error, no es raro encontrar en su mayoría opiniones, datos y comparaciones de los foristas sobre el rendimiento de ese equipo con tal o cual videojuego.

La tecnología siempre afectó a los instrumentos musicales y por ende en todas las épocas el ejecutante ha tenido diferentes modos de expresar su arte. En la actualidad la computación ofrece innumerables opciones de generar sonidos y controlarlos con un sinfín de dispositivos. Por ejemplo, si utilizo un

sintetizador puedo, no sólo hacer sonar ese instrumento directamente, asimismo puedo conectarlo a una computadora y hacerlo sonar con otros timbres. Pero ¿qué sucede si quiero utilizar otros dispositivos que, no siendo instrumentos musicales, pueden también conectarse a la computadora? ¿Sería posible 71


o

B Der entonces utilizar un joystick como instrumento? La respuesta debe ser positiva porque si no lo es en ésta oración terminaría la presente nota, y de una manera muy triste y desilusionante…Por eso: si, se puede hacer música y controlar otros parámetros con un joystick. ¿Cuál es el objetivo? Simple, tener una fuente sonora más para poder tocar melodías y texturas de sonidos y ritmos. Además es un recurso escénico interesante o poco común (por no decir canchero), en la interpretación musical. Como si fuera poco, también nos sirve para controlar otros parámetros de la computadora de forma tal que podríamos hacer múltiples tareas con este dispositivo.

Tener un joystick con conexión USB, con la mayor cantidad de botones y palancas o botones de dirección posibles. Contar con un software que transforme el control del joystick a un código entendible por algunos programas de música, ese código se llama: MIDI (Musical Instruments Digital Interface). Si tiene Windows debe instalar un Cable MIDI Virtual para conectar internamente el software. Si es usuario de IOS dispone de un cable ya instalado en el sistema operativo.

Otra vez nos encuentra el dispositivo predilecto por los Gamers tratando de adaptarlo a otras funciones lejos

Poseer un procesador de sonidos que entienda los códigos MIDI y nos permita asignar sonidos y controles. 72


de lo que sus fabricantes pensaron. Quizá también sea un juego buscarle diferentes usos al joystick. En este caso con un software muy simple podremos usarlo para escribir como si se tratase de un teclado común y corriente. En un principio la pregunta sería ¿para qué complicarme escribiendo así? La respuesta sería, “obvio” no vale la pena, nunca voy a ser como Dickens. Pero el uso es aplicable a otras finalidades ya que existen muchos programas que reaccionan a los comandos del teclado. A esto le agregamos la posibilidad del comando remoto, ya que con un joystick inalámbrico podría dispararle el “play” a un reproductor multimedia o buscar sintonías de radios on-line. La mayoría de los programas traen un control de parámetros programables a través de “shortcuts”, es decir, “atajos de teclado”. Éstos controles estarían programados para ser ejecutados

73

desde el teclado directamente y por lo tanto de fácil acceso.

Hace pocos años comenzó una popularización de sistemas de transducción de señales digitales a comandos analógicos. Un proceso que en la industria se inició hace varias décadas atrás y que permitió la organización minuciosa de una cadena de producción, hoy encontramos al alcance de cualquier persona que cuente con interés en programar y lograr objetivos, quizá no de tanta magnitud, pero igual de complejos. Yendo a un terreno más específico, un ejemplo de estos dispositivos más populares, fácil manejo, sencilla programación y principalmente, de menor costo, se encuentra “Arduino”. Para hacer sencilla la expli-


o

B Der cación de qué es éste dispositivo, sería apropiado compararlo con lo que sucede con un periférico como la impresora. Ésta máquina tiene un “cerebro” (lejos está en mi el objetivo que usted humanice su impresora y comience a entablar una relación patológica con un pedazo de plástico...) que recibe datos digitales desde la computadora y administra el movimiento de una serie de motores y sensores que hacen que su hoja sea impresa. Ese “cerebro” es similar a lo que hoy se llama “Arduino” y en resumen sirve para convertir señales digitales en controles físicos según a dónde esté conectado; en el ejemplo estaría conectado a una serie de motores. Si sucediera esa conexión a motores que mueven luces en un escenario podría un simple joystick convertirse en un control de luces y darle a esa tarea técnica y creativa otro condimento de juego.

Y si estuviera conectado a un transmisor de frecuencias podría manejar un Drone con un joystick. Es decir, es infinita la combinación de conexiones posibles mediante Arduino y también lo son las posibilidades de control mediante el joystick. Asique, ya sabés, si tenés un amigo que es adicto a los videojuegos no lo reproches tanto, sé consciente que con su actividad él está sosteniendo un sistema mundial muy caro de innovaciones tecnológicas y una industria gigante de producción audiovisual, y que el día que quieras adquirir una computadora a bajo precio será gracias a tu gamer amigo.

