Revista

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En Rousseau todo gira en torno a la ley, de la misma forma que en Platón el origen de la justicia reposa en el surgimiento de las leyes. La ley se traduce para Rousseau en la voluntad general, cuyo concepto es determinante para comprender su pensamiento. La voluntad general es comprendida de esta forma cuando se encuentra fundamentada en la razón y no en la pasión ; es por ello que para Rousseau la autoridad no es ni el pueblo ni el poder político, sino la razón esclarecida por la conciencia. El pueblo es capaz de portar la voluntad general , no sus pasiones y prejuicios que enmascararían la voluntad general (Rousseau, 1995, p. 57 y 58). Rousseau piensa en consecuencia que todas estas reglas sociales a las cuales el hombre debe someterse, han hecho de la hipocresía una virtud, y el desarrollo de la ciencia y todo tipo de conocimiento ha permitido, a su vez, dejar a un lado los principios morales , mientras que la fineza de la demagogia ha enmascarado la alienación política de los ciudadanos. Para examinar en Rousseau el problema de la desigualdad de los seres humanos, es necesario disociar la desigualdad natural, a saber, todas las diferencias físicas, intelectuales y morales, de la desigualdad política que se explica a través de las convenciones. Por ello, en el estado de naturaleza antes de toda una vida en sociedad, la desigualdad física e intelectual en los individuos es débil, de tal suerte que existe una especie de igualdad natural entre los hombres, o sea que para el filósofo como ya lo hemos comentado, por naturaleza todos los hombres son buenos: «Les premiers mouvements de la nature sont toujours droits : il n ´ y a point de perversité originelle dans le cœur humain» (Rousseau, 1997, p. 111). La infelicidad del hombre, según Rousseau, no es una fatalidad inevitable. Es posible remediarla no regresando al estado de naturaleza, sino transformando la sociedad, la percepción del mundo de cada individuo y su imaginario interior hacia el universo, dado que un verdadero contrato implica una relación humana de reciprocidad. La libertad para el filósofo es una particularidad consubstancial , pues el hombre no debe alienar su libertad natural si y sólo si él recibe a cambio una libertad civil . En este estado de cosas, los conceptos que Rousseau define en la idea de contrato social son universales, aunque su aplicación sea particular. Ellos son en teoría deducibles de un análisis de la naturaleza humana y su aplicación reposa en una observación absolutamente empírica (Rousseau, 1995, p. 57 y 58). ! Bibliografía BURGELIN, P. (1995). Introduction. Du Contrat social. No. 94. Saint – Amand : GF – Flammarion. 15-22. KINTZLER, C. (1992). Introduction. Essai sur l’origine des langues. Manchecourt : GF – Flammarion no. 682. 24-28. ROGER, J. (1996). Introduction. Discours sur l ´ origine et les fondements de l´inégalité parmi les hommes et Discours sur les sciences et les arts. No. 243. 26-28. ROUSSEAU, J.J. (1997). Emile ou de l’éducation, Livre II. No. 117. Manchecourt : GF – Flammarion. (1996). Discours sur l ´ origine et les fondements de l´inégalité parmi les hommes et Discours sur les sciences et les arts. No. 243. Saint – Amand : GF – Flammarion. (1995). Du Contrat social. No. 94. Saint – Amand : GF – Flammarion. 50-66. (1992). Essai sur l’origine des langues. No. 682. Manchecourt: GF – Flammarion. 53 – 126.

Cultura Transdisciplinaria

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