Rojo, negro y blanco
Febrero 2009
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ROSA RUBIO: PAPEL Y ESTUCO. Óscar Muñoz Sánchez. Conservador. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
La primera impresión que tuve cuando conocí el estudio de Rosa Rubio fue la de encontrarme en un espacio de disfrute, un lugar donde la artista se divierte enormemente concentrándose en su trabajo. Es un placer descubrir la gran cantidad de pinturas y dibujos sobre papel, de pequeño, mediano y gran formato, dispuestos al mismo tiempo con orden y abigarramiento, todos ellos de colores puros, potentes y llamativos: rojos, negros, blancos, algunos amarillos; así como la ubicación, no exenta de un leve acento escenográfico, de sus esculturas de yeso sobre una mesa y en ciertos rincones de la habitación: casas, pájaros, árboles, barcos, que te hacen pensar que estás visitando algún curioso tipo de bazar infantil; ocurrencia que se me confirmó el día en que vi a los dos hijos de Rosa, dos niños, entrar en el taller y buscar enseguida materiales con los que pintar, con los que colorear un cartón; o cinta adhesiva, listones de madera, tijeras y cartón pluma con los que fabricar en un santiamén el chasis de un automóvil. En ese momento me dije: para un crío, para cualquiera que conserve algo de ingenuidad en su alma y en su mirada, el estudio de Rosa debe de ser comparable al laboratorio de un alquimista o de un mago, un lugar donde se transmutan en objetos maravillosos los materiales más humildes. Al cruzar el umbral de la puerta, uno pasa abruptamente del ámbito cotidiano, a veces agresivo, de la calle, a un espacio donde transcurre el tiempo de la imaginación y la creación pura. Una de las dimensiones y cualidades indudables del trabajo de Rosa Rubio, apreciable tanto en el proceso como en el resultado final, es el sentido del recreo, del deleite, tanto en la elaboración de los elementos pictóricos como en la subsiguiente aplicación de los mismos sobre el soporte, consiguiendo que ambos, pintura y soporte, se fusionen con una inexplicable mezcla de brutalidad y delicadeza, de frescura y lenta premeditación. Es fundamental destacar la importancia de los materiales empleados en la obra de Rosa Rubio, ya que éstos proporcionan a los motivos y símbolos plasmados, sobre los que hablaremos luego, una presencia y personalidad especiales. En su pintura, Rosa ha utilizado poco los soportes a los que suelen recurrir los pintores: el lienzo sobre bastidor o la tabla. Desde muy temprano, ya en los años ochenta, en su época de estudiante en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense, mostró una decidida preferencia por el papel, que se fue decantando con el paso de los años hacia un tipo de papel de elevado gramaje – 360 g/m2 el que menos y 600 el que más – papeles gruesos – casi se diría que son planchas de papel -, de textura rugosa y accidentada, hechos artesanalmente con fibras de plantas herbáceas – no madereras – en los que, como es el caso de las obras de la presente exposición, predomina el lino. Al mismo tiempo, para piezas de menor tamaño, que por su hechura frágil y exquisita parecen destinadas a ser vistas y tocadas en la más estricta intimidad, utiliza papeles parafinados o vegetales, aprovechando el efecto de translucidez y veladura que éstos producen al superponerlos a otra imagen pintada o dibujada sobre un soporte opaco.