74


En definitiva las conexiones de todo tipo de dispositivos se resumen en las posibilidades de control que podamos programar en nuestra computadora. El joystick se puede convertir en el control ergonómico que ejecute el parámetro deseado. También es posible el manejo remoto con conexiones vía bluetooth que posibilitan mayor comodidad (salvando la latencia que genera ésta conexión). Además de usar el joystick reemplazando al mouse, usarlo como control para una presentación de diapositivas, etc. Sin duda éste es un recurso infinito que, desarrollado para una finalidad, se puede adaptar a cualquier otra que involucre señales digitales. Y allí depende de la creatividad y manejo de la programación del sistema que tengamos al momento de proponernos un objetivo.

75


o

B Der

Por Guillermo Bawden

C

omo las castas de parias

millonésimo maleficio contra los le-

del subcontinente indio,

gisladores de la hipocresía anti tabaco

hemos aceptado nuestra

y recuerdo algunas escenas que inten-

condición de excluidos casi sin chis-

tan mitigar el apuro de fumar.

tar. Expulsados de los bares, la tinta

fresca del diario y la taza humeante

escritor, poeta para más datos, Anto-

del café han perdido el tercer aliado,

nio Colinas para ser exactos, apura

el otro lanzador de humo: el ciga-

un cigarrillo mirando la calle distraí-

rrillo. Con el pocillo a medio tomar

damente. Ve doblar por la esquina a

en la barra del Sorocabana salgo a la

un amigo que ha perdido su habitual

calle a apurar un cigarrillo, mastico el

aplomo y se acerca como un carro 76

La primera escena es esta: un


viejo destartalándose a gran veloci-

esta anécdota, la respuesta casi inva-

dad. Se sienta en la silla del poeta,

riable es que es mentira y que la salud

sin saludarlo saca un cigarrillo del

y que la mar en coche. Digámoslo de

paquete de éste que lo mira desorien-

una vez, todo fumador (y no todo el

tado, es que ese hombre que se acaba

que fuma es fumador como no todo

de sentar hace veinte años que no

el que come es obeso) sabe que lo que

fuma. Colinas se lo recuerda y obtie-

tiene entre los labios es una bala len-

ne como respuesta del otro, en medio

ta, una capitulación disfrazada igual

de una orgía entre el humo azul y los

de tóxica que otros estimulantes de

dientes - Si, y esos veinte años han

SNC. William Burroughs decía que la

sido un infierno.- Cuando cuento

adicción era el hecho central a com77


o

B Der batir pero sólo después de conocerla

Radl le entrega uno de sus cigarri-

y transitarla con la mente en pleno

llos rusos, a los que se hizo afecto

proceso de educación, ya que qui-

en el frente oriental. Después de la

ta salud pero provee una especie de

primera seca y cinco minutos de tos,

estoicismo celular que hará del adicto

el irlandés pregunta que tiene den-

un verdadero iluminado. Si, si, me

tro “el petardo bolchevique”. - Nada,

imagino sus caras, mis queridos fas-

responde el coronel, está sin tratar, es

cistas de la salud.

puro tabaco. Tabaco malo. Lo único que te mantiene vivo en el frío de la

La segunda escena es esta: Un

estepa.- El irlandés ríe. Da otra seca

irlandés del IRA, visita Berlín a fines

y vuelve a toser, otros cinco minutos.

de 1943 en plena guerra, para dar

El coronel Radl es fusilado al termi-

una conferencia sobre Joyce, Berlín

nar la misión, que obviamente fra-

aún está intacto. Es contactado por el

casa, se le concede un cigarrillo final

coronel Radl, segundo de W. Cana-

que este fuma mirando al pelotón.

ris, jefe de la inteligencia militar del

Se debe haber reído, después de ese

Ejercito alemán y uno de los pocos

petardo rojo, la bala no habrá dolido

que se atreve a decir en público que

mucho. Sólo deberíamos agregar a su

Hitler está loco. El irlandés escu-

reflexión, después de hacerle la venia

cha la propuesta, que de tan simple

como lo merece, que el cilindro de

y descabellada, parece posible. Un

tabaco no sólo ayuda en la estepa. No

comando de paracaidistas alemanes

puedo hacer un recuento de la canti-

asesinará a Winston Churchill. El

dad de veces que me hubiera derrum-

irlandés pide un cigarro y el coronel

bado sino hubiera tenido entre mis 78


labios una de esas maravillas tóxicas.

lanzo entonces como dato, como vie-

Y apuesto a que no soy para nada el

jo dato de aquel programa que con-

único que puede afirmar lo mismo.

