Génesis de la Biblia de Estudio del Expositor

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97 dada por el Señor. Por ejemplo, en este momento en particular [2009], al sumar los impuestos de renta del estado, locales y federales, la tasa es aproximadamente 50%.) 25 Y ellos respondieron: La vida nos has dado; hallemos gracia en ojos de mi señor, y seamos siervos del Faraón. 26 Entonces José lo puso por ley hasta hoy sobre la tierra de Egipto, señalando para el Faraón el quinto; excepto sólo la tierra de los sacerdotes, que no fue del Faraón. Jacob 27 Así habitó Israel en la tierra de Egipto, en la tierra de Gosén; y tomaron posesión de ella, y se aumentaron, y se multiplicaron en gran manera (llegaron allá unos 70 en total, y cuando salieron, unos 215 años más tarde, se contaron más de 2 millones de personas). 28 Y vivió Jacob en la tierra de Egipto diecisiete años; y fueron los días de Jacob, los años de su vida, ciento cuarenta y siete años. 29 Y se acercaron entonces los días en que Israel había de morir (por el uso del nombre «Israel», el Espíritu Santo nos dice que Jacob moriría en Fe, y una Fe grandiosa): y llamó a José su hijo, y le dijo: Si he hallado ahora gracia en tus ojos, te ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo, y harás conmigo misericordia y verdad; te ruego que no me entierres en Egipto (tan débil como se encontraba su cuerpo, e imperfecta su fe, como toda fe lamentablemente es imperfecta, pero Jacob estimaba la tierra de Dios, la tierra de Canaán, y las Promesas relacionadas con ella, como indescriptiblemente superior a Egipto, con toda su prosperidad y gloria); 30 Pero cuando durmiere con mis padres, me llevarás de Egipto, y me sepultarás en el sepulcro de ellos. Y él respondió: Yo haré como tú dices. 31 Y él dijo: Júramelo. Y él le juró. Entonces Israel se inclinó sobre la cabecera de la cama. (Él le hace jurar a José que cuando muera, pondrá sus huesos donde estaba su corazón, en la tierra de Canaán. Como Creyente, ¿Dónde está tu corazón?) CAPÍTULO 48 (1689 a.C.)

LOS HIJOS DE JOSÉ

Y

SUCEDIÓ después de estas cosas (Hebreos 11:21 arroja mucha luz al

GÉNESIS 48:5 maravilloso Capítulo 48 de Génesis; incluso, en los Capítulos 48 y 49, Jacob reluce como nunca antes; si se puede notar, el Espíritu Santo se refiere a él repetidas veces como «Israel»; es la gran acción de Fe de su vida; débil y moribundo, y sin nada más que el bordón en que se apoyaba y adoraba, aun así otorgó una vasta e invisible posesión a sus nietos — Williams) el haberse dicho a José: He aquí tu padre está enfermo. Y él tomó consigo sus dos hijos Manasés y Efraín (estos jóvenes deben haber tenido unos 18 ó 20 años en ese momento). 2 Y se hizo saber a Jacob, diciendo: He aquí tu hijo José viene a ti. Entonces se esforzó Israel, y se sentó sobre la cama. (José quiere que sus dos nietos conozcan y se den cuenta que aunque ellos nacieron en Egipto, y todo lo que han conocido es Egipto, aun así, no son Egipcios, sino más bien de la casa de Jacob, es decir, Israelitas. Tal es el cuadro de los Creyentes nacidos en este mundo presente, pero que no son de este mundo, pero del mundo venidero. Y finalmente, no hay que pasar por alto el significado del cambio del nombre de «Jacob» a «Israel». Por fe [es siempre por la Fe], el gran Patriarca, movido por el Señor, afirmará las Promesas, y trazará el curso de Israel. Aunque en lo natural los ojos del Patriarca están muy oscurecidos, su Fe arde con gran esplendor, en realidad más brillante que nunca; por eso se le llama «Israel».) 3 Y dijo a José: El Dios Omnipotente (Jacob se refiere a Dios como «El Shaddái», utilizando el mismo nombre el cual Dios había usado al referirse a Sí Mismo, cuando le apareció al Patriarca en Betel, después de la triste experiencia de Siquén [35:7-15]) me apareció en Luz en la tierra de Canaán, y me bendijo, 4 Y me dijo: He aquí, yo te haré crecer, y te multiplicaré, y te pondré por estirpe de pueblos; y daré esta tierra a tu simiente después de ti por heredad perpetua. (Los Palestinos deberían leer estas palabras con mucho cuidado). 5 Y ahora tus dos hijos Efraín y Manasés, que te nacieron en la tierra de Egipto, antes que viniese a ti a la tierra de Egipto, míos son; como Rubén y Simeón, serán míos. (Por esto, Jacob indicaba que estaba pasando por alto a los hijos mayores y asegurándose que José recibiría la doble porción de la primogenitura. Lo que aplicaría a Efraín y Manasés, por lo tanto Jacob, por el Espíritu Santo, los reclama como suyo propio.)


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