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Rosa Rubio despliega en sus papeles y yesos un repertorio de objetos, símbolos y personajes que ya empezó a concretarse en su obra a mediados de los años ochenta, constituyéndose en una suerte de vocabulario cifrado al margen del lenguaje oral o escrito. En la presente exposición persisten sus imágenes emblemáticas: el pájaro que picotea un huevo, la cabeza-cactus, la cruz (cruces a veces apiñadas como en un cementerio, o solitarias, como en una de las obras de esta exposición, alzándose cual monumento funerario sobre una mesa contra un fondo negro); el árbol-mano-corona - que Rosa denomina “árbol de la vida” -, la casa, la barca. Especial desarrollo y tratamiento han merecido, en las series que ahora presenta, dos motivos o formas simbólicas; la primera de ellas, el corazón, que se abre al espectador cual fruta madura o como una especie de diana irregular con pliegues y perfiles concéntricos, rodeado en algún caso de una breve leyenda que exhorta al espectador a que mire en su propio interior. Por otro lado, la forma curvilínea similar a la plantilla o a la suela de un zapato que protagoniza, ocupando el centro de la vasta superficie negra, la enigmática pintura nocturna, la obra de mayor tamaño de esta selección. Acaso busca Rosa una apariencia de espontaneidad e ingenuidad asimilable a la de numerosos ejemplos del arte popular o primitivo; afán de transparencia y suprema sencillez que conduce al hallazgo de imágenes en las que prevalece la quintaesencia de lo imaginado, una vez desechado cualquier aditamento. Rosa Rubio rehúye la retórica, la apoyatura o el discurso ideológicos, ciñéndose a unos arquetipos visuales a los que ha sido fiel durante muchos años, profundizando en su relación con ellos casi como si tratara con personas, con hijos suyos. Si bien es evidente esa faceta lúdica y alegre del trabajo de Rosa, no menos cierta y palpable es la seriedad, la gravedad y el dramatismo contenido que revisten bastantes de sus obras; de hecho, algunas de ellas despiertan en mí sensaciones contradictorias de gozo e inquietud. En esas otras composiciones, de aspecto más hermético, o incluso en el fondo de aquellas que se nos aparecen ingenuas y juguetonas, uno percibe el latido de realidades menos acogedoras y confortables: en esa especie de plantilla que parece cosida con clavos o chinchetas, semejante a una herida cicatrizada en una piel de papel; o en la cabeza-cactus, tachonada en su contorno de púas o clavos que indican el acorazamiento de uno mismo - el corazón duro al que aluden verbalmente algunas de las obras de esta exposición - frente a la hostilidad que a menudo hallamos en nuestras vidas, dentro y fuera de nosotros mismos. Hay detalles reveladores, como los enormes clavos oxidados que hacen de mástiles en el barco de estuco, modificando significativamente el cariz inocente del objeto. Asombra la extrema concisión y rotundidad con que Rosa Rubio dibuja, recorta, pinta y modela sus personajes, signos y símbolos; y sorprende agradablemente el movimiento espiritual, quizás más intuitivo que voluntario, que uno advierte en sus obras: un dirigirse hacia un ámbito de calma, concentración y amor que se sobreponga a la parcela más rutinaria de nuestras vidas; una tendencia a elevarse sobre lo común y ordinario, que reflejan muy bien sus casitas blancas de madera y estuco, pequeños emblemas de la intimidad y de la vida en familia, de cuya chimenea sale un hilo de humo en forma de muelle, un grafismo en el aire que la propia Rosa identifica con el vuelo del espíritu hacia un plano superior, el anhelo por llegar más allá, aún sin saber muy bien a qué clase de esfera inmaterial.
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Cabeza Roja, 2008. Técnica mixta, 70 x 100 cm.
Quietud (fragmento), 2008. Técnica mixta, 200 x 200 cm.
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Cactus negro I, 2008. Técnica mixta, 50 x 50 cm. Cactus negro II, 2008. Técnica mixta, 50 x 50 cm.
Silencio (fragmento), 2008. Técnica mixta, 200 x 200 cm.
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Manchas con pinchos, 2008. Técnica mixta, 70 x 100 cm. Flechas, 2008. Técnica mixta, 70 x 100 cm.
Bolas negras, 2008. Técnica mixta, 70 x 100 cm. Juguete de niños, 2008. Técnica mixta, 70 x 100 cm.
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Serie de Corazones I, II, III, 2008. Técnica mixta, 50 x 50 cm. Blanco sobre rojo, 2008. Técnica mixta, 50 x 50 cm.
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Círculo blanco, 2008. Técnica mixta, 100 x 100 cm.
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Mancha negra, 2008. TĂŠcnica mixta, 70 x 100 cm.
Cruz amarilla sobre fondo negro (fragmento), 2008. TĂŠcnica mixta, 70 x 100 cm.
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Mano negra, 2008. TĂŠcnica mixta, 77 x 80 cm.
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Cubo con pájaro, 2008. Técnica mixta, 77 x 80 cm.
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Sin título, 2008. Yeso y madera, 28 x 15 x 15 cm.
Sin título, 2008. Yeso y madera, 50 x 30 x 30 cm. Sin título, 2008. Yeso, hierro y madera, 36 x 32 x 32 cm. Página siguiente: Pájaro blanco, 2008. Técnica mixta, 50 x 50 cm.