ducía otro gran fumador, Jack Palan-

ce, “El fantástico mundo de Ripley”:

La escena final es está: Bill Hic-

ks cuenta en uno de sus shows que

¿Sabía ud. que la primera ley que

el mismo día mueren en Estados

prohibió fumar en bares y lugares de

Unidos, el actor Yul Brynner, y el

esparcimiento fue dictada por Adolf

inventor del jogging, seis años más

Hitler en 1938? Sugestivo, ¿no?.

jovén. Brynner fumaba 5 paquetes

Venga amigo, vamos a vivir, a bocana-

diarios, el del Jogging sólo comía tofu

das.

y brotes de soja. El único humo que permitía a su alrededor era el de un sahumerio de sándalo. Hicks se imagina a los dos en la puerta del cielo. Yul apoyado sobre el pórtico encendiendo uno de sus Lucky, y al otro preguntando porque se murió, si él era “sano”. ¡Todos nos estamos muriendo! gritaba hace unos años un “loco” vestido como Jerónimo Luís de Cabrera en la plaza San Martín, y yo sé que la comparación que voy a hacer ahora es tendenciosa, tal vez irrealizable. Lo 79


o

B Der

P

aul Valéry oponía “obras que parecen creadas por su público, cuyas expectativas satisfacen y que por ello están casi determinadas por el conocimiento de éstas, y obras que, por el contrario, tienden a crear a su público”. Los análisis más elementales no dudarían en ubicar la obra de Gustavo Cerati en la primer categoría esbozada por Valéry. Sin embargo Gustavo Cerati fue un tipo que, no podemos decir que escapó a la dicotomía reduccionista de Valéry, pero sí que se movió con soltura y libertad entre esos dos polos: de coquetear con la masividad de 250 mil personas en la nueve de julio a encabezar el avant garde noventoso del shoegaze con Dynamo en 1992 1. Salvando las distancias, no olvidemos las sanciones (y las lecturas desafortunadas, por no decir ingratas) que el campo interno impuso a la obra de Piazzolla (uno de los referentes inmediatos más consolidados a

nivel mundial y denostado por sus contemporáneos locales). Cerati, desde un lugar un poco más cómodo cargó muy decentemente, tanto los embates de las tradiciones conservadoras del rock argento (Pappo diría los que “ablandaron la milanesa”), como las más recalcitrantes reproducciones industriales del mercado. Avanzar positivamente sobre un referente de la talla de Gustavo Cerati es, en primera instancia, cargar con el estigma de la masividad. Es sabido que en el terreno del arte (y podríamos decir de cualquier actividad), el éxito económico -por no decir el reconocimiento popular- significa probablemente una condena artística. Sin embargo, superados los noventa y el ingreso de las tradiciones futbolísticas al público del rock, con mas perspectiva, menos efusividad y con la mesura de los años, podemos reconocer en Gustavo Cerati un potencial creativo y una 80


Gustavo Cerati:

El vacĂ­o es un lugar normal Por Javier Paez 81


o

B Der excelencia artística (si, estrictamente artística), que superaban las sospechas que sobrevienen a cualquier éxito masivo... superaban inclusive (para contestarle a aquel defensor radical del realismo socialista), cualquier chicana sobre la responsabilidad social que recae sobre el arte. Ya que vamos de esto, en “La venus de las pieles” de Roman Polanski, una de las líneas arguye “que manía esa de reducir todo a una problemática social”. Aquella declaración de principios esgrimida en el campo audiovisual no se agota para sí: las responsabilidades sociales que recaen sobre el arte no limitan el potencial creativo de explorar discursos que no redunden en la

crítica social. Las valiosas y atrevidas procuras estéticas que encabezó Cerati resultan, por lo menos para mi oído, inconmensurables y de múltiples lecturas.Y es justamente aquello que separa su obra (y muchas veces la opone) al esoterismo ricotero, a la autorreferencia argenta; y que en definitiva permitirá en las últimas décadas la apertura (y constitución correlativa) de los mercados y públicos latinoamericanos de forma masiva. En todo caso ¿qué clase de lenguaje permitiría aunar lecturas de públicos tan disímiles como distantes?, o por decirlo de otra manera ¿qué hace que Soda sea legible desde México hasta Argentina? La centralidad de una propuesta

1

Esto no resulta patrimonio exclusivo de los Soda. Sin ir más lejos, por las mismas datas explotaba masivamente el grunge de la mano de Nirvana. Luego del sonido pulcro y fácilmente comercializable de Nevermind (1991) la banda da un vuelco de 180° y contrata a Steve Albini para la grabación de In Utero (1993). El fuerte y duro golpe discográfico (a la industria y al público), significaba también una declaración de principios que resultó difícil de sostener, luego que DGC Records se negara a sacar el disco en su estado original, y se terminara contratando a Scott Litt para volver a mezclar algunos sencillos y realizar cambios de sonido a nivel general. Si nos podemos permitir trazar un paralelo, se puede entender que la astuta secuencia lógica que se sigue es la misma y que en gran medida apunta a recorrer los dos polos marcados por Paul Valéry desde un comienzo. 82


estética basada en “imágenes”, la referencia directa a situaciones cotidianas y el trabajo obsesivo con la sensualidad fonética de las palabras que el propio Cerati destacaba en sus proyectos creativos, apuntan en gran medida a responder a un fenómeno de masividad sin antecedente alguno en Latinoamérica. La agónica, lenta y dolorosa muerte de Cerati no llega sola, sino que continúa con una ruptura cultural (del rock y de la producción cultural argentina a nivel general) que comenzó con Pappo en 2005, Mercedez Sosa en 2009 y que es continuada por Spinetta en 2012. Malcitando a Preciado en “Pornotopía” podríamos decir que tenemos una mala y una buena noticia: la mala es que el rock está muriendo. La buena es que somos necrófilos.

dimensioné el ocaso de un momento cultural extremadamente potente y vital, como lo fueron las últimas décadas del rock argentino. No tuve a nadie que me dijera que lo disfrutara mientras duraba. Nadie me llamó la atención sobre las pocas o nulas posibilidades que se tendría de repetir aquello. No me pude permitir elegir la nostalgia del presente. La muerte de Cerati y el estado endeble del rock nacional, bien se podría retratar como Douglas Coupland retrata las felicidades de la clase media donde “cualquier pequeño momento de belleza intenso y refulgente (…) quedará completamente olvidado, disuelto en el tiempo como una película de super-8 abandonada bajo la lluvia, sin sonido, y pronto reemplazada por miles de árboles que crecen en silencio”. Suele ser duro aprender.

A título personal, no fue hasta la muerte de Cerati que 83


o

B Der Un

camino de FUEGO Por

Damian Connelly Mi nombre es Damián Connelly y tengo muchas sombras. Una para las mañanas, otra para las tardes y otra que siempre permanece oculta para las noches.

Hablando

de la sombra número

uno

Despertar. El arte maldito

una forma de generar energías y

de apoyar un pie, tambalearse y

prepararme para el resto del día.

querer ser otra persona. La danza de las 5 AM y los rituales de

la calle. Caminar entre gallinas

sonidos me envuelven. Soy otro,

muertas, niebla y puentes. Esca-

dejo la tinta y abandono todo

bullirse rápido entre los árboles

vestigio de la palabra maldita.

ocres de la mañana oscura. En

Aquí empieza mi rutina, me con-

mi cabeza tarareo una canción

vierto en un número caminante,

de Springsteen, me gusta cantar

un pestañeo de demonio burlón

en silencio mientras debo llegar

que vende edificios hechos con

a un lugar al que no quiero ir, es

cenizas. 84

Llego a mi trabajo y los


Abro los

Café, computadoras, clien-

tes, abracadabras resonantes y

Vuelvo a la nada, pero ya he

constantes, gritos insalubres, más

cumplido mi misión. La sombra

café (esta vez entre las sombras,

número uno está en sus últi-

nadie puede tomar más de un

mos días. Se está extinguiendo, y

café sin que el carcelero prenda

creo que no hay mejor forma de

la luz de ejecución), susurros y

presentarme que esta. Mostrar

demasiada lejanía.

primero lo peor y dejar lo mejor para después, un después largo y

Soy automático pero hay

suculento como un postre.

momentos en los que logro abstraerme y guardar mi sombra

Cierro los

en uno de mis bolsillos. La tinta posee mis dedos, allí es donde

Próximamente hablaremos de mi

me encuentro con mi camino de

sombra número dos, la que en-

fuego, mi epifanía, mi deseo. Me

ciende el fuego. A diferencia de la

escondo y me retuerzo en mun-

sombra número uno, la número

dos paralelos, donde soy titirite-

dos tiene muchas manchas que

ro y el fuego es mi pluma. Anoto

mostrar, muchas palabras ocultas,

palabras y las guardo bajo llave

algo de poesía y ciencia ficción,

en el peor y más peligroso rin-

monstruos, bastardos y, por su-

cón de mi cerebro, ese que bus-

puesto, mucha tinta.

ca la noche y no le teme al día. Continuará... 85


EL FINAL ESTÁ CERCA Y YO NO QUIERO VERLO

86


Ilustra Renzo Podestรก 87


88


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