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ROSA RUBIO Madrid, 1961. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid
EXPOSICIONES INDIVIDUALES 1988 Galería Emilio Navarro, Madrid 1990 Galería Pierre Birtshansky, Paris, Francia Galería Pierre Birtskansky, Paris, “Obra sobre papel” 1991 Galería Carmen Carmona, Sevilla 1992 Galería Ambit, Barcelona 1994 Galería Arteara, Madrid 1996 Galería Trinta, Santiago de Compostela 2008 Centro de Arte Contemporáneo de Burgos, C.A.B., “Cuatro Paredes” (escultura y pintura mural) 2009 Espacio Arteinversión. Boadilla del Monte. Madrid EXPOSICIONES COLECTIVAS 1985 Toulouse, Francia 1986 Facultad de Bellas Artes, Madrid Museo Municipal de Salamanca Teatro Español, Madrid Torreón de Lozoya, Segovia 1987 Galería Biosca, Madrid Asamblea de Madrid 1988 “Nueve Pintores”. Galería Emilio Navarro, Madrid Salón INTERARTE, Valencia 1989 ART LONDON 89 Londres, Inglaterra Feria FORUM, Hamburgo Alemania 1990 Gran Formato, Monte de Piedad y Cajas de Ahorros, Sevilla Salón Petit Palais, París 1991 Galería America Prints, Madrid 36º Salón Montrouge, Paris ACCROCHAGE. Galerie Pierre Birtshansky, Paris 1992 Colección “Testimoni”, La Caixa, Barcelona Palacio de Sant Jaume, Barcelona 1993 Jorge Kreysler, Madrid Galería Pierre Birtshansky, Paris 1994 ARCO 94, Madrid. Galeria Arteara, Madrid Galería Pierre Birtshansky, Paris 1995 ARCO 95, Madrid. Galería Arteara, Madrid Exposición Museo del Ferrocarril, Madrid Galería Arteara, Madrid 1997 Galería Vértice, Oviedo 1998 Galería Arteara, Madrid
2000 2001 2002 2004 2007-08
ARCO 98. Madrid. Galería Arteara Galería Vértice, Oviedo Casa de la Cultura, Ayuntamiento de las Rozas Galería Vértice, Oviedo Galería Trinta Premio de Dibujo Fundación Gregorio Prieto, Valdepeñas, Ciudad Real 2007; Museo de la Ciudad, Ayto. de Madrid, Madrid 08
MUSEOS Y COLECCIONES Ayuntamiento de Arganda, Madrid Ayuntamiento de Las Rozas, Madrid Ayuntamiento de Majadahonda, Madrid Ayuntamiento de Sevilla Ayuntamiento de Zaragoza Centro de Arte Contemporáneo de Burgos (C.A.B.) Círculo de Bellas Artes de Madrid Colección Testimoni, Barcelona Colegio de Agentes de Seguros, Madrid Comunidad de Madrid Diseño grafico presentación “Guernica”. Museo Nacional de Arte Reina Sofia, Madrid Escuela de Cerámica de Madrid Facultad de Bellas Artes, Madrid Ford Ibérica, Madrid Fundación La Caixa, Barcelona Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid Ministerio de Industria Turismo y Comercio, Madrid Museo Gregorio Prieto, Valdepeñas Teatro Español, Madrid PREMIOS Y BECAS Beca de Dibujo del Circulo de Bellas Artes, Madrid Beca de Pintura Fundación de la Mancha, Almagro, Ciudad Real Premio y Adquisición en Ford Ibérica, Madrid Premio y Adquisición Colegio de Agentes de Seguros, Madrid Premio y Adquisición Teatro Español, Madrid Premio y Adquisición de la Comunidad de Madrid Premio y Adquisición Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid 1ª Medalla Nacional de Pintura Patronato del Paular, Segovia 2º Premio de Dibujo .Fundación Gregorio Prieto, Ciudad Real 2º Accesit Artegory Madrid
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Agradecimientos del artista: Gracias a Joaquín Rubio, Eduardo, Maria José Salazar, Óscar Muñoz, Juan Lara y Joaquín Cortés.
Este catálogo se terminó de imprimir en Febrero de 2009 Título Rojo, negro y blanco Fotografía Joaquín Cortés Eduardo Martínez Textos Óscar Muñoz Sánchez. Diseño y Maquetación Ana Robledillo Fotomecánica e impresión Imprentex Encuadernación Imprentex Tirada 1.000 ejemplares Edita ArteInversión
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